Subido por bernabe.saldana

Levantándote para recibir lo nuevo

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Levantándote para recibir lo nuevo
Por Alejandra Stamateas
Es tiempo de que nos levantemos y brillemos, pero ¿qué significa exactamente esta
afirmación?, ¿de dónde nos tenemos que levantar? Veamos dos situaciones de las que
nos tenemos que levantar:
1. Tenemos que levantarnos de nuestro pasado doloroso, y cuando me refiero a pasado
no solo hablo de lo que ocurrió hace diez o veinte años, sino de lo que pasó ayer, esta
mañana o hace cinco minutos. Por ejemplo, un pasado doloroso puede ser algo que
escuchaste o que te dijeron hace poco y que te hizo daño.
Todos llevamos con nosotros cosas que aprendimos en nuestra infancia, que quedaron
grabadas a fuego en nuestra vida, y que son difíciles de soltar. Muchas veces, aunque nos
vayamos a otro espacio físico, llevamos con nosotros lo que aprendimos, cosas que
hicieron nuestros padres de una manera y que tal vez no pudieron terminar, dejaron a
mitad de camino, llevándolos a vivir con frustración. “Mitad de camino” es mediocridad: una
persona que se queda a mitad de camino en cualquier área de su vida es una persona
mediocre. ¿Sos de dejar cosas por la mitad? Todos tendemos a ser mediocres, y es
importante que podamos soltar esa manera que aprendimos de nuestros padres de hacer
cosas y dejarlas por la mitad, llevándolos a vivir con frustración.
Cuando te atás a tu pasado doloroso construís desdicha para tu presente y para tu futuro.
Atarse a un pasado doloroso te termina esclavizando, y vos no naciste para ser esclava,
sino para vivir en libertad.
Tal vez estás todo el tiempo hablándote a vos misma de tu pasado doloroso y de
vergüenza. Pensás: “ay, ¡cuántas veces me han traicionado!” o “no me alcanzaría un día
para contar todos los errores que cometí”. Querida mujer, si constantemente estás
citándote a vos misma y a los demás tu pasado doloroso, entonces te convertirás en
esclava de él, pues al hablar permanentemente de tus errores, tus fracasos y las traiciones
que sufriste, la angustia en tu interior crece hasta formar una raíz de amargura que es muy
difícil de arrancar. Cada vez que te contás ese pasado doloroso y lo repetís una y otra vez,
vas construyendo una imagen negativa de vos misma, y esa imagen negativa que tenés de
vos te lleva a desconfiar de tus capacidades.
Todas tenemos una deuda con nosotras mismas que tenemos que saldar, para recién
después poder saldar deudas con otros. Saldá la deuda que tenés con vos, porque te
estás debiendo tratarte con cariño, te estás debiendo tratarte con dulzura, te estás
debiendo hablar bien de tu propia vida, te estás debiendo amor y respeto hacia vos. Tenés
que aprender a levantarte de tu pasado doloroso. Dejá de hablar de todo lo que hiciste
mal, de tu parejas equivocadas, de tu negocio fallido; dejá de traer tu pasado a tu
presente, porque de lo contrario, tu pasado se va a hacer más grande que tu presente, y
eso te va a alejar de la felicidad. Hacé un esfuerzo y levantate de la amargura, del dolor;
no mires atrás y concentrate en caminar hacia tus sueños.
2. Tenemos que levantanos de la pasividad. Una persona se levanta de la pasividad
cuando deja su comodidad. Hay cosas que hacemos que ya nos salen “de taquito”, y eso
está bien, pero es momento de que vayas a lo nuevo, que te levantes de lo cómodo, que
salgas de la pasividad y digas “basta”. ¿Sabés por qué siguen los inconvenientes
económicos, los problemas emocionales, las crisis con tu pareja, las dificultades con tus
hijos? Porque te rendiste, porque no te atreviste a levantarte y a decir: “Basta. Basta con el
desorden, voy a empezar a poner límites; basta con la desorganización, voy a empezar a
ordenar lo que estaba desordenado; basta con el caos, aquí habrá armonía”. Hay gente
que no avanza en la vida porque no puede levantarse, porque permanece paralizada, y la
parálisis trae confusión y pérdida de la esperanza. Una persona paralizada es alguien que
dice: “Ya está, no hay esperanzas, nada va a cambiar, mis hijos van a seguir igual, yo ya
no tengo fuerzas, estoy débil”; se autoconvence de que no hay solución, pierde la
esperanza y se rinde. No pierdas la esperanza y ponete en movimiento, porque cuando
accionás, las cosas ocurren.
Un pintor muy famoso tuvo artritis en sus manos. Cada vez que tomaba un pincel le
resultaba muy doloroso. En una oportunidad le preguntaron por qué ya siendo un hombre
grande seguía pintando a pesar de ese dolor y su respuesta fue la siguiente: “Porque el
dolor se va, pero la belleza queda”.
Cada vez que te atrevés a dar un simple paso para salir de esta esclavitud de tu pasado
doloroso, cada vez que resolvés algo, aunque sea pequeño, vas a obtener seguridad y
confianza para avanzar hacia el siguiente nivel. Te aliento a que lo hagas. Salí de la
pasividad y la desesperanza y ponete en el lugar de la acción. ¡Vos podés!
Crea un espacio para lo nuevo de Dios
Por Esteban Correa
Una nueva etapa estar por comenzar en tu vida, lo viejo quedará atrás, lo que fue
malo se termina y lo que fue bueno, se reemplazará por algo mucho mejor
"Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un
camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía". (Isaías 43:19 NTV)
Si tenemos un ropero saturado de ropa vieja y queremos renovarlo con ropa nueva, no nos
entrarán todas las cosas en el mismo lugar. Es necesario hacer espacio para lo nuevo,
terminar con lo viejo y abrir nuevas etapas en la vida. Mira lo que hizo José cuando lo llamó
el Farón, símbolo de una nueva etapa.
"Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se
afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón". Génesis 41:14
En primer lugar "Faraón envió y llamó a José" hay personas que te abrirán puertas de
grandes oportunidades y tienes que estar preparado para aceptar el cambio. Luego dice que
José "mudó sus vestidos, y vino a Faraón", esto fue una manifestación de que José deseaba
un cambio y estuvo decidido a tomarlo cambiando su presencia con algo visible, se afeitó y
mudó sus vestidos antes de ir a lo nuevo (representando en Faraón).
Hay etapas que llegan a su fin, cumplen su ciclo, y esto hay que aceptarlo y
recibirlo como algo positivo.
José paso de un pozo, donde fue arrojado por envidia, a ser la mano derecha del Faraón del
imperio más grande su tiempo. No se quedó estancado en cada etapa. Pasó por el pozo,
luego a ser el encargado en la casa de Potifar, luego el encargado de la cárcel, para seguir
hasta el palacio. Cada etapa es buena mientras cumple su función en los tiempos
establecidos por Dios. Hay cosas buenas que ya tienen que terminar en tu vida, esas cosas
fueron necesarias y útiles en un tiempo determinado, pero viene algo mayor.
Hay personas que han estado por años en una relación de amistad, pareja, compañerismo,
familia, iglesia, etc. Que no le ha contribuido nada más que al estancamiento o aflicción.
Atados a la opinión y pensamientos de otros. Si te dejas influenciar por mediocres, personas
controladoras, opresoras, envidiosas o pesimistas, éstas atarán tu vida para que no avances
y cumplas tus sueños.
Recientemente sentí la necesidad de tener una renovación en mi vida personal en general, y
en proyectos a corto y largo plazo. Sin darme cuenta al principio, con mi esposa decidimos
quitar de la casa un montón de objetos que no usábamos. Algunos los tiramos a la basura
(esas cosas viejas o medias rotas que están guardadas "por las dudas" ¡afuera!). Pero la
gran mayoría las regalamos. Muchos juguetes sin uso y muchas grandes bolsas de ropa.
Ropa en buen estado y de calidad. Después me di cuenta que fue como algo inconsciente,
pero que tenia mucho sentido. Por ejemplo: mucha de esa ropa, para mi, simbolizaban una
etapa que ya había terminado, y a la cual no quería volver, no una etapa de algo en especial
o de algo malo precisamente, sino una etapa de la vida y punto. El deseo de renovarme y
cambiar se refleja en todas las cosas, incluso en tu casa, en tu alimentación, en tus rutinas,
en tu actitud, en tu forma de hablar, en los lugares que visitas, en tus metas, y en el tipo de
relación que tienes con algunas personas.
Este mensaje se trata de que cuando llega el momento que se cierres etapas en tu vida,
sean malas o buenas, debes hacerlo para inaugurar otras mejores. Para eso es necesario
hacer espacio para lo nuevo. Jesús cuando vino a la tierra termino con una etapa, con ciertas
costumbres religiosas inspiradas por los hombres y no por Dios. Lideres que manejaban a la
gente con la culpa y el miedo (cosa que se sigue usando hasta hoy) Jesús vino a impartir un
poder y una unción que transformaba a las personas por dentro y las conectaba con la
bendición y el destino que Dios tenía para ellos, sin necesidad de someter a las personas con
miedo, sino por el poder del Espíritu Santo y la palabra de Dios, acompañado con señales
milagrosas. Ese mismo Jesús de cosas nuevas, esta hoy con nosotros. ¡Él quiere hacer algo
nuevo en tu vida!
Es abrumadora la cantidad de especies distintas que existen en la tierra, de seres acuáticos,
terrestres, aves y plantas. Al día de hoy el descubrimiento en el número de especies se sigue
ampliando día a día. Esto es porque a Dios le gusta la variedad, y en sobreabundancia. Mira
la cantidad de colores que Dios creo, las formas de las personas, las personalidad y verás
que Dios es un creador infinitamente diverso, complejo y asombroso.
Hay personas que hace treinta años o más que trabajan en el mismo lugar, haciendo lo
mismo, pero en verdad ya no quieren hacerlo, no ascendieron, no desearon nada más. Tal
vez tenían que estar allí por un tiempo, pero cuando llegó el momento de cambiar, tuvieron
miedo, por mal consejo de otros, o por "ciertas crisis" se acomodaron a lo seguro. Que
muchas veces, eso "seguro", se termina transformando en tu peor estancamiento. Hay otros
que todos los años se van de vacaciones al mismo lugar, pero lo hacen porque les parece
cómodo, y así se pierden de un montón de otras experiencias emocionantes y renovadoras.
Cuando cambiamos algunas rutinas viciadas de miedos y comodidad, nuestra alma y espíritu
respiran, porque nos relacionan y conectan con cosas nuevas y mejores.
¿Qué cosas debo cambiar?
Aquellas que ya te hacen sentir angustiado o estancado, y aquellas que las haces contra tu
voluntad, pero por comodidad o temor, la sigues repitiendo. Cuando algo en tu interior te
dice, "esto ya deberías cambiarlo" es hora de tomar decisiones. El Espíritu Santo, es quién te
marca en tu corazón que un ciclo esta por terminar, y cuando llegue ese momento, no trates
de estirarlo como un chicle, algo mejor viene.
Cuando tengas la tentación de "exprimir todo hasta la última gotita" anímate y rompe con
eso, usa lo necesario y lo demás si ya no tiene utilidad, descártalo o dáselo a otro que lo
necesite. Revisa tu casa y lo que ni tienes tiempo para usar, siémbralo, regala algo. Porque
eso abre un espacio para que vengas cosas nuevas y mejores, te sentirás mejor.
En nuestra América latina hubo generaciones pasadas castigadas por miseria y pobreza, y se
formó una mentalidad de mediocridad, de guardar lo viejo, de sacarle provecho a todo, de
usar las cosas hasta que se rompan. Viejas, manchadas, en mal estado, pero como "todavía
funcionan" no queremos cambiarlas más. Una mujer de unos 50 años me dijo una vez
orgullosa –¿Ves los parlantes de música allá colgados en el techo?, bueno, esos los uso
desde los 18 años, son buenísimos. Es verdad que funcionaban, pero además de ser un
modelo muy anticuado, se los veía muy gastados y no quedaban bien en la casa, solo era el
afán de estirar lo viejo, así puede pasar con un pensamiento o con un éxito del pasado.
Nunca tenemos dos victorias exactamente iguales, nuevas bendiciones te esperan.
Cierta vez escuché que en Japón, la gente cuando cambia el televisor o la computadora, deja
el viejo en la calle, por que ni siquiera se preocupan por venderlo. Simplemente aquel que lo
necesite, lo levantará de la calle y el que no, lo dejará en el suelo, porque tiene abundancia.
Nuestros actos también son declaraciones de derrota y miseria, o de excelencia y
abundancia. Lo cierto es que andar con esa mentalidad de no querer soltar lo viejo, gastado
y roto, es lo que te impide prosperar y recibir las cosas nuevas que Dios te quiere dar.
Nuevas ideas no pueden venir a tu mente, nuevas unciones y poder no se pueden desatar en
tu vida, nuevos proyectos no lo puedes concebir porque sigues con la misma revelación que
recibiste en un libro o un culto de hace veinte años. Hay más de Dios ahora, renuncia al
espíritu de estancamiento y lo nuevo vendrá.
Las pequeñas cosas que hacemos hablan mucho de nosotros. Hay familias que usan toda
una vida vajilla viejísima, gastada, que da vergüenza. Y a su vez guardan juegos de platos y
tazas totalmente nuevos y nunca los usan, porque tienen un espíritu de miseria en su
corazón que los mantiene esclavos, cuando cambie tu forma de pensar, podrás estar listo
para las nuevas oportunidades.
La ropa que usas hace años, aunque este en buen estado, refleja tus pensamientos y tu
estilo de vida de cierta etapa ¿te quedarás toda la vida en esa etapa?, ya es tiempo de
bendecir a alguien que no tiene y compres algo nuevo para ti, hazlo como símbolo de fe que
cosas nuevas vienen. No me refiero a la vanidad o narcisismo de derrochar todo el dinero en
prendas costosas, sino a glorificar a Dios con todo, no solo con las palabras. Transforma tú
interior y exterior, entonces lo que vendrá, será sorprendente.
»Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues el vino reventaría los cueros, y tanto el vino
como los cueros se echarían a perder. El vino nuevo necesita cueros nuevos. Marcos 2:22
(NTV)
Dios tiene abundancia para darte, tiene mayor crecimiento, no quiere que te preocupes y
aguantes como si estuvieras en época de guerra. Jesús dijo que el vino nuevo (que es la
unción nueva, el poder, las revelaciones, ideas, proyectos y contactos nuevos) no pueden ser
puestas en un cuero u odre viejo, porque se rompen, no soportan ambas cargas. Lo nuevo
no puede convivir en el mismo envase con lo viejo. Si compras una botella de refresco nuevo
¿se te ocurre vaciarlo en una botella que tienes en tu refrigerador con una bebida llena hasta
la mitad guardada hace una semana? El sabor de lo viejo terminaría arruinando el sabor de
lo fresco. Así pasa con nuestras etapas, con los pensamientos, con la búsqueda de la
presencia de Dios, hay cosas nuevas que van a cambiar en tu vida. Nuevo empleo o mejores
condiciones, nuevos ascensos, nuevos proyectos, mayor crecimiento, bendiciones nuevas
vendrán.
Repite estas palabras como una declaración de un tiempo nuevo:
"Hoy declaró que cosas nuevas vienen a mi vida, renuncio a la mentalidad de temor, de
miseria y de comodidad, para alcanzar cosas mejores y mayores. Declaró que recibiré tanta
prosperidad que no tendré temor de quedarme sin nada. No acumularé cosas por temor o
incredulidad, sino que sembraré todo lo que no use para bendecir al que no tiene. Declaró
que ideas nuevas vienen a mí y recibo una unción poderosa que me prepara para algo
nuevo. Recibo en mi corazón cosa que ojo no vio, ni oído oyó, ni ha estado en corazón de
hombre alguno. En el nombre de Jesús" Amén
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