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Controversias en torno al Síndrome de Alienación Parental (SAP)

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Controversias en torno al Síndrome de Alienación Parental
Cuando se habla de la controversia en torno al SAP fundamentalmente se hace
mención a dos grandes cuestiones: una es la referida a su cuestionada validez científica
y la otra a su supuesta legitimidad ideológica. Ambas se fundamentan en el hecho de
que el SAP no ha contado nunca con el reconocimiento de las dos grandes entidades
internacionales para el estudio de las enfermedades mentales, lo que ha supuesto que no
se haya visto incluido en sus respectivos manuales, el ICD (“International Statistical
Classification of Diseases and Related Health Problems”) de la Organización Mundial
de la Salud y el DSM de la Asociación Americana de Psicología (2013).
Otro de los aspectos controvertidos que rodean al SAP o TAP es la falta de
consenso científico y ético respecto a su tratamiento, dando lugar a una fuerte polémica
y amplias críticas en cuanto a las bondades de su tratamiento coercitivo, es decir, aquel
que limita el contacto del progenitor alienante con el menor facilitándolo al mismo
tiempo con el alienado, dado que este tipo de medida implica un razonamiento contrario
a la propia voluntad del menor, sin considerar si está o no manipulada (Vaccaro, 2006).
Junto a estos aspectos críticos contrarios a la filosofía y tratamiento del SAP
propuesto por Gardner y posteriores autores afines a él, se presenta aún otro más potente
y que supone el núcleo de las argumentaciones en contra del fenómeno SAP, a saber, el
riesgo de su utilización por padres maltratadores para justificar el rechazo o temor que
legítimamente sienten sus hijos hacia ellos, tergiversando la realidad y pretendiendo
culpabilizar de este rechazo a las madres (García Garnica, 2009). Este argumento
conecta y se entronca con el otro planteamiento que ha suscitado numerosas críticas al
constructo SAP de Gardner, que no es otro que el carácter de instrumento creado con la
finalidad prioritaria de arrebatar la custodia a las mujeres, a favor de los hombres
(García Garnica, 2009).
Así, los grupos enmarcados en defensa de los derechos de la mujer y en contra de
la violencia de género, rechazan de pleno el término SAP y su uso en el ámbito judicial,
negando taxativamente su existencia, su valor y reconocimiento científico y, sobre todo,
su aplicación en casos de violencia de género, argumentando que el uso del término
SAP puede tener graves consecuencias debido al empleo de terapias coercitivas que,
indefectiblemente, generan en el menor estados de indefensión, a la vez que sitúan al
terapeuta en una posición de excesivo poder (Escudero et al., 2010).
Las principales críticas que sostienen los detractores del fenómeno SAP van desde
que se trataría de un instrumento creado artificialmente por Gardner para defender a sus
clientes, a la falta de reconocimiento científico del constructo por parte de los
organismos médicos oficiales, pasando por el intento de los seguidores de Gardner en
España de desvincularse del concepto original cambiando la terminología “alienación”
por la de “Interferencias Parentales”, reduciendo el supuesto “síndrome” a meros signos
conductuales mediante el uso de la fórmula retórica “no es un problema clínico, sino
relacional” (Escudero et al., 2010).
Para los detractores del fenómeno SAP, desde la perspectiva de género, existe otro
elemento de peso que aumenta todavía más la carga de los argumentos en contra de su
uso: la falsa capacidad del SAP para discernir o discriminar de forma científica entre las
falsas acusaciones de abusos y malos tratos de los testimonios verídicos. Así, tal y como
plantean los críticos del SAP desde la perspectiva de género, un maltratador o abusador
podría alegar SAP y el menor serle entregado bajo su custodia por el sistema judicial,
convirtiéndose así el SAP en una medida disuasoria para las denuncias de violencia de
género. Por otra parte, y en demasiadas ocasiones, cuando se alude al constructo SAP en
realidad lo que se reflejaría no sería más que la dinámica relacional de un conflicto de
alianzas propio de un sistema familiar en crisis, motivado por el litigio entre los padres
(Waldron y Joanis, 1996).
Otros autores han relacionado el concepto SAP con el patriarcado y los llamados
“neomitos”. En este sentido, para Escudero et al. (2010, p. 10):
Tanto el SAP como la violencia de género se sustentan en arquetipos alimentados por el
patriarcado que se autodefiende generando mitos que a su vez suplantan al pensamiento
crítico y riguroso, siendo el mito por excelencia la falsedad inherente en la mujer.
Mito que se basa en la creencia extendida de que cualquier mujer, si quiere, puede
aprovecharse de las oportunidades que le ofrece la Ley Orgánica de Medidas de
Protección Integral contra la Violencia de Género, y “con una simple denuncia arrebatar
al hombre la custodia de los hijos, sueldo, vivienda y ocasionar de paso un grave daño
moral, dejando al hombre en una situación de indefensión legal” (Escudero et al., 2010,
p. 10). Así mismo estos autores refieren que el SAP “se alimenta del mito de la
denuncia falsa. Mito que se transforma en afirmación categórica y finalmente en
premisa de partida del propio síndrome” (p. 10).
Por estas razones, Escudero et al. (2010) han propuesto en su “Informe del grupo
de trabajo de investigación sobre el llamado Síndrome de Alienación Parental” una serie
de argumentos que llaman “cuestionamiento del SAP en base a hechos”, describiendo
los que siguen:
Hecho 1: El rechazo continuo a ser admitido por los dos grandes sistemas de
clasificación de desórdenes médicos y psicológicos aceptados por la comunidad
científica y organismos internacionales (ICD-10 y DSM-IV-R).
Hecho 2: El rechazo de instituciones relevantes tales como el National Council of
Juvenil and Family Court Judges que determinó en su guía Navigating Custody
Visitation Evaluations in Cases with Domestic Violence: A judge´s Guide, que “la teoría
de R. Gardner que postula la existencia del SAP ha sido desacreditada por la comunidad
científica”. En el Estado Español, la Guía de Criterios de Actuación Judicial Frente a la
Violencia de Género del Consejo General del Poder judicial de 2008 dedica un apartado
al SAP, y expresa: “aceptar, en suma, los planteamientos de las teorías de Gardner en
los procedimientos de guarda y custodia de menores supone someter a éstos a una
terapia coactiva y a una vulneración de sus derechos por parte de las instituciones que
precisamente tienen como función protegerles”.
Hecho 3: La escasa presencia desde el año 1985 del concepto en las bases de
datos que indexan publicaciones científicas. Los autores del informe en una búsqueda a
través de varios buscadores (PUBMED y EMBASE) encontraron un total de 47
artículos a través del término “parental alienation syndrome”.
Hecho 4: Predominio de artículos legales que nombran al SAP desde una
valoración crítica negativa. En el metaanálisis de Hoult (1996) con 113 artículos de
investigación legal que se referían al SAP, se encontró 30 artículos favorables al SAP,
15 neutrales y 68 que describieron el SAP de forma negativa.
Finalmente, los contrarios al uso del constructo SAP argumentan que “el SAP es
un constructo que surge en el ámbito de los juzgados, como instrumento ad hoc y para
ser exclusivamente utilizado en ese entorno” (Escudero et al., 2010, p.50). Y añaden:
Su inventor, Richard Gardner, indicó como condición sine qua non, para su diagnóstico
que existiera un proceso judicial sobre la custodia de los hijos y/o una denuncia por
incesto. Por lo tanto no hay diagnóstico de SAP independiente de la existencia de un
litigio judicial (Escudero et al., 2010, p. 50).
Llegando a la conclusión que el SAP es el único trastorno clínico creado
exclusivamente para proliferar en el marco de los tribunales de justicia.
Frente al argumentario de los detractores que niegan taxativamente el constructo
SAP, se posicionan otros postulados más ponderados y menos ideologizados, lo que
permite un mayor ajuste a la realidad de dicho fenómeno relacional, como los expuestos
por García-Garnica (2009) profesora titular de derecho civil de la Universidad de
Granada, que dice:
El argumento del SAP como instrumento sexista no resuelve las dudas relativas a la
legitimidad del SAP. En primer lugar, porque tal y como se construye el discurso,
polemizando y planteando esta cuestión ante la opinión pública en términos de lucha de
intereses de hombres y mujeres, se corre el riesgo de provocar el efecto perverso e
inasumible jurídicamente de relegar a un segundo plano el interés de los hijos menores,
que ha de primar por imperativo legal frente al de sus padres y al de sus madres (p. 218).
Y continua diciendo:
Asimismo, jurídicamente es inadmisible plantear el discurso en términos de si la
titularidad de la guarda y custodia es un derecho propio de las mujeres, que debe o no
serles arrebatado por los hombres. Por todo lo cual y según la legislación vigente, se
impone afrontar la cuestión sin perder de vista que el interés prioritario en este conflicto
familiar es el de los hijos, no el de los padres ni el de las madres (p. 219).
Por último, concluye diciendo:
Tampoco es cierto que la sede adecuada para abordar esta cuestión sea la de la violencia
de género, porque aunque habrá supuestos en los que el problema relacional entre padres
e hijos concurra con la existencia de violencia de género entre los progenitores, la
concurrencia de violencia de género no es un presupuesto necesario para que exista o se
invoque la existencia de SAP. De modo que corremos el riesgo de hacer un planteamiento
sesgado de la cuestión (p. 219).
La misma autora hace una mención explícita a la relación estadística existente
entre la proporción de mujeres que tienen la custodia frente a la de hombres (86% frente
al 4%) en 2008, lo cual explicaría que sea más frecuente la invocación del SAP por los
padres y no cuestionaría per se su legitimidad, concluyendo que: “al margen de esta
circunstancia, no hay razón científica, jurídica ni lógica que impida la invocación del
SAP tanto por un padre, como por una madre. Existiendo jurisprudencia al respecto”
(García-Garnica, 2009, p. 221).
Ref. Tesis doctoral: “Las interferencias parentales y la alienación parental en el
contexto jurídico español: revisión de sentencias judiciales en materia de guarda y
custodia”. Autor: Ignacio González Sarrió. Universidad de Valencia. 2017
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