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(06) Nueva Estrategia Suramericana

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Nueva Estrategia Suramericana
Alberto Buela
Indice:
Introducción: América como lo hóspito
Primera parte: Antigua estrategia
Estrategia reciente
Segunda parte: Nueva estrategia
El hinterland suramericano
El espacio autocentrado
El rombo
Conclusión
Introducción
América como lo hóspito
“El Nuevo Mundo es nuestra patria y su historia la nuestra, y por ella es que
debemos examinar nuestra situación presente para determinar por ella nuestra
índole”, así comenzaba el pensador peruano Juan Pablo Viscardo (1725-1798) su
Carta a los españoles americanos. Además de ser el manifiesto continental de la
revolución emancipadora es el primer americano que se pregunta filosóficamente
por nuestra identidad.
Un siglo más tarde es Juan Bautista Alberdi(1810-1884) quien afirmaba en
sus Ideas para un curso de filosofía que “Nuestra filosofía ha de salir de nuestras
necesidades de ahí que la filosofía americana deba ser esencialmente política y
social...América será la que resuelva el problema de los destinos americanos”.
Otro siglo después es el filósofo argentino Nimio de Anquín (1896-1979)
sostenía en El Ser, visto desde América: “Pero no se trata de pensar como europeos
sino como americanos, como hijos de este continente nuevo....La novedad de
América nos inclina a pesar en un presocratismo americano semejante al griego,
aunque no igual...Quien filosofe genuinamente como americano no tiene otra
salida que el pensamiento elemental dirigido al Ser objetivo-existencial”
1
Esta secuencia concatenada de tres autores en tres siglos es realizada para
mostrar la preocupación permanente de los americanos por el problema de ¿Qué es
América y quiénes somos nosotros?. Preocupación que podemos multiplicarla por
cientos y cientos de autores que desde las más disímiles perspectivas se han
ocupado del tema.
El objetivo de esta ponencia no es historiar todas las opiniones que sobre
Nuestra América se han vertido (ser raza cósmica en Vasconcelos; ser a la
expectativa según Mayz Vallenilla; ser utópico en Waldo Frank; ser promesa según
Ortega; ser inexistente en Giovanni Papini; ser provisorio en Hegel; ser telúrico en
Keyserling; ser como estar ahí según Kusch; ser bifronte en Caturelli; ser para la
humanidad en Zea; ser estético en Schwarstmann; ser indio en Tamayo y
Varcarcel; ser católico en Sepich et alia; ser mestizo en Mercado Vera et alia; ser
doblez en Arguedas; ser ladino en Martinez Estrada; ser disminuido en De Pauw y
Bufón; ser inadecuado al mundo actual según Richard Morse, ser criollo en
Lugones, Rojas et alia; etc.etc.)
Es conveniente en primer lugar realizar una breve aproximación
etimológica al término América, pues aun cuando la explicación filológica solo
esclarezca el quid nominis, ello implica no obstante, un primer acercamiento al
quid rei, a lo que es la realidad mentada por ese nombre.
Es sabido que con respecto a las ciencias del espíritu el método etimológico
es una de las vías de acceso a lo real y se encuentra plenamente justificado;
sobretodo después de los aportes de Heidegger, Zubiri y Wagner de Reyna que
mostraron cómo el trabajo etimológico puede devolver la fuerza elemental, gastada
por el largo uso, a las palabras originarias que es necesario volver para recuperar su
sentido auténtico.
La validez de la investigación etimológica –etymos significa lo verdaderoradica, en nuestra opinión, en el semi-develamiento de la realidad de las cosas. La
etimología es, ciertamente, es una ciencia auxiliar pero tiene por función abrir el
campo gris donde están caídas las cosas, perfilar las mismas, pero ella por sí
misma no puede definir. Deja planteada la cuestión. Y la cuestión principal es cuál
sea la vinculación entre las palabras y las cosas. O dicho de otro modo: El ser de
las cosas responde al nombre de las mismas?. En este sentido sostenemos que sí,
pero análogamente. Esto es, parte idem, parte diversa. Por lo que, corresponde a la
filosofía la resolución de la cuestión.
Históricamente el término América proviene del nombre Américo
correspondiente al cartógrafo florentino Vespucio, quien al regresar de su viaje del
1501-1502 narró en una carta editada luego bajo el nombre Mundus Novus las
condiciones, contornos y costumbres de la tierra descubierta por Colón. Pero fue el
cartógrafo alemán Martín Waltzemuller, también llamado Hylocompylus que editó
en Nuremberg en 1507 un mapa general del mundo que contenía datos geográficos
revelados por Vespucio quien denominó por primera vez América al nuevo
continente en homenaje al cartógrafo florentino.
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Etimológicamente el término Américo, que se usa como femenino a
semejanza del resto de los continentes: Asia, Africa, Europa, proviene del
germánico Amal, nombre del fundador de la familia real ostrogoda, que significa
trabajo y de la partícula rich o rik que quiere decir jefe, mando, poderoso.
Una etimología complementaria nos indica que Américo es equivalente a
Aimerico, del gótico hámis que significa casa y del conocido rik o rich.
Por todo lo cual podemos colegir que América significa textualmente
“poderosa en el trabajo” o “la que manda en su hogar”. Saque cada uno las
conclusiones que desee, pero el nombre de América ya algo barrunta sobre su
sentido. “No olvides, dice el poeta Leopoldo Marechal, que al elegir un nombre se
elige un destino”.
El abordaje a la cuestión de nuestra identidad nacional lo encaramos desde
una doble pregunta: Qué es ser americano y qué es América?.
Ante la primera de las preguntas nosotros dejamos de lado las explicaciones
psicológicas, históricas, culturalistas, sociológicas, etnográficas y políticas para
intentar una respuesta desde la filosofía y dentro de ella, desde la axiología o
disciplina de los valores. Y decidimos dejar de lado las múltiples y variadas
explicaciones que desde las disciplinas particulares se han hecho sobre nosotros,
porque todas ellos sólo nos pueden brindar, en el mejor de los casos, una visión
parcial, de una parte de nosotros, y por lo tanto no pueden responder a la pregunta
totalizadora que se encuentra involucrada en la cuestión sobre la naturaleza
específica de nuestro ser americano.
El acceso a la respuesta qué es ser americano entendemos hallarlo por vía
del análisis de los elementos estructurales que conforman la conciencia nacional
del hombre americano. Y estos elementos constitutivos por ser elementos de la
conciencia no son pétreos, ya realizados de una vez y para siempre, sino que son
permanentemente intentados. Es decir, la conciencia en tanto intencionalidad
“tiende a ” plasmarlos, a realizarlos, pero si además esta conciencia es “nacional”,
estos elementos constitutivos deber ser preferidos a los otros, los no-nacionales.
Todo lo cual muestra que estos elementos estructurales de la conciencia nacional
no son otra cosa que los valores que la conforman, la diferencian y le dan sentido.
Ahora bien, ¿cuáles son estos valores, de dónde surgen?
En nuestro modo de ver surgen de la simbiosis o mixtura de dos
cosmovisiones, de dos mundos completos de valores: lo indo o telúrico y lo bajo
medieval o católico que forman con el tiempo un todo natural en sí mismo. La
conciencia iberoamericana, análogamente diferente de los elementos de que está
compuesta.
Aclaramos que lo católico no está tomado como categoría confesional sino
como rasgo distintivo que especifica la Weltanschauung del hombre arribado a
América, más allá de la nación de donde proviniera. En tanto que lo indo no está
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tomado como matriz telúrica pasiva, que como el mármol se reduce a imponer
ciertas condiciones de trabajo al escultor sino que aporta la sustantiva categoría de
tiempo. Claro está y es menester aclarar como lo hace acertadamente Osvaldo Lira
Pérez en Hispanidad y Mestizaje que lo católico y lo indio no son aportes
equivalentes, es decir que disten por igual en su aporte a la conciencia americana,
error éste cometido por los indigenistas. Si no que la conciencia premoderna aporta
el sentido jerárquico de los valores rechazando el sentido horizontal de los mismos
como ha venido sosteniendo la conciencia igualitaria y niveladora posterior al
comienzo de la Revolución Mundial. Aporta también el sentido teleológico de
orden a partir de la idea de bien común y no simplemente de bienestar, entendido
éste como búsqueda desenfrenada del confort por la sociedad de consumo. Aporta
asimismo la objetividad de los valores que rechaza la disolución subjetiva y
arbitraria que de los mismos comienza a llevarse a cabo a partir del primado de
conciencia. En definitiva, aporta la visión del hombre y la sociedad como un todo,
que rechaza a contrario sensu las especializaciones tan gratas al desarrollo
científico-tecnológico. Aporta esa visión holística del hombre, el mundo y sus
problemas que ha hecho afirmar a un yanqui como Richard Morse “en realidad
Iberoamérica tiene su propia cultura que es más profundamente occidental que la
de los países nórdicos(1)
Lo indo aporta un manejo, utilización y caracterización de la categoría de
tiempo que hace absoluta y específicamente diferente, en este aspecto, a la
conciencia iberoamericana de la estadounidense con su time is money, así como de
la europea decadente con su laissez faire. Ni el instantaneísmo tecnotrónico ni el
apuro cosmopolita tienen nada que ver con la categoría de tiempo americano como
aporte específico de la cosmovisión india.
A este tiempo tan nuestro se lo ha confundido siempre con la “indolencia
nativa o gaucha” que los “profesores de energía” al decir de Rubén Darío denostan
junto a la holgazanería criolla simbolizada en la siesta.
Podrá impugnársenos que esto del tiempo es un puro subterfugio de
carácter más dialéctico- entendido éste como razonamiento aparente- que
filosófico, puesto que para la filosofía desde los tiempos del viejo Aristóteles(Cfr.
sus Categorías) pasando por Kant(Cfr. su Crítica de la Razón Pura) hasta nuestros
días, la categoría de tiempo es una y la misma para todo entendimiento humano así
como lo son las de cualidad, cantidad, relación, sustancia, etc. Pero esta manera de
pensar significativa, por no decir absolutamente europea, no comprendió por su
mismo prejuicio- se creyó el mundo y no una parte de él- que el tiempo es
decodificado y vivido de una manera diferente en otras latitudes. Evidentemente, el
tiempo cronológico, el del reloj, es el mismo para todos, al igual que el tiempo
psicológico ante situaciones similares, pero lo que es diferente es el tiempo
existencial de cada cosmovisión o ecúmene cultural de las que conforman el
mundo, que se expresa en cada uno de nosotros en el núcleo aglutinado de nuestra
personalidad. Y nuestra cosmovisión está determinada por ese tiempo tan peculiar
y propio como lo es el tiempo americano. Entendido desde siempre, ya por los
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europeos ya por los colonizados culturales o por aquellos que han pensado
América como imitación de Europa como indolencia, ociosidad o gandulería.
Cuando en realidad los que así hablaron ni siquiera pudieron barruntar que,
otra diferente de la de ellos, es la categoría de tiempo que informa la auténtica
conciencia americana. Categoría anclada en el estar ahí propia del americano
arraigado, por contraposición al ser alguien típica de la sociedad de consumo.
Este tiempo no es la simple permanencia en el ser que encierra la
sucesión- simple estar- sino que es la experiencia de la duración entendida
como maduración. Es acompañar con nuestro tiempo a cada ente en su
tiempo.
El concepto de tiempo como maduración no es, como creyó la conciencia
europea de un Hegel o un Keyserling, la revelación de un mundo – el americanosin espíritu y pegado a la naturaleza, sino que la maduración nos indica la
interrelación entre una naturaleza pródiga y no escasa, con una conciencia
autóctona que acompaña sin forzar su desenvolvimiento. Adagios como “ a cada
día su afán”, “cada cosa a su tiempo y un tiempo para cada cosa”. Y el de los
cancioneros populares “Voy despacio porque estoy apurado”, “ no por mucho
madrugar se amanece más temprano” incluso el Martín Fierro cuando nos dice que
“el tiempo es solo tardanza de lo que está por venir”, nos señalan al menos
brumosamente esa concepción del tiempo enclavado en nuestra conciencia.
Hay que observar que este tiempo como maduración, no arrastra ni encierra
totalmente a la conciencia americana en el flujo temporal de la naturaleza –
quedaríamos reducidos a simples animales- sino que el tiempo como maduración
es el ritmo mismo de nuestra móvil y fluyente existencia, que es la que define el
tiempo:”Soy yo quien es el tiempo en cuanto soy esencialmente, paso y tránsito”,
sostenía un africano como Agustín de Hipona allá por el siglo quinto.
El segundo de los accesos a nuestra identidad, y tema de esta ponencia, está
dado en la respuesta a la pregunta ¿Qué es América?.
América es, antes que nada, un espacio geográfico continuo que se ha
diferenciado del resto del mundo por su capacidad de hospedar(hospitari) a
todo hombre que como huésped(hospitis) viene de lo in-hóspito. De la
persecución, la guerra, el hambre, la pobreza, en definitiva, de la
imposibilidad de ser plenamente hombre. América es pues lo hóspito.
América es des-cubierta o de-velada por el hombre europeo mediterráneo,
aun cuando bien pudo ser hallada por los vinkingos antes. Pues hallar proviene de
ad y flo que en nuestra lengua significa dar con algo sin haberlo buscado, en
cambio descubrir es quitar la cobertura de algo pera de manera expresa. Existe,
pues, una intencionalidad de la conciencia en el descubrir, que no se encuentra en
el hallar, siempre fortuito.
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Este des-cubrir y no mero hallar europeo se encuentra preanunciado en la
precognición de América como aquella del Platón (Cfr.Timeo 24e) sobre la isla
Atlántida más allá de las Columnas de Hércules(Estrecho de Gibraltar), o aquella
otra de Séneca(Cfr.Medea, Chorus vers 375), donde se afirma que Océano revelará
nuevos orbes. También, ya más próximo al descubrimiento en la visión de la Cruz
del Sur por parte de Dante en la Divina Comedia, canto primero, Purgatorio, versos
22-27.
Pero el hecho indudable es que América como cuestión nace con el
descubrimiento, puesto que allí traslada sus diferentes utopías el hombre arribeño.
En este sentido es acertada la proposición sostenida por Eduardo O´Gorman que
“el ser de América no es otra cosa que la idea de América que tiene la conciencia
histórica de ella”.(2)
Pero lo cierto es que el ser de América no se agota no con mucho, en las
ideas de los utopistas políticos renacentistas a la manera de Tomás Moro(Utopía),
Campanbella(La ciudad del Sol) o Bacon (Nueva Atlántida), sino que el ser de
América hay que buscarlo en lo que América ha dado y producido antes y después
del momento axial del des-cubrimiento, pues en ella todos somos inmigrantes. Y
ese ser lo caracterizamos como lo hóspito. Que no es una simple apertura, sino que
es un albergar que exige el esfuerzo de fundar un arraigo, de convertirse en
americano, de transformar lo óntico en ontológico, en darle un sentido americano a
América. Esta posibilidad única y nunca más repetible en la tierra que nos ofrece
América se finca en su novedad. Novedad que no debe inducirnos a pensar en
presocratismo ingenuo, siempre inmaduro, sino que nos exige pensar de nuevo,
pensar distinto.
Lo nuevo que nos ofrece América es la condición de posibilidad que nos
permite crear un mundo distinto, diferente a lo ya dado, al mundo conocido. Nos
permite signar la puridad de los entes, dándoles un sentido ontológico, que
proviene de nuestra conciencia hispanoamericana ciertamente deudora de dos
mundos como hemos visto.
Lo nuevo por ser nuevo no quiere decir que sea verdadero, sino que lo
nuevo es valioso cuando informa lo inerte transformándolo en un bien. Como
posibilidad de dar sentido.
La novedad de América exige entonces un trabajo arduo, como nos indicara su
etimología. Trabajo que exige previamente un pro-yecto- algo lanzado previamente
hacia delante- que debe ser realizado. Pero no ya desde utopías antiguas o
modernas, sino desde nosotros mismos, porque debemos mandar en nuestro suelo,
como también nos adelantara su segunda acepción etimológica. América pues, nos
exige a los americanos no imitar para llegar a ser dueños de nosotros mismos y así
fundar una estirpe. Para esto, ella nos ofrece su grandiosa matriz que definimos
como lo hóspito.
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1.-Morse, Richard: El espejo de Próspero, Buenos Aires, 1982, p.159
2.- O´Gorman, Eduardo: La invención de América. Méjico, FCE. 1958,p.73
Primera Parte
El tercer milenio comienza en América del Sur con las relaciones de poder
totalmente trastocadas. Estados nacionales que perdieron todo su poder. Dirigentes
políticos, sociales, culturales y religiosos sin un sentido de pertenencia ni de
preferencia por sí mismos ni por los suyos. Modelo económico de exclusión de las
amplias mayorías nacionales. Con una población que oscila en los 326 millones, el
40% está constituido por pobres, muy pobres y pobrísimos. Sólo el 10%, alrededor
30 millones, tiene capacidad adquisitiva.
La cuestión es saber hasta cuándo la realidad de Suramérica puede soportar
la agudización de las contradicciones de un sistema político sin ninguna
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representatividad ni legitimidad. Manejado por las oligarquías partidarias a gusto e
piacere. ¿ Hasta cuándo un modelo económico para hambrear pueblos puede tener
vigencia?.¿ Hasta dónde soportarán nuestros pueblos tamaña injusticia?.
Todas estas cuestiones y muchas otras no tienen respuesta mientras no se
cree o recree un poder nacional autónomo y soberano que decida hacer lo contrario
de lo que se viene haciendo.
Desde el punto de vista de la estrategia internacional tiene Suramérica que
proponer una distinta de la que se nos viene imponiendo. Vayamos al grano.
Antigua Estrategia
Descubierta América por Colón pasaron los españoles a conquistar y
colonizar Suramérica siguiendo una doble estrategia:
a)la estrategia andina de dominación que estaban utilizando los incas.
Los peninsulares se montaron sobre los grandes caminos que iban y venían del
Cuzco. No trazaron nuevas rutas sino que se apoyaron y utilizaron las creadas por
el Inca. Este es un dato no menor a tener en cuenta, pues el español no crea una
estrategia de dominio sino que se monta en una ya establecida como era la del Inca
para el control de las otras etnias.
b) la estrategia fluvial y marítima de dominación.
Utilizaron los grandes ríos Paraná, del Plata, Paraguay, Uruguay, Orinoco,
Amazonas y las costas atlánticas. Esta es la estrategia adoptada,
fundamentalmente, por portugueses y jesuitas en la colonización y conquista de los
grandes espacios boscosos y costeros.
Son estas dos antiguas estrategias las que sirven como antecedente primero a lo
que hoy denominamos Pacto Andino y Mercosur. Desde el punto de vista
historiográfico merecerían un estudio detenido, pues no es este el lugar para
hacerlo.
Estrategia Reciente
La histórica estrategia de América del Sur se manejó desde la época de la
Independencia a través de líneas de tensión. Líneas de tensión que buscaban tanto
para Brasil como para Argentina el uso directo de los dos océanos.
Lograr el carácter de bi-oceánicos, al estilo de los Estados Unidos, o su
impedimento, ha sido la meta de estas líneas de tensión.
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Así Brasil tiene dos líneas madres, una hacia Santiago y otra hacia Bogotá.
Argentina una hacia Lima y de allí a Caracas, con lo que interfiere las líneas
brasileras. Por su parte Chile con su línea madre a Quito y de allí a San José cruza
en su desarrollo las de Brasil y Argentina.
CARACAS
BOGOTA
QUITO
LIMA
BRASILIA
SANTIAGO
BS.AS
Uruguay y Paraguay no cuentan porque, desde siempre, medran entre las
desavenencias argentino-brasileñas. Es evidente que su actitud no es ni loable ni
moralmente aceptable, pero es sabido que la relación política no es entre buenos y
malos sino entre amigos vs. enemigos. Bolivia luego de la Guerra del Pacífico es
un estado enclaustrado que depende para su salida al mar de Argentina(vía
Bermejo) y Perú (puerto de Ilo). Es “un Estado imposible” en palabras de Juan
Bautista Alberdi, subsidiado por Argentina. Perú tiene un vínculo privilegiado con
Argentina desde el fondo de su historia pero su peso relativo en la región es muy
poco. Con Ecuador sucede, mutatis mutandi, lo mismo pero su vinculación es con
Chile. En cuanto a Colombia que sí es bi-oceánica, desde el asesinato de líder
popular Eliécier Gaitán en 1948, está partida en dos: los liberales y conservadores
por un lado, que han ejercido desde entonces el poder y las fuerzas populares
desplazadas absolutamente del mismo. Con la guerrilla marxista-Farc- más antigua
del continente, es un Estado-Nación que como Saturno se come a sus propios hijos.
Posee el récord de asesinatos políticos y de los otros. Esta carencia de seguridad así
como la existencia de una base territorial de la narcoguerrilla fuera del control del
Estado- el presidente Pastrana se retiró de ese espacio- vienen a justificar la teoría
de los Estados fracasados(failed states) que sostiene la Comisión Hart-Rudman de
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Seguridad nacional de USA para convalidar una intervención armada en la región.
Sigue Venezuela al que hicieron el más ajeno de los países suramericanos a
Suramérica tanto por su cuantiosa producción petrolera que lo enfeudó a los
Estados Unidos su máximo comprador como por su clase política- socialdemócrata
o socialcristiana-que respondió durante casi medio siglo más a los dictados de las
internacionales partidarias que a los requerimientos de su propio pueblo. Ha sido el
ejemplo más claro de totalitarismo partidocrático. Esta clase ignoró por completo
que “Venezuela, es como un engranaje, un engranaje geopolítico entre el Caribe
la Amazonia y los Andes y tiene una excepcional ventaja geopolítica. En la
fachada caribeña Venezuela, limita por el norte no como nos enseñaron a nosotros
cuando éramos niños con el Mar Caribe, no. Venezuela limita por el norte con
República Dominicana, Venezuela limita por el norte con Estados Unidos ahí está
el Estado libre asociado de Puerto Rico. Venezuela, limita por el norte con los
países bajos el Reino de los países bajos, Venezuela limita por el Caribe con
Francia, los llamados territorio de ultramar, lo cual nos da una configuración
geopolítica sumamente interesante además de todos estos países. Venezuela
pertenece a esa gran cuenca del Amazona, siete millones de kilómetros cuadrados
-me refiero a toda la Cuenca- con la que nos interconectamos no sólo con la selva,
sino con los grandes ríos. El Orinoco se une con el Amazona por ejemplo en una
gigantesca arterial vial, es como la arteria del Continente Suramericano, una de
las riquezas más grandes que tiene el planeta, en cuanto a recursos de vías,
biodiversidad y reservas para la vida humana” (Hugo Chávez, Visión estratégica
de Venezuela, conferencia en la Escuela Diplomática, Madrid, 16/5/02).
Paraguay y Uruguay medran entre Brasil y Argentina según convenga a sus
intereses. Como este planteo se inscribe, siguiendo a Schmitt y Freund, dentro del
realismo político, Chile no es tenido en cuenta en este análisis pues sucede
simplemente que desde siempre la república del Arauco se aisló, tratando de
desvincular sus destinos a los de Suramérica y no existe, a nuestros ojos, ninguna
razón por la que vaya a cambiar su histórica y secular posición.
Quedan finalmente los escándalos morales y políticos que ofenden los mínimos
sentimientos de dignidad como lo son la existencia de factorías europeas,
formalmente declaradas repúblicas independientes como son los casos de Surinambastardo Estado-nación creado por la civilizada Holanda. Guyana, dependencia
inglesa poblada por 800 mil parias traídos por Inglaterra desde todos los rincones
del mundo (hindúes, chinos, mongoles, africanos). Babel lingüística que hace
incomprensible los más elementales trueques y tratos cotidianos. Finalmente, la
colonia y presidio de Francia, Guayana, como último resabio de un colonialismo
europeo que no quiere morir.
Estas tres bazofias políticas, Surinam, Guyana y Guayana, no participaron ni
participarán jamás de la historia político-social de la América del Sur –se piensan
caribeñas- hasta tanto no dejen de ser una simple proyección europea para arrojar
allí el detritus que les molesta a holandeses, ingleses y franceses. Su participación
está condicionada a la opción por América, que aún no han realizado de motu
proprio.
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Segunda Parte
Nueva Estrategia
El nuevo planteo que nosotros proponemos es la denominada “teoría del rombo”(*)
que consiste en el reemplazo parcial de las viejas líneas de tensión estratégica
continental. Y busca una mayor encarnadura y realismo político, habida cuenta de
la opción ya hecha por el gobierno mejicano por el ALCA y la efectiva
subordinación de todos los gobiernos de América Central y el Caribe (salvo el
cubano) al poder norteamericano.
La exigencia de un realismo político descarnado, nos obliga a descartar por
universalista y abstracto el “latinoamericanismo” emotivo, cordialista y grato a
nuestros oídos, pero ineficaz a la hora de plantear una estrategia común para los
pueblos indoibéricos. Hablar hoy de Latinoamérica, además de ser un error
conceptual y una categoría espuria para determinarnos en lo que no-somos (lo crea
Francia, y lo adopta USA, el marxismo y la Iglesia), es un sin sentido geopolítico
porque es inviable y no plausible. Es un engaño porque es pensar sobre una
categoría sin arraigo, sin encarnadura, sin realidad. Es un universalismo más como
lo es el de “humanidad”, que no tiene manos ni pies al decir de Kierkegaard.
Esta exigencia de realidad a partir de la cual debemos plantear la Nueva
Estrategia Suramericana(NES) no es óbice para dejar de lado la participación los
otros pueblos americanos todos, pero claro está, ello se dará en mayor medida en
que esos mismos pueblos logren modificar la política de entrega y subordinación
de sus actuales gobiernos.
Sobre el antecedente más ilustre de la NES es dable mencionar el de Juan Perón
quien en una conferencia de carácter reservado en la Escuela Nacional de Guerra
durante noviembre de 1953 sostuvo: “tenemos que quebrar la estrategia del arco
que va de Río a Santiago y crear una nueva para América del Sur”. Y proponía a
renglón seguido la creación de un área de unión aduanera y libre comercio entre
Argentina, Brasil y Chile denominada ABC. Parece ser que no gustó a los
poderosos de entonces pues Getulio Vargas terminó en el suicidio(1954), Ibáñez
del Campo en el ostracismo interno y Perón, dos años después, en el exilio.
Para que una acción política sea eficaz deben converger tres elementos:
hombres, medios y acontecimientos. Los hombres los tenemos, son los pueblos
enteros hambreados de la región y los cientos de dirigentes desplazados del
ejercicio del poder por los profesionales de la política. Los medios también, claro
está, que son otros que los mass media, son las paredes de todas nuestras ciudades
y los muros de nuestras fábricas cerradas. Y los acontecimientos nos son propicios:
en Venezuela Hugo Chávez está en el ejercicio del poder luego de 40 años de
dictadura democrática de los socialdemócratas y socialcristianos. En Brasil el Foro
de Porto Alegre conmovió al one world de Davos y todos los intereses que ello
representa. En Perú, huyó Fuyimori a su Japón natal y están en plena efervescencia
político-social donde se vislumbran renovadas agrupaciones en el campo nacional
y popular. Y en Argentina, el fracaso de De la Rúa no puede haber sido mayor,
11
nos robaron la ilusión. Nuestro país está parado –20% de desocupación- y
quebrado, entró en défault. Ante la nada está todo por hacer y crear o, de lo
contrario, desaparecer.
La teoría del rombo con un eje Buenos Aires- Lima – Caracas- Brasilia
como constitutivo de la nueva estrategia suramericana es lo que proponemos en
este trabajo.
CARACAS
LIMA
BRASILIA
BS.AS
Ello permitiría la creación de un Gran Espacio con características de bioceánico, con salida tanto al Atlántico como al Pacífico. Con una masa poblacional
con peso específico y de carácter homogéneo –lengua y convicciones similares-.
Un gran espacio geoestratégico y geoeconómico con materias primas (minerales,
hidrocarburos, gas, granos y carnes, flora y fauna) de primera importancia. Así, por
ejemplo en minerales se encuentran el oro, cobre, cinc, manganeso, el 90% de las
reservas conocidas de niobio del mundo, el 96% de las reservas de titanio y
tungsteno, este último indispensable para la construcción de naves espaciales y
misiles atómicos.
Este Gran Espacio cuenta con la ventaja de no ser una creación ex nihilo,
dado que se realiza sobre el antecedente del Mercosur creación que tiene ya diez
años de vigencia efectiva (Tratado de Asunción 1991). A lo que se le suma la
experiencia del Pacto Andino.
El Hinterland suramericano
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Esta Isla Continental que es Suramérica tiene casi 18 millones de kilómetros
cuadrados con una población que sobrepasa los 300 millones de habitantes(ver
nota) cuya mayor parte vive en la franja costera que la bordea y donde se ubican
las ciudades más importantes a excepción de la reciente Brasilia.
“El Hinterland, afirmaba hace ya un cuarto de siglo el venezolano José
Curiel Rodriguez, es una gran área del planeta que comprende las cuencas de los
ríos Amazonas, Orinoco y del Plata. Es una vez y media la superficie continental
de los Estados Unidos.”(1)
Este enorme territorio encerrado en este rombo imperfecto que expresa
geométricamente nuestra teoría se encuentra prácticamente despoblado y genera
las ambiciones de dominio de las potencias hegemónicas a través de teorías tales
como la de “soberanía limitada” o acciones concretas como la compra de grandes
territorios por sociedades estatales extranjeras. Con justa razón ha observado el
politólogo Adolfo Koutoudjian que “Si comparamos con Asia o Africa, lo
llamativo de este sub-continente es el enorme vacío central. Es la gran asignatura
pendiente de la geopolítica suramericana. Seguimos siendo un continente poblado
en sus costas que aún está avanzando hacia su interior. Esta situación implica un
gran desafío geopolítico y económico para las posibilidades de realización y
desarrollo de las patrias suramericanas. “El Dorado” aún puede estar en el
interior continental”(2)
Entre los megadatos que nos ofrece este corazón suramericano es que
genera el 30% del total de agua dulce del mundo y recursos hidroeléctricos
incalculables. Encierra la tercera parte de las reservas mundiales de bosques
latifoliados.
Pero sobretodo es dable destacar la inteconexión fluvial de Suramérica que en el
siglo XVI utilizaran los conquistadores españoles y que luego de cinco siglos
permanece prácticamente en las mismas condiciones.
La vinculación hidrovial entre las tres cuencas: Orinoco, Amazona y del Plata
permite la navegación desde Buenos Aires hasta Caracas y de este a oeste se
presentan al menos tres conexiones interoceánicas.
Así el sistema Orinoco-Meta permite la interconexión bioceánica entre el Puerto
Buenaventura(Colombia) con Puerto Ordaz(Venezuela) con 1866 kms. de vía
fluvial y 779 de carretera.
El sistema Amazonas – Putumayo que une el puerto Belem do Pará(Brasil) con el
de San Lorenzo(Ecuador) con 4535n kms. de vía fluvial, 230 de carretera y 549 de
ferrocarril.
La alternativa Amazonas-Marañón que vincula los puertos de Belem do Pará con
el de Chiclayo en el Perú con 4.796 kms. de vía fluvial y 700 kms. de carretera.
Además tenemos la salida al Atlántico de Bolivia desde su capital, La Paz, a través
del Beni, Madeira, Amazonas. Sin olvidar la conexión con la red peruana a través
del istmo de Fitzcarrald (3 kms.).
En cuanto a la navegación norte-sur o viceversa, se realiza a través del sistema
Orinoco, Casiquiare, Negro, Amazonas, Madeira, Mamoré, Guaporé, Paraguay,
13
Paraná y del Plata. Es de destacar que la conexión Paraguay-Guaporé se realiza por
los ríos Alegre y Aguapey, atravesando la Laguna Rebeca y el riacho Barbados.
Todo esto fue bellamente relatado por los hermanos Georgescu en su libro de
viajes Los ríos de la integración suramericana(Caracas, 1984). Lo que permite
afirmar que el tráfico fluvial entre Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia,
Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, nueve de los diez países suramericanos, es
una realidad al alcance de la mano que con un mínimo esfuerzo de los Estados
involucrados se pondría en movimiento inmediatamente.
14
El transporte fluvial consume tres veces menos combustible que el
ferrocarril y siete veces menos que el automotor por tonelada y por kilómetro, al
par que reduce ostensiblemente la contaminación ambiental. Comparando los tres
tipos de transportes se realiza una economía de potencia de nueve y tres veces
respectivamente. Una barcaza fluvial carga 1200 toneladas, un tren 40 por vagón y
un camión sólo 30, lo que significa una clara economía de esfuerzos tanto en la
carga y descarga como en el número de viajes. Así, esta hidrored, barata y segura
permitirá la conformación de un espacio autocentrado en economía, ampliando el
Mercosur y el Pacto Andino, con lo que su recurrencia a los mercados exógenos
pierde el carácter de obligatorio como sucede hoy día, pues puede llegar al
autoabastecimiento sin dificultades mayúsculas.
El espacio autocentrado
El carácter de autocentrado de este gran espacio está garantizado tanto por
las producciones básicas como por la complementación tecnológica que, de hecho,
realizan los países involucrados en el mismo. Así Argentina se ha destacado desde
siempre en la producción de carnes y granos(la cosecha 2000-2001 llegó a la
friolera de 67 millones de toneladas) y en las últimas décadas en el
aprovechamiento nuclear de la energía(centrales atómicas, tecnología misilística).
Brasil en la tecnología armamentista, subacuática, en medicamentos e informática
así como en la producción de alimentos elaborados. Perú en industria pesquera.
Bolivia y su industria minera. Ecuador en la tecnología farmaceutica indiana en
medicina no-alopática. Venezuela con su capacidad petrolera y derivados.
Paraguay y su capacidad horticultora y florifrutícola.
La capacidad productiva y tecnológica complementaria de todos nuestros
países de la América del Sur le garantiza la autonomía y rompe la dependencia
respecto de los otros mercados mundiales. Y lo trágico, y lo risible, es que esta
capacidad está, que existe, o al menos existió. Y si bien fue desmantelada por los
poderes exógenos para un mayor y mejor dominio sobre nosotros, es de fácil
restauración. No hay que crear ex nihilo sino sólo reparar y recuperar.
El Rombo
El eje Lima-Caracas es fundamental para la estrategia particular del Brasil
pues pone coto a la injerencia internacional sobre la Amazonia. Intervención que se
ve venir bajo excusas como el Plan Colombia para combatir al narcoterrorismo por
parte de las tropas norteamericanas, tarea que Colombia no puede realizar sola. Es
sabido que también desde centros europeos de poder, sobretodo los estados
nórdicos, han propuesto considerar la Amazonia de soberanía limitada por parte
del Brasil, con el argumento de que proteger la flora y fauna del pulmón del
mundo. Sobre este punto es clara la ambición de los Estados Unidos quien a través
de sus dos últimos candidatos a presidente Bush y Al Gore dijo por boca del
primero: Propongo que los países que tienen deuda con los Estados Unidos
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cambien esas deudas por sus florestas tropicales, lo que fue completado por el
segundo: Al contrario de lo que los brasileños piensan, la Amazonia no es de ellos
sino de todos nosotros.
Cabe hacer notar acá que esta línea de tensión cuenta con un antecedente
ilustre: el de San Martín, quien persiguiendo por el gran río a los españoles libertó
la región de Maymas (Amazonia peruana). El historiador peruano Víctor Andrés
Belaúnde nos recuerda al respecto: “Nos dice un documento español de la época
que San Martín al liberar Maymas se propuso comunicarse con Europa a través
del Amazonas. Este ideal del padre de la Patria y de su gran ministro Unanue,
tenía que marcar el rumbo a la política peruana.”(3). Vemos como el General San
Matrín adopta durante su gobierno en el Perú una estrategia fluvial. ¿ Se deberá
eso, al hecho de ser oriundo de la mesopotamia argentina, ese complejo formado
por los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay y colonizado por los jesuitas?.
En cuanto al eje Caracas-Brasilia le permitiría a Hugo Chávez consolidarse
en el poder, porque contrapesaría la marcada influencia cubana en su gobierno, que
por reacción en contrario genera naturalmente golpistas, alentados y financiados
por los centros de poder mundial que ven en esta influencia peligrar sus intereses
más inmediatos.
Tanto Brasil como Argentina están obligados a un doble esfuerzo de persuasión y
de aspiración con respecto a Venezuela y Perú. De persuasión respecto de la
adopción de esta estrategia del Rombo en cuanto a los beneficios que redundaría y
de aspiración como el mecanismo natural de movimiento político de toda la región.
Finalmente cabe recordar que el eje Brasilia-Buenos Aires fue descripto por
el pensador peruano Francisco García Calderón hace ya casi un siglo, cuando
sostuvo proféticamente: “El ochenta por ciento del comercio sudamericano
corresponde al Brasil y la Argentina reunidos. Situados frente al Atlántico, el
océano civilizador, son para el Nuevo Mundo los canales necesarios de la cultura
occidental”(4)
La consolidación de este eje es de vital importancia en la construcción de
un gran espacio suramericano de lo contrario perderemos definitivamente la
posibilidad de ser y existir en forma libre y soberana en el mundo. Ello lo afirma
categóricamente el pensador brasileño Helio Jaguaribe en un reciente reportaje: “
Si no logramos la consolidación del Mercosur y si no logramos constituir un área
de libre comercio en Suramérica mediante un pacto apropiado entre nosotros y el
Pacto Andino, estamos condenados a ser absorbidos por alguien en el 2005. En el
momento que se constituye ALCA perdemos soberanía, pasamos a ser
dependientes de fuerzas externas a la nuestra”(5). En este sentido es atingente
pensar que así como USA pretende impedir la Unión Europea alargando la OTAN
hacia el Este, en una incorporación permanente de naciones que hagan finalmente
imposible dicha Unión, de la misma manera pretende alargar el Mercado de Libre
Comercio hasta la Antártida, absorbiendo así a toda la América
sudcentroamericana.
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Conclusión
A la potencia mundial talasocrática- aquel imperio cuyo poder radica en el
dominio de los mares- que busca absorber nuestra región al ALCA – Tratado de
libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego- enunciado por G.Busch ante el
parlamento de Estados Unidos en 1991 y enmarcado en el proyecto de one worldesta Nueva Estrategia Suramericana(NES) propone la creación de un “puente con
la Unión Europea ” y en particular con las naciones que nos son afines tanto por
lazos culturales – España, Portugal, Italia, Francia- cuanto por las inmensas
inversiones que realizaron en nuestra región. Inversiones que los atan firmemente a
los destinos de Suramérica, aunque más no sea en defensa de sus intereses
empresariales.
La estrategia de la región no debe agotarse en este “puente con Europa”
sino que debe proyectarse hacia la Antártida para poder discutir con poder en el
siglo XXI sobre ese continente internacionalizado por el Tratado Antártico.
Esta estrategia debe continuarse hacia las naciones del África atlántica –
Camerún, Guinea Ecuatorial, Angola y su proyección a Mozambique, con las que
compartimos similares cosmovisiones. Ello permitiría hacer del Atlántico Sur una
especie de Mare Nostrum , como observara sagazmente el ilustre pensador
portugués Antonio Sardina (1887-1925), al modo como lo fue el Mediterráneo para
los europeos meridionales en la antigüedad.
Sobretodo se debe trabajar sobre el Atlántico, habida cuenta que como muy
bien afirma el General Heriberto Auel “en el siglo XXI el Pacífico será el océano
político, así China, el antiguo Imperio del Centro que tradicionalmente no ha
salido de sus fronteras, navega hoy con una Fuerza de Tareas las costas
americanas del Pacífico”(6), de modo tal que la ocasión nos es propicia para fijar
una estrategia sobre el Atlántico, que ha perdido interés para la potencia
talasocrática mundial. Aun con marcadas diferencias respecto de nuestra propuesta,
también el General brasileño Carlos de Meira Mattos, destacado especialista en
temas geopolíticos también propone una estrategia Atlántica.
Plantear esta NES desde el movimiento obrero organizado argentino,
disidente con el orden neoliberal de aplicación en la hora actual y su modelo
político económico de exclusión de las grandes mayorías nacionales y populares en
la participación de las decisiones que afectan los destinos de nuestros pueblos, es
un signo más del cambio epocal a que estamos asistiendo.
Así como nuestros políticos han perdido toda credibilidad y prestigio
debido a que las oligarquías partidarias usufructúan del poder para beneficio
propio. Los candidatos son siempre los mismos y no tan solo los padres sino los
hijos, nietos, sobrinos y parientes. De la misma manera nuestras cancillerías no
están en condiciones de fijar ninguna política exterior habida cuenta que a partir de
la tesis del “no-conflicto” del canciller de Alfonsín y de “la de las relaciones
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carnales con USA” del canciller de Menem, nuestro país quedó sometido “ a ser el
de abajo” en las relaciones internacionales.
Ante estas dos gravísimas abdicaciones proponemos esta Nueva Estrategia
Suramericana.
Notas:
A.- La CGT disidente, el Centro de Estudios Peruanos, sindicalistas del
Frente Bolivariano de Trabajadores de Venezuela y de la CGTB de Brasil reunidos
en Buenos Aires en la sede del sindicato de mecánicos los días 29 y 30 de marzo
de 2001 a propósito del Primer Encuentro del Pensamiento Estratégico de la Patria
Grande sostienen y proponen esta teoría como una alternativa concreta al modelo
neoliberal en el plano de la política internacional suramericana. Siendo conscientes
que la gran cuestión es, como sostiene el filósofo peruano Alberto Wagner de
Reyna: “¿Puede el espíritu contrapesar el mercado?. Sabemos, al menos, que hay
acciones y rentas morales que no juegan en la Bolsa. Es menester demostrar que
los pueblos son valores superiores a los “valores” cotizados en Bolsa. Los pueblos
llegan a su felicidad por la afirmación de sus propios valores.(7)”
B.- La población estimada de Suramérica a mediados de 2001 se distribuye
aproximadamente así:
Brasil:
Colombia:
Argentina:
Perú:
Venezuela:
Chile:
Ecuador:
Bolivia:
Paraguay:
Uruguay:
175 millones
40
36
26,5
24
14
12
8
7
3,5
Total
346 millones
En cuanto a la distorsión geográfica de los mapas mundiales en uso es
dable señalar que el científico alemán Arno Peters ha sido recientemente el
primero en denunciar la falsedad del mapa mundi desarrollado por el cartógrafo
Mercator (Gerhard Kremer) en 1569 y que desde entonces ha sido de uso
universal. Así puede verse el paradigma eurocentrista de Mercator en el siguiente
mapa en donde Suramérica con 17,8 mill.de km2, aparece más pequeña que
Europa con tan solo 9,7mill.de km2.
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Europa
Sudamerika
Arno Peters – Cartografía - año 1998
1.-Curiel Rodriguez, José: Pensando en Venezuela, Ed.Cultural Venezolana, Caracas,
1978, p.23
2.-Koutoudjian, Adolfo: Geopolítica sudamerinaca,en revista “Octubre Sudamericano”,
Bs.As. N° 0, dic.2000.3.-Belaúnde, Víctor A.: Peruanidad, Lima, 1983, p.354.-
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4.- García Calderón: Francisco: La creación de un continente, Biblioteca de Ayacucho,
Caracas, 1978, p. 305.5.- Jaguaribe, Helio: Reportaje en revista “Línea”, Buenos Aires, octubre 2000.
6.- Auel, Heriberto: El océano político, Academia argentina de asuntos Internacionales,
Buenos Aires, 2001, p.8.7.- Wagner de Reyna, Alberto: Crisis de la aldea global, Ed.del Copista, Córdoba(Arg.),
2000.
(*)Ha sido el sindicalista Horacio Ghilini quien bautizó esta teoría y quien colaboró junto
a sus colegas Julio Piumato y Juan Carlos Schmid en la elaboración de varios de los temas
de este trabajo.
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