Subido por Selvin Najera

filosofos centroamericanos

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FILOSOFOS CENTROAMERICANOS
1. José Cecilio del Valle:
(1776-1834)
Nacido en una de las principales familias de la península. En
Choluteca, Honduras el 22 de noviembre de 1776.
En Centro América era la época del oscurantismo, por lo cual no
había un gran número de escuelas apenas estaba el Colegio
Tridentino de Comayagua donde curso sus estudios superiores.
Los padres de Cecilio del Valle queriendo educar a su hijo de la
mejor manera y dando se cuenta que en honduras no era posible
deciden su traslado a Guatemala en 1789. En ese tiempo
Guatemala recibía el beneficio de nuevas influencias de ámbito
político, social y aun más impórtate filosóficas. Que dieron la
pauta al cambio a las ideas y la forma de ver de los hombres y de
la vida y los pensamientos del hombre.
Su formación académica en Guatemala:
Estudió Filosofía, Derecho Civil y Canónico en la Universidad
de San Carlos, en donde optó el Título de Abogado. Continuó sus estudios sobre Idiomas,
Filosofía, Derecho, Economía, Ciencias Naturales, Políticas, Finanzas, Historia, Geografía,
Matemáticas. Sin embargo, los conocimientos adquiridos no estaban exentos de la
influencia desconcertante la de la Escolástica y la reverencial sumisión a la colonia.
En el año de 1820 era el alcalde de la ciudad capital, también en ese mismo año fue
fundado el periódico El amigo de la Patria, donde destaco como ensayista. Cuando América
Central logró la independencia del dominio español en 1821, Valle ayudó a que la región
pasara a formar parte de una confederación con el recién creado Imperio mexicano de
Agustín de Iturbide. Y el 15 de Septiembre de 1821 redactó el acta de independencia. Valle
representó a la provincia de Tegucigalpa en el Congreso mexicano 1822, también se
convirtió en secretario de Asuntos Exteriores en el gobierno de Iturbide.
2. Francisco Morazán Quesada
(1792-1842)
Nació en Tegucigalpa, Honduras el 3 de Octubre de 1792,
hijo del criollo don Eusebio Morazán y la centroamericana
doña Guadalupe Quezada. Por su gran inteligencia se le hizo
más fácil la asimilación de los estudios que sus maestros
privados le brindaban así continuo hasta su vida adulta. Cabe
resaltar que el señor Francisco Morazán Quesada logro una
amplia educación y se distinguió como secretario general del
gobierno
de
don
Dionisio
de
Herrera.
Se unió a la inútil lucha por evitar la unión de honduras con
México en 1821. En Comayagua pelio con un escaso número
de soldados, contra el ejercito de justo milla y fue derrotado
por la evidente escases de soldados entonces tuvo que
escapar a Choluteca. Sin embargo Morazán recibió ayuda de
Nicaragua y organizó un ejército formado por hondureños y nicaragüenses. En la trinidad
pelio contra justo milla, donde venció de una manera contundente lo que le dio un gran
reconocimiento como militar. Con ese ejército se traslado y se proclamo jefe de Estado. En
el año 1830 fue electo Presidente de Centro América y trasladó la capital de las mismas a
San Salvador.
Francisco Morazán ganó el voto popular de la elección presidencial de 1830, en contra del
retador moderado José del Valle.
En febrero 1837 se produjeron en Centro América una serie de acontecimientos dramáticos,
los cuales encendieron una revolución la cual culminó con el fin de la Federación.
El 13 de julio de 1839 el general fue elegido jefe de Estado de El Salvador. Cuando Rafael
Carrera y los conservadores de Guatemala se dieron cuenta del nuevo papel que
desempeñaba, decidieron declararle la guerra a El Salvador. El general se había convertido
en la personificación misma de la Federación, él era el cuerpo y alma de la Constitución de
1824, eliminarlo significaba terminar con cualquier idea o esperanza que había quedado de
la Federación.
3. Salomón Carrillo Ramírez
Nació en Costa Rica. Las democracias de latino-América no
han creado sistemas nuevos de filosofía, no han contribuido
como Emerson y William James, a bosquejar bajo una forma
nueva los viejos problemas. La política y la historia han sido
la ocupación predilecta de las grandes inteligencias. A la pura
especulación filosófica, se ha preferido el estudio lento del
pasado, y el análisis apasionado de las luchas intestinas bajo
un criterio partidarista.
Después de Bello, el más renombrado de los filósofos
sudamericanos es Eugenio María de Hostos, nacido en 1839.
No es solamente un expositor de teorías extranjeras; él tiene
su sistema que ha desenvuelto en dos renombrados libros. Es un moralista elevado más que
un metafísico, y ya sea en Santo Domingo, en Lima o en Santiago de Chile, se esfuerza
siempre por reformar la educación y las leyes. Los problemas morales y sociales le
inquietan, quiere fundar una moral y una sociología. Se puede decir de su filosofía que es
un racionalismo optimista. Hostos cree en un mundo ideal. La ciencia puede ser un agente
eficaz de virtud. No cree que se puedan disciplinar las voluntades; pero sí enseñar lo que es
verdadero. El bien no es una entidad metafísica, ni el deber un imperativo: todo constituye
«un orden natural». Una profunda armonía existe entre el mundo y el hombre; y el mundo y
la ley moral no es más que la revelación en la conciencia de la geometría de las cosas. Para
Hostos el mundo es justo, lógico, cargado de razón, una ley interior: LEX INSITA, se
manifiesta en las armonías siderales y en las acciones virtuosas. El ideal no es más que la
adaptación de la conducta a las relaciones fatales y armoniosas de las cosas. Este
optimismo no es un llamamiento a la moral de Spencer, la ética rigurosa de Espinosa o el
pensamiento de Cournot; la base filosófica de la moral es la idea de conformidad con el
orden universal: los fundadores de la república han sido formados por el escolasticismo.
4. José Froilán de Jesús Turcios
(1875-1943)
Turcios es considerado uno de los intelectuales hondureños
más importantes de principios del siglo XX. Nació en
Juticalpa, Olancho, Honduras, el 7 de Julio de 1874 y murió
en San José de Costa Rica el 19 de noviembre de 1943.
Turcios un político, periodista y escritor destacado;
comienza sus primeros estudios en la escuela de la maestra
María de Jesús Mejía y los finaliza en el establecimiento
dirigido por el educador cubano Francisco de Paula Flores,
cabe resaltar que Turcios desde niño fue muy estudioso. A la
corta edad de 9 años le entusiasmo la lectura y en la
biblioteca de su padre tuvo una gran fuente de conocimientos
y al agotarla presto a sus familiares y amigos más libros.
Él cuenta esta anécdota: “un domingo iba distraído por una
calle, y al pasar frente a los balcones de la casa del
licenciado Pedro Rivera Bustillo me detuve, mirando, en el
fondo de un cuarto, un armario-escritorio de cristales repleto
de libros empastados. ¡Qué sorpresa! ¿Pero cómo pudo escaparse a mis búsquedas
incesantes aquel magnífico tesoro? Mi corazón latió fuertemente”. No soportando mas la
tentación, Froilán entró a la casa y le solicitó algunos libros a su propietario, quién
conociéndolo a él y a su familia, no vaciló en prestárselos. En 1885 Turcios inicia los
estudios secundarios en distintos establecimientos de Tegucigalpa. Cuando la fortuna
familiar era muy poca con el objetivo de continuar con su aprendizaje, busca un empleo.
5. Roberto Castillo
(1950-2008)
Biografía:
Roberto Castillo nació en Honduras en el año 1950 - Falleció 2 de enero de
2008, filósofo, narrador y escritor hondureño. Nació en El Salvador ya que
sus padres eran comerciantes que viajaban entre Honduras y El Salvador.
Preparación académica:
Estudió filosofía en la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa
Rica. Formó parte del consejo de redacción de las revistas Alcaraván e
Imaginaria. Fue miembro fundador de la Editorial Guaymuras, Profesor de
filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras durante 25
años.
Algunas de frases y escritos:
Escribió más de 17 obras inéditas, entre cuentos y novelas: Subida al cielo
y otros cuentos (1980), El Corneta (1981), "Anita la cazadora de insectos",
cuento, ensayo y guion cinematográfico llevado al cine en Honduras en el año 2002,
Figuras de agradable demencia (1985), Filosofía y pensamiento hondureño, en 1992,
Traficante de ángeles (1996), La guerra mortal de los sentidos, en el 2002, La tinta del
olvido. Muerte: Roberto Castillo falleció el 2 de enero del 2008 a causa de una enfermedad
cerebral.
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