Subido por Elvis Lugo

Isaac A. Senior e hijo: exportacion-importacion en el circuito Coro-La Vela-Curazao. Blanca De Lima

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ISAAC A. SENIOR E HIJO:
EXPORTACIÓN-IMPORTACIÓN EN EL CIRCUITO
CORO-LA VELA-CURAZAO
Blanca De Lima (*)
Artículo publicado en la Revista de Historia y Ciencias Sociales Versiones. Centro de
Investigaciones Históricas Cástulo Mármol Ferrer. Coro, año 2, Vol. II, N° 2, diciembre de
1999. pp. 57-70.
Los comienzos
Desde la tercera década del pasado siglo los comerciantes sefarditas curazoleños
inician su inserción formal en la vida coriana, favorecidos por una serie de tratados
bilaterales que facilitaron las migraciones y garantizaron la tolerancia religiosa. Uno de
estos fue el «Tratado de paz, amistad, navegación y comercio», firmado con los Países
Bajos el 1 de mayo de 1829. Dicho tratado permitió a estos comerciantes asentarse tanto
en la ciudad de Coro como en otras de Venezuela, entre ellas Caracas y Barcelona. Para
1831, el censo de extranjeros ubicaba en Coro una comunidad judía curazoleña de
aproximadamente 60 personas, dedicadas al comercio, entre cuyos apellidos estaban:
Maduro, Curiel, Abenatar, Brandao, López, Henríquez, Pereira, de Lima y Morón. (1)
La inserción de estos comerciantes tiene como antecedente inmediato el apoyo
logístico y financiero prestado al ejército republicano en su lucha independentista. Bolívar
mantenía estrechas relaciones con miembros prominentes de la comunidad judía de
Curazao, quienes le brindaron este apoyo; tal fue el caso de Moderchay Ricardo,
distinguido abogado, quien protegió al Libertador en su destierro del año 1812, y
posteriormente a sus hermanas Juana y María Antonia. (2)
1
Estos comerciantes practicarán el añejo comercio de contrabando, pero además,
formalizarán una dinámica legal de importaciones-exportaciones soportada sobre la
extracción de los productos venezolanos tradicionales que podían captar en su área de
influencia: café, cueros, maderas, tabaco, ganado de diversas clases, entre otros productos.
Esta dinámica de extraer materias primas destinadas a las metrópolis e introducir
productos importados se conservó a lo largo del siglo XIX, y se profundizó hacia el último
cuarto del mismo, en la medida que llegó a la región el impacto del capitalismo industrial
y monopólico.
Falcón entra entonces a una nueva etapa en su vida económica. Los Apuntes
Estadísticos del Estado Falcón de 1875 son ilustrativos a este respecto, al remarcar que la
mayor parte del comercio se efectuaba con Curazao, Aruba y Barquisimeto: «Con Curazao
y Oraba, vendiendo café, cueros de chivo, cameros, queso, papelón, maíz y lana, y
recibiendo en cambio toda especie de mercancías secas. Al Estado Barquisimeto mandan
sal, y reciben cueros, suela, papelón, azúcar, conservas, cebollas, ajos, menestras, pieles,
café y sacos de geniquen»; agregando que: «En la actualidad no faltan casas mercantiles
que principian a hacer su comercio directamente con Europa». (3). Por tradición, el comercio coriano se había soportado sobre las importaciones-exportaciones sustentadas en el
contrabando heredado de la Colonia. Las extensas costas corianas y las muy cercanas
Antillas holandesas formaban junto con tierra firme una cadena que había logrado
mantener el contrabando como actividad económica fundamental por sobre toda
disposición gubernamental. Al contrabando se le adicionaba el comercio legal ya
mencionado, en el cual participaban los mismos sectores sociales que controlaban aquél.
2
En medio de su secular pobreza y la crónica inestabilidad política nacional, la región
coriana acentuó su perfil de zona que generaba y acumulaba una riqueza que era trasladada
hacia las grandes corporaciones ubicadas en Europa y Estado Unidos. Su proximidad
geográfica a Curazao y su añeja unidad en términos económicos consolidaron este perfil;
manteniéndose Curazao como centro que captaba la mayor parte de la riqueza extraída de
la región coriana, para trasladarla a su vez hacia los centros hegemónicos mundiales.
Domingo Alberto Rangel resume este proceso en forma impecable: «... el comercio de
exportación adquiere un singular valor. En efecto, todo el ascenso de las actividades
económicas se vierte, dentro del cuadro imperante en la época, hacia el comercio exterior.
La economía nacional no tiene otro sentido que el de proporcionarle productos primarios a
las naciones avanzadas, y recibir a su tumo, en la recíproca de aquel tráfico, los bienes de
todo tipo que su funcionamiento exija». (4)
La aceleración del proceso extractivo y la expansión del mercado soportada en el
incremento de ciertas importaciones se tradujeron en el aumento -durante el último cuarto
del pasado siglo- de las casas comerciales instaladas en Coro; casi todas ellas -o cuando
menos las más fuertes económicamente- provenían de capitales llegados desde Curazao;
capitales casi siempre de origen sefardita, ligados a su vez a capitales alemanes y
norteamericanos que buscaban nuevas áreas de inversión al ver saturados sus tradicionales
mercados internos. (5). Estas casas comerciales manejaban las importacionesexportaciones en escalas cada vez mayores, monopolizando los vínculos de la región
coriana con el exterior y extrayendo las nuevas materias primas que requerían las
industrias metropolitanas para mantener su capacidad de producción.
3
Coro se volvió asiento de numerosas razones sociales dedicadas al comercio de
importación-exportación, casas revendedoras al mayor que eran clientes de firmas
ubicadas en Estados Unidos y Europa. En el caso específico de la casa I. A. Senior e hijo,
ésta se configuró, durante la última década de ese siglo, como importante eslabón
intermediario en la larga cadena que enlazaba la región coriana con los Estados Unidos de
Norteamérica y Europa. Este enlace tenía como punto intermedio y obligado la isla de
Curazao, donde se concentraba mercancía de todo el mundo que era introducida a
Venezuela y a su vez llegaban los productos de la región coriana en rumbo de exportación,
trasbordados a vapores de líneas estadounidenses y europeas que atracaban en la isla.
I. A. Senior e hijo
La firma comercial I. A. Senior e hijo surge en el año 1884, a raíz de la asociación
de Isaac Senior con su hijo Josías López Senior. Un año antes, el padre había anunciado
por la prensa local el ingreso de su hijo como apoderado general de todos sus asuntos y
negocios: «... y en especial de su casa mercantil establecida en esta ciudad». Isaac A.
Senior muere el 18 de julio de 1884, a escasos dos meses de asociarse con su hijo. (6). En
manos de Josías L. Senior, la casa comercial inicia un proceso de despegue y expansión
que se mantuvo por décadas, llegando a ser una de las firmas más influyentes en la
economía de la región coriana, con intereses en exportación e importación, mayor y detal,
e inclusive una firma paralela destinada a la inversión industrial: Senior Hermanos donde
fueron socios inicialmente Josías L. Senior y su cuñado Alberto Henríquez, quien muere
prematuramente en 1896, dando paso a la asociación del socio sobreviviente con su
hermano Abraham, bajo la misma razón social. (7)
4
La evolución de capitales de la familia Senior pareciera tener un esquema
claramente diseñado por la gerencia de Josías L. Senior. Los intereses se estructuraron
sobre tres ejes: el comercial -punto de arranque-, el industrial y el financiero. Es
significativo que las revisiones hemerográficas no permiten visualizar a la casa Senior
como una razón social de importancia antes de los años 90 del pasado siglo. Si se toma
como parámetro la publicidad inserta en diversos periódicos locales destacan otras firmas,
como J. & A. Capriles o Salomón López Fonseca. Pero desde 1884, en que surge I. A.
Senior e hijo, se da un despegue que tomó fuerza, quizás, a partir de la habilidad de Josías
L. Senior para el manejo de las relaciones con New York y Europa. La correspondencia
inserta en el Fondo Senior-AHC evidencia la pericia de este personaje para lograr
ventajosas condiciones en materia comercial y extraer de sus relaciones parentales el
mayor provecho para los negocios, logrando el apoyo de familiares dedicados al comercio
y residenciados en Curazao, New York y Hamburgo. Entre 1884 y 1893 I. A. Senior e
hijo logra consolidar un proceso de acumulación de capital que le permitió adquirir en
1893 el galpón industrial de Manases Capriles Ricardo, (8) el cual traspasó formalmente a
Senior Hermanos -quien lo administraba desde su adquisición a Capriles-el 15 de octubre
de 1898. (9) Senior Hermanos impulsó la tenería, llegando a fabricar suelas que buscaron
competir en el mismo Curazao con las de procedencia norteamericana, siendo la casa
curazoleña J. B. Henríquez la encargada de su colocación en esa plaza. (10)
Como otras instaladas en Coro, el galpón industrial de Senior reprodujo las
dinámicas características del avance capitalista. La documentación del Fondo Senior
permite detectar, por ejemplo, la abierta y agresiva competencia entre estos pequeños
5
industriales, en un contexto inicial de industrialización donde eran inexistentes los
controles legales, no había consenso ni autorregulaciones en el capital, mucho menos
monopolios; sino una libre competencia que llegó a poner en crisis a algunas de estas
fábricas al darse verdaderas guerras de precios para captar mercados. El ejemplo más
palpable a nivel documental se dio en la producción de velas esteáricas, donde tres
fabricantes sefarditas: Salomón López Fonseca, Josías L. Senior y Abraham H. Senior,
saturaron el mercado hasta el área barquisimetana, causando la debacle de los precios y
parálisis de las ventas en el año 1896. En una interesante carta, Sigismundo weil - familiar
de los Senior-aconsejó a Josías Senior sobre el particular, sugiriéndole seguir la
experiencia alemana de los fabricantes de cemento, quienes tras una guerra de precios
procedieron a cartelizar, multando a quien vendiera más barato. (11)
Por lo que toca al área financiera, Josías López Senior, cabeza de la firma, participó
en forma decisiva en la creación, en el año 1896, de la Sociedad de Economías y
Préstamos, promoviéndola junto a los comerciantes Quiterio Henríquez, Elías Curiel,
Constantino Petit, Salomón López Fonseca, Hermán Leyba y el médico Maximiliano
Iturbe. (12). La fusión de capitales antillanos y corianos no se hizo esperar, como lo revela
la correspondencia cruzada entre Abram de Sola (Curazao) y Josías L. Senior (Coro), aquél
comprando acciones para su madre y nombrando a Senior como su representante; además
de felicitarlo por lo que cree será «un banco bien organizado». (13). Otros capitales
antillanos también se involucraron en el mundo financiero, como los Capriles y los
hermanos de Lima; pero es este un campo del que aún se sabe poco y espera por su
exploración y análisis.
Se cierra este ciclo de la casa Senior en 1900, al asociarse a la
6
firma
Morry
y
Jacobo
I.
Senior,
hermanos
de
Josías;
que
quedaron
al
mando de los negocios a partir del viaje a Europa de Josías Senior, en
1905. Desde entonces, al parecer, se residenció en diversas ciudades del viejo continente,
cuidando las operaciones europeas de la firma coriana. Muere en Lucerna, Suiza, en
octubre de 1918. A su deceso ingresó Miguel Ángel Senior como socio de la casa
comercial (14).
Las Exportaciones
El comercio de I. A. Senior con Curazao debe abordarse desde dos facetas: la
exportadora y la importadora. Con respecto a la exportación, durante el lapso que aborda
este trabajo dicha firma se convirtió en compradora y consignataria de Boulton & Co. de
Puerto Cabello, para quien adquiría primero café y posteriormente -al profundizarse la
crisis mundial de este grano en el año 1896- cueros de chivo. Ambos productos eran
adquiridos por Senior en un amplio radio que penetraba por el sur hasta Carora, y
embarcados desde el puerto de La Vela en los vapores de la línea D. Roja -de la cual eran
socios los Boulton y Senior agente en Coro- hacia New York vía Curazao o Puerto
Cabello. En su última escala los productos eran sometidos a los procesos de selección y
clasificación por los brokers, quienes constantemente enviaban advertencias y recomendaciones para optimizar la adquisición del producto. (15)
El comercio de exportación de café Boulton-Senior tuvo como origen el
represamiento en Coro del dinero generado por la agencia de la D. Roja en Coro. (16).
Ante este inconveniente, Boulton propuso a Senior hacer embarques de café y cueros
7
respaldados con ese dinero, remitidos a Boulton, Bliss & Dallet, con sede en New York,
por orden y cuenta de Boulton & Co. (17). Senior inició los envíos en abril de 1896, en
calidad de agente intermediario. Arrastrado por la crisis mundial de los precios del café,
Boulton & Co. decidió, en agosto del mismo año, suspender estas exportaciones,
orientando sus intereses hacia las pieles de chivo. (18). Senior fue autorizado a hacer un
ensayo adquiriendo cueros bajo halagüeño prospecto: «Si vemos que el negocio deja algo
llegarán ustedes a ser los principales exportadores de este importante artículo» (19). Bajo
convenio privado, le ofrecieron una comisión del 10% sobre la ganancia de cada
embarque, más prima y la exclusividad de compra. (20). Estas exportaciones fueron
exitosas. Boulton manifestó su satisfacción por la forma en que Senior manejaba el
negocio, y propuso «una negociación algo más vasta», autorizándolo a pagar cueros por
adelantado con firmas sólidas de Coro y Carora. Querían, a corto plazo, embarcar hasta
2000 pacas. (21). En febrero de 1897 dieron a Senior total libertad para atender el negocio,
que se mantuvo estable durante el resto de la década. (22)
Aunque en menor escala, otra firma involucrada con la casa en el ramo exportador
de cueros fue la norteamericana Mecke & Co., quien recibía de Senior pacas de cuero bajo
dos modalidades: orden vía o consignación. Puso a disposición de Senior en 1895 un
crédito de 5.000 pesos oro americano. (23). A mediados de los años 90 envió reportes
prácticamente semanales sobre el comportamiento tanto de las pieles corianas como del
café, así como revistas especializadas. Adicionalmente informaba sobre precios de
diversas mercancías norteamericanas movimiento de otros mercados, como los textiles.
Senior libraba giros respaldados por esta razón social. (24). Un socio de Mecke & Co. -I
8
Volrening- visitó Coro y Curazao en 1897, en actividades comerciales. Las operaciones
con Mecke cayeron en la medida que Senior consolidó su posición como agente de
Boulton & Co.
Para efectos del trasbordo de pieles en Curazao, antes y después de Boulton, la firma
J. B. Henríquez era responsable de los trámites. La correspondencia del Fondo Senior
ubica numerosa documentación Si la actividad de J. B. Henríquez en el proceso de
exportación de los cueros enviados por Senior. J. B. Henríquez recibía las pacas y otros
productos, enviaba cuentas de gastos, extractos de cuenta y facturas. Las pieles eran
remitidas a New York. (26). Las cartas, casi siempre suscritas por Joseph Henríquez,
indican una estrecha relación familiar derivada del parentesco político, dado que Auristela
Senior-hermana de Josías-estuvo casada con Alberto Henríquez-hermano de Joseph-, de la
misma comunidad religiosa y que fuera socio de Josías en Senior Hermanos. (27)
Por lo que toca al café coriano, otro importante producto de exportación, I. A. Senior
comercializaba este grano en New York, Hamburgo y Le Havre. En el mercado
estadounidense tenía como receptores para esa década a las firmas Mecke & Co. ya D. A.
de Lima & Co., enlazada Senior y a Curazao por lazos familiares. En Europa sus
compradores eran Albert Quesnel & Co. (Le Havre) y Sigismundo Weil (Hamburgo). Este
último era a la vez representante para Senior ante diversas casas europeas. Weil era
familiar político de los Senior, había vivido en Coro y Curazao, donde casó con Clara de
Abraham Mordechay Senior y Senior, hermana de Isaac A. Senior, el fundador de la razón
social I. A. Senior; y residía en Hamburgo. Esta red de intereses familiares que enlazaba
toda la cadena del café la completaba en Curazao Edwin Senior, quien a partir de 1896
9
quedó como apoderado de la agencia comisionista de J. B. Henríquez, ocupándose del
trasbordo en la isla de los sacos del grano. (28)
La correspondencia comercial y privada que reposa en el Fondo Senior-AHC
permite recorrer la dinámica de exportaciones-siempre con trasbordos en Curazao, bien a
vapores estadounidenses, hamburgueses o ingleses-, visualizar el estallido de la crisis
cafetalera mundial en sus elementos nacionales e internacionales, y cómo repercutió en la
región coriana. I. A. Senior e hijo fue afectado no sólo por los elementos generales de la
crisis mundial, sino también por aspectos coyunturales que afectaron las áreas cafetaleras
bajo su control, y que incluía desde poblados cercanos como Curimagua, Cabure,
Pedregal, Purureche, Aracua y Churuguara; hasta localidades larenses (Aguada Grande,
Siquisique, Carora, Duaca, Curarigua y El Tocuyo). Estas áreas se vieron afectadas por
fuertes lluvias que se tradujeron en pérdida de cosechas, ventas locales deprimidas,
escasez del producto y retiro de casas importantes relacionadas con la intermediación en
el negocio del café.
Personajes y razones sociales olvidados pero vivos en la documentación, se
involucraron en la exportación del llamado café coriano, que fue en realidad una mezcla
de cafés provenientes de Parupano, Churuguara, Pedregal, Carora y otros puntos. En
tierra firme Flavio Herrera e hijos (Carora), Zacarías Mora (Cabure), Anselmo Alcalá
Núñez (Siquisique), John Kock (Churuguara) Ramón A. Rivero (Piedra Grande) En
Curazao J. B. Henríquez, Edwin Senior, Rivas Fensohn & Co., entre otros.
La crisis del café, sin embargo, no detuvo el avance de I. A. Senior e hijo, quien
supo manejar las adversas circunstancias que esta década impuso al grano; salvaguardando
su proceso de acumulación y expansión de capital a partir de la comercialización de
10
diversos productos y nuevas inversiones que la llevaron, como ya se expuso, hacia las
finanzas y la industria.
Las Importaciones
Es común leer en los análisis históricos sobre el último cuarto del siglo pasado que
Venezuela poseía un mercado interno débil, con un consumo precario, y que los
importadores centraban su atención en artículos de lujo para los sectores adinerados.
Rangel lo explica así: «El comerciante y el banquero de la época vivían para traer al país
géneros extranjeros de lujo o de desahogo que apenas podían consumir las clase más
adineradas. El tráfico con productos de amplio consumo, importados o adquiridos en el
país, no resultaba remunerador siendo tan escasa la capacidad de compra de las clases
populares. En los períodos de auge, el comerciante y el banquero acentuaban las
importaciones codiciadas para elevar sus utilidades». (29) Al respecto de la región
coriana, disentimos en este particular ante la revisión hemerográfica y de fuentes
primarias en el Fondo Senior. Por encima de su aparente pobreza, un mercado interno se
movía y demandaba productos de tipo económico, de los que la prensa local informaba
sus precios ya en 1880. (30). I. A. Senior e hijo supo explotar al máximo las posibilidades
de este mercado interno, supo detectar sus necesidades y conseguir productos de consumo
masivo que le proporcionaron amplios márgenes de ganancia. Una estricta administración
y un férreo control de la red de compradores, muchos de ellos detallistas, fue el soporte de
esta casa comercial y le permitió, como ya se expuso, avanzar hacia otras formas de
inversión. Para lograr su cometido, I. A. Senior e hijo creó toda una red de compras
centradas en los Estados Unidos y en Europa, con el apoyo, en los EUA, de la firma D. A.
11
de Lima & Co. y en Europa de Sigismundo Weil. De Lima era el contacto principal con
diversos proveedores estadounidenses, y Weil con casas europeas ubicadas en puntos
como Manchester, Belfast, Dundee, Le Havre, Barcelona, París y otros.
Las importaciones tenían tres grandes rubros: artículos de consumo masivo, artículos
de consumo suntuario y materias primas para la industria local. El anís, arroz, almidón,
cominos, cerveza, harina de trigo, manteca, mantequilla, vinos dulces y secos, quesos de
Flandes y patagrás; se cuentan entre los comestibles importados de consumo masivo.
Además de estos, mercancía seca como textiles económicos, loza surtida, kerosén,
pólvora, municiones, fósforos, herramientas agrícolas, mecate, sombreros, artículos de
mercería, colonias y muchos otros productos. Las clases pudientes se reservaban para los
jamones enlatados y sin enlatar, pescados en salmuera, uvas y manzanas frescas, te negro,
los champiñones, maíz, peras y guisantes enlatados: dulces cristalizados y galletas dulces;
entre otros comestibles. Desde Europa llegaban a Coro la estearina, los cueros patentes,
goma para calzado, maquinaria, repuestos, manuales de fabricación y otros elementos,
cuya importación corría a cargo de I. A. Senior e hijo para suplir los requerimientos de
Senior Hermanos. (31) Un aparte merecen las importaciones personales de la familia
Senior, que introdujo por La Vela desde materiales de construcción, pasando por muebles
de oficina y de lujo, hasta joyería.
La ruta de estas importaciones tenia como punto de trasbordo hacia La Vela la isla
de Curazao, preferida por los comerciantes radicados en Coro por encima de Puerto
Cabello dada su cercanía y las facilidades que representaban los nexos familiares y
comerciales de vieja data existentes entre Coro y Curazao. Se involucraban en este
comercio la naviera estadounidense D Roja, propiedad de Boulton, Bliss & Dallet, con
12
sede en New York; la inglesa West India & Pacific S.S. Company Limited de Liverpool,
representada en Curazao por James & Henry Jones; y la Hamburg American Packet Co.,
empresa hamburguesa cuyo agente en Curazao era Edward, Henríquez & Co.
Pero además había un tráfico fluido de goletas, balandras y botes, nacionales y
holandeses, que competían en particular con los vapores de la D Roja por los trasbordos al
puerto de La Vela. Esta competencia, al parecer, tenía vieja data, afectaba los intereses de
la naviera, que pretendía monopolizar los trasbordos Curazao-La Vela a través de la labor
de sus agentes en Curazao -Rivas, Fensohn & Co. y Coro -I.A. Senior e hijo-, y estaba
sujeta a los retiros y entradas de la D Roja a esa ruta, atendida de manera irregular según
reseña la documentación, ya que los movimientos de los vapores que arriban a La Vela - el
Nansemond hasta su hundimiento en 1895, y posteriormente el Mérida y el Maracaibo,
que también se hundió en 1898-eran subordinados a las conveniencias y urgencias de los
negocios de la familia Boulton, causando molestias a los comerciantes y pasajeros de Coro
y Curazao y fortaleciendo con su gerencia -y a su pesar- el traslado por las goletas que,
además quedaban como único enlace cuando la inestabilidad política, las decisiones
arancelarias del gobierno nacional o los cálculos financieros de la D Roja propiciaban su
retiro o el espaciamiento de los arribos a La Vela. (32)
Durante el lapso en estudio destaca en el Fondo Senior la goleta venezolana Aurora,
que se ubica desde 1884 en las patentes de navegación, siendo entonces su dueño David
Dovale Méndez. Para 1896 era su consignatario único Moses S.L. Maduro. (33). Hacia
1898 mantuvieron gran actividad las goletas Augusta Victoria -tal vez propiedad o en
exclusiva como consignatario para Maduro Jr. & Co.- y la Nueva Victoria, esta última
contratada por Rivas Fensohn para hacer trasbordos. (34)
13
El balance de la dinámica de vapores y veleros en la ruta La Vela-Curazao es
indicativo de una debilidad estructural en los comerciantes corianos y tal vez de
diferencias de opinión con respecto a cómo afrontar el problema de los trasbordos
marítimos. El comercio coriano no logró, en el último cuarto de siglo, romper su
dependencia en materia de trasbordos, oscilando entre el monopolio de la D Roja
respaldada por altas instancias gubernamentales, y los intereses de los curazoleños dueños
-en general- de las goletas más solicitadas para los trasbordos entre Curazao y La Vela.
Puede suponerse que algunos comerciantes de origen sefardita no estuvieran interesados
en impugnar esta dependencia en función de no afectar a sus allegados curazoleños; pero
se ha detectado cuando menos un intento de adquisición de un pequeño vapor por parte de
comerciantes, encabezados por Quiterio Henríquez, para recorrer rutas entre La VelaPuerto Cabello-La Guaira y Curazao, que fue reportado por Senior a Boulton, y que al
parecer no prosperó. También se ha centrado correspondencia indicativa de pugnas entre
los mismos curazoleños por el control de este negocio. (35)
Destacan entre las razones sociales extranjeras que surtían tanto I. A. Senior e hijo
como a Senior hermanos, las siguientes:
- D. A. de Lima & Co. (New York): además de adquirir café, en el ramo importador abrió
un crédito por 6.000 dls. a I. A. S. e hijo en 1895. (36) Enviaba revistas especializadas de
mercado y vendía una variada gama de productos, entre ellos kerosén, mantequilla, harina,
alambre de púas, hilos y papeles de diversas clases, manteca y artefactos como máquinas
de coser y bordar, y bicicletas. Utilizaba como enlace en Curazao a línea naviera D Roja.
- Sigismundo Weil (Hamburgo): como asesor de Senior y contacto vital entre esta casa y
otras casas europeas, Weil pagaba los giros que Senior emitía contra éstas, hacía pedidos y
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le abría nuevos créditos. Constantemente informaba sobre el movimiento de los productos
con los que Senior comerciaba, bien como vendedor (cueros, café, dividive) o comprador
(estearina, textiles, loza, cueros patentes...). Su correspondencia permite deducir rutas para
los embarques como Hamburgo-New York Curazao; Havre-New York-Curazao y
Liverpool-New York-Curazao. Su hijo Isidoro, representando a la casa comercial, realizó
entre 1895-1897 un extenso periplo que le llevó a Centro y Sur América, incluyendo
Curazao y Coro. (37)
-Kunhardt & Co. (New York): enfatizaba sus ventas hacia las harinas, pero también otros
productos como galletas de soda, lona, kerosén, frazadas y telas diversas. También remitía
periódicamente una revista como información sobre el mercado y los productos que ellos
vendían. (38)
-Neuss, Hesslein & Co. (New York): distribuía textiles de diversas fábricas, enviando
informes sobre el comportamiento del mercado y muestras sin valor comercial. Era un
excelente promotor de lotes de textiles de segunda, que Senior adquiría. Su enlace con
Senior eran J.B. Henríquez, de Curazao y la casa D. A. de Lima & Co. ya mencionada.
Utilizaba para el envío a Curazao los vapores de la naviera D Roja. El Sr. Eugene O.
Beyer, socio de esta empresa, hizo viaje de negocios por Curazao y Venezuela durante
1896, pero Senior declinó entrevistarse dado el mal estado que por entonces -según
argumentó- guardaban los negocios. (39)
-Jaffé & Sons (Manchester, Ing.): registra con mayor énfasis envíos de textiles a través de
la naviera inglesa West Indian & Pacific, acompañados de otros como artículos de
ferretería, cemento y muebles. Mantenía informado a Senior de los movimientos de
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mercado en diversos productos, pero especialmente los textiles. Por orden de éste,
utilizaba a Sigismundo Weil como enlace para recibir pedidos y abonos a cuenta. (40)
-Simon & Co. (Manchester, Ing.): vendía textiles a I. A. Senior e hijo, utilizando como
enlace a Sigismundo Weil. Se encuentra información sobre Rodolfo Dux, representante de
dicha casa que vino a Curazao y Venezuela en el año 1896. (41)
- B.A. Dehn & Heine (Manchester, Ing.): como la anterior, su especialidad eran los
textiles, y efectuaba sus envíos a través de Edwin Senior. (42)
La intensa actividad importadora-exportadora de la casa Senior se soportaba no
sobre el limitado mercado de la ciudad de Coro y su puerto, que para 1891 apenas
alcanzaban los 8752 y 2330 habitantes, respectivamente (43), sino que inclusive vieron
estancarse y disminuir su población debido a la profunda crisis demográfica que vivió la
región hasta finales de la segunda década del siglo XX. Fue la suma de cientos de
poblados altamente dispersos en una extensa área que llegaba por el sur hasta el estado
Trujillo, cubriendo las depresiones de Carora y Barquisimeto, en el estado Lara: por el este
cubriendo toda la costa llegando hasta Puerto Cabello, y por el oeste abarcando por tierra
los principales poblados y hatos (Quebrada Honda, Quigüima, Pachaguara, Mitare,
Codore, Cauca, Sabaneta, Urumaco, Javalito, Curuqueo, Dabajuro,...) llegando por vía
marítima hasta Maracaibo, lo que permitió su acumulación de capital. Un mercado en el
que la suma de la pobreza campesina -consumidora de mercadería económica- más la
riqueza extraída en materias primas, generaba una masa de capital que iba a parar vía Coro
hacia Curazao, y de allí hacia los centros mundiales ya mencionados.
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Es el capital, esfuerzo y férrea organización de su comercio lo que permitirá a I. A.
Senior e hijo, estando tan distante de las zonas productoras y consumidoras, convertirse en
una casa comercial de fuerte influencia sobre una extensa región -la región coriana- cuyo
radio fue mucho más amplio que aquél limitado a la división político-territorial.
Mientras poblados como Valera, Rubio y Tovar adquirieron importancia debido a
su proximidad a grandes plantaciones de café, es decir, a una ubicación estratégica (44), el
comerciante instalado en Coro, como en este caso, suplió su lejanía con administración,
gerencia, estricto control de la red establecida en la región a través de intermediarios y
agentes viajeros, una amplia liquidez que le permitió adquirir con prontitud las materias
primas de su interés y manejar un elevado volumen de productos y participar en el control
de precios. I. A. Senior e hijo, por ejemplo, captaba en 1896 vendedores de semilla de
tártago garantizando compras consecutivas durante tres años a precios que dieran utilidad
a los cultivadores, teniendo personal que enviaba a la península de Paraguaná captar las
cosechas, (45) y para el café ofrecía pagos en efectivo o con giros sobre Nueva York o
París. (46)
Inclusive, firmas curazoleñas que no se instalaron en Coro quedaron integradas a
aquella tupida red de intereses económicos por diversos mecanismos que fueron desde los
lazos consanguíneos hasta el apoyo logístico diversos servicios prestados a Senior (traslado
de correspondencia, servicio de cable, servicios aduanales, etc.). La casa Senior mantuvo
relaciones constantes y fluidas con firmas antillanas ya mencionadas como Edwards
Henríquez & Co., Rivas Fensohn & Cia. y James & Henry Jones; otro fueron A. D. de
Jongh (agente de la The Standard Life Assurance Company Office), A. Bethencourt e hijos
(imprenta y librería), Moses. S. L. Maduro (Palais Royal), S.E.L. Maduro & Sons, Maduro
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Jr. & Co., León V. Leyba & Co., entre muchos otros. Pero además, este efecto era
recíproco, pues Senior ofrecía servicios iguales o similares a sus pares curazoleñas: cobro
y envío de dinero, obtención de giros, representación en asuntos legales, venta de
productos locales, recepción y entrega de correspondencia, etc.
La fortaleza económica permitió a I. A. Senior e hijo, establecerse en la plaza
curazoleña en el año 1903, en el ramo de mercancías, provisiones y productos. (47).
Gracias a enlaces con grandes distribuidoras y compradoras de materias primas, como las
mencionadas, la casa Senior se impuso a los escasos capitales criollos dedicados al
comercio de exportación; canalizando sus actividades al comercio, la pequeña industria,
las finanzas y muchos otros ámbitos; menos al acaparamiento de tierras o al cultivo de las
mismas. Junto con otros capitales del mismo origen Senior se impuso al remanente de los
antiguos grupos económicos asociados a la explotación del café, cacao, caña de azúcar y
otros productos extraídos de la sierra coriana, que utilizaban relaciones sociales de base
esclavizada.
El comercio de exportación-importación sustentado por estos nuevos grupos se
insertó en una nueva dinámica que, ya olvidado el esclavismo y la gran propiedad, impulsó
nuevas relaciones sociales y económicas, dando fuerza a un emergente capitalismo
agroexportador que posteriormente penetró hacia la industria y las finanzas y que perduró,
como en toda Venezuela, hasta la imposición del patrón monoexportador de hidrocarburos.
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NOTAS Y REFERENCIAS
(*) Profesora UNEFM. Avance de investigación para el Centro de Investigaciones
Históricas Pedro Manuel Arcaya. UNEFM.
(1) Aizenberg, Isidoro. La comunidad judía de Coro: 1824-1900. Ediciones Biblioteca de
temas y autoras falconianos. Caracas. 1983. P. 39.
(2) Lovera De-Sola, Roberto. Curazao, escala en el primer destierro del Libertador. Monte
Ávila editoras. Caracas. 1992. Pp. 39-40 y 62-67.
(3) Apuntes Estadísticos del Estado Falcón. 1875. P. 42.
(4) Rangel, Domingo Alberto. Capital y desarrollo. Tomo I (La Venezuela agraria).
Edición FACES-UCV. Caracas. 1974. P. 88.
(5) Algunas de estas casas fueron: M.H. Penso & Co., P. C. Oduber & Co., Salomón
López Fonseca (1789), 1. A. Senior e hijo (1884), Chumaceiro & Co., Cohen Henríquez &
Pinedo; Curiel, Cohen & Co.
(6) Isaac de Abraham Mordechay Hm. Senior casó en Coro, en 1861, con Raquel de
Josiau López Henríquez y Namías de Crasto; siendo sus hijos Josías, Jacobo, Abraham,
Morry y Auristela. Fondo Senior-AHC. Caja sin número (1893-1909). Doc. N° 60. La
Industria. 25 de enero de 1883. Nº 169. P. 1. La Industria. 16 de mayo de 1884. N° 238. P.
1. AHC. Libro de Certificaciones del Registro Principal. 1896. Folio 1.
(7) Fondo Senior. Caja sin número (1893-1909). Doc. N* 64.
(8) Manasés Capriles Ricardo fue un comerciante sefardita, primero en instalar una
industria en Coro: La Compañía Jabonera del Estado Falcón (1879), que evolucionaría
hacia galpón industrial anexando la manufactura de velas, extracción de aceites y
elaboración de tabacos. El periódica La Industria permite hacer seguimiento a este galpón
desde sus orígenes hasta su consolidación como complejo manufacturero.
(9) Protocolos Municipios Miranda. Cuarto trimestre 1898. 1
(10) Fondo Senior-AHC. Caja 3. Doc. 87, 103, 107, 148, 195, 207, 251.
(11) Fondo Senior-AHC. Caja 6 Doc. 228, 236, 256.
(12) AHC-UNEFM. Poderes y asuntos de comercio. Registro principal de Coro. II
trimestre.1896. Folios 14 a 16.
(13) Fondo Senior-AHC. Caja sin número (II). Doc. 29.
(14) Fondo Senior-AHC. Caja sin número. Doc. No 1. Cajas 98 (1907-1908) y 181 (19171920).
(15) Fondo Senior-AHC. Caja 7. Docs. Nº 201, 224, 233, 238. Caja 103. Doc. Nº 40.
(16) La caja 103 del Fondo Senior contiene documentación que permite afirmar que
cuando menos desde 1891 Josías L. Senior fungió como agente de la D Roja, cargo que
mantuvo la firma I. A. Senior e hijo cuando menos hasta la década de los años 20 del
actual siglo, ubicándose el arribo de vapores a La Vela desde 1890, con servicio de carga y
pasajeros. La caja 13 contiene documentos que constatan el arribo a La Vela del vapor
Mérida, de la D Roja, entra 1895-1897, con un promedio de tres salidas mensuales -cada
diez días- entre La Vela y Curazao, y una salida al mes hacia Maracaibo.
(17) Fondo Senior-AHC. Caja 103. Doc. Nº 91. Caja 2, Doc. Nº 65.
(18) Estas operaciones y su desenlace están bastante documentadas en las cajas 2 y 7 del
Fondo Senior-AHC.
(19) Fondo Senior-AHC. Caja 7. Doc. Nº 346.
(20) Fondo Senior-AHC. Caja 103. Doc. N° 2. Caja 7 Doc. No 287.
19
(21) Fondo Senior-AHC. Caja 7. Doc. 291.
(22) Fondo Senior-AHC. Caja 7. Doc. Nº 189.
(23) Fondo Senior-AHC. Caja 103. Doc. 111.
(24) Fondo Senior-AHC. Caja 10. Doc. 620.
(25) Fondo Senior-AHC. Caja 10. Docs. 428, 430, 433.
(26) Fondo Senior-Caja 3. Docs. Nº 87, 103, 107, 110, 199.
(27) Fondo Senior-AHC. Caja 3.
(28) Fondo Senior-AHC. Caja 10. Doc. No 285.
(29) Rangel. El proceso del capitalismo contemporáneo en Venezuela. Edición UCV.
1968. P.84.
(30) La Industria. 22 de julio de 1880. P. 1 Fondo Senior-AHC. Cajas fechadas entre 1884
y 1900.
(31) Fondo Senior-AHC. Cajas No 6 y 103.
(32) Un ejemplo de la fluidez del tráfico por mar son los cuadros demostrativos del
movimiento marítimo del puerto de La Vela, años 1896 y 1897, que enlistan una variedad
de naves, venezolanas, holandesas y estadounidenses, recorriendo la ruta Curazao-La
Vela. Fondo Senior-AHC. Caja 20. Docs. 55 a 90.
El vapor Nansemond se fue a pique entre Aruba y el cabo San Román a su regreso de
Maracaibo, al hacer colisión con el vapor de guerra español México. El vapor venezolano
Augusto recogió a los sobrevivientes y los llevó a Curazao. Su hundimiento causó
inconvenientes al comercio coriano, ya que la D. Roja generalmente sólo utilizaba un
vapor para los trasbordos a La Vela. El Maracaibo naufragó frente a las costas de
Guasare, el 14 de octubre de 1898. Fondo Senior-AHC. Caja 5 Doc. 227. Caja 34. Doc.
708. Más información sobre las actividades de la D. Roja y los conflictos vapores-goletas
se ubica en las cajas 2, 3, 5 y 7.
(33) AHC-UNEFM. Patentes de Navegación 1884. Folios 1 y 2.
(34) Fondo Senior-AHC. Caja 10 Doc. 324. Caja 16 Doc. 80. Otras menciones a estas
goletas se ubican en las cajas 30, 39, sin número (VI) y sin número (VIl).
(35) Fondo Senior-AHC. Caja sin número (IX). Docs. 490 y 506.
Quiterio Henríquez se ubica también en otro intento por intervenir la ruta Curazao-La Vela
muchos anos antes, en 1880, cuando denunció junto a otros comerciantes, por la prensa
local, la obstrucción por intereses curazoleños a los esfuerzos locales para adquirir una
goleta que se destinaría al tráfico La Vela-Curazao. Suscribieron el documento A.C.
Salcedo, Maduro & Curiel, Isaac C. Henríquez, Evertz & Ca., P. y G. Oduver y el mismo
Henríquez. La Industria. Coro, 11 de noviembre de 1880. Ano II Serie 9. No 63. Pp. 3-4.
En 1898, a raíz del retiro temporal del vapor Mérida, se suscitó una pugna entre un
familiar de Josías Senior -el tío Jacob- y Alexander Royer, capitán de una goleta, por el
control de los trasbordos. Jacob pidió entonces a Senior su intervención ante Rivas,
Fensohn & Co., para verse favorecido. Fondo Senior-AHC. Caja sin número (IX). Doc.
19.
(36) Fondo Senior-AHC. Caja 103. Doc. 94.
(37) Fondo Senior-AHC. Caja 6. Docs. 150, 211, 277.
(38) Fondo Senior-AHC. Caja 30.
(39) Fondo Senior-AHC. Caja 10. Docs. 595, 602, 607.
(40) Fondo Senior-AHC. Caja 30, caja 3.
(41) Fondo Senior-AHC. Caja 5. Docs. 403 y 422.
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(42) Fondo Senior-AHC. Caja sin número (1896-1897).
(43) Sievers. Coro y Barquisimeto. En revista Humanidades. ULA. Año 1. No 2. AbrilJunio 1959.
(44) Rangel. Capital y desarrollo. Pp. 97-99.
(45) Fondo Senior-AHC. Caja 2. Docs. 152, 153,157,161.
(46) El Trabajo. Coro. Sábado 23 de mayo da 1896. Año 1. N" 1. Pp. 1 y 4.
(47) Fondo Senior-AHC. Caja 103. Doc. 59. Caja sin número (I) Docs. 76 y 77.
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