Subido por M H

Monografia psicopatologia

Anuncio
REPÚBLICA BOIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE SALUD Y DESARROLLO HUMANO
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
SAN JOAQUÍN DE TURMERO – ESTADO ARAGUA
PSICOPATOLOGÍA I. SECCIÓN “A”
Psicopatología
San Joaquín de Turmero, 31 de mayo del 2019
INTRODUCCION
Desde la antigüedad La conducta anormal en el ser humano ha sido
una constante preocupación en todas las civilizaciones, en las cuales
siempre se ha tratado de describir y encontrar una solución a los problemas
de la Psiquis. En la antigüedad este comportamiento anómalo se le atribuía a
las fuerzas sobrenaturales y mágicas como los espíritus malignos o el
demonio. En algunas comunidades se aplicaban técnicas que permitieran
liberar estas entidades, de allí la aplicación de prácticas como la trepanación
que consistía en realizar un orificio en el cráneo con instrumentos agudos,
principalmente en el parietal izquierdo, para que saliera este espíritu por la
abertura. Otras técnicas era el exorcismo apoyado por oraciones y palabras
de los chamanes, quienes anteriormente se pensaba que tenían la capacidad
para conversar con los demonios o espíritus.
El comportamiento anormal ya en la actualidad no es asociado a seres
míticos, fuerzas sobrenaturales o demonios sino que ya son entendidas y
estudiadas como enfermedades mentales (variedad de afecciones que
afectan el estado de ánimo, el pensamiento, el razonamiento, la percepción y
el comportamiento), las cuales pueden tener un origen tanto biológico como
psicológico o social y son tratadas a través de psicoterapias, fármacos,
terapias electro compulsivas, psicoanálisis, entre otros tratamientos.
A raíz de años de investigaciones se dio origen a la Psicopatología, la
cual se puede entender como una disciplina científica que se encarga de
indagar y estudiar las causas, el curso, la naturaleza y las manifestaciones
de los procesos anormales de la mente y la conducta humana que dificultan
el desarrollo y la salud del individuo. En esta disciplina son objetos de estudio
tanto trastornos de ansiedad, como depresivos, somatomorfos, disociativos,
de personalidad, alimenticios y las adicciones.
HISTORIA DE LA PSICOPATOLOGÍA
En la etapa greco-romana la figura de Hipócrates es principal pues
desecha la superstición y los espíritus como el origen principal de los males
físicos y mentales de los hombres. Hipócrates propone que los trastornos
mentales son semejantes a las enfermedades físicas por cuanto que ambas
obedecen a algunas alteraciones anatómicas básicamente cerebral o
fisiológica. A él le debemos la primera clasificación de los trastornos
mentales al dividirlos en manía, melancolía y frenitis.
Tras caer el imperio romano, la cultura griega y latina sufrieron una
involución. La iglesia hizo referencia a la demonología dando así que las
enfermedades mentales fueran consideradas como posesión demoniaca. En
esta época fueron creadas muchas técnicas para evitar que el demonio se
apoderara de los cuerpos las cuales consistían básicamente en la tortura.
Por esta razón la iglesia promovía la autoflagelación para evitar que el
demonio entrara en el cuerpo y lo enfermara.
A finales del siglo XIII en Inglaterra la corona proclama el derecho de
los enfermos mentales a ser atendidos y protegidos.
En el Renacimiento durante los siglos XV-XVI la demología empieza
su declive, el humanismo llega despertando la curiosidad por la naturaleza y
el saber. Un personaje influyente de esta época fue Johann Weyer quien
aportó en la determinación de los trastornos mentales ayudando a superar la
idea de brujas y demonios y promoviendo el cuidado de estas personas.
Weyer describió una amplia gama de conductas anormales que hoy
conocemos como: Paranoia, epilepsia, psicosis, depresión, pesadillas
recurrentes entre otras.
Otro de los personajes que destacan en esta época es Paracelso
(1493-1541). En su libro “De las enfermedades que privan al hombre de la
razón” rechazó la demonología y habló de una estructura similar a lo que hoy
se conoce como inconsciente. En sus ideas sobre la etiología de la locura fue
de los primeros en observar la tendencia hereditaria de estas patologías y
propuso por primera vez el uso de sustancias químicas para tratar la
enfermedad mental.
En el siglo XVIII comienza el declive en buena medida del dogma
religioso,
la
ciencia
remplaza
cualquier
especulación
que
existía
anteriormente. Ahora, gracias a Baruch Spinoza, se sabe que el alma no es
otra cosa que la mente y si la mente enferma, el cuerpo enferma de allí la
importancia de estudiar la conducta.
A principios del siglo XIX se destacó Phillipe Pinel, quien fue
considerado el padre de la psiquiatría moderna con su obra “Nosographie
Philosophique” texto en el cual clasificó los trastornos psíquicos en:
melancolía, manía, demencia e idiocia. Pinel defendía la humanización del
trato a los alienados y entendía la enfermedad mental como el resultado de
alteraciones anatómicas del cerebro y no funcionales.
Así mismo en el siglo XIX Wilhelm Griesinger planteó que existían
lesiones
cerebrales
específicas
para
cada
una
de
las
psicosis,
entendiéndose como enfermedades neurológicas y mentales y que se podían
explicar solo sobre la base de los cambios físicos del sistema nervioso. De
igual forma en este siglo Bénédict Morel influenciado por el concepto de
aclimatación formuló la teoría de la degeneración donde explicaría que las
enfermedades mentales surgían por una degeneración genética transmitida
a la descendencia donde dichos trastornos significaban una etapa final de un
proceso de deterioro mental, más tarde, también propuso que las drogas y el
alcohol podían ser factores determinantes.
Karl Kleist entre el siglo XIX y XX defendió que los síntomas de los
trastornos son ocasionados por disfuncionalidad de ciertas zonas cerebrales.
De igual forma acuñó los términos unipolar y bipolar que ahora se usan en
los conceptos de depresión unipolar y trastorno bipolar.
Ya en el siglo XX, Kraepelin quien fue discípulo de Griesinger,
reconoció que sólo algunos trastornos como la neurosis tenían origen
psicógeno y no orgánico. Así mismo en este siglo Meyer propuso que la
enfermedad mental es consecuencia de la reacción total del individuo a su
experiencia
psicológica,
social
y
somática
en
conjunto
y
Pierre Janet desarrolló la noción de automatismo psicológico, lo cual era las
apariciones de funciones Psicológicas inferiores. Entre sus descripciones
clínicas están la Histeria, la Amnesia, las Fugas y la Anorexia, entre otros
síndromes.
HISTORIA CLÍNICA
La historia clínica es una herramienta que reúne todos los datos
disponibles que permiten explicar el curso de la vida del paciente. Se puede
decir que es un conjunto de documentos que contiene información relevante
sobre datos personales (bilógicos, funcionales, emocionales) incluyendo el
estado de salud actual y pasado del paciente, enfermedades sufridas hasta
la fecha y el historial familiar. Estos datos son derivados de las diversas
exploraciones efectuadas al paciente. Este instrumento contiene desde la
anamnesis, es decir, el interrogatorio sistemático efectuado al paciente
desde que se inició su asistencia, hasta los informes de las exploraciones
complementarias realizadas por el psicólogo, esto quiere decir que se
encuentra incluido el registro de los datos, valoraciones e informaciones de
cualquier índole sobre la situación y la evolución clínica de un paciente a lo
largo del proceso asistencial.
La historia clínica es, por lo tanto, de una herramienta indispensable
para el profesional de la psicología, pues le permite conocer los
antecedentes del paciente y le sirve como orientación en el diagnóstico.
Existen varios tipos de historia clínica, dependiendo de la especialidad
médica. En el caso de la psicología no existe un modelo estándar para la
historia clínica en pacientes, sin embargo este instrumento en psicología
cuenta con sus propias particularidades y se tiene consenso sobre los datos
que no deberían faltar en un documento de este tipo. Entre los apartados que
se consideran esenciales se encuentran:

Datos de filiación e identificación: Nombre y apellido; género; edad;
estudios; origen y procedencia; ocupación; estado civil; religión; datos
de los progenitores.

Motivo de la consulta: Razones por las que el paciente ha acudido a
la consulta del psicólogo escritas de forma breve y textual. Incluye los
síntomas, fecha de inicio, y posibles acontecimientos asociados a su
aparición.

Antecedentes del paciente: Problemas psicológicos que haya podido
sufrir en el pasado. Datos del periodo pre, peri y postnatal, desarrollo
psicomotor y del lenguaje, alimentación, hábitos de sueño.

Perfil social: Perfil de relaciones sociales del paciente. Se recoge
aquí
la
información
acerca
de
cómo
son
sus
relaciones
interpersonales,
tales
como
la
pareja,
amigos,
familiares
y
compañeros del trabajo o de estudio y también cómo lo han sido a lo
largo de su infancia y adolescencia.

Personalidad: Se describen las características psicológicas más
relevantes del paciente de acuerdo a la información obtenida en la
Anamnesis, entrevistas y observaciones realizadas

Antecedentes familiares y situación familiar: Datos relevantes
sobre la familia del paciente y la dinámica familiar. Conocer la
presencia o ausencia de antecedentes familiares de un problema o
como la familia está estructurada puede permitir afinar el diagnóstico y
centrarse en unas estrategias de intervención o en otras.

Examen mental: Apariencia general y actitud; estado de conciencia;
estado de ánimo; actividad motora; asociación y flujo de ideas;
características
del
lenguaje;
contenido
de
ideas;
memoria;
pensamiento y resultado del examen.

Diagnóstico: Incluye la fundamentación de la impresión clínica o
diagnóstico.

Plan de orientación psicológica: Objetivo del tratamiento y técnicas
a emplear para conseguirlos.
EPIDEMIOLOGIA
La Epidemiología es una disciplina cuyo objeto básico es el estudio
descriptivo
y analítico de la salud-enfermedad, como fenómenos no
solamente biológicos-ecológicos, sino también como fenómenos sociales,
económicos y políticos. Se caracteriza por analizar la distribución poblacional
y los factores determinantes del riesgo de enfermedades, lesiones y eventos
asociados a la salud, proponiendo medidas específicas de prevención,
control o erradicación de enfermedades, daños o problemas relacionados
con la Salud individual o colectiva, produciendo información y conocimiento
para apoyar la decisiones en la planificación, administración y evaluación de
los sistemas, programas, servicios y acciones de salud.
Esta disciplina puede ser un método tanto descriptivo como explicativo
o teórico. Como método descriptivo, la epidemiología nos informa acerca de
la historia de las enfermedades, dando cuenta de la frecuencia y
características del fenómeno mórbido a lo largo del tiempo, nos permite
registrar la naturaleza y distribución de la salud y la enfermedad de la
población y las tasas de incidencia y prevalencia, así como de mortalidad y
por otra parte nos proporciona información sobre el funcionamiento de los
servicios destinados al tratamiento, y sobre la efectividad de las medidas que
se adoptan para el tratamiento y prevención de las enfermedades.
La
aplicación
del
método
epidemiológico
al
estudio
de
las
enfermedades crónicas y de las alteraciones mentales, en particular, es de
reciente data; es este enfoque de la enfermedad como un fenómeno de
masas estudiado en grupos de individuos y poblaciones, el que permitirá
conocer y medir con mayor exactitud la magnitud de los problemas de la
salud mental.
Existen ciertas etapas que deben cumplirse en una investigación
epidemiológica:
1. Recoger la información acerca de la enfermedad en estudio, con
respecto a sus características clínicas, su distribución por sexo, edad,
profesión, distribución geográfica, situación económica y status social,
época de aparición de la condición mórbida.
2. Análisis de la información y formulación de hipótesis de trabajo.
3. Investigaciones subsiguientes destinadas a verificar estas hipótesis.
4. Desarrollo de teorías sobre la base de las hipótesis comprobadas.
5. Establecimiento de los hechos y características epidemiológicas de la
enfermedad sobre la base de las teorías que han sido desarrolladas y
comprobadas.
El estudio epidemiológico de los desórdenes mentales permite,
además dar respuesta a una serie de interrogantes en el campo de la
Asistencia Psiquiátrica, resolver con mayor objetividad los problemas
prácticos de asistencia de la enfermedad, así como la posibilidad de realizar
comparaciones respecto de la difusión de las enfermedades mentales en
diversos
grupos
sociales
y
culturales
en
diversos
países.
Estas
comparaciones tienen alto valor teórico y científico, puesto que se espera
que dichos estudios proporcionen información sobre los factores etiológicos
de estas afecciones, conocimiento esencial para una buena prevención de
los desórdenes mentales.
TRASTORNOS SOMATOFORMES
Los
trastornos
somatoformes
engloban
diversos
trastornos
psiquiátricos en los cuales las personas refieren síntomas físicos pero niegan
tener problemas psiquiátricos. En los trastornos somatoformes, los síntomas
físicos o su gravedad y duración no pueden ser explicados por ninguna
enfermedad orgánica subyacente. Generalmente estos trastornos no poseen
una explicación clara, los pacientes con un trastorno somatoforme pueden
ser muy diferentes entre sí.
Entre los trastornos somatoformes están incluidos el trastorno de
somatización, el trastorno de conversión y la hipocondría.
Trastorno de somatización: La somatización es una enfermedad crónica Y
grave caracterizada por la presencia de muchos síntomas físicos. Las causas
de la somatización son desconocidas. A menudo se presentan como
característica familiar. La gente con este trastorno tiende a tener trastornos
de la personalidad caracterizados por el egocentrismo (personalidad
narcisista) y una exagerada dependencia de los demás (personalidad
dependiente).
Una persona con somatización presenta muchas quejas difusas de
carácter físico. Aunque puede afectar a cualquier parte del cuerpo, los
síntomas se expresan frecuentemente como dolores de cabeza, náuseas y
vómitos, dolor abdominal, menstruaciones dolorosas, cansancio, pérdidas de
conciencia, relaciones sexuales dolorosas y perdida del deseo sexual. Aun
cuando los síntomas suelen ser primariamente físicos, también pueden referir
ansiedad y depresión.
Las personas con este trastorno no son conscientes de que su
problema es básicamente psicológico y por ello presionan a sus médicos
para que les hagan estudios diagnósticos y tratamientos. El medico se ve
obligado a realizar muchas exploraciones físicas y análisis para determinar si
la persona posee un trastornos físico que explique los síntomas.
Una vez que el medico determina que la alteración es psicológica, la
somatización puede ser distinguida de otros trastornos psiquiátricos similares
por su gran cantidad de síntomas y su tendencia a persistir durante muchos
años. Al diagnosticó se añaden la naturaleza dramática de las quejas y una
conducta exhibicionista, dependiente, manipuladora y, en ocasiones, suicida.
Trastornos de conversión: En el trastorno de conversión los síntomas son
claramente causados por acontecimientos estresantes de carácter social o
psicológico que las personas, de una manera inconsciente, convierten en
síntomas fiscos los cuales se pueden asemejar a una enfermedad
neurológica u otros problemas. Una persona puede sufrir un solo episodio o
tener episodios esporádicos, pero generalmente son de corta duración.
Por definición los síntomas de la conversión se limitan a aquellos que
sugieren una disfunción del sistema nervioso (generalmente la parálisis de
un brazo o de una pierna o la perdida de sensibilidad en una parte del
cuerpo). Otros síntomas incluyen convulsiones simuladas y la perdida de
alguno de los sentidos, como la visión o la audición.
Cuando el medico descarta un trastorno físico y asegura a la persona
que los síntomas que padece no indican una enfermedad grave subyacente,
ésta generalmente comienza a sentirse mejor y los síntomas disminuyen.
Cuando una situación psicológica muy estresante ha precedido al comienzo
de los síntomas, la psicoterapia puede ser particularmente eficaz.
Trastorno hipocondriaco: la hipocondría es un trastorno en el cual una
persona refiere síntomas físicos y está especialmente preocupada porque
cree firmemente que corresponden a una enfermedad grave.
Las preocupaciones de la persona por la gravedad de la enfermedad
están basadas a menudo en una incorrecta interpretación de las funciones
normales del organismo, de tal forma que utilizan estos “síntomas” para
explicar por qué creen tener una enfermedad grave.
Se sospecha hipocondría cuando una persona sana con síntomas
menores está preocupada acerca de la significación de estos síntomas y no
reacciona ante explicaciones tranquilizadoras después de una cuidadosa
evaluación. El diagnostico de hipocondría se confirma cuando la situación se
mantiene durante años y los síntomas no pueden atribuirse a la depresión u
a otro trastorno psiquiátrico.
TRASTORNOS DE ANSIEDAD
La ansiedad es una respuesta al estrés, como la interrupción de una
relación importante o verse expuesto a una situación de desastre con peligro
vital. Una teoría sostiene que la ansiedad puede también ser una reacción a
unos impulsos reprimidos, agresivos o sexuales, que amenazan con
desbordar las defensas psicológicas que normalmente los mantienen bajo
control. Por lo tanto la ansiedad indica la presencia de un conflicto
psicológico.
La ansiedad puede aparecer súbitamente, como el pánico, o
gradualmente a lo largo de minutos, horas o días. La duración de la ansiedad
puede sr muy variable, desde unos pocos segundos hasta varios años. Su
intensidad puede ir desde una angustia apenas perceptible hasta un pánico
establecido.
La gente reacciona de forma diferente ante los acontecimientos. Por
ejemplo, a algunas personas les encanta hablar en público mientras que a
otras les da pavor hacerlo. La capacidad de soportar la ansiedad varía según
las personas y puede ser difícil determinar cuándo se trata de una ansiedad
anormal. Sin embargo cuando la ansiedad se presenta en momentos
inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades
normales de la persona, entonces se considera como un trastorno.
Los trastornos por ansiedad son uno de los trastornos psiquiátricos
más frecuentes. El diagnostico de un trastorno por ansiedad se basa
fundamentalmente en sus síntomas. Es importante que se realice un
diagnóstico correcto debido a que los tratamientos difieren de un tipo de
ansiedad a otro. Según el tipo, la terapia de comportamiento, los fármacos o
la psicoterapia, solos o en combinaciones apropiadas, pueden aliviar
significativamente el sufrimiento y la disfunción de la mayor parte de los
pacientes.
Entre los trastornos de ansiedad se encuentran la ansiedad
generalizada, ansiedad inducida por fármacos o problemas médicos, ataques
de pánico y pánico patológico, fobias (agorafobia, fobias específicas, fobia
social), obsesión compulsiva, estrés postraumático y estrés agudo.
Ansiedad generalizada: El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza
por una ansiedad y preocupación persistente y excesiva (con duración mayor
o igual a 6 meses) en relación con ciertas actividades o eventos. La
preocupación es desproporcionada con respecto a la situación actual, es
difícil de controlar y afecta la forma en la que el paciente se siente
físicamente. La mayoría de los pacientes con trastorno de ansiedad
generalizada padecen uno o más de otros trastornos psiquiátricos asociados,
como depresión mayor, fobia específica, fobia social y trastorno de angustia.
La causa es desconocida, aunque habitualmente coexiste en personas con
abuso de alcohol, depresión mayor o trastorno de pánico (crisis de angustia).
El diagnóstico se basa en la anamnesis y el examen físico. En el tratamiento
se utiliza psicoterapia o tratamiento farmacológico.
El paciente con el trastorno de ansiedad generalizada tiene múltiples
preocupaciones que van cambiando con el tiempo. Las más frecuentes están
relacionadas con las responsabilidades laborales, el dinero, la salud, la
seguridad, la reparación de los vehículos y otras tareas. Habitualmente, la
evolución es fluctuante y crónica y empeora durante el estrés.
Las personas con este trastorno experimentan tres o más de los
siguientes síntomas: inquietud, cansancio fácil, dificultad para concentrarse,
irritabilidad, tención muscular y alteración del sueño.
Ansiedad inducida por fármacos o problemas médicos: La ansiedad puede
ser el resultado de un trastorno médico o del uso de una droga. Ejemplos de
problemas médicos que pueden causar ansiedad incluyen los trastornos
neurológicos como una lesión en la cabeza, una infección en el cerebro y
una enfermedad del oído interno, trastornos cardiovasculares como la
insuficiencia cardiaca y las arritmias, trastornos endocrinos como una
hiperfunción de las glándulas suprarrenales o del tiroides y trastornos
respiratorios como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Las drogas que pueden 9inducir ansiedad incluyen el alcohol, estimulantes,
cafeína, cocaína así como muchos fármacos prescritos. También se puede
producir ansiedad cuando se interrumpe un fármaco.
Trastorno de pánico: Un ataque de pánico o crisis de angustia es un episodio
súbito, diurno o nocturno, de miedo e intenso malestar en ausencia de
peligro real, que se acompaña de síntomas físicos y cognitivos, sensación de
peligro o muerte inminente y urgente necesidad de escapar.
El trastorno de pánico tiene como característica fundamental la
presencia de crisis de pánico recurrentes, inesperadas y espontáneas, sin
que exista un factor externo o un objeto temido que las desencadene; el
denominado
miedo
al
miedo,
equivalente
al
miedo
persistente
al
padecimiento de una nueva crisis de pánico, miedo este que también se
denomina ansiedad anticipatoria, es uno de los rasgos más significativos de
este trastorno.
Fobias: Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Las fobias implican
una ansiedad persistente, irrealista e intensa en respuesta a situaciones
externas específicas como mirar hacia abajo desde las alturas o acercarse a
un perro pequeño.
La gente que tiene una fobia evita situaciones que desencadenan su
ansiedad o las soporta con gran sufrimiento. Sin embargo, reconocen que su
ansiedad es excesiva y por ello son conscientes de tener un problema.
Existen muchos tipos de fobias. Entre las más comunes se encuentran
incluidas la agorafobia, las fobias específicas y la fobia social.
Fobias específicas: Una fobia específica es el miedo y la ansiedad a una
situación o frente a un objeto en particular que se evita siempre que sea
posible. Sin embargo, la ansiedad aparece rápidamente cuando se produce
la exposición y puede intensificarse hasta llegar a provocar una crisis de
angustia. Las personas que tienen fobias específicas reconocen que su
miedo es irracional y excesivo.
Se puede decir que los trastornos fóbicos específicos son miedos
persistentes, irracionales e intensos (fobias) ante situaciones, circunstancias
u objetos específicos. Los miedos provocan ansiedad y evitación. Se
desconocen sus causas y se diagnostican a través de la anamnesis. El
tratamiento fundamental es la terapia de exposición.
Agorafobia: Este trastorno de la agorafobia consiste en el temor y la
ansiedad anticipatoria a quedar atrapado en situaciones o en lugares en los
que no hay una vía de escape fácil ni posibilidades de ayuda si aparece una
ansiedad intensa. La mayoría de las personas afectadas desarrollan la
agorafobia alrededor de los 20 años de edad. Es muy poco frecuente que
aparezca después de los 40 años.
Los ejemplos frecuentes de situaciones o lugares que provocan miedo
y ansiedad son encontrarse en la cola de un banco o la caja de un
supermercado, sentarse en el medio en una larga fila en el teatro o en clase
y utilizar el transporte público, como un autobús o un avión. Algunas
personas desarrollan agorafobia después de haber sufrido una crisis de
angustia en alguna de estas situaciones. Otras sencillamente se sienten
incómodas en esta situación y puede ser que nunca o recién mucho tiempo
después tengan crisis de angustia en ella. La agorafobia a menudo afecta a
la vida diaria del paciente, en ocasiones de forma tan intensa que hace que
la persona se recluya en casa.
Fobia social: La fobia social es el miedo y la ansiedad de quedar expuesto a
situaciones sociales o funcionales, que se evitan o se enfrentan con una
ansiedad sustancial. Aunque es normal sentir cierta ansiedad en las
situaciones sociales, las personas que tienen fobia social experimentan
ansiedad en tal grado que tratan de evitar dichas situaciones o las enfrentan
con gran malestar.
Los
pacientes
diagnosticados
con
fobia
social
experimentan
preocupación por la posibilidad de que sus comportamientos o actuaciones
en público puedan ser considerados inapropiados. A menudo les preocupa
que su ansiedad resulte evidente (que lleguen a sudar, ruborizarse, vomitar,
temblar o se les quiebre la voz). También les preocupa poder perder el hilo
de su pensamiento o no ser capaces de encontrar las palabras adecuadas
para expresarse. Habitualmente, la misma actividad realizada cuando la
persona está sola no provoca ansiedad.
La fobia social es frecuente en aquellas situaciones en las que hay
que hablar en público, actuar en una obra teatral o tocar un instrumento
musical. Otras situaciones potenciales son comer con otros, conocer nuevas
personas, mantener una conversación, firmar un documento ante testigos o
utilizar baños públicos. La mayoría de las personas reconocen que sus
miedos son irracionales y excesivos.
Trastorno de obsesión compulsiva: El trastorno obsesivo-compulsivo es un
trastorno crónico (duradero) común en el que la persona tiene pensamientos
recurrentes (obsesiones) y, en respuesta a estas obsesiones, tienen
comportamientos (compulsiones) que siente la necesidad de repetir una y
otra vez.
Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo tienen pensamientos
incontrolables que les causan ansiedad, haciéndoles comprobar las cosas
repetidamente o realizar rutinas y rituales por lo menos por una hora diaria.
Llevar a cabo estas rutinas y rituales puede traer un alivio breve a la
ansiedad, pero es temporal. Si no se trata este trastorno, estos pensamientos
y rituales le ocasionan gran angustia a la persona e interfieren con el trabajo,
la escuela y las relaciones personales.
Algunos ejemplos de obsesiones son el miedo a los gérmenes o el
miedo a lastimarse. Entre las compulsiones se incluye lavarse las manos,
contar, revisar una y otra vez las cosas o limpiar. Esos rituales y
pensamientos interfieren en la vida diaria de los pacientes.
Con frecuencia, los síntomas del TOC comienzan en la infancia o la
adolescencia.
Los
tratamientos
incluyen
terapia
de
exposición,
la
psicoterapia para conocer y comprender mejor los conflictos internos y los
fármacos.
Estrés postraumático: El trastorno por estrés postraumático consiste en el
recuerdo recurrente y molesto de un episodio traumático insoportable; los
recuerdos duran más de 1 mes y comienzan dentro de los 6 meses del
suceso. Los síntomas incluyen la evitación de los estímulos asociados al
episodio traumático, pesadillas y episodios de recuerdo disociativo. El
diagnóstico se basa en la anamnesis.
En general, los sucesos que podrían provocar un trastorno de estrés
postraumático son los que invocan sentimientos de miedo, impotencia u
horror. Estos eventos pueden ser experimentados de manera directa (sufrir
una lesión grave o una amenaza de muerte) o indirecta (presenciar cómo
otras personas sufren lesiones graves, se mueren o sufren amenazas de
muerte; enterarse de hechos que le sucedieron a familiares o amigos
cercanos). El combate, la agresión sexual y los desastres naturales o
generados por el hombre son causas frecuentes de este trastorno.
Estrés agudo: El trastorno por estrés agudo es un período breve de
recuerdos molestos que se produce muy poco después de haber sido testigo
o de haber experimentado un episodio traumático insoportable.
En el caso del trastorno por estrés agudo, las personas han
atravesado
un
evento
traumático,
experimentado
directamente
o
indirectamente. Las personas tienen recuerdos recurrentes del trauma, evitan
los estímulos que les recuerdan el trauma y aumentan su estado de alerta.
Los síntomas comenzarán en las 4 semanas siguientes al episodio
traumático y durarán un mínimo de 3 días pero, a diferencia del trastorno por
estrés postraumático, no duran más de 1 mes. Las personas que
experimentan este trastorno pueden presentar síntomas disociativos.
TRASTORNOS DISOCIATIVOS
La disociación es un mecanismo psicológico de defensa en el cual la
identidad, memoria, ideas, sentimientos o percepciones propias se
encuentran separadas del conocimiento consciente y no pueden ser
recuperadas o experimentadas voluntariamente. Los trastornos disociativos
con frecuencia se desarrollan después de un estrés abrumador. Este tipo de
estrés puede producirse por sucesos traumáticos o por un conflicto interno
intolerable.
Las personas con trastorno disociativo pueden olvidar por completo
actividades que transcurrieron durante minutos, horas o incluso a lo largo de
mucho más tiempo. Sienten a veces como si todo un periodo de tiempo
hubiera quedado en blanco. Además, se pueden sentir desconectados
(disociados) de sí mismos, es decir, de sus recuerdos, percepciones,
identidad, pensamientos, emociones, cuerpo y comportamiento. O se pueden
sentir desconectados del mundo que les rodea. Por lo tanto, su sentido de la
identidad, la memoria y/o la conciencia está fragmentado.
Amnesia disociativa: La amnesia disociativa es un tipo de trastorno
disociativo que involucra una incapacidad para recordar una información
personal importante que en forma típica no se olvidaría. Generalmente es
causada por un traumatismo o estrés. El diagnóstico se basa en la
anamnesis, después de haber descartado otras causas. El tratamiento se
basa en psicoterapia, a veces combinada con hipnosis o entrevistas
facilitadas por fármacos.
En la amnesia disociativa, la información perdida debería formar parte
normalmente de la conciencia consciente, que podría describirse como la
memoria autobiográfica.
Aunque la información olvidada puede ser inaccesible a la
consciencia, a veces sigue influyendo en la conducta, por ejemplo una mujer
violada en un elevador rechaza viajar en elevadores aunque no puede
recordar la violación.
Fuga disociativa: La fuga disociativa consiste en una o más salidas de una
persona de su casa repentina, inesperada y deliberadamente, durante las
cuales no recuerda una parte o la totalidad de su vida pasada y no sabe
quién es, o bien asumir un nuevo nombre e identidad, y comenzar un nuevo
trabajo, sin darse cuenta del cambio en su vida.
Muchas fugas parecen representar el cumplimiento de un deseo oculto
o el único medio permisible de escapar de un estrés grave o la vergüenza,
sobre todo en las personas con una consciencia rígida.
Durante la fuga, los pacientes parecen actuar normalmente o solo
presentan una confusión leve. Sin embargo, cuando termina la fuga, los
pacientes refieren encontrarse de pronto en la nueva situación sin memoria
de cómo llegaron a estar allí o lo que han estado haciendo. A menudo se
sienten avergonzados, incomodos, adoloridos y/o depresivos. Algunos tienen
miedo, sobre todo si no pueden recordar lo que sucedió durante la fuga.
Trastorno de identidad disociativa: El trastorno disociativo de la identidad,
antes denominado trastorno de personalidades múltiples, es un tipo de
trastorno disociativo caracterizado por más de 2 estados de personalidades
(denominados también alteregos, autoestados o identidades) que aparecen
en forma alternada. El trastorno incluye incapacidad para recordar
acontecimientos diarios, información personal importante y/o eventos
traumáticos o estresantes, todo lo cual no se perdería normalmente con el
olvido ordinario. La causa es casi siempre un traumatismo infantil muy grave.
El tratamiento consiste en psicoterapia prolongada, a veces con terapia
farmacológica para la depresión y/o la ansiedad asociada.
Las evidencias de entidades diferentes son variables. Tienden a ser
más evidentes cuando las personas están bajo estrés extremo. Lo que no
sabe una identidad puede o no saberlo la otra; es decir, una identidad puede
tener amnesia de los eventos experimentados por otras identidades. Algunas
identidades parecen conocerse e interactuar con las demás en un mundo
interior elaborado y algunas interactúan más que las otras.
Trastorno de despersonalización: El trastorno de despersonalización es un
tipo de trastorno disociativo que consiste en sentimientos persistentes o
recurrentes de estar separado (disociado) del cuerpo o de los procesos
mentales propios, habitualmente con un sentimiento de ser un observador
ajeno de la propia vida o de estar separado del propio entorno. A menudo se
desencadena por un estrés intenso. El tratamiento consiste en psicoterapia
más farmacoterapia para la depresión y/o la ansiedad asociadas.
La despersonalización o desrealización también puede presentarse
como un síntoma en muchos otros trastornos mentales o físicos, como los
trastornos convulsivos. Cuando la despersonalización es independiente de
cualquier otro trastorno mental o físico, es persistente o recurrente, y afecta
el funcionamiento, se diagnostica un trastorno de despersonalización.
TRASTORNOS DEPRESIVOS
La depresión es un trastorno que se caracteriza por una tristeza de
una intensidad o una duración suficiente como para interferir en la
funcionalidad y, en ocasiones, por una disminución del interés o del placer
despertado por las actividades. La causa de la depresión no se conoce por
completo. Existe un numero de factores que pueden predisponer una
persona a sufrir depresión más que otra, como pueden ser la herencia, los
cambios en las concentraciones de neurotransmisores, una alteración en la
función
neuroendocrina
y
los
factores
psicosociales
(sucesos
emocionalmente desagradables, particularmente los que incluyen una
perdida. El diagnóstico se basa en la anamnesis. En el tratamiento se utilizan
fármacos o psicoterapia y, en ocasiones, terapia electro convulsiva.
Un episodio de depresión dura habitualmente de 6 a 9 meses y
generalmente los episodios tienden a recurrir varias veces a lo largo de la
vida.
Trastorno distimico: El trastorno distímico o distimia
se caracteriza por
sintomatología depresiva menos severa en comparación con la de un
episodio depresivo o del trastorno depresivo recurrente. Los síntomas
generalmente comienzan de forma insidiosa durante la adolescencia y
suelen durar desde al menos 2 años hasta décadas. La serie de síntomas a
menudo fluctúa por encima y por debajo del umbral del episodio depresivo
mayor.
Los pacientes afectados pueden presentarse habitualmente negativos,
pesimistas, sin sentido del humor, pasivos, obnubilados, introvertidos,
hipercríticos respecto de sí mismos y de los demás y quejumbrosos. Los
pacientes con trastorno depresivo persistente es más probable que tengan
ansiedad subyacente, abuso de sustancias o trastornos de la personalidad
(personalidad de tipo límite).
Las diferencias con la depresión mayor son de intensidad y duración
más que categoriales, siendo práctica habitual el doble diagnóstico en un
mismo paciente.
Trastorno depresivo mayor: El trastorno depresivo mayor es un trastorno del
humor heterogéneo clínicamente, que tiene un curso episódico con tendencia
a la recurrencia y cuyo diagnóstico se basa en criterios puramente
descriptivos sin implicaciones etiológicas. Los pacientes poseen un ánimo
depresivo casi diario (durante la mayor parte del día), desde hace más de 2
semanas y presentan un aspecto triste, con ojos llorosos, ceño fruncido,
comisuras de la boca hacia abajo, postura decaída, escaso contacto visual,
ausencia de expresión facial, pocos movimientos corporales y cambios en el
habla. En algunos pacientes, el estado de ánimo depresivo es tan profundo
que se acaban las lágrimas y los individuos expresan que son incapaces de
sufrir las emociones habituales y sienten que el mundo se ha vuelto anodino
y apagado.
La nutrición puede sufrir un deterioro importante, que requiere una
intervención inmediata. Algunos pacientes con depresión descuidan su
higiene personal o incluso a sus hijos, otros seres queridos o a sus
mascotas.
CONCLUSIÓN
En base a todo lo expuesto con anterioridad se puede constatar que
en la aparición y mantenimiento de una condición psicopatológica no debe
plantearse la dicotomía biología vs psicología, sino que se debe entender
que ambas perspectivas son complementarias y necesarias para su
comprensión.
Como se mencionó anteriormente las causas de una enfermedad
mental pueden ser derivadas de factores biológicos (lesión cerebral o
desequilibrio entre neurotransmisores), de factores psicológicos (carencia
afectiva, vivencia de situaciones traumáticas), o sociales (problemas
familiares o laborales, pobreza), a lo que debemos añadir el efecto
modulador de las influencias ambientales. Incluso cuando la causa sea
orgánica ello no implica que se descarten factores psicológicos y sociales
tanto en el origen de la enfermedad como en su mantenimiento.
Gracias al arduo proceso de investigación y estudio de las
enfermedades mentales se ha logrado progresar en la identificación, cuidado
y tratamiento para cada una de estas afecciones y se espera que, de igual
forma, con el pasar de los años se siga avanzando en esta disciplina y asi
poder ofrecer explicaciones y tratamientos más efectivos para cada uno de
los trastornos.
BIBLIOGRAFIA

Félix Cova (2004). La Psicopatología Evolutiva y los Factores de
Riesgo y Protección: el Desarrollo de una Mirada Procesual. Chile.

Franco Merletti, Colin L. Solkolne y Paolo Vineis (s.f) Epidemiologia y
estadística.

Guilherme Borges; María Elena Medina-Mora (2004). El papel de la
epidemiología en la investigación de los trastornos mentales.
Mexico.

José Horwitz (s.f). Epidemiologia de los problemas de salud
mental. Chile.

José Horwitz (s.f). Investigaciones epidemiológicas acerca de
morbilidad mental en Chile. Chile

Laura Sangüesa; Santiago Batlle. (2007) Aportaciones de la
epidemiologia a la psicopatología de la infancia y la adolescencia.
España.

Marcela Arrivillaga-Quintero (2007). Psicología y salud pública:
tensiones, encuentros y desafíos. Colombia.

Martín García-Sancho, Julio C. (s.f) Guía de práctica clínica de los
trastornos depresivos. Región de Murcia.

Miquel Tortella (2014). Los Trastornos de Ansiedad en el DSM-5.
España

Ramiro Guzmán (2011). Trastorno por somatización: su abordaje
en Atención Primaria. Bolivia.

Robert Berkow; Merk Beers; Andrew Fletcher (1966). Manual Merck
de información médica para el hogar.

Rodrigo
Serra
(2012).
Síntomas
somáticos
funcionales,
psicopatología y variables asociadas: un análisis en diferentes
poblaciones pediátricas. España.
Descargar