Los impresentables La política venezolana tiene de todo, encontramos un gobierno que habla de paz y no protege a los ciudadanos, los expulsa del país con sus desastrosas políticas. Los militares no protegen a la Patria de las malas influencias extranjeras, no combaten la expoliación de sus recursos por Cuba y están en todos los negocios. Hay sindicatos que no pelean por reivindicaciones. Por otra parte, una oposición que se aferra a la esperanza de convencer a las fuerzas armadas que cambien de bando, ya que la solución electoral se ve remota en esta autocracia. También, existen dos tipos de rebeldía dentro de la oposición, una que pide ser más radical sin emprender nada ella misma y la que se hace llamar oposición y se reúne con Maduro para lavarle la cara; ambas representan el pensamiento de pequeñas minorías. Los disparatados seudo opositores son Timoteo Zambrano, Claudio Fermín y Felipe Mujica que constituyeron junto a Maduro la “Mesa Nacional por Venezuela”, y se dice que los acompaña Eduardo Fernández por medio de su hijo perucho, para ofrecer una alternativa de salida a la crisis que nos agobia. Hablan de libertad de los presos políticos, promesa que se desinfló al no poder lograr la excarcelación de diputados con inmunidad parlamentaria, aunque hay secuestrados con más tiempo y mayores sufrimientos quienes nunca debieron ser detenidos si esto que vivimos fuera una democracia. El regreso del PSUV a la Asamblea Nacional no es un logro de ellos, es la estrategia de Maduro para dar una apariencia de funcionamiento institucional. El nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral, acordado con el gobierno, es otro de los supuestos logros-promesas de la mediación de estos impresentables, camino que está lejos de ser transitado sin trapisondas. Los dirigentes que se reúnen con el gobierno plantean una representación proporcional en el CNE, cuando la Constitución expresa en el artículo 296 que ese Poder estará integrado por cinco rectores no vinculados a organizaciones con fines políticos. Es decir, el CNE debe conformarse con ciudadanos fuera de la estructura de los partidos o cuotas de estos, y mucho menos que se mantenga ninguno de los actuales miembros. No me imagino a Tibisay promoviendo la confianza en el voto como instrumento para manifestar y respetar la voluntad de los electores. Lo que se necesita en esos cargos son personas que se comprometan a cumplir la Constitución y las leyes, limiten la discrecionalidad del órgano electoral, sin cambios de reglas a medida que favorezca a los salteadores del presupuesto nacional, con acceso total a la información que se procesa y que protejan el derecho a la participación de los venezolanos. Este grupo de colaboracionistas no habla de elecciones presidenciales, ya que consideran justas, válidas y legales aquellas en las que se eliminaron los partidos políticos que tenían derecho a participar y se inhabilitaron a eventuales candidatos. No quieren revisar los desafueros del pasado, se concentran en el futuro electoral que les permita convertirse en la nueva oposición. Un ministro habló de la Mesa Complementaria Electoral conformada por partidos minoritarios. Me imagino que quiere decir complementaria al PSUV. El funcionario informa que se está discutiendo la representación proporcional de diputados en el Parlamento. Esa misma que eliminó el gobierno gracias a la mayoría que tenía en la Asamblea Nacional al aprobar la Ley Orgánica de Procesos Electorales en 2009, por la que se estableció un sistema electoral que lleva a la existencia de solo dos partidos e impide la presencia de distintas manifestaciones de la sociedad. Ha sido política del gobierno, desde sus inicios, eliminar la proporcionalidad. Lo dijo la Sala Electoral, cuando decidió el recurso de interpretación interpuesto por Luis Manuel Esculpi y José Gómez Febres, directivos de la organización política Izquierda Democrática. En ese pronunciamiento expuso que en la Asamblea Nacional solo puede existir “la representación de cada entidad federal y la representación de las minorías, este último elemento referido exclusivamente a la participación protagónica de los pueblos indígenas”. Según el TSJ, la única minoría son los indígenas. Sentencia de la Sala Electoral Nº 17, 14-03-2000. El gobierno ha insistido, a través de su órgano judicial el TSJ, en un concepto que va en contra vía de la representación proporcional y no existe en la Constitución, lo llaman democracia directa, una especie de asambleísmo tumultuario que decide todo lo concerniente a la vida en sociedad. Inventaron que hay dos maneras de ejercer la soberanía que reside en el pueblo, una es la democracia indirecta ejercida por medio del sufragio y la otra la democracia directa que supone “la organización de grupos humanos según su especialidad laboral, profesional, su condición social, la necesidad de su especifidad étnica o cultural o la especial protección que requiere una discapacidad física, motora o etaria”, para evitar que los derechos se “pierdan” en la masa. Sentencia de la Sala Constitucional Nº 470, 27-06-2017. Este criterio de los sectores fue el aplicado en la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de 2017 y fue ratificado en la orden de realizar elecciones en la Universidad Central de Venezuela de agosto de 2019. Olvídense de la representación proporcional y menos de las minorías. Lo que quiere el gobierno es todo el poder para las comunas, divididas en parcelas y controlar cualquier participación. Los impresentables le están haciendo el juego al gobierno, y son grandecitos para que los tomen por inocentes. @rangelrachadell