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La alienación parental y otros tipos de rechazo filio-parental

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La alienación parental y otros tipos de rechazo filio-parental.
La alienación parental (AP) es un fenómeno con características diferenciales
propias, subsecuente a la exposición de uno o varios menores a estrategias de
obstrucción, manipulación o interferencias parentales y, por tanto, englobado en el
conjunto de problemas relacionales que pueden surgir entre los miembros de la unidad
familiar, aunque produciéndose de forma casi exclusiva en familias divorciadas o
separadas y en contexto de litigio por la guarda y custodia de los hijos en común.
Por AP se entiende el resultado de una actitud de interferencia constante y
voluntaria por parte de un progenitor con la intención de debilitar el vínculo entre el
menor y el otro progenitor, provocando el rechazo del menor y generando en éste una
concepción peyorativa del progenitor rechazado. Para ello, el progenitor que ejerce la
alienación llevaría a cabo las conductas y estrategias de interferencia descritas en el
apartado anterior, pero no son conceptos sinónimos. La alienación no es lo mismo que
la interferencia parental, ni el despliegue de interferencias parentales necesariamente
ocasiona siempre la alienación parental del menor, dado que en esta última intervienen
otros factores, los cuales serán tratados más adelante, que atañen no solo a la actitud y
estrategias desplegadas por el progenitor alienante, sino al propio menor y al progenitor
alienado1. De ahí, la importancia de los rasgos de personalidad, tanto de los progenitores
como de los menores, pero también de las experiencias y recuerdos previos al conflicto
conservados por el menor con el progenitor objeto de las interferencias, la edad y
momento evolutivo del menor, las habilidades del progenitor objeto de las interferencias
y su capacidad para minimizarlas o contrarrestarlas, o por el contrario agravarlas, así
como la mayor o menor intención/motivación de interferir en la relación parento-filial
por parte del progenitor alienante (Cartié et al., 2005).
Pero la AP no es la única forma en la que se puede manifestar el rechazo de los
menores hacia uno de los progenitores, existiendo otras formas de expresión como el
conflicto de lealtades o la parentificación, en las que si bien el menor toma partido por
uno de sus progenitores como respuesta al conflicto interparental, no necesariamente se
1
Generalmente, las IP se definen como aquellas conductas, estrategias o acciones llevadas a cabo por el
progenitor obstaculizador para deteriorar la relación del menor con el otro progenitor, mientras que la AP
se describe y entiende como el resultado de dichas acciones sobre el menor y sobre la relación de éste con
el progenitor alienado. Esta diferencia entre ambos conceptos ha justificado la existencia en esta tesis de
dos apartados diferenciados, el apartado 1.1. (Interferencias Parentales) y el apartado 1.2. (Alienación
Parental), ya que, si bien, sin IP no puede existir AP, no siempre que se den las IP se producen
necesariamente AP.
dan el resto de características inherentes a la alienación. Otro ejemplo es el que hemos
comentado de las interferencias parentales donde las conductas obstaculizadoras tienen
consecuencias, en términos de actitud y conducta manifiesta del menor, muy semejantes
a las observadas en la alienación parental (Farkas, 2011; Hoult, 2006; Johnston y
Campbell, 1988).
Así pues, y a lo largo de este trabajo, cuando hablemos de AP nos referiremos al
resultado ya efectivo, claro y evidente del rechazo del menor hacia uno de sus
progenitores, como consecuencia de las conductas de interferencia ejercidas por el otro.
Es decir, llegado a este punto el menor ya habrá hecho suyas las argumentaciones del
progenitor alienante, creyendo en mayor o menor grado que el progenitor alienado es
esencialmente malo y perjudicial, tanto para él como para los intereses del progenitor
preferido. Ello implica que es necesaria la presencia objetiva y observable de la
dicotomía progenitor rechazado/progenitor amado en la alienación parental, algo que no
suele ser intrínsecamente cierto ni necesario en las dinámicas de interferencia parental,
ya que el menor puede seguir queriendo a ambos progenitores y no decantarse por
ninguno de los dos, aún en presencia de dichas dinámicas y estrategias, permaneciendo
intacto el vínculo con el progenitor objeto de las interferencias. Puede darse incluso el
caso de que el menor se decante por el progenitor objeto de las IP al ser consciente de la
conducta injusta y/o desproporcionada del progenitor que las ejerce, viéndose así
debilitado el vínculo con el obstaculizador.
Nota. Artículo extraído de la Tesis Doctoral: “Las interferencias parentales y la alienación parental en el
contexto jurídico español: revisión de sentencias judiciales en materia de guarda y custodia”. Autor:
Ignacio González Sarrió. Universidad de Valencia. Facultad de Psicología. 2017.
Ignacio González Sarrió.
Doctor en Psicología Jurídica.
Perito judicial y forense.
Miembro del Turno de Peritos Forenses del Ilustre Colegio Oficial de Psicólogos.
Coordinador Grupos de Trabajo en Psicología Jurídica.
http://psicolegalyforense.blogspot.com
NºCol.cv06179.
696102043
Valencia.
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