VIOLENCIA FAMILIAR Y ABUSO SEXUAL INFANTIL La OMS define la familia como “los miembros del hogar emparentados entre sí, hasta un grado determinado por sangre, adopción y matrimonio. El grado de parentesco utilizado para determinar los límites de la familia dependerá de los usos a los que se destinen los datos y, por lo tanto, no puede definirse con precisión en escala mundial.” En su forma tradicional está constituida por la pareja y su descendencia, en la actualidad se encuentran familias monoparentales, uniparentales, ensambladas y formadas por el matrimonio igualitario. La familia es el grupo primario de pertenencia de los individuos donde el niño se desarrolla y donde los padres son una constante a lo largo de la vida del niño, por lo tanto, es uno de los factores que más influyen en su futuro. Según Leibobich de Figueroa (2010) la función de la familia es biológica, educativa, económica, cultural y espiritual. La familia es un sistema que interacciona con otros subsistemas sociales y dónde los miembros se relacionan entre sí. Cada una tiene una identidad y dinámica propia, y posee valores, creencias, rituales y costumbres comunes que se transmiten de generación en generación. Se puede afirmar que la función de la familia es brindarse cuidados adecuados y respecto entre sus miembros, pero en los casos de violencia familiar esto no se cumple. Definimos la violencia como aquello que se ejecuta con fuerza y brusquedad, o que se hace contra la voluntad; se trata de un comportamiento deliberado que puede ocasionar daños físicos o psíquicos a otro sujeto. Por lo tanto, la violencia familiar es la acción y omisión que el integrante de un grupo familiar ejerce en contra de otro y que produce un daño no accidental en el aspecto físico o psíquico. Se pueden encontrar distintos tipos de violencia: Física: golpes que pueden provocar desde moretones hasta la muerte, quemaduras, cortes, etc. Verbal o afectivo: humillar, acusar, culpa, criticar, amenazar, insultar, ordenar, negar, etc. Psicológico: la doctora Goldberg define el maltrato psicológico como un ataque producido por un adulto en el desarrollo del yo del niño, tanto individual como en su competencia social. Sexual: involucrar al niño en actividades sexuales que no llega a comprender totalmente, y a las cuales no está en condiciones de dar consentimiento, o para las cuales está evolutivamente inmaduro. La violencia puede ser por acción o por omisión, como la negligencia y el abandono. En todos los casos el factor esencial de la violencia es el desbalance de poder. Es necesario distinguir la violencia de la agresión que es un elemento necesario para la supervivencia. Se puede entender la agresión como la energía necesaria para la vida cotidiana, para el propio cuidado y los límites hacia otros. El abuso sexual infantil puede ser intrafamiliar o extra familiar, una situación única o crónica y puede haber una respuesta positiva de cuidado o descuido familiar. Es importante tener presente que la función del psicólogo no es determinar si una persona es culpable o inocente sino encontrar indicadores psicológicos producidos por el trauma del ASI. Podemos encontrarnos frente a una situación de ASI que no haya afectado profundamente a un niño por factores familiares como reconocimiento de la situación y acompañamiento familiar, cronicidad o desbordes de un día festivo donde, en ciertas culturas, se permiten estas situaciones, etc. El psicólogo evaluador debe especificar los indicadores y el grado o nivel de afectación. Según Irene Intebi, el principal indicador de ASI es el relato del niño victimizado lo cual señala un aspecto muy importante que es creerle al niño. La autora menciona indicadores psicológicos específicos e inespecíficos. Dentro de los inespecíficos menciona: estrés postraumático, conductas asociadas al síndrome de acomodación al abuso sexual infantil. Dentro de los específicos: sometimiento, agresividad, sobre-adaptación, individuos de sexualización, juegos y comportamientos sexuales, comprensión detallada e inadecuada para la edad del niño, permanencia prolongada en la escuela, mala relación con los pares, desconfianza, falta de participación en actividades escolares, falta de concentración, mentiras, disminución del rendimiento escolar, temor hacia los hombres, conductas seductoras, promiscuidad y coerción sexual hacia oros niños, fuga del hogar, trastornos del sueño, conductas regresivas, retraimiento, depresión clínica, etc. Todos estos indicadores muestran las diferentes conductas en las que se expresa el trauma de acuerdo a las posibilidades personales del niño. Desde el aspecto físico se puede encontrar enuresis, encopresis, dolores de cabeza y abdominales, infecciones venéreas, embarazos, lesiones en las zonas genitales, anorexia, bulimia, etc. En lo intrapsíquico: el mecanismo de defensa por excelencia es la disociación, ideación suicida, y en la adultez trastornos psíquicos graves, depresión y disfunciones sexuales. En nuestro país, la ley 25087 del Código Penal de la Nación Argentina se focaliza en los delitos contra la integridad sexual, enuncia: “… el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando esta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción”. Danya Giaser sostiene que es posible definir al ASI como: la involucración del niño o del adolescente por parte del adulto, en actividades sexuales que ellos nos pueden dimensionar, sobre las que son incapaces de dar consentimiento válido. Las consecuencias del ASI son francamente negativas para la estructuración de la personalidad, y la dimensión del daño psíquico dependerá de: el lapso transcurrido desde el comienzo de las conductas abusivas; el tipo de relación de la víctima con el o los perpetradores; el grado de parentesco con el victimario; las características de la conducta abusiva; la reacción del entorno inmediato ante los hechos; y el nivel de contención socio familiar con el que cuente el menor. Manifestaciones psicológicas del ASI y ciclos evolutivos En niños menores de tres años: Trastornos del sueño, trastornos en la conducta alimentaria, modificaciones en los niveles de actividad, comportamiento regresivo y/o agresivo, conocimiento sexual inapropiado para la edad, actividad sexual inadecuada, etc. En niños pre-escolares: Hiperactividad, enuresis o encopresis luego de haber logrado el control de esfínteres, alteraciones en sueño, temores y fobias, conductas compulsivas, trastornos en el aprendizaje, juegos sexuales inusuales, masturbación compulsiva, conductas seductoras hacia adultos, etc. En el periodo de latencia Reiteración del punto anterior, alteraciones en el rendimiento escolar, conflictos con figuras de autoridad, conductas cleptómanas, crueldad con animales, coerción sexual hacia otros niños más pequeños, etc. En la adolescencia: Sintomatología intensa: intensa auto destructividad, búsqueda compulsiva de castigo, tentativas de suicidio, actuaciones heterodestructivas incluido el homicidio, conductas delictivas, adicciones, fugas del hogar, promiscuidad sexual, prostitución, disociación, trastornos de la identidad, trastornos psicopatológicos severos, etc. Sintomatología más mitigada: sobre adaptación, retraimiento, depresión, inhibición sexual llamativa, intolerancia frente a las manifestaciones verbales de contenido sexual, acentuada incapacidad para interactuar con el sexo opuesto, homosexualidad. Principales características del ASI El ASI es un fenómeno delictivo con características propias que lo diferencian de la mayoría de los restantes delitos. Secreto: Es una de las características principales y notables en el ASI. Es la garantía que posee el perpetrador para poder llevar a cabo el abuso. Perrone enuncia: “El secreto supone la convicción de que las vivencias en cuestión son incomunicables… el abusador manipula el poder y carga a la víctima con la responsabilidad del secreto.” Confusión: Este sentimiento es el preponderante en las víctimas de ASI, ya que culpa, auto-reproche, recriminación, ira, afecto y miedo se mezclan en la mente de un niño vulnerado. Violencia: Todo ASI implica violencia, incluso en el uso de la coacción de un modo implícito. A veces se produce tal manipulación en la relación que la misma víctima duda que la violencia haya existido. Amenazas: La mayoría de los ASI se producen en el seno de la familia o grupo conviviente. El abusador recurre a las amenazas para evitar que el niño cuente lo que está pasando. Estas advertencias suelen ir acompañadas a que “la familia se destruirá”. PSICOLOGÍA DEL TESTIMONIO El ASI es uno de los delitos más complejos a investigar, ya que el mismo sucede entre dos personas y una de ellas es menor. A su vez, no existen testigos presenciales y la mayoría de los casos no evidencia sintomatología física. Para los investigadores es muy dificultosa la recolección de la prueba incriminatoria, por esto la prueba fundamental suele ser la declaración testimonial del niño víctima y las pericias psicológicas efectuadas a los involucrados en el ASI. La participación del perito psicólogo es una herramienta fundamental, ya que se encarga de evaluar si el niño peritado presenta indicadores y sintomatología compatible con situaciones de ASI. A su vez, la fundamentación de la verosimilitud del relato del niño es uno de los puntos de pericia exigidos al perito. El testimonio se define como el aporte narrativo de la información que acerca de un determinado suceso conoce una persona porque ha observado o participado directamente. ENTREVISTA PSICOLÓGICA FORENSE Para la evaluación y diagnóstico de un posible caso de ASI es necesario tener en cuenta las siguientes etapas: 1) Establecimiento de un clima relacional positivo. Durante esta etapa se debe evaluar el nivel de desarrollo cognitivo y lingüístico del niño. 2) El entrevistador se debe ajustar al nivel del niño al formular las preguntas, teniendo en cuenta la edad y fase evolutiva. 3) Comenzar con preguntas abiertas, facilitando el relato libre. 4) Finalizando el relato preguntaremos si quiere agregar algo más. En cuanto a la evaluación del testimonio, se puede aludir a los siguientes determinantes de la calidad de un testimonio en base a ACBC. Este método de análisis de testimonio consta de 19 ítems a tener en cuenta al evaluar un relato, y la conclusión tendrá que ver con el grado de credibilidad a dicho relato. Los criterios se agrupan en: características generales, contenidos específicos, peculiaridad del contenido, contenidos relativos a la motivación y elementos específicos de la ofensa.