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RESUMEN DE LA OBRA LA ORESTIADA DE ESQUILO
Argumento del
Agamenón
Tienen por argumento el asesinato del rey de Mecenas (hijo de Atreo y Aerope), valeroso
atraída vencedor de Troya, por su esposa Clitemnestra, con la complicidad de su amante Egisto,
primo hermano de Agamenón.
Mientras Agamenón regresa de la guerra de Troya.
Egisto trata de ocupar su puesto. Se inicia con la escena en el que el vigía, en lo alto del palacio,
espera la fogata que a de anunciar la caída de Troya; diez años han pasado en su echo y cuando
al fin descubre a lo lejos la iluminaria, su alegría solo dura un instante, porque conoce los
abominables secretos de la casa y sabe del culpable amor entre Clitemnestra y Egisto.
Llega Agamenón y Clitemnestra lo hace pisar tapetes de purpura a pesar de la moderación
recomendable a los victoriosos Aqueos. L entrar en su palacio Agamenón.
Casandra (la cautiva Troyana) predice su muerte en una de desbordado patetismo. Después se
oyen gritos del reí moribundo y Clitemnestra aparece y cuenta lo que acaba de hacer. La esposa
lo había matado después de haberle preparado el baño. A su lado yace también el cadáver de
Casandra.
Clitemnestra que le motivo del crimen ha sido la venganza porque Agamenón sacrifico a su hija
Ifigenia, también porque ante los muros de Troya deseo a Crispida y por qué en la nave, no tuvo
reparos en compartir su lecho con la profeta troyana Casandra.
Las Coeforas
Representa la venganza de Orestes, hijo de Agamenón instigado por Apolo y por su hermana
Electa. Orestes mata a Egisto y a la propia Clitemnestra. A causa de su crimen es perseguido por
las erinias (divinidades vengativas nacidas de la tierra regada de la sangre de Urano, cuando
este fue mutilado por Cronos).
Sus nombres eran Alecto, Tisifone y Megera. Ellas causaron la desgracia de Agamenón que
sacrifico a su hija Ifigenia, alentaron a Clitemnestra para que mate a su marido y persiguiera a
Orestes después que asesino a su madre. Por antífrasis llamadas las Euménides divinidades
propicias.
Comienza con el encuentro y reconocimiento entre Orestes y su hermana Electra, Orestes había
sido desterrado desde su infancia y se encontraba confiado a Estrofia de Fócida, rey de Crisa.
Orestes y su primo Pilades se encuentran ante la tumba de Agamenón.
Aparece el coro de doncellas, las Coeforas o portadoras de libaciones entre las cuales se
encuentra Electra. El coro manifiesta que una orden de palacio los ha enviado a hacer las
liberaciones sobre la tumba de atraída, Orestes y Electra invocan al espectro del padre y le pido
ánimo para la venganza. Apolo presiona también a Orestes para que mate a los asesinos.
Así Orestes disfrazado de focense se presenta en la casa real diciendo que tiene noticias del
fallecimiento de Orestes. Esto no era más que una estratagema. La abnegada Nodriza Cilisa que
le salvo la vida a Orestes cuando era pequeño, aun a costa de su propio hijo y en circunstancias
que Egisto pensaba matar al pequeño vástago De Agamenón, se puso triste.
Ella llama a Egisto para que oiga de los labios del extranjero focense la noticia, Egisto por su
parte estaba confundido, pues, el con sus propias manos había dado muerte al hijo de
Agamenón cuando era niño pero no se percato que la abnegada Cilisa había puesto a su propio
hijo en la cama en remplazo del pequeño Orestes.
Orestes mata a Egisto en dicha circunstancias y luego se dirige donde. Esta, le suplica y le
enseña el pecho que lo amamanto.
Orestes duda pero Pildes le recuerda el mandato de Apolo y Climnestra morirá en el mismo
lugar donde Orestes había matado a Egisto. El esfuerzo ha sido excesivo para el protagonista y a
punto de perder la razón, solo tiene tiempo de declarar que a obrado según la estricta justicia.
Cuando se dispone a salir ve a unas mujeres vestidas de negro y con muchas serpientes
enrolladas en la cabeza. Son las erinias, las furias, que han llegado en su busca. Solo el, Orestes,
las puede ver, por lo cual huye rápidamente, estas se alimentan de sangre humana.
Las Euménides
Orestes protegido por Apolo huye de Delfos a Atenas, en donde será juzgado por el Areópago
(significa colina de Ares) que Atenea establece especialmente para la circunstancia. La diosa
Atenea buscara los jueces para el tribunal escogiendo entre los ciudadanos más dignos de
Atenas. Las Euménides (coro de erinias) amenazan a Orestes diciéndole que ni Apolo ni la fuerza
de Atenea lograran salvarlo.
Orestes había llegado al areópago y se había abrazado a la estatua de Atenea en busca de
ayuda.
En tanto, instalado el tribunal, Apolo manifiesta que participara como testigo ya que Orestes
cometió el crimen por instigación suya. Las acusadoras erinias (que están representadas por el
coro) asen el uso de la palabra pero señalan que Clitemnestra había cometido un doble crimen.
Ante las palabras elocuentes y sustentadoras de Orestes, Atenea invita a los jueces a emitir un
sufragio equitativo.
Además señala que este tribunal; el arto pago dictara para siempre sus sentencias al pueblo de
Egea (toda Grecia) en casos de crímenes cometidos .Realizado el sufragio, Atenea es la última
en emitir su voto y lo hace a favor de Orestes.
Finalmente los jueces cuentan los votos a favor de la absolución o el castigo de Orestes.
Atenea: el acusado queda absuelto de su delito; el número de votos es igual por ambas partes
(ocurre que para que Orestes salga libre de culpas había bastado con que obtenga, la mitad de
los votos). Sin embargo, Atenea con su boto había dirimido a favor de Orestes.
En medio de una alegría, Orestes agradece a Palas, Apolo y el gran Zeus.
Las ancianas erinas son instadas por Atenea para que abandonen su ira encendida y su posible
venganza contra la ciudad de Atenas, ya que se sienten humilladas por el fallo.
Así las erinias se convertirán en la protectora de Atenas, en Euménides (benévolas). Atenea las
apacigua ofreciéndoles desde ya los eternos honores que les harán los ciudadanos atenienses,
en caso de aceptar.
Las Euménides aceptan y desean la paz, una larga vida y prosperidad a Atenas.
RESUMEN DE LA OBRA LA ORESTIADA DE ESQUILO (2)
La orestíada
La orestiada nos presenta un fresco de crímenes familiares.
En la primera tragedia, Clitemnestra asesina a su marido Agamenón a la vuelta de la guerra de
Troya en venganza del asesinato de la hija de ambos, Ifigenia, condición impuesta por el
sacerdote para que tuvieran vientos favorables los griegos.
Tras la muerte de Agamenón, Egisto se une a Clitemnestra y usurpa el trono. Diez años han
pasado desde el crimen pero Electra, hija de Agamenón y de Clitemnestra, no lo ha olvidado.
Electra encuentra a su hermano Orestes en la tumba paterna y le incita al asesinato y venganza.
Acabará Orestes matando a Egisto y a su madre. Esta es la historia de la segunda tragedia, Las
Coéforas.
Pero el matricidio de Orestes alzará contra él a las Furias, tercera tragedia. Orestes será juzgado
por el parlamento bajo la protección de Palas Atenea. El parlamento absolverá al héroe por
considerar que obró en la salvación de la ciudad y por el honor de la familia, ultrajada en la
figura de su rey. Las Furias se calman y pasan a las Euménides.
1. Agamenón
Se abre con un grandioso prólogo, no tan extenso en realidad si tenemos en cuenta que es el
prólogo de una trilogía, como apuntó Lesky en Die tragische Dichtung der Hellenen. Gottinga
1956, pág. 73 y ss.
La acción empieza con la noche, un centinela está vigilando por orden de Clitemnestra en la
azotea del palacio de los Atridas, en Argos. No es casual que la acción comience de noche, la
oposición Noche/Luz es básica en la obra y llena la trilogía entera de este simbolismo que se ve
en
Coéforas
961,
962,
972.
961 "¡Ya es posible ver luz! ¡Ya se le han quitado a la casa las fuertes cadenas!".
Es curioso el protagonismo y estudio de este personaje, el vigía, tan inusual en personajes
secundarios: Lenguaje cuidado que expresa el desgarro interno mediante anacolutos y
expresiones de origen popular. Es un verdadero y sencillo hombre del pueblo visto en el juego
de dados y en la composición anular. Para Rose en Symbolae Osloenses 32-1956 pág 1 y ss. lo
identifica con el guardia de la Antígona sofoclea. El vigía es capaz de fijar una angustia en el
ánimo del espectador-lector tras sus palabras.
Seguidamente sale el coro, formado por ancianos y al igual que en Persas hay un sentimiento de
angustia. En la párodo se nos ilustran los antecedentes de la trama y del hecho decisivo al que
aludíamos antes, (parakopá): El sacrificio de Ifigenia.
Tras la párodo, un largo estásimo de métrica polimórfica, predominando el ritmo dactílico para
dotarlo de un tono épico. Se nombran acciones prehistóricas del drama: el portento de las
águilas; la interpretación de Calcante.
Le sigue un famoso himno vv. 160-183, que ha planteado problemas de interpretación. Dawe lo
coloca tras el v. 217 aunque no hay motivos suficientes para alterar el orden tradicional. A partir
de este himno se ha planteado el problema de una religión personal de Zeus.
Es un rasgo distintivo de la tragedia esquilea el que el héroe tenga que tomar una grave decisión
que desencadenará toda la carga de tragicidad de la obra. El poeta llama a esto anánkê que
sugiere una indecisión ineludible con poca libertad de maniobra, pero sin que Esquilo deje a sus
personajes sin libertad humana. El héroe tiene responsabilidades lo que provoca una cierta
ambigüedad para no insistir demasiado en el juego Culpa/Castigo. Como dice Fraenkel, en
ninguna parte de la obra se nos dice por qué la cólera de Artemisa va dirigida contra el Atrida. El
prodigio de Calcante es, para algunos críticos, el símbolo de la causa de la cólera, ahora bien, el
prodigio tiene lugar antes de iniciar la expedición, por lo tanto, Agamenón no puede ser el
responsable. De todas formas, lo que resulta claro de este estásimo es que la destrucción de
Troya es algo exigido por la Justicia de Zeus, aunque este castigo se haga efectivo a través de un
acto criminal: Sacrificio de Ifigenia. La doble cara de todo acto humano alcanza aquí su cenit en
el modo de pensar de Esquilo.
El sacrificio de Ifigenia es descrito en los vv. 218 y ss. Como anécdota, el sacrificio de Ifigenia
llegó a ser una de las representaciones plásticas más frecuentes del S. V. Este crimen será la
razón del asesinato de Agamenón por su esposa Clitemnestra.
El canto coral termina en el v. 57. El corifeo habla respetuosamente con la reina. Largo
parlamento de Clitemnestra describiendo lo llamado "telégrafo ígneo" (264-350).
En el 355 da comienzo un nuevo estásimo, recordando la noche de la toma de Troya por parte
del coro, pero yendo más allá, como por ejemplo el rapto de Helena y sus consecuencias,
siendo un complemento del estásimo anterior, organizados al modo arcaico por el
procedimiento del Ringkomposition, lo más antiguo se dice en segundo lugar, lo más reciente, al
principio. Aparecen los griegos como culpables de impiedad, y en el culmen del estásimo se dice
una frase que recibirá más tarde todo su profundo sentido, estamos en el verso 471: " No sea
yo u destructor de ciudades".
Hay otro sentimiento en este segundo canto: duda sobre la veracidad de la conquista. Se
confirma la noticia mediante un mensajero enviado por Agamenón. Entabla conversación con
Clitemnestra y con el coro, respondiendo el mensajero a todas las preguntas que ambos le
formulan.
La preocupación del coro será ahora Helena, la causa humana de la guerra. Se juega con la
etimología de su nombre, "la matadora de hombres", comparación con la cría del león. La
conclusión del coro es de carácter ético-religiosa: la felicidad (olbós) conseguida por medio de
hybris acarrea terribles consecuencias. Doctrina arcaica de Solón y de Herodoto.
Terminado el estásimo, aparece Agamenón. El coro lo saluda como "Destructor de ciudades",
dando a entender que está ya condenado por los dioses. El matrimonio se saluda fríamente y él
se niega a pisar una rica alfombra que ella le ha puesto. Simbolismo de la alfombra, pero de
difícil interpretación. Textualmente se lee que era un tapiz dedicado al culto de los dioses.
Pisarlo significaría un sacrilegio. El punto de vista psicológico de este hecho:
· Nobleza de Agamenón, no quiere discutir con su esposa tras diez años sin verse, y por lo tanto,
pisa.
· Arrogancia y frialdad de Agamenón.
Difícil de explicar es que el caudillo griego ceda a las súplicas de su esposa. Clitemnestra se
dirige a Zeus antes de salir de escena.
Tras un nuevo estásimo (975-1034) que aumenta la tensión espiritual y de angustia viene la
escena de Casandra. Estamos en el clímax de la obra. Nadie dará crédito a esta profetisa cuando
anuncie el crimen de Agamenón.
La última parte de la obra presenta varias escenas
1.
El
asesinato,
que
tiene
lugar
entre
bastidores;
2.
La
reacción
del
coro,
que
no
comprende
qué
está
pasando;
3. Canto amebeo entre el coro y Clitemnestra discutiéndose la culpabilidad de la reina;
4. Treno o lamento fúnebre por un rey asesinado.
La obra se cierra con una discusión entre el pueblo, coro, y Egisto, el tirano nuevo que termina
la obra amenazando al coro. La obra se cierra dejando al espectador en un clima de espera por
la libertad y la justicia, que caerá sobre los culpables.
2. Coéforos
Los primeros versos de la pieza se han perdido, cayéndose las primeras páginas del manuscrito
Marciano, supliéndose con los textos de Aristófanes de Ranas.
El coro está formado por mujeres troyanas esclavas. La párodos (22-83) está constituida por
tres tríadas que terminan en un epodo, el ritmo es yámbico. Su tema es el envío que
Clitemnestra ha mandado de unas libaciones a la tumba de Agamenón, para calmar la pesadilla
que tuvo la noche anterior no se cumpla. Este sueño narra toda la obra: Llegada de Orestes y
muerte de Clitemnestra.
Tras el canto, Electra, que está confundida, dialoga con las esclavas. Su madre le ha ordenado
que haga ofrendas a Agamenón, su padre, pero ella no quiere por considerarlo un acto
sacrílego, y pide consejo a las esclavas, que le darán una solución (84-164). Electra acepta el
consejo y pronuncia una larga rêsis en el sentido de sus consejeras (165-161).
Tras esto, Electra comunica al coro que ha visto un rizo en la tumba de su padre, así como unas
pisadas, y piensa que ha sido Orestes quien ha mandado hacer esta ofrenda. Sale Orestes de su
escondite y se realiza el anagnorismós entre los dos hermanos. Orestes le dice que ha sido
enviado por Apolo para vengarse y que si no lo cumple, recibirá grandes penas del dios.
El kommós (306-407) es un pasaje lleno de controversia. Es un canto amebeo muy largo,
precedido por anapestos, con un ritmo predominante eólico, con algunos yambos e itifálicos.
Terminado el kommós, Orestes y Pílades entran en palacio para realizar la venganza, el coro
permanece callado, Electra para disimular entra en casa y por si tuviera que intervenir (551584).
El coro entona un estásimo (585-651) donde se canta la maldad de Clitemnestra, el colmo de la
perfidia y la perversidad. Los coreutas revisan todos los crímenes del mito y dicen que siempre
ha habido justicia.
Orestes llama a palacio, consigue entrar tras fingirse un caminante que trae la noticia de la
muerte de Orestes. La nodriza de Orestes comunica al coro que Clitemnestra le ha ordenado
que vaya a buscar a Egisto para oír de labios del caminante la muerte de Orestes, el coro le dice
que aconseje a Egisto que acuda sin su escolta, para facilitar las cosas a Orestes en su venganza
(652-782).
Con un nuevo estásimo el coro invoca a los dioses implorando su ayuda en esta venganza, el
estásimo (783-837) está compuesto por tres tríadas con un canto intermedio entre cada estrofa
y antistrofa de ritmo crético, con lecitios y docmios. Aparece Egisto (838), el coro entona un
canto de júbilo (856-868), se oye un grito de dolor (869), aparece un criado que comunica que
Egisto ha muerto asesinado. Clitemnestra recibe la noticia de este de esta forma "el muerto
asesina a los vivos" es el verso 886, la reina comprende el significado y la venganza está casi
completada, sólo falta que Clitemnestra también muera, Orestes y Pílades salen a su encuentro
y tras una pequeña vacilación, Orestes mata a su madre en el verso 899. Pílades le recuerda el
oráculo de Apolo. Tras una breve conversación madre-hijo se culmina la venganza con el
matricidio. Es entonces cuando el coro estalla en alegría con un estásimo de ritmo docmiaco
(935-972). La luz brilla de nuevo.
Orestes justifica su obra, recuerda el oráculo de Apolo, los crímenes de Clitemnestra (9721020). Sin embargo, la maldición de la madre empieza a actuar y la sangre llama a las Erinias.
Orestes siente
que se le va la razón.
3. Euménides.
El Agamenón termina con un asesinato, que pide venganza. Orestes se la da, pero mediante
otro asesinato, el de Egisto y Clitemnestra, que también pide venganza, aunque haya sido por
mandato de un dios. Las Erinias serán las encargadas de la venganza del segundo asesinato. Las
Coéforos terminan con un triunfo parcial de la Justicia, sin embargo, necesitaríamos una cadena
interminable de sangre para vengar los crímenes realizados para vengar los crímenes
realizados... jamas terminarían los asesinatos salvo si interviene una divinidad. Y eso es lo que
encontramos en las Euménides, que ellas se enfrentan a divinidades preolímpicas y hace falta
una divinidad neutral para poner solución al conflicto entre Apolo y las Erinias. El resultado es la
purificación mediante un rito.
El prólogo de las Euménides es recitado por la profetisa de Delfos (1-63) quien tras una breve
historia del oráculo presenta a un hombre perseguido por las Erinias. Aparece Orestes
suplicando a Apolo protección quien se la dará (64 y ss). Tras la desaparición de Apolo aparece
el espectro de Clitemnestra exigiendo que las Erinias acosen a Orestes hasta aniquilarlo (93116).
No hay párodos, el coro está dormido en escena y Clitemnestra le despierta, una vez despierto
entona un estásimo (143-177) quejándose de sus derechos pisoteados por los olímpicos.
Aparece Apolo intentando expulsar a las Erinias de su templo. Se entabla un diálogo entre Apolo
y el coro sobre los derechos de cada uno.
Hay un cambio de escena, estamos ahora en el Areópago, aparece Orestes, que tras haberse
purificado de la sangre vertida ha ido a abrazarse a la imagen de Atenea, corriendo tras él las
Erinias. Entona un estásimo (254-275), tras el cual intenta justificarse ante el coro quien no
acepta la solución apolínea y le responde a las propuestas de inocencia de Orestes.
Aparece entonces Atenea que acude tras oír la petición de Orestes. Se establece un diálogo
esticomítico, diálogo entre actores usando cada uno un verso, entre el corifeo y Atenea. La
diosa presidirá el tribunal juzgante de Orestes, interroga a las dos partes. Tras la idea de juicio,
el coro se enfurece ya que no quiere juzgar a su acusado, piensa que las Erinias deben actuar
automáticamente.
Tras la votación mediante un tribunal humano instituido por Atenea en el cual cada juez emitirá
su voto, se produce un empate, según la diosa había dispuesto, el acusado es absuelto.
Las Erinias no se conforman y amenazan con infestar la ciudad, Atenea les promete culto en
Atenas y se convierten en las Euménides.
RESUMEN DE ASAMBLEÍSTAS
Las asambleístas o La asamblea de las mujeres (también conocida como Las eclesiazusas,
forma latinizada del título griego antiguo, Ἐκκλησιάζουσαι: Ekklesiazousai) es una obra
teatral de Aristófanes escrita en el 392 a. C. y parecida a Lisístrata en el sentido de que gran parte de
la comedia procede de la participación de las mujeres en la política, si bien está mucho más
infundida por los problemas de género que ésta. Esta obra muestra también un cambio en el estilo
de la comedia griega clásica, tras el corto periodo de oligarquía tras la Guerra del Peloponeso, o al
menos un intento del mismo. Parece ser una mezcla de los dos estilos que funciona al principio, pero
fracasa al final.
Según el historiador francés Claude Mossé, esta pieza teatral «debe incluirse en la relación de
antecedentes antiguos del socialismo» ya que en ella, la protagonista Praxágora, al frente de las
mujeres de Atenas, instaura «un régimen de comunismo integral: todos los bienes se colectivizan, y
todos gozarán de ellos por igual. Entre estos bienes figuran las mujeres que, al igual que los niños,
serán de todos en común»
ARGUMENTO
La obra trata sobre un grupo de mujeres encabezado por Praxágora, que ha decidido que las
mujeres deben convencer a los hombres para que les cedan el control de Atenas, pues ellas podrán
gobernarla mejor que como lo han hecho ellos. Las mujeres disfrazadas de hombres, se cuelan en
la asamblea y votan la medida, convenciendo a algunos hombres para que voten por ella debido a
que es la única cosa que no han probado aún.
Las mujeres instituyen entonces un gobierno protocomunista en el que el estado da alimento, hogar
y cuidado en general a todos los atenienses. Imponen una idea de igualdad permitiendo que
cualquier hombre duerma con cualquier mujer, con la condición de que lo haga con una mujer fea
antes de poder hacerlo con una guapa. Esto refleja un punto de vista común sobre las mujeres de la
época;dado que nunca poseían nada y tenían que compartir todo, era más probable que las mujeres
quisieran poseer cosas comunalmente. La igualdad obligatoria también es en cierta forma una
declaración política además de social. Tras la oligarquía gobernante que siguió al fin de la guerra, los
atenienses hicieron valer su democracia e igualdad con mucha fuerza, hasta el punto de que,
aunque era una clara exageración, la obra dejó seguramente clara su opinión sobre la excesiva
democracia.
Hay una escena en la que dos hombres conversan. Uno de ellos está de acuerdo con el nuevo
gobierno, dando sus propiedades a las mujeres y obedeciendo sus órdenes. El otro no desea
renunciar a sus propiedades, pero está más que dispuesto a aprovechar la comida gratis.
Como curiosidad, la obra contiene la palabra griega más larga conocida, que es el nombre de un
plato.
SIGNIFICACIÓN
Claude Mossé ha destacado que la obra fue representada «en Atenas en los primeros años del siglo
IV», un momento en que las desgracias de la guerra del Peloponeso «se presentan en toda su
amplitud. Los campos del Ática están destruidos, la explotación de las minas interrumpida.
El imperio se ha hundido bajo los golpes de Esparta, y mercaderes y navíos huyen del Pireo. Sin
embargo, en Atenas, los que sueñan con la revancha están dispuestos a votar nuevas expediciones.
El poeta imagina que, de cara a estos desórdenes, frente a esta incapacidad de los dirigentes, las
mujeres de Atenas deciden tomar en sus manos los asuntos de la ciudad... Es necesario decir que
Aristófanes trató el tema en tono humorístico... Sin embargo, merecen ser destacados tres puntos:
en principio, la elección del tema es significativa de que en ciertos medios atenienses el problema
del "comunismo" estaba a la orden del día; en segundo lugar, destacan los motivos expuestos por
Praxágora para justificar el carácter radical de su reforma:
Diré que es necesario que todos pongan sus bienes en común, que todos tengan su parte y reciban el mismo
terreno; no es correcto que uno sea rico y otro miserable; que éste cultive una zona inmensa y aquél no tenga
donde caerse muerto; que fulano tenga a su servicio numerosos esclavos y mengano ni un solo criado.
La argumentación de Praxágora evidencia la estrecha relación existente entre la crisis social que
afecta a la ciudad y la elaboración de doctrinas igualitarias o comunistas. Y como último aspecto,
cuando su esposo le pregunta: "¿Quién cultivará la tierra?", Praxágora responde: "Los esclavos. Tú
no tendrás más preocupación que, cuando la sombra sea de diez pies, ir, tan elegante, a comer".
Como ya hemos indicado a propósito de la politeia de Faleas de Calcedonia o de Hipodamo de
Mileto, los teóricos no pueden concebir una sociedad igualitaria o comunista sin su necesaria
contrapartida: la esclavitud. [...] No sólo la vida comunitaria es gozada únicamente por los hombres
libres, sino que sólo es posible cuando éstos están dispensados del trabajo productivo, que se deja
en manos de los inferiores o de los esclavos. De nuevo se perfila en segundo plano elmodelo
espartano».1
RESUMEN DE ASAMBLEÍSTAS
El tema de la obra, unas mujeres que toman la dirección de la ciudad (de lo cual estaban
excluidas en la realidad) y que introducen un sistema comunitario, tiene algo en común con la
Lisístrata; ambas obras representan a las mujeres de Atenas tomando la iniciativa política y
social bajo la dirección de un carácter femenino fuerte, Praxágora. Un rasgo destacable de la
obra, que anuncia el camino que seguirá el teatro en el siglo IV, es el reducido papel del Coro,
que no canta ni baila hasta el final. De esta forma, el comediógrafo no tiene que escribir largos
pasajes líricos, que no están ya integrados en la obra, sino que sirven simplemente de
entretenimiento en las rupturas de la acción. No hay PARÁBASIS, ni ruidoso ataque a los
políticos, y sí un nuevo estilo de diálogo del tipo que encontramos más tarde en la Comedia
Nueva. La similitud de las reformas de Praxágora y la propuesta de Platón para la clase
legisladora en su república ideal, que no debía poseer ninguna propiedad privada, ha sugerido la
posibilidad de que Aristófanes esté satirizando a Platón, pero esto es improbable
cronológicamente y además faltan en el texto pruebas de ello. Como resultado de una
conspiración de mujeres dirigida por Praxágora, ella y sus compañeras disfrazadas de hombres
llegan a la asamblea, y deciden por gran mayoría una moción que transfiere a las mujeres el
control de los asuntos de Estado, hasta ahora en manos de los hombres. Praxágora, una vez que
ha sido elegida al frente del nuevo gobierno, regresa junto a su marido, al que ha puesto en un
gran aprieto al haberle cogido sus ropas. Explica el nuevo sistema social que se va a implantar:
comunidad de bienes, comunidad de mujeres y niños, una participación equitativa en las
relaciones sexuales por parte de viejos y feos, tanto hombres como mujeres, asegurada por la
legislación. A continuación, va al ágora para preparar la recepción de todas las propiedades
privadas y administrar el reparto de lotes para la cena. Un ciudadano decente asegura que
entrega su propiedad; otro escéptico espera a ver qué acarreará el nuevo sistema. Las
consecuencias sexuales van a ser inmediatamente visibles. Un hombre joven llega para
encontrarse con su joven amiga, pero tres mujeres viejas declaran sus derechos de prioridad
sobre él, y una triunfa en su derecho de llevárselo. La obra finaliza con el coro que se apresura
para una cena comunal.
RESUMEN LAS TRAQUINIAS – SOFOCLES
Contexto
Deyanira, hija de Eneo, explica cómo era pretendida por el río Aqueloo hasta que éste fue
derrotado por Heracles, hijo de Zeus y Alcmena. Deyanira y Heracles tuvieron dos hijos, Macaria
e Hilo, pero él apenas los veía porque siempre estaba fuera de su casa ocupado con sus
trabajos. Después de morir Deyanira y Heracles, sus descendientes fueron expulsados de Tirinto
a Traquinia (en Malis, un poco al oeste de las Termópilas).
Heracles está ausente de su casa desde hace quince meses, en los que no ha dado noticias, y
Deyanira está atormentada por si le ha ocurrido alguna desgracia.
Hilo es enviado en busca de Heracles
Deyanira, aconsejada por una esclava, envía a Hilo, su hijo, en busca de su padre. Hilo, antes de
partir, explica que los rumores dicen que tras haber servido a una mujer lidia, Heracles se
dispone a ir a la isla de Eubea a luchar contra la ciudad donde reina Éurito. Deyanira ha
escuchado un oráculo que vaticinaba que Heracles bien moriría allí o bien, tras sobrevivir al
combate, llevaría una vida pacífica. Hilo sale en busca de su padre dispuesto a ayudarle si fuera
necesario.
Noticias sobre la batalla
El coro de doncellas traquinias intenta tranquilizar a Deyanira con el argumento de que Zeus
reparte alegrías y miserias entre los mortales pero se preocupa por sus propios hijos.
Deyanira explica que su mayor preocupación es debida a que su esposo dejó al abandonar unas
tablillas donde se explica el oráculo mencionado anteriormente.
Llega un mensajero anuncia la llegada de Heracles a la cercana Eubea, con señales de victoria.
Esto es confirmado por el informe de un heraldo llamado Licas, quien trae consigo un séquito
de mujeres cautivas tomadas por Heracles cuando saqueó Ecalia, la ciudad de su enemigo
Eurito.
El heraldo explica que Heracles se encuentra aún en Eubea realizando ofrendas en honor a
Zeus. A continuación relata que Heracles reunió un ejército para asolar la ciudad de Eurito a
causa de que éste no había sido hospitalario con él e incluso lo había echado de su casa; como
venganza, Heracles había matado a Ifito, el hijo de Eurito. Por este asesinato, Zeus lo había
hecho vender como esclavo y la mujer lidia a la que Heracles tuvo que servir durante un año era
Onfalia.
Presencia de Yole
Deyanira se compadece de las esclavas. Pregunta por una de ellas, pero Licas no quiere decir
nada sobre ella. Luego descubre, informada por el mensajero, que se trata de Yole, hija de
Eurito, de la que Heracles se ha enamorado. Se entabla una discusión entre el heraldo y el
mensajero sobre los motivos por los que Licas no quiere hablar de la esclava. Finalmente Licas
confiesa que ha ocultado el amor de Heracles por Yole por temor a la reacción de Deyanira.
El plan de Deyanira
Con un filtro amoroso que le dio el centauro Neso en el momento de morir a manos de
Heracles, decide recuperar el amor de su marido y empapa con el filtro una túnica que le va a
enviar. Demasiado tarde descubre que el filtro ha corroído un trozo de lana y que en realidad es
un veneno mortal.
El veneno hace efecto
Licas ofreciendo a Heracles el peplo envenenado, por Sebald Beham (1500-1550).
Llega Hilo en ese momento y relata cómo Heracles se puso el peplo que le había dado Licas
como regalo de Deyanira. Mientras realizaba sacrificios se empezó a retorcer de dolor a causa
del veneno de la hidra que contenía. Mató a Licas y maldijo su matrimonio con Deyanira. Hilo
también acusa a su madre de que su padre vaya a morir por su culpa.
Muerte de Deyanira
El coro de doncellas traquinias se lamenta de la desgracia sufrida. Llegan a acusar a Afrodita de
ser el origen de los males que han ocurrido. Llega una nodriza que anuncia que Deyanira,
enloquecida por su desgracia, se había suicidado hundiéndose una espada en el costado.
Muerte de Heracles
Traen al agonizante Heracles; éste, al despertar de un sueño, vuelve a sentir un enorme dolor y
pretende vengarse de Deyanira. Hilo le explica que ella ha muerto y que su intención no era
matarlo sino recuperar su amor, pero el filtro amoroso que había recibido del centauro Neso en
realidad había sido un engaño que contenía el veneno.
Heracles explica a Hilo que el oráculo había vaticinado que moriría a manos de un habitante del
Hades y que tras la batalla en Eubea iban a acabar sus trabajos; ambas cosas se iban a cumplir,
pues había muerto a causa de un ardid de Neso y que sus trabajos iban a acabar puesto que
para un muerto ya no hay trabajos.
Luego hace jurar a Hilo que lo llevará al monte Eta y que lo quemará allí en una pira antes de
que aumente su agonía, y que después se case con Yole. Hilo consiente a regañadientes,
reprochando con amargura a los dioses el trato que dan a su padre.
RESUMEN EDIPO REY – SOFOCLES
Resumen Edipo Rey - Sófocles
Resumen Edipo Rey de Sófocles
Edipo Rey es una obra de Teatro escrita por Sófocles que narra la historia de Edipo, un
desventurado príncipe de Tebas, hijo de Layo y de Yocasta. Poco antes de que Layo y Yocasta se
casaran el oráculo de Delfos les advirtió de que el hijo que tuvieran llegaría a ser asesino de su
padre y esposo de su madre. Layo tuvo miedo, y en cuanto nació Edipo, encargó a uno de sus
súbditos que matara al niño, pero dicha persona no cumplió con la orden de matar a Edipo, solo
perforó los pies del bebé y lo colgó con una correa de un árbol situado en el monte Citerón,
faltando a su lealtad al rey Layo y también por el horror que le producía la orden que le habían
dado,
Por ese lugar pasó Forbas, un pastor de los rebaños del reyde Corintio, escuchó los grandes
lamentos y llanto del bebé y lo recogió entregándoselo para su cuidado a Polibio. La esposa de
Polibio, Peribea se mostró encantada con el bebé y lo cuidó con cariño en su casa, dándole por
nombre Edipo, que significa "el de los pies hinchados".
Edipocreció bajo el cuidado de Polibio y Peribea, y al llegar a los catorce años ya era muy ágil en
todos los juegos gimnásticos levantando la admiración de muchos oficiales del ejército que
veían en él a un futuro soldado. Uno de sus compañeros de juegos, con la envidia que le
producían las capacidades de Edipo lo insultó y le dijo que no era más que un hijo adoptivo y
que no tenía honra. Ante todo lo que había escuchado y atormentado por las dudas, Edipo
preguntó a su madre si era adoptivo o no, pero Peribea, mintiendo, le dijo a Edipo que ella era
su auténtica madre. Edipo, sin embargo, no estaba contento con las respuestas de Peribea y
acudió al oráculo de Delfos, quien le pronosticó que el mataría a su padre y se casaría con su
madre, y además le aconsejó que nunca volviese Corinto, lugar donde nació. Al oír esas palabras
Edipoprometió no volver jamás a Corinto, y emprendió camino hacia Fócida. En su viaje se
encontró a un horrible monstruo, La Esfinge. La Esfinge tenía cabeza, cara y manos de mujer,
voz de hombre, cuerpo de perro, cola de serpiente, alas de pájaro y garras de león y desde lo
alto de una colina detenía a todo aquel que pasara junto a ella y le hacia una pregunta, y si no
se la contestaban, la Esfinge les provocaba la muerte.
Creonte el rey de Tebas tenía una hermana llamada Yocasta. Creonte prometió dar la mano de
su hermana y el trono de Tebas a aquel que consiguiera descifrar el enigma de la Esfinge. Dicho
enigma era: ¿cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro pies, dos al mediodía y tres en la
tarde?. Edipo que deseaba la gloria más que nada dio respuesta al misterio de la Esfinge
diciendo que era el Hombre, pues en su infancia anda sobre sus manos y sus pies, cuando crece
solamente sobre sus pies y en su vejez ayudándose de un bastón como si fuera un tercer pie. La
Esfinge, enormemente furiosa porque alguien hubiera dado la respuesta correcta , se suicidó
abriéndose la cabeza contra una roca.
Entonces Edipo se casó con Yocasta y vivieron felices durante muchos años teniendo varios
hijos cuyos nombres son: Etéocles, Polinice, Antígona e Irmene. Un día hubo una gran peste que
arrasó a toda la región sin que tuviera remedio alguno, y el oráculo de Delfos informó de que tal
calamidad solo desaparecería cuando el asesino de Layo fuese descubierto y echado de Tebas.
Edipo animó concienzudamente las investigaciones como buen rey que era pero éstas
descubrieron lo que realmente había ocurrido: había matado a Layo, su padre y se había casado
con Yocasta, su madre.
Según otras versiones, el asesinato se descubrió porque Edipo le enseñó a Yocasta el cinturón
del anciano al que había matado, y que Edipo robó por su valía. Yocasta, después de este
descubrimiento se suicidó y Edipo, abrumado por la gran tragedia, creyó no merecer más ver la
luz del día y se sacó los ojos con su espada. Sus dos hijos le expulsaron de Tebas y Edipo se fue
al Ática donde vivió de la mendicidad y como un pordiosero, durmiendo en las piedras.
Con él viajaba Antígona que le facilitaba la tarea de encontrar alimento y le daba el cariño que
requería. Una vez, cerca de Atenas, llegaron a Colono, santuario y bosque dedicado a las Erinias,
que estaba prohibido a los profanos. Los habitantes de la zona lo identificaron e intentaron
matarlo pero las hermosas palabras de Antígona pudieron salvar su vida. Edipopasó el resto de
sus días en casa de Teseo, quien le acogió misericordiosamente. Otra versión afirma que murió
en el propio santuario pero antes de expirar Apolo le prometió que ese lugar sería sagrado y
estaría consagrado a él y sería extremadamente provechoso para todo el pueblo de Atenas.
Diégesis de Edipo Rey
(Orden lógico-causal)
En una época Layo y Yocasta gobernaban la ciudad de Cadmo, era un reino muy fructífero en
todos los aspectos, sin embargo, un día por obra de los enviados del dios Apolo, llegó a oídos de
los reyes una profecía la cual se cumpliría en algún tiempo.
Tal predicción consistía en que el hijo de Layo se habría de convertir en su asesino y en el
esposo de su madre a la cual también le tendría que engendrar hijos. Después de un tiempo, los
reyes de los Cadmeos, tuvieron un hijo al cual Layo mandó a matar con uno de sus siervos
porque tenía miedo de que su primogénito le diera muerte; a los tres días de nacido, el niño
tenía perforados los pies por un garfio de hierro e iba a ser arrojado desde la montaña Citerón,
pero el siervo que tenía un noble corazón, no cumplió las órdenes de su rey y llevó al niño a
otro reino cerca de Cadmo.
En Corintio, el siervo regaló al bebé a un empleado de los reyes de dicho lugar, el cual condujo
al niño hasta el palacio real donde Pólibo y Merope (los reyes) adoptaron a aquél inocente.
Después de unos años, el bebé creció con el nombre de Edipo, nombre atribuido por las heridas
de sus pies; un día Edipo se encontraba en una fiesta en la cual una persona ebria le dijo que los
reyes de Corintio no eran sus verdaderos padres, así mismo le hizo saber acerca de la profecía
que estaba marcada en su destino la cual decía que en un tiempo Edipo habría de matar a su
padre y casarse con su madre. Lleno de incertidumbre, el soberano consultó con sus padres el
comentario del borracho, pero sus padres negaron rotundamente aquel chisme.
Como Edipo había comprobado que sus verdaderos padres eran Pólibo y Merope, salió del
reino para no cometer ninguna de las atrocidades que estaban establecidas, y un día vagando
por el cruce o intercepción de tres caminos, se encontró con una caravana de hombres que
custodiaban un carruaje, pero como el conductor lo empujó, Edipo lo atacó y finalmente mató a
todas las personas que iban ahí menos a un siervo que logró escapar.
Luego, Edipo llegó a Cadmo y salvó al pueblo del tributo que le daban a la esfinge y así la
población lo coronó rey y se casó con Yocasta, juntos gobernaron el reino y tuvieron cuatro
hijos, dos varones y dos mujeres. Cierto día en la ciudad de Cadmo, la población de ese lugar
encabezada por los ancianos, pide ayuda a su rey para que acabe o busque un remedio contra
las enfermedades que están azotando a todas las personas y que están matando a niños,
mujeres, adultos y ancianos. Edipo decide ayudarlos porque no le queda otro remedio ya que él
es una persona muy importante para Cadmo.
Entonces el rey manda a su cuñado llamado Creonte a visitar al dios Apolo para que éste le
diera un consejo y así acabar con la peste de la cual sufría su patria, al regresar a Cadmo,
todavía encontró a los ancianos en reunión con el rey, por eso dijo las instrucciones del dios
frente a todos ellos. Apolo había dicho que se acabarían los padecimientos si se resolvía un
crimen que fue cometido hace mucho tiempo y que por obra de la esfinge ya no es asunto para
recordar por ninguno de los ahí presentes; se tenía que aclarar el asesinato del rey anterior a
Edipo llamado Layo.
Después de oír éstas palabras, el rey Edipo hizo, muchas sanciones al que fuera el culpable y
mandó a toda la población en busca de aquel asesino que mató al anterior rey. Una acusación
era el exilio otra, que nadie le abriera las puertas de su casa y, otra más era que nadie le podía
hablar ni admitirlo en sus plegarias o sacrificios porque era todo un criminal y debía ser
castigado. Todo lo que se sabía y lo que se decía del asesinato de layo era que lo habían matado
unos bandidos.
Por otra parte, una vez que hubo terminado la reunión de Edipo y el pueblo de Cadmo, se
apareció ante el rey un adivino llamado Tiresias el cual dijo al gran gobernante que moderara
sus palabras y acusaciones ante el asesino que aún no conocía ya que de lo contrario le podían
pasar cosas muy malas; sin embargo, Edipo no hizo caso a éstas palabras del adivino que
provocaron su enojo y cólera, así que lleno de coraje el soberano insultó mucho a Tiresias y lo
echó de su palacio.
El pobre ciego (adivino), también se enojó e insinuó al gran rey la culpabilidad de tal asesinato,
pero Edipo no se dejó y lo acusó de complicidad con Creonte para quitarle la corona y quedar su
cuñado como único y legítimo rey, después de éstas últimas palabras, Tiresias se fue.
Edipo se quedó pensando en lo que le había dicho el adivino, así que habló con Creonte, su
cuñado para aclarar el mal entendido, pero todas las explicaciones por parte de su cuñado
fueron en vano, ninguna hacía cambiar de parecer en Edipo la idea de fraude y complicidad por
parte de Creonte y el adivino.
Después, el magnánimo rey de Cadmo, habló con su esposa Yocasta, la cual le dijo que no se
afligiera con todo lo que le habían dicho ya que era seguro que nada de lo mencionado por el
adivino podía ser verdad, y así en el gobernante cesó por un rato su duda.
Luego de un tiempo de hablar con su mujer, ésta le indicó que hace mucho tiempo ella estuvo
casada con Layo, el rey que yacía muerto, y que de él tuvo un hijo. Una terrible noticia había
llegado a sus oídos por parte del oráculo de Apolo, tal profecía decía que el hijo de Layo habría
de matar a su padre, casarse con su madre y engendrarle hijos, es decir, que el hijo de Layo
habría de ser su asesino, esposo de su esposa y padre de sus hermanos.
También a Layo en ese tiempo le había llegado tal noticia, por lo que él optó por atar al niño de
los pies, y llevarlo hacia las afueras de Cadmo para matarlo. Yocasta del mismo modo le dijo a
Edipo que el rey Layo en el momento de su muerte iba acompañado de unos siervos, y de los
cuales sólo sobrevivía uno que había sido mandado lejos por temor a Edipo, porque en el
momento que vio a Edipo, sus ojos se llenaron de miedo y desesperación por lo que pidió un
cambio de lugar de trabajo, lejos del rey.
Posterior a esto, Edipo hizo llamar a aquel siervo para aclarar sus dudas, pues ya sospechaba ser
el asesino de Layo. Enseguida, llegó un mensajero a palacio, el cual daría noticia al gobernante
Edipo; el enviado decía que el rey había heredado la fortuna de su padre Pólibo que estaba
muerto y que por tal motivo debía ir a su lugar de origen para reclamar la corona y el reino de
Corintio
Luego de oír éstas palabras del mensajero, Edipo no sospechó más de su inocencia en el
asesinato, pero también recordó que un día le hicieron llegar una noticia parecida a la que oyó
Yocasta que consistía en que, en un tiempo Edipo iba a matar a su padre y se habría de casar
con su madre para tener hijos con ella, por tal motivo recordó que se fue de su lugar de origen y
en un camino se encontró con un grupo de personas que custodiaban un carruaje, uno de los
conductores empujó al joven y éste mató a todos los que iban ahí, menos a uno que logró
escapar. Con tales reminiscencias, el rey de Cadmo, pensaba en su inocencia y en su
culpabilidad al mismo tiempo que también temía por todas las sanciones puestas al culpable
por él mismo.
Después de ésta noticia llegó uno de los criados de palacio el cual anteriormente había ayudado
a Layo a deshacerse de aquel hijo que le iba a quitar la vida al rey.
Éste criado, le dijo a Edipo que hace mucho tiempo de sus propias manos le hizo entrega a una
persona de las afueras de Cadmo, un niño, el cual fue crecido en una familia buena, y eso era
todo lo que sabía.
Con todas éstas indagaciones a Edipo le llegaba a la cabeza la idea de que él era el asesino de su
padre Layo y que se había casado con su madre Yocasta para tener hijos, inmediatamente de
pensar y poner al descubierto al culpable, la buena madre y esposa de Edipo se suicidó debido a
todos los problemas que tenía y todas las faltas y orgías que había cometido con sus propio hijo.
Edipo lleno de culpa, se quitó la vista y mandó llamar a Creonte su cuñado, el cual iba a
castigarlo y habría de ser testigo de las profecías cumplidas, dichas por el oráculo de Apolo.
Creonte fiel servidor de Cadmo, exilió a Edipo que antes de irse se despidió de sus hijas y pidió a
su cuñado y tío que cuidara de sus tesoros más preciados, porque él desde donde estuviera no
podría hacerlo; con esto automáticamente Creonte quedó como rey de Cadmo y Edipo se
marchó.
Así fue como Edipo, en un tiempo rey de Cadmo, mató a su padre, se casó con su madre y tuvo
hijos con ella sin saberlo y fue el más desdichado de los desdichados.
RESUMEN ANTÍGONA – SOFOCLES
Antígona era la hija de Edipo y Yocasta y hermana de Isméne, de Eteócles y de Poliníces.
Antígona acompañó a su padre cuando éste, al descubrir el crimen y el incesto que había
cometido, partió hacia el exilio después de arrancarse los ojos. Se refugiaron en Colono, un
pueblecillo de Ítaca, donde la muerte trajo finalmente la paz a Edipo. Antígona regresó entonces
a Tebas. Eteócles y Polínices, los dos hijos varones del desterrado Edipo, mueren peleando
frente a frente en las afueras de Tebas. Eteócles del lado de la ciudad; Polinices del lado de los
sitiadores. Creonte, déspota, gobernador y dueño de Tebas, decreta que Eteócles sea enterrado
con los honores que correspondían a los héroes que mueren por la patria; y que Polinices, que
murió defendiendo el bando de los sitiadores, sea dejado insepulto sobre la tierra, para que, en
memoria de su enemistad con los tebanos, se pudra al sol y sea devorado por los buitres. Las
tradiciones griegas establecían el deber sagrado de sepultar a los muertos, señalando que en
caso contrario el alma del difunto vagaría eternamente sin reposo y nunca podría acceder al
reino de las sombras.
Contradiciendo el dictamen del déspota, Antígona, hija también de Edipo, se propone ir por la
noche a enterrar a su hermano. Isméne, su hermana, más cobarde, no se atreve a acompañarla.
Antígona es sorprendida por los soldados que Creonte ha colocado en el monte para que vigilen
el cumplimiento de su decreto: pena de muerte a quien entierre a Polinices. Es llevada ante la
presencia del autócrata quien la increpa por su desobediencia. Entre el tirano y la doncella se
produce un diálogo que, tomando altura sobre el mero interrogatorio judicial de lo ocurrido,
hace chocar la ley natural, la piedad familiar de Antígona, con la voluntad personal y arbitraria
del tirano. Es, sin lugar a dudas, una de las escenas más inmortales de la dramaturgia universal.
Creonte sentencia según su poder material y físico. Antígona argumenta según la ley que los
dioses tienen escrita en el espíritu del corazón humano. Luego, Creonte decide llevar a Antígona
a una cueva y dejar libre a Isméne. Antígona, en una cueva, sin comida, decide quitarse la vida,
ahorcándose. Pero el hijo de Creonte, prometido de Antígona también decide quitarse la vida
cuando ve a Antígona ahorcada. Por dichos que transcurrían, de lo malo que había hecho
Creonte, el mismo decide ir a la cueva, cuando llega, observa s u hijo muerto, lo toma, y en sus
brazos lo lleva hacía el palacio. Pero cuando el mismo llega, observa que Polinices, también
decidió quitarse la vida y ahí, queda marcado en la vida de Creonte estos hechos.
Conclusión: Existe una pelea en la ciudad de Tebas, en esta pelea quedan los dos peleadores
muertos. Allí el rey de Tebas, ordena que uno de los peleadores sea enterrado y el otro quede
en una cueva sin enterrar, obviamente fue enterrado por conveniencia del rey. Luego de esto, la
hermana del no enterrado, decide enterrar a su hermano para no perder la tradición, religión
que decía que siempre eran enterrados. Decide ir a esa cueva en busca de su hermano y
enterrarlo, cuando llega allí, se encuentra con guardias de la cueva, mandados por Creonte. Los
mismos toman a Antígona, la hermana del peleador no enterrado, y la llevan con Creonte. El
mismo, luego de Antígona haber aceptado su ida, decide mandarla a una cueva viva. Luego de
unos días en la cueva, Antígona decide matarse ahorcada. El hijo de Creonte, prometido de
Antígona, la va a buscar y se encuentra que ya estaba muerta y decide matarse el también. En la
ciudad corrían algunos dichos de la maldad de Creonte, entonces, el mismo preocupado, decide
ir a ver a la cueva. Una vez allí, se encuentra con su hijo muerto, lo toma y lo lleva al palacio. En
el palacio se encuentra con su esposa muerta también. Ahora sí, a Creonte le quedan malas
experiencias de lo que había hecho.
RESUMEN EL MISÁNTROPO – MENANDRO
Menandro: “El misántropo”
En: Comedias. Ed Gredos. Madrid, 2000.
La obra gira en torno al personaje de Cnemón, viejo gruñón, huraño y desconfiado, un
verdadero misántropo; que se ha apartado de la ciudad para refugiarse en su finca de la
campiña del Ática. Allí mismo, pero en casas separadas, viven su mujer y Gorgias, un hijo que
ésta aportó al matrimonio, y un esclavo; en otra casa, Cnemón con su hija. Como es habitual en
la Comedia Nueva, un dios, en este caso Pan, sitúa al espectador en los antecedentes de la
acción dramática. El joven Sóstrato, hijo del hacendado Calípides, está enamorado de la hija de
Cnemón, y una mañana, acompañado de Quéreas, el típico parásito, aciertan a pasar por las
cercanías de la morada de Cnemón. Pirrias, esclavo de Sóstrato, aparece en escena perseguido
a pedradas por el viejo; su misión de parlamentar con Cnemón sobre las pretensiones de
Sóstrato con la muchacha ha fracasado. Cnemón va teniendo encontronazos con diferentes
personajes, incluso con Gorgias, su hijastro; éste que se ha ofrecido a ayudar a los jóvenes
enamorados, trabajando como labrador con Cnemón, tampoco consigue nada. Tras diversas
peripecias cómicas, un incidente permite abrir una salida a una situación que parecía imposible
por la cerrazón del viejo. Cnemón, que se ha caído a un pozo, es salvado por Gorgias. Aquel, que
para nada confiaba en los demás, ve que alguien es capaz de arriesgarse por salvarlo. Se
produce una especie de conversión: el antiguo misántropo, cree ahora en los demás, aunque
desde luego tiene que purgar sus antiguas barrabasadas con el escarmiento que le propinan el
esclavo Getas y el cocinero Sicón. Todo acaba felizmente. El viejo muda de carácter, la joven y
Sóstrato se casan e, igualmente, Gorgias.y una hermana de aquél. El banquete nupcial, al que
también acaba incorporándose Cnemón, cierra la -obra con el regocijo de todos.
Algunos elementos son comunes a la Comedia Antigua, como el triunfo del amor y la fiesta
ritual, así como las caracterizaciones de muchos de los tipos cómicos que desfilan por la obra,
más el fondo del argumento: la posibilidad de transformación moral de Cnemón, es mi
elemento nuevo.
ARGUMENTO DE ARISTÓFANES
EL GRAMÁTICO
Un hombre de carácter insociable que tenía una hija se casó con una mujer que tenía un hijo,
pronto se separó de la madre por culpa de su manera de ser y continuó viviendo él solo en el
campo. Sóstrato, enamorado perdidamente de la muchacha, fue a pedir su mano. El gruñón se
negó. Convenció Sóstrato al hermano de la chica, pero no supo éste qué hacer. Cayó Cnemón a
un pozo y Sóstrato fue de inmediato en su ayuda. Se reconcilió con su mujer, dio
voluntariamente a Sóstrato a la muchacha como esposa legítima y aceptó la hermana de éste
para Gorgias, el hijo de su mujer, y él se hizo más dulce de carácter.
Menandro – El Misántropo – Argumento y Crítica
En una casa de File vive Cnemón, un viejo misántropo, con su hija (sin nombre propio). A pocos
metros y en otra casa, vive su esposa con el hijo de su primer matrimonio, Gorgias, vive allí
porque no ha podido soportar vivir más con Cnemón. Sóstrato, un rico labrador, se enamora de
la hija de Cnemón y manda un emisario para que formalice la relación entre los jóvenes, pero
Cnemón recibe a pedradas y a gritos al emisario y logra espantarlo de la casa. Gorgias habla
entonces con Sóstrato y tras comprobar que las intenciones para con su hermanastra son
buenas, decide ayudar a Sóstrato diciéndole que se haga pasar por un trabajador suyo. Sóstrato
aguanta el trabajo de bracero, al que no está acostumbrado hasta que un día Cnemón cae en un
pozo y es rescatado por su hija, Gorgias y Sóstrato y de esta forma recapacita Cnemón que se
cuestiona lo bueno de la soledad. Decide entonces comenzar a tratar a Gorgias como hijo suyo y
le manda que busque esposo a su hermana. Gorgias lo hace inmediatamente, Sóstrato,
lógicamente, es el fin de su búsqueda. El matrimonio se aprueba.
Cuando Menandro escribe esta comedia, tiene apenas 26 años, y a lo largo de su carrera
podremos ver cómo las características que aquí asoman, las va desarrollando. En un ambiente
rural, destaca la figura de un viejo misántropo, Cnemón, un viejo solitario que repele las
relaciones y que quiere vivir solo de por vida. En este cuadro se desarrolla la trama amorosa
cuyo objetivo no es otro que hacer ver a Cnemón el error que conlleva la soledad y el repeler de
las relaciones afectivas. Finalmente Cnemón comprende lo absurdo de su soledad, que es
bueno vivir manteniendo relaciones con los demás, y la comedia termina con una fiesta de
bodas a la que ha de acudir el viejo. Menandro ataca el vicio de la insociabilidad, pero sin
exagerar al viejo Cnemón en su defecto ya que incluso despierta simpatía. Es una comedia muy
alegre y divertida con tintes rurales muy interesantes.
“El misántropo” es la única obra completa conservada de Menandro, el gran autor de comedias
nuevas. La trama gira alrededor de una complicación o situación que tiene que ver
1-con amor,
2-dinero,
3-problemas familiares y similares.
Los personajes son
1-típicos,
2-identificables,
3-tipos socialmente simples, como el padre miserable o la molesta suegra.
CRÍTICA
El teatro de Menandro se caracteriza, como el de toda la comedia nueva, por la ambientación
urbana, el tratamiento de temas cotidianos, el abandono de los temas heroicos y la
desaparición del coro en escena, a la vez que la vivacidad de los diálogos. Sus comedias, en
cinco actos y separadas por intermedios, están escritas en verso, el que normalmente utiliza es
el yámbico. Era muy hábil en la caracterización de los personajes, que son en su mayoría tipos
populares, y muchos de ellos pasaron a ser arquetipos de vicios (el parásito, el avaro, el
misántropo); dominó la trama y su verosimilitud, que cuidó especialmente a causa de su
formación aristotélica (respeta las unidades de lugar y tiempo). El peripatético Linceo de Samos,
contemporáneo del poeta, dedicó un ensayo a su teatro. Como herencia de la tragedia de
Eurípides utilizó la peripeteia o peripecia (es decir, la inversión de una situación) y la
anagnórisis(reconocimiento). Los argumentos ya no proceden del mito sino de la vida real:
amoríos, conflictos generacionales entre padres e hijos, niños expuestos, muchachas violadas y
un final feliz con una o varias bodas. En la complicación y resolución de la intriga desempeña el
azar un papel fundamental. Escéptico en lo religioso, posee una concepción optimista de la
naturaleza humana (“¡Qué cosa tan agradable el hombre, cuando es hombre!”), por su fe en la
solidaridad con el semejante ("soy hombre y nada de lo humano me es ajeno" esta cita es de
Terencio, no de Menandro) y su creencia de que la virtud, por encima de las diferencias de raza
o de estamento social, es patrimonio común del género humano. Puede tenerse por el más
cabal formulador de los ideales del Humanismo.
Eurípides: Heracles – RESUMEN
Desconocemos la fecha de composición de la tragedia Heracles, pero es probable que se
escribiera entre 423 y 420 aC. El centro de la obra es la locura del héroe por culpa de la envidia
de la diosa Hera. En un fuerte acceso de ira, el protagonista da muerte a su mujer y sus hijos, y
luego, ya cuerdo, no halla otra solución que no sea la muerte. Sin embargo, y a diferencia del
Áyax sofócleo, los consejos de Teseo lograrán disuadirle y llevarle a una salida más humana:
rechazar el suicidio y acompañar su vida futura con el horrible recuerdo de su acto. Aunque ésta
pueda ser la obra que más se acerque a los moldes de Sófocles, las diferencias siguen siendo
grandes, y giran en torno a la crítica de la mitología tradicional. Así, Eurípides sitúa el episodio
de la locura después de sus heroicos trabajos (y no antes, como en el mito tradicional) para
poner un mayor énfasis en la caída del héroe y un mérito mayor a su aceptación del hecho.
Éste es el esquema de la obra, con su resumen integrado:
- Prólogo. Anfitrión (padre putativo de Heracles) presenta brevemente la situación de la familia
de Heracles (bajo el amparo de los altares de Tebas, porque Lico, el nuevo tirano, desea su
muerte). Profundiza en la angustia el diálogo entre Anfitrión y Mégara, esposa de Heracles.
- Párodo. El coro de ancianos (viejos compañeros de Anfitrión), confiado, entra en escena.
- Episodio 1º. Agón entre Anfitrión y el tirano Lico, que justifica la decisión de matar a los hijos
de Heracles por prudencia política. Para demostrar la falta de nobleza de Heracles, ataca al arco
como arma cobarde. Anfitrión expone la opinión contraria. Tanto Mégara como Anfitrión
desesperan: él ha dejado de tener fe en Zeus; ella solicita a Lico poder entrar a palacio y
amortajar a sus hijos antes del regreso del tirano.
Me ha abandonado el vigor que antes tuviera, de viejos me tiemblan los miembros y mi fuerza
es una sombra.
O eres un dios estúpido o eres injusto por naturaleza.
- Estásimo 1º. El coro, en tres pares de estrofas, realiza un canto fúnebre en el que se enumeran
los trabajos de Heracles.
- Episodio 2º. Mégara, ya con los niños amortajados, recuerda las promesas de Heracles a sus
hijos. Anfitrión sigue suplicando a Zeus. Aparece Heracles, inesperadamente, y con un diálogo
esticomítico (línea a línea) se entera de la situación por Mégara. Heracles dialoga luego, con la
misma técnica, con Anfitrión. Heracles entra con su familia en el palacio, quedando Anfitrión
con el coro.
Vamos, tened valor y no sigáis soltando ese río de vuestros ojos.
- Estásimo 2º. En dos pares de estrofas, canto de añoranza a la juventud; en concreto, a la de
Heracles.
- Episodio 3º. Breve diálogo entre Lico y Anfitrión. El primero cree que acude a matar a la familia
de Heracles, de quien recibirá la muerte.
Mas espera sufrir algún daño si algún daño has hecho.
- Estásimo 3º. Mientras muere Lico en el interior, el coro y el corifeo realizan un canto de
triunfo y de acción de gracias a Zeus, ocupando tres pares de estrofas.
- Episodio 4º. Iris y Lisa acuden para infundir la locura en Heracles. Anfitrión y el coro lamentan
la futura muerte de los niños. Un Mensajero informa de dichas muertes, junto a la de Mégara,
en un largo relato de la locura de Heracles, que finaliza con la aparición de Atenea y la caída del
héroe en el sopor.
Ni el mar ruge tan enfurecido con sus olas, ni los seísmos en tierra ni el aguijón del rayo
resoplan tan dolientes como yo voy a lanzarme a la carrera contra el pecho de Heracles.
- Estásimo 4º. Lamentación mediante la comparación con otros crímenes famosos de la
mitología, y comienzo del despertar de Heracles, narrado con temor por Anfitrión.
- Éxodo. Diálogo esticomítico entre Heracles y Anfitrión, en que se revela al héroe su crimen.
Heracles decide suicidarse. Llega Teseo, enterado de la violencia de Lico, y descubre por
Anfitrión todo lo sucedido. Agón entre Heracles y Teseo, convenciendo este último a Heracles
de que no se quite la vida y acuda con él a Atenas.
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