El aborto, un tema que nos incomoda. El aborto es uno de los temas mas controvertidos en la sociedad, ya que es un problema que enfrenta el país diariamente, aun no se sabe si nuestras jóvenes están recibiendo otro tipo de información como es noviazgos a temprana a edad, novelas mostrando la vida fácil o cual es la idea que les venden. El aborto es un tema que polariza a grandes sectores de la población en contra de una minoría; hoy en día sigue siendo mas la gente que vive y patrocina la penalización del aborta que los que apuestan por su despenalización; esto es debido principalmente a la formación conservadora que prevalece en todo el mundo, y que se encuentra al paralelo de las religiones y sus doctrinas morales. Las leyes de un país deberían irse modificando para adecuarse a los cambios que sufren las sociedades con el paso del tiempo, deberían de respetar la diversidad de ideologías escépticas y religiosas siguiendo criterios laicos que no favorezcan a una congregación en particular, y deberían de garantizar la libertad del individuo. Específicamente, deberían de garantizar la libertad de la mujer de decidir sobre su propia vida y sobre su propio cuerpo. Algunos afirman que esa libertad termina (como si ellos fueran quiénes para determinar en dónde comienza y en dónde termina la libertad de los demás) cuando hay “otra vida” gestándose dentro del cuerpo de una mujer. Sin embargo, esa “vida” no es independiente ni biológicamente capaz de sobrevivir por sí misma. El embrión no es un androide biológico, como sí lo es la madre, de modo que valdría la pena reconsiderar si el criterio de separación en dos unidades discretas es aplicable cuando nos referimos a una mujer en gestación, de manera similar a como un subconjunto es parte de un conjunto mayor, pero no es independiente de éste. Muchas veces hemos escuchado que “no es natural, ningún otro animal hace tal cosa”. A algunas personas solo les gusta compararse con otros animales cuando les conviene, pero generalmente se creen diferentes. Se creen superiores. Piensan que los animales son los otros, y no ellos. Piensan que ellos no son animales, si no una forma de vida “superior”. Pero bueno, a estas personas habría que contarles que de hecho, algunos animales sí pueden abortar. Otros hasta matan y se comen a las crías después de nacidas. Las leonas, por ejemplo, se pueden auto-inducir fisiológicamente un aborto cuando se enfrentan a la estresante situación de tener que someterse a un nuevo macho alfa, que matará a cualquier cría que no sea de él. Esta es una estrategia ventajosa para las hembras, ya que invierten menos energía fisiológica en la terminación temprana de la preñez, que en parir a crías que de todas formas no tendrían posibilidad de sobrevivir. Esta estrategia también es utilizada por monos, y seguramente también por otras especies de las aún desconocemos. Otro ejemplo son las hembras de armadillo, que además también poseen la capacidad de retrasar la preñez hasta que las condiciones sean más favorables para la crianza. Así es que sí: los animales también abortan. Convencionalmente se considera “natural” a todo aquello que no haya sido intervenido por “la mano del hombre”, y como los abortos realizados en un quirófano no son fisiológicamente autoinducidos ni espontáneos, se consideran “antinaturales”. Sin embargo, las definiciones de “natural” y “artificial” son debatibles si consideramos que toda cosa “artificial” ha sido hecha por un animal creado por la naturaleza. ¿O acaso los humanos no somos animales pues? Es como decir que la creación de herramientas no es natural para otros animales capaces de fabricarlas, como los cuervos o los chimpancés, entre otros. El argumento de lo antinatural del aborto solo tiene sentido cuando separamos las acciones de los humanos de su origen natural. Esta distinción discreta de lo que un humano hace, de lo que es, es una abstracción humana. Los humanos también somos organismos naturales. Y si estamos hablando de lo que no es natural, ¿qué tan natural o tan humano es una violación? Creo que este tema es aún más fuerte y hace cambiar el pensamiento del no al aborto, pero y los que siguen con la idea de que “el bebe no tiene la culpa” pues obviamente no tiene la culpa, pero la madre tampoco y menos para soportar una consecuencia de un daño tan grave como es una violación. Diariamente nos muestran noticias de asesinatos, robos y temas de farándula por que realmente es tan incomodo saber o imaginarse que una persona fue abusada sexualmente, los casos que nos muestran en la televisión son 1 de 20. “Las autoridades sanitarias a quienes acudan mujeres que han sido víctimas de una violación sexual y están embarazadas, producto de dicho acto, deben atender de manera eficiente e inmediata la solicitud, a fin de no permitir que las consecuencias físicas, psicológicas, derivadas de la agresión sexual se sigan desplegando en el tiempo, lo que conlleva no sólo a prestar la atención y observación médica necesarias, sino a la materialización de tal interrupción legal del embarazo”, señaló la Corte. Lo que quiero ilustrar con esta cita es que, a pesar de que el aborto está penalizado y los tipos de casos donde son legales el aborto, aun son miles de casos en el mundo donde en muchos de estos nuestras niñas y mujeres están muriendo por causa de un aborto clandestino. El hecho concreto es que el aborto es un problema; existe y es un hecho social denso y complejo, que no podemos ni debemos simplificar, porque existen muchos derechos ocultos detrás de esta necesidad de decidir sobre nosotras. Siendo principalmente el conflicto derecho entre la vida del no nacido y la autonomía de las mujeres para escoger sus propios planes de vida sin ser afectadas por un embarazo. A fin de cuentas, un embarazo no resulta ser más que un estado muy corto de la vida de cualquier mujer. Son únicamente nueve meses que no pueden prevalecer en todo lo que significa ser mujer; que por supuesto es mucho más que ser madre. Sin embargo, estos “sólo nueve meses” cambian la vida de cualquiera. No sólo porque el embarazo es en sí mismo complejo y único. Sino porque la decisión de abortar o no es también compleja. Esta complejidad radica en las diferentes relaciones de poder que pueden ir desde género, económicas y jurídicas; pasando por los campos de la salud, la sexualidad y otros tan subjetivos como: lo moral, la ética y hasta lo que cada una entienda por maternidad. Todos estos sistemas y relaciones en un solo campo de batalla: nuestro cuerpo femenino. Con un solo objetivo: el control total. Claramente nos dicen que es legal un aborto por violación pero muchas de las miradas que juzgan son quienes estén matando día a día a cada una de estas mujeres que además de haber sido impactadas por un hecho inescrupuloso quieren que moralmente carguen con la consecuencia de tal hecho tan macabro como lo es una violación.