UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR FMOcc- Escuela de posgrados Maestría en Estudios Culturales Centroamericanos Teoría y Crítica Literaria I Ciclo I/2019 NOTA 8.0 OCHO PUNTO CERO Tema: Análisis literario de la poesía de Gonzalo de Berceo Elaborado por: Vilma Arely López de Vindel Docente: MSc. Roberto Gutiérrez ANÁLISIS LITERARIO DE LA POESÍA DE GONZALO DE BERCEO La poesía medieval en España se produjo a través de todas las lenguas romances que fueron surgiendo a partir del tronco común latino: castellano, gallego-portugués y catalán. Todas fueron utilizadas por los poetas como vehículo de sus sentimientos. Junto a los cristianos hay que mencionar a los árabes y hebreos. El primer poeta de nombre conocido y el mejor representante del mester de clerecía es Gonzalo de Berceo (1180-1246), quien quería hacer una prosa en lengua vulgar, inteligible. Más tarde las de Alfonso X, que también transpiran fervor religioso. La lengua castellana estaba ya madura literariamente. Ya en el siglo XIV surge una gran figura de la poesía castellana, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Con su obra, Libro de Buen Amor, redactada por primera vez en 1330, es una de las cimas de la literatura medieval española. Es heterogénea en cuanto a los elementos que la componen, llena de humorismo, satírica, realista, vivaz y de aire popular. Sin embargo en esta investigación se manifestará la trayectoria poética y análisis literario del principal poeta del Mester de Clerecía durante el siglo XIII, Gonzalo de Berceo. Este nació hacia finales del siglo XII en un pueblo denominado Berceo, como su nombre indica. Fue el primero de nombre conocido de la poesía española y se educó en el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos), donde posteriormente ejerció como sacerdote (existen algunas escrituras que lo confirman). La fecha de su defunción no se sabe con exactitud. Gonzalo de Berceo era un poeta culto que perseguía la finalidad de poner al alcance de la gente, en castellano, los relatos inaccesibles de los textos latinos. Se caracterizó por ser un hombre sencillo en su trato, en su amistad, era conformista y obedecía las reglas de castidad, de pobreza y de trabajo. Su producción literaria es exclusivamente religiosa y de carácter predominantemente narrativo, suele dividirse en tres bloques: Obras marianas: Milagros de Nuestra Señora, Loores de Nuestra Señora y Duelo que fizo la Virgen el día de la Pasión de su Hijo. Vidas de santos: Vida de San Millán de la Cogolla, Vida de Santo Domingo de Silos, Vida de Santa Oria y Martirio de San Lorenzo. Obras doctrinales: El Sacrificio de la Misa y Los signos que aparecerán antes del Juicio. De todas, la más importante es “Los Milagros de Nuestra Señora”. Trata de un texto en verso con las características típicas del mester de clerecía del siglo XIII y una de las más importantes de la lírica culta, además en ella domina el uso de la cuaderna vía. Cada cuaderna vía forma una unidad sintáctica compuesta de cuatro versos de catorce sílabas, llamados alejandrinos, con pausa central o cesura, y rima consonante continua y distinta en cada una de las cuadernas. Ejemplo: Entre sus obras malas tenía una bondad que al final le libró y le dio salvedad creía en la Gloriosa con toda su voluntad se inclinaba siempre ante su majestad. La cuadernavía antes presentad, muestra versos alejandrinos, cesura, y rima consonante, en este caso en color rojo. De hecho, para poder realizar un análisis más completo, se tomará en cuenta la siguiente muestra literaria de su obra maestra: Los Milagros de Nuestra Señora: "El ladrón devoto". Si observamos la muestra se justifica que cada cuadernavía posee una rima consonante y continua, distinta en cada una de ellas. “El ladrón devoto” Era un ladrón malo que prefería robar, a ir a la iglesia o ponerse a trabajar: sabía malamente su casa gobernar, cogió mala costumbre y no la podía dejar. Le metió bajo los pies mientras estaba colgado, las sus manos preciosas: lo sostuvo aliviado, no se sintió de cosa ninguna embargado, nunca se sintió más dichoso ni más agradado. Entre sus obras malas tenía una bondad que al final le libró y le dio salvedad creía en la Gloriosa con toda su voluntad se inclinaba siempre ante su majestad. Por fin, al día tercero vinieron sus parientes, vinieron sus amigos y los sus conscientes, venían a descolgarlo apenados y dolientes; salió mejor la cosa de lo que tenían en mente. Como quien en mal anda en mal ha de caer consiguieron en un hurto a este ladrón prender no encontró ninguna excusa con que se defender juzgaron que lo fuesen en la horca a poner. Lo encontraron con vida alegre y sin daño; no estaría más dichoso ni tomando un baño; dijo que bajo sus pies tenía tal escaño, que no sentiría mal alguno aunque colgase un año. Lo alzaron de tierra cuanto alzarlo quisieron, cuantos cerca estaban por muerto lo tuvieron: si hubieran sabido antes lo que después supieron, no le hubieran hecho eso que le hicieron. Fueron a degollarlo, los mancebos más livianos, con buenas cuchillos grandes y afilados: metió Santa María entre medio las manos, su cuello salió completamente sano. La Madre Gloriosa experta en socorrer, que suele a sus siervos en las penas valer, a este condenado lo quiso sostener se acordó del servicio que le solía hacer. Cuando vieron que no lo hacían sucumbir, que la Madre Gloriosa lo quería cubrir, acordar dejarlo y de allí partir, hasta que Dios quisiese, lo dejaron vivir. El texto es una narración que cuenta los sucesos acaecidos a un personaje en un determinado espacio y tiempo. En este caso se trata de un ladrón que cuenta con una única virtud: ser devoto de la Virgen. Por sus fechorías es detenido y condenado a la horca. Cuando va a ser ajusticiado, se produce el milagro: la Virgen pone sus manos bajo los pies del ladrón e impide su muerte. Se decide repetir la ejecución, esta vez degollándolo y la Virgen vuelve al salvarlo. Acá el autor muestra como el amor y el poder de Nuestra Señora hace el milagro al ladrón y el propósito es cambiar la conducta. Como nos damos cuenta la parte didáctica está presente en todas las narraciones. También la obra de Berceo tiende a utilizar el método de interpretación, donde la escolástica se evidencia en toda la producción del autor. La dialéctica entre la razón y la fe es una de las características totalmente definidas. Gonzalo de Berceo era un religioso, un teólogo que defendía los principios de la fe cristiana. Asimismo exploraba la realidad de ese momento y aplicó un método escolástico, un método de enseñanza que presidió la edad media y que caracterizó a esta doctrina filosófica en sus textos narrativos. Y fue durante el siglo XIII que tuvo su mayor apogeo gracias a Aristóteles. Ahora bien si nos enfocamos en el tema central es la mediación de la Virgen para salvar a un devoto ladrón del castigo de la justicia, con ello Gonzalo de Berceo quiere mostrar la bondad infinita de la Virgen para aquellos que son sus servidores. En todos los textos se evidencia el amor, la fe, la generosidad, ese acto de bondad hacia el prójimo. Demuestra que el ser humano es imperfecto y que gracias a la virgen se sanaban los enfermos, se corregían los débiles de corazón; el ser humano al ver el milagro de la virgen cambiaba sus actitudes negativas por positivas. La parte moralizante perfectamente aparece en la conclusión del texto. En cuanto a la estructura claramente en esta narración son diez cuadernavías y en todas podemos identificar un inicio, un nudo y una conclusión. Estoy segura que si se realiza un análisis profundo lo encontramos en todas las producciones de Berceo. En este caso se viene trabajando con “El ladrón devoto”. 1° (Inicio) Berceo suele comenzar sus Milagros presentando a un personaje que obra mal, pero que es devoto de la Virgen. En este caso, en las cuatro primeras estrofas, presenta al personaje principal (el ladrón), sus malas acciones (los robos) y su devoción a la Virgen. 2 ° (Nudo) En esta parte Berceo narra la intervención de la Virgen. Ocupa las ocho estrofas siguientes y en ellas, Berceo relata pormenorizadamente el primer milagro (la Virgen sostiene los pies del ladrón para que no muera) y el segundo (la Virgen coloca las manos sobre el cuello del ladrón para que no puedan cortárselo). El ladrón logra sobrevivir. 3° (Conclusión) Interviene directamente Berceo que se dirige al auditorio animándolos a que rindan culto a la Virgen. Esta parte ocupa las dos últimas estrofas. Este milagro, como todos los otros de la colección, hay que entenderla dentro de un contexto muy determinado y centrado en la fe y en la religiosidad medieval en la que el legado de la cultura recaía sobre la Iglesia y estaba en sus manos la tarea de enseñar al pueblo, de educarlo. La parte didáctica moralizadora siempre será característica en la producción del escritor. El autor, Gonzalo de Berceo, se puede enmarcar dentro de la corriente poética del Mester de Clerecía que buscaban siempre un propósito didáctico en sus obras. Berceo se dirige a un público amplio, en su mayor parte iletrado, a quien pretende mostrar una enseñanza moral y suscitar en sus oyentes la devoción a la Virgen María, Nuestra Señora. Como es habitual en el estilo de Berceo, él está presente en la narración, a través de la elección de la primera persona narrativa, en este caso en una primera del plural (“debemos bendecirla”), que incluye a los oyentes o lectores a los que dirige el relato, lo que refuerza la función apelativa. Consciente de que su público no es culto, Berceo va a emplear un registro coloquial, con un léxico sencillo (justicia, horca) y recurre a refranes (“quien mal anda, mal ha de caer”) para acercarse al lenguaje popular de sus oyentes y favorecer así la comprensión del texto. Destacarán en este sentido las figuras de repetición como el paralelismo (“Decía Ave María y más de la escritura” o “no se sintió por cosa ninguna embarazado/ no estuvo más vicioso nunca, ni más apagado”). También repite varias veces la misma idea (“y siempre saludaba hacia su majestad, se inclinaba siempre delante de su figura”) y emplea continuamente diferentes términos para referirse a la Virgen (“Gloriosa, Santa María, Madre…). Por medio de estas repeticiones, Berceo se asegura de que el mensaje llega a sus oyentes. Berceo intenta influir en la opinión del receptor y convencerlo para que rece a la Virgen, por ello su adjetivación es connotativa (“ladrón malo”, “manos preciosísimas”) y su forma de referirse a la Virgen siempre destaca la devoción que siente por ella (“Madre gloriosa, Madre tan piadosa”), ya que pretende ensalzar su figura. Por esta misma razón, los valores poéticos siempre estarán presentes, pues, Berceo emplea la figura literaria de la hipérbole para describir el estado de placidez en el que se encuentra el ladrón cuando la Virgen impide el ahorcamiento (“no estaría tan vicioso si yaciera en un baño”) y así magnifica las ventajas de ser devoto de la Virgen. Brevemente resumiré la historia de la abadesa preñada, donde Berceo expone el pecado específico de la abadesa, el de la lujuria o ruptura de su voto a la virginidad y su posterior embarazo. Luego de detenerse en su bondad, caridad y en la honestidad con la que guiaba el convento, el narrador señala: Pero la abadesa fizo una locura pisó por su ventura cuando bien se catido cadió una vegada, que es mucho vedada, yerba fuert enconada, fallóse embargada. Perfectamente se evidencia en esta muestra el uso de las lenguas romances. Pues el autor era un hombre preparado, culto. En síntesis la narración la virgen María intercede para librar de un embarazo no deseado a la superiora de un convento, pues aunque los chismes no son vanos, ella suplica a la Virgen María y le hace el milagrito y la perdona. Así como esta historia hay muchas y todas con un mensaje moralizante, didáctico. Por tanto la obra inicia con un prólogo alegórico, pues él cuenta que está en un prado verde, maravilloso, rodeado de árboles con el aroma de las flores, con agua corriente, con trinos de pájaros y que está en una perfecta calma. Este prado te presenta a la virgen María como lugar de reposo para los cristianos y después de esto comienza a contar las veinticinco historias. Veinticinco milagros distintos y aún así, tienen todos una estructura muy parecida, siempre pasa más o menos lo mismo, hay un personaje que es muy devoto de la virgen, que le reza muchos avemarías, muchos rosarios, pero como es un ser humano siempre está rodeado de problemas y es la virgen quien lo va a salvar y, después del milagro el personaje cambia su conducta. La alegoría como dice Agustín del Campo «las cosas tienen dos caras, la divinidad se humaniza y lo natural se diviniza». También el protagonismo absoluto de María, conectado directamente con el papel del autor ante la virgen, «Madre de Dios y madre nuestra» que simboliza el camino terrenal y el camino celestial. Y el final feliz con el que concluye cada historia. Indudablemente la alegoría se observa en todo el preámbulo de la obra que es uno de los paisajes más poéticos. Su rasgo estilístico fundamental es el tono simbólico-alegórico que prevalece a lo largo de todas sus producciones, Berceo es el primer poeta alegórico en lengua española y no se puede dudar de la habilidad del autor para escribir y cómo el protagonismo de la Virgen María, va más allá del papel que naturalmente ha de jugar en una colección de milagros. La parte religiosa, moralizante, alegórica caracterizan la producción de un escritor de gran envergadura y exponente indiscutible del Mester de Clerecía. Referencias bibliográficas Aristóteles. (1948). El Arte Poética. Buenos Aires. Berceo, G. d. (2011). Los Milagros de Nuestra Señora. En G. d. Berceo, Los Milagros de Nuestra Señora. España. La Rioja: Edición, Crítica . Longino. (1979). Sobre lo sublime. España: Gredos . Piquer, D. V. (2002). Historia de la Crítica Literaria. España: Ariel. riarte, D. T. (1778). El Arte Poética de Horacio o Epístola a los Pizones. Madrid: Real de la Gazeta .