SISAPO: UNA CIUDAD ÍBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA. Por Víctor Manuel García-Minguillán Pedrero Trabajo Fin de Master “Métodos y Técnicas Avanzadas de Investigación Histórica, Artística y Geográfica” SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 2 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA SISAPO: UNA CIUDAD ÍBERO ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA. ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………..........5 1.1. Tema de investigación y justificación de su relevancia……………….5 1.2. Objetivos del trabajo…………………………………………………..6 1.3. Fuentes documentales y materiales……………………………………6 1.5. Exposición de los contenidos………………………………………….7 2. LOCALIZACIÓN DEL YACIMIENTO………………………………..........8 3. EL DESARROLLO HISTÓRICO DE SISAPO………………………...........9 3.1. La ocupación indígena............................................................................9 3.1.1. La fase tartésica.....................................................................10 3.1.2. La fase tartésica orientalizante..............................................12 3.1.3. La fase ibérica........................................................................13 3.2. La ocupación romana............................................................................16 3.2.1. El momento de la conquista...................................................16 3.2.2. El emplazamiento de Sisapo durante la dominación romana17 3.2.3 El inicio del declive y abandono de la ciudad.........................18 3.3. La influencia de Sisapo en el territorio..................................................19 3.3.1. Sisapo y el territorio................................................................19 3.3.2. Sisapo en la red de caminos.....................................................21 3.3.3. El régimen de explotación de las minas..................................25 4. SISAPO A TRAVÉS DE LAS FUENTES ……………………………............27 4.1. Sisapo en las fuentes clásicas………………………….........................27 4.2. Sisapo en las fuentes no clásicas…………………………………………...28 4.3 El problema de la localización de Sisapo…………………………........29 3 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 4.4. Sisapo en La Bienvenida: las evidencias epigráficas……………........30 4.4.1. La cuestión de la municipalización........................................34 5. HISTORIA DE LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS……………….......36 5. 1 De los inicios y primeras noticias hasta 1980……………………........36 5.2. Desde el año 1980 hasta 1990……………………………………........37 5.3. Los intervenciones arqueológicas desde 1990 a 1998……………........38 5.4. Sisapo en el siglo XXI……………………………………………........41 6. TOPOGRAFÍA URBANA………………………………………………..........43 6.1. Arquitectura………………………………………………………........44 6.1.1. La Domus de las Columnas Rojas………………………...........44 6.1.2. ¿Un anfiteatro en La Bienvenida? El “Hoyo Santo”…...........49 6.1.3. El perímetro del emplazamiento: las murallas…………..........51 6.2 Los Mosaicos……………………………………………………..........52 6.3. Numismática……………………………………………………….......59 6.4. Las pinturas……………………………………………………….........62 6.5. Otras manifestaciones de la cultura material……………………….......64 7. CONCLUSIONES………………………………………………………............65 8. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………..........70 9. APÉNDICE GRÁFICO…………………………………………………............81 4 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA RESUMEN El presente trabajo pretende ofrecer una síntesis sobre la problemática de la ciudad de “Sisapo” ( La Bienvenida) realizando un breve resumen sobre la evolución del yacimiento, las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo, las principales fuentes bibliográficas para su estudio, así como las aportaciones más notables de este yacimiento citado en las fuentes literarias antiguas. PALABRAS CLAVES Sisapo, villa romana, yacimiento, Almodóvar del Campo, Bienvenida ABSTRACT This paper aims to give an overview on the problems of the city of "Sisapo" (La Bienvenida) with a brief summary on the development of the site, archaeological actions undertaken, the main bibliographical sources for study, and input most notable of this site mentioned in ancient literary sources. KEY WORDS Sisapo, Roman town, archaeological site, Almodovar del Campo, Bienvenida 1. INTRODUCCIÓN. 1.1. Tema de investigación y justificación de su relevancia. Este trabajo pretende ser una síntesis sobre el yacimiento identificado como Sisapo, actualmente la aldea de La Bienvenida, término municipal de Almodóvar del Campo en la provincia de Ciudad Real. Su ubicación y situación exacta ha sido durante años motivo de controversias en el campo historiográfico, ya que aparece en las fuentes literarias antiguas como la más importante ciudad de la Antigüedad ligada al tráfico comercial del cinabrio en Hispania. La búsqueda y ubicación de enclaves o ciudades citados en las fuentes antiguas siempre ha suscitado interés en la investigación histórica. Este interés es aún mayor, cuando el lugar buscado, no tuvo continuidad en su ocupación y poblamiento, cayendo primera en ruinas, y posteriormente en el olvido. Ambos factores vienen a coincidir en el caso que nos ocupa. 5 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA A la hora de justificar este trabajo, también ha pesado razones de tipo personal o sentimental, al pertenecer la aldea de La Bienvenida, al término municipal que me vió nacer. La cercanía a la realidad arqueológica del yacimiento, ciertamente ha influido en la elección de Sisapo para la elaboración y redacción del trabajo. Por último destacar que, a pesar de los más de 30 años de intervenciones arqueológicas en el emplazamiento y de la abundante literatura científica generada desde entonces, aún es mucho lo que desconocemos sobre Sisapo, y que el yacimiento, por su extensión, por su importancia, y por los indicios arqueológicos existentes, reúne todos los requisitos para ser uno de los emplazamientos arqueológicos que merezcan estar por méritos propios en la primera línea de la difusión cultural. 1.2. Objetivos del trabajo. El presente trabajo, enmarcado en el Trabajo Fin de Máster “Métodos y Técnicas Avanzados de Investigación Histórica, Geográfica y Artística”, pretende realizar una síntesis y una aproximación al estudio de una de las ciudades hispanas de la antigüedad romana mas célebres por su dedicación a la gestión de los recursos mineros: Sisapo.; a través de las fuentes y publicaciones realizadas por los distintos estudiosos e investigadores que han desarrollado su actividad profesional en el yacimiento. Entre los objetivos propuestos pretendemos desarrollar una síntesis coherente de la evolución histórica de la ciudad, así como de los trabajos arqueológicos que se han venido desarrollando a lo largo del tiempo, sin olvidarnos del estudio formal de los conjuntos arquitectónicos, pictóricos, mosaicos, numerario. 1.3. Fuentes documentales y materiales. Básicamente las fuentes que utilizaremos en el trabajo, además del contacto con el yacimiento, que se encuentra abierto a la visita libre, sin ningún tipo de restricción, pero tampoco vigilancia, será la consulta del material publicado, así como la bibliografía específica y de síntesis referenciada en los trabajos que hemos encontrado. En el capítulo de la bibliografía se mencionan las fuentes manejadas básicas para el conocimiento del tema, así como aquellas a las que hemos acudido para iniciar la aproximación a su estudio. 6 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 1.4. Exposición de los contenidos. El cuerpo central de este trabajo está dividido en varios capítulos: Tras la introducción, el segundo capítulo estará dedicado a la localización geográfica del yacimiento. En el tercer capítulo se abordará el desarrollo histórico de la ciudad de Sisapo. Hemos incluido en este tercer capítulo tres epígrafes, subdivididos a su vez en varios; en el primer epígrafe se relaciona la primera fase de la ocupación de la ciudad, que hemos denominado “indígena”, con sus tres fases, (tartésica, orientalizante e ibérica), para posteriormente en un segundo epígrafe abordar la fase de la ocupación romana hasta el período de decadencia, abandono y olvido de Sisapo. En el tercer epígrafe se aborda la importancia y relación de Sisapo respecto al territorio circundante. El cuarto capítulo recopila las alusiones a Sisapo a través de las fuentes, con un epígrafe dedicado especialmente a presentar el innegable peso de las pruebas epigráficas para, sin ningún género de duda, afirmar la reducción geográfica de Sisapo con la actual aldea de La Bienvenida. En el quinto capítulo se hará un recorrido por la evolución de las actuaciones arqueológicas de la ciudad, desde las primeras intervenciones no profesionales allá por los años 50 hasta el inicio de los trabajos arqueológicos sistemáticos del equipo de Sisapo hasta la actualidad. El sexto capítulo intentará realizar una aproximación al estudio de la realidad arquitectónica descubierta en el yacimiento, con especial atención a lo que hoy por hoy, viene a ser conocido el yacimiento, la llamada Domus de las Columnas Rojas y el “Hoyo Santo”, sin olvidarnos de la importancia de sus superficies musivarias, el numerario proporcionado o los materiales pictóricos encontrados. Los últimos capítulos estarán dedicados a la exposición de las conclusiones, y a la exposición de la bibliografía manejada y un extenso apéndice gráfico. 7 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 2. LOCALIZACIÓN DEL YACIMIENTO. La aldea de la Bienvenida se halla situada en el Valle de Alcudia en el extenso término municipal de Almodóvar del Campo, provincia de Ciudad Real. Las coordenadas exacta son 0' 49'45" de Longitud W y 38'38'40" de Latitud Norte respecto del Meridiano de Madrid (Hoja 835 del Mapa Topográfico Nacional). El Valle de Alcudia es un enclave natural, localizado en la vertiente Norte de Sierra Morena, se trata de una depresión de 1.200 km² extendida de Oeste a Este de la parte sur de la provincia de Ciudad Real, a modo de corredor longitudinal, sobre más de 100 km de longitud y con dirección NW-SE desde la localidad de Almadén hasta San Esteban de Calatrava. Esta configuración, a modo de pasillo de comunicaciones, seguramente facilitaría el contacto entre estos asentamientos, con los pasos de Sierra Morena, las zonas del sur de la Meseta y las tierras de la penillanura extremeña (Zarzalejos et alii, 2011, 10). En el sector centro-occidental de este valle de Alcudia es dónde encontramos el yacimiento arqueológico de Sisapo, enmarcado en un paisaje definido por amplias lomas y pequeños arroyos subsidiarios del río Guadiana (Zarzalejos et alii, 2011, 10). Una de las señas de identidad del valle, además de su innegable valor paisajístico y por ser buena muestra representativa del ecosistema mediterráneo de interior, es la gran profusión de huellas o indicios de actividad minera. En efecto, se han llegado a catalogar hasta 484 minas metálicas (plomo y cinc en su mayoría) en una extensión del valle de 2500 km2 (Hevia, 2003, 12). (Figura 17.3) A su vez el Valle de Alcudia forma parte del llamado Campo de Calatrava, comarca histórica y natural de la Mancha Baja, caracterizada desde el punto de vista geomorfológico, (Figura 17.2) por sus restos de vulcanismo y lagunas. Siguiendo a Manuel Corchado, (1984,41) el Campo de Calatrava está ubicado en la submeseta sur, y aparece limitado orográficamente al Norte por los Montes de Toledo, y al Sur por Sierra Morena, mientras que por el este por la línea que va desde Manzanares a Aldeaquemada y por el Oeste, por la línea que va desde los ríos Guadalmez al Guadiana. Un fenómeno característico de esta zona del Campo de Calatrava, como ya hemos apuntado, es el vulcanismo. De hecho la población de Sisapo se asentó cercana a algunos de estos domos volcánicos que reciben el nombre de “castillejos” (Poblete- 8 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Serrano, 1991, 53 y 56). Es esta región un territorio con un dilatado pasado histórico asociado a su importante riqueza mineral de cinabrio y galenas argentíferas (Minas de Almadén, Minas de Diogénes, El Entredicho…). Las últimas líneas de investigación del equipo investigador de Sisapo, están trabajando en determinar la importancia del enclave en relación a su territorio circundante., estudiando las huellas e indicios de la minería antigua en el ámbito espacial de la vertiente Norte de Sierra Morena en la provincia de Ciudad Real, de la que Sisapo sería la ciudad desde la que se gestionarían esos abundantes recursos minerales. 3. EL DESARROLLO HISTÓRICO DE SISAPO. Al igual que en otros muchos asentamientos en los que han predominado razones de tipo estratégico para su ubicación, en Sisapo podemos constatar varios niveles de ocupación que se corresponden, con otros tantos momentos históricos, que sintetizaríamos, en una primera categorización, con el nombre genérico de ocupación indígena, dónde inicialmente relacionaremos el asentamiento con los de la periferia de la cultura tartésica, para después de un período orientalizante, adscribirlos al mundo ibero. En la segunda conceptualización, nos referiremos a los inicios de la ocupación romana, dejando para más adelante cuestiones tales, como la posible promoción del asentamiento a municipio romano. Por último, abordaremos la más conocida, visible y estudiada etapa en el desarrollo histórico de la ciudad; la etapa romana, desde sus orígenes hasta los momentos de crisis y abandono de la misma. 3.1. La ocupación indígena. El ambiente cultural al que perteneció nuestra ciudad prácticamente desde sus inicios y primeros momentos, ha de relacionarse con el llamado territorio de la Oretania que ha sido fijado por la tradición histórica y la investigación actual en un territorio amplio en diversas zonas de las actuales provincias de Ciudad Real, Albacete y Jaén, vertebrándose en torno a Sierra Morena. (Benítez de Lugo et alii, 2004, 21). 9 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Progresivamente los datos aportados por el estudio, reflexión e interpretación de la información que aportan otros yacimientos arqueológicos de la zona (Cerro Dominguez-Oretum; cerro de Alarcos-Lacurris, Cerro de las Cabezas, Alhambra- Laminium...), permiten ir mejorando el conocimiento de la dinámica histórica de estas tierras y sus moradores. Una aportación fundamental para el conocimiento de la protohistoria en la región que antes hemos definido como la Oretania, la ha aportado el yacimiento de Sisapo, a través de una completa secuencia estratigráfica practicada en el asentamiento (Corte A1 ab), conseguida durante los primeros años de intervenciones arqueológicas, con horizontes protohistóricos pertenecientes al Bronce Final, período orientalizantes momentos ibérico antiguo y pleno, y época romana. 3.1.1 La fase tartésica Las excavaciones realizadas hasta el momento, los conocimientos aportados por el estudio estratigráfico (estrato 13 del la secuencia del corte A1ab) y los restos materiales recuperados, nos permiten conocer que la etapa más antigua del asentamiento se remonta a fines del siglo VIII a.C. o inicios del VII a.C, vinculándose estos inicios a la cultura tartésica del suroeste peninsular y al tránsito entre el Bronce Final y la I Edad del Hierro de la cuenca media de los ríos Guadiana y Guadalquivir (Zarzalejos et alii, 2011, 17; Fernández Ochoa et alii, 1994, 143-145, Zarzalejos, 1995, 822-839, Benítez de Lugo et alii, 2004, 53, Zarzalejos y López Precioso, 2005, 826-830). Sostienen esta hipótesis fundamentalmente los indicios aportados por la cultura material, como ciertos “fósiles directores” de naturaleza cerámica, entre las que sobresalen cerámicas a mano con decoración en rojo, distintos platos carenados y una cazuela con decoración bruñida en el interior. Los análisis químicos de la composición de las pastas cerámicas revelaron la presencia de cristales de olivino presentes únicamente en terrenos con fenomenología volcánica, como es el caso de la Bienvenida y el entorno del asentamiento, lo que nos estaría indicando un posible origen local de estos productos, sugiriendo la inserción de Sisapo en los ambientes comerciales y culturales de la cultura tartésica. Por otro lado, además de los restos cerámicos otras manifestaciones culturales vienen a complementar la adscripción del asentamiento en el área de influencia tartésica; nos referimos en este caso a las estelas de guerrero, en las que La BienvenidaSisapo ha añadido al conjunto de estelas grabadas conocidas del Bronce Final, tres piezas más, dos en el recinto urbano, y la restante hallada en los alrededores del 10 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA yacimiento. (Zarzalejos et alii, 2011). Ésta última, (Figura 21) exhibida en la CasaMuseo Posada del Moro, fue localizada, según E. Márquez (1998), a escasos 2 kilómetros del yacimiento de la Bienvenida, en las cercanías de la carretera de Alamillo a Brazatortas. Sobre un soporte de pizarra metamórfica de tonalidades oscuras, y con unas dimensiones máximas de anchura de 0,63 m, de altura 0,54 m, y de 0,12 de grosor, aparece como representación central una figura antropomorfa, un guerrero esbozado con trazos filiformes, con una espada cruzada sobre el tronco. Asimismo a la izquierda se dibuja también un escudo con círculos concéntricos y con puntos inscritos (los clavos), y a la derecha lo que se ha interpretado como un espejo circular con mango y una lanza con la punta hacia abajo. En la parte superior izquierda un animal pequeño, apenas esbozado, que podría ser un perro (Murillo et alii, 2005, 13). La descontextualización con la que muchas veces han aparecido estos objetos (aisladas, reaprovechadas o procedentes del mercadeo clandestino o de anticuarios) ha dificultado el análisis e interpretación de las estelas. Son variadas las interpretaciones que se han hecho de estos indicadores de la cultura material; algunos le han atribuido un carácter funerario (Celestino, 2001, 278-287), otros lo han relacionado con el paisaje y con hitos en el proceso de antropización del territorio (Galán, 1993,31) o incluso como marcadores de rutas de trashumancia empleados por pastores itinerantes (Ruiz Gálvez y Galán, 1991). M. Zarzalejos, G. Esteban y P. Hevia (2010) consideran estas tres estelas en cuestión como “documentos de las élites tartesias”, es decir la plasmación del poder político y económico de unas élites enriquecidas con la explotación de los recursos mineros del rico territorio circundante y el control de las rutas comerciales, ya que su difusión y reparto por el territorio identificarían las rutas comerciales, poniendo de relieve la importancia de la ruta del Valle de Alcudia en estos momentos y que serviría, por su posición estratégica, para la comunicación de los núcleos de la cultura tartésica del Bajo Guadalquivir a través del Guadiana Medio y la futura Vía de la Plata (Zarzalejos et alii, 2011,19). Por otro lado, se han constatado evidencias de la manipulación del cinabrio, ya que apareció cuarcita con impregnaciones de cinabrio en contexto estratigráfico, siendo éste el dato más antiguo que conocemos sobre la utilización del cinabrio de Almadén (Zarzalejos, 2000, 208) varias mazas de minero con escotaduras y vasos coladores relacionados con la transformación del mineral que pueden ser consideradas un indicio del comienzo de la actividad minera, poniendo de relieve la clara relación del 11 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA yacimiento con el beneficio y explotación de mineral tan abundante en el entorno, desde épocas ya tempranas, ( Fernández Ochoa et alii, 2002, 42 y 59; Zarzalejos et alii, 2011, 20). No son muchos los datos que manejamos en cuanto a la trama urbana en estos momentos del emplazamiento; se han hallado restos de construcciones remontables al siglo VII a.C, a través de la excavación de un sondeo en el sector central del yacimiento. Las viviendas serían de planta cuadrada o rectangular, levantadas en tapial sobre un pequeño zócalo de piedra, estando muy probablemente cubiertas de ramaje sostenido por un entramado de madera. (Zarzalejos, 2000, 206-207). Este modelo se repetirá durante el período Ibérico Antiguo y Pleno (desde la segunda mitad del siglo VI hasta fines del siglo IV a C), época en la que se documentan viviendas de varias habitaciones con hogares de adobe en el interior. 3.1.2 La fase orientalizante. A tenor de los datos materiales recuperados gracias al corte estratigráfico A1ab, sabemos que entre el siglo VII y la primera mitad del VI a.C. se desarrolla el llamado “período orientalizante”1 durante el cual el yacimiento permanece abierto a los estímulos derivados de la fusión entre los elementos indígenas y los aportes de los contactos con fenicios y griegos a través del sur peninsular. Las relaciones culturales con la mitad oriental de Badajoz y la Baja Andalucía se prolongaron hasta bien entrado el siglo VI a.C. La conexión de La Bienvenida con estas zonas se efectuaría, seguramente, a través de la llamada en época romana "vía de la Plata" -antigua senda tartésica que vinculaba Hispalis (Sevilla) con Austurica Augusta (Astorga) mediante Itálica (Santiponce), Emérita Augusta (Mérida) o Salmantica (Salamanca)- y, después, por el camino natural que siempre ha sido el Valle de Alcudia. (Zarzalejos, 1995, 115138). A través de los restos materiales recuperados de esta fase, fundamentalmente restos cerámicos, se puede constatar, ya no tanto un importante número de materiales importados, sino más bien una reinterpretación por parte de los artesanos locales de ciertos modelos técnicos e iconográficos extranjeros. (Zarzalejos y López Precioso, 2005, 836). 1 Véase al respecto una interesante síntesis sobre el concepto, significado, límites y problemática del término orientalizante en la Península Ibérica en (Salgado Carmona, 2011, 30-33). 12 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Este período se materializa en Sisapo en la aparición de cerámica a torno, aunque seguirá siendo mayoritaria la cerámica a mano, entre las que destacamos como cerámicas a mano pintadas las del tipo Gualdalquivir II, San Pedro II, tipo Medellín. Es muy destacable la aparición en contexto estratigráfico de un fragmento de cerámica procorintia de imitación itálica (Figura 31), fechado en el siglo VII a.C, y que hasta el momento es el producto de importación griego occidental más antiguo que ha aparecido en una ubicación de interior tan lejano a las factorías y asentamientos fenicios costeros del sur (Zarzalejos et alii, 2011, 22). Este hecho, unido también al hallazgo de otros materiales importados como una copa jonia del tipo B-2 (en el estrato 11a), procedentes de Grecia oriental y fechada en la primera mitad del siglo VI a.C, revelan la existencia de una red de contactos comerciales entre Grecia y la cultura tartésica, además de evidenciar la importancia del poblado de La Bienvenida dentro de la zona del Valle de Alcudia. 3.1.3 La fase ibérica. En Sisapo, a partir de mediados del siglo VI a.C. y hasta finales del IV a.C. se asiste a la gestación y desarrollo de la Cultura Ibérica, (constatable a través del corte estratigráfico A1ab, en los estratos, 10b, 10a y 9b, para el caso del período ibérico antiguo, y 9a, 8, 7c, 7b y 7a, para el período ibérico pleno) sobre la base del poblamiento orientalizante (Benítez de Lugo et alii, 2004,71-76). Efectivamente, asistimos desde este momento a un proceso de iberización, especialmente marcado en las provincias de Ciudad Real y Albacete, según M. Almagro Gorbea (1999,34) y constatada materialmente en La Bienvenida a través de la cerámica a torno pintada y la cerámica de color gris a torno (Fernández Ochoa et alii, 1994,73 y 80, Esteban y Hevia, 2008, 89-90) que nos sugieren un giro en el marco de influencias desde lo tartésico hacia el corredor oriental que comunica con Levante y de forma especial con la Alta Andalucía (Zarzalejos, 1995, 144; Esteban y Hevia, 2008, 90-91). Arqueológicamente, la cerámica pintada (fabricada a torno) constituye el fósil director más representativo de la cultura ibérica, desarrollada en la Península Ibérica aproximadamente entre los siglos VI y I a.C. Por ello, se le llama sencillamente cerámica ibérica, aunque existan otras producciones cerámicas ibéricas diferentes a las que poseen decoración pintada (cerámica común, cerámica gris, cerámica de barniz 13 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA rojo,...), y aunque en realidad el tipo supera los límites culturales mencionados (cerámica pintada celtibérica), así como también los cronológicos. Se ha atestiguado un conjunto de materiales cerámicos, que han sido identificados e incorporados desde un punto de vista técnico, morfológico y estilístico en el llamado “tipo Valdepeñas”, que según G. Esteban (1998, 101-107) es un importante indicador cultural de la región Oretana del Norte, además de las típicas producciones de barniz rojo ibérico y las importaciones áticas (horizonte ampuritano) y con elementos que reflejan un red comercial con la Alta Andalucía. Para el período ibérico pleno, la cerámica es, como hemos dicho, uno de los elementos de la cultura material, que nos puede aportar más información, y gracias a su estudio y sistematización, se están completando los conocimientos que tenemos sobre este período2 en el territorio del cual formó parte Sisapo. Entre el elenco de material cerámico, la cerámica común a mano, casi toda grosera o tosca, seguirá estando presente, representada en utensilios con finalidad de almacenaje y cocina ( ollas, cazuelas, tinajas..). La cerámica común a torno, alcanza un significativo porcentaje respecto al total de material cerámico recuperado (el 55,6%), (Fernández Ochoa et alii, 1994, 158, Benítez de Lugo et alii, 2004, 107) con modalidades toscas y finas, y con tipos variados (tinajas, orzas, jarras, platos hemisféricos...). La cerámica pintada (11,6% respecto al total), denominada “tipo Valdepeñas” (Figuras 23 y 24) (Esteban, 1998, 101-107), es un tipo con decoración bícroma que combina franjas anchas en tonalidades rojizas, marrones, anaranjadas o grisáceas, con franjas estrechas con distintos motivos geométricos o incluso estampillaciones (Benítez de Lugo et alii, 2004, 108). Este tipo de cerámica “tipo Valdepeñas” muestra una dispersión hacia otros lugares de la Meseta Sur y seguramente se realizó en alfares diferentes. Otro tipo de cerámica recuperada es la de barniz rojo (0,5%) (Fernández Ochoa et alii, 1994, 158, Benítez de Lugo et alii, 2004, 109) y la cerámica gris (8%) (Fernández Ochoa et alii, 1994 80 y 83, Benítez de Lugo et alii, 2004, 109). Estos procesos de transición hacia lo propiamente ibérico pueden ponerse en relación con los experimentados por otros yacimientos de la provincia de Ciudad Real (Figura 34), como el oppidum de Alarcos, el Cerro de las Cabezas en Valdepeñas, y 2 Véase Esteban (et alii, 1998) o más recientemente (García Huerta-Morales, 2010). 14 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Oreto en Villanueva de la Fuente, todos ellos incluidos en la región de Oretania, que según fuentes grecolatinas, tendría como límites el espacio comprendido entre el curso del Guadiana al Norte y el Alto Guadalquivir al sur. Presentan los citados yacimientos una característica común reseñable, y que no es otra que su posición estratégica respecto al control de las rutas comerciales a través de las grandes vías de comunicación que conectan la cuenca alta del río Guadiana con su cuenca media en la región extremeña, la Alta Andalucía, en especial la conexión con Cástulo (Linares) y las tierras meseteñas del norte y sureste (Benítez de Lugo et alii, 2004,69, Zarzalejos et alii, 2011,22). Su ubicación, generalmente sobre cerros elevados, cercanos a cursos fluviales, responde a la funcionalidad de estos oppida de desempeñar funciones de control sobre su entorno, actuando como centros rectores del poblamiento, dando muestras de la mayor y más fluidas redes de intercambio económico y de una creciente complejidad social. No obstante, hay que precisar un hecho significativo; el oppidum de La Bienvenida no está situado en las inmediaciones de ningún curso fluvial, lo que no es óbice para que la ciudad desempeñe una importante función estratégica al ser un emplazamiento que controlaría las comunicaciones y la gestión y explotación de los ricos e importantes recursos mineros (cinabrio y galena argentífera) de la región. La Bienvenida ofrece una inmejorable situación topográfica al estar situada en una meseta a 620 m. de altitud y próxima a las cotas más elevadas (Los Castillejos de la Bienvenida con 700 m) de este sector centro occidental del Valle de Alcudia (los Castillejos de La Bienvenida), lo que permite una excelente visibilidad y control del entorno circundante (Zarzalejos, 1994, 188). A pesar de que no se han realizado actuaciones, por ahora, en La Bienvenida para aclarar y conocer el entramado urbano de esta época histórica, sabemos por sondeos [A-1 (ab)] que en cuanto a las viviendas, el modelo de la fase tartésica y orientalizante ( sencillas construcciones angulares, cuadradas o rectangulares con paredes de tapial o adobe sobre un pequeño zócalo de piedra) parece dejar paso a otras construcciones algo más complejas dónde podemos apreciar cierta compartimentación interior del espacio ( habitaciones) e incluso hogares de adobe en el interior. 15 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 3.2 La ocupación romana. En los últimos años, hemos asistido a un impulso de la investigación 3 sobre los orígenes del inicio de la romanización en los territorios de la Meseta Sur y más concretamente la provincia de Ciudad Real, mejorando el conocimiento de la transición desde el mundo ibérico al romano. 3.2.1. El momento de la conquista. Una vez neutralizada la dominación y el peligro púnico en la Península Ibérica hacia el 206 a.C, el territorio hispano entraría ya definitivamente en el ámbito expansionista de Roma, que irá incorporando los distintos territorios en gran parte debido a las óptimas posibilidades de explotación de los recursos hispanos. Hacia el 197 a.C, Roma ha organizado y dividido los territorios anexionados en Hispania en dos provincias; la Citerior y la Ulterior (Carrasco, 2008, 17-19). La anexión e incorporación a Roma y la división administrativa no evitarán el surgimiento de algunas revueltas protagonizadas por el sustrato indígena local contra la dominación romana. No poseemos aún datos fiables para conocer la dinámica del centro entre fines del siglo IV o inicios del III a.C. y fines del siglo II a.C. Tampoco el registro arqueológico puede precisar con exactitud, por ahora, el momento en que se produjo la primera presencia romana en La Bienvenida. En principio parece que el territorio del oppidum de Sisapo no sería el escenario de ningún conflicto o episodio bélico reseñable, ya que las fuentes de los cronistas romanos no la mencionan en el proceso de conquista y sometimiento de estas tierras. Es a través de los relatos de cronistas romanos (Tito Livio4) por lo que suponemos que estos territorios de la provincia de Ciudad Real quedarían bajo dominación romana ya desde finales del primer tercio del siglo II a.C, con algún que otro intento y episodio posterior de revuelta contra la dominación romana hacia el 152 a.C como cuenta Polibio (Hist. XXXV,2) (Pérez Guijo, 2000-2001, 110, Zarzalejos et alii, 2011, 30). 3 Puede consultarse G. Carrasco (1999, 2003 ,2004 y 2007), E. Gozalbes (2004). Tito Livio (Liv. XXXV, 22,5) atribuye a Fulvio Nobilior la conquista de los territorios septentrionales hacia el 193 a.C de la Oretania, mencionando el sometimiento de dos asentamientos poblacionales, Nobilia y Cusibi no identificados actualmente. 4 16 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Complementando el discurso de las fuentes clásicas, poseemos datos arqueológicos que nos ayudan también de una manera indirecta a acotar ese momento de la llegada de elementos romanos y su fusión-imposición sobre el elemento indígenaEn efecto, adosada a la muralla íbera, en el flanco suroriental, en las campañas de intervención arqueológica de 2000-2004 salieron a la luz una construcción defensiva, de filiación romana, un sistema de casamatas, acotado temporalmente a mediados del siglo II a.C, que nos vienen a corroborar que la conquista y ocupación del oppidum indígena, vino a darse, con seguridad, con anterioridad a esos momentos. Lo que parece probable es que los conquistadores no encontrarían demasiadas dificultades para apoderarse y ejercer un control sobre el oppidum íbero y su territorio, o al menos el registro arqueológico no ha dado información por el momento sobre tal punto. Tal y como ya apuntaba Balil (1974), la estrategia romana de ocupación del territorio se basó en “aprovechar” los asentamientos prerromanos facilitando la incorporación al sistema de civitas del sustrato de población indígena, máxime cuando esos emplazamientos ofrecían sustanciales ventajas dado su emplazamiento privilegiado o estratégico, como es el caso del oppidum de La Bienvenida, para controlar y gestionar los recursos mineros de la vertiente Norte de Sierra Morena. 3.2.2. El emplazamiento de Sisapo durante la dominación romana A la hora de fijar la ubicación de Sisapo dentro de la división administrativa que del territorio hispano hizo Roma, existe discrepancia en las fuentes clásicas: Por un lado, Plinio5 (NH, III, 14) cita a Sisapo entre los oppida non ignobilia del conventus cordobensis,6 perteneciente a la Provincia Ulterior Baetica. Posteriormente Ptolomeo (Geog. II, 6, 58) la señala como ciudad perteneciente al Conventus Carthaginensis, en la Provincia Tarraconensis. Esta contradicción en los autores clásicos se viene interpretando por la rectificación de límites provinciales que debió efectuarse ya avanzado el s. I, ya que existía un alto interés imperial por controlar un distrito minero que podía repercutir en importantes beneficios para las arcas imperiales. En efecto, sobre el 27 a.C la Provincia Hispana Ulterior, se dividió en dos; Provincia Hispana Ulterior Lusitana y Provincia Hispana Ulterior Bética, situándose el 5 Se cita a Sisapo junto con otros oppida non ignobilia: Arsa, Mellaria, Mirobriga, Regina y Sosintigi. Recordemos que conventus era el vocablo con el que se denominaba a cada uno de los distritos jurídicos en que Roma dividió la Península. Así, en tiempos de Augusto existían en Hispania 14 conventus. 6 17 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA límite norte entre ambas, según la mayoría de los autores clásicos7 en torno al río Anás (Guadiana). Esta rectificación podría explicar la anterior contradicción, Sisapo debió formar parte de la Bética, hasta que Augusto decidió la modificación de los límites provinciales con el objetivo de controlar los beneficios económicos derivados de la actividad minera, ya que como es sabido, la Provincia Hispana Citerior o Tarraconense y la Provincia Hispana Ulterior Lusitana quedaban bajo control directo imperial, mientras que la Provincia Hispana Ulterior Bética, era controlada por la institución senatorial (Carrasco, 2004, 125). 3.2.3. Período de decadencia, abandono y olvido. La riqueza de materiales arqueológicos, de estructuras, evidencian una prosperidad y una continuidad en el poblamiento de Sisapo hasta los momentos iniciales del siglo III d.C, momento a partir del cual, se puede apreciar una notable bajada en cuanto a la información aportada por el registro arqueológico. En el Bajo Imperio, en un momento indeterminado del siglo III d.C se produce el abandono definitivo de la casa, hecho que favorece el derrumbe del tejado y de la mayor parte de los muros de tapial, así como de las decoraciones pictóricas que los cubrieron. Se ha atestiguado arqueológicamente una ocupación posterior de algunos espacios de la casa, una vez que esta ya había sido abandonada, pero aún se erguían algunas partes de la misma (las UUEE en las que se documentó esta ocupación aparecieron por encima de los niveles de derrumbe y escombros de los tejados, pero por debajo del derrumbe de los muros de tapial de la casa). (Zarzalejos et alii, 2007a, 319). Entre las estancias dónde se ha atestiguado esta ocupación tardía (siglos IV y quizás V d.C), destaca la zona de la estancia 17, donde se ha documentado un área de transformación metalúrgica, con reutilización de sillares, abundantes restos de escoria, y hasta un posible yunque en el que el fuste de la columna fue utilizado como elemento de golpeo (Zarzalejos et alii, 2007a, 319). También hay indicios de ocupación tardía otras zonas de la antigua domus, como por ejemplo el antiguo viridiarum, cuyo estanque fue inutilizado y enrasado el nivel, u otras zonas cuyas oquedades fueron colmatadas con escombros y elementos de desecho de la domus o de otras partes de la ciudad. En una de estas fosas de relleno, apareció en 2000 un pequeño conjunto de epígrafes procedentes de edificaciones `públicas (Zarzalejos et alii, 2007a, 320). 7 P. Mela (II, 87) y Plinio ( NH. III, 1 y 6 y IV, 22 y 115). 18 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Con posterioridad a estos momentos parece que el núcleo se despobló y ni siquiera volvió a recuperarse en época hispano-musulmana. 3.3. LA INFLUENCIA DE SISAPO EN EL TERRITORIO. Tal y como reflexiona J. Andreu (et alii, e.p), la investigación de un yacimiento romano no debe olvidar el poblamiento rural y el espacio circundante, ya que este territorio además de ser administrado desde los órganos rectores de la ciudad solía concentrar los recursos y las unidades de producción que garantizaban la subsistencia de la ciudad, amén de ser el espacio por el que discurrían la red de caminos que permitían el abastecimiento y la vertebración urbanas. 3.3.1. Sisapo y el territorio. Desde hace más de 10 años, el equipo investigador de Sisapo viene estudiando el entorno geográfico extenso de la ciudad, centrándose en el espacio de la vertiente Norte de Sierra Morena, realizando prospecciones y trabajos de campo intensivos y sistemáticos en distintos emplazamientos de los términos municipales de las localidades ciudadrealeñas de Almadén, Chillón, Guadalmez, Almadenejos, Alamillo y Almodóvar del Campo, prestando especial interés a los recursos y vestigios de la actividad minera de la zona, aunque también a todos aquellos indicadores que puedan aportar información a través del registro arqueológico ( actividades ganaderas, agrarias etc). (Zarzalejos, 2011, 56) máxime cuando en estos territorios se harían imprescindible otro tipo de actividades que complementaran las únicamente extractivas. La primera fase del proyecto, llamado “Arqueominería del sector Norte de Sierra Morena: el área sisaponense” estaba dirigida por C. Fernández Ochoa y fue posible gracias a la subvención regional de Castilla La Mancha (Resolución de 30-05-2000, de la Dirección General de Patrimonio y Museos, por la que se hace pública la relación de ayudas adjudicadas por las Delegaciones Provinciales de Cultura, en virtud de la Orden de 23-02-2000, de ayudas para la Investigación y Difusión del Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha.)8. 8 La concesión de esta subvención puede consultarse en el DOCM (Diario Oficial de Castilla La Mancha) nº 62, de 23-06-2000, pág 6341. También los resultados de esta primera fase se pueden consultar en (Fernandez Ochoa et alii, 2002). 19 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA En la actualidad, el proyecto de investigación es continuado bajo la dirección de M. Zarzalejos y se ha titulado “El paisaje minero antiguo en la vertiente Norte de Sierra Morena, provincia de Ciudad Real” financiado por el Plan Nacional de I+D+i HAR2008-04817/HIST, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación9 (Fernández-Ochoa, Zarzalejos, 2010, 368; Zarzalejos, 2011, 64), contando con un equipo multidisciplinar, dónde junto a arqueólogos, participan geólogos, ingenieros de minas, colaboradores etc. Los postulados desde los cuales se está abordando este estudio son los propios de la Arqueología del Paisaje, intentando llevar a cabo un estudio global del paisaje, entendiendo éste como el contexto en el que tiene lugar el devenir histórico que transforma los modos de vida en interacción entre los hombres que lo habitan y el medio que les sirve de soporte (Zarzalejos, 2011, 58). Las prospecciones han arrojado como resultados la identificación de más de 70 yacimientos (datados en una horquilla de tiempo que va entre el Bronce Final y la Antigüedad Tardía). Las prospecciones tienen como finalidad estudiar el emplazamiento de los yacimientos identificados y localizados, su posición respecto a los recursos del entorno, tipo de materiales que han aparecido en superficie, restos de estructuras y materiales etc. A pesar de que aún no se han publicado la totalidad de los resultados obtenidos de este proyecto, M. Zarzalejos (2011) ofrecía un avance y una presentación del proyecto y las investigaciones. Según dicha autora, el equipo ha establecido cuatro grandes categorías de yacimientos para el espacio estudiado (Figura 17): Yacimientos relacionados con la explotación o transformación de los productos mineros. O bien puede tratarse de complejos minerosmetalúrgicos habitados, como por ejemplo Minas Diógenes ( Solana del Pino, Ciudad Real) en el entorno de las minas o bien tratarse de asentamientos que no necesariamente tenían que estar situados en la cercanía inmediata de las minas, sino que buscaban emplazamientos favorables para la transformación del mineral( cerca de cursos de agua, bien aireados para buscar una correcta ventilación y salida de los vapores perjudiciales tras la transformación del mineral, cerca de recursos madereros, cerca de las rutas de transporte de mineral..) como por 9 Puede verse la convocatoria en el BOE 30 de noviembre de 2007, Resolución de 26 de noviembre de 2007, de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación. 20 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA ejemplo la fundición del yacimiento de Valderrepisa (Fuencaliente, Ciudad Real). En este yacimiento se ha llegado a localizar restos de cinabrio en una de las canalizaciones del poblado, lo que lo vinculan a Sisapo. Yacimientos rurales principalmente agropecuarios, en mayor medida dedicados a las actividades ganaderas. Las llamadas aglomeraciones secundarias, es decir núcleos poblacionales dependientes de una ciudad o ente administrativo superior, de la que recibirían por delegación su poder público. Centros principales. De todos los lugares y emplazamientos prospectados en el territorio estudiado, la autora defiende que únicamente Sisapo, pudo haber adquirido esa categorización de centro principal, mientras que el Cerro de las Monas, pudo haber sido una aglomeración secundaria. El ambicioso proyecto, pretende arrojar luz, sobre la organización y vertebración del territorio en torno a la ciudad de Sisapo, dónde se irían articulando toda una red de establecimientos agropecuarios con el objetivo y finalidad de garantizar el aprovisionamiento y suministro a las comunidades mineras. Igualmente aspiran a conocer las dimensiones que pudieron haber tenido las explotaciones y el beneficio de la explotación del mineral, conocer sus momentos de máximo esplendor, así como su momento de declive y cese de explotación. (Zarzalejos, 2011, 60). 3.3.2 Sisapo en la red de caminos y vías romanas. Las vías de comunicación siempre se han revelado como un factor de primer orden, no solo para el proceso de conquista del territorio sino también para la vertebración económica y la extensión de la romanización. Sabemos que el territorio sisaponense quedaría integrado en una red de circuitos comerciales a tenor de los datos obtenidos de las fuentes clásicas, la epigrafía y los materiales hallados en el propio yacimiento fundamentalmente cerámica (Terra Sigillata Itálica, Terra Sigillata Gálica y Terra Sigillata Hispánica) (Fernández OchoaZarzalejos, 1991, 1992b y 1993; Esteban et alií, 1998, Esteban, 1998, 2000) y numerario (Arévalo, 1995a, 1995 b y 2008; Carrasco, 2007) que revelan la existencia de 21 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA unas rutas y unos flujos comerciales ( Zarzalejos et alii, 1999, Carrasco, 1997), en los que la ciudad de Sisapo y el territorio sisaponense participó de tales intercambios, a través de esas rutas. (Figura 28). La Vía 29 del Itinerario de Antonino La vía 29 del itinerario de Antonino (It. 443-446-3), ponía en relación la capital de la Lusitania, con Caesaraugusta, siendo Sisapo uno de los emplazamientos mencionados. Es éste un itinerario controvertido, en relación a la citación de las mansio y de las distancias referidas, que ya fue objeto de estudio en la tesis doctoral de M. Zarzalejos (1995, 160-255). Este itinerario unía Emérita con Caesarugusta a través de tres tramos diferenciados (Carrasco, 1987, 28). - De Emérita a Laminium - De Laminium a Titulcia - De Titulcia a Caesarugusta. Es por tanto en el primer tramo donde aparece Sisapo, donde se la cita con la forma de Sisalone (It, 444-3): 444,3 Per Lusitaniam ab Emerita Caesarea 4 Augusta CCCCLVIII, sic: 6 Mirobriga XXXVI 7 Sisalone XII 445,1 Carcuvium XX 2 Ad Turres XXVI 3 Mariana XXIII 4 Lamini XXX 5 Alces XL Este tramo10 partiría desde Miróbriga, mansio situada en el Cerro del Cabezo en Capilla, Badajoz (Zarzalejos, 1995, 187-197), internándose por el sureste en el Valle de Alcudia, por la zona de la Dehesa de Castilseras, término municipal de Almadén, dónde se ubicaría el Cerro de las Monas, que es considerada por la autora de la tesis doctoral y por Sillieres (1980, 53) una mansio omitida entre Mirobriga y Sisapo, consideración que paliaría la no coincidencia de las distancias entre las ciudades (Zarzalejos, 1995, 10 Consúltese una descripción exhaustiva y completa en (Zarzalejos, 1995, 160-255) o un resumen de la misma en (Benítez de Lugo et alii, 2004,128-131). 22 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 224-225). Desde Sisapo, y a través de Almodóvar del Campo y Villamayor, la ruta seguiría hasta Carcuvium , ubicado por la mayoría de los autores en Caracuel, Ciudad Real (Zarzalejos, 1995, 2012-204, Carrasco, 1997a, 308-309) , y de aquí a Ad Turres, mansio por el momento desconocida que ha sido propuesta su ubicación en múltiples parajes11 (Zarzalejos, 1995, 204-208, Carrasco, 1997a, 308-309, Carrasco, 2004, 128) de Ad Turres a Mariana ubicada en Ermita de Mairena, en Puebla del Príncipe (Zarzalejos, 1995, 208-211, Carrasco, 1997a, 309), desde aquí hacia el norte hacia Laminium en Alhambra, Ciudad Real (Zarzalejos, 1995, 213) y de aquí hasta Alces, también de problemática identificación12 . La ruta seguiría hasta Titulcia, punto en el que convergían otras rutas en dirección a Caesaraugusta. (Zarzalejos, 2011, 60). La ruta Sisapo-Cástulo Además Sisapo quedaría relacionada con las tierras de Andalucía, en concreto con la región también minera de Cástulo (Cazlona, Jaén), corroborado por vía epigráfica(CIL, II, 3270)13, dónde nos dan noticia de la actividad benefactora del procurador imperial de la Bética, Quinto Torio Culeón, al reparar parte de la vía que comunicaba Cástulo con Sisapo, que según como ya indicaba M. Zarzalejos, (1995,288) ambas ciudades ya tenían comunicación a través de la vía 29 del itinerario de Antonino desde Sisapo a Mariana, y desde ésta a través del camino de Aníbal hasta Cástulo. Tanto esta autora como Sillieres (1990, 492-493) realizan una propuesta de trazado viario similar relacionando estas dos grandes ciudades gestoras mineras con otros centros de extracción y de transformación de mineral menores (El Centenillo, Diógenes, La Romana, Quinto del Hierro...). La vía Sisapo-Córdoba En 1993 se rescató del mercado clandestino, un cipo de piedra caliza (Figura 20), hallado en los alrededores de Córdoba seguramente cuando se produjo la remoción de tierras para proceder a urbanizar el terreno. La información que nos aporta este 11 L. Benítez de Lugo, G. Esteban y P. Hevia, proponen para este lugar el entorno del Puente de San Miguel en Valdepeñas (Benítez de Lugo et alii, 2004, 130). 12 Véase Carrasco, 2004, 128-129 13 CIL, II, 3270: Q.TORIO.Q.F.CVLLEONI/PROC.AUG.PROVINC.BAET/QVOD.MVROS.VETUSTATE/ COLLAPSOS.D.S.P.REFECIT.SOLUM/AD.BALINEUM.AEDIFICANDVM/DEDIT. VIAM.QVAE.PER.CASTVL/SALTVM.SISAPONEM.DVCIT/ADSIDVIS.IMBRIBVS.CORRVP/ TAM. MVNIVIT.SIGNA. VENE/RIS.GENITRICIS.ET.CVPIDI/NIS.AD.THEATRVM.POSVIT/ HS. CENTIES. QVAE.ILLI.SVMMA/PVBLICE.DEBEBATVR.ADDITO/ETIAM. EPVLO. POPVLO.REMISIT/ MVNICIPES.CASTVLONENSES/EDITIS.PER.BIDVVM.CIRCENS/D.D; (Carrasco Serrano, 1997,184) 23 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA cipo14, (1, 04 de altura, 41-45 cm de anchura y 16-30 de grosor) es muy valiosa, ya que es uno de los pocos casos en los que se corrobora una servitus viae, además de las escasas menciones a la societas sisaponense (Ventura 1993, 52.) El campo epigráfico, en letra capitalis cuadrata del cipo reza así: [-¿-]C· VIAE [Hi]c· viae SERVITUS servitus IMPOSITA imposita EST·AB·SOC est· ab· soc[ietate] SISAP·SUSUM Sisap[onensi] susum AD MONTES ad· montes S·S·LAT·PED· XIV s[ocietatis] S[isaponensi] lat[a] ped[es] XIV La restitución e interpretación propuesta por Ventura (1993, 51) sería: “Desde aquí la servidumbre del camino está impuesta por la sociedad sisaponense, hacia arriba hasta las montañas de la sociedad sisaponense, con un ancho de 14 pies”. El análisis epigráfico y paleográfico, así como el del mismo soporte (piedra caliza micrítica o “piedra de mina”) posibilitan el encuadre cronológico del soporte y la inscripción en época republicana, probablemente a mediados del siglo I. a.C (Ventura, 1993, 52). Por lo tanto, se atestigua de manera epigráfica, el flujo de comunicaciones entre Sisapo y Córdoba a través de esta servitus viae. Esta “privatización” de un camino o vía pública solo se entiende, si tal y como apunta Mª. P. García-Bellido (2004, 90), la comercialización de ese producto, en este caso, el cinabrio, el plomo y las galenas argentíferas, suponía para Roma una riqueza imprescindible de necesidad política. A través de esta vía el minio que se obtenía en Sisapo, llegaría a los filones cupríferos de Sierra Morena, pues tal y como sostiene el profesor C. Chic García, los romanos utilizarían el mercurio para purificar el oro y la plata existentes en las minas de cobre y plomo argentífero de Sierra Morena mediante la práctica de la amalgama (Chic García, 1991, 729). 14 CIL, II2, 7, 699 a). 24 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Varios autores han realizado propuestas de trazado de la vía Sisapo-Córdoba (Sillieres, 1990, 449-500; Zarzalejos, 1995,282; Melchor, 1993, 69-71) coincidiendo en lo esencial en el discurrir de la vía por el Valle de Alcudia y el paso por el Vioque y Santa Eufemia, pero discrepando en el trazado por el paso de la penillanura de Los Pedroches (Benítez de Lugo et alii, 2004, 139). Lógicamente, en la región sisaponense, junto a estas grandes arterias y vías principales de comunicación, existirían todo un conjunto de rutas y caminos secundarios que se encargaría de completar el enlace de los enclaves secundarios de las numerosas explotaciones mineras, hacia las vías principales de transporte mencionadas. 3.3.3. El régimen de explotación de las minas. A la hora de explotar económicamente las riquezas minerales, podemos distinguir la siguiente categorización (Hevia, 2003, 28-29) Minas públicas, que o bien eran explotadas directamente por el Estado o bien a través de la concesión a un particular o a una sociedad (societates publicanorum) de la que, lógicamente, el Estado también se beneficiaría a través de tasas. Minas públicas pertenecientes al territorio patrimonial de una civitas. Minas particulares. El caso de Sisapo y de los recursos minerales de su entorno se ha de relacionar con la primera categorización expuesta. El Estado, debido a las dificultades para un óptimo aprovechamiento, fue entregando, a partir de mediados del siglo II a.C, la explotación de las minas en régimen de arriendo, a sociedades de publicanos. Tal es el caso de la ciudad de Sisapo, con la societas sisaponensis15 (Vitrub. Arch, VII, 9, 4; Cicero, Phil. 2, 19,48; Plinio, Nat. 33,121) y constatado por las siglas SS (Societas Sisaponensis) halladas en un instrumento minero de Posadas en Córdoba y en monedas de Kese y Carmo (Arévalo-Zarzalejos, 1996, 166, García Bellido, 1986, 20-22) Como sociedad de publicani, tenía su principal actividad en el arriendo a Roma de la explotación de los recursos mineros (cinabrio y mercurio) del territorio de la 15 Documentada también en una inscripción de Roma (CIL, VI 9634) y otra de Capua (CIL, X, 3964). 25 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA ciudad de Sisapo. El cinabrio (minium) era utilizado para la fabricación de bermellón, un colorante muy apreciado, siendo Sisapo prácticamente la única suministradora de Roma, de ahí que Roma llegara incluso a prohibir el tratamiento del mineral en origen, siendo transportado el mineral en bruto precintado a la capital del imperio para ser procesado, realizándose el traslado casi con toda seguridad a través de la ruta más fácil y segura16, que tenía como destino, desde la región minera de Sisapo hacia el puerto fluvial de Córdoba, justamente coincidiendo con los lugares del hallazgo del cipo donde se hacía mención a esta servitus viae dependiente de la sociedad sisaponense. Se ha interpretado también otra alusión a la sociedad sisaponense en otra inscripción hallada en Córdoba (CIL II2/7 415a), sobre una losa de piedra, en letra capital cuadrada, cuyo campo epigráfico, según interpretación de García Bellido (2004, 90) reza así: M(arcus) Argentarius S(ocietatis) S(isaponensis) l(ibertus) Philinus A(ulus) Argentarius S(ocietatis) S(isaponensis) l(ibertus) Rufus M(arcus) Argentarius S(ocietatis) S(isaponensis) l(ibertus) Succio Suo testament iussit Según C. Domergue (1990, 270-271) la explotación de las minas pudo continuar bajo el control de publicani de la sociedad en régimen de arriendo, incluso tras recuperar el Estado algunas minas del área cordobesa, incluida Sisapo, tras la política de confiscaciones de Tiberio (Zarzalejos et alii, 1999, 256). Otra clave para confirmar esa continuidad de la sociedad, es el hallazgo en Roma de un epígrafe que hace referencia a C. Miniarius Atimetus, procu(rator) Sociorum Miniarium17, fechado a finales del siglo I d.C, identificado como un gestor de las minas de minio, de Sisapo. (Hevia, 2003, 30). . A comienzos del siglo II d.C, las minas de plomo y galenas argentíferas del Valle de Alcudia iniciarían un período de retraimiento de su actividad extractiva, al empezar a beneficiarse Roma de otras minas del imperio (Britannia), que culminaría con el cese de la extracción ya a comienzos del siglo III d.C. 16 17 Identificada por E. Melchor Gil (1987, 434- 438) como el Camino del Pretorio. (Figura 19) CIL VI, 9634 26 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 4. SISAPO A TRAVÉS DE LAS FUENTES. 4.1. Sisapo en las fuentes literarias clásicas. La ciudad de Sisapo debe su fama en la Antigüedad a su papel como centro gestor de las explotaciones mineras de cinabrio (mercurio), plomo y plata en el sector de Sierra Morena. Las fuentes clásicas alaban la riqueza de la región en cinabrio, plata, plomo y cobre. Son varios los ejemplos de fuentes literarias de la Antigüedad que se refieren de forma indirecta a Sisapo. Autores como Estrabón (III, 2, 3)18, Plinio ( III, 14) (“Altera Baeturia, quam diximus Turdulorum et conventus Cordubensis, habet oppida non ignobilia Arsam, Mellariam, Mirobrigam, reginam, Sosintigi y Sisaponem”) o Cicerón (Ph., II, 48) aportan datos que evidencian la riqueza minera de la zona, dándonos noticias éste último incluso sobre la creación de una sociedad creada para la explotación y exportación del minio de la región hacia Roma.( “quid erat in terris, ubi in tuo pedem poneres praeter unum Misenum, quod cum sociis tamquam Sisaponem tenebas?”). Este punto ha sido confirmado por vía epigráfica (CIL, X, 3964, CIL VI, 9634 o Ventura, 1993, pp. 49-61). En Plinio (XXXIII, 118) se nos informa sobre la actividad exportadora del minio a Roma, siendo el gestionado desde Sisapo el más conocido (“celeberrimo Sisaponensi regione in Baetica miniario metallo”). Vitrubio (VII, 9,4) vuelve a mencionar el traslado de mineral a Roma para su preparación (“quae autem in Ephesiorum metallis fuerunt officinae, nunc traiectae sunt ideo Romam, quod id genus venae postea est inventum Hispaniae regionibus, e quibus metallis glaebae portantur et per publicanus Romae curantur). También, el Itinerario de Antonino19 (Roldán Hervás, 1975, 31) en la ruta Per Lusitaniam ab Emérita Caesarea Augusta (Emérita Augusta, Contosolia, Miróbriga, Sisapo, Carcuvium, Ad Turres y Laminium). Este itinerario llevó durante bastante tiempo a identificar, erróneamente, Sisapo, con Almadén, y aún hoy genera polémicas entre los interesados en caminería antigua por la no coincidencia de las distancias indicadas entre las localidades citadas. (Carrasco, 2007, 367). 18 Estrabón (3, 2, 33) llega a identificar un núcleo urbano antiguo y otro nuevo. (Fernández et alii, 1982, 216)], hecho para nada infrecuente quizás para diferenciar la dualidad de los asentamientos romanos e indígena. 19 En el Itinerario de Antonino (It. Ant, 444,7) se le cita con la forma de “Sisalone”. 27 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 4.2. Sisapo en fuentes no clásicas. Si acudimos a las fuentes no clásicas, la alusión más antigua sobre la existencia de ruinas antiguas en La Bienvenida aparece en las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575), «... La Bienvenida está en la dehesa de Alcudia... es sitio a do se han hallado muchas monedas antiguas de romanos, y otros edificios y lugares antiguos...» (ViñasPaz, 1971, 63). Tenemos noticias de la primera propuesta de ubicación de Sisapo en la Bienvenida de una manera indirecta a través de autores como A.Blázquez o I. Hervás (Blazquez, 1912, 365; Hervás, 1914, 164-165). Según estos autores, esta primera asociación se debió al erudito D. Ángel Delgado (aclaremos en este punto que tanto Bláquez como Hervás no compartían esta identificación). En 1953, aparece en la prensa local de Ciudad Real, una noticia referida por el sacerdote D. Edistio Silvestre Sancho que informa sobre la localización de una ciudad romana junto a la iglesia de la aldea de La Bienvenida con importantes y numerosos vestigios (Inventario Folios Arqueológicos, 1953, 207, nº 649). En 1955, tenemos una primera intervención arqueológica en La Bienvenida en un área situada en torno a un patio porticado, auspiciada por el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo y llevada a cabo por D. Tomás García de la Santa, erudito local, pero no profesional de la arqueología, plasmada en una obra donde describe someramente algunos de los hallazgos y da credibilidad a la identificación de Sisapo con La Bienvenida (García de la Santa, 1955, 673-676). En 1960, publica junto con el párroco un trabajo donde se percibe la abundancia de los restos (Sancho-García de la Santa, 1960). Desde estas primeras actuaciones no profesionales en la década de los 50 hasta 1980, momento en el que se inician las excavaciones sistemáticas, el yacimiento queda en el abandono, expuesto a los “buscadores de tesoros” con el consiguiente expolio y desaparición de muchos de sus restos. 28 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 4.3. El problema de la localización de Sisapo. La reducción geográfica de la afamada ciudad gestora de minio que citan las fuentes, siempre ha ocupado un importante lugar en la investigación histórica especializada, y ha tenido a lo largo del tiempo distintas propuestas de ubicación. Almadén, la importantísima ciudad minera, célebre por sus impresionantes y riquísimas minas de cinabrio, no ha sido la única de las ciudades actuales a las que se las ha llegado a identificar como la Sisapo de las fuentes antiguas, también otros núcleos de la provincia han tenido ese “privilegio”; autores como Cortés y López ( 1836, III, 391) en el siglo XIX y Enrique Florez ( 1751, VII, 140), en el XVIII, defendían la reducción geográfica de Sisapo en Valdeazogues, otros autores como Romero (1954, 8), Fita (1910, 57) Hervás ( 1914, 25) y Corchado (1969,125) la situaban en Chillón, o incluso Sillières (1980, 52-54) en el Cerro de las Monas ( término municipal de Almadén) . Este autor, tomando como base la vía 29 del mencionado Itinerario de Antonino, consideraba que Sisapo se encontraría en el Cerro de las Monas, siendo la Bienvenida, una mansio no mencionada en tal itinerario, reconsiderando posteriormente su postura e invirtiendo los términos (Sisapo-La Bienvenida, Cerro de las Monas-mansio omitida). Pero será la identificación de Sisapo con Almadén, la que mayor número de seguidores haya tenido hasta hace la aparición de las primeras evidencias epigráficas, ya que el principal argumento para la identificación de Sisapo con Almadén, se basaba en la proximidad de la ciudad a las afamadas minas de cinabrio. Sería muy larga la mención de todos los autores que se han venido sumando a esta posibilidad; en la segunda mitad del siglo XIX, destacaría Hosta, (1865, 85) Coello, (1889, 20) y Blázquez, (1892,280) y ya en el siglo XX, González Román (1981, 141) Fernández Corrales (1987, 62-63); M. Pastor y J.A. Chacón (1991 ,347). Muchos de estos autores basaban sus afirmaciones en la existencia de explotaciones mineras antiguas sin basar tales afirmaciones en evidencias, restos, etc. Como parece evidente, que en el entorno de las ciudades citadas existan minas de cinabrio, esto no significa que la ciudad que las gestionó hubiera de ubicarse necesariamente junto a ellas (Zarzalejos, 1994,180-184). Una posibilidad que en principio no habría que descartar es que existieran dos poblaciones con el mismo nombre (La Sisapo novus y vetus de Estrabón). En tal sentido 29 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA según A.M. Cantó, el Cerro de las Monas (en Almadén) albergaría la Sisapo nova, y la aldea de la Bienvenida, la Sisapo vetus mencionadas en Estrabón (Cantó, 1993, 174). En este punto recordar, que según las prospecciones llevadas a cabo por dos miembros del Equipo de Investigación “El paisaje minero antiguo en la vertiente Norte de Sierra Morena”, Germán Esteban y Patricia Hevia, los indicios del Cerro de las Monas, así como abundantes restos cerámicos obtenidos en superficie, no descartan la posibilidad de que el Cerro de las Monas, sea la Sisapo novus de la cita estraboniana, a partir de época altoimperial. Esta hipótesis también es la que deja abierta los actuales responsables del yacimiento (Fernández Ochoa- Zarzalejos, 2010, 369) a la espera de futuras intervenciones que tendrán que corroborar o refutar esta hipótesis. 4.4. Sisapo en La Bienvenida: las evidencias epigráficas. Todas estas posibles ubicaciones e hipótesis sobre el emplazamiento de la histórica y afamada ciudad de Sisapo, empezarían a ser desechadas, gracias a los trabajos arqueológicos y a los hallazgos epigráficos, que de una manera casi indiscutible20, han venido a reducir geográficamente e identificar la aldea de La Bienvenida con Sisapo. Suele considerarse entre la comunidad historiográfica que el hallazgo de información epigráfica in situ, y que aporte referencias a un núcleo poblacional antiguo, es un sólido argumento para proponer su localización geográfica. Esta consideración se ve aún más reforzada si se trata de una inscripción o dedicatoria pública, honorífica o monumental. En la campaña de excavación de 1982 se halló en contexto arqueológico, en el ángulo suroeste del peristilo, un fragmento de placa marmórea21 de marfil tono claro 20 A pesar del innegable peso de las evidencias epigráficas, no ha faltado alguna que otra opinión discrepante, (Fuentes, 2006, 104-105) que pusiera en duda la identificación de Sisapo con la Bienvenida, afirmando que los hallazgos epigráficos pueden ser una buena muestra de “epigrafía excéntrica” es decir, epigrafía constatada lejos de su lugar de origen, generada por la societas sisaponensis para cuestionar la evidencia epigráfica de 1982. Esta opinión es, por otra parte, minoritaria, ya que la mayoría de estudiosos y expertos han admitido el peso de los hallazgos epigráficos existiendo un mayoritario consenso sobre la localización de Sisapo en la Bienvenida. 21 CIL II2/7 793. Imagen y texto disponible en http://edh-www.adw.uniheidelberg.de/offen/suchen2.html?prov=Bae&lit=CIL+02+%282.+Aufl.%29+07,+00793&klammern=N &bool=AND&case=N&sort=id_nr [Consulta el 10 de junio de 2012]. 30 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA (Figura 1) con unas medidas de 14,5 de alto, 20 de largo y 3,7 cm de grosor, (Fernández Ochoa et alii, 1982-83, 212) en letra capital libraría. En la placa podía leerse la leyenda (S)ISAPON(E), resto de una inscripción de carácter público realizada por la Comunidad, el Consejo o los Magistrados de Sisapo y que pudo haber formado parte del revestimiento del pedestal de una estatua o fijada a algún edificio o monumento ( la parte de atrás estaba alisada para facilitar su sujeción) ( Fernández et alii, 1982, 213; Fernández- Zarzalejos, 2010, 363). Ya desde los primeros momentos quedó descartada la posibilidad de que tal fragmento tuviera una finalidad funeraria Fernández Ochoa et alii, 1982-83, 213), ya que el epígrafe hallado pertenecía a uno de los extremos de la placa, con lo que no quedaría el espacio necesario a la derecha ni debajo de la leyenda para que figuraran las fórmulas funerarias características y tópicas H.S.E [ H(ic) S(itus/a) E(st) ] o S.T.T.L [ S(it) T(erra) T(ibi) L(evis) ] o la edad del finado (Fernández et alii, 1982,213). Entre las opciones de restitución de del epígrafe se han barajado varias posibilidades: [res publica] (S)isapon(e)/ [nsium], [ordo municipi] (S)isapon(e)/[nsium], o bien [II vir municipi] (S)isapon(e)/[nsium] (Fernández et alii, 1982-83: 215; Alföldy 1987, 55). Gëza Alföldy, a tenor del estudio paleográfico, también propuso su datación entre época flavia y antoniana, entre el último cuarto del siglo I d.C y el primer cuarto del siglo II d.C (Alföldy 1987, 57-58). Esta evidencia dio pie a plantear la hipótesis, por parte del equipo responsable del yacimiento, de la identificación de La Bienvenida con la Sisapo citada por las fuentes como sede de la gestión y explotación del cinabrio más afamado del Imperio. La propuesta ha ido cobrando cuerpo con los resultados científicos que el yacimiento ha proporcionado en los últimos años y se ha corroborado nuevamente por vía epigráfica mediante nuevos hallazgos ocurridos en la campaña de 2001 en una fosa colmatada en época tardoantigua al noroeste de la domus de las Columnas Rojas.(Fernández OchoaZarzalejos, 2010, 363). Se trata de un conjunto de fragmentos de epígrafes dónde destacan dos piezas (Figuras 2 y 3): La primera pieza, de mármol blanco ( pieza inventariada como BV01/1/6/3/4) donde puede leerse: [---]O MVN[---] [---]SAPO[---]. 31 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Por la escasez de información epigráfica existen varias opciones según los especialistas: o bien que pueda tratarse de una inscripción funeraria con el nombre del finado en dativo, con la indicación del origo (Sisapo) en la segunda línea, o bien, la que parece más probable, una inscripción honorífica o monumental, siendo la O final de la primera línea algún adjetivo del sacerdote o cargo que la encargó, o la referencia al genio o al ordo del municipio, que en el resto del epígrafe, no cabe duda de su mención. (Fernández-Ochoa, Zarzalejos, 2010, 363). Su datación coincide en el tiempo con la del epígrafe de 1982 (entre época flavia y antoniana). La segunda, una placa de mármol veteado en rosa (inventariada como BV01/1/6/3/5) con el texto : [- - -] + LOGVS · P · ÁELIVS · A[- - -] [- - -] VNICIPVM · MVNICIPI[- - -] [- - -]+ · INPENSA · DEDÉRV [- - -]. La posible restitución realizada por H. Gimeno (2008,324) sería: Di]alogus· P(ublius) Áelius · A[---]/ [IIIIIIviri Aug.? m]unicipum·municipii [Sisaponensium]/ [--- su]a · inpensa · dedéru[nt ---?]. El estudio epigráfico de ésta placa y de otros materiales hallados en La Bienvenida se encuentran en fase de preparación (Gimeno, 2008, 324). Este fragmento, fechada a mediados del siglo II d.C, seguramente esté aludiendo a un acto evergético que pudo conmemorar la celebración de unos augustales, o seviri augustales de la ciudad., aunque por el estado fragmentado del epígrafe no nos es posible conocer en qué consistió tal acto munificente. La importancia de estos dos epígrafes mencionados, es que venían a despejar cualquier atisbo de duda en varias cuestiones: Por un lado, el hecho de encontrar en el mismo lugar otra mención (recordemos la inscripción de 1982) a la antigua ciudad de Sisapo, era un hecho bastante concluyente en sí, y son pruebas bastantes sólidas para confirmar la reducción geográfica de Sisapo en la Bienvenida. Por otro lado, con la segunda pieza, se vendría a confirmar la existencia y consideración de Sisapo como municipio, la segunda categoría en el ordenamiento jurídico administrativo romano, ya que los actos 32 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA evergéticos son un fenómeno caracterizado por su carácter urbano (Andreu, 1998, 44). Los miembros de la élite política, social y económica del municipio pasarían a desempeñar las magistraturas necesarias para el bue funcionamiento de la ciudad. Según J. Andreu la evergesía es “una conducta social por la cual los notables de las ciudades destinaban parte de su riqueza a la comunidad bajo la forma de contribuciones a la construcción pública y al esparcimiento de los ciudadanos con fines a legitimar mediante ese comportamiento su posición en el orden social municipal y ganar de esa manera un prestigio nada desdeñable e incluso necesario para el avance en su cursus honorum” (Andreu, 1998, 43). Por otro lado, los augustales o seviri augustales, eran una especie de magistratura urbana que fue instituida por Augusto, primero en Roma, y después extendida por todo el Imperio. La función de estos magistrados se asociaba al mantenimiento del culto dedicado al emperador y a promover obras de beneficencia y festejos públicos, siendo la única magistratura municipal accesible a una clase social como los libertos (Andreu, 1998, 46). Un requisito indispensable para poder acceder a esta magistratura, que lógicamente repercutiría en honores y beneficios para quien la desempeñara, era la riqueza, pues al acceder al cargo debían abonar una cantidad mas o menos estipulada (la summa honoraria), y además la comunidad esperaba de ellos una actitud munificente para con el municipio (erección y dedicación de estatuas, contribución a la construcción de edificios o infraestructuras públicas etc…) Otro de los epígrafes hallados22 en Sisapo (CIL II2/7, 793), informa según J. Andreu (2008, 236) sobre la remisión de los gastos de un homenaje por parte de algún miembro de la élite. Esta nueva documentación aportada por los epígrafes ha llevado a aseverar a los responsables del yacimiento, la inequívoca ubicación de la Sisapo de las fuentes antiguas en la Bienvenida. Según la opinión de dos de sus cuatro miembros del equipo de dirección científica, “aportan una información preciosa, tanto sobre la identificación del yacimiento como sobre el estatuto jurídico municipal de que disfrutó el centro” y que la existencia de dos epígrafes —muy probablemente de carácter honorífico o monumental— que contienen parte del nombre de la ciudad de Sisapo en 22 Es un fragmento minúsculo donde reza $?] / [---]mis[---] / [---] P(---) [---] / [&?. Accesible en http://edh-www.adw.uniheidelberg.de/offen/suchen2.html?prov=Bae&lit=CIL+02+%282.+Aufl.%29+07,+00794&klammern=N &bool=AND&case=N&sort=id_nr [Consulta el 12 de junio de 2012]. 33 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA un mismo yacimiento deberían ser ya argumentos bastante definitivos para admitir la identidad de este lugar” (Fernández- Zarzalejos, 2010, 364). Estos epígrafes abrían puertas nuevas y ampliaban las fronteras al estudio del yacimiento como la cuestión de su estatuto jurídico municipal. 4.4.1 La cuestión de la municipalización. Una de las consecuencias de la extensión del Ius Latii universae Hispaniae de Vespasiano en torno al 70 d.C23 será el espectacular impulso en el proceso de adquisición del rango de municipios en Hispania, manifestado en el desarrollo urbanístico y monumentalización de los asentamientos privilegiados con tal categoría, y favorecidos bien desde los poderes locales, interesados y obligados a dotar a sus comunidades de infraestructuras dignas y acordes con su rango municipal, o por otro lado, bien gracias a los actos evergéticos24 de sus élites políticas, quienes deseosas de promoción, contribuyeron a mejorar la dotación urbanística de sus municipios, convirtiéndose tales comportamientos evergéticos en Hispania tras la época flavia, en hábitos generalizados, presentes, decisivos y muy decisivos en la vida municipal de sus comunidades ( Melchor, 1999, 81; Andreu, 2004, 44). Según J. Andreu (2004,40) el desarrollo urbanístico de una determinada comunidad en los momentos inmediatos a una posible transformación de su estatuto jurídico, puede ser un buen indicador de su mejoramiento estatutario, así como también la constatación de actos evergéticos por parte de las élites. Los municipios hispanos tendrán como el concepto romano de ciudad civilizada, dotadas de toda una serie de elementos defensivos (murallas), edificios religiosos (templos), espacios destinados al ocio ( teatros, baños, anfiteatros) o a actividades económicas y administrativas ( archivos municipales, curias, basílicas…) Efectivamente, en época tardoaugústea se ha datado una monumentalización del centro, relacionado seguramente, con el impulso otorgado por Augusto a la explotación de las minas de Castulo y Sisapo. En este momento se consolida una nueva traza urbana 23 No existe unanimidad respecto a las fechas de tal concesión. Puede verse al respecto (Cantó, 1996, 239241). 24 Puede consultarse una introducción a la evergesía en España en Melchor (1993; 1994,171) y J. Andreu (1999,57). 34 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA de la que conocemos una calle porticada que discurre en dirección N-S -cardo-, un conjunto de tabernae y la domus de las Columnas Rojas. No obstante, habría que tener en cuenta, que al margen de su posible municipalización y privilegio estatutario, el desarrollo urbanístico, debe relacionarse también con esa mencionada incentivación de las explotaciones mineras y el refuerzo del papel de Sisapo como centro gestor y distribuidor del cinabrio y galena argentífera de la zona. Estos argumentos expuestos, abogarían pues por una temprana promoción del núcleo, alcanzando esa condición de municipalización ya en época augústea o julioclaudia. A favor de esta opción se manifiestan autores como Fernández Ochoa, Caballero y Morano (1982, 83), Fernández Ochoa y Caballero (1998,207), Alföldy (1987, 54 ss), Abascal y Espinosa (1989, 28, 66-67), o más recientemente, Andreu (2008, 236). Este posicionamiento, plantearía como problema la falta de coincidencia con la lista de Plinio (NH, III, 13-14), ya que cuando esta se publica, Sisapo no aparece entre las ciudades privilegiadas, además, la mayor parte de las ciudades de la lista pliniana, alcanzan su estatuto jurídico municipal en época flavia25. Otra razón para optar por una promoción municipal flavia o posflavia, sería la documentación epigráfica, que remite a épocas posflavias, aunque los testimonios epigráficos per se no pueda constituir un argumento para cono conocer el momento en el que Sisapo alcanzó su condición municipal. Como hemos señalado, considerando estas dos posiciones y posturas (municipalización augusta o flavia), y tal y como señalan, M. Zarzalejos, C. Fernández Ochoa y P. Hevia (2011, 41), al margen del momento de su municipalización, lo que no cabe ningún género de duda, es que Sisapo sí llegó a alcanzar y disfrutar tal condición de municipio, atestiguado de una manera “incontestable” por la epigrafía. Otra cuestión, en la que de momento no se puede afirmar nada con datos arqueológicos, sería la cuestión de la tribu a la que hubieran pertenecido los ciudadanos sisaponenses. En efecto, una vez que un individuo adquiría la obtención de la ciudadanía romana, quedaba adscrito a una de las múltiples tribus existentes en Roma. Es habitual, para el caso de Hispania, aunque por supuesto siempre hay excepciones, considerar que los ciudadanos de los municipios que adquirieron su promoción estatutaria en épocas tempranas con Julio César o Augusto, quedaran encuadrados en la 25 Argumentación de A.U. Stylow (1991,11-27). 35 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Galeria Tribu, mientras que los de las comunidades que lo fueron en época flavia, sus miembros quedaron adscritos a la Quirina Tribu (Andreu, 2004 b, 344). Para el caso de Sisapo, ha habido autores (Martínez Clemente, 2002, 135) que han sugerido de una manera indirecta la adscripción a la Galeria Tribu de los ciudadanos de Sisapo, ya que si se acepta la relación y dependencia del vicus de Carcuvium respecto a Sisapo, existe constancia epigráfica26 de que dos magistri de Carcuvium27 pertenecían a la Galeria, parece razonable pensar que los sisaponenses también hubieran podido quedar adscritos a dicha tribu romana. 5. BREVE SÍNTESIS DE LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS. A continuación haremos una breve exposición y síntesis sobre la evolución de los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el yacimiento, desde 1980 hasta la actualidad, centrándose los trabajos dentro del área del recinto fortificado, bien visible con la fotografía aérea y por satélite. (Figuras 6 y 18). 5. 1 De los inicios y primeras noticias hasta 1980. Las primeras intervenciones en el área de La Bienvenida, que no excavaciones metódicas rigurosamente profesionales, se remontan al año 1953, cuando desde las instancias locales, el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, al cual pertenece administrativamente como aldea pedánea La Bienvenida, autorizó unos sondeos en la zona, llevados a cabo por el erudito local, catedrático de Latín y profesor de Instituto D. Tomás García de la Santa Casanueva. Las primeras actuaciones se centraron en los alrededores de un patio porticado. No es demasiado abundante la información de estos primeros pasos, en un trabajo conjunto el mencionado catedrático y profesor y el presbítero Edistio- Silvestre Sancho, publicaron en un trabajo algunas fotografías junto con los principales hallazgos que 26 AE, 1987, nº 686. La lectura según G. Alföldy es la siguiente: -----/M(arcus) C[---](Gal(eria) Flavu[s]/M(arcus) Valeriu[s]/Proculus/ mag(istri)n. (Alföldy,1987,p. 50). 27 36 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA ellos documentaron. Aquí se nos da noticia sobre la presencia de enterramientos de inhumación en sarcófagos de piedra en el NW del yacimiento, monedas, pavimentos de ladrillos etc. Ambos conjeturan que probablemente se trate de un importante núcleo de origen romano, cuyos habitantes estarían mayoritariamente dedicados a la explotación de las minas e insisten en la necesidad de iniciar unas excavaciones sistemáticas dirigidas por técnicos profesionales. (Sancho- García de la Santa, 1960, 38-39). A pesar de estas recomendaciones, el yacimiento queda abandonado a su suerte casi tres decenios, siendo objeto de expolios, saqueos e intervenciones clandestinas de los “buscadores de tesoros”. 5.2. Desde el año 1980 hasta el año 1990. Debemos situar el comienzo de los trabajos sistemáticos en el yacimiento en el año de 1980. Inicialmente sus directores fueron los doctores, C. Fernández Ochoa, Profª Titular de Arqueología de la U.A.M. y A. Caballero Klink, Director del Museo Provincial de Ciudad Real. Desde entonces y hasta la actualidad se han venido desarrollando campañas de excavaciones, que han sido irregulares en el tiempo, (ha habido años que no se ha generado trabajos arqueológicos de campo), y en cuanto a su duración (campañas desde 15 días a cuatro meses). En esta primera etapa, las intervenciones desarrolladas van a seguir la aplicación del sistema Wheeler, que recordemos, consiste en la traza de una red de cuadrículas de dimensiones determinadas (en el caso de La Bienvenida se optó por una trama de cuadrículas de 4 x 4 m., ampliadas posteriormente a 4 x 9 m.) y testigos intermedios (de 1 m). Los datos de campo se anotaban en un diario de excavación único para cada campaña, realizado personalmente por los directores de la excavación, en el que se iba dando cuenta de los resultados diarios obtenidos en cada corte. Los trabajos de la campaña de 1980 se inician con la limpieza y adecuación del área removida en 1953 y los años siguientes. Se trazaron cuatro grandes cuadrículas de 4x4 metros al W. del patio porticado, buscando al ser una primera campaña de excavación una posible estratigrafía. Las cuadrículas excavadas proporcionaron abundantes materiales arqueológicos (cerámicas, monedas, metal, vidrio, huesos trabajados) cuyo estudio y publicación se realizaron en los años siguientes (CaballeroFernández Ochoa, 1981; Aurrecoechea et alii, 1986; Fernández Ochoa et alii, 1986). 37 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA En la siguiente campaña, en el año 1981, también con una duración de 15 días, se ampliaron las cuadrículas a 9x4 metros. Aparecieron varias monedas de Graciano, Arcadio y Honorio, y cerámica pintada iberorromana y de tipo ibérico tardío, con lo cual se apuntaba la existencia de un momento prerromano para el yacimiento. (Fernández Ochoa et alii, 1994, 29) Las campañas de 1982, desarrollada en dos fases, se centraron en el área denominada por los lugareños como “Hoyo Santo”, donde ya las tradiciones antiguas hablaban de la presencia de un circo o anfiteatro romano (Hervás 1914,165)28. No se hallaron en aquel momento evidencias ni estructuras propias de un edificio destinado a espectáculos con lo que no se pudo afirmar tal conjetura. En la segunda fase de la campaña de 1982, en noviembre, se halló un fragmento de placa de mármol en la que se lee con claridad […](S)ISAPONE(N)[…]. El tipo de letra y el hecho de que se trate de una placa que se fijaría sobre un soporte (monumento o edificio) permitirían descartar que se tratara de una inscripción de carácter funerario (Fernández Ochoa et alii, 198283). Este dato es significativo, porque si se tratara de un epígrafe funerario, realizado para señalar el enterramiento de un ciudadano en Sisapo, la inscripción no tendría por qué aparecer en esa ciudad, sino en el lugar donde hubiera fallecido el “sisaponense” en cuestión. Casi con toda seguridad, se trataba de una dedicatoria pública a un emperador, alguna divinidad o a algún ciudadano preeminente, cuya porción conservada, tal y como se puede observar en la Figura 1 del Anexo fotográfico, revela parte del nombre de la comunidad que realizó esa dedicatoria. El carácter público de esta pieza permitió proponer con mucha verosimilitud la relación topográfica de la ciudad de Sisapo con el lugar de la Bienvenida, donde se halló el epígrafe. A partir de este momento la hipótesis de Sisapo= La Bienvenida empezaría a sonar con fuerza cada vez mayor entre los miembros de la comunidad historiográfica científica. En la campaña de 1984 (el año anterior no hubo), se siguió profundizando en las zonas excavadas anteriormente y se planteó la selección de nuevas zonas para su excavación en futuras campañas. Las estructuras documentadas más interesantes son las 28 “Son numerosos los vestigios que se observan en Bienvenida, en donde mi difunto hermano don Manuel opinaba hubo Circo, pues existe una depresión artificial en el terreno que por su aspecto y dimensiones debió tener aquel destino, y en cuyo territorio se han encontrado multitud de monedas y aún objetos”. 38 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA correspondientes a un atrio tetrástilo que sugería la presencia de un nuevo espacio de uso doméstico, y otro peristilo de muro corrido con columnas estucadas en rojo (Fernández Ochoa- Zarzalejos, 1992 a, 26-28). En la campañas de 1985 se realizaron dos cortes estratigráficos nuevos y en la de 1986, se centró en investigar la estratigrafía de las zonas seleccionadas en el año anterior. La escasez de recursos económicos, por una parte, y los abundantes materiales pendientes de estudio por otras hará que estas campañas tengan una duración menor a un mes, y que en los siguientes años, hasta 1990, no se puedan acometer nuevas actuaciones. (Zarzalejos, 2000, 209) Las publicaciones difundiendo los hallazgos y materiales proporcionados por el yacimiento continúan. (Zarzalejos-García Díaz, 1987; Zarzalejos-Seldas; Fernández Ochoa-Caballero, 1988; Aurrecoechea, 1989, Fernández Ochoa, San Nicolás, 1989). 5.3. Las intervenciones arqueológicas desde 1990 a 1998. Con los inicios de la década de los 90, se constituye el actual equipo de investigación con las Dras. Carmen Fernández Ochoa y Mar Zarzalejos como directoras científicas, y Patricia Hevia Gómez y Germán Esteban Borrajo como investigadores asociados al proyecto, a los que con el tiempo se les sumará nuevos miembros como Cristobal Burkhalter Thierbaut, Roberto Parra Indiano y Noelia Sierra Sáinz. Se inicia una nueva fase del proyecto, que implica no sólo un cambio en las actuaciones metodológicas de campo ( implantación del método Harris), sino también la extensión conceptual del proyecto de investigación de Sisapo, abriendo las investigaciones hacia el territorio circundante (territorium sisaponensis) en un intento de recabar datos con el fin de elaborar una síntesis global sobre la organización, gestión y etapas de funcionamiento de las explotaciones mineras controladas desde la ciudad ( Zarzalejos et alii, 1999). Al mismo tiempo se alertó sobre la necesidad de conservar las estructuras ya descubiertas, para protegerlas tanto de la acción antrópica como de la exposición a la intemperie y de acondicionar el yacimiento para su visita pública con vistas de 39 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA rentabilizar socioculturalmente las inversiones públicas realizadas en el yacimiento desde diversas administraciones. En las campañas de 1991, 1992 y 1993, al mismo tiempo que se sigue excavando en el área urbana y documentando abundantes restos cerámicos (Fernández Ochoa- Zarzalejos, 1991, 1992b y 1993) se sigue avanzando en el conocimiento del registro estratigráfico del yacimiento siendo objeto de estudio dentro de la tesis de M. Zarzalejos (Zarzalejos, 1995). Las campañas de 1994 y 1995 fueron ciertamente fructíferas, se inició el desmonte de los testigos en todas las cuadrículas para iniciar las tareas de conservación y acondicionamiento del yacimiento y disponer de áreas abiertas. En la zona central del yacimiento se trabajó para dejar visibles las dependencias comerciales y domésticas que daban a la calle del recinto doméstico (llamada “Domus de las Columnas Rojas” en referencia al color del revestimiento que las cubría) encontrado en campañas anteriores. En estas campañas se descubrió un mosaico perfectamente conservado y restos de pinturas murales en la citada domus, lo que abría nuevas vías y nuevas posibilidades del yacimiento para su estudio y documentación (Zarzalejos, 2000, 218). Desde el año 1995, la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha en convenio con el INEM y después el SEPECAM (Servicio Público de Empleo de Castilla la Mancha) viene asumiendo el coste de la contratación de personal técnico y operarios en campañas que han llegado a durar hasta cuatro meses anuales. También colaboran en la financiación del Proyecto, el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo y el CEDER del Valle de Alcudia. Durante el período de campañas de 1996-1998, se planteó una excavación en extensión para documentar el trazado y la cronoestratigrafía de las murallas ibéricas que rodean el yacimiento y que son perceptibles desde la imagen de satélite (Figura 6). Se trabajó en una de las estancias de la “Domus de las Columnas Rojas” dónde pudo restituirse completamente un muro que había sido desplomado, identificándose incluso los recubrimientos murales pintados. (Zarzalejos 2000, 219). Se intervino en el peristilo de muro corrido sustentado por columnas revestidas de pinturas rojas, y durante esta campaña y la siguiente de 1999, tras un minucioso estudio y reconstrucción del proceso 40 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA de caída, se procedió al levantamiento y colocación de las columnas29 (2 íntegras y algunas parcialmente conservadas) en su lugar de origen, para intentar recuperar algo de la imagen real del patio que midió 142 m2. Se amplió la zona de excavación hacia el sur de la “Domus de las Columnas Rojas”. 5.4. Sisapo en el Siglo XXI. Con el cambio de milenio, paralelamente a la continuación de los trabajos de campo arqueológicos, se pretendió impulsar la divulgación del yacimiento así como la investigación del contexto geográfico e histórico de Sisapo para conocer las estrategias de ocupación del territorio minero en la Antigüedad (Fernández Ochoa et alii, 2002; Zarzalejos et alii, 2005). Uno de los objetivos básicos del proyecto era también el acondicionamiento de la Bienvenida para la visita y rentabilización turística y cultural. En la línea de lo mencionado anteriormente comentar que asistimos a una proliferación de estudios y publicaciones temáticas30, realizadas tanto por los miembros del propio equipo arqueológico de Sisapo (Zarzalejos et alii, 1999; Fernández Ochoa et alii, 2002; Fernández Ochoa- Zarzalejos, 2004, Zarzalejos et alii, 2004, Zarzalejos et alii, 2005; Zarzalejos- Esteban, 2007; Zarzalejos et alii, 2007 a; Zarzalejos et alii, 2007; Esteban-Hevia, 2008, Zarzalejos 2008; Zarzalejos et alii, 2010 a, Zarzalejos et alii, 2010) como por otros reputados especialistas en la materia como la doctora Carmen Guiral Pelegrín en colaboración con las directoras de Sisapo, se encarga del estudio de las pinturas murales y decoración pictórica, (Guiral -Zarzalejos, 2006), A. Gea García se ocupó de la extracción de los mosaicos ( Gea García, 2003), y más recientemente se acaba de publicar un monográfico dedicado a la decoración musivaria de Sisapo ( Zarzalejos et alii, 2011), o por ejemplo de la numismática y circulación monetaria relacionada con la ciudad Gregorio Carrasco o A. Arévalo ( Carrasco 2007; Arévalo 1995 a y 1995 b). Como el conjunto arqueológico está declarado como Bien de Interés Cultural, el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo inició los trámites para la compra o 29 Puede verse un resumen del proceso y principios que guiaron la restitución de las columnas en (Zarzalejos et alii, 2007a, 324-326) 30 Puede consultarse la referencia a la bibliografía generada por el equipo de Sisapo en http://www.unedillesbalears.net/Tablas/mzarza21.pdf [Consulta el 2 abril de 2012]. 41 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA expropiación de los terrenos adyacentes al yacimiento (finalmente se expropiaron), (JCS, 2006). Se barajaron las posibilidades de crear un Centro de interpretación bajo la premisa de promover y divulgar el conocimiento del patrimonio histórico y cultural de Sisapo, construir un centro expositivo y un almacén que albergara el material arqueológico, en definitiva poner en valor y hacer visitable este yacimiento. Hoy por hoy todas estas iniciativas siguen en punto muerto. En las últimas campañas se han venido desarrollando trabajos en la “Domus de las Columnas Rojas”. (Figura 14). En 2007, en el transcurso de las obras de mejora de la carretera CM-4002 que discurre muy cerca del emplazamiento del yacimiento y que es la vía de acceso a la pedanía de La Bienvenida, se detectó una necrópolis visigoda (medio centenar de esqueletos de diversas edades, entre adultos e infantes, acompañados de enseres funerarios) y otras zonas de ocupación, con tumbas de entidad importante, los restos arqueológicos estaban situados a escasos metros de la muralla Norte del asentamiento de Sisapo y estaban divididos longitudinalmente en dos mitades por la actual carretera. Las posibilidades de estudio e información del yacimiento crecieron con este hallazgo que se vinculó al asentamiento romano, llegando incluso a modificarse el trazado de la carretera para no perjudicar el yacimiento que va a ser conocido con el nombre de “Arroyo de la Bienvenida” (Diario La Comarca de Puertollano, 2007). Ya dentro, de los límites de la ciudad, iban a adquirir gran importancia, quizás vital para el futuro del yacimiento en cuanto a su posible repercusión y difusión mediática, los trabajos efectuados en la zona conocida con el nombre de “Hoyo Santo”, una depresión que ya algunos estudiosos locales entre comienzos y mediados del siglo anterior habían sugerido que se trataba de un edificio destinado a los espectáculos (Hervás, 1914, 165; García de la Santa, 1955, 675-676). La limpieza superficial del área, permitió visualizar gracias a la fotointerpretación, una serie de estructuras murarías concéntricas y otras dispuestas radialmente que quizás puedan sugerir la estructura de asiento de la cavea. (Figuras 6 y 13). Este hecho, así como el hallazgo de algunas escenas de grafito de gladiatura en una de las columnas pintadas del peristilo de la “Domus de las Columnas Rojas” (Zarzalejos et alii, 2010 a, 836) abren nuevas perspectivas de investigación y de trabajo en el yacimiento, proporcionando al mismo una nueva dimensión. 42 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA A pesar de la consolidada trayectoria científica del yacimiento, y de ser un emplazamiento que ha tenido continuidad tanto en las intervenciones arqueológicas como en las publicaciones científicas en el ámbito de los yacimientos de Castilla la Mancha, en este último año, por falta de financiación y soporte institucional no ha habido campaña arqueológica. 6. TOPOGRAFÍA URBANA. En el sector centro-occidental del Valle de Alcudia, en la aldea de La Bienvenida, pedanía del término municipal de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), se alza sobre una meseta, de 620 metros de altitud la ciudad de Sisapo, de aproximadamente unas 10 hectáreas, que se expande dentro de los límites de una gran muralla, Las primeras intervenciones allá por los años 50 sacaron a la luz lo que pudo haber sido un edificio o espacio público (pudo haber sido o un mercado o una palestra) delimitado por sus lados N y E por calles. La domus, se encuentra al sur de este espacio público, en cuyas inmediaciones a través de catas también se baraja la posibilidad de la existencia de un anfiteatro. Partiendo de la propia estructura de la enorme domus, se puede ver el urbanismo de las ciudades romanas, ortogonal a base de manzanas organizadas, de las que ya ha quedado definida una de ellas, que es la ocupada por la domus. (Figuras 12 y 18). Un cambio importante en la urbanística de la zona que se ha excavado aconteció en tiempos de Augusto o en los de su sucesor Tiberio. Es en esta época cuando se consolida una nueva traza urbana con calle porticada (kardo, con dirección N-S), y la domus de las “Columnas Rojas”. Dentro de lo que es el recinto intramuros de la ciudad, se han distinguido tres partes: La zona SE del yacimiento, donde destaca una elevación o espolón de forma aproximadamente esférica y que debió tener un marcado carácter estratégico por su amplio dominio visual del territorio circundante. En la 43 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA ladera sur de la sobreelevación del espolón se han excavado restos de una fundición de hierro del siglo I d.C (Hevia, 2003, 20) (Figura 27). El sector central, configurado como una meseta ligeramente basculada hacia el NW. El sector W, con la presencia de la menciona concavidad del “Hoyo Santo”. 6.1. Arquitectura. 6.1.1. La Domus de las Columnas Rojas. Al adentrarnos en el análisis de la Domus de las Columnas Rojas, debemos de tener en cuenta una serie de planteamientos teóricos acerca de los espacios domésticos: El primero es que resulta coherente pensar que el registro doméstico es una realidad dinámica transformada en sus sucesivas fases de construcción, remodelación, abandono y reutilización. Así, la realidad esencial de los distintos ámbitos de las casas sigue hallándose caracterizada por la multiplicidad de remodelaciones. La mayoría de estos cambios afectaron a la decoración de pavimentos y paredes, como sucedió en varias de las estancias de la Domus de las Columnas Rojas, mientras que otros tuvieron que ver con la organización del espacio arquitectónico en sí (estancias 4/7). Otro segundo planteamiento, es que la unidad habitacional está inserta en el tejido urbano, y hay que entender la casa como parte de una manzana residencial y ésta, a su vez, como componente que conforma la ciudad. Así, tras proceder a un cambio metodológico en la excavación de del Área 1 de Sisapo, de cuadrícula a excavación en área, se pudo descubrir una calle porticada con dirección NO-SE, cuya prolongación se intuye a través de la fotografía aérea (Figuras 6 y 18) a lo largo de todo el recinto urbano hasta conectar con la entrada sur de la ciudad, lo que invita a lanzar la hipótesis de que se trate del kardo máximo (Zarzalejos et alii, 2011, 50). En el lado norte de la Domus, en la campaña de 2003 se descubrieron los restos de una nueva vía urbana, esta vez con dirección E-O, que viene a conectar con el kardo, por lo que se ha identificado como uno de los decumani. En la campaña de 2008 se delimitó la parte oeste de la domus, apareciendo en este flanco también un kardo secundario. Las futuras 44 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA intervenciones sobre la domus tendrán que continuar la excavación de la misma hacia el sur para delimitar por este punto la extensión total de la casa, completando los datos sobre la inserción de la casa en la urbanística de la ciudad, que en todo caso parece que se asentó en un lugar bien posicionado de la trama de la ciudad (Zarzalejos et alii, 2011, 53). Y por último, no hay que olvidar que una serie de condicionantes como la morfología del terreno, disponibilidad de suelo y las regulaciones urbanísticas determinan, al menos a priori, la morfología de los solares tanto en el emplazamiento, como en sus medidas y orientaciones (Fernández Vega, 1999, 19). La mayor parte de los esfuerzos y trabajos arqueológicos se han venido dando desde el inicio de las excavaciones sistemáticas en la llamada domus de las Columnas Rojas (denominada así por su revestimiento y pintura, que ha sido retirada para protegerla de la intemperie). Esta enorme domus, , es hoy por hoy, uno de los iconos del yacimiento, y uno de los valores más seguros para la puesta en valor del yacimiento, junto con los futuros trabajos a desarrollar en el área del “Hoyo Santo”. En la Península Ibérica, se impusieron unos modelos constructivos de prestigio tomados del mundo romano ya desde el siglo II a.C, cuya edificación estaría reservada a los grupos sociales más poderosos económicamente y a miembros de las élites política y social. (Beltrán, 2003, 46). Expondremos a continuación los datos arqueológicos y otra serie de razones que permiten a los responsables de la investigación (Zarzalejos et alii, 2007a, 308-309) situar la erección de la domus a principios del siglo I d.C, en tiempos de Augusto o Tiberio: El dato más clarificador es que el nivel donde aparecen las estructuras de cimiento de la domus se asocian a estratos tardorrepublicanos-augusteos. La morfología de los capiteles, basas y fustes del peristilo remiten a una cronología entre el cambio de era y comienzos del siglo I d.C. El posible kardo máximo y su primera pavimentación se relacionan con los tiempos augusteos, cuando se dio una etapa de remodelación y 45 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA monumentalización urbana como consecuencia del impulso de la actividad minera que propició este emperador. Desde el punto de vista arquitectónico, la domus presenta un esquema constructivo de casa de peristilo (unos 142 m2) con disposición centrada en torno al patio (Figura 16). Ha sido calificada por algunos estudiosos de las tipologías de las domus como “ortogonal” (Thèbert, 1990, Fernández Vega, 1999, 70) o de “bayoneta” (Fernández Vega, 1999, 70; Beltran, 2003,35) ya que la estancia principal se sitúa no en el eje axial de la entrada sino en un lateral. En algunos casos, el peristilo sirvió para acoger a los visitantes; el plano de las casas parece confirmarlo ya que gran parte de las estancias de representación, como los tablinum, se disponían en torno a él, además de ser este espacio un lugar para la recreación de viridiarum donde poder descansar. (Corrales, 2012,258). El peristilo es el elemento rector de la planta de la domus, (Figura 5) pues en torno a él se articulan las estancias y espacios de la casa, además de ser el espacio de mayores dimensiones (10,76 x 13,2 m). El pórtico era sostenido por 10 columnas31 de toba volcánica (tres en los lados E y O, y cuatro en los lados N y S) y la zona abierta del peristilo albergó un pequeño viridiarum, individualizado de la galería de alrededor por un murete corrido uniendo los intercolumnios (Zarzalejos et alii, 2011, 54). La presencia de un viridiarum es un elemento importante pues permite diferenciar el peristilo romano del griego, que prefería enlosar este espacio (Thébert, 1991, 410, Fernández Vega, 1999, 167). En el lado oeste del viridiarum se construyó una pileta de piedra de forma rectangular (3 metros de largo, 0,80 de anchura y 0,50 de profundidad) con revestimiento hidráulico para funcionar como pequeño estanque. La entrada a la vivienda se efectuaría por la calle principal, (kardo’). Así, se puede contemplar en la zona E estancias denominadas tabernae, tiendas que dan a la calle donde se intercambiaban o vendían productos, (estancias 1, 2 y 3, 18 y 17 en la figura 5 del anexo fotográfico). Estos establecimientos solían ser frecuentes en lugares públicos dentro de los pórticos, pero también en las proximidades de lugares abiertos y 31 En la campaña de 1998, se procedió a la anastilosis y reubicación de algunas de las columnas (dos íntegras y dos incompletas) que sustentaron este pórtico. Puede verse un breve resumen de la intervención en (Zarzalejos et alii, 2007a, 324-326). Estas columnas han servido para dar el nombre con el que conocer la domus, ya que estaban revestidas de una pintura de color rojo cinabrio. 46 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA concurridos como foros, mercados, u otros puntos de concentrarcíón urbana como termas o edificios para espectáculos (Fernández Vega, 1999, 419). En el proyecto original de la domus, antes de la reforma que la ennoblece en el siglo IId.C, en el lado norte, se dedicaron algunas estancias a transformación industrial o artesanal (estancias 4, 7 y 8), documentando una en concreto utilizada para la prensa de aceite o del vino, (torcularium), la estancia 4/7, mientras que la 8 quizás se destinara como almacén. (Zarzalejos et alii, 2011, 53). En el flanco sur de la domus, y conectada a través del peristilo con una estancia que quizás sirvió de antecámara para el servicio (estancia 11), encontramos el espacio cubierto de mayores dimensiones (90 m2) (Estancia 20), de la que no cabe duda, por la disposición del diseño del pavimento musivo que la cubrió, con un mosaico conservado rico en imágenes que muestra motivos de banquete dionisiaco, máscaras y animales marinos, que sería destinada a comedor o triclinium. La identificación de este tipo de habitaciones queda facilitada por la decoración de la estancia, su posición dentro de la vivienda, su metrología y su morfología en planta (Uribe 2009, 153 y ss). La estancia 12, por sus dimensiones (9,5 x 5,5 m), por su decoración musivaria, y por estar situada axialmente con la entrada principal de la casa lo que permitiría al dueño ser visto mientras recibía el saludo de visitantes y clientes, se interpreta como un tablinum (Zarzalejos et alii, 2011, 56). Es frecuente que este tipo de estancias asumieran la función de despacho del dueño y recinto hacia donde trataba sus asuntos o recibía a su clientela, por lo que cabe decir que se trataba de una habitación destinada, en cierto modo, a actividades culturales (Corrales, 2012, 258). Las estancias 10, 19 y 13 (esta última con pavimentos musivos), se han interpretado como dormitorios o cubícula (Zarzalejos et alii, 2011, 56). Cerca del comedor, al oeste, se ha identificado la culina, lugar donde se prepararían los alimentos (Estancia 16) y una lavatrina. (Zarzalejos et alii, 2011, 56), espacios que solían ubicarse en lugares apartados de la casa, y que a menudo aparecen asociados, y también en ocasiones con baños o termas privadas ( Fernández Vega,1999,26). 47 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Durante el siglo II d.C se constatan ciertas modificaciones en la domus encaminadas a la redecoración de algunos ambientes sin alterar significativamente la estructura de la casa. Las reformas principales consistieron en: Creación de nuevos espacios. La estancia 4, que había tenido inicialmente un uso artesanal o industrial se dividió en dos salas (4 y 7), con el levantamiento de un muro con dirección N-S con zócalo de sillares alternos con mampostería. Este muro no se levantó sobre unos cimientos, sino que se hizo directamente sobre el pavimento de la habitación 4, por lo que gracias a su desplome y abandono, se ha podido recuperar casi todo el revestimiento pictórico de esta pared del muro O de la estancia 4 (Zarzalejos et alii, 2007 a, 311). Repavimentación de estancias con ricos solados musivos. Se diseñan y crean mosaicos en las estancias 8, 12,13, 11 y 20 (Zarzalejos et alii, 2007a, 341). Recientemente se ha publicado un trabajo monográfico (Zarzalejos et alii, 2011) dónde se analizan los programas compositivos, formales, iconográficos e iconológicos de los mosaicos de Sisapo. En la estancia 8 es evidente un cambio de funcionalidad, de un probable almacén, pasa a ser con las reformas a un probable dormitorio o cubícula. Programa decorativo que ennoblecen el aspecto general de la domus a través de un nuevo ciclo de decoración pictórica, estudiado de manera monográfica por C. Guiral y M. Zarzalejos (2006) y por M. Zarzalejos, C. Guiral y C. Fernández Ochoa (2007). Además de las paredes y de los muretes que separaban la zona del peristilo de las habitaciones, parece ser que también se decoraron los techos de la galería cubierta que envuelve al peristilo, de los cuales se han recuperado fragmentos que han permitido reconstruir una sencilla secuencia pictórica (Hevia et alii, 2007, 471-474) (Figura 35). Los trabajos arqueológicos en la domus aún no han concluido y seguirán desarrollándose en el futuro intentando prolongar su excavación hacia el sur y el oeste. (Figura 14). 48 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 6.1.2. ¿Un anfiteatro en La Bienvenida? El “Hoyo Santo”. Como ya se ha aludido anteriormente, una de las grandes bazas para el futuro del yacimiento, pasa sin duda, por confirmarse los indicios de la existencia de un lugar destinado a espectáculos públicos en Sisapo, circunstancia que indudablemente haría entrar en una nueva dimensión al emplazamiento arqueológico. En el sector norte del yacimiento, y muy cerca del área de excavación de la domus de las Columnas Rojas, se halla una depresión circular que los lugareños han venido llamando desde tiempos pasados como “Hoyo Santo” (Sancho-García de la Santa, 1960, 33). Se trata de una zona rehundida del terreno de forma esférica con unas dimensiones aproximadas de 65x55 metros (Zarzalejos et alii, 2010a, 837) (Figura 13). En 1982, se realizó una prospección, donde se pudieron constatar niveles de derrumbe, pero no restos que pudieran asociar de una manera totalmente cierta la existencia anterior de un anfiteatro. Estas prospecciones no se concluyeron (Fernández Ochoa et alii, 1994, 29) y se prefirió dar prioridad a otras zonas del yacimiento. Gracias a una limpieza y desbroce superficial de la zona, se pudo apreciar gracias a la fotointerpretación, una serie de estructuras murarias concéntricas y otras dispuestas radialmente, que podrían hacerse corresponder con la estructura de la cavea. Este hecho, así como otros indicios materiales como el hallazgo de algunas escenas de grafito de gladiatura en una de las columnas pintadas32 en rojo del peristilo de la “Domus de las Columnas Rojas”(Zarzalejos et alii, 2010a, 836) (Figuras 7 y 8 ) y otras inscripciones y alusiones relativas a triunfos gladiatorios incisas sobre la pintura de una de las estancias abiertas al peristilo, vienen a dar mayor plausibilidad a la hipótesis de la existencia de un edificio tan característico y propio de una ciudad con cierta entidad en el mundo hispanorromano como es un anfiteatro. En dichos graffittis se puede apreciar la silueta de un gladiador, de 18,4 cm de altura, en pie, en posición de lucha. Su equipamiento y atuendo consiste en una especie de casco redondeado con cimera corta y protector del cuello, una espada corta y recta (gladius) en la mano derecha y en la otra un escudo largo y recto (scutum), junto con algunos otros elementos de protección ( ocrea o espinilleras, tobillera, manica o protector del brazo derecho). Como es sabido, existieron muchos tipos de gladiadores, 32 El revestimiento pictórico de la columna dónde se identificó el graffitti de gladiatura, fue extraído del soporte, limpiado y consolidado por un equipo de restauradores de la Escuela Superior de Restauración de Bienes Culturales de Madrid, dirigido por A.Gea. 49 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA según su panoplia, que incluía elementos defensivos y ofensivos. Así, por ejemplo, los secutores iban armados con espada y escudo lo que les proporcionaba gran libertad de movimientos y agilidad, los tracios utilizaban rodela y puñal corto, los retarii manejaban redes emplomadas ( iaculum) y tridentes, los mirmillones utilizaban espada larga y grandes escudos, los essedarii combatían a caballo, etc En el caso del graffiti de La Bienvenida, probablemente se trate de un secutor, pues porta las típicas armas características de estos gladiadores; gladius y scutum, aunque no se descarta que pudiera ser también un hoplomachus (Zarzalejos et alii a, 2010, 834). A la izquierda de la figura del gladiador, y en otro fragmento de pintura, aparecieron restos del dibujo de la cabeza, patas delanteras y cola de un caballo. En el fragmento que aparece el gladiador, encontramos la parte trasera del equino, y debajo de ésta una figura que se dudó sobre su interpretación. Inicialmente se pensó que podría tratarse de los restos de un carro ligero de combate, que representaría la lucha entre el secutor y un combatiente a caballo (essedarii). Posteriormente se tomaría como más probable la interpretación del objeto de los pies traseros del caballo como un casco con cimera con el reborde de protección del cuello, dibujado de una manera independiente (Zarzalejos et alii, 2010 a, 835) Sobre el gladiador aparece una inscripción epigráfica en la que parece leerse P. ANNVS PVSINNVS y que actualmente está en proceso de estudio. (Zarzalejos et alii, 834). Los graffitis habría que encuadrarlos cronológicamente en momentos posteriores al siglo II d.C, una vez acometido el programa de decoración pictórica de la Domus de las Columnas Rojas, ya que lógicamente, se esgrafiaron una vez había sido aplicado el revestimiento pictórico rojo característico de la domus. Estos graffitis vienen a aportar indicios mas fundados sobre la posibilidad de la existencia en La Bienvenida de un edificio público destinado a la celebración de juegos gladiatorios, además de constituir uno de las escasas referencias de graffitis de gladiatura en nuestro país. Cabe preguntarnos, si la existencia de graffitis de gladiatura constituye una prueba sólida para la sospecha de la existencia de anfiteatros y de celebración de este tipo de espectáculos en una ciudad. Tal y como señala M. Zarzalejos, aunque la mayor parte de los graffiti de gladiadores se han documentado en ciudades que poseyeron anfiteatro, la ausencia de tal edificio no sería óbice para la celebración de ludi 50 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA gladiatorii, debido a la facilidad que tenían estos eventos para adaptarse a espacios mínimamente acondicionados (Zarzalejos et alii a, 2010, 836). Por lo tanto, estos graffitis deberían ser tomados de momento, y hasta que no se constate por la vía arqueológica, la presencia o ausencia en Sisapo de anfiteatro, como un indicio, y no como una prueba casi irrefutable. 6.1.3. El perímetro del emplazamiento: las murallas. El recinto urbano y la ciudad están levantados en torno al domo oriental del conjunto volcánico de los Castillejos de La Bienvenida, en un promontorio natural elevado que proporciona un dominio visual bastante amplio del entorno. Rodeando el emplazamiento del yacimiento a través de la fotografía aérea y de satélite, gracias al empleo de los SIG, ( Figuras 6, 15 y 33) se puede apreciar el trazado y marcas de las murallas de adscripción íbera que debieron rodear la ciudad, en un espacio próximo a las 10 Ha, en el que se pueden apreciar con cierta nitidez hasta 19 elementos salientes en tramos de cierta regularidad (¿bastiones?) en los lados Este, Sur y Oeste, encontrándonos en el sector NO la inexistencia de estos bastiones, quizás debido a una ampliación del área amurallada, reforzada dicha hipótesis por el hallazgo de estructuras habitacionales romanas fuera del área amurallada (Zarzalejos-Esteban, 2007, 285). Se han excavado parcialmente dos bastiones separados por unos 12 metros donde se han registrado un sistema de hasta tres conjuntos de casamatas de diferentes longitudes, realizados en sillarejos de toba y mampostería irregular (Figuras 4 y 32) de época romano republicana (Zarzalejos- Esteban, 2007, 299) adosados unos junto a otros y que conservan el muro perimetral y los muros transversales que los delimitaron. Se trata de una obra ingeniería romana situada cronológicamente a mediados del siglo II a.C (Fernández Ochoa-Zarzalejos, 2010, 367) con una variada funcionalidad; estos elementos podían rellenarse en caso de necesidad bélico o asedio para consolidar y dar robustez al muro, también podría servir como lugar de residencia o de descanso para las tropas acuarteladas, o como lugares de almacenamiento y talleres. El hecho de levantarse el conjunto de casamatas en un momento inmediatamente posterior a la 51 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA conquista romana del oppidum ibérico, les ha otorgado una funcionalidad primordial relacionada con la estabilización y el control militar del territorio circundante (Zarzalejos-Esteban 2007, 300) debido a la inseguridad creada por las acciones guerrilleras de los lusitanos y Viriato. Este sistema defensivo romano, añadido a las murallas indígenas y anulándolas en este sector suroriental, ha dado nuevos indicios de la más que posible ocupación romana del oppidum ibérico y, pone de manifiesto la intención de Roma, de aprovechar la privilegiada situación estratégica del oppidum de La Bienvenida, en beneficio propio, integrando el poblado ibérico en la estructura de asentamientos estables romanos. (Fernández Ochoa-Zarzalejos, 2010, 367). A través de la fotografía aérea es apreciable otra discontinuidad (Figura 33) en el trazado murario en el flanco suroriental, localizándose probablemente en esta área, la entrada monumental y el acceso principal a la ciudad (Zarzalejos-Esteban 2007, 285). Las posibilidades y potencialidades de esta área en concreto son muy elevadas, máxime si se quiere valorizar el yacimiento, ya que está en una parte fácilmente visible desde la carretera de acceso a La Bienvenida, pero actualmente, debido a la escasez de medios materiales y humanos, y a la priorización de otras zonas (Domus y Hoyo Santo), las intervenciones arqueológicas sobre el trazado de las murallas deberán aguardar su momento. 6.2 Mosaicos. En una reciente publicación, M. Zarzalejos, C. Fernández Ochoa y P. Hevia han analizado de manera monográfica las estancias musivas que han ido apareciendo en la Domus de las Columnas Rojas ( Zarzalejos et alii, 2011), trabajo que aborda el estudio de los mosaicos desde el punto de vista técnico, así como estilístico, iconográfico e iconológico, insertándolos en el contexto artesanal en el que fueron realizados, llevando a cabo una búsqueda de paralelos en otros pavimentos musivos, tanto de la provincia Hispana, como otros territorios del Imperio Romano. Este estudio, pone en relación la concepción y elaboración de estas estancias pavimentadas con mosaicos, con los realizados en la provincia Bética, en ciudades como Itálica, Astigi y particularmente los de la ciudad de Córdoba. 52 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Han sido cinco las estancias, que han aparecido con mosaicos33 en la Domus de las Columnas Rojas; las estancias son las numeradas, por parte de sus investigadores con los números 8, 11, 12, 13 y 20 (Figura 29). Mosaico estancia 8 En la campaña de excavación de 1995, apareció el primero de los pavimentos musivos que se han sacado a la luz en el yacimiento. El mosaico, de 6,2x3 metros, se hallaba relativamente en un buen estado de conservación, no así la zona que le servía como apoyo y soporte, que llegaba a presentar un hundimiento central con diferencias de cotas de hasta 32 centímetros (Zarzalejos et alii, 2011, 59), circunstancia que aconsejó el levantamiento y arranque34 del mosaico en 1998, por parte de un equipo de la Escuela Superior de Restauración de Bienes Culturales de Madrid bajo la dirección de A. Gea35, para una ulterior limpieza consolidación y reposición sobre nuevos soportes. El hallazgo en años posteriores de nuevos mosaicos y el deseo de cumplir las recomendaciones36 que en materia de intervención, conservación y restauración37 de mosaicos se habían ido publicando, se decide la reintegración durante la campaña de 2006 de este pavimento musivo y priorizar la conservación in situ de los mismos, con el fin de ofrecer una imagen de unidad y coherencia expositiva del aspecto de la Domus. (Zarzalejos et alii, 2007 a, 328) A nivel compositivo, en esta estancia, se puede apreciar una composición bipartita en la que un tapiz principal polícromo (negro, blanco, amarillo, rojo y 33 Se puede consultar un resumen de los principios rectores que han guiado la intervención para la conservación de los mosaicos en (Zarzalejos et alii, 2007a, 328). 34 Gracias al arranque del mosaico se ha podido tener conocimiento del procedimiento para realizar las obras de asiento de los pavimentos musivos en el yacimiento, ya que los mosaicos de las demás estancias siempre se han conservado y permanecido in situ. Sobre una primera capa de nivelación de tierra con otros materiales constructivos amortizados, cenizas y carbones, con espesores de entre los 15 y 20 centímetros, se disponen dos capas más de mortero, sobre las que se disponen y asientan las teselas. 35 Consúltese una memoria de los procedimientos, principios y pormenores del proceso en Gea (2003). En 1977, nació la ICCM ( Internacional Committe for the Conservation of Mosaics). En nuestro país, en 1984 vería la luz la Asociación Española del Mosaico (AEM). Aunque ya la Carta del Restauro de 1972 defendía la prioridad de conservar los mosaicos “ en el edificio del que provienen y de cuya decoración constituyen parte integrante”, a partir de estos momentos se defenderá con más ahínco principios rectores tales como la conservación in situ de los restos, evitando las extracciones injustificadas, el empleo de materiales compatibles y la reversibilidad de los tratamientos ( CarrascosaPasíes, 2004, 38). 37 Puede verse un somero resumen de los principios rectores de actuación con los mosaicos de Sisapo en Zarzalejos et alii, 2007 a, 328) 36 53 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA violáceo), y un tapiz bícromo en blanco y negro en el fondo de la estancia, todo ello rodeado por una orla exterior. En la alfombra principal, con decoración geométrica a base de cuadrados entrelazados que forman octógonos y rombos, aparecen en el interior de los octógonos un elemento figurativo bastante curioso: se trata de unos objetos que han sido interpretados por la autoras (Zarzalejos et alii, 2011, 66) como un flabellum o abanico, (Figura 26) siendo este motivo extraordinariamente raro ( de hecho sólo encuentran un paralelo similar en las termas de Jebel Oust en el norte de África) en la musivaria hispana. Este objeto, ha llevado desde una perspectiva propia de la arqueología de género a proponer que al ser el abanico un objeto eminentemente asociado al sexo femenino, quizás se tratara esta estancia de un cubículo propio o reservado a una mujer. La datación del pavimento musivo se ha establecido en torno a finales del siglo II dC o principios del siglo III (Zarzalejos et alii, 2007a, 313). Mosaico estancia 12 Las dimensiones originales de la estancia 12 de la Domus de las Columnas Rojas eran de notables dimensiones (9,5x 5,5 metros), pero ya en época tardía ser llevaron a cabo toda una serie de modificaciones y estrategias de amortización que supusieron la pérdida de una parte importante de la superficie musivaria (Zarzalejos et alii, 2011, 69). Se trata de un mosaico polícromo (negro, blanco, rojo, morado, amarillo gris, naranja y rosa) que combinan mayormente la decoración geométrica (cuadrilóbulos, rombos, círculos, peltas, triángulos, meandros de esvásticas...) con algunos elementos figurativos. La composición se organiza a través de tres alfombras (la alfombra central, la principal, y las laterales las secundarias, una de ellas en bicromía) rodeadas de una orla perimetral en blanco y negro con decoración geométrica (cuadrados). Por su mayor tamaño y por la decoración figurativa, destacaremos la alfombra central, configurada como un cuadrado con un círculo inscrito que presenta en las enjutas imágenes figurativas. Se trata de aves enfrentadas en diagonal. Por su apariencia, la primera de ellas han sido interpretadas como ocas egipcias, (Zarzalejos et alii, 2011, 75) apareciendo incluso al lado de estos animales, la representación de flores de loto. La referencia a paisajes nilóticos sería clara, siendo las alusiones a este tipo de ambientes para algunos estudiosos, signo o síntoma de riqueza, fecundidad, prosperidad. 54 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA En cuanto a las otras dos aves, esta vez gallináceas, sujetan con los picos la parte terminal de una guirnalda en forma de ínfula, (Figura 9) que se encuentra debajo de las aves. Sin descartar el simple motivo ornamental, las ínfulas remiten en el imaginario del mundo romano a un símbolo que se portaba en ceremonias religiosas y que aludía a la dignidad, solemnidad y autoridad de su portador. El último de los elementos figurativos de este mosaico lo encontramos en la parte central del círculo y dentro de un hexágono, se trata de un cesto de mano o calathus lleno de flores, que es interpretado como una representación alegórica de la Primavera en su sentido de resurgimiento y renovación (Zarzalejos et alii, 2011, 81). Teniendo en cuenta las considerables dimensiones de la sala, así como el programa compositivo ( con bastantes similitudes formales con el mosaico de la Casa del Sátiro en Córdoba),, iconográfico e iconológico, las autoras de este estudio proponen la funcionalidad de esta estancia como una segunda sala de recepción del dominus o lugar de despacho de clientelas, amigos etc ( los elementos figurativos anteriormente mencionados, intentarían transmitir esa idea, a través del mosaico, de prosperidad, dignidad, autoridad, riqueza, renovación..) (Zarzalejos et alii, 2011, 83). Mosaico estancia 13. Es una estancia adyacente a la estancia 12, (Figura 29) que al igual que ésta, también presenta notables dimensiones (8,5x 3,5 metros) y también sufrió pérdida de superficie teselada como consecuencia de acciones de saqueo y amortización de material en época tardía. Su estructura compositiva, similar a la de la estancia 8, con dos alfombras de diferentes detalles ornamentales y tamaño, la menor de las alfombras bícroma, quizás concebida para la ubicación del lectus, envueltos por una orla perimetral de roleos vegetales en hojas de hiedra, hacen posible proponer una posible funcionalidad como cubícula, quizás del propio dominus (Zarzalejos et alii, 2011, 91). La alfombra principal presenta una decoración isótropa que conjuga elementos geométricos como cuadrados y triángulos equiláteros adyacentes que forman dodecágonos (composición en “nido de abeja”) (Zarzalejos et alii, 2011, 88). 55 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Mosaico estancia 20. Representa el espacio cubierto de mayores dimensiones (casi 90 m2) de los excavados hasta el momento en la domus, sacado a la luz durante las intervenciones arqueológicas de 2004 y 2005 (Figura 29). El pavimento musivo de esta estancia tiene una configuración tripartita (3 alfombras), con una orla externa de 65 centímetros de anchura media, en la que destaca una arquería en blanco y negro sostenida por columnas que apoyan en basas. En la zona de acceso a esta sala, que se realizaría a través de la estancia 11, aparece el primer tapiz, de forma rectangular, en blanco y negro con unas dimensiones de 4,21x 1,20 metros, con una sencilla composición de hexágonos en diseño de “nido de abejas”. Un segundo tapiz, bícromo en blanco y negro en forma de U, rodea a la alfombra central por tres de sus lados, con una composición de círculos secantes que generan flores cuadripétalas (Zarzalejos et alii, 2011, 99). El panel o tapiz principal ocupa una posición central estando enmarcada por una orla polícroma (0,38 centímetros) decorada en una sucesión de peltas tangentes que rodean un nudo de salomón central (Zarzalejos et alii, 2011, 101). Lo interesante de este tapiz central es que junto a la decoración geométrica de cruces y paralelogramos acantonados entre estrellas de rombos (Zarzalejos et alii, 2011, 102), con abundantes paralelos en la musivaria hispana sobre todo en la Bética (domus del Sátiro de Córdoba, villa de la Bobadilla, Málaga,) aparece decoración figurativa. (Figura 30) Efectivamente en 10 rectángulos de 0,51x 0,29 centímetros generados por la composición geométrica, aparece, de manera simétrica, la representación de unos animales marinos en su entorno (sugerido por unas líneas de agua). Por la fisonomía, las autoras de la monografía interpretan las especies representadas: Las figuras 3 y 10 podrían ser anguilas. Las figuras 4 y 9 se corresponderían con pulpos, el número cuatro representado con ocho brazos, mientras que sólo aparecen 6 extremidades en la figura nueve. Las figuras 5 y 8 podrían ser la figuración de salmonetes. Las figuras 2 y 6 se atribuyen a delfines. 56 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Las figuras 3 y 10, encajarían con la representación de besugos. La representación de peces y de cráteras reforzaría el carácter de espacio dedicado a los banquetes, además, es sintomático, la representación de peces y frutos del mar, especialmente en ambientes tan alejados de las costas, como símbolo del poderío económico y de lujo. Junto a la decoración figurada marina que acabamos de referir, destaca sobremanera en este mosaico, la representación de otros elementos figurados que aparecen en el interior de 6 cuadrados dispuestos de manera simétrica que ocupan una posición central en esta alfombra. En los dos cuadrados centrales, aparecen sendas cráteras, y en los cuadrados exteriores 4 máscaras teatrales diferentes, (Figura 36) polícromas, depositadas sobre una base o peana que recuerda al lugar donde apoyaban las mascaras en el camerino de los actores. A partir de la recopilación de personajes cómicos (hasta 44) hecha por Iulius Pollux en el siglo II a.C en su Onomastikon (IV, 143-154), las autoras proponen una identificación con los personajes de la referida lista. (Zarzalejos et alii, 2011, 113-115), Figura 11. Se corresponde con una figura femenina, con largos cabellos paralelos al rostro y una diadema de teselas amarillas en la frente. La identifican por este detalle con la cortesana 40 de la lista de Pollux, la hetaira dorada. (Nº 2 de la figura 36) Figura 12. Figura masculina con abundante barba roja y una corona, puede tratarse del personaje nº 25 de la lista de Pollux, el esclavo Maesón. (Nº 1 de la figura 36) Figura 14. De nuevo un personaje femenino, entrado en años y mejillas abultadas. Puede tratarse del personaje nº 29, la Vieja Gorda. (Nº 3 de la figura 36) Figura 15. Personaje masculino, joven, imberbe, de cabellos rojos y ondulados y en la frente una corona de flores y hojas. Podría tratarse del personaje nº 12, el joven imberbe (oulos neaniskos). (Nº 4 de la figura 36) 57 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Prácticamente no hay margen a la duda, de que este espacio, por sus dimensiones y estructura y diseño compositivos, serviría como triclinium. Efectivamente, el primero de los tapices, de menores dimensiones y bícromo, serviría como zona destinada al servicio; la alfombra en forma de U, bícroma, se destinaría a ser el lugar donde se situarían los lecti triclinari, siendo la alfombra central, la más elaborada y dónde aparece la decoración figurativa de los peces y animales marinos y las máscaras de teatro, el espacio al que se dirigiría la atención y las miradas de los asistentes al banquete (Zarzalejos et alii, 2011, 116). Esta estancia número 20, junto con su antesala la estancia número 11, y la cámara número 12, son interpretadas como estancias de representación de la casa (Figura 29), entendiendo como ambientes de representación aquellos que por sus dimensiones, decoración y posición, estuvieran adaptados al recibimiento de los invitados por parte del dueño de la casa con el objetivo de reflejar aquella imagen que el dominus quería ofrecer de sí mismo. (Uribe, 2009,153). Mosaico estancia 11. Se trata de una estancia rectangular de 21,12 m2 cuyos mosaicos salieron a la luz en la campaña de 2005. Aparece un único tapiz principal, en blanco y negro con una bordura y orla exterior, siendo el más sencillo de los mosaicos encontrados hasta el momento. Su estructura compositiva muestra una combinación de octógonos irregulares secantes y adyacentes por los lados cortos que forman hexágonos y cuadrados con pequeños rombos en su interior. En la orla exterior aparece una alternancia de peltas con volutas enfrentadas, y en el centro un pequeño rombo dentado (Zarzalejos et alii, 2011, 91). Las reducidas dimensiones y la posición de esta estancia en prolongación del eje longitudinal de la estancia 20, invita a pensar en el carácter auxiliar de la misma, funcionando como una antesala de estancia más noble de la casa, ejerciendo el papel de tránsito entre el triclinium y el peristilum. Actualmente los pavimentos teselados, dada la rigurosidad del clima manchego, con altas temperaturas en verano y abundantes heladas en invierno, han sido sometidos a un sistema de cubrición con una capa de geotextil de 90 gr/cm2, un estrato de arlita G3, una nueva capa de geotextil y un estrato de grava menuda de 20 mm, con el fin de 58 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA garantizar su correcta conservación y su futura exposición y puesta en valor. (Zarzalejos et alii, 2007a, 328). 6.3. Numismática. Las monedas son un objeto arqueológico que ofrece importantes datos sobre un yacimiento y el estudio de su procedencia y dispersión proporciona valiosas pistas sobre el alcance e importancia de la ciudad o ceca que la emitió y las vías de comunicación antiguas por las que debió circular. (Zarzalejos et alii, 1999, 254). Aunque también debemos tomar con reservas la información que nos proporcionan, por ejemplo para la datación mediante el numerario: hay que tener en cuenta que siempre hay moneda en circulación que fue emitida con anterioridad, y al contrario, que las nuevas emisiones monetales contemporáneas al período, pueden tardar en encontrarse plenamente integrada en circulación, especialmente si se trataba de moneda emitida en la capital del imperio, y ésta tenía que llegar a las provincias más alejadas. (Arévalo, 2008,128). Buena parte de los hallazgos monetarios de Sisapo son piezas de bronce, monedas de Kastilo, Obulco, Córduba, belikio y sekaisa, bastante frecuentes en los emplazamientos relacionados con la actividad minera (Zarzalejos et alii, 1999, 256) era la más utilizada para hacer los pagos de los salarios de los trabajadores ya que esta es fácilmente transportable, atesorable y divisible. Además era ésta el tipo de moneda utilizado para las transacciones cotidianas y pequeños pagos. El conjunto monetal aportado por el yacimiento o relacionado ha sido estudiado de forma monográfica por Alicia Arévalo (1995a 129-137, 1995b,) siendo la cuestión del numerario también objeto de estudio en trabajos más amplios (Zarzalejos et alii, 1999, Zarzalejos et alii, 2011, Arévalo, 2008). Según A. Arévalo (2008) en su estudio centrado en el aprovisionamiento y la circulación monetaria en la Meseta sur, Sisapo fue durante la dominación romana, una de las 9 ciudades del territorio38 estudiado que acuñarían moneda. 38 Junto a Sisapo, las otras cecas emisoras serían. Ikalesken (provincia de Albacete-Cuenca), KonterbiaKarvika (Fosos de Bayona, Villasviejas, Cuenca) Ercavica (Castro de Santaver, Cañaveruelas, Cuenca) Segóbriga ( Cabeza de Griego, Saelices, Cuenca) Oretum ( Santa Mª de Oreto, Granátula, Ciudad Real) , las ciudades no identifacadas de Lukatos y Urkesken y Toleto ( Toledo). (Arévalo, 2008, 153). 59 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA A pesar de constatarse moneda emitida por la ceca de Sisapo (Figura 11) y marcadas con esta leyenda, o contramarcadas con SS. O MSS39, es significativo la escasa cantidad de numerario procedente de la ceca conocido; una pieza hallada en superficie en el yacimiento, algunos conservados en el Museo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, otros ejemplares en el Museo Arqueológico Nacional, junto a 10 piezas recogidas por Villalonga (1994, 391) y otra propiedad de un particular de la zona (Zarzalejos et alii, 2011, 365). Según Mª. P. García Bellido (2007, 214) la ceca de Sisapo acuñaría una única emisión de moneda (as y divisor) en la segunda mitad del siglo II a.C. La moneda de Sisapo presenta en el anverso cabeza masculina y jabalí en el reverso. En los primeros momentos tras la ocupación romana es frecuente encontrar mezclado numerario ibérico y romano, como así lo atestiguan algunos tesoros encontrados por la zona de la actual provincia de Ciudad Real (Tesoro de Torre de Juan Abad, Tesoro de Almadenejos). La ocultación de tesoros se viene tradicionalmente asociando al clima de inseguridad motivado por conflictos bélicos (levantamientos de los íberos, guerra civil de Pompeyo y Julio Cesar, guerra de Sertorio...), aunque tampoco deberíamos de descartar la inseguridad creada por tensiones y conflictos sociales internos. Del total de 48 monedas halladas en las excavaciones arqueológicas en Sisapo, un total de 10 pertenecen a la etapa republicana: 4 monedas de Castulo, 3 de Obulco, 1 de Corduba, 1 de Belikio y otra de Sekaisa. (Arévalo, 2008, 146). Un aspecto sobre el que Alicia Arévalo llama la atención (2008, 149) es la ausencia de moneda procedente de los años centrales del siglo I a.C en Sisapo, a pesar de que la vida en la ciudad no sólo no se vio interrumpida en estos momentos, sino que funcionaba la sociedad sisaponense explotando las minas tal y como queda atestiguada por referencias literarias, epigrafía y contramarcas monetales del siglo I a.C. La autora propone como plausible origen de este vacío monetario, la monumentalización de la ciudad en época augústea, que podría haber acabado con los niveles y vestigios de época tardorrepublicana. 39 Según la lectura propuesta por Mª P. García Bellido ¿M(etalla) S(ocietatis) S(isaponensis)? ( García Bellido, 1986, 20-21). Posteriormente, tras la constatación de la servidumbre de una vía por parte de la sociedad sisaponense, modifica su interpretación y propone una nueva lectura: S(ocietas) M(ontis) S(isaponensis) (García-Bellido, 2004, 90 y 2007, 214). 60 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA El dinamismo y prosperidad que viviría la ciudad en época augústea, es buena muestra del aumento de numerario encontrado, que dada la dispersidad y variedad de los orígenes de las cecas, se ha interpretado como testimonios del desplazamiento de personas y bienes por la articulada malla de caminos y vías de comunicación en las que Sisapo estaba inmersa. (Zarzalejos et alii, 1999, 259). Así de esta época se han recuperado 2 monedas de Caesaraugusta (RPC 322 y 314), 1 de Cartagonova (RPC, 170), 1 de Ercávica (RPC 459), 2 de Colonia Patricia (RPC 129), 1 de Traducta (RPC 108) y 1 de Nemausus (RPC 523). (Zarzalejos et alii, 1999, 259; Arévalo, 1995a, 133). En el período julio-claudio, la bonanza económica y la prosperidad de la ciudad continúan, teniendo ésta como principal origen la buena marcha de las explotaciones mineras de la zona de las que Sisapo era el principal centro gestor. Al mismo tiempo, como en la mayor parte de ciudades romanas de Hispania, en esta época se refuerzan los intercambios y flujos económicos. Así de esta época se constatan 1 semis de Tiberio de Carthagonova ( RPC 175), 1 as de Tiberio de Cascantum ( RPC 425), 1 as de Tiberio de Celsa ( RPC 279), 4 ases de Tiberio de Emérita (RPC 22, 41 y 42), 1 as de Tiberio de Itálica (RPC 65), 1 denario de Tiberio de Lugdunum (RIC I, 2), 1 as de Caligula de Roma ( RIC I, 35), 1 cuadrante de Claudio de Roma ( RIC I, 90), 1 sestercio de Claudio de Roma (RIC I, 93) y 3 ases de Claudio de imitación local (RIC I, 66) (Zarzalejos et alii, 1999,263-262; Arévalo, 1995a, 135). Estas piezas evidencian las relaciones de Sisapo, a través de las vías de comunicación ya referidas en capítulos anteriores con algunos talleres del Valle del Ebro (Celsa, Cascantum), de la Bética (Itálica) y de la Lusitania (Emérita), mientras que monedas procedentes de cecas más lejanas, Nemausus (Nimes, Francia) y Lugdunum (Lyon, Francia), quizás pudieran indicar un movimiento de tropas o el paso del ejército. (Arévalo, 2008, 171). A partir del reinado de Claudio I, a mediados del siglo I d.C las cecas hispanas no volverían a acuñar moneda, produciéndose la misma casi íntegramente en Roma hasta mediados del siglo III d.C El cierre de cecas y la consiguiente disminución de moneda, especialmente la moneda de bronce, aquella que era más utilizada para los pequeños pagos y las transacciones cotidianas, motivó la aparición de intentos de imitación de moneda romana (Arévalo, 2008, 173), como bien queda ejemplificado en Sisapo con los ases de imitación de Claudio. 61 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Es escasa la moneda encontrada en Sisapo de este periodo, un ejemplar de Vespasiano de ceca ilegible (Arévalo, 1995, 135), un sestercio de Antonio Pío de la ceca de Roma inclasificable y otro de Adriano de la ceca de Roma (RIC I, 832). Esta escasez monetaria no debiera ser interpretada como una época de crisis en la vida urbana, es más, el registro arqueológico se muestra rico en materiales cerámico, se han documentado también obras de refacción de la calle, y prosigue la explotación de las minas40. Según A. Arévalo (2008, 174) es frecuente en las ciudades hispanas esta infrarrepresentación monetaria, ya que los estratos de finales del siglo I y II d.C suelen ser escasos y con pocos testimonios arqueológicos. En el siglo III d.C, la escasez de moneda (5 ejemplares), junto con la escasez de manifestaciones materiales claras adscritas a este momento, sí que es interpretada como una decadencia del núcleo, aunque no de abandono. Así, se recuperaron un sestercio de Septimio Severo y otro de Alejandro Severo, y un antoniniano de Claudio II. En el siglo IV d. C las monedas recuperadas nos dan información de las ocupaciones puntuales que pudo haber tenido Sisapo (modificación y amortización de estructuras domésticas) en momentos entre finales de la segunda mitad del s. IV y principios del siglo V. (8 monedas de Graciano, 2 de Valentiniano, 10 de Teodosio, 4 de Máximo, 11 de Arcadio, 3 de Honorio) (Arévalo, 2008, 177). 6.4. Las pinturas. La cuestión de las pinturas romanas ha ocupado un lugar residual en las investigaciones y estudios realizados en nuestro país. La dificultad para la conservación de estas manifestaciones y su estado precario, cuando éstas nos han llegado, unido a otras causas como la preferencia de los investigadores por las manifestaciones arquitectónicas, han relegado a las manifestaciones pictóricas a un lugar secundario, cuando no más atrasado en sus preferencias. Algunas de las estancias excavadas de la Domus han ofrecido restos de pintura mural tanto in situ, como en niveles estratigráficos como consecuencia de derrumbes o 40 Se ha querido relacionar con las minas de Sisapo algunos lingotes de la Bética marcados con NER.AVG, IMP.CAES, Y VESP.AVG, ya que son las únicas minas que en esta época continúan perteneciendo al Estado, gestionado por una sociedad de publicanos (Domergue, 1990, 287) 62 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA amortizaciones de materiales y estructuras en la Antigüedad Tardía, que han sido estudiados por el equipo de Sisapo, en colaboración con reputados especialistas de la materia como Carmen Guiral Pelegrín (Zarzalejos et alii, 2007; Hevia et alii, 2007). En la estancia 4, se han recuperado tanto restos in situ como en estratigrafía, como consecuencia del desplome de un bloque de pared en el lado este. En el muro Oeste, se documentó un sistema decorativo sencillo consistente en un rodapié de color negro, seguido de un zócalo rojo de anchura reducida, comparado con el grueso de la pared donde se alternan paneles anchos y estrechos con aspas que los divide en triángulos (Zarzalejos et alii, 2007 a, 311). Dos bandas (de color azul y amarillo) separan este zócalo de la zona media, que por otra parte, repite el juego alternante de paneles anchos de color rojo con filetes triples de encuadramiento interior, e interpaneles estrechos de color amarillo. Una cornisa pintada cierra esta parte media y da paso a la zona superior de color blanco. En la estancia 12, también se han documentado abundantes restos pictóricos (Figura 10) adscribibles a los márgenes estilísticos del Estilo III de pinturas (Zarzalejos et alii, 2007, 469). Se han conservado tanto restos del zócalo del muro sur, como una placa de unos 4 m, en la zona de contacto con la puerta y apoyando directamente sobre el pavimento musivo. Su estructura compositiva es simple y ha sido descrita en un artículo a modo de avance preliminar de estudios o monografías más completas (Zarzalejos et alii, 2007). Sobre un zócalo negro compartimentado, figura la imitación pintada de una cornisa corrida. La zona media alterna paneles anchos de color rojo y paneles estrechos de color negro, separados por una banda azul. Sobre estos paneles salieron a la luz, evidencias de decoración figurativa: se trata de dos recipientes relacionados y usados en ceremonias rituales, una sítula y un rhyton, atados de cintas, y también se han conservado la representación de dos pequeños pájaros. En ambas estancias, destaca sobremanera el empleo del color rojo cinabrio, un color escasamente utilizado por su rareza y coste, pero que no debe extrañarnos la utilización de este pigmento en Sisapo, al ser esta ciudad la capital del cinabrio hispano, dada su cercanía a las minas y abundancia del mineral. En el viridiarum (jardín) de la domus, que se halla lógicamente en la parte abierta del peristilo, también aparecieron en una pileta rectangular de piedra (3 metros de largo, 0,80 de anchura y 0,50 de profundidad) y en otros lugares abundantes 63 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA fragmentos de pinturas (Figura 25) en el que han sido identificados motivos vegetales y florales con variados colores (granate, rosa, blanco, negro, verde, azul) (Hevia et alii, 2007, 472). (Figura 35). Estos restos se asocian a acciones de amortización de estancias en épocas tardías y con un cambio de uso del espacio interno del peristilo, ya que varias capas de sedimentos, tierra, arena, restos cerámicos etc, inutilizan las conducciones hidráulicas, la pileta, e intentan regularizar la superficie de algunas partes del viridiarum. No debemos olvidarnos tampoco de las pinturas que recubrían las columnas de la domus, y que fueron retiradas y conservadas para su estudio y conservación. Como ya hemos mencionado, estas presentaban un recubrimiento en color rojo cinabrio, en una de estas columnas, apareció esgrafiada una escena de gladiatura ( figuras 7 y 8 ) que viene aportar más indicios y reforzar la hipótesis de la existencia de un anfiteatro en el Hoyo Santo ( Zarzalejos et alii, 2010). Por la fragilidad de este tipo de manifestaciones, y máxime cuando el yacimiento no dispone aún de un acondicionamiento museológico que garantice la correcta exposición y conservación de este tipo de restos, se decidió su extracción41, consolidación y traslado al depósito del Museo de Ciudad Real de estas pinturas murales.( Gea, 2004, 42). 6.5. Otras manifestaciones de la cultura material. El yacimiento también se ha mostrado fecundo en otras manifestaciones de la cultura material que fueron objeto de estudios sistemáticos y monográficos, sobre todo en los primeros compases de las excavaciones sistemáticas. Dejando de lado a los estudios sobre restos cerámicos, fundamentalmente terras sigillatas (Fernández OchoaZarzalejos, 1991, 1992b, y 1993) o cerámica pintada (Esteban et alii, 1998, Esteban, 1998 y 2000), nos referimos en este caso a los estudios que se publicaron en su día sobre elementos glípticos (Zarzalejos-García Díaz, 1987), acerca de las ánforas ( Zarzalejos-Seldas, 1987), sobre las lucernas encontradas (Figura 22) (Fernandez Ochoa et alii, 1986) y terracotas (Fernández Ochoa-San Nicolás, 1999), el material y el 41 Puede verse una referencia de todo el proceso técnico referente a la extracción, consolidación, limpieza y traslado de las pinturas en (Gea, 2004, pp. 39-44). 64 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA mobiliario metálico (Aurrecoechea et alii, 1986), y otros artículos publicados, que aunque no monográficos sobre La Bienvenida, sí que se analizan y comentan materiales recuperados en Sisapo, como los espejos de plomo (Aurrecoechea, 1990) y los vidrios (Aurrecoechea, 1990a). 7. CONCLUSIONES. IDENTIFICACIÓN En la actualidad prácticamente existe unanimidad en aceptar la identificación de La Bienvenida con la antigua ciudad de Sisapo mencionada por las fuentes, afamada por haber sido la sede de la gestión de los importantes recursos mineros de la zona de la vertiente norte de Sierra Morena. La importancia y extensión de la ciudad, la riqueza de sus restos, y sobre todo las evidencias epigráficas han contribuido desde 1982, momento en el que se halló un epígrafe que probablemente formaría parte de una placa, con una dedicatoria pública a una divinidad, un emperador o algún ciudadano insigne, donde se puede leer con claridad […](S)ISAPONE(N), a consolidar y asentar sobre sólidas bases científicas, la ecuación La Bienvenida=Sisapo. A esta evidencia, se le ha ido sumando otros hallazgos como los epígrafes de la campaña de 2001, donde en dos de las piezas encontradas, se ponía de manifiesto la mención de nuevo, del municipio de Sisapo (pieza inventariada como BV01/1/6/3/4), y la constatación de un acto evergético que pudo conmemorar la celebración de unos augustales, o seviri augustales de la ciudad (pieza inventariada como BV01/1/6/3/5). Este hallazgo vendría a aportar certidumbre sobre la condición de municipio de Sisapo, la cuestión que se planteó entonces es saber el momento en el que la ciudad alcanzaría esa categoría en el ordenamiento jurídico-administrativo romano. MUNICIPALIZACION Y ESTATUTO JURÍDICO. Existe la posibilidad de una promoción municipal temprana, incluso en época augústea o julio-claudia, o bien un mejoramiento estatutario como consecuencia de la extensión del Ius Latii universae Hispaniae de Vespasiano. Unas y otras cuentan de momento, con defensores y detractores. Por el momento no existen argumentos 65 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA definitivos que impliquen certeza sobre tal condición. Sobre lo que sí parece que no puede haber sombra de sospecha es acerca de la condición de municipio de Sisapo. Quedaría pendiente también, a la espera de nuevos argumentos o pruebas, la confirmación de la tribu o distrito romano a la que fueron adscritos los ciudadanos sisaponenses. CONTINUIDAD DE OCUPACIÓN. En cuanto a la continuidad de ocupación del yacimiento, ésta ha sido muy bien documentada a través de la estratigrafía (corte A1ab), constatando niveles que van desde el Bronce Final, a finales del siglo VIII a.C o comienzos del VII a.C, hasta momentos de la Antigüedad tardía, dónde una vez perdido el esplendor de la ciudad abandonada ya la domus, se han documentado algunos indicios de ocupación. Con posterioridad a estos momentos parece que el núcleo se despobló y ni siquiera volvió a recuperarse en época hispano-musulmana. ADSCRIPCIÓN ÉTNICA No se ha llegado aún a ninguna conclusión definitiva sobre el debate de la adscripción de Sisapo a una determinada etnia ( Oretanos o Túrdulos), pues las fuentes no son del todo explícitas, sino más bien al contrario, a veces contradictorias, al encontrarse en los límites entre ambas etnias. Así Estrabón (III, 2,3) la menciona sin adscripción étnica, Ptolomeo (Ptol, 2,6, 58) y Cicerón (Phil. 2,48) la mencionan como oretana mientras que Plinio (III,14-15) la incluye en la Beturia túrdula. IMPORTANCIA DE LA CIUDAD COMO GESTORA DE LOS RECURSOS MINEROS DE LA VERTIENTE NORTE DE SIERRA MORENA. La importancia de la ciudad como gestora de los recursos mineros de la vertiente norte de Sierra Morena, ha quedado demostrada, no sólo con la identificación de la Sisapo de la que hablan los autores de la Antigüedad, sino a través también de la corroboración de la inserción de la ciudad en toda una red de vías y caminos, algunos contrastadas por vía epigráfica, (vía Sisapo-Córdoba, sobre la cual la sociedad sisaponense impuso una servitus viae, la vía Sisapo-Cástulo..., que vendrían a relacionar 66 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA estas tierras con otras importantes zonas y ciudades de Hispania (Emérita, Caesaraugusta, Córdoba..). Además, la espectacularidad ( murallas, posible anfiteatro) y prosperidad (domus de las Columnas Rojas) de la ciudad, sobre todo en época altoimperial, es otra de las bazas que nos pueden ayudar a entender la dimensión de la ciudad en su contexto espacio temporal. Desde Sisapo se gestionarían los abundantes e ingentes recursos mineros de la zona, plomo, galenas argentíferas y especialmente mercurio, del cual las cercanas minas de Almadén, que han sido la mayor y más productora mina de mercurio del mundo. PROYECTOS DE TRABAJO EN EL YACIMIENTO Actualmente relacionado con Sisapo-La Bienvenida encontramos un doble proyecto de trabajo y de investigación que se complementan y retroalimentan mutuamente: Por un lado, las propias intervenciones arqueológicas en el yacimiento, que a pesar de no haberse podido llevar a cabo en los dos últimos años, es deseable que, de nuevo, gracias al apoyo y respaldo institucional ( Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, SEPECAM, Ayuntamiento de Almodóvar del Campo y CEDER del Valle de Alcudia), en un futuro lo más cercano posible, puedan volver a retomarse con los objetivos prioritarios de terminar los trabajos en la Domus e iniciar las intervenciones en el Hoyo Santo para confirmar o refutar la hipótesis de la existencia de un anfiteatros en Sisapo. Por otro lado el proyecto de investigación, “El paisaje minero antiguo en la vertiente Norte de Sierra Morena (provincia de Ciudad Real), que dirigido por M. Zarzalejos e integrado por un nutrido interdisciplinar de investigadores, arqueólogos, geólogos, ingenieros de minas y colaboradores tienen como objetivo el estudio, análisis y contextualización del espacio geo-histórico del que Sisapo formó parte como gestor de los recursos mineros de la vertiente norte de Sierra Morena. 67 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA ACONDICIONAMIENTO MUSEÍSTICO. En una época, en la que la valoración, defensa y conservación del Patrimonio, se entiende no sólo como el mantenimiento del legado cultural, sino también como una fuente de recursos para el futuro, y por lo tanto, la rentabilización cultural puede definir el futuro de un proyecto arqueológico, se hace imprescindible una apuesta decidida para el acondicionamiento museístico del yacimiento y el impulso al proyecto de trabajo de Sisapo. Esta rentabilización cultural, bajo mi punto de vista, ha de pasar, por una optimización de las posibilidades (no sólo en cuanto a las aportaciones para el conocimiento histórico de la etapa comprendida entre el siglo VIII a.C y IV-V d.C que La Bienvenida-Sisapo, está proporcionando, y aún ha de seguir proporcionando) sino sobre todo me refiero, a las posibilidades de convertirse en un foco cultural y un agente impulsor y dinamizador del turismo rural y cultural de la zona. Una ciudad en la que tras una dilatada, consolidada y reconocida trayectoria de trabajo e intervenciones arqueológicas, ha proporcionado no sólo una gran riqueza de restos y vestigios culturales de una porción de nuestro pasado, sino también ha venido a contribuir con ingentes estudios, trabajos y publicaciones al conocimiento histórico de la provincia de Ciudad Real y particularmente de la vertiente norte de Sierra Morena, es merecedora por parte de las instituciones públicas, de todo el apoyo y financiación que fuera necesaria, ya que es una “apuesta segura”, dada la potencial espectacularidad de la ciudad. Sabemos por otra parte, que la situación económica actual, ha venido a frustrar demasiados proyectos e intervenciones, también en arqueología, como es el caso de nuestra ciudad, y que la dependencia exclusiva de la financiación pública, es un riesgo. De ahí que para garantizar la continuidad de las excavaciones e intervenciones, sugiero modestamente desde aquí, la exploración de otras posibles vías de financiación, incluso privadas a través de fundaciones, asociaciones, convenios con la Universidad para nutrirse de estudiantes que trabajen en el yacimiento. En otros lugares, (Los Bañales, Uncastillo, Zaragoza) se ha demostrado eficazmente la utilidad y el éxito de este tipo de fórmulas público-privadas. 68 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Otra de las estrategias ( por desgracia, dependiente de las Administraciones Públicas) pasaría por apostar por la creación de una Escuela Taller asociada y vinculada al yacimiento de Sisapo, experiencias de este tipo ya han demostrado ampliamente la utilidad y los beneficios que pueden aportar (Rascón-Sánchez, 2000; Juan García, 2007), y de hecho desde hace tiempo ya han sido barajadas y estudiadas por el ayuntamiento del municipio del que depende La Bienvenida, pero hasta el momento no se han llevado a cabo. Sería muy interesante contar con una Escuela Taller que además de integrar en el mundo laboral a los jóvenes desempleados, formándolos como especialistas en oficios relacionados con la conservación y difusión del patrimonio, pudiera potenciar a través de la restauración, un acondicionamiento y consolidación el emplazamiento arqueológico. En este sentido, no haría falta referir las ventajas de contar con un lugar que hiciera las veces de Centro de Interpretación, almacenes, espacios de servicios para los visitantes etc. Sería recomendable hacer el yacimiento más “visible” dentro de la oferta cultural de la comarca y de cara a la opinión pública. Además de una mejora de la señalización existente en los municipios de alrededor ( sobretodo para localizar y acceder al yacimiento), como la existente en la actualidad en el yacimiento, ya que puede ser un elemento que ayuda a interpretar correctamente las intervenciones. En este sentido, una renovación de los paneles y carteles interpretativos que ahora mismo existen en el yacimiento sería aconsejable, no sólo en la parte de la domus, sino también en otras zonas del yacimiento, (sistema de casamatas, Hoyo Santo, kardo..) Entendemos también que por el momento, la prioridad es la correcta conservación de los mosaicos, pero en el futuro la espectacularidad de los mismos y la permanente exposición de los mismos ( lógicamente una vez estudiadas y llevadas a cabo los sistemas y actuaciones necesarias para su cubrición y garantía de correcta conservación) puede ser una de las grandes bazas del yacimiento para atraer visitantes. Por lo tanto, considero que a modo de recapitulación, se haría aconsejable, pensar en contar para el futuro con las trazas de algún plan o estrategia global que posibilite la optimización de los recursos y posibilidades que La Bienvenida-Sisapo puede ofrecer al panorama cultural del Valle de Alcudia. 69 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA 8. BIBLIOGRAFÍA. ABASCAL, J.M. y ESPINOSA, U. (1989): La ciudad hispano-romana. Privilegio y poder. Logroño. ALFÖLDY, G. (1987): Römisches Städtewesen auf der neukastilichen Hochebene. Heidelberg. ALMAGRO GORBEA, M. (1999): “Los íberos en Castilla-La Mancha”. I Jornadas de Arqueología Ibérica en Castilla-La Mancha. Toledo, pp.25-48. ANDREU PINTADO, J.; LUESMA GONZÁLEZ, R.; JORDÁN LORENZO, A.A. (e.p): “De municipios y territorios. Centralidad y marginalidad en la organización del territorio rural del municipio Flavio de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza). 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Planta provisional de la domus de las Columnas Rojas. Foto Equipo de Sisapo (Zarzalejos et alii, 2004, 467). Compárese con la planta de la Figura 29. 82 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG 6. En la imagen puede verse la fotografía de satélite de la zona, apreciando claramente la zona excavada, el perímetro de la muralla y el posible anfiteatro (“Hoyo Santo”). Imagen del autor, obtenida a través de la página http://www.arcgis.com/home/webmap/viewer.html?useExisting=1 [consulta el 24 mayo de 2012]. FIGs 7 y 8. Graffittis esgrafiados con escenas de gladiadores (original y calco) en una de las columnas de la domus. (Zarzalejos et alii, 2010, 840 y 834). 83 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG 9. Detalle del mosaico de la estancia 12. Foto obtenida de la página web del ayuntamiento de la localidad. http://almodovardelcampo.blogspot.com/2008/10/jornadade-puertas-abiertas-en-el.html [consulta el 25 de junio de 2012]. FIG 10. Pinturas de la Estancia 12. Foto Equipo Sisapo. (Zarzalejos et alii, 2007, 556) 84 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG 11.Moneda de Sisapo. En el anverso aparece una cabeza viril imberbe y en el reverso un jabalí con la leyenda Sisapo debajo. Imagen obtenida de http://monedahispanica.com/latinas1b.htm [Consulta el 17 de julio 2012]. FIG 12. Fotografía panorámica en la que se puede apreciar la parte excavada del yacimiento correspondiente al área de la Domus, y detrás la proximidad del “Hoyo Santo”. Fotografía del autor. Febrero de 2012. 85 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG 13. Detalle del aspecto actual del Hoyo Santo. En la imagen puede apreciarse los sondeos y catas realizados en uno de los flancos del hundimiento y en su sector central. Fotografía del autor. Febrero de 2012. FIG 14. Detalle del aspecto actual de la Domus de las Columnas Rojas. En la imagen puede apreciarse las actuaciones encaminadas a la protección del yacimiento durante los meses de invierno, mediante la cubrición con grava y otros materiales de los mosaicos y elementos sensibles. Fotografía del autor. Febrero de 2012. 86 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 15. Vista aérea del yacimiento arqueológico de La Bienvenida (Almodóvar del Campo), identificado Con la ciudad antigua de Sisapo (Foto. Equipo arqueológico de La Bienvenida) (Hevia, 2003,17). FIG. 16. Reconstrucción hipotética de la sección Este-oeste de la Domus de las Columnas Rojas de La Bienvenida-Sisapo (Equipo Arqueológico de La Bienvenida) (Hevia, 2003, 19). 87 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA Figura 17. 1. Situación de la región sisaponense. 2. Caracterización geológica (a partir del MGN). 3. Dispersión de yacimientos en la zona de estudio (según Equipo Sisapo). (Zarzalejos, 2011, 56). 88 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 18. Vista aérea del yacimiento de La Bienvenida y detalle del área 1 donde se localiza la Domus en proceso de excavación (foto: Visión Aérea). (Zarzalejos, 2011, 59). 89 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 19. Trazado de la vía que unía la ciudad de Córdoba con Sisapo, o el “camino del Pretorio” (Ventura, 1993, 60). FIG. 20 Cipo aparecido en los alrededores de Córdoba que nos informa sobre la servitus viae impuesta por la societas sisaponense (Ventura, 1993, 61). 90 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 21. Estela de guerrero, hallada en las inmediaciones del yacimiento de La Bienvenida. (Murillo et alii, 2005, 10). FIG.22 Lucerna hallada en la Bienvenida (Fernandez Ochoa et alii, 1986 , 274) 91 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 23 y 24. Hallazgo de cerámica tipo Valdepeñas, en La Bienvenida (Esteban 2000, 75 y 76). 92 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 25. Esquema decorativo del techo hallado en el viridarium de Sisapo (según. Equipo Sisapo). (Hevia et alii, 2007, 473). FIG. 26. Decoración central del mosaico localizado en una de las estancias de la Domus de las Columnas Rojas de La Bienvenida-Sisapo donde figura el motivo del abanico o flabellum (Foto. Equipo Arqueológico de La Bienvenida) en (Hevia, 2003, 30). 93 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 27 Restos constructivos de una herrería localizada en el yacimiento de La Bienvenida-Sisapo (Foto. Equipo Arqueológico de La Bienvenida) (Hevia, 2003, 21). FIG. 28 Vías romanas de la provincia de Ciudad Real (Según Caballero Klink, 1996, 74 a partir de C. Fernández Ochoa y M. Zarzalejos Prieto) en (Hevia, 2003, 57). 94 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 29. Planta de la Domus de las Columnas Rojas, con las estancias en las que han aparecido mosaicos. Igualmente se propone la utilización de las estancias 20 y 12 como espacios de representación. Foto Equipo Sisapo (Zarzalejos et alii, 2011, 120). FIG. 30. Identificación de los motivos figurativos en la alfombra principal del mosaico de la estancia 20. (Vectorización de C. Burkhalter). (Zarzalejos et alii, 2011, 104). 95 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 31. Fragmento de cerámica procorintia de imitación itálica (Zarzalejos-Precioso, 2005,829). FIG. 32. Cortes de la muralla de Casamatas ( Zarzalejos-Esteban, 288). FIG. 33. Interpretación de las murallas a través de la fotografía aérea ( ZarzalejosEsteban, 288). 96 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG 34. Dispersión de yacimientos íberos en la Provincia de Ciudad Real (GarciaHuerta; Morales, 2010, 157). FIG. 35. Panel de pinturas restituidas a partir de fragmentos hallados en Sisapo. (Zarzalejos et alii, 2007, 556). 97 SISAPO: UNA CIUDAD IBERO-ROMANA EN EL VALLE DE ALCUDIA FIG. 36. Máscaras teatrales del mosaico de la estancia 20. Foto Equipo Sisapo (Zarzalejos et alii, 2011, 114). 98