Para realizar el trabajo, elegí una entrevista realizada en el

Anuncio
Para realizar el trabajo, elegí una entrevista realizada en el periódico Critica de
la Argentina en el año 2010 a la periodista y profesora en Letras, Silvia Bacher,
que habla sobre los medios y las nuevas tecnologías en las escuelas, en la
Sociedad de la Información, en este cuatrimestre también tuve la oportunidad
de leer distintos segmentos de su libro “Tatuados por los medios”.
A continuación cito toda la entrevista y remarco los temas más importantes del
texto que luego trataré de relacionar con los textos de Palamidessi “La escuela
en la sociedad de redes” y Huego “Los medios y tecnologías en educación”
Silvia Bacher: “Los medios son las nuevas
escuelas”...
“Para enseñar latín a Pedro hay que saber latín, pero también hay que saber
Pedro”. Con este proverbio jesuita empieza el libro de Silvia Bacher, profesora
de Letras, periodista especializada en educación, directora de múltiples
proyectos sobre comunicación, infancia y juventud para organismos como
Unesco y Unicef, y autora de Tatuados por los medios, un título que sintetiza
un estado de cosas que hace ya unos años se instaló en la escuela. Porque
hoy “saber Pedro” implica conocer las nuevas tecnologías y entender que
Pedro no llega al aula solo: llega con todas las pantallas que ha mirado.
SB: –Hoy, los medios son las nuevas escuelas –dice Bacher–. Si bien la
escuela sigue dejando una marca muy fuerte en aquellos que asisten, a la otra
escuela, la de los medios, asisten todos. Con el gran riesgo de que los nuevos
“maestros”, es decir los guionistas y los gerentes de programación, no tienen
formación ni conciencia de su responsabilidad.
El 25 por ciento de los jóvenes latinoamericanos no va a la escuela formal –no
es el caso de los niños, que tienen una asistencia del 98%– y el 50% no
alcanza los niveles de rendimiento considerados “imprescindibles”. Pero todos
ellos –los que van y los que no, los buenos y los malos estudiantes– asisten
puntualmente a la escuela de los medios. Y esa escuela crece: según diversos
estudios, el 95 por ciento de los niños y jóvenes que viven en ciudades
latinoamericanas accede de modo habitual a internet, el 83 por ciento tiene
celular y el 67 por ciento se entretiene con videojuegos. Además, todos miran
un promedio de cuatro horas diarias de televisión.
–Todos los chicos están expuestos a las pantallas, y lo hacen cada vez más
tiempo y cada vez más solos y cada vez ante más pantallas –asegura Bacher–.
Ya no se trata sólo del televisor sino también de los celulares, internet, los
cíber, los videojuegos. Y lo que se termina armando son escuelas, que quizá
no son constructivas ni los ayuden en el desarrollo de su autonomía, pero
siguen siendo escuelas.
Periodista: –¿Qué enseñan estas nuevas escuelas?
Tal como están planeadas, construyen modelos a los que casi nadie puede
acceder y, en consecuencia, someten a los chicos a un grado alto de violencia
simbólica y material. Hay una propaganda que se veía hasta hace un tiempo en
la que a un chico lo llamaban por su nombre cuando se apagaba la luz, y
cuando se encendía lo llamaban “Dumbo”. ¿Qué valores se impulsan? Se
enseña a no mirar, a no reconocer.
P:–¿Por qué la escuela tradicional no puede presentar batalla?
SB: Porque no es la institución sólida que solía ser. Hoy no se sabe para qué
hay que educarse, no se sabe cómo.
P: –Usted dice que ni chicos ni padres saben muy bien para qué hay que
ir a la escuela.
SB: ¿Y los docentes? La mayoría de ellos tampoco sabe. La sociedad entera
perdió el sentido de la educación. Y frente a este desconcierto, el mercado se
presenta con certezas: el sentido de su existencia es vender. En ese escenario,
la educación, que por un lado parece un bien endiosado y reconocido por
todos, queda vacía y desconcertada.
P:–¿En qué situaciones se nota este desconcierto?
SB: Por ejemplo: se cree que informatizar significa llenar las escuelas de
computadoras. Éstas no garantizan innovación pedagógica, ni calidad
educativa ni pensamiento crítico, y ni siquiera inclusión. A pesar de esto, los
organismos de crédito internacional, apoyados por funcionarios locales,
consideran que es urgente llenar las aulas de computadoras. Pero nadie
responde a la pregunta “para qué”. ¿Para qué querés computadoras? “Para
que los chicos las usen”, te contestan. ¿Y para qué querés que las usen? ¡Y
ahí no hay respuesta! Mientras tanto, no se forma a los docentes. Sólo se los
mansilla diciéndoles: “Ustedes son migrantes digitales, no saben nada, son
incapaces, los que saben son los chicos…”.
P: –¿De dónde llega este discurso? ¿De las escuelas, de los medios, de las
familias…?
SB: De todas partes. En el mundo entero se ha construido un discurso muy
perverso y muy ligado a la década de los 90, donde lo valioso es lo nuevo que,
al ser novedoso, entretiene.
P:–De ahí que se les pida a los docentes que sean entretenidos.
SB: Claro, y eso tiene que ver con una estética mediática y de tiempos cortos.
Los medios se han ocupado durante mucho tiempo de mostrar a la escuela
como un lugar obsoleto y de mostrar a los docentes como gente incapaz de
producir una transformación. Porque internet enseña que A es B, pero no
pregunta qué pasaría si A no fuera B. Para eso están los maestros.
P: El libro de Bacher cuenta historias. Entre ellas, la de una maestra que teme
hacer el ridículo cuando enseña tecnología; la de otra docente que se abruma
cuando le dicen “usá videos en clase, usá la tele, usá la computadora”, y ella
sólo tiene en su casa un aparato VCR; la de una escuela que recibió una
partida de computadoras y, al no saber qué hacer con ellas, las puso bajo llave
para que no se rompan, y la de un maestro de escuela “informatizada” que,
para captar la señal del teléfono celular, debía subirse al último escalón del
tobogán del patio del recreo.
–No alcanza con tener computadoras –explica Bacher–. Por encima de las
máquinas, hay que encontrar el sentido a la educación. Vos ves que muchos
adultos mayores dicen: “Yo uso la tecnología porque mis nietos o mis hijos
viven afuera”. Ahí hay un sentido, un para qué. Cuando el docente perdió la
ruta de para qué está al frente del aula, cuando no sabe u olvidó o no se lo
formó para que recupere ese deseo de usar todos los medios a su alcance
para hacerse preguntas, ahí está el problema. Y ese problema se magnifica
con el ingreso de las pantallas, los celulares que te graban en clase, el copypaste en las pruebas...
P:–Bueno, el copy-paste es la versión actualizada de copiarse. Eso siempre
estuvo.
Exacto. Es un problema de ética. Y vuelvo a lo mismo: si uno sabe para qué
estudia y cuál es el valor de formarse, no tiene sentido hacer un copy-paste. No
es un tema de tecnología sino de pensar por dónde va el compromiso. Y hoy la
escuela de los medios instaló que no hay compromiso. Hace un tiempo había
una propaganda de una casa de comida rápida que decía: “Es tan barato que
vas a sentir que nos robaste”. ¿Qué están diciendo? ¿Qué hablan del copypaste, cuando esta otra “escuela” da estos mensajes?
No es el único mensaje que dan “los medios”. En el último año, según analiza
Bacher en su libro, la institución educativa llegó a la televisión de la mano de
títulos catástrofe como: “Expulsan a dos alumnos por humillar a un docente”,
“Le queman en clase el pelo a una profesora, lo filman y lo suben a internet”,
“Adolescentes usurparon el colegio”, “Armas en la escuela” y “Cuatro nenes de
jardín acusan de abuso a un profesor”. Pero Bacher todavía espera los otros
títulos: los que hablen del problema mayor; de docentes, pantallas y toboganes.
Huergo en el texto “Los medios y tecnologías en la educación” y Bacher en la
entrevista hacen hincapié en la errónea creencia que el ingreso de las
tecnologías a las escuelas es sinónimo de calidad educativa, pensamiento
crítico e inclusión, cuando no es así hoy en día. Es solo un ideal.
Huergo explica “este prejuicio ampliamente difundido condensa dos sentidos:
que la posibilidad de «hacer más rápido» que instalan las tecnologías en el
quehacer educativo incide en el logro de competencias que son imprescindibles
para acceder al nuevo mundo del trabajo; y que por la vía de la inclusión de
nuevas tecnologías en educación, por lo tanto, se logra una inclusión de los
hombres en la sociedad actual. Sin embargo, hoy nos encontramos con dos
escenarios histórico-sociales que desafían a la educación: un considerable
número de analfabetos absolutos y funcionales en América Latina, como
consecuencia de las dictaduras y el neoliberalismo; una contradicción entre las
posibilidad de alfabetizar tecnológicamente a nuestros pueblos y las
condiciones de segmentación e injusticia social en que esa alfabetización ha de
insertarse (lo que multiplicaría las situaciones de analfabetismo, exclusión
social, selectividad e inequidad educativa)”.
En el capítulo 1 de Palamidessi que se titula “La escuelas y las tecnologías, en
el torbellino del nuevo siglo” dice que la influencia de la digitalización y
mundialización de las comunicaciones en los procesos educativos no deja de
incrementarse: Hay mucha información en las pantallas, cada vez más.
Los sujetos la cantidad y diversidad de conocimientos, textos y productos que
circula no deja de crecer; los sujetos con los que trabaja la educación escolar
son crecientemente atravesados por flujos electrónicos globales que proveen
una parte cada vez más importante de los materiales sobre los que se
construyen las narraciones de lo social y la identidad de los individuos;
La escuela deja definitivamente de ser el canal privilegiado mediante el cual las
nuevas generaciones entran en contacto con la información sobre el mundo,
proceso que ya había iniciado la irrupción de la TV algunas décadas atrás.
A esto también se refiere Bacher en su libro como bien dice la entrevista
comienza con el proverbio “Para enseñar latín a Pedro hay que saber latín,
pero también hay que saber Pedro”. Este saber Pedro es saber que Pedro
llega a la escuela con muchas pantallas miradas. Con conocimiento que no es
enseñado por los docentes, sino por las pantallas.
Esto no puede ser ignorado por la escuela, esto genera indefectiblemente la
creación de un nuevo espacio educativo y en este nuevo espacio es
imprescindible el rol docente.
Anteriormente la enseñanza institucionalizada por los sistemas educativos
estableció una relación asimétrica entre aquellos que poseen un saber --o son
capaces de acceder a un saber- y deben transmitirlo, y otros que no lo poseen
y desean o necesitan adquirirlo. Esta diferenciación ha sido uno de los pilares
en los que se asentó el poder y la autoridad de los docentes.
Pero desde hace algunas décadas, algunos de los elementos que fundaron
esta asimetría han comenzado a ser cuestionados o relativizados. La relación
con las TIC condensa algunos de esos desplazamientos; la vida de la mayor
parte de los docentes en ejercicio ha transcurrido en un entorno social y
tecnológico radicalmente distinto al actual y su biografía escolar no contiene
escenas en las que las tecnologías digitales fueran un elemento constitutivo de
las experiencias de enseñanza y el aprendizaje. (Palamidessi)
Tomando las distintas posturas que puede tener el docente frente a la
incorporación de estas nuevas tecnologías según Huergo, Bacher a mi parecer
plantea la postura de los educadores educandos ( idea de Paulo Freire) que se
asumen en la necesidad de hacer un proceso de aprendizaje permanente de la
cultura tecnológica con una intencionalidad pedagógica; no temen aprender de
y con los estudiantes ni temen “desordenar” los contenidos y estrategias
tradicionales al incluirse en un proceso creativo y productivo.
Para finalizar con la reflexión Bacher en su libro “Tatuados por los medios”,
plantea que es indispensable una escuela que reconozca e incorpore las
pantallas pero que proporcione pautas para un consumo racional y crítico. Una
escuela que asuma el desafío de perforar la indiferencia de todos los adultos,
incluso de los reticentes a esta nueva cultura y especialmente la de aquellos
que tienen a su cargo fortalecer la única vía justa, democrática, inclusiva que
conocemos: la de brindar educación de calidad para todos y cada uno de los
estudiantes.
Bibliografìa
- Palamidessi, M., Galarza, D., Schneider, D. y Landau, M., “La escuela en la
sociedad de redes”, FCE, Buenos Aires, 2006.
- Huergo, Jorge, “Los medios y tecnologías en educación”, La plata, 2007.
- Bacher, S. “Tatuados por los medios”, Paidós, Buenos Aires, 2009
- http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=40346
Trabajo
Práctico Nº1
Materia: Producción y
manejo de elementos de
tecnología educativa
JTP: Maximiliano
Duquelsky
Alumna: Rocío Anabel
Tripicchio
Documentos relacionados
Descargar