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Analisis feminista de %22el recuerdo distante%22

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Viridiana Pastrana Aragón
Marco Antonio Cerdio Roussell
Enfoques a la crítica literaria
Otoño 2010
Análisis de “El recuerdo distante”
Este trabajo se enfocará en analizar el cuento de “El encuentro distante” en La
cantante desafinada del autor mexicano René Avilés Fabila. Este último se realizará a
partir de una propuesta feminista, en específico la de Nattie Golubov en su libro La crítica
Literaria feminista una introducción práctica en su capítulo “Las imágenes literarias de las
mujeres”. Esto con la finalidad de presentar una perspectiva que lleve a una reflexión por
parte de los lectores sobre la imagen femenina que se presenta en la literatura para crear una
conciencia más respetuosa hacia las mujeres de ahora.
El cuento que se analizará trata de la historia de amor que el protagonista (Sebastián
Toscano) recuerda a partir del encuentro con una mujer en una exposición de pinturas que
desatará todas estas vivencias de su juventud.
En primer lugar se retomará lo que propone Nattie Golubov:
La literatura, decían, participa activamente en producir y reforzar las imágenes
predominantes de las mujeres, así como sus roles sexuales y el lugar que deben
ocupar en el orden social según su sexo, y por lo tanto contribuía a naturalizar la
diferencia de sexos. (34-35)
Esto puede verse a lo largo del cuento, pues al momento que Sebastián comienza a
describir a su amada (Yamileth Pavía de Iturbide) y casi a lo largo de todo el cuento,
mientras recuerda la historia que vivió con ella, se la presenta como una señorita “bien” por
sus actitudes “virginales”:” Era hermosa, de un lenguaje falso y de actitudes
aristocratizantes. Arrastraba las palabras y tenía un lindo cuerpo que solía ocultar con ropas
largas y sueltas, botas y sacos amplios” (Avilés 8), esta visión de una mujer propia,
aristócrata y que se viste con pudor
es un refuerzo al rol sexual impuesto a las mujeres,
eso está bien, en lugar de mostrar el cuerpo o hablar de manera “impropia”.
Otra parte del cuento muestra este rol sexual impuesto a las mujeres es cuando el
autor narra: “Nunca dejaba de estar elegante, diría distinguida, como maniquí de época,
apenas se movía y se pintaba los ojos y la boca con toques discretos.” (Avilés 13), el estar
como “maniquí” es algo que se considera como elegante, por consiguiente bello, algo que
se busca por lo tanto en una mujer ideal, el ser alguien “. . . sin voluntad propia, sin voz y
sin las capacidades necesarias para configurarse como seres autónomos y racionales. . . ”
(Golubov 35)
Por otro lado, en la teoría feminista tomada para este análisis, y en relación con lo
anterior, también se retoma que:
“Las mujeres en los relatos más comunes “existen únicamente con relación al
protagonista (que es varón)”, por lo que suelen ser objetos contados, deseados,
concebidos desde una perspectiva masculina, mujeres que. . . son representaciones
de los roles sociales que supuestamente deben cumplir” (Golubov 37)
Pues efectivamente en el cuento de “El recuerdo distante” se presenta a la mujer
ideal, a este rol que debe cumplir una mujer para ser considerada buena, esto es reafirmado
en el cuento cuando el protagonista se propone casarse con ella al terminar su carrera
universitaria para poder tener sexo con Yamileth ya que al ser una mujer “buena” no estaría
dispuesta a hacer algo indebido antes de ello: “¿Besar con lujuria a Yamileth? Apenas
podía poner mi boca en sus mejillas. Pensar en tocarle los senos o los muslos era
arriesgarse a una tonta reprimenda o a un rechazo ridículo.” (Avilés 16) , podemos notar
como a pesar de quererla por ser una niña “bien”, su actitud puritana le molestaba en cierto
sentido, le parecía tonto y ridículo, quería a ambas partes, la mujer pura y la mujer lasciva.
Por último se retomará el concepto propuesto por Nattie Golubov sobre como se
muestra a las mujeres en algunos relatos literarios: “. . . son claramente misóginas por el
despliegue de poder de los personajes masculinos y la degradación y humillación de las
mujeres.” (36), al final del cuento de “El recuerdo distante” puede apreciarse esta
característica, desde frases pequeñas como “¡Las putas; rápido, abran!” (Avilés 21), hasta el
cambio de concepción que se da al personaje de Yamileth: “El final del recorrido
exploratorio fue asombroso: ¡Allí estaba Yamileth Pavía de Iturbide!” (Avilés 21),
convirtiéndola de una mujer pura, buena y virginal a una prostituta, una “puta”.
Incluso para hacer más notorio el cambio le da un nuevo nombre (Edith) y una
nueva personalidad: “Edith era muy distinta de Yamileth; ésta poseía aires de una falsa
mujer de mundo. Sus lentos ademanes y su cara pálida contrastaban con la tosquedad
ostentosa de la primera, con su vulgaridad.” (Avilés 22), al ser esta nueva persona, mostrar
esta nueva faceta de la mujer en el cuento cambia totalmente la perspectiva del
protagonista, de respeto y amor a una de deseo sexual puro y sin respeto por el hecho de
que ahora era Edith, la “puta”.
El autor no solo narra en el cuento su encuentro sexual con Sebastián, sino que
después, para intensificar la nueva figura de Yamileth/ Edith, escribe lo siguiente:
Al concluir, en silencio recogió su dinero y fuimos a la sala donde todos seguían la
juerga. A eso de las tres de la mañana, Martín, muy borracho, atrajo a Edith (la
llamó Mome y le dio la orden con brutal familiaridad: órale, cabrona, te toca
conmigo) y se metieron en la recamara principal, la suya. (Avilés 23)
Este suceso para dejar más en claro la nueva posición de Yamileth, ya no es la chica
de ropas holgadas y hablar lento, es la chica que tuvo sexo “magnífico” con Sebastián y con
su amigo Martín en una sola noche. El protagonista después de esto llega incluso a
compararla y disponerla como la versión femenina de Jekyll y Hyde. Por ello no es sorpresa
que después de ese suceso se olvidará de ella y no volviera a verla.
Este relato toma la figura femenina y pone dos posiciones de ella, cuando es la
imagen perfecta y virginal que debería ser la mujer nos está imponiendo este rol social
designado a la mujer por los hombres e incluso por muchas mujeres, y por otro lado a la
prostituta que tiene que ganar dinero para, posiblemente, mantener a su familia, esta doble
vida, estos dos polos opuestos juzgados por la cultura. Si bien esto es ficción cabe resaltar
que en muchas ocasiones esta conducta es retomada por las personas que leen, tanto
hombres como mujeres, lo cual contribuye a la violencia de género y a fomentar estos roles
impuestos a las personas dentro de una sociedad.
Trabajos citados
Avilés F., René. “El reencuentro distante” en La cantante desafinada. Puebla: Dirección de
fomento editorial BUAP, 2014. Impreso
Golubov, Nattie. La crítica Literaria feminista una introducción práctica. CDMX: Facultad
de Filosofía y Letras, UNAM, 2012. Online
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