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caso de reconocimiento de exp extranjero

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CASACION N° 2516-98
SAN MARTIN
Lima, catorce de abril de mil
novecientos noventinueve.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUELICA.- Vista la causa número dos mil quinientos dieciséis noventiocho; con los acompañados; en la Audiencia Pública de la fecha y producida la votación
con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO
Se trata del recurso de casación interpuesto por doña tercedes E.T.C., abogada delegada del
Procurador Público a cargo de los Asuntos Judiciaies deI tlinisterio de Agricultura, contra la
sentencia expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de San Martín, que
confirmando fa sentencia apelada decfara infundada la demanda de fojas cincuenticuatro; con
lo demás que contiene;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO
La recurrente sustenta su recurso, expresando que la Sala de M. ha aplicado indebidamente
los artícuios ochenticinco, ochentisiete, noventidós y noventicinco de! Cósiigo Civil, artículos
treinticinco, treintiocho del Decreto Supremo cero treintisiete - ochentinueve - AG; artículo
veintiséis del Decreto Supremo cero cero tres - noventa - AG y artículos veintiuno y
cuarentiséis de los estatutos de la Asociación demandada;
CONSIDERANDO
Primero
Que, concedido el recurso de casación por resolución de fojas sescientos veinticinco, fue
declarado procedente por esa Sala Civil Suprema rnecfiante resoiución de fecha es de
ncviembre de mil novecientos noventiochos sdio po ias causaies coteidas en ios incisos
primero y segundo dei articula rescientos ochentiséis del Codigo Procesal Civil, esto es, la
aplicación indebida de ias normas antes citadas e inaplicación de otras normas citadas
tambiént
Segundo
- Que, la demarda interpuesta por el representante del Ministerio
CASACION N° 2516-98
SAN MARTIN
Públíco esta orientado a la disolución por disposicián judicial, de la Asociación de Junta de
Usuarios Margen Izquierdo Rio Sísa El Dorado con el fundamento de que sus actividades o
fines son o resultan contrarios al orden público;
Tercero
Que, el orden público debe entenderse conforme la doctrina imperante a aquella situación de
normalidad en que se mantiene y vive un Estado cuando se desarrollan las diversas actividades
individuales y colectivas, sin que se produzcan perturbaciones o conflictos; así mismo lo
caracteriza el conjunto de normas e instituciones cuyo objeto consiste en mantener en un país
el buen funcionamiento de los servicios públicos , la seguridad y la moralidad de las relaciones
entre los particulares;
Cuarto
Que, las instancias inferiores o de mérito, han establecido que los hechos denunciados como el
nacimiento, funcionamiento y actividades de ia Junta de Usuarios indicada no afecta el orden
público, en concordancia con lo expuesto;
Quinto
Que, a mayor abundamiento, si esa Asociación no cumple con disposiciones reglamentarias,
las que profusamente se señalan en el recurso de casación es competencia de la Autoridad
Pública exigir su cumplimiento coercitivo y que el desarrollo y actividades de la Asociación se
sujeta a las disposiciones reglametarias mas las alegadas infracciones no pueden dar base para
declararse la disolución de la Asociación en aplicación del artículo noventiséis del Código Civil;
Sexto
Que, en concordancia con estas premisas es forzoso concluir que la sentencia de mérito no ha
incurrido en la aplicación indebida de los articulos ochenticinco ochentisiete, noventidos,
noventicinco del Código Civil artículo treinticinco y treintiocho del Decreto Supremo cero
treintisiete ochentinueve AG artículo veintiséis del Decreto Supremo cero cero tres - noventa AG y que se han dejado de aplicar, en forma debida, como se dice el artículo novertiséis del
Código sustantivo, artículo sesenta del
Decreto Legislativo seiscientos cincuentitres
CASACION N° 2516-98
SAN MARTIN
artículo ciento veinticinco del Decreto Supremo cero cuarentiocho - noventiuno AG y artículo
cuarto del Decreto Supremo cero cero tres - noventa - AG, artículo sesentiséis de la
Constitución Política de! Estado y los artículos que cita de la Ley General de Aguas y otros que
se dice inaplicadas, referentes a la normatividad que rige para el uso del agua del riego y el
funcionamiento de la Juntas de Usuarios; SENTENCIA: Por estos fundamentos, declararon
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por la delegada del Procurador Püblico a cargo
de ios Asuntos Judiciales del Ministerio de Agricultura - cuya intervención en el proceso tuvo
lugar despuós de expedirse la sentencia de Primera lnstancia, como iitis consorte activo
coadyuvante - a fojas seiscientos doce contra la resolución de vista de fojas quinientos
ochentitrés, su fecha cuatro de setiembre de mil novecientos notentiocho; CONDENARON a la
recurrente al pago de la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON la
publicación de la presente resoiución en el Diario Oficial "El Peruano", bajo responsabilidad; en
los seguidos por el Señor Fiscal Provincíal E.J.D.T. con la Asociación Junta de Usuarios, Margen
Izquierda Río Sisa "El Dorado", sobre disolución de asociacion; y los devolvieron.S.S
URRELLO A
ORTIZ B.
SANCHEZ PALACIOS P.
SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA APEL. Nº 1192-2016-AREQUIPA. SUMILLA: El
proceso de reconocimiento de resoluciones judiciales y laudos expedidos en el extranjero tiene
como finalidad que el órgano jurisdiccional peruano reconozca la fuerza legal de las sentencias
expedidas por un tribunal extranjero, reconociéndole los mismos efectos que tienen las
sentencias nacionales que gozan
SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA APEL. Nº 1192-2016-AREQUIPA.
SUMILLA:
El proceso de reconocimiento de resoluciones judiciales y laudos expedidos en el extranjero
tiene como finalidad que el órgano jurisdiccional peruano reconozca la fuerza legal de las
sentencias expedidas por un tribunal extranjero, reconociéndole los mismos efectos que
tienen las sentencias nacionales que gozan de autoridad de cosa juzgada, para lo cual no basta
la legalización efectuada regularmente en el país de procedencia, sino que es necesaria la
homologación de la resolución judicial conforme lo determina el Código Procesal Civil.
BASE NORMATIVA:
• Subcapítulo 11, del Título II, Sección Sexta del Código Procesal Civil.
• Artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado.
• Artículo 122 inciso 3 del Código Procesal Civil
• Artículo 12 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
SÍNTESIS:
En el presente caso, es materia de grado la resolución apelada, emitida por la Segunda Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fecha veintiuno de enero de dos mil
dieciséis, que declara improcedente la demanda interpuesta por el recurrente sobre
Reconocimiento de Divorcio, contenido en acto emitido por Notario Público; sobre Exequátur,
en los seguidos por el recurrente contra su cónyuge. Revisada la solicitud por la Sala Civil
Superior, concluye que no existe sentencia extranjera a reconocer en autos, sino la Escritura
Pública número 1535, de fecha veintiséis de setiembre de dos mil catorce, celebrada ante una
Notaria, encargada del Círculo de Bogotá Distrito Capital, Departamento de Cundinamarca,
República de Colombia. De allí, la citada Sala Civil entiende que la Escritura Pública de Divorcio
materia de reconocimiento tiene validez, y al haberse celebrado el matrimonio en Colombia y
registrado ante el Consultado del Perú en Bogotá, puede ser inscrita directamente por el
nacional en el Consulado del Perú en Bogotá, de la República de Colombia, sin necesidad de
reconocimiento judicial. Indica finalmente que el proceso de reconocimiento de resoluciones
judiciales y laudos expedidos en el extranjero tiene como finalidad que el órgano jurisdiccional
peruano reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por un tribunal extranjero,
reconociéndole los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales que gozan de
autoridad de cosa juzgada, para lo cual no basta la legalización efectuada regularmente en el
país de procedencia, sino que es necesaria la homologación de la resolución judicial conforme
lo determina el Código Procesal Civil, siendo que en el presente caso, el documento que el
solicitante pretende sea reconocido, no es una sentencia emitida por un órgano jurisdiccional,
sino un documento emitido por Notario, que puede ser registrado ante el Consulado del Perú
en Colombia en forma directa por el solicitante. De la normatividad prevista en el Subcapítulo
11, del Título II, Sección Sexta del Código Procesal Civil, se tiene que forma parte de la función
jurisdiccional de las Salas Civiles el avocarse al reconocimiento por homologación de
sentencias y laudos extranjeros, a fin de que sean aplicables sus efectos en nuestro
ordenamiento; empero, existiendo también en nuestro país una política legislativa de
desconcentración del Sistema de Justicia -que delega algunas materias anteriormente
conocidas por el Poder Judicial a otros integrantes del mismo (por ejemplo: Municipalidades o
Notarios Públicos), no resulta una interpretación acorde a la importancia del acceso a los
tribunales, limitar la referida homologación únicamente al caso de las sentencias emitidas por
el Poder Judicial de un país extranjero y negar dicha posibilidad para que sean homologados
otros pronunciamientos que aún no siendo jurisdiccionales, también puedan representar
efectos cuya aplicación en nuestro país resulta relevante para el demandante. Razón por el
cual la apelada incurre en vicio de motivación que acarrea su nulidad, cuando considera que en
la demanda presentada por el recurrente no existe conexión lógica entre los hechos y el
petitorio (causal de improcedencia del entonces vigente inciso 5 del artículo 427 del CPC.). Por
tales razones, el Tribunal Supremo considera que conforme a las consideraciones señaladas, la
Sala Superior deberá proceder a emitir nuevo pronunciamiento acorde a ley.
SENTENCIA EXTRANJERA VS EL RECONOCIMIENTO JUDICIAL NACIONAL
CAS. N° 1075-2015 LIMA
Declaración de Bien Propio SUMILLA: El bien inmueble adquirido con posterioridad a la
sentencia extranjera, constituye un bien propio, pues sus efectos se retrotraen a la fecha de
expedición de su fallo y no a partir de la expedición de la sentencia nacional de reconocimiento
(Exequatur). Artículo 2104 del Código Civil.
Lima, tres de marzo de dos mil dieciséis.- LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil setenta y cinco del dos mil quince; en
audiencia pública de la fecha; y producida la votación de acuerdo a ley, emite la siguiente
sentencia. I. ASUNTO: Se trata del recurso de casación, interpuesto por la demandada Nancy Iris
Kajatt Ponce contra la sentencia de vista contenida en la resolución número cinco obrante a
fojas doscientos setenta y nueve, de fecha veintisiete de octubre de dos mil catorce, emitida por
la Primera Sala Especializada de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirma la
resolución apelada número veintiuno de fecha veinticinco de noviembre de dos mil once que
declara fundada la demanda de declaración de bien propio, en consecuencia el bien inmueble
ubicado en la avenida Tomás Marsano N° 1553, departamento N° 412, Distrito de Surquillo,
Provincia y Departamento de Lima, inscrito en la Partida Electrónica 490591990 del Registro de
Predios de la Zona Registral N° IX Sede Lima, es un bien propio de don José Alejandro Ortiz
Calderón. II. ANTECEDENTES: 1. DEMANDA Se aprecia que a fojas cincuenta y cinco de los autos,
el demandante José Alejandro Ortiz Calderón interpone demanda de declaración de bien
propio, respecto del inmueble ubicado en la avenida Tomás Marsano N° 1553, departamento N°
412 distrito de Surquillo, Provincia y Departamento de Lima, inscrito en la Partida Electrónica
49059110 de los Registros Públicos de la Zona Registral IX Sede Lima en contra de Nancy Iris
Kajatt Ponce. El demandante sostiene como soporte de su pretensión que: 1.1. Con fecha veinte
de junio de mil novecientos setenta y ocho contrajo matrimonio civil con la demandada; y con
fecha diez de enero de dos mil cinco el Juzgado de Primera Instancia del Décimo Sétimo Circuito
Judicial del Condado de Broward –Estado de la Florida– Estados Unidos de Norteamérica, dictó
sentencia de divorcio, ordenando la disolución del vínculo matrimonial contraído con la
demandada, la cual ha sido reconocida vía exequatur por el Estado Peruano. 1.2. Indica que está
legalmente divorciado de la demandada desde el diez de enero de dos mil cinco, fecha en que
el Juzgado declaró disuelto el vínculo matrimonial, lo que también marcó el fenecimiento de la
sociedad conyugal. 1.3. En su condición de divorciado y mediante contrato de compra venta del
dieciséis de junio de dos mil cinco, elevado al escritura pública del once de noviembre de dos
mil cinco ante notario público, adquirió el inmueble constituido por el departamento N° 412,
con ingreso por la avenida Tomás Marsano N° 1553, Distrito de Surquillo, Provincia y
Departamento de Lima, inscribiendo la transferencia en el Asiento C0002 de la Partida N°
499059110 del Registro de Predios de la Zona Registral N° IX Sede Lima, adquiriéndolo 05 meses
y 06 días después de haberse divorciado de la demanda y haber fenecido la sociedad conyugal,
por lo que el citado bien es propio del demandante. 1.4. La demandada reconoce en la demanda
de exequatur que la disolución del vínculo matrimonial se produjo de manera definitiva el diez
de enero de dos mil cinco, además que en la sentencia al momento de cuantificar los activos
conyugales, para efectos del divorcio, no aparece consignado el inmueble sub materia. No
obstante ello, la demanda de mala fe hizo anotar en la partida registral del inmueble sub
materia, su inclusión como cónyuge del comprador, con el evidente propósito de procurarse un
derecho de propiedad que no le corresponde. 2. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA La
demandada Nancy Iris Kajatt Ponce contesta la demanda a fojas ciento veinte,
señalando: 2.1. Que la sentencia dictada en el extranjero ha sido reconocida en el Perú vía
exequatur recién el veintidós de octubre de dos mil diez, proceso que se tramitó por la Primera
Sala de Familia de la Corte Superior de Lima, la misma que se encuentra anotada en los registros
públicos y en la partida de matrimonio expedida por la Reniec, y que acredita que el divorcio fue
reconocido legalmente en el Perú con fecha veintidós de octubre de dos mil diez; y es a partir
de dicha fecha en que legalmente se encuentra divorciado en el Perú. 2.2. El demandante
equivocadamente considera que está legalmente divorciado desde el diez de enero de dos mil
cinco, fecha en la que el Juzgado de la Florida, Estados Unidos declaró disuelto el vínculo
matrimonial, sin tener en consideración que quedó legalmente divorciado para el Perú con fecha
diez de octubre de dos mil diez, en que se declaró el reconocimiento de la sentencia de divorcio,
y no tiene en cuenta que debió realizar un proceso de reconocimiento de dicha sentencia en el
Poder Judicial, a fi n de que tuviera valor en nuestro país, en consecuencia, cuando compró el
inmueble materia de la demanda, se encontraba legalmente casado en el Perú, por lo que los
registros públicos ratificaron correctamente la calidad del bien como propiedad de la sociedad
conyugal. 3. RESOLUCIÓN DE PRIMERA INSTANCIA Culminado el trámite correspondiente, el juez
mediante sentencia de fecha veinticinco de noviembre de dos mil once de fojas doscientos
treinta y ocho, declara fundada la demanda; en consecuencia, que el bien inmueble ubicado en
la avenida Tomás Marsano N° 1553 departamento N° 412, distrito de Surquillo, Provincia y
Departamento de Lima, inscrito en la Partida Electrónica 490591190 del Registro de Predios de
la Zona Registral N° IX Sede de Lima, es un bien propio de don José Alejandro Ortiz Calderón,
sustentando que: 3.1. Del expediente acompañado N° 00850-2010-0-1801-SP-FC-01 sobre
exequatur, doña Nancy Iris Kajatt Ponce, a través de su apoderada, presentó ante la Sala de
Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, una demanda de exequatur, a fi n que se proceda
al reconocimiento de la sentencia definitiva de divorcio de fecha diez de enero de dos mil cinco,
expedida por el Juzgado de Primera Instancia del Décimo Sétimo Circuito Judicial del Condado
de Broward, Estado de la Florida, Estados Unidos, en el proceso de divorcio seguido contra José
Alejandro Ortiz Calderón, siendo que la Primera Sala Especializada de Familia expide sentencia
con fecha veintidós de octubre de dos mil diez que declara fundada la demanda; en
consecuencia que tiene fuerza y validez legal en el Perú la sentencia de divorcio, pronunciado
por el Juzgado de Primera Instancia del Décimo Sétimo Circuito Judicial del Condado de Broward
– Estado de Florida – Estados Unidos con fecha diez de enero de dos mil cinco. 3.2. En cuanto a
determinar desde cuándo surte efectos la sentencia homologada por exequatur, en la doctrina
se dice que la sentencia reconocida por exequatur surtirá sus efectos desde el momento en que
nacieron con esta, pues caso contrario, implicaría postergar la producción de efectos. 3.3. En el
año 1999 se llevó a cabo un Pleno Jurisdiccional de Familia y entre los Acuerdos de la Sesión
Plenaria se arribó a un acuerdo: ¿Desde cuándo surten efectos en el Perú la sentencia extranjera,
a la fecha de expedición de la sentencia exequatur, declarada la homologación, los efectos de la
sentencia se retrotraen a la fecha de su expedición por el Tribunal extranjero?; por unanimidad
se acordó: Que los efectos de una sentencia extranjera homologada se retrotraen a la fecha de
su expedición. 3.4. En consecuencia, la sentencia extranjera homologada, surtirá efectos desde
que fue expedida. Así del expediente acompañado se tiene que la sentencia de divorcio fue
expedida el diez de enero de dos mil cinco, por consiguiente, se tiene a los cónyuges por
divorciados desde dicha fecha. 3.5. Por consiguiente, los bienes que adquirieran después de esa
fecha, cuales quiera de los cónyuges divorciados, constituye un bien propio, salvo que se
acredite que fue adquirido con caudal de la sociedad de gananciales. 3.6. De la copia del
testimonio de la escritura pública de compra venta, la minuta en la que don José Alejandro Ortiz
Calderón adquiría el inmueble ubicado en la avenida Tomás Marsano N° 1553 Departamento
412 Distrito de Surquillo, Provincia y Departamento de Lima, inscrito en la Partida N° 49059110
fue suscrita el dieciséis de junio de dos mil cinco, cinco meses después de producida la disolución
del vínculo matrimonial y elevada a escritura pública del once de noviembre de dos mil
cinco. 3.7. La escritura pública de inclusión de cónyuge fue realizada el tres de marzo de dos mil
diez cuando la ex cónyuge ya conocía su condición de divorciada, más aun si fue ella quien inició
el proceso de divorcio en el Condado de Broward – Estado de Florida, conforme se desprende
de la traducción de la sentencia definitiva en el expediente acompañado. 3.8. La compra venta
del inmueble sub litis fue realizado con posterioridad a la sentencia de divorcio de la partes, en
consecuencia fue adquirido solo por el demandante. 4. RESOLUCIÓN DE SEGUNDA INSTANCIA
La Primera Sala Especializada de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, mediante
resolución número cinco de fecha veintisiete de octubre de dos mil catorce, obrante a fojas
doscientos setenta y nueve, confirmó la resolución N° 21 de fecha veinticinco de noviembre de
dos mil once que declara fundada la demanda de declaración de bien propio; sustentando
que: 4.1. Homologada la sentencia extranjera, retrotrae sus efectos a la fecha de expedición de
su fallo, toda vez que la sentencia es una sola y es la que constituye derechos, mientras la
homologación es solo de carácter declarativo. III. MATERIA JURÍDICA EN DEBATE: El tema en
debate radica en establecer si la homologación de la sentencia extranjera retrotrae sus efectos
a la fecha de expedición del fallo dado en el extranjero. IV. FUNDAMENTOS: PRIMERO.- Siendo
que por auto de calificación de fecha veintiuno de setiembre de dos mil quince del cuadernillo
de casación, se declaró procedente el recurso de su propósito por las causales de: i) Infracción
normativa del artículo 139 incisos 3) y 5) de la Constitución Política del Estado, y el artículo III
del Título Preliminar del Código Civil. Indica la accionante que, no existe norma legal que avale
o sustente los considerandos de la sentencia de vista, respecto que la homologación de
sentencia extranjera retrotrae sus efectos a partir de su expedición. Para el ordenamiento
peruano no basta la expedición en el país de procedencia de la sentencia de divorcio, sino que
es necesaria la homologación de la resolución judicial, proceso que tiene como fi n que el órgano
jurisdiccional reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por un Tribunal extranjero. ii)
Infracción normativa del artículo 122 inciso 4) del Código Procesal Civil. Señala la recurrente
que, la Sala Superior no ha motivado debidamente la sentencia de vista respecto a su argumento
de que no es suficiente para la Ley peruana la expedición de la sentencia del país extranjero,
sino que toda sentencia surte efecto a partir de la homologación, lo que origina la nulidad de la
recurrida. Así pues, no existe una respuesta razonada, motivada y congruente respecto de todos
los agravios del recurso de apelación. SEGUNDO.- Se advierte de los fundamentos del escrito de
casación que la recurrente cuestiona, a partir de una indebida motivación, los efectos
retrotraídos de la sentencia extranjera. TERCERO.- El exequatur es una revisión de formalidades
procesales que garantizan la observancia del debido proceso, reservándose un poder de control
o de revisión de excepción, antes de prestarle la fuerza para su cumplimiento; es a través del
exequatur que se reconoce y ejecuta sentencias extranjeras, invistiéndola de los mismos efectos
que tienen las sentencias de los jueces nacionales, sin necesidad de entrar en vigencia del
juicio. CUARTO.- La sentencia, como producto natural del poder de soberanía, que se manifiesta
mediante la jurisdicción, queda limitada, en cuanto a su eficacia, dentro de la soberanía que se
ejerce. Sin embargo, para poder comprender la validez y eficacia de la sentencia extranjera fuera
de la jurisdicción que la ha creado; en otras palabras, para analizar la extraterritorialidad de la
sentencia extranjera, debemos tomar posición en cuanto al análisis de la misma, teniendo
presente las distintas eficacias jurídicas de la sentencia extranjera[1]. Dichas eficacias jurídicas
son: fuerza de cosa juzgada, fuerza probatoria y fuerza ejecutoria. QUINTO.- Tendrá fuerza de
cosa juzgada cuando no sea posible interponer recurso impugnatoria alguno contra ella; tendrá
fuerza probatoria cuando éstas sean legalizadas regularmente en el país de procedencia [para
efectos puramente probatorios no requieren del procedimiento de exequatur]; y, tendrá fuerza
ejecutoria de acuerdo a los requisitos y formalidades que establezca la legislación interna de
cada país. SEXTO.- El artículo 2104 del Código Civil establece los requisitos de procedencia para
el
reconocimiento
y
ejecución
de
sentencias
extranjeras,
puntualizando
ocho
requerimientos: a) Que no resuelvan asuntos de competencia peruana exclusiva; b) Que el
tribunal extranjero haya sido competente para conocer el asunto de acuerdo a sus normas de
Derecho Internacional Privado y a los Principios Generales de Competencia Procesal
Internacional; c) Que se haya citado al demandado conforme a la ley del lugar del proceso, que
se le haya concedido plazo razonable para comparecer, y que se le hayan otorgado garantías
procesales para defenderse; d) Que la sentencia tenga autoridad de cosa juzgada en el concepto
de las leyes del lugar del proceso; e) Que no exista en el Perú juicio pendiente entre las mismas
partes y sobre el mismo objeto, iniciado con anterioridad a la interposición de la demanda que
originó la sentencia; f) Que no sea incompatible con otra sentencia que reúna los requisitos de
reconocimiento
y
ejecución exigidos en este título
y
que
haya sido
dictada
anteriormente; g) Que no sea contraria al orden público ni a las buenas costumbres; y, h) Que
se pruebe la reciprocidad. SÉTIMO.- Bajo dichos supuestos tenemos que el exequatur es un
reconocimiento u homologación, es darle fuerza ejecutiva a lo decidido por el juez extranjero y
no un nuevo juicio o una nueva valoración de los hechos por el tribunal nacional. Por ello,
podemos afirmar que no se trata de los efectos de la sentencia extranjera nacional de
reconocimiento, sino de efectos de la sentencia extranjera; y, teniendo en cuenta que la
sentencia es una sola y sus efectos son los mismos cualquiera que sea el lugar donde haya de
producirse, una vez homologada sus efectos, se retrotraerían a la fecha en que se ha expedido
el fallo materia de reconocimiento. OCTAVO.- En el caso de autos, tenemos que el demandante
contrajo matrimonio con la recurrente el veinte de junio de mil novecientos setenta y ocho; con
fecha diez de enero de dos mil cinco, se expidió sentencia extranjera donde se aprecia que
ambas partes están de acuerdo con la sentencia de disolución del vínculo matrimonial, en los
términos que ella expone; por contrato de fecha dieciséis de junio de dos mil cinco el
demandante adquiere el bien inmueble sub litis, elevándolo a escritura pública el once de
noviembre de dos mil cinco; y con fecha veintidós de octubre de dos mil diez, se expidió la
sentencia nacional de reconocimiento (exequatur); por tanto, el bien inmueble adquirido por el
accionante, al haberse realizado con posterioridad a la sentencia extranjera, constituye un bien
propio, pues sus efectos se retrotraen a la fecha de expedición de su fallo. NOVENO.- Por tanto,
los argumentos de una indebida motivación en la recurrida, no puede ampararse, más aun
cuando se advierte que la misma cumple los estándares exigidos por el Tribunal Constitucional
“como lo ha precisado este colegiado en reiterada jurisprudencia, el derecho a la motivación de
las resoluciones judiciales no garantiza una determinada extensión de la motivación, por lo que
su contenido constitucional se respeta, prima facie, siempre que exista: a) Fundamentación
jurídica, que no implica la sola mención de las normas a aplicar al caso, sino la explicación y
justificación de porqué tal caso se encuentra, o no, dentro de los supuestos que contemplan
tales normas; b) Congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la manifestación de los
argumentos que expresarán la conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las
pretensiones formuladas por la partes; y, c) Que por sí misma exprese una suficiente justificación
de la decisión adoptada, aún si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación
por remisión (…)” (Sentencia del Tribunal Constitucional N° 4348-2005-PA/TC); es decir, la
decisión adoptada se encuentra penamente justificada y ello se advierte de su cuarto
fundamento cuando señala “homologada la sentencia extranjera que la sentencia es una sola y
es la que constituye derechos, mientras la homologación es solo de carácter declarativo”,
resolviendo que el inmueble sub litis fue adquirido por el demandante por contrato de compra
venta de fecha posterior al divorcio de las partes, no constituyendo un bien social ni que haya
sido adquirido con dinero proveniente de la sociedad de gananciales V. DECISIÓN: Esta Sala
Suprema, en aplicación de lo señalado por el artículo 397 del Código Procesal Civil; declara: a)
INFUNDADO el recurso de casación de fojas doscientos ochenta y ocho, interpuesto por Nancy
Iris Kajatt Ponce; NO CASARON la resolución de vista de fecha veintisiete de octubre de dos mil
catorce, obrante a fojas doscientos setenta y nueve que confirmó la resolución N° 21 de fecha
veinticinco de noviembre de dos mil once que declara fundada la demanda. b) DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el diario oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad y los
devolvieron; en los seguidos por José Alejandro Ortiz Calderón con Nancy Iris Kajatt Ponce, sobre
declaración de bien propio. Intervino como ponente el señor Juez Supremo De la Barra
Barrera. Por impedimento de la señora Jueza Suprema Tello Gilardi integra esta Suprema Sala
el señor Juez Supremo Yaya Zumaeta. SS. DEL CARPIO RODRÍGUEZ, RODRÍGUEZ CHAVEZ,
CALDERÓN PUERTAS, YAYA ZUMAETA, DE LA BARRA BARRERA.
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