. Tu viaje de . sanación .. espiritual CONTENIDO SANACIÓN FÍSICA 2 Los cinco pasos de Myrtle para la curación 8 Un viaje sin preocupaciones 9 Oraciones de curación de Silent Unity 11 Dios te está sanando ahora 14 Joyas de sanación de los archivos de Unity SANACIÓN EMOCIONAL 16 Cuando el duelo sana 20 Toma un descanso de oración 21 Cómo cultivar la serenidad 24 El poder de Dios está dentro de nosotros 25 Sanación para el sanador SANACIÓN ESPIRITUAL 28 Lo que reveló la página 30 Más que sanación: plenitud 33 El poder de sanar 34 El amor es un poder sanador 36 Gozo eterno UN MENSAJE DE APOYO Nuestro ministerio es sostenido principalmente por ofrendas de personas como tú. Tu generosidad hace posible que podamos ofrecer este folleto edificante. Nuestro deseo es que la literatura de Unity esté disponible para todo el que la desee, especialmente aquellos que más necesitan aliento espiritual. ¡Bendiciones! El viaje de nuestra vida se trata de sanar física, emocional y espiritualmente. Como “seres espirituales teniendo una experiencia humana”, estamos aquí para descubrir la verdad gloriosa de quiénes somos. Paso a paso, realizamos nuestra plenitud. Vemos que no nos falta nada y que no hay nada que temer. Este folleto ha sido creado para guiarte y apoyarte en tu viaje de sanación. Está lleno de relatos, conocimiento, historias personales y recursos alentadores. Que sus mensajes de sanación te inspiren y te ofrezcan apoyo según avivas tu plenitud. Nuestro Maestro y Señalador del camino nos dijo: “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Enviándote amor en tu viaje de sanación, Tus amigos en Unity 2 Los cinco pasos de Myrtle para la curación por la reverenda Ellen Debenport Myrtle Fillmore tenía 40 años cuando los médicos le dijeron que le quedaban seis meses de vida. Con los nuevos conocimientos que había recibido acerca del poder del pensamiento, y porque había creído en el poder de la oración durante toda su vida, Myrtle comenzó a sanarse a sí misma con la meditación diaria. Le tomó dos años. Lo que ella aprendió acerca de los principios espirituales y el poder de la mente sobre el cuerpo se convirtieron en la base del movimiento espiritual de Unity que ella y su esposo Charles fundaron en 1889. Charles luego utilizó esos mismos métodos para sanar una pierna debilitada, la cual le había causado dolor desde la niñez. De hecho, pudo regenerar hueso, alargando su pierna tres pulgadas. Hoy en día, por supuesto, podemos citar innumerables estudios acerca del poder de la mente sobre el cuerpo. Se han escrito decenas de libros, y hay maestros espirituales que han logrado una carrera con el uso de métodos alternativos de sanación. Lo que parecía un milagro hace más de un siglo era, tal y como lo enseñaron los Fillmore, una práctica que otras personas podían seguir. Pero, ¿cómo? ¿Qué fue lo que hicieron exactamente para sanarse a sí mismos? Y, ¿funcionará esto todavía hoy en día? Afortunadamente, los Fillmore escribieron abundantemente acerca de sus métodos. En una de sus cartas, Myrtle describió 3 el proceso de sanación de manera que puede dividirse en cinco pasos (Cartas sanadoras, Capítulo 9, “No hay enfermedad incurable”). 1. Conoce la Verdad acerca de ti mismo. Eres un ser humano hecho a la imagen y semejanza de Dios. Tu esencia es divina. Myrtle aconsejó: “Aceptemos la perfección dada por Dios”. ¿Puedes hacer esto? La mayoría de nosotros podríamos nombrar de inmediato decenas de cosas equivocadas acerca de nuestros cuerpos y de nuestra salud. Ella no quiso decir que cualquier cosa que se presente ahora mismo es necesariamente perfecta. Ella se refirió a que el ser definitivo que eres, el Espíritu que eres, nunca está enfermo. Quizás no hayas tratado bien a tu cuerpo en el pasado. Puede que te hayan dado diagnósticos equivocados o que hayas sufrido errores médicos. ¿Podrías dejar ir todo eso y comenzar a pensar de una nueva manera acerca de tu salud, justo donde estás? ¿Podrías ignorar los anuncios acerca del medicamento más reciente o la nueva crema antiarrugas, los cuales sugieren que nos enfermaremos y nos pondremos viejos sin poder evitarlo? Mantén tu atención fija en el Creador y en el patrón interior de perfección, dijo Myrtle. Sigue trayendo tus pensamientos de vuelta a la verdad máxima. Conoce que Dios es más grande que cualquier enfermedad o herida. 2. Observa tus pensamientos y acciones ¿Te estás estancando en el miedo y en la preocupación? Limpia tus pensamientos de la misma manera en la que limpias tu cuerpo. Vuelve al Paso 1 y sigue ajustando tu mente a la verdad 4 más grande. Sigue recordando al divino poder de la salud que fluye a través de ti. Observa también los recuerdos, dijo Myrtle, para ver si cargas cualquier cosa del pasado que te afecte en el presente. Cuando era niña, a Myrtle le habían dicho que ella era enfermiza como su padre y que probablemente moriría siendo joven. Ella lo creyó y estuvo enferma hasta que se dio cuenta: “Soy una hija amada de Dios, y no heredo enfermedad”. Myrtle nunca aseguró que se puede sanar solamente con el pensamiento. También enfatizó que hay que consumir alimentos saludables, hacer ejercicio y cuidar de tu cuerpo. Pero sobre todo, dijo que la salud es un reflejo de la conciencia. Lissa Rankin, una doctora que escribió el libro Mind Over Medicine (La mente por encima de la medicina, Hay House, 2013) dice que ella solía preguntarle a sus pacientes qué era lo que necesitaban sus cuerpos para poder sanar. Los pacientes se asombraban de lo que, en el fondo, sabían: “Debo divorciarme de mi pareja”, brotaba de sus labios. “Debo renunciar a mi trabajo”, admitían algunos. “Finalmente, ha llegado el momento de revelarle a mis padres mi homosexualidad”. Tu cuerpo pudiese estar expresando la necesidad de tomar acción más allá de ir al gimnasio y practicar cuidado propio de manera radical. 3. Usa tu poder creativo Myrtle escribió: “Regocíjate y recuerda que tienes el poder de Dios para cambiar las condiciones”. Una y otra vez, ella habló de mantener la atención enfocada en 5 la conciencia divina. Recuerda que el mismo poder que moraba en Jesús mora en ti. Hay estudios científicos que han demostrado en repetidas ocasiones que es más probable que las expectativas positivas nos hagan sentirnos bien (placebos), mientras que los miedos y el enfocarnos en la enfermedad nos puede enfermar sin razón (nocebo). Si estás enfermo, esto no es una ilusión; es tu experiencia en este momento. Busca tratamiento según te sientas guiado, pero también mira más allá de la apariencia de enfermedad. Nunca olvides que eres un ser espiritual que está teniendo una experiencia humana. Tu alma anhela expresarse a través de ti. Es un capullo cerrado que quiere florecer; una luz que espera brillar. 4. La salud es tu estado natural Fuiste creado pleno, perfecto y completo; así lo dijo Myrtle. Tu cuerpo regresa a su equilibrio de manera natural. Aquí es que Myrtle quizás reciba algún alegato de parte de los lectores del siglo XXI (21). Ella escribió: “Sabemos muy bien que Dios no crearía a una persona con imperfecciones o defectos o enfermedad”. ¿En serio? ¿Podríamos mirar alrededor y no ver gente así? Tal parece que Myrtle creía que la enfermedad era el resultado del libre albedrío fuera de control. Si estabas enfermo, había algo erróneo en tu conciencia. Pero quizás, el que haya algo “erróneo” es simplemente la etiqueta que le ponemos a las cosas que son diferentes. Uno de mis estudiantes pasó una semana enseñando ciencias a niños con necesidades especiales, y dijo que ella no veía nada “erróneo” en ellos. 6 Más tarde, escribió: “A medida que miraba en los ojos de una niña pequeña con perlesía cerebral que estaba en su silla de ruedas, sin poder hablar o controlar el uso de sus brazos y manos (pero quien tenía los ojos y la sonrisa de un ángel), en verdad me preguntaba qué es la “enfermedad” exactamente. ¿Está ella enferma? ¿Lo está el niño adorable de 3 años con síndrome de Down, que quería abrazarme cada segundo, o la pequeña niña sorda quien se iluminó como un árbol de Navidad cuando decíamos la palabra “rana” juntas, mientras le mostraba a la clase una rana viva que había traído? ¿Cuál de todos ellos necesita ser sanado o “arreglado”? ¿Cuál de ellos no es un ser pleno?” En algunos casos, puede que lo que hemos declarado como una necesidad de sanación simplemente necesite ser aceptado como un estado natural del individuo. Quizás Myrtle tiene razón al decir que Dios no crea imperfecciones. 5. Darse cuenta de la Unidad El quinto paso de Myrtle es el único destino posible. Si sabes que eres verdaderamente una expresión de lo divino, si mantienes tus pensamientos enfocados en el poder de lo infinito dentro de ti, y si recuerdas que la salud es tu estado natural, entonces, ¿qué otra cosa puedes ser sino uno con Todo Lo Que Es? Mientras más practiques este estado despierto, dijo Myrtle, más poderosamente vivirá en ti. Se convierte en parte de tu autoimagen y tu expectativa de vida. Te sientes en casa dentro del gran todo y el bien absoluto. Dios en forma de amor y salud reina como lo supremo en ti, dijo Myrtle. Es quien eres y lo que eres. 7 Un viaje sin preocupaciones “Las palabras ‘Yo sé que’ o ‘Doy las gracias por’ son más bien como las ruedas de apoyo de la primera bicicleta de un niño. Nos mantienen estables. Así que, si tienes alguna dificultad de salud, en vez de suplicarle a Dios diciendo “Dios, por favor, sáname”, di: ‘Yo sé que Dios me está sana ahora’ y ‘Doy gracias porque Dios me está sanando ahora’”. —Hypatia Hasbrouck, Manual de oración positiva 8 Oraciones de curación de Silent Unity Le entrego mis pensamientos al poder radiante de amor y luz que fluye desde mi interior. Esta fuerza restaura y renueva cada célula con poder divino. Veo esta luz brillando desde el centro de mi ser —soy revitalizado y renovado. n La luz perfecta de Dios fluye a través de todo mi cuerpo ahora mismo haciendo una obra poderosa —sanando, energizando y fortaleciendo cada célula. La sabiduría de Dios está presente y trabajando a través de cada profesional de la medicina mientras apoyan mi jornada de sanación. Doy gracias porque la vida sanadora de Dios fluye en mí ahora, restaurándome a la plenitud y la vitalidad. n El Espíritu de Dios mora en mí y estoy lleno de una energía que renueva mi vida. Dejo ir cualquier pensamiento abrumador y me aferro a mi fe ante cualquier dificultad. n Le doy atención a las ideas que afirman vida y un entendimiento verdadero de quién soy. Soy uno con Dios y la salud es la expresión natural del poder de Dios en mí. Tengo plenitud y vida vibrantes. n 9 La energía sanadora de Dios llena mi mente. El amor sanador de Dios fluye a través de mí ahora. Siento tranquilidad, soy libre en mente y espíritu. Si surgen en mí pensamientos o sentimientos perturbadores, han llegado para ser sanados. Doy las gracias por este despertar y porque el amor divino me sana en todo sentido. Mis emociones están calmadas, mi mente y mi cuerpo están revitalizados, fortalecidos y renovados. n Las corrientes del amor sanador de Dios fluyen a través de mí ahora. Mi cuerpo y mente son renovados y restaurados. Tengo plenitud, bienestar y libertad. n Sé que los doctores y el personal médico que me cuidan son divinamente guiados y dirigidos en sus pensamientos, palabras y acciones. La presencia todopoderosa del amor divino se expresa a través de cada uno de ellos y siento seguridad y protección. n El amor de Dios fluye a través de mí, calmando mis emociones, liberando mi mente y trayendo plenitud a cada parte de mi ser —en cuerpo, mente y espíritu. Estoy en paz, y estoy abierto y receptivo al bien que se revela ante mí. 10 Dios te está sanando ahora Un clásico de Unity de Mary Kupferle ¡Dios te está sanando ahora! Eso está ocurriendo en este mismo momento, lo sepas o no. No necesitas tener alguna experiencia mística. No necesitas experimentar alguna sensación física fuera de lo común. Ni siquiera necesitas saber cómo está ocurriendo. Solamente necesitas soltar, dejar ir y confiar en que está ocurriendo. Si estás enfrentando una dificultad de salud de cualquier tipo, puedes estar seguro de que el poder sanador de Dios te apoyará. En verdad, está ocurriendo en este momento. ¡Dios te está sanando ahora! Ya sea que estés en tu hogar, el hospital, la oficina, el autobús, un avión o un automóvil, el gran amor de Dios está allí, sanándote ahora. Aunque tengas poco o mucho entendimiento espiritual, aunque seas viejo o joven en años físicos, aunque tengas poca o mucha fe, puedes afirmar estas palabras: “Dios me está sanando ahora”. Éstas pueden llevarte al entendimiento que te guiará a la sanación total, al renacimiento total, y al cambio total de tu experiencia de vida para bien. Puede que el cambio llegue al instante. Si te están evaluando médicamente, o estás bajo el cuidado de un doctor, puedes saber silenciosamente: “Dios me sana ahora”. Dios puede y sí trabaja a través de cualquier persona o cosa de maneras infinitas y variadas, y Su intención es ayudar y sanar a Sus hijos. No necesitas cuestionar o razonar o buscar esas maneras. [Dios] las hará surgir para ti, en el momento y el tiempo adecuados porque [Dios] ya está trabajando en cada detalle de tu vida; trayendo curación en cada aspecto. 11 Si tu corazón está abatido por asuntos tuyos o de un ser querido, ten presente que Dios te está sanando ahora, que Dios está sanando a tu ser querido ahora. Decreta y afirma esto consistentemente y con fe, y estarás en actitud receptiva, preparándote para recibir. Si estás mortificado con dudas y miedos, si los pensamientos negativos llenan tu mente, usa las palabras: “Dios me sana ahora” como un timón que mantiene tu mente en la Presencia y el Poder. Recuerda, la verdad es que Dios se está sanando ahora. Si necesitas hablar estas palabras durante horas, o días, o semanas, o quizás durante más tiempo para poder dejar ir los hábitos de pensamiento negativos y limitantes, valdrá la pena hacer cada esfuerzo para obtener resultados. Todo el camino será un camino de sanación. Puede que tengas que estirar/ extender los músculos de tu fe más de lo que pensabas que podías, pero a medida que lo haces, sabiendo que Dios te está sanando ahora, te estarás ubicando en posición de recibir las bendiciones más grandes de tu vida. Si te desanimas pensando que la sanación nunca llegará, si ves pequeñas señales de progreso, reconoce quietamente que el poder continuo de Dios está trabajando más allá de tu capacidad de juzgar. No lo razones ni lo compares, o trates de descifrarlo todo. En vez de ello, confía deliberadamente en que, en todo momento y en cada detalle, Dios está ahí, guiándote, ayudándote, apoyándote en el camino hacia la sanación total. El repetir estas palabras continuamente, “Dios me sana ahora”, es colmar la mente y el corazón y el cuerpo-templo, sus células y átomos, tan llenos de este reconocimiento que ya no hay espacio para el miedo o la duda. Insistir más en repetir las palabras “Dios me sana ahora” es estar tan saturado con esta verdad que comienza a inundar tu cuerpo y mente y llena la atmósfera a tu alrededor. El mismo aire que respiras, tu 12 ambiente, comenzará a vibrar con el poder del pensamiento “Dios me sana ahora”. La sanación permeará en el aire. La sanación se liberará en cada célula de tu cuerpo, en cada condición de tu vida, y en las vidas de los que están a tu alrededor... He visto la sanación de todo tipo de condiciones. He visto muchas maneras en las que llegan estas curaciones, para cada sanación en mi propia vida o en la vida de los demás. Las maneras en las que se contestan las oraciones son tan infinitas como infinito es Dios. Las curaciones han ocurrido en todo tipo de ambiente, a través de la oración silenciosa o audible, a través de decretos fuertes o suaves, a veces durante los servicios en la iglesia y otras veces en los hospitales, sin importar la afiliación religiosa o la falta de esta, o la manera en la que se haga la oración. Los caminos de Dios y Su poder sanador trascienden el concepto del ser humano. No hay límite para el poder sanador de Dios o para alcanzar el toque sanador y la presencia de Jesucristo. No importa lo que diga cualquier persona o las imposibilidades de sanar, todas las cosas son posibles para Dios. Reconocer con alabanza y acción de gracias que “Dios me está sanando ahora” es permitir que la sanación comience a fluir. Ahora es el tiempo de creerlo para ti mismo. ¡Dios te está sanando ahora! 13 Joyas de sanación de los archivos de Unity “La sanación verdadera tiene tres aspectos: espiritual, mental y físico. Una persona no puede estar completamente plena si una de estas tres partes está enferma, pues todas están intrínsecamente conectadas”. —La guía de Unity para la curación, por Connie Fillmore “Las maneras empleadas pueden ser muchas y variadas, pero la razón para sanar es una: la plenitud intachable del universo. ¡Puedes ser sanado porque eres pleno!” —En el fluir, por Eric Butterworth “Me dirigí a todos los centros de vida en mi cuerpo y les hablé palabras de Verdad, fuerza y poder. Les pedí perdón por la actitud insensata e ignorante que había asumido en el pasado... Debemos disciplinar nuestro pensamiento continuamente y alinearlo con la verdad. Los pensamientos son formativos, son como semillas que producen según su tipo”. —Cómo dejar que Dios te ayude, por Myrtle Fillmore. “Necesitamos ver que nuestra misión es irradiar sanación en el mundo. La consciencia amorosa y sanadora nos ayuda alentar y a sanar a todos aquellos con quienes entramos en contacto”. —Las enseñanzas basadas en Cristo, por Donald Curtis 14 “La sanación no es simplemente el resultado de un cuerpo enfermo que se ha recuperado. La plenitud y la curación son estados del ser, el resultado de conocer quiénes somos y lo que somos”. —Más allá de un milagro por Sue Sikking “Tendrás el balance perfecto de todas las funciones naturales de tu cuerpo si tu mente se mantiene en Dios con una consciencia de amor, fe y paz”. —La guía de Unity para la curación por Connie Fillmore “Si necesitas sanación, permite que el amor divino te eleve por encima de los pensamientos de ansiedad acerca de ti mismo, del estado de tu salud o de cualquier cosa en tu vida. Cálmate y descansa en el amor del Espíritu y permite que el poder sanador de Dios fluya libremente a través de ti”. —A mitad de camino hacia el tope de la montaña por Martha Smock “Comienza a declarar que eres el hijo fuerte, saludable, libre, sabio, poderoso, hermoso y exitoso de Dios”. —Myrtle Fillmore, portadora de la antorcha para iluminar el camino, por Neal Vahle 15 Cuando el duelo sana Podía escucharla llorar. Más allá de la puerta cerrada de su dormitorio, y con su rostro hundido en una almohada, mi madre sollozaba de manera incontrolable. Aunque yo era apenas un niño, había conocido la tristeza —aunque nunca antes había sentido su vibración. Cuando su querida amiga Judy estaba muriendo de cáncer del seno, mi mamá pasaba día y noche cuidándola, limpiando, cocinando y haciendo múltiples cosas para Judy, su esposo y los tres niños. Luego, hacía todo esto otra vez para su propia familia. Mamá y Judy se acompañaban una a la otra y oraban juntas. Y entonces, mi mamá iba a su habitación y lloraba hasta que las paredes temblaban. Esa primera experiencia real acerca del proceso de morir hizo que surgieran en mí muchas preguntas, pero ninguna de ellas fue realmente contestada, en gran parte porque realmente no pregunté ninguna de ellas. Al igual que muchos padres, a mi madre no le gustaba hablar de morir, especialmente a un niño. Y cuando la muerte finalmente se llevó a Judy al cielo de su entendimiento, compartimos los susurros obligatorios de condolencias y evitamos la conversación aún más. A medida que busco entre las memorias de mi niñez cómo la muerte y el duelo se presentaban en mi familia, encuentro poca evidencia de que alguna vez haya recibido la enseñanza de que la muerte fuera alguna otra cosa sino algo horrible, y que las expresiones de duelo debían evitarse a toda costa. Como coach transformacional y experto en duelo, me especializo en las modalidades de la pérdida consciente. Así que definir el duelo es una tarea diaria. La mejor descripción 16 del duelo es que es la respuesta normal de un individuo cuando hay una pérdida. Pese a que no hay “una norma” en cuestión de duelo, el duelo es algo normal. Por lo regular, asociamos el duelo con la pérdida de vida; sin embargo, nos afligimos por la pérdida de muchas otras cosas, tales como el final de una relación, la pérdida de un trabajo, el deterioro de la salud o incluso una meta o sueño que no hemos realizado. Cada vez que nos enfrentamos a alguna pérdida, experimentamos duelo. 17 El duelo es un proceso natural de sanación. Más que una experiencia emocional, afecta a todas las áreas de nuestro ser. Cuando todo nuestro sentido del ser (emocional, de comportamiento, físico, cognitivo o espiritual) se siente herido y vulnerable, una de las maneras en las que podemos reclamar nuestra presencia en el mundo por derecho propio es reclamar la legitimidad de nuestro duelo. Es quienes somos ahora mismo; es la jornada que atravesamos Mi cuerpo y ahora mismo y es una manera válida de mente tienen la ser. capacidad innata para sanar. Si estás atravesando un duelo, permítete tiempo y espacio para expresar tus emociones, tu ser auténtico y tu dolor. Hay muchas personas en el camino quienes pueden ser tu guía y compañía. Puede que experimentes tristeza, depresión, ansiedad, miedo y soledad. Puede que te sientas avergonzado sobre cómo tus sentimientos te provocaron responder ante las situaciones. Una experiencia común de duelo, especialmente si has tenido tiempo para esperar que la pérdida ocurra, es la de adormecimiento (simplemente no sentir mucho en lo absoluto). Esto es diferente a la negación. El adormecimiento por lo regular se siente como si estuvieras apartado de tus emociones por completo. El duelo no es un viaje que se debe evitar; más bien es un proceso que es necesario acoger. Recuerda estos consejos útiles a medida que comienzas la jornada: Date permiso para sentir el duelo. Hacerlo a tu manera y bajo tus propios términos es el mejor regalo que te puedes dar a ti mismo. 18 Escoge reconsiderar tus pensamientos. Si fuiste criado con la idea de que mostrar emociones era algo equivocado (sobre todo aflicción, tristeza o dolor), permítete reexaminar esa creencia. No subestimes el valor de lo que sientes. Tienes en tu interior una respuesta esencial e instintiva ante las pérdidas. Cualquier emoción que estés experimentando ahora debe ser considerada como algo normal para ti ahora mismo. Las emociones son una parte natural del proceso de duelo, de tu proceso de duelo. Si necesitas ayuda, pídela. Pide la ayuda de tus amigos, tu comunidad de fe, un grupo de apoyo de duelo o un profesional en el campo de las pérdidas. Recuerda. Sientes duelo porque has amado. Solamente al vivir tu duelo completamente, podrás andar este sendero y recibir el regalo que trae cada paso. Cuando su amiga Judy murió, mi madre negó la muerte y atravesó su duelo en silencio. Años más tarde, cuando mi mamá murió, prometí que cambiaría el paradigma que había plagado a generaciones de familias, sociedades y culturas. Mi relación con mi mamá —y con Judy— nunca terminó. Simplemente cambió. Pese a que el cambio puede ser desconcertante, y en ocasiones sentirse como si estuviera enfatizando el paso del tiempo y la ausencia de nuestros seres queridos, podemos ver la vida desde una perspectiva más amplia. La verdad más grande es: No estás más cerca de tu ser querido cuando estás en dolor, y le honras a él o a ella a través de tu participación en el proceso de sanación. La jornada de duelo nos cambia para siempre. El camino hacia la sanación es la evidencia de ese cambio. 19 Toma un descanso de oración “Si te vuelves irritable, tenso y te abrumas con facilidad, lo que necesitas no es un descanso para tomar café, sino un descanso para orar, un rato para estar en silencio. Justo donde estés, en tu escritorio, en el fregadero de la cocina e incluso mientras conduces tu automóvil —haz respiraciones profundas para fijar la imagen de la vida que crece dentro de ti. Susúrrate a ti mismo: Soy libre de tensión, estrés y presión. Luego, con tu visión enfocada en la perspectiva concéntrica, continúa tu camino haciendo lo que estás haciendo. Este proceso simple de centrarse en el interior es la mejor estrategia de adaptación”. —Eric Butterworth 20 Cómo cultivar la serenidad por Victor M. Parachin Cada día trae oportunidades para tomar acción, levantar recursos y desarrollar estrategias para cultivar serenidad y paz. Hay ocho sugerencias para la serenidad: 1. Recuerda una de las grandes promesas de Jesús: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo” (Juan 14:27). La paz que él nos deja es la paz de experimentar la presencia de Dios. No importa cuáles sean tus circunstancias, reclama ese regalo a través de la oración al afirmar diariamente la paz y la serenidad de Cristo en tu vida. Cuando emerjan los retos y los traumas, anímate con la observación del estudioso del Nuevo Testamento Dr. William Barclay, quien dice que la paz de Cristo no significa que no habrá problemas. Él escribe en su libro El Evangelio de Juan: “La paz que Jesús nos ofrece es la paz de la conquista. Ninguna experiencia de vida nos la puede arrebatar jamás, y ninguna tristeza ni peligro ni sufrimiento la puede minimizar. Es independiente de las circunstancias externas”. 2. Presta atención cuidadosa a tus actitudes mentales y espirituales. ¿Estás siendo guiado por el miedo o por la fe? Somos lo que pensamos. La mente es como un jardín, y los pensamientos producen fruto. Los pensamientos abundantes producen frutos en abundancia; los pensamientos limitados producen frutos escasos. Examina tus pensamientos para asegurarte de que tu enfoque está en la fe y el triunfo, no en la desesperación y el fracaso. 21 3. Usa el poder de la música. En el siglo XVIII (18), el autor alemán Johann Paul Friedrich Richter dijo: “La música es la luz de la luna en la noche sombría de la vida”. Hoy en día existe evidencia científica de que la música puede calmar los nervios alterados. En el Hospital St. Agnes de Baltimore, se provee música clásica en las unidades de cuidado intensivo. “Media hora de música produjo el mismo efecto que 10 milígramos de Valium”, dice el Dr. Raymond Bahr, jefe de la unidad de cuidados coronarios. “Algunos pacientes que han estado despiertos por tres o cuatro días seguidos pudieron descansar en un sueño profundo. Otros estudios demuestran que la música puede reducir la presión arterial, el metabolismo basal y el ritmo de la respiración, reduciendo de ese modo las respuestas fisiológicas al estrés. Para aumentar la serenidad en momentos de mucha tensión, aparta un momento para escuchar la música que verdaderamente amas”. 4. Practica la terapia de la risa. “Un corazón alegre es la mejor medicina”, se indica en Proverbios (17:22). Esa sabiduría bíblica ha sido confirmada ahora por la ciencia. Según el doctor W.F. Fry, un psiquiatra y profesor clínico adjunto emérito en la Escuela de Medicina de la Universidad de Standford, el humor es “un antagonista directo de las tres emociones negativas: coraje, miedo y depresión”. Hay momentos en los que justamente debemos reírnos de los problemas. Tomar tiempo a propósito para ver la televisión o una película de comedia no solamente nos ayuda a reírnos, sino que también nos ayuda a mirar nuestros desafíos desde una perspectiva diferente. 5. No esperes perfección de ti mismo. Recuérdate a ti mismo que ser humano implica cometer errores. Si cometes un 22 error, perdónate y toma los pasos necesarios para reclamar tu vida. Suaviza el tono de los pensamientos negativos y severos sobre ti mismo recordando cómo Dios te ve: “Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de honra. Yo te amo”. (Isaías 43:4). 6. Vive un día a la vez. Mucha gente no tiene paz mental porque viven con ansiedad sobre el pasado y miedo sobre el futuro. La manera de eliminar esa ansiedad y miedo es tomar un paso detrás de otro y vivir un día a la vez. 7. Cuida tu alma. En última instancia, la paz y la serenidad son regalos de Dios. “Escucharé lo que Dios el Señor va a decir; va a hablar de paz a su pueblo y a sus santos, para que no caigan en la locura (Salmo 85.8). Hoy en día, cada vez más psicólogos están observando la correlación positiva entre la fe de una persona y su serenidad. Practicar la fe tiene beneficios espirituales y emocionales. 8. Practica el arte de tomar un breve descanso. La vida no debe limitarse a moverse de un compromiso a otro ni de una tarea a la otra. Jesús es un buen ejemplo. Tras todo un día de ministerio, le instruyó a sus discípulos: “Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco” (Marcos 6:31). El trabajo diario de la vida debe ser interrumpido periódicamente haciendo algo diferente y placentero: correr bicicleta por un camino tranquilo, jugar el juego favorito de la niñez, visitar un lugar turístico local o pasar varias horas en una playa. Mantén en mente que algunos aspectos de la vida pueden ser manejados, controlados y se les puede dar forma, pero no tenemos control de otros aspectos. La serenidad siempre es parte de las vidas de aquellas personas quienes conocen la diferencia entre lo que se puede controlar y lo que no. 23 El poder de Dios está dentro de nosotros “Antes de comenzar mi recuperación, yo hubiese dicho, y todavía escucho esta declaración el día de hoy: ‘No puedo parar de beber’. ¿Qué es lo que verdaderamente significa esta declaración? Pues refleja que nos hemos olvidado de que, cuando nacimos, se nos dio el poder divino de cambiar nuestras vidas. El poder de Dios está dentro de nosotros. Realmente podemos lograr aquello que nos propongamos en nuestra mente. La verdad real es que si establezco la intención y le doy seguimiento con actitudes y comportamientos cocreadores, no solamente voy a dejar de beber, pero voy a mantenerme sin beber. Este es el mensaje que la gente necesita escuchar”. Rev. Leo Booth 24 Sanación para el sanador por el reverendo Ed Townley En la caricatura clásica de James Thurber en la década de 1950, una mujer indignada le dice a su cajero bancario: “¡Pero cómo puede ser que no tenga fondos si todavía me quedan todos estos cheques!” El ego de mi mente entiende esa lógica, y también es muy bueno poniéndola al revés, algo así como: “¿Cómo es posible que yo sea un sanador cuando todavía tengo todas estas necesidades de sanación en mi conciencia?” Yo sé que insistir en que debo esperar hasta estar completamente sano antes de ofrecerle sanación a otros es algo así como un pretexto espiritual. En Verdad, es el caso contrario. El proceso continuo de sanarnos a nosotros mismos es lo que nos permite ser sanadores para otros. Así que sanar es tan importante para el sanador como lo es estar sanado. Y a veces, es el sanador el que se sana con la experiencia sanadora. Recuerdo la época de 1975, cuando alcancé un logro inimag­ inable: mi primer aniversario en el proceso de recuperación de varias adicciones. Sin embargo, era difícil de celebrar porque estaba en un hospital de Nueva York luchando con ansiedad y depresión muy profundas, ¡desatadas por el mismo proceso de recuperación que se suponía me estuviera sanando! ¡Yo no esperaba que la “recuperación” fuera de aquella manera! Y 40 años después, cuando llegó el momento de conmemorar mi aniversario 25 en el ministerio Unity, celebrarlo fue igual de difícil, porque yo estaba en un hospital de Connecticut enfrentando dificultades similares. De hecho, la depresión fue agudizada por la conclusión del ego de mi mente de que obviamente yo había sido un fraude durante todos esos años. ¿Cómo podía estar predicándole a otros acerca de principios de sanación que no estaban funcionando en mi propia vida? 25 Se imaginarán mi sorpresa cuando me di cuenta —principal­ mente por la retroalimentación que recibía en las redes sociales— de que mi propia lucha para sanar estaba ayudando a otros a sanar, sin ninguna contribución del ego de mi mente en lo absoluto. Estaba tratando de lidiar con mis propios problemas y ese esfuerzo estaba tocando a los demás. En realidad no es tan sorprendente, por supuesto, es una verdad Espiritual que Jesús enseñó a través de su ministerio: Toda intención de sanar, no importa hacia dónde se dirija, tiene un impacto infinito. El que tuviera episodios de ansiedad y depresión no significaba que estuviera lejos de mi Ser Crístico. Más bien, me estaban retando a ser el Cristo, luchando con mis propias experiencias, permitiendo que la energía de sanación trabajara a través de mí. La ansiedad y la depresión fueron en realidad agentes sanadores. En el 2016, dirigí una reunión informal de Pascua de Resurrección alrededor de una mesa en el salón comunal del ala psiquiátrica, con un total de asistencia de seis personas. Fue llevar el ministerio de una manera que nunca imaginé. Y fue un proceso de sanación que jamás había experimentado. Parafraseando a “Un curso de milagros”, no hay niveles de dificultad en el proceso de sanar. Cada instancia de amor espiritual que disuelve el ego del miedo es sanación, y tal parece que el proceso no termina nunca —al menos mientras continuemos siendo Seres espirituales en esta experiencia humana. Así que, un sanador completamente sanado es un contra­sentido: Al continuar, precisamente, con el trabajo de sanarnos a nosotros mismos es que podemos extenderlo a otros con intención y compasión. Quizás el requisito más importante para sanar, más allá de la fe, es la disposición. La disposición de sanarnos a nosotros mismos nos permite experimentar la energía sanadora que fluye a través de nosotros y hacia los demás. 26 Afirmaciones de sanación Yo soy sanado y renovado. n La vida divina renueva cada célula de mi cuerpo. n Estoy maravillosamente hecho de amor infinito. n El Cristo interior reafirma mi fortaleza, energía y vitalidad. n Estoy abierto y receptivo al poder sanador de Dios en mí. n Las corrientes poderosas de la energía sanadora de Dios fluyen en mí ahora. 27 Lo que reveló la página por la reverenda Joy Wyler Estaba leyendo un libro sobre la creatividad, Finding Water (Encontrando agua) de Julia Cameron, cuando me topé con su descripción acerca de la práctica de escribir todos los días en un diario. Yo había fracasado fenomenalmente en esa práctica. No sabía escribir y no tenía ningún pensamiento profundo. Mis diarios eran muy lindos con páginas sin líneas, pero cuando mis frases incompletas se organizaban ellas mismas en el papel, parecía como si un caracol ebrio hubiese pasado por allí. Así que, cada vez que lo intentaba, me rendía poco después. El proceso parecía fácil: Comienza con un cuaderno y una pluma buena y confiable. Entonces, levántate todas las mañanas y escribe. Solamente escribe lo que esté en tu cabeza. Comencé a escribir sobre mi evaluación del día anterior, y de ahí se desarrolló lo demás. Hoy escribo sobre los sueños o los asuntos sin terminar que todavía me persiguen en mis pensamientos. Escribo sobre los planes del día o acerca de las razones para no hacer nada. Escribo sobre el dolor y la alegría y el miedo y la maravilla de la vida cotidiana. Escribo antes de tener mucho tiempo para pensar sobre escribir y antes de que pueda convencerme a mí misma de que no hay tiempo para escribir en el diario. A veces le llamo “darle rienda suelta a mi mente”. Pero esta vez, al escribir todos los días, he descubierto algo de más importancia en mis diarios: Mis propios pensamientos, sentimientos y miedos enterrados. Sin que esté presente mi persuasión, y ciertamente, sin un plan, se han deslizado hacia la página hasta quedar a plena vista. Han sido innumerables las veces en las que mirado lo que he escrito con sorpresa. A menudo, no tenía idea qué miedos, corajes o cosas que no había perdonado estaban debajo mis lágrimas y ansiedades presentes. Pero no puedo sanar heridas supurantes que no puedo ver ni conocer. Escribir en un diario me ha ayudado a revelarme a mí misma qué necesita ser sanado. Nombrar los sentimientos me da una sensación de dominio sobre ellos, de manera que ya no dirigen mi comportamiento de manera oculta. La simple práctica de escribir en la mañana ha revelado ideas que yo sabía que no eran la Verdad, pero que, hasta que no las vi escritas en el papel, no las reconocí como las creencias que estaban “Soy sano y pleno manejando mi vida. Aun así, en mi en mente, cuerpo página, había una creencia de limitaciones y espíritu”. o una idea que no era apoyada por la guía divina o un conflicto en el cual no había visto mi participación, así como las lecciones divinas disponibles para mí. Una vez lo vi en el papel, pude indagar más profundamente o procesarlo con un amigo de confianza o terapista. Lo que vi reveló aquello que podía transformar. Viendo más profundamente, puedo afirmar el poder y el amor de mi ser Crístico y puedo afirmar eso para los demás. Puedo ver que mis emociones y heridas son temporeras. Ahora tengo una caja llena de los cuadernos en espiral, de todos los años en los que he escrito en mis diarios. Escribir en un diario me ha permitido transitar por muchos momentos de dificultades físicas y emocionales, y me ha permitido ver el desarrollo de mi crecimiento espiritual. Y puede hacer lo mismo por ti. Solamente toma un cuaderno y comienza. 29 Más que sanación: plenitud por James Scott, Maestro Licenciado de Unity Sala de emergencias, 5 a.m., 14 de junio del 2014. “Su colon está completamente obstruido... por un tumor. Tiene otro tumor en su hígado”. Me permití sentir duelo por unos 30 a 60 segundos. Entonces, regresé a mi centro y tomé una respiración. “Y entonces, ¿qué hacemos ahora?” Han pasado tres años desde ese momento. Todavía me someto a tratamientos de quimioterapia. “No importa cuál sea el curso a Comienzo cada día seguir o cómo se emplee la ley de con la idea de que esta sanación, la meta es restablecer la situación médica es un reductor de velocidad, plenitud, evocar la actividad perfecta cuyo propósito es que de la fuerza de la vida que renueva, yo fuera más lento reconstruye y sustenta el cuerpo”. para poder reenfocar —Connie Fillmore, mi vida a medida que La guía de Unity para la sanación. sigo hacia adelante. Ahora tengo 65 años. Hace décadas declaré que yo estaría por aquí hasta la edad de 120 años. Todavía me quedan 55 años más por cumplir, y luego de esta pequeña dilación, volveré a estar perfectamente bien. He escuchado que miles de personas alrededor del mundo están orando por mí. Si alguien pregunta por qué necesidad puede orar por mí, siempre les respondo por “plenitud” en vez de “sanación”. Unity enseña que “los pensamientos son cosas”. Si te enfocas en lo negativo, le das energía a lo negativo. A menudo, 30 aunque queramos ayudar a alguien a encontrar sanación, nos enfocamos en lo negativo —sus síntomas o su problema físico—. Eso es lo mismo que darle energía a lo negativo en nuestros pensamientos. A medida que me muevo hacia adelante en esta vida maravillosa, a menudo me pregunto a mí mismo: “¿Qué es lo que quiero realmente? Cada momento contiene posibilidades infinitas. ¿Pero, qué es lo que quiero verdaderamente cuando acabe este reductor de velocidad? Nunca fomentaré la causa de la paz mundial si escojo sentarme en mi casa quejándome sobre cuán mal se siente mi bazo. ¡Hay que avanzar! Me lo digo a mí mismo; enfocarme en lo positivo y avanzar hacia lo que realmente quiero. En las clases espirituales que enseño, no es inusual que la mitad de los estudiantes estén lidiando con el cáncer o ya lo hayan superado. Sus historias de recuperación y de cómo siguieron adelante con sus vidas alientan a los demás. Los tratamientos 31 para tipos específicos de cáncer ahora son tan avanzados que las tasas de supervivencia son asombrosas en comparación con lo que eran hace 50 años. Cuando la gente ve el alto porcentaje de posibilidad de supervivencia, su respuesta cambia de ser “se acabó, me voy” a “entonces, ¿qué es lo próximo que hay que hacer?” ¿Qué es lo próximo que vas a hacer? Afirmar plenitud. Eso es lo que eres en esencia... un hijo de Dios pleno y completo. Las debilidades son manifestaciones, pero solamente están ocultando la plenitud en el centro de tu ser. Mis oraciones de la noche incluyen la afirmación: “Soy un hijo perfecto de Dios; habito en un cuerpo físico perfecto hecho de la sustancia de Dios”. Lo digo porque lo creo. No importa lo que diga la imagen de resonancia magnética, el YO SOY es el que sabe la Verdad. Todo lo demás es una ilusión. Le digo a la gente: “No oren por mis debilidades porque podrían darles energía. En vez de ello, oren para que se revele mi plenitud en toda su gloria, cada momento de cada día”. Los estudios científicos demuestran que las oraciones que tienen como objetivo partes específicas del cuerpo son mucho menos efectivas que las oraciones para la plenitud. También confirman que la oración funciona. Cada día, enfócate en quién eres realmente en el centro de tu ser. Tu cuerpo y tu centro espiritual trabajarán juntos para revelar la acción o camino que es el correcto para ti. Enfócate en la gloriosa realidad de que tú eres una parte de Dios, con la habilidad de hacer cosas increíbles para otros alrededor del mundo. Puedes limitarte a ti mismo con tus pensamientos, o puedes activar tu mayor bien. Tú eres Paz. Tú eres Gozo. Tú eres Amor. Tú eres Divino. Te darás cuenta de esto en tu próxima aventura, ¡pero es más divertido si lo aprendes ahora mismo! 32 El poder de sanar “El poder de sanar proviene desde adentro e involucra a todos los aspectos de nuestro ser. Incluso si los síntomas no se han desvanecido todavía, la sanación espiritual está en progreso. Nuestra sanación se manifiesta a medida que reconocemos nuestra plenitud innata en mente, cuerpo y espíritu... Jesús demostró que la fe es la clave para sanar. Él dijo: ‘Que se haga con ustedes conforme a su fe’ (Mateo 9:29). La fe permite que fluya la sanación espiritual en el momento correcto y en la manera perfecta. Despertamos a la energía de Dios dentro de nosotros y alcanzamos la plenitud”. —Reverenda Anne Tabor 33 El amor es un poder sanador por el reverendo Mark Anthony Lord Ho’oponopono es una antigua práctica hawaiana edificada en la verdad espiritual de que lo que ves y experimentas en tu vida en realidad no está “allá afuera”, sino que es una creación de tu propia mente, como un sueño. La gran noticia es que puedes cambiar el sueño que estás viendo, teniendo y experimentando. La práctica de Ho’oponopono es una manera de hacer esto. La puedes usar cada vez que las memorias negativas, los miedos o los juicios acosen tu mente. Simplemente repite los cuatro pasos a continuación mientras realizas tus tareas diarias, y observa cómo ocurre la transformación. Paso 1: Arrepentimiento — LO SIENTO A medida que tomas responsabilidad por crear dolor y sufrimiento a través de tus pensamientos y prejuicios, es más fácil sentir arrepentimiento genuino. Lo que estás diciendo realmente es: “Lo siento por crearte o crear esto como algo roto, asustado, enfermo, triste, etcétera. Lo siento que te estoy creando o creando esto como algo menos que pleno y bueno”. Estas dos palabras, “lo siento”, es todo lo que tienes que decir. Puede ser duro darse cuenta de que estás creando tanto dolor y sufrimiento en tu experiencia de vida, pero no te quedes atrapado ahí. Lo estás cambiando al hacerte responsable. “Lo siento” abre la puerta para la sanación. Paso 2: Pide perdón — POR FAVOR, PERDÓNAME Al ego no le gusta esto porque no le gusta ser humilde, algo que confunde con humillación. No permitas que la resistencia de tu ego te detenga. Solamente hay que estar dispuesto a sentir 34 el deseo de ser perdonado. Lo “La sanación no es un proceso que realmente estás diciendo sino una revelación; porque es: “Por favor, perdóname por la revelación de la (persona) mi participación en crear esto. perfecta siempre sana”. Por favor, perdóname por no —Ernest Holmes haber podido verte o ver a esto o a ello como perfecto y unido con lo Divino. Por favor, perdóname por mi participación en haberte mantenido a ti, o a esto o a ello, atrapado en el miedo y el dolor”. Afortunadamente, todo lo que necesitas es la “fe de una semilla de mostaza” o una pizca de disposición para activar la petición de perdón. Solamente di: “Por favor, perdóname”. Paso 3: Agradecimiento — GRACIAS La gratitud es magnética. Inmediatamente activa la ley de atracción para brindarte alegría, poder, paz y cualquier cosa que desees. La gratitud en el Ho’oponopono también brinda alivio. Sentirse agradecido significa que sabes que te estás moviendo hacia el fin del sueño negativo. Lo que realmente estás diciendo es: “Gracias por ayudarme a ver mi parte en esto. Gracias Dios/ Universo por siempre ser amoroso y amable. Gracias al Espíritu interior de la otra persona (o personas) por ayudarme a ser libre”. Tú simplemente di “gracias”, y el resto está codificado ahí. Paso 4: Amor — TE AMO El amor sana y sella el trato. Dite a ti mismo: “Te amo”. Díselo a cualquier persona que esté en tu mente. Díselo a Dios, el Universo o al aire que respiras y al sol que brilla. El amor es un poder sanador que une, restaura, reconstruye y revela la perfección en ti y en los demás. Esa es toda la práctica de Ho’oponopono. Es simple, efectiva y hará milagros en tu vida. 35 Gozo eterno “Con el paso de los años, ocurre un cambio en nuestros cuerpos, en nuestras circunstancias; la vida sigue adelante y seguimos adelante con ella. Pero teniendo la fe de un niño y el espíritu de un niño encontrar la alegría de vivir a cualquier edad y podemos mantener vivo el sentimiento de la juventud, de no tener edad. Es nuestra arma secreta en contra de la creencia de la vejez. Podemos rehusar equiparar el número de años que hemos vivido con la enfermedad, con las culpas, las fallas y la desesperanza. Podemos recordarnos a nosotros mismos que somos los hijos amados de Dios, ahora y siempre... Somos seres espirituales, estamos aquí para un propósito, y somos necesarios e importantes. Lo mejor de todo es que tenemos un espíritu de juventud que es irreprimible, que no puede ser extinguido por el tiempo y no puede ser tocado por el paso de los años”. —Martha Smock Yo ardo con celo y entusiasmo, y con una fe poderosa, me lanzo a hacer las cosas que debo hacer. —Charles Fillmore, a los 94 años 36 ¿Cómo podemos servirte? Por medio de la oración, la publicación y eventos, Unity está siempre disponible para ayudarte a que reconozcas y expreses tu potencial y tener una vida saludable, próspera y significativa por medio de: APOYO DE ORACIÓN Llama al 1-866-379-1500 (gratuito en USA, Canadá y Puerto Rico) o al +1 816-969-2020 (llamadas internacionales) de 7:00 a.m. a 7:30 p.m. de lunes a viernes, los sábados y domingos de 7:00 a.m. a 4:00 p.m. (hora central). O envía tu petición de oración en línea a unityenlinea.org/ oracion. 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