Subido por Helberth Alexei Morales

Fuentes de las Obligaciones

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r
CAPÍTULO III
Fuentes de las obligaciones: referencia general
En realidad, en tratándose del estudio de la teoria general de las obligaciones,
una vez precisado su concepto, tiene sentido aludir, como consideración inmediatamente siguiente, a las fuentes que las originan, pues su génesis se convierte en
el natural punto de partida para el examen del régimen legal que les es aplicable.
Pero como ocurre que el examen compteto de las /uentes de las obligacíoque sea la nomenclatura que se util¡ce comporta una exten-cualquiera
sión c¡ertamente apreciable, incluso separable en componentes con virtualidad
para ser estudiadas en forma independienterr), Io que en estas páBinas se consigna, con expresa conciencia y premeditac¡ón, es apenas una relerencia general al
tema, que cumpla el propósito de dotar de una premisa lógica de pensam¡ento,
el contenido que en los capítulos siguientes se va a considerar.
nes
De ahí que los renglones siguientes se limitan a hacer esa referencia general,
con identificación, a part¡r de Ia noción misma de fuente de la obligación, de las
situaciones jurÍdicas de las que se predica esa caracterización, mirándolas desde el punto de vista del tratamiento legal, complementado con lo que propone
la doctrina para su consideración en forma sistematizada. El propósito
re-se una
p¡te- no va más allá de puntualizar los rasgos básicos que tipifican a cada
de las distintas fuentes de las obli6aciones, para identificar las hipótesis que caben detrás de su creación o nacimiento, de modo que luego se pueda acometer el estudio de las diferentes facetas que las obligaciones, como tal, desarrollan en el tráfico jurídico.
1.
NOCIÓN DE FUENTE DE LA OBLICACIÓN
De la mano de la noción de fuentes del Derecho, aplicada al campo especi-
fico de las obligaciones, las fuentes de estas últimas están referidas al acto o hecho que las produce, vale decir, a la situación fáctica a la que una norma impone
(1)
Por eiemplo: (i) lateoríageneral delcontr¿to (o del acroonegociojuríd¡co),(ii)losd¡slintos contratos en particular, (¡ii) Ios llamados aclos ilícilos, agrupados en la comúnmente
conocida responsabilidad civil exkacootractual, etséter&
38
soN
to5¿
rv¡Nro rrM{Nrz
^R^r^Noo
como efecto la creación de ese vínculo que une el debet prestar del deudor con
el poder exigir del acreedor, respecto de una determinada prestación. En palabras
de la doctrina, "Fuente de la obligación es el hecho jurídico que le da nacimiento,
que origina o Senera la obligación"r'?), o, en aproximación con alBUna var¡ante, "se
llama fuente al hecho, acto o disposición le§al en que se origina la obl¡gación"o).
2.
TRATAMIENTO I ECAI
Es sabido que el derecho romano ¡nicialmente reconoció dos fuentes de las
obligaciones
contratos y los delitos-, a las que agregó, como resultado
-los
cuas¡contrade su propia evolución en el tratamiento del tema, otras dos
-los
tos y los cuasidelitos-(o).
Desde la óptica del derecho comparado, la influencia del derecho romano
se manifiesta en varias legislaciones luego vigentes, que acogen la clásica iden-
tificación de cinco fuentes de las obligaciones, con la tradicional nomenclatura
de contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito y ley6). Por supuesto, hay que señalar que en otras latitudes se acogen formulaciones legales de un perfil diferente,
más acompasado con desarrollos dottrinarios posteriores en el tiempo, no uniformes entre sí, ni en el número de fuentes que se reconocen, ni en la nomen-
clatura que se les asigna'6).
Concentrando la atención en nuestro ordenamiento, el Código Civil se encarga de señalar en el artículo 1494, primer precepto del libro cuarto *De /as
obligaciones en 7eneral y de los contntos-, que:
Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos
o más personas, como en los contatos o convenc¡ones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación de
una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otñ percona, como
rUiNTt§Dt IA5OBL cAc oñts,
en los delitos; ya por disposición de la ley, como entre
Abel¡uk Manasevich, René, ob. cir., tomo l, p.43.
€)
Borda, Cuillermo, ob. c¡t, p.34-
(4)
Se
(5)
Así ha ocurrido, por ejemplo, en las legislaciones francesa, española y chilena.
(6)
A manera de ilust¡ación, la legislación mexicana
Civil de 1932- menciona sers
fuentes: Ios conlralos, la declaración uñilateral de-Código
voluntad, el enriquecimiento ilegítimo,
la Best¡ón de neBocios, los actos ilícitos y el ries8o profesion¿l; la legislación italiana
Civil unificado de 1942 aboga por tres fuentes: el contralo, el hecho ilícito,
-Código
el acto o hecho idóneo para producirlas de conformidad con el ordenamienlo jurídico.
discute sa el derecho civil ¡om¿no reconoció a la /ey como fuente ¿ulóñoma y directa
de obligaciones) o si lo hizo sólo como sustrato de las cuatro ya mencionadas, pues a
diferencia de lo que, como se verá, ocurre hoy entre nosotros, no se hallan en el ámbito
del derecho civil romano casos equivalentes que reflejen, con nitidez, ese reconocimienlo.
los
padres y
los hijos de familia.
Posteriormente, en el artículo 2302, con una aproximación parcialmente repetitiva de la recién descrita, se incluye la mención expresa del cuasidelito, en
el contexto de los actos o hechos ilícitos realizados con culpa, para distinguirlos de los dotados igualmente de ilicitud, pero realizados con intención de daque conforman la categoría del delito; se8ún este texto legal, que
ñar
-dolo-,
emp¡eza por indicar que: Las obligaciones que se conüaen sin convenc¡ón, na.
cen o de la ley o del hecho voluntario de las partes, y luego señala que: 5, e/ he'
cho de que nacen es líc¡to, constituye un cuas¡conlrato, termrna precisando en
los dos incisos finales, en su orden, que: 5l e/ hecho es ¡lic¡to, y comet¡do con
intención de dañar, constituye un delito y que Sí el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañaL const¡tuye un cuasidelito o cuipa. No deja de llamar la atención la diferencia que, en lo literal, se aprecia en el texto de nuestro
a ículo 1494 cotejado con el precepto 1437 del Código Civil chileno, casi idént¡co, salvo que este último incluye la mención expresa del cuasidelito -t...1 ya a
consecuenc¡a de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como
en los delitos y cuasidelitos [...] (énfasis fuera de texto), situac¡ón respecto de la
cual no se encuentra una explicación d¡ferente a la de una mera omisión involuntaria, s¡n efectos materiales en virtud del reconócimiento de esta categorí¿ en
el aludido artículo 2302 del estatuto patrio.
Con este panorama normativo
1494 y 2302-, es indiscutible
que el Código Civil reconoce cinco -artÍculos
fuentes de las obligaciones, a saber, el conttato, el cuas¡contrato, el delito, el cuasidelito, y la ley. Lo que procede ahora es
delinear la tipología básica de cada una de esas hipótesis, con énfasis en las más
trascendentes desde la perspectiva de la frecuencia e importancia que t¡enen en
el mundo jurídico.
Así, de cada una de las fuentes reseñadas se puede decir:
.
(2)
rtr¡rt¡Cl¡ Ct¡rrnet l9
El contrato, segúnel artículo 1495 del Código Civil, es un acto porel cual
una parte se obliga para con oüa a dar, hacer o no hacer alguna cosa,lo
que significa que esta primera fuente, siguiendo orientaciones de la doc'
trina, hace relación al acuerdo de voluntades generador de obligaciones,
con independencia de los comentarios o críticas que al precepto en mención se efectúan, a lo que ya hicimos alusión en el capÍtulo anterior, cuando estábamos en la tarea de precisar la noción misma de oblígación.
La anterior descripción en todo caso se contrasta con la plasmada en el
artículo 864 del Código de Comercio, a cuyo lenor El contrato es un acuerdo de dos o más partes para const¡tu¡r, regular o extingu entre ellas una
relación jurídica patrimonial [...], lo que otorga a la figura un espectro sin
duda más amplio, pues no solo Ia generación de obligaciones
-también
la modificación y la extinción- forma párte de su tipología, aunque esta
f!tN1t5 Dt
40
tosÉ¡rMAñoo
soNrv
t
hro
lrMtN
Siendo tan imprecisa la noción del cuasicontrato, como ha quedado de manifiesto, el legislador vaciló eno¡memente al establecer la enumeración antedicha y, así, los primeros proyectos del
Código contemplaban únicamente los más típicos, según lo tantas veces dicho, pago indebido y agenc¡a ofíciosa; el Proyecto
de 1853 agregó a ellos la comunidad y la vecindad.
Cabe decir que la ampliada noc¡ón de contrato consignada en el estatuto
mercantil sí va en la línea de asim¡lár adecuadamente contrato con convención, contrario a lo que en ese punto se predica del precepto del esta-
-el
arlículo 1495* ya reseñado.
De cualquier manera, el contrato se presenta como la expresión más relevante del denominado postulado de la autonomía de la voluntad, cuyo
eje, en lo que a consagración normat¡va respecta, se ubica en el artículo l602 del Código Civil: Todo contrato legalmente celebrado es una ley
pan los contratantes, y no puede ser ínvalidado sino por su consentimien'
to mutuo o por causas legales.
.
El definitivo contempló la fo¡ma enunciativa ya señalada, pues
dice que los enumerados son los principales cuas¡contatos, lo
cual revela que en la legislación hay otros, lo que ha permitido
asignarles tal carácter a varias instituciones jurídicastst.
La diferente naturaleza jurídica de las situaciones que califican como cuasicontratos va aparejada con su ubicación dispersa en las distintas áreas
del derecho c¡vil para efectos de su estudio, por lo que es habitual, y se-
En relación con el cuasiconüato, vimos que el artículo 1494 del Código
Civil, al referirse a las fuentes de las obligaciones, alude a su connotac¡ón
de hecho voluntario de la persona que se obliga, a lo que es preciso agregar la doble caracterización adicional impregnada en el artículo 2302 lbí-
guramente aconsejable, su consideración en el contexto propio de los temas cercanos: la comunidad, como hipótesis asociada a la titularidad en
cabeza de dos o más personas del derecho de dominio o propiedad sobre
una misma cosa, desde luego tiene lugar en el de¡echo de los de¡echos
rcales o detecho de los bienes; la aceptación de la he¡encia o legado pertenece al campo del derecho de sucesiones; el pago de lo no debido sigue ubicado en el terreno del derecho de las obligaciones, pero guardando relación directa, como es obvio, con el tema del pago como causal de
ext¡nc¡ón de las mismas; la agencia oficiosa, por el contenido de la actividad que encierra
por cuenta de otro-, también en la esfera
del derecho de las-actuac¡ón
obligaciones, suele mirarse de la mano de la figura del
contrato de mandato, en el que tal connotación iSualmente se presenta,
pero con la diferencia evidente y superlativa de estar, en un caso
-el del
mandato-, frente a un contrato
de voluntades-, al paso que
-acuerdo
en el otro
agencia oficiosa-, se está frente a un cuasicontrato, preci-la
samente caracter¡zado por la falta de acuerdo de voluntades.
dem, a la luz del cual el cuasicontráto excluye la convención o acuerdo
de voluntades y tiene la condición de acto lícito. SeBún el primer inciso de
esta disposición, Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen
o de la ley o del hecho volunta o de las partes, en el entendido de que, a
voces del inciso segundo, Siel hecho de que nacen es lícito, constituye un
cuas¡conttato. De ahí que sea admisible la propuesta doctrinaria foránea,
proveniente de una línea normativa similar a la nuestra, según la cual "Los
cuasicontratos son hechos voluntarios y lícitos que difieren de los contratos
en que excluyen el acuerdo de voluntades, esencial en la convección"(').
Según el artículo 2303 del Código Civil, Hay tres principales cuas¡contra'
tos: la agencia oficiosa, el pago de lo no debido, y la comunidad, enun'
ciado que advierte expresamente sobre el carácter no taxativo de la enumeración allí contenida, lo que a su vez se acompasa con referencias
adicionales del mismo legislador, como la contenida en el ya mencionado
ar¡ículo 1494, en que se alude en el ámbito del cuas¡contrato a /a acepta-
.
ción de una herencia o legado.
Nuestro Código les destinó el título 36 del libro 4"
contratos, y en el artículo 2.285 declaró:
a los cuasi'
Planiol, Marcel y Ripert, Ceorges, lrctado p¡áctico de detecho civil {rancés (traducción
Mario Díaz Cruz), tomo Vl, primera parte, Edilorial Cultural S.A-, pp. 12.
Por su lado, siguiendo los lineamientos de los incisos tercero y cuarto del
mismo artÍculo 2302 del Código Civil, el delrto puede definirse como el
hecho ilícito, cometido con intención de dañar
a dolo-, al
Autorizada doctrina chilena, referida al artículo 2285 de su Código Civil,
de texto igual al del artículo 2303 de nuestra compilación, ilustra sobre
este particulat a partir de los antecedentes históricos de la norma:
17)
r CtNtRAr 4l
"Hay trcs pr¡ncipales cuasiconüatos: la agencia oficiosa, el pago
de lo no debido y la comunidad".
hipótesis, la de creación de obligaciones, siga siendo la que interesa en el
plano de las fuentes, que es a lo que nos referimos en este capítulo.
tuto civil
rA5 03llCAClOr.lt5 RtrtRtNC
rz
-equivale
(8)
Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., lomo l, pp. 152 a 153. Este aulor menciona, en el
contexto de la le8islación chilena, algunos okos casos de cuasicontralos, entre ellos, el del
depós¡to necesatio en manos de un ¡ncapaz,lambién reconocido con ese carácter entre
nosotros, conforme a la precept¡va del attículo 2262 del Código Civil. Díez-Picazo ubica
como obliSacioñes nacidas de cuasicontralo las que derivan de la tulela o curatela enlre el
lutor o curador y el pupilo (DÍez Picazo, Luis, Fundamentos del detecho c¡yil patr¡monialLas telaciones obl¡Eatoriar, lomo ll, cúarta edicióñ, Madrid, tditorial C¡vilas, 1993, p. 135).
42
tosÉ ARMAN Do BoNtvrNTo
JtMÉN t
z
ctNtRAt
tL,tNTt5 o{ tAs oBr cAcroNti RtrIRrNc
43
^
paso que el cuas¡del¡to se concibe como el hecho ilícito, cometido con
culpa pero sin ¡ntenc¡ón de dañar
lo que la propia norma habla de
-por
cuasidelito o culpaadvierte, enlonces, que el delito y el cuasidelito se agrupan en su con_
sideración de hechos ilícitos que infunden daño a otÁ lviolación del
principio de nemrnem /aedere o prohibjción de ofender el derecho cle los
demás-, dando origen a la obligación
eso son fuentes- de indem_
-por
nizar los daños causados con la conducta
antijurídica, en los términos del
conocido artículo 2341 del Código Civil, que usualmente se reconoce
como la columna vertebral de la llamada responsabilidad civil extracontractual, según el cual El que ha comet¡do un delito o culpa, que ha inferidg d.añg a ot.ro, es obligado a la indemnización, sin perjuicio'de la pena
principalque la ley imponga por la culpa o el delito comátidoo). A manera
de regla general, que tiene importantes excepciones, la configuración de
esta clase de responsabilidad ubica en quien Ia ¡mputa _la víctima que
aspira a la reparación del daño- la carga de demoitrar la culpa o el dolo
del supuesto infractor
a respónder-, culpa y dolo que, entonces/ no se presumen y -llamado
que debe el ¡nteresado demostrar, salvo que _por
eso se habla de excepciones- la ley establezca la presunción o, inclur,r,
prescinda de verificar la presencia del factor de imputabilidad para impo_
delito o cuasidelito civil, fuente de obligación indemn¡zator¡a, al tiempo
que no todo del¡to civil o cuasidelito civil es conducta punible en lo penal,
si no tienen verificación las exigencias de tipicidad, ant¡juridicidad y culpabilidad, tal como las entiende y aplica esa disciplina jurídica.
Se,
ner consecuencias indemnizatoriasrr0).
Quizá no sobre aclarar que las expre:iones de delito - dolo- y cuasidelito
de la esfera civil que estamos considerando,
-culpa-, apropias
no corresponden
la nomenclatura y sign¡f¡cado que tienen en el dere_
cho penal, en el que se habla de conducla punible ldelitos y contraven_
ciones- para aludir a aquella que es típica, antiiurídica y culpable, y de
la que pueden derivar las consecuencias que la Íey p"nri .onr"gr"i,,i. Lo
c¡erto es
todo acto realizado por una persona, con dolo o cjpa, que
_que
cause daño a otra, tiene virtualidad para generar, como delito o cuasideli_
to, la obligación de indemnizar los dañoi causados a la víct¡ma (re¡ación
obligatoria acreedor-deudor), con base en las reglas de la responsabilidad
civil, independ¡entemente de que a la vez sea, o-no, conducia punible en
el ámbito penal, con consecuenc¡as, o no, en ese ámbito del oráenamien_
to jurÍdico; lo que equivale a decir que todo delito penal _los hay con
dolo y con culpa- en el que el sujeto que Io comete causa daño a otro es
(9)
(10)
(11)
tsto, sin periuicio,de la.hipótesis de responsabilrdad por riesgo o ¿(tiv¡dad ripsgos¿ o
peligros¿, desarollada doctrinaria y ¡uígprudenci¿lmenle.
fal vez Ia hipótes¡s más destacada, d€ lratamiento excepcional en el contexto de la
responsabilidad extracontrectual de Ia que se h¿bl¿, es l¿ ielativa a d¿ños causados
con
ocasión de I¿ realización de las denomihadas actividades,iesgosa, o pel6Áas.
Artículos 9", 19, 34
orros- del Código penal (t. 599/2OOO).
-enke
.
Por último, la consagración de Ia /ey como fuente autónoma de obligacionesrr') alude a situac¡ones en las que la norma jurídica es el soporte directo de la relación obligatoria, sin cabida para ninguna de las otras opc¡ones
creadoras conceb¡das por el ordenamiento, como ocurre, para mencionar el evento que ella misma trae a colación al final del artículo 1494 del
Código Civil, con las que nacen ent¡e los padres y los h¡jos de familia, o,
con concepción basada en considerac¡ones de alguna manera semejantes, pero de mayor espectrorrr), con las obligaciones de alimentos, reguladas a partir del artículo 411 ibidem: Se deben al¡mentos: l. Al cónyuge.
2. A los descendientes. 3. A los ascend¡entes. [...].
Para term¡nar este aparte se puede afirmar que se está en presencia de una
enurneración comprensiva, que encuentra en la ley una modalidad de fuente residual que recogería cualquier hipótesis no comprendida en las posibilidades anteriores, ante lo cual tiene sent¡do su aceptación como enunciación taxativa, pregonada por la doctrina chilena con régimen legal equivalente en Io sustancial:
"La enumeración que efectúa el Código es evidentemente taxativa, y por ello se
lra fallado que en nuestra legislación no ex¡sten otras fuentes de las obligaciones
que las enunciadas, de manera que cualquiera figura jurídica que las genere hay
que encuadrarla forzosamente en alguna de dichas categorías'/ira).
3.
TRATAMIENTO DOCTRINARIO
lndependientemente de la existenc¡a de la consagración legal, en los términos expuestos, es evidente que la doctrina se ocupa del tema de las fuentes de
las obligaciones con aproximaciones generalmente dist¡ntas a la nomenclatura normat¡vamente utilizada, generalmente con el propósito de hacer planteamlentos sistemáticos de ordenación o de c¡as¡ficación de las mismas. Y es una
tendenc¡a que se observa con nitidez tanto en la doctrina nacional como en la
foráoea, y dentro de esta, tanto en la de países que t¡enen en sus normas una
terminología igual o semejante a la de nuestro Código Civil como en la de lat¡tudes en las que se ha optado por líneas de expresión de perfil diferente, tal
como ya se comentó.
(12)
Porque es cierto que lo es como sustrato de las demás fuenles específicas (el contrato, el
delito, elc.), en la medida que ella las consagra.
03)
Por ejemplo en razón de parentesco en niveles ampliados, o de matrimonio.
(t4)
Abeliuk Manasevich, René, ob. ci¿., lomo l, páBina 45.
44
tost
soNrv¡Nro JrMÉNtz
tUtNTl! Ot
^RMANoo
general, el criterio o parámetro de sistemat¡zación al que con mayor frecuencia se acude parece ir en la vía de identificar y dilerenciar las fuentes voluntaias y las fuentes no voluntarias de las obligaciones, entendiendo el elemento voluntariedad en el sentido especílico de la intención reflexiva de querer
nacimiento de obligaciones, en nuestra perspectivalos efectos jurídicos
-el
derivados del acto realizadorr5), to que se traduce en el eje de la tipología del
denominado acto 7u rídico, llamado a contraponerse, como la otra gran opción,
.
.
fuentes de las obligaciones son el acto jurídico
-pluriunilateral-, los actos ilícitos
delito y el cuasidelito-, el en-el
riquecimiento sin causa y la leyr':r).
Se8ún Hernández Cil, las fuentes de las obligaciones se ubican en la voluntad
contrato y la promesa unilateral-, la norma con presupuesto de voluntad
lícitos, gestión de negocios, responsabilidad obje-actos
tiva- y la norma
sin presupuesto de voluntadp2).
.
-nacional
Para Ospina Feroández,las fuentes constantes de las obligaciones son el
acto juríd¡co, que se expresa mediante el contrato y el acto uniPersonal o
manifestación unilateral de voluntad, y el hecho jurídico, cuyas especies
principales son el hecho ilícito y el enriquecimiento sin causa(r6)
SeBún Cubides Camacho, las fuentes de las obligaciones se concentran
en el acto jurídico y el hecho jurídico. El primero puede ser unipersonal
(unilateral) o pluripersonat (bilateral); el segundo lo comprenden el hecho
imputable dañoso y el hecho con virtualidad para obligarrlT).
(16)
Para Josserand, Ias
-el
tranjera- muestra el s¡Suiente Panorama:
(]5)
45
lateral y
A manera de simple ilustración, sin duda diciente en lo que respecta a la diversidad de aproximaciones en cuanto a la presentación formal del asunto, y a
y exla nomenclatura que se ut¡liza, algún recorrido por la doctrina
.
6tNtR^l
-que
sa y otras
al hecho jurídico.
.
OBtICA(lONt5: RtltRtNClA
comprende los delitos, los cuasidelitos, el enr¡quecimiento sin cauobligaciones que surgen de la propia ley-('?o).
En
.
LA5
Al decir de Pérez Vives, Ias obligaciones pueden nacer de los actos jurídicos, det enriquecimiento s¡n causa, de la responsabilidad civil
-precontractual, contractual, poscontractual y extracontractual (delictual y cuasidelictual)-, y de la leyr'8).
.
Claro Solar identifica como fuentes de las obligaciones, los contratos, los
cuasicontratos, los actos ilícitos y la ley(r'g).
.
a Planiol, entre otros- entienden que
Autores como Borda
-siguiendo
comprende
las fuentes de las obligaciones son dos: la voluntad
-que
los contratos y, para quienes la admiten, la voluntad unilateral-, y la ley
Así se observa, por ejemplo, en Alvaro Pérez V¡ves {Pére¿ Vives, Álvaro, ob. cil., volumen
l, parte primer¿, pp. 9.17), rorge Cubides Canracho (Cubides Camacho, ior8e, ob. cit, pp.
174 ¿ 176), René Abeliuk (Abéliuk Manasevich, René, ol.¡. cit., tomo l, pp.47'48), y tuis
Díez Picazo (Díez P¡cazo, Iu¡s, ob. cit., p 137).
ospina Fernández, Cuille¡mo, ob. cn, pp.4B-53.
\17)
Cubides Camacho, lorBe, ob. c¡t., pp.174 a 178.
(18)
Pérez Vives, Alvaro, ob. cif., volumen l, parte primera, pp.9_'17.
09)
Claro Solar, tuis, Explicaciones de derccho c¡vil chileno
lomo X, voluñeñ V pp. 566-604.
y
comparado De
Es
En opinión de Larenz, las obligaciones pueden nacer de los negocios juridicos, de la conducta social típica, de hechos Iegalmente reglamentados
y, excepcionalmente, de un acto de soberanía estatal con efectos constitutivos en materia de derecho privadour).
por sí solo elocuente el menú de posibilidades terminológicas utilizables
en este tóp¡co particular.
4.
COMENTARIO FINAL: DOBLE FORMULACIÓN
Secuela de todo lo dicho es que la formulación de las fuentes de las obligaciones no puede prescindir, en nuestro sentir, de los términos de la consagración
normativa correspondiente, Io que, ubicados en el ámbito nacional, supone y e\ige el reconocimiento, con ese carácter, del contrato, el cuas¡contrato, el delito, el
cuasidelito y la ley, con el significado y alcance que tuv¡mos ocasión de señalar.
Pero, al tiempo, ello no es incompatible ni excluyente con la presentación del
m¡smo tema en función de un esfuerzo de sistematización y, si se quiere, de actualización de terminología, en el cual, conforme ha quedado reseñado, habrán
tantas propuestas como autores se ocupen del asunto, a sabiendas de lo cual
puede sugerirse, siguiendo la tendencia al parecer más extendida, la expresión
de las fuentes de las obligaciones distinguiendo dos grandes posibilidades, con
sus propios desarrollos internose'): el acto jurídicot'?st y el hecho jurídico, ubican-
(20)
Borda, Cuillerrño, ob. cil-, pp.34-37.
(21)
,osserand, [oui5, Derecho civ¡|. Teo¡íd Beneral de
las
obl¡gaciones Ítraducción de Sant¡a8o
Cunchillos y Manterola), tomo ll volumen l, Buenos Aires, Edrciones Jurídica! [uropa'
América, pp. 13,291,45A y 463.
(22)
Hernández Cil, Antonio, ob. ci¿., pp. 148 a 158.
(21)
larenz, Karl, Derecho de obliqaciones, tomo I, Madrid, Ed¡toíal Revista de Derecho
Privado, pp. 55-64 (traducción de Jaime Santos Briz).
124)
las
obli$aciones,
In estas, conciliando expresiones tradicionales, como la de contrato, que por su importancia y vigencia debe lener presencia explÍcita en nuestro sentit y alBUna de perlil contemporáneo, como la de hecho con vitualidad para obligar, utilizada por Cubides Cama(ho.
a
46
,o«
ARM^NDo BoN rvrNro ,r^t fN12
¡UtNTt5 Dt LAt OSlrC^ClONt5, RtftRtNCl^
do dentro del primero, Ia hipótesis principal
del contruto, y a su lado, con todo
y el margen de discusión académica
que comporta, la manifestación unilateral
de voluntad',ht; y denrro del ,ugrnao, !r a"noí
t";;""";r;';;;;;;;ílcno ¡ht¡Lo
y, con carácter abierto y residull,
el acto o hecho co. iirr"iJ"a p))r
rotU*.
Desde la perspectiva del tralamiento
del tema en la doctrina, la siqu¡ente re_
deJo dicho por et profesor Cubides c"-"i1.,"i¡""á
ü .i"r,ara au
¡cLo8er un¿ vrsron panorámica del asunto,
incluyendo las precisiones pertrnen_
tes de las nociones de acto
¡utidico y n"á" ¡u,,air:J,""i",
irr'i"rri,L,r.."*
de mayor aceptación:
:::T::"-"
i"
de las obligaciones los actos o hechos de que
ellas provrenen.
es caoa¿ de engendrar una obiigación;
solamente
efectos, regulados por el derecho, consisten
en
el
deber de
l^q^y:]9t-.yr?r
re¿trzdr o en la facullad de exigir
una prestación.
.t::^tf"":
,\o
rooo ¿oo o hecho
l)erecho es un ordenam¡ento social, fundado
en la justicia y encaminado
La norma jurídica, máxima expresión á"1
Ourá.Áo. ,"
1,!,^"1-::rO"
mrna entonces al ordenamiento de la
"n."_
vida soiral a" rnoJo qrá ari", por
rw
d¡ferentes aspectos, se desenvuelv¿
deniro de t".on."p.io-i J"i Uián
6"n"ral o común. Si dentro de su función
ordenadora f, ,"rir'irlAi.J*"Ol*"
El
125)
También se uljl¡za, con lrecuencia,
la expresjón
(26)
abslra.to, l¡ene sentido
f,y-i119,
"n cómo h manifestación Ia inquietud de la formr.:tación desde l¿ óprica de
preg.,ntarse
de
de negocjo ¡uríd¡co.
vot,nraJ;;
g¿cron
-concepto que comportá dos e¡l
r¿_docrnna
n¿c¡on¿r'en
cásos con( retos pn los que ¿si ocurre.
Alv¿ro
;;
iár" ir¡"i"'pJi'a"
g";i.r,:lr,
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¡;;;;p;;,,;r;;::I::::i"flJ.',::::*;,"""¿TiIfÍ:1il::
pirez vi,ñ,
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nlrrdos de aclos turidicos de form,r.irin
unil¿re.al,
f"rtrr"niá,
heren(i¿, lá otprta. l¿ esiipulación para
"l vir.i, Aiu,",;,;;. ".;;"';;irr"^
otro,-cr,." rÉ"ro,
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Jorge tubides car"<¡o, "lnreri", ,""iÉr;f)..".ii",¿"
mdnrrest¿ciones unitarerales di votunrad
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pp.
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CtN¿¡^t
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para un acto o un hecho determinado, el efecto de generar vínculos prestacionales, tal acto o hecho será propiamente fuente de obligaciones.
Recordemos que la norma jurídica es efectiva solo en la medida en que un
acto o un hecho sean realizados. Por eso con toda razón dice Ciorgio del
Vecchio que la norma jurídica es'un imperativo hipotético', requiere de cier-
ta hipótesis, un acto o un hecho, para que pueda tener verdaderamente imperio. Si no existieren elementos o situac¡ones de hecho la norma jurídica
no tendría efectividad práctica alguna y quedaría simplemente como un concepto ideal o abstracto. Por su parte los elementos de hecho, sin normas jurídicas, serían anarquía; no tendrían efectos obligatorios ni menos podrían sus
autores rec¡b¡r la sanción o consecuenc¡a debida a su ejecución y omisión.
Cuando para la hipótesis de hecho la norma jurídica impone un deber o confiere una atribución se dará la noción de fuente.
t...1.
Como queda sentado, las situaciones de hecho se tornan jurídicas cuando
están reguladas por una norma de derecho, y son fuentes de obligaciones
cuando la regulación se manifiesta en el deber de realizar o en la posibilidad
de exigir una prestación. Las situaciones juríd¡cas-fuentes pueden ser actos
voluntarios y reflexivos, como un contrato o la aceptación de una herencia,
o hechos involuntar¡os, s¡mplemente físicos o humanos pero ajenos a la voluntad reflexiva, como la muerte de una persona o un hecho dañoso no intencional. La summa d¡visio en esta mater¡a es así la que distingue entre fuentes voluntarias y fuentes no voluntarias de las obligaciones.
El carácter voluntario o involuntario de la fuente se aplica a la producción
de la obligación respectiva; por ello para determinar si una fuente es o no
voluntaria deberá indagarse si el efecto de crear obligaciones ha sido el directamente perseguido por el agente en el momento de real¡zar el acto o si,
por el contrar¡o, el efecto de generar la obligación se ha producido con in.
dependencia de la voluntad reflexiva del agente. En el primer caso se tratará
de fuente voluntaria; en el segundo de fuente involuntar¡a.
A la fuente voluntaria se le llama genér¡camente acto jurídico. A la involuntaria hecho jurídico. Tanto uno como otros son especies del género s¡tuaciones jurídicas; su diferencia radica en la voluntariedad del efecto obligatorio.
Acto juríd¡co es toda man¡festac¡ón de voluntad intencionalmente d¡rig¡da a
produc¡r efectos.iurídicos. Los efectos que se derivan de los actos jurÍdicos
consisten, en general, en la creación, la modificación o la extinción de relaciones jurídicas. Dentro de nuestro análisis estas relaciones son las obligaciones. De manera que para el presente estudio el acto jurídico busca la producción, modificación o extinción de obligaciones.
El acto jurídico puede ser unipersonal (unilateral) o pluripersonal (bilateral).
Es
unipersonal cuando la manifestac¡ón de voluntad proviene de una sola
48
t()5[ ARMAxoo BoNrvrN]o I MÉNrz
persona. Es pluripersonal cuando tal man¡festación prov¡ene de dos o más
personas. Este toma también el nombre de convención. Cuando el acto.iurídico bilateral o convención busca la producción de obligaciones, toma el
nombre de contrato.
Desde el punto de vista de la fuente u origen de las obligaciones, puede en
tonces clasificarse el acto jurídico así: manifestación unilateral de voluntad,
o sea, el acto juríd¡co unilateral que reflexivamente busca generar obligaciones/ y contrato.
Hecho jurídico es todo hecho físico o hecho humano cuyos efectos jurídicos
relevantes se producen por el solo ministerio de una norma jurídica, con independencia de la voluntad reflexiva.
Si el efecto no es jurídicamente relevante, el hecho no tendrá virtualidad al-
Suna como fuente de obligaciones. Tal el caso, por ejemplo, de la lluvia o
de la sequía que no produce alteraciones en el ritmo ordenado de la vida
en sociedad.
Para que un hecho jurídicamente relevante pueda llegar a tener la cate8oría
de fuente de obligaciones es preciso que é1, y las consecuencias que de él
se derivan, estén contempladas en la ley, y que además tales consecuencias
sean precisamente la creación de un vínculo obligator¡o. Si la consecuencia
del hecho no es la creación, sino la modificación o extinción de relaciones
obligatorias, no podrá tampoco, claro está, tener la calidad de la fuente"r2T).
Al final, el objetivo y el resultado no pueden ser otros que encontrar, cualquiera que sea la nomenclatura que se utilice, adecuada correspondenc¡a entre tas fuentes expresadas en función de la consagración normaliva, y las que se
invocan por la vía doctrinal, que necesariamente deben, de una u otra forma,
quedar comprendidas en aquella primera posibilidad de aproximación. Y ello se
estima en general fácil de corroborar, al menos en lo que tiene que ver con el
contrato, como espec¡e de acto jurídico que es; del delito y el cuasidelito, típicos actos o hechos ilícitos, espec¡e de hecho jurídico; y de la ley, que encuentra
correspondencia en la opción residual del hecho con virtualidad para obligar.
Solo el cuasicontrato eventualmente requeriría alguna consideración detenida,
seguramente examinando por separado los distintos cuasicontratos --disímiles
entre si como en su mcmento se comentó(28)-, para definir su ubicación en lo
que a la correspondencia propuesta concierne, donde se descartan, de entrada,
las opciones del contrato --especie de acto jurídico- y del acto o he<:ho ilícito
de hecho jurídico -.
-especie
\27) Cubides Camacho, )orBe, ob. c¡t-, pp. 173-176.
(28)
Il ejercicio que se propone es mirar individualmenle cada cuasicontrato e rdent¡licar, en l¡
clasificeción de fuentes propuesta doctrinariamente, aquella en la que quedaría comprendido.
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