Semana de la Conciencia Cultural 2015 Recursos de adoración Los siguientes recursos de adoración pueden ser usados en su reunión de media semana o del domingo durante la Semana de la Conciencia Cultural. Para los Cuarteles Territorial y Divisional, podría ser usado para el culto de la capilla. Por favor, siéntase libre de adaptarlos según la duración de su culto. Bosquejo del programa de adoración Llamado a la adoración Invocación Canción Testimonio Canción Oración de confesión Video (Departamento Viscom) Lectura o Drama Canción Lectura bíblica Sermón Canción final Bendición Muestra del programa de adoración Llamado a la adoración Líder: Nos reunimos para adorar a Dios, Todos: quien nos creó y nos ama; Líder: que nos dota de diversidad y nos hace para vivir en comunidad; Todos: que nos da a Jesucristo para mostrarnos cómo vivir; Líder: que inspira a niños, jóvenes, jóvenes adultos y gente de toda edad, Todos: a buscar justicia, a compartir el poder y a vivir juntos en amor e igualdad; Líder: que nos invita a unirnos a la lucha por la integridad y el bienestar para todos, Todos: y cuya presencia, gracia y amor nos sostienen en nuestra vida. Líder: Nos reunimos para adorar a Dios. Todos: ¡A Dios sea toda la gloria, el honor y la alabanza! (Becoming the Beloved Community Resource Packet) Invocación: Dios nuestro Creador, te adoramos y alabamos por ser quien eres. Venimos ante Ti con agradecimiento por la riqueza de tu diversidad. Dios, Tú nos creaste con diversidad y sin embargo nos creaste con tierno amor. Mientras celebramos nuestra diversidad, Señor, ayúdanos a comprender tu propósito divino al hacernos diferentes. Danos poder para ser instrumentos de unión y paz. Que tu Espíritu Santo nos guíe para que podamos comprender en realidad que tu paz es tu regalo a la iglesia y al mundo. En medio de la diversidad, ayúdanos a recordar que somos uno en Cristo. Ayúdanos también a recordar que tu gloria se desvanece donde hay favoritismo y discriminación. Ayúdanos a recordar que nuestra identidad está en Cristo en lugar de en nuestras diferencias. Señor Dios, somos tu pueblo, tu pueblo diferente y diverso; pedimos tu bendición sobre nuestra comunidad, nuestra iglesia y nuestras familias. Oramos en el nombre de Jesucristo, Amén. (Mennonite Church of Canada, Worship Resources – Many People’s Sunday, May 5, 2013) Canción: “Venid ante el glorioso rey” (por Keith & Kristyn Getty) http://www.youtube.com/watch?v=dctt7Wuju68 Testimonio (Invite a una persona de diferente raza o cultura a compartir cómo ha sido recibida por el Cuerpo) Canción: “De qué color es la piel de Dios” http://www.thelyricarchive.com/song/1651508-215605/De-Que-Color-Es-la-Piel-de-Dios Oración de Confesión Extending the Invitation [Extendiendo la invitación] por John van de Laar Líder: Señor Jesús, es algo vergonzoso, mientras Tú has mandado invitaciones a todos para que vengan, nosotros estamos parados a la puerta rechazando a la gente. Es vergonzoso cómo encontramos manera de justificar, en tu nombre, las líneas que trazamos entre nosotros, las exclusiones y sospechas, la ambición y los juegos de poder, que hieren a los humildes, y protegen nuestros intereses especiales. Y por eso oramos: Todos: Levántanos por encima de nuestra mezquindad y autoprotección, y úsanos como tus agentes de justicia y misericordia; Que tu gracia abra nuestras puertas, extienda nuestros brazos y vuelva nuestra atención a los excluidos, a los rechazados y a los ignorados. Que tu sabiduría nos enseñe, abra nuestros corazones y desafíe nuestra apatía para encontrar soluciones para los conflictos y amenazas creadas por nosotros en nuestro mundo. Que tu amor libere nuestras energías, active nuestras habilidades e inspire nuestra acción para sanar a quienes llevan las cicatrices del abuso, de la guerra y de la enfermedad, para consolar a quienes lloran la pérdida de seres queridos u oportunidades, para restaurar a quienes han fallado o caído, para nutrir la vida quebrantada de toda persona y cada parte de nuestro planeta. Y haznos heraldos de tu reino que extienden tu invitación a todos los que quieran oír. Amén. Video (Preparado por el Departamento Viscom. Lo recibirán a finales de noviembre) Lectura por Scott Hawkins Lector 1: Señor, todo está cambiando. Está ocurriendo muy rápido. Es diferente, muy diferente. Lector 2: Sabemos que Tú dijiste: «Vayan a todas las naciones», pero esto es diferente. Señor, Tú no dijiste que ibas a enviar a todas las naciones a nosotros, ¿verdad? Fue fácil enviar nuestros dólares a las misiones para que los misioneros pudieran ir allí. Pero Señor, las personas de esas naciones están viniendo aquí a nuestros pueblos. Están cambiando nuestras escuelas. Están cambiando nuestros supermercados. Están cambiando nuestros vecindarios, ¡y ahora se están uniendo a nosotros en nuestras iglesias! Lector 3: Son diferentes a nosotros. Se ven diferentes. Hablan un idioma diferente. Piensan en cosas diferentes. ¿O somos nosotros quienes somos diferentes? Pausa Lector 1: Señor, ayúdanos a quitarnos nuestros lentes egocéntricos. Ayúdanos a ver a las otras personas desde tu perspectiva. Ya sea que seamos amarillos o negros, morenos o blancos, recuérdanos otra vez que todos somos bienvenidos y amados por Ti. Lector 2: Abre nuestros ojos para ver tu cruz y después escuchar tu voz otra vez. Lector 4: Hijos, los perdono por su egoísmo, por sus prejuicios, por su falta de preocupación, por sus debilidades humanas. Los amo y siempre los amaré tanto como amo a todas esas personas que están conociendo. Lector 3: Llena mi corazón con tu bondad y compasión, Señor. Permite que vea a las personas con tus ojos. Permite que las reciba como Tú las recibes. Que pueda servir y tocar a otros como Tú me tocas. Lectura bíblica: Isaías 56:1-8 (NVI) Así dice el SEÑOR: «Observen el derecho y practiquen la justicia, porque mi *salvación está por llegar; mi justicia va a manifestarse. 2 *Dichoso el que así actúa, y se mantiene firme en sus convicciones; el que observa el *sábado sin profanarlo, y se cuida de hacer lo malo.» 3 El extranjero que por su propia voluntad se ha unido al Señor, no debe decir: «El SEÑOR me excluirá de su pueblo.» Tampoco debe decir el *eunuco: «No soy más que un árbol seco.» 4 Porque así dice el SEÑOR: «A los *eunucos que observen mis sábados, que elijan lo que me agrada, y sean fieles a mi *pacto, 5 les concederé ver grabado su *nombre dentro de mi templo y de mi ciudad; ¡eso les será mejor que tener hijos e hijas! También les daré un nombre eterno que jamás será borrado. 6 Y a los extranjeros que se han unido al SEÑOR para servirle, para amar el nombre del SEÑOR, y adorarlo, a todos los que observan el sábado sin profanarlo y se mantienen firmes en mi pacto, 7 los llevaré a mi monte *santo; ¡los llenaré de alegría en mi casa de oración! Aceptaré los *holocaustos y sacrificios que ofrezcan sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.» 8 Así dice el SEÑOR omnipotente, el que reúne a los desterrados de Israel: «Reuniré a mi pueblo con otros pueblos, además de los que ya he reunido.» Lector 1: Ahora tiene sentido. La gente dice que el mundo se está encogiendo. Las naciones no están solamente «allá». Miro y las veo, tu creación, aquí a mi puerta, en mis clases, en mi grupo. Lector 2: Si las escuelas pueden abrir sus puertas a todos, si los supermercados pueden abrir sus anaqueles a todos, si los vecindarios están abriendo sus puertas a todos, entonces, ¡cuánto más abriremos nosotros las puertas de tu iglesia para aceptarnos los unos a los otros! Todos los lectores: Porque en Cristo estamos siendo edificados juntos para convertirnos en una morada en la que Dios vive por su Espíritu. Canción: “Somos el pueblo de Dios” http://acordes.lacuerda.net/marcos_witt/somos_el_pueblo-2.shtml Lectura bíblica: 2 Corintios 10:12-18 Sermón: “El Evangelio de Jesucristo Más Allá de los Límites” Canción final: “Del oeste vendrán” (CS #72) Bendición Padre nuestro en el cielo, mientras nos preparamos para dejar este lugar de adoración, te agradecemos por Jesucristo, que es nuestra paz, que ha hecho de los dos uno, y ha destruido la barrera, la pared divisoria de hostilidad. Ya no somos extraños el uno al otro. Sin tener en cuenta cualquier tipo de diversidad o diferencia, nosotros somos tu mucho pueblo. El mundo sabrá que estás en nosotros, y que nosotros estamos en Ti, cuando nos amemos los unos a los otros con corazones puros. Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros. (Mennonite Church of Canada, Worship Resources – Many People’s Sunday, May 5, 2013) Recursos adicionales de adoración Llamado a la adoración: Salmo 117 ¡Alaben al SEÑOR, naciones todas! ¡Pueblos todos, cántenle alabanzas! ¡Grande es su amor por nosotros! ¡La fidelidad del SEÑOR es eterna! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! Canciones: “Cada pueblo bajo el cielo” (CA #194) “Load el nombre de Jesús” (CS #73. Tal vez le gustaría mostrar el video de YouTube que muestra la historia detrás de este himno): http://www.youtube.com/watch?v=C_UhtYhhDFI “Alzad tus huestes” (CA #39) “Más allá del sol” Dramas: “La llamada” “Alcanzando a otros” “Como un buen prójimo” LA LLAMADA (Cruzando nuestros límites) por Martyn Scott Thomas © 2009 por Martyn Scott Thomas. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. Tema: Escritura: Sinopsis: Personajes: Utilería/Vestuario: Escenario: Duración: El llamado de Dios, evangelización Levítico 19:18 Un esposo y su esposa tratan de tener el valor de invitar a un vecino a la iglesia. Rodrigo Rico Karina Rico Dos sillas, una mesa y un teléfono (podría ser un celular). Ropa casual. La sala de los Rico. 4 minutos. [Karina está sentada. Rodrigo está parado mirando a su vecino por la ventana]. Rodrigo: [disgustado] No puedo creerlo; ya está haciéndolo otra vez. Karina: [desconcertada] ¿Quién está haciendo qué otra vez? Rodrigo: Daniel; está sacando la basura. Karina: Yo pensaría que eso es algo bueno. Rodrigo: [mirándola, explicando] Pero no tapa sus botes de basura. Karina: Y... Rodrigo: Y si tiene comida allí, eso hará que los mapaches se deleiten con un gran festín. Karina: Así que los mapaches se comerán su basura, gran cosa. Rodrigo: [agitándose un poco] Es gran cosa. No solo se comen su basura, tiran los botes y riegan la basura por mi jardín. Karina: ¿En serio es tan difícil recoger un poco de basura? Rodrigo: Es mucho más difícil que ponerle las tapas a los botes de la basura. Karina: Vamos, cariño, no seas tan infantil. Rodrigo: ¿Yo? ¿Infantil? Escucha, no soy yo quien se queja cada vez que las hojas de nuestro manzano caen en su lado de la cerca. Karina: Bueno, podrías podarlo un poquito. La verdad es que nuestro árbol se inclina hacia allá. Rodrigo: No escucho que se queje cuando recoge las manzanas de allí. Karina: Y yo no escuché que te quejaras cuando Susana nos trajo ese pastel que hizo con ellas. Rodrigo: En realidad no estaba muy rico. Solo me comí tres pedazos. Karina: Pobrecito. Rodrigo: Y no me hagas hablar sobre el asunto de sus perros. Karina: ¿Qué tienen de malo sus perros? Los mantiene en su jardín. Además, son lindos. Rodrigo: ¿Lindos? ¿Cómo pueden ser lindos si ladran todo el tiempo? Y ni siquiera lo llamaría ladridos. Es más como chillidos [imita a los perros] ¡Yip! ¡Yip! ¡Yip! Karina: Pensé que ibas a tratar de llevarte bien con Daniel. Rodrigo: Sí, pero... Karina: Y pensé que íbamos a invitarlos a ir a la iglesia con nosotros. Rodrigo: Esa fue tu idea, no mía. Karina: Mmm, fue nuestra idea, ¿recuerdas? Oramos durante una semana por nuestros vecinos, y Daniel y Susana fueron quienes nos venían a la mente. Rodrigo: Solo porque él no dejaba de molestarme. Hasta ahora no me ha devuelto mis tijeras para cortar arbustos. Karina: Eso es porque es porque son sus tijeras para cortar arbustos. Se las pediste prestadas y no las devolviste por más de un año. Rodrigo: [cambiando de tema] ¡Yip! ¡Yip! ¡Yip! Karina: ¡No sigas! Hablo en serio, ustedes dos deben hacer a un lado sus niñerías y actuar como adultos. Rodrigo: Yo lo haré cuando él lo haga. Karina: Eso es exactamente de lo que estoy hablando [con seriedad]. Rodrigo Rico, hemos orado sobre esto y vamos a invitarlos a ir a la iglesia con nosotros. Rodrigo: Está bien. Tan pronto como llegue la Navidad. Karina: No. Los invitaremos esta semana. Ahora, toma el teléfono y llámalos. Rodrigo: ¿No podríamos simplemente tirar unas cuantas manzanas más en su jardín? Karina: Rodrigo... Rodrigo: Está bien [levanta el auricular y marca] Hola, ¿Daniel? Te habla Rodrigo Rico, tu vecino [pausa]. No, no necesito que me prestes nada... [mira a Karina y se encoge de hombros] solo queríamos invitarlos a ti y a Susana a venir a la iglesia con nosotros este domingo. Karina: Y... Rodrigo: [hace gestos para que no hable] No, no es nada especial, es solo que pensábamos que ustedes les gustaría escuchar una buena enseñanza bíblica... [retractándose] no porque pensemos que son no creyentes ni nada por el estilo, es solo que pensé que ustedes... Karina: Y... Rodrigo: [hace gestos para que no hable] Ajá, bueno, ya veo. No, no hay ningún problema en absoluto. [pausa] Ya, hasta pronto. Karina: ¿Entonces? Rodrigo: No puedo creerlo. Karina: ¿Qué? ¿Qué dijo? Rodrigo: Dijo que irían. Y ahora, ¿qué hacemos? [Se cierra el telón] ALCANZAR A OTROS (Ensanchando nuestras fronteras) por Martyn Scott Thomas © 2009 por Martyn Scott Thomas. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. Tema: Escritura: Sinopsis: Personajes: Utilería/Vestuario: Escenario: Duración: Amor, hacer el bien Lucas 6:27-28 Dos jóvenes hablan de un programa comunitario de alcance mientras ignoran la necesidad que tienen justo frente a ellas. Perla: la organizadora de un programa de alcance de una iglesia, muy extrovertida. Sara: su amiga y ayudante renuente. Gustavo: un hombre desamparado, sucio y desarreglado (no habla). Una banca o sillas para simular una parada de autobús. Ropa casual, incluidas chamarras para Perla y Sara. Algunos dólares en billetes para Sara. Ropa sucia y harapienta y un pedazo de cartón para Gustavo. Podría proyectarse un letrero de «Parada de autobús» en la pantalla. Una parada de autobús en la ciudad. 4 minutos. [Gustavo está durmiendo en el piso, cubierto con un cartón. Perla y Sara entran, caminando alrededor y casi tropezándose con Gustavo]. Perla: [continúa su conversación, ajena a Gustavo]...y ya sabes, Sara, tenemos una de las congregaciones más generosas. Casi todos participan en nuestro ministerio de Ayuda al prójimo. Sara: Lo sé, Perla. Me lo dices todo el tiempo. Es solo que no creo ser el tipo de persona que pueda hacer ese tipo de cosas. No soy buena con los ancianos. Perla: Ah, es que no son ancianos solamente; ayudamos a gente de todas las edades. Sara: [Con vacilación] Bueno, es que tampoco soy buena con los jóvenes... ni con la gente de mediana edad; y soy terrible con los bebés. Perla: No hay problema. Te pondremos con un grupo ya establecido. Puedes observar lo que los demás están haciendo e intervenir cuando estés lista. Sara: Pero no quiero estar simplemente dando vueltas por ahí. Sentiré que estoy interfiriendo. Perla: Tonterías. Estoy segura de que te sentirás muy a gusto en poco tiempo. Es un ministerio muy gratificante. [Gustavo gime y reajusta su cartón]. Sara: [mira hacia abajo a Gustavo, y después se voltea hacia Perla rápidamente] Espero que ese autobús venga pronto. Entonces, ¿qué tipo de cosas hacen? Perla: Bueno, Ayuda al prójimo se trata de ayudar. Visitamos hogares de ancianos y les leemos a los residentes. Entregamos latas de comida a los bancos de comida. Ayudamos a servir comidas en la época de festividades. Sara: Pero estoy segura de que ya tienes mucha ayuda. Dijiste que participan casi todos los de la iglesia. [Gustavo gime otra vez, un poco más fuerte]. Perla: [ignorando a Gustavo, mirando a ver si viene el autobús] Lo hacen, pero siempre es mejor contar con ayuda adicional. Y sé que serías la persona ideal para esto. Sara: No estoy segura de lo que ves en mí, porque yo no soy ese tipo de persona. Prefiero mantenerme aislada. Perla: Escucha, cuando empecé a venir a la iglesia, yo también me mantenía aislada. Sara: ¿Tú? ¿En serio? Perla: Y entonces, alguien me invitó a servir en la cena de Acción de Gracias y, bueno, mírame ahora. Sara: Pero es que tú eres así. Yo no soy como tú en absoluto. [Gustavo gime otra vez, se da la vuelta, reajusta su cartón]. Perla: [camina apartándose de Gustavo, poniéndose ansiosa] Por lo regular el autobús llega a tiempo. No sé qué lo estará deteniendo. Sara: Todavía soy muy nueva en la iglesia. Quiero decir, apenas he comenzado a asistir a un grupo pequeño. Perla: Ya ves, ya vas por buen camino. Sara: Pero eso es en la casa de los Miranda. Definitivamente, no es un hogar de ancianos. Perla: Escucha, el próximo evento de Ayuda al prójimo será en la carrera de 5K del próximo sábado. Estaremos entregando botellas de agua en la meta. Podrías entregar agua, ¿verdad? Sara: ¿No podría solo comprar el agua en vez de entregarla? Perla: Sara, este es un primer gran paso. Sara: Es que no creo sentirme a gusto de trabajar a nivel individual Perla: Pero no vas a trabajar a nivel individual. Estaremos muchos de nosotros y habrá muchísimos corredores. Sara: Pero, ¿y si alguien me pregunta algo sobre lo que estamos haciendo? Perla: No hay problema. [Gustavo gime otra vez]. Perla: Oye, creo que podemos tomar un taxi a la vuelta de la esquina. Creo que el autobús no va a llegar [toma de la mano a Sara y se van] [Sara espera un momento y después vuelve a entrar, se quita la chamarra y la pone sobre Gustavo, entonces saca unos cuantos billetes y se los da a Gustavo]. Sara: [saliendo, llamando a Perla] ¡Oye, espérame! [Se cierra el telón] COMO UN BUEN PRÓJIMO (ABRAZANDO A OTROS) por Martyn Scott Thomas © 2013 por Martyn Scott Thomas. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. Tema: Amor por los otros Escritura: Lucas 10:29b-37 (NTV) Sinopsis: Utilería/Vestuario: Dos personas narran y dialogan sobre la historia del Buen Samaritano. Lector 1 Lector 2 Dos atriles. Escenario: Vacío. Duración: 4 minutos. Personajes: [Los lectores deberían tener los libretos en los atriles y estar de cara a la congregación, narrando la historia]. Lector 1: ¿Y quién es mi prójimo? Lector 2: Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó Lector 1: y fue atacado por ladrones. Lector 2: Le quitaron la ropa, Lector 1: le pegaron Lector 2: y lo dejaron medio muerto al costado del camino. Lector 1: [al Lector 2] Eso no estuvo bien. Lector 2: [al Lector 1] Bueno, es que eran bandidos. Lector 1: Supongo que tienes razón. Lector 2: ¿Podemos continuar? Lector 1: [a la congregación] Un sacerdote pasó por allí de casualidad. Lector 2: [al Lector 1] Ay, ¡qué bueno! Lector 1: [a la congregación] pero cuando vio al hombre en el suelo, Lector 2: [al Lector 1] ¡Espera! ¿Por qué dijiste «pero»? Lector 1: [a la congregación] cruzó al otro lado del camino y siguió de largo. Lector 2: [al Lector 1] Creo que leíste mal esa frase. Lector 1: [al Lector 2] No, estoy bastante seguro de que leí correctamente. Lector 2: Pero era un sacerdote. Lector 1: Lo sé, pero quizás estaba apurado. Lector 2: Pero debería haberlo ayudado. Lector 1: Pero no lo hizo. Lector 2: Pero debería. Lector 1: Solo estoy leyendo lo que dice aquí. Lector 2: Está bien. Continúa por favor. Lector 1: [a la congregación] Un ayudante del templo pasó y lo vio allí tirado, Lector 2: [al Lector 1] Por favor, dime que lo ayudó. Lector 1: [a la congregación] pero también siguió de largo por el otro lado. Lector 2: [al Lector 1] No otra vez. Lector 1: [al Lector 2] Lo siento. Lector 2: ¿No era judío el hombre al que atacaron? Lector 1: Sí lo era. Lector 2: Pero, ¿no eran el sacerdote y el ayudante del templo sus prójimos? Lector 1: Sí lo eran. Lector 2: Entonces ellos deberían haberlo ayudado. Lector 1: Estoy de acuerdo; pero como ya te dije antes, no lo hicieron. Lector 2: Entonces, ¿quién lo ayudará? Lector 1: Bueno, sigamos leyendo. Lector 2: Está bien. Espero que alguien llegue pronto. Lector 1: [a la congregación] Entonces pasó un samaritano despreciado Lector 2: [al Lector 1] ¿Por qué dice despreciado? Lector 1: [al Lector 2] Es que los judíos odiaban a los samaritanos. Lector 2: ¿Odiaban? Lector 1: Eran enemigos acérrimos. Lector 2: Ay, esto no es bueno. Lector 1: [a la congregación] y, cuando vio al hombre, [pausa] sintió compasión por él. Lector 2: [al Lector 1] Espera, ¿qué? Lector 1: [al Lector 2] Dice: sintió compasión por él. Lector 2: ¿Cómo puede ser? Lector 1: ¿Qué quieres decir? Lector 2: Dijiste que los judíos odiaban a los samaritanos. Lector 1: Así es. Lector 2: Dijiste que eran enemigos acérrimos. Lector 1: Lo eran. Lector 2: Bueno, sigamos leyendo. Quizás la compasión significaba algo diferente en esos días. Lector 1: [a la congregación] Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Lector 2: [a la congregación] Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, Lector 1: donde cuidó de él. Lector 2: Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: Lector 1: «Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad Lector 2: te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí». Lector 1: [al Lector 2] Ahora bien, ¿cuál de los tres te parece que fue el prójimo del hombre atacado por los bandidos? Lector 2: [al Lector 1] Bueno, el último, por supuesto. Lector 1: Correcto. Lector 2: Pero no lo entiendo. Lector 1: Porque no hay nada que entender. El prójimo es el que lo ayudó. Lector 2: Ya lo sé, pero el que lo ayudó no era en realidad el prójimo del hombre. Lector 1: Desde luego que lo era. Lector 2: Pero el hombre era un judío. El sacerdote y el ayudante del templo eran sus prójimos. Lector 1: Por lo que pareces, solo de nombre. Lector 2: Y el hombre que lo ayudó era un samaritano, su enemigo acérrimo. Lector 1: Supongo que es un poco raro. Lector 2: ¿Así que eso quiere decir que cualquiera puede ser mi prójimo? Lector 1: Supongo que sí. Lector 2: ¿Hasta si es mi enemigo acérrimo? Lector 1: Supongo que sí. Lector 2: ¿Y si no es como yo? Lector 1: Aun así puede ser tu prójimo. Lector 2: ¿Y si habla un idioma diferente al mío? Lector 1: Prójimo. Lector 2: ¿De diferente color? Lector 1: Prójimo. Lector 2: ¿Y si come comida diferente? Lector 1: Prójimo. Lector 2: ¿Bajito? ¿Delgado? ¿Con anteojos? Lector 1: Prójimo. Prójimo. Prójimo. Lector 2: ¿Y ellos me van a ayudar? Lector 1: Más importante aún, tú debes ayudarlos. Lector 2: Espera, ¿qué? Lector 1: Debes ayudarlos. Lector 2: ¿A todos ellos? Lector 1: Ajá. Lector 2: ¿Como si todos fuéramos una gran familia? Lector 1: Idealmente. Lector 2: Eso podría ser difícil. Lector 1: Muy difícil. Lector 2: Entonces, ¿por qué? Lector 1: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Lector 2: Eso es mucho amor. Lector 1: Lo sé. Lector 2: No sé si podré hacerlo. Lector 1: Sí puedes. Lector 2: ¿Estás seguro? Lector 1: Sí, lo estoy. Yo te ayudaré. Lector 2: Gracias. Entonces, ¿ya terminamos? Lector 1: No, tenemos que terminar la historia. Lector 2: ¿Qué falta? Lector 1: [señala el libreto] Lector 2: Ay, sí. Lectores: [a la congregación, juntos] Ahora ve y haz lo mismo. [Se cierra el telón]