Subido por Vivi Infante Lombardo

La Gestión Directiva en la escuela posmoderna

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Trabajo Integrador Final Modulo III:
“Desarrollo Profesional para el
Liderazgo Pedagógico”
Prof. Viviana Haideé Infante Lombardo
D.N.I. N° 22.568.689
Supervisora Técnica Escolar - Nivel Inicial
Juan José Castelli
Octubre de 2019
Consignas:
1)
2)
3)
4)
5)
Ver la película “HOY EMPIEZA TODO” de Bertrand Tavemier. Prestar especial
atención a cada una de las escenas observadas y a los diálogos que se
presentan en las mismas entre los distintos personajes (realizar anotaciones de
ser necesario).
Identificar a lo largo de la película distintas escenas donde aparezcan los temas,
saberes o contenidos analizados, reflexionados y desarrollados a lo largo de las
distintas clases virtuales y en los presenciales del módulo 3.
Luego de identificar las escenas significativas en la película, describir por escrito
las mismas y relacionarlas con citas textuales o parafraseadas de la bibliografía
de lectura obligatoria donde se abordan conceptos, saberes o ideas principales
aprendidos durante las clases del módulo 3.
Las relaciones que se escriban deberán estar pertinentemente fundamentadas
y para ello es necesario que haya redacción de propia autoría y no sólo copia
textual de los marcos teóricos.
Redactar una reflexión final donde exprese que haría usted si fuera director/a de
la institución educativa de la película o si fuera supervisor/a de la misma como
asesoraría al director para mejorar su funcionamiento y organización.
La película:
Analizada la película propuesta en la consigna 1, en función a los contenidos y
saberes reflexionados en el Módulo 3 es posible afirmar en relación a dichos saberes lo
que a continuación se expone:
Se visualiza la gestión directiva en un contexto adverso por la realidad social y
económica crítica que se está atravesando impactando en la institución educativa, que
en este caso es el Jardín de Infantes o “Parvulario”, donde el director, el “señor Daniel”
no sólo ejerce dicha función, sino que además se desempeña como maestro teniendo
a su cargo alumnos para la tarea pedagógica.
En esta gestión directiva, se resalta el liderazgo que ejerce comportándose a la par
junto a su equipo promoviendo no sólo el proyecto del centro educativo sino también en
su preocupación y ocupación por las trayectorias escolares de los niños, apelando a la
circulación de la palabra entre los distintos actores y por ende gestionando la
comunicación y la información tanto interna como externa, la búsqueda del
fortalecimiento de los lazos y el compromiso de las familias y las autoridades tanto
políticas como educativas: el Ayuntamiento, servicios sociales, fuerzas de seguridad, el
supervisor o inspector utilizando el vocablo de la película, todo ello en procura de la
resolución de las situaciones problemáticas complejas que se presentan a lo largo de la
trama: desinterés de las familias, ausencia de los alumnos a clases, pobreza,
desocupación, delincuencia juvenil, maltrato infantil, alcoholismo, abandono de los entes
oficiales encargados de brindar asistencia, necesidades básicas insatisfechas, entre
otros; ante los cuales se manifiesta la empatía en la búsqueda de soluciones pensando
en los alumnos y especialmente en su convicción de que más allá de la pobreza, de ser
los niños y sus familias considerados por el Estado como los últimos y “escorias” de la
sociedad, hay una esperanza para ellos y bajo esa convicción fortalece su gestión
directiva.
En cada situación planteada aparece el compromiso que asume el director en el
ejercicio de sus funciones preocupado y ocupado ante la realidad en la que está inserto,
con valores claros que defiende aún en situaciones límites y adversas a las que se
enfrenta para dar respuestas a las demandas, tomando decisiones que implican la
responsabilidad de alterar la cotidianeidad, puesto que cada decisión tomada es un
ejercicio de la libertad que implica estar atento, reconocer lo previsto y asumir el riesgo
de tomar una posición afrontando la posibilidad de equivocarse. Por lo que, como líder,
su actuar es una apuesta que conlleva un riesgo y en consecuencia cada decisión
implica un desafío.
En este liderazgo en la gestión, está pendiente de la centralidad de toda institución
educativa que es la dimensión pedagógica, así como el aspecto edilicio, mostrando una
actitud personalizada con cada una de las familias enfrentándose a la problemática
social realizando acciones que en varias ocasiones exceden a su rol, puesto que en
este entramado social por las problemáticas señaladas más arriba, en la búsqueda de
ayuda no encuentra apoyo en las autoridades y organismos oficiales quiénes evaden
sus obligaciones tras la burocracia y la demagogia en una promoción de participación
simbólica.
Potencia un clima escolar ameno, generando e inspirando confianza por su empatía,
no sólo en su equipo docente sino también en sus alumnos mediante la participación
real en clases y la búsqueda de involucrar a las familias en la dinámica escolar también
en esta forma real, que persiste y se consolida tras la tragedia de una alumna y su familia
que lo lleva a cuestionarse e incluso culparse, pero no obstante con su equipo docente,
su entorno familiar y la comunidad lo hacen persistir en su función y juntos lograr una
transformación de la institución mediante la implicancia de las familias en la búsqueda
de un cambio cultural y social para superar la desesperanza y el desánimo a los efectos
de lograr su inclusión y una responsabilidad educativa compartida.
Escenas:
Las escenas que permiten detectar lo antes expuesto son varias: Cuando reflexiona
sobre su rol y se pregunta “¿Qué nos mantiene aquí?”; cuando recibe a los alumnos
antes del horario de entrada; el diálogo que mantiene con los padres sobre distintos
temas: preguntar por qué no está viniendo; saludando y alentando a las familias cuando
llevan a los niños al jardín, visitando los hogares de los niños más vulnerables, las
reuniones y la comunicación con el equipo docente sobre la marcha de la institución
y las problemáticas que presentan escuchado los reclamos de los docentes en dichas
reuniones como los edilicios, escuchando las problemáticas de los padres, haciendo
reclamos a servicios sociales quién niega ayuda cuando una madre abandona a su hija
estudiante y al bebé en la institución o cuando advierte mediante una docente indicios
de abuso de un niño, por lo que hace la denuncia correspondiente; gestionando ante las
autoridades municipales para que ayuden a las familias en su situación de pobreza;
cuando acompaña, asesora y alienta a una docente que “agarró del pelo” a un alumno;
escuchando a una docente quién analiza y compara la situación actual con la “de hace
veinte años”; su lucha ante la desatención y abandono por parte de entes estatales
escondidos tras la burocracia para responder a los reclamos; su especial atención por
la centralidad pedagógica a través del diálogo no sólo en las reuniones sino en la
cotidianeidad de la convivencia junto a su equipo docente y las familias al hacerlos
partícipes del proceso educativo, por ejemplo cuando invita a un padre transportista,
a que contara a los niños sobre la experiencia de su trabajo, que resulta en una
experiencia significativa para los niños y la propia familia que participa. Su
cuestionamiento a su labor cuando se produce la muerte trágica de una alumna, su
madre y su hermano bebé y su negativa de no participar del entierro que planifica el
Ayuntamiento cuando no respondieron a sus pedidos de ayuda.
Fundamentos:
De lo antes expuesto resulta menester señalar el liderazgo en la conducción del
director en su influencia para la dinámica institucional en la asunción de desafíos en un
contexto complejo atravesado por las problemáticas señaladas donde resulta claro la
configuración del sentido y del quehacer en colaboración mediante procesos de
sensibilización y convocatoria para el trabajo colaborativo siendo fundamental para la
búsqueda de procesos de mejoramiento institucional (English, Steffy &Hoyle, 2002),
coincidente con los nuevos paradigmas que sostienen que para ser efectivas, las
organizaciones han de tener la capacidad para dar respuesta a los desafíos que
devienen de la sociedad y las situaciones por las que atraviesan, donde el equipo
docente desempeña un papel protagónico en el cambio por estar en contacto diario con
las demandas sociales, laborales políticas y económicas que forja la construcción
colectiva de una red trabajo donde las metas propuestas revelan una visión de futuro
compartida que en la trama posibilita percibir la cohesión, el trabajo colectivo, la
integración y sentido respetando la diversidad de aportes de los diversos actores
donde subyace una visión clara de liderazgo distribuido que se plasma en no rendirse
(aunque el sentimiento y la tribulación lleva a cuestionarse sobre la propia práctica
directiva) ante las adversidades para concluir en un cambio que integra a la institución
toda en esa visión compartida de que se logra cuando comparten un proyecto conjunto
y lo disfrutan como comunidad educativa.
En este marco se resaltan las competencias en el ejercicio de su rol: la toma de
decisiones, la delegación, la negociación, la conformación y conducción de equipos y la
coordinación de las actividades de individuos y equipos así como la capacidad para que
el equipo pueda comprender la problemas institucionales y la búsqueda de un proyecto
en consonancia donde apela a distintos recursos como la escucha, el diálogo, la
confianza, la participación para crear y fortalecer nuevas estructuras organizativas, la
promoción de la profesionalización de los docentes actuando como asesor pedagógico,
la lectura de la dinámica de la institución mediante el análisis continuo, su actuar que
considera lo previsto y lo imprevisto y la asunción como representante de la institución
que busca generar redes tanto externas (por ejemplo con la asistente social) como
internas que faciliten la concreción de proyectos.
Estas capacidades y esta gestión se manifiestan desde la perspectiva de la
micropolítica que se relaciona con las ideologías, la diversidad de metas, los intereses,
las estrategias, las luchas de poder, el control, la toma de decisiones y los objetivos
significados institucionales, asumiendo el director Daniel una postura que se identifica
con la autoridad democrática, puesto que expresa y reconoce los derechos de las
personas y los grupos, permite y estimula el análisis, la crítica, el control y la corrección
de los mecanismos de acción social; las ideas, concepciones y planes.
Fomenta la participación real teniendo como soporte la apertura a instancias
compartidas en consonancia con las necesidades institucionales logrando no sólo el
crecimiento de la autoestima, la responsabilidad individual y compartida sino el sentido
de pertenencia, que se evidencia en el compromiso con la actividad que en este caso
se observa que avanza de menor a mayor grado de participación.
En cuanto a la comunicación como proceso de dar y recibir información entre varias
personas, se observa la atención puesta en este elemento de la gestión, la cual se
encuadra dentro de un estilo asertivo, esto es, hay una interacción donde se promueve
la escucha centrándose en los hechos, con argumentos, buscando acuerdos, soluciones
con un tono cálido y cercano que respeta y valora al otro y como apertura interna,
posibilita en funcionamiento en redes, y como apertura hacia el exterior el logro de
objetivos como se manifiesta cuando los organismos sanitarios otorguen turnos para el
control médico de los niños que observan ciertas dificultades que inciden en la calidad
del proceso educativo, en ayuda con la asistente social.
Por último, resulta de gran importancia la figura del “inspector” o supervisor, quién
asume un liderazgo opuesto al del director Daniel, enfatizando el ejercicio de poder con
un estilo imperativo o tradicional, con una intencionalidad manifiesta de acentuar el
control y la razón para vigilar, criticar y sancionar con un cierto menosprecio a la gestión
del director cuando ante sus reclamos interviene convocando a una reunión de
coordinación con organismos oficiales de asistencia, dejando manifiesto su descontento
por sus reclamos y negándole expresarse para dar lugar solamente al otro sujeto,
evidenciando la promoción de una participación simbólica en donde predomina por lo
bajo una concepción que el director no comparte: “el aspecto social no nos incumbe”;
“los de abajo no se recuperan”; tildan a los pobres como “basura” frente a la convicción
del director cuando expresa que “son niños que están al borde del abismo, que son
ignorados. No se trata de una labor social. Se trata de escucharlos. De mirarlos…”
Visita a la institución y observa la clase del director, enfatizando nuevamente la
concepción tradicional sentándose en el fondo y tomando notas, con un lenguaje
corporal de arrogancia, y donde hace una devolución enfatizando lo que debe mejorar
con propuestas de autores para mejorar y reconociendo despectivamente lo que estuvo
bien pero enfatizando la crítica, especialmente cuando señala que se deja avasallar por
sus alumnos, cuando en realidad el director promueve la participación y el diálogo.
Finaliza con su devolución en su labor directiva, donde le reclama su solicitud respecto
a otros contextos, especialmente servicios sociales, tildándolas como “iniciativas
guerrilleras”. Le cuestiona y hay una advertencia sobre la petición que hacen los
docentes y la comunidad señalando que “los padres participan demasiado” y debe
morigerar su “espíritu contestatario”, dado que lo que se hace debe estar bajo su “control
personal”. Paradójicamente le señala que necesita “un director mediador y no un director
agitador”.
La imagen del supervisor es visto por los docentes como “el Gran jefe”, quienes
expresan su posición de acompañar al director y ofrecen su ayuda. El director expone
claramente la diferencia de concepciones cuando señala que de todos los inspectores
que ha tenido, que fueron ocho, sólo uno “conocía el terreno”, destacando su
accesibilidad y posibilidad de diálogo a diferencia del actual.
En este aspecto, la figura del supervisor esta ajena a su rol de asesor y mediador,
con escasas a nulas competencias que hacen a su función y prevaleciendo un estilo de
comunicación agresiva, donde hábilmente intenta dominar la voluntad del director con
comentarios que entrañan amenazas que lo percibe y se expresa en la nota media que
le coloca a su función obstaculizando sus posibilidades de ascenso.
En este actuar del supervisor, no hay contacto con los docentes salvo para el saludo,
quién se acerca al centro no a modo de acompañamiento de la gestión sino ante
situaciones que derivan de la acción del director y su comunidad que se perciben por la
autoridades políticas y educativas como obstáculos, por lo que ejerce más allá de su
discurso y su aparente gestión democrática participativa una gestión mas bien
autoritaria, con tendencia a la burocratización y la crítica a la participación de las
familias, esto es su presencia deviene para vigilar, controlar y sancionar. En ningún
momento manifiesta preocupación o interés por cuestiones que hacen al centro, su
proyecto, sus logros, dificultades, propuestas, ánimo o reconocimiento a la labor
realizada por el conjunto docente incluido el director.
Ante lo expuesto y a partir del marco teórico, de acuerdo a De Grauwe y Carron,
2002, “ el aspecto que fundamentalmente distingue la supervisión de la inspección es
que aquella ofrece asesoría, apoyo y dirección para mejorar la instrucción en la aula, la
práctica docente y el funcionamiento en la institución, en tanto que la inspección implica
examinar y evaluar la calidad de los procesos educativos basado en criterios
establecidos; monitoreo de las tendencias los estándares educativos entre otros, lo que
lo acerca a las tareas que en palabras de la autora Dussel (1995) la visita del inspector
era la visita a la instituciones para juzgar el estado de la higiene y tal como se observa
en la película, señalar en los informes las normas o reglamentos incumplidos y las
debilidades pedagógicas observadas en la enseñanza impartida, además de dejar al
director una serie de recomendaciones o indicaciones con la finalidad de corregir os
desvíos observados.
Reflexión Final:
Culminando el trabajo, en mi rol de supervisora, tomaría sin duda otra actitud. En
primer lugar, coincido con el soporte teórico que la tarea de supervisión ha de orientarse
al mejoramiento de la calidad de la educación, teniendo como principal función la
asunción de un rol de mediador entre las políticas públicas y las múltiples realidades
escolares y en consecuencia las demandas que provienen en la sociedad compleja que
actualmente vivimos, no sólo atravesada por la crisis social, económica y cultural, sino
lo que es propio de la sociedad posmoderna, donde ya están impuestos nuevos
formatos a los que hemos de estar preparados para garantizar el respeto y la incusión
sin menospreciar ni poner en tela de juicio lo que corresponde al ámbito de lo privado
de cada familia, esto es por ejemplo: nuevos formatos de familias, los medios de
comunicación y las nuevas tecnologías de la información al alcance de la mayoría de
los estudiantes, entre otras cuestiones. Por ello, como supervisor, buscaría el diálogo
con el director, entender sus reclamos,
asesorarlo si no condice con la política
educativa, evitando exponerlo ante otros entes, procuraría acompañar en forma activa
siendo el mediador ante las necesidades que reclama y la obligación que compete al
Estado para velar en un clima que promueva la participación y el trabajo colaborativo en
redes, morigerando la función de control, dado que si bien forma parte del rol, no es
necesario exponerla de modo que intimide y resalte la autoridad del poder que se ejerce.
Por ello orientaría y encausaría mi acción con vista a ayudar para que a ins5itución
mejore, alentando y reconociendo lo bueno que se está haciendo en cuanto a los logros
que se van obteniendo como mejora institucional puesto que responde a la meta
institucional que idealmente es el norte de toda educación que es la búsqueda del
cambio permanente y la obtención de mejores resultados. En este caso, la institución
educativa mediante el trabajo colaborativo ha logrado ese cambio, no obstante, fue
producto del liderazgo del director que supo “seducir” a su equipo docente y a su
comunidad y en la cual el inspector o supervisor, no tuvo ningún tipo de injerencia.
Para finalizar, como supervisora, me acoplaría a la meta del señor Daniel, y junto con
él compartiría con otros directores aquello que escribió y que traduce la realidad de ese
contexto que no difiere del actual en que vivimos, donde está puesta la tarea incansable
puesta en el objetivo institucional, en la idea de mejora, en el cuidado de las trayectorias,
como dice Skliar atendiendo las presencias y las existencias tanto de los alumnos como
de los docentes que forman parte de la escuela, en la resistencia a no sucumbir a las
propias convicciones, y personalmente como este director aferrarme a la esperanza y
luchar por los que no tienen voz en una sociedad donde la educación pública es prioridad
sólo para los que están en el último eslabón del escalafón junto con el director: “Están
en la tierra. Montones de piedras apiladas una a una con las manos del padre, del
abuelo… Toda su paciencia acumulada resistió a la lluvia, al horizonte haciendo
pequeños montoncitos hacia la noche para retener la luz de la luna para estar
erguidos para inventarse montañas y jugar con el trineo y creer que tocamos las
estrellas. Se lo contaremos a nuestros hijos. Les diremos que fue duro pero que
nuestros padres fueron unos señores y que heredamos eso de ellos: montones
de piedras y el coraje para levantarlos”.
Referencias:
Azzerboni, D y Harf, R. (2003). Conduciendo la escuela. Manual de gestión directiva
y evaluación institucional. Ediciones Novedades Educativas. Capítulo 5: Proyecto
Institucional y Capítulo 7: La comunicación y la Información en las Instituciones
Educativas.
Bardisa Ruiz, Teresa. (1997). Teoría y práctica de la micropolítica en as
organizaciones escolares. Revista Iberoamericana de Educación. Número 15.
Riveros-Barrera, Augusto. La distribución del liderazgo como estrategia de
mejoramiento institucional. Educación y Educadores, vol. 15, núm. 2, mayo-agosto,
2012, pp. 289-301. Universidad de la Sabana Cundinamarca, Colombia.
Módulo 3. Clase 1: El liderazgo como oportunidad para el cambio y la transformación
en las organizaciones escolares pp. 3-17
Módulo 3. Clase 2: El enfoque de la micropolítica en las instituciones educativas pp.
1-15
Módulo 3. Clase 3 La elaboración y reelaboración del proyecto educativo comunitario
como oportunidad para transformar y mejorar la gestión de las instituciones educativas
pp. 4-16
Módulo 3. Clase 4: El Supervisor como nexo para el trabajo colaborativo pp. 2-17
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