¿Desarrollo exitoso del shale en México? En los últimos meses

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¿Desarrollo exitoso del shale en México?
En los últimos meses, diversos especialistas han debatido acerca de la sostenibilidad técnica,
económica y ambiental del shale. Algunas voces han llegado a afirmar que el shale es una
“burbuja” más. La realidad es que el fenómeno del shale se está gestando desde 1979, año en que
se perforó el primer pozo horizontal con objetivo shale en la formación Barnett.
No obstante que el debate técnico y ambiental continúa, recientemente los especialistas han
centrado su atención en la necesidad de revolucionar los esquemas petroleros fiscales para hacer
económicamente
viables
los
proyectos
de
shale.
En este sentido, la consideración más importante para el desarrollo exitoso del shale es reconocer
su calidad de recurso no convencional y, por ende, diseñar un régimen fiscal, contractual y
económico ad hoc. No obstante la simplicidad de esta afirmación, en varios países persiste el uso
de un esquema inspirado en el modelo de explotación de yacimientos convencionales.
A diferencia de dichos yacimientos, el shale se caracteriza por que (i) no tiene fase exploratoria, ya
que desde el inicio se conoce dónde se ubica la roca madre. Los trabajos exploratorios en shale
consisten en identificar los sweet spots; (ii) si bien no existe riesgo exploratorio per se, sí existe
riesgo geológico, dado el potencial de calidad de la formación y su “fracturabilidad”; (iii) la
productividad de los pozos de shale sigue un patrón asintótico, donde el mayor beneficio se da en
los primeros 2 a 4 años; (iv) existen limitadas economías de escala por requerimientos continuos
de inversión para mantener los niveles de producción, y (v) se registran rendimientos marginales
decrecientes
de
los
pozos
adicionales
a
perforar.
Si bien el desarrollo del shale en EU ha sido, sin lugar a dudas, un caso de éxito a nivel
internacional, los factores y el contexto bajo los cuales se dio dicho fenómeno son sustancialmente
diferentes al caso mexicano y al de la mayoría de los países a nivel internacional. El desarrollo
masivo del shale a nivel internacional se encuentra en una etapa todavía muy incipiente, por lo que
aún no se puede afirmar contundentemente si el esquema de licencias es superior al de contratos
de producción compartida (CPC) o viceversa. De hecho, hace un año, la India constituyó un comité
encargado de analizar las ventajas y desventajas de los diversos esquemas contractuales. A la
fecha,
dicho
comité
aún
no
ha
publicado
sus
conclusiones.
El uso de un tipo de modalidad contractual sobre otro se ha dado en gran medida por la
familiaridad de las autoridades con el esquema. No extraña que en el desarrollo del shale en EU se
utilicen licencias, en Indonesia CPC y en Brasil ambos. Curiosamente, en EU, Indonesia y Brasil se
utilizan para el desarrollo de yacimientos convencionales las licencias, los CPC y ambos,
respectivamente.
En México, la discusión del desarrollo del shale pareciera que se ha reducido al tipo de modelo
contractual requerido. A nivel internacional se observa que el modelo contractual es un “elemento
necesario, mas no suficiente”. El régimen fiscal es tan o más importante que el modelo contractual
para el desarrollo exitoso del shale. Si la discusión en México se limita a análisis reduccionistas
acerca de si la licencia es o no superior al contrato de producción/ganancias compartidas,
estaremos
condenando
el
desarrollo
del
shale
en
el
País
al
fracaso.
Si bien las iniciativas de leyes secundarias en materia de régimen fiscal petrolero en el País
presentan avances significativos, el desarrollo exitoso del shale requiere que se rompan
paradigmas, entre ellos, el dar un tratamiento igual a yacimientos desiguales. Las iniciativas en
materia fiscal petrolera sólo contemplan las diferencias entre aceite, gas asociado y no asociado,
pero no tratamientos diferentes por el origen del yacimiento de donde provienen dichos productos,
es decir, yacimientos convencionales o no convencionales. Esto último ha sido un aspecto toral en
el éxito del shale en EU. Mientras que en Europa los proyectos de shale gas tienen un precio de
equilibro de alrededor de 7 a 8 dólares por MMBTU, en EU el nivel es alrededor de 3.5 dólares, lo
cual hace rentables varios proyectos que, de lo contrario, nunca lo serían y menos se llevarían a
cabo.
En este sentido, el régimen fiscal petrolero para shale en el País tendrá que ser sumamente
competitivo; de hecho, más competitivo que lo que inicialmente se podría haber visualizado para
atraer a los inversionistas que cada día tienen una mayor gama de proyectos petroleros para
invertir
en
otras
países.
por JOSÉ PABLO RINKENBACH LIZÁRRAGA
director de Ainda Consultores.
http://www.am.com.mx/notareforma/61505
http://www.gasshalemexico.com/category/editorial/2014/08/05/desarrollo-exitoso-del-shale-enmexico.php
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