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Hidrogeología regional de la Sabana de Bogotá
Chapter · January 2010
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HIDROGEOLOGIA REGIONAL DE LA SABANA DE BOGOTA
Olga de Bermoudes
Francisco Velandia P
INGEOMINAS
E-mail de contacto: [email protected]
RESUMEN
Con base en las particularidades geológicas, estructurales e hidrogeológicas del área se
presenta una caracterización hidrogeológica regional de la Sabana de Bogotá y se define su
estructura hidrogeológica. Se analizan los aspectos hidrodinámicos para proponer el esquema
regional del flujo subterráneo. También se concluye que los acuíferos en la escala regional
forman una unidad hidráulicamente conectada. Este enfoque permite dar pautas para reevaluar
los recursos subterráneos disponibles.
INTRODUCCION
La Sabana de Bogotá, situada en la parte central de la Cordillera Oriental de Colombia,
geográficamente corresponde a la cuenca alta del río Bogotá. Dentro de esta área se
diferencian el relieve montañoso y la zona plana que ocupa su parte central. La temperatura
media anual varía entre 10°C en los cerros y 14°C e n la parte plana. La precipitación media
anual oscila entre 800 mm en la parte plana hasta llegar a 1500 mm en los lugares más altos de
la cuenca. El principal drenaje de la cuenca lo constituye el río Bogotá, que nace en el municipio
de Villapinzón sobre los 3400 m.s.n.m. y atraviesa el área en dirección NE-SW. En su recorrido
recibe varios importantes afluentes que conforman a su vez subcuencas hidrográficas
independientes. En el límite de su cuenca alta (cota aprox. 2400 m.s.n.m.) el río Bogotá cae
bruscamente formando un escarpe denominado Salto del Tequendama. El caudal promedio
anual que produce toda la cuenca alta de este río es de 27 m3/seg.
La alta presión sobre el recurso hídrico subterráneo y el conocimiento insuficiente del sistema
hidrogeológico de la cuenca alta del río Bogotá, éste debe ser mejorado para garantizar la
sostenibilidad del recurso y evitar los efectos ambientales negativos asociados a su uso.
ANTECEDENTES
La Sabana de Bogotá cuenta con varios estudios hidrogeológicos realizados por INGEOMINAS
durante las últimas décadas. Algunos de estos se realizaron para complementar y actualizar la
información hidrogeológica; otros, para evaluar las posibilidades de abastecimiento con agua
subterránea a distintos sectores de la Sabana. El estudio hidrogeológico más importante sobre
el tema (con información geológica, geofísica e hidrogeológica), se llevó a cabo entre 1989 y
1993, mediante el Convenio CAR-INGEOMINAS, con el fin de proporcionar a la CAR los
conocimientos técnicos suficientes para el manejo adecuado de las aguas subterráneas en su
jurisdicción. Para llevar a cabo este estudio, el área total de la Sabana de Bogotá se dividió en
nueve subcuencas superficiales. En cada una de ellas se adelantó el estudio hidrogeológico y
se calcularon las reservas y los recursos de aguas subterráneas, presentándose un déficit en
algunas subcuencas. El estudio aportó información básica muy valiosa, sin embargo su principal
inconveniente fue de carácter conceptual debido a que cada subcuenca se trató como unidad
hidrogeológica independiente y en cierto modo “cerrada”, desconociendo los límites
hidrogeológicos reales y por consiguiente afectando el balance real de agua. El alcance de este
estudio no permitió aclarar las incertidumbres existentes a cerca del funcionamiento de los
acuíferos de la Sabana.
En opinión de algunos autores la Sabana de Bogotá es una cuenca hidrogeológica “cerrada”,
completamente saturada y por consiguiente los acuíferos no reciben la recarga, en particular el
del Grupo Guadalupe (Rodríguez, 1994). Otros afirman que se está sacando más agua de la
que se está recargando, llevando la cuenca a una sobreexplotación y que hay desconocimiento
inaceptable de la hidrogeología (Alvarez, 1997; Van der Hammen, 1998). Estas discrepancias
demuestran que el conocimiento hidrogeológico de la Sabana de Bogotá aún no es suficiente y
debe ser mejorado para garantizar el aprovechamiento adecuado de aguas subterráneas. Ante
esta necesidad y con el propósito de contribuir al modelo hidrogeológico regional de la cuenca
alta del río Bogotá, INGEOMINAS en cooperación con el Organismo Internacional de Energía
Atómica, realizó durante el período 1998-2000 el estudio para responder en forma específica a
las preguntas relacionadas con la continuidad de las unidades hidrogeológicas, posible
interacción entre las unidades acuíferas, origen y zonas de recarga, y el tiempo de residencia
del agua subterránea en el sistema. Todas las evaluaciones y el análisis se basaron en la
información de los estudios anteriores, especialmente estudio CAR-INGEOMINAS (1989-1993).
Adicionalmente en el estudio realizado con el OIEA, se analizaron nuevos datos hidroquímicos
e isotópicos, que se recolectaron durante su ejecución.
RASGOS GEOLÓGICOS Y ESTRUCTURALES
Estructuralmente la Sabana de Bogotá corresponde a una cuenca intramontana de origen
tectono-sedimentario, conformada por una secuencia de unidades litológicas consolidadas y no
consolidadas, con edades que van desde el Cretácico Superior hasta el Reciente. Esta espesa
capa de rocas y sedimentos se encuentra sobre un basamento complejo de rocas metamórficas
de edad Paleozóica-Mesozóica Inferior (Fig.1). Las rocas más antiguas de carácter regional
están representadas por el Grupo Guadalupe, compuesto por areniscas, limonitas y arcillolitas
de origen marino. Sobre éstas se encuentra una espesa capa de rocas paleógenas con
predominancia de las litologías arcillosas (Formaciones Guaduas, Bogotá y Usme) y algunos
niveles arenosos (Formaciones Cacho y Arenisca La Regadera) depositados en condiciones
continentales. Los sedimentos lacustres y fluvio-lacustres (Formaciones Tilatá=Subachoque y
Terraza Alta=Sabana) compuestos por materiales de diferente tamaño, desde gravas hasta
limo-arcillosos constituyen el relleno Neógeno-Cuaternario. Estos sedimentos cubren la mayor
parte de la superficie plana de la cuenca. Las unidades de rocas sedimentarias están
fracturadas y sus contactos desplazados por fallas longitudinales con dirección predominante al
NE. El esquema estructural presentado en la Fig. 2 (Velandia y De Bermoudes, 2002)
complementa la cartografía conocida y además propone la existencia de fallas bajo la cobertura
cuaternaria, las cuales pueden ejercer control importante sobre el sistema hidrogeológico del
área.
Las fallas longitudinales se han caracterizado como estructuras inversas con distinto ángulo de
inclinación, en su mayoría de cabalgamiento. La interacción de los movimientos de estas fallas
hacia el SE y NW, conformó las alturas y depresiones topográficas que se extienden
longitudinalmente en la Sabana de Bogotá, en sentido NE y N (Fig. 3). Se encontró un relativo
máximo abatimiento topográfico entre los cerros de Cota y Tabio-Tenjo y su correspondiente
bloque hacia el sur, donde se detectaron espesores mayores de 500 m en los depósitos
inconsolidados. Las fallas de El Salitre y Río Bojacá constituyen quizás, los límites transversales
de acumulación de los depósitos inconsolidados. La interacción de los dos sistemas de fallas
forma un enrejado bastante irregular de bloques tectónicos hundidos y levantados, que influyen
en el sistema hidrogeológico de la Sabana controlando el espesor de los depósitos
inconsolidados. Los cortes geológicos esquemáticos (Fig. 4) ilustran el efecto de las fallas y
distribución en bloques de las rocas cretácicas con relación a las paleógenas, reevaluando el
concepto de continuidad lateral de una unidad “terciaria” entre el Grupo Guadalupe y los
depósitos del Neógeno-Cuaternario, especialmente hacia el occidente de la Sabana y en la
cuenca del río Chicú.
Figura 1. Mapa geológico de la Sabana de Bogotá (INGEOMINAS, 1999). Líneas de cortes de Fig. 4
HIDROESTRATIGRAFÍA Y ESTRUCTURA HIDROGEOLÓGICA
Con base en las características geológicas e hidrogeológicas de las rocas y sedimentos que
conforman el subsuelo de la cuenca alta del río Bogotá, se definieron varios complejos
hidrogeológicos que agrupan distintas unidades geológicas formales presentes en el área. El
carácter hidrogeológico del complejo, como acuífero o acuitardo, se le asignó según la
predominancia de la permeabilidad de las rocas y sedimentos que lo integran (Tabla 1).
Figura 2. Esquema estructural de la Sabana de Bogotá.
Partiendo del análisis hidrogeológico-estructural regional y de acuerdo con los principios
básicos de la hidrogeología regional, el área de la Sabana de Bogotá hace parte de una cuenca
hidrogeológica intramontana (=cuenca artesiana) constituida por varios complejos
hidrogeológicos. Los complejos Acuífero Neógeno-Cuaternario y Acuitardo Paleógeno
constituyen la cobertura de la cuenca, mientras que el del Acuífero Guadalupe, se considera
como piso intermedio entre la cobertura y el basamento representado por la Formación
Chipaque. De acuerdo con esta definición los límites de la cuenca artesiana no coinciden con la
divisoria de las aguas superficiales de la Sabana de Bogotá y se extienden fuera de ésta.
La cuenca hidrogeológica presenta un basculamiento en dirección NE-SW; su parte extrema
nororiental está levantada. La complejidad tectónica del área, reflejada en un alto grado de
fracturamiento y presencia de fallas de distinto orden, determina su estructura de bloques. Estas
condiciones influyen en las dimensiones y la continuidad de las unidades hidrogeológicas y por
lo tanto afectan el sistema hidráulico. La superficie de la cuenca tampoco es homogénea y
presenta diferencias topográficas, morfológicas, hidrogeológicas e hidrológicas que juegan un
papel importante en la disponibilidad y calidad de aguas subterráneas.
Figura 3. Mapa de los depósitos precuaternarios de la parte central de la Sabana de Bogotá.
ASPECTOS HIDRODINÁMICOS, RECARGA Y DESCARGA
Debido a las particularidades lito-estructurales de las rocas y sedimentos que conforman la
cuenca artesiana, en la escala regional se considera que todas las unidades hidrogeológicas
están relacionadas y forman una unidad hidráulicamente conectada. Dentro de la cuenca
hidrogeológica se establecen dos zonas de interés (Interior y Exterior) donde la recarga y la
descarga de las aguas subterráneas están determinadas por procesos y mecanismos distintos.
La zona Interior, corresponde a la superficie de la cobertura de la cuenca. Dentro de esta zona
los acuíferos neógeno-cuaternarios y del paleógeno reciben recarga por la infiltración de las
aguas lluvias en áreas muy limitadas ubicadas hacia los bordes internos de la cuenca, donde
afloran depósitos más permeables. En el resto del área la recarga por precipitación se dificulta
debido a los niveles arcillosos aflorantes, aunque ésta puede tener importancia para los
acuíferos superficiales de carácter local. Otra fuente de recarga en la zona Interior proviene de
las corrientes superficiales durante los períodos húmedos. La relación hidráulica entre los
principales acuíferos y los ríos también se limita a las partes altas de los valles internos, dado
que en la parte plana sus cauces por ser poco profundos generalmente se encuentran colgados
en medio de los sedimentos arcillosos. La descarga en esta zona se produce básicamente en
forma de flujo base o mediante los manantiales.
Características generales de las unidades hidrogeológicas
FORMACION
LITOLOGIA PREDOMINANTE
Transmisividad
Profund. de
Caudal
los pozos
(l/seg)
(m)
(m2/dia)
Conductividad
Capacidad
hidráulica
específica
(l/seg/m)
(m/día)
Complejo Acuífero de los Depósitos Inconsolidados Neógeno – Cuaternario
Depósitos
Arenas, limos y gravas.
Aluviales (Qal)
< 30
0.1 - 2
-
-
< 0.1
30 - 300
1-8
5 -100
0.1 - 5
0.1 –
0.5
200 - 600
10 - 50
5 - 940
<9
0.5 – 7
Limolitas y arcillolitas con intercalaciones
de areniscas de diferente tamaño.
< 100
<1
<3
-
-
Areniscas cuarzosas de diferente tamaño,
Regadera (Pgr) con matriz arcillosa intercaladas con
arcillolitas y limolitas .
< 100
<1
<3
-
-
Terraza Alta
(Qta)
Tilatá (NgQt)
Arcillas. Limos, arenas y gravas.
Gravas con matriz arenosa,
cuarzosas, limos, arcilla y turba.
arenas
Complejo Acuitardo del Paleógeno
Usme (Pgu)
Bogotá (Pgb)
Arcillolitas
con
intercalaciones
areniscas en la parte inferior.
Cacho (Pgc)
Guaduas
(KPgg)
de
30 – 150
0.3 – 1.5
<3
-
< 0.03
Areniscas cuarzosas de grano medio a
conglomerático con capas delgadas de
arcillolitas.
45 – 160
0.2 – 6
9 – 500
0.3 - 2
0.1 0.6
Arcillolitas con estratos de areniscas y
mantos de carbón.
50 – 150
0.3 – 2
<5
-
< 0.03
Areniscas de grano fino a grueso
Labor y Tierna
interestratificadas
con
arcillolitas
y
(Klt)
limolitas.
60 - 600
2 - 60
15 - 600
0.3 - 15
0.1 - 6
Plaeners (Kp) Arcillolitas, limolitas y liditas.
100 - 600
1 -4
5 - 10
0.1 – 0.3
∼ 0.1
Areniscas
cuarzosas
finas
con
Arenisca Dura
cementación silícea, interestratificadas
(Kad)
con limolitas y arcillolitas.
100 - 600
4 - 30
5 - 350
0.5 - 8
0.1 - 2
-
< 0.05
Complejo Acuífero Guadalupe
Unidad Confinante
Formación
Lutitas intercaladas
Chipaque (Kch) areniscas.
con
calizas
y
< 150
∼2
∼5
Tabla 1. Características generales de las unidades hidrogeológicas.
Figura 4. Cortes geológicos esquemáticos de la Sabana de Bogotá. (Exageración vertical con fines
hidrogeológicos).
La zona Exterior corresponde a las cadenas montañosas, donde se alimentan directamente los
acuíferos del Complejo Guadalupe. La principal fuente de recarga es la infiltración de las
precipitaciones; después, la condensación del vapor de agua contenido en los poros y fisuras
de las rocas aflorantes. Las aguas infiltradas se descargan en las vertientes en forma de
manantiales o se dirigen hacia los valles como flujos subsuperficiales. También existe la
descarga frontal de los acuíferos libres que se forman en la zona meteorizada del Complejo
Acuífero Guadalupe. Las aguas freáticas se dirigen hacia los valles y en la zona de contacto
con los depósitos recientes ocurre su descarga (flujo lateral).
Dentro del complejo acuífero Guadalupe se generan sistemas ascendentes de flujo que están
relacionadas con diferencias topográficas entre la parte plana de la cuenca hidrogeológica y las
zona de recarga exterior que en algunos casos superan los 1000 m. A través de estos flujos
ocurre la descarga de los acuíferos confinados del complejo Guadalupe hacia los acuíferos
profundos de la cobertura. La presencia de las fuentes termominerales en diversos sectores de
la Sabana de Bogotá, donde probablemente sus aguas ascienden desde profundidades
mayores a 2 km, es la mejor evidencia de los flujos ascendentes.
La importancia de la recarga que reciben los acuíferos neógeno-cuaternarios a través del
complejo Guadalupe se corroboró mediante la modelación numérica realizada para la cuenca
alta del río Bogotá (De Bermoudes, 2000). De manera orientativa se pudo determinar que la
recarga frontal equivale al 30-40 % de las entradas totales y que los flujos ascendentes aportan
un 10%.
Debido a la configuración y la estructura de la cuenca artesiana el esquema general del flujo
subterráneo regional adquiere el carácter tridimensional, con la importancia de los movimientos
verticales del agua. Dentro de la cobertura de la cuenca artesiana se forman dos tipos verticales
de flujo con dirección opuesta: uno es de carácter descendente, debido a los procesos de
infiltración de las aguas lluvias, el cual ocurre en la parte superior del sistema, y el otro, con
carácter ascendente, que se inicia en el Complejo Acuífero Guadalupe. Dentro del Complejo
Acuítardo del Paleógeno, debido al desalojamiento del agua de constitución de las rocas
arcillosas por los efectos compresivos, también se generan los flujos ascendentes que
aumentan la presión hidrostática del sistema. Los datos hidroquímicos e isotópicos de los dos
complejos acuíferos, las aguas superficiales y meteóricas, analizados durante el estudio con
OIEA (INGEOMINAS, 2001) también aportaron información para reconocer las particularidades
del flujo subterráneo, la interconexión de los distintos acuíferos y las posibles áreas de recarga
y descarga.
BIBLIOGRAFIA
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Colombiana, No.22. Santafé de Bogotá.
De Bermoudes, O., 2000. Regionalización hidrogeológica de Colombia y la formación de las
aguas subterráneas en la parte alta de la Cuenca del Río Bogotá. En Ruso. Tesis Universidad Estatal de
Minas de San Petersburgo, San Petersburgo.
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INGEOMINAS, 1999. Mapa geológico de la Sabana de Bogotá. Escala 1:100.000. Inédito.
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INGEOMINAS, 2002. Modelo hidrogeológico conceptual de la Sabana de Bogotá. Informe interno.
Bogotá.
Rodríguez, C.O., 1994. El recurso hídrico subterráneo en la Sabana de Bogotá. Memorias:
Seminario de aguas subterráneas en la Sabana de Bogotá. Santafé de Bogotá.
Van der Hammen, T., 1998. Plan ambiental de la cuenca Alta del río Bogotá. Santafé de Bogotá.
Velandia, F., De Bermoudes, O., 2002. Fallas Longitudinales y transversales en la Sabana de
Bogotá, Colombia. Boletín Geológico UIS, Vol.24, No.39: 37-48. Bucaramanga.
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