Subido por Alexander Campos Solano

ABORTO IMPUNE

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ABORTO IMPUNE
Rama del Derecho: Derecho Penal.
Descriptor: Derecho Penal Especial.
Palabras Claves: Aborto Impune, Aborto Terapéutico, Ficha Técnica sobre el Aborto Impune,
Artículo 121 del Código Penal.
Fuentes de Información: Normativa, Doctrina y Jurisprudencia.
Fecha: 21/05/2019.
Nombre del Investigador: Simons Salazar García.
Contenido
RESUMEN ...................................................................................................................................2
NORMATIVA ............................................................................................................................. 2
El Aborte Impune................................................................................................................2
DOCTRINA .................................................................................................................................2
Comentarios a la Artículo 121 del Código Penal .....................................................2
Aborto Terapéutico. Causa de Justificación Especial .............................................3
Comentario de Política Criminal sobre el Aborto Impune...................................3
JURISPRUDENCIA ....................................................................................................................4
1.
Constitucionalidad del Artículo 121 del Código Penal ..................................4
2.
Ficha Técnica sobre el Aborto Impune y el Recurso de Amparo ...............5
3.
El Aborto Impune como Limitante al Derecho a la Vida ............................... 7
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RESUMEN
El presente informe realiza una reseña sobre el tema del Aborto Impune, para
lo cual se consideran los supuestos normativos del artículo 121 del Código Penal,
además se aportan el criterio de la doctrina nacional y algunas resoluciones de la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal de Casación de la Sentencia
en Materia Penal.
NORMATIVA
El Aborte Impune
[Código Penal]i
Artículo 121. Aborto impune. No es punible el aborto practicado con consentimiento
de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando no hubiere sido
posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la
vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros medios.
DOCTRINA
Comentarios a la Artículo 121 del Código Penal
[Llobet Rodríguez, J. y Rivero Sánchez, J.M.]ii
[P. 80] Aborto necesario o terapéutico. Se trata de una causa de justificación especial
(así: Bustos Ramírez, P.E., p. 66; Terán, T.lll, p, 212) Algunos han considerado que no
era necesaria regularla expresamente, ya que está comprendida por el estado de
necesidad (art. 27 del C.P.). El criterio que ha imperado es que el aborto terapéutico es
más amplio que el estado de necesidad contemplado en la parte general Así para que
exista éste se requiere que el mal que se quiere evitar sea inminente, más en el aborto
terapéutico no se requiere esto, puesto que el peligro para la vida o salud de la madre
puede ser futuro (así Soler. T.lll, p. 105; Creus, T.l.p. 69; Laje Anaya. T.l, p. 62; Terán,
[P. 81] T.ll, p. 214; Fontán. Derecho..., p. 76; Manigot, T.l, p. 277-278). Está
contemplado no sólo el peligro para la salud tísica, sino también para la mental (así:
Bustos Ramírez, P.E, p. 66; Tocora, p. 62. En contra: Terán, T.lll, p. 215). Mientras en el
estado de necesidad no hay limitación subjetiva de los sujetos que pueden actuar
basándose en esa justificante, en el aborto terapéutico sólo se permite que lo lleve a
cabo un médico, y en caso de ausencia de éste una obstétrica autorizada. A diferencia
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del estado de necesidad se necesita el consentimiento de la madre. No puede suplir la
falta de consentimiento de ésta, la conformidad de los parientes de ella (así: Creus, T.l,
p. 69). Si falta el consentimiento de la madre solo se podrá practicar el aborto cuando
se den los supuestos del estado de necesidad.
Aborto Terapéutico. Causa de Justificación Especial
[Jiménez González, E.]iii
[P. 24] Es preciso aclarar que, a pesar de que las causas de justificación constituyen un
instituto jurídico del derecho penal general, y de esa forma se regulan en nuestro
Código Penal, en el caso del aborto, el legislador decidió regular de manera específica
una causa de justificación, sea la contemplada en el numeral 121 de dicho cuerpo legal
y que se denomina aborto terapéutico.
[P. 25] Tal y como lo señalan Llobet Rodríguez y Rivero Sánchez (1989: 196), algunos
han considerado que no era necesaria la regulación expresa del aborto terapéutico, ya
que su normativa está comprendida por el estado de necesidad justificante conforme a
lo dispuesto en el artículo 27 del Código Penal.
En términos sencillos, el aborto terapéutico regula la situación en que quien ejerza la
medicina o la obstetricia se vean obligados a provocar un aborto como la única opción
para evitar un peligro para la vida o la salud de la madre, por lo que es necesario el
consentimiento de la mujer para proceder de esa forma.
Es en razón de lo anterior, como lo consideran los autores antes mencionados, que se
estima que el aborto terapéutico es más amplio que el estado de necesidad justificante
regulado en la parte general del Código Penal; concretamente, por cuanto para que se
pueda aplicar esta figura jurídico-penal se requiere el consentimiento de la mujer y,
además, solo se contempla para quien ejerza la medicina y la obstetricia, de tal modo
que se exceden los parámetros normativos generales del estado de necesidad.
Comentario de Política Criminal sobre el Aborto Impune
[Sanz Mulas, N. y García Chaves, A.]iv
[P. 228] Lo anterior expuesto sirve para concluir que en el caso del aborto y de
cualquier otra acción que conlleve manipulación de embriones, el país es rígido en
cuanto a que debe ser sancionado penalmente, y su política criminal en cuanto al tema
ha sido esa de manera constante. Así, en los numerales 118 a 122 del Código Penal, se
regula lo relacionado con el aborto, siendo que dichos tipos no han sufrido
modificación alguna desde el año 1970. Esta situación, en la que únicamente no será
sancionado el aborto realizado por un médico u obstetra para evitar un peligro para la
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vida o la salud de la madre, hace que la práctica de abortos en la clandestinidad sea
constante, y además evidencia lo intrascendente de la voluntad de la
[P. 229] mujer y de las situaciones particulares del embarazo (enfermedad, no
deseado, producto de una violación, etc).
En síntesis, y de manera escueta, puede indicarse que los cambios y regulaciones
recién expuestos permiten ver la política criminal rígida (e incluso excesiva) en cuanto
a protección de la vida que ha sostenido Costa Rica.
JURISPRUDENCIA
1. Constitucionalidad del Artículo 121 del Código Penal
[Sala Constitucional]v
Voto de mayoría:
VII. Otro punto discutido por el accionante es el relacionado con la figura contenida en
el artículo 121 del Código Penal que recoge lo que en doctrina se conoce como el
aborto terapéutico y que señala que no será punible el aborto que se practique con el
consentimiento de la mujer por un médico -o por una obstétrica autorizada, cuando no
hubiere sido posible la intervención del primero- si dicha acción se realiza con el fin de
evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y dicho peligro no pudo ser evitado
por otros medios. El recurrente solamente se limita a reclamar la inconstitucionalidad
de aquella parte que deja sin punir el aborto practicado para evitar un peligro en la
salud de la mujer, de manera que solo sobre ella se pronuncia la Sala. Al respecto, tal y
como lo señala la Procuraduría en su informe, lo que está en juego aquí es la
corrección de la decisión tomada por el legislador en lo referente a la penalización de
una conducta y el eje de la tesis del accionante es que se ha preferido un bien jurídico
de menor jerarquía como la salud frente a otro de mayor jerarquía como lo es la vida.
Sin embargo, y en consonancia con la doctrina y legislación comparada sobre el tema,
debe anotarse que cuando se habla de un peligro para la salud de la madre, se trata de
una amenaza grave y seria que aún cuando no pone directamente en riesgo su vida
(caso en que sería de aplicación el otro supuesto normativo), representa un peligro de
lesión a su dignidad como ser humano de tal magnitud que -por ello mismo- el cuerpo
social no está en situación de exigirle que la soporte, bajo la amenaza de una
penalización. Es necesario entender entonces que la exclusión de penalidad operará
entonces en el caso de darse una confrontación de dos bienes jurídicos y dos valores
constitucionales, no de diferente rango, sino de rango equivalente. En tal supuesto4
cuyas variables concretas la Sala no puede ni debe enlistar en abstracto sino que
corresponde verificar y declarar a las autoridades judiciales competentes- no resulta
en absoluto desacertado ni menos aún inconstitucional que el legislador se haya
abstenido de sancionar la preferencia que se haga por la salud la mujer, si esta va a
resultar gravemente lesionada por el embarazo al grado de verse afectado, también de
forma grave, su dignidad como ser humano y eventualmente su vida. Con esta
perspectiva, para la Sala resultan conciliados el texto normativo impugnado y las
nociones de derecho constitucional aplicables a la función punitiva del Estado, tal y
como ésta fueron descritas más arriba, de tal manera que no existe ninguna colisión
irreconciliable que amerite la anulación de la norma discutida.
2. Ficha Técnica sobre el Aborto Impune y el Recurso de Amparo
[Sala Constitucional]vi
Voto de mayoría
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:10 horas del 30 de mayo de
2018, el recurrente interpone recurso de amparo contra el MINISTERIO DE SALUD, y
manifiesta lo siguiente: que la ministra de Salud, Giselle Amador, informó por medio
de la prensa el 29 de mayo del 2018 que la norma técnica para regularizar
el abortoimpune en Costa Rica "no se va a tocar en este momento" y que "en este
momento está sin prioridad para nosotros". Sostiene que dicha norma técnica regulará
el artículo 121 del Código Penal, el cual indica que "no es punible el aborto practicado
con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando
no hubiere sido posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un
peligro para la vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros
medios" . Detalla que la inexistencia de una norma técnica para regularizar
el aborto impune pone en riesgo la salud de todas las mujeres embarazadas en Costa
Rica. Estima que esta Sala le debe obligar al Ministerio de Salud que emita la norma
técnica necesaria para regularizar el aborto en un plazo prudencial. Solicita el
recurrente que se declare con lugar el recurso, con las consecuencias de ley.
2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
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Redacta la Magistrada Hernández López; y,
Considerando:
I.- El recurrente no interpone este amparo a favor de una persona concreta, ni acusa
que el acto que considera ilegítimo se haya traducido en un acto u omisión específica
que implique un agravio o amenaza de agravio personal, directo y cierto en perjuicio
de los derechos fundamentales de una persona determinada. De hecho, según se
desprende de lo indicado en el propio escrito de interposición, lo que se procura en el
fondo con el amparo es que esta Sala realice un control y pronunciamiento en
abstracto respecto de lo planteado por el gestionante. Ello determina el rechazo del
presente amparo. Según se desprende, el recurrente impugnan las declaraciones de la
Ministra de Salud respecto de la ficha técnica del aborto impune; no obstante, lo hace
en abstracto, pues no alega alguna situación concreta donde se está afectando a una
mujer. En este sentido, de conformidad al artículo 48 de la Constitución Política, así
como los artículos 1 y 2, en relación con el 29 y siguientes, de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, el recurso de amparo ha sido instituido como un proceso sumario que
tiene por propósito exclusivo garantizar o restablecer el goce de los derechos
fundamentales consagrados por el Derecho de la Constitución -con excepción de los
protegidos a través del hábeas corpus-, violados o amenazados, de forma directa, a su
titular. Su intención no es la de servir como un instrumento genérico para garantizar el
derecho a la legalidad, por medio del cual sea posible accionar contra toda clase de
posibles quebrantos constitucionales o legales, a efectos de controlar la validez
abstracta de cualquier norma, acto u omisión. En cuanto a este tema, esta Sala, en la
sentencia número 363-91 de las 16:01 horas del 13 de febrero de 1991 , estimó:
"Como puede observarse, la legitimación en este tipo de recurso no es de carácter
objetivo, en el sentido de que se permita por esta vía controlar la validez abstracta de
cualquier disposición de la Administración Pública. Muy por el contrario, éste es un
recurso subjetivo, en cuanto sirve para la tutela de derechos fundamentales
consagrados tanto a nivel constitucional como del Derecho Internacional vigente en la
República. La legitimación, en consecuencia, en la acción de amparo, se mide por el
perjuicio o la lesión infringida al accionante, o de la persona en favor de la cual se
promovió el recurso, y no a cualquier individuo por el simple interés a la legalidad."
Tales consideraciones son aplicables al caso en estudio, pues este Tribunal no
encuentra razones para variar el criterio vertido en dicha sentencia, ni motivos que lo
hagan valorar de manera distinta en la situación planteada. Por la sola indeterminación
subjetiva, no corresponde ventilar el asunto por medio de la vía del amparo, puesto
que lo reclamado no señala la violación del derecho fundamental de alguna persona, lo
que implica que será ante las autoridades administrativas competentes, en donde
deberán plantearse los hechos que sirven de base a este amparo y cuestionar la
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omisión en disputa, a fin de que se resuelva lo que en derecho corresponda. Así las
cosas, el presente recurso es inadmisible y procede su rechazo de plano el recurso,
como al efecto se declara.
II.- DOCUMENTACIÓN APORTADA AL EXPEDIENTE. Se previene a la parte recurrente
que de haber aportado algún documento en papel, así como objetos o pruebas
contenidas en algún dispositivo adicional de carácter electrónico, informático,
magnético, óptico, telemático o producido por nuevas tecnologías, éstos deberán ser
retirados del despacho en un plazo máximo de 30 días hábiles contados a partir de la
notificación de esta sentencia. De lo contrario, será destruido todo aquel material que
no sea retirado dentro de este plazo, según lo dispuesto en el "Reglamento sobre
Expediente Electrónico ante el Poder Judicial", aprobado por la Corte Plena en sesión
N° 27-11 del 22 de agosto del 2011, artículo XXVI y publicado en el Boletín Judicial
número 19 del 26 de enero del 2012, así como en el acuerdo aprobado por el Consejo
Superior del Poder Judicial, en la sesión N° 43-12 celebrada el 3 de mayo del 2012,
artículo LXXXI.
3. El Aborto Impune como Limitante al Derecho a la Vida
[Tribunal de Casación Penal de San Ramón]vii
Voto de mayoría
II.- SEGUNDO MOTIVO DE CASACIÓN POR TRANSGRESIÓN DE NORMAS PROCESALES
(forma). Infracción a la garantía del Debido Proceso en las modalidades de "Principios
de Contradictorio, Inmediación, Oralidad" y Derecho de Defensa". Como soporte legal
de este reclamo se invocan los numerales 142, 175, 178, 326, 238, 333 y 334 todos del
Código Procesal Penal. La parte recurrente protesta en esta hipótesis de discordia por
el irrespeto al principio constitucional del Debido Proceso, concretamente en los
principios de oralidad, contradictorio e inmediación, los cuales deben cobrar vigencia
sin excepción alguna en todos los litigios de naturaleza penal. Se reclama la ausencia
de recepción de la declaración testimonial de colaborador confidencial identificado
con el alias de "T.", sujeto que según lo expresado por los agentes de la policía judicial
fue quien realizó todas las compras de droga el encartado. Destaca la condición de
testigo ofrecido por el ente acusador, sin embargo, ante la imposibilidad de su
localización, se emite un veredicto condenatorio en contra del acusado H.. En su
opinión este fallo se encuentra cimentado exclusivamente en prueba referencial, de
allí que fuere necesaria la recepción del testimonio de este auxiliar de identidad
protegida para permitir la examen de su versión a la luz de los principios de oralidad,
inmediación y contradictorio que rigen la etapa del juicio. Asimismo el ejercicio del
derecho de defensa resulta cercenado ante la imposibilidad de interrogar al
colaborador confidencial. En apoyo de su posición pone en evidencia que la compraventa de droga del operativo final no pudo ser observada por la fiscal ni por la
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defensora, y ha sido éste sujeto quien entregó la droga adquirida a la representante
del Ministerio Público. Estas particulares condiciones motivan a calificar como esencial
la evacuación de este testimonio sin cuya recepción estima no se podía dictar un fallo
condenatorio. Concluye este enfoque de molestia al sostener que bajo estas
condiciones el tribunal de juicio no ha contado con la oportunidad de analizar la
información derivada de esta persona a la luz de las reglas de la sana crítica racional.
No puede prosperar este supuesto de reclamo. Resulta oportuno iniciar la
fundamentación de este apartado resaltando una de las características de los Derechos
Fundamentales, consistente en la posibilidad de que se produzcan bajo ciertos
supuestos, limitaciones. Una muestra de ello se encuentra en e l más importante de
estos derechos como lo constituye “la inviolabilidad de la vida humana” regulado en el
artículo 21 de la Constitución Política de la República de Costa Rica , el cual b ajo
ciertas premisas puede ser transgredido, por ejemplo en los casos de legítima defensa,
artículo 28 del Código Penal o también en el supuesto del aborto impune previsto en
el artículo 121 del mismo cuerpo legal . Igual circunstancia se presenta con los
derechos de los acusados, los que bajo supuestos excepcionales pueden ser
restringidos , en este orden de ideas, pueden citarse la limitación precautoria de su
libertad ambulatoria, o incluso una medida más drástica como el decreto de su
incomunicación (cfr. artículos 238 y 261 del Código Procesal Penal). En la constelación
de derechos que informa un ordenamiento jurídico existen múltiples principios que en
algunas circunstancias chocan entre sí y obligan a su ponderación. Es así como los
derechos del imputado en algunos supuestos entran en abierta contradicción con los
propios de víctimas y testigos, en consecuencia, en cada caso específico se debe
efectuar una ponderación para determinar la prevalecencia. El autor Robert Alexi
explica esta situación al sostener que un principio es una regla, añadiendo que existen
varios tipos de reglas. Agrega que la regla es el género y la norma es la especie. Un
ejemplo de norma es una ley escrita. Una norma legal es un ejemplo también de
norma. La norma tiene una dimensión de vigencia, la norma está vigente a partir de un
momento determinado, el principio por el contrario, tiene una dimensión de validez no
de vigencia, entonces un principio es válido o no, pero no vigente o no. Los principios
son reglas de optimización , lo que quiere decir que hay que aplicarlos lo más posible
en ponderación con otros principios y con las normas. Se debe realizar un ejercicio
intelectivo para aplicar un principio sobre otro, en algunos casos hay choques entre
normas escritas y principios, hay que explicar los motivos por lo que rige más uno que
otro (ALEXY, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1993, 607 pp). En este discurso de ideas se ha de mencionar
que si bien es cierto, la etapa plenaria o de juicio es la fase esencial del proceso
ordinario penal, tal y como se dispone en el numeral 326 de la ordenanza instrumental
penal cuando se afirma: "Principios. El juicio es la fase esencial del proceso. Se
realizará sobre la base de la acusación, en forma, oral, pública y contínua", estos
rasgos característicos, al igual que todos los derechos, incluso la inviolabilidad de la
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vida, no poseen una naturaleza irrestricta o ilimitada. De manera ilustrativa se puede
citar algunas excepciones que se encuentran previstas en el Código Procesal Penal,
surge el artículo 334 que prevé algunas supuestos de excepción al principio de
oralidad, el artículo 330 contiene las reservas a la regla de publicidad y finalmente el
numeral 336 contiene la regulación de las salvedades a los corolarios de continuidad y
suspensión. Ahora bien, el motivo específico de agravio radica en la emisión de una
sentencia condenatoria en la que no se recibió la declaración del colaborador
confidencial, en las palabras del propio recurrente, ante la imposibilidad de su
localización. Literalmente se expone en el recurso de casación esta circunstancia al
indicarse: "Es así como en la etapa de contradictorio se recibe el testimonio de los
investigadores antes indicados, no así el testimonio del colaborador confidencial alias
"T.", pese a (sic) de acuerdo a lo declarado por los testigos de cargo que se recibieron
en debate, fue quien realizó las transacciones de compra de droga al encartado A."
(cfr. folio 171 vto). Retomando los argumentos plasmados sobre los principios jurídicos
ha de indicarse que ante esta situación de imposibilidad de contar la declaración de un
testigo determinante para profundizar en la averiguación de la verdad real de un
suceso acusado, para el propio ejercicio de la defensa, coexisten otras reglas de no
menor trascendencia como el principio de tutela judicial efectiva regulado en el
numeral 41 de la carta magna patria, la obligación de emitir un sentencia definitiva en
un plazo razonable, artículos 4 del Código Procesal Penal, 2 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, 7.5 de la Convención Americana de Derechos Humanos, 10 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos. La imposibilidad de contar con un testigo
debidamente admitido para juicio constituye una circunstancia expresamente resuelta
por el legislador en el numeral 353 del Código Procesal Penal, norma jurídica que bajo
el título de "Incomparecencia" establece: "Cuando el perito o testigo, oportunamente
citado, no haya comparecido, quien preside ordenará que sea conducido por medio de
la fuerza pública y solicitará a quien lo propuso que colabore con la diligencia. Si el
testigo no puede ser localizado para su conducción por la fuerza pública, el juicio
continuará con prescindencia de esta prueba". En el caso bajo estudio, el órgano
jurisdiccional actúa conforme a derecho al decidir continuar el debate sin la recepción
del aludido testigo, con la justificación de no poder precisar su paradero, motivo que
no es cuestionado en la impugnación ensayada. Estos razonamientos conducen a la
desestimación de este supuesto de casación. La necesidad de recibir el testimonio del
colaborador confidencial como presupuesto indispensable para la emisión de una
sentencia condenatoria es otro enfoque de impugnación promovido la defensa del
acusado. Este cuestionamiento tampoco es compartido por los suscriptores de este
veredicto, el grado de conocimiento requerido para la emisión de una sentencia de
esta naturaleza se ha alcanzado plenamente de la evaluación sistemática y acorde a las
reglas de la sana crítica racional que se desarrollado en el pronunciamiento emitido
por el Tribunal de Juicio. Estas razones ya han sido abordadas en el tratamiento del
motivo primero de casación de tal manera que no se pretende reiterar estos
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argumentos en este momento pues tal labor resulta innecesaria, basta con efectuar
una sinopsis de estos argumentos. Desde el inicio de la investigación, la fuentes de
denuncias anónimas, señalan al aquí encartado H., añadiendo su sobrenombre "Ca."
como la persona que se dedicaba a la venta de drogas en las inmediaciones de la
iglesia de Cedral de San Carlos. Igualmente se informa que su método de
comercialización de estupefacientes es el servicio "express" para cual cual utiliza su
teléfono celular. Igualmente se han practicado tres compras previas y un operativo
probatorio final mediante la utilización de un colaborador confidencial, sin embargo,
las dos primeras compras han sido filmadas y estos videos se han reproducido durante
el juicio oral y público, afirmando el tribunal sentenciador las razones por las que
consideró que efectivamente el aquí encartado es la persona que aparece junto al
colaborador confidencial en estas dos transacciones de compra-venta de drogas.
Finalmente la adquisición de clorhidrato de cocaína en el operativo probatorio final fue
observada por el oficial de investigación C. quien incluso pudo ver cuando el justiciable
lanzó al suelo los billetes que habían sido identificados por su número de serie y que
previa requisa fueron entregados al colaborador confidencial para su uso esta
negociación. Adicionalmente se decomisó al justiciable el teléfono celular al que se
contactaba para fijar las condiciones de estas compras y que el propio encartado
reconoció como de su propiedad. Por último se ha de indicar que las evidencias
recolectadas en todas las negociaciones fue analizada en el Departamento de Química
Analítica del Organismo de Investigación Judicial, determinándose en todos los casos
que se trataba de clorhidrato de cocaína. Bajo este panorama de mérito resulta
evidente que se ha logrado obtener el grado de certeza para la emisión de una
sentencia condenatoria a pesar de la incomparecencia del colaborador confidencial
como testigo por lo que esta causal de agravio se rechaza.
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i
ASAMBLEA LEGISLATIVA. Ley 4573 del cuatro de mayo de 1970. Código Penal. Vigente desde:
15/11/1970. Versión de la Norma: 54 de 54 del 19/11/2018. Publicada en: Gaceta No 257 del
15/11/1970. Alcance: 120A.
ii
LLOBET RODRÍGUEZ, Javier y RIVERO SÁNCHEZ, Juan Marcos. (1989). Comentarios al Código
Penal. (Análisis de la Tutela de los Valores Fundamentales de la Personalidad). Editorial
Juricentro. San José, Costa Rica. Pp 80 y 81.
iii
JIMÉNEZ GONZÁLEZ, Edwin. (2015). Derecho Penal Especial para Cientistas Policiales.
Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED). San José, Costa Rica. Pp 24-25.
iv
SANZ MULAS, Nieves y GARCÍA CHAVES, Alberto. (2017). Manual de Política Criminal.
Editorial Jurídica Continental. San José, Costa Rica. Pp 228-229.
v
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 2792 de las catorce
horas con cincuenta y tres minutos del diecisiete de marzo del dos mil cuatro. Expediente: 02007331-0007-CO.
vi
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 9089 de las nueve
horas veinte minutos del doce de junio de dos mil dieciocho. Expediente: 18-008299-0007-CO.
vii
TRIBUNAL DE CASACIÓN PENAL DEL TERCER CIRCUITO JUDICIAL DE ALAJUELA, SECCIÓN
PRIMERA. SAN RAMÓN. Sentencia 505 de las dieciséis horas treinta minutos del dieciséis de
noviembre de dos mil once. Expediente: 10-202862-0306-PE.
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