Subido por Estefanía Aristizábal

Actividad N° 1

Anuncio
La calidad de la educación: ejes para su definición y evaluación
Luz Mery Santamaría Cortés
Universidad de Baja California
9 de septiembre de 2018
Nota
Equidad y calidad educativa, profesora: Dra María de los Ángeles Jaquez,
Doctorado en Educación, Universidad de Baja California.
La correspondencia relacionada con este documento debe ser dirigida a
[email protected]
Introducción
El presente reporte de lectura describe las principales ideas del artículo “La
calidad de la educación: ejes para su definición y evaluación”, escrito por Inés
Aguerrondo. Esta autora de origen Argentino, dedicada a la investigación y
producción de conocimiento en educación y al trabajo en torno a la gestión y
planeamiento educativo, aborda ampliamente el tema de la calidad educativa
desde una perspectiva crítica frente a concepciones reduccionistas. Por ello,
adopta una posición compleja y multi diversa de la calidad para realizar el
análisis de modo general en el contexto latinoamericano. Así las cosas, en
dicho informe de lectura, no sólo se dice de qué trata el texto, sino que se
introducen algunos apartes analíticos respetuosos con la autora, precisando los
límites conceptuales y de discusión fijados por ella. Estos sucintos análisis
sobre lo que implica la calidad, provienen de la permanencia en el campo
educativo como maestra a lo largo de 23 años.
En este informe, la primera parte ubica la discusión que sostiene la autora en
torno al concepto de calidad, el cual surge del campo de la economía, con
perspectiva eficientista y productiva, pero es abordado por ella sobre un
fundamento de totalidad. Por este motivo, se traen a colación las características
de la calidad analizada desde esta mirada. Seguidamente, en otro apartado, se
manifiesta, como la afirma la autora, que la educación, siendo un fenómeno que
pertenece a todo un engranaje social, es influida por dimensiones ideológicaspolíticas, técnico-pedagógicos y de organización. En torno a esto, se hace una
desagregación de cada uno de estos ejes; lo que demuestra una vez más que
la calidad es un asunto intrincado, difícil de evaluar, máxime si se le valora
desde aspectos superficiales. Ya para finalizar el informe, se escriben algunas
conclusiones.
La calidad de la educación: ejes para su definición y evaluación
La calidad de la educación es un tema que genera un vasto debate desde
distintos actores, escenarios y campos de trabajo. Este importante asunto de
discusión, ha sido tratado por autores como Inés Aguerrondo, una mujer
Argentina, cuya trayectoria en el campo de la investigación, de la planeación y
las reformas educativas, le ha permitido realizar aportes sustanciales frente al
esclarecimiento de qué implica la calidad en educación. El bagaje de
Aguerrondo, situado en una perspectiva polivalente y global, otorga a sus
contribuciones un análisis que sobrepasa el rol del investigador y trabajador del
conocimiento, para dirigir la reflexión hacia el campo estratégico, político y de
gestión. Todas estas aristas de la calidad, la sitúan en una concepción
compleja y constituida por múltiples variables que abriga no sólo el compromiso
de la escuela y del maestro, sino también la responsabilidad del Estado, la
sociedad y la cultura.
Para iniciar, Aguerrondo (2018) enuncia que las nuevas demandas,
tecnológicas y científicas, contrastan con una realidad educativa que aún sigue
marcada por la burocracia, la parsimonia en la gestión, la rutinización de las
prácticas y la poca pertinencia de los contenidos curriculares. Es decir, esta
autora Argentina reconoce que a pesar de los movimientos culturales del siglo,
el conjunto de vectores que enmarcan la educación, sobre todo en América
Latina, manifiestan cierta resistencia al cambio y la transformación. Su análisis,
se desarrolla a partir de esta paradoja, ya que por un lado están las nuevas
lógicas contemporáneas atravesadas por la globalización, la producción
acelerada de la información y la comunicación que achican cada vez más el
planeta, y por otro está, un sistema educativo que todavía hunde sus raíces en
la modernidad. Por ello, la Argentina, discute el concepto de calidad desde una
postura compleja.
Entonces, ¿qué significa la calidad para la autora? Según su planteamiento
este concepto procede:
“De un modelo de calidad de resultados, de calidad de producto final, que nos pone
en guardia, sobre todo por el hecho de que bajo estas ideas suelen estar los conceptos
de la ideología de la eficiencia social que considera al docente poco menos que como
un obrero de línea que aplica paquetes instruccionales, cuyos objetivos, actividades y
materiales le llegan prefabricados” (Aguerrondo, 2018).
De esta acepción, situada en una perspectiva mercantilista, instrumental y de
producto, deviene el concepto de calidad. De ahí deriva su evaluación, en la
cual, se acude sólo a herramientas cuantitativas y se miden variables
superficiales que dejan por fuera elementos estructurales. Esta evaluación,
para el caso colombiano, se ha centrado en la medición de los aprendizajes, la
relación matemática maestro-estudiante, cobertura, promoción y deserción.
Desdeñando un poco lo anterior, Aguerrondo (2018) sostiene que la calidad,
es un concepto complejo y totalizante, social e históricamente determinado,
imagen y objeto de transformación y patrón de la eficiencia. Con esto, la autora,
reconoce que la calidad educativa descansa sobre un campo global y muy
amplio en donde coexisten variables epistemológicas, ideológicas y políticas,
administrativas y de gestión, pedagógicas y curriculares. Esta visión abriga a un
sinnúmero de actores, situaciones históricas, económicas, culturales y sobre
todo políticas que influyen en la educación. Este proceso social es
interdependiente porque es influido por el micro, meso y macro contexto y a la
vez, su injerencia en los procesos de transformación es innegable. Por todo
esto, esta investigadora Argentina ratifica que una “mejor educación para toda
la población” se integra en una relación dialéctica de mutua retroalimentación
de dos dimensiones (la sustantiva y la instrumental), (Aguerrondo, 2018). La
sustantiva se refiere al conjunto de dimensiones ideológicas, políticas y
pedagógicas, mientras las instrumentales integran la organización y la
administración.
Con base en lo anterior, Aguerrondo (2018), reitera que la calidad educativa
se garantiza cuando se logra la articulación entre los elementos sustantivos y
los instrumentales. No obstante, muchas veces las posturas y propuestas
pedagógicas (elemento sustantivo) no encuentran resonancia en las decisiones
políticas y administrativas (elemento instrumental), pues parecen ir en
contravía, máxime en un país como Colombia y la mayoría de América Latina,
en donde la burocracia, la politiquería y la corrupción entorpecen esta relación
dialéctica. Todo esto, hace que la calidad, sea un concepto difícil de concretar
en la práctica real, debido a las tensiones que se dan entre los distintos
sectores, lo que significa para los gestores de las políticas y la forma como los
maestros y la escuela realizan sus prácticas, lo cual al fin y al cabo es
determinante en la calidad.
Entonces, la calidad de la educación y lo que permitiría una aproximación a
una verdadera evaluación, se constituye según Aguerrondo (2018) de dos
dimensiones generales, siendo la primera relacionada con las definiciones
político-ideológicas y la segunda asociada con las opciones técnicas o
pedagógicas. A la vez, estas últimas se dividen en tres ejes: eje epistemológico,
pedagógico y organizativo-administrativo. Como ha de verse, sólo algunos de
los aspectos de la segunda dimensión son evaluados en países como
Colombia, cuyo campo de análisis principal son los aprendizajes en los
distintos niveles, la cobertura, la deserción y la promoción. Este modo de ver,
deja por fuera otras variables estructurales y sitúa la calidad en aspectos
superficiales que si bien tienen que ver con calidad, no deja de ser una postura
reduccionista y simplista de la misma.
Siendo la educación parte de un gran sistema que la determina,
dimensión política-ideológica, según Aguerrondo (2018)
la
“Se define por una serie de demandas, siendo tal vez la distribución del
conocimiento la más importante. De igual modo, otras de las exigencias a la educación
provienen de otros sistemas como el cultural, el cual requiere la formación en la
identidad cultural, el sistema político de donde se reclama la formación democrática
para promover una sociedad solidaria y participativa. Otra de las demandas provienen
del sistema económico, en cuanto a la necesidad de formar para el desarrollo, la
ciencia y la productividad”.
Como puede advertirse, todo este engranaje donde la educación es sólo una
pieza más, es lo que le otorga mayor complejidad al concepto de calidad. La
calidad tiene que ver con los aprendizajes, con la enseñanza, con la formación
del maestro y con las prácticas pedagógicas. También, se revela en las
propuestas curriculares, en los modelos pedagógicos, en cómo la escuela
responde a las demandas de la época, en el impacto social, económico y en el
desarrollo que se provee a partir de la educación. Además, la calidad se asocia
con el compromiso del Estado, la sociedad, de los medios de comunicación, de
la familia y otros actores que tienen el poder político, legislativo y de gestión.
Ahora, con relación a la dimensión técnico- pedagógica, cuyas implicaciones
tienen más que ver con la organización del sistema educativo y con la vida de
la escuela y las prácticas pedagógicas, posee varios elementos. Uno de ellos
es el epistemológico, el cual se refiere a la preeminencia de las características
relacionadas con la cultura humanista, o las relacionadas con la cultura
tecnológica (Aguerrondo, 2018). Este campo define la concepción de
conocimiento y su incidencia en la formación, porque ésta puede disponerse
hacia la técnica y la productividad o revestirse de una tendencia hacia el
cuidado del ser, el saber convivir, con un matiz humanista fuerte. De acuerdo a
cada intencionalidad, se realiza la escogencia de los saberes a enseñar en la
escuela, lo que constituye los contenidos curriculares. El currículo, es la
concreción de las demandas ideológico-políticas y conforma una selección
cultural que realiza la escuela, el cual orienta la práctica. Siendo así, el tipo de
currículo define en buena medida la calidad de la educación, ya que este
requiere pertinencia, adecuación al contexto y demandas exógenas,
favorecimiento de una escuela más incluyente…
En cuanto al eje pedagógico, segundo en la dimensión técnico-pedagógica,
éste responde a preguntas como: ¿Qué características definen al sujeto de
enseñanza, cómo aprende el que aprende, cómo enseña el que enseña, cómo
se estructura la propuesta didáctica? (Aguerrondo, 2018). Como ha de verse,
este eje se posa sobre la reflexión pedagógica y didáctica, porque invita al
maestro a analizar las distintas posturas psicológicas sobre el desarrollo y el
aprendizaje. Producto de este análisis, se generan las propuestas didácticas y
modos de planificar la enseñanza y conducir el aprendizaje. Estos modos de
acción en el aula, muchas veces no atienden a unas concepciones explícitas
sino que derivan de imaginarios producto de la experiencia del maestro y que
se mantienen implícitamente. De ahí, que explorar las prácticas para desvelar
las teorías que las orientan, tenga que ver con la calidad porque ello determina
caminos de transformación.
Con relación al tercer eje, que se refiere a la organización y que contiene,
desde el análisis de la autora, la estructura académica, la institución escolar, la
conducción y supervisión (el gobierno) (Aguerrondo 2018), se observa que este
involucra no sólo al maestro sino a otras instancias externas a la escuela que
tienen como encargo la planificación educativa, la evaluación y el seguimiento a
las políticas. Puede decirse, que este se ubica en las intermediaciones entre la
dimensión ideológico-política y la vida de la escuela, porque es allí donde se
estructuran los niveles y fines de la formación, lo que debe aprender y alcanzar
el sujeto en cada etapa de su proceso educativo. Es claro, que todo esto se
vincula con la articulación entre los niveles y que la planificación y organización
inicia desde niveles superiores y desciende al campo escolar y del aula, porque
el maestro, en tanto sujeto político, tiene poder de decisión y es quien le da
cuerpo a los ideales educativos que se gestan desde otros órdenes. Por tal
motivo, en la figura del maestro recae buena parte de la calidad de la
educación. Esta consideración, cobra más relevancia si se tiene en cuenta que
para el caso colombiano la ley general de educación de 1994, concedió la
autonomía necesaria a la escuela para construir un proyecto educativo propio y
pertinente.
Ya para concluir, la autora, después de aclarar las implicaciones de la
calidad educativa en el mundo que hoy vivimos, deja ver que no es fácil
acercarse totalmente al concepto y menos a su evaluación. Es por eso, que su
propuesta, libre de una postura eficientista, combina varios elementos llamados
por ella sustantivos e instrumentales, los cuales ponen en escena los
componentes, diríamos filosóficos, teóricos e ideológicos que inspiran la
educación y los componentes de carácter material, administrativo y de gestión.
Por tal razón, ninguno de las dos dimensiones puede soslayarse a la hora de
analizar la calidad del sistema educativo, el cual también hace parte de un
macrosistema complejo y diverso. Por otro lado, Aguerrondo, realiza una
contribución importante para la toma de decisiones y la evaluación educativa,
desde una mirada amplia y con perspectiva que a su vez ilumina la acción.
Finalmente, la calidad de la educación debe ser un asunto ubicado en un
contexto específico conformado por múltiples variables que integran lo social.
La calidad en los países latinos requiere ajustarse a las demandas de este
territorio, ya que usualmente los parámetros que se usan para su evaluación,
provienen de instancias internacionales que obedecen a lógicas mundiales,
pero olvidan las condiciones latinoamericanas.
Referencias bibliográficas
Aguerrondo, I. (2018). La calidad de la educación: ejes para su definición y
evaluación. Recuperado el 9 de septiembre de 2018, en
https://www.researchgate.net/publication/44818477
Descargar