Subido por Patricia Cornejo

02 Neoclasicismo y prerromanticismo

Anuncio
Literatura
02 Neoclasicismo y prerromanticismo
SOLUCIONARIO
Lengua castellana y
literatura 2
Apóstrofe XXI
POESÍA DIECIOCHESCA
1. Poesía de tono personal y de evasión: poema 1. Poesía de elevadas pretensiones,
comprometida: poema 2.
El primer poema presenta un tema intrascendente, con resonancias bucólicas y
que recrea un mundo idealizado donde sensualidad e inocencia se combinan en una
escena que es puro juego refinado. Sin embargo, en el segundo el autor hace referencia
a realidades inmediatas que pretende denunciar mostrando una actitud filantrópica muy
propia del XVIII.
POEMA 1
a) El descubrimiento del amor, lo que pone fin a la niñez.
b) La primera parte (los 12 primeros versos) describe los deliciosos juegos en que
entretienen los días de su infancia el poeta y Dorila. En la segunda parte (del 13 al 24)
algo empieza a cambiar en la actitud de los protagonistas, algo que aún no se explican.
La tercera parte (del 24 al 32) presenta la escena amorosa de los tortolitos. La cuarta
parte (del 32 al final) describe el descubrimiento del amor.
El poema, pues, se desarrolla con una lógica perfectamente racional, muy propia
de un hombre neoclásico.
c) Son de un tono claramente menor como corresponde a la poesía llamada rococó y, no
tanto por el tema, como por el tratamiento que se da del mismo.
d) Es evidente que los tres rasgos señalados están en el poema. Es aparentemente
ingenuo porque hace referencia a los juegos infantiles, las risas inexplicables de los
niños-adolescentes. La sensualidad está presente, por ejemplo, en la escena de las
tórtolas, en la parte final. El tono lánguido aparece en expresiones como las siguientes:
cola y alas caídas, desmayadas gemían.
e) Se trata de una serie de 40 versos heptasílabos, por tanto de arte menor (es, según
Lapesa, el verso más usado en la lírica neoclásica), con rima asonante en los pares y
sueltos los impares. Es, pues, un romance endecha.
Esta forma métrica de verso breve permite el ritmo rápido del poema. El
romance favorece, por su naturaleza misma, el carácter narrativo y a la vez lírico del
texto y, su forma más corta, la ligereza no solo temática sino también formal del mismo.
Es, pues, una elección muy adecuada.
f) El marco elegido, el campo (la selva), las actividades (coger florecillas, guirnaldas
que coronan a los jóvenes), la felicidad que les acompaña (delicias, felices), el amor
como dulce fatiga.
g)
Uso de diminutivos
Adjetivación
Vocabulario refinado
Otros procedimientos
florecillas, tortolitas
epítetos: niño tierno, trémulos picos,
alegres guirnaldas, honestas caricias,
dulces fatigas (oxímoron), gracia
peregrina.
guirnaldas, gracia peregrina, juegos y
delicias, inocencia, malicia, trémulos,
deleite, alentonos, niñeces
Bimembraciones: cola y alas / de gozo y
deleite.
Los tonos vagos: yo no sé.
Símil: cual sombra.
Vocabulario de lo lánguido: caídas,
desmayadas.
h) Esta es una de las posibilidades. De hecho son muchas las corrientes literarias que
han visto en la poesía un medio idóneo de evasión a mundos bellos (Modernismo,
Romanticismo...). No olvidemos que el arte es un instrumento esencial para algo que no
es accesorio en la vida, la creación de belleza. Frente a esta postura y, podríamos decir
que en el extremo opuesto, se situarían aquellos para los que la poesía es compromiso
con la realidad e instrumento de transformación de la misma. Entre ambos polos ha
oscilado la poesía de todos los tiempos.
POEMA 2
a) El poeta recupera en contacto con el campo su condición más humana y se da cuenta
de cómo se ignora el sufrimiento de los pobres desde los lujos de la corte.
Motivos propios de la Ilustración: sobre todo la actitud filantrópica de
preocupación por los débiles y sus condiciones de vida. La actitud crítica ante la
inactividad (fueron muchos los ilustrados que criticaron, por ejemplo, a la nobleza
ociosa).
b) No. En este caso la realidad aparece con toda su dureza. Se refleja en el vocabulario
empleado, que tiende a presentar la vida complicada de los labradores: trabajos duros,
suerte esquiva, miseria, lástimas, él carece de pan, tristes hijos, escuálidos, sumidos en
miseria, doliente esposa, víctima, indigencia, del oprobio siervo.
c) No. Aquí el campo es un lugar que humaniza al hombre porque lo libra de la actitud
perezosa e indolente que lleva el cortesano, con excesos de todo tipo y lujos sin cuento.
Pone, además, en contacto con una realidad penosa, la de los pobres campesinos,
realidad que el ilustrado no quiere rehuir, en su afán revisionista y en su compromiso
por mejorar la sociedad.
d) Se trata de un poema formado por 36 versos endecasílabos (arte mayor), sin rima, es
decir, son endecasílabos sueltos. Esta forma métrica es muy usada en este tipo de poesía
de tono grave, en las odas filosóficas. Esta no hace concesiones al ritmo y permite que
destaque sobre todo la expresión de las ideas, sin halagos sonoros.
e)
Exclamaciones retóricas
¡Ay, Fabio, Fabio! (apóstrofe)
¡ay! (dan ese tono de queja y reflexión a
modo de lamento)
¡qué mal al pobre el cortesano juzga!
¡qué mal en torno a la opulenta mesa…!
Anáforas
¡que mal al pobre el cortesano juzga!
¡que mal en torno a la opulenta mesa!
erguida populosa encina, ancha copa,
ardiente
canícula,
oscuro
amigo,
guardado
gabinete,
feble
ocioso
cortesano, muelle sofá, triste labrador,
opulenta mesa, festivos brindis...
Epítetos
Oxímoron
Hipérbatos suaves
mortíferos manjares
sobre el muelle sofá tendido yaces,
y hasta para alentar vigor os falta,
víctima ya de entonces destinada
a la indigencia y del oprobio siervo
y allá en la corte, en lujo escandaloso
nadando en tanto, el sibarita ríe
f)
Temas
Métrica
Estilo
Poesía idílica de tono menor
el amor, lo bucólico, lo galante,
lo aparentemente ingenuo…
todo planteado con un tono de
insignificancia
Poesía social y filosófica
temas de más altos vuelos:
sociales,
filosóficos,
filantrópicos
uso
de
metros
cortos
(heptasílabo, el más usado)
léxico
refinado,
uso
de
diminutivos, epítetos, tonos
suaves... clara tendencia a lo
delicado, lo juguetón y sensual
el endecasílabo suelto
lenguaje
realista,
con
expresiones
fuertes
y
elementos de la vida cotidiana
Para ser una etapa en que la poesía no era el género de mayor prestigio, encontramos
superpuestas en el XVIII las dos tendencias de la poesía que de algún modo marcan los
dos caminos entre los que se ha debatido la misma. Por una parte, una poesía
idealizadora, que trata de crear mundos bellos y que elige en muchos casos el disfraz
bucólico que facilita la expresión indirecta del sentimiento. Esta adopta formas breves y
ligeras, en perfecta consonancia con el contenido. Por otra parte, una poesía más grave,
que refleja preocupaciones sociales, filosóficas y científicas, mucho más cercana a la
realidad. Su lenguaje se hará más duro y realista y su métrica recurrirá con frecuencia al
endecasílabo suelto, el más semejante a la prosa.
POESÍA DIECIOCHESCA. POESÍA ANACREÓNTICA
2. La anacreóntica es una poesía amable y gozosa que valora la vida como un placer de
los sentidos. Toma su nombre de Anacreonte, poeta griego que cultivó el género en el
siglo VI a. de C. Es una poesía sensual que canta al vino, el amor, los placeres... Se
construye con versos cortos.
Cadalso, Meléndez Valdés y muchos poetas contemporáneos escribieron
anacreónticas, para las que no siempre se inspiran en el autor griego de forma directa,
sino que suelen llegar a él a través de Villegas, el gran cultivador del género en el XVIII.
a) El poeta se presenta a sí mismo con el regocijo sensual y festivo propio de Baco.
b) Las referencias al vino (la botella en la mano, el padre de las viñas), a Baco (sin
duda será Baco), a las fiestas y la alegría (en el rostro la risa, al son de los panderos /
dan voces de alegría)
c) Sí. El ambiente campestre: “baja por aquella colina”. La referencia a la hiedra, a los
zagales y a las ninfas.
Con frecuencia en esta poesía del siglo XVIII lo anacreóntico, lo sensual y lo
bucólico se combinan en una creación amable y gozosa de la que es buen ejemplo este
poema de Cadalso.
d) Poema formado por 16 versos heptasílabos (arte menor), con rima asonante en los
pares y sueltos los impares. Se trata, pues, de un romance endecha. Su forma ligera y
rápida se adapta perfectamente al contenido frívolo de la composición.
e) Podemos destacar la sencillez expresiva de ese “Pues no” que encabeza los dos
versos últimos y que acentúa el tono festivo en el que se lleva a cabo la identificación
final entre el poeta y el dios Baco.
Debemos saber también que el término “letrilla” aquí aparece como sinónimo de
poema simplemente, porque la letrilla desde el siglo XVII era más bien una composición
con estribillo que solía tener un contenido satírico. Cadalso escribió algunas letrillas
propiamente como la que hace con el estribillo alterno ya lo creo y no lo creo.
f) Evidentemente, la anacreóntica conecta plenamente con el sentido hedonista y de
culto al disfrute de la cultura actual. Los placeres de la vida han seguido presentes en la
poesía posterior y hay poetas contemporáneos (Luis Antonio de Villena, por ejemplo)
que se acercan a esa sensibilidad en algunos de sus poemas.
POESÍA DIECIOCHESCA. FÁBULA
3. La fábula es dentro de la poesía la fórmula didáctica por excelencia. En un siglo en el
que la preocupación por lo útil lleva a defender el didactismo en la literatura, es lógico
que se desarrolle el género de la fábula. Nada mejor para “enseñar deleitando” que estas
obritas de rancia tradición clásica.
a) Tiene su precedente en las fábulas de Esopo y La Fontaine. Samaniego no hace
referencia en ningún caso a la tradición medieval española que había recogido la
herencia oriental y clásica, por lo que se supone que la desconocía. Él tiene un
conocimiento de la literatura francesa y a ella se refiere.
b) Sí, está en el línea de los planteamientos del despotismo ilustrado que buscaba
mejorar las condiciones del pueblo y que aconsejaba al nuevo tipo de monarca velar por
el bien de los que están por debajo de él.
c) Se trata de 11 pareados formados por versos endecasílabos y con rima consonante.
Hay un verso que rompe la uniformidad. Se trata del primer verso del penúltimo
pareado. En este caso tenemos un heptasílabo y sirve para marcar la transición entre
fábula y moraleja.
d) 1.- Vocabulario sencillo. La presencia de marcadores temporales que ordenan los
hechos (Poco después). La idea que intenta trasmitir no es sofisticada sino elemental y
sencilla.
2.- Las notas de humor (no dijera más Tito). El uso del estilo directo que da variedad y
viveza (Te perdono). La rapidez de la acción.
POESÍA DIECIOCHESCA. POESÍA PRERROMÁNTICA
4. En el poema asistimos a la partida de Laura, una mujer adorada por el hombre que la
despide y que se ve sumido en el llanto y la desesperación. Aparecen, pues,
sentimientos íntimos y tono lacrimoso.
a) Tono exaltado. Se expresa por medio de interjecciones (¡Ay!), exclamaciones
retóricas (¡que la pierdo!) e interrogaciones retóricas (¿La alejan más y más....?). Las
repeticiones del nombre de la amada, adquieren un tono vehemente (Laura adorada,
Laura, mi Laura). La presencia de hipérbatos que alteran el orden lógico: del coche
triste la funesta puerta (también quiasmo). El vocabulario altisonante: bárbaros crueles,
bárbara dureza, látigo estallante. El uso de la geminación: corren, corren, el
polisíndeton de y, la anadiplosis: de mi la alejan / la alejan y en general la presencia de
figuras de repetición.
La adjetivación: bárbaros crueles, lado amante, látigo estallante, ruidosos cascabeles.
b) Aliteración de la r que intensifica la expresividad del poema con su sonoridad áspera
que sugiere el ruido de la partida: y al estruendo / los rápidos caballos van corriendo / y
corren, corren...
PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA. ENSAYO: FRAY BENITO JERÓNIMO FEIJOO
5.
a) El afán del siglo XVIII de revisar los saberes heredados y explicarlos desde la razón
para acabar con falsas creencias.
b) Preeminencia de lo útil, buscado con el instrumento clave en el siglo XVIII: la razón.
c) La importancia que se da al bien común y la valoración del trabajo antes tan
desprestigiado. Supone también una gran confianza en el progreso como fruto del
trabajo
d) Importancia de la ley como elemento clave en la convivencia de un Estado.
e) Por encima del argumento de autoridad esta la razón y la experiencia.
f) La preocupación por España.
6.
a) En este texto el autor rechaza que sea perniciosa para la lengua la introducción de
nuevos términos procedentes de otras, siempre que esto se haga correctamente, es decir,
sin artificiosidad y cuando no hay otro término en la propia lengua.
Feijoo manifiesta con esta carta su opinión sobre un tema que fue muy debatido
a lo largo del XVIII entre los puristas –quienes adoptaban una postura conservadora en
materia lingüística– y los partidarios de una renovación en la lengua. Como vemos, su
postura es valiente y ponderada. Al fin y al cabo él sabía muy bien de qué hablaba.
Cuando empieza a escribir sus obras, se ve obligado a crear una lengua más moderna,
clara, rigurosa y flexible, que le permita expresar las nuevas ideas, ya que el lenguaje
doctrinal de su época pecaba del recargamiento posbarroco que el padre Isla había
criticado en su novela Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes. Feijoo no solo luchó
contra los errores y supersticiones sino que también supo encontrar el vehículo de
expresión adecuado para que sus escritos llegaran a sectores amplios de público lector.
b) 1.- Sí, se trata de un texto argumentativo. La tesis en el texto vendría a coincidir con
el fragmento siguiente: Pensar que ya la lengua castellana u otra alguna del mundo
tiene toda la extensión posible o necesaria, solo cabe en quien ignora que es inmensa la
amplitud de las ideas, para cuya expresión se requieren distintas voces.
El texto se organiza en forma de refutación de la tesis contraria, que aparece
formulada en la primera oración (Concíbese que, por lo común ..... idioma propio).
Plantea a continuación una pregunta (¿Por qué?) y, a partir de ahí, se desarrollan los
argumentos para refutar aquella. El primer párrafo termina con la tesis. En el último se
insiste en la idea de una manera más expresiva y valorativa.
Se observa en toda la argumentación su espíritu combativo y polémico (tan de la
época) que se pone de manifiesto desde las primeras líneas y queda palpable hasta el
párrafo final.
2.- Uso de la primera persona del singular: supongo (repetido dos veces). Presencia de
pronombre de primera persona, que al ser innecesario en español tiene valor expresivo:
yo me atrevo... Uso de sufijación superlativa (vulgarísima). Uso de la exclamación
retórica (¡pureza!). Empleo de léxico connotativo (tino sutil, discernimiento delicado).
Ordenación expresiva de la frase (Es cosa vulgarísima nombrar ... es inmensa la
amplitud de las ideas).
3.- Uso de las interrogaciones retóricas: ¿Por qué no lo serán otras ahora? Estas
tienden a que el lector busque también la respuesta.
Uso del plural sociativo que incluye a autor y lector (nuestra locución).
Presente de indicativo en los verbos. Un presente que también incluye a autor y lector
(niegan, es, tiene).
4.- Entre otros procedimientos que hacen ameno el texto están aquellos que se
encaminan a la claridad: sigue un orden claro en el texto (rechazo de la tesis opuesta /
pregunta / argumentación / tesis / subrayado expresivo de la tesis). Usa la sinonimia con
valor aclarador (un tino sutil, un discernimiento delicado, no ha de haber afectación, no
ha de haber exceso, pobreza, desnudez, miseria, sequedad).
También contribuye a la amenidad el uso de ejemplos: en menos de un siglo se han
añadido más de mil voces latinas a la lengua francesa.
5.- Abundan los sustantivos abstractos como es propio de un texto de reflexión sobre la
lengua: discernimiento, vicio, destreza, tino.
La adjetivación –salvo el superlativo vulgarísima– no presenta valores especiales y nos
encontramos sobre todo con adjetivos especificativos: voces domésticas, idioma
extraño, lengua francesa.
Los verbos aparecen en presente de indicativo y hay dos tipos, uno con valor gnómico
(es vicio, es lícito, es inmensa) y otro con valor actual (supongo, me atrevo, tiene).
Hay en el texto una clara presencia de subordinadas de tipo lógico, que ayudan a la
argumentación y al razonamiento: concesivas (aunque se pueda explicar lo mismo con
el complejo de dos o tres voces domésticas), condicionales (si tantas adiciones hasta
ahora fueron licitas), causales…
Ya hemos señalado en el apartado anterior los medios usados para conseguir la claridad.
En cuanto a los caracteres lógicos que marcan las relaciones entre las partes del discurso
podemos destacar varios: Pero (restrictivo), de modo que (explicativo), por este motivo
(causal). Todos ellos contribuyen a la correcta trabazón del texto y a su mayor claridad.
6.- Hipérbaton: es vicio del estilo la introducción de voces nuevas.
Estos tienden a tematizar la valoración expresada en el predicado nominal, por encima
de la que se da al sujeto. Aparece en varias oraciones del texto. Lo que se quiere
destacar se sitúa en primera posición.
Hay toda una serie de figuras que contribuyen al ritmo del discurso:
 Pararalelismos: un tino sutil, un discernimiento delicado.
 Anáforas: supongo que / supongo que // no ha de haber objeción – no ha de
haber exceso.
 Asíndeton en la enumeración final: pobreza, desnudez, miseria, sequedad. De
este modo parece que la enumeración quedara abierta y permitiera añadir nuevos
términos denigratorios. Esta enumeración va precedida de otra figura que
destaca: la paronomasia pureza / pobreza, que pretende destacar ambos términos
que encarnarían las dos posturas que se oponen en el texto.

Otras figuras: hay muy pocas manos (metonimia), y antítesis extraño / propio.
c) En conclusión, podemos señalar que el presente fragmento responde plenamente al
espíritu crítico y didáctico de su autor. Feijoo –como tanto le gustaba hacer a él- sale
en este “ensayo” al paso de una creencia generalizada que él ve como falsa. Frente a
ella, con orden y claridad, despliega sus razones y lo hace con una prosa sencilla,
directa y bien trabada, dirigiéndose a un lector al que pretende convencer y “educar”
en ese espíritu razonador del ilustrado.
7. En este ensayo Marañón destaca la misión llevada a cabo por Feijoo a favor de la
mejora cultural de su país. Su preocupación y su empeño lo ve Marañón de tal
envergadura que traza una analogía con Don Quijote. Para ello se sirve de una forma de
expresión habitual en estos casos: la expositivo-argumentativa. Marañón señala en
primer lugar la idea principal (en la preocupación por España es donde reside la
grandeza de Feijoo). A partir de ahí desarrolla esa idea. Finalmente se cierra el
fragmento con la analogía trazada con Don Quijote que da una plasmación expresiva de
la generosidad de la empresa del monje ilustrado.
En este texto la presencia del autor se hace evidente. Desde el comienzo el lector
percibe que va a asistir a una visión personal trazada por Marañón, aunque,
evidentemente, esté fundamentada en hechos objetivos. Fórmulas como las siguientes
no dejan lugar a dudas: Para mí (en el mismo comienzo), Me lo imagino. Pero la
subjetividad lo tiñe todo: la selección del léxico connotativo y valorativo (pobre fraile,
borrachera épica, roturar brutalmente), incluso la misma denominación asignada a
Feijoo (caballero andante del buen sentido). También la utilización de adjetivos que
son muy expresivos: obsesionante pensamiento, gran empresa generosa; en varios casos
claramente valorativos: faena más ruda y más ingrata; la ordenación expresiva de las
frases: en la preocupación patética... está la grandeza de Feijoo. Esa subjetividad va en
muchos casos unida a otros procedimientos que aspiran a implicar al lector en la
reflexión. En este sentido el autor muestra tener presente al lector desde la primera
línea: de nuestra España (valor expresivo: él parece preocuparse, y además valor
implicador pues se dirige a los que también presume de algún modo preocupados por
esta patria común). Además, el lector no tiene más remedio que sentirse implicado con
otros medios tales como la interrogación retórica (¿Qué podía hacer él ...?). Este se
plantea esa pregunta e implícitamente conviene con Marañón en que no podía hacer
nada más que lo que realmente hizo. En este fluir del texto, además, Marañón consigue
la amenidad necesaria en este tipo de escritos que no van dirigidos a especialistas sino a
un público culto pero que se acerca al ensayo buscando también un tratamiento
agradable. En este sentido la recreación imaginativa del fraile dando vueltas a la
cuestión de su país, por los campos asturianos o en el mismo convento, resulta eficaz.
También el empleo del estilo directo, que recoge una hermosa intervención de Feijoo,
contribuye al acercamiento de la figura cuyo perfil se quiere destacar: La mayor parte
de mi vida he estado lidiando con estas sombras, porque muy temprano comencé a
conocer que lo eran. Finalmente, la analogía trazada con el Quijote resulta muy
sugestiva.
Para todo ello se vale de un lenguaje claro pero muy expresivo. Como es propio
en estos textos, abundan los sustantivos abstractos (preocupación, grandeza,
influencia,..). Los tiempos verbales alternan el presente de la reflexión actual (me
imagino), con los pasados de la recreación histórica, sobre todo del pretérito imperfecto.
El autor no renuncia a una cierta voluntad de estilo y así lo refleja en la
personificación de los campos risueños de Asturias, que da expresividad a la evocación
trazada por Marañón. La metáfora utilizada para explicar la ingente tarea que había que
realizar en nuestro país para mejorar su estado cultural en el siglo XVIII, responde no
solo a una búsqueda de belleza: la de roturar brutalmente el campo inculto del alma
española, monte bajo de óptima tierra, pero cubierto de malezas y setos y malas
hierbas (obsérvese la enumeración con polisíndeton y su valor intensificador).
En conclusión, Gregorio Marañón ha contemplado la labor realizada por Feijoo
y comprende que, pese a los límites que le imponía su época, su papel luchando contra
el error en la España del momento le concede las dimensiones de un Quijote de la
Ilustración. Para hacer llegar esta idea se vale de un lenguaje en el que la recreación del
pasado, la cita literal, la analogía, crean un texto ameno y sugestivo, que no renuncia a
ciertos artificios literarios, como es propio en muchos ensayos.
PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA. ENSAYO: GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS
8. En este texto se plantea la necesidad de llevar a cabo una reforma del teatro
desechando de él tanto las obras que en ese momento se estaban creando, como aquellas
otras que pertenecían a nuestros clásicos del siglo pasado en quienes se reconocen
virtudes estéticas pero a los que se ve como pésimos modelos de comportamiento.
Frente a ellos el autor defiende otro tipo de teatro que deleite e instruya a la vez y que se
convierta en verdadero modelo de costumbres para el pueblo.
a) Las dos partes del texto coinciden con los dos párrafos. En el primero plantea la
necesidad de reforma y critica las dos formas de teatro que considera que se deben
desechar de las tablas. La razón queda bien clara en la formulación que aparece en la
última oración del primer párrafo: Semejantes ejemplos, capaces de corromper la
inocencia del pueblo más virtuosos, deben desaparecer de sus ojos cuanto antes.
En el segundo precisa el tipo de teatro que debe sustituir a aquel y cuyo objetivo
deja muy claro: otros capaces de deleitar e instruir presentando ejemplos y documentos
que perfeccionen el espíritu y el corazón de aquella clase de personas que más
frecuentará el teatro. Esto, además, debe ser establecido así por medio de leyes (postura
muy propia del ilustrado): He aquí el grande objeto de la legislación: perfeccionar en
todas sus partes este espectáculo.
b) Critica por una parte el teatro que se da en su tiempo al que no le concede mérito
alguno. A sus autores se les tilda de cuadrilla de hambrientos e ignorantes poetucos,
monstruos.
Por otra parte, critica el teatro del siglo de oro. A Este le reconoce bellezas
inimitables en el plano del lenguaje y del manejo de la ciencia escénica pero le critica
porque, mirado a la luz de los preceptos y principalmente a la de la sana razón, estas
obras son un mal ejemplo moral para el pueblo que acudía a tales espectáculos.
c) El teatro es un género que preocupó profundamente a los ilustrados. Estos, en su afán
por mejorar la sociedad van a ver en el teatro un instrumento extraordinario de difusión
de las nuevas ideas. Ellos, pues, van a aspirar a crear un teatro que junto al
entretenimiento o deleite, proponga modelos de conducta y alimente las virtudes que
son propias del ideal ilustrado. Para conseguir este objetivo darán importancia a valores
como la verosimilitud, que hace creíble las obras, el respeto a los preceptos...
d) Él plantea que tal cambio se lleve a cabo por medio de leyes que lo propicien. Esto
entra de lleno en los planteamientos del despotismo ilustrado que aspira a mejorar desde
arriba las condiciones del pueblo, educándole e inculcándole las virtudes cívicas y
morales.
Ampliación: A lo largo del XVIII se darán actuaciones gubernamentales encaminadas a
la mejora del teatro. En 1765 se prohíben los autos sacramentales. Durante el reinado de
Carlos III, el conde de Aranda atendió primero a la reforma material de los teatros de la
corte. Gastó grandes sumas en sustituir los viejos decorados y hacer el local más
confortable. Para acabar con las algaradas de los chorizos y polacos hizo fundir las dos
compañías. Se nombró un comisario para que buscara obras adaptadas a los nuevos
planteamientos (traducciones del francés y obras de nuestros clásicos que pudieran
adaptarse...), etc.
e) En efecto, Jovellanos va dando pautas precisas y para ello se sirve de perífrasis
modales de obligación: debe empezar, deben desaparecer... También la construcción
atributiva es por lo mismo necesario... También oraciones optativas del tipo: Un teatro,
en fin, donde no sólo aparezcan... donde aparece el modo subjuntivo para formular su
deseo.
f) Son varias las enumeraciones muy extensas en el texto:
 Aquella en la que se señalan todas las virtudes que los actuales autores de teatro
han hecho desaparecer de las tablas.
 Aquella en la que se enumeran las bellezas inimitables de nuestros autores
clásicos.
 Aquella en la que se enumeran los vicios y defectos que aparecen representados
con tonos agradables en el teatro de los clásicos.
 Donde se enumeran los valores que debe proponer el nuevo teatro.
 Donde se enumeran los vicios que deben ser puestos en ridículo y corregidos
con el nuevo teatro.
Con todas ellas Jovellanos consigue dejar claros los valores que rechaza y aquellos
que defiende. No hay lugar a dudas, sus enumeraciones son una bajada al detalle
puntual de lo que no está bien y lo que está bien con un afán de reglamentación muy
propio de un espíritu ilustrado como el suyo.
g) Esta es una cuestión que ha preocupado a autores y gobernantes desde tiempos
remotos. Es evidente que el teatro es un instrumento extraordinario de propaganda
ideológica. Esto lo saben bien las dictaduras que suelen intensificar la presión de la
censura en el teatro mucho más que en otros géneros. No es, por tanto, de extrañar
que los ilustrados vieran en él un elemento clave en esa transformación social que
ellos querían llevar a cabo. Los resultados, es verdad, no estuvieron a la altura de las
aspiraciones en muchos casos pero se debe reconocer que, como fruto de tales
aspiraciones, se pone fin a la desmesura a la que habían llegado las secuelas últimas
del teatro barroco, y prepara el terreno para un nuevo tipo de teatro.
PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA. PROSA: JOSÉ CADALSO
9. El primer personaje, el que escribe la carta, es Gazel, un joven marroquí que se ha
quedado en España, adonde vino formando parte del séquito del embajador de su país,
con el afán de conocerla más profundamente. Se dirige a Ben-Beley, un compatriota
suyo de mayor edad. Nombra a un tercer personaje, Nuño Núñez; este es español y
parece ser hombre experimentado y reflexivo que servirá a Gazel de interlocutor para
interpretar la realidad española. Este viene a ser el portavoz del autor.
a) Desea conocer España, no solo la capital sino también las provincias. Quiere
observar las costumbres, anotando todo lo que encuentre sorprendente. Se trata de una
ficción literaria con la que el autor pretende, a través de una mirada “virgen”, poner de
relieve lo peculiar del país visitado, que casi siempre será absurdo o sorprendente para
él. Montesquieu, con sus Cartas persas, había proporcionado el modelo clásico del
género.
b) Crea el personaje de la joven casada a la fuerza con maridos mayores y no queridos
por ella. Aparecen criticados los matrimonios desiguales y la falta de libertad para la
elección de esposo. Este tema aparece denunciado también en El sí de las niñas, de
Leandro Fernández de Moratín y en El viejo y la niña, del mismo autor.
c) Tienen forma y estilo epistolares. Su lenguaje es claro, correcto, perteneciente a un
registro culto pero sin elaboración excesiva. Al estar dirigidas a un amigo, a veces
adopta formas conversacionales (digámoslo así, cosa que no debe entrar en cuenta...).
La amenidad se consigue, además, con un vocabulario sencillo y preciso, en el que no
renuncia a lo ingenioso como se puede percibir en la carta LXXV cuando la joven
“despliega” ante el lector sus penalidades.
10. Debemos recordar que Noches lúgubres es una obra en prosa dialogada cuya
anécdota narrativa está formada por el intento que hace el joven Tediato de desenterrar a
su amada muerta. El nombre es simbólico, Tediato viene de tedio y eso siente el
personaje: hastío de vida. Eso nos permite entender mejor el texto.
El protagonista saluda a la noche, cuya oscuridad parece más acorde con sus tristes
sentimientos, mientras espera la llegada de otro personaje. Su actitud es de
desesperación, aparece sumido en terribles pesadumbres.
a) La noche, las tinieblas que se presentan como el escenario de acontecimientos que
despiertan temores (delitos, caos...). Se trata de una ambientación que luego será muy
del gusto de los románticos. Esta ambientación, además, aparece como trasunto y reflejo
del estado anímico del protagonista (rasgo que también será típicamente romántico).
b) En el texto encontramos la antítesis luz del sol / tiniebla que acentúa expresivamente
ésta última. La naturaleza aparece personificada al presentarse como capaz de sentir
consuelo con la luz. Diríase que esto potencia la tristeza del protagonista que no
participa de ese consuelo como el resto de lo existente. La hipérbole dije mil veces
contribuye al tono exaltado, desmesurado del episodio. Esa exaltación y desmesura se
potencian también con otros procedimientos: el apóstrofe dirigido a la noche
(bienvenida seas, noche), la exclamación retórica (¡Ay!), la repetición de todo / toda...
Por otro lado, la prosa se hace rítmica por medio de paralelismos: madre de delitos,
destructora de la hermosura..., no tomé alimentos, no enjugué las lágrimas... (obsérvese
cómo en este caso se da la anáfora de no/no).
Finalmente, la imágenes asociadas a la noche aumentan el tono tétrico: madre de
delitos, imagen del caos.
TEATRO NEOCLÁSICO. LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN
11. En el siglo XVIII proliferaron las tertulias culturales, influidas por la moda de los
salones literarios al gusto francés y que van a contribuir a la difusión de las nuevas
ideas.
Van a destacar algunas como la Academia del Buen Gusto o la tertulia de la
Fonda de San Sebastián.
La primera se reunió entre los años 1749-1751 en el palacio de la condesa viuda
de Lemos. En ella participaron figuras muy dispares (Luzán, Villarroel...). Su papel fue
importante pues contribuyó a dar fuerza y autoridad a las nuevas ideas literarias. Se
destacaba en ella la tolerancia que gobernó sus reuniones y permitió contrastar ideas y
corrientes opuestas.
La tertulia de la Fonda de San Sebastián fue el núcleo principal de las tendencias
neoclásicas. Fue fundada por Nicolás Fernández de Moratín. De ella dirá Leandro
Fernández de Moratín que fue escuela de erudición, de buen gusto, de acendrada
crítica; y las cuestiones que allí se ofrecían daban motivo a los concurrentes a indagar
y establecer los principios más sólidos, aplicados en particular al estudio y perfección
de las letras humanas. En ella estaba prohibido hablar de política y solo se permitía
ocuparse de teatro, de toros, de amores y de versos.
Fueron también famosos los salones de Olavide (primero en Madrid y luego en
Andalucía). Estos se centraron sobre todo en el teatro.
a) Don Pedro –que expresa las opiniones del autor– enjuicia duramente la pieza: cosa
peor no se ha visto en el teatro... Critica en ella varios aspectos: la forma de organizar la
acción, la presencia de lances inverosímiles y de episodios inconexos... La considera, en
definitiva, tan mala o peor que las otras…
Con respecto al teatro del siglo XVII, reconoce en él ingenio y elementos que
suspenden y conmueven al espectador y que vendrían a paliar lo que él considera
defectos enormes.
b) Las claves son presentadas por Don Antonio. Éste plantea que el teatro debe ser el
espejo de la virtud y el templo del buen gusto. En esta afirmación está implícita la
concepción que los neoclásicos tienen del teatro. Ellos consideran que éste debe ser algo
útil, educativo, que contribuya a la reforma de las costumbres que se habían propuesto
los ilustrados. El sentido del buen gusto va unido a una concepción estética que se
relacionaba con el equilibrio, la naturalidad y racionalidad y desechaba, por tanto, lo
fantástico, lo alegórico o lo espectacular.
c) Sí. En la escena se deja muy claro qué debe evitar el teatro y cuál debe ser su
verdadera finalidad.
d) El respeto a las tres unidades (la unidad de acción, la de tiempo y la de lugar).
e) 1.- Sí, es el lenguaje empleado por personas cultas en una conversación mantenida de
modo informal. Además, debemos destacar la gran modernidad de la lengua empleada
por Moratín en los diálogos.
2.- Moratín en sus comedias es un maestro en el arte de emplear el lenguaje adecuado a
cada personaje. Don Pedro aparece como un personaje cultivado, interesado por la
cultura de su país y por lo que en ésta debe representar el teatro. Sus parlamentos son
los más largos, cita a autores, usa un vocabulario preciso (suspenden, conmueven).
Don Antonio es un personaje que parece tomar las cuestiones más a la ligera (pues
yo más quiero reír que impacientarme). Sus intervenciones son más cortas y en este
caso vienen a ofrecer la base para que don Pedro exponga sus ideas.
3.- No es un diálogo de largas intervenciones. Refleja ese justo equilibrio entre lo
coloquial y lo culto propio de una conversación mantenida por personajes cultivados
que hablan sobre un tema literario en una situación informal.
4.- Lo coloquial viene dado por la alternancia pregunta/respuesta. El uso de la hipérbole
de tipo coloquial (no he tenido rato peor muchos meses ha), la presencia de un
vocabulario conversacional (esas tonterías, comedión, garrafal, mamarrachadas...), de
oraciones inacabadas (me llenan de, de...). Uso de frases hechas (por vida mía, digan lo
que digan).
Lo culto se hace visible entre otros aspectos en cierto vocabulario empleado
(inverosímiles, inconexos, hacinamiento...). También en la estructuración de algunas
intervenciones. Obsérvense, por ejemplo, las estructuras paralelísticas que aparecen en
la penúltima intervención de don Antonio (el espejo de la virtud y el templo del buen
gusto, será la escuela del error y el almacén de las extravagancias). Es llamativo
también el uso de la interrogación retórica que recuerda la organización propia de un
discurso: ¿No es fatalidad que después...?
Hay, pues, un atinado equilibrio entre lo culto y lo coloquial que se aviene
plenamente con el sentido de la escena y la naturaleza de los personajes.
TEATRO NEOCLÁSICO. SAINETE. RAMÓN DE LA CRUZ
12.
a) Aquí la acción se desarrolla, en contraposición con la tragedia, en ambientes
populares: en la calle donde se encuentra el puesto de castañas y en una taberna. Se trata
de un procedimiento paródico con respecto a la tragedia: frente a la “dignidad” de
escenarios, el “aplebeyamiento absoluto” de los mismos.
b) También en este plano se lleva a cabo el “aplebeyamiento” con valor paródico.
Frente a los reyes y nobles de la tragedia aquí nos encontramos a toda una serie de
personajes populares: la castañera, las verduleras, las taberneras, los ladrones y
delincuentes... Son tipos que eran familiares al público. Los mismos nombres asignados
a los personajes dan cuenta ya de su tipología: tío Matute, Remilgada, Mediodiente...
c) Yo muero .... No hay remedio. ¡Ah madre mía! Aquesto fue mi sino ... Las estrellas ...
Yo debería morir en alto puesto, según la heroicidá de mis empresas, pero ¿qué hemos
de hacer? No quiso el cielo. Me moriré y después tendré paciencia.
d) Se trata de un lenguaje popular con rasgos vulgares lo que permite caracterizar a los
personajes. Formas como heroicidá, dempués, pacencia, convenencia, para servirte en
lo que te se ofrezca son vulgarismos que buscan la comicidad y que establecen un
visible contraste con el tono altisonante que pretenden emplear a veces los personajes o
con el uso del endecasílabo, parodiando el tono empleado en las tragedias: ¡Ay, hijo de
mi vida! ¡Para esto tantos años lloré tu triste ausencia! (...) Pero aguarda, que voy a
acompañarte para servirte en los que te se ofrezca.
e) Son varios los procedimientos utilizados para conseguir la comicidad en la escena:
 Creación de situaciones grotescas y ridículas como la sucesión de muertes
finales o la disposición de uno de los personajes a meterse en la cama para morir
con convenencia.
 En la caricatura de los motivos de la tragedia: del tema del destino, del final
trágico, etc. Lo paródico está muy presente y tiene gran rendimiento desde un
punto de vista humorístico. Ya hemos hablado de la parodia de la tragedia, pero
podemos observar también la parodia de “planto” que realiza tía Chiripa con
resonancias literarias pero ridículo: Para esto tantos años lloré tu triste
ausencia! (...) ¿Cómo sin ti es posible que viviera tu triste madre? ¡Ay!¡Allá va
eso! (Cae)
Es especialmente risible y brillante dentro del género la reflexión final de
Mediodiente: Amigo, ¿es tragedia o no es tragedia? Es preciso morir...
 Comicidad verbal, es decir, conseguida por medio del lenguaje. El autor busca lo
cómico reproduciendo el habla popular: no es más de que a tu hijo le
atravesaron la tetilla izquierda.
En esta comicidad aparece lo absurdo: Me moriré y dempués tendré pacencia.
¡Ojalá que murieses en la plaza, que, al fin, era mejor que en la plazuela!
f) Está parodiando los finales de las tragedias en los que eran frecuentes las muertes de
los protagonistas. Esto se hace explícito en las dos últimas intervenciones de
Mediodiente.
Descargar