Subido por Tania Perez Rojas

borrador de la batalla del pari

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La Batalla del Parí, 21 de noviembre de 1816
Una vez dominada toda la Gobernación, Warnes se mantuvo en la capital, la
ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Sin embargo, los realistas desde el Perú,
querían tomar la gobernación cruceña y derrotar a los patriotas comandados por
Warnes.
El Virrey del Perú, envióa Francisco Xavier Aguilera, un militar nacido en Santa
Cruz de la Sierra para retomar la ciudad y derrotar a los patriotas. Fue así que
marchó hacia estas tierras. En su camino, Aguilera derrotó al guerrillero Asensio
Padilla en La Laguna (Chuquisaca) y desde allí avanzó sobre Santa Cruz de la
Sierra.
El 21 de noviembre de 1816, atacó la ciudad con 1600 soldados. La batalla se
llevó a cabo en los campos del Pari (actual monumento al Chiriguano). Atacaron a
los patriotas en la entrada de la ciudad. La batalla duró horas de sangriento
enfrentamineto. De todos los pueblos cercanos vinieron los patriotas a defender la
libertad, de Cotoca, de Paurito y de Jitapaqui. Sin embargo los esfuerzos fueron
infructuosos ya que el ejército relista era más poderoso.
El Coronel Ignacio Warnes murió en la batalla del Pari en manos de Aguilera. El
Colorao Mercado, que comandaba la caballería del ejército patriota, debió salir
huyendo hacia las pampas del Trompillo con todos sus hombres. Así mismo los
otros jefes patriotas, entre ellos Cañoto, quien huyó hasta Salta (Argentina)
Como impacto de los primeros levantamientos de Charcas en 1809, se originan,
en Santa Cruz, las primeras sublevaciones de esclavos e indios. Para el 24 de
septiembre, los caudillos educados en la Universidad de San Francisco Xavier de
Chuquisaca destituyen a Toledo Pimentel y organizan una Junta Provisoria.
El primer grito libertario de Santa Cruz, el 24 de septiembre, es producto de una
serie de levantamientos que se desarrollaron por la invasión de los españoles y
como impacto de las sucesivas sublevaciones que se iniciaron en La Paz y
Chuquisaca…, explica la historiadora cruceña Paula Peña.
“El primer levantamiento, siguiendo a esta cadena, será el de los negros libres e
indios trinitarios. Se intentó que éste suceda el 15 de agosto de 1809, y así como
en La Paz había sido un 16 de julio, en la fiesta de la Virgen del Carmen, aquí fue
el día de la Virgen de la Asunta, pero ese levantamiento, que pedía el fin al tributo
indígena y la esclavitud, fue reprimido por las tropas del Rey”, explica Peña.
El 24 de septiembre de 1810, producto de los cabildos locales a favor de Buenos
Aires, un cabildo abierto en la ciudad de Santa Cruz destituyó al subdelegado
Pedro José Toledo y se formó la Junta Provisoria (...). “Después de este episodio
se inicia la larga guerra de la independencia de las colonias españolas en
América, durante un proceso largo y complejo de 15 años, y en Santa Cruz finaliza
el 14 de febrero de 1825. A partir de esa fecha, Santa Cruz se une al proceso que
dará origen a la independencia de Bolivia el 6 de agosto de 1825”, comenta la
historiadora.
Una vez conformada Bolivia, Santa Cruz se une con la mitad del territorio; a lo
largo de la vida republicana, se dividió primero con Beni y después con Pando, y
contribuyó no sólo durante la guerra de la independencia, sino a lo largo de estos
186 años de vida independiente con alimentos, recursos humanos y recursos
naturales.
Los antecedentes
La emancipación fue el resultado de una serie de condiciones que se dieron en el
contexto americano en los últimos años del siglo XVIII. La Audiencia de Charcas y
la Provincia de Santa Cruz de la Sierra no estaban fuera del contexto global.
Hubo reformas territoriales que definieron las actuaciones futuras de Santa Cruz:
Primero, la Audiencia de Charcas y sus provincias dejan de pertenecer al
Virreinato del Perú para formar parte del Virreinato del Río de la Plata (1776).
Estas reformas territoriales no fueron arbitrarias, más bien reflejaron e
intensificaron el proceso de diferenciación regional.
Segundo, se crearon las intendencias (1782), un nuevo régimen administrativo por
el cual la Provincia de Santa Cruz de la Sierra se transforma en Intendencia, y la
capital pasa de Santa Cruz de la Sierra o San Lorenzo a Cochabamba, quedando
nuestra ciudad como una subdelegación militar.
Tercero, expulsaron a los jesuitas en 1767, lo que significó que Moxos y Chiquitos
pasen a depender de la Provincia de Santa Cruz de la Sierra, es decir de la
Intendencia en lo militar y de la Real Hacienda, del Virrey en lo gubernativo y de la
Audiencia en lo económico y administración de justicia.
"La Provincia de Santa Cruz de la Sierra se había mantenido, desde la fundación
de Santa Cruz de la Sierra en 1561 y la posterior fusión con San Lorenzo en 1621,
como una provincia aislada geográficamente de los centros de poder, marginada
de los circuitos comerciales, lo que había permitido que los cruceños tengamos
autonomía en las decisiones a tomar", interpreta la historiadora Paula Peña.
Rebelión de los esclavos
Un antecedente de la Guerra de la Independencia en Santa Cruz fue la
sublevación de los esclavos en agosto de 1809. La población negra esclava
estaba destinada básicamente para los servicios personales. Al parecer, los
esclavos se habían enterado, a través de sus amos, del levantamiento de La Plata
de mayo de ese año, y esperaban su libertad.
La rebelión empezó la noche del 15 de agosto para la procesión de la Virgen de la
Asunta, con la consiga de acabar con todos los blancos. Pero no faltó un esclavo
que delató a los demás y la rebelión fue sofocada.
Día de la revolución 1810-1811
La Guerra de la Independencia en Santa Cruz empezó el 24 de septiembre de
1810, cuando los doctores que habían estudiado en Charcas se levantaron y
proclamaron el nuevo Gobierno: la Junta Provisoria, siguiendo el ejemplo de la
Junta de Buenos Aires.
El levantamiento lo lideraron Antonio Vicente Seoane, el coronel Antonio Suárez,
el cura José Andrés Salvatierra, Juan Manuel Lemoine y el argentino Eustaquio
Moldes. Este último había llegado desde Buenos Aires y debía difundir las ideas a
favor de la Patria.
La etapa de 1811-1813
El nuevo Gobierno se mantuvo hasta la derrota patriota en Guaqui, junio de 1811,
por las fuerzas realistas al mando del general José Manuel Goyeneche, quien
ordenó al teniente coronel José Miguel Becerra recuperar Santa Cruz.
Becerra, que dominaba Cordillera, retomó la plaza y fue nombrado gobernador
intendente de la Provincia de Santa Cruz de la Sierra. La ciudad quedó bajo el
dominio realista hasta el año 1813.
En marzo de 1813 fue recuperada por las fuerzas patriotas dirigidas por el coronel
Antonio Suárez. Posteriormente, Suárez fue electo representante al Congreso
Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, por lo que el coronel
Belgrano, del Segundo Ejército argentino, nombró al coronel Ignacio Warnes como
nuevo gobernador de Santa Cruz, que en ese momento ya había recuperado su
antiguo status de capital de la Gobernación, dejando de lado la dependencia de
Cochabamba.
Período de 1813-1816
Warnes gobernó Santa Cruz desde 1813 hasta 1816. Durante su gobierno liberó a
los esclavos negros, con los que formó el batallón de los Pardos Libres.
Durante los tres años que duró su Gobierno, se enfrentó con las tropas realistas
enviadas por Joaquín de la Pezuela, sucesor de Goyeneche.
El enfrentamiento más importante fue la Batalla de Florida, el 25 de mayo de 1814,
en la que Warnes y el coronel Manuel Álvarez de Arenales vencieron al realista
Joaquín Blanco.
Warnes continuó la lucha contra el realista Francisco Udaeta, quien había
escapado a Chiquitos. En octubre de 1815, en la Batalla de Santa Bárbara,
Warnes venció a Udaeta y al gobernador de Chiquitos, Juan Bautista Altolaguirre,
quienes contaban con cerca de 5.000 indígenas. Con los realistas vencidos, la
provincia entera quedó en manos patriotas. Warnes volvió a Santa Cruz y la
mantuvo independiente hasta 1816.
Con la vuelta al trono de Fernando VII, en 1814, llegó a América una nueva
ofensiva del Ejército español para reprimir a los rebeldes.
Los realistas enviaron a Francisco Xavier Aguilera y dos regimientos españoles,
los talverinos y los fernandinos. Aguilera se enfrentó con Warnes en la Batalla de
El Pari en las afueras de Santa Cruz. En el enfrentamiento murió Warnes, y su
colaborador más cercano, José Manuel Mercado, marchó hacia Cordillera con las
tropas patriotas.
1816-1825
La victoria realista de El Pari convirtió a Aguilera en el nuevo gobernador de Santa
Cruz, y por esta conquista recibió el título de Brigadier y Caballero de la Orden de
Santa Isabel.
El primer acto de su Gobierno fue la exhibición de la cabeza del coronel Ignacio
Warnes en una piqueta en la plaza principal. Los meses siguientes fueron de
muerte y violencia; ejecutó a todos los sospechosos de pertenecer a la patria. El
Gobierno de Aguilera restituyó la esclavitud, lo que complació a la mayoría de los
cruceños.
Sin embargo, estuvo todo el tiempo asediado por José Manuel Mercado, 'El
Colorao', y sus montoneros, que desde Cordillera los hostigaban constantemente,
tratando de recuperar la plaza cruceña.
A pesar de varios intentos, Mercado no logró retomar Santa Cruz, Aguilera afianzó
su poder en toda la provincia, que incluía Moxos y Chiquitos, nombró
gobernadores de su confianza. Cañoto fue otro patriota que hostigó al Brigadier
durante su Gobierno en Santa Cruz de la Sierra.
La noticia del triunfo patriota en Junín y Ayacucho permitió a Mercado tomar Santa
Cruz y proclamar la independencia el 14 de febrero de 1825. Aguilera se escondió,
entre Santa Cruz y Vallegrande, hasta octubre de 1828, cuando se levantó en
nombre de Fernando VII fue finalmente derrotado por las fuerzas republicanas.
La Provincia de Santa Cruz de la Sierra se convirtió en el departamento de Santa
Cruz que abarcaba los departamentos de Beni, Pando y el norte de La Paz. A
partir de ese momento, los cruceños consolidamos el territorio del oriente para la
recién creada Bolivia.
Fuente: el presente trabajo es una conferencia presentada por Paula Peña en el
Segundo Foro sobre Santa Cruz, 'El proceso de emancipación de septiembre de
1810', el 29 de octubre de 2008 en el Centro Simón I. Patiño.
SINOPSIS
El 5 de marzo de 1825, el Mariscal José Antonio de Sucre nombró al coronel José
Videla Castillo Presidente y Comandante General del Departamento de Santa
Cruz, quien gobernó hasta diciembre de ese mismo año. Videla debía organizar el
territorio, aplicar las reglamentaciones que daba Sucre y elegir a los diputados que
representarían al departamento en la Asamblea Deliberante. Pero su
administración debió enfrentar la invasión brasileña a Chiquitos, y la amenaza del
gobernador de Mato Grosso de tomar Santa Cruz de la Sierra. (Fuente: Paula
Peña)
LOS CAUDILLOS
Ignacio Warnes. Nació en Buenos Aires (Argentina) en 1770. En 1810 partió hacia
Paraguay, participó en las batallas de Tucumán y Salta. El 24 de septiembre de
1813 ingresó a Santa Cruz de la Sierra como gobernador intendente con la misión
de reorganizar las fuerzas cruceñas. Luchó junto con José Manuel Mercado y
Cañoto en la batalla de El Pari en 1816.
José Manuel Mercado. Nació el 14 de marzo de 1782, más conocido como ‘El
Colorao’, acompañó a Warnes en su llegada a Santa Cruz en 1813. Intervino en
las batallas de Florida y El Pari. Después de la muerte de Warnes, hizo su fuerte
en Saipurú (Cordillera).
Antonio Suárez. Gobernó hasta 1813, pero entre los años 1838 y 1839 fue
nombrado nuevamente prefecto. (Cambio)
Esta es la historia de la lucha contra la opresión y por la liberación de las cadenas
de la dominación colonial en Santa Cruz de la Sierra, durante la Guerra de la
Independencia. Escrita en homenaje a los centenares de soldados plebeyos:
indígenas, negros y mestizos, que con valentía dieron sus vidas en la Batalla de El
Pari, para forjar una patria libre de las formas de explotación coloniales e
inhumanas como la encomienda y la esclavitud.
En este trabajo, veremos cómo y por qué estaba conformada de ese modo la
sociedad colonial en Santa Cruz de la Sierra en 1809, año de la Revolución de
Chuquisaca; también, cómo actuó y cuál fue la posición de la clase dominante
frente a los deseos de libertad de las clases oprimidas. Por último, veremos la
participación de las clases oprimidas en la Batalla de El Pari, la más sangrienta de
toda la Guerra de la Independencia en América Latina.
Disminución de los indígenas encomendados
Si bien la ciudad de Santa Cruz había nacido en 1561 con el sometimiento de 60
mil indígenas repartidos entre 90 españoles bajo el sistema de la encomienda, con
el pasar de los años el número de indígenas encomendados disminuyó de manera
significativa. La principal razón de esta disminución fue la venta de indígenas en
calidad de esclavos en las minas de Potosí.
De esta manera, en 1574 sólo quedaban 16 mil indígenas encomendados en las
haciendas cruceñas y en 1620 apenas mil. Además, los cruceños durante gran
parte de la época de la colonia realizaron constantes correrías o maloqueos que
eran asaltos a las aldeas chiquitanas y moxeñas con el objetivo de cazar
indígenas para venderlos como esclavos. Así, centenares de indígenas hombres,
mujeres y niños, eran llevados a las minas de Potosí encadenados y otros
amarrados con gruesas cuerdas entre sí, donde cada uno era vendido a un precio
promedio de 100 pesos, mucho más barato que un esclavo negro que costaba 500
pesos. Aunque la mayoría de los esclavos indígenas en las minas de Potosí
apenas sobrevivía un par de semanas a causa del brusco cambio de clima y de la
sobreexplotación a la que eran sometidos, siempre fue rentable su adquisición
para la minería de la plata y por lo tanto un negocio de primer orden para los
cruceños.
Intento de alzamiento indígena-negro en 1809
En 1809 la población de la ciudad de Santa Cruz y sus haciendas era de 10.672
habitantes. De estos el 40 % eran cruceños, es decir, eran la clase dominante
blancoide colonial descendientes de los conquistadores españoles que tenía
derechos, haciendas e indígenas encomendados a su servicio; el 38 % eran
mestizos (una parte eran cambas y otra de 1 Escritor e investigador social. Autor
del libro: Orígenes del estado republicano colonial (Un aporte desde la historia del
Oriente boliviano). procedencia andina), que eran libres pero que no tenían
derechos; y apenas el 20 % eran indígenas encomendados, es decir, que no eran
libres sino subyugados al sistema de la encomienda. Por último, había una
pequeña población de esclavos negros que conformaba apenas el 1,4 % del total
de la población. Estos últimos habían llegado desde el Brasil, huyendo de la
esclavitud paulista habían encontrado la esclavitud en las haciendas cruceñas. Si
bien los indígenas encomendados y los esclavos negros eran una minoría en
Santa Cruz, eran ellos los que más anhelaban la libertad porque no la tenían. En
las haciendas sujetos a sus amos, siempre fueron tratados peor que animales, y
mantenían en su memoria las crueldades con que eran trasladados sus hermanos
al occidente para morir allí. Además, el sistema de la encomienda en Santa Cruz
era una suerte de esclavitud, la única diferencia con ésta era que el encomendero
no podía vender a su encomendado, aunque los cruceños lo hicieron
innumerables veces durante todo el proceso colonial sacando indígenas de sus
haciendas para venderlos en Potosí.
Cuando las noticias de la Revolución de Chuquisaca de mayo de 1809 llegaron a
Santa Cruz, y las sirvientas se enteraron de estas escuchando las conversaciones
de sus amos, pronto la esperanza de alcanzar la libertad se esparció entre los
indígenas encomendados y negros esclavos, quienes esperaron un
pronunciamiento a favor de la libertad por parte de los cruceños. Sin embargo, los
cruceños tenían una posición totalmente opuesta, eran partidarios de la Corona
española y de mantener sus privilegios coloniales, por lo tanto en Santa Cruz no
pasó nada. Murió de vejez el Subdelegado Antonio Vicente Seoane de los Santos
y asumió como subdelegado el realista Pedro Toledo Pimentel.
Frente a esta situación, los indígenas y negros decidieron iniciar ellos la
Revolución en Santa Cruz por su propia cuenta. A la cabeza del negro llamado
Franco y del indígena José Joaquín, un grupo de encomendados y esclavos se
reunieron secretamente en la hacienda del encomendero José Salvatierra para
planificar el alzamiento. Era agosto de 1809. El alzamiento tenía que ser amplio,
entre todos los encomendados, los esclavos y los indígenas de algunas
reducciones jesuíticas cercanas, pero lastimosamente fueron descubiertos por los
cruceños. Franco y José Joaquín fueron arrestados y llevados a Charcas para ser
juzgados. Franco pudo escapar en el camino.
El pronunciamiento colonial de los cruceños
El intento de alzamiento de indígenas y negros, preocupó a los cruceños quienes
temían perder el control de sus encomendados y esclavos y ser rebasados por su
lucha y sus deseos de libertad.
Ya en 1810, llegaron del Fuerte de Membiray Antonio Suárez, comandante de
dicho fuerte, y el sacerdote José Andrés Salvatierra, quienes eran partidarios de la
independencia. Poco después llegó Eustaquio Moldes, representante de la Junta
de Buenos Aires, para pedir a los cruceños se pronuncien a favor de la
independencia del yugo colonial español. Estas dos visitas hicieron reflexionar a
los cruceños, quienes pensaron que si no controlaban la situación bien podía ser
controlada directamente por la Junta de Buenos Aires junto a los indígenas y
negros, con la consiguiente consecuencia para ellos de la pérdida de sus
encomendados y esclavos.
De esta manera, los cruceños organizaron el acto de pronunciamiento, este se
llevó a cabo el 24 de septiembre de 1810. Se realizó un Cabildo Abierto
aprovechando la festividad de la Virgen de las Mercedes que se realizaba ese día.
Se conformó una Junta de Gobierno a la cabeza de Antonio Vicente Seoane, hijo
del finado subdelegado realista del mismo nombre. Esta Junta de Gobierno no iba
contra el rey, ni tenía la mínima intensión de liberar a los indígenas y a los negros
de las cadenas de la opresión, se había conformado para decidir con libertad qué
posición debían tomar los cruceños frente a los patriotas altoperuanos y a la Junta
de Sevilla que gobernaba en España. De esta manera, tras el acto de
pronunciamiento se seguía viviendo las condiciones coloniales de manera tan
natural como de costumbre en Santa Cruz.
El gobierno de Warnes
A inicios de 1813 llegó a Santa Cruz Ignacio Warnes con una pequeña tropa de
soldados. Era oficial del Segundo Ejército Auxiliar Argentino que después de las
derrotas sufridas en las Batallas de Vilcapugio y Ayohuma, donde luchó al mando
de Manuel Belgrano, había escapado como muchos otros para salvar su vida y
continuar la lucha en otro frente contra los ejércitos realistas. De esta manera llegó
a Santa Cruz. Sin embargo, firme a sus ideales de liberar a los pueblos oprimidos
del colonialismo español, Warnes estaba decidido a hacer de Santa Cruz una
verdadera República independiente, donde todos los hombres sean libres y en esa
condición derroten a los ejércitos realistas. Así, se inventó un nombramiento de
gobernador de Santa Cruz para ser respetado y reconocido que supuestamente le
había sido entregado por Belgrano.
Luego de ocupar el puesto de gobernador, para formar su ejército patriota Warnes
se dirigió a los cruceños elogiándolos y alentándolos a luchar por una verdadera
independencia de España, sin embargo no tuvo éxito. Estos demostraron no ser
adversos al sistema colonial. Warnes se dio cuenta que sólo podía contar con el
apoyo de los indígenas encomendados, esclavos negros y mestizos pobres
artesanos y chacareros, entonces recurrió a ellos. Formó un ejército de 400
hombres, conformado en su mayoría por indígenas y negros, y algunos mestizos.
Con los indígenas y mestizos formó el Batallón de los Lanceros y Fusileros y con
los negros formó el Batallón de los Pardos Libres. De esta manera advino la
liberación de los oprimidos en Santa Cruz, ahora había llegado el momento de
defenderla con las propias vidas. La primera batalla en la que Warnes y su ejército
plebeyo enfrentaron a los realistas, fue la Batalla de la Florida el 25 de mayo de
1814. Con apenas 400 soldados mal armados, Warnes enfrentó al ejército realista
de más de 500 soldados que estaban a la cabeza del General Joaquín Blanco. El
ejército patriota derrotó aplastantemente a los realistas haciéndoles 100 bajas y
apenas haber sufrido 4 bajas. Destacó en esta batalla el negro llamado Ainque,
quien con gran destreza derribó al General Blanco de su caballo de un culatazo
con su arma descargada para dejar que Warnes lo ultimara con su sable. La
fuerza de los deseos de libertad pudieron más en los soldados desnutridos de
Warnes que las propias armas enemigas. Tras la batalla la alegría fue grande en
Santa Cruz. Muchos indígenas creyeron por un momento que Warnes era el
profeta liberador, la encarnación de Hichi-iursch, amo de la selva, que por fin
había llegado a esta tierra llena de maldad para hacerles justicia a sus hijos; de
esta manera, dejaron las haciendas de los cruceños y entusiastas se unieron al
ejército de Warnes. Muchos mestizos también lo hicieron. Pronto otra victoria
patriota se protagonizó en la Batalla de Santa Bárbara realizada en la hacienda del
mismo nombre.
La Batalla de El Pari
Warnes sabía perfectamente que en vista de sus victorias las autoridades
coloniales enviarían a un ejército sumamente grande y poderosamente bien
armado, no sólo para derrotarlo sino para castigar brutalmente a todo patriota. Así
que no espero ni un minuto sino que se puso a trabajar para hacer de Santa Cruz
una verdadera fortaleza.
Estableció distintos puestos militares alrededor de la ciudad de Santa Cruz,
destruyó el camino a Vallegrande para no permitir ingresar al enemigo. Estableció
un cuartel en un lugar llamado Alto del Sillar donde pensaba atajar a los realistas.
Organizó y entreno arduamente a su ejército. Con su gobierno, Warnes logró
establecer no sólo una republiqueta sino una verdadera República en el oriente,
que por sus características fue netamente popular. Francisco Xavier de Aguilera,
general realista, al mando de un poderoso ejército de más de 1500 hombres fue
enviado del Alto Perú para aniquilar a Warnes y disolver su República. Warnes lo
esperó muy atento y listo para derrotarlo en varias batallas a lo largo de su
recorrido por la llanura. Sin embargo, Aguilera, que era cruceño, conocía cómo
debía moverse en los bosques y praderas del oriente, por lo tanto dividió su
ejército para escabullirlo entre la arboleda y los matorrales y así no dejarse divisar
por Warnes, hasta llegar muy cerca de la ciudad de Santa Cruz. De esta manera,
sorprendió al ejército patriota en los campos de El Pari.
El 21 de noviembre de 1816, 800 soldados de Warnes enfrentaron a 1500
soldados de Aguilera. Warnes en realidad contaba con 1200 soldados, pero 400
se encontraban en los diferentes puestos militares que había instalado en los
alrededores de la ciudad cuando fue sorprendido por Aguilera. Esta batalla,
considerada la más sangrienta de toda la Guerra de la Independencia en América
Latina, duró 9 horas. Después de tres horas de disparos de fusiles y cañones,
agotadas las municiones, la batalla se tornó cuerpo a cuerpo. Pese a estar en
desventaja y perdiendo amigos, los soldados indígenas, mestizos y negros no se
resignaron fácilmente a la derrota. Era una lucha por la vida, y contra la muerte
diaria que significaba estar sometidos al sistema de la encomienda y a la
esclavitud. Era dar la vida en ese momento para que en el futuro todos sin
distinción de raza vivan como hombres dignos y libres. Sin embargo alguien gritó:
“¡Warnes ha muerto!”, entonces en medio de la confusión disminuyó la moral. El
hombre que era visto desde el imaginario indígena como un profeta liberador e
invencible había caído víctima de un balazo. El dolor entonces cundió los
corazones de los patriotas plebeyos. La guerra estaba perdida para ellos.
Pese a todo, para Aguilera la victoria tuvo sabor a derrota. De sus 1500 soldados
apenas habían sobrevivido 200. Los subsiguientes días destacó patrullas para
eliminar a todo patriota que huyendo se había escondido en el bosque.
Posteriormente, marchó con su ejército desde su cuartel de San José a Santa
Cruz, donde entró triunfante acompañado de algunos curas y con la cruz al frente.
Fue recibido con honores y con gritos de “¡Viva el rey Fernando XVII!” por los
cruceños, quienes además festejaron por varios días la victoria realista. Aguilera,
aún muy dolido por la pérdida de sus soldados, estaba listo para ejercer un
gobierno del terror. Como primera medida exhibió la cabeza de Warnes en una
piqueta en la plaza principal. Las próximas semanas, torturó y ejecutó a muchos
sospechosos de haber contribuido con los patriotas. Así se eliminó la joven
República de Santa Cruz que tuvo una vida de casi tres años.
Aguilera restableció la esclavitud abolida por Warnes, con lo que los cruceños
quedaron muy complacidos y gobernó Santa Cruz hasta 1825. Leal al rey hasta el
final de sus días, moriría en 1826 fusilado por Anselmo Ribas, prefecto de Santa
Cruz, quien antes fuera su propio oficial. Éste exoficial de Aguilera, como muchos,
desde 1823 se había pasado al bando patriota una vez que vio perdida la causa
realista para formar parte de los fundadores del Estado republicano colonial
boliviano.
Los cruceños también serían los fundadores del Estado republicano colonial
boliviano enviando a su delegado Antonio Vicente Seoane a la Asamblea
Deliberante de 1825, dejando así sepultados los méritos de los oprimidos de
siempre que dieron sus vidas en la Batalla de El Pari, y levantarían hipócritamente
la imagen de Warnes para rendirle homenaje cuando siempre le despreciaron.
Durante la segunda expedición auxiliadora al Alto Perú el porteño Ignacio Warnes había
sido designado en 1813 por el general Manuel Belgrano como gobernador de Santa Cruz de
la Sierra. Como consecuencia de las derrotas en las batallas de Vilcapugio y Ayohuma a
fines de 1813, el ejército de Belgrano se retiró del Alto Perú, quedando aislados diversos
territorios en donde se continuó la guerra en forma de guerrillas, lo que se dio en llamar
republiquetas, siendo el general Juan Antonio Álvarez de Arenales el líder de todas ellas.
En Santa Cruz de la Sierra Warnes lideró la luego llamada Republiqueta de Santa Cruz.
Mientras que Warnes realizaba una expedición a Chiquitos en 1815, el Directorio de
Buenos Aires designó al coronel Santiago Carreras, quien se rodeó de simpatizantes de los
realistas, lo que originó una asonada en la que fue asesinado por soldados del Batallón de
Pardos Libres el 16 de abril de 1816. Mientras Warnes volvía de Chiquitos, asumió el
gobierno el coronel José Manuel Mercado, principal hombre de su confianza. De vuelta
Warnes en Santa Cruz, reasumió el mando como gobernador.
A su regreso Warnes se dedicó a levantar el ánimo del pueblo y del ejército patriota. En
aquel mismo tiempo, el general de los ejércitos realistas del Alto Perú, Juan Ramírez
Orozco, dispuso que el coronel Francisco Javier Aguilera se dirigiera a Santa Cruz, quien
luego de vencer los obstáculos que se le puso en Vallegrande, como escaramuzas, salió con
sus disciplinadas y veteranas tropas. Aguilera previamente había vencido y matado al líder
guerrillero Manuel Ascensio Padilla.
Warnes necesitó entonces avivar más el patriotismo, recurrió entonces a un expediente que
había de darle los mejores resultados. En discursos pronunciados en las calles y proclamas
que mando distribuir profusamente, hizo ver al pueblo que se acercaba una invasión de
tropas realistas procedentes del occidente, a quienes titulaba de naturales enemigos, y de
que era llegado el momento de defender la propia tierra a costa de cualquier sacrificio.
Tropas rivales[editar]
Componían el ejército realista, el Batallón Fernando VII, el Talavera de la Reina, dos
divisiones cochabambinas y dos piezas de artillería, haciendo un total de 1.600 hombres.
El Ejército Patriota componíase de poco más de 1.000 hombres distribuidos en las tres
armas: la caballería al mando del coronel Mercado, la infantería al mando del comandante
Saturnino Salazar y el comandante Rocha dirigía la artillería, una parte de la fusilería estaba
integrada por unos 300 jóvenes criollos de lo más selecto de la juventud boliviana.
La batalla[editar]
Mercado divisó la caballería enemiga que fue interceptada. Mercado, después de esto, había
vencido a la caballería cochabambina y la perseguía.
Mientras tanto Warnes atacaba a la infantería e iba torciendo la balanza hacia su favor en el
Pari. Luego dirigía a sus tropas sobre la línea de fuego pero el coronel Aguilera espero
astutamente esta situación y no se sabe exactamente, pero por orden de Aguilera o por un
soldado se produjo un disparo de fusil o cañón que derribó al caballo de Warnes, quedando
el caudillo con su pierna aprisionada, este incidente fue aprovechado por un "talaverino"
que mató a Warnes con su bayoneta, produciéndose la dispersión de los patriotas tras la
muerte de su comandante.
Después de más de cinco horas de encarnizada lucha, con innumerables bajas de uno y otro
lado, no quedaba más que un puñado de hombres, el campo yacía lleno de soldados
muertos, algunos desmembrados, con sus caballos muertos.
Posteriormente, el vencedor brigadier Aguilera, expuso en una picota la cabeza de Warnes
en la esquina sudeste de la Plaza de Armas de Santa Cruz de la Sierra, su ciudad natal.
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