“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD” FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO CURSO: PROCESO DE EJECUCION TEMA: LA CONVOCATORIA, LA PUBLICIDAD Y EL AVISO DEL REMATE, EL ACTO DEL REMATE Y LA TRANSFERENCIA DEL BIEN DOCENTE: Dr. OSCAR WILFREDO RUIZ JARA PERTENECE: RICARDO ESPINOZA PRADO TURNO: NOCHE CICLO: VIII LIMA – PERU 2019- II LA CONVOCATORIA LA PUBLICIDAD Y EL AVISO DEL REMATE, EL ACTO DEL REMATE Y LA TRANSFERENCIA DEL BIEN La ejecución forzada tiene como objetivo lograr satisfacer el crédito del acreedor ejecutante a través del remate o la adjudicación en pago de los bienes afectados del deudor. La ejecución forzada constituye la última de las etapas del proceso de ejecución. Consiste en la actividad procesal desarrollada por el órgano jurisdiccional a efectos de lograr la satisfacción del crédito del ejecutante y de los terceros legitimados que hayan concurrido al proceso. Para ello, se procede a enajenar judicialmente los bienes afectados del deudor. Así, para iniciar la ejecución forzada es preciso que existan bienes afectados del deudor, con los cuales se pueda garantizar el cumplimiento del crédito que éste tiene a favor del acreedor ejecutante. Una vez afectados dichos bienes se procede a la ejecución forzada de los mismos, para lo cual es necesario que el acreedor ejecutante presente una solicitud ante el juez, a fin de que éste inicie la ejecución forzada. Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta etapa se dé la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el mismo bien materia de ejecución. Los derechos de este tercero dependerán de la naturaleza y estado de su crédito. En caso de que la intervención de dicho tercero se produzca después de realizada la ejecución forzada, él solo tendrá derecho al remanente que exista. La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar adelante la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del crédito que ostenta el acreedor ejecutante, con el producto del remate o con la adjudicación en pago; o, en todo caso, cuando antes de ello el ejecutado paga el total de la obligación, más los intereses, y las costas y costos del proceso. Por ello, siguiendo a Eugenia Ariano Deho, podría definirse el remate judicial como el acto procesal de ejecución por el cual el órgano jurisdiccional, en uso de sus facultades de imperio, transfiere al mejor postor el bien objeto de la ejecución, previo pago del precio ofrecido, ello con la finalidad de satisfacer al acreedor ejecutante y a los acreedores concurrentes sus derechos al crédito dinerario. CONVOCATORIA A REMATE JUDICIAL Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en los casos ya mencionados, el juez debe proceder a convocar al remate judicial. Ello lo realizará a través de una resolución que, según el artículo 731 del CPC, debe: Fijar día y hora en que deba realizarse el acto de remate; y Designar al funcionario que efectuará el acto de remate. Artículo 731.- Convocatoria. Aprobada la tasación o siendo innecesaria ésta, el Juez convocará a remate fijando día y hora y nombrando al funcionario que lo efectuará, de ser el caso. El remate de inmueble lo efectuará el Juez en el local del Juzgado; y el de mueble lo hará un martillero público en el lugar en que se encuentre el bien. Excepcionalmente, por las circunstancias del caso, el Juez, de oficio o a pedido de parte, puede efectuar el remate del mueble, fijando el lugar de su realización. Si el mueble se encuentra fuera de su competencia territorial, puede comisionar al del lugar para tal efecto. PUBLICIDAD La convocatoria a remate debe publicarse en el diario de los avisos judiciales del lugar donde se efectuará dicho acto. El anuncio se realizará por tres días tratándose de bienes muebles y seis días en caso de inmuebles. En caso de no haber diario, la convocatoria se publicará en otro medio de notificación edictal. Tratándose de inmuebles, además de las publicaciones señaladas, deberán colocarse avisos del remate en un lugar visible de los mismos, así como en el local del juzgado, bajo responsabilidad del secretario de juzgado. En caso de muebles, los avisos deben colocarse en el local donde se realizará el acto de remate. El anuncio del remate debe contener: E nombre de las partes y los terceros legitimados, es decir el del acreedor ejecutante, del ejecutado y de los demás acreedores que intervienen en el proceso; El bien a rematar, y de ser posible su descripción y sus características; La relación de las afectaciones del bien; El valor de tasación y el precio base; El lugar, día y hora del remate; El nombre del funcionario que realizará el remate; El porcentaje que debe depositar para participar en el remate; El nombre del juez y del secretario de juzgado y la firma de éste. El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad del remate no puede omitirse aunque medie renuncia del ejecutado, bajo sanción de nulidad. Ello en razón a que la convocatoria se realiza con el objetivo de difundir el remate judicial. ACTO DE REMATE El acto de remate se realizará en el día y hora señalados en la convocatoria. Dicho acto se iniciará con la lectura de la relación de los bienes y condiciones del remate, continuando con el anuncio de cada una de las posturas a medida que se realicen. El martillero adjudicará el bien a quien realice la postura más alta, después de un doble anuncio del precio alcanzado sin que se realice una mejor oferta, con lo cual el remate del bien o los bienes afectados queda concluido. Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del mismo, lo cual será realizado por el secretario de juzgado o por el martillero, según corresponda. Dicha acta de remate debe consignar el lugar, fecha y hora del acto; el nombre del ejecutante, del tercero legitimado y del ejecutado; el nombre de los postores y las posturas efectuadas; el nombre del adjudicatario; y la cantidad obtenida con el remate. El acta de remate debe estar firmada por el juez, o en su caso por el martillero, por el secretario del juzgado, por el adjudicatario y por las partes, si es que están presentes. Después de ello, se procederá a anexar el acta de remate al expediente a fin de dejar constancia de la realización del acto. LA TRANSFERENCIA DEL BIEN En caso de bienes muebles, el pago se debe efectuar en el mismo acto del remate, debiéndose entregar de inmediato el bien al adjudicatario, es decir a aquel que adquirió el bien objeto por realizar la postura más alta. Una vez efectuado el pago del saldo del precio, el martillero procederá a depositar dicha suma en el Banco de la Nación, a la orden del juzgado, a más tardar al día siguiente de realizado el acto de remate, con lo cual concluye el procedimiento de remate judicial. En el caso de bienes inmuebles, el juez antes de cerrar el acta de remate ordenará al adjudicatario que deposite en el Banco de la Nación el saldo del precio dentro de los tres días siguientes. Una vez realizado dicho depósito el juez transferirá la propiedad del inmueble mediante un auto, el cual contendrá: la descripción del bien; La orden que deja sin efecto todo gravamen que pese sobre éste, a excepción de la medida cautelar de anotación de demanda; La orden al ejecutado o administrador judicial para que entregue el inmueble al adjudicatario dentro de los 10 días siguientes, bajo apercibimiento de lanzamiento. Esta orden también es aplicable al tercero que fue notificado con el mandato ejecutivo o de ejecución; La orden de que se expidan partes judiciales para su inscripción en el registro correspondiente, los cuales contendrán la transcripción del acta de remate y del auto de adjudicación. El auto de adjudicación en materia de remate de bienes inmuebles es de vital importancia por varias razones, porque con él se da por concluido dicho procedimiento y, por otro lado, constituye el acto por el cual se transfiere, en favor del adjudicatario, la propiedad del bien rematado. En caso de que el adjudicatario no cumpla con depositar el saldo del precio dentro del plazo señalado, el juez está facultado en virtud del artículo 741 del CPC a declarar la nulidad del remate, y por ende convocar a un nuevo procedimiento. Con ello el adjudicatario incumpliente se hará acreedor a una doble sanción: Perderá la suma que depositó a efectos de ser admitido como postor, la cual será destinada a cubrir los gastos del anulado remate, y en caso de existir un saldo, será destinado como un ingreso del Poder Judicial por concepto de multa; Quedará impedido de participar en el nuevo remate a convocarse. Además, el referido artículo señala que queda a salvo el derecho del acreedor ejecutante para reclamar al adjudicatario incumpliente el pago de los daños y perjuicios que se le hubiesen ocasionado con dicho incumplimiento.