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juzgados indigenas en puebla

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miércoles, 8 de enero de 2014
Los Condenados de la Sierra. Juzgados Indígenas:
¿Reconocimiento de la diversidad cultural?
Juzgados Indígenas: ¿Reconocimiento de la diversidad cultural?
Por: Diana Pérez Rivera
Los 6 Juzgados Indígenas en Puebla, se encuentran localizados tres en la Sierra Norte
de Puebla, uno en Cuetzalan, otros en Huehuetla y Pahuatlan, otros dos en Tehuacán
(Ajalpan y Tlacotepec) y otro en Quimixtlan, parte de la Mixteca1. Éstos fueron
instituidos el 14 de marzo de 2002 por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de
Puebla. Resultado de una campaña electoral, del presidente del tribunal de justicia del
estado de Puebla que quería ser gobernador, y utilizó la creación de los juzgados como
gancho para que los indígenas votaran por él. Los dos juzgados que funcionan (según el
Tribunal de justicia, la CDI, el gobierno del estado) son Cuetzalan y Huehuetla, el motivo
es por la sociedad civil atrás de ellos, en Cuetzalan las organizaciones y en Huehuetla la
OIT.
La exigencia a nivel estatal de respeto de las formas propias de solucionar conflictos
suscitados en territorio indígena que se plantea como sistemas de leyes distinto al oficial,
cuestión que supone un desafío para el Estado-Nación, ya que éste planteamiento atenta
contra su “unidad” privilegiada, y además que en la efectiva aplicación de este derecho
a la autonomía en la impartición de justicia, va en disputa la posesión, propiedad,
explotación y control de los recursos naturales existentes en los espacios geográficos
que
son
habitados
por
indígenas.
Y si bien los Juzgados Indígenas son un logro para las organizaciones que han retomado
estos espacios. Ésta inclusión se hizo bajo un discurso de "reconocimiento de la
diversidad cultural" que como efecto de las políticas multiculturales oficiales desliga
derechos culturales, de derechos políticos y territoriales. Pues dichas políticas que con
el objeto de “proveer” estabilidad mediante sistemas de coerción legitima, condicionan
de manera incisiva la aplicación y uso de dichos derechos, planteando una nueva
intención asimilacionista por parte del estado, que deja de lado la exigencia de los
pueblos al reconocimiento efectivo de la justicia indígena como una justicia diversa y
autónoma a la voluntad estatal.
Así, el Tribunal creo los Juzgados pero en su puesta en práctica no dijo cómo se iba a
trabajar, sus funciones, qué faltas atendían, su alcance. Fue la Comisión “Takachiualis”
la que, por medio del CDI hizo toda la justificación y (re)creo la figura del Consejo del
Juzgado Indígena.
En Ley orgánica del Poder Judicial del Estado de Puebla se reconoció a los Juzgado
Indígenas como Juzgados de primera instancia. Y el Código de Procedimientos Civiles
del estado que entro en vigor en 2005 (3 años después de la puesta en marcha de los
Juzgados Indígenas) reconoció las prácticas, usos, costumbres y tradiciones de los
pueblos indígenas como medios alternativos de la justicia ordinaria. Para explicar la
complejidad del tema, los medios alternativos de solución de controversia, devienen del
derecho anglosajón. En México se comenzaron a emplear como opción para aminorar
las cargas laborales de los Juzgados Ordinarios.
1 http://transparencia.htsjpuebla.gob.mx/directorio-ubicacion/
En Ley orgánica del Poder Judicial del Estado de Puebla se reconoció a los Juzgado
Indígenas como Juzgados de primera instancia. Y el Código de Procedimientos Civiles
del estado que entro en vigor en 2005 (3 años después de la puesta en marcha de los
Juzgados Indígenas) reconoció las prácticas, usos, costumbres y tradiciones de los
pueblos indígenas como medios alternativos de la justicia ordinaria. Para explicar la
complejidad del tema, los medios alternativos de solución de controversia, devienen del
derecho anglosajón. En México se comenzaron a emplear como opción para aminorar
las cargas laborales de los Juzgados Ordinarios.
Los medios alternativos de solución de controversias son pues aquellas opciones a la
justicia ordinaria, limitadas por materia y por cuantía, es decir, que tipo de asuntos
pueden tratar y el monto de éstos, tratando así en su mayoría asuntos “menores”. En
los que según la legislación respectiva únicamente pueden conocer de “negocios civiles
y mercantiles cuya cuantía exceda del importe de un día de salario mínimo y NO pase
del importe de cinco. (Es decir, 324 pesos aproximadamente) II. De las controversias
sobre arrendamiento de inmuebles y las que se refieran al cumplimiento de obligaciones
consistentes en prestaciones periódicas, siempre que el importe anual de la renta o
prestación quede comprendido en los límites de la fracción anterior” 2
Es por lo tanto clara y evidente la limitación que ocurre al importar una figura jurídica
extranjera, que en principio no fue pensada para la realidad de la sociedad mexicana, y
aún menos en las justicias indígenas, pero resulto ser que al análisis del legislador fue
el mecanismo más “idóneo” para asimilar la justicia indígena a la lógica de la justicia
estatal.
Y si bien el reconocimiento de los juzgados elevo la justicia indígena a un nuevo nivel –
municipal- sigue restringiendo y subordinando el derecho indígena a los mecanismos
estatales de regulación, pues equiparar la justicia indígena a los medios alternativos,
significa reducir al derecho indígena a la simple práctica de la mediación, pretendiéndolo
así compatible y subordinado a la justicia estatal.
Pero de este reconocimiento de la justicia indígena hay cuestiones que precisan ser
retomadas, pues en la práctica los Juzgados indígenas son un espacio de justicia
totonaca y nahua a nivel regional, lo que incita una revaloración de elementos de la
costumbre jurídica de manera crítica, focalizado la necesidad de fortalecer las áreas en
las que de hecho, los juzgados indígenas se desempeñan como autoridades más que
estatales, indígenas.
Siendo relevante resaltar dos posturas que resultan ser fundamentales en la dialéctica
cotidiana del multiculturalismo en el país. Primero los juzgados indígenas como
imposición hegemónica con intenciones de una nueva colonización. Y los juzgados
indígenas como espacios de referencia, propicios para la apropiación de la legalidad
dominante para el ejercicio de los derechos reclamados.
Así los juzgados han resultado ser una nueva alternativa que ha significado potenciar la
práctica de la justicia indígena elaborando una respuesta contrahegemonica a la
imposición estatal. Y además revitalizar procesos e instituciones; un referente para
disputar derechos y revindicar diferencias. Así, manteniendo lógicas culturales propias
los juzgados indígenas, se han ido apropiando de la legalidad dominante, legitimándose
ante la comunidad y reclamando a cada momento la ampliación de los ámbitos en que
por derecho propio y por costumbre, las autoridades indígenas tienen incidencia, y es
aquí donde en los juzgados indígenas surge la dicotomía, pues ya no responden a los
intereses de quien los creo. Y justificando su funcionalidad en que Los juzgados tienen
éxito porque utilizan un sistema tradicional indígena de impartición de justicia, que el
2 Ley Orgánica del Poder Judicial, de 2002, p. 393.
conflicto de dos personas en una comunidad se resuelve por el diálogo, la conciliación y
“la firma de un acta” en la que las dos partes reconocen sus faltas y se comprometen a
“no volver a faltarse”.
La estrategia llevada a cabo es pues, la apropiación de espacios y activación del derecho
indígena desde los propios marcos del estado, situación que ha generado una nueva
expresión del pluralismo jurídico. Coincidiendo con lo señalado por Korina Maldonado
cuando dice que: "si partimos de los hechos de que los sujetos se construyen
históricamente dentro de un campo especifico de relaciones de poder, es posible ver
como los totonacos se ha posicionados discursivamente contra el Estado pero,
paradójicamente han utilizado las estructuras del Estado para hacer frente a las
estructuras locales de dominación”.3
3 MALDONADO, Korina. El juzgado indígena en Huehuetla, Sierra Norte de Puebla.
Universidad de Tecas, Austin.
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