Subido por Martín Sánchez Franco

ALEGACIONES A LA BANDERA DE CHUCENA

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Sr. Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Chucena (Huelva):
MARTÍN SÁNCHEZ FRANCO, mayor de edad, natural de
Chucena, de la que, mediante expediente concluido el 11 de febrero de 1976
(registro de entrada en el Ayuntamiento nº 86, de 13/2/76), es oficialmente hijo
predilecto, con D.N.I. nº. 29.695.383, LICENCIADO EN FILOSOFÍA Y
LETRAS y LICENCIADO EN GEOGRAFÍA E HISTORIA y AUTOR DEL
Estudio histórico del Marquesado de Alcalá de la Alameda (publicado por la
Diputación Provincial de Huelva en 1975), domiciliado real en Sevilla (Avda. Dr.
Fedriani, 23, 5, 4º C, C.P.: 41009) a V.S.
EXPONE:
1º.- Se ha publicado en el «Boletín Oficial de la Junta de
Andalucía» nº 23, de 23 de febrero de 1999, el anuncio del acuerdo del Pleno del
Ayuntamiento de Chucena de 25 de enero de 1999 de la adopción de la Bandera
Municipal, en el que se dice que el citado acuerdo estará de manifiesto al público
en la Secretaría del Ayuntamiento durante 20 días, en los cuales se podrán
formular respecto al mismo las alegaciones que se estimen pertinentes, en virtud
de lo preceptuado en el artículo 2.2 del Decreto 14/1995, de 31 de enero, de la
Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, por el que se regula el
procedimiento para la aprobación y rehabilitación de Escudos Heráldicos,
Banderas y otros símbolos de las Entidades Locales de la Comunidad Autónoma
Andaluza.
2º.- El que suscribe el 8 de febrero de 1999 ha solicitado de V.S.
copia literal certificada de todos los acuerdos relativos a la Bandera de Chucena
desde el día 28 de octubre de 1997, en que se acordó la adopción de otro modelo
de Bandera, hasta el día de la fecha (8/2/99). En contestación al escrito
correspondiente, V.S. con otro suyo de 16 de febrero de 1999 (nº. de salida 223),
le adjunta al que suscribe certificaciones de actas de los Plenos de 28 de octubre
de 1997 y de 25 de enero de 1999, por lo que ha de suponer que entre ambas
fechas no se ha acordado en el Pleno nada relativo a la Bandera Municipal.
El que suscribe, una vez publicado el anuncio citado en el «Boletín Oficial
de la Junta de Andalucía», también ha solicitado, el 2 de marzo de 1999, copia de
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la Memoria en que se ha basado el acuerdo de adopción de Bandera Municipal y
que ha recibido el 9 del mismo mes.
3º.- El Ayuntamiento Pleno el día 25 de enero de 1999 acordó por
cinco votos a favor y uno en contra (lo que significa tres ausencias), “revocar el
acuerdo adoptado en sesión de 28 de octubre de 1997, relativo a la adopción
de Bandera Municipal” y “adoptar como Bandera la siguiente: Bandera
rectangular en la proporción de 11 por 18, compuesta por cinco franjas
paralelas entre sí y perpendiculares al asta, la primera y quinta azules, de 1/6
de la anchura, la segunda y cuarta, amarillas, de 1/6 de la anchura, y la
tercera o central, azul, de 2/6 de la anchura. Centrado y sobrepuesto, el
escudo de armas local”.
El acuerdo de adopción de Bandera de 28 de octubre de 1997 se había
tomado por unanimidad.
4º.- El acuerdo de 25 de enero de 1999 ha venido precedido de un
largo proceso en el que han abundado las medias verdades y las situaciones de
impotencia e indefensión del que suscribe. Éste considera que el Pleno del
Ayuntamiento puede adoptar el acuerdo que estime pertinente, pero, si el proceso
para aprobar la Bandera tiene previsto la posibilidad de presentar alegaciones,
también han de ser oídas las razones que pudieran haber en contra sin arbitrarse
procedimientos que sólo han tenido como objetivo acallarlas y ahogarlas dentro de
un «totum revolutum» en el que, so pretexto de democracia, se sintieran
igualmente con razones quienes honradamente se dedican a otras actividades
sociales, igualmente dignas pero diferentes a las de investigación histórica. La
demagogia suele obtener resultados fáciles cuando hace creer el igualitarismo.
5º.- El que suscribe en noviembre de 1996 conoció la existencia de
una Memoria de Don Juan José Antequera Luengo para la aprobación de la
Bandera de Chucena, en la que se decía:
“Posee Chucena antecedentes vexilológicos, consistentes en una bandera
adoptada en los últimos tiempos, compuesta por tres franjas de igual anchura,
paralelas entre sí y perpendiculares al asta, la primera y tercera azules y la
segunda o central amarilla”.
Inmediatamente comunicó a las autoridades municipales que la Bandera
que Chucena poseía desde el 14 de agosto de 1973, a propuesta suya, no tenía
sus tres franjas horizontales de igual anchura, sino que la central, amarilla,
medía 8/15 de la anchura total de la Bandera, y las laterales, azules, 7/30 de la
misma achura total de la Bandera.
La Memoria de Don Juan José Antequera Luengo decía a continuación de
lo ya transcrito:
“Esta organización la posee, con los debidos refrendos oficiales, otra
localidad andaluza, aspecto éste que desaconseja proceder a su adopción por el
municipio y, consecuentemente, obliga a la creación de otra de nuevo cuño”.
El que suscribe, consecuentemente con lo dicho anteriormente, dijo a las
autoridades municipales que probablemente Chucena podía mantener su Bandera
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porque sólo el error podía ser la causa de que se pensara que ésta tenía sus tres
franjas horizontales, azul, amarilla y azul, de igual anchura.
Volvió a decir lo mismo, desarrollado con fundamentación histórica y
heráldica en la revista de fiesta de 1997, pero el 28 de octubre de 1997 el
Ayuntamiento Pleno acordó adoptar como Bandera Municipal de Chucena la
compuesta por tres franjas horizontales, azul, amarilla y azul, de igual anchura.
Por ello presentó su escrito de alegaciones de 20 de abril de 1998 (registro de
entrada nº. 498, de 21 de abril de 1998) en que demostraba que Bandera de
Chucena no debía tener las tres franjas de igual anchura, sino que la segunda
o central, amarilla, debía medir 8/15 de la anchura, y cada una de las
laterales, primera y tercera, azules, debía medir 7/30 de la anchura, y que el
error de considerar las tres franjas de igual anchura sólo era producto de la errónea
confección material de la Bandera, y consideraba que, si como afirmaba la
Memoria firmada por el Sr. Alcalde, la Real Academia de Córdoba, de Ciencias y
de Bellas y Nobles Artes, podría informarla favorablemente por diferenciarse de la
Bandera de Villarrasa en el Escudo Heráldico Municipal, con más razón la
informaría favorablemente con mayor diferenciación y con mejor fundamentación
histórica y heráldica.
6º.- Una vez presentadas las alegaciones referidas tampoco se
subsanó el error de considerar que la Bandera tradicional de Chucena tenía sus
franjas horizontales de igual anchura, cuando la central, amarilla, debía de estar
con respecto a las laterales en la razón de 16/7, es decir, debía medir más del
doble.
7º.- Como queda recogido en el punto 5º, en la “Memoria y
proyecto de Bandera y Reglamento de Honores y Distinciones y Protocolo para el
Iltmo. Ayuntamiento de Chucena (Huelva)” de 1996 de Don Juan José Antequera
Luengo no se decía el nombre de la localidad andaluza que tenía la misma
Bandera que la que suponía su autor como tradicional de Chucena. No supo, por
ello, el Ayuntamiento de qué localidad andaluza se trataba hasta que el que
suscribe hizo la búsqueda apropiada. Esta búsqueda y todas las gestiones
realizadas desde principios de noviembre de 1996 hasta principios de marzo de
1997 las inició porque el mismo Ayuntamiento le pidió que se implicara en el
tema. Se ve con claridad que éste ha utilizado la información que el que suscribe
le proporcionó. Sin embargo, a partir de la segunda de las fechas citadas le
desconoce.
8º.- Entre noviembre de 1996 y marzo de 1997 hizo gestiones en los
órganos pertinentes de la Junta de Andalucía para llegar a conocer que la localidad
andaluza que tenía su bandera parecida a la de Chucena era Villarrasa, y, a través de
la Dirección General de Administración Local y Justicia y directamente, mediante
los datos facilitados por la misma, acudió al consejo de Don Alfonso Porras,
secretario del Instituto de Estudios Genealógicos y Heráldicos de la Real Academia
de Córdoba, de Ciencias y de Bellas y Nobles Artes, que habría de informar a la
Consejería de Gobernación en el proceso de aprobación. A su carta acompañaban
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los diseños de Chucena y de Villarrasa y un nuevo diseño para Chucena
consistente en el mismo con una estrella central azul de ocho rayos con un
diámetro de 7/15 de la anchura (en la franja central, amarilla, de 8/15 de la
anchura) y con los ángulos de sus picos de 60º. Esta estrella, bien significativa en
la Bandera, hubiera evitado toda posible confusión con la de Villarrasa. Una vez
que supuso recibida la carta llamó por teléfono a la Real Academia de Córdoba, de
Ciencias y de Bellas y Nobles Artes, donde se le facilitó el teléfono particular de
Don Alfonso Porras, con el que habló directamente. En una sola llamada
telefónica no es fácil resolver todas las dudas. Creyéndose el que suscribe que
contaba con la confianza suficiente del Sr. Alcalde de Chucena, le entregó la carta
que había dirigido a Don Alfonso Porras, con los diseños de Bandera en número
suficiente para todos los concejales, y le comunicó la información que tenía como
respuesta a la misma. La información era provisional porque había de enviarse a
Don Alfonso Porras una copia del Escudo Municipal para que valorara la posible
inserción de la estrella central referida. En el acto de entrega al Sr. Alcalde, éste le
dijo al que suscribe que prefería que la Memoria para la adopción de Bandera la
redactara Don Juan José Antequera Luengo. Por ello, no se sintió el que suscribe
con fuerzas suficientes para seguir en contacto con Don Alfonso Porras y enviarle
la copia del Escudo y otros datos históricos, heráldicos y sociológicos que
avalaran la inserción de la estrella citada.
9º.- Aunque el Sr. Alcalde había mostrado su preferencia porque la
Memoria la redactara Don Juan José Antequera Luengo, como el que suscribe le
había entregado los diseños tanto de la Bandera tradicional como de la misma con la
estrella central, acompañados, para su comparación, con el de la Bandera de
Villarrasa, siguió en contacto telefónico con él pidiéndole poder informar al Pleno
sobre las posibilidades de adopción de Bandera. El Sr. Alcalde prometía
comunicarle la fecha del Pleno apropiado, pero esta comunicación no le llegó nunca.
10º.- El último viernes de marzo de 1997 le pidió a Don Juan José
Antequera Luengo que le permitiera hacer la Memoria para la adopción de la
Bandera de Chucena. Como conclusión de esta conversación resultó que la Memoria
se haría conjunta. El Sr. Antequera ponía una limitación: no mencionar a los
Portocarrero, aunque el que suscribe siempre ha tenido muy claro que lo que prohibe
el Decreto 14/1995 es la reproducción mimética de escudos no aprobados, pero no
una fundamentación heráldica indirecta en éstos, si se justifica en la historia. Esta
limitación de no mencionar a los Portocarrero obligó al que suscribe a buscar una
nueva fundamentación para la franja central amarilla, encontrada en la expresión
mitológica de la agricultura local, y a elevar las devociones marianas de Chucena y
Alcalá de la Alameda a fundamentos de primer orden en relación a las franjas azules
laterales. En la revista de fiesta de 1997 publicó un artículo en este sentido. En los
primeros meses de 1998, cuando no sabía que ya el Ayuntamiento el 28 de octubre
de 1997 había acordado la adopción de Bandera, envió cartas pidiendo información
sobre el proceso e insistiendo en la aprobación de la Bandera tradicional con la
fundamentación que creía posible. Su insistencia ante el Ayuntamiento, ante la
oposición por el silencio que percibía del Ayuntamiento (siempre ha evitado el que
suscribe dirigirse directamente a los Sres. Concejales; probablemente si lo hubiera
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hecho un año antes, cuando le entregó al Sr. Alcalde la comparación de la
comparación de las banderas de Villarrasa y la de Chucena y la posibilidad de
insertar la estrella, se hubiera evitado la adopción de un modelo erróneo), y ante
otros organismos locales, no obtuvo respuestas, pero le pusieron en guardia, por lo
que empezó en marzo de 1998 a estar pendiente del Boletín Oficial de la Junta de
Andalucía, en el que se publicaría, si no se había publicado antes, el plazo para
presentar alegaciones. Pudo conocer, mediante el B.O.J.A., que la Bandera se había
adoptado el 28 de octubre de 1997, y, mediante solicitud al Ayuntamiento del
acuerdo y de la memoria, que la Bandera adoptada tenía, como la de Villarrasa, sus
tres franjas (azul, amarilla y azul) iguales en tamaño y que los colores venían
referidos a los esmaltes del blasón de los Portocarrero. La memoria en que se
fundamentaba la firmaba el mismo Sr. Alcalde y recogía elementos tanto de la
Memoria que el año anterior había presentado Don Juan José Antequera Luengo
como del artículo del que suscribe publicado en la revista local de fiestas del mismo
año (1997). Las alegaciones que podía presentar el que suscribe venían facilitadas
por la proporción en que se dan el oro y el azur en los esmaltes del escudo de armas
de los Portocarrero (ajedrezado con 8 piezas de oro y 7 de azur) y por la
conveniencia de diferenciarse de la Bandera de Villarrasa y, sobre todo, porque sólo
el error en sucesivas confecciones materiales de la Bandera pudo haber hecho pensar
en que la que se venía usando desde el 14 de agosto de 1973 tuviera sus tres franjas
del mismo tamaño. Quizá se haya utilizado más como referente la Bandera de
Andalucía que la Bandera Nacional de España, que fue la que de hecho inspiró el
diseño de la de Chucena, como se verá más adelante. La Bandera de Chucena de 14
de agosto de 1973 es aproximadamente la de España cambiando el rojo por el azul.
La Bandera de 14 de agosto de 1973 ha sido la que ha usado Chucena hasta el 28 de
octubre de 1997 en que adquiere categoría jurídica el error material de creer que las
tres franjas (azul, amarilla y azul) eran iguales en tamaño.
11º.- El que suscribe en sus alegaciones al acuerdo de 28 de octubre
de 1997 insistía en que la Bandera no reproducía el blasón de los Portocarrero, sino
que se fundamentaba en él, ya que los colores que tienen como referentes a los
esmaltes de éste no se presentan en sectores de ajedrez, sino en franjas. Esta
distribución en franjas representa, por su parecido con la Bandera Nacional de
España, el pleito de tanteo sobre la jurisdicción de Chucena que, en Cabildo Abierto,
acordó en 1783 para obtener la dependencia directa del Rey. Este acontecimiento de
gran importancia en la historia de Chucena se produjo casi simultáneamente a la
adopción de Bandera Nacional por Carlos III. Con esta adopción nacía
simbólicamente el Estado Español como entidad diferenciada de su Rey, ya que
hasta entonces su Bandera había sido la de éste. En ese Estado Español moderno
pretendía integrarse plenamente Chucena en 1783. El ímpetu que tomó entonces
explica la concesión real de feria en 1802. El paralelismo de la Bandera de Chucena
con la Bandera Nacional de España, de la que sustituye el rojo por el azul, tiene una
fuerza simbólica de gran importancia para comprender nuestra historia.
Desgraciadamente se pierde con la adopción de nueva Bandera el 25 de enero de
1999.
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12º.- En el último número en relación a la fecha de este escrito (nº. 4,
de febrero de 1999) de la Revista Cultural de Chucena (Revista Municipal del
Ayuntamiento de Chucena) aparece un artículo sin firma, pero que por su redacción
se ve que es del Sr. Alcalde. En él se quiere justificar el acuerdo de adopción de la
nueva Bandera. Dice:
El 17/3/97 recibimos el siguiente escrito de la Real Academia de Córdoba:
"Alfonso Porras de la Fuente, correspondiente en Córdoba, vicesecretario
de la corporación y secretario del Instituto de Estudios Genealógicos y Heráldicos
de esta Real Academia:
Por la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía se nos consulta
acerca de la bandera que pretende aprobar el ayuntamiento de Chucena (Huelva)
advirtiendo su posible parecido con la de Villarrasa y el remedio para que tal
indeseable confusión se evite. En virtud de lo cual tengo el honor de emitir el
siguiente:
Reiteramos por escrito lo que telefónicamente se ha adelantado... No se
admitirán banderas iguales a las ya aprobadas a municipios y menos aún a las de
una comunidad autónoma o nación; tampoco parecidos tales, que, aún entrañando
vexilos –en el fondo- no idénticos, se presten a confusión. Por ello las diferencias
entre Villarrasa y Chucena tienen que consistir en algo más que en su franja central
sea algo más ancha y estrecha la superior e inferior, puesto que si se vieran juntas
acaso se aprecie la diferencia, pero vistas por separado sería muy difícil tal
apreciación y, además, no hay ningún motivo que nos limite hasta este punto; nos
encontramos ante una futura bandera de nuevo diseño, por lo que éste puede
enriquecerse sin perjudicar venerables tradiciones... Por ello se les ha
recomendado que incorporen el escudo de armas municipal -si es que está
aprobado- en el centro del vexilo...”
Este escrito que se recibe en el Ayuntamiento probablemente es la respuesta
al que había enviado el que suscribe, ya que en él manifestaba que la dirección se le
había facilitado en la Consejería de Gobernación, y, sin embargo a él no le dio copia
el Sr. Alcalde. Con este mismo texto se justificó el acuerdo de 28 de octubre de
1997 de Bandera con las tres franjas (azul, amarilla y azul) iguales en tamaño, ya
que acepta que la única diferencia sea el Escudo Heráldico. Con este mismo texto se
quiere ahora justificar el rechazo de la Bandera de 14 de agosto de 1973.
13º.- Después de “venerables tradiciones” y antes de la última frase
reproducida del escrito de Don Alfonso Porras de la Fuente, dice éste:
“Se nos sugirió incorporar un lucero o estrella, pero ello es una posibilidad no
exactamente contemplada en el decreto, que hace referencia a la principal figura
parlante del escudo, lo que no es el caso de la estrella que parece ser -se nos
informa- advocación genérica Mariana”.
Aquí hay que tener en cuenta dos elementos de los que Don Alfonso Porras
de la Fuente manifiesta no tener suficiente información para manifestarse:
- ¿Es la estrella principal figura parlante del escudo municipal de Chucena?
- ¿Se refiere la estrella a una advocación genérica mariana o, por el contrario
a una advocación específica de Chucena?
Con respecto al primer interrogante hemos de recordar que el actual escudo
municipal de Chucena tiene dos figuras parlantes: una estrella de ocho rayos y un
pino, y que el pino fue talado en 1988. En la página 10 del periódico de 19 de
octubre de 1993 de El Correo de Andalucía, en que estudiaba el Escudo Heráldico
de Chucena Don Juan José Antequera, concluye al respecto:
“La desaparición del pino del padre Jacinto ha dejado huérfano al escudo
de esta localidad, con lo que se debería tomar en consideración la propuesta
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apuntada (la de que se recoge en el punto 38º este escrito) y añadir las armas de
los Portocarrero, suprimiendo el árbol, cuya muerte...”
En su Memoria de la Bandera de Chucena no reproduce este párrafo.
El que suscribe no sería partidario de suprimir el pino que con su verde copa
ha iluminado la esperanza y el orgullo de Chucena durante unos trescientos años,
pero reivindica para la estrella, que lo supera, la condición de figura parlante
principal del escudo.
El segundo interrogante ha de contestarse, sin lugar a dudas, con la
afirmación de que se trata de una advocación mariana específica de Chucena, que
radica probablemente en divinidad precristiana y que, por ello, es lícita la pretensión
de enmarcarla en el proceso de cristianización de nuestro pueblo en los primeros
siglos de nuestra era. Positivamente conocemos su existencia desde el siglo XVI, en
que ya se conoce a Ntra. Sra. de la Estrella como titular de la parroquia de Chucena
y de la cofradía para los difuntos de Chucena y de Alcalá de la Alameda. El 18 de
septiembre de 1980 ha sido confirmada por la Santa Sede como Patrona de Chucena.
Con estos razonamientos, que el que suscribe podrá ampliar a través de una
investigación que realiza, no es probable que la Real Academia de Córdoba, de
Ciencias y de Bellas y Nobles Artes, hubiera tenido inconveniente en la inserción
de la estrella que representa a nuestra Patrona. Las advocaciones marianas suelen
constituir figuras heráldicas.
14º.- En el artículo de la Revista Cultural de Chucena se citan
numerosos nombres, por la asistencia a una reunión en junio de 1998 y por la
relación de presidentes e interventores de la Mesa de la Consulta Popular de 16 de
enero de 1999, pero sin embargo se evita mencionar el nombre del vecino que
diseñó la Bandera de 14 de agosto de 1973:
“A pesar de esta recomendación por escrito de la Real Academia -nosotros
que tenemos mayoría en el pleno- decidimos aprobar el 28/10/97 la bandera que
desde el 73 (muy reciente por tanto) ondeaba en nuestro Ayuntamiento y que fue
diseñada por un vecino y no estaba aprobada por nadie”.
Por la expresión “nosotros que tenemos mayoría en el pleno” se percibe que
el autor de este escrito es el Sr. Alcalde o que está escrito en su nombre.
En este párrafo se valora la antigüedad de la Bandera. Ciertamente 1973 es
relativamente reciente, pero no se consideran dos elementos importantes:
- Es valioso que una Bandera se asumiera antes del 20 de noviembre de
1975, en que falleció el anterior Jefe del Estado.
- La Bandera se refiere fundamentalmente al Cabildo Abierto de 1783 en que
Chucena decidió solicitar que terminara su relación feudal con el marqués de Alcalá
de la Alameda. No hay mejor manera de superar una etapa histórica que asumirla.
Por ello la Bandera de 14 de agosto de 1973 no oculta la anterior dependencia del
Marquesado de Alcalá de la Alameda, sino que la asume en una nueva disposición
de los colores relativos a los esmaltes del blasón de sus Señores, en la misma
disposición que la Bandera Nacional de España, que nace en 1785, cuando se
iniciaba el pleito de tanteo sobre la jurisdicción de Chucena, con Carlos III.
15º.- El artículo sigue diciendo:
“Pero nuevamente nos advierte la Real Academia y nuestros técnicos de
Diputación (Remedios Rey y el especialista en Heráldica D. Juan José Antequera
Luengo; en nuestro pueblo no tenemos ningún experto en heráldica) que no
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aprobarían esa bandera y que debíamos modificar el diseño como ya nos habían
advertido por escrito”.
No observamos que haya nuevo escrito de la Real Academia de Ciencias y
de Bellas y Nobles Artes de Córdoba, pero valoramos la intervención de los técnicos
de la Diputación de Huelva porque se eviten parecidos en las banderas de la misma
Provincia.
Se evita mencionar las alegaciones presentadas el 21 de abril de 1998 por el
que suscribe, por las que se pretendía corregir los errores del modelo adoptado el 28
de octubre de 1997, que hacía, sin fundamentación ni heráldica ni histórica, nuestra
Bandera exactamente igual que la de Villarrasa.
Lamentamos que no se haya propiciado encontrar un modelo de Bandera
integrador del de 14 de agosto de 1973 que hubiese concitado el consenso con el que
se hubiese aprobado, como el de 28 de octubre de 1997, por unanimidad.
El que suscribe hubiera deseado, y lo cree de justicia, no haberse visto
descalificado y haber colaborado en la búsqueda de ese modelo.
16º.- Continúa el artículo diciendo:
“Sin embargo, antes de tomar una decisión tan importante, creímos
conveniente convocar en el Ayuntamiento a las Hermandades, Asociaciones y
distintos vecinos para entre todos sacar una conclusión definitiva.
La reunión se celebró en el salón de plenos del Ayuntamiento a principios
del mes de junio del pasado año (hace 8 meses) y fueron invitados: Partidos
Políticos, Hermandad Cristo de Burgos, Asociación Divina Pastora, Colegio Público
Manuel Siurot (asistió su directora Inés Montes), Hermandad Virgen de la Estrella
(asistió Francisco Monge), Hermandad del Rocío (Juan Andrés Franco León),
Cáritas (Isabel Vera), APA (Tere Romero y Encarnación Castellano), distintos
invitados: Manuela Vera, Ramón Franco, Antonio Correa, Eduarda Monge, Isabel
María Martín, Martín Sánchez, Anselmo Monge, Fernando Gutiérrez, etc. Como
puede comprobarse, se contó con el mayor número de personas posibles y de
distintas sensibilidades. En esta reunión se acordó celebrar una Consulta
Popular para elegir nuestra bandera. Por tanto no ha sido una decisión tomada
exclusivamente por el Ayuntamiento sino por distintas personas representativas del
municipio”.
Como puede observarse el que suscribe se encontraba entre los asistentes.
Pero, en los turnos de toma de palabra, difícilmente podía argumentar contra los
argumentos de quienes intervenían libremente: el Sr. Alcalde, de Don Juan José
Antequera Luengo y de Dª. Remedios Rey.
Pero lo peor de la reunión era el veto del Sr. Alcalde a que se pudiera
proponer la inserción de la estrella a que se refieren, entre los puntos anteriores, el
8º, el 9º, el 10º y, sobre todo, el 13º, que mejor argumenta y en el que se demuestra
que Don Alfonso Porras de la Fuente no había dispuesto de la información suficiente
sobre la misma.
De la carta del Sr. Vicesecretario de la Real Academia de Córdoba, de
Ciencias y de Bellas y Nobles Artes, y Secretario del Instituto de Estudios
Genealógicos y Heráldicos del 17 de marzo de 1997, cuya transcripción se inicia en
el punto 12º de este escrito, no se le ha dado ninguna información al que suscribe
hasta que la ha visto publicada en la Revista Cultural de Chucena en febrero de
1999, por lo que no podía rebatir sus argumentos contra la inserción de la estrella.
17º.- Encontró, sin embargo, un momento muy positivo la citada
reunión ya que Don Juan José Antequera Luengo manifestó que el modelo que
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proponía el que suscribe de la inserción de una estrella central azul de ocho sobre la
Bandera de 14 de agosto de 1973 era una opción plenamente legítima y a favor de la
que podía argumentar en una Memoria.
El veto del Sr. Alcalde impidió que se siguiera hablando del tema.
18º.- Hemos leído anteriormente: “En esta reunión se acordó celebrar
una Consulta Popular para elegir nuestra bandera”. Con independencia de este
acuerdo, hay que hacer constar que el único órgano capacitado para decidir hacer
una Consulta Popular sobre un tema de su competencia es el Pleno del
Ayuntamiento. Al que suscribe le parece muy grave que se haya hecho la Consulta
Popular de 16 de enero de 1999 sin su previa aprobación. Tiene que colegir que no
se ha contado con la previa aprobación del Pleno del hecho de que, cuando ha
solicitado copia certificada de todas las actas relativas a la Bandera, sólo se le haya
entregado las de los Plenos de 28 de octubre de 1997 y de 25 de enero de 1999, sin
ninguna otra intermedia en la que figurase la aprobación de dicha Consulta Popular.
19º.- Con fecha 30 de junio de 1998, el Sr. Alcalde de Chucena
publicó el anuncio que sigue: “Siendo intención de este Ayuntamiento el contar
con la opinión de todos los vecinos sobre el modelo de bandera que desean, es
por lo que se abre un plazo, desde el día 1 hasta el día 15 de Julio del presente
año, para que todos aquéllos que estén interesados presenten... propuestas sobre
modelos de banderas a adoptar, ... no admitiéndose símbolos, a excepción del
escudo de Chucena. Una vez finalizado dicho plazo, todas las propuestas
presentadas se someterán a información de todos los vecinos para que
manifiesten sus preferencias, mediante votación popular”.
Esta exclusión de símbolos, como expresó el que suscribe en su
instancia de 9 de julio de 1998 (registro de entrada de 9/7/98 con el nº. 927)
podía ser arbitraria y posiblemente recurrible,
“dado que legítimamente no se puede impedir que la Bandera de Chucena
pueda llevar, como un área cromática más, una estrella azul en su centro, sin
perjuicio del Escudo Heráldico Municipal. El anexo II del Decreto 14/1995 de la
Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, de 31 de enero, por el que
se regula el procedimiento para la aprobación y rehabilitación de Escudos
Heráldicos, Banderas y otros símbolos de las entidades locales de la Comunidad
Autónoma Andaluza, establece la posibilidad de que la Bandera sea «sólo una
mera combinación de áreas coloreadas, sin relación directa con los campos y
esmaltes del escudo». La posibilidad de que las áreas coloreadas no tengan
relación directa con los campos y esmaltes del escudo no puede ser interpretada
como prohibición de que un área cromática tenga tal relación. Esta relación
lógicamente no puede quitarle derecho. Que una estrella azur de ocho rayos sea
figura parlante del escudo no puede restarle derecho a formar parte de la
Bandera. Sólo puede tener la limitación de no representar en su integridad al
escudo, si no se le considera figura parlante principal y no se le coloca en la
proporción que señala dicho anexo.
No es considerable la redundancia de que esta estrella de la Bandera
lleve concéntrico el Escudo Heráldico Municipal que, a su vez, contiene, además
de un pino en su color, otra estrella, porque ésta sería muy poco visible y porque,
además, en la práctica muchas veces se presenta la Bandera sin el escudo,
aunque le sea obligatorio.
Si la inserción de la estrella, con la medida propuesta en el punto tercero
anterior o con cualquier otra medida que la haga claramente visible y que
diferencie notoriamente a nuestra Bandera, fuera la única posibilidad de que la
Bandera de Chucena desde el 14 de agosto de 1973, descrita en el punto
9
primero anterior, sea aprobada, el que suscribe seguirá insistiendo en dicha
inserción.
La inserción de una estrella tiene ventajas sobre la de un pino (también
figura parlante del Escudo Heráldico): Porque se hace más visible que éste en la
Bandera, por su forma regular y su color único, y porque es más fácil de insertar
(es más fácil recortar una plantilla con la forma de la estrella y, con ella, dos
trozos de tela –uno para cada lado- y coserlos en la Bandera que bordar en
ambos lados un pino)”.
En el punto 13º anterior el que suscribe ha defendido que la estrella debe
ser considerada como la principal figura parlante del escudo. No se puede
considerar que minusvalore al Pino quien:
- a través de sus numerosos artículos en prensa y en la revista local de
fiestas pretendió interpretar, traducir, el mensaje del Pino de esperanza y de
comunión con la naturaleza.
- pretendió motivar hacia su conservación.
- interesó en su conservación al Sr. Catedrático de Botánica de la
Universidad de Sevilla, quien lo visitó y consideraba posible que superara la
enfermedad con agua (que se regara) y abono (nitrato).
- se expuso a la censura pública por lamentar públicamente que no se
hubiera procurado la salud del Pino (El Sr. Catedrático cuando, ya talado, vio
la parte seca de sus rodajas dijo que desde que él lo había visitado
anteriormente probablemente se podría haber curado de su enfermedad.
Podría ser de interés antropológico el estudio de las reacciones producidas
por la carta al director –ABC- en que denunciaba la apatía de su pueblo).
- pretendió que se hiciera un acto de agradecimiento a Dios por la
vida del Pino y por el mensaje de unión de todos los chuceneros y de
esperanza que durante unos trescientos años nos ha transmitido a través del
Pino.
- pretende motivar en todo momento hacia la captación de esos
mensajes para lo que, entre otros elementos, se sirve de un video que ha
compuesto con imágenes del Pino, entre las que destacan las de su tala.
En solicitud de que se llevara a cabo un procedimiento totalmente legal de
13 de julio de 1998 (registro de entrada nº. 938, de 13/7/98) el que suscribe hizo
constar la posibilidad de ilegalidad de este anuncio por las razones siguientes:
a) La legislación vigente establece que el órgano competente en la
adopción de Bandera es el Ayuntamiento Pleno y, por ello, sólo el mismo Pleno
puede aprobar un anuncio que tiende a limitar sus competencias porque le obliga a
optar entre las alternativas que se presenten.
b) Por otra parte, sólo el Ayuntamiento Pleno puede establecer
limitaciones a las propuestas que pudieran presentarse.
Por lo que se deduce de que sólo se le haya entregado certificaciones de las
actas en que se aprueban los modelos de Bandera de 28 de octubre de 1997 y de
25 de enero de 1999, el Pleno ni llegó a aprobar el anuncio para poder presentar
propuestas de Bandera, ni tampoco la celebración de la Consulta Popular.
El artículo de la Revista Cultural de Chucena dice al respecto:
“A principios de junio del 98 tuvimos la reunión antes mencionada en la
que se toma la decisión de realizar la Consulta. El anuncio convocando a los
vecinos a que presentaran propuestas de bandera se lanzó el 30 de junio del
pasado año. La consulta se ha realizado 7 meses después.
En el bando se decía claramente que no admitiríamos en nuestra bandera
ni luceros, ni lunas, ni estrellas, ni ningún otro símbolo que no fuera el escudo
10
aprobado por la Real Academia. El bando fue lo suficientemente claro para que no
hubiese problema alguno de entendimiento”.
Con ello se justifica contra la instancia del que suscribe de 15 de enero de
1999 de que no se llevara a cabo la Consulta Popular de 16 de enero de 1999
porque, entre otras muchas razones, no se había admitido una de sus propuestas: la
de inserción de la estrella citada sobre el modelo de 14 de agosto de 1973. Esta
propuesta del que suscribe la conocía el Sr. Alcalde desde el comienzo del año de
1997 y, ciertamente, nunca fue de su gusto.
Del mismo artículo (más bien editorial) de la Revista Cultural de Chucena
se deduce que la única autoridad que ha dispuesto las normas es la del Sr. Alcalde,
sin la aprobación expresa del Pleno.
También se puede deducir que el plazo para presentar propuestas de Bandera
no se cerró de hecho el día 15 de julio. Este límite significó un importante trastorno
para el que suscribe que tenía que presentar con ese mismo límite trabajos en la
Universidad de su tercera y cuarta licenciaturas y de dos doctorados que cursa. Si el
plazo se hubiera cerrado de hecho el 15 de julio no tendría sentido decir: “El anuncio
convocando a los vecinos a que presentaran propuestas de bandera se lanzó el 30 de junio
del pasado año. La consulta se ha realizado 7 meses después”. ¿Se admitieron
propuestas de modelo de Bandera con posterioridad a esta fecha? En concreto, la
Memoria de Don Juan José Antequera Luengo, de la Diputación Provincial, tiene
fecha de 12 de agosto de 1998.
20º.- No estaba para el que suscribe suficientemente claro el bando
porque empezaba así:
“Por el Pleno de este Ayuntamiento, en sesión celebrada el 28 de Octubre
de 1997, se acordó adoptar como Bandera Municipal la que tradicionalmente viene
utilizando este Ayuntamiento (tres franjas de igual anchura, paralelas entre sí y
perpendiculares al asta, la primera y tercera azules y la segunda amarilla). No
obstante, esta bandera es igual a la que legalmente poseen otros municipios (uno
de ellos muy cercano a éste), por lo que es muy probable que no sea autorizada la
aprobada por este Ayuntamiento, que por otra parte debería contar con una
Bandera distintiva, diferente a la de cualquier otro, que sea el símbolo
representativo de este Municipio y no pueda dar lugar a confusión alguna”.
Se ve varios elementos confusos:
a) Se sigue asumiendo que la Bandera tradicional tiene las tres franjas
de igual anchura, sin asumir que en las alegaciones presentadas por el que suscribe
el 21 de abril de 1998 demostró que la igualdad en el tamaño de las franjas sólo era
producto de error en la confección material de la Bandera.
b) No indica si una de las propuestas válidas pudiera ser la Bandera
tradicional sin ese mismo error: compuesta de tres franjas horizontales, azul,
amarilla y azul, midiendo la central, amarilla, 8/15 de la anchura total de la
Bandera, y cada una de las laterales, azules, 7/30 de la misma anchura total de
la Bandera.
Si la gestión municipal hubiera sido la correcta, se hubiera procedido
de la siguiente forma:
- Tras la recepción de las alegaciones del que suscribe (21 de abril de 1998) a
la adopción de Bandera de 28 de octubre de 1997 porque por error se había
deformado la de 14 de agosto de 1973, siendo la de 28 de octubre de 1997 igual que
la de Villarrasa, si el Pleno del Ayuntamiento pretendía que nuestra Bandera se
11
diferenciara de la de este pueblo de nuestra Provincia y si consideraba fundadas las
alegaciones referidas, podría haber optado mediante el acuerdo correspondiente:
- por la Bandera compuesta por tres franjas horizontales, azul,
amarilla y azul, midiendo la central, amarilla, 8/15 de la anchura total
de la Bandera, y las laterales, azules, 7/30 de la dicha anchura total de la
Bandera, si la consideraba con suficientes las diferencias con la de
Villarrasa.
- por considerar oficialmente que las diferencias no eran
suficientemente significativas y optar por otro nuevo modelo.
- Una vez que el Pleno hubiera adoptado el acuerdo de no asumir ni el
modelo de 28 de octubre de 1997, con las tres franjas de igual tamaño, ni el que aquí
llamamos de 14 agosto de 1973, el que nunca debiera haber sido cambiado por error,
de Bandera compuesta por tres franjas horizontales, azul, amarilla y azul,
midiendo la central, amarilla, 8/15 de la anchura total de la Bandera, y las
laterales, azules, 7/30 de la dicha anchura total de la Bandera, podía haber
adoptado el de preferir a alguno que, con suficientes diferencias con el de Villarrasa,
integrara bien al de 14 de agosto de 1973 o bien al de 28 de octubre de 1997, o, por
el contrario, de no preferirlo.
Con estos acuerdos, no hubiera habido dudas sobre las posibilidades de los
modelos que podían presentarse.
El bando del Sr. Alcalde no sólo no resolvió las dudas sobre los modelos a
presentar, sino que las incrementó, ya que sólo pretendía alternativas a la Bandera de
tres franjas de igual anchura.
21º.- En el citado escrito de 13 de julio de 1998 el que suscribe hizo
constar la conveniencia de que, si no era posible que se mantuviera el modelo
de bandera tradicional (de 14 de agosto de 1973), el nuevo que se adoptara
debería integrarlo y diferenciarse mínimamente del mismo. Decía también que
“integrar al modelo anterior sería posible incorporándole en el centro un área
azul, como un área coloreada más, en forma de estrella de ocho rayos, como la
que figura en el Escudo Heráldico Municipal. En las normas para aprobación de
Banderas no hay nada que lo impida”.
22º.- El que suscribe, dentro del plazo señalado en el bando,
presentó tres propuestas de Bandera:
A) Propuesta de la Bandera tradicional:
“La misma que, con la autorización de las autoridades municipales,
presentó públicamente el 14 de agosto de 1973, y que ha utilizado desde
entonces este Ayuntamiento: Compuesta de tres franjas horizontales
paralelas entre sí con los colores azul, amarillo y azul, midiendo la central,
amarilla, 8/15 de la anchura de la Bandera, y cada una de las laterales,
azules, 7/30 de la misma anchura. Inserto ha de llevar el Escudo Heráldico
Municipal”.
A´) Memoria que fundamentaba la propuesta:
Razones jurídicas:
“Esta Memoria se confecciona teniendo en cuenta el Decreto 14/1995 de
la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, de 31 de enero, por el
que se regula el procedimiento para la aprobación y rehabilitación de Escudos
12
Heráldicos, Banderas y otros símbolos de las entidades locales de la Comunidad
Autónoma Andaluza, y todas las demás disposiciones al respecto.
Este Decreto impide la reproducción en la Bandera de los blasones no
incorporados al Escudo Heráldico Municipal, pero no que éstos, históricamente
motivados, inspiren, sin reproducirlos, las áreas cromáticas de la primera”.
Razones histórico-heráldicas:
“El Estudio histórico del Marquesado de Alcalá de la Alameda da cuenta
de que Chucena fue el núcleo original de este Señorío, fundado, con facultad
real, como mayorazgo en 1514 por Don Pedro Portocarrero y Doña Juana de
Cárdenas para su tercer hijo Don Garci López Pacheco, al que se unió Alcalá de
la Alameda en 1522; de que lo instituyó Marquesado Felipe II en 1574 para Don
Pedro López Portocarrero, hijo del anterior; de que todos sus sucesores usaron el
apellido Portocarrero; de que Alcalá de la Alameda desde el 24 de mayo de 1812
pertenece al término municipal de Chucena; de que la vinculación ha durado
hasta 1837 en que nuestra legislación las suprime de manera universal.
El blasón de los Portocarrero es así: Ajedrezado de quince piezas,
ocho de oro y siete de azur. Por ello la Bandera de Chucena se estableció con
ocho partes (8/15) amarillas y siete (7/15) azules; éstas repartidas entre las
dos franjas laterales (7/30 + 7/30).
La división de la zona azul en dos franjas obedecía a la consideración de
las devociones marianas de Chucena y Alcalá de la Alameda. No es preciso
insistir en la de Chucena, cuya devoción a su Patrona, Ntra. Sra. de la Estrella,
queda reconocida en el Escudo Heráldico Municipal mediante la figura de una
estrella. Es importante recordar que Alcalá de la Alameda tuvo como titular de su
Parroquia a la Inmaculada Concepción desde el siglo XV y que, por ello, fue
pionera en el movimiento concepcionista de gran importancia socio-religiosa en
su Arzobispado desde el siglo XVII.
De la relación de la Bandera con el blasón de los Portocarrero se hace
eco la “Memoria de aprobación de Bandera Municipal” que se hizo para avalar el
Acuerdo Plenario de 28 de octubre de 1977 en que se aprueba adoptar esta
misma Bandera, aunque creyendo que las tres franjas eran de la misma anchura.
Para evitar este error, debido, sin duda, al hecho empírico de confección
equivocada, el que suscribe presentó las alegaciones pertinentes a dicho
Acuerdo Plenario.
Parece conveniente resaltar también la importancia histórica de que
Chucena adoptara Bandera hace 25 años, cuando no las tenían previstas las
Corporaciones locales. Una forma de renunciar Chucena al hecho de haber sido
pionera sería adoptar hoy una Bandera diferente o que no integrara a la que ha
tenido desde el 14 de agosto de 1973”.
Razones heráldicas a favor de eludir el parecido con la Bandera de
Villarrasa:
“En la dicha “Memoria de aprobación de Bandera Municipal” se dice:
“Existiendo otras localidades andaluzas con banderas parecidas, se formuló
consulta a la Real Academia de Córdoba, de Ciencias y de Bellas y Nobles Artes,
enviándonos un informe en el que textualmente se decía «no se admitirán
banderas iguales a las ya aprobadas a municipios y menos aún a las de una
comunidad autónoma o nación, tampoco parecidos tales que, aún entrañado
vexilos no idénticos, se presten a la confusión. Por ello las diferencias entre
Villarrasa y Chucena tienen que consistir en algo más que en su franja central
sea algo más ancha y estrecha la superior e inferior, puesto que, si se vieran
juntas, acaso se aprecie la diferencia, pero, vistas por separado, sería muy difícil
tal apreciación, y además no hay ningún motivo que nos limite hasta este punto...
Por ello se les recomienda que incorporen el escudo de armas municipal (si es
que está aprobado) en el centro del vexilo, al no haber dos escudos iguales nos
encontraremos indudablemente ante vexilos diferentes»”. En resumen, es
admisible la Bandera aquí propuesta, aunque sea parecida a la de
Villarrasa, en la que cada franja, azul, amarilla y azul, mide 5/15 de su anchura,
13
si se inserta el Escudo Heráldico Municipal, obligatorio, por otra parte, según
el anexo II del citado Decreto”.
Razones heráldicas a favor de incorporar un área azul central en
forma de estrella:
“Sería conveniente, sin embargo, la adopción de un área cromática
peculiar en nuestra Bandera. Ninguna sería más significativa ni representativa, ni
más fácil de confeccionar, que un área azul en forma de estrella de ocho
rayos en ángulos de 60º, y con diámetro de 7/15 de la anchura de la
Bandera, situada en el centro de ésta, que lleve concéntrico el Escudo
Heráldico Municipal.
El Sr. Alcalde en anuncio publicado el 30 de junio de 1998 establece:
“Siendo intención de este Ayuntamiento el contar con la opinión de todos los
vecinos sobre el modelo de bandera que desean, es por lo que se abre un plazo,
desde el día 1 hasta el día 15 de Julio del presente año, para que todos aquéllos
que estén interesados presenten... propuestas sobre modelos de banderas a
adoptar, ... no admitiéndose símbolos, a excepción del escudo de Chucena”. Esta
exclusión de símbolos puede ser arbitraria y posiblemente recurrible, dado que, si
se solicitan propuestas, éstas sólo deben tener las limitaciones vexilológicas que
establece el citado Decreto, y, en principio, estas limitaciones se sitúan donde los
correspondientes proponentes no puedan fundamentar sus propuestas.
Como el citado anuncio del Sr. Alcalde también limita el espacio de esta
Memoria “(que no exceda de un folio)”, quede aquí constancia de que, en
solicitud que presenta en la misma fecha, argumenta en favor de dicha área
cromática en forma de estrella.
Pese a que aquí y en dicha solicitud se dan razones a favor de un área
cromática azul en forma de estrella, para no quedarse fuera de lo que establece
el citado anuncio sólo se propone la Bandera como se describe al principio de
esta Memoria”.
B) Propuesta de la Bandera tradicional con un nuevo
elemento distintivo, un cuadrado verde que represente el siglo XV de
Chucena:
“La misma que, con la autorización de las autoridades municipales,
presentó públicamente el 14 de agosto de 1973, y con la que se ha sentido desde
entonces representado este Ayuntamiento: “Compuesta de tres franjas
horizontales paralelas entre sí con los colores azul, amarillo y azul, midiendo la
central, amarilla, 8/15 de la anchura de la Bandera, y cada una de las laterales,
azules, 7/30 de la misma anchura”, cortándose del centro de la franja amarilla
un área de color verde en forma de cuadrado con lado de 5/15 del ancho de
la Bandera, que lleve concéntrico el Escudo Heráldico Municipal”.
B´) Memoria que fundamentaba la propuesta:
Razones jurídicas:
“Esta Memoria se confecciona teniendo en cuenta el Decreto 14/1995 de
la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, de 31 de enero, por el
que se regula el procedimiento para la aprobación y rehabilitación de Escudos
Heráldicos, Banderas y otros símbolos de las entidades locales de la Comunidad
Autónoma Andaluza, y todas las demás disposiciones al respecto.
Este Decreto impide la reproducción en la Bandera de los blasones no
incorporados al Escudo Heráldico Municipal, pero no que éstos, históricamente
motivados, inspiren, sin reproducirlos, las áreas cromáticas de la primera”.
Razones histórico-heráldicas:
“El Estudio histórico del Marquesado de Alcalá de la Alameda da cuenta
de que Chucena fue el núcleo original de este Señorío, fundado, con facultad
real, como mayorazgo en 1514 por Don Pedro Portocarrero y Doña Juana de
Cárdenas para su tercer hijo Don Garci López Pacheco, al que se unió Alcalá de
la Alameda en 1522; de que lo instituyó Marquesado Felipe II en 1574 para Don
14
Pedro López Portocarrero; de que Alcalá de la Alameda desde el 24 de mayo de
1812 pertenece al término municipal de Chucena. La vinculación ha durado hasta
1837 en que nuestra legislación las suprime de manera universal.
El blasón de los Portocarrero es así: Ajedrezado de quince piezas,
ocho de oro y siete de azur. Por ello la Bandera de Chucena se estableció con
ocho partes (8/15) amarillas y siete (7/15) azules; éstas repartidas entre las
dos franjas laterales (7/30 + 7/30).
La división de la zona azul en dos franjas obedecía a la consideración de
las devociones marianas de Chucena y Alcalá de la Alameda. No es preciso
insistir en la de Chucena, cuya devoción a su Patrona, Ntra. Sra. de la Estrella,
queda reconocida en el Escudo Heráldico Municipal mediante la figura de una
estrella. Es importante recordar que Alcalá de la Alameda tuvo como titular de su
Parroquia a la Inmaculada Concepción desde el siglo XV y que, por ello, fue
pionera en el movimiento concepcionista de gran importancia socio-religiosa en
su Arzobispado desde el siglo XVII.
De la relación de la Bandera con el blasón de los Portocarrero se hace
eco la “Memoria de aprobación de Bandera Municipal” que se hizo para avalar el
Acuerdo Plenario de 28 de octubre de 1977 en que se aprueba adoptar esta
misma Bandera, aunque creyendo que las tres franjas eran de la misma anchura.
Para evitar este error, debido, sin duda, al hecho empírico de confección
equivocada, el que suscribe presentó las alegaciones pertinentes a dicho
Acuerdo Plenario.
Parece conveniente resaltar también la importancia histórica de que
Chucena adoptara Bandera hace 25 años, cuando no las tenían previstas las
Corporaciones locales. Una forma de renunciar Chucena al hecho de haber sido
pionera sería adoptar hoy una Bandera diferente o que no integrara a la que ha
tenido desde el 14 de agosto de 1973.
En cuanto se considere necesario algún área diferenciadora de la
Bandera de Villarrasa, en la que cada franja, azul, amarilla y azul, mide 5/15 de
su anchura, se propone un modelo que integre al anterior. Éste, como se
describe al principio, surge de cortar del centro de la franja amarilla un cuadrado
verde que tenga de lado 5/15 de la anchura de la Bandera”.
Razones heráldicas a favor de incorporar un área verde central en
forma de cuadrado:
“Se pretende que, si no es posible mantener el modelo tradicional, el
nuevo lo integre, diferenciándose lo menos posible.
El cuadrado verde que se propone estaría cortado de la franja amarilla, con
lado 1/3 de la anchura la Bandera. Se fundamenta en que en el centro de ésta se
combinarían verde y amarillo, que son los colores que podrían representar al siglo
XV de Chucena, por su pertenencia a los Ribera. Se conserva el documento
original de los Reyes Católicos en que confirman privilegio a favor de Payo de
Ribera. Esta familia Ribera es la que tiene como cabeza a Per Afán de Ribera,
Adelantado Mayor de Andalucía, y de la que sus primeras generaciones están
enterradas en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, la Cartuja de Sevilla.
Conviene hacer constar que desde la tercera marquesa de Alcalá de la Alameda,
desde 1613, se unieron las líneas Ribera (ya entonces Enríquez de Ribera) y
Portocarrero y que ésta heredó también el Ducado de Alcalá de los Gazules. El
blasón de los Ribera era: Tres fajas de sinople (verde) en campo de oro (amarillo).
No llega este cuadrado, en combinación con el amarillo, a representar al
siglo XIV en que nace o renace Chucena, y en el que, en 1374, se concede
privilegio a favor de Juan Martínez Barrasa por parte de Enrique II, porque no hay
seguridad en el blasón de éste, ya que es anterior al primer Barrasa que estudia
la Enciclopedia Heráldica y Genealógica de García Carraffa.
El cuadrado verde en nuestra Bandera llevaría concéntrico el Escudo
Heráldico Municipal con el que, por tener campo de plata (sustituible por blanco),
se unirían los colores de la Bandera de Andalucía”.
15
C) Propuesta de la Bandera tradicional con un nuevo
elemento distintivo, una estrella azul que represente el Patronazgo de Ntra.
Sra. de la Estrella:
“Una Bandera que integre a la que, con la autorización de las autoridades
municipales, presentó públicamente el 14 de agosto de 1973, y con la que el
Ayuntamiento de Chucena se ha sentido desde entonces representado:
Compuesta de tres franjas horizontales paralelas entre sí con los colores
azul, amarillo y azul, midiendo la central, amarilla, 8/15 de la anchura de la
Bandera, y cada una de las laterales, azules, 7/30 de la misma anchura.
Centrada en la franja amarilla, un área azul en forma de estrella, de 7/15 de
la anchura de la Bandera de diámetro, y de ocho rayos, con ángulo de 60º
cada uno. Concéntrico en esta estrella, el Escudo Heráldico Municipal”.
C´) Memoria que fundamentaba la propuesta:
Razones jurídicas:
“Esta Memoria se confecciona teniendo en cuenta el Decreto 14/1995 de
la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, de 31 de enero, por el
que se regula el procedimiento para la aprobación y rehabilitación de Escudos
Heráldicos, Banderas y otros símbolos de las entidades locales de la Comunidad
Autónoma Andaluza, y todas las demás disposiciones al respecto.
Este Decreto impide la reproducción en la Bandera de los blasones no
incorporados al Escudo Heráldico Municipal, pero no que éstos, históricamente
motivados, inspiren, sin reproducirlos, las áreas cromáticas de la primera”.
Razones histórico-heráldicas:
“El Estudio histórico del Marquesado de Alcalá de la Alameda da cuenta
de que Chucena fue el núcleo original de este Señorío, fundado, con facultad
real, como mayorazgo en 1514 por Don Pedro Portocarrero y Doña Juana de
Cárdenas para su tercer hijo Don Garci López Pacheco, al que se unió Alcalá de
la Alameda en 1522; de que lo instituyó Marquesado Felipe II en 1574 para Don
Pedro López Portocarrero, hijo del anterior; de que todos sus sucesores usaron el
apellido Portocarrero; de que Alcalá de la Alameda desde el 24 de mayo de 1812
pertenece al término municipal de Chucena; de que la vinculación ha durado
hasta 1837 en que nuestra legislación las suprime de manera universal.
El blasón de los Portocarrero es así: Ajedrezado de quince piezas,
ocho de oro y siete de azur. Por ello la Bandera de Chucena se estableció con
ocho partes (8/15) amarillas y siete (7/15) azules; éstas repartidas entre las
dos franjas laterales (7/30 + 7/30).
La división de la zona azul en dos franjas obedecía a la consideración de
las devociones marianas de Chucena y Alcalá de la Alameda. No es preciso
insistir en la de Chucena, cuya devoción a su Patrona, Ntra. Sra. de la Estrella,
queda reconocida en el Escudo Heráldico Municipal mediante la figura de una
estrella. Es importante recordar que Alcalá de la Alameda tuvo como titular de su
Parroquia a la Inmaculada Concepción desde el siglo XV y que, por ello, fue
pionera en el movimiento concepcionista de gran importancia socio-religiosa en
su Arzobispado desde el siglo XVII.
De la relación de la Bandera con el blasón de los Portocarrero se hace
eco la “Memoria de aprobación de Bandera Municipal” que se hizo para avalar el
Acuerdo Plenario de 28 de octubre de 1977 en que se aprueba adoptar esta
misma Bandera, aunque creyendo que las tres franjas eran de la misma anchura.
Para evitar este error, debido, sin duda, al hecho empírico de confección
equivocada, el que suscribe presentó las alegaciones pertinentes a dicho
Acuerdo Plenario.
Parece conveniente resaltar también la importancia histórica de que
Chucena adoptara Bandera hace 25 años, cuando no las tenían previstas las
Corporaciones locales. Una forma de renunciar Chucena al hecho de haber sido
pionera sería adoptar hoy una Bandera diferente o que no integrara a la que ha
tenido desde el 14 de agosto de 1973”.
16
Razones heráldicas a favor de incorporar, si no fuera posible
mantener la Bandera tradicional, el elemento más significativo de
Chucena y más diferenciador en la Bandera:
“Conocemos que la Bandera aprobada para Villarrasa es compuesta de
tres franjas horizontales azul, amarilla y azul de la misma anchura.
La de Chucena se diferencia por tener anchuras muy diferentes de estos
mismos colores y, además, por sus diferentes Escudos Heráldicos Municipales.
Si estas diferencias no se consideraran suficientes, se propone que se
adopte una Bandera que, en todo caso, integre al modelo tradicional.
Se propone en este documento que dicho modelo tradicional
incorpore en su franja central, amarilla, un área azul en forma de estrella porque,
como significa el Escudo Heráldico Municipal, la estrella es elemento que distingue
a nuestro pueblo.
Nada se opone en las normas para Bandera del Decreto citado a la
incorporación de un área cromática en forma de estrella.
Por otra parte, este área azul sería fácil de incorporar en la confección de
la Bandera.
Su regularidad y dimensiones la harían muy visibles y la convertirían en
claro elemento diferenciador de la Bandera de Villarrasa”.
23º.- Entre la citada convocatoria para presentar propuestas de
Bandera, de 30 de junio de 1998, y el 13 de enero de 1999, el que suscribe no ha
encontrado en el Ayuntamiento más que un absoluto mutismo. El que suscribe
estaba preocupado porque, al presentar tres propuestas, aunque temiendo que la que
más apoyo popular podía concitar no fuera aceptada, sólo podía confundir y dividir a
su posible electorado. Su intención era clara: Lograr que la nueva Bandera de
Chucena integrara a la de 14 de agosto de 1973, pero al electorado presentaba varios
modelos, con escasas posibilidades de explicarse ante el mismo.
24º.- Mediante escrito sin fecha, repartido por el pueblo el día 13 de
enero de 1999, el Sr. Alcalde convocaba CONSULTA POPULAR PARA
ELEGIR BANDERA MUNICIPAL a celebrar en la Casa Consistorial el día 16 de
enero de 1999 de 9 a 20 horas. Las propuestas de Bandera eran:
Nº. 1.- Una que presentada por la Diputación Provincial de Huelva.
Nº. 2.- Presentada por Don Ramón Franco Sánchez.
Nº. 3.- Presentada por Don José María Pérez Sánchez.
Nº. 4.- La del que suscribe A en el punto 22º anterior.
Nº. 5.- La del que suscribe B en el punto 22º anterior.
Resultó, por tanto, excluida la del que suscribe C en el punto 22º
anterior.
25º.- El que suscribe observaba que no se respetaba las mínimas
formas que garantizaran la legitimidad de una consulta de este tipo:
- Se trataba de una convocatoria hecha por sorpresa, del día 13 de enero
para celebrarse el 16 de enero, sin tiempo ni para reaccionar, ni para aclarar a la
opinión pública lo que consideraran necesario los proponentes de modelos de
Bandera.
- Como no se había producido los acuerdos del Pleno del Ayuntamiento
referidos en el punto 20º y que legítimamente hubieran establecido límites a las
posibilidades de modelos de Bandera a presentar, la propuesta A del punto 22º
anterior había considerarse como una alternativa totalmente válida. Sin embargo
17
se veía descalificada por la propia convocatoria que sembraba dudas sobre su
elegibilidad. Estas dudas afectaban también a la propuesta B. Más que dudas, era
sentir generalizado del pueblo la consideración de que no valía elegir las
propuestas nº 4 y nº 5 del punto 24º anterior.
- Al que suscribe no se le había informado sobre la forma del proceso
electoral que garantice la libertad de los votantes y la objetividad de los resultados.
- No se había previsto la presencia en la Mesa Electoral de interventores
que representaran a los proponentes de modelos de Bandera.
- La Diputación Provincial en su propuesta de Bandera seguía cayendo en
el error de considerar que la bandera que poseía Chucena desde 1973 se
organizaba con tres franjas de igual anchura, azul, amarilla y azul, por lo que
coincide con la de Villarrasa, y propone una bandera de nuevo cuño. La propuesta
decía del modelo que proponía que “no existirá problema alguno en la aprobación
por la Real Academia” y de la bandera tradicional de Chucena, que “será
rechazada con casi total seguridad”. Todos estos textos se presentaban a los
votantes adjuntos a la misma convocatoria.
Por todo ello y porque no se le había aceptado la propuesta C del punto 22º
anterior, el que suscribe solicitó el día 15 de enero de 1999, mediante escrito
enviado por correo certificado, de acuerdo con la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y por fax
el mismo día 15 de enero de 1999, la anulación de la convocatoria del día 16 de
enero de 1999.
26º.- Una vez celebrada la CONSULTA POPULAR PARA
ELEGIR BANDERA MUNICIPAL el día 16 de enero de 1999 en escrito de 20 de
enero (nº de entrada: 117) solicitó la anulación de los resultados por haber
observado las siguientes anomalías:
- El Ayuntamiento ha tomado partido por una de las propuestas o, al
menos contra las propuestas del que suscribe, como queda de manifiesto en el
escrito citado de 15 de enero de 1999. Entre los numerosos datos que lo
demuestran está la frase que se dijo al terminar el recuento: “Total: que hemos
ganado”. Al que suscribe le sorprendió comprobar una vez más aquello que no
quería aceptar: que se hubiera politizado el tema, por lo que preguntó: “¿Quién
ha ganado?”. Y afirmó: “Chucena ha perdido su bandera por doblegarse a la
voluntad de la Diputación, que quería cambiarla”.
- Los miembros de la Mesa han sido nombrado por el Sr. Alcalde, según
confesión del mismo, pero se desconoce cuántos y quiénes han sido nombrados,
para qué periodos de tiempo (dado que han ido relevándose), y quién lo haya
sido como Presidente, dado que nadie de ellos, incluso habiendo actuado como
tal en algún periodo, se reconocía con las atribuciones correspondientes, como
comprobó el que suscribe al pretender entregar copia del escrito de 15 de enero
de 1999, que había enviado por fax y por correo certificado.
- No se ha posibilitado la presencia de interventores por parte de los
proponentes de las banderas.
- No se han consensuado con los proponentes las formas de garantizar la
libertad de los votantes y la objetividad de los resultados.
- Se han solicitado y aceptado votos llevados por terceras personas.
- No se ha exigido documento que identificara a los votantes.
- Se ha aconsejado a los votantes que no entendían la forma de votar:
“Vd. puede poner 1, 2, 3". Con ello, dado que se podía elegir hasta tres
propuestas, se perjudicaba claramente a las que se identifican con los números 4
y 5. Ello lo prueba el hecho de que en el recuento un número significativo de las
papeletas mostraba la sucesión “1, 2, 3".
18
- En todo momento se ha continuado manteniendo el error de considerar
que la bandera tradicional de Chucena tiene las tres franjas del mismo tamaño,
con lo que coincide con la de Villarrasa, de la que nuestra bandera se ha de
diferenciar. Por ello se ha considerado que la propuesta nº 4 no es de la bandera
tradicional, sino de un cambio irrelevante sobre la misma, e igualmente la nº 5
que le añadía un cuadro verde. Al pueblo no se le ha aclarado si su genuina
bandera tradicional (la establecida el 14 de agosto de 1973) era o no era
diferente de la aprobada para Villarrasa. De acuerdo a la primera de estas
posibilidades, que era la verdadera, quedaba menos justificado el cambio y, por
ello, la misma consulta popular.
- Se le ha negado, por parte del Sr. Alcalde, al que suscribe fotocopia de
las tablas de resultados de la votación con la que pretendía verificar las
puntuaciones obtenidas por las cinco propuestas votadas. También pretendía
calcular las correlaciones entre las respuestas, ya que cada elector respondía
con tres propuestas ordenadas. Resulta sorprendente que el Sr. Alcalde no
quisiera recibir la copia citada del escrito de 15 de enero de 1999 por no ser el
Presidente de la Mesa y, sin embargo, impusiera su negativa de facilitar fotocopia
de las tablas de resultados.
A estas anomalías añade la de que cuando se iba a depositar el voto
de una persona anciana concreta, cuyo nombre puede facilitar el que suscribe, si se
le pide, resultó que figuraba como que ya había votado. Esta anécdota puede ser
única o, por el contrario, el elemento que descubre que se pudieron depositar votos
de ancianos que no acudieron a votar.
27º.- El que suscribe ha presentado los escritos referidos en el
registro del Ayuntamiento. Por su parte, el Partido Popular ha dirigido un escrito a la
opinión pública denunciando las irregularidades de la CONSULTA POPULAR
PARA ELEGIR LA BANDERA MUNICIPAL DE CHUCENA. En el artículo de
la Revista Cultural de Chucena, que se viene transcribiendo en este documento,
contesta el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento:
“Invitamos a que estuvieran presentes en la MESA DE VOTACIÓN a
todas las Hermandades, Asociaciones y otros que asistieron a aquella reunión.
Los PRESIDENTES DE MESA fueron: Sabino Garrón Reyes (Presidente
de la Asociación Divina Pastora), Inés Montes Salguero (directora del Colegio
Público), Antonio Daza, Josefa León Maraver (Concejala de Cultura), Francisco
Monge y Antonio Caraballo Monge.
INTERVENTORES: Juan Andrés Franco (Presidente Hermandad del
Rocío), Ignacio Caraballo Romero (Alcalde), Juan José de la Torre, Antonio Daza,
Francisco Manuel Cobos Rodríguez, Eduarda Monge Vázquez, Encarnación
Castellano, Encarnación Monge Domínguez, Estrella Garrido Lara, etc... Se decide
previa autorización y fotocopia del D.N.I., que los imposibilitados voten sirviendo de
correo segundas personas”.
Estos Presidentes de Mesa probablemente no tenían nombramiento expreso
porque, cuando el que suscribe quiso entregar copia de su escrito de 15 de enero de
1999 al Presidente de la Mesa, nadie se consideraba como tal. Además con esto el
propio Equipo de Gobierno del Ayuntamiento declara la irregularidad de una
Presidencia múltiple y, por ello, irresponsable.
Otra irregularidad confesada implícitamente por el propio Equipo de
Gobierno del Ayuntamiento o por el Sr. Alcalde, que por la redacción debe ser autor
de este artículo (más bien editorial), es que los interventores no representaban a los
proponentes de modelos de Bandera, sino que estaban allí invitados por la autoridad
municipal. Probablemente tampoco habían sido nombrado expresamente ni como
19
vocales de Mesa ni como interventores. Además el nombramiento como
interventores hubiera sido una arbitrariedad más porque los interventores deben
representar a las partes, es decir, a los proponentes de modelos de Bandera. En
absoluto el que suscribe duda de la honorabilidad de ninguna persona concreta, sino
del sistema utilizado.
El que los imposibilitados pudieran votar sirviendo de correo segundas
personas podía permitir, sin las garantías oportunas, que su voto fuera manipulado.
28º.- Cuando se sacaban las papeletas de la urna, al que suscribe le
parecieron correctas las tablas en que se iban recogiendo los votos para su cómputo.
El artículo de la Revista Cultural de Chucena dice al respecto:
“El recuento se realizó delante de 30 personas aproximadamente, con cl
hermano de un ponente abriendo los sobres con las papeletas (Bartolomé
Sánchez), con familiares de otro ponente también presentes y con una mesa
formada por personas serias y con suficiente formación (Antonio Caraballo Monge,
Antonio Daza e Inés Montes). No hay por tanto razón de ni siquiera poner en duda
la fiabilidad de los presentes”.
La presencia del hermano del que suscribe en este recuento, incluso al final
del mismo que suscribe, no otorga garantías a todo lo que había sucedido antes del
recuento, es decir, durante la votación, desde las 9 a las 20 horas.
El que suscribe ciertamente no pone en dudas la honorabilidad de ninguna de
las personas, sino la legitimidad del proceso.
Insiste el que suscribe en que las tablas de recuento les parecieron correctas.
De lo que tiene dudas es del cálculo por el que las tablas se tradujeron a puntos. El
cálculo, ciertamente complicado porque cada votante otorgaba 5 puntos al modelo
de Bandera que elegía en primer lugar, 3 puntos al que elegía en segundo lugar y 1
punto al que elegía en tercer lugar, lo hizo con toda prisa un Concejal con una
calculadora que sólo él veía.
El que suscribe se sintió con el derecho a pedir fotocopia de las tablas
referidas, pero el Sr. Alcalde se las negó.
29º.- El resultado oficial de la Consulta Popular fue el siguiente:
Nº. 1.- Presentada por la Diputación Provincial de Huelva: 1980 puntos.
Nº. 2.- Presentada por Don Ramón Franco Sánchez: .......... 960 puntos.
Nº. 3.- Presentada por Don José María Pérez Sánchez: ...... 320 puntos.
Nº. 4.- La del que suscribe A en el punto 22º anterior: ....... 865 puntos.
Nº. 5.- La del que suscribe B en el punto 22º anterior: ....... 643 puntos.
Suman 4768 puntos que, divididos por 9 que otorgaba cada votante,
significan 530 votantes. Si el censo es el que figura en el artículo publicado en El
Correo de Andalucía del día 17 de enero de 1999 (página 12), es decir, de 1559
personas, resulta que ha votado el 34% del censo electoral.
Para resaltar la importancia de esta Consulta el artículo de la Revista
Cultural de Chucena dice:
“En las consultas no vinculantes suele votar el 20% del censo (información
facilitada por los periodistas presentes el día de autos). En Chucena votó el doble:
el 42%”.
En el artículo del Correo de Andalucía del 17 de enero de 1999 se dice:
20
“La población de esta localidad de casi 2.000 habitantes se ha volcado en
esta curiosa consulta popular y a primera hora de la tarde ya habían depositado su
papeleta en la urna la mitad de las 1.559 personas que componen el censo local”.
Esto pone en evidencia que los periodistas, al menos en este caso, no han
destacado por su rigor.
30º.- Ciertamente el Pleno del Ayuntamiento de Chucena puede
adoptar el modelo de Bandera que crea conveniente, pero para ello no ha de
presentar el “teatro” de que desea que la Bandera surja de la voluntad popular. Si
efectivamente así lo deseaba, tenía que haber procedido con dos pasos
fundamentales:
- el acuerdo de la Consulta Popular, con todos los subpasos
correspondientes, tenía que haber sido aprobado previamente por el Pleno del
Ayuntamiento. (“Puentear” a las Instituciones so pretexto de populismo, además de
un grave vicio político, es, sin lugar a dudas, uno de los más flacos favoreces que se
le puede hacer a un pueblo).
- la Consulta tenía que haberla hecho con total transparencia, con
respeto a todas las partes y a todas las alternativas presentadas.
En el artículo de la Revista Cultural de Chucena se dice:
“Podíamos haber escogido la bandera que hubiésemos querido ya que
tenemos mayoría suficiente (propuesta realizada por el representante de la
oposición en el pleno del día 25/1/99). Sin embargo, decidimos que fuera el
Pueblo el que escogiera su bandera. Esta medida ha sido alabada por media
Andalucía y muchos han sido los que nos han aplaudido y felicitado (políticos,
prensa, radio, televisión y ciudadanos de a pie)”.
Como vemos, carece el Equipo de Gobierno de autocrítica y es crédulo con
el fácil aplauso a este “teatro”.
31º.- En parte pudiera ser dirigida al que suscribe la última frase del
artículo de la Revista Cultural de Chucena:
“Respetar la decisión del Pueblo es la esencia de la Democracia: El
Pleno ha respetado la decisión de su Pueblo y ha aprobado definitivamente la
bandera de Chucena”.
El que suscribe está conforme con que “respetar la decisión del Pueblo es
la esencia de la Democracia” y con que el Pleno respete la decisión de su Pueblo;
pero no está seguro de que la decisión haya sido libre.
Para que hubiera sido libre, entre otras garantías, debiera haberse dado la
de no hurtarle al Pueblo ninguna de las propuestas de modelo de Bandera
presentadas. Al Pueblo se ha impedido votar una propuesta que, con toda
seguridad, hubiera gozado de gran aceptación popular: la que insertaba una
estrella central azul de ocho puntas de 7/15 de la anchura total de la Bandera de
diámetro sobre el modelo de 14 de agosto de 1973.
32º.- La Memoria de Don Juan José Antequera Luengo sigue
insistiendo en los antecedentes de Bandera de tres franjas de igual anchura. El que
suscribe lamenta que el error material en la confección haya adquirido categoría
histórica y que sus múltiples explicaciones sobre el modelo de 14 de agosto de
1973 parezcan no oírse.
21
Piensa el que suscribe que se mantiene en la Memoria estos falsos
antecedentes porque con ellos se hace más fácil hacer ver la necesidad de un
nuevo modelo de Bandera para que la de Chucena se diferencie de la de Villarrasa.
En la Memoria del mismo autor de 1996 el nombre de Villarrasa se
sustituía por la expresión “otra localidad andaluza”. Ya ha dicho el que suscribe
que él tuvo que averiguar de qué localidad se trataba. En la Memoria que fecha en
12 de agosto de 1998, que ha servido de base al acuerdo del Pleno de 25 de enero
de 1999, el nombre de Villarrasa se sustituye por la expresión “otra localidad
onubense, limítrofe”. Hay que dejar constancia de que Villarrasa no es limítrofe
con Chucena, aunque esto no sea relevante a los efectos de estas alegaciones.
33º.- En la Memoria, como la que, firmada por el Sr. Alcalde, sirvió
de base al modelo adoptado el 28 de octubre de 1997, se fundamentan los colores
de la Bandera en los esmaltes del blasón de los Portocarrero. De la misma manera
el modelo de 14 de agosto de 1973 fundamenta no sólo sus colores, sino también
las proporciones de los mismos, en los esmaltes del escudo de armas de los
señores de Chucena y marqueses de Alcalá de la Alameda.
Estas Memorias se han redactado teniendo en cuenta el Decreto 14/1995 de
la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, de 31 de enero, por el que
se regula el procedimiento para la aprobación y rehabilitación de Escudos
Heráldicos, Banderas y otros símbolos de las entidades locales de la Comunidad
Autónoma Andaluza, y todas las demás disposiciones al respecto.
Este Decreto impide la reproducción en la Bandera de los blasones no
incorporados al Escudo Heráldico Municipal, pero no que éstos, históricamente
motivados, inspiren, sin reproducirlos, las áreas cromáticas de la primera.
Don Juan José Antequera Luengo cree conveniente añadir:
“Con respecto a estas consideraciones y teniendo muy en cuenta que los
colores actuales ya se tienen como propios, la bandera de Chucena podría
quedar, a nuestro juicio organizada así...”.
34º.- Tras describir el modelo de Bandera que propone, Don Juan José
Antequera Luengo pasa a referirse al Escudo Heráldico Municipal:
“Respecto a este último, desde 1972 y con proyecto de José Antonio
Delgado y Orellana, Chucena cuenta con escudo de armas, que lleva, de plata
pino en su color superado de estrella de azur de ocho rayos, y se timbra con
corona real cerrada. Ambas figuras –pino y estrella- tienen honda significación
para este municipio y a pesar de que su malogrado cronista no halló
antecedentes de su uso, según la documentación que obra en la Sección de
Gracia y Justicia del Archivo Histórico Nacional. El pino reproduce el que hasta
1989 se erguía en el Prado del Concejo, inmediato a la localidad, que se divisaba
desde una veintena de kilómetros y cuyo estado biológico, con más de tres siglos
de vida, era crítico antes de que fuera talado. Fue declarado Monumento Natural
de Interés Local en 1954 y se le denominó oficialmente como “Pino del Padre
Jacinto” en honor de un sacerdote capuchino al que se debió su rescate
emocional y material. La estrella simboliza a la Virgen de la Estrella, patrona de la
villa, de la que se conserva una bella leyenda.
Poco tiempo después de aprobado el escudo, los profesores Sánchez
Franco y González Moreno, este último como asesor, presentaron una memoria
para su modificación –que fue denegada- argumentando que aquél no respondía
a la historia de Chucena. El propuesto, timbrado con corona marquesal,
respetaba las armas recién aprobadas y añadía las de los Portocarrero,
22
marqueses de Alcalá de la Alameda y señores de Moguer, a cuya casa
perteneció Chucena en calidad de señorío hasta la supresión de esta clase de
vínculos en el siglo XIX, consistentes, como se sabe, en un jaquelado de quince
piezas, ocho de oro y siete de azur, pese a que la fundación del mayorazgo de
Chucena en 1514, se expresó, como recoge Sánchez Franco, que el señorío
debería utilizar las armas de los Pacheco, apellido que se integraba en la misma
familia”.
35º.- El Ayuntamiento de Chucena, de la provincia de Huelva
(Comunidad Autónoma de Andalucía) tiene el Escudo heráldico autorizado por el
Decreto 3199/1972, de 2 de noviembre (B.O.E. nº 279, de 21 de noviembre). Este
Escudo se organiza en la forma siguiente: De plata, con un pino en su color,
superado de una estrella de azur de ocho rayos. Al timbre, corona real española
actual.
El estudio previo para la propuesta del mismo fue totalmente insuficiente,
sobre todo en comparación con el estudio posterior. Pero ello no es imputable ni a
su egregio proponente, Don José Antonio Delgado y Orellana, cuyos honorarios
distaban mucho de lo necesario para un estudio completo, ni a la Corporación
Municipal que lo asumió, que ni tenía conocimiento de las fuentes para el estudio
que posteriormente se ha realizado ni los medios económicos para
encomendarselo a un historiador. Digamos que la causa de la insuficiencia de
nuestro Escudo está en el desconocimiento que en aquellas fechas había sobre el
pasado de nuestro pueblo.
36º.- En la Memoria para su adopción el ilustre Miembro de
Número del Instituto Salazar y Castro (C.S.I.C.)1 proponía la corona marquesal,
dada la pertenencia de Chucena al Marquesado de Alcalá de la Alameda, del que
se tenía muy escasas noticias. La Real Academia de la Historia propuso la corona
real y con ella fue autorizado, como queda dicho. Sobre el timbre de los escudos
en las obras de Don José Antonio Delgado y Orellana2 se percibe su desacuerdo
con los criterios de la Real Academia de la Historia. En Heráldica oficial de la
Provincia de Cádiz manifiesta en las págs. 42 y 45 que
«en España... se ha seguido la costumbre de timbrar los escudos de los
municipios que fueron realengos con la Corona real -abierta o cerrada,
según se refiera a época anterior o posterior a los Borbones-, o con la de
Duque, Marqués, Conde, Vinconde, o Barón, cuando estuvieron
sometidos en vasallaje a señores titulares de estas dignidades, con
jurisdicción plena y efectiva sobre los mismos, como ocurría, sobre todo,
en los títulos concedidos por las Casas de Trastamara y de Austria según anota acertadamente el Barón de Cobos de Belchite- en los que
«el municipio depende del mismo Título».
1
Don José Antonio Delgado y Orellana era también de la Real Academia
Hispanoamericana de Cádiz, Correspondiente de la Real Academia de la Historia,
Caballero de la Sacra Orden Militar Constantiniana de San Jorge, del Real Estamento
Militar del Principado de Gerona, etc.
2
Heráldica oficial de la Provincia de Cádiz, Excma. Diputación Provincial de Cádiz,
1983; Heráldica municipal de la Provincia de Cádiz, Excma. Diputación Provincial de
Cádiz, 1969, y otras muchas publicaciones.
23
Modernamente la Real Academia de la Historia viene sugiriendo
en sus informes la adopción de la corona real cerrada o borbónica, para
toda clase de municipios, aunque existieran como tales antes del
advenimiento de la Casa de Borbón y aunque hubieran sido capitalidad
de señoríos jurisdiccionales. Este criterio no representa, sin embargo,
una fórmula ideal aplicable en todos los casos indiscriminadamente...
Por otra parte, es obvio que la imposición de un tipo determinado
de corona a todos los municipios, prescindiendo de cualquier otra
consideración de carácter histórico, debilita «la expresión de las
peculiaridades de cada uno» propugnada por los textos legales...; y, a
mayor abundamiento, es totalmente opuesto este criterio al sustentado
anteriormente por la docta corporación cuando puede comprobarse en el
3
artículo dedicado a Grazalema en cuyo expediente asesorado en 1965
por el Decano de los Reyes de Armas -especialista de autoridad máxima
en la materia- se consideraba aconsejable timbrarlo con corona real, no
obstante lo cual, fue rectificado por la Real Academia en el sentido de
que se timbrase con corona ducal, en recuerdo de los duques de Arcos
que fueron los señores de la villa».
Probablemente el criterio de la Real Academia de la Historia en el sentido
de proponer timbrar los escudos preferentemente con corona real borbónica se vio
reforzado por la aprobación, en 1966, de la Ley Orgánica del Estado que, aunque
no tiene nada que ver con la Heráldica, suponía un reforzamiento de la definición
de España como Reino, que ya había hecho la Ley de Sucesión a la Jefatura del
Estado de 1947. El cambio de criterio también puede vincularse a la
proclamación, en 1969, de Don Juan Carlos de Borbón como Príncipe de España y
sucesor en la Jefatura del Estado. Pero, en todo caso, no parece necesario reforzar
la Monarquía con las coronas de los escudos municipales. El criterio también
puede fundamentarse en la expresión de pertenencia al Reino de España en
cualquiera de nuestros escudos municipales, pero ello va en detrimento de la
diferenciación de los mismos entre sí.
La corona real borbónica o española actual en el sentido más estricto
corresponde sólo a las entidades locales que se hayan constituido como de
realengo y con posterioridad a 1700. De Chucena sabemos que ya era villa en
1550 y que pertenecía al Señorío creado como mayorazgo en favor de Don Garci
López4 Pacheco y de sus sucesores en 15145. En el documento de fundación de
este mayorazgo es Chucena el primer bien que se cita, por lo que se le podría
considerar el elemento nuclear o central del mismo. Alcalá de la Alameda no se
incorporó al mayorazgo hasta 1522.
Se puede argumentar en contra de que el Escudo municipal de Chucena
adopte la corona marquesal en el hecho de que el título del Marquesado era el de
Alcalá de la Alameda, pero esta argumentación puede ser fácilmente rebatida
porque:
3
Heráldica oficial de la Provincia de Cádiz, pp. 229-238.
4
Aunque parezca extraño, el verdadero primer apellido no es López, ni para Don Garci
López Pacheco, cuyo verdadero primer apellido es Pacheco, ni para su hijo Don Pedro
López Portocarrero, para el que cuenta el de Portocarrero.
5
SÁNCHEZ FRANCO, Martín (1975): Estudio histórico del Marquesado de Alcalá de la
Alameda, Excma. Diputación Provincial de Huelva, pp. 51-54.
24
A .- No todos los escudos con coronas señoriales pertenecen a
municipios que hayan ostentado la titularidad del Señorío: El de Alcalá del Valle
(de 4 de julio de 1969) lleva corona de marqués por su pertenencia al Marquesado
de Benamejí; El de Barbate (según el dictamen de la Real Academia de la Historia
de 19 de noviembre de 1965) se timbra con corona ducal por el Ducado de Medina
Sidonia; Los escudos de El Bosque (de 28 de abril de 1969), de Grazalema (de 3
de febrero de 1966), de Rota (de 10 de octubre de 1969), el de Ubrique (de 17 de
octubre de 1969), de Villaluenga del Rosario (de 11 de octubre de 1969), de
Zahara tienen corona ducal por el Ducado de Arcos de la Frontera; El de Jimena
de la Frontera (de 6 de octubre de 1977) se timbra con corona de marqués por el
Marquesado de Villafranca6; El de Paterna de Rivera (de 18 de abril de 1966),
con corona ducal por el Ducado de Alcalá de los Gazules; el de Trebujena (de 28
de mayo de 1970), con corona ducal por el Ducado de Medina-Sidonia. Para
Benaocaz, con el mismo derecho que los demás municipios dependientes del
Ducado de Arcos de la Frontera, «la Real Academia de la Historia en su dictamen
de fecha 14-2-1975 sugirió que se timbre este escudo con corona real cerrada, a
cuya observación el Ayuntamiento de la villa objeta, en oficio de 25 de mayo de
1981 dirigido a la Excma. Diputación de Cádiz que la Ducal es la que realmente
le corresponde pues... es la que usan, con las debidas autorizaciones, las otras
villas como Villaluenga, Ubrique, Grazalema y el Bosque, que con Benaocaz
formaron el Señorío de los Ponce de León, que la corona en cuestión evoca».
B.- Chucena no sólo forma parte del mismo Señorío, sino que
antecede en el mismo a Alcalá de la Alameda.
C.- Alcalá de la Alameda desde el 24 de mayo de 1812 es parte del
municipio de Chucena.
Por todo ello correspondería al Ayuntamiento de Chucena poder timbrar su
Escudo con la corona del Marquesado de Alcalá de la Alameda con más razón que
todos los municipios gaditanos citados.
Hemos dicho que la corona real borbónica corresponde propiamente a los
municipios constituidos con posterioridad a 1700. Por esta razón, antes que la
corona real cerrada o actual, correspondería a Chucena la real abierta o antigua
española. Así la tienen aprobada los Ayuntamientos de Bornos (desde el 16 de
agosto de 1969), de Cádiz, de Chipiona (desde el 29 de enero de 1970), de Espera
6
El escudo de Jimena (de la provincia de Cádiz como todos los mencionados en esta
lista que hacemos siguiendo la primera obra citada de Don José Antonio Delgado y
Orellana) lleva en campo de azur una torre redonda de oro, mazonada de sable y
aclarada de gules, asentada sobre un monte de sinople, y queda timbrado con la corona
de marqués. La Real Academia había propuesto el 3 de junio de 1977 que su escudo
fuera partido o cortado: primero, el mismo que usa; segundo, cuartelado: primero y cuarto
de azur con caldera de oro jaquelada de gules con siete cabezas de sierpe; segundo y
tercero de plata con cinco armiños de plata (sorprende que no se siga la norma de no
colocar metal sobre metal) puestos en aspa. A esta complicación, totalmente impropia de
la norma de sencillez, se le suma una bordura jaquelada de Castilla y León. El dictamen
de la Real Academia sugirió también la corona real cerrada o borbónica. Pero el
Ayuntamiento no aceptó que se le impusiera este escudo y fue autorizado por Real
Decreto de la fecha indicada (B.O.E. de 7/11/1977) para usar el escudo que hemos
descrito en primer lugar.
25
(desde el 14 de enero de 19707), de El Gastor (desde el 8 de mayo de 1970), de
Olvera (desde el 16 de diciembre de 1969), San Fernando (desde el 26 de febrero
de 1821), de San Roque (desde el 19 de mayo de 1978), Setenil (desde el 29 de
mayo de 1970), de Torre Alhaquime (desde el 11 de octubre de 1969). Previos a
todos los Decretos de aprobación de escudos, tanto de este párrafo como de otro
anterior referido a timbres con coronas señoriales, constan los dictámenes,
normalmente favorables, de la Real Academia de la Historia. Don José Antonio
Delgado y Orellana, que destaca en su afán de reducir el uso de la corona
borbónica a municipios de realengo y de fundación del siglo XVIII o posterior,
propone también la corona real antigua para Algeciras, «como corresponde a
concejo de realengo muy anterior al advenimiento de la Casa de Borbón que
implantó la corona real cerrada por diademas»; para Chiclana; para de Jerez de
la Frontera; para Puerto Real; para Vejer de la Frontera, «como corresponde a un
antiguo concejo realengo»; para Villamartín; pero no menciona sus respectivas
fechas de aprobación, excepto para Jerez de la Frontera (10 de marzo de 1967),
que adopta la corona real actual. Para El Puerto de Santa María en la página 324
de la obra a que nos venimos refiriendo propone dos alternativas: «corona real
abierta, si se hace referencia a la época en que este municipio fue villa realenga,
o corona ducal, si se quiere resaltar su dependencia de la Casa de Medinaceli
antes de 1729, en que de nuevo revertió a la Corona», pero en la página 317 se
reproduce el escudo con corona marquesal. Sabemos8 que El Puerto de Santa
María fue realengo hasta 1284, que, tras el señorío de Micer Benedetto hasta 1295,
pasó por venta a la Casa de Medinaceli, que en 1479 los Reyes Católicos
instituyeron Condado con su titularidad, al mismo tiempo que se elevaba a
Ducado el de Medinaceli. La Corporación municipal, ante las alternativas, el 8 de
mayo de 1972 optó por la corona real abierta.
37º.- El Señorío de Chucena se constituyó en 1374 por el rey
Enrique II en favor de Juan Martínez Barrasa mediante privilegio rodado. Como la
existencia anterior de Chucena la vemos muy incipiente y como este documento,
al establecer que 20 vecinos pagaran los tributos, en lugar de al Rey, al señor
feudal, podía, por interés de éste, significar la repoblación, al menos hasta la
centena de almas que correspondería al número de vecinos excusados, en la
propuesta de modificación del Escudo heráldico del Ayuntamiento de Chucena
hemos obviado el período de siglo y cuarto que va desde 1248, en que se
conquista la zona por San Fernando, hasta el referido 1374, del que tenemos
noticias muy escasas, a efectos de propuesta de corona que lo timbre. El Señorío
pasa a manos de descendientes de Per Afán de Ribera de la línea de su primera
esposa, Dª. María Rodríguez Mariño. El 24 de diciembre de 1488 los Reyes
Católicos confirmaron el privilegio a favor de Payo de Ribera. En ambas
ocasiones a Chucena se le conceptúa de lugar. A finales del mismo siglo XV
7
Las fechas que indicamos suelen ser las del Consejo de Ministros que aprueba el
Decreto (Real Decreto, si fuera posterior al 22 de noviembre de 1975). En este caso sólo
conocemos que se trata del Decreto nº 3.398/1969 y que se publica en el B.O.E. de la
fecha citada.
8
Gran Enciclopedia de Andalucía, Promociones Culturales Andaluzas, S.A., 1979.
26
comienza un largo proceso de su compra por Don Pedro Portocarrero. Él y su
esposa, Doña Juana de Cárdenas, instituyeron con facultad real un mayorazgo a
favor de su hijo tercero, Don Garci López Pacheco, el 19 de diciembre de 1514. El
autor de esta Memoria transcribe en la página 41 de su libro mencionado:
«... y establecemos un Mayorazgo perpetuo, irrevocable e
indivisible e para siempre jamás de los bienes siguientes, conviene
a saber: de la villa de Chuzena...».
Vemos ya aquí, como también en los documentos de un importante pleito llevado
a cabo por el Concejo, Justicia y Regimiento de Chucena contra Don Pedro López
Portocarrero9 en 1550, que, al menos desde principios del siglo XVI, a esta
población se le distingue como villa, a cuyo mayorazgo se unió el 14 de
noviembre de 1522 la entonces llamada Alcalá de Juana d’Orta, con autorización
de Carlos I. El 30 de enero de 1574 Felipe II concedió el título de Marqués de
Alcalá de la Alameda a Don Pedro López Portocarrero el 30 de enero de 1574.
38º.- Antes de cumplirse el año de la aprobación del Escudo
heráldico, el autor de estas líneas, ayudado por Don Joaquín González Moreno,
Jefe del Archivo de la Casa Ducal de Medinaceli10, y de Dª. Mercedes Torres
Escudero, su novia entonces, su esposa después, también licenciada en Filosofía y
Letras, emprendió la investigación de la historia de Chucena. Ya el 6 de
noviembre de 1973 presentó una Memoria para la modificación del Escudo
heráldico, con el asesoramiento técnico del citado Don Joaquín González Moreno.
En esta Memoria se proponía que el Ayuntamiento de Chucena modificase su
Escudo heráldico, de manera que éste quedase organizado de la forma siguiente:
Partido en palo. Primero jaquelado de quince piezas, ocho de oro y siete de azur
(armas de Portocarrero). Segundo de plata, con un pino en su color, superado de
una estrella de azur de ocho rayos. Al timbre, corona de marqués. Así fue
aprobado por el Ayuntamiento de Chucena en sesión plenaria extraordinaria del 3
de diciembre de 1973.
9
Don Pedro López Portocarrero es hijo y sucesor del primer llamado al mayorazgo.
Recupera el apellido de su abuelo paterno, Don Pedro Portocarrero que, por otra parte,
debía su apellido a su madre, Doña María. El padre de Don Pedro Portocarrero era Don
Juan Pacheco, marqués de Villena y valido de Enrique IV. Precisamente para que no se
perdiera el apellido Pacheco fundó el mayorazgo citado con la obligación de que lo
utilizaran sus titulares. Esta obligación no se cumplió y tanto el apellido como el blasón
del Señorío de Chucena y Marquesado de Alcalá de la Alameda ha sido desde la primera
sucesión el de Portocarrero. En 1757 se produjo, a propuesta del archivero mayor, Don
Francisco Joseph de la Rúa, un proceso que sólo podemos calificar de intento de
restablecer el apellido y blasón de los Pacheco. Ochenta años después desaparecieron
los mayorazgos y todo tipo de vinculaciones señoriales. Ello nos muestra que en 1757
tampoco tenían mucha vida y que el intento de restablecimiento llegaba muy tarde. Hay
que tener en cuenta que para el titular del Marquesado, ya el VII y también, entre otros
muchos títulos, XI duque de Medinaceli, su apellido Portocarrero o Pacheco era el 32º, y
que de los Señoríos se tenía que percibir un progresivo debilitamiento que se
manifiestaba en hechos concretos: Por ejemplo, en 1783 Chucena iniciaría el pleito de
tanteo sobre su jurisdicción con la pretensión de vincularse directamente al Rey.
10
Don Joaquín González Moreno era también Profesor Adjunto de la Cátedra de
Paleografía y Diplomática de la Universidad de Sevilla, Encargado de curso de la Cátedra
de Historia del Arte y Urbanismo de la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla,
Académico de la Real de Bellas Artes y Nobles Letras de Córdoba.
27
Recabado de la Real Academia de la Historia su dictamen al respecto por
la Dirección General de Administración Local, del Ministerio de la Gobernación,
el 24 de enero de 1974, aquélla, en su sesión de 24 de mayo de 1974, expresa que
«el escudo concedido por Decreto de 22 de noviembre de 1972» había sido
informado favorablemente por ella en su junta de 18 de febrero de 1972, y que «la
pretendida modificación del escudo de armas municipales se basa en estudios
posteriores efectuados por el Ayuntamiento, que demuestra a éste la existencia de
un título marquesal con el nombre de Alcalá de la Alameda, sito en su
jurisdicción, circunstancia conocida por esta Corporación, como es lógico, al
emitir el dictamen al que antes nos hemos referido, encontrando entonces y ahora
que el blasón que usa el Ayuntamiento de CHUCENA reunía y reúne todas las
características en sencillez y de singularidad que son necesarias en todo blasón
municipal, sin necesidad del aumento del cuartel propuesto. Esta Academia
entiende que no hay motivos para acceder a la pretensión del Ayuntamiento de
CHUCENA, pues, de hacerlo, se confundiría, o podría confundirse dicho Escudo
con otros que ya usan o pueden usar las armas del apellido Portocarrero, familia
muy ilustre y extendida en nuestra Patria, dominante en bastantes lugares de los
reinos de Castilla, y en la misma provincia de Huelva están la ciudad de Moguer,
y todo su Estado, como en la vecina provincia de Badajoz, Villanueva del Fresno,
Barcarrota, Montijo, Lobón, La Puebla de la Calzada, que fueron, asimismo, del
señorío de los Portocarrero».
39º.- Este dictamen de la Real Academia de la Historia ciertamente
debió ser contestado en su día. Quede, al menos, en esta Memoria constancia de
argumentos contra el mismo. En primer lugar, ni siquiera en 1972, era apropiado
el término «concedido» que aplica al Escudo. No se trata de ninguna concesión,
sino sólo del ejercicio de las competencias municipales, existentes tanto para la
adopción como para la modificación y que sólo han de verse limitadas con el fin
de evitar errores, arbitrariedades ilegítimas y/o aheráldicas y duplicidades.
En segundo lugar hay que hacer constar que ciertamente la Real Academia
de la Historia conocía la existencia del Marquesado de Alcalá de la Alameda antes
de emitir informe favorable al escudo aprobado el 22 de noviembre de 1972, ya
que, además de su propio conocimiento, contaba con el que le transmitía la
Memoria de Don José Antonio Delgado y Orellana. Pero en ésta no se
profundizaba en el estudio de este Marquesado porque de él en ese momento se
sabía muy poco. Si la Real Academia de la Historia sabía más, lo podía haber
hecho constar antes de que hubiera recibido la información que transcribe (se ve
claramente que hace uso de los datos que aportaba la Memoria de 1973 para la
modificación). Además no es razonable exigir a la Real Academia de la Historia
ni que ella se lo exija a sí misma un conocimiento exhaustivo de cada rincón de
España, ni tampoco que esta docta institución no pueda asumir en algún momento
desconocimiento de detalles de nuestra historia. Lo que sí es razonable exigir a la
Real Academia de la Historia es el reconocimiento de que, como cualquier
institución humana, en algún momento puede equivocarse e informar
favorablemente la aprobación de un Escudo Heráldico sin el pleno conocimiento
de toda su fundamentación histórica.
28
En tercer lugar ponemos de manifiesto que, si bien el blasón que usa el
Ayuntamiento de Chucena (el autorizado el 2 de noviembre de 1972) reúne todas
las características en sencillez y de singularidad que son necesarias en todo blasón
municipal, no deja tampoco de reunirlas, con dos cuarteles, el que, mediante
modificación, acordara el Ayuntamiento en 1973. Entre los criterios técnicos para
elaboración de escudos del Decreto 14/1995 (BOJA nº. 38, de 9 de marzo) se
establece con el número 4: «Será criterio preferente que las armas se organicen
en un solo cuartel o, a lo sumo, en dos, pues la pluralidad de éstos expresan
realmente la reunión de varias armerías que pertenecieron antes a titulares
diferentes».
En cuarto lugar lamentamos que la Real Academia de la Historia no
valorara la inclusión del cuartel que pretendía recoger la historia de Chucena.
Ampararse para decir que no había motivos para acceder a la pretensión del
Ayuntamiento de Chucena, en que, de hacerlo, se confundiría, o podría
confundirse dicho Escudo con otros que ya usan o pueden usar las armas del
apellido Portocarrero, no tenía sentido, ya que, además del cuartel propuesto, se
conservaba el tiene elementos representativos del pueblo: El Pino y la Estrella. El
mismo número 4 de los criterios técnicos mencionados sigue diciendo: «Es
admisible que se busquen las (armerías) del antiguo linaje señorial, que se
reproducirán sin alteración y evitándose la confusión de éstas con las del
municipio, pues es esencial a la heráldica distinguir y caracterizar; a tal fin se
dividirá el escudo con otro cuartel compuesto por elementos característicos y
privativos del concejo».
40º.- El Ayuntamiento de Chucena en el punto 9º del orden del día
de su sesión plenaria del día 20 de agosto de 1974 conoció el escrito de la
Dirección General de Administración Local de 8 de julio en el que se transcribe el
dictamen emitido por la Real Academia de la Historia el 29 de mayo, justificando
la no procedencia de la modificación del Escudo Heráldico de Chucena, que en su
día fue solicitada por el Pleno.
Abierta la discusión sobre el tema, la Corporación no consideraba
“aceptables las razones expuestas por la Real Academia de la Historia por no
estar suficientemente fundamentadas para revocar las que se expusieron por
Don Martín Sánchez Franco en la Memoria que se elevó a la Dirección General,
la cual reflejaba los antecedentes históricos de la Villa de Chucena, obtenidos en
el Archivo Ducal de la Casa de Pilatos de Sevilla”.
El Pleno del Ayuntamiento consideró oportuno dejar el asunto pendiente
para un nuevo estudio.
41º.- El día 30 de septiembre de 1974 se pone nuevamente a
disposición del Pleno el expediente relativo a la modificación del escudo
heráldico. Del acta correspondiente se transcribe:
“Por Don Martín Sánchez Franco, Licenciado en Filosofía y Letras y
encargado de esta misión, se hace una detallada y minuciosa exposición de las
razones que se han expuesto en la Memoria que en su día presentó a la
Dirección General de Administración Local, para su estudio por la Real Academia
de la Historia, cuya fundamentación documental ha quedado debidamente
acreditada. A mayor abundamiento y en prueba de cuanto se pretende por el
referido investigador, que ha contado con la inestimable colaboración de D.
29
Joaquín González Moreno, Jefe del Archivo de la Casa Ducal de Medinaceli, se
da cuenta al Pleno de que en el escudo heráldico debe añadirse a su blasón
actual el cuartel de los Portocarrero”.
El que suscribe, como recoge el documento, hizo un breve resumen de la
historia de Chucena y en ella fundamentó la modificación pretendida. También
fundamentó que el escudo se timbrara con la corona señorial correspondiente y
aludió, como antecedentes, a los escudos de otros municipios: Alcalá de los
Gazules, Alcalá del Valle, Algar, Arcos de la Frontera, Benaocaz, Bornos, El
Bosque, Castellar de la Frontera, Conil de la Frontera, Grazalema.
“Oído el informe, el Ayuntamiento acuerda:
Aceptarlo íntegramente en todo su contenido y elevarlo a la Dirección
General de Administración Local, para que adopte la resolución procedente”.
42º.- El que suscribe fue recibido por el Secretario Perpetuo de la
Real Academia de la Historia, Don Dalmiro de la Válgoma y Díaz-Valera. Lo
encontró muy cordial y receptivo. Consideraba que el Escudo Heráldico de
Chucena debía organizarse de la forma que solicitábamos (Partido en palo.
Primero jaquelado de quince piezas, ocho de oro y siete de azur -armas de
Portocarrero-. Segundo de plata, con un pino en su color, superado de una
estrella de azur de ocho rayos), pero también timbrarse con la corona real.
43º.- De ninguna manera la insistencia de Chucena en que su
escudo se timbrara con la corona marquesal era expresión de rechazo a la corona
real borbónica, sino que sólo pretendía que en su escudo quedara reflejado que la
Villa ya era tal villa en 1550, con Concejo, Justicia y Regimiento, siglo y medio
antes de que, por sucesión de Carlos II, heredara, con el nombre de Felipe V, la
Corona de España Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, pero por ello
también dos veces tataranieto de Felipe III de España (padre de Ana de Austria,
esposa de Luis XIII de Francia) y bisnieto de Felipe IV de España (padre de María
Teresa de Austria, esposa de Luis XIV).
Tampoco esta insistencia debe ser interpretada como una añoranza de un
dominio señorial contra el que Chucena se manifestó expresamente tanto en la
fecha señalada de 1550, por usos concretos que consideraba derechos
tradicionales, como, solicitando la disolución del vínculo señorial y la
dependencia directa del Rey, en 1783.
Se consideraba, por parte del que suscribe y por parte del Ayuntamiento al
que asesoraba, que los símbolos históricos no nos atan a los dominios señoriales,
sino que, por el contrario, significan el proceso de liberación de manera más clara
que si se eluden.
El Alcalde de Chucena, Don Manuel Peña Bejarano, y el que suscribe el
día 15 de mayo de 1976 solicitaron a S.M. el Rey que intercediera ante la Real
Academia de la Historia para que aprobara la modificación del Escudo Heráldico
de nuestro Ayuntamiento acordada por el Pleno el día 3 de diciembre de 1973 y
reiterada el día 30 de septiembre de 1974.
En el momento actual ya no tiene ningún efecto práctico plantearse qué
corona corresponde al Escudo heráldico del Ayuntamiento de Chucena porque el
Decreto 14/1995 de la Junta de Andalucía, de 31 de enero (BOJA nº 38, de 9 de
marzo), que establece los criterios técnicos para su elaboración, en el señalado con
30
el número 9 dispone que «el escudo vendrá timbrado con una corona real
española cerrada».
Ello no quita que hagamos un estudio teórico sobre Heráldica y, en
concreto, sobre los condicionantes que ha tenido el Escudo del Ayuntamiento de
Chucena.
44º.- Debía de considerarse la Dirección General de Administración
Local en un callejón sin salida el 2 de diciembre de 1976, ya que lo que hizo fue
procurar meter al Ayuntamiento de Chucena, lo que consiguió de hecho,
precisamente en otro callejón sin salida. Su Servicio de O. y R. Jurídico con el nº.
5828 emitió un escrito que hoy conocemos como plenamente ilegal. Contestaba al
escrito de la Alcaldía de Chucena de 30 de octubre de 1976, que hacía referencia a
otro de 16 de mayo, relativo a nuestra pretensión de modificar nuestro Escudo
Heráldico. Decía el escrito:
“Cúmpleme significarle que en este Centro Directivo, aunque la
legislación vigente al respecto, concretamente el Reglamento de Organización,
Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, no prevé la
modificación de Escudos heráldicos, sino solamente su adopción o rehabilitación,
haciendo con esa Corporación municipal una señalada excepción, envió en su
día a informe de la Real Academia de la Historia la petición de ese municipio de
dicha modificación”.
Terminaba el escrito insistiendo en que no estaba prevista en la legislación
vigente la modificación de Escudos Heráldicos, por lo que no había dictado
resolución alguna sobre la petición de nuestro Ayuntamiento.
Quede aquí constancia de la arbitrariedad cometida contra el Ayuntamiento
de Chucena por la Dirección General de Administración Local el 2 de diciembre
de 1976. El artículo 122 del entonces vigente Reglamento de Organización,
Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales de 17 de mayo
de 1952 desarrollaba las atribuciones de los Ayuntamientos, y en su punto 11
establece la de “adoptar y modificar los escudos y blasones de la Municipalidad”.
Don José Delgado y Orellana recoge también11:
“Al hablar de manera específica de la parte de la Heráldica que afecta a
las Corporaciones locales, conviene dejar bien sentado que éstas tienen
capacidad legal primordial para adoptar y modificar sus escudos y blasones,
conforme determina el artículo 121 de la Ley de Régimen Local (texto refundido
de 24 de junio de 1955) que en relación con el apartado b) dice que
«corresponderá al Ayuntamiento Pleno, como órgano deliberante de la
Administración municipal, la adopción o modificación de su escudo o emblema»
lo que equivale a decir que esta facultad está reservada por principio básico legal
a la Corporación respectiva.
El artículo 122 del Reglamento de Organización, Funcionamiento y
Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales de 17 de mayo de 1952,
desarrolla este principio añadiendo que esta potestad ha de ejercitarse «con
sujeción a lo que previene el artículo 301». y en los mismos términos se
pronuncia el artículo 172 con referencia a la misma facultad que, respecto a sus
propios blasones, corresponde a las Diputaciones Provinciales”.
Es absurdo pensar que una Corporación tenga facultad para adoptar escudo
y no para modificarlo, lo cual no es más que una nueva adopción. En este sentido
de que una modificación no es más que una nueva adopción debe de entenderse
que el artículo 301 del mismo Reglamento de Organización, Funcionamiento y
11
Heráldica oficial de la Provincia de Cádiz, p. 37.
31
Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, después de haber establecido la
competencia de modificación en su artículo 122, sólo se refiera al procedimiento
de adopción.
La Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local,
que ha venido a sustituir la citada por Don José Antonio Delgado y Orellana de 24
de junio de 1955, establece en su artículo 22º.2 que corresponde al Pleno del
Ayuntamiento la atribución de «la adopción o modificación de su bandera, enseña
o escudo». El Decreto 14/1995, de 31 de enero (BOJA nº 38, de 9 de marzo),
establece en su artículo 1:
«Los municipios y demás Entidades Locales de la Comunidad Autónoma
de Andalucía podrán adoptar escudo heráldico, bandera u otros símbolos,
modificar los que ya estuviesen establecidos o rehabilitar los que históricamente
les correspondiesen, de acuerdo con lo dispuesto en el presente Decreto».
Y en su artículo 2.1 que
«corresponde al máximo órgano colegiado de la Entidad Local la adopción de los
acuerdos relativos a la iniciativa de rehabilitación, adopción o modificación de la
bandera, escudo u otros símbolos».
Queda por ello claro que el Ayuntamiento de Chucena podría adoptar el
acuerdo de modificar su Escudo heráldico para que recoja y exprese la historia de
la villa.
45º.- De acuerdo con lo anterior, si se quisiera modificar el Escudo
heráldico del municipio de Chucena, propondríamos el siguiente: Partido.
Primero jaquelado (partido de dos rasgos y cortado de cuatro) de quince piezas,
ocho de oro y siete de azur (armas de Portocarrero). Segundo de plata, con un
pino en su color, superado de una estrella de azur de ocho rayos. Al timbre,
corona real española cerrada. Coincide este Escudo con el propuesto en 1973
como modificación del de 1972, diferenciándose sólo en la corona. También Don
Juan José Antequera Luengo propone añadir las armas de los Portocarrero en el
Correo de Andalucía el 19 de octubre de 1993 en página dedicada a Heráldica. Fue
muy interesante la publicación que hizo durante un largo período de todos los
escudos de las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla. De Chucena el que
suscribe le facilitó datos que repite en su Memoria de la Bandera de Chucena.
En todo caso queda claro el derecho de Chucena a solicitar que las armas
de los Portocarrero formen parte de su Escudo Heráldico Municipal, que era lo
que, en definitiva, se pretendía establecer en esta Memoria, relativa a la Bandera
de Chucena.
46º.- Parece conveniente que el que suscribe explique los motivos
por los que ha dejado pasar 23 años (desde 1973 a 1996) sin que haya solicitado al
Ayuntamiento que iniciara el proceso para la aprobación de Bandera para su
pueblo y sin que haya presentado Memoria para ello.
Efectivamente desde 1973 a 1996 significa un largo periodo.
Lo primero que habría que hacer constar es que de ese largo periodo en los
primeros años la legislación se refiere a escudos y blasones, pero no a banderas.
Eso mismo hace a nuestra Bandera, la de 14 de agosto de 1973, pionera, lo
que significa un gesto histórico y político que el Ayuntamiento actual no ha sabido
valorar.
32
Hace falta llegar a la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del
Régimen Local, y al Decreto 14/1995, de 31 de enero, de la Consejería de la
Gobernación de la Junta de Andalucía para encontrar el término “bandera”, como
enseña local.
El que suscribe ha pretendido en todo momento estar al servicio de su
pueblo y motivarlo hacia su desarrollo a través de la toma de conciencia de su
propio ser a través del conocimiento de su historia. Puede aportar la publicación
de múltiples artículos y la presentación de múltiples iniciativas en este sentido.
Para llevar a cabo con más solvencia esta actividad se ha licenciado en Geografía
e Historia. En la actualidad está estudiando el pasado prerromano de Campo de
Tejada, al que pertenece Chucena y cuya mitología le puede proporcionar más
argumentos a favor de la inserción de una estrella en la Bandera de Chucena.
En relación a las dificultades que encuentra en su labor, se hace
imprescindible referirse aquí a algunas ideas antropológicas. Muy conocido es el
proverbio de que nadie es profeta en su tierra, pero, como ser profeta es entregarse a
una causa social, no es normal que nadie sea profeta en tierra extraña. Por ello,
evidentemente, faltan los profetas.
Una de las escuelas antropológicas es la llamada culturalista anglosajona que
se ha ocupado expresamente del estudio de las comunidades campesinas, a las que
atribuye características culturales propias. Se demuestra que la imagen idealizada de
Sorokin y Zimmerman de comunidades sin conflictos está muy lejos de la realidad.
El estudio se remonta a Durkheim. Siguen Maine y Tönnies que serán los
que enuncien el dualismo básico entre lo moderno y lo tradicional. A éstos,
Kroeber, Redfield, Foster. Éste en el estudio que titula El carácter del campesino
demuestra que en las sociedades rurales se castiga a todo el que se sale del statu
quo, es decir de la situación de origen. Todos conocen el humilde origen socioeconómico del que suscribe y, de acuerdo con las teorías de Foster, tiene que
reconocer gran generosidad a Chucena que le ha permitido destacar en la labor
socio-cultural que ha pretendido. Este agradecimiento no le puede impedir, por
otra parte, reconocer que ha tenido grandes dificultades en ella. Hubiera deseado
que hubieran sido más fáciles las relaciones con los sucesivos Ayuntamientos que
se han seguido desde que quedó pendiente la aprobación del Escudo Heráldico
Municipal, al que se dedican puntos que antecedente.
47º.- De todo este proceso ha resultado el acuerdo de adopción por
mayoría de la Corporación (no por unanimidad como el acuerdo de 28 de octubre
de 1997 de adopción de la que creían los ediles la tradicional y correcta, y como
hubiera sido deseable y posible, si el proceso hubiera sido respetuoso con todas las
partes y con la historia local) de un modelo de Bandera que fundamenta sus
colores en los esmaltes del blasón de los Portocarrero y en la tradición iniciada el
14 de agosto de 1973, a propuesta del que suscribe, pero que no distribuye estos
colores de una forma tan significativa como el modelo inicial.
Éste lo hacía con la misma proporción en que se dan los esmaltes en el
escudo y, sobre todo, con la distribución de la Bandera Nacional de España, con la
que desde 1785 se diferencia simbólicamente el Reino de su Rey, ya que hasta
entonces el primero se identificaba con la enseña del segundo. Este paso simbólico
(no se olvide que estamos hablando de símbolos, concretamente de Bandera)
33
indudablemente ha tenido un peso importante en el proceso de construcción del
moderno Estado Español.
Por los mismos años, concretamente en 1783, Chucena se adelantó a lo que
habría de ser el proceso de desvinculación señorial que culminaría en 1837 y que
ha tenido la mayor importancia en la construcción del moderno Estado Español.
Leemos en el Estudio histórico del Marquesado de Alcalá de la Alameda que
“reclamó la jurisdicción del Rey en contra de la de su Señor, el Marqués de Alcalá
de la Alameda y Duque de Medinaceli. Este dato, considerando también la fecha
del mismo, indica que la villa participaba del ambiente cultural del siglo llamado
de las luces, de la Ilustración y del Enciclopedismo”.
Chucena el 19 de octubre de 1783 celebró un Cabildo Abierto y, con él,
inició un pleito de tanteo contra su señor que le condujera a su desvinculación:
«CABILDO ABIERTO».
«En la villa de Chucena a diez y nueve de Octubre de mil setecientos ochenta
y tres años se juntó el Concejo, Justicia y Regimiento compuesto de los Señores
Antonio Ortiz y Antonio Santos, alcaldes ordinarios; Pedro Garrido y Alonso
Franco, Regidores; Manuel de Solís, alguacil ordinario; Lope Rodríguez y Don
Miguel de Ureña, diputados de Abastos, y Cristóbal Daza, síndico personero; y
así juntos ante mí, el escribano de Cabildo dijeron sus mrds. tener convocados a
los vezinos por el alguacil ordinario, casa, calles... y además hecho tocar las
campanas a Cabildo abierto, y formando los dichos Señores Capitulares a las
puertas consistoriales y de Ayuntamiento concurrieron varios vezinos y por el
citado Don Miguel Vázquez y Ureña (de consentimiento los Señores Capitulares)
se hizo presente en pública voz que la villa determinaba recurrir a Su Magd. el
Rey nuestro Señor (Dios le guarde) a pedir el tanteo de la Jurisdicción del suelo y
cielo de arbolado del término de ella, por la opresión en que se halla por el citado
Excmo. Sr. Duque de Medinaceli y Alcalá, a quien corresponde, y que, para
ponerlo en ejecución, han hecho llamar a los vezinos para que cada uno de por
sí, teniendo presente lo expuesto, dé su voz, voto y anuencia para que se
practiquen las diligencias conducente a que tenga efecto.
Por el vezindario que concurrió la propuesta hecha parecieron los que
constarán subcesivamente anotados, y dijeron en voces altas que querían ser
Vasallos del Rey, nuestro Señor, con total independencia del citado de
Medinaceli, y lo firmaron y sellaron con los Sres. Capitulares».
Esta decisión de Chucena ha sido importante para su propia historia y
como ejemplo de un proceso de desvinculación general. Este proceso de
desvinculación, propio de la construcción del moderno Estado Español y propio
de la construcción del moderno Municipio de Chucena, es el que ha pretendido
recoger el modelo de Bandera que se establece popularmente en Chucena el 14 de
agosto de 1973. Este modelo reconoce el vínculo anterior, porque no se entiende
la desvinculación sin un vínculo previo.
48º.- El modelo aprobado en Chucena el 25 de enero de 1999 ha
establecido la proporción de 11 por 18. Esta proporción estrecha innecesariamente
la Bandera y, por ello, el espacio en el que insertar el Escudo Heráldico Municipal.
El Decreto 14/1995 da libertad para establecer la proporción de la Bandera y
entiende que, si no se establece positivamente, se opta por la de 2 por 3.
34
POR TODO LO ANTERIOR Y DE ACUERDO CON EL
ARTÍCULO 2.2 DEL DECRETO 14/1995 DE LA CONSEJERÍA DE LA
GOBERNACIÓN DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA, EL QUE SUSCRIBE,
EN RELACIÓN AL ACUERDO DE ADOPCIÓN DE BANDERA
MUNICIPAL, DEL PLENO DEL AYUNTAMIENTO DE CHUCENA DE 25
DE ENERO DE 1999, A LA MEMORIA EN QUE SE FUNDAMENTA Y AL
PROCESO SEGUIDO, PRESENTA LAS ALEGACIONES SIGUIENTES:
PRIMERO: El proceso para la adopción de la Bandera de 25
de enero de 1999 no ha valorado suficientemente la significación del modelo
adoptado popularmente el 14 de agosto de 1973, ni la posibilidad de haberse
elaborado un nuevo modelo integrador del anterior que, acogiéndolo, se
diferenciara suficientemente del de cualquier otro municipio.
SEGUNDO: Tampoco ha valorado suficientemente la
posibilidad de insertar en el centro del modelo de 14 de agosto de 1973 un
área poligonal azul en forma de estrella de ocho rayos.
No se ha valorado suficientemente la significación de la estrella azul de
ocho rayos como figura parlante principal del Escudo de Chucena, que
expresa una devoción peculiar de nuestro pueblo y de orígenes muy remotos.
TERCERO: El proceso de CONSULTA POPULAR PARA
ELEGIR LA BANDERA DE CHUCENA ha dado protagonismo a muchos,
pero ha tenido aspectos muy lamentables desde la legitimidad democrática y,
sobre todo ha servido para acallar injustamente las razones que pudieran
darse a favor de un modelo integrador del asumido popularmente el 14 de
agosto de 1973.
CUARTO: La Bandera aprobada el 25 de enero de 1999 no
debiera tener la proporción de 11 por 18 porque es con ella más estrecha de
lo necesario y se estrecha en la misma proporción su franja central, azul, de
2/6 de la anchura, reduciéndose innecesariamente el espacio para la inserción
del escudo de armas local. Para evitarlo sólo hace falta suprimir la
proporción en su descripción, ya que por defecto el Decreto 14/1995 entiende
que se opta por la de 2 por 3, equivalente a 12 por 18.
QUINTO: Debiera citarse en la Memoria el Estudio histórico
del Marquesado de Alcalá de la Alameda, como fuente documental de la que se
extraen los datos que se mencionan.
Chucena, 19 de marzo de 1999
35
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