Subido por Luis Marco Fernandez Sandoval

2p-mattelart-el autoritarismo en la comunicación

Anuncio
COMUNICACIÓN AUTORITARIA
El autoritarismo en la comunicación- Armand Mattelart
Verticalidad del mensaje
El concepto ‘libertad de prensa’, plenamente legítimo en toda sociedad, lo utiliza dolosamente la minoría que posee
la propiedad de los medios de comunicación, para ejercer una comunicación vertical, unilineal, de arriba hacia
abajo.
Ésa es una comunicación aplastante, en la que le emisor impone, en la transmisión de su mensaje, una cosmovisión
que conlleva intereses, aspiraciones, valores, normas… que poco o nada tienen que ver con los intereses del
receptor.
En esta comunicación la única participación que se le concede al receptor es la de participar de vez en cuando en
encuestas que no son sino una retroalimentación del mismo sistema de comunicación para comprobar en qué
medida esta comunicación vertical incide en la masa popular. La única libertad que le queda al receptor es la de
aceptar o no lo que la prensa le comunica cada día, aceptación que los medios de producción plasmarán en la
comprobación de los ejemplares vendidos, que, a su vez, les servirá de retroalimentación para ratificar sus propias
directrices y criterios.
Los productores manipulan la idea de que la producción está sometida a la voluntad del comprador y hasta le ponen
el nombre de ‘dictadura de los consumidores’. Ésta es la típica idea capitalista destinada a perpetuar la división de
clases sociales: nosotros los productores – ustedes los consumidores haciendo creer a los consumidores que son
ellos los que deciden. Aún en el caso de que el pueblo pueda participar como actor de una noticia, lo hace en
función de los intereses del generador de la noticia, el capitalista, porque el profesional asalariado la trabaja en
función de los intereses de quien paga. Desde este punto de vista incluso las noticias que surgen en el pueblo, por
la verticalidad con que son emitidas, sirven para legitimar el sistema de dominación (Salvamento de los mineros de
Chile).
Por eso se puede afirmar que en la sociedad capitalista la burguesía domina la información. El mensaje refleja la
práctica social de la burguesía y no la del pueblo. La imposición comunicativa no sólo alcanza al modo de
comunicación sino también al concepto mismo: sólo el que tiene el poder tecnológico tiene el poder de comunicar.
En un proceso revolucionario hay que invertir los términos autoritarios haciendo de la comunicación un
instrumento donde culmine la práctica social de los grupos dominados y se establezca una comunicación recíproca
entre emisor y receptor. Es la forma en que hablar de libertad de expresión tenga sentido y no sea más una cuestión
unidireccional.
El lenguaje de la manipulación
1
La forma mercancía
Una de las formas de manipulación de la comunicación es tratarla como una mercancía más del mercado, como un
elemento más de las relaciones sociales en una sociedad de clases.
En el sistema capitalista de producción las mercancías son el resultado de la actividad humana. Toda mercancía es
intercambiable y vendible. Lo mismo ocurre con la actividad ideológica y cultural. La producción mercantil cultural
e ideológica también es intercambiable. Desde el punto de vista capitalista la distancia entre emisor y receptor es
la misma que entre productor y consumidor. La comunicación es una forma más del mundo de las mercancías y
productos.
Así como el consumidor no puede decidir sobre las características de los productos del mercado, tampoco puede
decidir sobre las características de los consumos de TV, radio o prensa. Se las dan todas hechas, como los productos,
de acuerdo a los intereses del productor. La única capacidad que se le otorga al consumidor sobre el producto es
la de recibirlo como viene. Igual ocurre con la comunicación. Aunque tenga apariencia de liberación o de servicio,
el lenguaje del discurso publicitario es un lenguaje coercitivo y represivo. A decir de Mattelart, el publicitario es un
lenguaje autoritario pseudo-dialéctico que utiliza una magia entre amo y esclavo.
Para poder entender esto, el autor utiliza la comparación con el concepto del término ‘orden’. En una sociedad
burguesa, orden es un concepto totalmente autoritario, cerrado y elaborado a la medida de los intereses del
dominador. Es el principio equilibrador que legitima las instituciones sociales organizadas por el dominador.
Algunos le llamarán a esto ‘violencia institucionalizada’.
El terrorismo lingüístico
El discurso dominante es un discurso típicamente coercitivo y represivo. Y por ello terrorista.
Examinando los términos antagónicos ‘libertad-totalitarismo; democracia-dictadura’, en la medida en que una
persona se cobija a sí misma bajo el término democracia, automáticamente está colocando al adversario bajo el
término totalitarismo, sin ningún matiz ni posibilidad intermedia o diferente. Igualmente si alguien califica a su
propuesta de democrática, automáticamente está calificando al resto de dictadura, auténtico lenguaje terrorista.
Utilizar un lenguaje electoral, por ejemplo, de este modo, supone coaccionar y violentar conciencias: o conmigo
(libertad, democracia) o contra mí (totalitarismo, dictadura).
Estas disyuntivas son usurpadoras de la realidad, en la cual siempre caben matices entre dos polos opuestos. El
binomio antagónico orden-desorden traduce bien el lenguaje represivo de esta antinomia en la que se encierra una
intolerancia máxima: o se acepta el orden entendido desde el discurso dominante (las instituciones organizadas a
su exclusivo servicio) o se cae en el desorden definido también desde su particular perspectiva (lo que no les
favorece a ellos lo definen como caos y destrucción total). Desde su particular punto de vista, la violencia comienza
cuando algo va contra el ‘orden establecido’ desde su discurso.
2
Este lenguaje resulta autoritario y coercitivo por unívoco y falto de expresión dialéctica. A través de él, el discurso
dominador se apropia de los intereses de todas las clases sociales y se arroga la exclusividad de definir y organizar
los de cada una de ellas. De este modo obligan a aceptar su opinión privada como opinión pública.
El universo atomizado de la comunicación
El objetivo del discurso dominante es mantener dividida a la sociedad. No importa si en la comunicación el discurso
dominador se encuentra a la ofensiva o a la defensiva. Siempre tendrá como objetivo la división y, por ende, resulta
violento.
Y más que violento. Esta reflexión del universo atomizado de la comunicación quizá sea el punto más sutil y la clave
para entender y explicar el lenguaje mercantil de la comunicación que Mattelart tilda de ‘terrorismo’: la atomización
deliberada del lenguaje dirigido a los diferentes estamentos sociales. El discurso dominante consigue esta
atomización con la proliferación de revistas especializadas dirigidas a públicos diversificados de las diferentes clases
sociales con el objetivo de mantenerlos incomunicados, divididos y, a la postre, dominados.
A simple vista la proliferación de revistas puede parecer algo inocuo y hasta divertido para que cada quien escoja
según sus gustos. Nada más lejos de la realidad. Es ésta la expresión más palpable de la coerción que ejerce el poder
ideológico dominante, pues bajo la apariencia de introducir al lector en su propio mundo cultural, antropológico,
económico, incluso de género, con su lenguaje sesgado, consigue incomunicar a los grupos sociales e impedirles
ver la realidad social en su problemática global.
Cada una de ellas con sus lenguajes específicos y la especialización técnica de esos mismos lenguajes, resultan
totalizantes para la clase social que los utiliza, divide y aísla a cada uno de los grupos sociales de la problemática de
conjunto de la realidad social, en cuyo interior se viven las contradicciones de clase, creando deliberadamente
compartimentos estancos e incomunicados, diversos y antagónicos, constituyéndose así, una vez más, el
dominador capitalista que maneja los medios de comunicación de masas, en árbitro y dueño de la sociedad. Utilizan
el viejo adagio romano: ‘divide y vencerás’.
Toda la poderosa superestructura de las nuevas tecnologías se enfoca, con toda la fuerza de persuasión que
conlleva, a mantener la división social para dificultar al máximo la unión de las fuerzas antagónicas del poder
dominante.
La dialéctica emisor-receptor, en esta perspectiva, no hace sino sesgar las expectativas estéticas de cada grupo
social y llevarlas a la relación dominante-dominado. Por ejemplo, un lema tan aparentemente inofensivo como
‘mens sana in corpore sano’ (mente sana en cuerpo sano), puede resultar altamente autoritario e ideológico: la
permanente insistencia en crear un cuerpo y mente sanos, pueden contribuir a distraer la atención de otras
problemáticas sociales y políticas.
3
Mattelart piensa que, cuando los presupuestos con que trabaja una revista inducen el pensamiento del lector en
una dirección determinada y premeditada, convierten a la revista en cuestión en represora. Es difícil encontrar una
revista que cuestione sus propios presupuestos ideológicos por el hecho de que ‘distraigan’ al lector de otras
preocupaciones u obligaciones en otros ámbitos sociales.
La colonización publicitaria
De todos los lenguajes comunicativos quizá sea el publicitario el que más coacciona al receptor. En él se junta el
lenguaje mercantil con el lenguaje de la supuesta creencia de que es el consumidor quien manda sobre el producto.
En él se unen, supuestamente, el productor con el consumidor. Nada más lejos de la realidad.
El lenguaje publicitario ha colonizado la conciencia de la reacción del espectador por su capacidad de estar en todas
partes (ubicuidad). Lenguaje sinuoso que pretende unir emisor con receptor, lo cual equivaldría a unir productor
con consumidor. Y aparentemente lo consigue. A través de ese lenguaje existen una serie de sofismas que legitiman
a una clase en el poder. Por ejemplo: la experiencia es necesaria para el cambio; para adquirir experiencia es
necesario ser empresario; luego sólo el empresario puede promover cambios. Y otros por el estilo.
Estos sofismas pasan por alto cómo se forma el capital, su valor en la vida real, al servicio de quién está y qué
intereses defiende, es decir, esconden la contradicción que existe entre capital y trabajo, propiedad de los medios
de producción y utilización de los mismos, trabajador-consumidor.
El punto eutéctico de la contracción radica en que la detección de la propiedad de los medios de producción y su
utilización (el trabajo), marca la diferencia definitiva e irreconciliable de la defensa de los intereses de las clases
sociales, aunque el discurso publicitario aparente conciliar ambas.
El discurso de la tecnocracia pretende ocultar esta contradicción restringiendo el concepto de producción a su
resultado: bienes para consumir. Muchos tecnócratas confunden el mundo libre con el mundo de la libre empresa
que mundializa la producción de las empresas multinacionales y transnacionales mimetizando en su discurso sus
propios proyectos ideológicos con los de sus adversarios y reduciendo a la nada las posibilidades de sus
competidores: todos tenemos libre acceso a la libre empresa, grave sofisma que oculta la imposibilidad del acceso
libre a quien carezca de medios.
El discurso dominante habla de integración nacional, incluso internacional. La publicidad lo corrobora: en todo el
país, y hasta en todos los países, se consumen los mismos productos.
COMUNICACIÓN ALTERNATIVA
Lo alternativo debe ser entendido en conexión con la ruptura de autoritarismo. Un mensaje de estructura
alternativa, busca la profundización y la participación, la profundización es una temática en sentido de toma de
conciencia de la misma. Participación clara y real por parte de los integrantes del proceso educativo, implica la
ruptura del monopolio en la elaboración de mensajes y en el uso de los medios (las personas pueden decir su
4
opinión sin temor a la autoridad). La comunicación alternativa se explica desde las relaciones sociales alternativas
desde lo general hasta la estructura de la vida cotidiana en instancia: individuales, interpersonales y grupales.
A continuación sigue la lectura de una declaración militante y crítica sobre los mass medias:
Generalizando se puede decir que una comunicación será más o menos alternativa en la medida que subvierta el
orden moral, político, social, tecnológico, cultural, simbólico e ideológico que exista en una realidad concreta.
Podemos afirmar incluso que las comunicaciones constituyen en muchos casos, el principio conservador-inductor
de comportamientos sociales. Por lo tanto, cualquier propuesta de comunicación que pretenda ser alternativa
presupone el rechazo fundamental a la comunicación vigente. Es decir, que rechace y combata el orden que
mantienen los medios de comunicación oficiales o aliados y legitimadores del poder imperante (en nuestro caso el
capitalismo).
En la actualidad, y dado el perfeccionamiento de estos medios, su gran baza es espectacularizar y explotar la
información en su versión más canalla, para hacerla más atractiva al consumo. El mensaje objetivo ya no vende. Las
personas o movimientos sociales que combaten el poder (capitalismo) no tienen cabida en el circo de la
información. Cuando son el centro de atención, porque alguna circunstancia les hace atractivos y espectaculares,
sufren tal manipulación que su mensaje queda totalmente tergiversado cuando no anulado. Existen infinidad de
casos: huelgas, manifestaciones de minorías, insumisión, ocupación, Duro Felguera, agresiones fascistas...
Así pues, la comunicación alternativa, debe luchar contra estos mass-mierda para que nadie ni nada se quede fuera
de la estructura comunicacional. Todos y todas tenemos derecho a informar sobre nuestra realidad y que nos
informen otros de la suya, sin que nadie manipule dicha realidad a su antojo y beneficio. Los medios alternativos,
dada la definición inicial (alternativo=subversivo del orden), son muchos.
Aun así podemos hacer una especie de clasificación general. Distinguimos los siguientes:
- Los distintos a los de la política oficial.
- Los proletarios, sindicales y obreros.
- Los pertenecientes a partidos políticos.
- Los artesanales y políticamente críticos del sistema capitalista y la sociedad burguesa.
- Los clandestinos o subterráneos.
¿Radios alternativas o radios libres?
Según la clasificación anterior (una de tantas) y aplicándola al caso de la radio podemos afirmar lo siguiente:
- Las verdaderas radios alternativas se pueden considerar como medios artesanales (algunas) y políticamente
críticas del sistema capitalista y la sociedad burguesa.
5
- Las radios libres se pueden considerar como radios alternativas y también como medios clandestinos o
subterráneos (ya que están fuera de la ley: son alegales, es decir, su situación no está regulada).
Fijándonos en la organización interna podemos hacer otra distinción:
- Las alternativas, por regla general, tienen una organización dirigente-combativa- revolucionaria, que dan unos
medios conductores-agitadores-subversivos. En este tipo de radios podemos incluir las de un partido, las de
opciones políticas claras, algunas radios legalizadas...
- Las libres tienen una organización asamblearia-autónoma-pluridireccional que dan radios colectivizadasindependientes-poliemitentes. Este tipo de medios son los que no identificándose con una opción ideológica clara,
abarcan los campos y luchas sociales que sus componentes desean.
Centrándonos ya en el caso de emisoras libres podemos destacar una serie de características fundamentales y casi
definitorias:
- Control y propiedad colectivos de la emisora.
- Participación/elaboración de los temas y mensajes a emitir por parte de las personas que pertenecen a la radio.
- Contenido abierto y antiautoritario en la emisión (cada cual rige su espacio).
Así pues radios alternativas es una definición en la que tienen cabida todas las que están fuera del discurso oficial.
No sucede así con las libres ya que tienen unas peculiaridades organizativas y de funcionamiento que las hacen
diferentes, como acabamos de ver. Pero las definiciones son sólo eso, palabras. Lo verdaderamente importante es
la práctica. Ahí es donde se demuestra si una radio está sujeta a grupos de poder, mantiene jerarquías, tiene temas
tabú, las informaciones/mensajes ya vienen redactados... o si por el contrario es totalmente libre y depende
exclusivamente de las personas que pertenecen al colectivo.
Papel de las radios libres: contrainformar y movilizar
Si con la contrainformación se pretende mostrar a la luz pública LA MENTIRA, dando otra versión de los
acontecimientos o aportando datos que la información original/oficial había silenciado, ésta debe ir tan lejos como
pueda, para lograr cada vez índices más comunicativos y menos informativos.
La contrainformación no consiste únicamente en el hecho de ofrecer un contenido distinto al que han ofrecido los
medios oficiales. También tiene importancia la forma como ese mensaje o contenido es transmitido: si
contextualizamos las noticias o no, si las espectacularizamos o no, si cuidamos el lenguaje y las formas, si dejamos
que la fuente que genera la noticia emita su mensaje sin modificarlo/manipularlo, si damos o no opción a la oyente
a expresarse con libertad o sólo dejamos que escuche...
Por lo tanto contrainformar es dar una alternativa global a la comunicación actual. Donde todas (o casi todas) las
noticias son consecuencia y alimentan la opresión, la injusticia social y el capitalismo teniendo a amplios sectores
de la población estigmatizados, a otros sectores sin voz y a la gran mayoría de ellos manipulados. Así pues, por un
6
lado, son los sectores estigmatizados y sin voz, los que nos deben transmitir directamente la información para que
ésta no sea manipulada y por otro debemos tener presente que la forma de informar también tiene su importancia.
De ésta forma se consigue la horizontalidad informativa (las personas que generan la noticia, la transmiten) tan
necesaria en esta época donde la mayoría de las informaciones que consumimos provienen de agencias (Associated
Press, United Press, Reuter y France Press controlan el 80% de las noticias que circulan a nivel mundial). No
olvidemos que estas agencias son empresas capitalistas, cuyo único objetivo es lucrarse, no dar un servicio a la
sociedad y mucho menos tratar de cambiarla.
Otro papel que pueden desarrollar las RRLL es movilizar a personas y movimientos sociales en campañas o
reivindicaciones concretas. Aunque la radio como colectivo no se implique directamente en todas las campañas
siempre debe apoyar y cuando menos ser vehículo de transmisión de los movimientos sociales de base. La razón
está en aglutinar/concienciar al mayor número de personas para que iniciativas que son esquivadas o directamente
boicoteadas por los diferentes medios de masas no se vean anuladas. Por supuesto avisar de las distintas
convocatorias, movilizaciones, huelgas... es imprescindible.
Las radios libres como cualquier otro colectivo auto gestionado y auto organizado, desarrollan aspectos
importantes de manera inconsciente.
- Los directamente relacionados con la forma organizativa (asamblearia), que podrían ser: Aprender a
vivir/relacionarse sin jerarquías, con libertad responsable, a compartir ideas, a pensar colectivamente y por ti
mism@, a expresarte públicamente, a solucionar problemas, a valorarte y valorar más a los compañeros y
compañeras, a crear estructuras antiautoritarias...
- Los que sin estar directamente relacionados con la radio “pululan” por el ambiente. La mayoría de las personas
que se acercan a las radios libres lo hacen para efectuar un programa (el mayor atractivo del colectivo). En el
momento en que entran en contacto con la emisora, también lo hacen con un mundo lleno de movimientos
sociales, con dinámicas diferentes a las que nos inculcan en los centros de formación, en los trabajos, ... De esta
manera, de forma natural y no dogmática, se aprende a convivir con otros valores a los que propugna la sociedad
capitalista. Se ven día a día los resultados, los fracasos, las verdades, las mentiras... de forma más personal, ya que
lo que les sucede a estos movimientos sociales de base se ve plasmado en personas y no en publicaciones u otros
medios de comunicación. Así, lo que podrían ser unas siglas más o menos ajenas pasa a ser una entidad física y más
cercana. Por lo tanto, sin imposiciones, sin grandes estudios teóricos de los problemas que aquejan a esta sociedad,
una persona con escaso/nulo conocimiento del movimiento anticapitalista (por llamarlo de alguna forma) puede
llegar a involucrarse o cuando menos a comprender ciertos aspectos que de otra manera quizás nunca hubiese
llegado ni tan siquiera a conocer. Esto, se mire por donde se mire, siempre es positivo.
Posibles problemas de las radios libres
7
Una radio libre como colectivo autogestinado y asambleario y como medio de comunicación puede tener dos tipos
de problemas bien diferenciados:
1-.Los organizativos 2-.Los derivados de la emisión
1. Los de tipo organizativo se salen del objetivo del presente escrito por lo que tan sólo nombraremos los más
significativos. Falta de implicación, jerarquías, líderes naturales, información restringida, machismo, falta de
relación personal, amiguismo, falta de debate... (Si alguien quiere profundizar en estos aspectos puede consultar la
revista EKINTZA ZUZENA en su número 15: Sectarismo ideológico. El factor humano. Sobre algunos problemas en
las relaciones personales dentro de los grupos antiautoritarios. Y también en su número 17: Organizarse. Algunas
reflexiones.)
2. En los derivados de la emisión podemos encontrar los siguientes:
a) El no profesionalismo.
(Entendemos por profesional a la persona que conoce las artes o técnicas del oficio de la comunicación. No a la que
con poder de informar adquiere posturas elitistas, empresariales y que se separa del proceso comunicativo.) El
desconocimiento de estas técnicas hace que, a veces, el receptor o receptora no sintonice con la emisora porque
está acostumbrada a la “calidad” de las emisoras convencionales. Esa calidad técnica se refiere a: informar de forma
veraz y documentada, hacer la emisión amena y atractiva, adecuar bien los contenidos (normalmente escritos) al
lenguaje radiofónico, mezclar bien las canciones o las cuñas, no tener ruidos ajenos a la emisión, emitir de forma
continua las horas predeterminadas... Otra cuestión bien diferente es que se utilice un lenguaje más coloquial o
descarnado, que se toquen temas prohibidos, burlarse de la autoridad, pinchar música ruidosa, hacer programas
que se salgan de toda lógica... Eso nunca estará reñido con efectuar una buena programación, que sea llamativa y
que se escuche con facilidad. El objetivo de todo esto es aumentar la audiencia. Aunque no es este uno de nuestros
principales propósitos es muy positivo y fundamental extender nuestra forma de pensar y actuar a sectores
manipulados por otros medios y poco dados a la contrastación/reflexión de las noticias (por su apatía o por falta de
informaciones contrapuestas).
b) El espontaneismo.
El no tener guión, algunas veces, puede ocasionar la distorsión del mensaje a emitir. La ausencia de éste, hace que
se repitan los tópicos y estereotipos del sistema de forma inconsciente. Claro ejemplo de ello puede ser la
discriminación de la mujer o en general de sectores desfavorecidos; pues por medio del lenguaje, y sin darnos
cuenta, contribuimos a que se siga pensando y actuando con las reglas del sistema capitalista, tan poco dado a
solventar las diferencias entre los seres humanos y/o animales. De todas formas el espontaneismo bien utilizado
puede tener virtudes, ya que por medio de este se puede acercar el medio radiofónico a la audiencia y que ésta se
anime a participar en las emisiones desde donde se encuentre. (Esto ya ha sido “copiado” por algunas radios
8
comerciales y con gran éxito. Aunque todo lo que emiten tiene un guión perfectamente pensado, hacen que
parezca que el programa es un caos “superdivertido”. Ja, ja, ja... que de millones ganan con la publicidad que meten
a cada minuto).
c) Convertir la radio en un juguete.
Utilizar la emisión exclusivamente como pasatiempo hace que el potencial de subversión y transformación social
que tiene toda radio libre se esfume, quedando sólo la diversión de la que emite y la que escucha. La radio queda
así totalmente infrautilizada. A parte que es más fácil que surjan muchos problemas organizativos por el escaso
compromiso social de las personas que componen el colectivo.
d) Reducir la radio a un experimento de amigos y amigas.
El propio carácter cerrado, produce limitaciones a la hora de subvertir cualquier orden. Como la lucha está en
muchos frentes, un grupo de amigos es casi imposible que abarquen un número aceptable de ellos. De este modo
lo que podía ser un proyecto plural e integrador se queda a la mitad.
e) No mantener una relación directa con el movimiento anticapitalista (movimientos de base).
Repercute negativamente ya que no se conocen ni se transmiten sus dinámicas, además se corre el riesgo de
tergiversar o desvirtuar su mensaje al igual que lo hacen otros medios repletos de periodistas “profesionales”.
d) Copiar esquemas y “virtudes” de otros medios.
Imitar estilos o programas concretos, utilizar un lenguaje demasiado complicado, tratar siempre los temas que los
medios de masas ponen de moda... se convierte en un problema, porque no utilizamos nuestra imaginación, no
nos desarrollamos como seres cambiantes y creativos, ni llevamos a cabo nuestras inquietudes personales y
colectivas, ni combatimos el orden capitalista.
CONCLUSIONES.
Con este artículo, inspirado en el libro ALTERNATIVAS EN COMUNICACIÓN de Mar de Fontcuberta y J.L. Gómez
Mompart. Editorial Mitre, se persiguen dos cosas:
La primera, si no conocías nada de comunicación alternativa, es que te acercases a la función de ésta, en qué está
basada y cuáles son los principales problemas que se pueden dar en un sector de ésta comunicación, las radios
libres.
La segunda, si ya conocías algo de todo esto, es que te sirva de punto de partida para reflexiones más profundas.
Otra cuestión a tener en cuenta, ya a parte de los objetivos del escrito, es que las palabras/ideas quedan muy
bonitas en papel pero lo verdaderamente importante son los hechos.
Me refiero a las definiciones de radio libre y radio alternativa. Una radio puede considerarse la más alternativa/libre
del espectro radiofónico y ser la más sumisa/autoritaria de todas. Por lo tanto, es en la práctica donde se demuestra
que los calificativos tales como antiautoritario, independiente, libre... no son de adorno sino que evidencian una
9
realidad. Apuntar que es necesario para las radios consideradas como libres que tengamos en cuenta nuestra
posición, nuestro potencial subversivo, nuestras estructuras, nuestros fallos y nuestros vicios para así poder analizar
nuestra realidad. Debemos tener claro que a mejor organización, reflexión y debate entre l@s componentes de la
radio tenemos unas estructuras internas que funcionan mejor y una emisión de mejor calidad. El hablar sin
complejos y con ánimo de apoyarnos, siempre hace que nos superemos y aprendamos, tanto individual como
colectivamente. Para acabar, animarte a crear tu propio medio de comunicación alternativo para poder expresarte.
A mayor comunicación y diálogo entre sectores desfavorecidos por el capitalismo, menos manipulación informativa
y más posibilidades de acabar con éste sistema tan pernicioso para la gran mayoría.
10
Descargar