Por qué América Latina no logra crecer de manera sostenida En 2018 el PIB en la región creció 1,2% y año antes, 1,3%; para esta gestión se prevé 1,7%. Según analistas, urge cambiar el modelo y apostar por sectores productivos. Expertos sugieren modificar el modelo económico. Foto: RR.SS. INVERSION domingo, 31 de marzo de 2019 · 00:04 Alba Morgade / El problema de la economía en América Latina no es que vaya mal, sino que crece poco; casi está estancado. Y además es muy vulnerable a la volatilidad del mercado, señala un último reporte sobre perspectivas económicas para la región. En 2018, el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina creció un 1,2%, algo menos de lo que lo hizo en 2017, cuando se situó en el 1,3%, por lo que la economía se desaceleró, aunque levemente. Estos son los datos que refleja el informe “Perspectiva Económica Latinoamericana 2019: desarrollo en transición” elaborado por la CEPAL, el CAF Banco de Desarrollo de América Latina y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y con la cooperación con la Comisión Europea, que se publicó hace unos días. Las perspectivas para este año son algo mejores. El documento refleja una previsión de crecimiento del PIB de hasta el 1,7%. Pero el problema ya no es tanto el crecimiento en sí, apuntan los expertos de la OCDE, sino el ritmo al que ocurre y lo que eso nos dice de la región. “América Latina está bloqueada desde hace mucho tiempo”, según Mario Pezzini, director de la OCDE. Este estancamiento, dice, hace aumentar la brecha entre los países de la región y otros más desarrollados, cuando el objetivo es reducirla. Entonces, ¿qué impide a América Latina crecer de forma sostenida? A corto plazo son, principalmente, dos factores los que pueden afectar al crecimiento, señala el experto de la OCDE. “Uno es la actual guerra comercial, porque eso tendrá un impacto sobre el conjunto de los países en desarrollo, aunque con diferencias por regiones; otro es el comportamiento de la política monetaria general, porque un aumento brusco de las tasas de interés también supone un riesgo significativo para Latinoamérica”, ya que tiene acreedores internacionales. La guerra comercial es, de hecho, una de las principales amenazas que puede encarar México en un futuro próximo, asegura Pezzini. “El 80% de las exportaciones de México tienen como destino Estados Unidos, así que la relación entre ambos países va a tener un impacto significativo”. La principal economía de América Latina por PIB después de Brasil ya experimentó una ligera desaceleración de su economía en el último año, con un crecimiento anual de apenas el 2% del PIB en 2018, frente al 2,1% de 2017, según datos definitivos del Instituto Nacional de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México. Casi todos los organismos internacionales, incluidos el FMI y Naciones Unidas, bajaron su previsión de crecimiento para este año en varias décimas porcentuales. En febrero el Banco de México revisó a la baja su estimación de la tasa de crecimiento que podría caer hasta el 1,1% del PIB, unos niveles que no se veían desde hace una década. Pese a estas proyecciones nada prometedoras, el Gobierno mantiene una proyección de crecimiento superior al 2%. Pero fuera de los desafíos a corto plazo y medio plazo que pueda enfrentar la región y cada país, con sus particularidades, el informe señala un problema de fondo que América Latina no ha sabido atajar y le impide avanzar en la senda del crecimiento a un ritmo que le permita recortar las desigualdades y reducir los niveles de pobreza en un buen porcentaje. Pezzini se refiere a los obstáculos destacados también en el informe: la trampa de la productividad, de la vulnerabilidad social, institucional y ambiental. “La productividad sigue siendo baja porque está muy conectada a la especialización productiva y al tipo de productos que Latinoamérica hace. Cambiar esto no es algo que se pueda hacer a corto plazo”. Explica que América Latina ha basado su economía en la venta de materias primas y en la extracción minera, pero estos son sectores más susceptibles a los vaivenes del mercado, en parte por las diferencias que pueden existir en la tasa de cambio. Por tanto, afirma el especialista en desarrollo, si se quiere minimizar la volatilidad del mercado y reducir la vulnerabilidad a la que quedan expuestos los latinoamericanos, hay que apostar por un cambio de modelo. La OCDE apuesta por diversificar los sectores productivos, por innovar y elaborar productos de una mayor sofisticación. BBCMundo