Documento 8865

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La célula es la unidad de construcción de nuestro cuerpo; todos nuestros tejidos y órganos están hechos de
celulas. El cáncer se trata de una producción incontrolada y continua de células, sin ninguna utilidad para el
cuerpo. A medida que las células proliferan, en la mayoría de los casos forman una inflamación; este es el
significado original de la palabra tumor. Asimismo puede emplearse el término cáncer cuando existe una
proliferación anormal de células sin presentar inflamación.
El cáncer no es una enfermedad única sino un conjunto de enfermedades que se clasifican en función del
tejido y célula de origen. Existen varios cientos de formas distintas, siendo tres los principales subtipos: los
sarcomas proceden del tejido conectivo como huesos, cartílagos, nervios, vasos sanguíneos, músculos y tejido
adiposo. Los carcinomas proceden de tejidos epiteliales como la piel o los epitelios que tapizan las cavidades
y órganos corporales, y los tejidos glandulares de la mama y próstata. Los carcinomas incluyen algunos de los
cánceres más frecuentes. Los carcinomas de estructura similar a la piel se denominan carcinomas de células
escamosas. Los que tienen una estructura glandular se denominan adenocarcinomas. En el tercer subtipo se
encuentran las leucemias y linfomas que incluyen los cánceres de los tejidos formadores de las células
sanguíneas. Producen inflamación de los ganglios linfáticos, invasión del bazo y médula ósea, y
sobreproducción de células blancas inmaduras. Estos factores ayudan a su clasificación.
Desarrollo y propagación del cáncer
El cáncer de pulmón se inicia cuando las células epiteliales que recubren el tracto respiratorio empiezan a
reproducirse de forma descontrolada. Estas células invaden el tejido que las rodea formando una masa
denominada tumor o carcinoma. Las células cancerosas pueden invadir los vasos sanguíneos y linfáticos, y ser
transportadas a través del organismo hasta que alcanzan una zona por la que no pueden progresar. En este
punto se asientan y forman un nuevo tumor. Las metástasis, la propagación del cáncer desde su localización
original a otras partes del organismo, es la característica más destructiva de la enfermedad.
CAUSAS DEL CANCER
Todas las células proceden de una única célula madre. Estas células han escapado al control que en
condiciones normales rige el crecimiento celular. Como las células embrionarias, son incapaces de madurar o
diferenciarse en un estadio adulto y funcional. Si una célula es dañada y muere, no puede producirse ningún
cáncer. Esa célula queda eliminada y no puede reproducirse. El problema se plantea con las células que han
sido dañadas hasta un extremo tal que el mecanismo que controla su crecimiento deja de ser efectivo. Este
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cambio, de crecimiento controlado a proliferación cancerosa, puede ser repentino, pero es más probable que
haya una acumulación de daño, causada por diversos factores aleatorios a lo largo de la vida.
Factores físicos:
Los agentes físicos pueden tener un importante efecto indirecto mediante el simple incremento de la tasa de
división celular. Es probable que el cáncer pueda presentarse por un fallo aleatorio producido durante la
duplicación del ADN que precede a la división celular.
Las radiaciones pueden causar y también curar el cáncer. Con dosis suficientemente grandes, se destruye la
doble hélice del ADN y se mueren las células. Unas dosis más pequeñas lesionan el ADN, incluyendo las
partes que limitan el crecimiento celular. La luz ultravioleta de los rayos solares es una forma de radiación
penetrante que puede ser especialmente dañina, como nos demuestra el hecho de que los trabajadores del
campo en climas muy soleados presentan, con frecuencia, tumores de piel en las partes del cuerpo expuestas.
También el calor excesivo puede acabar en tumor.
Factores Químicos:
FUMAR
NUTRICIÓN
LUZ
SOLAR
ALCOHOL
RIESGO
LABORAL
El consumo de cigarrillos es responsable del 85% de los casos de cáncer de pulmón
entre los hombres y del 75% entre las mujeres; una media general del 83%. El fumar
provoca aproximadamente el 30% del total de las muertes por cáncer. Los fumadores
de dos o más paquetes de cigarrillos presentan porcentajes de mortalidad por cáncer
entre 15 y 25 veces superiores a los no fumadores.
El riesgo de cánceres de colon, mama y útero se incrementa en personas obesas. Las
dietas con alto contenido de grasa pueden contribuir a la aparición de determinados
cánceres, como el de mama, colon y próstata. Los alimentos con alto contenido en fibra
pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de colon. Una dieta variada con gran
cantidad de verduras y frutas ricas en vitaminas A y C pueden reducir el riesgo de
cáncer de laringe, esófago, estómago y pulmones. Se ha establecido una conexión entre
los alimentos salmuerizados, ahumados y curados con nitratos y los cánceres esofágico
y estomacal.
Se considera que la casi totalidad de los más de 600.000 casos de cáncer de piel no
provocados por melanomas que se registran cada año en EEUU están relacionados con
la exposición al sol. Este factor es también uno de los más importantes en la aparición
de melanomas, y la incidencia se incrementa entre los residentes cerca del Ecuador.
Los cánceres de boca, laringe, garganta, esófago e hígado tienen una alta tasa entre los
bebedores consuetudinarios de altas dosis de alcohol.
La exposición a una serie de agentes industriales (níquel, cromo, amianto y clorato de
vinilo, entre otros) aumenta el riesgo de diversos cánceres. Los peligros del amianto se
ven enormemente incrementados en combinación con el tabaco.
Factores genéticos:
¿Se hereda el cáncer? En la mayoría de los casos la respuesta es no. El cáncer es una enfermedad en la que el
daño acumulado en unas células eventualmente acaba en transformación maligna; desencadenada por un
suceso aleatorio. En última instancia es un problema de genes; pero el desorden se da en los genes de una
célula especifica y no en la totalidad de la persona.
Factores virales:
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Los virus pueden producir cáncer en los animales y en el hombre. Los virus son la forma de vida más simple.
Básicamente no son más que una sola pieza de ADN: un conjunto de genes protegido por una cubierta de
proteína. Como el virus no posee las otra estructuras que se encuentran normalmente en las células, carece de
maquinaria para fabricar proteínas y por eso no puede reproducirse por sí mismo; para hacerlo necesita invadir
una célula huésped.
El virus se pega a la membrana celular y transfiere sus genes al interior. Sus genes se incorporan al interior del
ADN de la célula huésped y asumen el control del mismo de manera que, en vez de producir copias de sí
misma, la célula huésped empieza, paso a paso, a producir copias del material genético viral. Los genes del
virus también instruyen a la célula huésped para que produzca sus cubiertas protectoras de forma que, tras
cierto tiempo, se forma un nuevo equipo completo de partículas de virus. A continuación éstas emergen y se
trasladan para infectar otras células.
La semejanza entre los genes del virus y los de la célula huésped hace posible que el virus incorpore
fragmentos de los genes del huésped a su propio material genético. Estas proporciones de genes del huésped
recortadas al azar son llevados a la nueva célula invadida por el virus y allí puede combinarse con los genes de
esa célula. Algunas veces, este intercambio de material genético inducido por virus puede ser desastroso,
alterando los mecanismos de control del crecimiento de la célula huésped y convirtiendo una célula normal en
otra que se reproduce día tras día hasta formar un tumor.
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1. Las células alargadas son fibroplastos de polluelo normales. La superficie aparece con sólo unas pocas
microvellosidades (procesos semejantes a vello) y formaciones nodulares (2000 aumentos).
2. Las células afectadas por rous sarcoma virus muestran evidentes cambios estructurales. Muchas de ellas
aparecen acortadas y con abundantes microvellosidades y formaciones nodulares (3200 aumentos).
3. Una célula fuertemente atacada. La superficie aparece tachonada de deformaciones nodulares y la célula
está probablemente a punto de escindirse.
DIAGNOSTICO
El cáncer puede iniciarse en casi todos los órganos y propagarse hasta afectar a cualquier sistema del cuerpo.
Cuando se sospecha que hay cáncer se tienen en cuenta dos aspectos del diagnóstico: el primero consiste en
determinar con seguridad si el paciente tiene o no tiene un tumor, y si lo tiene, identificar el lugar de
implantación primario de la enfermedad. El segundo aspecto requiere, generalmente, una investigación más a
fondo y consiste en determinar el alcance que ha adquirido la enfermedad.
Para establecer un plan adecuado de tratamiento es imprescindible saber el trazado de la extensión de la
enfermedad en cada paciente. Esto implica una serie de pruebas que aportan información detallada sobre el
funcionamiento de los órganos que puedan estar afectados.
• Biopsia: la manera más segura de diagnosticar un cáncer es obtener una pequeña muestra del tejido
sospechoso y analizarla al microscopio. Si es de fácil acceso se puede obtener haciendo una pequeña
incisión (piel o nódulos linfáticos), pero si no se puede acceder con cirugía simple se emplean otras
técnicas como atravesar la piel con una aguja y extirpar una pequeña cantidad de tejido (hígado,
pulmón...) o por medio de una broncoscopia (colon, estomago o conductos respiratorios). En un 5%
de pacientes puede resultar imposible, por diversas razones, obtener una muestra del tejido
sospechoso (cáncer establecido profundamente en cerebro o páncreas).
• Análisis de sangre y orina: si hay menos glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas de lo esperado
la causa puede encontrarse en una enfermedad que afecta a la medula ósea. Algunos cánceres
aparecen en la medula; otros infiltran en ella células malignas y otros tienen unos efectos indirectos al
segregar sustancias que inhiben su función. Se puede apreciar el estado de la medula ósea observando
las células de la sangre que circula. Una valiosa ayuda para el diagnostico es el recuento y el examen
de la apariencia de las células sanguíneas pero el análisis bioquímico también suele ser valioso. Al
bañar las células de todos los tejidos del organismo, la sangre recoge sustancias producidas por cada
uno de los órganos. Los niveles de estas sustancias se pueden medir, aportando vital evidencia del
comportamiento de cualquier órgano. Por ejemplo: el nivel de proteínas segregadas por el hígado cae
al estar enfermo, y el nivel de enzimas aumenta al morir sus células. Esto ultimo también refleja la
presencia de cáncer en los huesos.
La medición de niveles de determinadas sustancias en la orina puede ser tan útil como los análisis de sangre.
La concentración de diversas sales en la orina refleja la salud de los riñones, la presencia de bacterias refleja la
infección de la vejiga y al igual que en la sangre en la orina se puede encontrar determinados marcadores de
tumor. Pero hay problemas para obtener de la orina información fiable. Al contrario que la sangre, la orina
puede estar más o menos diluida según la cantidad de liquido que se ha bebido. Por esta razón, la mayoría de
las investigaciones bioquímicas empiezan con la sangre.
• Rayos X y scanner: los Rayos X pueden irradiarse a través del cuerpo para producir una imagen
fotográfica de sus estructuras internas. Ello es posible porque la capacidad para absorber la radiación
varia según la densidad de los tejidos. Por ejemplo, una masa tumoral en el pulmón es más densa que
en el tejido lleno de aire a su alrededor, y aparece como una sombra. Si la masa comprime uno de los
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bronquios, puede impedir que el aire llegue a gran parte del pulmón y la zona opaca será notable. Las
áreas invadidas por células tumorales aparecen como manchas que pueden ser más claras o más
oscuras que el hueso sano circundante. Los rayos X tienen un limite, cuando distintos tipos de tejido
absorben la radiación en la misma medida, resulta imposible distinguirlo. Algunos de estos problemas
se pueden solucionar utilizando técnicas de contraste.
Los medios de contraste aumentan el valor de los rayos X para la diagnosis, pero el avance más
revolucionario fue la invención del scanner. El principio de la técnica es: se hace mover entorno al paciente
una batería completa de emisores de rayos X y detectores. La imagen construida refleja la densidad exacta del
tejido.
Otras técnicas son: la resonancia nuclear magnética (da información sobre los procesos bioquímicos que se
desarrollan en los tejidos); scanner ultrasónico (las ondas penetran el cuerpo y rebotan produciendo una
imagen); exploración con radioisótopos (se ingiere una sustancia radiactiva que se incorpora a los tejidos y su
distribución se puede representar utilizando cámaras sensibles a la radiación emitida).
SINTOMAS
Los siete signos del cáncer resumen los síntomas más importantes de indicadores de su presencia aunque tales
síntomas pueden acompañar a otras enfermedades:
• Toda lesión que no cura; especialmente en lengua o labios, o alrededor de la boca.
• Toda tumefacción o engrosamiento que no es sensible; especialmente en mama, labios o lengua.
• Hemorragias irregular o insospechada, o cualquier otra excreción por las aberturas naturales del organismo.
• Variaciones progresivas en la coloración, forma o tamaño de verrugas o lunares.
• Trastornos digestivos de larga duración.
• Tos, ronquera o dificultad en la deglución, que persisten demasiado tiempo.
• Variaciones del funcionamiento intestinal.
TIPOS DE CANCER
Aunque un tumor maligno que se inicia en un órgano puede colonizar otros muchos, el órgano o tejido donde
empieza el cáncer es el que da nombre a la enfermedad. Hay muchos tipos de cáncer como: de pulmón;
sangre; intestino; estomago; páncreas; vejiga; próstata; ovario, etc
A pesar de esta diversidad de tipos de cáncer; nos centraremos especialmente en dos de ellos: cáncer de mama
y leucemia.
• Cáncer de mama
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El primer signo es, generalmente, una pequeña tumoración en una mama, a menudo en la parte superior del
lado externo. Tales neoformaciones pueden ser benignas, pero el tipo tumor puede demostrarse mediante una
exploración. El cáncer de la mama produce, a menudo una retracción de la piel o el pezón. Cuando el cáncer
de mama se disemina, lo hace a través de los vasos linfáticos y, por regla general, se presenta una tumefacción
de los ganglios linfáticos de la axila. En ocasiones el proceso se difunde por entre las costillas a los ganglios
linfáticos del tórax. Al difundirse, el cáncer puede dar lugar a metástasis secundarias en otras partes del
organismo. El diagnóstico se logra, a menudo, por los síntomas externos.
• Leucemia
Término para designar un grupo de enfermedades de las células de la médula ósea y de los ganglios linfáticos,
que forman los leucocitos. La médula ósea produce un exceso de leucocitos inmaduros, los cuales, aunque no
siempre pasan a la sangre, pueden existir en número de 100.000 o más, en lugar de la cifra normal de 5.000 a
7.000 por milímetro cúbico. El extraordinario número de leucocitos inmaduros alteran la formación de
hematíes, por lo que se produce una anemia. A medida que la enfermedad progresa, se depositan más
leucocitos en distintos órganos del cuerpo, especialmente en los ganglios linfáticos y en el bazo. La anemia
diminuye la resistencia contra las infecciones y conduce al adelgazamiento, palidez y en muchos casos existe
una tendencia a las hemorragias en la piel y en otras regiones, debido a la alteración de la formación de
plaquetas o trombocitos. Se distinguen dos tipos de leucemia: aguda, que aparece en niños y es más rápida, y
crónica, que aparece en personas mayores y su curso es más prolongado. La causa de la leucemia es
desconocida, aunque existen indicios de que se trata de una enfermedad producida por virus.
TRATAMIENTO
La terapia más eficaz en la lucha contra el cáncer sigue siendo la prevención, que incluye, entre otras medidas,
abstenerse de fumar, seguir una dieta en frutas, verduras y hortalizas; evitar el exceso de peso; huir de las
exposiciones prolongadas al sol en las horas de mayor riesgo, entre otros. De forma complementaria a la labor
preventiva, es importante la prevención precoz de la enfermedad por medio de exámenes médicos, de manera
que se puede erradicar en una fase temprana de su desarrollo, antes de que manifieste síntoma alguno.
El tratamiento del cáncer, una vez que se ha puesto de manifiesto, incluye una serie de métodos tradicionales
y otros, más novedosos, que intentan evitar los efectos secundarios de los primeros.
• Tratamientos tradicionales
• Cirugía: Consiste en la extirpación del tumor o tejido afectado. Es el único que permite el análisis del
tumor. No obstante, no siempre se consiguen eliminar las expansiones microscópicas del tejido canceroso.
En el caso del cáncer de mama, antes era necesaria la extirpación de la mama entera "mastectomía", pero
hoy no hace falta llegar hasta ese extremo, bastaría con realizar una "masectomía ", que es la extirpación de
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la zona cancerosa.
Sin embargo, muchos cánceres están tan extendidos que la cirugía curativa ya no es efectiva. En estos casos el
tratamiento puede ser con quimioterapia o radioterapia.
2. Quimioterapia: Es el empleo de fármacos para destruir las células tumorales. Aunque existan muchas clases
de medicamentos anticancerosos, cada uno con su propio mecanismo de actuación, la mayoría persigue el
bloqueo de la capacidad multiplicativa de las células cancerosas. El problema que presenta este método es que
destruye muchas células sanas, con la consiguiente aparición de efectos secundarios. La sensibilidad de ciertos
tumores a la quimioterapia hace posible la curación de un alto porcentaje de cánceres, como el uterino, las
leucemias agudas. Esta técnica tiene dos problemas la toxicidad y la resistencia.
3.Radioterapia: Este método utiliza rayos X y rayos , en forma de haz, para irradiar la región afectada por el
tumor. Con ello se persigue, tanto la destrucción directa de las células irradiadas, como la indirecta, a través
de su inducción al suicidio celular. La irradiación se puede realizar desde fuera del organismo o instalando en
la región tumoral píldoras o fluidos radioactivos. Los efectos que conlleva la exposición a radiaciones es
pérdida de apetito, enrojecimiento, descamación, picores además de repetirse los producidos por la
quimioterapia. La máquina más conocida de radiación es la bomba de cobalto y loa aceleradores lineales. La
radiación y la quimioterapia se pueden emplear juntas o con la cirugía en la denominada terapia combinada.
4.Transplante de médula ósea: Este método se utiliza para el tratamiento de las leucemias y los linfomas, así
como para reforzar el sistema hematopoyético de los pacientes que han recibido grandes dosis de radioterapia
o quimioterapia. El proceso de transplante de médula implica la destrucción, mediante fuertes dosis de
radiación o quimioterapia de las células madre del paciente y el implante de nuevas células madre extraídas de
la médula ósea (o de la sangre) de un donante o de muestras del propio paciente extraídas de antemano.
5.Tratamiento hormonal: Otra posibilidad de tratamiento de la enfermedad consiste en la hormonoterapia, que
se realiza cuando la enfermedad anida en los órganos sexuales; la hormona que se aplica es la hormona sexual
contraria a la que corresponde al órgano canceroso. Por ejemplo, el cáncer de próstata se trata con hormonas
femeninas, y el cáncer de mama con hormonas masculinas.
• Nuevas terapias
• Inmunoterapia: Se basa en potenciar las propias defensas del organismo y presenta varias líneas de
actuación, aunque todas ellas tienen en común la posibilidad de detectar antígenos tumorales en las células
afectadas:
Tratamiento no específico con las propias sustancias que el organismo fabrica en respuesta a las infecciones.
Estos tratamientos son poco eficaces por sí solos.
Creación de anticuerpos monoclonales contra algunos antígenos existentes en la superficie de las células
cancerosas. Estos anticuerpos pueden destruir directamente a las células tumorales o actuar como vehículos
capaces de llevar hasta las células cancerosas una potente toxina unida a su molécula, y al unirse
específicamente a las células malignas, el agente tóxico actúa sobre ellas, produciendo su muerte.
Mediante la creación de vacunas contra el cáncer se pretende provocar que las células T u otros componentes
del sistema inmunitario reconozcan y ataquen al tejido tumoral.
La inmunoterapia adoptiva es una técnica consistente en la extracción de linfocitos T del paciente y en su
exposición a los antígenos tumorales, en el laboratorio, para estimular su respuesta. Posteriormente se
inyectan al mismo individuo poblaciones de estas células tratadas.
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• Terapia génica: Esta técnica utiliza las características de infección de algunos virus para introducir copias
normales de los genes dañados en las células cancerosas. Se eliminan de los virus utilizados los genes que
les confieren virulencia, al tiempo que se les inserta el gen terapéutico, antes de ser introducido en las
células mediante técnicas de ingeniería genética. Los virus pueden ser modificados de manera que
únicamente se repliquen en células tumorales, y no en células sanas, de forma que se propaguen por todo un
cáncer, provocando la muerte de células infectadas. Este tipo se encuentra en la fase clínica de
experimentación.
Mamografía donde se puede apreciar un tumor (mancha blanca).
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