ESTADO MAYOR SERVICIO CENTRAL DEL HISTORICO EJERCITO MILITAR.: REVISTA DE HISTORIA Aiío VIII MlL,ITAli ; <’ REhTii Di HISTORIA’- MILITAR PUBLICADA POR EL SERVICIO HISTORICO MILITAR DEL ESTADOMAYOR CONSEJO DE LA CENTRAL REVISTA D. Vicente G6mez Salcedo, Coronel de Infantería del Servicio de Estado Mayor. @FE DE REDaccrón: D. Juan Priego L6,pez, Coronel de Estado Mayor. REDACTOR: D. José Manuel Martínez Bande, Teniente Coronel de ArtiIlería. 3 D. Juan Manuel Zapatero López-Anaya, Capitán y Doctor en Historia. DIRECTOR: REDACCI6N Y ADMINISTRACI6N: MARTIRES DE ALCALA, 9 - MADRID - TELEFONO Precio del número:75 pesetas. 247-03-00 SUMARIO Págs. Introducción a la táctica del Cid, por JOSÉ h1.a GÁRATE CÓRDOBA . . . . . . . . . El Coronel don Antonio de Pineda y su viaje mundial, por IRIS HIGBIE WILSON .. . .. . .. . . .. . .. . .. ,.. . .. .. . . . . . .. . .. .,. . .. .. . .. . . .. .. ..< . .. .. . El sitio de Tarragona en 1811, por JULIO BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE . . . .., Dos estudios sobre las guerrillas en la Guerra de la Independencia, por NICOLÁS HORTA RODRíGUEZ ... .. . . .. . .. . .. . .. .. . .. . . .. . .. .. . . .. ... . .. . .. . Guerra de Liberación: El Teatro de Operaciones del Norte en el invierno de 1936-1937, por JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BANDE . .. .:. ... . .. .. . . ... Publicación de fondos manuscritos . .. . . . . .. .. . ... . .. .., . . . .. . ..* .. . .. . . .. Bibliografía... . . . .. . .. . . .. . .. <.. . .. . .. . . . . .. ..a . .. . .. .. . .., .. . . . ... . .. . .. 7 uf 49” 65 I: /: 99 133 lid 1% ‘. : IV. B.-Las ideas expuestas en los artículos publicados en esta revista reflejan únicamente la opini6n personal de sus respectivos autores. a colaborar en ella a los escritores militares 0 ‘civiles, españoles 0 extranjeros, que se interesen por los temas históricos relacionados con la profesión de las armas. En las páginas de la misma encontrarán amplia acogida los trabajos que versen sobre acontecimientos bélicos, destacadas personalidades del mundo militar e instituciones, usos y costumbres del pasado del Ej&cito, . particularmente si contienen enseñanzas o antecedentes provechosos para el militar profesional de nuestros días. Los trabajos serán retribuidos con generosidad, según la extensión acostumbrada en revistas de este tipo y carácter. Esta revista invita Depósito Legal M. 7.667.-1958. -- fALLIRE GRáFICOS VDA. DE C. BPRM’CJO .-J. GARCf.4 MORATO, 122.-TEL. 23.3-ofj-l9.-YADRID INTRODUCCION A LA TACTICA DEL CID por JOSE Ma GARATE CORDOBA Teniente Coronel de Infantería, del Servicio Histórico Militar LA DXTRAÑA TÁCTICA DE UN HÉROE IGNORADO La biografía del Cid no pue,de ser la entrecortada y fria de la Historia Rodeki, ni la de las crónicas árabes, ti da de Zas po&icas, .aunque realistas, narraciones ,del Carmen Campidoctoris y el Ca-ntw de ,«M~o Ci&, todas contemporáneas ‘del héroe. Mucho menos lo .sería la caprichosa mezcla ,de :estas faentes y otros textos fantásticos que hicieron los escritores ,del R,ey Sabio al componer la Crónka G.enersll. La verdadera historia ,d,e Ro,drigo Diaz está en La España .deE Cid, nacida hace treinta y tres años de un depurado estu,di,o críti,oo #de texto.s, documento.s e inscripciones, que hizo D. Ramón Menénd~ez Pi’dal. Obra aceptada hoy en el mundo como ,definitiva para el conocimiento histó,rico Xdtel Campeador y de su ambiente. A pesar #de ese crédito mundial para la obra y su auZor, aún hay ejemplos recientes de anteriores desori.entaciones. Y no es sólgo una muestra la Hi~torW V/‘nzkefwZ, de Rimli, que en 1057 caía en los peores tópicos de la cidofobia (l), sino que el Tratado de Heráldica, tiI trazar hace tres años una semblanza del Cid, basada en Manuel josé Quintana, recoge juicios adversos de tan antigua obra (2). Hará más de quinc.e aiíos que D. Bi,envenido Moreno destacaba ,-con mejor intención y ackrto que ecuanimidadunos párrafos de La Espu& del C’d, sobseTvan.d,o muy agndamente algo que iba &R(1) Historia UaivevsaE Ihstradcr, dirigida por el DR. EUGENIO-TE. RIMLI. Editorial Vergara, 1957,tomo II, pág. 94 (véaseapéndice1). ,(2) Tratado de Heráldica MWw, 1959, tomo III, págs. 162y 163(vktse apCndice II). 8 JOSÉ XI.* GÁRATE CbRDOBA plícito en el prólogo dle IMenéndez Pidal. Vale la pena traerlo aquí, pues en tanto tiempo nadie ha recogido la idea: ((En Lu España del Cid hay muchas referencias a las activi,da,des bélicas del héroe.. . mas la faceta militar de RoSdrigo no está conseguida a pesar de todo. El espíritu de milicia se ha. escapado por Ias grietas .d,e esta obra, a semejanza de un perfume que se evapora en un frasco mal cerra8d,o.» Luego denunciaba un párrafo concreto que de indignaba, hasta hacerle d,ecir : ctE1 Propósito estampa,do al comienzo tde La España del Cz’d muestra la pernicio.sa influencia del ambiente en que los estudi0.s del autor se desenvollvieron.. . El gran sabio español, al expresar estas ideas, resultaba una vktima más de la atmósfera alegre y confiadu, blandamente pacifis,ta y perversamente remarquista, dañino frubo rde la postguerra del 14. El tiempo .ha demostrado después la ingenui,dad de tal ,modo de pensar» (3). En los puntos suspensivos del texto anterior se int,ercalaba un pArrafo d’el Propósito cita’d,o. Por sí so.10 justifka el ,comentario, y, aunque el contexto lo suaviza suficientemente, demuestra también que XvZenéndez Pi,dal no ha intentado penetrar en la faceta mihtar del Ci,d y evI espíritu de milicia de sus hechos. H,e aquí el párrafo citado, encuadrado por el anberior v el siguiente, para reintegrarle a su verdadero sentido. El Sur. :Moreno sólo comenta la parte que copiamos en letra cursiva: ((Quizá alguno piensa que taJ olvido responde a que el recuerdo del CXd no es aho,ra .de la mayor urgencia. Las glorias klz’tares, que antes erm preferidas de la Hktoria, han perdido mucho de sz1 Gmterés; h Hi.rto& *no busca ya eb preparar a los pueblos para las tl*adicionates guerras del odio racial, sino para los nuezSos pugihtos de ta ctiltura. Mas, aparte ,d,e que este cambio de i~deas nlo pue,d,e arrancar su importancia al elemento militar de la Historia, la z$da del Cid TWW~ tuvo como p&c$al ese aspecto guerrero, qu,e aSlguiSen pwde weer tínico en ella, y que es el únko en la vida de otros héroes análogos, como por ejemplo Ro&dán. El Ci,d ofreció siempre un mayor interés humano, palpitante en su graade obra, contrariada y des-. ag+ragdecida» (4). (3) BIE~~NIDO MORENO QUINTANA: El Cmtar de Mio Cid. Revista de la Oficialidad de Complemento, filial de uEjécitoB. (4) RAhfÓN MENÉNDEZ PIDAL: La Españadel Cid. Prólogo a la primera edición, reproducido en la 5.8, 1956, tomo 1, pág. 8. En la illtima parte del párrafo subrayamos por nuestra cuenta una frase .donde Menéndez Pi,dal decide relegar a un lugar secundario el aspecto militar ,d:el Cid. Sin embar,go, la fuerza .del héroe le vence, lo castrense ile intriga en más de una ,ocasión. Y ,esta curiosidad estalla, irreprimible, en un punto concreto de su libro: «El juglar, más, despierto para todo que e.1 cronista latino, fija la atención en los tambores almorávides. . . Lo que no nos dicen ni el juglar ni el cronista es de qué modo la nueva táctica almorávide, repr,esenta,da por sus ,tambores, fue con tanta seguridad superada por Rodrigo. Los clérigos de Valencia se contentan con decir que la ipro,digi,osa victoria del Cuàrte fu.e obteni’da con auxialio bdivino ; pero nos quedamos sin saber q& nueva organización dio el Cid-a sus haces, CIU;: nue\-a cvoiución ideó en la carga y la tornada de los caballeros, para pod,er inf!igir a ,los invictos ejercitos de Yúsuf la primera y grande derrota que sufrieron en España» (5). La preguntz constituye una réplica aaticipeda y oportuna a Ia imputación que acabamos d,e examinar. Es to:do un desafío que espera respuesta militar. Por esa ignorada táctica se interesaba con pasión .D. Matías Martínez Burgos, el primer &iano burgalés, in’citándome a &LIdiarla, poco antes de su muerte. Sin embargo, la historia militar sigue ignorando al Cid. Tal vez porque su historia definitiva, c80nteni,d:t en La Españn del Cid, apareció en 1!?201 siete aííos antes <de nuestra Cruzada de Liberación, y apellas estaba divulgada. Alvarez Coque, en el más moderno texto, ni siquiera lo cita, y los guiones de las Academias *di,cen tan p&Ó de él, que puede ser eje,mplo el que escuetamente nos infirmaba de que «combatió al servicio ‘de moros y gozó cierta fama de bravura»: Much. más comprensible es la desorientación d.e A.lmirante y Martín Arrúe, ,dada su época. El primero habla de «SUS increíbles y dramáticas expe,diciones, imposibles de ajustar en eta narración descarnajda y militarj) (6). En cuanto a Martín k-rile, todó su juicio erg&ico ide las campañas &l Cid consiste en decir: «una crónica árabe ede c,orrerías atrevi,das, rápidas como ca.lifiica sus empresa.s gwrr’eras el relámpago y abrasadoras .como el Tayo». Y no es poco, para Io que enton;ces podía esperarse (7). (5) (8) (7) Ibid. Tomo 1, pág. 530. G:;NEK.~L ALMIRANTE : Historia Militar (véase apédci: MARTÍN ARRÚE: Historia 1Militar (véase apéndice Iv) IIT). JOSÉ 10 N(.& GÁRATE CÓRDOBA I No deja de ser curioso e.1 contraste de !o anterior con cl reciente ‘canto cidiano publicado en Hispanoamérica (8). La simple lectura de La EspaCa cìel Ctid, compl,em,entada con inn,o ,muchos, nos hacen ver que la teresantes trabajos posteriores, Historia Militar debe a Rodrigo Díaz un importante puesto. (9). En Sa msdijda ,de mis fuerzas trataré hoy +de justificarlo con una pnimera aportación que incite, o contribuya, a Il,enar esa página de b táctica ‘del Cid, que injustamente continúa en blanco en nuestra Historia hlilitar. Creo haber ‘oonseguildo algún hallazgo y no es cosa de &esperar .más tiempo para .dar.lo a conocer, pues quikn sabe cuándo pomdrá el estudio completars,e, y si no ha,brá ,otros que estén más preparaSdos para beneficiarlo. EL NUEVO AUTOR DEL «MÍO CID)) Y SU SITUACIÓN MILITAR No hac,e mwho tiempo que al examinar ciertas pectrliari.dades del Cantar ~$4 Mío Cid, resaltábamos las características del autor derivadas de su actitud ha,& el héroe cantaSdo. Ya hemos dicho que el Mio Cid es la úkima ede las gestas representativas de su pueblo, .que su (héroe resulta así tardío. Pero es que además el autor se aparta ,de 10,s ckones segui,dos por 60s juglares. Sin duda, la personalidad viva del Campeador heria la fina sensibilidad del poeta ,haciéndole eminentemente verista en lo psic,ológico y realista en lo a,mbiw-ktal. Con ello el po,cma resulta tan original, que se anticipa a su época tanto como el héroe que canta. Gesta y h&oe no son tar,díos ni tempran,os, rebasan el tiempo, y más que esparioks, son universales, rebasan le;1espacio. Insistíamos en ver ‘una gran proximi,da’d entse hé.roe y autor en el ~tiempo y en el ,espacio, en $0, religioso y en lo militar, hasta pensar que el poeta pudo ser pri,mero hombre de :la mesnala y después monje. Hoy nuestras previsiones se afianzan. Porque en el &ko coldice exist,ente del Mz’o Cti, a,caba ae descubrir Menémlez Pida1 la mano de #dos poetas iniciales, aparte de los posteriores retoques .de juglares y copistas hasta su fecha de 1307. El primitivo au(8) Véase apéndice V. (9) ,VGase apéndice VI. INTRODUCCIÓK A LI TÁCTICA DEL 11 CID kor ecribió en San Esteban ‘d’e Gormaz entrae los años 1103 y 1109. El segundo fue un r8eftmdbdor ,de Mediwceli que b amplió hacia 1140 --antigüe,dad que hasta hoy sle *dio al poemacon asonancias pobres y reiterativas en largas tiradas de versos, recurhmh a la norma ‘de «just,icia po&ica» usual (de t,odo amplia’dor para matar forzand.0 ei arte militar hacia Ala los trai,dores en desafío final; var Fáñez, repitiendo por todo el poema los breves hechos iniciales #d:e&te, hasta ha,cer ,d,e él un ldeuteregonista a,l gusto ‘de la @ca y acentuado con matices ex,tremosos el nudo .dramático de la (cafrenta ‘de Carpes» (LO). Este descubrimiento ade un autor rigurosamente coetáneo del héroe, es muy importante para intqerpretaIr el realismo .de bs hechos que canta, dte su «hktoria cantada». El da al Mío Cid treinta aííos más de antigüe~da~d sobre la calculada y se le identifica por la mayor riqueza y variedad ‘de su versificación, así como su composición en tira.das cortas. El poeta de Gormaz conoce, aím en .lo menudo, Ios nombres ide los hombres y las * tierras, la localización de hs fronteras, episodios secundarios, como la toma de los castillos de Castejón y Alcooer, o la breve estancia, sin .relieve, del Cid en Barae.lona. Conoce el autor la patria chica de muchos mesna,deros, el parentesto.tdel Cid con varios de ellos, l,os nombres sde 29 personajes cristianos y 6 .moros, comprobados históricamente todos menos tres de los primeros y cuatro de los últi,mos. Es más? conoce hasta ocho familiares de los Condes de Carrión, cosa más notable por ser de la nobleza leonesa. Junto a esta ahun,dancia y precisión de datos, insblita en Ia literatura de aa época, hay anacroniscos y arbitrariedades pokticas, muy #comprensibles en un escritor coetáneo y aún aolerables para su auditorio, que conoc,e los hechos. Es que el autor no preteade, ni se k exige, .c;er I-igurosamente histórico, aunque largos pasajes tengan el valor informativo de una «historia can&ada», esencial en la epopeya castellaca. E.n sustancia, los errores del p0et.a ide Gormaz se dimita a alguna alteración *deI orfden de 105 hechos, como en las ,dos acciones sobre Valencia o una trasposición entre )la ,ba3e de operaciones ,d’e Celfa y las de los Poyqs de Monreal y de Cebolla. En cambio, son de.1 refunldidor de Med~nack; ~___ (10) ItAMÓx MENI?:NDEZ en la revista RRomanía,, PJDAL: Uos septiembre poetas en el «Caxtw de 1961, París, tomo de Mio Cèdr. 82, cuaderno Publicado segundo. 12 JOSÉ Id.= GÁRATE CÓRDOBA toda una serie de imprecisiones y anacrorknos, colanza en .h conquista y el asedio de Valewia. así como la mez- ^., Del poeta de Gormaz es el plan total de !a obra. Menéndez Pida1 ~sintetiza su genia1ida.d en que apartánd’ose <de los temas corrientes no enfocó al héroe ‘desde sus proadigiosas conquistas, sino ,desde su lucha ,cont,ra la invidencia ?de una clase sociad supehior, llena de orgullo, prefiriendo ver SU ternura familiar, su moderación como desterraldo, su nobl’eza ,de ánimo incapaz de re.ncor, y SLI triunfo militar, po&tico y social. Con ello Menéndez Pi’daI relega otra vez al último lugar este aspecto militar ‘del Cid, cuando la figura guerrera del Campeador llena todo el poema con trazos vigorosos en 10 psicológico y en. lo épko, sin perjuicio de que la mayor novedad sea su sentido intimista, familiar y social (ll). Al primitivo autor pertenecen los episodios bélicos fundamentales. Suyos son, prádicamente, toldo el Cantar del Destiewo y Ia mayor parte del de las Bo&s, siendo ierlde Carpes el más recargado por la mano dell ref~undildor, como lo prueba también el hjecho de qu,e ca’da cantar sea más largo que el que J’e precede, cuando inicialmente fueron sin ,duda los trses de la misma extensión. No in.siste ya Mmenénd,ezPida1 en que alguno de .los autores fuera .mozárabe 0 cristiano entre moros , juzgando por las peculiaridades adel ,dialecto ilustrado que empleaba. En cambio, se ratifica en la. i,dea ,de que el prim,er poeta no fuese eclesiástico, ya que su principabl y casi único .error en 40s nombres cristianos ‘es el ?del Aba,d cle Cardeña, famoso por su santi,dad. Sin embargo, na,da sugiere sobre su posible filiación militar. Sería importante averiguar aquí que el autor primitivo fuese un caballero de la hueste de Rodrigo y hay muchos datos que nos inchnarían a eho, como el conocimiento de la toponiínia y los persona,jes con referencias a su solar y parentesco. Pero cualquiera de los dos poetas ,muestra no conocer de lo militar sino lo que .en aquel tiempo sabía cua1quier.a que no fuese caballero. Hay un abismo entre la riqueza lde pormenores t,eológicos y m.onacaíies frente a las imprecisiones de organización y tktica cidianas. La visión ,de las .batallas es realista, pero completamente civil y lit,eraria, siguieado fórmu!as francesas que se evitan ,en el resto del cantar (12). El au- i- (11) Véase (32) Menéndez apéndice Pida1 VII. veía en 1942 que el juglar del Cid poetizó el tema cidiano ISTKODCCCI6H A LA TkXICA DEL 13 CID tor ilo pudo ser cabaUero, porque el juglar raramente Jo era, ni seríà peGn porque na,da !destaca en sus versos de la intervención de éstos; y ni siquiera se entretiene un momento al hablarnos de los que eta Valencia hizo el Gd caballeros. Sin embargo, iesto no puede ser la ú.ltj,ma palabra y vamos ,a examinar lueg-o detenidamente otras posibilidades militares del prii ,. I mitivo poeta. La coetaneidad de héroe y poeta es una revelación asombrosa para muchos que vislumbraron antes su posibiliadad. E~lla dleshace la tesis’ de Ríos cuando en su Historia Crítica afirmaba que el autor del poema «no presenció los hechos que ,cantaba, o por no ser caballero o por ,ser demasia:do joven», pues aunque quede en pie la primerá parte ,de la disyuntiva, no está subordinada a la premisa que puede ser ya falsa. 4 on su clara intuición Menéndez Pelayo admiró en el autor «el candor de su narración, como quien canta cosas sabias y creí,das de to,do e,l mundo» (131, lo que hace suponer que eran tam- bién sabi,das ‘d’el poeta. fundo Azorín ve en 61, «quien ha pa.sado la vida con lo. ?.ealidad, sintiendo lo que le rodea con un pro- en contacto sentido de las cosas. Hay, más 8que la tierra, Ea tida que se obsewa en ella y nos hace vivir el siglo XII» (14). Si esto no asegura que el poeta presenció los hechos, al menos lo sugiere. No puede quedar así la cita de Azorin, porque también aÍíade que e! poeta «no se deja arrebatar por el frenesí guerrero)). En esto haría fa’lta vgllorar el alcance ide su observación, pues en el Cantw desarrollándoloal modo francés,imitando los procedimientosde poetización de los juglares francesesen algunos detalles,entre ellos ciertas fórmulas pau-adescribir batallas,aunquemantuvo su estilo y concepciónde la epopeyadentro de la a&t6-’ ridad narrativa y de la historicidad juglarescay juglares, pág. 180,y Más tarde resaltaba la En originalidad propia torno de’la de los poetas castellanos. (Vid. Poe.& al Poema del Cti, 1963, págs. 24 p SS;): épica castellana, recordando que en el aMío Cido sólo había tres casos de influencia francesa. El primero las enumeraciones descriptivas con un xveriedes)) -veríaisinicial en el que se encuentra la descrip&n bélica que comienza en el verso 726, la principal y más cuidada. Aún afiade que es evidente la gran influencia de las achanssons de .gesteo en cantar& castellanos,y así la épica francesatiene que servir continuamentede -guía para Ia kpica española (Los (13) MARCELIXO fomo VI, pág. 271. godos y la epopeya espafiola, pág. 75). (Véase apéndice VII1.j MEW$NDEZ PELAYO: AntologEa de poetas IGros castellanos, Recogido también en Antologia de MenémSez Pelayo de la Bi- blioteca de Autores Cristianos.Madrid, (14) AzORfn: La Cabeza de Castilla, 1959, tomo 1950, ‘pág. II,. p2g. 59. 416. 14 JOSÉ Ka GÁRATE CÓRDOBA hay matices de indudable exultación bklica, ,como el de aquellos persor+aje$ que una y jotra vez vuelven de la batalla «con la sangre chorreaado por el codo», y va,ldría la pena ana’lizar aque’lla impresionante e.stro,fa 36 que a,dmira «tantas lanzas subir y bajar, tanta adarga horadar y traspasar, tanta loriga romper y desmallar, tantos pendones blancos rojos en sangre tornar», con un significativo «viérais», antepuesto a la descripción, que hace desear a los oyentses ver lo que el poeta vio o imaginó en su arte (15). Mejor acertó Milá viendo que el tono general, sosegado, famiíiar, cómico a veces, «rompe con energía en las descripciones de batallas)) (15 bis). La.s bataalas de Castejón y Akocer, reaktas en lo geográfico, den’otan ,el conocimiento detallaIdo de un hecho militar, algo más que creíble, verosímil, pero de tan poco relieve en la historia cidiana, que sugiere pensar en quien lo vivió de cerca. MientIras cre4m*os que el po,eta escribió cuwenta años bespués <de muerto el Cz’d, el Cantar pudo recoger en San Esteban. una tradición, que sorprende por lo minuciosa, pero al ser coetáneo, es más lógico recuento de Sos peones, ya que allí normalmen%e se habla ~510 de pensar qufe «estaba allí» c.uan#do se dio la bataVIla. Tal e,s nuestro punto ,de partida para una interpreta,ción militar del aubos ,d’eJ Mió Cz2 cuando revisamos el poema a la !uz de su nueva ant.igüeda,d . LOS PEONES DEL CID No se ha hecho aún el censo de las tropas del Campeador y hacia ello vamos, partien,do del Poemu como primer; base. Pero para llegar al cáilcül~o lde los efectivos en el Mio Ci;d es indispensable un prtevio ~caballer~ow, «pendones», (danzas» u ,o!ros términos que tienen un valor coktivo, e,s ,dNecir, que equivalen a unidades tácticas elementaks. N,o se sabe gan, cosa de 110s peones en t,iempo del, Cid. En el siglo XII ya dl~evaban espsda, pero hasta entonces iban arxwdos de piedras y lanzas. Su sueldo ,era la mita,d <deI ,de <Ios caballeros. ’ (1%~ En todas las citas del Cantar respetamos el texto primitivo con mínimas. modernizaciones gramaticales para su más fácil comprensión por el lector medio.. (15 bis) MEKÉNDEZ PIDAL: En torno al Poema del Cid, pág. 39. 5 INTRODUCCIÓN A LA TÁCTICA DEL CID 15 Se ha llegado a decir que el éxito del Cid se debía al empleo de .los peones en masa, y que su proporción era enorme para Ja que entorrces solían tener con la cabtilleria. Sin embargo, no sabemos: nada concreto sobre 1,o.speones ,del Cid y no par8ece que pueda jnstifkarse en él ese renaci,miento ,d,e aa infantería, al menos no hay prueba alguna. He localiza,do una referencia que da bastante luz por el momento. Cuando en el cerco de Alcocer .los castellanos se aprestan a la defensa, anima el Ci,d a 10s suyos ,dicien,do que son seiscientos y algunos más (verso 674), aquí aparece que no se omite ningún guerrero, por el interés ‘de mostrar el mayor número posible de tdefens’ores. .Se decide dar b batalla campal ,en lu’gar id*e <defender el castillo, y sóio doY peones quedan gua’rdaado la puerta. Salen, pues, los 600 honibres.: Pero en plena batalla, cuando el aban,derado se mete peligrosamente en un haz de l,os moros, acud,en todos a él Todos fieren en el az - do está Per Vermudoz: Trezientas íancas son, - todas tienen pendones ; Todo cilo ocurre sólo cincuenta versos más adelante del recuento anterior (verso 7%). Lo cual hace pensar lógicamente que están allí los mismos caballeros que en e.1cast?Uo, pues no hay noticias de que su número haya variado, y se nos dijo que salieron t,odos ,menos los d,os peones *de la puerta. Parece ‘demostrarse así ‘que contaron seiscientos (hombres útiles pasa ld’efender el castillo, pues lo ,mismo lo defiendeen peones que caballeros ; pero ya en la batalla. campa& la cuenta se lleva sólo por pendones, lanza,s o caballeros -todo es equivalente-, ya que Jos peones son só’lo auxiliares e incluso no siguen como quisieran ej avance #d,eJo~s caballtos. Este sencillo dato nos permite suponer que en la mentalidad dd autor es normal tal propor,ción, únka referencia que .tenemos sobre el caso. Por lo menos en esta época, la organización ,cidia-na no %enía numerosa infante&. Luego se van incorporando peones sin guar-. dar proporción alguna, como in.dica la frase «no hay cuenta de las peonadas», que repite pon,derat,ivamente, :dando a entender que sos muchos ,los hombres d,e a pie y es posible que aumenten sin su& tarse a plantilla alguna, aunque hay quien seííala la dosificación de *cin,co por pern,dón, sin que nos ofr’ezca segurilda.d de ser así eri eS siglo x.I.Q De todos mo,dos, los peones no alcanzan la importa&% qu’ algún hist,osiador les ha concedido, ya que el poeta, %úin siendo profano,. no *dejaría *de trasJucirl,o en alguna forma si ,eJ hecho tenía resonawia y más si <era una novedad. Gualdo en ~1 P.oyo (de M.onreat se incorporan ,a la hueste del Cid los Sdos,cient,os cabaileros que le trae Alvar Fáííez, el autor del C‘nlztaY aclara una vez más : «ino son en cuenta -sabet, las peonadas» El término «peonadas» pu.diera tener en sí mismo algo de ponQerativo i más junto al «no San en cuenta» si se interpreta en el sen-. tSd,o ,de ,«incontables», aunque no parece que su intención vaya más allá ade sig;nificar que no c,stán incluíIdas. Pero ese visibl-e intesés ‘del po’eta en dejar bien sentada tal salve,da#d cada .vez que la. hace,~ como ahora, revela que se trata ,de excepciones a-una norma general’ de incluir ,los peones, como UDOS guerrer’os más, en sus cifras de efiec: kivos. ffambién ,nos sugiere que si .se Jes destaca es só1.o por su cantidad, no .por su i&ei-vetnaión, de la que no registra un sólo (dato j-&ico. : Ya en Va’lencia, hay un verso que nos recuerda esa innovación kastellaña ,de «cabaUeros villanos» que se remonta a &tipos ‘d,e Fernán Conzál,{z. Cuando «!los que foron de pie -caballeros se faoem),, según el verso 1.213, aumentaría considerablemente el número de caba!ll&os a costa de dos peo\nes. Todo ello naos (dice que hasta la batalla lde Alcocer el número de tieones pudo ser igual al de caballeros, y que su dosificación no ,debió estar prefijada en plantilla alguna, pues de otro modo sería obvia.‘& ignorancia de las peonailas, calculables a primera vkta. Posterickmente se ponderaba a~dministrativamente su níímero, por lo que sin ,duda aumatd la‘ proporción, que no pasaría de duplicar ti triplicar el núnkro de los caballeros. ICotifiTnia esta ‘Glt~ima ‘densidad (de peones un #dato de Ja Pvim.em C&n&a General, * CII~OS capítulos ,del Ci,d se estibieron hacia 1289, ,basaGdoS en una prosificación *del Cantrw con ciexta,s variaciones. Al @legar. al verso. 1.265 catibia el re,cuent,o de 3.600 hombres en’ total por el de‘1.500 caballe;os y 4.000 pe&nes, lo que n0 llega a ser tres peones por caballero. ’ Sin discutir por hoy la exactitud de Ios datos, hày que reconocer <ue el cpo$sta tdLe cámara y sus revisores darían por normal ,en la @oca suya y en la idle1 Cid tad proporción de peones, y no hay por .qtié pensar en otra ‘mayor. Mientras ,no se averigüen nuevos datos, será buena base partir de esa propor&% máxima ,de tres peones por caeda caballero (16). DE CAPITk A GENERAL. IaOS EFECTIVOS DE LA IJÚESTE CIDIANA Era imprescindible ese cálculo previo ,de la dosif,kación ,de peones ,en la hueste cidiana para llegar a una valoracíó,n ,de efectivos en el Cantw. Si hasta ahora no hemos encontrado una proporción fija, ea poaque seguramente no existía. Ta.mpoco importa demasiaido el no haber po,dido acontrar su número concreto en. un momento cualquiera, pues para nuestros cálculos son suficientes esos términos límite ‘de uno a tres por caballero, ya que sólo en una pequeña parte puede afectar a nuestras cuentas, como ahora veremoss. Los efectivos de la hueste ci&:L,na. H’e aquí un punto interesante y ‘difícil. Ei profano, después #de ver al Cid ‘en una película de pre~tansiones rea.íi’stas, aún no sabe bien si fue uo capitán o i~ti geneTal. Para ello e+ necesario respon,der a la pregtmta: 2 Cuántos homb& mandaba el Gd Campead~or ? Segurament,e sólo el Cnntar señala paso a paso el crecimiento de las mesna.das. Por eso’ es primorsdial este r.ecuento. El M$o Cid presenta al héroe acampaido ,en la gl,era de Burgos con sesenta petidones, que representan sesenta caball’eros, a los que se unen 115 más en San Peadr,o de Car,deña. Al trasponer la frontera de &astBla -agotán’dose el plazo ,del ‘destierroel Campeador manda contar su gen- te, (c,maadó veer sus yen&» y son 300 lanzas, ((que todas tienen pendomes» sin incluir ‘en ese número &s peonadas». Son los mismos caballeros ,que en Castejón, se divi,den en una avanza.da de 2fM y una zaga d,e 100, <os peones aparte. Cuanjdo l,es cercan los m,osos en Alcocer Son ya 600 y algunos más, según comunica el SCid a SLI consejo de guerra. Ia anomalía de ser trescientas lanzas, que ya IYXIIOS ,estuldiado. No señala el poeta más variaciones hasta el refuerzo ,de fos 200 caballeros que trae de Burgos Alvas Fáñez. Conquktada ya Valencia, hay un momento en que eI rAmpe&or (16) Cincuenta versos más a’deJa&e encontramos En vez de los 3.600 hombres que recuenta el Cantar: la Primera Crónica Generaldice que Minaya y Bermudozal contar el total de la gente cfallaron allí mil caballerosde linaje, et de otros quinientos a caballo. et ,cua&o mili okn& a pié». El dato ofrece pocas garantías por corregir dos siglos despuésn un poeta Can realista.. 18 JOSÉ X4.= G.íRATE CóRDOB.4 qui,ere saber el censo de «los que allí están y con 61 ganaron algo». Va a po+nerlos por escrito para ver si a?guno s,e escon,de o ha desapareci’do. El poeta se Sdetierl8een acto tan sencillo por algún ,interés personal en narrarlo, y el momento, inmediat.0 a la conquista, reviste cierta emoción y solemkdad en msdio sde su simpleza estasdística. Mandó rteunir a tod’os en su puesto de man,do y «cuando los falló, por cuenta fízolos Inombrar». No hay du,da de que en el patio donde Minaya junta a todos y :Ieos nombra, está ‘la totalitdad de los hombres del Cid, pero :si la hubiera, la disiparía por co,mpleto Ia alegría del héroe al conocer su Ilúmero (v. 1265) : tres mil1 e seys @entos - avíe mio Cid el de Bivar ; alégrasle el coracon - e tornós a soarrisar. Aunque estos versos corr.esponden a tira’das que Mfenéadez PidaI atribuye a~l refundildor ,de Wkdinaceli, creaemos firmemenk que son del primitivo poeta, cl d*e los alardes realistas. El ilustre biógrafo cidiano no se ha >detenido a contrastar estas precisioties militares, pero d segundo censo re,spolnde a una peocupación uerista, tantmo o más que el ,de la tirada 21, que justamente adjudica al poeta de Go.rmaz. Ello no impi’d#e que e;sté aña$diida la fi.gura d,e Minaya, lej,os del Cid desde mucho tiempo antes, por interés del segundo autor en presentarlo como deuteragonista (17). A éstos hay que agregar los 6.5 caballeros con sus peones que se le unieron a Minaya en Burgos (v. 1419). Por fiin,, en la batalla :del Cuarte están los niayores efectivos que señala el Poema a la hueste del Cid (v. 171’7): cuatro mill menos treinta - ‘con mío Cid van a cabo, a los Fincuenta m;ll - vanlos ferir de grado ; Alvàr Alvaro2 e Minaya - entrkonles del otro cabo. Hay, pues, un ala ‘de 3.970 hombres rectas ,de! Cid. La o4ra cuyo volumen no .eI pequeño cue,rpo d,e 130 caballeros que La fa!lta dse detall’es sobre 10 que Minaya si su acción sería con caha%eros solos o primer caso el total de ,efectivos cidianos (17j Véase apéndice IX. que ataca a las órdenes dise refleja ahora debiera ser Minaya solicitó po’co antes. se proponía, impi,d,e ,saber también con peones. En el sería de 4.100 ; en el segun- ISTliODUCClóh’ A LA T.iCTICA D5L CID 19 do Plegaria a lo más a ums 4.500 ,hombres. Pese a que el Cid accede «de buena v0Junta.d)) a da propuesta, no se refleja bien en los versos anteriores esa .desigualdad ld,e las alas. Teniendo en cuenta que las acciones ,de Minaya, siempre iguales, ‘denotan repeticiones del refundidor, bien pudiera :ser eabe dato ,de los 130 caba;lieFos una añadidura suya sobre un texto inbcial en que el poeta de Gormaz presenta& dos cuerpos equivalentes en número, con lo que Ja batalla sería de doblé envolvimiento, como arriba parece reflejarse, coincidieado cl ldacu’ mentado poeta con las crónicas árabes que atribuyen la victoria‘,&tiana pr~ecisamente a la división .de la hueste ‘en dos partes, lógicamente ‘de enti~da~d parecida. Refuerzan nuestra idea los verso,s 2.347 y siguientes, dolude se dic,e que muchos d,e aquellos soldaidos eran «recién llegados», ao que hace suponer que para ser I’IZUCIZOS, serían más d,e los 500, que suponme la #diferencia con los 3.600 del ultimo. recuento. Era del dominio público y es histórico que los bandos del Cid para tomar Valencia atrajeron gran recluta de toda la región (17 bis). Con dos alas iguales sumaría la hu’es,te del Ci,d cerca ,de 3.000 hombres, Jo que cuadra bien *con 6datos croní,sticos ‘de la época. En la Historia Roderici ,encontramos que ,el Cid saSe por segund,a vez de CastXa con 7.000 ho.mbres lde todas las ar,mas -Pascua DDEPeentecostéis, 20 ‘de mayo de 1089- acon dos que atraviesa el Due.ro y Zaragoza, Ilegaado hasta .Alb.arracín para platntar sus tiendas en Calamo,cha y luchar en el Poyo. El último dato sobre efectivos en el Cuartee es ‘de fuente musulmana. INos dice Ben Akama qule en el cerco d’e Valencia -1093110smoros partidarios del Cid quisieroa desanimar a Abu Beker de socorrer a la ciuda,d, para lo cual le informaron falsamente que el Ca’mpeador tenía en elIa 8.000 caballeros cubiertos de hierro lde los mejores guerreros d.el mundo, dato que nos sirve para colnjeturar que .s,i el Cid nunca tuvo tanto cabaSiero lorigado, ‘bien pudo aumentar su hueste de 7.000 hombres hasta 8.000 en los cuatro años transcurri:dos, a pesar *de dos licenciamientos valencianos. En toldo caso esta hueste, que se cnf,rent6 con los 5O.OQO moros en el Cuarte, sería el mayor ejército cidiano. En cuanto a los ef,ectivos ,de los moro5 en el Cuarte, comprobamos que su número es el mis,mo que figura en la P&mera Crdm?;cn Getieral, Jo cual no aclara mucho, pues aunque se basa en numerosa’s fuentes, el Cr?sntw es una de las preferidas. La HZstork IZode+ (17 bis) Véase apéndice X. 20 JOS6 M.’ GÁKATE CÓRDOBA ticz’ poltue 150.000 moros. Algún historiador admite este nítmero, .advirtiendo que se incluirám en él las familias que acompañaban a Jos guerrwos, corn.0 lo prueba el hecho ‘de haber mujeres y niños entre 51.0spri,Goneros, y 1.0 sugieren ‘esas 50.000 tiendas gra.ndes de ,que habla el Po.efm. Mienénfdez Pi,dal pisensa qule la C. inicial de la cantidad romana puede ser abreviatura de kirca)), o sea «cerca !d3e», OOTO inldica su escritura un po,co separa,da Ide das otras letras, en cuyo caso debe kerse «cerca ,de 50.000~ guerreros, en coincidencia son la Rodertci y el Cantar (18). Así se ,compen*de la segurbdad con que .el poeta afirma o aproxima todos sus ,datos numéricos. Aclarará do Idicho, un cuadr.0 del progresivo aumento ,de ,la hueste : Efectioos cidianos en el Cantar Versos 16 291 419 674 915 1265 1419 1717 1695 Efectivos Total 60 pendones 60 pendones ll 1 caballeros 300lanzas 600hombres 200 caballeros 3.630hombres 66 caballos 3.976 hombres 130 caballeros 1’75 en censo en censo y los peones y los peones pendones 300 pendones 600 hombres 800 hombres y más 3.600hombres 3.665hombres y m8s 3.970 4.100 390 hombres hombres, peones y acaso m8s Efectivos de los moros enemigos VersOS 663 Hemos ñlamativos -(18) RAM& 3.000y 1626 1718 tanto más no se pueden 30.000hombres 50.000hombres 50.000 hombres 2313 50.000hombres POESÍA DE 1224 LA Efectivos - LOS ;búNEROS que contar PRIMOS itomdo en wenta los número’s ‘de un poeta, porqae s,on e infunden sensación ‘de seriedad. Los efectivos que preMEhiOxDEz PIDAL: La Españadel Cid, 5.a edición, pág. 959. senta en Cuar’te son .de lo más extrafio en la épica de aquel tiempo, don’de se exageraba ,con cdosalismo todo lo referente a las batallas, y mucho más el número ‘de combatientes y de muertos. Lo mkmo en los cantares cwo1ingio.s que ‘en ,los castellanos, todo se mide en miles y ,centenas de millar. En el cantar de Roliand todo :es extraordinario : el rey Marsil ahinca 400.000 caballos, el ruPdo de las tropas se oye a quince @guas, caen 10’s infieles por miles y en tumulto, al choque mueren 7.000 enemigos. Se da el toque de avance con 7.000 clarines, se ‘desnudan a la vez más Ide 100.000 espadas, *ei emir Baligán convoca gentes de cuarenta reinos, navegan por el Ebro 4.000 chalanas. Proato forman 350.000 hombres con el #duque de Naimón, pero l,o,s i&ieles de Baligán han aumenta’do y& a un .millón y medio, agrupa,dos en treinta cuerpos de ejército. Lloran la ad,csgracia 100.000 caba.lleros y otros taantos se desmayan, después ‘de desmayar,se 20.000. La técnica *del enormismo llega hasta estos ridículos extremos, con llantos y ‘desmayos de ksudos varon.e,s (19). Lo mismo ocurre en los mejores cantares castellanos. En el d.e los Lnfantes sde Salas, sólo los siete hermanos maean miles d-e moT ros y mueren del cansanaio wnsiguiente. Pero es que tanto ésta cotmo ,el ‘de Fernán Gonzákz pueden ser .de imitación francesa, porque si Ila tradición oral d,e la Chanson de Ro1m.d se remonta al siglo s, <nuestros poemas ,debiBeron escribirse el XI en méster ,de juglaaia, pues la Malla ‘de Osma se dió el 934. En el Cmtm de Fe+ dn Gon,zcále,n,son 50.000 legiones las que Ileva Almanzor a la hatalla de Carazo, aunque resulta que las fuerzas en presencia son 300 cristianos frente a 300.000 moros -uno contra mil-, no muc$hos versos ‘después. En la de Hacinas, el coade castellano forma con 450 caballeros y 150.000 peones -treinta peones por cada caba;ll& ro-, mientras que Almanzor llega con 30.000 caba’l1ero.slorigad,os, 10s que entonces me,dían la potencia de un ejército, como hoy 10s cohetes o submarinos atómkos. En cambio. el autor ‘del Mio C’I$ hace muy creíbles sus números sobrios y «picudos»* Su comedimiento hace del Poem el menos afrancsado en to,do. Nkmeros tan verosímiles atraerían al oyentej .._ (19) DARío ~ERK.~DEZ FLÓREZ: En el BrezCzrio del r.Wo Cid)>. 1.942, hac+ y$ un interesante estudio comparativo entre el realismo de nuestro primer poema y ka desorbitada fantasía de las gestas francesast eshozando algunas de las frorkras que aquí Ilevamos a sus Ultimas consecuencias. 22 JOSÉ N.* G.iRATE CÓRDOBA de su .tiempo como al le,ctor de hoy hasta tomar 110s datos a pies junUlas, identificando el P;oe?w con unas memorias de guerra. El autor apenas redondea las sumas, y hay que tener en cuenta que si aun ahora se piden ci,en o tr’esciôntos ho’mbres para algunos mucho más se haría ent,onoes, cuando aún imperaban servicios, ideas tde,cima& ‘en Ia organización visigolda. Vleamos 10 más saliente de la comprobacick : l.+En San P!edro sde Carjdeíía sle agre’gan al Cid 115 caballeros con Martín Antolínez. 2.-Cuando el Cid se reconcilia con el Rey, le acompacan 15 caballeros. 3.-En su primera acción, el Cid #derriba 15 moros. En el Cuarte ,derriba a 7 y mata a 3, mientras el obispo don Jerónimo mató 2 con lanza y 5 con espada. 4.-l+ el cerco de Alcoccr son «seiscientos y algunos hay de más)). _ 5.-+Mánaya suele pedir 100 y 200 cabaiileros para alguna cela,da o ,correría, pero ,en la algara ,de Castejón, aunque pide 200, se nos Adice luego ,que van con él 203, y en el Cuar,te pide 130, que tampoco .es un número muy redonIdo. un recucnt,o escrito que ,el <Gd ondena hacer, suman 3.600 .,I d.-En “’ ho.mbres ; tampo,co se ha redondeado el número en millares. 7.-En Burgos se le agregan 65 caballeros. 8.---Finalmente. hemos visto en.el Cuarte una hueste que sale a batalla con los extraños y realistas ,efectivos de 130 hombres ,con Minaya y 3.970 con el ICBd -«van cuatro mil meaos treinta)) es buen decir poéticoy del enemigo sólo escapan 104 moros. Alguien arguye pronto que tales números bien pu’dieran nacer por fuerza ‘del consonante, e,s decir, qne sean números ripiosos ; pero en el verso an$erior, 61 más poético sin ,duda de los nu.méricos, b cantidad está for,man,do el primer ,emistiquio, sin consonAn& alguna, por lo tant,o, y la mayor parte *de los restantes no van en fin de versos, sino ,en el in.terior, ‘donde valdría tanto treinta y sle& como tieinta mil para la medi’da de las sílabas, que, por otra parte, es muy poco regu.lar len el Poewa. ;Será sólo que ,el autor ha husca~do y ha enoontra~do por cierto la poesía ,de los numeros primos? El poeta sólo redondea las cifras al decir los Inoros ‘enemigos pue se acercan -30.000 y 50.000que no puede co,ntar ni tener en :su aómina ; no así ,en los mo.ros amigos, ni en los muert,os 0 prisioneros. En Alcocer eran 1.300 los moros muertos. Pero #hasta en esos INTRODUCCIÓS A LA T.iCTlC.4 DEL CID 23 números re’dondos tiene el Co~ttflr grandes visos d,e fi,delidad, ya que la Historia Rocie4 sólo ofrece ‘una duda de comprobación con el Poema y es sobr$e si en Cuarte serían 130.000 los enemigos, error .. de kctura (de aa crónka, según hemos visto. Hay pues en el ‘Mío Cid algo más que una caprichosa .poe&a de los números, pr,efer’entemente primos o picudos, porque tambikn Muestra el poeta una marcada son exactos los aúmeros redondos. t,en#dencia a la prscisión numérica, a ,la contabilidad y estadística ; un afán por bla puntuali,dad d,e ‘datos, innecesaria en obras poéticas, de no ser reaks, que parece qwrer hacer ‘de su Poeww una «hist,oria. cantada)), tal vez por hábito profesional .de quien tuvo re’lación con los recuentos de tropas y repartos ,de botín, con la administración y contabi5da.d cidianas. Aún hay otro ‘dato que refuerza nuestra tesis, aunque Menén,dez Pida1 sólo 10 anota como muestra ‘de verismo : después ,de la batalia del Cuartme dice el Cantar que el Cid envió al Rey un presente de 200 caballos, aunque Alfonso no ll,egó a aa batalla. El ,poeta no explica el por qué ‘del regalo y el número, pero es exactamente «la redroquinta)), la segunda quinta !del botín que en ‘:la legislación de los separtos se pagaba a un segun,do señor, quinta parte ,de los mil caballos que corresponderían al Gd como seiíor de la hueste, en el reparto ,del botín total que el Cnhw describe (20). De todo ello nos que,da una seguridaSd moral de que el poeta sería algún oficial cualdrillero o veedor, algún guarda 80 cuadri’llera de la hueste ‘cidiana. Aalgo así como un oficial o suboficial bde.la Inten,dencia o la Intervenci& de entonces. Parece indudable, al menos, que el poeta estaba cerca ld,e las mesnadas. Tenía ,noticiss próximas y #directas ,de ellas : nóminas de efectivos, relaciones de pagas y repart,os, partes de operacione s o memorias de guerra, ya que según anticipamos, y veremos luego, no parece que temí! parte activa en ios combates. La rigurosa coetaneEda,d dd autor con el h&%e, ahora ,descubierta, halce pensar en este ofiaial administrativo. yn que no en un guerrero ,de la ‘hueste. Sólo así se explica esa mental.idad matemática; -propia de quien vive en contacto profesional con realida:des num& ricas, contantes y sonantes, ‘de las que su precisión al anotar los efectwos -revolucionaria en la épica DDEentoncesconstituye la mejor prueba. (20) R.~xirOq MENÉNDEZ PIDAL: Miscelánea histórico Etteraria, 1952,pág. 114.. EL FRAGOR DEL COMBATE A propósit,Q ddsl realismo y ,la ,evild.encia lde! C~791t.w de Mio Cid de combat,e, ní escribía Menéndez PeJayo : «Ni en las dcscripcione,s en. el cuedro asombroso de las Cortes... se encuentra sombra de art.e en el sentido retórico de la palabra» (21). Pese a ello, no vislumbramos verdadera originalidad en lo que a la descripción de batalla se refiere. Aún los matices más concretos y vívidos de los encuentros, tienen en cada expresión y en ca.da metáfora antece,dentes juglarescos. Hay un patrón ,para describir d fragor de la lucha al que se ajusta ,el poeta, como no hizo quizá en ninfin otro pasaje. Ello pro-duce una notable similitud sentre ,las escenas bélicas ,de ‘d.iverso8s cantares españoles, explicable en cuanto siguen el canon .de la,s «chanson,» francesas. Sin duda que el de &fio Cid es, con ,mucho, el ‘de mayor vuelo poético, pero apenas enc0ntramo.s en él do,s pares de fi,ouxas bálicas con visos1 de inspiración directa. Ello nos afianza ,en la idea <de que el poeta no tomó parte en ÍX lucha. E,n otro caso, su exqulsiita sensibilidard hubiera Idetectado y tTansmiti.do sensacion.es mucho más personales, vividas y sorprendentes, como hizo Bernal Díaz en sus impresiones de las campañas mejkanas. Sólo colmo muestra ,de tales coiracidencias *ra.mos a. comparar d fragios de combate que !hay en las tres gesta,s españolas más antigüas y, a nuestro modo de ver, las más valiosas ta.mbién. La ‘de Los Siete Infantes de Law, fue escrita hacia el a17o 9S0, si bien hoy ,sá!o quedan de ella restos poéticos m&ifiestos an su prosificación ,de la CrOlzúcca Genmal, De ella. partió ,M:enéndez Pida1 para ‘reconstruir buena parte de sus estrofas, sin pretensiones arcaizantes y con !a mínima alteración posible. La de Fernán González, primeya muestra. del mester sde cberecía hacia 12450, Idata ,de un cantar inicial ,de juglaría escrito en el sig3o XI, cuyos versos qzle,dan aún manifiestos en algurw estrofas apenas tocadas por 4 cl&i,ao refwdi:dor. Su ,descripción de combàtes resultan interme.dias, con figums po&ticas ,de sor-prendente analo&a, que puedan suponerse del cantar primitivo, aunque por lo que toca a semejanzas con (el Mio Cid surge a veces la (21) MARCELIXQ MEAQ~DEZ PELAYO: Antoloyia de poetas llïicos Antología de Mehzdez MO VI, pág. 123, recogido también en la B. A. C., tomo 2.0, pág. 4Il. castella4zos, toPelayo de la IM’lWBLTCClóN A LA TiCl-1CA DEL CID 2% duda de si será éstse el original !de d,onde el refundi>dor de aqué. copia, amplía y corrige a su gusto, y que escribe mucho más tafide. EI estuldio, aunque incitante, rebasa por ahora nuestros limites. En el Cwtu-r de Mio Cid hay elementos muy semejantes a los anterior,es, si IGen se manifiestan con indudablse primitivismo idiomático, a la vez que con estupenda inspiración y fuerza poética. Casi es obvio adverti.r que la antigkdad del t,exto iniciaJ en cada uno de 10,s tres cantares viene a ser. irwersa de la redacción que hoy con,ocemos de ellos. Cabe susponer que sus metáforas y dewripciones estarían ya en S,os ,t.ext,os iniciales, con forma primitiva que se fue retocando y puliendo más que na’da en lo puramente gramatkal. o en interpolaciones harto pate&es. Hubiera sido muy útil presentar la correlación de versos. a tr9 columnas, de modo que se correspon,diesen los semejantes de cada cantar. Las difict&ade.s tipográficas exigen al lect,or un poco de trabajo., con el que los identificará fácilmente. Vseamos primero el iragor b&ico en el único encuentro que contiene el c+ntatar de Los Infantes de Lara, el más antiguo de los tres, aunque sea en la versión más moderna: Allí soltaban las riendas - uno con otro van, e tas lanzas abajadas - tan fieros golpes se dan, quebrantaron las escud,os - que ningtma pro ks han, desmallaban 1a.s lorigas - como si fueran cendal. En el Ca?ztar de Fernák Gonzásilez veremos claramente una fórmula interme~dia. Para abreviar la &a. reunimos los versos aklados que coinci,den con los de otros poemas y anotamos al margen el número de aa estrofa a que pertenecen: 308 313 Xi!) 692 3iO 523 -4baxaron: las lanzas e Entrambos: uno a ottro que los fierros de las Rompía las guarniciones Falcían muchos cab$llos fueron a ferir. fuertes golpes se dieron, lanzas a una parte salkron. como s-i fuesen pko. sin @íores salir. No oi’rán ‘otra voz sinon astas quebrar, espadas .rete.iíir e los yelmos cortar. Nin lanzas nin espadas non habían vagar : retc$en los yeAmos, las espa.das quebrar : 26 JOSI? 90 Ka GiRATE CóRDOB.% ferir en los capi’llos, Bas lorigas falsar. -das tierras e Ios cielos semejaban movidos. _ EJI el Ca?ztar de 14i0 Cid hay bellos versos aislados con ardor guerrero, peio las muestras conjuntas sólo están en las tiradas 35 y.36, que correpon,dôn al cerco #d,eAlcooer. Al margen expresamos la numeración Id,elos versos : 715 Embracan los escudos - delant los coracones, abaxan ilas lancas - abue1ta.s,de 10s pendo~ti~es, enclinaron las ca,ras - de suso !de los arzones, íbanlos ferir - #de fuertes corasones. 7% Veríe,djes tantas Jancas:- premer ‘e a’lqar, tan,ta a,dágara - foradar e passar; tanta lor’ig-a. 2 fal.sar e desmanchar, tantos pendones ,blancos. - salir bermejos en sangre,‘. tantos buenos caballos - sin sos ,d&ños Iandar (22) En el ,estundiosde Menéndez Pida1 que,daron ya perfectamente señaladas :las estrofas qu,e se repiten. Sin e.mbargo, no se resalta la igualdad de las tiradas 715 y 3.615, verdadera piedra de contraste para distkguir a Ilos idos autores. En Ia primera se trata ‘de la bata’.lla de Alcwer ; *en la .zegunda, ‘d,el juici,o Idte Dios entre seis c,ontendient.es. Sin embargo, se da por bueno para éste tordo ‘el ,fragor bélico d,e aquélla : $615 Abraca~t los escudos - dela& de 40s coraqones, abaxan !las ,lancas - abueltas con los pemldoties, enclinaban las caras - sobre íõs arzones, batían los caballos - con los espolo:nes, temhrar ,queríe la tierra - ¡dond eran move,dores (23). (22) Véase su equivalenciamqdernaen el folio 10. de los versos 716 y (23) Compara Menéndez Pida1 este crAbaxan las l&asr 8616, repetidos‘en otras,,ocasione%, con,los de estrofas398, 491 y 694 de Fernán González : rAbaxaron las lanzas»,. que el poeta podía tener en ios oídos como el, aluego abajaban las lanzas» (primavera, núm. 60) y el «luegoabajaron las lanzas,’ (DURÁN,ROVI. 1, págs. 230-b y 228-a). Cas coincidencias o ‘imitaciones nos llevarían demasiado lejos. Por señalar una más que nos sale al paso, ahí está Alvar Fáñez en el verso 2450 del poema del Cid, que @eI escudo trae al cuello - e todo espadador,mientrasque en el de Fer- LAMINA LA Crucifijo IMAGINERíA RELIGIOSA EN TIEMPOS IV DEL CID de marfil de don Fernando y doña Sancha, que se guarda en el Museo ,Arqueológico, de Madrid; segunda mitad del siglo XI, IXfRODUCClós A LA TÁCTICA DEL CID 27 SubrayaSmos las cuatro palabras que el refundidor cambió por. modificación del léxico en los cuarenta aííos transcurridos desde @ primer poeta. To’da la adaptación ,de la batalla al duebo’ ha cpnsistido en kprimir el último verso de aquélla -ina,decua’do ahora-,.suplié~dolo por un nuevo pareado en cuyo final se muestra el enormismo> d$, ae Medinaceli, más próximo a los juglares vulgares que a su anteces.oï Ide Gormaz, pues cierra la estrofa coln el galope de seis cab+llo? que hacen temblar la tierra, como ten el poema de Fe?*128?2 GoltsMez sseimagina al enfrentarse #dos ejércitos en la estrofa 90, do:nde «las tierra.s e los cielos semejaban movidos» y en la 234, «qu,e los montes e los valles semejaban movi,dros)). Vale la pena .d#estacastambién otra dpble coin&dencia del Ferná,n González COII <elverso 728 del Mio. Cid : «Tantos buanos caballos -sin sus dueños andar», se parece extraprdinariamente al ‘del pkmero en la estrofa 692: ((facian muchos caba’lk?; sin seííores ,salir», y un poco menos al de 1.a 539 : ((Saiía mucho cs.I’ b&o vacío con su silla». No vamos a resaltar cada una *de la,s coincidencias, pero sí, 51 modo casi i.déntico ,de arrancar ITos guerreros para el combate: «Ab-w las lanzas», es siln dtida el Grmino común más claro de 10%tres ppemas, lo que ,indica más la rea!i,da,d de una norma cambativa que la inspiración literaria ‘de unos a otros. Tail e’s to,do el fragor #deuna contienda en el ,cantar de iVi.0 ti&; fuera *de ‘descripciones secundarias en el episodio f,inal ,del .Juicio de Dios. Anticipemos que las evoluciones, !a maniobra, las inc4dencias de la batalla, se describen con ,tintas muy generales e incluso repitiendo ckhés de una fórmula general. Aquí vemos cómo los elementos poéticos son comunes 2 los otros dos ,cantares, si bien su inspiración ts mayor y mucho más ldelica,da. Baste c.omparar cómo dicen, Blamisma i’dea de distiintio modo, el penúltimo ,de los. que acabamos ,de.copiar y .el último *de 10,s de Femhn Gonsálex. En general no ,hay uno sólo Ide los del .n/lio Cid que no quede pokicamente cien- codos por encima dej Jos otros. No podemo,s estudiar otras semejanzas cuya correlación es menos palpable. Dentro de esta ,descripción de bataZas, en lo puramente Jiterario, preciso es señalar que da petición <delAJrar F$íez : ;«D@me doscien+os caballeros para entrar en celaVda»-,es mptiro único e .insísl _ nán Gonzálezse nos dice que el héroe uteníaen el escudo fincado mucIiocuadrillor, imagenparalela de la estrofa 487, que responde a una misma färmuia poktica (vé+? apéndice IX). 28 JOSÉ Id.” GiRATE CóRDOB.4 tente en cualquier ocasión previa de una batalla. Ni lo es menos 1a solicitu.d de slas primeras heridas del combate que se avecina, cuya muestra más reiterativa está en la tirada 93, donde sucesivamente piden la delantera ios infantes de Carrión, Pero Bermu.do, Alvar FáDíez y eil obispo Don Jerónimo en Ias tiradas ll5 y 116. Apenas hay más en cuawto a lo que es propiamente descripción del fragor del combate. Forzoso e.s recapitular ahora nuestras reflexiones en relación con el apartado anteri,or. Sosteníamos allí que el autor ,del Mio Gd estaba relaciowdo con la administ~ra~cion y la intendencia, famiharizado con ios recuentos de hombres, armas y botín, bajas y prisioneros. Lo reve:an así numerosas precisiones ‘de sus ve.rso,s y lo corroboran con matiz ,especid ~sus referencias adel primw recuento y su ~deteni~da descripción del segundo. Es curioso ,tamhién que el poeta ,cuente e! tiempo por semanas indefectiblemente, como hoy se ha.ce en 10s modernos ejércitos y ,en muy pocas actividades más. Lo veíamos muy próximo a la lucha, aún sin misión en ella, de la que más de una vez sería emodoaado observador. El poeta, apenas separado de dos combatientes, los ve luchar entre la polvareda y volver a galope del escenario (de la batalla. El recibe a los heridor y r.ec.oge ias primeras impresiones, atropella.das aún por da ,emoción. Sus impresiones e imágenes son eln su cantar más frescas, vigorosas y constantes que de otro alguno, ,castellano o francés, aunque no tan subjetivas como para f5ita.r las fórmulas pr.evista5. EL ARTE MILITAR EN EL CA?íTAR DE (cSi/lío CID)) En el pensakento militar de la España Medieval el feudalismo sunone sólo una ,dChi,l influencia que penetra tandíamente por el Norte con la corriente europea hacia Compostela, mientras por el Sur el contacto bélico con los musulmanes crea otra corriente importante, aunque sea más cultural que bmmllitar. Lo feudai .está más en el vocabulaño y la forma que en la esencia y los hechos. La visión más clara y sintktica, como punto de partida, no.s la da d cr.onic&, Silense, cuan.do ya en 1115 dice: «La más pujante guer.ra contra el pujante período sarraceno sólo da podían hacer los duros caballeros ,de España y no los lujosos magnates de Carlomagno». Donde dice Carlomagno re,cuérdese el fracaso de íos auxiliares europeos en t.iempo de Alfonso VI -antes y después ,de Sagrajas o Zalaca- Jas expediciows con ,caráctes de Cruzada de 108’7 y 1089, caducaOdas precozmen,te en Barbastro y Tolosa, o la triste experiencia del ej&-cito de cruzados extranjeros que abanldonó la empr,esa cde las Navas. ctEn los primeros tiempos de la Edad Media -dice Spengler-, los ejércitos, que durante la época romana se habían parecido en su erg-anización a los modernos, se convirtieron en un amasijo de caballeros andantes». Si como afirma Lot, «el arte militar experimentó .con ías Cruzadas un evidente progreso» (24), no cabe duda de que por encima de él hay algo nuevo en el pensamiento militar del me.dievo español. Y también en la acción, que es lo que ha de seguirle para que lo militar sea tal. En ,la España me~dievai e,l arte militar muestra claramente su doble influencia : La ,del Norte y la del Sur, la feu’dal y la ,musu%mana. .L,a primera con nobles y vasalllos, con huestes y mesna.das, con cabålleTOS, escuderos y peones. En ella destaca Ja pesatda caballería, armada de mú.ltiples armas, oiensivas y defensivas: una zlanza, dos esp&d&, hacha y maza, aunque ,estas últimas fueron poco usa’da.s en Castilla. La complicada y entorpecedora vestimenta dificultaba los movimien40s .del jin,ete, que a,demás de su caballo palafrén -corredorIlevaba otro pesa,do ide guerray aún1 dos de refresco a más de las .ac&milas ,de carga. Frente a ellos, das tropas ligeras -a la jketa-, de los árabes, que muy pronto ofrecieron algo que imitar, entre otras cosas las *sa.das sillas c,oceras por la mozarcel. Y lo mismo en la táctica’, que entonces, como ahora, estaba fuertemente ,condicionada por el factor de las armas y el equipo. Por eso los escuadrones feudales que ,descrike tardíamente el infante don Juan n/Ianbuel, no son 1’0s de Pelayo, ni Tos del Cid, ni los ,de San Fernando. La guerra ‘de $stos tiene tanto o más de correrías y &rgaldas que Ide combate a plazas y fortalezas. Es más ág.3, más variada y completa, menos anquilosada. Incluso tiene menos ,importancia aquí, ,con tener mucha, ,el #estandarte o la tienda del rey, en cuanto a la re,solución ide Ia batalla. Xold,o esto :n.o es ,sino ,trazar mías pinceladas del anticipo bé-lko ,d,e los espaííoles sobre los ejkitos ‘feudales en lo que ‘se refierti al (24) LOT: L’art militaire et las Armées aw Mayen Age qz Ewope soriertt. París, 1946,val. 1, pág. 145. et ie prqche JOSÉ 30 Si.” dRATE CÓRDOBA ‘arte militar. Si a el180 unimos las características montaña y la infankría en la guerra, tend,remos síntesis de ,peculiarldades. ESTRATEGIA Y autóctonas de la casi completa una TAcrIc No es el cantar de Mio Cid una fuente de interés para el estudio de l,a estrategia cidiana. Sobre una buena base geográfica y topo.gráfica, el capricho o la indocumentación del segundo poeta hace que estén altera’das n’o sólo la cronología de las campanas, sino también las líneas de invasión y algunos puntos bklicos. Sin embargo, vale, la pena señalar un momento cumbre en que el poeta .destaca la infl.exión <de la táctica hacia la estrategia. Es cuando el Cid, ‘dejando ja:lonadas ,d~ecastillos sus pequeñas acciones, entra en la campaña grande, bélico-política. El mome,nto está fijado ,en tiempo y ,en espacio ,dentro de un solo verso: «Contra la mar salada comenzó a guerrear» Coincide con el epílogo de la batalla del Pinar de Tébar, en que la cómo el arte militar Idse1Gd llega a- su. madurez y se inicia su campaña estratkgica. Nos reculerda además que acaso por las mismas fechas que el Cid, ‘llegaban ,en abril a, Burriana -novecientos años más tar’de-, las fuerzas de Franco, bajando como 4 de Teru,el y ,e,l Alfambra, por el Albarracín y Jérica. HGt0ri.a Rod,erici hace ver también Apenas hay en el cantar una sentencia ,de arte militar expuesta claramente: «Quien en un lugar mora, lo suyo puede menguar». No se comprometió ,demasia*do *con ello el poeta al ponerla en boca, ‘del Cid. Era norma general del ‘desterrado Rodrigo, del campeador que guNer,rea a ‘los nóma’das con plena i,dentificación ;de vida y ide combate, superada por lo que hay en él de maniobrero siempre activo, de guerrillvero ibérico. Pero la lmáxima no es ,sólo guerrillera como a primera‘ vista pudiera parecer. Bien interpreta,da, es tamibién ‘expresión del .espíritu ofensivo, clásico en toldos los ejércitos, tiempos y países, que aún plasma en doctrinas vigentes la. de que la mej.or defensa es el ataque, la técnica del contraataque defensivo y aún ideas de gue-, rra de movimiento en las que se condena al fracaso la repetición de maniobras infructuosas. IXTRODUCCIÓN A LA TkTICA DEL CID 31 El autor tiene posibkmente una segueda intención de idealizar esta actikud maniobrera del Campeado,r para enfrentarila con los id&les ssdentarios y acomodaticios, los sde quienes contPemporizan a costa *de lo que sea con tal de no per¡der su ldescanso burgu&. Sin necesida,d ,d,e esta ampliación, a ca$mapos menos b&licos, no hace mucho que el general Vigón incidía en el ‘mismo ordten de ildeas al estereotipar los males ,del oficial ,de un solo Regimliento. Al no haber otra máxima (d,eguerra cidiana en el Camtar, pudiera alguien pensar que el Cijd fue na*da más que un guerrillero. No sería ex,taÍío, y más si interpretaba sin cuidado unas re.ciwtes frases del capitán Liaño, donfde ,le incluye plenarnent,e en su importantqe galeria* guerrillera, no sin razón, al observar coln agud’eza que cuando azuzan desde la corte ad militar ,de formación íntegra, moral y técnica, que en él había, se hace guerrilkro y guerri’llea (25). Clara está la intención ‘de proponer!0 como modelo en la etapa que lo fue, pero tal exaltación se presta a. que alguien piens.e que eso ,es toldo en el Cid. Mucho más si se empalma la id.ea con la que ya anotábamos de Rimlfi, muy ,reciente tambk, que en su Historia Unkersal -trad&da en 1957- no conce8de a Rodrigo ,otra cat,egoría que la de «un guerrilkro con éxitos r’esonantes, aunque pasajeros». Y se confirmaría con la fuerza. ide lo triangular sabiendo que un biógrafo inglés remataba su admiración ,diciensdo a Imod,o de alabanza: «Su verdadwo lugar en la. H.istoria es ‘el del más granlde de los guerrilleros, el perfecto tipo de guerr.ero que, sdesdeViriato hasta el Empe,cinado, ha sido tan frecuent,e en el sue!o español». El Cimdfue mucho más que eso. Fue general en toda regla y ya hemos seííallado algo {de su estrategia, lo poco que COMO ea táctka nos permite sintetizar ed poeta del Camtar, Así como en ‘iestrategia se cifraba en un verso su inflexión, hemos visto e,n .otro, la única nom& táctica que recuerda a su hueste. Y eso puesta ,en boca .del Cid por el poeta, pues no se trata de memoria, diario ni autobiografía, sina d,e un ,can.tar. ConcretánXdonos al Mio Cid en nuestro estudio introductorio, eticontramos en la prim.era fase Ide la campaña que el Póemá abarca’eese fraccionamiento en fon,do ‘de la hu,este que reflejan todos los Cantas;es -_ /, capituló VI. Én (25) CAPITAN JUAN ANTOWO LIAÑO: +errillas y &e&illPros, revista uReconquista3, diciembre1962. I 6’2 JOSÉ M.* GiRATE C6RDOBA ae la época. Segím la acción que se emprenda por raz6n de su ,ob*jeto y ,profundida,d, será mayor la nvanmda o la ~ga. En Castejón la vanguardia va en a)Egnra con 200 caballeros y los 100 <dela za,ga .quedan en celda co.n ,el Gd. En t,o,dos los casos, la ‘delantera ,es ele#da nominalment,e, con toldo cuidado, por el propio caujdillo. Después el dcspliegzte se complica en razón de la maniobra. La v&-Za de camp&a tiene ,también su expresión peculiar. E,n los .alrededores ‘de Valen.cia se manifiesta con toda intensi,da8d la guerra .noctwna, moruna y <moderna tamb&n en la actual táctica. Guerra de ,guer&as e incursiones, ‘de algaras y correrías : «En tierra de moros, prsen,dieado y ganando, durmiendo dos días y las noches trasnochando, en gana.r a.quellas villas Mio Cid tandó tres años». Guerrillas com&&wdas con ei ceyco como rn la más moderns de las tácticas, *que muestran ,en el ,Campea,dor algo más que un simple guerrikro. La segzt4o.d. corre a cargo de vigías, que de día se llaman nta‘l.ayas y por la noche esczhchns: ctViol0 el atalaya y tañó la esquila», dice el cantar. L,OS de los moros cumplen la misma misión con el nombre de awobdas, porqne tambikn su hueste se llama la nlwofazla. Se cui4da ‘el s,ecreto por todos los medios. El Cid manda echar d,el castillo de Alcocer a todo,s los moros y moras que viven a SLI cobijo y .en .Valencia avisa que mientras él falze «no se abran las puertas del Alcázar ni ninguno salga d,e él». Tordo resto está recogido ca,si Itextualmente más lde cien años tdespuks en las leyes lde las Parti,das. ,Hay un ‘dato curioso ‘cle forti&-mSz. Siempre que el Cid se va a Iestablecer ,definitivamente, a,campa en un ot,ero. Junto a Monreal -igual que aen la d’efensa de Alcocer: Unos frente a la sierra, otros frente al Jalón. Hacen cárcavas en ‘dserre,dor del otero, muy cerca ,del agua, pasa ,evitar sorpresas de ,día y de noche y para que sepan los moros su decisión de permanecer allí. Tan minuciosa explkación BS +extuag .d& Ca&w, pues no hemos hecho sino prosificar el poema 27 -tal y como 4o Idescribe el autor. Este ,dato, unido a ot.ros de conocimientos más con,creSos y minuciosos en lo relat&o a guarnición y campamento que en lo Idecididament’e ofensivo y campal, nos asegura en nuestra idea de que fuese hombre ~d,elos servkios cidianos el poeta <delMio Cid. Con esto, hemos sefiala,do los puntos más salientes en la táctica gene& cidiana, ateniéndonos a ,su organización y principios. La vis%n resulta así una síntesis estktka. Vale Ia pena examinar con ma- lsl-RODUCCIÓ~ A LA TzíCTICA DEL yor detenimiento las etapas de su evolución maniobra se refiere, con recorrildo somero LAS BATALLAS EX EL CID ten la que al combate a través ,del Caww. 33 y CANTAR La celada de Castejón Anduvjeron de noche para que n.o les olfatee nadie. «Donde dicen Castejón, el que está sobre el Henares, Mio CEd se echa en cebda y a’sí pasa toda la noche». Cuando a la mafiana salen los moros p moras al campo, cerca rápildamente el puebZo y avanza hacia la puerta sin apenas dtif,ensa, gracias a la sorpresa. Mientras tanto AIvar Fáñez con 208, corre en algara por el Henares arriba y por Guadalajara (26) _ El ardid de AlCQceY Rodrigo finie levantar el campo como si fuera huyendo en de; rrota, llevan a rastras las tiendas ‘d,ejanclo una sola montada. Los moros, creyendo que abandona el cerco «por faltarle el agua y la cebada», le persiguen confiadamente .dejando abiertas la,s puertas ,de la plaza. Cuando el Cid los ha alejado suficientemente, vuelve contra ellos, y en cuanto huyen a refugiarse en sus casas, les cierran el paso los que quedaron, o,cul,tos ,en cela-da, dentro lde la tien,da, que con grand,es alaridos v espada en mano se interponen a la puerta del castillo (27). (26) Castejón de Henares es un pueblo situado tres kilómetros a la izquìerdâ de este río, en la provincia de Guadalajara. I-Ioy se llama también Castejón de Arriba. Estü al pie de una cuesta circunvalada por cerros elevados y ásperos en la parte Este. Sur y Oeste. lo que facilita la celada en que el Cid acechó su presa. Tuvo castillo. lo mismo que Castejón dc Abajo, que hoy es el despoblado <ie :Ln Cantera (véase apéndice XI). (27) Población desconocida hoy, que debió estar situada entre Ateca y Calatayud. Menéndez Pida1 lo sitúa junto a la confluencia del arroyo Andigx con el río Jalón. Como dominaba dice el poema: comprendía algunas casas no sólo los pueblos le, Ateca y Terrer -a de moros y era fortaleza que siete kilómetros uno de otro- .entre los cuales estaba, sino hasta Calatayud. Kuntington visitó el lugar tratandode localizar este punto y e&udiar la estrategia del textò, tan rica en pormenores, pero encontró varios lugares junto a Ateca y a lo largo del río que convienen más o menos con la descripción del Ca:ltnr (Véase apéndice XII). ’ JOSÉKa G.iRATECÓRDOBA -34 P.ero luego. aes cercan en Al.coc,er. Entonces es cuando el Cid,. ante ‘10 apurado ,de la situación, rleúne Consejo ide Campafia. Ell Cctntar le hace reiterar las consultas : «Mío Cid con los suyos. tornóse a .a%cokdar: Oidm,e ,mesnaldas. Decidme caballeros, cómo os place hacer». Como Fernán González, escucha atentamente las opiniones, pero ,la ,decisión es sólo suya. Deciden salir toldos al campo ,d,ejanldo sólo do,s peones de cen’tinela .a la puerta. Desde allí se divisan los vigías enemigos. Son muchos y aeve!an una gran hueste. Los Idel Cid sa.len al campo. En dos vejrsos del Cafztctr el avance .de ,los moros se produce lentamente, si nos aten.emos a la letra : «Las haces de los moros ya se mueven aldelante». El Ci,d manda esperar quietas a sus mesna,das mientras él no ordene ,el avance. Pero eil abanderaido no puede aguantar y espol,ea el cabtillo (diciendo: «,Voy a meter vuestra seña en aqueilla mayor haz, los qu.e tenéis el deber veré cómo la socorr&s.)) El Cid aún quiere !det8er&e : (( i No sea, por carPdald! », pero Verque no queda otro remedio. mudez prosigue su galopada grkaado Los moros, coldiciosos de la enseña, de acometen y rodean. E.1 Cid da la ,or’den : «iVa!ledle, por carisdad! » y «todos hieren en el haz do está Pero Vermudoz». Trescientas lanzas son y sendos ‘moTos matan. A la tomada que hacen, ,otros tantos muertos son. Tal es la única cita Ide la «tornada» o ldoMe !carga de la caballería que ,conti,ene el Cmator. Con ser fun,da,mental y r,evelaIdora Idte una noveldad táctkl netamente cidiana, <el poeta debe considerarla de! dominio público cuando escribe, a los s.eis u ocho aííos d,e morir el Ci’d. (28). Poco después son ya 1.300 los moros muertos, cargándose un tanto las tintas en esta vkión #de conjanto, que es la mejor descripción del fragor ,de un combate que hay en el Canta.r. Pero la pelea ,sig«e dura: «Firmes están aos moros, aún no se van d,el ,campo», por eso grita el Ci,d: wEs menester que los acometamos ‘de nuevo» y mata al rey Fariz -un general musugmánen ,descripción que constituye todo un primer plano ‘cinematográfico, como el de Martí,n AnltZolínez persiguiendo a Galve hasta Calatayuld. Con el110llega la victoria y el botín y la explotación: alcance», cuando los mor,os huyen por todas partes. «hiriendo en Esta ba,talla de Akocer, sin apenas importa.ncia real en lo histór.ico ni en llo estratégico, es la qwe el poeta trata con mayor exten(25) Véase apétldice XIII. ISFKOUCCC10~ A LA TiCTIC. DEL CID 35 sión y esmero Para ello pone tambores almorávides en el encuentro con ‘mo,ros españo:,es, antes de l,a invasión, y la tornada, o doble carga ‘de la cabailería, cuando no pare,ce ,que la hubiese inventatdo aún. Destaca en ella la indisciplina del aifkrez, para quien ,el Cid no tiene ni una palabra ¡d,e rSepr,obación y al que manda socorrer por la importancia y simbolismo ide la enseña que lleva. La defensiva tx Tébar El Cu+ztal, f,un~deaquí las ‘dos batallas idse1 Cid contra el conde B;erenguSer de Barcelona. Ofensiva la (de Almenar, donde el Conde cae pr.isioaero porque en su Sdespre,cioa los castellanos #olv.ida elementales preocupacione,s tá’cticas, defensiva da Idle1Pinar de Tévar, en un juego de emboscadas combinadas con ataque frontal (29). El poeta la ve de esta manera : Los castellanos, acampaIdos en el Pinar de Tévar son atacaSdospor los catalanes que vienen con moros y cristianos : (centre moros y cristanos, gentes se le allegan grandes». Ellos vienen cuesta abajo y todos traen calzas y las sillas c0cera.s -sin borrenes- y la,s cinchas aflojadas. Los {del Cid, sillas gallegas (30) y botas sobre 4as calzas. El Ci,d da la consigna : Antes que 11,eguenal llano - presentémosle las lanzas ; por uno ‘que acometáis - tres sillas irán vacias. Ai pie ‘de ‘la cuesta, cerca <delllano, manda atacar el Cid. Así lo hacen, y hirenldo a los unos y ‘derribando a los otros, vencen la butalla. Est,e simplismo $de cambiar las condiciones del equipo con kas del tberreno no deja tde ser un recurso poético, que qudo tener su reaki- (29) El Pinar de Tévar, olvidado en la toponimia moderna, está situado al sur del Monroyo, unos 32 kilómetros al norte de Morella~ jurisdicción del castiho de Moroyo, entre la confluencia de los ríos Monroyo y Tastavins. El puerto, Ilamado también de Tévar -0 Tébar-, será alguno de la sierra de San Marcos o de .los montes de Morella, hacia uno de los pueblos vecinos de Herbés o Herbeset, Hay quien ha querido situarlo en la Pobleta, lugar alejado de ahí. 1(30) Las sillas gallegas que montaban los del Cid debían de ser con borrenes altos y recogidos, donde se respaldaba el caballero para resistir los botes dé lania. Las de los catalanes -sillas coceras- eran, por el contrario, rasas, sin .borrenes en que apoyarse. 36 JOSÉ hl.* GiRATE CÓRDOBA dad. Tácticamente hubo algo de más valor y complicación, que concuenda bien con esta visión. Porque el Cíd, acampado en el Pinar y apoyado <defensivamente en el terrrno, se ve dominado por las fuerzas supériores #de Berenguer que toman !as alturas y cierran los desfiJader.o,s fde su campam,ento sin que Roldrigo se entere. Pero el Cid cepite aquí los signos de quererse marchar, ‘como nos decía .el poeta que ya hiz,o ‘en Alcocer; los que ocupar,on las alturas descendieron dando voces para precipitar Ia fuga ,hasta la ‘entrada, que screian tomada. El Cid ha forzado uno d,e los fdesf&deros y co-ge ‘de revés el cuartel general idse1 :Con,de, qu’e .con los ‘d,e la albergaIda ataca por el valle y resuilta vencido y prisionero del Cid con 5.000 de los suyos. Otrás fraociones {del Conde fueron cayendo en celadas ci’dianas según subían a ocupar alturas secundarias. No salió el Cid in’demne, pues quedó tmagullado y herido ,de-una caí:da de caballo. Pero estamos hacieedo sólo la introiducción, y esta batalla vak la pena estudiarla con más detenimiento y .crítica a la luz <de las fwnttes. Por eso ~610 tratamos <diever cólmo el Cantar destaca la parte más humana, simple y psicológica ‘d.ela bata.lla, que no deja de ser el episodio central.. La contrnofensiuu en el Cwrte La .mani.obra -se r,evela claramente en Valencia, también diríamos que está infantilizada, por simplismo táctko del poeta. Lo avanzado del Cantay hace que en *estaparte tenga amplia mano el selgtmdo poeta -el de Medinacelique sigue aferrado a presentar a Alvar Fáñez, junto al Ci,d ldura.nte todas las campañas. La maniobra está así prevista en boca #deAlvar Fágez, a qmen habitualmente se coxede 11 cwsejo, la inicativa y hasta la ,deci,sión .en cada bata’lla. Se plantea así : (<Dadme 130 caballceros para ir a lidiar. Cua.ndo vos fuéreis a herirlos, entraré yo de la otra parte, y de ambas o .de una, Dios nos valdrá». Ataca el Cid con 3.970 hombres por un lado y Minaya con 130 caballeros por otrao. Ei Cid mita moros’sin cuento, la sangre 4e chorrea por el codo y persigue a Yusuf hasta que el rey moro consigue refugiar.se en *CuIlera. No hay más ,en eI Poewuz, y aún esto sobra, porque históricamente ni existió la batalla : Los cristianos pasan 1,anoche en vigilia religiosa y preparativos militares. Cayó la lluvia torrencialmeme, soltaron 10s d,el Cid las presas ,del Mislata, co,n lo que se des- - - - .- “. -.. bordaron las acequias, quedando sólo una pequeña franja de terreno sin iinundar, que iorzaba a dar en ella una bat4la desfavorable pa.ra los enemigos, ~011 10 que éstos decidier,on retirarse, temien,do ser en: vueltos por los zdel Cid, que esperaban en cerrsdos haces. Ahora sí que eran los almoravi4des y sus tambores. Quizá lo fueron ya aquellos que en Alcocer veían 1’0s at,4ayas : «To,dos los días a mío Cid aguar’daban moros en las fronteras y ~,~as gentes e.xtraA ?MS)l... La verda,dera batalla del Cuarte, se .describe seguidamente con muy poca precisión militar. Los almorávides van a cercar Valen’cia, ya han hincado en 10,s Hanos del Cuarte -muy próximos a la capital-, 50.000 tiendas grand,es -de las «caudales»-, lo que p,arece indicar más de 50.000 hombres, si se cuentan los peon,es, o, por otra parte, que en cada tienda se albergue un combatiente con su familia (31). Muy simp1.e presenta el poeta éstas batalla,s, la mayor d.ei Cid, la que revela su genio militar en pleno bri?lo y maldurez. Obsesionado poIr los priemeros planos y las aociones insdividuales, con visión pobre y an& ticua,da de soldado lde fila, o puramente literaria, de gesta, donde lo colectivo no es sino color y fonIdo para .destaca,r acciones heroicas personales, sólo señala los cuatro personajes que sucesiva,mente piden el honor de «la delantera»; l,o que resalta Ia importancia. que a Ia acción se concede. Se rep.ite la conce,sión al obispo Don Jerónimo; en gracia a :la misa que les ha ,dicho, y se repite también la acción dé Alcocer, donde Pero Ekrmudo, que ha propuesto dos ataques su: cesivos, el suyo y el del Cid, se antkipa, se encuentra ‘en apuro y el Ci,d a’cude en socorro suyo con el grueso, profundizando y per,siguien,do al Rey Búcar, que aquí es alcanzado por Rodrigo, junto al mar, cuando ,históricamente sabemos que .encontró la salvacón en ,su huída; La bata,lla no puede ser más sencilla ni irrsípida en lo táctico ; no hay idea de maniobra ni acción resolutiva alguna. Los castellanos victoriosos se lanzan al alcance y sacan a los moros de entre lapstien; das, ,donde muchos por el pánico han quedado enre,dados entre 4as cuerdas: I -__(:il.) El Cuarte o Cuarto oeste de Valencia. era un extenro llano, situado más de una legua 31 que se estiendea partir del cuarto miliario de la vía roma& iniciada en la puertn de la Cu!ebra. Por su fertilidad era muy propia para Sosten& !a caballería de un gran ejército. A] noreste de los Ikmos está Cuart de Poblet, que dista unos nuwe kilómetros de Valencia, y al este el pueblo de Mislata. 38 JOSÉ M.” GíRATE CóRDOI%i Por tercera vez des:ta.cael po,eta «los tambores van sonando, por .maravilla lo habían muchos de aquellos crist.ianos que nunca 10 viesoa porque son nuevo,s Ilegaldos.» El poeta nos ofrece así una batalla del Cuarte fraccionada en elos tiraSdas o poemas, que van nada m’enos que Id~d 93 x1 116. La fusión Ide ambas sería u,n mediano conjunto, pues co,rresponde la reaIi!da,d a la idescripción Ide 1.a primeea, pero situa,da ,en el tiempo #de Ia segunda. La ‘confusión, debilda seguramente al refunditdor ade Me,dinaceli, se debe si,n ,duda al recuerdo :de aquella primera bat,alla dei Cuarte que que,dó en gra’do ide tentativa o frustración más bien, la que tal vez estuvi,ese en Ie{ Cantar original, un tanto ‘desviada por la misma causa, pero que mostraría un formidable indkio ,del pavor musulmán ante las formaciones #del Cid, extendi’das en Idos ala.s, como hemos visto en los cronistas árabes (32). No a,lcanza el Cnmtaru.la Cumbre ade Bairén, ,don#deael genio del Ci¡d se mostró más aho ,en combinación con su osa,día, daIda la adversa situación en que se enconkaba. No apura la visión ‘cle ese perfeocionamiento tá,ctico y estratégico a que llegó progresando día a día len su arte militar, pero lo recogi’do es muestra suficiente para mostrar al Campeador como un ver,dadero General (de Ejército, superior al mejor de su &poca y muy por encima de un g-uerrillero de fortuna, por muy respetable ,que nos lo i,maginemos, que también los ha habido en Espafia con grado de General. Hemos visto tres etapas claramente definidas de la táctica cidiana. La primera es la de primitivas batallas campales en las que la astucia suple a la fuerza y el número, representadas en el Cantnr por las de Castejón y Alcocer, pero que en-la. realidad estuvieron mejor representadas antes en Llantada y Golpejera, guerra contra León, encuentro simple de fuerzas, frontal y brutal, a fecha y lugar previamente convenidos, batallas casi góticas. En la segunda etapa se pxsentan como mues,tra Idos bataSas ,c~ontra Berenguer, ofensiva Ia una ‘en Al*mena;r y (defensiva ,la otra, en el Pinar de Téhar, ímica que el Cbvtay m~enci~onade aas dos. P,ero . 6s notable característica ,que la Idef,ensiva nunca es aferrada a,l terreno, &ino ,dinámica. En Tébar se señah también otra característica chdiana. Ro,drigo no acepta batalla (donde l,a plantea el enemigo, sino que (3) Vëase apéndice X11’. ISTRODUCCIó,ï A LA TkTICA DEL CID 39 .contin;úa apoyajdo en el terreno a pesar de las incitaciones de Bereaguer pa,ra que sajga al Ilano, ta3cháedole de cobarde. Prefiere el Cid la táctica inteiigente a la vanidad caballeresca. La tercera ,etapa es la, fde la !estrategia y la gran tácjtica. La elección ,de lífneas de penetración, el jalonamiento de puntos fuertes que aseguren las comunicaciones. Primero ‘el asedio ‘de Val,encia, luego la ‘defensa, el ingenio podiorcético, la apertura !de esclusas en el Turia tpor la ac,equia de M,islata y, f,inalmente, la salida del Cuarte, a4 commprer&r que es ,imp.osible la ,defensa, para Ddivi,dir &l enemigo y perseguir al jefe, es brillan,te colofón ,de la ca,mpaíía, ,dond.e se muestran conjuntas las virtudes tácticas ‘del caudilío. En las primeras etapas to’da la ac’ción se fiaba al escalonamiento en pr,ofuadi’dajd, combinado o no Zcon aradides y estratagemas. En la tercera brilla la innova~ción táctica ‘d.el Gd y está ya ‘clara la maniobra de alas, por ataque cambina,do y doble envolvi~m.iento. En Fesumen : Una táctica inicial, mita,d mora y cristiana, de a,lgaradas y ,correrías, a la jineta, con instrucción ,d,e arldi,des enemigos, tan útil para usarlos como para ,eritar sufr,irlos, se va transformaedo hasta crear una maniobra de ataque combinaSdo en la qwe se llega a adquirir verdadlera ,maestría y una modaliSda,d ,d,e «tornada», la carg-a de ‘la c.aba.ll.ería, ,de iada y vuelta, que por su rapisdez y su sorpresa multiplicaba el nknero ,de bajas. Tras ello el gran ejkrcito, con su Estado Mayor y sus servicios, con su orga&izació!n, su movilización y su logística, que van creando esciela, con sus leyes sobre la ocupación, los prisioneros y los ,d,esertores. Pero una introNdwción forzosamente ha de a,cabar aquí. Todo análisis posterior ‘exigiría rdesborbdar el Poema y entrar de lleno en desarrollos críticos. *x * Hemos preferiido ‘limitar ,esta Intro,ducción a un examen militar del C‘nninr de Jfk C?d, y a nadie extrañará que un poema constituya la base del estudio táctko, ya que se trata de la pieza más minuciosa entre toldas aas fuentes bio.gráficas. P.or otra part:e, no requier.e gran trabajo el ‘deslindar y! (distinguir en él el filón realista de la ganga poética, pues, en general, ee verídico casi to,do 10 puramente militar qu,e los versos encierran. Los erro,res suelen ser más biea de aluración cronológica o Ide minucias pintonescas. Es necesario ‘este examen poemá!tko, pues en cualquìer punto de 40 TOSÉ XI.” GíR.\TE CólUJOBA la organizacion y la táctica ci,dianas hubieramos ,de acudir a el como pie’za Ide contraste, lo que resultaría más árido y enojoso que este ni definitivo. aná&sis previo, aunque no absoluto Han quedado anotados, con bastante probabilidad de acierto, el rasgo ,mi!itar Idle1 autor primitivo, la -exactitud de sus ‘datos numéricos, la valoración de *efectivos ci,dianos, el progresivo crecimientocde la hueste y ,de ,la ,dosis ‘de peones, el perfeccionamiento de la táctica, y las líneas generales del arte militar que en el poema se vis,lumbran. Las fuentes cristianas y árabes, mucho menos precisas, volcadas. luego sobre estos antecedelnks, y la documen,tació,n extracidiana, nos revelarán en sucesivos trabajos, hasta <donde sea posible, la aportaciihn y noveda,d que las campañas ,del Cid suponen en el acervo, de nuestra Historia Militar. APENDKES 1. Historia lY~~.iversnl Ihshda, dirigida por el DR. EUGENIO-TH, RIMLI. Editorial Vergara, 1957. En el tomo II, página 94, dice entr,e otras cosas: «Figura elevada a la categoría sde héroe por algunos, r,ebajada a la de vulgar baadi8do por otros, Rodrigo Díaz es simplemente un personaje muy <die su época... El Ci,d comienza entonces su carrera ‘de guewiIlero con kxitos resonantes, aunque pasajeros, como su fugaz conquista ,de Vakncia, perdida ocho años después. El Cid no sintió ,en modo alguno el espíritu d,e cruza’da, el móvil ,de su acción es simplemIente el afán ‘de botín. ,. PLISO su espada indistintamente al servicio ,de cristianos y moros, o a su propio servicio, sin idea política alguna, llegando incluso a guerwar con los ‘cristianos. Hechas estas salverdades, hay que reconocer que como guerrillero fue genial y si bien de su obra !no quedó nada, supo mantener ,durant,e cinco años una especie d.e marca o pequeño Estado fronterizo ‘en Valencia, que permitió a Cataluña verse libre ,de las acometi.das a1morávi~d~e.w. II. Tmtndo de He1-áldica Mitikw .-Tomo III, 1959, &&ns 162 y 163: ((Muchas son las opiniones acerca ~delnacimiento de1 Cid., Entre ellas parece la más acertada la de don Manuel INTRODUCCIóN III. IV. V. A LA TkTIC.4 DEL CID ar José Quintana. Cofisumió una gran parte ¡d,e su vi’da lu,chando con príncipes moros, contra adversar.ios de su misma raza e incluso contra s,oberanos cristianos. No considero ignominioso hacer alianza con un enemigo, siempre que tuviera por oibjeto la ldestrucci& de otro mayor... Pudo proclamarse rey <de Valencia y haber puesto en un aprieto la corona cde Castilla ; absteniéndose cde ello, adquirió un mérito gran,de que basta para borrar las manchas que se notan en su vida». GENERAL A~XIRANTE .-«Histomfa Militar».-Almirante en sus variadas y breves alusiones da la clave del fenómeno : «Sin 3detenernos a des.embrollar lo que pue,da haber de fabuloso en cuanto inte~rviene el Ci,d»... «La mercenaria Tizona de1 Cid»... «El aventurero ‘Cid andaba ya en Vaaencia, en una de sus increíbles y ,dramáticas expeldkiones,’ imposibles de ajustar en esta narración descarna’da y militar... Crea un pequen0 reino, feudatario en aparkrcin ,de Cktilla, pero en reshdad indepeedieete .de moros y cristianos... Es .digno de inotarse el tino clelicado con que la fábula y la leyenda han personificado en la poética figura ,del Campeador el revuelto caos #de nuestra Edad ,We,dia, cast’ellana y exclusiva, semif~euciaí, religiosa, caballeresca, aventurera, libre, inquieta, fuerista, concejil y democrática» (págs. 125 y 126‘ de3 tomo 1 ,d’e ,la ,obra). MARTÍX ARRCE : Histo&x Militar.-Hace una ,decente- síntesis biográfica, pero no ‘deja de subrayar que el Cid «hace la guerra a los príncipes moros y cristianos sin distinción y según a sus propkitos .convielne», insistiendo en qne muchas de sus victorias eran con moros contra cristianos. Para la réplica a toadas estas imputaciones y muchas más, basta remitir al lector a La Espnñn del Ch? ie incluso a su resumen en un tomito ld~ela «colección Austral» titulado E& Cid Campeador. Sin embargo, en un ensayo publicado últimamente en Buenos Aires con el título : «El Cid y Gelmírez», de Sánchez, al comparar ambos personajes. se dice en extracto : ((Los dos fueron codiciosos de riquezas, de gloria y de poder. Los ganó con la punta de su lanza el infanzón.. . Para él, para Castilla y para España.. . El -poder y las riquezas del Cid fueron efímeros, como fruto desorbitado de la guerra. . . Perdióse Valencia VI.. VII. tras la muertz del Cid... Pero la gloria vence a la muerte y a los accidentes de la naturaleza y pervive. La gloria en que colaboraron los héroes y el coro. -0s que la alcanzan por sus actos y el pueblo que la otorga... El Cid, acompañado por el amor de labriegos y guerreros y por Castilla toda. Por eso cantaron al Cid los poetas populael poema, es inferior al res... Porque con ser magnífico ((milagro de los milagros del Señor» (el Cid en frase de su enemigo Ben Bassam). Sin el Cantar, hubiera seguido el Cid refulgente de gloria y de grandeza, siendo un hito gigantesco en la Historia de España». No he suprimido ni una palabra referente al Cid, los puntos suspensivos sustituyen los t&minos ,del paralelo de Gelmirez, que no afectan a nuestro asunto. Vale ,la pena ha.cer un anticipo .d,e los últimos trabajos sobre aspectos milita.res del Cid, aim ,con riesgo ‘de importantes 8omisiones! : ALONSO ALCALDE, Manuel: El arte de guerrear en el Poema del Cdd. Revista «Ap&dice», de la Oficidi,dad de Co,mplemenito, marzo ade 1946. ARANDA MATA, General: Personalidad Milita?- del Cid. Revista ((Mío Cid)), nlúmero extraordinario, 1941 . BA'RDAJÍ LÚP'Ez, Antonio: Notas sobre la bib9ografia del Cid. Revista ((Ejército)), enero ‘de 1948. CAMPOS TURMO, ‘Coronel: El bautismo de guerra del Cid. Ibd., marzo de 1955. FERNÁNDEZ FLóRDz, ‘Darío : Bremkwio d.e Mio Cid. 1942. G~scóx, Capitán: El Ciui en 1~ bata,lla de Gebrahobra. Id., abril ,de 1956. MORENO QUINTANA, Bizenv&do : El Calttar de Mio Cid. Revisaa «Apéndice.». . . MUÑOZ GUTIÉRREZ, Jrosé: Ruy Dkz, el Cid. Revista «Ej&cito», (diciembre ‘de 1940. RUEZ DE AYÚCAR, Angel: Ei arte de wmndw y de obedecer c?n el Poema del Cti. R.ev,ista «Apéndiceb... SEMPERE, Sebastián, Teniente : Las espadas del Cid en la Real Arnzerz’a, ‘Tomo de Conferencias del Servicio Histórico Militar ,dGe1947. Menéndez. Pidal, en su reciente obra Eft tomo al Poema del . 42 JOSÉSi.* : VI. G.iRATä C¿kDOBA tras la muerte del Cid... Pero la gloria vence a la muerte La gloria y a los accidentes de la naturaleza y pervive. en que colaboraron los héroes y el coro. Los que la alcanzan por sus actos y el pueblo que la otorga... El Cid, acompañado por el amor de labriegos y guerreros y por Castilla toda. Por eso cantaron al Cid los poetas gopulares... Porque con ser magnífico el poema, es inferior al *(milagro de los milagros del Señor)) (el Cid en frase de su enemigo Ben Bassam). Sin el Cantar, hubiera seguido el Cid refulgente de gloria y de grandeza, siendo un hito gigantesco en la Historia de Espaíía». No he suprimido ni una palabra referente al Cid, los puntos suspensivos sustituyen los tkrminos del paralelo ‘de Gdmírez, que no afeqtan a úluestro asunto. Vale la pena hacer un anticipo .d~elos últimos trabajos sobre aspsctos militares del Cid, aún con riesgo ‘de importantes 8omisionew : ALONSO ALCALDE, Manuel: EI arte de puewea.r en. eZ Poema del Czid. Revista «Ap&dice)), de la Oficialidad de Complemeato, marzo lde 1946. ARANDA MATA, General : Personaklad Militar dei Cid. Revi& «Mío Cid», mímero :extraordinario, 1941 . BiRDAJÍ LÚPEZ, Antonio : Notas sobre Za bibl$ografia del Cid. Revista «Ejército», enero ‘de 1948. Ce4~~0s TURMO, Coronel: El hau-tismo de guerra del CI%. Ld., marzo dee 1955. FERNÁXDEZ FLóRDz, ‘Darío : Breviwio de Mio CioJ. 1942. GASC~K, Capitán: El Cid en la hata,lla de Gebrakobra. Id., abril sde 1956. MORENO QUINTANA, BienverGdo : El Catitnr de Mio Gd. Revista «Apéndice». . . MuWz GUTIÉRREZ, J,osé : Ruy Díaz, ,diciemhre .dc 1940. Rurz VII. el Cid. Revista DE AYÚCAR, Angel: El arfe de mandar el Poema del Cti. Rev,ista «Apkndiceu... «Ejéxito», y de obedecer cn SE;~IPERE,Sebastián, Teniente: Las espadas del Cid en la Real Armerz’a. Tomo de Conferencias del Servicio Histórico Militar *de 1947. Menéndez Pidal, en su reciente obra .En tomo al Poema del . IKTRODUCCIÓN VIII. A LA TkTICA DEL CID 43 Cid, se detiene en aspectos militares del Cantar con mayor lo siguiente : cuidado que hasta ahora. Extractamos c(Par;i la historia de la guerra, el Poema tiene también un val01 del que suelen carecer las chamons francesas, con ser más militares que el cantar castellano. Los juglares franceses no tienen espíritu de observación para la batalla. El Gil-u~d de R~zk~si!ló~~, ofrece en la pintura de la guerra más realidad y variedad que la generalidad de las C~UW SOIU -pensamos si será porque la ha vivido de cerca SU juglar, como nos hace suponer el del Cid-. El Roland o el AZiscn~zs, no nos dan idea de estrategia alguna -Menéndez Pida1 suele llamar estrategia a la tácticasalvo el dividir ambos ejércitos en líneas de combate o «echeles», generalmcntc formadas por hombres de un mismo país -recordemos lo mismo en el Poemn de Fel-nán ‘González-, siempre más numerosas las de los sarracenos que las de los cristianos, las cuales se atacan sucesivamente sin plan alguno. Las largas descripciones de las batallas se reducen al chocar de los campeones unos contra otros o con turbas que caen a centenares bajo los descomunales golpes ,de los héroes. En ei AJío Cid, la guerra ofrece aspectos variados, desde la pequeíía correría hasta la batalla campal y el asedio, según el hbroe va creciendo en recursos y planes» (págs. 55 y 56). «En el Mio Cid sobresale esa especie de costumbrismo militar, lleno de animación. No se encuentra semejante viveza descriptiva en la gesta de los Infantes de Lam, y menos en las c&a.?ons francesas, donde muchas batallas, más largamente descritas, se reducen a combates singulares que se suceden monótonos uno tras otro» (pág. 211). «Desde luego, parece una moda francesa la repetición del indefinido <ctczîzto»en las enumeraciones descriptivas (v. 178.3, 1987, 2114), las cuales, además, suelen ir encabezadas por el verbo cweriais)), con el que el que el juglar se dirige a sus oyentes y procura sugerirles una viva representación de lo que va 2 narrar. Estas formas de describir, que se repiten ewel Rodrigo o Poemn de las Mocedades del Cid, y en los romances, son muy usados por los. poemas franceses. El «allí veríais tanto escudo horadado, tanta loriga rota, tanta silla de caballo vacía», es un verdadero lugar común chawonS; sirva de ejemplo el Girard de Vienne: de las La veissez tante lance brandie... ce jor y ot meinte selle vuidie, et mainte targe et perciée et crissie, el mainte broine rompue et desarcie, cil destrier fuyent parmi la. prairie. AAade Menéndez halla en el Koland: Pida1 e! ejemplo más análogo que La veissez si grant dulur de gent, tant hume mort e naffret e sanglent... tant bon cheval par le camp vunt fuiant. En Destructition r, de Kome : Et tanle targe affreinte, tante broigne faussee, Et tant pie et tant poign, tante teste coupée. P por fin cn Floreme de Rolne, aparte de otras citas: La veisiez estor de fraiz renovelé ; la ot tente hanste et tant escu troé, tant habert desmaillié et tant clavain faucé, tan top feru dëspée descs hiaume gemé. (En tomo al I’oenza del Cid, pág. 25.) JX. ; ,’ : En el folio i- indicáhxnos ya que la existencia de un deuteragonista fue gusto likrario del siglo XII, que se muestra en la épica castella,na y francesa. No lo era seguramente en la versión primitiva ,del MZo Cid, donjde Alvar Fáñ’ez ‘de Minaya se apartaría de Rodrigo d,espués de ser su embaja’dor ante le,1Rey para obsequiarle con trofeos de la batalla de Alcocer (v. S% y sig.j. Así había de ser por razón de la histoxkidad coastante del Poema y la coetaneidad ,del autor, segím #da por averiguado &Ien&+dez Pida!,, ya que cuando el poeta escribía! aím «hazaíieaba» Minaya. Sabría, y no podría falsearlo, que Alvar Fáñez figuraba como primer capitán del Rey Alfonso a principios de W6, precisamente . Is=I<ODUCCIóX A LA TiCTICA DEL CID 45 a raíz ,de recibide como emisario del Cid con el quinto botin (de sus últimas batallas por tierras de Lérida, Mor-ella entre otras. C.on Alfonso VI participó ‘en la conquista Ide Toledo y permanece luego en esta <corte, .donde también figura emonces Ikdro Bermtrdo, como en 1082 figuraba en la cde Burgos ‘Alvar Salvaldor.ez. Es ,decir, que siendo histbrica al parecer la embajada dtel iCi,d, sin más variant,e que el ,desconocerse la realiNdad Ide la batalla ,de Alcocer, encaja pcrfectamente’,en 1085, fecha en que el Rey perdonaría a Minaya ofr$eciéndole continuar junto a él y no al Cid, y consistiendo que nuevos caballseros parti.esen <con el Campea’dor, lo que hace r,ealista el dato ,de que Minaya presentase al Cid los 200 cabaUeros que se le incorporan (v. 915), volviéndose despu& junto al Rey, del que al poco tiempo es embaja’dor en S,evilla y Valencia. El refundi*do ,de Msdkaceli juzgaría como descuido lastimoso adel primer po,eta esta ,desaparición <de Minaya en ‘el relato y (decidió ,subsanarlo ,dándole el papel de lugarteniente insustituible ‘d’el Cid y segun~do héroe .de sus campanas, a base ,d,e repetir con ‘cierta monotonía sus intervenciones en celada y algara, sus consejos .como Jefe (de E. M. y sus embaj.a[das. En ‘el Cn?ztw aparece así tan ‘d,e continuo junto al Gd, por intención expresa Idel segundo autor interesado particularmente en realzarle, hasta ,el punto 8de que (tao se le aparta de su brazo» (v. 1244) y ,Be llama «el mío brazo mejor» (v. X063), en tiempo,s que ya e.sta,ba lejos ‘de Ro,drigo, y aún en estrofas del aut,or primitivo intercala en d,os ocasiones el mismo verso : «VOS sois el mío .di,estro brazo» (V. 753 y 810). La sensación ‘de su influencia esn el Gd es tal por obra Ide este poe.ta, que Iel autor ‘del Poeml: de Almeria demuestra en 1150 sc$on,ooer esta refundición que hoy conservamos, pues no sólo recoge d latiguillo «mío Ci,d», sino la importancia ide ,Minaya, al ,d.ecir : .«,Mío Ciad fuit primus, Alvarus atque s,ecundus» y recon,ooe el ~deuteragonismo en un verso: ipsum esxtolleuat, se taude mkore ferebrrt. Tal i,endencia (dramática al deuteragonismo se muestra no sólo en el Mfo Cid, sino también en la primera ,gesta franoesa Ckassolz de Rolmd. Ambos poemas crean el segun,do héro.e no en su versión inicial, sino 6~ un moment’o X. XI. preciso ,de su evohtción, por obra DDEun refundidor influído por la mo,da de tan feliz invención literaria. Menéndez Pida1 dice por su cuenta: «Después de la toma de Valencia hay ya con el Cid 3.600 caballeros», siendo así que eI Cantar ni’ siquiera da motivo a suponer que todos 10 sean, por el contrario, tratándose’ de un recuento parece natural que se incluyan caballeros y peones. Luego supone también que se refiere sólo a caballeros «cuatro mil menos treinta», el número final de la hueste: diciendo que son 3.970 caballeros, pero tampoco hay nada que permita afirmarlo. Es más, el poeta emplea la misma expresión ambigua para contar los moros, que para el ilustre historiador son ahora 50.000 «hombres de armas». En todo caso, como Menéndez Pida1 supone siempre igual número de peones que de caballeros, la hueste total del Cid serían unos S.000 hombres, ateniéndose a los datos del Poema, sin imaginar que sólo alude a una de dos alas iguales, pues entonces se duplicaría el número, lo que no es nada probable. (Véase EN torno nl Poema del Cid, página 56). «En sus primeras guerras, el Cid saquea la frontera de moros. Para ello divide sus gentes en una retaguardia o zaga, a sus propias órdenes, y una vanguardia G algara, mandada por Alvar Fáííez, la cual se interna por sorpresa en tierra de moros para robar ganados y riquezas. La algara, según los fueros municipales, se debía componer dc la mitad del total de los combatientes; pero el Cid se juzga seguro con una zaga compuesta sólo de un tercio de su gente y envía los otros dos tercios en la algara para que el botín sea mayor; así Alvar Fáñez puede correr y robar con gran fruto 70 kilómetros del valle de! Henares, mientras la zaga del Cid ganaba por sorpresa el pueblo de Castejón. La algara del Poema es igual a la que describe un autor coetáneo, el de la Clzrónica Adefomi imperatork, párrafos 14, 52, 56, 60, enviadas por el Rey, o hechas por el alcaide de Toledo o los caballeros de Avila y Segovia contra los campos de Sevilla y Córdoba (EspaGa Sapxda, XXI). Son datos de Menéndez Pida1 en la obra citada. IiiTRODUCCIóN XII. XIII. XIV. A LA TáCTICA DEL CID 47 «Otra de las pequeiías conquistas del Cid en los comienzos del destierro, es 1s toma del castillo de Alcocer, que le lleva quince semanas de combate y no termina sino mediante una estratagewzn» (id., id.). «Como consecuencia de las anteriores correrías, el Cid, con sus 600 hombres de armas, tiene que aceptar una batalla campal contra 3.000 moros valencianos y muchos más de la frontera. Los 300 caballeros cristianos cargan sobre una de las haces enemigas, la atraviesan matando 300 moros y dan la carga de tonzada matando otros tantos. Una «charge en retour» de 333 caballeros, semejante a ésta, fue uno de de los hechos de armas de que siempre se alabó Girard de Rousillón.» La tilznnxon de Girard de Rousillón está traducida por Paul Meyer en 1884, y la tornada se encuentra en el párrafo 152 (Menéndez Pida& id.). «Otras varias batallas campales describe el Poema. Cuando ya el Cid reune más de 3.000 caballeros, preceden a la gran batalla pequeños encuentros (v. 1673-1684 y 2344) y se fija de antemano el plan de combate, siendo Alvar Fáñez, como siempre, el que propone la solución aceptada, que suele ser un ataque combinado por las dos alas del ejército enemigo. La batalla se rompe dando las feridas primeras un caballero distinguido, el cual suele pedir de antemano al Cid que le conceda el honor de herir los primeros golpes en el enemigo. De estas primeras heridas hablan frecuentemente otros poemas españoles y franceses.» EL CORONEL Y SU por Profesora DON ANTONIO VIAJE MUNDIAL IRIS HIGBIE de la Universidad Los Angeles DE PINEDA WILSON del Sur de California, (U. S. A.) En la segunda mita.d del siglo XVIII, cuando el Imperio español ,era el más extenso del mundo, reinaba el ilustre monarca Carlos III. Durante esta época fueron emprendi,das algunas de las kxpe,dkiones marítimas más importantes en la lexploración de las costas ‘amerkanas, y la LortNe patrocinó una investigacibn científica en los grandes reinos del Kuevo Mundo. En todos sus aspectos, esta época estuvo muy influída por los nuevos descubrimientos que resultaron del estudio de las ciencias físicas y naturales en Europa durante el siglo XVIII. Carlos 111 dispuso la organización de varias expediciones para estudiar la botánica, zoología y mineralogía del Perú, Nueva Grawada, Nueva España, las Islas Fi!ipinas y otros Dominios, durante el último tercio del siglo. La expe’dición posiblemente más importante de este carácter fue organizada bajo la dirección del Ministro de Marina don Antonio Valdés (1), siendo dirigida por el Capitán de Navío don Alejandro Malaspina. iEn un: viaje alred,edor ,del mun,do desde 1789 hasta 1.794, la expedición sdeMalaspina recorrió los continentes de América del *Sur, del Norte y las islas ,del Pacífico. Como finailida’d, Y,aexpe&ción (1) Grey Don .4ntonio Valdés y Fernández Bazín (1744-1816). Bailío de la Orden de Malta, Caballero del Toisón de Oro, Capitán General de la Arruada y Ministro de Marina (17%1795), propulsor de la Ppoca más brillante de ésta». JULÍO F. GTIILL%X, Indice de la Colección de Fernández de Navarrete que posee el Museo Naval (Madrid, 1933). 50 IRIS HTGBIE WILSON tenía ‘muy diversos objetivos -geográficos, cartográficos, económicos, científicos, incluso políticos y mihtares-, y todos los cumplió con la buena cooperación de los ,distintos mkmbros que tomaron parte en ella. El viaje de Malaspina com,enzó ‘durante el r,einado fde Carlos III, duró sesenta y Idos meses, y ,finalizó infelizmente bajo el reina’do de Carlos IV. Unas circunstancias ,desgralciadas hicieron imposible la publicación tde los resultados, pues Malaspina fufe #desterrado ade España.. Los manuscritos, cartas, *dibujos y otros ‘documentos quedaron guardados en 110s a.rchivos. Casi cien anos ,después, nada había sido escrito sobre la expedición. Al fin, en 1885, una extensa obra rsdactada por don Pedro de Novo y Colsón fue publicada en Madrid y el mundo español, al menos, pudo tener relación del viaje (2)1. Dlesde entonces se ,han pubhcado varios a.rtícuIos y iibros cortos sobre (diversos aspectos <dIela ,expedición, aunque la cantildad (de información publicada no alcanza a la que queda inedita. Sabemos tqne tla ‘expedición tde Malaspina to,davía no ha recibido .la fama que en justicia ‘Iller,ec,e, pero .en las investiga,ciones de hoy esta gloriosa gesta de la Marina va consiguiendo un puesto muy importante ‘de.ntro ,dle la historia ,de nuestros Idescubrimientos. Sin embargo, los ,escritos siguen ‘demostrando una falta grave, la omisión del nombre Ide un Teniente de las Reales Guardias Espanolas, ,qwe acompañó a Malaspina como ,primer encargado lde historia .n&ural. Don Antonio Ide Pine’da Ramírez ,contribuyó al éxito de y, además, con un la expe’dición con su gran capacidad científica m&ito extraordinario, logró servirla dignamente en cualquier asunto político, scomercial .o personal con qwe tuvo que enfrentarse. Este brillante oficial, militar ,del siglo XVIII, hizo unas investigaciones tan admirables que su nombre y sus hechos no deben quedar desconoci’d.0 s , Durant,e la organizacion ,de *dicha expedición en el aí%o 1788, Mala,spina tenía que admitir que sería .difkil, sino imposibl,e, emontraren la Real Armada el individuo necesario para desempeñar los importantles obj.etivos d,e la proyecta’da parte cientí.fica. Por eso, en una carta al Ministro de Marina, don Antonio Valdés, Malaspina propuso ctun sujet, ,realmente idóneo para la comisión bde la historia (2) del aLa Capitán Vuelta al Mundo por las Corbetas de Navío D. Alejandro Malaspina, <Descubierta> desde 1789 y «Atrevida> al a 1794n (Madrid, mando 18%). DON ANTOXIO DE PINEDA Y SU VIAJE MUNDIAL 51 natural», don Antonio de Pineda, Primer Teniente de Guardias Españoilas. «En este oficial se reunen no sólo ioda la inteligencia y actlvi,da,d necesarias para aquella Ciencia, sino también una robustez, y un genio admirable, y aquel verda,dero amor al estudio, a la novedad y a el honor que sól,o puede ser 5el mot8ivo y el ‘pago de semejantes #empresas»(3). Valdés recomendó a Pineda al Rey, y sus nombramiento fue confirmado en ,diciembre de 1788 (4). Don Antonio ‘dle Pineda nació en e+l año 1753, en la, ciadaId ‘de Guatemala (Reino ,de N,ueva España). Proce,día lde una familia de buen linaje. Su padre, don José de Pineda y Tavares, natural de Madrid y Caballero del Orden de Santiago, fue Colegial Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares, luego Oidor de la Audiencia de Guatesmala y ‘d~espuésde la Real Cancillería de Granada. Su madre, doña María Josefa Ramírez y Maldonado, era natural de Lucena, en el Reino de Andalucía. Su abuelo paterno, don Antonio be Pineda y Capdevila: natural de Lérida, fue Oidor de la Real Cancillería ‘de Granatda, Alcalde #de Casa y ‘Corte, y Ministr.0 del Supremo Consejo de las Indias y Cruzada; su abuela paterna, doña Teresa Rita Tavares, nació en Gibraltar. Don Juan Fernando Ramírez y Pulgar, caballero del Orden de Calatrava, y doña María Josefa MaBdona,do y D’ávalos, naturales del Reino de An’dalucía, eran sus abweiIos maternos (5). La familia Pine,da regresó de Guatemala para vivir en Granada cuando don Antonio tenía menos de diez años. Según una memoria escrita por Malaspina, el joven. Pine’da ingresó en clase de Cadete en el Regimiento de Reales Guar’dias .de Infantería Española, carácter después ,dfe una ,e’ducación aldecuada, donlde mantenía «un sociabl’e, un amor al estudio, y una idea bien exteadi,da $delos deberes patrios. Sus conocimientos se hicieron bien patentes, en los ataques de Gibraltar ?durante la guerra empezsda en 17’79. Todos los Generales #dIelExército los conocían y los a,dmiraba.n iguaknente y quedaron bien cimentados quando sin nobmbre del autor se presento -(3) Escrito de Malaspina a Valdés. Cádiz, 31 de octubre de 1’788, MS. 583, Archivo del Museo Naval, Madrid. (4) Escrito de Valdés a Malaspina. Malaspina. Madrid, 12 de diciembre de 1788, MS. 278, Archivo del Museo Naval, Madrid. (5) Ordenes Militares; Alcántara 1.186, Pruebas de Caballeros (Mariano de ~Pineda y Ramírez), Archivo Histórico Nacional, Madrid. 52 IRIS HIGBIE WILSON y practicó un plan suyo para el ‘d-tal ‘de las operaciones ‘del Esército, dirigidas a la noche del (?) de agosto, a abrir ia Nueva Paralela. Sus aerviciqs fueron ig-ualmente ,distinyui,dos y su vida extraor,dinariamente expuesta en la Batería Flotante la Pastora, en la qual y en el en.cuq&ro suc,esivq ,de las Esquafdras a poca distancia ‘del Cabo Espwkil sjr$ a las órpdenes Ide! Gefe de Esqua’dra Dlon Buena Irentura lkforeno)) (6). Fmalmente hecha la paz y desdetlado el lang:uir en una caqsalda o@osbdad o el $o.mar por único objet,o de sus tareas la ,desItrucción ,de sus semejantes, volvió et rostro hacia !a Física y la Historia Natural, en cuyas ci,encias había adquirido ya bastantes nociones generales. bien pkvecto y pundonoroso Su constancia y su talento le llevaron a LIII grado de doctrina en una y otra ciencia, y su celo patriótico le dictaron la ocasión de aprovecharlas en la espedi- ción de la corbeta «Descubierta)) y «Atrevida» en el ì\iIar Pacífico (7). Las Ido< corbeta.s, construí-das especialmente para el viaje alrededor ,del mundo, salieron del puerto de Cádiz el 30 de julio de 1’789 .y llegaron a su primer escala, Montevideo, en septiembre. Antonio Pineda ,empezó sus laborles con excursiones a las cercanías de M,ont,evideo y a los terrenos !de Buenos Aires. Realizó una investignci&n de los mineraies en la Bdes,embocadura #del Río de Ia Plata y completó una ~dkscripción Lde las aves, cuadrúpedos y pelees com~mes (8). Cumplió tumbre% un breve sumario de la historia ,de los pueblos y las coscde las gentes ‘(9). Las corbetas partieron bde Montevideo el 25 Ide noviembre para Pu~erto Deseado, <donde Pineda y el botánico (6) Dos hermanos de Antonio de Pineda, Mariano, que nació en Guatemala en 1754, y Arcadio, que nació en Granada en 1765, estuvieron a bordo de; navío uSan Nicolás»‘c0mo Teniente de Fragata y Guardia Marina, bajo el mando del Capitán don Buena. Ventura Moreno, en 1779; véase #Estado de Buques de la Esquadrar, MS. SS7, Archivo del Museo Naval, Madrid. (7) dvfemoria de Alejandro Malaspinañ,MS. 312. Archivo del Museo Naval. Antes de junta% con la expedición,Pinedatrabajó en el Real Gabinetede Historia Natural de Madrid haciendoun estudio de las aves que allí se guardaban(cPapelesde .4ntonio de Pinedan,Archivo del Museo ‘Nacionalde CienciasNaturales, Madrid). (8) «Descripcióndel Perú, BuenosAires y Chile>,Add. MS. núm l’i.592, Archivõ del MUSL%O ‘Británico, Londres. (9) «Relacióndel viaje alrededordel mundopor Dn. Antonio de Pineday Ramírez a bordo de la Corbeta de S. M. la Descubiertan,MS. 122, Archivo del Museo Naval. IMadrid. MAUSOLEO (Grabado de la coleccih DB PINEDA Bauzk; Museo Naval, Madrid). DON ANTOWIO DE PINdDA Y SU VIAJE NUNDIAL 53 don Luis Keé (10) reconocieron una parte de las costas patagónicas. De ,donde pasaron a las isias Ma,lvinas, permaneciendo unos ,días en Puerto !E,gmont. Desde las Malvinas se ,dirigieron al Cabo de Hornos, franqueando e! 18 ‘de ewro de 1790 el paso del Pacífico y amaen Chiloé en febrero. Pineda y Neé, se dedicaron a rerrando conocer el bosque, que cubría casi toda la isla, no explorado científicamente. De aq,uella isla la expeldición pasó por las costas chilenas, con estancias en Valparaís,o y Santiago. En el último sitio se mcorporó a la expedición ei botánico alemán don TadeO Haenke, que había perdido ,el buque a la sali,da de Cádiz ‘y que había atravesado !a cor.dill,era en un penoso viaje *desde Montevideo a Santiago (11). Las corbetas continuaron viaje por separado, pero habrían @de seunirse en el puerto de Callao. «La Descubierta», en Ia cu~d iba Pineda, pasó ,directamente a este importante puerto ,del Virreinato del Perti, encontrando por todas partes nuevos motivos de estudio para las Ciencias Naturales. En este lugar Pineda hizo experimentos y análisis sobre la humedad del aire, investigó los accidentes y enfermedades, y escribio una memoria sobre el carácter, genio y costumbres de los limeños y el esta.do de las ciencias en Lima (12). Encargó al Capitán clon Pedro Niebla y, Parada un ensayo titulado «Noticias de varias hiervas, árboles, animales y aves particulares, virtudes de éstos y naturaleza con costu&bres de los indios para el Sr. D. Antonio Pineda, Teniente Coronel de Reales Guardias Españolas», que fue fechado en Lima el 27 de agosto de 1790 (13). En !ma carta dirigida al Ministro de Marina, don -4ntonio Val,dCs, Pinemda,describió con bastantes ,detallcs sus actividades, especialmente. en Ecuador, hasta la llegada de ((La Descubierta» a PanamQ en diciembre de 1190. Avisó aS1Ministro que «después de nuestra salida del Callao fue la prim.era arriha,da al Río y CiL1,da.d,de Guayaquil, (10; BotáGco Francés, naturalizado en >Iadrid antes 1789. (11) ba l$ctl Natural calificado en España, de partir con de Bohemia, tara servir (12) &escripción del Perú, seo. ~Nnval, liadrid. (13) KReino del Pení». 14s. Neé era un la espedición Haenke, doctor como naturalista Chile Z!Z. por la Universidad y botánico. y Buenos Archivo recolector del Real Jardín de Malaspina en julio de Aires», del -Museo MS. Naval, 110, de Praga, Archivo Madrid. esta- del Mu- 64 IRIS HIGBIE WILSON @de ‘donde con #deseo de visitar nuevamente la Cordillera, Montes y Volcanes &ebres en la histork y de reconocer los vegetales de 10s Países Interiores, emprendí un viaje en compañía ,de Dn. Luis Neé al Chimborazo y Volcán de Tunguragua. Se recorrió la base de aquél y se eslcalió hasta cerca ‘de la cima de éste, Se reconoció una de las principales bocas que consisten ,en varias grietas y abujeros... Se hicieron allgunas observaciones mineralógicas y se recogieron algunas producciones volcánicas y se hizo una colección de plantas. Hice un examen ‘de’las aguas terma,les que nacen de su pie, de las que sacan lqs ynaturales una *excelente sal pu.rgante» (14). Pine.da puntualizó que el picacho del Chimborazo fue inaccesible por causa de las lluvias y las nieves. Siguió la carta con un informe sobre una resina importante del país. Dijo : «El terreno sde Guayaquil., que se inunda una parte ,dtel año como otro Egipto, presenta. en los inmensos bosques que se cubren muchas preciosas ,dr,ogas y sucos vegetales incluso que no conocen sus naturales y otros que se ignoran en España? ,de cuyo número es la Goma ielástica, *d,e que se hizo mucho uso para barnizar globos aerostáticos. Llaman la Xebe ,del nombre ‘del árbol ,que la pro,duce. Para su beneficio cdan :cuchilladas a su corteza ; mana ,de las heri,das un jugo. como ,de leche tierna, que recogen sobre las anchas ojas del plátano. A poco tiempo se endurece y pone negro. Manifiesta las mismas propiedades que la goma elástica que trahen de Portugal y venden en Mkdri~d por ignorar que se produce en nuestras colohias. Los Naturales de las provincias de Quito la liquidan y derriten 31 fuego, barnizan lienzos con ,ella y logran excelentes y flexibles encerados para hacer cajas, botas, cubiertos ,de sombrero que preservan contra las más crecidas lluvia,s». Pin,eda también notó que en àa Punta d,e Santa Elena «se pr0.duc.e un ac,eite mineral que llaman en el país Copé y los Naturalistas petróleo o Naphta, es uno de los Ramos Reales le emplean en calatear basijas de barro en que transporta aguardientes, etc. Su calidad es superior, sobrenada en el alcol de vino, su eficacia en la medicina le hacen un recomendable artículo de exportación para la Península, que no se hace» (15). Siguiendo la carta? Pineda reunió una colección ‘de aves y otros animales hasta 80 especies, pero «no basta diligencia ni cuida,do con- (14) Escrito de Malaspina», (15) Escrito de Pineda a Valdés, Panamá, 10 de diciembre de 1790, uPapeles Biblioteca de la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut. de Pilleda a Valdés, Panamá, 10 de diciembre de 1790 (cit. ref. ant.). DOX ANTONIO DE PIPiEDA Y SU VIAJE MUNDIAL 55 tra la multitud ‘de insectos en estos países cáli,dos, una peque& oruga que proviene de una mosca verde nos destruyó esta preciosa coleccibn en la corta travesía 3 Panamá; iguales acci,dentes experimentaron los Naturalistas de Cook ,como se lee en su viage». Después, en Panamá, Pine%dareparó la p&r.di,da con algunos ‘de los mismos y otras especies, y aumentó las precawiones para lograr la conservación de la remesa a la Corte (16). Al salir de Panamá, «La Descubierta» siguió rumbo separardo y echó el ancla en el ;puerto )de R,ealejo (Nicaragua). Durante los nucve días de estancia, Pineda, en compañía de don Tadeo Haenke, hizo una investigación ,d#ela abun,dante natural,eza. Ambos científi~0s examinaron el Volcán Viejo, y pusieron de manifiesto el error en que estaban aquellos naturales, >de,que ni ar’día ni humeaba. Opinó Pineda que la profundidad de su caldera y la finura de su humo ocultaban este fenómeno a los habitant,es <del llano, porque en reali,dad tenía varios respiraderos en ,el fon*do y Jos la’dos d,e su doble caldera, un,a ,dentro ,de la otra. En las profun.didad,es Pine.da encontró montones de excelente azufre, que sería útil a los naturales, que lo empleaban en muchos usos económicos y lo compraban de fuera. Para informar al Ministro de Marina de los pro,dwtos más importantes ,del puerto, Pineda escribió : «Realexo produce además de las preciosas maderas, muchas yerbas msdicin.ales, gomas y preciosas resinas como la $de cedro, Sangre de Drago, Liqubdambar, Menjuí, etc., que tienen valor en el comercio. Su extración fomentada por medio de premios podría ani,mar a feste puerto en parte, ya mui decaído y pobre; produce ta,mbi&n gengibr,e y una planta del género ,de las Sidas que pued.e substituir ai CZíamo. La llaman e.scobilla y crece por t.o,dos los campos en abundancia ; ‘de ‘ella se haoen lienzos gruesos y se pueden hacer .más finos. Los que tengan, más tiempo descub;rirán otros muchos artículos de Balsamos ademas del de Maria, y otras plantas tintorias que no se conocen todavía y :que se apreciaran en Etiropa» (17). La siguiente escala t,uvo lugar en Acapulco, a ,donde Ilegó «La Descubierta» .el 29 de marzo sde1791. Allí esperó 4 regreso de «La (16) Ibid. (17j Escrito de Pineda a Valdés, Acapulco, 14 de abril de 1791, aPapeles de Malaspinan, Biblioteca de la Universidad de Yale. 66 IRIS HIGBIE WILSOX Atrevida», que había ido al puerto de San Blas. Durante este tiempo Pineda investigó la fauna y flora de Acapulco, que los artistas de la ,expedición reprodujeron en maravillosas láminas, Tomás de Suria, pintor tde la Real Acackmis~ de San Carlos de México, obtuvo a,dmirables vistas generales ‘del puerto. En -icspulco decidieron revisar los extremos contemuos en la relación del Capitán don Lorenzo Ferrer Maldonado, con el fin de descubrir el misterioso paso al Atlántico o Xstrecho ,de Anián. Para que ‘la expedición resultara más provechosa, Malaspina ,decbdió una zdis,tribución ,de los oficiales, ,dejando algunos en Nueva España, a fin de que pudiesen emprender varias investigaciones científicas, políticas y co,merciales (18). En sus instrucciones a Pineda, Malaspina inició los diversos objetivos de su estudio de la Historia Natural, y le encargó especialmente con ael prolijo examen comparativo del suelo y hueso primario de este Reyno referido a los de Tierra Firme, ,Quito, Perú, Chile y Costas Patagónicas que Vm. ha visitado. Esta útil pezquiza, agregándole 10s ,difer,entes méto,dos de la Naturaleza en los ‘mismos países para la formación ade los Metales, Már&moles, Petrificaciones y Tierras, ldará un nuevo lustre a la Historia Natural y la Expe,dición, y no será inútil y o,diosa repetición d,e las tareas de otros Naturalistas que .desde algunos años acá están con crecidos gastos de~l Erario,, examinanclo por lo perteneciente a los tres reynos ya una, ya otra PYOvincia $d,ela Nueva Espaíía)) (19). Entre los que qwdaron ,en Nueva España con Pineda estaban SLX hermano y ayucíante Arcadio (ZO), el botánico don Luis Neé, el dibujante y disecador José Guío, y el escribiente Julián de Villar y Pardo. Este grupo salió del puerto de Acapulco el 8 de mayo de 1’791 hacia la ciudad ‘de México. Durante el viaje Pineda tomó abundantes notas para la Historia Natural y aademás obtuvo informaciones ‘de gran interés sobre el origen de ‘las poblasiones indígenas, ocupaciones y activi,dades comerciales ,de sus habitantes, productos, etc., &c., y en general todo lo que pudiera interesar a. la Corona. En las cercanías (18) (19) Puerto Madrid. beta <Diario de Don Juan Vernacci)), MS. 94, ilrchivo del Museo Naval, Madrid. <Corveta crDescubierta» a el ancla en el Escrito de Malaspina a Pineda, de Acapulco a 2.3 de abril de 1791», XS. 427, Archivo del Museo Naval, (20) Arcadio <Atrevida». Fineda sirvió en la expedición como Teniente de Navío de la cor- DON Ah’TOMO DE PINEDA Y SU ,‘IAJE 5T MUliDIAL del pueblo ‘de Igualá, Pineda hizo una lista ‘de a,lgunas plantas medicinales, y ks que tenían usos curiosos eran las siguientes: «las cáscaras del fruto del Cardoncillo con asucar se dan para calenturas,; ygual preparación con el Palo ‘dulce sirve para el mal de orina. La Capitaneja es un arbusto con flores rojas y ,el cocimiento ,dzesu ,oja corta dos tumores. El lde la raíz ,del Buchache, para curar las llagas.;. las ojas <delSawe comidas sirven para cufar los empachos; la planta Lengua de Baca buena para remediar el dolor de cabeza ; el cocimiento ,d’e la cáscara del Nanz es buena para eit *dolor de cabeza ; ‘1a oja lde Schnosquelite aplicada. simplemenk quita el pasmo...» (21). Dijo el Naturalista que «estas noticias que aadquirí con gran trabajo de aquellos Yndios, solo se incluyen para po.der comprobarlas quando se hall,e proporción» (22). Al llegar a la capital senjunio, Pineda recibió -toda la ayuda posible del Virrey ede Nueva España, Conde de Revilla-Gigedo, quien para facilitar el ,desempeño ,de la comisión ,de Malaspina, ,dio a Pineda un pasaporte ~dicieedo : K... Concedo libre y seguro Pasaporte a Dn. Antonio ,de Pineda, Primer Teniente ‘de geales Guar,dia.s Españolas y Mineralogista ‘destinado por S. M. a la texpedición ,de nuevos reconocimientos para que se transfiera a los pa’rages de este Reyno que más le acomoden a continuar sus observaciones y exámenes físicos. Por tanto encargo muy particularmentae a toados Sos subdelegaldos, Justicias territorial’es, Governadores ‘de Yndios, Dueños ,o hdministradwes ,de Haciendas, Ranchos o ,Casas que le subministren Guías Peritos de los Pueblos, noticias relativa’s a su comisión, trato y conocimiento con personas instruídas, bagages que pagará anticipad.os según costumbres, ‘las producciones naturales que les encargue y quantos auxilios necesito para los fines sd,esu [destino e importantes encargos, y el que así no lo cumpli>ere será castigado rigorosamente. ‘Dado en México a .catoroe de Ju1i.o de mil setes no@ y uno. Revi’lla Gige,do. Antonio ‘Bonilla» (23). -(21) Madrid. (22) aViaje desde Acapulco a México», MS. 562, Archivo del Museo Naval, Ibid. (23) nPasaporte del Museo Naval, a Antonio Madrid. de Pineda», 14 de julio de 1791, MS. 563, Archivo IRIS HIGBIE WILSON DOX ANTONIO DE PINEDA Y SU VIAJE MUNDIAL 59 Pine,da visitA ,el Cerro de Gua,dalupe con el Pa,dre José Antomo Alzate, naturadista, que le acompaííó para ensefiarle la capilla de&calda a <la Virgen de Guadalupe y, además, algtmos fenóm,enos de la naturalleza. Pine.da comentó que ka capilla era redonda, bien construí,da y costó más $de 101I mil pesos. Dijo que «dentr,o encierra un gran nacimiento #d’eagua alccidula, ,qule sale en bor,bo’llones knpetuosos ; sabe un poco a híga,do ,de azufre y contiene bmucho aire fixo ; pero no #estaconocìda con Ia ext,enci¿m que merece por sus virtudes medicinales. ,El naicimiento tiene su pila <enf,orma ede pequeño pozo, cercaIdo con una rexa ,de hi,erro, y su derrame va fuera de la Capilla, en adonde formmauna pila. El público la bebe con devoción, aunque la halla desabrida, popque la encuetitra en un lugar sagra,do... La yglesia es pequeña, aunque mui bien adornada ; pero la Aparición de la Sta. Ymagen al Ynldio Juan Diego (1%31) iestriba más en la creencia *de los fi,eles que ten fundamentos histórkos». Luego, Pineda y el Pafdr,e Alzate visitaron ila ermita estkblecida en la cumb8e del cerro ‘de Tepeyac, lugar ‘de la a,pa.rición milagrosa. Pineda observá, que «todos los alred,edores #deda escena que compren,de esta excursión, se adornan de lavas .de to,da ‘especie, igualmente de porfidos Pechstein *de color ,de pe,deknal que emplean en México para hacer vidrio, como lasi mismo una cantera de Hidrofano lechoso, semipeluci,do, que se hincha y se hace m&s transparente ,dent,ro d.el agua. Esta materia tan ‘rara y preciosa en otros países, abunda mu’cho, y no tiene estimación» (24). En agosto de 1’791, Pineda envió a Valdés un sumario de sus alc& dades en México, al mismo tiem,po que le felicrtaba por su ascenso a Coronael Gra’dua’do ,de los Reales Ejércitos, y le dijo : «Por la Gazeta de 10 (de J,unio próximo pasa,do y aviso que me anticipó este Sefíor Virrey, tengo la noticia del grado de Coronel que S. M: me concedió en cuyo favor gracioso de nuestr.o Soberano no ,dnda tenga .parte el del influxo bdeV. E. que #durante la expedkión experimento constanbemente y assi le tributo las máis r~endidas gracias». Siguió la .carta diciendo que «durante mi estada en esta Capital, que mañana dexaré para transportarme a Guanajuato, pasando antes por varios reales de minas y sitios que presentan curiosida%des,he recorrido tod.os 10s al- (24) aExpedición al Cerro de Guadalupe MS. 563, Archivo del Museo Naval, Madrid. en compañía de Don Josef Abaten, rededores de lMéz:ico, reconocido los vokancs extinguidos que rodean -Su valle, subido hasta .los montes ,de nieve y reconocido &de cerca el Volcán del Fraile, que reconoceré subiendo a el si el tiempo me al,canzare a mi buelta» (25). Los hermanos Pineda, Luis Neé, Julián Wilar 9 dos artistas de la RaI Academia de México, salieron e,:i 25 ,de agosto para recono’cer las provincias situadas al norte cde la capital. Pasando por las antigws &ias en San Juan Teotihuacán, continuando el viaje a Gempoala. Desde aquel pueblo, ,donde vieron los famosos arcos, siguieron el camino por Real del 3Ionte, Atotonilco, ACtOpáll Jr IXllli<lLli!pa!l haata las minas de Zimapán. En Zimapán, Pineda investigó los métodos de utilizar los metales Nde,corta ley, y marchó a Tecozlautla, para examinar las aguas termales ,en las proximidades del pueblo. A poca distancia ,de Querétaro, el grupo tuvo la oportunida,d de observar la famosa &&da, que caía .entite LIIXI formación, de magníficas columnas ,de basalto. ~Después de .una corta visita a la ciu,dad, los expedicionarios ie ,dirigieron a Guanajuato, pasando por Acámbaro : Salvatierra y Sala-manca. Por fin ,llegaron al Res1 de Minas, uno de los más i,mportantes del Virreinato. En Guanajuato, cumplía el objetivo esencial ,de su comisión : inspección ,de minas y sus construcciones subterráneas comparándolas con las minas que visitó cn Chile, P~erú y otras regiones de Nueva España (26). ’ Al regresar a ‘la capital, Pineda, puso en or.d@n los resuitado!s de sus ,excursiones y to,dos los informes obteni,dos ,durante la es’cancia .de la expedición en México. Para reconocer lo más posible *del rikeinato, proyectó su vuelta a Acapulco por la ciudad de Puebla. El grupo salió ade México en noviembre, y el pa,dre iflzäte los acomjkíó hasta ,el pueblo ,de Amecameca (27). Llegaron al puerto de AAcapulco en ,diciembre y se reunieron con los otros, recién llega,dos & las’costas ,de California, a bordo de «2a Descubiaerta» .y «La Atreirida». LoS científicos comprobar,on sus investigaciones y pr.eparaminerales, animales ,disecados, artefkron una remesa de plantas, Zas; SrIilnljos y ensayos,‘ que querían enviar desde Acapnlco a Ma. .’ (2.5.j (26) Real del (27) Ibid. <Viaje desde México a f;uanajuato con rodeo por Zempoala Monte», MS. :X3, Archivo del Museo Naval; Madrid. Ibid. Pachuca y LAMINA ArrlPa: vista (Grabados del volcán Chimbor%Ao. de la colección Bauzá; Abajo: Museo la cascada Naval, de Querétaro Madrid). 111 PASAPORTE (Archivo de Manuscritos; DE ANTONIO PINEDA Museo Naval, Madrid). DOY .4x~ox10 DE PISEDA Y su VIAJE MWDIAL 61 drid (28). Malaspina dejó el encargo ,de la remesa a los oficiales d,$ pu<~rto y solicitó la vigilancia #deaConde .d,e Revilla Gigedo para ase? gural-s,e de su entrega (29). En SU ,diario, Malaspina escribió que Antonio de Pin,eda y sui ayudantes «con una actividad incansable habían enriquecido sus acopios ‘de Jlistoria natural recorriendo unas cuatr,oci,entas leguas & t,errenos varios, cuales son los que se ,extienden de Acapulco a México por Chilpancingo, Tixtla, el Río Azul, Real de Tasco y Cuernavaca ; des,de México hasta Guanajuato..’ ; habían además enriquecido Ja importante narra.ción de sus viajes con mwhas exp& riencias físicas y con ,difer,entes vistas ,de perspectiva.s... ; ni se habían ,descui,da’do,en ,haicer una íIti comparación .sobr’e el beneficio 1& las minas con las más selectas de Europa y con los métod,os adoptados en el Perú; todos objetos de la mayor importancia por la ver: dadera ilustración nacional en una partie tan esencial ,de sus riquei .I zas» (30). El 21 de *diciembre ‘de 1791 las corbetas se dieron a la mar para proseguir rlas ‘expIoraciones en <ei Pací,fico. Visitaron primero la isla de Guam y después se dirigieron a las Filipinas. Según una carta de don Juan de Cuéllar, del Real Jardín Botánico de Madrid, escrita desde Manila, Pineda, Neé y Haenkc hicieron reconocimientos por tierra desde la provincia de Albay hasta la capital. Luego Pi, neda emprendió un viaje desde el sur de la laguna de Bay hasta la Hacienda de Calván, para reconocer aquellos plantíos. Siguió en la compafíía de Cuéllar a fin de observar las aguas termales de Bay, y desde allí Pineda se dirigió a la mina del hierro de Santa Inés, al noroeste ,de ‘dicha, laguna, mientras Cuéllar volvía a la Hacienda. En este viaje, enfermó Pineda tan gravemente que fechas ,después moría víctima Ide su esfuerzo y sacrifici’o, pues no quisb alterar su ,marcha y misión. La muerte le sorprendió ;en Ilocos :. «Bajo de estos supuestos me parece propio ,de mi obligación notifi: ____ (28‘) «Noticia de la que comprende la actual remesa a Madrid de las Descubierta y Atrevida», Acapulco, 20 de diciembre de l’iSl> MS. 583, del Museo Naval, Madrid. (29) ahlalaspina a Revilla Gigedon, Acapulco, 20 de diciembre de 1791, Archivo del Museo h’aval, Madrid. (30) MALA~PINA: aDiario del Viaje alrededor del Mundo», MS. 753, del Museo Naval, Madrid. 1. : Corbeta,s Archivp XS. 583, Archivo 62 IRIS HIGBIE WILSON caT a V. ;E,xc. que el 6 de julio de este año falleció en la provincia de I:~OCOS el; referi,do D. Antonio de Pine,da atribuyéndose su temprana muerte a grandes insolaciones que tomó para recorrer en poco tiempo cuanto le fuere posible» (31). La carta dirigicda por Malaspina al Goberna,dor y Capitán General ade las I.slas Filipinas, era fiel expresión de los sentimientos del Jefe de la expedición sobre la muerte d,e su buen amigo, constituyendo un ren,di,do ho.menaje: KM. Y. S. En un momento en el cual la desgraciada muert.e ,de,l Coronel Dn. Ant0 ,de Pineda me re,pr,esentan como en una perspectiva aata, pellaIda, y casi superior a mis alcances, el cariñoso aprecio asia el .de un Monarca, protector de las ciencias, bel dolor vivo de una patria agra,d,eci,da, la pkdida <de una familia esclareci,da y rica., la tristeza ,de SUS compafíeros, testigos hasta aquí de sus sacrificio,s y qde su tesón para el #estudio .de la natural,eza y para el mayor brillo Ide la expe’dición, ,en este mismo molas aguas mento, en Bel qual las, minas, los riscos casi inaccesibles, minerales, to,da, en fin, la hermosa variedad de objetos con que la naturaleza ha aenriqu,ecid,o estas islas, se presentan triste,s a el re.dedor de la imagen fría del que murió para visitarlas, y desplegarelas a la vista atónita ‘de la NacBón, que las posee en este mo,mento finalmente, en el qual ,toldos los in’dividuos de la expedición se <preparan tristes, á invocar a su favor la bonda,d justkiem ,del Supremo Hacedor ,de la natura,leza no estraGe V. ,S. que le solicite para participar con ellos ,de tamaño encargo, para aliviarles más bien, si,endo d intérprete siquiera #d,e la aprovación Soberana, aun mérito tan ,distin,guido. Los Onores de Armas, son el único medio para esta interpretación, V. S. es arbitro de concederlos la colonia los deve a la memoria ,dse un vasallo esclarecido, que se ha sacrifica’do para dar lustre y utili.da,d y <la razón aconseja segura,m,ente, que se prefi,era más bien que ~deprimirle, a un Militar que cargado de laureles adquiri,dos en ,el Campo tde Martde, prefirió ahora para el término dq su vida ;ta fal’da !de unos montes inaccesibles a la tranquila demora en la ,Corte, a el suave cui,da,do de sus bienes paternos, y finalmente a la actual demora en esta playa en donde le llamaban Y oy Ilaman a cada instante las voces amistosas de .sus compañeros y (31) de 1792, aEscrito legajo de Juan 723, Manila, de. Cuéllar Archivo a Antonio Porliem, Manila, General de Indias, Sevilla. 24 de octubre DON ANTONIO DE PINEDA Y SU VIAJE MUNDIAL .63 admimdores... Las esequias se celebrarán maííana Lunes 16 a las ocho de la ‘mariana en la iglesia bde San Ag-u&» (32). En sus memorias, Malaspina, escribió que inme~diatamente después de las exequias se ocuparon los ,dos artistas de la expedición; Juan Ravanet y Fernado Brambila, (4 primero en representar con la #mayor propiedad a la Nación que ,lo ha perdido el estremado larije de este buen vasallo y el segundo a *diseñar y hacer el.evar en la Huerta lde Malate propia dse la Real Compañía un Monumento fúnebre que recuerde a la post&dad .nuestra pér,dfda y nuestra,s 1% grimas, la que dexó gravadas don Tadeo Haenke con la siguiente inscripción latina : Virtute. Telluris. Viscera. Tribuno. Militum Pelagi. Supremum. Qui. Hocce. Oir-bis. Extrema. Et. Laborum. Obiit. Calendas. Patria. Insigni. Abyssor. Andmmque. In. Optimi. Adiit. Cacumina. Lustrans.. Gravum. Luconia. Julii. Praematuram. Luget. Armisque. Indéf,esso. Scrutatori. Itinerse. Simul. VI. Bello. Demum. Arduo. Vitae. Diem. Pine,da In. Patriam. Naturae. Tri’ennii. Antonio. Philippinarum. MDCCXII. Mortem. Luget. Fauna. Luget. Amici. Posuere. Monumentum» (38). La prematura muerte de don Antonio de Pineda fue una irreparable pér’dida, no sólo por ,lo que respecta al resto d,el viaje, sino quiz&. principalmente por el aprovechami,ento ulterior de los materiales recogidos durante el mismo. Su hermano, el Teniente de Navío don Arcadio ,de Pine’da, que se hizo cargo -de sus trabajos, no tenía la (32) aEscrito de Malaspina al Gobernador y Capitán General de las Islas Filipinas,, Manila, 15 de julio de 1792, MS. 58.3, Archivo del Museo Naval, Madrid. (33) aMemona de Alejandro Malaspinas, MS. 312, Archivo del Museo Naval, Madrid. 44 IRIS HIGBIE WILSON capacidad cientifica ni ;la suficiente experiencia para seguir los mismos pasos Ide un hombre tan bien califica,do como su hermano mayor. Después de la vuelta #deb ,expedición en 1794, Don Arcadio in-tentó conseguir Ba publicación ‘de los #diarios, láminas y descripcioti,es científicas <del difunto naturalista, pero lo encontró imposible (34). Hoy ‘día en los archivos de España qwda mucha información escrita por Pineda sobre múltiples aspectos ‘de los países en que estuvo con la expedición #d,eMalaspina. Tal t,esoro documental espera la mano .del hist,oria,dor que publique el brillante trabajo de aquel digno militar del ,siglo XVIII. Así alcanzaría merecida fama el nom‘bre del Coronel don Antonio de Pineda. (34) uPlan del Viaje del Coronel D. Antonio de Pineda hecho desde la Bahía -de Cádiz por las Costas de ambas Américas, y después por las Yslas Marianas y Philipinas, donde murió~, Madrid, 5 de agosto de 1795, MS. 94, Archivo del Mu-seo Naval, Madrid. EL SITIO DE por JULIO TARRAGONA BELZA Y RUIZ DE LA Comandante de Infantería EN 18 I I FUENTE La deknsa (de Tarragona ‘durante la guerra de la In,deiell,,-Jencia, siendo una página brillantísima de nuestra historia, a,dornada con las tintas lpolícromas sdel heroísmo, la abneg-ación y el sacrificio no ha sido cumpiidamente valorada, ni ‘aun en la época de su ej,ecución, tad vez por estar ‘e11pa&lo so,bresaturado y colma,da en d,emasía su capacidad a’dmirativa, ante <la in.discutible epopeya (de los sitios de Zaragoza y Gerona que lse precedían en el ti,empo ; eran ya tres .años de porfiado batallar los que pesaban sobre la conciencia popular, y aunque la fe vivificadora no se había perdido, era pasado el momento de los arrebatos, de los grandes entusiasmos y de las exaltaciones patrióticas. El hecho glorioso ha dejado su constancia en el panorama urbanístico de la ciaudad, con su monumento, sus Lápá,das y sus escenarios dd Llano de la Cat&ral, de los fosos medio cegados y de los fortines, murallas y torreones más o menos arruinados ; ha dejado su testimonio ‘escrito en una bibliografía ,tan amplia y bien documenesta última circunstan*cia taSda como ,dispersa, ,sá,endo pr,ecisamente la que me ha movi,do a sintetizah cn la breve monografía que sig-lte ?to*do el abundan~t~e mate,rial contenido, no sóilo en Historias Generalbes de la Guerra ,de la In,dependen.cia, cuya misma ia,mpJitu,d ha impedido a sus autores llegar a lo exhaustivo de un solo episodio, sino en multitud de obras menores, folletos, opúsculos y crónicas las cuales por ser unw veces coetáneas de los hechos y otras tarí poeo’ 86 paradas en ell tiempo de elllos, .careoen de la sedimentaciórì necésari’á -para asegurar la debida objetividad. Tampoco podemos encontrar ésta, 66 JCLIO BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE en los relatos d,e actores o testigos, franceses o espaiíoles, lógica-mente cegados unos y otros por la pasión, de donde se sigue la nece6dad de una cierta revisión histórica de muchas ,páginas 8e nuestra Guerra ,de la Independencia, ,donde si en el campo de ,la investigación poco ao nalda iqueda por {hacer, sí queda en cambio una amplia labor de ordenación y síntesis de la abundantísima bibliografía, contradictoria en su contenido y desde luego difícil de encontrar, por tratarse ,de ‘ediciones raras y agotadas. X modo de diario, trato de presenta; al lector los dos meses trágicos vividos por Tarragona, precedi,do este diario de un somero es;tndio .de la situación y ,d,e los medios ‘disponibles por atacantes y sitiatdos. ,%TWiCIóN GESERAL Año 3.810. Fernando VII se encuentra prisionero en el destierro y en SL~ trono José Bonaparte, mientras que las tropas del Empcrador invaden la Península Ibérica. &ados ii los espaííoles, sino La escuadra de los ingleses -no a los enemigos de su adversarioejerce un efectivo dominio del mar, facilitando las comunicaciones y el aprovisionamiento de los defensores de la zona levantina, teatro de operáciones secundario. Valencia, Tarragona, L&-iida y Manresa son los principales .centros de resiskncia y por tanto objetivos c,odiciados ‘de Suchet, general en jefe .del ,Ejército ~fr.ancés llamado ,de Aragón. Este, en marzo, emprende la marcha desde Teruel y -4lcaííiz con la pretensión de ganar Valexia, mas como a sus espddas queda amenazadora Tarragona, sale el tam.bién general galo Augereau ,de Ja Ciu’da,d Condal, ‘en fingilda ,d&mosztración sobre la Imperial. Ambos fracasan en su empresa, volviendo a sus ,bas.es de Zaragoza y Rarcetlona, ,entendi,endo que sin cortar Bas comunicaciones entre Vadenc,ia y Cátaluíía no se puede emprender la conquista lde aquélla. A tal fin, es sitia,da Lérida y rendida tras un mes de defensa, pese al. auxillio de O’Donnell, venci,do ,en Mangalef. Cae ‘después Mrequinema, comenzanldto cell bloqueo ,de Tortosa con la ayuda ,de Macdonald, que baja de la alta Cataluíía con unos lci.000 hombres, los -cuales sufren dos serios d,escalabros en La Bisbal y en Car,dona, o.Qligando a M,acdonal*d a volver s0br.e sus pasos para pacificar el siquiera en precario, nuevamente &mpurdán ; conseguido lo cual, EL SITIO DE TARR.ZCOX’A EN 1811 67’ el Duque de Tarento coopera al esfuerzo Ide Suchet, con:quistando Montblwh y Mora. El 2 lde enero d,e 1811 cae Tortosa, tras un,a a’m.plia maniobra que guardó gran si,militu,d, al menos en su conc,epción estrat&gica con la realizada por el Generallísi~mo al1 conquistar Vínaroz y cortax en, . dos la zon,a enemiga. Para jniciar con tranquilidad la ca,mpa5a sobre Valencia sd10 qu& ‘daba el peligroso bastión de ITarralgona, amenazando por la espalda al ejército conquistador y albengan,do a la Junta ,de Insurr~ección: del Principa,do. Contra ellla va ,directam8ent,e e,l francés, comenzando. por apoderarse del fuerte de San Felipe ‘de Bala,guer, para extenderse ,desp&s c’osta arriba por el Campo ade Tarragona -Reus indlusoen una corta campaña ,de cuatro mwes, y llegar el !día. 2 de mayo a las inmedia.ciones de nuesitra Cúu!dad a la que cerca, in’iciándose eon ello el assdio. EL ENEMIGO Y SUS MEDIOS Luis Gabriel Suchet, veterano genera:1 ,d’e Napoleón en su campalis de Italia, viene a España ,con los ochmo Culerpos de Ejército que trajo el E,mperador después ,d.ela tderrota de Bai.lén, y lo vemos actuar por primera vez en d segundo ‘sitio .de Zara’goza al frente de una División. 3’Ianda después el Tercer Cuerpo, con el que se muestra como el más hábil caudillo de las fuerzas invasoras, venciendo en María, .Belchite, San Juan de la Pefia y Xuestra Seííora del Tremedal. AI recibir orden de emprender la con,quista de Valmencia d,ispon,eIde un Ejército ,de 40.000 homb,res. Contre,ras, clos fija en 40.000 infantes, de 6.000 a 8.000 jinetes, 100 piezas gruesas adeartilleería y el tren Ndesitio, cifras que #estánuti tanto en contradicción con 108s20.000 ho,m,bres ‘que para GabhaI;dt, integrahan ie81Ejkcito ,de Suchet y con los 9.000 que se citan en la representación eleva,da .a las Cortmespor la Jknta Suprema. Es muy pos&l,e que la masa presentada antseTarragona fuese de 20.000 goldados, y ‘que los 10 ó 12.000 más estuvieran ‘encargados de proteger la retaguandia ,de ios sitiatdor,es y aseguras slus co,munica,ciones con Lérida y Tortosa. De todas formas, es evidente la aleatoriedad de ta.& cilfras, ya que .por una parte Gontr,eras -humapo all fin’7 &1 cabo- ai ,elevar el número DDEatacantes procuraba la sobr,esti,maciófi de sus méritos, bien notorios .sin tiás ni más, y de otro’ 8aidspima junta. Civil, in f armasd 5 a veces por espías con más buena fe que capacida’d para calcular ,los ef,ectivos de un.a tropa, llo pue,de ser tampoco testigo de mayor solvencia. - N~Oobstante a,dmitiremos como muy posible los 40.000 hombres con toda clase de elementos y un excelente tren de batir, y que de ellos se dedicara la mitad al sprovisionamiento y a asegurar las comunicaciones, organizando los destinados al sitio cn 27 batallones (3 Divisiones con 9 Brigadas), 10 escuadrones con :l.óW jinetes, 2.000 artilieros para el servkio ‘de 120 piezas, zapa,dores-minadores, Sanidad y tren Id,e bagajes. Entre los generales subor,dinados a Suchet se contaban : Hab&, Ficatier, Montmarie, Harispe, Frére, Salme, I,aurency y Palombini, ente otros. Es a,demás muy inter,esante señalar aquí ,que una de las Divisiones estaba totalmente compuesta por soldados italianos, procedentes ,d,ellas .levas man8daIdashacer por e! Emperador, ,los cuales, por cierto. fueron los que más se ,distinguieron por sbuferoci,dad y ,crímenes en los tres primeros días que siguieron al asalto. Por lo pronto 1’0s sitialdores se <distribuyeron ‘de forma tal que itodas las avenidas ide la ciuda,d quedaran cerradas por la parte de tierra, objetivo conseguido a los tres días, tras vencer una seria resistencia en la parte ,d&l camlino a Barcelona, bien bati,da por los fuegos ‘de las ,escuadras inglesa y espaííola mandadas por el Comodoro Codrington. Se proponían reducir después la línea de defensas ext,eriores inmediatas a da Plaza, y caso ‘de no lograr da rendición o capitulación ,que sería ofreci’da en buenas con,dioiones, se intentaria &l Bsalto por la parte occi,den;tal, por s,er -como veremos más a’delafite- lay más vulnerable, dado la suavidad de su declive y no presentar ‘otro obstáculo ‘que el cauce lde un río ,de ‘débil corriente y escasa profundidad en su alveo. La impugnación se realizaría d,e acuerldo con un plan, cuyo desarrollo correría a cargo ide, general Habert, a ,dispoGción ,del cual se pon.drían .tres codumnas de tropas escogidas y <dosmás ‘de reserva. La primera, al mal!do ,d,el coronel Paú4 tendría la ,misión Ide franquear la breoha previamente abierta por la artillería, jtor,cer tdespués a la iderecha, apoderándose de los baluartes de San Juan, Jesús Y Cervantes, !hasta correrse a Ba puerta ‘de San Antonio, impidiendo la sali,da ,d,e los ,defengoaes al mar. La segunda, a las ótrdenes <del &mandante Felioi, Idebería mantenerse det’rás tde la primera, Plegar a la brecha y al ser relevada <ee ella por la tercera, torcer a la izquierda, ocupar el barrio de la Rambla y subir a la Catedral, EL SITIO DE TARRAGOXA Eti 181.1 6% bu~c:~~ldo contacto con la primer colu:ma. El coronel Ordioni, al frente de la tercer columna, recorrería a la izquierda los mwos de $a Ciudad, apoderündose del bastión y puerta del Rosario, así como de los fuertes Rot y San Pedro. La cuarta, mandada por el general Ficatier, constituiría en el arrabal 1s primera reserva. La *quinta columna, dei general Montmsrie, sería una Briga,da sde obserwción compuesta por cinco columnas ‘de Batallón, que, a la izquierda de la primer paralela en la parte exterior del recinto, llegado ,el momento oportuno, penetraría por la puerta ‘del Rosario para atacar por la espalda 110s atrincheramientos interiores. El general Harispe, con su‘; italianos vigilaría el camino ‘de Barceilona. y haría alguna .demostración ,divergen’te. Todo ello con la premisa de conquistar el arrabal marítimo des&ado incluso militarmente del conjunto ,d.efensivo de la Plaza. Ni ~LPZ decir tiene que el precedente plan, lo a,delantamo,s para la mejor ordenación expositiva y a fin de no interrumpir luego el relato cronológico del sitio, pero sólo fue conf,eccionado a la vista de los aco:lt,ecimientos y de .acuerdo con las modaGda.des tácticas de la campaña. POLIORCÉTICA Y DEFENSORES Por aquella época, contaba iTarragona con 10.000 habitantes repartidos entre los dos núcileos urbanos : el lde la Ciuda.d antigua, asentada sobre un promont~orio rocoso sde 60 metros .de altura, cerrada por murallas y torreones y el barrio marítimo, junto al puerto. Constituían ambas partes, un conjunto ‘de4ensivo poco d,efinido, por no responder a un pensamiento uniforme .y homogéneo, carecer de mutua protección y de la fortaleza que los adelantos artilleros desde el comienzo de la exigían, a pesar de 1as obras realizadas guerra. Afectaba el cierre defensivo forma de paralelogramo, elevado y áspero al Norte, abrupto y de muy difícil acceso, prolongándose* hasta el mar, ai Este, característica persistente en su lado meridional frontero a la costa, en tanto que al Oeste ,descendía en dedive suave hasta la margen izquierda ,del río Francorlí. > La ,puerta .de San Francisco (en las proximidades del actua:! InsItiftuto de Ens,eñanza Media) estaba defendida por el balua?te de lá ~0.0 la muralla del Rosario a 11.0largo ,del paseo Noria, siguiendo .l~u~, 70 JULIO BELZA Y RUIZ DE LA &Xl’E Arquee-lógico, terminando en la puerta de iguai nombre9 que contaba con su correspondiente baluarte y continuando Idespués su desarro510 por el Campo de Marte, con el trazado actual de todos conocido. SegUían luego los baluartes de San Diego .que daban protección a la puerta de San Magín (hoy desaparecida), La Merced y San Antonio que protegía la puerta de este nombre. Pasados el emplazamiento de -Santa Clara, y ,en donde hoy se inicia la Rambla ‘de San Carlos, ,junto al paseo ,del Mirador, se abría Ia puerta ,de Santa ,Clara, ‘A partir de aquí el cinturón militar ha desaparecido por completo, embebida su traza en la actual urbanización y comprendida en una -línea ~sensiblemente parallela a 12. Ramb!a del tieneralísimo ; pero podemos reconstruirla mentalmente, situando el fuerte de Cervantes en ‘el ángulo ‘que forma e11recinto frente al mar, y seguir Rambla abajo, la cortina de C;erra:ltes, fortín abaluartado de JesUs, cortina de Jesús, puerta de San Juan, baluarte y cortina del mismo nombre y baluarte de San -Pedro, cuya muralla enlazaba con el de la Koria, que sirvió para dar cotnienzo al recorrido. Al exterior se alzaba otra Ilínea que bajando por lo que hoy es calie del Asalto, comprendía los baluartes de Santa Catalina, Santo Domingo de Orleáns, a cuya espalda se alzaba el importante fuerte .clel Rey, continuaIdo por su luneta, su bakarte y ‘cl ,de San Car;os, donde se bifurcaba la defensa ; en un sentido por la Luneta del Príncipe, que, tras unas cortaduras enlazaba con el fuerte del Francoli, y,.en otra dirección, nuevas y profundas cortaduras separaban las pbras .dell mar. . El frent,e Norte contaba, además, ,con la eficaz protección &J fuektk &l Olivo, emplazado sobre una meseta ‘de 70 metros ,de alM-a, con un perímetro de 500 metros, ldota.d,o de anchos y profun.dos fõsos. 31 camino cubierto no estaba concluído, pero la gola contaba &n la proteoción ,de una gakría aspillerada y muro empalizado ; lenía, asi+mo, #dOs puertas o,bstruí’das por pequeños reductos y prarotegPdas por los fuegos Ide da. Pkza, levantándose en su interior un ‘reducto cde tierra y empalizada, con cab’allser,o a,rmado ,de tres piezas kasamatadas de gran calibre, disponiendo por último de 47 cañows metiorcs ; su guarnición ,era de l.OOQ hombres. Hacia el Nordeste, a unos tres kilómetroPs se alzaban los reductos del Lorito y ErmhaGas, y más al Este el de la ,casa .del Arzobispo, todos ell,os muy bien situ&do.s Ip~o ad&biks y poco protegidos. La ,guarnición, aun cuando fluctuó su número ,durante el sitio, no EL SITIO DE TARRAGOSA EN 1811 71 sobrepasó íos 12.000 hombres, totalmente insuficientes dadas la,s necesidades de las muchas obras p extensas líneas. Para cifrar esa guarnición podemos basarnos en lo escrito por Contreras en SLI «Si,tio de Tarragona», quien asegura que al pro,ducirse ,el asalto eran lO.OQO los (defensores y 6.000 los militares muertos sdurante to,do ell ase,dio, lo que se confirma documentalmente en la comunicación dirigisda por el Marqués de Campoverde a Contreras, pidiéndole el embarque de 3.000 hombres y contan,do con Jdejarje 6.000 en la Pilaza. Del Ialdo francés tordos 110s datos son conltradictorios, pues en e,l paate ,dado por Suchet al Mayor General del Imperio, Príncipe de Neuchate!, en 9 ,de julio, asegura .estar la guarnkión constituída por 18.000 hombres, ‘de 10s cuales -dic.e5.000 han sido mu,ertos o ahogados, 10.000 hechos prisioneros y 1.500 herild.os, mientras que cl parte publicasdo en la Gaceta de n/índrid de 19 jde juli,o; firmado por el psopio Suchet y por su jefe de iE&do Mayor Saint-Cir Nug-u&, se afirma haber mat’ado en el asa,l,to a 4.000 h,ombres, skn’do 1.000 los muertos entre los fugitivos del camino de Barcelona y 9.000 los prisioneros. En re,sumen, ados ,documentos ,casi simultáneos firmados por la misma persona dan tres cifras diferentes : 18.000, 16.500 y 14.000. Un e&do de prisioneros firma.do por el Comisario Ondenadar en Jefe de! Ejército, Bour,deroud, ‘de f,echa 29 de junio, #da las siguientes ,canti&des : cuatro mariscales y un brigadier, 492 jefes y oficiales y 9.281 ,de tropa, inoluí,dos los 900 heridos cogi,dos en la Catedral, 100 en el Patriarca y 150 durante el asalto ; 9.700 en total, que unidos a los muertos en la lucha final muy bien pudieran ser los 12.000 calculados por nosotros. Estas tropas pertenecían a ,los Regimientos -de Infankría ,de AZmansa, Almería, América, Granada, Iliberia, Saboya, Santa Fé ‘y Ultonia, algunos en cuadro y todos incompletos ; Granaderos de Castilla la Nueva, 3.” de Cazadores ,de Valencia, Voluntarios de Zaragoza y de Gerona, dos Compañías de Tiradores de Tarragona, más la Milicia Urbana (netamente tarraconense), compuesta de dos bata’llones (2.075 hombres) ; dos escua,drones del Regimiento ,de Caballlería ,de De-Creff, ,dos batallones de Artillería a pie, ‘dos baterías a ,cabaill,o y tres compañías bde Arti’llería (310 hsombres) &de la Milicia Kkbana, sirviendo un tota!1 de 384 bocas de fuego, y ‘dos Compañías de Ingenieros y Zapaidorcs. Es Capitán General tde Cataluña don Luis María González’ de Aguilar Torres de Navarra y Castro, Marqués de Campoverde, Conde de Santa Gadea y Teniente General de los Reales Ejércitos, el 72 JULIO BELZA Y RUIZ DE LA PUENTE cual permanece en Tarra.gona hasta el 31 de mayo. Com80 Gobernador ,de ia Plaza y su Ca&n figura el general don Juan Caro hasta ila citaNdafecha, ,en ,que toma posesión de igud cargo el Mariscal #de Campo don Jauan Sen& ,de Contreras y Torres, cuyo nombre quedaría para siempre adscrito a la defensa gloriosa de la ciudad. El Estado Mayor lo formaban los coroneles Felgueras y Rassecourt ;. como jefe de la Artillería el coronel don Jerónimo Scales y como mayor ed teniente coronerl don Joaquín Aznar. All general Courten, se le asignó la Jefatura ‘del frent,e Nordeste y de ,I,os Suer*es exteriores ; a! brigadier Mesina, el frente Norte y las mwallas que separaban la ciudad ,del arrabal marítimo, de cuyo bastión fue .designamdojmefeel brigaldier Sardfi~eil~d.Segundo cabo ,de la Plaza lo fue el coronel ,de Saboya, don José GonzMez de Aguilar, hermano de4 capitán general. Apa,rte (de los citados j,efes veremos actuar, br?Ilantement,e por cierto, otros varios veni,dos después de iniciadas las operaciones ,de ‘defensa. DIARIO 2 de DE UNA EPOPEYA muy0 .. Se presentan los franceses ante la Pelaza, tratando ,de cerrar to-40s los accesos. Los fusileros de la 4.“, 5.” y 6.” Compañías del 1.“’ Batal!ón ,d,e Almansa, con efe,ctivos ,de 400 hombres, guarnecen e1 fuerte del Francoli, y las mismas unidades del 2.” ocupan la Luneta del Frínci,pe y los puestos avanzados #deI sector occidental, ,d.el que es nombrado comandante el sargento mayos R.otten. 3 de mayo .La Brigada Salme aparece frente a los atrincheramientos avanzados ,del Olivo, amenazándolos muy seriamente, y los caííones ,de Tarragona saludan con salvas a 1’0sforasteros, inte,rponiendo SU fueko. er&re 10s que atacati y ‘1a.sreservas espafiolas que presurosas han acu+ido a cont,enerlos causándoles una.s 200 bajas. Simultáneamenti la División italiana ,d& genera4 Pailombini, ataca los re’ductos Lorjto, Ermitaños y Casa .del Awobispo ; la sorpresa; el número y la ‘@berosa artillería, áestruyendo rápidamente la endeble fortificación, hacen wt&il el. esfuerzo valeroso .de nuestros soIda,dos y aunque se I EL SITIO DE TARRAGOXA EN 1811 73 pierden las posrciones, sus ocupantes se repliegan a los atrincheramientos cercanos desde los que contienen al adversario. 4 de mayo Continúa el combatse iniciasdo el .día anterior en las inmediaciones del Lorito y Ermitaños. La escuadra anglo-española bate con sus fuegos muy eficazmente aquella zona, impi.di,endo la progresión del enemigo hacia el ,camino de Barcelona y el Bitoral. 5 de mayo Se sigue luchando en el mismo sitio ,durante todo el día, en tanto que por e’l 0livo y el Francolí nuestras tropas hacen cuatro salidas, destruyendo las trincheras recién construídas por dos zapa*dores; galos. 6 de mayo Para distraei- a las reservas de Suchet, un Cuerpo de Migueletes salidos de IManresa les ataca briosamente en las proximidades de Montblach, ocasi,onáadoles mbuchas bajas, aunque sin haber logrado por complleto sus propósitos, y memprendien,dola retirada ,durante la noohe. Los franceses desalojan nuestros atrincheramientos del Lori,to, cortando el acueducto que surtía a la Ciudad. Comienza e,l francés a construir un gran redwto, cerca del mar y a unos 1.200 metros del fuertce ‘del Franco%, sin que los fuegos de .ia Plaza sean 180suficient,emente eficaces para impedirlo. 9 de ntayo Los barcos inglleses ,cañonean aquellas obras, que ya han sida armaIdas con ‘dos cañones $dea 24, los cuales ,entablan ~duelo con & artillería de a bordo. IO de mayo Los proyectilles enemigos y el fuerte levante, o’bligan a los buques a variar d.e fondeadero, ,permiti,endo ssí al enemigo continuar sus trabajos con mayor libertad de acción. Campoverde desembarca coti 14 2,000 hombres procedenks de tlos restos ,d,el Ejéxito de Figueras, así <como culgún materiai d,e guerra, imprimiéndose mayor activida,d a Ilas operaciones pero suscitá-dose, a la par, sensibl’es divergencias eneFe el mando militar y la Junta .Supr,ema, la cual mediatiza con sus int,erferencias :a labor técnica de los llamados a realizarlla. 13 de mayo ‘Tras larga kcha se apo’deran los franceses de dos pequeños fuertes, construídos en unas eminmenciasfronteras all Olivo. 14 de mayo Se monta una operación <de cierta importancia, saliendo simultáneamente al amanecer tres ,columnas ‘mandadas por e,l general San Juan. Ochocientos soldados del Regimiento de América y 200 zapador,es, apoyándose en los fuegos de la escuadra, ,destruyen gran parte de los trabajos ,rea!lizaldos por el ‘enemigo en la margen ,derecha del río, .mientras ‘que %porsu derecha, otra colnmna compuesta por 600 hombres del Regimiento pdeAlmansa, un escuadrón de Caballería y dos piezas mandada por el capitán don Pedro Flores, .@acan el reducto principal enemigo, que no cae por haber acudido con oportunidad en su socorro la División Habert. A la vez sal,en del O’~;YO tr.es psqueñas columnas del Regimiento (de Almería, que Jcon las banderas ide sus batallone,s en alto se lanzan sobre las posiciones perdidas el ,día anterior ; ,el ene!migo acumula grandes refuerzos y Los objetivos no pu&n ser con.quista$dos, a pesar #delde&-&he ,de heroísmo ‘de nuestras tropas. 18 dte mayo 141rayar el ,día cruzan el Francolí, bajo el mando ,del general Fan Juan> tres columnas dispuestas a ‘destruir los trabajos de trincheGa .emprendidos por los imperiales en la margen derecha #deI río, para ,decenfilar ,de los fuegos <del Olivo 4as muchas ‘baterías que en esta parte estaban levantan,do. Un total tde 5.000 Ihombres inbegraban nuestras fuerzas ; po,r la derecha el Regimiento de I,liberia, por la izquierda los #deALmansa y Granada, sostenbdos po,r dos escuxlroaes de Cabakía,. y en el cenkro el Regimiento de América, con 250 i zapa8orrs y dos piezas de campana, llevando por misión la de reforzar 30s flarkcw y sostener luego la retirada. . EL SITIO DE TARRGONA EN 1811 75 Las vanguadias, en empuje incontenible, se lanzan sobre la trinch,esa, antiguo cauce ‘d!e una acequia que los zapadores destruyen wlozmente, y a poco, el grueso se bate con saíía contra bos batallones que reforzados por un tercero, son destruídos por los nuestros. En los más recio d,e la {pelea, una mujer tarraconense, asiste a los ‘heri,dos, reparte agua e inciluso [dispara <el fusil con el arrojo de un autkntico héroe. Es Rosa Venas #de Lloberas, Rosa «la de1 Hostal», vecina ide la Rambla, .donde su marIdo ejmerceel ofiGo de calesero, que incorpora su nombre al escalafón de kmbras legendalrias. Aquella noche al regresar entre so6dados cansinos,’ por to,do LUZ día de bregar fuerte, es vitoreada por sus convecinos. Su ejemplo cunde p en combates posteriores son muchas las mujeres que a su igual, luchan en <primera línea. Grandes refuerzos imperiales se embeben en el combate, hasta obligar a los nuestros -a empr,ender ‘la retirada, tan bien ,dispuesta y tan hábilmente ejecutada, que los franceses son atraídos hasta la zona de acción eficaz <dela artiliería naval y de 4s P-laza, cuyas esplosiones l,es causan grandes pérdidas. 20 de mayo La guarnición del Olivo hace una salbda simultanea,da con otra de 800 hombres .d,e la Plaza, en su mayoría pertenecientes al Regimiento ‘de Almansa, atacan,do respectivamente los aproches galos y los reductos ,de (la iz~qu&xda ,del Lorito. Llegan al puert:o e4 bu!que ingl& «Invencible» y la fragata espaÍ%ola «Prueba», a cuyo bor,do viene el general ldon Juan Sen& de Contreras y Torres, e.1coronel Eguaguiras y JO0 soldados procedentes de Mallorca. Contreras fue un cu’lto militar, autor ,de varias obras, .que a<demás(de haber realizado un largo viaje de estudios por los principales países europeos, ha tomasdo parte en diversas campañas. 2I de mayo El general Sarsfield, caber. hace una ,diversión e&ratégici sobre Al- A,rman los franceses dos nuevas baterías ,de costa, que obligan a la wxadra inglesa a. retirarse .del puetto, a la vez que construyen $diversos ramales y para%e4asante ,el fuerte del Ollivo. 76 JULIO BELZA Y RUIZ DE LA FUEXYTE 23 de mayo Nuevamente atacan los Migueletes a Montblach, sin lograr otra cosa ‘que sembrar la inquietud y producir bajas. Comienzan los franceses u.na nueva paralela solbre el Olivo. 24 de mayo El en,emigo corona (las escarpaduras ,del Francolí, ten,diendo LIS pueme ,d,e cfrcunstancias, armando dos baterías ‘de obuses y otras dos de morteros, que enfiIan con sus fuegos e.1fuerte del Olivo, cuyas obras próximas son ensan.chadas y fortifica.das al máximo. Toma el mando de la Plaza el general Contreras, que a decir de los comisio-, na,dos d,e ,la Junta Superior, don EsteIban Pagés, don J,osé Batlle y don Antbonio Ro,dón, «parece ser sujeto de vastos conocimientos y grande tailento». ,Continúan las sahdas para obligar al enemigo a suspender SUS trabajos, y si bien con ellas se dificultan éstos, se les producen muertos y heridos, se les toman prisioneros y se les coge armamento y material, elevando la moral de los d,efensores, no es menos cierto que toedo ello se logra a costa <de.dollorosas pé&das que van paulatinamente mermando nuestros efectivos y colmando los hospitales. Las guarniciones del fuerte del Francolí y la Luneta del Príncipe sufren los efectos del frecuente cañoneo, con los consiguientes deterioros y bajas, 26 de mayo El general Frere, con cinco batallones y 400 jinetes, ,dispersa los destacamentos ,españoles que inquietan la retaguardia francesa. 27 dd w2ayo Frente all Ol~ivo se monta una batería (de a 24, para hati,r en brecha ,el fuerte, cuya guarnición hace una impetuosa salida trabando duro combate, en el que halla la muerte el general enemigo Salme. 28 I de mayo Desde las primeras horas ,de la mafíana se inicia un violento duelo artillero entre las baterías francesas y las ,dd Olivo, queidando EL SITIO DE TARRAGOSA ES 1811 desmontadas algunas de nuestras piezas y arruinado peto como el cab&llero del ángulo en~trante. 77 tanto el para- 29 de mayo A ‘las ocho de la noche desencadenan los ,franceses un ataque general contra las obras (exteriores ,del ‘re,cinto, sobre las que avanzan sus tropas. Las nuestra,s respon,den en&gicamente ; el fuego <de cañón y fusilería se extiende por todas partes. En un intento ,de asalto a las cortaduras de frente al puerto, los batallones de Almansa y .de Sa,boya hacen prisionera a to’da una compafiía ,del 1.” de Li&ros. No tar,da en decaer ell ~combate para concretarse O.livo, ,donde se <deja sentir con ‘dureza. La guarnición normalmente es de 1.500 hombres, es doblada esta levar el Regimiento de Ifiberia al de Almería. Sus de fuego, sus cortàduras, aproches, empalizadas y nante, crean en los defensores una supervaloración nabilidad, de la que bien pronto iban, por desgracia en terrenos (del del fuerte, que noche, por recincuenta bocas situaci6n domide su inexpuga desengafiarse. Dos coiiumnas enemigas, (despu& de varios intentsos y cruentos sacrifkios, logran penetrar .en e,l recinto interior, una por la gola y otra por el acu,educto, que incomprensiblemeate no había sido destruído. Ya a punto cie ,retroc,eder, 500 nuevos hombres impulsados por el generai Ficatriz, refuerzan a los asaltantes que se comportan con auténtico heroísmo, principalmente los valientes voflteadores, ,que con sus escalas coronan los muros pese a la horrible mortandad. Los nuestros rechazan la ,entrada en ,el recinto interior y en el caballero, pero los franceses aumentan sin cesar, penetrando por el acueducto e incluso por ila puerta prin,cipail, ,mezcla,dos con las tropas españolas del re.levo y creando una atroz confusión. La lucha cobra caracteres Cpicos, hacién,dolo al arma blanca en el ,extremo interior ‘de la parte occidental y ,dsctdi,endo el triunfo la llegada del generarl Harispe, al frent.e ‘de po*derosísimas reservas. El mismo parte francés, coa sus cifras ,de 200 artilEer& muertos al pie .de sus cañones y ,de “1.500 muertos a bayonetazos, constituye sobrado elogio para aqnellos patriotas. El fuerte cha caí:do más peor la confusión y la sorpresa que por el desánimo de los ekpañoles, SUperiores a sus en’emigos, lde los que perecen niás lde 500. Los silpervivienbes pue,den acogerse a4 amparo lde ‘la Plaza, eri ctipa ‘puerta- del Rosario ,el recién llega,do Cont,reras pasa toda la noche, tratando de 78 proteger la retirada hecatombe. JULIO BELZA Y RUIZ sde las tropas DE LA FUENTE que se salvan ,de aqudla inmensa 30 de mayo. Por permanecer oculto el enemigo se creyó abandonado el Olivo, y para recu’perar:,o d coronel O’Ranan, al frente de 1.500 hombres, avanza en las primeras horas recibiendo intenso fuego los Reg-imkntos de América, Niberia y Voluntarios ,de Va,l:encia ~1 llegar a las proximi4dades ,de la posisión. Tras no pocas dificultades han de retira.rse, para evitar el envolvimiento de ,que les amenaza por un flanco d general Laurcency. También en esta acción Sas mujeres tarraconenses hacen .gala ,de SU car.idald y patri,otismo, llevando agua a los soldados y retirando a los heridos en primera línea y con desprecio td,e sus propias vidas. Resultan tres solda.dos mwrtos y 49 heridos, e.ntre ellos el coronel1 graduado ,don Pío Falcés. El Capitán General marqués de Campoverde, convoca un Consejo de Guerra al que asisten los generales Caro, Courten, Cabrer, Sarsfi&ad, el coronel inglés G,rt?en, el regklor, el aubditor ,de Marina, el conde de Fonollá y el mariscal de campo Contreras, estudiándose detenildamente la mdelica’da situación ‘que la caítda (de’1 Olivo crea en la Plaza, y después ‘de oír *diversos pareoeres resuellve el marqués se encaz-gue de la ,def.ensa Contreras, y ‘del Gobierno su pro,pio hermano, el coronel1 González ,d.e Aguilar, no sin la justifkaida resistencia de .ContrSeras, que adega el ld,esconocimi,ento ,de tropas, mandos, habitantes y recursos, aun cuando en el fondo los verldaderos motivos no pueden ser otros que los #de sab’er irremisiblemente perdida la Plaza. 31 de mayo llevan,do en su Estado Mayor Se va el marqués d,e Campover,de, al general Caro y a 3.000 hombres, con los que marchan también ha queda,do relas famiiias principales Idte4 vecinrdario. La guarnición du&da a lo.@@) hombres, pu,estos bajo el mando ‘de Contreras. Con a.boluta in,d,epenadeacia y perjuicio ,de la unida*d d:e acción, aquelda al fren+e-d.e Ia División lla.malda de la Marina, en alque arrabal, el briga&r SarsfieEd. Hace ,Campoverde la lisonje,rs promesa de volver a los seis u Ocho dias con un numeroso Ejército, con ,qu.e hacer levantar eil sitio a los franceses, pese a lo cual queda Contreras con muy pocas esperanzas EL SITIO DE TARRAGONA EN 1811 74 de que tai oferta llegue a cumplirse y con menos aún de po:der salvar 5 Tarragona, débi! hasta .el extr.emo ,de haberla consbdera,do indefendible 110s propios enemigos, ~después de su conqukta. Por la noche asientan los atacantes su 9.4 y 10.” baterías, en la desemboca’dura ‘de.1 río, ,batien,do con sus fuegos el puerto y el fuerte Francolí. I de junio Abren por la noch’e íos atacantes la primer paralela contra el drente elegido, a 300 metros del baluarte de Orleáns, con un ramal â retaguardia, que Ilega hasta ,el ,puente de mad,era, anteriormente toendi’do. Arti!llan baterías ,con seis cañones de a 24, para hacer brecha en eil fuert,e Francofií, y ide costa, para alejar !los buques, y una bde cuatro morteros, a fin de bombardear el fuerte y obras. Por ser vadeable #el Tío los atrinscheramientos ,de su orilla derecha se apoyan en el flanco ‘derecho ,de la paralela, y para el izquierdo co,mienzan un reducto adelante ‘del1puente lde piedra, prote&ndolo con una guarnición de 1.200 hombres, que rechazkor. una salida nuestra. Sigue el enemigo trabajan’do sen el fuerte <del Olivo, tratando de impetdirlo nuestra artillería, que llega a vo,larles dos repuestos Ide pó,lhasta las proximida~des del vora. Por la mañana sub,e una guerrilla fuerte, sa,cando (de los almacenes del mismo 23 picos y cinco fusi&es. Contreras dirige una proclama a sus kopas y al vecin.da,rio, inflama’da ,dte patriotismo y dando una seguridad en ‘el éxito de la defensa, no irían más que estaba muy lejos Ide sentir ; sus ocultas aspiraciones allá de prolong-ar la defensa! para dar tiempo y hacer pagar cara al enemig-o la ventaja que pudiera alcanzar, tomando excelentes medidas de gobierno. 3 de jtinio Los ‘franceses han comenzado por la noche una zapa volante apoiderándose, ademAs, en brusca, acometi’da, Id,e rma pequeña flecha d’e cien metro’s ‘del fuerte Francoilí, construyen8do otro atrincheramiento hacia el Olivo. Plor nuestra pwte se realizan salidas y se d,esencadena un violento cañoneo, e,fe,ctuándose más de ,8,000 ,disparos. con @s que no se consigue arruinar aquellas te,mib!es olbras. 80 JULIO BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE Contreras oficia al Cabiil-do Cate#dral, invitándole a acudir tel de Pillat,os para contribuir a la fabricación ‘de cartuchos, pro,puesta se respon,de afirmativamente. al cuara cuya 4 de junio Termi.nan los franceses .el reducto ‘de la iz,quierda ‘en la primera paralela, empezando !la segunda bajo el fuego de nuestra artillería, que les ocasiona terribles pérdicdas, insuficientes no ‘obstant,e, para hacerks <desistir ede su empello. Un ofkio Ide la Jun,ta al Barón ‘de Eroles pone de manifiesbo la desconfianza con que fue acogildo el nuevo jefe ,de la Plaza, pi,diéndole. continúe en ei mando el mariscal Caro. Adelanta SO metros el enemigo ; en la segunda paralela establece la comunicación con la primera y logra emplazar su artillería, aún a costa <denumerosas bajas. 6 de junio Continúan .los imperiales sus baterías y trincheras. La prevención de 3a Junta contra Cont:reras ha ,desapareci,do, sin ,duda por’que ‘en el breve kempo que éste convive con ellos ha sabido captarse su con‘fianza. En una nueva comunicación al Cabilldo Catedral encarga no se releve el p>recio de la carne y aun est&le.ce una tasa para a#quéllla. . Veinticinco piezas abren fuego sobre el fuerk ‘del Francolí, en el qae a Ias seis gdela tarde eran ya practicabl,es las brechas, tanto en el fuerte como ,en su cortina ; no,s ,han sido d’esmontaadassiete piezas, &strGdos los revestimientos y arruinados los .parapetos. En vista de tal situación, Contreras autoriza al coronel <deAlmansa para que pro,ceda a evacuarbo, como así se hace a las siete sdIe;la tarde, ‘des&$ Ide uha jornada genla que se pier’den 200 hombres de ‘Almansa 7.24 artilleros de los 29 que servían los cañones, entre ellos SU jefe e4 ‘teniente don Juan Barbaza. Retirados pertrechos, piezas, materid y p&lvora, sigilosamente, cr.e,en los franceses ocupa,da aún la fortaleza y a bs sdiez de la noche la asalltan, en cuyos instantes se hace ãtolar una mina idispuesta al efec.to que ks causa enormes pérdiidas. . ,d’ ‘3 .,, : -. , ..- _ ‘. EL SITIO VE TARRAGONA EX 1811 81 Una hora antes atacan el rastrillo de la Luneta del Príncipe, mandado por el capitán ,de Almansa Gonzáilez Trigueros que los rechaza vaIerosamene, secundado por su Camgañía y por to,da ,la guarnición Ide la Luneta, mandada por <el teniente coronel don Miguel Subirachs. A las $doc,e de la noche el enemigo se retira abandonan,do armas y ca,dáveres. Han caído seis ninertos y dos suba’kernos con 16 soldados heridos ; 4 capitán Trigueros, tcon <cinco suba,lternos, son ascendidos al ,empleo inme’diato y el ,capellán ‘don León Martín es citado como ‘distingui.do por sus pruebas ,de valor sereno, prestando los auxilios bde su sagra’do ministerio en meldio del fuego. ‘Don iEsteban Pagés, comisionado ,de la Junta de Tarragona, sale de la Plaza para informar a Campoverde Gde’ldifícil esta,do ~$4 sitio y ,de la urgente necesi,dad ,de soNcorros; en la ,comunicación deil g-5 neral Contreras lde que es porta’dor, además ‘de señalar la debilisdad y falta d.e método en .el conjunto fortificado, se -dice que: «a pesar del heroísmo con que vamos resistienido, no será i,mposibk dexar de swumbir, pues las fuerzas humanas no pueden vencer impusiNes.= Yo ‘no pienso capitular y en ultim,o apuro hacer 110que toca a un héroe...» Después de la ocupación Adel f,uer’ce *del Francolí, la escuadra se ve obligada a fon,dear a ‘otro dado ‘de la punta del Milagro para ponerse a cubierto gd,e;la artill’ería enemiga, con lo que prkticamente queda ia Plaza sin la prote,cción ,de los f,uegos mari,neros, :que tan eficazmente batían de flanco el dispositivo de ataque río arriba. 8 de junio Continúan trabajando en la segunda paralela, haciéndolo de día a (la zapa llena y ,de ao,che a Ia volante ; mide aquélla unos 600 metros y está situada 100 a vanguardia del recién perdido fuerte, SU centro a 80 metros del camino cubierto de Orleáns, la derecha a 100 metros de la Luneta dei Príncipe, ‘y su izquierda en contacto con el reducto principal y en comunicación con 4 puente $de piedra y con la primer paralela. Hasta la tarde han estado sufriendo e4 fuego de ntiestras baterías que muchas veces ha puesto en fuga a 10,s zapadores, pero al aatar.decer cesa torda actividaed artillera dan& con ello motivo a que se confiaran por demás, y así salen 300 granaderos españoles al maado del Ayudante Mayor (don (Toribio Meo.ro, logrando llegar con cautela hasta los atrincheramientos y destrozar al enemigo que se batió bizarramente. 82 JULIO BELZA Y RUIZ XIE LA FUENTE 9 de junio El secretario Sabartes, en escrito reservado al vocal de enlace señor Segura, pide comunique la resolución sobre la cuestión del mando de Ia Plaza. Parece que es aconsejable continúe aquí el genera1 Contreras, no sólo en atención a los apuros de la situación, sino también tenien,do en cuenta el entusiasmo y valor desplegado por ‘dicho general. IO de jmio La artillería imperial bombardea obstinadamente el baluarte Pa&, cayendo algunas bombas sobre los emdificios próxim,os sando vktimas entre la población civil. de San y cau- Empiezan los si:tiadores a trabajar en la con,strwción de tres ramales de trinchera, hacia el Baluarte de Orleáns, Media Luna del Rey y Luneta del Príncipe y en seis baterías, todo ello a costa de gran,des pérdidmas, tanto por l,os fuegos sde la Plaza, como por las s&das ,de su guarnición. 12 de junio Tres mil hombres dirigidos por el brigadier Sarsfield, mantienen violento choque con el ~enemigo <desde las once hasta las ados *de la madrugada, causándoles un gran destrozo en las baterías que desde eI día anterior se afanaban ,en alzar. Las bajas por una y otra parte son muy elevadas; 3as propias consisten en 11 muertos y 43 heri’dos. El capitán Villamiil al man’do. )d*e 3UO gransderos y siguiendo instrucclones ,diredas ,de Contreras, ataca las zanjas enemigas frent.e a la Luneta del Rey, formando a las dos de la masana en batalla, junto al grlasis ; asalta la ,primer zanja a la bayoneita, hace Jo propio coil h segunda, ‘corriéndose hacia sus extremos, tras lo cual y recibiendo ya fuego ‘por retagwrdia oridena Ia retirada hacia la-poterna ‘de la Cortina Real, por ,el foso de la Noria. El enemigo pier.de un capitán, un teniente, muchos solda,dos, y prisi,oneros ; fusiles, mochiYlas, morriones, etc. Nosotros sufrimos lla muerte de cuatro sol,da.dos y las heridas ‘de *dos oficiales cdon Manuel Reyna y don José Quirós) y de once sol.dados. EL SITIO DE TARR:\GONA EN 1811 8% El genera! Contreras en ,curiosa comunicación a la Junta Supcrior, describe la situación ,desesqerada d.e >Tarragona y la forma dk remeidiarla, que no sería otra que Za $d,ea’tacar al enemigo con fwrzas procedentes del, exterior, mientras al lo hacía lde frente, cogiéndo’lo así ,entr,e .dos fuegos. Continílan los trabajos de dos franceses, bajo el fuego español que les produce abwdantes ,bajas, especialmente jefes y oficiales de Artillería e Ingenieros. El duelo artillero, ininterrumpido, y las temerarias incursiones, tratan ‘de ‘destruir las obras enemigas que van paulatinamente aproximándose al reducto espall’ol, ,el cual se d’esmorona en bo’quetes y sillares. 14 de junio Llegan junto a la playa del Milagro, dos navíos, cuatro fragatas, cuatro hriks y treinta transportes, con una División valenciana de 4.000 hombres al mando ,del general don José Miran,da, desenibarcando únBcamen+e unos 400 hombres, pertenecientes al 3.” Batallón del Rsegimiento de Almansa, qu,e pasan a lde~fenlderla muralla y puerta de San Juan y a los fuertes de la Cruz y San Jerónimo. 15 de junio Siguen los franceses aproximando sus zanjas, algunas ‘de las cuales ,están tan próximas ‘que se le puede tirar bombas, con 8 onzas de pólvora. Se tiene la impresión de haber dado aquéllos comienzo a algún trabajo de mina. Las dos paralelas han quedado unidas por un camino cubierto y montadas cinco baterías más, con un total de 29 bocas d,e fuego. La División MiranIda, ‘que tantas esperanzas hizo concebir, si tras’la,da a Villanueva, para incorporarse en IgualaIda a3 Ejkrcifo. de Campoverde, que en lo sucesivo contará con 9.500 infantes y 1.200 jinetes más los efectivos dé Eroles, Villamil y otros jefes. Por la tar-, de se presentan fuerzas #de Cazedores ld,e Vslencia en la Lketa d,& Rey para relevar a las de Almansa, de las que habían perecido su teGente, ‘dos subtenienks, 80 soqldadosy los 19 art$lleros del destaca: :. b m&t,&. Y es que a ‘las acciones ofensivas que emprendían tiuestros solsda; 84 JULIO BELZA Y RUIZ DE: LA FUENTE dos, contestaban ios franceses ‘con potente fuego de artillería, &an idesmantelando las defensas y mermando a los defensores. que 16 de junio Día el más aciago del asedio. Al amanecer, 54 piezas enemigas de grueso calibre, rompen el fuego con municiones h,uecas, baias rasas y metrall,a, dirigi’do aespecialmente a los fuertes y población del puerto produciendo graades incendios en casas y campamentos. Los fuertes de Orleáns, Príncipe y Rey sufren grandes desperfectos en sus merlones y murallas, con brechas que, desde el anochecer, trata de reparar una Compañía de ZNapa,dores. Hubo que lamentar la muerte de 38 artilleros y 1a.s herbdas de 48, entre ellos ilos tenientes Ladrón de Guevara y Solanes. A ‘Ia caída de la tarde, consiguen abrir brecha en la «falsa braga» de la cara izquierda del baluarte de Orleáns. A las (diez ,de la noche #dos ,fuertes columnas son %lanzadas al asalto, una por (la gola cuya vigiflancia había sido descui,dada, y otra por ia izquierlda. El 2.” DDEAlmansa, mandado por el tenimente cor,onel dton Miguel Subirachs, se ,defiead,e bizawamente con sus 400 hombres, de los que pierde 200. El sar,gento mayor don Marme Llau,der tia f$rente ‘del 2.” sde Saboya, se sitúa ,en la batería <de San Carlos, y el Regimiento ide Ahnería en la (de San José, al pie *de c«yo fuerte se ,halla el enemigo, ique Ilega a cortar las cuer’das #del pueme levadizo. Los fuegos cruza’dos ,de ambos fuert,es hacen retro,ceder a los asal‘ltantes, que por Qres veces repiten el intento, si,endo finalmente rechazaIdos con enormes pér,di,das, contán,dose entre ellas ila del comandante Javerssac, jefe del ataque. Al amanecer, los fosos y proximidades lde San José, están cubiertos ,de cadáveres. Nuestras piezas han ihecho 1.3& tdisparos J la campana «Capona» señaló la caída ,de 1.660 poyectiles en 4a Ciuda*d. 17 de junio El ,enemigo adelanta su zapa volante por el foso del lado \derecho de 4a Luneta del Príncipe, empezanido la tercer paralela por la noche y continuando a ‘la zapa llena, contra la Media Luna del Rey y baluarte de Orleáns, por el qu,e llegan hasIta la contraescarpa. Se reciben 200 ejemplares :de una proclama mandada editar por la Junta, en .la qúe se trata de mermar la moral ‘de los combataienges knperides. Se manda retirar los «vidrios» (cristaleras) de la Ca,tedml, a fin (de poder utilizar sus amplias naves como hospitad, sin EL SITIO DE TARRAGOñA EN 1811 85 peligro para los heridos .que a~llí han acogido, al crecer tades de su evacuación a Villanueva, Sitges y Palma. las dificul- 18 de junio Una accibn heroica a cargo del teniente Barbaza, tiene lugar durante la noche , cuando el enemigo empeza’ba a construir una bajada subterránea al foso del baluarte de Orleáns, a lo largo de la contraescarpa. Descolgó el teniente ,dos cañones ligeros hasta el foado del foso, ,destrozando a 110s zapadores franceses. ry de junio Reconocimiento Carlos, ndelantando trancés del foso que rodea la baja,da al de Orleans. el baluarte de San Campoverde, en oficio de esta fecha, asegura a Contreras SU pronto auxilio, indicándole la conveniencia de dejar salir al brigadier Rotten, para que tome el mando de una División. 20 de jlanio Continúan los franceses avanzando por la brecha de la «falsa braga» del baluarte de Orleáns hasta llegar a lo alto de ella. Por nuestra parte se cañonean 40s parapetos y las tropas están preparadas para sostener un ataque inminente. Al amanecer, las baterías francesas ,desencadenan un vioknto fuego sobre San Carlos, Orleáns, San José y Fuerte del Rey. A las cinco de la tarde habían conseguido abrir brecha en el San CEOS, el Orleáns y Za Me’dia Luna bdel Rey y Fuerte Real. Bombardeani también el puerto y la Plaza, y el general Harispe hace unas demostraciones por el ‘camino ,dveBar,cdona para distraer nuestras reservas. A las siete ede la tarde, cinco columnas .dirigidas por Palombini, se lanzan al asalto ‘dc las brechas, cuando ya ,los cañones esta ban reducidos al silencio y nuestros sobdados exhaustos por Ba fatiga de muchas horas ,de co,mbate. Las .dos primeras columnas ,se dirigen contra Orleáns y la Media Luna ; envuelto el baluarte por 3a gola y después de haiber rechazado el asalto tres veces, se apoderan de &l, *después*de haber sucumbido todos !os defensores. ‘. La ter,cera columna se lanza contra San Carlos, reforzada por la cuarta, que previamente había ocupado un pequeño muelle inmediato. La .lucha .es terrible y cuan.do los ,defensores, batidos por el 110 hacen confundidos con los impcnúimero, ,emprenden la r#e,tira’da, riales ,en atroz cuerpo a cuerpo. hizo -’ Sarsfield, jefe de este sector, en tan críticas circunstancias, -entrega del mando al coronel don José Carles, en obediencia a órdenes ‘de Campoveride. BI brigädier V’elasco consigue impedir la ocupacibn de aquella part.e, pero libre al fin de obstáculos con !a conquista del Fuerte R,eal, el ene,migo se extiend,e por todo el arrabal *de la Marina, que pronto es pasto de las llamas y del saqueo. La escuadra inglesa, fuego de n«los efectos, aumenta la &ndo bordadas y o.rrojando mortandad que los invasores causan en la indefensa población. i. Gontreras, .que ‘desde los primeros momentos se había instalado en la muralla interior, sobre la puerta de San Juan, c;Gso prevenir el posible intento francés tde aprovechar el momento en que los fugitivos penetrasen en el relcinto para hacerlo con,fun’didos con los españioles, y al no poder abrirles las puertas ni protegerles con sus ,fuegos, les gritó hasta hacerles compren,der sus intenciones. D:e gcuer,do con ellas, el 1.” ‘de Saboya formó en batalla al pie ‘de las i. murallas, ,mi,entras Velasco reunien,do a tlos fugitivos en igual1 sitio, se revolvió contra sus segubdores ; el fuego de fusillería adquirió grandes pr,oporciones y el enemigo se vio obliga’do a emprender la retira,da ~desor~dena,damente. .E,n ila misma puerta de San Juan quedarpn los’ cadáveres de un capitán, un tambor y varios granaderos. Un jtotal sde 2.000 muertos y 160 :prisioneros heridos fue el precio a que @pagó el francés su temeraria e impremeditada acción. I Las fortificaciones exteriores, el arrabal y el puerto se habían gerdildo, ha,ciendo #desesperada la situación de la Plaza. Desd,e Ias do.ce de la noche hasta las tres de la madrugada, entraron unos 5.000 hombres procedentes ‘del Arrabal, con el que se perldió un abundante manantial lde agua que brotaba ,en el aactual trozo Nde la calle [de aa ùnión, comprendido entre alas ‘de R,eding y Gobernador González. -. El parte de Contreras a Campoverde, a la vez -que participaba la desgraciada pérdida sufrida, le anunciaba la irremediable de la Ciudad si en veinticuatro horas ‘no le llegaba el auxilio tantas veces solicitado. EL SITIO DI? ThRR.AGOSh EN x8= 81 Durante toda ía noche fueron llegando los desgraciados vecinos que pudieron escapar al Idesastre 9de tan trágica madrugada, y e! enea fortificar el terreno conquistado: migo comenzó seguidamente baterías en el muelle para batir el fon’dea,dero ‘del MiIagr,o, una parale’a a 200 metros [de los baluartes ,de San Pablo y San Juan, y otras baterías ‘de brecha ante la puerta sde San Juan. Suchet envía un emisario intimando a la rendición. Contreras, sin recibirlo, ordena se le adiga que cualquier otro parlamentario será. recibi’do a tiros. 23 de junio Campoverde escribe desde Vilarrodona a Contreras, asegurándole que -mañana saldrán las tropas libertadoras, divididas en dos columnas ; una, desde Vilavella, atacará los campamentos franceses de Pallaresos y Hostainou, y otra, de reserva, en Catllar, cubrirá el flanco de ia primera. A su lectura crecen los ánimos. Contreras organiza un recinto interior con los edificios de la Rambla, que hace aspillerar cerrán,do!os con barrica,das, así como las calles adyacentes, mi,entras toda la calle ,que,da flanqueaeda por los tiros ‘de un grueso caííón semp!azado sobre la puerta <de Santa Clara o de Barcelona. 24 de jmio Dos baterías francesas baten con sus fuegos el muro existente entre los baluartes de San Pablo y San Juan. Se realizan siete .sali&s, casi íodas e’llas por la puerta del Rosario, atacando las obras .ene,migas al arma blanca y resultando en estas acciones muertos un subalterno y ‘7 soldados, y heridos tres subalternos y 15 soldados. A las cuatro de la tarde quadó sitiada en re,! ‘camino real tde Barcelona una División, ,compuesta por 4.000 hombres man*dados’ por Courten, fraccionados ,en Idos columnas (Eguaguiras y Rotten), para cooperar a la acción ,de las fuerzas #de salvación, ‘que inínilmente fueron espera.das hasta bien entrada la noche. El ejército exterior se había limitado a realizar unos movimientos, y el general Caro a evo; luclonar con su Caballería por los alre,dedores, sin más ventajas para la Ciudad. 88 JULIO BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE 25 de junio En nueva comunicación de Contreras a la Junta Suprema, dice: «No llegan los socorros, está escaseando el agua y no será posible la #d,efensa, tan pronto como el enemigo abra brecha, por carecer la muralla de fosos y caminos cubiertos ; faltan brazos, se acaba la pólvora y el dinero, las vituallas por mar apenas si llegan, y en tales coadiciones, cualgquier plaza por fuerte que sea, es perdi’da y más Tarragona que só4o tiene de fuerte la fama. Urge el socorro que en mi concepto no llegará...)). Y tan seguro está de ello, que oficia el Cabildo Catedral par2 que embarque y se deposite en ?Gallorca el. tesoro, botín deseado por Suchet. 26 dc junio Aparecen a la vista [de la Plaza varias naves inglesas con r.efuerzas y <material, a las órmdenes dd coronel Skerret, quien desembarca y se avista con: el general, ‘pero a las pocas horas zarpan de nueVO rumbo a Ven&&. Los franceses adelantan sus trabajos y construyen gra,das 80 esca,lones, para ‘que puedan salir las coilumnas de asalto. La Junta Superior recibe una comunicación de Baza, anunciándole han embarcado para ,defen,der Tarragona, cuatro Compañías de Almansa y el Batallón de Tiradores ‘de Murcia. 27 de junio Los propósitos de3 enemigo quedan #de manifiesto. Se ata,car el í&imo recinto por su parte más ,débil, es ,decir, por ie comprendido entre los baluartes de San Pablo y San Juan, de una gran iparalela y baterías con un tota.1 de 22 piezas, pueden ser mo’lestadas xnte la falta ade artill~ería propia. trata de el frendotado que no Se completan las .medidas toma’das con anteriorBda.d, tira&0 las escaleras de todas Jas casas de la Rambla y levantand,o parapetos aspillados en todas las bocacalles que comunican con la parte alta de la Civdald. Llega el Barón .de Erol,es, con el coronel de Estado Mayor Villa, y se hacen ,cargo del precario estado de la defensa, d,espués #de reconocer el recint,o, prometiwdo volver el ‘día 29 con 6.000 hombres. Por la tarde llegan el conde O’Ronan, con orden del Marqués dé EL SITIO DE TARRAGONA EIi 1811 SS sacar 3.090 hombres, a cuyo efecto está formado el Regimiento de Almería toda olanoche en las cercanías del l7uert.e sdela Reina para embarcar, sin que acudan a recogerlos ; y como el enemigo trata de instalar una poderosa batería para batir el frente desde los baluartes *de San Pab!o al de ,Cervantes, el mismo Regimiento en una vigorosa salida, les obliga a desistir de su empeño. Por si las promesas adeauxiliar la Plaza quedan incumplidas, Contreras traza un arriesga,do pilan para salvar lla guarnición, abriéndose paso entre el ejército sitiador, pasando a la derecha del Olivo remomanado el valle y llegando a Ven8drell. Para ell,o, y suponiendo fundadamente que el asalto se producirá a las ocho de la noche, hab& de comenzar la #evacuación un poco antes, formándose tres columnas, mandasdaspor Rott’en. Courten y Eguaguiras, apoyado éste por 400 granaderos y protegi,do por la izquierda, ya en campo abierto, por 1.000 cazadores Se prevé la evacuación de heridos, el clavado de la artillería y la yolaldura en los últimos moment,os de pólvora y municiones. Se apela finalment,e al humanlitarismo y a las leyes guerreras en el logro ,de clemencia para la potrlación. Llegamos al 28 de junio, último de un ,diario que contiene .el capítulo .d,e?martirio ,de LIR pueblo. Al amanecer, abre fuego la artillería enemiga, siendo contestado por !a Plaza; seis piezas de las destinadas a batir la brecha son desmontadas por los certeros disparos del Fuerte de San Pablo. El ,día fatal había ‘llelga.do. EI a.dversario ,daría el asalto tan pronto como la brecha fuese suficientemiente amplia. Esta Ibrecha estaba defenfdida por ,dos batallones d:e Voluntarios de CasMa la Nueva y el Regimiento ,de Almería, que,dando el 2.” de Saboya en reserva ; desde el Rosario a San Magín qwdaban cubriendo el frente otros ,batalllones : las fuerzas reestantes constituían la reserva general. A las cuatro y media de la tarde, Contreras, en 3a Rambla, arenga a los granaderos de Castilla que en número de 250 pasan a la brecha; les siguen 900 hombres del Regimiento de Almería, enardecidos por las palabras del General en Jefe. Visto por el mando enemigo que la brecha permitía el paso de ocho hombres ,de frente, y que la mayoría de los duegos que la batían de flanco habían r;Pdo acallados, sin más excepción que tres’ piezas .del 90 JULIO BELZA Y RUIZ DE L.4 FUEXTE baluarte de San Juan, mandadas por el teniente don José Ramón Dolz, ya herido, se deja oir la seííal convenida, cuatro disparos de mortero, ‘que marcaban e;! comienzo (del asalto. El repuesto ‘del Fuer& ,de Cervantes explosiona, muriendo 130 defensores. Eran poco más ,de :las cinco cuaedo los asaltantes llegan a los escombros ‘de la rampa con fuerte moral, aunque sin orden, siendo re.cibidos con violento fuego de fusilería. Los momentos son tan difíciles, que Suchet ordena la intervención de 1.200 hombres mandados por Fkatier, los cuales t.ambién en este segundo asalto son ,detenidos. El momento es impresionante. Los granadieros imperiales marohan hacia su final definitivo, y arriba los espanoles taponan con -sus pechos el baquetón de la muralla. IJn oficial, don Juan de Argila i Mora muere con sus hombres. Nueva oleada de asalto llega casi hasta lo alto, sorteando pleñones, escombros y cadáveres, fmas por tercera vez se ren obiigados a idesistir de su empeíío. Fkatier se lanza en tromba con sus reservas, siendo irresistibie el acoso de los franceses, los cuales, tras coronar la brecha se desbordan por el interior en inenarrable lucha con los españoles, que se defienden al arma blanca, y extendiéndose a derecha e izquierda de la muralla, asaltan los Baluartes y las casas vecinas, aspilleradas antc la posibilidad de una reacción. Dispone Contreras .bajen a ‘Ia Rambla 2.000 hombres, que refuercen la tropa ‘de Almansa, con las Ique Eguaguiras trata de ,detener a los asaltantes, retirándose hasta el Portalet, defen’dido por la MiliFis Provincial, ,que también se ve o?$igada a retroceder hacia la bajada #de Misericordia, junto a los d,e Almansa. Mientras tanto: los que ,desbordaron la brecha por la izquier’da se qpoderan del baluarte de San Pablo y de la comunicación de éste con el recinto alto. Una vez en esta muralla, abren 10s zapaadores del capitán .Vaccani la puerta del Rosario y por ella entran los batajlories d,el general Xontmarie, exten,diéndose por todo el recinto, sorprendEen,do a los españoles que lo .guar’dan, y atacando por .el fijanco y retaguaadia a los .deEensores ede ías casas y bocacalles de la Rambla. Trata Eguagukis de que acuda en auxilio de estos puestos el 3.” Batallón de Valencia, de reserva en San Magín, pero ya no Se encuentra en SLI sitio. La conefusión ha comenzado. El heroísmmo colectivo y unánime pasó al in.dividual, a cargo #de los rn&s templados, como un íultimo broche de la def,ensa. Contreras arenga al 1.” de Saboya ; desenvainando los sables, él y i los ,oficiales que le acompañan logran en unión de grupos dis- EI. SITIO nr: TARRAGONA EN 1811 9t persas de Almería y Almansa que suben por la calle Mayor, rehacer la defensa; el combate sigue y se escribe la última página de la lucha en Tarragona, brillant,e y sublime. Y la muerte llega para el 2.0 Cabo de la Plaza y 6~1 Goberna,dor, d Coronel González de Agui!ar, ed fieniente ;don Sebastián Pe:drell y Llune,ll, 61 subteniente don RamOn Garell, y toda una legión de hombres que han escrito una de las más brillantes páginas ‘de mlestra Historia. Courten se había 1,anza’doal ‘campo con las tropas que tenía a SUS órdenes, seguido por los grupos fugitivos que por San Antonio saltaban la muralla, tratando de abrirse PISO por el camino ,de Barcelona ; pero a ,mesdialegua una empalizada y corta.dura levantadas. por los soldados de Haristi y defendida por 2.000 hombres, con tres piezas de pequeíío calibre, recibieron a los nuestros con una descarga que fue suficiente para decidir a dar la ser”lal de rendición, pidiendo se respetasen las vidas, n lo (íue accedió el jefe francés, pese a lo cual fueron pasados a degüeilo. En las calles ,donde aím no habían lle,gaclo los franceses, era enorme la confusión ; nadie obedecía a los mandos, pensando en buscar una salvación que no encontraban. En la Catfedral se habían congrega,do miles de personas junto a los 900 heri.dos. Grupos m,anda.dos por oficiales y enardeci,dos por su ejemplo defendían cualquier esquina, callejón 0 portal. Cerca sd,ela puerta de San Magín, <espadaen mano, con el de% rio heroico ,de los supremos instantes, ciego ya a toda reflexión, el general Contreras se bate hasta caer muerto por el ‘dolor ,dle un bayonetazo en el vientre; atin vería los primeros cuadros del drama que las soberbias tropas imperia’.!es comenzab,an a componer. Y así termina la defensa de la ciudad. Tarragona Lenía que apuì rar el cáliz de su pasión y el vencedor tenía que cobrar la cuenta de una resistencia. Tarragona no capituló ni supo de rendimientos incompatibles con su altanería ; sucumbió y ese fue el precio de su gloria. He aquí nuestras pérdid,as : Durante los cincuenta y seis &as del sitio hubo 1.900 prisioneros, 3.200 heridos y 2.250 muertos. En el asalto y saqueo, 6.300 prisioneros, 5.&50 heridos y 2.ÍOO muertos. De resulta de heridas mwieron 1.900, siendo asesinados 750 y ahogados 300. Total, 8.200 prisioneros, 8.650 heridos y isiete wzil nove&+ tos muertos ! Las destrucciones fueron : 223 casas del arrabal del puerto y 236 de la ciudad totalmente arruinadas, y 556 die ambos barrios destruidas . 92 JULIO BELZA Y RUIZ DM L.4 FUEWE en parte. Además se arruinaron 16 conventos e iglesias, 10 edificios Públicos, los muros y los baluartes ; a lo que habría que añadir la pérdida de las mercancías del puerto y de las cosechas y el saqueo de la Ciudad. .Veamos gor 5timo Iel esfuerzo enemigo. Las operaciones del siPio requirieron: la apertura de 10 kiilómetros de trincheras ; la construcción de 24 baterías ; el ten,dido de un puente ; 42.000 ‘disparos de cañón ; abrir nueve brechas y ,dar cinco asaltos. T,as bajas sufri’das fueron: un general (Salme) ; 14 coroneles jefes de Cuerpo ; 13 jefes y oficiales de Estado Mayor ; 31 oficiales de Artillería ; 22 de Zapador,e6 ; 150 jefes y oficiales de Infantería y Caballería ; 11.000 entre tropas de a. pie y a caballo ; 350 artilleros y 200 zapajdores. El prlecio a que pagaron su empresa fue muy elevado y no podríamos por menos ade,hacer un canto a su heroísmo, si SLI proceder, tras Ba impugnación de Tarragona, no nos lo impidiera. A las nueve de la noche hizo su entrada Swhet. El ctexemplo terrible» ‘y «la destrucción de una Ciudad entera)) que ya el ,día 26, preconizaba el flamante Mariscal, empezó a cumplirse. no bien we extinguió el eco ,del último disparo. Por las calles, cadáveres, heridos pisoteados por la Caballería, un sacerdote arrojado a la hoguera ; un panadero asado en su propio horno ; esposas profanadas, doncellas violadas ; paisanos arrojados desde el campanario de la Catedral; martirios, robos, destrucciones.. . Toda !a gloria de Marengo y Austerlitz, vino a repudiarse en Tarragona. «Antes morir :que ren,dirse» fue la consigna dada por Contreras a la Ciudad, y ‘Tarragona contestó con el grito de 16.000 héroes y mártires, caídos, mirando a la eternidad, en un testimonio irrecusable de las gestas heroicas. TERMINOLOGÍA Aprochc.-‘Todo género de forti,ficación empleado en el ataque de una plaza o campo atrincherado. AspiLlerada.-Provista de aspilleras. (Aspillera : apertura pequefia en Un muro o parapeto para poder disparar un arma individua!). Bah.---Nos referimos en esta Monografia al proyectil jde Artillería, esférico, dfe hierro macizo, disparado por cañones. Bala rasn.+La que se pone sola en la boca de fuego y va dotada de mayor vel.ocidad y ,mayor alcance. EL SITIO DE TARRAGONA EN 1811 93 Baluarte.-Obra saliente ,de las fortificaciones, especialmente en las murallas y cerca ‘de las puertas. B&ullón.-En la época a que se refiere este trabajo, el Batallón francés estaba formado por 8 Crompañías, y el español por 6. Bate&.-Por entonces estaba dotada de seis a ocho piezas, servidas por ektivos análogos a los de una Compañía. Bonzba.--Proyectil esférico hueco, rell,eno de póllvora, que disparaban por elevación 40s morteros. Brigada.-En la época, caSda División constaba de dos Briga*das, a ,dos Regimientos cada una. Caballero .-Parte elevada de la trinchera, para enfilar el camino CUbierto. Com.p&ia.-Tanto la francesa como la española tenía de 80 a 100 soldados. Contl-aescarpa.-El declive de la parte de muralla que está dentro ‘del foso. Cortina.-El lienzo de muraila situado entre baluarte y baluarte. Dtiión. --Compuesta ,de dos Brigadas y <dotada de Artihería; sus :efectivos os,cilaban entre los 6.000 y los 8.000 h.ombres. Empstliza,da.-Valla o fila de estacas puntiaigudas que se clavaban en tierra para idefensa y aumento de la resistencia de trincheras, parapetos o parajes fortif&dos. Escwp,a.--lkclive exterior .qtre forma la murdla ,de un fuerte. Escwd~d.n.---+El francés tenía 170 jinetes, armados de .sable y pistola, menos los ,dragones que llevaban fusil. El español *constaba ,de 140 hombres montados. Falsa braga.-Antemuro bajo o segundo recinto de una plaza de armas, ,destinado a ,defender la muralla principal. G&is.--Explanación de pendiente suave que se hacía al borde de la contraescarpa, a fin de evitar los ángulos muertos. Gola.-Lugar por donsdlese entraba al baluarte desde el interior de una plaza y por ,extensión la parte trasera de toda fortificaci&.’ Lzdmeta.-P’equeño ,reducto construído en el foso, delante de’ ia cortina, en f,orma ,de ángulo saliente. También se construía len los ángulos del camino cubierto. Media Zaina.-Obra exterior parecida a la luneta, pero usada para-defender las puertas o los flancos de un baluarte. Merlon .-Parte de murdla o parapeto comprendida entre dos, ca&neras. I%r&la.-Trinchera con parapeto que se abre paralelamente a la 94 JULIO BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE pIaza sitiada. Se comunicaban unas con otras mediante un camino cubierto. Poliorcéticn.-Arte ,de sitiar y defender las plazas. Rebellin.-Militarmente, sinónimo ‘d,e media luna ; estaba desprendi;da de la ,fortifica,ción principal, con un ángulo flanqueado y ,dos caras que se destinaba a #def,ender las cortinas, los flancos de los baluartes y aun las propias medias lunas. Regimieleto.-Tanto los franceses como los españoles, tenían una organización parecida. Por lo que se refiere a los de Infant,ería, los franceses tenían 5 Batallones de a G Compañías (4 d,e fusileros, una ld,e granaderos y ot.ra *de cazadores), y los españoles 3 Batallon,es, ,de igual composición. Los ,de CabaUlería, 4 escuadrones en ambos bandos. Los de Artillería francesa, que podían ser de a pie o de a caballo, 20 ó 6 baterías, resp:ectivam,ente, ,de a 6 piezas cada una ; los españoles, llamados Brigadas de División, gestaban compueskos por 3 compañías a pie, una a caballo y otra de parque, a 6 piezas cada una. Sargento IMayor.--Jefe que en ?os Regimientos estaba ,encarga,do de la instrucción, disciplina, cuenta y razón de4 Cuerpo, en funcion,es análogas a las actuales del Mayor. Segado Ca b o .- Nombre <dado al segundo en mando ‘de una plaza o sustituto del Gobernador de ella en stus ausencias. Zapa 1berza.yRamal d:e trinchera para aproximarse a la plaza, ,cuando el sitiador está tan cerca de ella, que por precisión tiene que sufrir los fuegos de enfilada. Zapa voknte.-La que se construye con cestones lbenos de tierra. A. L. (oficiali ,dres, 1814. di cavalleria italiani) : Gl’ltaiiani iqt Catalogna. 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Barcelona, 1930. .des sci’encies 1808-1923 DOS ESTUDIOS E.N LA GUERRA por l-EL ESCUADRON SOBRE LAS GUERRILLAS DE LA INDEPENDENCIA NICOLAS HORTA RODRIGUE2 Teniente Coronel de Artillería VOLANTE DE FERNANDO VII ANTECEDENTES Una ,de las ponencias d,el II Congreso Histórico Internacional de la Guerra de la Independencia y su época, celebrado en Zaragoza, lleva por título «El Guerrillero y su trascendencia» (l), expresión consecuente a la neoesi,dad ,de una revisión total (2) .de aquella guerra nacioaal, en Ja que el estudio específico ,de la guerrilla ti.ene una doMe imporltancia : com,o símbolo #del1alzamirento contra el invasor y como realida#d ,d,e ‘eficaces re.sulta,do.s en una lucha a 1~ que :proporciona su rasgo más ‘definido y una buena parte de su kxito fina&; y, de otro lado. como valor actual e,n tun muudo que espera angust?adiP esa posible contienda en la que habrían ,de conjugarse 40s más audaces 5descubrimientos científicos con la táctica de las guerrillas, Sstema primitivo Nd,elucha <defensiva. En 3a citada ponencia se eleva a la coaskderación dlel Congreso la necesidad, tentre otras previas al estudio :de las guerrillas, ,dé una kcakalogación ,documental que ,dsebe buscarse principalmente en los‘ k-chivos espafioiles y fran’oeses, sin menospreciar los de peque% e,nti,da’d» . .~_____ (1) ~+OLA~~O CósTA (FERNANDO) : EC Guerrilleró y SN t?‘aSCtV?dt?fiCia. Institución <Fernando el Católico» ,(C. S. 1. C.), de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza. 1959. (2) PRIEGO IhEz (JUAN): ¿a. Guerra & la Jadependencia espeSola eti el marco de la kktoria europea de su kpoka. Revista KEjérkito,, números 240 y S%S. (enero y febrero ‘de 1960~. 100 h’ICOLÁS HORTA RODRÍGUEZ Acogido quien es&. es’cribe, a una part,e Ide la más modesta pretensión ‘del interesante empeño, int*enta *dar a conocer, anotaNdos, unos do,cumentos ique nos hablan del «Escua,dró,n Volante de Pernando VII», unidad guenrillera de tipo que podemos considerar medio. Nao se trata ,de una (de esas partidas grandes que, como las &3 Empecinado, Mina, ‘don Julián Sánchez, etc., fueron en su evolución asimilándose a Divisiones del ejercito ,regular, ni ,tampoco de una de las muchas Ique tuvieron una vi,da efímera y actuaron de un mo.do tan independiente y desorganizado y, a veces, con un pasivo ,de delitos y violencias tan considerable, que más pueade juzgárselas como virulentas ma,niifestaciones (de la ira popuilar, justamente desatada ante la invasión y sus execrables crímenes, que como efectiva contribución a una lucha cuyo éxito final fue el resultado ,de la combinación, a veces meditada y espontánea en ocasiones, de dos modos de hacer la guerra que mutuamente se compleme.ntaãon. No insistimos, sin embargo, y pasemos seguidamente a la consideraoión ‘de 110s-documentos ailudidos, que se transcriben al final, anotando aquí lo impr,escinjdible. Ambiente, a.ccio,nes guerrilleras (aisladas o en conexión con las fuerzas regulares), conflktos entre guerrilleros y entre ésto.s y 110s mandos militares, ,etc., pueden ,ser objet,0 ,de otros trabajos *que tendrán también su base ,documental in& dita. Los documentos a que hacemos referencia, son <del año 1810 y primeros m*eses de 1811, tiempo en el que se comprende el período de tiayor significación histórica ,de nuestra guerra de la Independencia. 1810 se caracteriza, en efecto, por el gra.n esfuerzo que desarrollaron 110s invasores para terminar la guer,ra ; es el año .de fa triunfante invasión de An,dalucía por José Bonaparte ; es, sobre todo, cuando se inicia la fracasada expedkión de Masse.na que, en el ánimo de Napoleón, iba a significar la derrota ‘del ,contingente ingl& en la Península ; y, por ot’ra pa.&e, es el año en que comienza la sublevaci& #de ~10s Dominios de América y en el que la pintoresca asamblea d,el ,«paraíso .gaditano», mientras en el Gesto del suelo pattio no e,s posible casi ni respirar, se reúne para elaborar la felicitdad de los espafíoles siti la posib%dad, siquiera, ‘de conocer la opinión de P,os futuros benefioiarios. .de for1811 que es, en el aspecto táctico, año ‘de estabilización, cejeo, presenta una fisonomía 9difkil Ide precisar en traz,os qenci’llos, y viene a enlazar con el siguiente por la expedkión ,de %chet con- LAS GUERRILLAS EX LA GUERRA DE LA INDBPENDEh’CIA 101 tra Valencia, ciudald que capitula el 9 ,de enero de 1812. Constiltuye éste el último &xito de alguna importancia alcanzado por las armas francesas en 8spaíía. FUERZAS La primera referencia .documental sobrce la organización ,de la partida (cupo texto completo no se reproduce en este trabajo por referirse en su casi totalidad a otros temas), nos la ,da su mismo comanda.nte, quien, al relatar luna acción mantenida el.14 ,de abril <de 1810, dice : «... Partida compuesta ,de ochenta lan,ceros de a caballo y veinte infantes...». Esta cifra de cien es inferior, desde ‘luego, a I&s qne veremos a continuación, pero da ya una i.dea de la guerrilla, pues dicho comandante habla ,de los ef’ectivos e:n el momento de la acción y hay que ‘descontar, por tanto, las na,turales bajas anteriores y un corto número de los que pud!iéramos consi,derar como int’egran,;e ‘de una pequeña plana mayor no siempre combatie6te. Ya en los primeros días <de mayo idel mismo año de 1810, el documento que reproducimos con el número 1, da como efectivos de la parti,da un total d,e ciento cuarenta y siete, que son el mímero zde chaquetas, pantalone’s y chalacos que se cor”Lan para la tropa, incluídos los sargentos y excluídos ceguramente tres ca,detes que por entmonces figuraban también como «partBdarios)), a los que, sin embargo, ‘se proporciona maleta, morral para ceba,da y morral de campaña, pues el número ‘de cada uno de estos efectos asciend,e a ciento cincuenta. Observemos que el nilmero de capas confec.cionadas e’s de ochenta, pr,en,da que se destina a los efectivos montados ,de la pa,tiida. Tenemos que, con toda segurPda,d, el «Es8cua,drón Volante d.e Fernanldo VII» se componía en. la fecha citada de ciento cincuenta hombres (sargentos, tropa y ca,detes), de los cuales ochenta erati plazas montada-s. Hay constancia ,d,ocumental también de que posteriormente al 15 de mayo de dicho aíío, y tras unas acciones sosteniidas en Puerto Lápice, la pwti,da se %encontraba «basta.nte fatigajda y con precisión de ablgún Cdescanso», perío,do ,de calma al que debemos el dtowmento numero 2, fundamentA para. coaocer la organización del ((Escuadrón» y todos los extremos relativos 21 tema de este artículo. Por lo :que hace concretamente referewia a los efectivos, hemos &duoido de él el siguiente resumen. completado en pequeños extremqs por el conjunto ,de In d/ocumentación : w NICOLiS NORTA RODRiGUK? ----Mando (1) .., ._. ,._ ,,. 18 Compañía __. 2.a Compañía . .. 3.a Compañía . 1 - 1 11 1 1 1 4 1 3 ._. 1 13 (1) Probablemente faltan aquí las relaciones que se reproducen (2) Pueden ser estimados con (3) Incluidos en tropa por la ---_ 1 2 3 1 2 3 -~--. ll í - 2 2 1 21 2 2 2 2 ---~--.------- 112" ----- Total --- 3 G 9 1 16 3. 21 -_20 -46 26 47 21 47 6 6 3 .SS Gi 140 y Ayudante?), pues dos oficiales (¿Secretario se refieren sólo a las compañías. Iconsideración de oficiales. colocación de sus nombres en las relaciones. varkión de Desde lu,ego ,que la guerrilla, aparte #de ,la natural efectivos ,por bajas, tiene como característica fundam~entxl la de su fluctuación casi constante en cuanto a número de 110scomponentes. El ,español resulta si.empre más belicista que militar. Este rasgo nacional, unido a la .dispersió,n de los ejércitos regulares (que antes, & Bailén, creyeron poder llegar a la victoria final dentro ‘de la ortodoxia castrense), a los excesos cometidos por los invasores y, especialmente, a la impulsión ,del alza,miento ,nacional emanado ade lay J,untas, órganos político,s populares (3), que hubieron ,de adueña~rse del po,der abandonado por las autoridades y la clase dirigeate... fueron, entre. otras varias, *lascausas ‘que orig-inaron las guerrillas y las dieron a lo largo ,de la conti.en,da esa extrema flexibilidad en su composkión. Resultaba así d ccestado d,e fuerza» de ca,da una, reflejo de los progresos y retrocesos de la invasión, de da idiosincrasia de -10s naturales .de la región ocupa,da o amenazada y tambiécn ,de la con-du,cta más o menos violenta ,de las tropas francesas. Sin co.ntar ~011 Que ‘el .cambiante criterio de 30s mando.s militares, buscando unas veces la colaboración d.e las guerrillas. rechazándolas otras abierta(3) a las De la Junta guerrillas: Cuadrillas Central el escrito y cl decreto emanaron tres importantes de 6 de junio del Corso Terrestre. de 1808, el disposiciones Reglamento de referentes Partidas y LAS GUERRILL.AS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 103 mente y someti&dol* .con frecuencia a normas rígidas poco Wor&s con su naturaleza, influía en el alza y baja ,de su moral y de ws efectivos (4), Tado ello, por lo que se refiere al número de individuos de” cada la clave #de la .dosificación capartbda. En cuanto a la organización, ballería-infantería, la *da el mayor o menor número de caballos Mes o que se puede alimentar, grave problema éste en unos años en que el hambre amenazaba a España. Sabido es, en efecto, que, en general, las guerrillas o partidas llevaban hombres que combatían a cab+. reglamenta110 y hombres que combatían a pie. Ya en la primitiva ción de las «Partidas y Cuadrillas», emanada de la Junta Central 61 28 de diciembre de JSOS (5), se dice en stl regla primera-: «Cada Partida constará de cincuenta hombres de a caballo, poco más o menos, y de otros tantos á pie que montarán a la grupa en caso necesario». A este rudimentario principio de organización, contando con la flexibilidad alue le es propia, se ajusta la fuerza de la guerrilla -que estudiamos, pues, como hemos visto, aparte de los oficiales, sargentos, cabos y cadetes, el numero de lanceros es de cincuenta y ocho, y el de infantes sesenta y siete. Apuntamos la coincidencia, en contraste con la afirmación, corriente de los historiadores de la guerra de la Independencia, dando como indiscutible que el citado reglamento, así como el posterior Decreto del ((Corso terrestre» de 17 de abril de 1809, «documento clave» (6) en cuanto a las relaciones de las guerrillas y el Poder Central, fueron poco menos que letra muerta. --(4) Como prueba de uno de los extremos criterios dc los mandos militares, Teproducimos el documento número 3, en contraste con multitud de órdenes a las guerrillas que esisten en la documentación que poseemos. (.5) Esta es la primera reglamentación de las guerrillas. que puede Verse en RODRÍGUEZ SOL&: Los gw?willeros de 1808, tomo 1, páginas 26 y siguientes del cuaderno IV. Tiene su antecedente en el escrito que la Junta Central, luego &e haber declarado la guerra a Napoleón el 6 de junio de 1Q68 ,(fe&a. de los eo?bates del Xruch y Valdepeñas, primeros encuentros ccnsiderables de lucha irregulm) dirigió al país, cten el cual indicó las medidas que era necesario adoptar para combatir ‘con fruto 31 enemigo. aconsejando euitar acciones~ generales. &ometer a 10s Icontrarios por medio de partidas sueltas. etc.» (Príncipe, Miguel Agustín: Historia del EeaaTLtamie&o, guerra y revolwz’óri. de España, toma Ii. M.adrid. 1852, pág. 134). .’ (6) SOLANO COSTA (FEIWWDO) : Conferencia I-as gzrevrillas, del ciclo La Gmw-a de la Iwdepezdeba española y los sitios de Zaragoza, Univer&d y .Ayuntamiento de Zaragoza, 1958, página 415. En esta página y la sigúiente _. {nota 32) SC da en forma extractada la citada disposición $04 YICOLÁS HORTA RODRÍGUEZ _,.. Las fluct~uaciones en los efectivos son, en nuestro «Escuadrón)), a --eces importantes, a pesar de esa manifiesta ten’dencia a ajustarse al «programa oficial)). Consta que en 26 dre julio *de 1810, su comandante se ofrece a una kterminada autoridad militar, con los (<doscientos cincuenta» ,h,ombres que componen su parti,da. Y es interesante anotar que el aumento es ,de fecha posterior a un período muy activo de operaciones de la guerrilla, por lo que no tendría nada *de extraño que, como en otra ocasión que consta ~documeatalmente, se hubiese autorizad.0 a su. comandante para «levantar el paisanaje» a lo lar,go del itinerario ,de sus correrías, poder que, de hecho, tenían las guerrillas asignado con caracter indefinido. De 23 $d,e(agosto del mismo 1810’, hay not,icias de que la guerrilla tiene «seis subalternos, Ayudante y Secretario», lo que Ida un n&mero de los propiamente oficiales mayor que el documento número 1, a,caso por la falta qu,e anotamos en -las observaciones del cuadro-resumen, Sabemos ctambién que en 11 ‘die octubre del repeti,do año, el General en Jefe del Ejército del Centro, aprueba el «arreglo)) de la partida hecho por uno de sus subordinados, con la sola exclusión ,de los cadetes que figuraban en ella, y manIda «que pasen inme,diatamente a la oiudad de Murcia a presentarse en la Acamdemia que hay allí para que se instruyan como #deben y puedan conseguir aseenso. Lo que les hará Vd. saber -agregapara que lo cumplan in.dispensablemente». Existe también ent,re los &documentos que nos ocupan, un pasaporte de fecha 26 de noviembre de 1810, en el que se da la composición $del escuadrón titulaSdo «Volante #de Fer.nan.do VII», constitüíado por «siete oficiales, un capellán, un cirujano, nueve sargentos y ciento treinta y ocho cabos y sol,da*dos, los más montados y entre ellos algunos paisanos». Se ha vuelt.0, pues, a los efectivos totales que podemos consi;derar habituales, y es ,digno de señalarse ese número de skte oficiales, la exacta coincidencia d,e los nueve sargentos, el total de cabos y soldados análogo al del documento númeio 4, que aunque de fecha 2 ‘de ‘dkiembre de 1810 se refiere a hec,hos de septiembre !del mismo año, nos da, por deducción de los nniformes correspondientes, ckn plazas montadas y treinta de infantería. El equilibrio casi absoluto que existía (documento número 2) entre cambatientes a caballo y combatientes a pie, se ha roto ‘en benefkio del numero de los primeros. Hay en la historia de este «Escuadrón», un hecho de armas del ‘mes .de marzo de 181.1, que ocasio:nó a la partida graves pérdidas, LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA DE Lh 105 1NDEPENDtiNCIA incluida la salud de su comandante, y seguramente también la nioral de una parte considerable de la tropa. Existe constancia de que el día 18, a consecuencia de las deserciones producidas, la guerrilla entrega cuarenta caballos a las autoridades militares. k’ aquí terminan los documentos que más ‘directamente se refieren a esta cuestión de los efectivos. ARMAMESTO LANZA Del documento número 2 y ,de la denominación de los hombres monta,dos de la ,guerrilla, se deduce el uso de este arma. Se trata, como se sabe, de un arma blanca ofensiva, ~enastafda,que consta de mo,harra (o hierro), asIta y regatón. La primera, de ,diversas formas, tenía con más frecu.eneia la «apuííala,da)) (o de chuzo) y la de «hoja de iaurebl». iEJ asta era ,de majagua, fresno u otra madera ,de fibra ligera, recta y tenaz. El cuento o regatón, ,de hierro, equilibraba el peso de la moharra, y en el punto me,dio del asta se clavaba la correa portalanza. ‘Una banderola ,de colores vivos pretendía que, al atacar, se espantase el caballo ,e,nemigo. Han llegado hasta nuestros días tal como fueron e:n la gu,erra de la Tndependencia, si bien con el asta meItálica. Su longitud era ‘de ocho a nueve pies. Parece ser que tal arma había.adquirjdo un prestigio excesivo entre los ,combatientes ,de la gu,erra de la Independencia, prestigio que Almirante atribuye (7) a la tan ,discutida carga con que los lanceros ,de NapoleónJ el paso de Sornopolacos forzaron, bajo la mirada sierra. iTa vez fuese así, pero ,110 hay que olvidar tampoco que la escasez *de armas ,d,e fuego y sus municion,es, contribuyeron en gran mediedaal em@eo de las armas blancas en escala superior a la normal: S-A B LE Del documento número 5, fun,damental en lo que se refiere al armamento ,de! «Escuadrón Volante de Fernando VII», se rdeduce e3 .. -~(7) ALMIRANTE : están tomados de de Ia nota anterior, voz tb.awa». L’os &tos tknicos del armamento El a?manzento, del mismo $cio (PEDRO): 341 y siguientes. Uiccio~~ario, MÉNDEZ páginas PARADA 106 MCOLíS HORTA RODRiGUEZ empleo del sable. Era análogo a la espada, pero con hoja ligeramente @rva y c.on un filo como todas ias armas de corte. Había muy diversos modelos, pudiéndose estimar sus característkas medias en cinca libras y una onza de peso, y tres pies y ocho pulga,das de longitud. FUSIL Y TERCEROLA 11sasen fusil. Xo Es ,d,e suponer que los infan,tes de ,la guerrilia consta en la $documentación que po,seemos, pero sí (documento n&mero 5) la adquisición de t,ercerolas, cuyas características eran análogas a las de aquél: de chispa, caííón liso y calibre, en general? de 17 en Iibra (19 mi1ímetro.s). La terc.erolla, arma ,a’e Caballería, 8de menores dimensiones ‘que el fusil (3 pies y 6 pulgadas), pesaba 6 libras y 7 ,onzas y su calibre era de 18 milímetros. Al objeto de compensar la falta d,e estabilhdaSd del proyectil por disminución de la longitu,d del ánima, había algunas rayadas. $%‘iOLA Consta tambi&l cdocumento núm. 5), la adquisición .de 85 pares de pistolas (un par para cada individuo montado). Arma de uso casi exclusivo ,de ja Caballería, ,que las ll’evaba en el arzón ~deIan.tero. De mecanismo y calibre iguales a ,la tercerola, su alcance, mucho me nor’ no r.ebasaba los 250 metros. Su longitud, 1 pie y 4 pulgadas, y el ,pes.o, 2 ,fibras y.13 onzas. Anotemos, por fin, que ,en el repetido documento se consigna la co,mpra *de monturas, cananas y pólvora. Como dato significativo, el hecho ‘de ,que tales ,e.f,ectos «fueron extraídos de la Corte, a pesar de ha!larse ocupada por los enemigos», prueba que la ocupación francesa no llevaba muchas veces consigo el dominio sobre el terreno ocupado, Tal afirmación la hizo el comerciante que vendió las armas, pero creemos que debe darse fe al documento si pensamos en 10 arriesgado de dar una broma pesada a un guerrillero. Pos fin, para que pueda servir ,de término de comparación con ,los precios, señalemos que en 1815 la fabricación del cañón de un fusil, importaba unos 37 reales. VESTUARIO Si volvemos ahora al ya cita!do Reglamento de Partidas y Cuadrillas, (dictado en Sevilla el 23 <de‘diciembre de 180S, vemos que el se resolvía (?) por un problema .tiel vestuario ‘de los guerrilleros expedito procedimiento (regla / XIV) : den cuanto a traje, cada caaI llevará el que tenga» ; aunque preciso es reconocer que no se cesraba el camino a una discreta esperanza, pues terminaba el párrafo, «al menos por ahora)). Y se añadía además (regla XVIII), «si logran hacer presas de consideración, podrán depositar una tercera parte para el fondo común de la partida, y costearse un uniforme particular a su satisfacción». Acaso esto es lo que ocurrió con nuestro “Escuadrón Volante», o quizá la munificiencia de SLI comandante, de la que hay pruebas, resolvió el problema. Erl hecho es que, a la vista cle los documentos 2 y .I, podemos hacer un resumen ,de las principales cara,cterís1, ticas del vestuario de los guerrilleros del ((Fernando VII». Chaqueta, de paño y azul , cuello 0 collarín, vueltas 0 bocamangai y sus vivos 0 ribetes, de paîio encarnado. Los botones, blancos, de «cabeza de turco)). El pantalón, de paíío azul también, aunque a las plazas de Infantería se las proporciona en alguna ocasión calzón de paño pardo. Chaleco de tela de Mahón para todos, y para las plazas montadas, capa de paño pardo con embozos de hayeta encarnada. La prenda de cabeza era el impropiamente llamado morrión, nombre que en sentido estricto dehe referirse a la parte correspondiente de la armadura, y que se aplicaba al chacó (de «czako», voz !lúngara), antecesor del ros que ha llegado hasta el presente siglo. Segíín los ,documentos, se proporcionaba también a las guerrillas me,dias y zapatos, y constan otros efectos como las maletas (pieza cilíndrica o prismática ,que se unía a ,Ia montura), ,la manta para @sta y los morrales de cebada y paja. El curso 5de nuestra guerra ,de la Independencia. una más de las contiendas europeas suscitadas por Napoleón. se vio profundamente afectado por la libertad de acción estratkgica conseguida ,del lado 108 KlCOL.iS IIORT.1 IiOI>l<f<;UEZ setenimperial tras la paz ,de Viena . AsI iniciarse 12310, los doscientos ta mil soldados franceses asentados en España, iban viel:do aumentar sus efectivos con los que llegaban tras un designio ,de realizar una acción resolutiva. El suelo patrio, si bien no someti,do, se encontraba casi totalmente ocupado, y Galicia, Asturias, Murcia y algunas regiones de Cataluña y Extrema’durn, eran las excepciones que emergían *de la marea invasora. Wellington, aferrado a la tierra portuguesa, y los restos de ejércitos que, a pesar de las continu&das derrotas, manteníamos los españoles, constituían las fuerzas regulares incapaces Id6 evitar la triunfante invasión de +dalncía pr,imero y, posteriormente, la expedición de Massena ‘que, ,como mandatario ,del Emperador, a la sazón político y amoroso pretendien-. te, trataría de arrojar a los ingleses !del territorio peninsular en un supremo intento de terminar con el c(asunto español». Al lado de nuestros ejércitos regulares o, mejor, sobre el territorio ocupado, las guerrillás, que ya habían acudido a ,la lucha, iban aumentan,do en número, y fue por estas f.echas cuan,d>o se inició el período .de su mayor actividad y eficacia : unas veces obraban aisla,damente y como por instinto ; otras.. en colaboración con las fuerzas regulares J a menudo, de un modo hasta cierto puQto incompat,ibie con el principio ,de «acción de conjunto» ; pero siempre con fruto en el aspecto moral de sostener la resistencia y en el matterial de restar al invasor un número considerable $de efectivos a su masa de maniobra. Astorga? Ciudad Rodrigo y Almeida eran, en el teatro principal de opera.ciones, los triunfos que iban jalonan.do la expedición de :Massena. Entre el ataque y la toma de la iiltima plaza cita,da (5 ZI 29 de agosto de X310), tuvo lugar en un teatro ,d,e operaciones secundario, una acción ofensiva de nuestras fuerzas que reveló, además ‘del acierto tde las ldisposi,ciones del general Rlake, la idea de hacer (de una de cllas al un adecuado einpleo de las partidas guerrilleras menos) que se movian po’r &rritoriIo del ej&cito del Centro. Horacio Sebastian,i, el general corso que, en simulación de nobleza heredada. afíadió a su apelli?lo el ((de la Porta» de su <lugar nataql había realizn’do una expe’dición a Murcia en ese mismo año de 1810, que le permitió dar testimonio elocuente de SUS maneras. Los pocos días que con sus tropas permanecii en la ciudla,d (23 al 25 de abril), fueron suficientes para someterla a un saqueo parcial, librapla iel cui,da#do de su erario y de la plata y alhajas ,de sus con$éntós e imponerla una fuerte ,contribució.n. Fue éste, condigno casti& por el repique .de campanas i salvas de artillería que los mur- Documento firmado por don Miguel Volante Díaz, capitán de Caballería de Fernando VII. y del Escuadrón -_ <, 1 .L. ON.JsOL%C. I : ,,’; -. T.-.. , ..- -4 .* Ei aY- *-. ii BkAKti ~Ck?hLtE~O DEL 6IlD@ DE CALATRAVA ; COME:ry! dador &l Peso R 1 de.VaIe&ia en la de AlcAntara ; Tenienta General. de tos Rea \ s Exéreito~; Capiun ,Geuwal +l \+yw ” de bakia, ; Pra#de#te da SU Real riuJicnc¡a ; Inspector Gewral de Infante& y Milicks , y General en Xefe 4, Bx& . cito del Centro. ‘; . , ‘> .. Pasaporte con toda firmado su partida, por el General Blake a favor de don pudiese marchar por tierras de Murcia, Miguel Díaz, para que éste, La Mancha, Jaén y Granada. cianos, poco versados en el tratado de «honores al 8avasor», esti,maron oportuno suprimir al arribo de los molestos huéspedes.. q recuerdo de aquella triunfante expedición y el deseo de asestar. un golpe ,decisivo a nuestro naciente ejército ‘dei Centro, incitaron a Sebastiani a una nueva, para cuyo éxito contaba también con las disensiones .que ela primera sembró entre los murciaaos y que los agen& enemigos se encargaban de fomentar. ,4signado al general B1ak.e el mando ‘del ejército $del Centro, que unió a ‘de las tropas de Cádiz y la Isla, y conocedor ‘del mal espíritu que Idominaba en Murcia, propuso al Consejo de Regencia trasladarse a este reino. Así 10 .hizo, sa1iend.o ,de Cádiz el 23 #de julio de 1810, para llegar el 2 #de agosto a Cartagena, e, inme,diatamente, irse a general Freyre que tenía e! Elche con ‘el fin :de entrevistarse co.11 el mando ,de las divisiones murcianas. Muy probable parece que ya por estas fe,chas Blake estuviese informa,do ‘de íos propósitos $del ene. migo, que inició su expedición el 18 ,del mismo mes.. Las fuerzas francesas partiteron de sus acantonamientos de Granada, Gua.dix, Baza y Almería, con un orden de marcha análogo al dte su primera expe,di~ción y utilizando también el mismo itinerario, es decir, el que tiene por eje principal Guadix, Baza, Vélez-Rubio y Lorca. Pero del ilado ,espaBol las ,cosas habían cambiaSdo : pues el ejército del Centro iba adquiriendo alguna consistencia, a la que no-eran ajenas las partidas ,de Cazorla y Ubeda y tde las tierras de la izquierda del Guadalquivir (8), cuyo alzamiento iImpulsaban y mantenían los mandos #del cita’do ejército del Centro. Porque, además, ahora estaba en Murcia? Blake, el más capacita#do seguramente de todos los generales ,de nuestra Indepen.dencia (acaso, también, el menos afortuna,do), y ,de la primera expedición tenía el mando ,superior, accidenta,lmente, Freyre, competente general ‘de Caballería, pero sin duda menos indicado *para hacer frente a una si’uación crítica. Y, en fin, porque los murcianos, -víctimas y testigos ,de los excesos de los invasores, podían servir eficazmente a an alzamiento ‘en masa que tau mil venia ,demostrándos.e a lo largo de la guerra en las ciudades y en los campos. Para que se diera esta última premisa, se hacía ne,cesario robustecer en Murcia y sus contornos, la autorIda& y a ello fue dirigido, primero el ,nombramiento Ide don Francisco Javier Elío para cla comandancia de Murcia y! posteriormente, el decreto que (8) Gómez DE ARTECHE drid, 1893, página 206. (JOSÉ): Gwrm de la Imz?ependep%z, tomo VIII. Ma- 110 HICOL.iS IIOHTA RODRiGUEZ Blake dictó para que todo el reino obedeciera a un Gobierno puramente militar. Ante las noticias ,del avance de Sebastiani, el jefe del ejército del antro, sin fuerzas suficientes para ir a su encuentro (9), se &&dió a esperarle, y para ell,o coordinó tres clases 3de me,didas : !a primera, de carácter estri,ctamente militar, dando LUX adecuado dispositivo a la ,d,efensa co.11 sus fuerzas regulares; y las otras dos, pertenecientes a Ia mo8dalifdad ede guerra irregular : organizar el paisanaje ade la Huerta en co,mpaííías y secciones, y emplear y mover las ,guerrilla.s incluidas en la ,demarcación de su ejército. No es de este lugar el estudio del ,dispositivo defensivo. Bástenos decir que su centro se encontraba en las proximidades Ide Alcantarilla, cerran,do el camino principal, y que el general Freyre al mando de !a Caballería., efectuaba la cobertura por las tierras .de Huéscar hacia la front.era .dâl rein’o de Granada. A las compañías (de ,huertanos se en.comentdaron los obras de defensa de ejecución ,rápi#da, entre ellas la #de preparar la inundación de la Huerta con las aguas #deI Segura Sin dtud.a, se <dieron mkiones a #diversas guerrillas para que coa,dyuvasei al 6xito #de la td,efensa, puesto que Blake las empleó co811 $r&uen~cia ea idbneos cometidos (10). A nosotros ha llegado un docimento autógrafo !del general, referente a una ,de ellas. Se trata bel kscuadrón (o Parti Volante .+e Fernando VII», ‘maa’daldo por el &itán: de CabaGería ,don Migu,el Díaz, y de cuyas fuerzas, amitiento y vestuario hemos tratando en la primera qarte de -este arabajo. Ro.dríguez Solís (ll) en su obra «Los guerrilleros de X308», que resúlta con frecuencia un aceptable pwto <de partida para estu!dios’más funcdamentaGdossobre ea aspecto irregular ‘de la guerra de (9) Las fuerzas francesasse cifran de nueve a diez mil hombres!con diecisiete piezas de artillería. Las españolas,que podrían sumar unas catorce mi1 y catorce piezas de artillería, no estabansuficientemrnteinstruidas ni su moral era tan alta como para considerar ventaja la del rifimero. (10)’ Rodríguez Solls, a,. menudo injusto con los mandos militares, reconocé en Los ‘gkerrilleros de’ 1808 que Blake había fomentado las guerrillas en Andalucía (ver cuaderno- II del tomo II, pág. S), a pesar de su afecto a’ todo 10 reglado y puramente militarx; Contrasta esta actitud, dice el autor, con la que observó más tarde en Valencia a finales del año 181.1. Pero este tema se sale de1 marco de nuestro trabajo. (ll) Obra citada: cuaderno X del tomo 1, página; 34 y 35. y cuaderno III del tomo II, página 35. En relación, cuaderno III del tomo II, páginas 41 y 42: LAS GUERRILLAS EX LA GUERRA DE LA Il1 1NBEPENDENCIA la Independencia, nos da a conocer a don Mi.guel como guerrillero de La Mawha, donde, en .efecto, llevó a cabo señaladas acciones. Pero más que su or,igen y los datos completos .de su identidad, materias que pueden ser objeto (de trabajos posteriores (X2), interesa ahora conocer cGmo nuestro guerrillero a$dqun-ió crédito ante Blake, un general cuya menta,lldad imaginam0.s mucho más lógica que intaitiva, mwho más próxima al estu,dio metodizado ,gue a la inspi. ración. Autorizando este ~extremo po’demos recor;dar que en la Bi: bliteca Nacional hay un f&eto @delGeneral de f,echa 9 de enero, titulado «Creación (del Cuerpo ,de Estasdo Mayor en 1810 y apantacionw #deI General sobre su establecimiento en España», documen20 del que arranca ‘Ia historia de nuestro Estado Mayor. El guerrillero lde tipo m.e.dio y, por ello, el más representativo, no pasa de guerrillero. No llega a formar .divisiones o unidades de ouantía ,equivalente. Piero día a ,día, pa’ra mantener en alto el pabellón *de su títiulo, ha de acreditar su valor y su eficacia, ha de dis?,inguirse entre otros tan valientes o más, tan audaces o, quizá, tan t,emerarios. S,e mueve en,tre la más o menos sana envidia de sus colegas y <la general suspicacia #delos militares profesionales ; entre cl ar,dor palt,riótico *de los pueblos y las Juntas, y la cod,icia y el temo6 del campesino que. siente amenazadas su vida y su hacienda. Le abona su esfuerzo, pero, sobre todo, el resultado. Por eso, las credenciales de nuestro don Miguel Díaz, son, ante Freyre primero y ante Blacke después, pruebas materiales concluyentes del éxito de sus acciones guerrilleras. Presenta primero el botín 5deun encnentro sostenido ,en los campos d,el Guadiana, c0nsistent.e en <cun Mayor General ‘de la Guardia Imperial», «una correspon’dencia de París #delpeso de seis arrobas», otra wde Ma’drid, ‘del peso $dedos arrobas» y <(el postillón francés que con,ducía la posta» (véase en ,el ap6ndice documental del final- la transcripción ,del ‘documento núm. 6). El he,cho, Jdearmas tuvo lugar el 14 ‘de abril1 @delmismo año 1810 que nos ocupa, en el término d& Wlarrubia, al Norte ,de Daimite y no 1:ejo.sde esta vilIa, por tierra? que conocían ya sobra,dam’ent,e las corr,erías ,del «Escuadrón Volante sdeFernando VII». Baste ahora esta mera referenc’ia y la apor: tac,ión *de los ,docamentos números 7, S y 9 (ap&dice documental), dond.e pueden apreciarse dleta’lles *de Ia acción. El 25 #delmismo mes: (31) guerrilla. Esperamos, además, poder ir completando el historial de la referida 112 NICOLÁS IIORTA RODRÍGUEZ de abril, hacía don Miguel ,Diaz entrega del botín a Freyre en Alicante, y no en Murcia como tenía previsto, precisamente por causa de aquella primera ‘expe’dicibn victoriosa ‘de Sebastiani a que hemos hecho referencia, y que obligó a las 6divisiones murcianas a llevar sus fuerzas a Alicante y Cartagena. Blake, además ,de los mformes qu,e ‘de la citada y ‘de otras awioaes, le había hecho su subor,dina’do Freyre (ver .documento núm. lo), krabó conocimiento personal con Díaz en los mismos ,días de la segunda expedición mur,ciana del general Sebastiani (de la Por.ta. Es.tamos ya en 23 .de agosto, fecha por la que el general Freyre, de acuerdo con las órdene,s recibi,das, va replegándose diestra y ordenadamente con su caballería, ante los franceses que se dirigen a Murcia. ,Don Miguel Díaz ha llega.do ante el general jefe del ejército rdel Centro con wdos correspondencias)), gana.das a los framxses (documento núm. ll) tambi6n por la,s tierras predilectas de sus correrías, en Puerto Lápice, Y entonc,es, Blake qu’e tiwe toma’das sus disposiciones para da (defensa, j,uzga oportuno #dar al guerrillero una misión importante que t,iene como objetivos principales complemenaarios de la def’ensa (ver documento núm. 12) atacar los pequeños destacamentos con que los franoeses .hayan dejado cubiertas sus comunicaciones, y Levantar a la población civil de la retaguardia enemiga. Para el caso lde que la suerte fuese muy favorable a la Par$ida, .se le ordena caer sobre Guadix y Grana,da ,e intentar un golpe de audacia a fin de apoderarse >de 4a «corta guarnición francesa)) en colaboración con los «cívicos» (13). Hasta tal punto juzga importante don Joaquín Blake la misión, que la refleja en orden autógrafa. Provee, además, al capitán coman(3.3) Los ucívicos» ,euardia<Cívica -milicia dalkía habla aumentado que al dice la orden de servício del Intrusonen proporciones Blake, son los integrantes que cuando la invasión increihlesa. Gómez de de la de AnArteche, fomo VPII, página 106, nota 1, dice que se organizaron en Madrid «diez batallones mandados por personas de la grandeza más encopetada de España, o próceres de todos modos, de la mayor consideración e influjo en el pueblo...n. Y añade: UWO los nombraremos aquí por más que 1s aGaceta» de a.quellos días haya, estampándolos en sus columnas, pregonado :I \oz en grito sus títulos y apel1idos.n A pesar de ello, y según los términos de la orden de Blake y otros testimonios, los acívicos» no ofrecían ga,rantía alguna como fuerzas leales al invasor; ni siquiera en Andalucía, donde tras la fácil expugnación de Sierra Morena, la .admiración había producido (asegura Arteche) la sumisión inmediata, casi insfantánea, del paísz (Obra, tomo y pág. Citados). LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 113 dante *dlela partida, ‘del oportuno pasaporte (documento núm. 13) eti el que no se limitan -en contra ‘de lo us~u&-- el plazo de validez ni los .efe,ctivos #del«Esctuadrón», pues éstos, según la or,den, deben ir aumentan.do ,de acuer’d.0 con el éxito Idel 1evantamient.o civil previsto. Si bien ‘don Miguel Díaz recibe personalmente la orden en Alcantarilla, ,su cdEscua,drón Volante» ha quedadlo en Villarrobledo. Como se ve en los Idocumentos números 12 y 13, el itinerario a seguir por la unidad guerrill,era, es : Villarrobledo, Hellín, Caravaca, Or.ce, Baza, Gua,dix y Granada, un recorrj!do más o menos dominado en gran parte por los ,invasores y que puede calcularse aproxima,damente en quinientos kilómetros. En ,el pasaporte se concreta la ,composición ‘de la partida en cuanto a lo que podemos denominar su plana mayor (seis subalternos, Ayndante y Secretario, o Ayudante%cretario, pues caben las dos interpretaciows). No se ,detall.an, sin embargo, sus efectivos -según ldecimos ant,es---, 1imi;tándose a senalar, «y con to,da su parti,da de Infantería y Caball.ería». De ia primera parte ,de est,e trabajo, y por la lectura ‘d,elos ,documentos que allí se dan a conoces-, se ,de’duceque la composición más probable en las fechas que nos ocupan, sería de unos ‘ciento cuarenta hombres, casi por igual repartidos entre Infantería y Caballería. Téngase e.n cuenta (y en ‘esto, como en bastantes cosas más, iba la parti’da de aouer,do con las normas ‘emanadas ,de la Junta Central) (14), que en las ‘marchas cada caballo solía llevar ‘dos jinet.es, echando pie a tierra los ‘de Infant,ería ante la inminencia o sospecha de un encuentro. 2 Cómo se ejecutó la citada or’den ‘de Blake? Extr’emo importantísimo es éste, en el (que nuestra búsqueda de testimonios no ha tenido, al .menos por ahora, hxiito alguno. Sabido es que Slebastiani, avanzando confiadamente hasta Librilla -a unos 22 kilómetros sdeMurcia- .en vista ,de la re.tira,da ‘de Freyre, efectuó .el 26 de agosto varios reconocimientos con ánimo de ataca’r ntuestras posiciones. Sin embargo, decidió retrocsder a Totana y ltiego a Lorca, no sin rev&dar la execrable con,ducta observada en su expeclicibn de abril. Desde L.orca volvió a sus’ acantonamientos %departida, y pu,do apuntarse4 ,(llr) Con fecha 28 de diciembre mento de «Partidas y Cuadrillas», constará de cincuenta hombres de a de a pie, que montarán a la grupa ghmento puede verse en Rodríguez página 26 y siguientes. de 1808 publicó la’ Junta Central un Reglaque dice en su artículo 1.0: «Cada partid? caballa, poco más o menos, y de otros tantos en caso necesario.» La transcripción del Re: Solís, obra citada., cuaderno IV del tomo II, 114 WICOLÁS HORTA RODRiGUEZ como resulta~dos de su correría, una eficaz contribución al espíritu. de resistencia <de 10s pueblos, y la fat.iga inútil de sus sol,dados, que hubieron ‘de recorrer unos quinientos kilómetros bajo los efectos de un calor sofocante. Resulta indu.dable que la ,causa fundamental de este fracaso franc& fue la acertada concepción #de la defensa, juzga,da como muy firme por los reconocimientos ide Sebastiani. Lafuente s’efíala también qu.e (CeI reino dde Granada (que’dó) expuesto a una sublevación)), pero -insistimosno po’demos concretar si ,don Miguel Xhz al frente (de su «Escua,drón Vola’nt,e ,de Fernan.do VII» y como consecuencia de la ejecución de la orden de Blak’e, contribuyó o no eficazment,e a la creación de esa grave amenaza ,en la retaguardia francesa. Nos inchnamos .más bien por la negativa, pu,es creemos que,, tal y como se sucedieron los acontecimientos, la orden resultó imposible Ide ,ejsecutar. Recibi*da por don Miguel Diaz el 23 ‘de agosto en &cantarIIla, lo primero era darla a conocer al «Escuadrón Volante» que se encontraba en Villarrobledo, a una distancia aproximada de trescientos kilómetros, para recorrer los cuales hay que suponer en el m:ej,or ,de los casos, que se i:nvirtieron tres días. Estaríamos, pues, ya en el día 26 cuando la ord,en ll’egó a Vi,llarrobledo, fecha que coinci,de con los recoinocimientós ,de Sebastiani ante el despliegue ,def,ensivo ,de los murcianos. I!ni.cia8da la retirada a9 sigujen&e ‘día, con to,da probabilidad, gor los invasores, acaso en ‘el mismo momento en que nuestro ((Escuadrón» pudo romper su marcha en ejecución ‘de da orden de Blake, resulta indndabl,e que la partida, mientras trataba de acer,carse a sus objetivos, .hubo lde recibir atdecusda información #de la retiraNda francesa, ya qu,e en este aspecto las necesidades ae los guerrilleros estaban siempre satisfechas. Así las cosas, los supuestos de la ordten cambiaban :de mo,do esencial, y ya no r’esul,taba posible ni atacar los peqzleños destacamentos que cubrían las comunicaciones enemigas, ni intentar 10s golpes ,de mano sobre Guay favorable d,ix y Granada, puntos a los -que, ,en el más improbable de los supuestos, po.dría Qegar el «Escuasdrón» al mismo tiempo que las guarniciones francesas que r,egresaban. De otra parte, el Idocumento número 13, el pasaporte que Blake dio a ‘f)$az para llevar a efecto lo ordena.do, tiene en su r*everso tres r,efren,dos, d*e los cuales los ‘dos primeros (7 de septiembre en Ahcanfe y 16 ,del mismo mes en Novefda) vienen a confirmar nuestra creencia ,d.e %queIla orIden no pudo ,cum.plirse. LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDERCIA 114 Mas a pesar 1de ello, se pueden formular las siguientes conclusiones : - El general Blake, el más capacitasdo de nuestros mandos superiores de la guerra de la In,depeed,encia, trabó, de combinar, en la concepción ,de la defensa tde Murcia ante la segunda expedición de S,ebastiani, el empleo lde las fuerzas ‘del ejército regular con la acción ade las partidas de guerrilla y el l~evantamiento $de la. poblacióli civil. - El general Blake (dio a la parti,da ‘de don Miguel Díaz, una misión adcecuada, especialmente ,en cuanto al objetivo ,de atacar los pequeños destacamwtos que guaradaban sus líneas lde comunicaciones. Si la orden no pudo cumplimentarse, fue porque se había pr,evisto, sin djuda, más tiempo pa.ra ejecutarla, por supon’er en los invasores una ‘mayor [decisión ,en un ataqu.e (que ni siquiera se llegó a realizar. - Parecen .correcto’s también, y ,de acuerdo con la naturaleza .de la lucha guerrillera, los amplios términos .de la or,den, así como el propósito de ‘dirigir ila acción contra el flanco y retaguardia ,d;e las Iíneas ,enemigas. Digamos por fin, y con ello se cierra el ciclo de las r~elaciones de nuestro guerrillero con el ,general Blak,e, ‘qu’e si la orden no s,e puso en ,ejecución, el crédito ‘de Díaz -como era lógicono disminuyó ante el jmefe‘d,el ejército del Centro. Cuando en 1815, y al tratar de reunir Idon Miguel los testimonios de su vida ‘de combatiente, se pr.esent.ó el 1 de mayo en Ma,dri#d ant’e ,don Joaquín Blake (ver documen-, to núm. ll), éste confirmó al margen de la mstancia del guerrillero, con otro autógrafo, ,el hecho de la orden, aunque ni éstmeni aqu&l dijeron na,da sobr’e su cumplimiento. Y, por último, entre los ldocumemos que refexntes a Díaz poseemos, hay varios de septiembre lde 1810 y fechas posteriores, #enlos que consta se le encomendaron misiones ‘de confianza en el mismo ejército y se le f’elicitó por la ej:ecución de alguna (de ellas. il6 PiICOLiS IIORTA RODRÍGUEZ DOCUMENTOS , A&,tertegzc&.-Para su más fácii lectura, hemos modificado ea la transcripción, la ortografía con arreglo a la actual, incluso suprimiendo las abundantes abreviaturas. Sólo el número 13 se transcribe con absoluta fidelidad. Documcn,to núm. I «Digo yo Sebastián Caro, maestro de ;sastre y vecino {de ,esta villa de Villarroble’do, que, ‘de mantdato ‘de D. Miguel Díaz, capitán y comandante ,del Escua’drón ,d4eFernaedo VII, fuí llamado en primeros de mayo ,de este año para ,que pasase a su alojamiento ,en ;la casa de Don Juan de la Torre, y avistándome con dicho Señor comnrl~dante, tratamos y quedamos convenidos en los precios de la hechura del vestuario para la tropa *de,Caballería e Infantería de SI mando ; y las preadras que se cortaron en la cita,da c-asa e igualment,e otras, para el mismo fin, en la de D. Alfonso ‘de Arce de este mismo ,domicilio, han sido las que se exprèsan a continuación. =Primeramente corté cient.0 cuar,enta y siete chaquetas, paño azul, en las que a razón de cinco cuartas, entraron ciento setenta y dos varas y me,dia.=Item. Se gastaron ,paxa los collarines, vueltas y vivos ,de &chas chaquetas, tre,inta varas Ide paño encarnado, y para su forro a razón d,e %dosvaras para cada una, ,doscientas noventa y cuatro varas lde lienzo. =Item. Dle botones Ide cabeza *deitwco, blancos, se gastaron cuatro~cientas cdocenas.= Es ‘de sa,ber ,qtie por las hechuras de dichas chaquetas, obra a mi favor la cantidad Idledos mil ‘doscientos y cin,co reales de vellón que es su importe .a razón *de quince reales ca,da nna. = Se cortaron asimismo en las preleídas casas #de su alojamiento de dicho Sr. capitán, ciento cuarenta y siete partes #depantalones, paño azul, a sazón d:e cinco cúartas ca’da par.=Las he’churas cde dichos pantalones, a precio ,de (diez reales ca’da par, i,mportan éstos mil cuatrocientos y setenta reales ld,e vellón. =Item. Pasra ciento cwarenta y siete chalecos que también se cortaron, de tela ,de Mahón, invirtiendo en ca,da uno cinco cuartas, componen ciento setenta y <dos varas y me,dia; y *de forro entró una vara. en cada uno, que componen ‘el mismo número que las piezas. -La hechura, a razón de cuatro reales por cada uno, importa ,cuatrocientos ochenta y ocho reales, de vellón.=Item. Se cortaron ochenta capas, paÍío par’do, a seis varas en cada una, que componen cuatrocientas y o,chenta varas ; y jde bayeta encaynalda para su.s embozos se gastaron cincuenta varas. -Por las hechuras se cuen4an seiscientos cuarenta reales de vellón, segú:n el ajuste lde Tocho reales por caNdauna. =Item. Maletas se han hecho ciento y cincuen- LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIP flg ta, ,compuesta,s de ,dos varas d.e lienzo cada una, que ascienden tll trescientas var.as ; y por ,SUS hechuras, a tres reales ‘de ve’llóin cada una, resulta la canti,da.d, de cuatrocientos cincuenta reales d,e vellón.Itiem. Se cor,taron ,morrales para cebada, ciento y cincuenta ; y èntró en ca’da uno una tercia ‘de lienzo, que totalizadas asci,enden a cincuenta varas ; las hechuras, a me,dio real <de vellón, importan setenta i cinco reales de vellón. = Item. Morral.es de campaña se cortaron ciento y cincuenta ; en cada uno enkaron tres cuar,tas de lienzo ; su total lo es ciento y trece varas y me,dia ; SLIS hechuras, a medio real ,de vellón, ascienden a setenta y cinco reales de vellón. -Cuyas sumas revisadas componen la ‘de cinco mil cuatroci,entos y dos real.es *de vellón, salvo error; todo lo cual para que conste y obre sus efectos, a petición ‘de dicho Sr. D. Miguel Díaz, doy éste que firmo en Villarrobledo y Junio, dos, de mil ochocientos y ldiaez.=S,e a,diciona que por oXdo he omitido el percibo ,de dicha cantidad, que en acto continuo de la entrega ‘del vestuario, recibí yo el otorgante *d,e mano del dicho D. Miguel. =Sebastián Caro, r«bricado=Son Fí.402 reales de vellón. » Docwwertto PARTIDA Relación VOLANTE DE FERWNDO de (as prendas Clases __---.~-. __ 2 VII de vestuario, los núm. individuos l.& monturas de esta y armamento Compañia Nombres COMPAÑfA que lzalz Vestuario percihdo Montura 0 e -----------Sargento 1 .o » 2.0 » 2.0 Trompeta .. . Cabo 1.0 B Joaquín Liao . . . . . . . 1111111 Pascual Bailón .__ _.. .._ _._ ._. 1 1 1 1 Francisco Morales ._. . . . . . . . . . 1111111 Pedro Alonso .. . . . .. . .. .. . . .. 1 1 1 1 Pedro Rubio __. ._. ,.. . . . . . . .,. . . . 3 3 1 1 1.0 . Pedro Romero . . . ll 11 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 .. . . ._. . . . 1 1 1 1. 1 1 2 2.0 . . . Ruperto Jurado .. . . . . .. __. ZB 2.O . . . .,. . . . . . . . Manuel Moreno Cadete... . . . Antonio Asencio ... . . . . . ,_. Antonio Rubio . . . . . . . . . . . . . . . . . . Domingo García . .. .. . . .. .. . . . 1 1 1 ll 1 ll 1 1 1 1.1 ll 1 1 1 1 1 l1111 1 ll 1 1 113111111111 1 1 1. 1 111111111111 1 1.1 ll 1 1 kl8 NICOLÁS Documento Clases RORTA ROURiGUEZ núm. 2 (colztinuaciós) Nombres Vestuario 9 Antonio Lozano . .. .. . . . . . . . .. . José Rufino .._ . . ... .. . . . . . Antonio Rodríguez . . . .. .. . ,.. .,. Vicente Pitart ._. . . . .. . . .. Vicente Lozano .. . .. . .. . .. . . . . .. . José Molina .. . .. . .. . .. . .. . .. . . .. Antonio Erades ... .. . . . . . .. . .. ,.. Manuel Rico . . . . .. .. . . .. .. . .. . Joaquín Ferrer . . __. ___ ___ Alejandro Silvestre .. . .. . . .. .. . Francisco Llorca . .. . .. .. . .. . .. . José Quiles .. . .. . .. . .. . . . . .. . .. . Silvestre Payá . .. . .. . . . .. . . .. . Manuel Pomares ,.. . .. . .. . José Arqués . . . .. . . .. .. . .. . . .. .. . Antonio Vara . . . . .. ,.. . .. . .. .. . Francisco Piquer ... 1.. 1.. . .. .. . Gregorio Ocaña .. . . . . . .. . . . . .. Isidro García . . . .. . .._ __. ._. .. . Francisco Gutiérrez . .. .., .. . José Madrid .. . ... .. . .. . .,. .. . . .. Pascual García . . . ... .. . .. . . . . . .. Luis Córdova . .. .. . .. .. . . .. . . . José Almadén . .. .. . . .. .._ _.. . . Vicente Pina . . . . .. . .. ,.. . .. ._. Antonio Núñez . .. . .. .. . .. . .. . . . . José Silva . . . . .. . . .. .. . . .. . . Natalio Díaz . .. . . . .. . Antonio Molina .. . .. . . .. . .. . Joaquín Murillo . .. . .. . ,.. .. . .. . Manuel Cabo . .. . .. . .. . . .. . . José FiIlor 1.0 .. . .. . .. . .. . .. . José Fillor 2.0 .. . .. . .., .. . .. Montura ___ _-__-------111111111111 111111111111 1 1 3. 1 1 1 1 1 1 1 1 1 111111111111 111111111111 111111113111 111111111111 111117111~11 1 1 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1 111111111111 111111111111 111111111111 1111111113 '11 ll 13 I 11.11111 111111111111 111111111111 111111111111 113.1 ll 11 3 111 111111111111 1111111 111 1111111 1111111 111 111 113.1111 111 111 1111111 1111 1111111 1111111 1111111 ll 1 111 111 ll 111 1111111 111 1111111 1111111 1111111 1111111 111 111 111 111 1 I L-tc+r;v Orden dada Por e1 genera’ tierras /-- Blake Para que la partida de D. hliguel de h [bfancha, Murcia y Granada. Diaz oPerara por L.4S GUERRILLAS EX T. GUERRA Nombres Montura --~ Vestuario _-_ - Antonio Ela ..................... Vicente Garay ................... Celedonio Martín ............... Matías Selvi ..................... Francisco Palacios ............... Martin Rodríguez ................ 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 111 1 ll ll 111 11 111 -----Totales 119 DE LA INDEPENDEXCI.-. . . .. . .. 1 1 ----._- 29 49 49 49 49 49 49 49 25 49 50 50 Cuyos efectos he recibido para equipo de esta Compañía, del Capitán D. Miguel Díaz, Comandante de esta Partida; y para que conste firmo la presente en Villarrobledo, a 4 de junio de 1810. =Como Alférez de dicha Compaííía.=Juan José Elorriaga, rubricado. =. ‘ Resumen de su importe __--.~ Por » » 11 » » n ^I) )) » n 20 49 49 49 49 49 49 25 49 50 56 Rs. MS. 4.541 2.450 1.255. 1.960 588 585 882 525 (1) l.470 100 200 6 ---capas, a 160 rs. y 24 mrs. .. . .. .. chaquetas, a 50 rs. .. . .. . chalecos, a 25 rs. .. . . .. pantalones, a 40 rs. _.d___. ,,_ .._ maletas, a 12 rs. . .. . .. ..< <.. .,. pares de medias, a 12 rs. pares de zapatos, a 1s rs. <.< . lanzas, a 25 rs. _._ .._. .. . .. . mantas, a 30 rs. . .. ,.. ..- --. matorrales de cebada, a 2 I-S. de paja, a 4 rs. .. . :.. ... . Total (1) Error del documento. . . .. .. . .. . . . . ... 16.489 * . 6 120 NICOLk3 Doclmemfo PARTIDA ReZaci6tz DE GUERRILLAS de las prendas ,'~ Clases -- HORTA n1i777. DE FERNANDO de vestuario, viduos RODRÍGUEZ 2 (con:im(ncióx) vII 1.a monfut-as y armamenfo, de dicha Comfañia Nombres recibido Vestuario ComA3in pot- 20s indi- Montura -~ -0‘ -----.-----__ Sargentol.O D 2.0 2.0 Cab: 1.0 . . . D 1.0 . . . D 2.0 .. . 3 2.0 . .. Cadete... D. Rafael Zarco .. . . .. . .. . .. .. . .. . Félix Romero . .. .,. . .. . .. .. . . . . Isidoro Palomino ... . . .. . .. .. . Antonio Sanz .. . . .. .. . .. . . .. ,.. A\ntonio Gonzlílez . .. .. . . .. . . . Domingo Muñoz . .. . .. . . . . .. Manuel Martínez .. . . .. . .. . . . . .. Tomás Tárrega . . . .._ . . .. . .. .. . Fernando Ramos .. . . .. . .. .. . . .. . . . Martín Espinosa .. . . .. .. . . .. . .. Pablo Regatero . . . ... ... . .. . . . . .. José Montero .. . .. . . .. < . . .. .. . Fernando Bermejo .. .._ . .. .., Antonio Martínez .. . ,.. ,.. .. . . Antonio Navarro .. . .. . . . . . . . Manuel Rodríguez . .. ... . . . .. . .. . Felipe García .. . . . . .. . .. .. . .. . Pablo Córdova .. . . . . . . . .. ,.. . .. Javier Esparragosa. . .. . ., .. . .. . José Alonso . .. . . . . .. . . . . . .. .. . Jerónimo *.Romero . .. .. . . .. . . . .. . m Ruperto Martínez ..* .. . .. . .. . . . . Juan Sansano . .. .. .. . . . . Antonio Martín . . . .. . . .. . . . . .. .. . Francisco Gutiérrez . .. . .. .._ .. . Joaquín Hernández *. . .. .. . . . . Isidro Yuste . . . . . . . .. . .. .. . . . . . .. Francisco Cambronero . .. ._. __. 1 1 1 1 1 1 1 1 111 I 1 1 1 1 1 1 1 11 1 1 1 1 1 1 1 1 1 111 111111111111 111111111111 111111111111 311711111111 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 111111111111 11 111113 1111 111111111111 111111111111 111111111111 111111 111311 111111111111 111 111111111 1111 ll 111111 111111111111 111111111111 111111111111 1111111111 ll 111111111111 111111111111 1 3 .L 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1111111 111 1111111 111 111 1'1 11 111 1111 1.11 111 LAS GUEltRILLAS Documento EN LA GUERRA wúm. 12% DE LA I~ilEPENDEWCIA 2 (conclusió~t) Clases Nombres Alejandro de Alba . .. . .. ... . .. . .. iManuel Pozuelo ... . .. .. . .. . ,,. juan Pérez . . . . .. .. . .. .. . . . . ... Vicente Avellán .. _. . . . .. Diego Sorría . .. . .. .. .. . .. . .,. Juan Costa .,. .. . . .. ... .. . ... ,.. .*. José García . .. . .. .. . .. . .. . .. . .., Bautista Grau .. . .. . .. . .. . .. . .. . Matías Vayarri . .. .. . .. . .. . .. . .. . Luis Pellicer . . . . .. . .. . .. .,. .. . .. . Vicente Martínez . .. .. . .. . ._, .. . Francisco Manzanares ._,. Migue! Martínez .<. .. . .. . . .. Tomás Vicente ... .. . ... ._. .. . ,.. Carlos Olivete . ... .._ .__ __. ___ Vicente Sánchez .. __. Pablo Sánchez _.. . .._ .. . .. _,. Manuel Herades . .. . .. .. . .. . .. . Manuel García .. . .. ., .., Tadeo Fabián . .. . .. . .. ._ Vicente Antolín .. . . .. .._ .._ .._ Tomás Guillén .. . ... . .. .. ., Totales . . . .._ . . . Vestuario 1111111 1111111 -1 1 í. 1 1 1 1 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1 1 1*1. 1 1 1 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 __---------- Montura -- 111 i I i 111 111 111 1 1 l> ll 1 ,1 ll ll 1 111 111 ll 1 111 1, 1 1 111 111 ll 1 111 111 ll 111 ll 1 1 23 49 49 49 49 49 49 49 20 49 49 49 Recibí del capitán D. Miguel Diaz, comandante de esta Partida, las capas, cha.quetas, chalecos, pantalones, morriones, maletas y demás efectos arriba expresados. Y para que conste lo firmo en Villarrobledo, a 4 de junio de 1810.=Cfomo Alférez de esta Compañía. =Felipe Tixero, rubricado.» NICOL& 122 KORTA RODRÍGUEZ Resumen de su importe Rs. MS ___~Por » B B » B B B » » I> P 2.? cagas, a 160 rs. y 24 ms. 49 chaquetas, a 50 rs. ...1 ... 49 chalecos, a 25 rs. ... . . . .. . 49 pantalones, a 40 rs. .. . ... 49 morriones, a 40 rs. . . . . .. . . 49 pares de medias, a 12 rs. 49 pares de zapatos, a 18 rs. 20 lanzas, a 25 rs. . . . . . . . . . 20 lanzas, a 25 rs. .. .. . 49 mantas, a 30 rs. . .. .. . .. . 49 morrales de cebada, a 2 49 morrales de paja, a 4 rs.‘?. Total (1) Error PARTIDA Relación . . . .,. . .. .. . .. .. . .. . ... .. ... .. . . ... .. .. . . . .. . . . . . . .. . .. ... . . . . .. . .. . . . . . . . I.. . . .. . . . . . . .. . .. . .. . . . . . . . ..* . :‘.: 1:: 1:: 1:: 1:: ... . .. .. . .. . .. 3.590 200 l(1) 100 (1) 1.470 600 ME 588 ms 1.960 1.960 1.2% 2.450 12 15.513 del documento. DE GUERRILLAS DE FERNANDO de las preîtdas de vestuario, los Clasas ,.. .. . .. . .. . . . . . .. individuos Nombres 3.8 COMPAÑÍA VII monturas de esta y armawwxto Comfañia que han Vestuario Sal’gefito 1.0 Angel Crespo . . . . . .. . . . . .. .. . 11111111 )I 2.0 Miguel Lorente . . . .. . .. .. . . .. .. . 1 1 1 1 1 1 1 1 -II 2.0 Juan Navarro .:. ... . .. .. . .. . . . . 11111111 percibido Montura 111 111 lil LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA ---Cabo 1.0 » 1.0 n 2.0 D 2.0 Cadete ... ... ... ... ... D. 1% DE LA INDEPENDENCIA Ignacio Arriaga ............... Miguel Arriaga. .................. Salvador Rubio ................. Miguel Micó ..................... ... Juan José García ............. Pedro Marín .................. Nicolás Muñoz .................. ... ... José Guevara ............ Ricardo Lozano ............... Manuel Arriaga .................. Matías Rernat ................. José Pra.do ..................... Francisco Luengo ... . ... ...... Manuel Izquierdo ............... Francisco Carehome ............ Dionisio Navarro ............... Juan Sánchez .................. Juan Bernard ...... ............ Antonio Pérez .................. ... ... Juan Cerdán ............... Manuel Panoz .................. Alonso Corrachet ............... Antonio Jiménez ... ............ Esteban García .................. Marcos de Rueda ............... Pedro Fenellosa ............... Antonio Tordera ... ... ... ...... Severino Martínez ............... Miguel Ibáñez .................. José Cortés ..................... Antonio Segarra ............. Matías González ................ Francisco Díaz .................. Manuel Moreno .................. __------ 1 1 1 1 1 1 I 1 1111111 1 1 1 1 1 1 1 1 111111111111 111111111111 111111111111 111111111111 111111111111 llllllllllll 111111111111 11 1111 3.1.1111 111113.111111 1 1 1 1 1 1 3 1 1 ll.1 111111111 111111111111 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 111111111111 lllllllll.lll 111111111111 111111111111 1 1 1 1 1 1 1 1 1 111111111111 111111111111 111111111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111111 1111113. 1113.11-l 1111111 111 111 111 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 111 111 111 1 ,l 1 1 ll ll í Ll1 1 1 1. 424 NICOLÁS 'BORT.4 RODRíGCEZ --------_-__ Antonio Giron .................. Francisco Martínez ............ Lorenzo Kavarro ......... ...... Manuel Guedea ................... Antonio Pérez ................... Pascual Jiménez ......... ...... Domingo &lartínez .......... ... ... Miguei Alarcón ......... ......... Constantino krtínez ............ Juan García ..................... Miguel García ...... ............ Elías Martínez .................. ......... Salvador Alemán ..... To:alos ............ 1111111 1 1 1 1 3.1 1 1111111 1111111 1 1 1 1 1 ll. 1111111 1111111 1111111 ll 1 111 ll 1 ll 1 111 111 ll 1 1 s . lllllS1 I 1111111 1111111 1311111 1111111 ----------_2s 40 49 49 49 49 49 49 25 1 1 ll 1 1 1 1 1 ll ll 1 49 49 49 Cuyos efectos he recibido para equipo de esta Compañía, como Alférez de ella, de mi principal D. Miguel Díaz, capitán y comandante de dicha partida; y para que conste 10 firmo en Villarrobledo, a 4 de junio de 1510. = Lorenzo Hernández, rubricado.> Resumen de su importe Por B I> ä n * B » D D D 28 capas, a 160 rs. y 24 ms. ........... ... 49 chaquetas, a 50 I-S. ........................ 49 chalecos, a 25 rs. ......................... 49 pantalones, a 40 rs. .................. ... 49 morriones, a 40 rs. ..................... 49 maletas, a 12 rs. ,. . ... ... ............. 49 pares de medias, a 12 rs. ...... ... ...... 49 pares de zapatos, a IY rs. ................ 49 mantas, a 30 rs. ........................... 49 morrales de cebada, a 2 rs. . .. . . .. . . .* 49 morrales de paja, a 4 rs. .. . . . . .. \ Total . . . <.. . . . . . . .:. RS. __-___ 4.450 2.450 1.225 1.960 1.960 588 ss8 525 1.470 9s 1s6 MS. 16 , I . .. .. . .. . 16.422 16 LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 125 «Luego que supe la conducta ‘de la Parti,da de Velasco, comandada por su hijo, hice salir cincuenta infantes y ocho caballos, que todavía están persig~uien~dole,para que .los prfeadiesen, y hasta ahora sólo me han remiti,do {dos, los mismos que en este d6a ldirijo al Cua,rte1 General con una partida de ,dispersos.=Tengo órdenes terminanrte.spara extinguir todas las partidas, y al :efecto espero la Caballería que he pe’dido. Todo indivi,duo ,d<elEjército debe co!ntribuir a que no exista semejante canalla, pues que además .de los males que causan en todas partes, son causa también de que crean en el mismo porte y’ comlucta en los individuos ,d,el Ejército. =Raemito a Vm. un pliego que me dirige el Gweral y no le he man,dado antes por ignorar su paradero.=No será malo ‘me mande Vm. toSdaso parte d,e las municione,s, y- que m,e continúe sus avisos para auxiliarnos.=D,ios guarde a Vm. muchos años. = Barrax, 16 de Junio de 1810 (1). =Emeterio Cekdonio d,e Barre’do (2).=Sr. D. Miguel Díaz.)) Documento naim. 4 «Como maestro tde sastre ‘que ‘soy en esta villa de Mota del CuerVO, certifico que len ‘uno d,e los días .del mes de septiembr,e sdel año pasado (1) de mil ochocientos y ,di’ez, recibí por eacargo Idel Señor Don Miguel Díaz, capitán comandante del Escua,drón titulaSdo de Fernanldo VII, a saber: =Dos mil reales de vellón que importó mi trabajo por las hechuras ,dle sesenta chaquetas de uniforme y cien pares hde pantalones ; con más otros treinta pares dje calzones cortos, estos iíltimo~s para la Infantería. En dichas piezas se han invertido doscientas varas d’e paño azul, veinti*dós varas de paño pardo, siete varas y m,e.dia ‘de paño ‘encarna,do para vueltas, collarines y vivos, y más ‘doscientas sesenta varas de lienzo para forro Ide dichas piezas. Todo lo cual para ,que conste y obre los efectos conducentes, doy el prese.nte (que firmo hoy ‘dos ,d,e diciembre <de1810.= Juan Francisco Carrascosa, rubricado.)) (1) Aunque el año no está perfectamenteclaro en el documento,se deducedel conjunto de los que se refieren a este asunto. (3) En la fecha era Brigadier. (1) Error del documento,por upresente,. d2S wlCOl,liS HOKTA RODRíGUEZ ((Digo yo Agustín Navarro, vecino #de esta villa y Corte d’e Madrid, que he recibido del Sr. Dn. Miguel Diez (l), capitán tde Caball,eria y rcomantdant’e {del Escuadrón titulado de Flernando VII, la ‘mntilda,d d,e treinta y un mil quinientos veinte y cinco reales de vellón que importan los efectos siguientes: sesenta (2) sillas ‘de montar a ciento y ,ochenta reales ; &cuenta y (dos bri,das a treinta ; ochtenta y cinco cabezonaes d,e pesebre, a quince; sesenta heroerolas a sesenta ; ciento veinte sables, a treinta y ouatro ; ‘ochenta y cinco pares de pist,olas, a .sesenta ; setenta y ouatro cananas, a quilnce, y veintidós arrobas de pólvora, a ciento. iQue a los expr,esados precios importan dicha, canti’dad, y han si,do extraíldos [de la citatda Corte, a pesar ,de hallarse ,o,cupa,da por los ensemigos.=Y para qu’e const’e lo firmo en esta ciudad ‘d,e Yecia, Reino sde Murcia, a ,doc’e ,de diciembre d,e mil ochocientos di,ez. =Agustí:n Navarro = Son : Reales 70 52 85 60 120 55 74 22 sillas, a 180 reales . . . . . .. . .. . . . bridas, a 30 reales . .. ... . .. . .. . . . . . . . cabs. pesebre, a 15 rea!es . .. .. . ... tercerolas, a 60 reales . .. . .. . .. sables, a 34 reales . .. . . .. . .. ps. pistolas, a 60 reales .. . . . .. . ... .. . cananas, a 15 reales . .. . .. .. . .. . . . .. arrobas pólvora, a 166 reales . . . .. . _.. .. . .. .. . .. . - 12.600 1.560 1.275 3.600 4.080 5.100 1.110 2.200 . .. .. -_ Total . .. .. . .. . . .. . ,, . ,. .. Documento ., . 31.525 núm. 6 Recibo (tEn catorce de abril ,de mil o,chocientos diez. =,M’e ha enkegsdo mi comaodante Dn. Miguel Díaz un .Mayor General de la Guardia Imperial y una ,corr,espond,encia de París ,del peso 1de seis arrobas, *otra de Madrid del pes,o lde ,dos arrobas, y el postikk francés que con(1) {2) aDíezr> por aDíaza. Error, por asentencia,. LAS GUERRILLAS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 127 ducía la posta, en el ,día de la fecha, para conducirlo al general del 3.” Ejlército, para cuyo efecto he recibido ‘dos mil reales Ide vellón para la conducci6n. Y para *que cenete ,doy la presente qu,e firmo en los campos d.e Gua’diana, térfmmo ,de Villarrubia, en 14 de abril de 1810. = Lorenzo Hernandez (rubrica,d,o) .-L,ore.nzo Hernández era en esta fecha sargento, pero posteriormente figura en la partida como alférez. Documento ndm. 7 Testimonio Está extendido en papel lde oficio qu,e tiene una estampilla con el sello real : ((Para dmespachos tde oficio cuatro maravedís. = Se’110cuarto, año mil ocho,ciient,osy nueve. = Valga para el año d,e 1810 en virtud d.e Real Habilitación. = Testimonio = Carlos Antonio García Redon’do, escribano por Sa Majesta,d, Público ldel Nú,mero y Cabildo de esta villa ,del Provencio, *doy f,e por testimonio $queen este día ant,e los Señores José López y Ramón lde Olivares, Alcaldes ordinarios en ,ella, ,compar8eció Don Miguel Díaz, capitán y ,comandant’e ‘de la Parti’da Volante Ide Fernando VII, y manifiesta que ,e,n catorce del corriente en las i,nme,diaciones ‘de Daimiel, apresó un coronel :de la Guar’dia Imperial y un correo que venía (de París, con ‘otro <cleMadrid, con las corresponsdencias y planes que 11,evabadicho coronel para los r.econocimientos ,d,e los .puntos $d,ela proviecia de Extrema,dura, habkndo salido .desde Sevilla ,dos coimisiones para este fin, y el uno *de éstos es dicho coronel. Y respecto a que todo )debe conducirste por la ruta más pronta y segura, ha elegido ha,cerlo a la ciudad de Murcia como hallarse próximo ,el Cuartel General ‘del Centro y po,der tomar la Junta pro&dencias para su i:nspecc%n y examen. Lo que hacía presente a sus mercedes para los convenientes ,efectos y que s,e le libree el compatent,e testimonio. Y ,en su ,conaecuencia mandaron #dichos señores 1.0 libre el que su («cert’eza», {entre líneas) con remisión .de su exposición lo doy signado y fi’rma,do con sus mercedes y ‘dicho D. Miguel, en el Provencio (1) a diez y si’ete #deabril ,de mil ochocientos di~ez.= Entre líneas, «certeza)), valte = José López = Ramón d,e Olivares. = Miguel Díaz=En bestimonio ‘de verda,d, ‘Carlos Antonio García Red,ondo =Todos rubricados = Está el signo .del escribano.» (1)’ El Provencio San Clemente. e; una villa de la hoy provincia de Cuenca, partido judicial de 128 NICOLÁS HORTA RODRÍGUEZ Docume&o Escrito de D. Miguel nzim. 8 Díaz ((Excmo. Sr. : Dn. Miguel Díaz, capitán comandante ‘de la Partida Volante ,del Sellor Rey Dn. Flernando Séptimo, con d~estino en La Mancha, a V. E. con el ,deSido respeto hace presente: Que a consecuencia ,d,e haber interceptado con su partida compuesta ,de ochenta lanceros ,d#ea caballo y veinte infantes en el día 14 tdel más cerca pasado Abril, un Ayu,dante General Ide la Guaradia Imperial de José 1.” con un correo del Emperador que con,ducían el Ide París y Madri’d, d,e peso el prim,ero qde seis arrobas y el segundo Ide <dos ; cogiéndole además al enemigo en el mismo día *dos mil cabezas ,d,e gana,do lanar, tomó desde luego el exponent,e el medio o partido ‘d.e Bdirigirae y presentar con ldicha correspondencia a esa Suprema Junta d,e Gobierno (1) ; pero por ha’llarse ocupada a la sazón ‘del enemigo, se vió precisado a girar para la ciu,dad de Alicant,e, en la que hizo {entrega ¡de todo al general ,dee la .división <del ejército ‘del Centro Sr. Freyre... (el escrito se r*efiere ,después a otros asuntos)... =Yecla y mayo 3 ‘de X310= P. D.-Se a’dvierte que el suceso Ide la aprensión de los correos, ocurrió a las inmesdiaciones de Daimiel ,de La Mancha. =Excmo. Sr. Miguel Díaz =Rubricado.» Documento &stccncia de Díaz y certificación naím. y de Freyre «Excmo. Sr. : Dn. Miguel Díaz, capitán *de Caballería retira,do, y comandante ,del extin,gui’do escuadrón titulado de Fernando VII, a V. E. con el debido respeto expone: Que en 14 de Abril lde 1810, sostuvo una acción con los enemigos en los Ojos del Gualdiana, de cuyas wsulkas quedaron prisioneros un oficial francés y un postillón, con ‘dos correspondencias que con,ducía a Sevilla. To,do lo cual entregó a V. E. el exponente ,en 25 ,del mismo mes en Alicante, ,doadse se hallaba (2) por causa de la aproximación a Murcia del ejército de Sebastiani ; y <en ,el acto ‘de la presentación maadó V. E. que los presos fuesen custodiados en la Casa ade Ayuntamiento.=Este y otros muchos he,chos brillantes que-a V. E. son manifiestos, acre’ditan que durante la glori.osa guerra pasada, ocupo el exponente el tiempo en sin detenerse en ldesiguaBdad hostilizar in.cesantement,e al enemigo, (1) Se refiere a la, Murcia en los días de la expedición de 1810. (2) Donde se hallaba el GeneralFreyre. de Sebastiani, abril de fuerzas mi otra cosa que conspirase a cobardía ; y para que pueda haoer luna manifestáción formal.=A V. E. cendiúament~e suplica se sirva &decretar al margen ser cierto est,e r,elato, con lo #d,emás que fues.e ,de su superior agra,do. Que es gracia que espera alcanzar de la recta justificación de V. E., en que recibirá singular mercsed. Madrid 16 ‘le mayo *de 1815. =Excmo. Sr. =Miguel Díaz = Rubrica,do = .(Al margen) =c«Es cierto que ,en 25 ,d~eAbril de 1810 se m,e pre,sentó en Alicante el capitán comprendido en este papel y me entregó, como dice, el oficial francés, postillón y correspon.dencias que menciona y habia to~ma~do al enemigo seg-ún refiere. Y para que lo haga ccmstar lo firmo en Madrid a .17 ,de l&Iayo de 1815=Manuel Freyre==Rubricado.» «Con fecha 8 de este mes, me dice el Excmo. Sr. D. Joaquín Blake, general en Jefe de este ejército, lo siguixent~e : «Acabo hde recibir el oficio que V. E. me dirige con fecha .de 25 de smayo, copiando el part,e dze 18 del mismo qu,e .da el coman,dante (de guerrillas D. Miguel Díaz, wmprlewsivo de las acciones que sostuvo cn las cercanías dme Puerto Lápice el 15 ,del mismo, con lo demás que incluye, y 10 hago presente a S. M. para los fines convenientes»= !* lo tra&do a Ved. para SLI int,eligencia y satisfacción. =Dios guarcde a Vd. muchos años. =:Cua.rtel General de Elche, 18 d,e junio de 18tO..=~Manuel Freyre = Rubricado. » ((Excmo. Sr. Dn. Miguel Díaz. capitán de Cahall.e&a r,etirado y comandante de! extingui,do ,escua,drón de Fernando VII, a v. S., con el ‘de,bido r’espeto ,expone: Que hallándose V. E. mandaildo eti Jefe el tercer ejércko, el <día 33 d’e agosto de 1$10 se di@5 nekibir ,en Alcantarilla, reino *de ,Murcia, .dos correspohdencias ‘que el exponente había intencepta’do a 1.0s enemigos con su escua,drón en el Pwerto Lápice=De su resulta, en el propio día se sirvió V. E. entregarle una or,den, esorita de su puño .para que pasase con la tropa <de su niando desde Villarrobledo a Hellín, Caravaca, Orce y Baza, y con la gefit,e armada que se le incorporase .del reino .de Grana,da, atacaSe los destacamentos pequerios con que los enemigos hubiesen dejádo cubierta su comnnicación, dejando a Baza a la izquierda para caer sobre Gua,dix, y ver si por ise me,dio conseguía que los cívicos se 130 SICOLÁS HORTA RODRÍGUEZ apoderasen de la guarnición <de Granada. Por ta.nto, =A V. E. rendi#damente suplica se sirva Idecretar al margen ser cierto este importante servicio, para l,os ‘efectos conducentes, en lo que recibirá especial mer,ce’d. ,Madrid 30 de abril ‘de lSlU=Excmo. Sefior=‘Miguel Díaz = Rubrica,do (Al margen, autógrafo ,de Blake) : Madrid 1.” ‘de mayo #de 1815=Es ciierto que ai suplicante ldí la comisión qwe expresa con instrucción ,escrita y firma’da de mi mano, que me ha presenta’do. = Blake=RubriNcado.» Do¿lri?lcllto Orden at/iógrafn~de ?blh. I2 B!nke «La partida de Dn. Miguel Díaz irá desde Viliarrobledo a He’llín, Caravaca, Orce y Baza, y con aa gente armada que se le incorpore <deI reino de Granada? atacará los ,destacamentos pequeííos con que los enemigos hayan edeiado cubierta su comunicación. =Dejando a Baza a la izquierda, po,d;á ir sobre Gl:adis si logra nlarmar mucho paisanaje ; y aun es probable que si se acercî c se a Grana.da, los cívicos se kpodera’rían de la corta guarni,ción frrtnce~a=I2!rantarilla! 23 de agosto de 1810 = Blake = R,ubricado .» «Don Joachín Blake, Caballero de la Or,dcn <de Calatrava ; Comendador del Peso Real de Valencia en la de iilcántara ; Teniente General de los .Reales Exércitos ; Capitán General del Reyno de Galicia ; Presi.dente ‘de su Real Audiencia : Inspe,ctor Gelneral ,de Infantería y Milicias, y General en Xefe ,del Exército del Centro= Concedo libre y seguro pasaporte a Don -Miguel Díaz, Capitán sde Cavalllería, que con seis SubaSternos. -«dante y (tachada la y) Secretario, y coa toda su Partida ,de Infantería y C’av.” pueda pasar por el R(eiao sde Murcia, La Mancha, Reyno de Jaén y Granada= Y ordeno y mando a las Justicias sujeta& mi jurisdicción y á las que no lo son pi,do y encargo, no le pongan impe,dimento en SU viage, ant& bien le faciliten e! alojamiento or*dinario. los bagajes y víver’es que necesitare, pagAndolos á los precios reg-la&dos por S. M. ; y las raciones ,de pan, etapa, paja, y ceba’da. por su correspondiente r,ecibo. Dasdo en r1 Quartel GenPral de Al&ntari’lla á veinte y tres de Agosto de mil . L.4S GUERRILLAS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 131 ochocientos y diez= Blak,e= Rubricado =Cosme de Texera Ynojar= Rubricasdo = Valga por (e’n blanco) días=(A la vuelta) = Casa.s de la Diputación ,deI Ylto. Ayuntamiento ,de Alicante 7 ode 7bre (debe de ser «setiembre») l&lOl=P’resentose y continúa con su Partilda (Hay ,dos firmas ilegibles) = Novelda 10 de Sept*e. ,de X310= Se le han suministra,do las raciones d.e Pan, Etapa, Paja y Sevada Corr,espondiNentes=eMoya=Rubricado=Valencia 16 de Febrero de 1811=Se ha preseatado désel,e alojamiento para la partida=De Alós=Rubr&do.» GUERRA EL TEATRO Teniente DE LIBERAClON DE OPERACIONES DEL NORTE INVIERNO DE 1936-1937 EN EL por JOSE MANUEL MARTINEZ BANDE Coronel de Artillería, del Servicio Hjstbrico Militar Impo,rttrtzcict de este Teatro de Operaciones eu el ilzvierlao de 1936-87 La calificación ‘de LIII Teatro de Operaciones como «secundariou rara vez coinci,de con su caráter de subordinado a otros o ‘de poseer una. ,importancila r,elativa 0 muy escasa Generalmente, el ser secundario se debe. a no haber tenido lugar en el mismo, durante un ci&to período ,dc tkmpo, operaciones decisivas, lo que en muchas ocasiones depende sólo ‘de criterios humanos o ‘de circunstancias ajenas a la voluntad de los Mandos. El Teatro ,de Operaciones del Norte de EspaGa, principâlísimo d,esideal 31 .de marzo al 21 de octubre ‘de 1937, en que es liqG&da aHi la ,guerra to,ta!lmente po,r las fuerzas nacionales, aparece como secundario durante el invierno de 1936 CL1937, pese a que tuvieron lugar entonces dos acciones de gran envergadura, debidas a la inicia: tiva rojo-separatista : el ataque a Villarreal (30 de noviembre-14 de diciembre de 1936) y la gran ofensiva sobre Oviedo (21 de febrero-15 de marzo ,d~e1937). Desd,e el panto ,de vista ,del Ministro de la Guerra de J’alencia -j,efe mílita’r suprejmoT, ta,1 ;T,eatro no pa,día ser estima,CIo,de-men@ importancia qu,e los ‘del ,Centro, Sur y L+evante. Y en ri’gor, hubiera bastado ,que, con acierto y compet~ucia en 10%Mandos ,y ~011 resolución y capacida’d técnica en 1a.sUrGdad~es,se hubiese llevado- a cabfi 134 JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BANDE allí una operación <en gran escala sobre Alava, León o Castilla la Vieja, para que .hubiera cambiado quizá la suerte ,de la guerra, al menos de momento. En parte se vio así <desde aquel Ministerio, mas sólo en parte, pues las dos acciones a que antes h,emos hecho dusión, pese a la desmesurada ambición que las inspirara, ‘de modo ,sefíalado la ‘de Villarreal, se realizaron con el ímico propósito .de aliviar la situación de Madrìd, muy crítica luego de haber llegaSdo las fuerzas ,de Var&a a la Ciudad Universitaria y después de haberse iniciado la batalla del Jasama . Para ‘el Mando nacional el Teatro de Operaciones .del Norte tenía en esta época un carácter totalmente secundario, mientras s’e luclnaba en torno a, la capital ,dle Espaíía. A tal ,efecto fue sostenida la línea propia con muy esca,sos efectivos -salvo, quizá, #en Oviedo y su «COrredor», frente siempre activo-, los cuales hubieron de enfrentarse con otros muy supeúiores. Las vicisitudes principasles ocurrildas en el Frente Norte en el primer invi,erno de la guerra de Liberación van a ser objeto del presente trabajo, ,don,de veremos cómo grandes. posibilidades en potencia :son ,desper,diciadas por falta ,de un mando único y una disciplina militar. En tal senti,do, este Teatro de Operaciones cantábrico ofrece WI ,dicho invierao un buen golpe ,d,e enseñanzas. La zon,a de contncto en el frente Cmttnbrico La descripción geográfica de la Cordillera Cantábrica, en casi toda su extensión, parece aquí innecesaria (croquis números 1 y 2). Basta r#ecor’dar ío sabido por to,dos : que el Frente Norte s,e,exten,día, asi sin ,ex,oepción, por un terreno ,d’e montaña, y zen ocasiones de alta montafia; con profun’dos v&es, altas elevaciones, escasez frecuente de fác?les caminos, y mgetación de huer,ta, prado, monte bajo y bosque, la cual, aliada con el clima, hacía casi siempre .difícil, cuando no imposible, la visibilidiad. La Iínea del frente, como es lógico en estos casos, era rara vez continua, ofreci,endo ampli’os boquetw sin cubr~ir, allí #donde las dific&ades ‘del. ,terreno y escasez viania llegaban al limite. .,’ El extremo oriental de leste frente hab& sido fija,do ,en los últiimk~ días lde septiembre y primeros ,de octubre de 1936, al #darsepor _^ f.. .~ EL TEATRO DE OPERACION$G DEL KORTE EX EL INVIERNO DE 1936-1937 135 t,e,rminada la victoriosa ca,mpal?apara la liberacibn de Guipúzcoa (1). .m z de! primer ,mes cita,do había sido conquistido el saliente de Anguiozar, el 26 Mon&-agón, el 28 los montes Uzcárregui, Calamúa y y el 6 de octubre se entraba en Deya. A partir de esta it!tima Arrate, jornada, y tras varias otms de ~‘anos forcejeos, la situación se estabilizaba rápidamente. En la provincia de Alava, y Juego de quedar ocupado el puerto de Arlabán el 21 de s.eptiembre, la línea no ofrecía variaciones grandes con respecto a la que que había sido ,delimitsda tras las primeras jorna,das ‘del Alzamiento. Villarreal aparecía como un entrante peligroso,, bi,en dominado por la ‘divisoria cantábrica, en poder ,de los rojp-sel>aratistas, que eran duenos de todas sus alturas, entx ellas la *del gigantesco Gorb,ea. Pero desde las Yamadas Gzadas ,de Mube, aquella ,divisoria, pasando por el violento cortado de ta P.eíía ,d.e Orduña, se encontraba en poder ‘de las fuerzas nacionales. ‘De nuevo ,el frente se situaba al Sur de la Cordillera Cantábrica (Sierra Salvada), cruzando una comwca ,de escasa densi,dad sdevida, donde apenas se vislumbraban señales ,de guerra, para volver otra vez, hacia Espinosa de los 3Jonteros. a ofrecerse co11 posiciones relativamente próximas. Las fuerzas nacionales defenjdían difícilmente Ia carretera que des’de aquella localida,d lleva a Sencillo, y luego la zona d,e contacto seguía un traza’do irregular por terreno cada vez menos montuoso, en don,de hacían ya acto de presencia las extensas parameras. ‘Cruzado el Ebro, aquelías fuerzas dominaban los i,mpresionantes y desolados páram0.s de Lora -balcones sobre ‘e*lrío- entrán<doseluego ,en otra comarca 8dond’e, ,de nuevo, la guerra s,e acusaba con signos indelebles : la de Aguilar de Campóo a Barruelo, frecuentemente objeto ,de ataques marxistas, en lucha por la posesión ,de Varias minas de uarbón. Luego otra vez el fr,ente parecía esfuma.rse. Las grandes alturas de PIeña Labra y Sierra de Alba, últimas derivaciones de los Picos de E’uropa, creaban co,rmarcas casi inhabitables. San SalvaIdor de Cantamuga y Guar,do, con sus ,defensas ‘a vanguar,dia, se enlazaban apenas con la comwca de Riafio, ya en tierna leonesa. Toda la provincia ,de León aparecía defendida a través de utia serie lde grupos d,e posiciones, 3discontinuos ent,re sí, *en ocasi’ones separados por grandes bo.quetes vacíos, siempre *domirxados por’ altu(1) Véase Kampniía de Guipúzcoax, en Ejército, núm. 190. noviembre de 1955. , 136 JOSi 1~AXL’E.L MARTíNE BAliDE sas enemigas. Barniedo, Oseja d,e Sajambre, alarafia, Lillo, Valdepi&go, Matallana, La Kobba, La Magdalena, San Pedro d,e Luna y el s$liente de Torrebarrios seìiailaban la situación *de las avanzadillas ,defensivas, cuya misión, dwda su situación <difícil, si,empre domina’da por otras avanza,diJlas enemigas, era sólo la .de cont,ener todo intento de penetración a los llanos leoneses, sosteni,endo la carretera k-ansversal qu:e las ~enlazaba. El frente asturiano propiamente dicho, aparecía a continuación, habi,endo que#da,doedel!imitado c’omo consecuencia ,d,e las operaciones t,enidas Iugar en !el verano y comienzos del otoño pa,ra socorrer al Ovie’d,o cercado (2>, La urgencia de ,dicho socorro había influído notablemente en su trazado. La carretera d,el puerto .de Leitariegos le ‘definía, más que la cuenca ‘del río Zarcea, en parte corta,da por las posiciones rojas. Lzlego, entre Pravia y la capital surgía el Ilama,do «pasillo), y «corre,dor» de Grado, o de Ovi,edo, pero su estudio detallado se hará en SLI momento. oportuno. En la etapa de *la guerra que ,estamos considerando: el Ejército nacional de b zona cantábrica cparte int,egrante del Ejército del Nortej Lseapoya sobre Ba vi,eja estructura #divisionaria. Son, en efecto, Jas a@iguas ‘Divisiones orgánicas existwtes el 18 dde julio las que atienden a todas, las nec,esidades e incidencias ,d#ela pa,rte del frente a ellas en.comendado, con gran autonomía. Por todo 10 cual, c,onsideraremos la or,ganización ‘de ,dicho Ejército ‘por separa.d#o,y a través de las Divisiones 6.” y 8.” Sexta. Dimkión (croquk número 1). Su mando correspondía, a partir del 17 de noviembre, al general f&arez Arenas. Un ,esta5dillo f,echa,do el 1,s de noviembre, acompaña’do de las posiciones que ocupaban las fuerzas nacionales, da una idea muy clara de c6mo estaba aorganizada aquí Ia zona *de contacto c,on el enemigo, según tres FreIltes distintos. (2) ConfrónteseaSoco:-ro 3 Oviedon, publicado en el trúm. 7 dc esta REVISTA. El Frente de (;uipúzcoa aparecía defendido por la Columna Caextenditda .desde el mar al mont,e Uzcárregui ynela > 2.931 hombres, (exclusive) : Columna Los Arcos, 5.250, ,desplega’da al Sur de la anterior hasta Mondragón (excluíado) ; Columna Latorre, 1.785, con posiciones desde Mondragón hlasta el puerto de Arlahán, ambas inclusive : y Columna Alonso Vega, 1.519, destacada provisionalmente en el sailiente de -1nguiozar. Había, además, 1.479 hombres a ,disposición del Mando y en uni~dadesrde retaguardia. Total: 12.973. ‘El Frente de Alava estaba compuesto por una serie ,de pequeñas Columnas, con un total de J-.588 hombres. -4 retaguardia y en posiciones inmediatas al frente quedaban otros 2.X?, en períodc de instrucción. En total se contaban aquí con 1G piezas de artillería. A este frente pertulecía, en principio, la Columna .4~1011s0 Vega, que de momento se encontraba en el Frente guipuzcoano. El F,rente Burgos-Palencia estaha organizaarlo en tres sectores, _ defendidos ipor las siguientes nnidades : Agrupación del teniente coronel Moliner, con 3.360 hombres. ,desplegados .dcsde Berkrena (con av:~nz:~clillas en la Pesa de Orduña) a Torres de Arriba, y 8 piezas de artillería ; Columna del comandante Sagardía, con 775 hombres, que taponaktll el 1)oquete del Ebro y la rcgibn llamada de los Pb-amos de Lora, estwdiéutlose tle:l:le la comarca de Bricia a Aquilar de Campóo (excltlído) ; y Agrupación del coronel Faorie, con 3.696 hombres, situados en posiciones a vang~~ardia desde Aguilar de Campóo hasta el limite con la pral-incia de León, y con 10 piezas. E.1 6 de diciembre, aún en plena batalla ‘de Villarr~eal, una orden, del Ejército del Xorte disponía que ,las fuerzas de la 6.a Divisió~n (#de cuyo mando se hacía cargo el general 1,ópez Pinto, en Burgos), se dividieran en doy .-\,grnpaciones : la 1 .a, que se formaría con las fuerzas despl,egadas dwde Ondárroa al Este d,el macizo ‘del Gorhea, en las iposiciones a ambos lados de la carretera Villarreal-Uhidea in’cl,usive ; y ila i.a, que estaria constit@da co- el resto ‘de las unidades, hastca ll’egar a los límites con la provincia leonesa. Las fuerzas de la 1.3 ilgrupación o Primer Sector (capitalidad, Vitoria) serían manda’das por el coronel Solchaga, y las de la 2.” Agrupación 0 2.” sector (capitalidad, Palencia) por el general Ferrer. El detalle de esta organización serael sigui,ente : -Primer se’ctor. Se formarían aquí cuatro Briga.das, denominadas «de Navarra», con 10,ssiguientes mandos: 1, .coronel Los Arc6.s ; II, coronel Gayuela ; IIT, coronel Latorre; IV, coronel Alonso Vega, 138 JOSE’: MANUBI, MARTÍNEZ BAXDE - Segund.0 se,ctor. .S,e <dividiría en dos subsectores : el de Burmaedado por el teniente coronel Mayoral ; y el de Palencia, cuyo jefe sería el coronel Faorie. El 21 ‘d,el mismo ínes, el frente de Burgos se dividiría en #dos subsectores : Este (jefe, teniente coronel Moliner), hasta la comarca ,de Bricia (excluída), y Oeste (jefe, coman,dante ktgardía), desde ,d,icha comarca al lí,mite Oeste #del frente. En ,enero, el frente d,e Guipúzcoa-Alava se extenderia (desde el mar al :Este de da Peîia .de Orduña; el de Burgos se dividiría en <dos .zonas : 1.a (t.eniente coronel Moliner) y 2.” (teniente coronel Sagardía). Y el gd’e Palencia en otras ‘dos : 1.1 zona, bajo el mando del t.entente coronel Sanz, y 2.“, a las órdenes del c:lmandante Lafuente (esta 2.8 zona comprendía las comarcas de Cervera, San Salvador y G«ar,do). En f,ehrero .se haría cargo de la 1 Brigada de Navarra el teniente coronel García Valiño. Progresivamente iría mejorando la organizaci¿‘Bn de to.das las unidad,es, aum.entándose .el número ,de efectivos totales. El 10 ,de di‘ckmbre, los ,de toda ia División, en su zona de vangwdia, serían de 29.061 hombr,es. lE1 31 de enero, de 31.662. Ei 20 de febrero, d,e 37.9.52, y ,eJ 10 ,de marzo, de 39.430. .gOS, La zona ,de vanguar,dia ‘de Iba 8.a División estaba dividida, en un principio, en ‘dos Frentes ind,ependieni-es : ei ,de -4sturias y cl ‘de ‘León. Sin ,embargo, ,en ,diciembre quedaría bajo un solo mando -el del general Arandatodo el territorio de Gaiicia, r2sturias y León, con sus fr,entes d’e gue’rra. .En la parte %dela provincia .d,e Oviedo libera’da ‘existía, el 15 de novilembre, la llamada Com.andancia d.e asturias, puesta bajo el mando del citado general. Sus fuerzas se ext,endían desde el puerto cde lki&iegos (excluido) hasta da costa cantábrica y s,e dividían en una llamada Columna ,de Oviedo, #destina,d,a a ,defender !la ciudad (coronel Martín Alonso), y er, los siguient,es sector,e.s, ,de Xorte a Sur: COSta, Pravia, Grado-Escamprero, y Cabruñana-Leitariegos. Los efectivas eran entonces los siguientes : Columna de Oviedo, 8.313 homj%s ; Sector ,de la Costa, 463 ; Sector de R-avia, l.Oí’4 ; Sector ,de Grado-Escampi-ero, 5.187 ; y Sector Cabruñana-Leitariegos, 1.661. îo- EL TEATRODE orex,~cros;~s I>~:I.XORTEcs IX IXVIERSODE 1936-1937 139 .tal: 16.698. L,n Co!~mna de Ovie,do tenia 4 baterías, habiendo ufia en el sector de Pravia y 3 en el de Grado-Escamprero. ‘1 COlLiiilild de Oviedo : PriEl ,$ de diciembre aparece así dividida .iL mera Agrupación (Ox-ie,do-Loma Pando), Agrupación Indígena (Oviedo-Xaranco), Agrupación de Guarnición d.e Ovie’do, y 2.” Agrupación (San Roque, Villamar, Loriana y Cima~devilia). El 1 de febrero el g-eneral Aranda era designado para el mando de la 8.” División, y el 4 de ese mes ,el <general Martín Alonso se hacía cargo del mando de todas las fuerzas militares de la región asturiana. El 16 de febrero, la Comandancia dt: Asturias ,se organizaba en Zona del Este ,del X0x-a y Zona al Oest,e .de dicho río. La prime,ra Zona com>prendía la Columna, de Operaciones (5.303 hombres) y Za Agrupación ,d,c Oviedo (0.33Sj, la cua:I, a su vez! abarcaba la Colu?na Móvil, el sulìsector ‘de Naranco y e! subsecxor de San Roque. En la Zona al Oeste del -Tora se ‘encontraban los sectores de Grado-Escamprero (10.381 hombres), Cabruñana-Leitariegos (3.231), Pravia (1.1.95) y Costa (968). En ,estas cifras se incluyen todos los Servkios. Ed 28 de febrero, cuando Ja lucha era más empeGada alrededor DDE Ovie,do y ,del «corredor», el gen.eral Aranda reorganizó sus fuerzas, (dadlala situación. los problemas tknicos planteados y Jas decisiones que ,el Mando había resuelto tomar. Aranda ,dividió aqu&llas en las siguientes unidades : 1.” Agrupación Ofensiva. que tendría por zona de acción la comprendida entre Oviedo y Escamprero (ambos puntos inclusive) y cuya misión sería sostener allí la línea a toda costa ; ia mandaba ‘e! general Martin Alonso, con dos Brigadas a las órdenes del coronel Aspe y el teniente copone! Gómez P?vel!aneda, las que reunían un total dle <diez unidasdes tipo batallón, cuatr~o baterías d,e í05 milímetros, d,os compañías ,de Ingenieros y S,ervicios #diversos. 2.” Agrupación ,de Fuerzas :Estabilizadas, que defendería los sector,es (de Cuero, Soto, Santu’llano, GuruUés, Grado y ‘Cabrufiana, y en ‘la que habría una reserva móvil forma,da por tres kdades tipo batallón y Servicios, cuya misión era sostener, sin idea de re$egue, la línea de comunicaciones hasta Escamprero. El mando del cckjunto cowespondía al teni.ente corone,1 Ceano. 3.0 (Tres Sectores directamente d,ependientes ,del Mando jdivisionário : el *de Pravia (comandlante De la Mot,ta), :el d,e Comellana-Salas (capitán Souto). y el .de CangasTineo-Espina (capitán Barba). 4.” Un¿ línea d,e vigilancia en la Costa, desde Cudi~lbero a Castropal (tenknte coronel Ro,dríguez Abella). El 29 lde marzo el general1 i2ransda dispone que, modifica,das las circunstancias que motivaron la or ganización provisional de las Fuerzas de Asturias, vuelva a asumir el general Martín Alonso el cargo ‘de Gobernador !Mi,litar de da región, con el mando de todas las fuerzas del Principa~do, las cuales quedarán así distribuidas : - Pdaza de Oviedo (coronel Recas). d Cector del Naranco (teniente coronel Ben Mizzianj, con la hamalda Línea del Xaranco y las Fuerzas Móviles. - Sector Cki,ental (coronel Aspej, con los subsectores de San Claudio, Villamar-Argañosa y Escamprero. - Sector (irado-Santulkmo (tenerlte coronel Ceano), con los subsectores de Cuero, I’eíiatlor, Soto, Santullano, Guruiit~ y (irado, más las fuerzas móvi,les de reserva. - Sector Occ.i~dental (corona Arias), que conservaría la inspeccion de los servicios >d’e abastecimiento y transporte, teniendo además el mando cdel subsector de Cabruííana, Cornellanct-Salas y del Nalón _ - Línea Espina-Cangas-Leitariegos. En cuanto a los efe,ctivos, éstos esperimentan a través del invierno, co’mo en ,el caso ,de la 6.a División, un constante crecimiento. He aquí unas fechas muy elocuentes : .9 de ,diciembre, 21.057 hombres ; 16 de diciembre, 21.194; 7 ‘de enero, 23.197; 17 de enero, 24.038 ; 27 ,de enero, 25.243; 4 lde febrero, 25.726 ; y 2-C ,de marzo, 36,491. En esta última fecha las pi,ezas de artillería son 108. El Frente de León estaba ‘defendido en un principio -segtín est~adi!llo derl 15 de noviembrepor 6.429 hombres, clon 8 piezas ligeras, ‘que cubrían los siguientes sectores : del puerto td.e Leitariegos (coman,dan,te Morales), *del puerto ,dc Somiedo (comnnjdante Gallegos), d,e San Emiliano (co8mandante Arr,edondo), de San Fkdro .de Luna (coman,dante .Molezím). ,d,e La Robla-Matallana-La \Teci,lla (tenient.e coroneZ Armesto Guerra), de Bofinr-Lillo (capitán Alvarez Crespo) y ,de RiaUo-S~ajambre (comandante CZmez %co) ; aparte DDE destaca,mentos en La Magdalena, Cistierna, Fabero, Ponferrada y CrabW0. El 37 de febrero se hacía cargo del mando de to’das las fuerzas de ‘la.provincia el coronel Múgica. El 27 de marzo, los efectivos del Frente de León ascendían a 10.361 hombres, que disponían jde 12 piezas ligeras. L EL TEATRO DE OPEBACIO~~ESBEL NORTE EN EL IWIERNO DE 1036.193i El Ejército rojo-sepnmtistn 141 del Norte El carácter especial ‘que tomó la guerra en la zona cantábrica, como en el resto de la España roja, nos obliga a detenernos en ufla ser.ie de aspectos, que hemos pasa,do en silencio -por no estimar necesario hablar de ellos- al tratar del Ejército nacional en los párrafes anteriores. Orga~ni2acich política. La organización política de las provincias no Jiberadas Idel Norte de Espafia en el invierno d,e 1936-37 era la siguient’e: En Vizcaya existía un titulado Gobierno ,de «Euzkadi» presidido. por José Antonio Aguirre (nacionalista, o s,eparatista mc&rádo) con otros cuatro nacionalistas, tres socialiStas, un comunista, uno de Acción Vasca (separatista de izquierda), uno de Unión Republicana y otro de Izquier,da Republicana. Aguirre ,de.sempeí?ahala cartera de Defensa. En Santander había un Consejo Soberano, de Santander, Burgos y Palencia en ed que, sin personali8dad,esdestacaedas,bdominaban los partidos ,extremistas. (Apenas si se poseen <datos ref,erentes a aa políitica santanderina.) En Asturias ,dominaba el Consejo Provincial, que luego se llamaría Interprovincial y finalmente Consejo Soberano. Comprendía una Pr.esid’encia y una serie de departamentos, a modo #de ministerios, al frente lde ca,da uno de los cuales estaba un C’o.nsejero. El Pfresid.ente era Belaámino Tomás. Dominaban las gentes pertenecientes al comunismo, socialismo y anarcosindicalismo (ést&s, quizá las más influyentesj. A primeros de noviembre de i936, cuando ya existía en el baado rojo-separatista el llamacdo Ejército ‘dei Norte, dividido cn tres Cuerpos ‘de Ejércit,o (el d,e ,c(.Euzka,di», el de Santander y el ,de Asturias), fue ld,esignado para el man,do supremo el general Llano de la Encomienda. Hasta su toma de pos,esión, 61. capitán Ciutat había 142 .!OSÉ .\L1SLxL Sl.IXTISE% B!A»E trata’do lde dar cohesión y organizaci6n al vasto frente, montando un principio de Estasdo Mayor, pero ia tarea no era fácil. Porque junto $1 Ejército así creado, más bien en el papel, proliferaban unos organismos político-militares : las Conserj,erías o Consejos de Defensa, .con su Presidente, una por cada una ,de las provincias de Vizcaya, Santander y Asturias ; Conserjerías que intervenían en todos los asuntos militahes y eran e11 organismo prácticam,ente soberano en lo relaciona.do con la organización, operaciones, instrucción, fortificación, etc., etc. LOS rozamientos fueron mayores en Vizcaya, donde era Presidente de ,Za ‘Gonserjería ,de Defensa, el de «Euzkadi», *José Antonio Aguirre, hombre t,ota¡Imente ayuno en cuestiones militares. Aguirre tenía como asesor máximo y jefe de operaciones al capitán Arámbarri, y como jefe de Esta,do Mayor el comandante Montaud. El Cuerpo #de Ejército de (tEuzkadi»*estaba a sus órdenes Idirectas, y si bien ,es verdad que se encontraba en Bilbao un Comisario ,del Gobierno de la República, éste carecía por completo de autori’dad. Llano, bdespuésde una serie de incidentes con Aguirre, terminó marc,hándose a Santan,der, con to’do su Es’tado Mayor (3). El Cuerpo d,e Ejército santanderino tenía como jefe de operaciones al teni,ente coronel García Vayas con e? comandante Ló,pez Pifiero en la jefatura lde Estad.0 Mayor; y el de Asturias ad comandante Linares, hallándose al frente de su Estado Mayor el capitán Lluk. Estos ,dos Cuerpos d,e Ejército estaban más en contacto y .dependelicia del ,Ministerio ,de la Gue’rra, ‘establecido en Valencia, por lo qtie su manejo, para un mando nombrado por ,d,icho Ministerio, tenía qtie ser mucho más fácil. Uano fde la .Encomi,enda trató probablemente de dar cohesión a aquel heterogéneo tinglado, procuraado se aplicaran to,das las .disposiciones de car&cter general que se habían ‘dado, primero ,d,es’deMadrid y luego ,desde Valencia, y buscaado, a la vez, la coordinación d.e los planes militares. Y aunque acaso su deseo llegó a hacerse realidad, en los <que em posil$e, claro está, en Santand,er y Asturias, no ocurrió lo mismo en el País Vasco. El 12 de marzo ,era nombra,do el general Martínez Cabrera, Irisd,el Yorte, pero SLI a,ctuaciÓn resultó $&tor Genera ! ,del Ejército wmplefamente ‘(3) Sobre Barcelona . el ti anodina. el particdzr, de febkro Llano de 1938, una declaració11 ante el S. en que se habla de estos incidentes prestó li. P. M. de EL Pepeñas TEATRO DE OPERACIONjES DEL NORTE EN EL INVIERKO DE 19361937 143 akdades. Al terminarse la campafia de GuipUzcoa y ser impuesto un alto a la marcha lde las fuerzas nacionales, el con@omerado rojo-separatisba de Vizcaya respiró, ‘dándose entonces los partidos políticos a organizar numerosos batallones. Na.s faStos de mandos prof,esiona-. ies, los esfuerzos resultaron estéril,es, pues los jefes y oficiaks, nombrados por sus antecedente políticos, ldescono,cian todo rudimento de tknica castrense y carecían en absoluto de espíritu mí%litar. Por su parte, lla ‘distinta psicología de los partidos ‘ejerció aquí ,d,ecisiva influencia, ya que ‘mientras que en Sos milicianos procedentes dea Parti’do Nacionalista Vasco (gz~&wis) imperaba un sen.tido más bien conservador, los propiamente r’evolucionarios (socialistas, comunistas y arwrcosin~dicalistas) sentían con superior intensida,d la lucha y por. ello, a la larga, resultaron más duros ,y peligrosos (4). En Santand,er, la eficacia de *lasunidsdes era inf-ior, pues la masa general de la provinciia, campesina y de ideas conservadoras, se manifestaba opuesta a todo ideal revolucionario. En cambio, Asturias .dio las mejores tropas de las tres provincias y a ellas correspondió la resistencia más encarnizada de la campaña: en rigor fue la región de la España roja donde se luchó con más desesperada tenacidad. El carácter qoXtico de- los batallones se tradujo en SL~ d,enominación a base de títulos, caFi siempre pomposos, que recordaban pjersonajcs, hechos o cualidades. Y aunque el 20 de noviembre Llano de (4) Eu el informe dado pop- et General Martínez Cabrera ci 1.2 de julio de 1937. en Valencia. se decía entre otras cos:.s: ~41 terminarse la campaña de Guipúzcoa se organizaron batallones de determinada ideología, nacionalista en su mayoría, org.anización defectuosa en extremo, porque los soldados carecían de instrucci6n y los mandos se daban en su casf totalidad a jóvenes desco1iocedores dé ‘los deberes castrenses y que sentían con poca intensidad la Guerra en 16s t&níinos en que estahn planteada. Estos batallones, sin lazos orgánicos con unidades sufieríores’ (brigadas y divisiones), eran mandados por jOvenes vascos con características análogas a las de los jefes y oíiciales, con la excepción de los. batallones de socialistas y comunistas y demás organizaciones obreras, cuya foimación respondía mejor aI espíritu de nuestra lucha, y los mandos recaían en hombres seleccionados por los partidos conforme a los principios que sirvieron de base en los otros frentes... En general los batallones llegaron a estar bien equipados y atendidos en todos los órdenes, menos en el de instruirles militarmente; era más bien grupos de hombres fuertes y bien cuidados que batallones en el verdadero sentido militar de esta frase.h la Encomienda ordenaba su numeracihn, ~610 se .le hizo caso en Santander y Asturias (õj. Muchas unidades tenían por esta época, extraoficialmente, un Inspector de Guerra del EjérCo,misario político, sien.do Comisario cito del Worte, Ramón González Peííía. El problema ,de los mandos era muy grave y en realida,d nunca fue resuelto. Los oficiales $e complemento s,e manifwtaban remisos a su incorporación a las fuerzas armadas, y ,como faltaban profesionales hubo qu,e acudir a crear centros de formación ,de oficiales, suboficiales y clases. El 18 d,e ‘diciembr,e, se creaba así, para toda la zona Norte, la Esoficiales cuela Popular de Guerra #de Birlbao, ed,estina,da a improvisar de Infantería, y la de Trubia para Artillería e 1.ngenieros. La vida de estos centros *debió ser muy prc’caria. La falta jd,e mandos originó también el que se creara, el ‘i de febr,aro de 1937, los «batallones ,de instruwión para 1~s ,clases», organi&adose ‘dos en cada uno Ide los Cuerpos de Ejército : uno para Militares profes;onalles ,debian cuidar cti& y otro .para sargentos. s,e ,llevara a cabo un plan de instrucción intensiva, prá.cti,ca, y segiln .el reglamento tá.ctico de Infantería, ‘cte qilince días de ‘duración. Durante mucho tiempo dos ba$áUones funcionaron con total indepe,ndencia, sin inte,grarse en unbdades superiores, y formánàose Colur?mas só,lo cuando se ttrataba d,e realizar una o.peración de cierta envergadura. Estas ,columnas es:tabw c,onstituídas por un número variable d,e‘ batalllofies, en ocasiones muy eleva,do. El 26 de ,eriero, Ulano lde la Encomi,enda or,d.waba que el Ejército en la proporción siguiente: del Norte se organizas’e en Brigadas, Cu.erpo de Ejército de ((Euzkadi», 20 ; lde Santander, 15 ; [de Iîsturias, (.s) He aquí algunos .tlombres pintorescos de los batallones vascas: «Cultura y Deporte». uRusia». «Sabino arana», UU. C. T. número 6», «Kirikiño», «C. N. T. ckekelión de la Sal», «Roxa Imxemburgo)~, etc. niíineio 2n, aDrqgmes», &zu%~, EL TIM’~KO IX Ol’ERAClO~JX? YCL KOBTE EN EL INVIERNO DE 1936-1937 145 20. I)ero ,de estos efectivos los Cuerpos tde Ejército mantendrían a d,istposición del Mando 8, 5 y 8 Briga,das, respectivamente, como reserva general. Sin embargo, la orden no fue cumplida hasta mucho d’espués. Orga+z&ación gweral del Frente (croquis ntimeros 1 y 2) Toda la zona ,de guerra d,efendida por las fuerzas ,de ((Euzkadi», se :divildía en tres Frentes : ,de Guipúzcoa, de Alava y de Burgos, con los siguientes sectores : -- Frente de Guipúzcoa: Lequeitio, Marquina, Eibar y Elorrio. - Frente de Alava: -4ramayona, Ochandiano, Ubidea y Gorbea. Frente d.e Burgos: Amurrio y ArciniegatVaImas~ed~a,. El Frente correspoadiente al Cuerpo ,de Ejército santan.derino comprendía ‘los cuatro sectores ‘de Los Tornos, Corconte (llamado también ‘de Sonciilo), Reinosa y Potes. En Asturias existía ya en el mes de dicie,mbre los siguientes sec. topes : Soto *del Barco, San Esteban ‘de Pravia, Penaullán, Grullos, Posadla Llanera, Lugones, Santambrina, ‘Rubia, Bayo, Wlazón, Belmonte, Somiedo, Pola Ide Gordón y Cangas sdeOnís. Esta organización -muy defectuosasufriría luego variaciones diversas. Efectivos Los ‘datos relativos a los ef,ectivos del Cuerpo d,e Ejército de «Euzkadi» en la época que estamos considerando son muy escasos. Sabemos, sin ‘embargo, que en la ofensiva sobre Villarreal (noviembreAdiciembre) se ,embebieron unos 30 batallones, 8 carros, 54%piezas .de artill,ería y 5 compaíiías de ingenieros ; y que antes de comenzar las operaci,ones nacional,es en Vizcaya (31 de Ma,rzo), los efectivos habían aumentado aquí hasta unos 70 batallones, un escnzdrón, 66 piezas aproximadamente sde Artiallería? inclubdas las de c.osta y las antiaér,eas, y cinco batallones ‘de ingenieros. Del Cuerpo ,de #Ej&-cito jde Santander se conocen, en cambio, bastantes ,datos, suficientes para que nos demos cuenta de su evolución orgánica. El 31 de ,dici.embre --según un estadillo ‘de fuerzas, acompañado de una especie de ,memoria--- aparece aquél integrado por unos 146 JOSÉ XASUEL MARTÍsE MPÍDE -25.000 hombes «mal dotados» ; su armamento es deficiente y el muni-. cionamiento, ,d&ctuoso (6). Una M,emosia ‘de la Comisaría id,eDefensa de Santander, sin fecha,, pero ‘que debe comesponder a mediados o finaJes ,del mes de febrero de 1937, señrala que el Cuerpo Ide Ejército tiene 24 batallones. El armamento ha ,sido muy in,crementa!do ,(7) y .en arti#llería ‘se cnenta col% 38 piezas (8), que ac*úan por secciones o for,msndo baterías de tres pieza,s, careciéndose de artillería pesa,da; pero el muni~cionami~ento, dedo el origen diverso ‘del1mate&1 (9), continúa siendo muy jdefici,ente. Hay además 10 compaÍíias de Ingenieros (%apa’dor,es, Pontoneros y Ferrocarriles), un batallón de Transmisiones y otros servicios. Igualmente sin fecha, pero creemos que correspondi,ente a finales da1 smes,d,ema’rzo, poseemos un ‘estad810y Memoria que nos pinta al Cuerpo )de Ejército d’e Santander con una organización muy acabada, ya estructurada en Divisiones. En definitiva, dicha oganización es ésta : - 1.a División (comandante Villarías). D,esplega,da ,d,es,delos límit,es con ((Euzkadi» all pueblo ,de Villabascones, exdusive. La componen ka Brigadas 1, II y III, con ocho batallones en tota{. - 2.” División (comandante Bueno). Desplegalda ,desd,eVillabascones basta Pol,Pentes, ambos inclusive. Composición: las Brigadas IV, V y VI, con diez hatal1one.s en t,otail. - 3.” División (comtandante Fernández Navamuel). Desplegada ,des,de eil límite fde la anterior a Cuesta Labra (inclusive). Fcrman esta División clas Briga,das VII, VIII, IX y X, ‘con ‘once batallones. Al Oeste de la 3.” División y hasta los Picos ad,eEm-opa (exclusive) figura la Briga’da XI (comandante Rioyo), con dos batatllones. Habiendo adsemásuna Briga,da sde Choque (comandante San Eme.terio), con tres batallones, reserva <del Cuerpo ,d,e Ejér,ci,to ; y las Brigadas Móviles números XII, con tres batallones, y XIII, con dos, ambas en organización. ’ S” ametralladores, 119 ametralladoras, 4’7 mor(6) HaSn 10.959 fuslles, < I fusiles teros, 14 lanzaminas,14 carros, 5 blindados y 31 piezas, de las cuales cuatro eran de 37 milímetros, tres de 70, diecisiete de 75, dos de ‘76, trece de 7’7 y dos de 105. (7) En efecto, había ya 23.439 fusiles, 13% fusiles ametralladores, 132 ametralladoras y 70 morteros. (8) Cuatro eran de 37 milímetros, dieciocho de 7.5, dos tic 76. tres de 77, tres de 80 (en misión de costa) y dos de 105. (9) Había seis clases de fusiles y cinco de fusiles ametralladores. Gran cantidad del material era extranjero. EL TEATRO DE OI’ERACIOhyX DEL NORTE EN EL INVIERNO DE 1$,3&1$)37 147 En total, pues, se cuentan aquí 14 Brigadas y 39 batallones, Las piezas edeeste Cuerpo son, el 29 d,e marzo, 74, ,de las cuales s$o una es pesada, correspondiendo las demás a una gran variedad de modelos, muchos de ellos anticuados (10). Por lo ,que respecta a Asturias, sólo diremos --dada la deficiente documentación aquí existenteque a fines de marzo aqud ~Cuerpo .de Ejército constaba ,de 70 bataalones ; pero ya mucho antes ---en el mes de febrerohabían si,do lanzados s0br.e Oviedo unos 40.000 hombses, cifra entonces elevadísima, aunqwe bien es verdafd que no toldos ,ellos pertene~cian a este Cuerpo de Ejér,cito. Su artillería se componía, el 29 de marzo, de 12’7 piezas, casi todas ligeras y (de itas más diversas procedencias (LI). Aunque se carece de datos precisos, parece ser que en los últimos. días ,de marzo -quizá co8moconsecuencia de la fracasada ofensiva teaida lugar .en ese ‘mes y en el de febr,er,o- ei frente asturiano-kon6s quedó organizado en Divisiones, siete en total, más ‘dos Briga,das independientes. De Norte a Sur, el ,detalle de ,dicha organización era éiste: - Brigada XVI. AcantonaIda en Avilés, con lla fuerza en continuia pr.eparación, para reforzar, frente a un posible ataque nacional, las Divisiones 7.“, 1.” y 2.“. - División Gmdo. 7,“, o «del Nalón». Desplegada desde la costa hasta - División 1.“. Situada frente a la línea Grado-Escamprero, aproximadamente. - División 2.ô. Despilegada alrededor de la fa,lda dlel i”Saranco. - División 3.“. Situa;da en los ba,rrios extremos de Oviedo, ,desde La Cadellsda a San Lázaro, ambos inclusive. (10) Cuatro aantitanques», dos adaptadas para el tiro antiaéreo (no se dice más), tres de 70 milímetros de montaíía, doce de 75 Schneider-Canet, diez de 75 KruppAnsaldo, dos de 75 Schneider español, diez de 75 cjaponés» de montaña, dos de 75 Vickers, tres de 75 Saint-Chamond, seis de í’5 Krupp, dos de 76 (obús de montaña), cuatro de 77 Krupp corto, cinco de í’7 Krupp largo, cuatro de 60 Saint-Cbamond,dos de 57 aruso~, dos de 105 Schneider de montaña y una de 150 Krupp. (ll) He aquí el detalle de este material: cuatro piezas de 75 milímetros Schneider-Canet, veinte de 75 Krupp-Ansaldo de campaira, doce de 75 Schneider, veinte de 75 ajapones» de montaña, dos de 75 Vickers, veinticuatro de 77 Xrupp corto, nueve de 77 Krupp largo, cuatro de YO Saint-Chamond, nueve de 87 arusasp, diez de 105 Schneider de montaña, dos de í15 «obús corton, dos de I27 Armstrong y nueve de 155 Schneider. $48 JOSÉ MANUEL MARTÍh’EZ B.\NDE - División 5.“. ‘Embebida en ‘el boquete Ide Loma Pando, desde &a Argañ’osa a San Claudio. ---: División 4.“. Cubría una extensa linea que iba desde Trubiz (incluí,do) al puerto de Somie’do (excluído). - División 6.“. Situada a la ,derecha de la anterior defendiendo el puerto ,de Somiedo y Jos que sucesivamente jalonan los Pirineos astur,es. - Btigada XVII, independient’e, que taponaba la entrada en Asturias a través ‘del puerto ,del Pontón, en pocder éste tde kas fuerzas nacionales. El 6 ,d,e<enero se había constituí,do in todo el Ejército del Norte, la def,ensa contra aeronaves (D. C. A.), con tres secciones, correspondientes cada una a los tres Cuerpos dre Ejército en que se #dividía aquél. Armamento e industria militar La ,desorganización militar se reflejó igwlmente en las industrias d,e guerra. Pese.al poderío en este terreno de ‘ia Zona Norte española, en ella se careció siempre de un plan de coordinación industrial ; todo lo cual se tradujo en una permanente carencia de material y municiones, (que en vano pretendían paliar las remesas Ilega,das del extranjero ,(12). La retaguardia y la moral de guerra En general, puede decirse que Ja zona cantábrica, quizá por su aislamiento, fue, ,de toldas las rojas, la que más difícilmente se #dio cuenta .de lo que significaba la guerra: esto es, de que se encontraba en unla! situación en la que se imponía ‘la disciplina, la austeridald y el sacrificio. (12) Un informe fechado el 7 de ener6 de 1937, det Comandante jefe de las Industrias de guerra decía, entre otra cosas: aAl principio de la campaña se dejó sentir de una manera despiadada. la escasez de municiones donde había lucha, esto es, en Guipkoa y Vizcaya. Hoy se está repitiendo el fenómeno en todos los frentes, pasada la euforia que produjo lo recibido del extranjero». Destaca principalmente la falta de coordinación de la fabricación de municiones. aEsta falta de coordinación es tan antigua como la campaña.» i:!, TI:.\TRO DE OP~XACIO~Y~S DEL SOKTE EN EL ISVIERNO DE 19&193i 149 Existe un informe, del mayor interés, ‘dado al Gobierno ,de Valencia por el teniente coronel #dela Guardia civil, señor Buzón Llanes, jefe que iue (de la 2.” Sección de Estado Mayor del Ejército ro)o <deI Norte. En él se habla ‘del estado ‘de la retaguardia <dellas tres provincias, y aunque los juicios tienen carácter general y no se cir,cunscriben a époc’as ,determinadas, creemos se refieren principa’lmente al invierno ‘de 193637. En Vizcaya se tenía da sensación Jde no estar en guerra. El orden era allí perfecto, pero el abastecimiento de la población civil ‘resultabn tan d,eficiente #que aquklla estaba ,deseando que terminara la lucha &l pr,ecio qu,e fuese. Santander fue la ,provincia que menos sufrió las consecuencias de la guerra en este invierno ,de 1936+37. En elIa la vida tomaba un tinte frívolo, y la población estaba mejor abastecida que en Vizcaya. En Asturias tuvieron Jugar todos los ensayos posibles sobre ,colectivización ,de la propiedasd, ‘ensayos que arruinaron totalmente la economía, en tanto que el comunismo conseguía apo,derarse ,de &a mwyoría Ide los resortes del poder. Planes operativos. Habla.remos só:lo de (los jde carácter general. El primer documenh to que alqui tropezamos tiene fecha 25 ,de noviembre y está ,dajdo en Bilbao por la Jefaturia de,1 Esta,do Mayor ,del Ejército ,del Norte. En él se proyecta, por un lado, la conquista del «pasillo» de Oviedo, quedando las fuerzas al fina! lde la operación apoyasdasen los ríos Nalón y Gubia ; en el frente switanderino availzar por el Sureste, (calcanzando la linea Páramos de Lora y montes Obarenes» ; y por lo que se refiere a «Euzkadi», la ocupación de Vitoria. Este plan, así esbozado, eng4oba ,el ataque a Villarre~al, que será estudiado, enseguida, por separado. El 25 ‘de entero una Orden general de operaciones del Ejército sdel Norte proyectaba realizar ell lesfuerzo priuci,pal en Asturias. El Caerpo de Ejército ‘de «Euzkadi» debería operar en el frente de Guipúzco\a y apoyar posteriormente al Cuerpo de Ejército $de Santani der, el cual prepararía una ofensiva general sobre Villarcayo-Medina de Pomar-Trespa,derne, que ‘se llevaría a cabo en colaboración con :las fuerzas xtscas JOSÉ ,150 NAPÍUEL JIARTÍSEZ BAäDE La orlden particular, fecha,da en 27 de f,ebrero, del Ejército dell Norte y ,dada a dos Cuerpos de Ejército <de Santander y «Euzkadi)), manda ,establecer .un plan ,de .coor,dinación de ambos ,Cuerpos en su zona be unión, visha da probabilidad .de un ata:que enemigo según la direoció,n Villasana-Valmaseda. EL ATAQUE Propósitos ROJO A VILLrZRREAL y alcance de la operarih Con el atasque rojo-separatistia sobre VitIlarrea se bu&, por un lado, el alivio de la situación de otros frentes de guerra, según se dijo ant,es. y a la vez la recuperación de’1 prestigio perdi’do por el llama8do Gobierno ,de «‘Euzkadi», que había sufrido lla pérdida inicial1 ,de las pr.ovincias d,e Navarra y Alava, y más tarde la de Guipúzcoa. Parece ser qu,e la operación fue plan,eada, en principio; nada más estabi4iaarse la situación en d frente guipuzcoano-vizcaíno. La acción que se proyectb no podía ser más ambiciosa: se traitaba de invadir el valle ,del Ebro, por das tierras alavesas, de 13wgos y fde la Rioja : algunos ilusos pensaban que así se podría confluir, probablemente en los alr,ed,e.dores de Zaragoza, con las fuerzas catdanas (13). La orden operatoria ,del Ej&cito Idel Norte, dadla ‘paTa 61 Cuerpo ,de Ejército ,de «:Euzkadi)) e)l 8 ,de noviembre, decía aSí : «Objetivo : pFepara.r operación Vitoria-Miranda». Y en la del día siguiente se señalaba, como idea general de maniobra, los sig-uientes objetivos: ~1, Arlabán; 2, iniciación Miranda ; 3, id. Vitoriia» (11.). El Cuerpo ,de «Euzka,dí» actuaríla en combinación con el de Srintafi:der. El 12 de noviemhre se ,disponía que Ias dos principales .&recciotles de marcha serían : ,la jd.el Cuerpo d.e Ejército de Santan~der, Villarcayo-Trespa,derne-Xiranda ; la ,del Cuerpo de ‘Ejército de «Euz- (13) Véase el trabajo al-1 sitio de Villarreal ESPARZA, en Ejército, ntimero correspondiente de Alava», del a abril de 1949. General MARTÍNEZ (-14) Ya en la orden de S de noviembre citada se habla de unas «Comisiones políticas para ta organización de los servicios administrativos y de justicia en los pueblos ocupados, que deben preverse en la zona Arlabán-Salvatierra-La GuardiaHaro-Tkiviesca!+. LAMINA . va, pero intentaruu wmoardeaì por ~~e....~~ publicanos puso en fupà a la cobarde Aviación rlosa Aviaci6n atacó las líneas enemlgas.‘en nando muchas bajae vistas. Eficaz contraataque leal la ya ~,sncia de vr...uc,“co “cazas* re facciosa. Seguidamente nuestra glo donde sembró el desconcierto. ocasI@ en el sector de Pozuelo En el sector de Pozuelo atacaron los facciosos violentamente. empleando en estf Btaque fuertes contingentes de Infanteti y cinco escuadrones de Caballería. Este ataque fué contenido, llegándose en algunos puntos al cuerpo P. Cuerpo. La e”érglCa resistencia de n”estra8 tropas desconeertd a las hordan facciosas. quienes fueron CC diendo al convertirse Ià resi9tencia dé nhestros milicianos en vlolento oontraataqxle Conservando sus posiciones integramente. Posteriormente se repitió el ataque Con tanques en el sector Húmera-Pozuelo, precedido de intenso fuego de Artilleria y bombardeo de Aviación, con el m&mo nulo resultado. Los faceicsos iniciaron el re. pliegue. siendo duramente castigados. viéndose desde nuestras lineas retirar nume rosa8 bajas. En el resto del dia nuestra Artillería ha bõmbardeado eficazmente las lineas ene. migsf. En el País Vasco ha dado comienzo brillantemente fuerte ofensiva republicana Se han ocupado cinco pueblos y los embalses de agua a la ciudad de Vitoria quedado cercado el pueblo que surfen derViUarreal También ha quedado cercàdo el pueblo de Villarreal. en la provicia de Alava. encontrá”dose nuestras fuerzas a tres kilómetros de distancia del núcleo urbano. En otras operaciones la.9 tropas leales ocuparon loe pueblos de Echagite, Setage, Elozu,, Nafarrate y Urrunsga. Después. las fuerzas leales, atravesando el monte Garbea, han ocupado los embalses que surten de agua a la ciudad de Vitoria. En estas operaciones los rebeldes ha” perdido tres-tienes. yarias ametrallaioras y otro material de guerra. Ed nuestro poder &yerdn ãignnos prisioneros. Ea el I)ueblo de Elozu nuestras tropas encontraron una bandera monárquica. La caída de Mondragón se considera inmihente Para co-r la retirada al enemigo se consiguió interceptarle Mondragón a Vitoria. Hemos ocupado posiciones dominantes :uya caída es inminente. A primeras horas de la tarde se dió orden de que cesara sobre Villarreal. Entonces. inició el avance nuestra Infantería ?nemigc intervino nuevamente la Artillería leal, causándoles Los rebeldes vuelan un puente a cinco la sobre carretera Mondragó”. de el fuego de cañón Al replegarse el bastantes bnjas. kilómetros de Vitoria Los rebeldes, para dificultar nuestro avance. han volado un puente dtuado sobre el río Zadorra. a claco kilómetros .de Vitoria. El jefe del’ Gobierno de Euzkadi. señor Aguirre. estuvo .en algunos frentes wra seguir de cerca la marcha de esta primera jornada de la ofensiva que ha conenzado hoy y que seguir& en jornadas sucesivas. Al éxito de las operacicpes ha” contribuído co” gran eficacia varias escuadrl:la~ de Aviación leal. Algunos de los aparatos se adentraron en La Rioja. donie cumplieron determinados objetivos señalados por el mando.-Febus. Jornada dura la de ayer en el sector das concentraciones co” igual finalidad. ie Pozuelo. En las primeras horas de la Como fracasó la táctica primeramente “tiana el enemigo. que como hicimos empleada fracasará la segunda. Garantía lotar OpOrtUnamente ha ,recibido conside este optimismo es la creciente moral lerables refuerzos. seanudó su ofensiva COmbativa -de los nuestros. qae ayer tumr :onfisdo en el material -bélico acumula¿Io por cotieceencia convertir en violento ‘n las últimas cuarenta y ocho horas. contraataque lo que era heroica resistenSe observa un cambio de táctica en el cia. El enemigo. en franco desconcierto. nando- faccioso. A aquellas audaces intuvo necesidad de replegarse. después de !urslones en for”aa.de cuña què persesufrir “umerosss bajas. pian la entrada en Madrid por so~preEn todo momento empleó a fo”do.sus a ha sucedide t?Sta de organizar “utritanques, su Artillería y su Aviación. Es-. .““wiw” ll.,,....,.,.,.,,, “1,”<...<,,, ,“.”,,.l,..,,,l.«,.,,,,...,,,,,,,,...,,,..,,, .,,,,,,,<.<.<,,,< ta ehctnó intensos homb8rdeos’ sobre las .<-““l,e-JI.--,,...,“““,,,“,“,,.,,~,,,,-.”,”,,” bravas Milicias republicanas que, cuer- Noticias Villarreal enviadas desde Bilbao el 30 de noviembre y de la inminente caída de Mondragón de 1936, («Ahora*, dando núm. “ex*,” de que ció el d”f deads ciones En lo ligero! l-X”“* una BILBAO, 30 (8 “.).-En las primeras horas de la matiaqa ha comenzado una fuerte ofensiva en los sectores de Uvidea. Ochandiano y Campanzar. El enemigo opuso en slgunds momentos bastante resistencia. que fué vencida por el empuje de las fuerzas leales. Fueron tomados los fuertes de Maroto y Albertia y quedó cercado por completo el castillo de Ususquiza. Lae fuerzas que defendían esta posición rebelde fueron muy castigadas por el fuego certero y vivísimo de nuestras baterías. Un grupo de soldados logró evadirse del recinto del castillo. pasándose a nuestras filas. Ha 11 La A beldt Los to de Madriz probar lles de AY= dos ” bre e sito f que c. ‘“La’ persev. ñonear tividar De a tos ros. f “es 1 IOS CI iia d< reacci Un nort conf Mac VAL :onsef iigoier ectua mcior “co Xe68 >or e le M wldea ,o dei ed la relión riunfr wsie, ustí cuenta del cerco de del I de diciembre). 1(~ TI:.\TR” DE Ol’ERACION!ES DEL NORTE ES EL INVIERNO ,X3 1936-193'7 161 kadi», .Villarreal-Vitoria-Nanolares-Miranda. Esta última maniobra estaría favorecida por otra,s secundarias realizadas sobre Murguía y el puerto lde Arlabán. El 24 :de ,dicho mes sle or,denaba el comienzo sde la operación $re,s ,días más tarde. «Esta xción -se .de,cía allí- se iniciará en d teatro ,de operaciones de Euzkadi. Santander Idebe iniciar una acción sobre Villarcayo~Miranda antes adel ‘día 29)). Así, pues, las fuerzas santanderinas actuarían jdesfasa.das#dosjorna,das. P’ero la ofensi‘va Idebía tener además ,ejl apoyo de una serie de operaciones complementarias ‘en Asturias y Santander: sobre Riaño y Oviedo y sobre Riaño, Cervera y Aguilar de Campóo, respectivamente (Orden general ,del 9 #denoviembre). Todos estos propósitos ,exoesivam,ente ambiciosos sólo poldían ser alimentados sobre la base d’e una falsa información de la España nacional; de sus fuerzas armaidas y :de su retaguardia. Pronto lo veremos. La linea nnciod en, el frente alavés. Villarreal La (línea nacional allav,esa estabilizada, rodeaba a muy escasa distancia (el pueblo ,de Salinas (croquis número 3), tenía avanzadillas en los vértices Morato y Albertia, plasaba por ,delante d,e Villa)rreal -punto fuerte de la ,defensa- y seguía, vagamente delimitada por los barrios tde Elosu, Cestafé, Echa.guen, Murúa, Manurga, Zárate y Sarriá. En Oqueta y el embalse que suministra agua a Vitoria había pequenos destacamentos. El puerto ,de Arlabán estaba jalonado por las posiciones de Isusquiza y San Rernabé. Lsls fuerzas eran, en gen,eral, muy escasas y .en realidad constituían, en la mayor parte de ,la línea, una senciilla cobertura, a .cargo de tropas ligeras .de Infantería. y Cabahería. El Frente alavés estaba ,dividi,do el 30 de novi,embre ‘en los siguientes subsectores: 1.0, Murguía (teniente coronel Orduña) ; 2.0, Gopegui (comandante Vela) ; 3.0, Urbina (temente coronel Iglesias) ; y 4.“, ‘IJlibarri-Gamboa (,teniente coronel Revilla). Al subsector .de Urbina pertenecía Villarreal, objetivo muy codicra:do por el ‘enemigo, que había sido objeto .de diversos ataques durante el verano y o.toño y sobre el que la arti,lleria disparaba con frecuen.cia. Su gmwnición,. al mando Idel teniente coronel Iglesias, conforme se ha dicho, estaba compuesta, el 30 de noviembre, por efectivos ,correspondientes a unas cuatro com,pailias aproximadamente, ~011 una ba,tería (15). Las posiciones que cubrían estaban débilm,ekte f,or.tifica,das y la munición era escasa. La columna Alonso Vega -núcl,eo único .de maniobra en todo el frentese encontraba en las proximidades de Anguiozar. Sobre Vi~llarreal las Idos po,siciones fuertes enemigas eran las de Menfdigain y Jarinto. El terrelzo Al norte de Vitoria la llanada aaavesa se mdihta, aproximadamente, hasta una distancia d’e unos diez kilómetros. En esta extensión, y siguienvdo por la carretera de Vitoria a Villarreal, se czlzatl primeramente, a la izquierda los montes ,de Araca, y a la 8derecha el macizo $delimitado por dos vhtices Santa Cruz e Iturriaga, ambos cubiertos #debosques, en medio de un terreno de labor. El vértice Urbina es el centro d,e otro bosque, que d,esciende entre !as carreteras en que está aquél encuadraido hasta el barrio sde Amarita, y por el’ NoIrte empalma con los que, ya sin d,escanso, Il’egw a rebasar la diCsoria cantábrica. A partir ,de Urbina, y por la izquierda de la carretera, Isazona boscosa es, igualmente, general. De esta formla pued.e decirse que Villarreal se encuentra ,en un terreno absotlutamen,te favorable a h ocultación, sin apenas visión dilatada y dominadas sus casas últimas por una serie de elevaciones, pa&kwkarmente ‘la ,d,et,epminadapor el vC&ce Albertia. Las carreteras que unen la localidad con Vitoria, Bilbao, Durango y Vergara, pasan encajonadas por las alturas vecinas. El testo del terreno nos interesa menos. Es de montrâña, con bosques y, en particular hacia el Oeste> se halla muy pobremente comunicad,o. (15> La guarnición de Villarreal se componía de una CompaZa de Requetés de una Compañía del Regimiento de San Marcial, una Compañía del Batallón. de Flandes. una sección de ametralladoras de este Batallón, dos ametralladoras con SUS sirvientes dei Regimiento de Bailén, una batería de 105 del 2.0 Regimiento de Montaña, y dos camiones blindados con algunos otros efectivos no bien determinados. De los GOGhombres eran combatientes unos 460. .4lava, EL TE.\TRO DE OI’ERACIOPÍ~S DEL XORTE EPT EL INVIERNO DE 1936.193.7 153 i Plan e?%emnigo (croquis números 1 y 3) El Cuerpo ,de Ejército de Santander (Orden del 12 de noviembre) formaría ,dos columnas ; una de ellas partiría de ía zona B’ercedoVillasante y ‘la. o:tra del puerto dael Escudo. Ambas confluirían sobre Villarcayo-Metdina ‘de Pomar, bajando luego hasta Trespaderne, #donde formarían una cabeza ‘de puente en el Ebro ; desde’aquí se marcharía a Mirandia, no sin *dejar constituída una segtmda cabeza ,de puente en Puentelarrá. Y desde ?liran’da, algunas fuerzas irían sobre Vi,toria, para enlazar con las vizcainas, mientras otras buscarían la ocupación de Haro. M,erece un más detallado examen el plan táctico que tenían que desarrollar las unidlades dd llamado Cuerpo ,de Ejército ,de «Euzkadi». Este formaría ,tr#es columnas, una de las cuales -la cemral-, mucho más poderosa, sería la que llevaría ed peso #de la acción; además, habría una reserva general. La misión consistiría, de momemo, en rebasar ampliamente Villarreal, debiendo qwdar las fuerzas más avanzadas a unos cuatro kilómetros de Vitoria. Los planes subsiguientes ldetallados, si bes ‘que los hubo, no han ‘llegado hasta nosotros. El avance propiam8ente dicho sería precedido de las siguientes acciones preparatorias, qu'e ldeberían estar bermina:das al comenzar la operación principad: la 1.a Columna (Este) amenazaría, *de flanco, la carretera ,de Salinas a Vitoria, y 8desalojaría dsel monte Albertia el pequeño ,destacamento nacional allí existente ; la 2.= Columna (Centro) ocuparía, por sorpresa y de noche, partiendo de Ubidea, el GorbeaChiqui (pico Oqueta) y el depssito de aguas que surte a Vitoria : la 3.a Colulmna (Oeste) ocuparía Ilas alturas que dominan Murguía por el Norte. La primera fase de !I!a operación se realizaría del siguiente modo : - La 1.” Columna llevaría a cabo un ataque ademostrativo sobre el pueblo [de Salinas y ocuparía el Marot,o, actuando desde el Jarinto y el Albertita ; luego, d,escendiendo por las faldas del Maroto, atacaría la loma Isusquiza y ocuparía el pu,erto d’e Arlabán con las alturas situadas al Este del mismo, organizándose allí ~defensivamente con toda sfolidez ; a la vez ganaría, ,desde ,el Albertia, los caseríos de Larrabea y Chavalapea. - La 2.s Columna toamaría MOSLI, alturas al Este del Cestafé, loma Icheta, Muríra y Manurga; luego trataría de llegar hasta 1~ 154 JOSÉ MAPIUEL YARTÍNEZ BANDã akras de Nafarrete y Gope,gwi. Entonces, okas fuerzas, protegidas por Ia aoción de lla artillería y Id,e los fu,egos d.e toda clase de armas, que tendrían previamente dominado Villarreal, entrarían sen este pueblo, parti.endo <de las saturas ,que lo envolvían por cl Este y Noroeste. - La 3.” Columna cruzaría la carretera d’e Murguía a Amurrio por varios puntos, ocu,pan,do aquel pueblo, la loma Sisaitén y la ermita de Jugache. Desde Barambio se conquistaría e4 puerto de hltube, y d,esde Amurrio, Uzquiano. La segunda fase consistía, esenciahnente, en las siguientes acciones : - La 1.” Columna avanza.ría, por SLI izquierda, sobre Ia loma Isicoitza, y vértice Miricha y Elguiamendi, llegando hasta el pueblo de Larrinzar y alturas qu,e ‘dominan Gsrayo ; y por su d,erecha, ocuparía la estacibn ‘de Villlarreal y Venta Barri, desbordando por el Norte, Nanclares. - La 2.” Collumna proseguiría, por su izquiertda, hacia Urrunaga, Urbina, Udlibarri-Gamboa, Landa, KancIares y cerro ,de Santa Cruz ; y por su derecha, por d alto de Buruaga y Betolaza, estableciéndose final.mente en la línea idellimitadla por los poblados de Echevarri-Viña, Menda’rozqueta, Miñano y Amarita. Al final de la etapa las avanza,dillas sdeberílan Sencontrarse en ‘el pobla,do de Azúa, v&-tice Itiu-Saga, pueblo ,de Mendívil y montes de Araca. - La 3.L Co:lumna llegaría, primero, hasta el monte Oro y los poblados de Letona y Apoidaca ; aloanzatldo, luego, la Afinea señala’da por las lomas Olazar y Cwrascal y los barrios ‘d,e Artaza, Foronda y Mendiguren. Toldo este plan estaba presidido por un amplio optimismo. P,articularmente la 3.” Colu,mna había de recorrer un terreno extenso, boscos,o, laberíntico y sin apenas más comunicaciones que algunos caminos ,de montaña ; en cambio, esperabn encontrar muy escasa resistencia. Ln i9tfovwzación roja sobre las fuerzas mcionnles iEl Mando rojo-separatista crey6, sinD,duda, en un primer momen.rt*o, que la operación sería fácil, y ‘que sus fuerzas casi se limitarían a cdars.e un paseo militar. Un Boktín de Información del Cuerpo de F,j&ci~to d.e «Euzkadi», de fecha 20 d-e noviembre, ,dedaraba que en ~1 campo nacional eran .deficientes el servicio de. suministro de ví- EL TI:.\TIIO 11:: OPERACIOhWj DEL NORTE EN EL INVIERNO DE 19364937 155 veres, los mandos, la instrucción, da disciplina y la moral. &a disciplina -decíasle halla muy a-elajada entre los ,so&dados... b moral qu,e .debemos atribuir al ejército que nos combate es bastante baja, haciendo todo suponer que ante nuestro avance serán mwhos los que se pasarán a nuestras filas.)) Y, sin embargo, al día siguienrte, en una orden de operaciones d& mismo Cuerpo cde Ejbrcito, se Idudaba ya Idel éxito, por creer que las fuerzas propia.s eran bisoñas (16), y que el enemigo había aumentado sus efectivos y mejorado su situación táctica, a 1.a vez que la meteorología se presentaba (desfavorable para el vuelo $e la aviación. Efectivos La Or.den de,1‘día 12 de ‘diciembre, ,dada por el Cuerpo de Ejército d!e Santander, dispo:líla la formación de Idos Columnas: la llamada «de Bercedo-Villasante» o 1.” Columna (comandante Gállego) y la d,enominada «del Escudo» 10 2.” Columna (Comandante Puig), constituíxdas c,a,da una a base de ocho ba,tallones. Una O,rd,en preparatoria para la Artillería hablaba ‘de la «Agrupación para Santanfder», formada por ‘cuatro caííones de mo!ltaña ‘de 75, dos ‘de montaña <de 78 y «todo el materia’1 ‘de 70 ,de ,que disponía», sin especificar más. (SUponemos que en toldo caso serían :pocas las pt’ezas.) En cuanto a las Codumlias ,del Cuerpo #de Ejército de «Euzkadi», SU composición .detallada era ésta : - 1.” (comandante Ibarrola) : 6 batallones, una sección de máquinas de acompaÍíamiento, una sección de morteros de 81 milímetros y un cañón ,de Infantería; cuatro piezas &de montana de 76 milímetros y ‘dos ‘dae 155 ; una compañía 1d.e Zapadores y una sección de Transmisiones ; Servicios. - 2.” (teni’el1t.e coronel Cueto) : 13 batallones, una sección de ametrailladoras, una de morteros de 81 milímetros y un cañón de Infantería ; cuatro piezas, de 75, Idos rde 127 y cuatro de 155 ; una (16) <rLa consistencia de nuestros batallones. demasiado recientemente organizados, y sus posibilidades ofensivas consecuentes, así como el hecho de que :el coínbate que se prepara coincidirá con la primera vez que nuestras tropas maniobran en combinación, con el empleo, sin previa instrucción, de parte del material rle guerra y cou el ensayo de nuestras transmisiones para el enlace, permiten, de momento, dudar del éxito SI la resistencia facciosa es algírn tanto obstinada;>, -+ompañía. de Zapa’dores, una unidad de pwntes y una sección ,de .%iansmision,es ; Servicios. - 3.” (comandante Aizpuru) : 6 batallones, una sección de máquinas de acompañamiento, una sección de morteros y un cafióti de Infantería ; tres carros ligeros y dos pesados; dos piezas de montaña de 76 milímetros, y dos de 105; una compañía de Zapadores, una sección de Puentes y otra de Transmisiones ; Servicios. - Reserva (teniente coronel Irezábal) : 4 batallones, tres carros pesados, cuatro piezas de 127, una pieza «antitanque» y una sección Ide Puentes. 6 secciones de Infantería, 2.3 pieEn total, pues, 29 batallones, zas y 8 carros, aparte Ingenieros y Servicios. El 10 de noviembre, en un telegrama dirigido por Aguirre a Prieto, hablaba de lanzar sobre Vitoria 50.000 hombres, pero esta cifra parece exagerada. A la acción de 4as fuerzas ,de &rra cooperaria toda ,la aviaci6n disponib1.e. La ofensiva vasco, Aguirre. fue dirigida personalmente por el jefe ,deJ Gobierno La operación El ,día 30 de noviembre, al amaneces, se desenwdena la eran òfensiva proyeckda, aba~cándose to’do el drente ,desde Murúa a E,gusquiza. Son sorprendbdos 110s destacamentos d,el Oqwta y el embalse de agua.s, y; a la vez, y también por la izquierda sd’el frente nacional, qwdan ocupados Niafarrete, Efosu y Cestafé? abandonándose una batería. Por el flanco ,der’echo se pierde Maroto, apenas guarnecido, pero fas fuerzas rojo-separatistas quedan aquí parailizad,as, Ante Villarreal la preparación artillera es muy intensa (17). A la tarde, ndespués Idte un fuego ininterrumpido de to,da clase Ide armas, y con la cooperación de tres carros y varios blindados, trata el enemigo tde atacar el pueblo de frente, tomando por eje ,de marcha la carretera de Ejquella docalidad a Ubidea y extenldiéndose a ambos lados dce la misma ; el parte nacional da por rebasasdo el pueblo, pero aña,de que una fuerte reacción de sus tdefensores obliga a repkgar(17)’ de 810 C, A! parecer intervinieron cuatro piezas de 127, cuatro de 165 y morteros EL TEATRO DE OPl%RACION@S DEL KORTE EX EL IXVIERNO DB 1936-193? 153 s.e ail adversario a sus posiciones lde parti,da. Se refuerzan a;lgenos sul:;ectores (18). Ll ‘día 1 se píer,de ,Murúa, *re.tirándose las fuerza.s que lo defienden a Gopegui. Ig-ua!mente, por Villarreal, hay que abandonar eJ. Albertia, fd,esde donde .la fuerzas rojo-separatistas desciwden, ll’egando a ocupar las casas sitwdas al Sureste del pueblo. Ei extenso pinar de Chavalapea ofrece a dos atacant,es una ampllia zona 8de ocultación. También por la izquierda el enemigo 11,ega ad lIamiado pinar de Nechin;t. Prácticamente Villarreal ha ywdado cercado, pero una fuerte reacción de los sitia’dos ob,líga ai adversario a #dejar expedito, aunque batido, ,el camino ‘de la carretera a Vitoria, por adonde cruza un convoy, que entra en Villwr,eal tras d,e vencer grandes dificultsdes (l!)). Llegan a Tktoria las pl-imeras unidaBdes ,de da Co: !umna AGonso \:ega. El día 2 se organizan tres Ag.rupaciones, a base Id,e unidades diversas de efectivos correspondientes a tres compañías cada una, con alg-una ar%illería, manda’das, respectivament~e, por los comandantes Esquiroz, Onrubia y Morales. Sus obj,etivos son las lomas de Nafamete, las de Saimen,di y las siteadas al Este cde Cestafé. Piero ante la gran resistencia ,del enelmigo, con gran acumulación de hombres y armas? se ha de desistir en el empeño. En cambio, la Columna Alonso Vega (30), compuesta de nueve compañías de fusiles y dos de ametralladoras y una batería de 105, recupera primero el pinar de Rechina, y desde allí ataca de frente y de flanco el de Chavalapea, que es recon:!uistado igualmente, qu,edando tota$lment,e despejada la carretera de Vitoria, por lia que entra un nuevo convoy. Por otra parte, la ofensiva emprenfdi.da este ‘día en el frent’e santanderino fracasa totalmente. A partir de aquí la situación cambia d,e mo,do radical. En el oampo -rojo-separatista comienza a cun’dir el ~d,esailíento y sus fuerzas acusan una gene.ra.1 ~desmoralizwión. El .día 3 Alonso Vega ocupa (1s) El subsector de Gopegui fue reforzado con dos compañías de Infantería, media sección de ametralladoras y un escuadrón; el de Urbina, con efectivos correspondientes a dos campafiías, un escuadrón y una batería de 105 de montaña.. (19) El convoy se componía fusil, regresando luego a Urbina. de un batallón. (20) iJ.a Columna se componía tralladoras, del Batallón de Flandes, íwniento kw’istas que dejó en Villarreal munición de de cuatro compañias de fusiles y una de ametres de fusiles y una de máquinas de acampadel Regimiento de San Marcial, una compañía de Requet& otra de fay Guardias de Asalto y una batería & 106. JQSi íb8 MANUEL MARTÍNEZ B.hNUE las lomas al sur ,de Nafarx&e, siendo, a la vez, reforzado el subsecfor lde Cestafé (21) ; mientras qu,e sobr,e Villarreal la activida,d del enemigo pr.esenti mucha menor intensidad que en jornaldas anterioreS. El tiempo es .malo. El ,día 4 hay combat,es encarniza.dos en el subs,ector #de Gopegui, que se repro,ducen el 5, (en qu.e fuerzas marroquíes relevan a la columna Al,onso Vega (22). Y *es en este día cuando el adversario se decide a atacar por el sector de Murguía-Uzquiano, ataque que prosigue en las jornadas siguientes, con escasos progresos ; hast:x ~LW eI día 8 una pequeña columna nacional, forimafda por t,res companías y una sección de 105 ,d,e montaña, al mando ,del comandante Gutiérrez, consigue ‘detener al ,enemigo y restabker en gran parte la situación inicial. A la v,ez son ocupadas las alturas (de Saimendi, Nafarr,ete y llornas al Este gde ,esta localidad, con Lo que la situacibn general ,de Villarreal sufre un notable alivio. Aún continúan los forcejeos en el sector alavés ,durante varias jornadas : el ll hay violentos ataques a las posiciones del subsector d,e Uzquiano, rectificando a vanguardia las uni,dades nacionales áa línea Gopegui-Nafarrete ; el 12 Villarreal sufre fuert,es embestidas c,on fuego de artill,ería y carros, y se pr,esiona con grandes contingentes menla ,línea Cestafé-Saimemdi, presión esta última que continúa <en la jornada siguiente con gran violencia ; pero el 14 es ya casi nula. La pequeña batalla puedse darse por terminada. El tiempo se ha mnnifesta,do inclemente, a pesar de lo cual la aviación, en ambos bandos, ha efectua,do> casi to’dos Los días, frecuentes vuelos sde bombardeo y reconocimiento. El día 10 el frente o subsector -de Alava (coronel Alonso Vega) queda así organizado : 1.” Subsector, ,d,e’fendido por la Columna del teni,ente coronel Onduña (847 h~ombr.es) ; 2.” Subsector, a cargo de la Columna ,d,el comandante Jiménez (es ia antigua del comandante Vea), con 1.558 hombres ; 3.“’ Subsector, o ,de Villarreal, con tres CoIuimnas, dos mandadas por cl comandante Martínez Esparza (1.527 y 414 hombres), y la tercera gor el comandante Iglesias (1.120). Está además un 4.” Subsector (Ulibarri-San B.ernabé), con 1.010 hombres, fonnando parte ,de da Columna Muga,, y un grupo ,de Operaciones o Cokma ,del comandante Gutiérrez (530 hombres). (21) Con (!¿2) Se una Mehal-la trataba de Tetuán. del V Tabor de Regulares de Tetuán. FL TEATRO DE OFERACIOhíES DEL NORTE EN EL INVIERNO DE lg%-1937 Consideraciones tiI examen de estia operación, vista d~eslde el dado d,el atacante,’ produce una impresión penosa. Fue ,la única proyectada y realizada por el presidente Aguirre, en su calidad ‘d#ej.efe supremo de las fuerzas de «Euzka,di», y en ella sólo hubo ind,ecisión e incompet,encia. Ei fracaso de Villarreal-escribió el general rojo Martínez Cabrera«no se ,debió a falta #de medios b&licos, sino simplement,e a falta de buenos mandos y organización» (23). Se ve (aquí, ante todo, el mal plant,eamiento (de una ofensiva, la escasa ,moral ‘d,e unas fuerzas enca,rga’das ,de llevarla a cabo, nulamente instruí.das, y Za mala administración ‘de las municiones, no, abundantes y, a la vez, aderrochadas alocadamente. Pero es que, aldemás, si comparamos el plan genjera sd,e la operación con la ejecución de esta, apreciaremos una absoluta fialta (de congruencia. Se tiene la impresión de que, al Uegar el momento preciso, las unidades roj,oseparatistas se Janzan al atalque sin atender iedica,ción concretla adgnna, sin coordinar sus movimientos. La Columna Ibarrola, ldespués de conseguir ei éxito. bi,en mengua,do por cierto, ,de coaquistar el Maroto y el Albertia, apenas defendidos, y bajar al pinar ,de Chavalapea, ya no prosigue. La COlumna Aizpuru (al Oeste) no interviaene sino al quinto día tde ofensiva. La 2.” (Cueto) sólo alcanza por su derecha a tomar una serie de alturas y poblados-escasamente protegidos por a!gunos destacament.os na.cionales-, pero no profun,diza en dirección Sureste, para cortar la car-et,era que ,desde Villarrela~l lleva a Vitoria. Y sus ataques frontales contra la primera localidald fracasan. D,e esta fo.rma Vi,llarreal apenas si pueNde decirse que quedó cercaldo, y su guarnición -reducida‘ pero magnificamente mandada y de alta moralpudo ,defenderse serenamente, batiendo d enemigo a su alcance, numerosísimo y muy bien armado, el cual lanzó sobre la IocaGdad el fuego combinaldo ,dr torda clase Ide armas (24). Sin (23) Informe dado, con fecha 15 de julio de 19X. a las autoridades supremas militares de Valencia. (24) En el informe dado por ej jefe del Suhsector de Villarreal se dice: cDe1 30 de noviembreal 14 de diciembreha sufrido la posición 2.600 cañonazos cofitados, de 35,5 Y 12,5, más un constafite fuego de morteros de 81 ~7 ll bombardeos de aviación. &os tres primeros días ha mantenido los ataques de unos 8.999 rojos (ex- 160 JOSÉ YAHUEL MARTÍXEZ RASDE embargo, fue *la intervención cde ,la Co(lwnna Alonso Vega la que despejó ‘de un modo definitivo lla situación, al tomar, con muy es. casos efectivos,, 10s pinares que envuelven a.1pueblo, y en los que el adversario n’o resultó capaz ,d,e sostenerse. Al n,o poderse tomar Villarreal, ni de frente ni por env,olv~imienQo, Aguirre no supo qué hacer ; y el levantamiento ‘d’el cerco desmoralizó ya ,cie un mo,do esencial a todos : mandos y tropa. O.rrdenándose entonces intervenir a la Columna del Oeste, cuando ya era tarde, pues sobre el terreno se había llevado, si bien escasas fuerzas nacionales, sí las necesarias. La impresión que en la r,etaguar,dia rojo-separatista produjo aquel fracaso fue terrible, partku1arment.e por el gran número Ide bajas experimentadas, frente a las cuales apenas si se tenían tomadas medidas sanitarias (25). La desmoralización fue tan grande, que ya no se lievó a cabo ninguna otra aventura béka, quedando el frente prácticamentfe paralizado hasta el ‘momento .ide comenzarse la ofensiva nacional (31 de marzo )de 1937). ,Todas las esperanzas se pondrán así en la re~alización d,e obras ‘de fortificación, que se pretenderá sean inexpugnabks (2(i). --kremo comprobado) con abundantes municiones, en cuyo consumo no cesaba. Sus ametralladoras eran numerosas y sólo en la i\lbertia han tenido 20, vistas y contadas por un soldado que servía en un mortero, que se pasó a nuestro campo; hay que calcular en los otros frentes serían, por lo menos, el doble. Han sido vistos y han actuado ocho tanques rusos y tres blindados con cañón. Nuestros blindados han sido todos atravesados e inutilizados, y se ha luchado por nuestra parte, en los tres días del primer ataque, a fondo, con verdadera carencia de municiones por el corte de comunicaciones.» (Zu) irE ejército mandado por Llano de la Encomienda se había lanzado al asalto sin pensar tan siquiera en la preparación de sus elementos sanitarios. El desastre de Villarreal les sorprendió sin hospitales de vanguardia y sin existencias de medicamentos, y entre ellos de suero anti-gangrenoso... En todos los pueblos de Vizcaya se requisaron aquellos días mantas y sábanas. En una sola de aquellas noches murieron en los improvisados hospitales de Urquiola más de 400 heridos atacados de gangrena gaseosaa (TDIS MARGA DE &OJENDIó, Opeuicciolzes Mi/itaYes de Za gzcerue de Espaiia, Montaner y Simón, Barcelona, 1940, p&g. 266). (26) En el informe del jefe del Subsector de Villarreal, antes citado, se dice: uPersona de Vitoria, afecta a nuestra Causa, que hace dos días ha podido pasarse, refiere la versión loja del combate de las cuatro de la maííga del día 1. La impresión general es de asombro por no haber podido tomar Villarreal, y la del combate es de terror, de anonadamiento por la violencia momentánea de nuestro fuego y,lo irresistible de nuestro cuerpo a cuerpo. Que al salir cl día 30 para tomar Villarreal. su moral (la de los rojo-separatistas) era rebosante ; que atacaron esa ma- EL TEATRO DE Ol’liR.\ClOX,m DEL SORTE EN EL INVIERNO DE 193fj.1937 161 Carecemos ‘de datos totales sobre las bajas nacionales; aullque sí sabemos que las ,rle Villarreal se elevaron a 2~55, más de un tercio de los ‘efectivos. El enemigo debió tener unas 4.500 sólo ante aquell~a. localidsd (27). En cuanto al botín, diremos que el día 10 se habían- recogido aladversario 7 ametralladoras, unos 150 fusiles y mosquetones y 1.000 bombas de mano ; 4 carros de combate y 2 autos blindados quedaron inutilizados ante el pueblo que dio nombre a esta pequefia batalla. LA I-n situación gmernl GRAN OFENSIVA ROJA SOBRE y los propósitos del Mando (croquis números 2 y 4) OVIEDO Na.cional ee Astuvias Desde que el 17 Ide octubre ‘de 1036 quedó roto ,el sitio de Oviedo, dos bandos se prepararon para una acción futura de gran envergadura. Las fuerzas nacion>aZes se fortificar,on, nutrieron sus efec& vos y situaron convenientemente las reservas, mientras que las fuerzas rojas .se ,organizaron, ‘en lo que ‘en ellas cabía, y llevaron a cab6 una instrucción intensiva, adiestrando numerosos batallones y dotándoles ‘de a.bundante material. Oviedo ejerció siempre una atracción irr-esistib1.e para Belarmino Tomás y sus hombres., pues era un objetiVO político ,muy codicia’do y, a,demás, el ,que tenían más a mano, siendo por eso aparentemente fácil su ocupación. -_los drugada con eno’rme brío, saturados del triunfo; que muy contados se salvaron, volviendo a Bilbao anonadados., ~(27) El informe citado en notas anteriores dice, entre otras cosas: uSe les ha hecho 4.500 bajas, sin contar las del día 12, gran parte por la guarnición de Víllarreal. al punto que los camiileros de una CompaGía de Nacionalistas que sólo ha luchado con la posición y que se pasaron después del combate del 12, me declararon que a su Compañía le quedaban sólo 220 de los 600 con que empezó el 89 de noviembre. Les hemos matado, el día 30, al Comandante Jefe del Sector de Ubidea, a dos Capitanes y tres Tenientes, ninguno de ellos profesionales; han fusilado, como responsable del desastre, al Comandante del grupo de Acción Vasca, y ha quedado quebrantado el prestigio del Jefe del grupo comunista, diputado por Guipíizcoa. Larrañaga.» Un parte dado el 16 de dicietr,bre por el Batallón uRusia», dice que tuvo en Elosu 295 bajas: 21 muertos, 99 heridos, 173 enfermos y dos desaparecidos. El número crecido de enfermos da a entender las condiciones en que luchaba el batallón., 162 JOSÉ MANUEL 3íARTiäEZ BANDE El 19 de octubre --dos .días después ,de ser ,levantado el cerc,o de la capital-, el gene.ral Mola, en una decisión, dirigi,da al general jefe de la 8.” Dkisión, ordenaba la acción of,ensiva naci,onal en Asturias, sin ,dar respiro al adversaario, hasta llegar a una situación ktica favorable. «Consegui\da la liberación ,de Oviedo -se Idecía d&--, se im,pone aproveckr el éxito obteniNdo persiguiendo al ene-. migo de un modo incesant,e hasta corìseguir asegurar de una manera finme una {línea que partiendo de Gijón, siga hasta Oviedo... Enke Gijón y O,viedo s,ehará fuerte hasta que, ocupaSdoMadrild, sereanuden las operaciones en ese frente para conseguir la total ocugación ,d,& Norte ,de España)). Unas Instrucci,ones comp.lementaria,s, ‘de igual fecha, sesalan las siguientes acciones que d,eben ser rediza~das : ‘despejar los drededor,es de la capital, tde manera ique .queldelibre Idle1fuego d,e Artillería ; asegurar sw comunicaciones con Galicia; oculpar Trubia y sus alrededores, y limpiar adeenemigos aa zona compr,endida entr(e el río Narcsa, Oviedo, el Berrón y Gijón. Pm-o estos propósit,os ambiciosos son muy difícilles ,de ser llevad& a aa rea&~da~d,pues <eIen,emigo es polderoso y está bien armardo. En una clarta oticiai di’rigida por d general Aranda a,l general Mola, de fecha 4 de noviembre, se señala Ja necesidad #d,e«fortificar para ahorrar fuerzas y asegurar las líneas más indispensables ; organizar vex~dsdems unijdades sdec,ombat,e; ,descongesti,onar Ovie*do por medio de golpes muy preparados y seguros, y esperar a que los acontecimientos permitan concentrar aquí ~másfuerzas pasa operar primero sobre Sogran.diio y Trubia, d,espués sobre Av3és y Gijón». En <definitiva, es preciso ,esperar, *dada la penurila de &ctivos. Los objetivos a los que se supeditarán en adslantSe10s propósitos na’cionales, serán dos de carácter in,dustriad y .la propia capitial ; lo cual, a la vez de permitir la posesión de fábricas y talleres importantes, liberará a la población aqu$lla d,e Bos rigor.es ,de un bombardeo constanGe (25). -(28) Ei 29 de enero ei Generalísimo, en un escrito dirigido al General MoIa, decía: sLa situación internacional, con la posibilidad de! establecimiento de un control frente a nuestros puertos y en la frontera francesa de Cataluíí2. obliga a tbn@r en ctiéhta en las operaciones militares los objetivos industriales que nos permitan el ayudar a resolver el problema de la fabricación y aprovisioiiamlento de¡ matei-la1 de guerra. *Efi este sentido, es de una importancia muy grande el que la Fát,r,ca de Armbs de Oviedo pueda trabajar en la fabricación de ametralladoras y l&zas para EL TEATRO DE OPERACIOh?ES DEL NORTE EN EL INVIERNO DE 193@1937 163 Partiendo, pues, lde ilia superi0rida.d enemiga, señalaremos aos problemas que al Mando Naciona.1 se lle planteaban en el frente asturiano-leonés. Eran fundamentaImente cinco : continuar la def,ensa de la capital a largo p-ka20; garantizar su enlace con la retaguardia a través ,dei «pasillo» Ovkdo-Graldo ; sostener aa extensísima :línea de posiciones en Asturias y León; cr-ear unas fuerzas capa,ces de afrontar inmediatamente los problemas ameriores, y a,dquirir los elementos .precisos para. Ila vida y acción lde esas fuerzas y ,de la población civil, sin solicitar nada ade Eos Mandos superiores, harto acuciados pos sus propias %dificu,ltla4de,s (29). El 18 ,de octubre tde 1936, das fuerzas llegadas a Oviedo se encontraban en e.stado #deterrible agotamiento y faltas de r’ecursos. Sin (demora, había ‘que aumentar ampliament~e su número, a fin (de dedicar Ia mitad de los efectivos a Zla ,def,en.sa.(de la ,capita!l asturiana y la otra mita’d a mantener la iniciativa y emprender, si fuese ello posible,’ las operaciones pertinent,es. Forque ila ver,da,d era que el. a,dversario se había dado pronto cuenta <dela penuria en que se movílan las unidades nacionales, r,eaccionando ofensivamente ,en casi to.das partes y,. en partkular, en ,el «corredor» y en to,rno a !la capital. Hay que recordar, además, que Ovieldo tenía unas 42.000 almas., que era necesario atend,er y abast.ecer (30). Las ,dificultades fueron agquí tan grandes que en el mes Ide diciembre tuvo lu’gar una crisis interna de servicios Ide carácter grave, ,que se resolvió con.firiendo ,el general Mola al general Araeda el mando ímegro ,de los territorios d.e Galiciia, Asturias y ‘León. -- ..--- esta arma y de fusil, así como apoderarse de las de pólvora y explosivcs de Cay& y la Manjoya para poder ponerlas en producción. »De una gran importancia también ,Pero de más dificultades, es e! a?egurar Ia posesión de Trubia, estabiecida en una mala situación táctica. nEn este sentido, de las dos propuestas verbales expuestas por el C.eneral Aran da, es de más urgencia el descongestionar Oviedo que avanzar sois-e Avilés, ya que la primera, además de liberar a la población de los rigores del bombardeo constante, da resueltos parte de los objetivos industriales.> :fLS) Confróntese aLa guerra en Asturias», del General ARAHDA, en e! vohmen L a guerra de Libera&% Nacional, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1961; páginas 316 y siguientes. En este trabajo consideraremos los ataques a Oviedo de’ una manerageneral, englobados en la ofensiva roja, sin referirnos concrefamente a la capital, la defensa de la cual parece más propia de otro estudio. (30) Según el General Aranda (trabajo citado en la nota anterior), abastecer a Oviedo, con sus 42.000 personas civiles y I5.000 a 20.000 soldados, requirib, el primer mes, un transporte diario de 60 toneladas, y después, ya creado el repuesto Preciso, de 40. Todo ello exigía un& 220 camiones, con sus tiilleres y accesorios. 164 JOS& UANUEL MARTÍXEZ BANDE Los hombres llegados a Oviedo el 17 Ide octubre, y ‘los ,deja,dos 7.000- habían asc,endisdo el 15 de noviembre en el «pasi.llo» -unos no obstante, eran muy escasos y aun? a 13.500 (31). Estos efectivos, que se incrementaron constantemente, nunca lo fueron en la medida que hubiese permiti,do llevar a cabo operaciones #d’e carácter general y recoMivo. Hay que tener en cuenta que en el m!e.s de noviembre el enemi,go contaba, como <masa capaz de rea,lizar acciones ofensivas independientes, con anás <de 20.000 hombres ; los cuales irían progresivamente en aument.0. El «pasillo» de Oviedo (croquis número 4) Las ~circunstancias ,que llevaron a cabo .eIl que ~llamamos «Socorro a Ovi*edo», .determinaron ‘que el !enilace de la capital asturian,a con la rktaguardia nacional *quedase ,estabEecido por medio ,de un largo brazo, ,denomina8do comúnmente «pasi,llo» o «corre,dor» .d,e Oviedo o de G,rado, ,de .deficientes condiciones ‘defensiws. En general, Ila ddimitación ‘de su traiado fue hijo IdSe las circunstancias, o,bsdiente tan sólo a la necesipdad ‘de da .comunic!ación lde la plaza a través de una bwna carretera. Fuera de .esto, las alturas estaban casi siempre dominadas por ,el enemigo, que ‘disponía aldemás de una buena red vi’aria, para los kaslasdos ‘de tropas, y {de magníficos ejes de marcha en los ataques que planease realizar. Partien,do del Oreste, el «pasillo» comenzaba nada más cruzarse el río Naxea. Ya aquí poadía verse la deb&dajd del sistema, porque el único puente !que lo stivaba s,e encontraba junto al pueblo de Cornellana, muy cerca #de Ia línea ‘de tuego y en un terreno propenso a ias irkfiltraciones. La primera zona f$el «corredor» era quizá la más s$i.da. Estaba muy bien #defendEda por la si,erra ,de Sollera, en la cual las posiciones nacionales aI Norte ‘dominaban prácticament,e el curso #del Ndón ; mientras qu,e por el Sur, auaque no tan fuertes, tenían da ventaja de apoyarse en la cota 342 y loma Los Novales, a partir de la cual quedaban batidas por alturas ,en po,der Idel enemigo. Pasado el Nwlón y su af’luente el Gubia -zona delimitada por los pueblos *de @ero y Gradocomenzaba el «pasillo» propiamente ,di---..-.L (31) En el.trabajo del General Aranda citado en las notas anteriores, se habla de ulos 1.5.000 hombres llegados a Oviedon; debe referirse, sin duda ;t la totatidad: de los destacados en todo el frente asturiano EL TEATRO DE OPERACION!ES DEL X’ORTE EN EL INVIERNO DE 1936-1937 165 cho. La comunicación con Oviedo era aquí muy peno.sa, pues las vías ,que llevaban a .la capital se encontraban, en cas1 todo su recorrido, ldominadas por el a,dversario. El puente ld,el d~esfil&ero ,de Peñaflor estaba muy próximo a las Líneas rojas, y su -posesión por d enemigo hubiese supuesto el aisl~amiento ‘de la capital. El ((pasillo» quedaba al Norte, bajo ,la sierra ,de Pedroso, en la que, sin embargo, se poseían las cotas 376, 414, 292 y 408, entre otras estribaciones menos. importantes ; pasando,, al Sur, por CJ,vértice Guileiro y la cota 362, también len pod,er de las fuerzas nacionalles. Santullano aparecía ‘d8efendi+dopor el vértice Guitero, mas a partir de aquí se entraba en el estrechamiento de Escamprero, de sólo dos kilómetr,os y medio ,de anchura. Pasada la aldea de Valduno, la carretera se internaba en terreno enemigo, por lo que fue necesario construi,r una pista militar. Esta ‘discurría, en un pri’mer tramo, casi pegadla al Nalón, pudiendo ser batida incluso por fuego ‘de fusil. Luego, aquella carretera quedaba ld,efendida del Norte por la sierra de Naranco, pero al Sur estaba bajo las vistas y el fuego contrarios, una vez rebawdo el pobla’do y altura de San Clauldio. La enkraxda en Ovie,do se hacía con extrema dificultad por el barrio de Asgañosa. La capital aparecía casi completamente rodeada por las posiciones rojas, con muchos barrios ,extremos en poder ‘del adversario, particularmente por el nordeste. Sólo ‘estaba guardada, y ,muy precariamente, por su costado Noroeste, ‘donde el vértice Paisano era la posicióri nacional ldominante. El «pasi,llo» de Oviedo tenía, p.n línea recta, ,de extremo B cxtremo, 25 kilómetros. Mas consi~derando el desarrollo ,de las posiciones y su doble vertiente, Norte y Sur, no es aventurado decir que la línea alcanzaba un ,desarrollo de 75 kiiómetros aproximadlamente. La conte.mplación en los croquis del haz ‘de carreteras que conAuyen y sus lugares de destino, nos dice que sobre la capital pos dían af,luir ,masas ,de milicianos desde Avilés, Gijón, Infiesto, Pofa de Laviana y Pola tde Lena ; esto es, prácticamente desde casi todas las comarcas densamente pobladas ‘del viejo Principado. La actividad en el frente desde octubre a ‘febrero El frente asturiano, a partir del 17 de octubre de 1936 y hasta febrero de 1937, estuvo siempre activo. ;Il66 JQSÉ KiN,RL MARTíXEZ BAtil3E :. Las esca.sas fuerzas nacionales trataron primero de exp!otar !a inercia de su (avance sobre Asturias, pero fueron inmediatamente -conteaidos por las milicias revolucionarias, que se lanzaron con ímpetu sobre la capital, el Naranco, Escamprero y el paso de Peiíaflor. Sin embargo, aquéllas conquistaron San Claudio (día 25 de octubre) y mejoraron sus posiciones en torno a Oviedo. El forcejeo sigue ininterrumpido, y ed 23 de norkmbre los rojos . seccionan, por sorpr,esa, en Cabruñana, el «corre8dor», aunque la situación se restablece inmediatamente. Sin embargo, por esta época menudean las óadene.s ide ,conq«istar Oviedo y cortar el «pasillo)), generalmente por PeñafJor y Los Pinos. l,os ataques de 27 Idle noviembre al 22 de diciembre son muy fuertes. Actúan efectivos aproximados correspondientes a 35 batallones, bien dotados de armamento automático. Enero y *los primeros días de febrero pres.encian 111~ actividad que rojas del 1-f d,el ÚL po’dría ~llamarse «n~or;ma!». Pero Jas embestidas timo mes son muy f,uertes y presagian las jorna,das más sangrientàs de to,do el invie#rno. Ln ofensiva de febrwo. Phn rojo El plan marxista consistía aquí en simultanear el ataque a Oviedo con los del «pasillo», por Escamprero, Peñaflor, Cabruñana, Grado y Santullano, para cortar el frente entre PeiTíaflor y la loma de Los Pinos, y quedar al final las fuerzas establecidas en una línea d,efensiva sobre el Nalón y el Narcea. Estos propósitos ,eran perfectament,e cono,cbdos, en principio, por las fuerzas nacionales. El ,espíritu ,dle das unidhades rojas ,era bueno, y SU artill~ería, muy numero.sa. En este terreno, el tiempo transcurri’do, tan pcr,di.do en otros aspectos, había sido bien aprovechado. P,ero la moral de las fuerzas naciona1e.s r4esu!taba magnífica, y su ,disciplina irr’eprochaple ; las tropas se habían aguerrido ‘debidamente j-, aun sabiendo que apenas si podían re,cibir ayuda del exterior, esperaban inconmovibles el anunciado ataque, con toda la serenida’d que ,el caaso requería. La Comandancia ,d,e Ovkdo 8estuco accidentalmente bajo el mando <deI teniente coron Na,varro, hasta e4 ‘24 (de marzo, èn que se hizo cargo ‘de la mi.sma el Xcoronel Recas. ofensiva, cl genera¡ TAano : Para llevar a cabo la tan pronktedora de la :Encomienda trajo efectivos co.r,respondientes a una Brigada des- EL TE$TRO DE OPER.4CIO~~S DEL NORTE EN EL IWIERXO DE 1936-1937 167 de Santan’dxer y dos desde Vizcaya, aparte de un Regimiento de Aritillería pesaada, un batallón ,de Ca,rr.os y toda la aviación disponible. Aunqu,e resulta muy difícil señalar ‘el detalle del Idespliegue efectuado, por carencia lde documentación, se cree ‘que los batallones vascos atacaron al Sur (Trubia-Escamprero) y los santanderinos por el Norte (Santullano). Los batallones seg-uían tenien’do carácer político, y el ímpetu de much0.s ‘de sus c,omponentes que,daba anulado por el comportamien~to de los restantes, rea,cios a la Il:ucha, y por ausencia de mandos oapacita,dos (32). La erg-anizaciím de las Dkisiones ‘debía ser muy defectuosa. La of ensiua de febrero. Las operaciones El 16 ade febrero el enemigo realiza un tanteo ,gene,raI a todo lo largo de la línea entre Oviedo y Escamprero, desde la una a las cinco horas ‘de la madrugada, tenién,dose la impresión *de que existen preparativos ‘de una acción ra fondo con grandes conoentraciones DDEm$liciano,s, apoyados por una gran masa ‘de artillería. El 17 es de ca?ma., .que se aprovecha para el (despliegue de las reservas propias, moviénkose sobr,e el terreno 8diez unidades tipo batallón (33). El 18 se acusa fuego adversario sobre Santullano-Escamprero,, comprobándose que ha si,do desalioja,da la población civil de $a margen derecha qd,eclNalón y de los alrerd,e;dores de la capital. Esta evacuación continúa ei1Idía 19. La ofensiva general, <después ‘de un día de calma -segurament,e de descans,o para las kopas qne han Ide realizar aqu&lase desencadena el 21. Comienza el ataque B las cuatro y media ‘de la madrugaida, y en é.1 fuerzas como de unos venticinco batallones intentan numerosos asaltos, en los que sufren grandes pkdi,das. La línea propia resiste bien, perdikndose solo alguna posición aislada (34), pero se acusan (32) E-le aquí algunos nombres de los bataliones: nJosepin*, cLibertarios de uAzaña», cCalichU, EtCríspulo GutiérrezD, «Vorochilofu, crPiloña*, aCelesGijón,, tau, <cAida Lafuente)), etc. (33) Tres tabores marcharon a Oviedo, uno a San Claudio, una Bandera de la Legión y dos batallones a Peiiaflor ~7 Escamprero, un tabor de la Mehal-la y un batallón a Grado, y un batallón a Cornellana-Cabruñana. (34) Los ataques más intensos tuvieron lugar sobre las posiciones del Naranco, Cadellada, Olivares. en el sector Peñaflor-Soto-Ribielles J en la loma de Pando. Sólo se perdió alguna avanzadilla aislada. ;16S JoS&YANUEL M.4RTih.EZBANUE muchas bajas, que revisten gran impohtancia por haberse embebido en la lucha to’das 1a.s reservas inmediatas. Actúa Fa aviación roja, que .huye cuantas veces aparece la nacional, y la jornada resulta muy san.grientla, por una y otra parte (35). El día 22 continúa la fortísima presión ‘de ios rojos en tosdo e! fiente, aunque quizá sea menor que en la jornada anterior, empleándose ~unidades de refresco. En Ovie,do, el ataque ,de la Infantería está apo.yado por carros ,de combate y ,dos trenes blin&d.os. Las más furiosas -acometidas tienen lugar en Escamprero, donde el enemigo emplea ocho ingenios blindados, y Ribielles, batiéndose por el fuego la comunicación Ide Oviedo ,con la retaguardia en el paso del’ Nora, entre Gallegos y Lo,riania, y acortán,dose bdicha comunicación por Za ocupación ,de Loma Pando, que inmediatamente se intenta rkuperar (36). El 213, sigue Ovie,do castigado por el fuego y resistiendo la enorme presión ‘de los marxistas, constantement,e reforzados. La artillería suya es muy superior a la nacional, sólo despdega,da en ed Naran.co, y la situación de la ca,@4 es cada vez más grave. Se recupera una posición, ,peadida el (día anterior, én el subsector d,e Santullano. Por la noche Pico Paisano sufre una fortísima acometida. El 24 los ataques son igualmente duros y constantes, calcu.lán,doae en ochenta :as piezas que >disparan sobre Oviedo, mientras aque Ia aviación roja actúa impunemente. Ell enemigo cruza el Nalón por San Tirso, sieado luego con.tenido, y sus bajas toMes -según informes de eva.dildos- son calculadas en unas lO.OOQ. Llegan las primeras reservas naciona.les a la Ilínea *de fuego (37). Se recuperla una posición perdida ell ‘día 21 en el Naranco. La situación continúa muy grave Idurante el día 25. ES fuego a*dversario incesante va 8destruyenado los edificios ade la capital de mo,do . S>istemá.tico, sucediéndose por Escamprero y Grado los ata,ques, readìzasdos con gran lujo <de elementos, mientras que se ejerc.e igualmente (35) El Diario de Operaciones del S.* Cuerpo de Ejército calcula en unas 2.000 a 3.000 las bajas enemigas. Anade que se hacen unos 100 prisioneros y que ante las posiciones aparecen varios centenares de muertos. Las bajas propias exceden de unas 700. El General iiranda (trabajo tantas veces citado) da 70 de oficiales y ~.580 de tropa. El Cuerpo de Ejército rojo de Asturias totaliza 1.818 heridos y 65 muertos recogidos. (36) Las bajas fueron muchas por una y otra parte. Sólo entre Grado y Escamprero las fuerzas nacionales tuvieron unas 200, y en total, desde Grado a &ied .do, unas 500. El General aranda señala un total de 12 oficiales y 325 de tropa. (37) EI Diario ‘de Operaciones de la 8.a División habla de media Brigada. EL TEATXO DE OPERACIOX@S DEI, E;ORTE EN EL INVIERXO DE 1936-1937 169 una pr,esión muy granlde por San Claudio, Cornellana y, Cabrufiana. Puede decirs.e que casi toda la línea de contacto vibra. A Ea vez, lo.+ grupos que’se infiitraron cruzando el Xali>il por San Tirso, son olr>ligados a repasar el río. Las bajas en Oviedo alcanzan ya la cifra d.+ 2.000 (38). En comparación con las jorllfadas anteriores, la *del 26 es de ca,ha, pese a seguir incesant,e el fuego de artillería y aviación. Oviedo, el Naranco, Santu’!!ano, Escamprero, San Roque, San Claudio y GrsdG son los secto’res más afectados este sdíia. El 27 hay ataques contra San Clau,dio, realizados por seis batallones, apoya,dos por cinco carros y prkedidos del fuego ‘de siete baterías ; pero fracasan con fuert,es pér,didas (39), gracias al espíritu de las fuerzas nacionales, que ‘es &ísimo. La línea propia está sólidamente estaMecida y sobre ella se concentran más fuerzas. A pesar ,dz haberse per,dido I.oma Pando y haber queckdo corta,da su ímica carret’era con la retaguar’dia, se tiene g-ran confianza en la suerte de Oviedo. El 28 hay ataques violentos sobre el barrio de San Lázase, en donde se pier,den varias posiciones, y sobre Grado. El temporal es int.ensásimo y Ba ofensiva puesde,decirse que ha entrado ya en su fase decreciente (40). El mes IdDerraarzo comienza con una lucha de inusita’da violencia en los alrededores de la capital, sufrien,do su guarnición sensibles pérdidas. ,Esta presión sigue el día 2, tanto sobre ella como sobr.e sus Iíneas de comunicaciones, particu~l~arrnente en San Claudio, donde por la noche los rojos -que realizan catorce ,embestildas- sufren una verda’dera carnicería, después de haber poseído pasaj,era#menteuna avanzad(illa. Su moral es baja en relación con las jo.rnadas anteriores (41). E! 3 se concretan 110sataques, sobre las posiciones de Buenavista, (38) i\sí se úice en el telegrama oficial enviado el día 25, a las 22,50 horas, por el Teniente Coronel Navarro al Gobernador de Asturias. (39) Se tienen 150 bajas propias y se consideran aincalculablesa las del adversario, que pierde tres carros y ve cómo son desmontadas dos piezas. (40) El General Aranda ha seíialado que en los siete primeros días de ofensiva, las fuerzas nacionales habían sufrido 143 bajas de oficiales y 3.527 de tropa. El día 25 había enviado Aguirre, desde Bilbao, a Prieto un telegrama, en el que se decía : «Probablemente quedará interrumpid,\ operación Asturias por falta de munición». Es lo más verosímil el que se dispuso de mucha munición, aunque fuese muy mal administrada. (411 El Diario de Operaciones de la 8.a Divi‘siC>n dice: XI-OS prisioneros cogidos presentaban señales de latigazos en la espalda y declaran que sus jefes tenían orden absoluta de ocupar la posición a toda costa.» JiO JOSÉ MANUEL XARTÍNEZ BAYDE en Oviedo, y <del subsector de San Cilaudio. El 4, sobre este último y ,el de Soto&antullano. El 5 ,s,e inicia una reacción nacional. Son asaltadas las primeras trirxheras de Rebollar por cinco uni,dades tipo batallón, apoya,das por morteros y artill,ería, continuando la progresión hasta (dominar de la carretera Escamprero-Trubia, el puente sobre el río Nora, xnientras que Loma Pando es desbol-‘da.da por ambos flancos. Pero la resist,encia encontra.da es grande y nada $definitivo se logra (42). El ,dia 6 aparece ,encaJmado, salvo un ataque rojo por la noche en Oviedo. :El í hay otros sobr’e Oviedo y San Claudio. El 8 sobre San Roque, Escamprero, Santullano y Gurullés. El temporal impide continuar la acción ofensiva nacional iniciada ei ‘día 5, pe:ro el 0 se ocupan ailgunas posiciones rojas en Buenavista. El 10 se reanuda la contraofensiva sobre Pando, avanzando metódicamente por la ~der~echa, ,centro e izquierda del pequeño entrante Idoce un:da,des tipo batallón. El 1.1 continúa esta accion, más la encarnizaNda resistencia sde ‘los marxist!as, protegidos por el fuego de ,una artilkría muy pot,ente, aconseja suspen,der la operación y adaptarse a las cirwnstancias (43). Durante el 12 realizan aquéllos dos fuertes ataques en Ovietdo con grandes efectivos, precedidos rde intrensa preparación artillera : más otro en el Xaranco. Por la noche sobre Ribielles, la plaza de Oviedo y el vértice Paisano. El 13 hay ataques ma,rrxistas muy fuertes, apoyados por och,o carros .de combate, por la Cadellada (en Oviado) durante cuatro horas ; y también sobre P’eñafJor y Ribielles. El temporal de Iluvias es fortísi,mo. El 11 9a presión .roja se centra sobre los barrios ovetenses ‘de la Argañosa, Buenavista y Cadellada ,* hay a,demás intenso duelo ,de artillería, qu,e continúa en sucesivas jornadas. Vuelven los ataques (42) Las bajas propias fueron 200, de ellas ocho de oficiales El adversario perdió ante Oviedo dos carros, mientras se le inutilizaba un avión. (43) El Diario de Operaciones de las Fuerzas Militares de Asturias dice, en el día 11 de febrero: «Vistas las dificultades que presenta la ocupación de Pando y teniendo en cuenta que las ventajas que su posesión significan para el enemigo han quedado casi anuladas con las acciones ofensivas ejecutadas y con la terminacián de Ia pista a Oviedo por el Naranco, y que por otra parte se estiman logrados los ,propósitos del Mando al quedar restablecida la comunicación automóvil con Oviedo, sin que compense el gran sacrificio que sería preciso realizar para anular totalmente la ventaja parcial obtenida por el enemigo, insistir en desalojarlo de la magnífica posición que ha establecido, se decide aminorar aquella ventaja por injiltraciones.* 1% TEATRO DE OPERAClOli,ES DEL NORTE EPI EL IiWIERNO DE 1936-193i 171 rojos los. !días 17, 18 (subsector de Buenavista) y 19 (szlbsector del Naranco), mas apenas si revisten graveda,d. Por el contrario, en la noche .del 17 .las fuerzas nacionales del Namnco mejoran sus posiciones Idel pkq Paisano. La batalla por d ,worredor» de Ovie,do puede Considerarse de,finitivamente terminalda. Consectcencias El examen del croquis y la lectura ‘de las ‘líneas prece’dentes muestran una de las características de %aoãensiva sobre Oviedo y su «pasiUNo»,,que a <Ialarga la esterilizó por completo : la ,dispersión del esfuerzo. Se atacó, prácticament,e a través jde toda la línea, contra &i principio de economía ‘de fuerzas, y de forma caótica, dándose la impresión de que se buscaba un punto ‘débil en ,el despliegue nacional, sin saber en rigor ‘donde se encontraba. Subsectores muy sensibles y peligrosos fueron aquí, sin d,uda, los ,de Cornellana, Grado, ed cruGe d,e Escamprero y la línea San Claudio-Argañosa, siendo en este último sector don,de únicamente consiguieron las fuerzas rojas un éxito .local. La ocupación de la Loma Pando, que cortaba la carretera entre San Roque y la ,ciu#dad, obligó a ,d,esvia,r el tráfico, construyén’dose una pista mi.lita$r (señalada en el croquis). ; Cuánt,os hombr,es fueron embebidos en el ataque? El general Aranda da :a ,cifra $d,e40.000, Gíadiendo que fueron apoyados por 100 piezas enemigas. El Diario de Operaciones ‘de la 8.” División hace exceder aqukllos *de 50.000, los cuales se estrellaron ante efectivos no muy superiores a los 20 batallones. Otros autores ekvan más aun aquellas cifras (44), pero lo ver,daderamente indudable es que ios efectivos rojos fueron muy superiows a los na,cionales, estan,do aNdemásapoya.dos por una densi,da$ddel fuego consi,derable. La aviación voló casi siempre con abssbrlutaimpunidad, y la artillería, pese a sn general dispe.rsión, ,reaIizó una labor Idemo!edora, particularmen(oB. rit., pág. 267) cita aquí GO.000 hombres y 200 piezas. GS 18 julio 1936-U octubre 19.5’7, Valladolid, Imprenta (Astuvios, Casa Martín, s. a., pág. 93) da igualmente la cifra de 60.000 hombres, de 10s cuales 20 000 fueron empleados contra la capital. OSCAR PÉREZ SOLOS (Sitio y defensa de Oviedo, Afrodisio Aguado, Valladolid-Palencia, s. a.. pig. 323) habla de que el 22 actuaron 68 batallones, muy bien apoyados por el fuego de carros, artillería y aviación. (44‘1 RIINIAKO ~ZOJENDIO CARRASCAL 172 JOS?? MANUEL IIARTiNEZ BANDE .te sobre la capitaL,(45). La primacía ‘de las piezas rojas resultó evidente, dado su número (46), al contrario de lo que ocurría con su infantería (47). La lucha costó en das filas nacionales 191 bajas de ofikles, 179 de subofhcia.les y 5.024 ,de tropa, según consta en un resumen general, hecho ,después fdd 21 de marzo e incluído en el Diario de Operaciones :cle las Fuerzas militares *de Asturias ; en él se seiía’,a, a.demás, que se hicieron 438 prisioneros, contándose 2.325 muertos dejados en el campo y 126 heridos capturados. Las bajas totales enemigas *debileron llegar a ‘los 25.000 hombres el día final sdefebrero, según el cita,do Diario : 10.000 ante ,la plaza de Oviedo y 15.000 en al- «corpe+dor» (48). En .cuanto a! botín conquista,do por las fuerzas nacionales, se elevó a 1.042 fuGles individuales, 34 fusiles ametralladores, 15 ametralladoras, tres carros perdidos y cuatro inutilizados, más abundante material ,de todas las clases y municiones, según aquel Diario. TerminaSda )la ofensiva, la línea quedaba prácticamente como estaba antes, salvo el pequeño boquete de loma Pando, pudiendo Ovie(45j El General Aranda seííala que en los días 22, 23 y 24 cayeron sobre ‘Oyiedo un promedio de 2.500 a 3.000 granadas de aviación y arti!lería. G. Carrascal dice que a mediodía del primero de la ofensiva habían sido disparados sobre la capital 3.000 proyectiles, casi todos de grueso calibre. (46) tos telegramas enviados aquí por el Comandante Militar de Oviedo al de Asturias eran claros. El del día 23, a las 13 horas, dice: K.... Tiene (el enemigo) El del mismo día, a las 16,30 horas: <Artillesuperioridad artillera. No infanterías. Tía enemiga destruye todo». El del día 24, a las 21,55 horas : uhcción artillería enemiga en todas partes es aplastante». (47) En el Diario de Operaciones de las Fuerzas Militares de Asturias, se dice al fir.al del mes de febrero: s... todas las fuerzas de la guarnición de la Plka de Oviedo, así como las que se enviaron de refuerzo a la Plaza y las restantes Unidades de las Fuerzas Militares de Asturias que guarnecen el pasillo GradoOviedo en este período, han demostrado en tan largo período de dura. y tenaz lucha, hasta el más alto grado, sus elevadísimas cualidades de valor, abnegacibn y sacrificio ; incluso en la Plaza de Oviedo los paisanos auxiliares empleados en obras de fortificación, rivalizando todos en ocupar los puestos de mayor riesgo y fatiga, demostrando igualmente la po;blación civil la mayor serenidad y desprecio dei peligro, aportando cada cual, dentro de sus facultades y cometidos asignados, t(tda su voluntad inquebrantable de resistir el abrumador empuje del enemigo». (45) 15.070 es la cifra total de bajas nacionales al terminar la ofensiva dada por :el General Aranda. G. Carrascal la eleva a 15.000. En cuanto a las bajas na-dondes, el General dice que trlas 1.500 bajas de tropa se repusieron inmediatamente, pero no así las 70 de oficial, que obligaron a montar en Luarca una Acadek mia de Mándos.. -. ., ,:L TEATRO DE OPERACIOSES DEL NORTE EN EL IMVlERKO DE 1936-1@7 173 do comunicarse con su retaguardia mediante ei correspondiente desvío. Pero la ciudad había sufrbdo mucho, y sobre las ruinas de OCtulxc: de 1934 y el verano de 1936,, se sumaban otras muchas ; 1;s fortificaciones habían sido removidas, y, en conjunto, la masa edificada ofrecía una lastimosa visión. Las conseclwnrias ‘de la proyectada gran of.ensiva. fueron desastrosas para SUS autores y ejecutantes. El presidente Aguirre elevó fuertes protestas al Gobierno de Valencia, ;L la vista de las bajas sufridas por los batallones vascos, cuyo efecto sobre Ja pohlacitin civil y las propias fuerzas armasdas (de &uzka~di» fue considerable (49). El, fantasma <del hambre se hizo más amenazador en toda la faja ‘del Cantábrico (50). Los rojos reclutaban ahora, a marchas forzadas, 10.000 hombres para cubrir bajas, 4dedicándose de modo intenso a fortificar sus posicio(491 Un telegramü enviado desde «Euzkadi» a Valencia, fecha 25 de febrero, decía así: aFracasada ofensiva sobre Oviedo responsa>ilidad recae íntegra sobre Mando y E. M. Ejércitos del Norte y sobre Gobierno de Valencia si la ha autorizado. Dígale V. E. conocimiento.> El S. 1. M. comunicaba al Cuartel General de1 Generalísimo, fecha 9 de marzo, entre otras cosas lo siguiente: «Van llegando a Bilbao numerosísímos he’ricios pertenecientes a los batallones que de ‘Vizcaya fueron al frente de Astwios. Est,.s heridos entran en el hospital a las cuatro de la macana con objeto de que no s&nvistos... Saseta, jefe de las Milicias del Partido Nacionalista Vasco, murió en el asalto a una casa y con él gsan cantidad de oficiales de dichas milicias El batallón NItzarkundiaB, que se encontraba en Kalamúa (Eibar), lo quisieron llevar a Asturias y se insubordinó.» El 9 de marzo de 3~937 comunicaba el Cuartel General del Generalísimo al Jefe de la 8.k División, lo siguiente: &egím información recibida en este Estado Mayor de origen S. 1. M. y fecha 6 del actual, han llegado a Burdeos refugiados procedentes de Bilbao en estado famélico y muchos de ellos enfermos. Dicen que la moral de la provincia está cada día más baja y que estos últimos combates de -4sturias han producido Ilondo efecto. Manifiestan que se han evacuado por Santander en estos días 15 trenes especiales repletos de heridos que se calculan en unos 8.000. En Bitbao han sido requisados, para enviarlos al frente 80 &dicos, lo que demuestra que todavía quedan muchos heridos por evacuar.3 (60) El Consejo de Comercio del Gobierno asturiano comunic6 al Ministro de Hacienda del Gobierno Central, con fecha 9 de marzo: «Según comnrt;.iqué telegramas anteriores, se nos terminaron ayer existencias de víveres. Hoy sólo entregamos pan de Intendencia. Y eso mismo hacemos con poblacibn hace diez días. Lo que ocurra con esta situación no nos alcanza responsabilidad por haber previsto hace tiempo escasez». Igualmente se quejaba, el 16, el Delegado del Gobierno en Santander al Ministro de Hacienda, manifestándole la crítica situación en que se encontraba la provincia por falta absoluta de víveres. $74 JOS& MANUEL MARTÍNEZ BANDE nes. Quadaba comprobada que «la solución del problema de Asturias no podían conseguirse, ni por el enemigo con ataques, por potentes que fueran, ni por los nacionaks con ataques limitados d,esldeel interior, sino con amplias maniobras exteriores con grand’es con&ingentes, cuando la sitwción general 2’0 permitiera» (51).. El fracaso <de la operación tuvo, pues, repercusiones muy hondas en el futuro, que se t.ra*dujeron, particuilarmente, en el ,desestimien.to rojo a ocupar la capital asturiana, sobre la que sódo habría, en a’delante, ataques esporáldidos y parciales. Las esperanzas puestas por los diri,gentes de Gijón en su pomposamente anunciada ofensiva fueron tan grandes como la des,i.lusiónsufri’da. La lucha en el frent-e Norte #durante el invierno lS36-37 no tuvo; pues, nada de secundaria. Gracias al heroísmo ,de las fuerzas nacio. naks que lo (defendían, se cons’iguieron los ef,ectos siguientes, de extraordinaria importancia : - Los restant,es Teatros ,de Operaciones apenas si sufrieron repercusión alguna. como consecuencia #de.las dos grandes awiones fracasadas. - Los rojos-separatistas pa.saron a una tidefinitiva actitud pasiva. - El Man,do nacional pudo planear, con toeda holgura, la Campaña (del Norte, que idaría fin a la guewa en la faja cantábrica, instruyendo varios reemplazos y organizaado nuevas unida,des, cuya actuación desde abril .a octubre sería hego ,definitiva. (5.X) General Aranda, conferencia eitada. ---L -=’ 8 .Cangas de Onís I 0 - 8 ..-~ -... 16 I 24 ----- 32 40 1 48km ---. -- Croquis número 2 1EL TEATRO DE OPERACIONES DEL NORTE FRENTE DE LA 88 DIVISION I --b I-I Escala .h-ta gris: altitudes superiores a 600mts. Linea nacional inicial Linea nacional final Movrnientos de las fuerzas rojas Id. de las fuerzas nacionales EL ATAQUE ROJO A VILLARREAL Croquis número 3 _a S rojas Escala 4:San Lazaro. 5:La Cadellade. * a los 3OOmt.s. -.T*awa 753zzz% -w-e- 1:Olivares. 2:Buenavista. 3: La Argañosa. Zona en gris: altitudes superiores nacionales de las fuerzas Reacciones Ataques Linea nacional final Linea nacronal inicial LA GRAN OFENSIVA ROJA SOBRE OVIEDO Croquis numero 4 PUBLICACION ARCHIVOS DE DEL FONDOS SERT’ICIO MANUSCRITOS HISTORICO MILITAR La REVISTA DE HISTORIA MILITAR, inaugura con esta nueva .4ección, una indispensable aportación al conocimiento general de sus fondos documentales, que son, sin duda, de mayor interés históri- ’ co y militar entre los pertenecientes a los siglos XVIII y x1x. En esta Sección, serán publicados los textos manuscritos de aquellas documentaciones que, por diversa razón, no están reseñadas para figurar en otras publicaciones de este carácter o dispuestas para ser catalogadas entre las publicaciones del Servicio IIistórico Xilitar. Consideramos que esta labor de divulgación documental, es de la mayor importancia, ya que las lógicas exigencias de las Ciencias Históricas obli,qan a las naciones, en cuyos archivos se custodian semejantes fondos, a dar versión textual de los mismos para poner al alcance del investigador técnico y del profesional erudito la fuente necesaria, precisa, que se traduzca en la versión clara y justa de la Historia de la Humanidad. La publicación de «Indices» y ((Colecciones documentales», es común felizmente a los países de alta cultura. En España, la Direcciári General de Archivos, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Real Academia de la Historia, los Servicios Histórico Militar y Geográfico del Ejército, etc., etc., están procediendo n. difundir sus fondos. La Dirección General de Archivos, recientemente ha dado tioticia de la Conferencia Internacional «Table ronde des Archives»,, del «Conseil International des Archives» (C. 1. A.) (l), sobre los gran(1) El aConsei1International des Archives» (C. 1. A.) fue- Creadoen 1948 para sucederal Instituto de CooperaciónIntelectual (fundadopor la Sociedadde Naciones),encargadode publicar la &uide International desAichives). Tiene como principal misión el proteger el patrimonio documentalde todas las Naciones,y además,estimular la publicación de Indices y Colecciones,y contribuii a fa- des avances que los países registran en la divulgación de los fondos documentales como aportación al progreso de las Ciencias Histi>ricas. Con anterioridad a los acuerdos del ((Conseil)), España puede mostrar una extrordinaria labor reconocida en el campo de la investigación histórica internacional. Por la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, se ha publicado el «Inventario General de Manuscritos)) (2) y el «Registro General de Sello)) (3), que contiene In catalogación de los documentos pertenecientes al reino de Castilla bajo el reinado de los Reyes Católicos ; y por el Patronato Nacional de Archivos Históricos, las catalogaciones de los Archivos de Indias de Sevilla y General de Simancas- (Valladolid). Son del mayor interés para la Historia Militar, los catálogos de documentos de la Secretaría de Guerra (siglo XVIII), que nos facilita la extensa serie de las Hojas de Servicio de los militares que prestaron sus servicios en Ultramar, así como los ílistoriales y documentación de expedientes de las Unidades de todas cilitar * la consulta documental que resuelva en el campo de la investigación técnica histórica, las enormes dificultades del profesional. Ilos Congresos convocados por el «Conseil International des Archivesa, para lograr estas relaciones, han marcado sendos avances y constituyen un optimista progreso. Así, el ,I Congreso, celebrado en Paris en el año 1950, trató de asuntos de tanto int&-és como los siguientes: «Control de Archivos en formación; los Archivos y la microfotografía> ; «Archivos PrivadosD, aPublicaciones Documentales y Bibliográficas». El II Congreso se celebró en La Haya, en 1953, sobre las Ponencias: aLa Uniformidad de la terminología archivista», aLos Archivos y la Historia del Arte>, rLos Museos Históricos de los Archivos>, «El préstamo Irternacional de los Documentos». El III Congreso se celebró en Florencia, en 1956, siendo temas de trabajo: <Las nuevas instalaciones de los Archivos,, uExpurgo de Archivos y Archivos Privadosu. El IV Congreso tuvo iugar en Estocolmo, en 1960, y trató sobre los aArchivos de Estado», *Nuevas técnicas en materia de restàufación de documentos, planos y fotografíasr, y c<I;os Archkos y la ínvestigación actual en materia económica y sociológica». En Madrid, según in-dicamos, tuva lU@la CTable ronde des Archives», cuya labor está recogida en el &õlétín de la Dirección General de Archivos», núm. UXIV, año X, xraxzoabril de 1062, y en el que figuran la larga serie de los archivos españoles, SU ríqueza documental y normas de consulta. @) && (3) G53. PAZ Nacz’on4, Archivo REMOLAR, Madrid, General R. y L;ÓPEZ 1953. de DE Simancas, TORO, J.: catálogo Inventario XII, Gestera1 de la ,Hiblio- volumen III. Valladolid, PUBLICACIÓX DE FONDOS MANUSCRITOS 177 %asArmas y Cuerpos, incluídas las milicias (4) ; e igualmente la Serie de las catalog-aciones de Simancas. Las «Guías de los Archivos de Madrid» (5) y las «Guías de las Bibliotecas de Madrid» (t;), junto con las publicaciones de estos aspectos que ampara la Real Academia de’ la Historia, como el «Archivo Documental Espaîiol» (7), facilitan extraordinariamente la ardua labor del historiador. Junto a dichas publicaciones, figura la labor del Servicio Histórico Militar, cuyos Indices documentales son valorados justamente. Así In pablicación de la obra «Cartografía y relaciones históricas de Ultramar», cuyos tomos sobre América en General, Estados Unidos y Canadá, Méjico, América Central, Colombia, etc., y a los que seguirán los territorios que un día fueron Dominio de la Corona Espaííola, revisten una importancia valiosa, pues ponen al alcance, cartas, mapas y planos, con SLIS respectivos expedientes, que seran en otro caso difícil y aún incómodo obtener para los historiadores alejados del territorio peninsular. El índice aColección Documental del Fraile)) y la publicación en el «Boletín de la Biblioteca Central Militars de los extractos, copias y noticias obtenidas en el siglo XIX por la Comisión del Cuerpo de Ingenieros, realizadas en los Archivos de Simancas (Valladolid), General de Indias (Sevilla) y el Archivo de la Corona de Aragón, son en verdad fuente inestimable del más alto valor, que suple con eficiencia en muchos casos cualquier deterioro o imposibilidad de consulta d,e los originales. Igualmente el Servicio Geográfico del Ejército, en la misma publicación de la obra cartográfica citada, como la nueva serie de difusión de índices cartográficos (8), se sitúa en la línea de progreso archivista q~~e preconizan LI orientan los últimos Congresos del Consejo Internacional de Archivos. (4) Dicha documentación fue cedida en el año 1844 por el Ministerio de la Guerra al citado Archivo, y está inventariada con Indice de Expedientes Personales y señalamientos regimental, de Compañías, etc., Catálogo xX11, Valladolid, 1958. (5) Ministerio de Educación Nacional. Dirección General de Archivos y Bibliotecas, Madrid, 1952. (6) Idem, íd. (‘7) Real Academia de la Historia,. Compiladas por M GÓMEZ DEI. CAMP~LLO, Madrid, 1959-1953. (8) Catálogo de Atlas. Archivo de Planos., Madrid, MCMLXII. De APARICIO MIRANDA, Director; y la colaboración del teniente coronel señor Garcia Baquero. 178 REVISTA DE HISTORI4 MILITAR Nosotros ensayamos ahora aquí una aportación, con la difusión y noticia de alguna de nuestras documentaciones históricas, que pueden llegar a los alejados geográficamente países de Oceanía, un día igual-mente posesión de la Corona; y en general, para que puedan valorarse en el campo histórico, como fuente de interés, Por ello, inicia-mos por divulgar la Serie catalogada en la División F). 0 ceania ; sección a) ; Asuntos Generales. A la que seguirá la documentación particular de Islas y Territorios, publicando siempre que la valoración lo aconseje, facsímiles de cartas y planos que estén directamente relaciona,dos con estas documentaciones.-JMZ. División F); Sección a), Asuntos Generales. FILIPINAS. N.” 1. 1796. SABATINI. Dictamen del S.or D.n Fran.co Sabatini sobre las Yslas Filipinas Madrid Junio de 1’796. Signatura: 4-l-9-4 _’ La grande fertilidad de las Yslas Filipinas que producen muchos y apreciados frutos cuyo fomento y beneficio Iospondría en igual ó mayor estimación que los que cultivan las Naciones más Sabias y la multitud de excelentes maderas tanto de construción como de tinte harán siempre muy ventajosa a Espafia la conservación de estas Posesiones por el comercio activo que podría hacerse cultivando una tierra tan feráz y entonces seria sin duda la Colonia mas floreciente y opulenta del Asia. Hallandose Manila, Capital de las referidas Yslas, situada en la mayor de ellas denominada Luzon y en posición tan ventajosa que con las obras que se hallan executadas y con las que pueden añadirse se harán sespetable esta Plaza y de muy difícil asedio, siendo por otra parte Deposito de los generos fabricados en el Ymperio de China, y de los finos y exquisitos de Algodón texidos en la Costa de Coromandel los quales son transportados á América donde tienen especial preferencia y en cuyo cambio regresa á Manila cantidad considerable de plata, recomendarán siempre estas circunstancias á la mencionada Capital á fin de que se ponga en el mejor estado posible de defensa : para llenar este obgeto ha formado el Co‘mandante de Yngenieros de dichas Yslas D.n Gregorio Clavero el Proyecto y relacion correspondiente que acomp$íó con su oficio, Número 160, el Governador de las mismas D.n Félix Berenguer de Marquina en 20 de junio de 1793: en Plano del citado Proyecto (*), se advierte que executadas las i (*] Consúltense los pIanos siguientes: K--m-9-73 (Serv. E-lis. Mil.), ducción nos ha sido imposible, por dificultades técnicas. _.. ._ fac&ilar cuya repro- WB¿ICACI¿N DE FOXDOS MANUSCRITOS 179 obras de las dos Plataformas b y c, y el Baluarte d, con la doble estacada e, queda bien defendida la parte de Ia Plaza que bafía el río Pasig, pues en los grandes flancos de dicho Baluarte puede colocarse competente Artillería que impida á qualquiera embarcación la libre nabegación del Río, no pudiendo ei enemigo quitar sus fuegos directamente sino con baterías flotantes, cuya operación es arriesgadísima, y era probable fuesen destruidas, echadas á pique ó quemadas por el repetido fuego que se haria desde los referidos flancos y demás obras de dhõ frente, y en el caso de que el enemigo haciendo brecha en el mismo Baluarte intentase subir & ella, era de esperar no conseguiría su fin por la resistencia que hallaria en los tres flancos opuestos de las Plataformas y Baluarte laterales y demás provisionales baterias establecidas á aumentar la defensa de esta parte ; teniendo también que atravesar el Río, cuyo gran caudal de agua contribuye mui cho á frustrar al enemigo la idea de apoderarse de la Plaza si intenta atacarla por dicho Frente: el que mira á la Marina está- igualmente bien defendido, pues siendo tan estrecha la Playa que media entre el Mar y las obras executadas se defiende no solo con el cañon sino con el fusil y teniendo poco fondo la Bahía acia este Frente se verán obligados Ilos bajeles enemigos de mucho porte á mantel?erse distantes, por lo que no causará en sus obras dafio considerable la Artilleria del invasor y en caso de que se aterren las embarcaciones de este y‘ no sean suficientes los fuegos de las baterias del citado Frente para contrarrestar’ los esfuerzos del enemimigo, pueden establecerse otras provisionales sostenidas por las de las Plazas de Armas del Camino cubierto y que tengan su comunicación con él, cuya grande oposición probablemente alejará ias embarcaciones contrarias, y sino se verán expuestas á ser batidas á flor de agua, ó incendiadas con bala roja; y por último juzgo que asi en este como en el’ anterior citado Frente, siendo ambos de dificil expugnación se debe vivir con la mayor vigilancia para evitar tilia sorpresa que suele ser el medio de que se vale el ënemigo quando vé á los defensores dekcuidados en los puntos de’dificultoso acceso : La parte de la Plaza que mira á tierra es, la qua pi& mas atención, pues fue por donde se ‘ata& ‘en el alio de 62 y probablemente lo será siempie por lás ventaias que ofrece al enemigo en su desembarco, transportë de Artillería y demás aprestos marciales á ‘las cekanias dé la Plaza para empezar Su ataque según reglas : La disposición q~c dá Clavero á Ias obras que propone conduce en todo 10 posible a aumentar las defensas y x corregir los defectos deí recinto alltiguo y 10s que ha originadó este por consecuencia pre- 180 REl’IST4 DE HISTORIA MILITAR cisa en las obras construidas ; conserva al mismo tiempo el importante punto de la Ysla de la convalencia con las baterias que establece en ella, logrando alejar al enemigo del punto áe ataque que es de inferir eligiese para someterse la Plaza por este Frente, pues los fuegos de ella, los de la citada Ysla, y los que se aumentan exigiendo el Reducto r, y el Pastel P, difkultan el asedio, agregando á dichas defensas las que podrán hacerse desde el Rio, Fosos, y Canal proyectado con lanchas ca5oneras y obuseras mandadas por oficiales de valor é inteligencia, pues dirigiéndose bien la defensa de esta Plaza será muy -difícil logre el enemigo? que vaya á atacarla, hacerse dueño de ella aun quando se presente con fuerzas respetables ; conceptuando por ultimo no será fácil substituir otras obras á las citadas de aumento menos costosas y que llenen el obgeto de defensa más completamente por lo que soy de dictamen se prevenga al Governador de Filipinas lleve á debido efecto su execución. Reconocidas las obras que convendrá añadir á las que actualmente tiene Manila para ponerla en buen estadó de defensa se sigue tratar de la de Cavite y seguridad de SU Puerto ; para conocer su importancia .conduce mucho tener presentes las siguientes reflexiones : La notable conveniencia que resulta de conservar las Yslas Filipinas por sus abundantes y ricas producciones ; su mucha estensión especialmente la en que se halla Manila ; SLI situacion excelente para el Comercio por hallarse colocadas en.tre los. dos Continentes de Asia y América ; Las quantiosas riquezas que sacaria de dichas Posesiones el enemigo que las tomase y la proporcion que tendria para hacer expediciones al Mar del Sur, ó quando por evitar gastos extraordinarios no intentase equipar una escuadra capaz de atacar varios puntos de su Costa, el saqueo que podrian hacer los Corsarios en varios Pueblos indefensos, y. por otra parte el comercio ilicito que entablarian con sus generos de la Yndia que tanto estiman en ambas Américas, lo qual causaria á España notable perjuicio: La proximidad de Cavite á Manila entre cuyas Plazas se halla el parage mas aproposito para hacer el desembarco el enemigo pues le proporciona sin ir por rodeos ni pantanos á atacar dichos puntos, facilitando la cercania de estos que se le incomode quando haga su desembarco v aun _ verificado este obligandole también á dividir sus fuerzas eln .el caso de sitiar las dos Plazas á un mismo tiempo, lo quei -: seria de mucha ventaja á la defensa de ellas, o bien si ataca una despues de otra que pierda tiempo y gente, estando expuestQ á malograr su empresa por varios inopinados accidentes que pueden sobrevenir, y ultimamente la grande conside. ; - PUBLICACIÓK DE FONDOS MAXUSCRITOS í81 racion de conservar el Puerto, Astillero, Población y demas fines del Servicio induce á fortificar á Cavite, teniendo este segundo apoyo de la defensa la importancia de las mencionanadas Yslas ; y sin embargo se que el citado Governador D.n Félix Berenguer Marquina no contempla preciso dicho Puerto respecto de ser fácil anclar las embarcaciones en todas la Bahia, se debe tener presente que en ella. se experi-, mentan grandes temporales todos los años al tiempo de entablarse la estación de aguas con el Bendabal, y algunas \Teces hay vientos uracanes que arrastran los Bajeles acia la Costa, y en el Puerto de Cavite pueden anclar y amarrarse sin estar expuestos á experimentar averias, por cuyas congruentes referidas razones soy de sentir se fortique este Punto y contemplo aproposito el Proyecto aprobado por S. M. y que en virtud de IR.1 orden propuso el Ten.te General D.n Juan Martin Zermeíío pues contiene todo lo que conduce á resguardar el Pueblo, defiende bien el Arsenal y ‘Puerto, tiene Almacen de polvora á prueba, pudiendose construir debajo de los terraplenes algunas bobedas que sirvan para deposito de viveres y también de abrigo á la tropa que en tiernpo de sitio no estubiese de accion, defendiendo bien el único punto de ataque por el Frente de tierra; y aunque pudiera proponerse una Ciudadela, ó Fuerte respetable en lugar del enunciado Proyecto á fin de disminuir el importe de este, dudo se consiguiese el deseado obgeto pues &o obstante de hacerse menos obra, el coste que tendria la compra de Edificios y demás partes que á un Fuerte, ó Ciudadela corresponden equivaldrlan ó no seria estraGo+subiesen á tiayor valor que poner en practica el referido Proyecto, además dei que no contendria ninguna otra obra las .ventajas que abraza aquel, ccmo he manifestado ; por lo que soy de dictamen se execute con las prevenciones que se anotan en su Plano, quedando de este modo’bien defendido este punto. Enterado de quanto exponen el actual Governador de Filipinas, y sus dos inmediatos antecesores sobre aumento da tropas y calidad de ellas, soy de opitiion que fortificando á Cavite serán precisos quatro mil hombres de Ynfantería. tres mil para g!lnrnecer ,2 Manila y mil ü Carite, que deberan ser Europeos. ó Americanos, todos blancos y qtie estén bien disciplinados, exigiendo la prudencia no sean Yndios, ni estos se admitan para mezclarlos con los veteranos, pues los Naturales cle todo psis conquistado solo aspiran á hallar medio de sacudir el dominio del Príncipe que los redujo á su obediencia y para evitar este caso, todas las Naciones Europeas que poseen establecimientos asi en ambas Yndias como en Africa, la principal fuerza para su defensa y tener sugetos 182 REVISTA DE HISTOXIA MILITAR los Naturales consiste en tropa embiada de Europa, y toda que los de gente escogida ; bajo este concepto es indispensable referidos quatro mil hombres sean de la calidad expresada y para ayudar á estos y suplir la falta que en su numero pueda haber se emplearan Milicias Provinciales, cuyo total deberá ser igual, o algo mayor que el de los veteranos debiendo tener buenos oficiales para que los disciplinen bien y sean utiles en la ocasión. Los Artilleros pueden aumentarse hasta el número de trescientos para que no falte gente instruida en manejo de Artiliería y por si no fuese suficiente el expredo numero, convendria que concurran á la escuela práctica de ella algunos soldados asi veteranos como de las Milicias á fin de que aprendan el citado manejo, y haya. competente numero de sirvientes en la Artillería en tiempo de sitio ; no me parece preciso se aumente el Cuerpo de Dragon.es, pues con el Escuadron que hay en el dia és bastante para las ocurrencias al Servicio y como la situación de ambas Plazas no es propia para hacer salidas, seria inutil mayor numero de tropa de á cavallo y aun para la Campaña por ser quasi todo el terreno pantanoso. Las mencionadas Plazas deberan estar provistas de todo lo necesario íi su defensa asi de la competente Artillería y municiones como de viveres para tres meses, respecto de que podría verificarse kc awxici& dc ma Escuadra enemiga en la Bahia de Manila, sin tener anticipado aviso de estar declarada la guerra con la Nación invasosa, cuya precatlcion se dirige á evitar una sorpresa y á no carecer de lo mas indispensable á sostener un largo sitio, y mucho más en 11na epoca en que se destinan grandes Escuadras á excepciones de importancia, conduciendo numerosos cuerpos de tropas, como se verificó quando atacaron los Yngleses las Plazas de Cartagena de Yndias y la Havana ; y aunque estos (únicos enemigos que en mi sentir podrian ir en la actualidad á conquistar las I Yslas Filipinas) tienen que atender á la conservacion de los ricos establecimientos que poseén en la costa de Coromandel, y en otros parages de la Yndia oriental, no sería de admirar que sabiendo la poca prevención que habia en Manila y Cavife se aventurasen á ir con medianas fuerzas á atacar estas Plazas y tomadas con facilidad, someter á su dominio toda -la colonia, por cuya consideración es de la mayor importancia esté completo el numero de tropas indicado y provistas dichas Fortalezas de los Articulos necesarios á su defensa, pues en tal caso seria dificilisimo consiguiesen emposesionarse de, ellas aun quando se presentaran con fuerzas considerables. Nti teniendo Manila Quartel para alojar el regimiento fixo de Ynfanteria que hay en ella, hizo un Proyecto á esta I'UBLICACIÓN DE FONDOS MANUSCRITOS 183 fin el Ingeniero D.n Tomás Sanz que entonces era Comandante, cuya idea propuesta por el actual D.n Gregorio Clavero con algunas innovaciones miles y remitida á la Superioridad por el Governador y Capitan General se me pasó á informe en IX.1 orden de 10 de Mayo del aíío próximo an+ terior y opiné en que era conveniente se llevase á debido efecto la ereccion de este Edificio con las variaciones que proponia dhl;. actual Comandante, respecto de que las contemplaba absolutamente precisas, teniendo entonces todas las circunstancias necesarias al fin que se destina. En punto á Quartel de Ynfanteria para la Plaza de Cavite, si llega a fortificarse, puede servir el colegio de los EXJesuitas, y asi mismo las bobedas que se construyan debajo del terraplen, como se ha indicado, interin S. M. se sirva tomar otra resolución, ó dar providencia para la erección de un Quartel como en Manila. Los edificios situados en las cercanias de una Plaza dentro del tiro del canon son perjudiciales á su defensa, y mucho mas si están muy proximos como sucedió en Manila quando la sitiaron los Yngleses apoderandose de la Yglesia que estaba tan cerca del Frente de ataque que desde su Torre, donde colocaron cañones por ser de mucho espesor y de obra solida de ladrillo, impedían á los defensores servir la Artilleria y pcrmanccer sobre el terraplen: tomada la Plaza por 10s refesidos enemigos derribaron aquel perjudicialisimo padrastro, y aunque en el dia los edificios que subsisten no tienen la misma agravante circunstancia, pues en los de Binondo se halla el Rio de por medio y los del Parian y demás contiguos á este barrio están más distantes que el que hemos expresado anteriormente, con todo su permanencia es opuesta á las buenas máximas de defensa, y me parece muy conveniente que aunque subsistan por ahora no se permita su aumento ni reedificación; La Alcayceria de S.n Fernando se halla en el caso de ser necesaria SLI demolición como expresa el Co: mandante de Yngenieros, y respecto de que S. 34. ha mandado se haga Aduana nueba por ser de corto ambito la actual, é igualmente que se construya un Parian para los Chinos se podria hacer en el Baluarte bacio d, y separadamente la Aduana con las prevenciones que indica el citado Yngeniero con lo qual se podria demoler dicha Alcayceria y en caso de que el enemigo sitiase la Plaza por la margen derecha .del Rio se quitarán todos los estorvos que sirvan á una conocida ventaja al enemigo ; y si intenta hacer su desembarco entre Malate y la Polvorista se demolerán los edificios que cita Clavero como favorables al invasor, conservandose por ahora según he indicado el Parian y sus edificios adyacentes pues su situación rodeada de Pantanos, y Esteros, facil ác inundarse, defendida también por los fuegos de la Plaza, los que se establezcan en la Ysla de la convalencia, 1~ los de las embarcaciones sutiles los pone á cubierto del enemigo ; sin embargo de quanto he manifestado en punto k drmolicion de los edificios situaúus en los airrdedores de la Plaza de Manila, como el importe de los que convenga derribar es un gravamen considerable al R.l Erario, y por otra parte qrw los Dueños, yá que se les toleró sus establecimiento en parage prohibido, no pierdan sus fincas, me parece conducente el medio indicado en la Ydea qae acompafia In R.l orden de 3 de Marzo próximo anterior, pues formándose en Manila 1111aJunta compuesta del Governador, Regente- de la Audiencia, Comandante de Yngenieros y un Oficial Real, podrán resolver con presencia de conocimientos practicos los medios mas propios y menos onerosos al Rey y particulares para llevar á efecto. las demoliciones indispensables de los Edificios que perjudiquen la buena defensa de Manila, y á evitar con svc ?w+x& : providencias el daño de tercero y litigios que pudieran originarse: siendo los referidos puntos los que menciona la citada R.l orden para que la Junta manifieste sobre ellos sus más oportunas reflexiones. BI~BLIBGRAFIA Pru~r,, Klts~í)x, de la ReaI ~kademia Espafiola: En tor110 01 POC;IX deE Cid. Barcelona, 1963. Editado por EDHASA, Un volumen de 5% páginas en cuarto menor. MesÉm~z Recopilación de sus últimos trabajos sobre el Poema del Cid, recoge este- tomo aspectos muy variados de enfoque, extensión y antigüedad, bajo el denominador común de la investigación históricofilológica. SLIS siete capítulos están fechados desde 1913 hasta 1962, y su extensión varia entre las 63 páginas del primero y fas ocho de 10s tres más breves. Los hay ya recogidos en volúmenes anteriores, pero los más extensos y fundamentales eran poco menos que desconocidos, por no decir inéditos en Espaíía. Sus títulos suelen sugePoema del Cid», «La épica medieval en Espafía y Franciau, &itología en el Poema del Cid», «Sobre la fecha del Cantar», «Una duda sobre el duelo en el Mio Cid», ((DOS poetas en el Cantar de Mío Cid», «Recapit:llación final:i. Su conjunto supone para nosotros un interesantísimo y variado desfile de observaciones que desentrañan importantes puntos de la vida militar en el alto medievo español, extraídas como por maravilla de un texto poético, que nadie imaginara tan rico en contenido. Para la historia militar son fundamentales el primero y el último de los reseñados por orden cronológico, aunque en el texto el último constituye el nudo central de la obra, por ser el de máximo interés. A los dos nos referiremos únicamente, dada la forzosa limitación de una resefia. Seguidores puntuales de la producción cidiana de don Ramón, hemos de confesar que desconocíamos el capítulo inicial, aunque escrito en 1913, nos descarga pensar que no estaría muy divulgado al figurar ahora en obra nueva. 5’ es, sin duda, el más concretamente militar de los trabajos pidalinos. Tras una exposición del argumento y carácter local del Poema de Medinaceli, que llama así por la supuesta patria del autor del Mio Cid, se detiene en analizar lo que hay en él de inspiración francesa. En lo poético, tres motivos esenciales: las estrofas que empiezan por «veríais» y Sr,, ‘“*ten enumerando con el indefinido «tantos» 186 REVISTA DE HISTORIA NILITAR (((Veriais allí tantas lanzas, tantas adargas... tantos caballos.. .»), la oración narrativa de Jimena, y las lágrimas de los personajes, muy «llorando de los ‘ojos>), pero muy esfrancesas en su expresión: pañoles en SLI ocasión y circunstancias. Define el Poema como (CLIII fondo de tradición poética indigena y una forma algo renovada por la influencia francesa». Analizando su valor poético concluye q”e el Mio Cid, por su carácter más histórico que ninguna chanson extranjera, por buscar una superior verdad artística abarcando las complejidades de la vida entera y por el abandono de ía forma, es precursor de las obras maestras de la comedia española,, mientras el Roland anuncia en sí la clási.ca tragedia francesa y los Nibelungos muestran su parentesco con las clásicas concepciones shakcsperianas. En su parte final analiza la superioridad castrense del Poema sobre cualquiera de los demás, nacionales y extranjeros, el perfeccionamiento. de la táctica cidiana, el crecimiento de la hueste, la minuciosa descripción de las actividades militares. Compara la hueste inicial con el ejército de Valencia, estudia la algnru, la estrofagema, la iornada y la gran batalla, entrando en precisiones sobre el reparto del botín. Luego examina con minuciosidad el traje de guerra y de paz de la época del Cid y sus armas defensivas y ofensivas, todo ello del mayor interés castrense. Termina el capítulo declarando el valor nacional del Poema, menos militar que los franceses, pero muy SLI‘perior a ellos ell espíritu patriótico y sentido de unidad. : Antes de entrar en el estudio final, vale la pena destacar el que trata de «La épic a medieval en España y Francia», pues tiene gran valor la distinción entre dos modos de hacer el poema épico, que definen la escuela histórica y la novelesca, o, dicho al modo romántico, la veristu. y la verosiwzilis&. Estudia la primera a la luz de los propósitos de Ercilla en La Arau.cana y Camoens en Os Lusiadas, coti ios que coincidirían los del juglar del Cid. En la segunda son típicos verosimílistas Lope en su DTagontea, Tasso en LAa JerusnIén. y Valbuena en El Bernacdo. Recuerda que Saavedra Fajardo deCía que: «Lucano, Ercilla y Camoens eran excluidos de los historiadores porque mienten, y de los poetas porque no m:enten>). Don Ramón sitúa el Mio Cid en l:n ponderado medio entre ambas yscuefas y le asombra su concordancia con dos edades tan distintas. . ((Dos poetas en ei Cantar de Mío Cid» es un estudio inédito en España desde que lo publicó en 1961 la revista francesa r(Romania». Sus 56 páginas valoran el libro y lo justificarían por sí solas. Sus progresivos descubrimientos histórico-filológicos apasionan como una tiovela de intriga, a mínimo interés que haya por el tema ‘ No podemos entrar en las sospechas que por distintos caminos hicieron que don Ramón atase sus cabos recientemente, convenciénMe de que en el códice que se conserva del Mio Cid había dos mahas, de auto?es’sucesivos, por razones toponímicas, cronológicas, estilisticas y paéticas. El primero escribió en San Esteban de Gormaz, hacia 1105, y es exacto en la historia y la <geografía, poeta más reafiW:y’ de más variadas consonantes. El segundo refundió el texto :~ ‘_ <.: .J ,Ií “; zv.;, I BIBLIOGRAFiA anterior, poco en el cantar del Destierro, más en el de la Afrenta, mucho en el de las Bodas, hacia 1140. También soriano -de la Ex7 tremadura de Castilla entonces-, no conoce bien la geografía ni la historia del Cid, no repara en anacronismos y tiende a lo novelesco, es quizá más poeta, pero peor, pues cae en la monotonía de repetir continuamente SLE consonantes fáciles, Campeador, Criador, Carrión y SLIS tiradas de versos son muy largas. En cuailto al aspecto histórico, el primitivo autor, a! que corrcsponde el enfoque general del Cantar, cometió arbitrariedades y anacl-onismos disculpables aún en coetzíneo. Son verídicas las fronteras del Jalón y la sierra de Miedes con los moros, la conquista de los casti!los de Castejón y Alcocer. En cambio, anticipa el establecimiento del Cid en el Poyo de tilonreal, que fue suceso -de 1089 y no inicial, y 10 mismo las primeras conquistas de Monzón (1082) y Alucat (Olocau, reediijcado en 1084). Es muy verosímil que entonces acumpañese .?llvar Fáñez al Cid, ya que en textos históricos sólo está junto al rey a partir de 1083. Es real la insignificante alusión dei conde Berenguer a una breve estancia del Campeador en Barcelona, y ciertamente tiene el conde un protectorado hacia Morella. Sabe que los catalanes atacaban desde lo alto y que el Cid g-anó entonces una espada preciada, todo lo cual, más o menos, consta en la Historia Roderici. En el Cantar de las Bodas cuenta las conquistas de Jérica, Murviedro, játiva y otras, en las que ((Mío Cid duró tres años:). Son los castillos y señores que el Cid sometió a tributo entre 1089 y 1090. El relato tiene todo el carácter de la (chistoria cantada)), asegura Menéndez Pida!, aunque los críticos no lo reconocen. También parece real (aunque ha introducido el refundidor el nombre de Minaya) la hostilidad que precedió a la sumisión tributaria del rey de Valencia (el fabuloso Alí), entregando el gobierno al Cid, aposentado entonces en un real del suburbio, que era La Alcudia. Los pregones desde Celfa (v. 1.194) tienen que pertenecer a 10891090, cuando el Cid tenía su base de operaciones en el Poyo de Monrea! para el primer sometimiento de Valencia. Para el asedio de 1092 encuentra don Ramón que es absurda esa base de operaciones eI> t.‘eifa (tiradas 72 y 74), que estuvo realmente en el Poyo de Cebolla, donde no reclutó gentes con pregones, porque traía fuerzas consigo. La historia de las dos conquistas de Valencia por el Cid demue.;tr-a que en esas tiradas sólo es del poeta de Gormaz lo referente :1 los pregones. Son primitivas también las tiradas R3 a 94,. relativas a la derrota de Yusef de Marruecos. En el Cantar de Corpes, el poeta de Gormaz contaría la venida de Bíxar sobre Valencia (tirada 113), el cual, vencido y perseguido por el Cid, escapa con vida, lo cual está refundido en la tirada 118. Al refundidor de Medinaceli se deben los anacronismos más Ila; inativos. Ei es quien prolonga la permanencia de Minaya junto .al Cid siguiendo una ley estética obligada en los refundidores, par+ tener un deuteragonista. Obra suya es también contar la conquista _- .~ : *- ‘: 2 188 REVISTA DE HISTORIA MlLITAR de Valencia por asedio y hambre, transportando la acción al tiempo en que el Cid es duefío del Alcázar, desde 1094. Prefiere esto a si+ tuar la acción de los esponsales en su tiempo histórico, porque entonces el Cid residía en La Alcudia, dominando al rey moro del Alcázar, pero en un ambiente menos adecuado a lo fastuoso. Su desconocimiento próximo de los hechos le hace decir que el cerco de Valencia duró nueve meses y no veinte, o en todo caso once, si nos atenemos a su fase más efectiva. Tampoco hubo la derrota del rey de Sevilla, pues no había tal reino desde 1091 y antes Sevilla no ayudó a Valencia. Anacrónicas son también las intervenciones de Minaya en Valencia (que entonces se encontraba con el rey, sustituyendo al primitivo Martín -4ntolínez), así como es novelesca la implantación del obispado valenciano. También están a cargo del refundidor, tal vez por acortar la narración, que se le alarga demasiado, las omisiones de la liberación del prisionero Alvaro Salvadórez, hallado dentro de la tienda del rey marroquí, y del regalo de ésta al rey Alfonso. Las vistas del Cid con el rey están muy refundidas, suponiendo a los infantee ya armados caballeros y realzando la figura del Cid con los honores que el rey le hace. Suya es la llegada al Alcázar valenciano, la alusión al rey como «rogador» de las hijas, las bodas con bendición del obispo y la estancia de los de Carrión en Valencia cerca de dos aííos. El Cantar de Corpes es el más refundido, comenzando lo fantástico por el episodio cómico del león,, la intervención constante da Alvar Fáñez, la muerte del rey Búcar por el Cid, con un diálogo previo que contraría al verso 2.416 del primitivo poeta y a toda la tradición, que hace salvarse al moro en una nave. Resalta todo lo referente a la vanidad y cobardía de los infantes. En el mensaje de .Muño Gustios al rey se añade la querella criminal del Cid y la anacrótiica convocatoria a «castellanos, leoneses, portogaleses y galicianos». Cree también Menéndez Pida1 que sea invención del refundidor la vigilia del Cid en San Servando, la reclamación de sus dos espadas, para que se haga con ellas la venganza; la demanda criminal y la larga petición de nuevo matrimonio para las hijas del Campeador, 10 mismo que los tres duelos singulares del final. El verso I..LS2, «Con el de Montes Claros - había guerra tan grande)), lo pone el refundidor para explicar la inexplicable permanencia de Yucef en Marruecos, en vez de acudir en socorro de Valencia, ello muestra que el de Medinaceli escribe entre 1123 y 1146, tiempo que dura la guerra de los almorávides contra los almohades deI Atlas. Sólo un dato propio del refundidor encuentra don Ramón que debe ser real, la salida de trasnochada que hizo el Cid para la expedición de castigo contra Abén Rabin en agosto de 1093 (v. 1.184&@(i), que el juglar debía conocer por algún relato noticiero, pues h .refiere Ben Alcama como incidente notable del asedio de Va$+cia, BIBLIOGRAFíA 189 Tal es, en síntesis, la parte que afecta a lo bélico-histórico en el más interesante capítulo de la reciente obra. Indudablemente la tesiS, ínuy bien asegurada, hará, revisar aún muchos conceptos y aclarará mucl~os datos de la historia del Cid. Kccapitulación esc?zclal.-Fechada en 1962, hace el autor una sistematizaci0n de lo esencial de su libro, pero al ser muy posterior a algunos de los trabajos, le sirve de ocasión para revisarlos y añadir algunas precisiones. En treinta y cuatro páginas resume el argumento del Cantar, la teoría de los dos autores, la métrica, los elementos líricos y cómicos, la lucha entre las clases sociales, la mesura como carácter histórico y el éxito alcanzado por el Cantar. Hemos reservado uno, «Las guerras del Campeador en el Cantar)), que tiene cierta novedad sobre lo que ya dijimos del texto. Véanse unos párrafos : «La idea dei poeta de Gormaz no fue ofuscarse con el briilo de las grandes victorias, sino referir por largo el penoso guerrear del desterrado, recordado en San Esteban de Gormaz cuando realizaba sus primeras y difíciles hazaíías con sólo 300 cabaiieros y otros tantos peones desterrados con él, todos mal equi pados.» ((Algaras, correrías, celadas, caminar de trasnochada, artimañas estvntégicns, sin que se le olvide la hora del suéño, el apretar- cinchas,, dar cebada. Canta en 400 versos la toma de Castejón y Alcocer, dos lugares insignificantes, mientras sólo ocupan 140 versos las glòriosas conquistas de Jkica, Almenara, Murviedro y Valencia. Hasia tal punto la poesía del Cantar prefiere las realidades cotidianas a la grandeza conceptual de los hechos. No rehuye las famosas batallas: A la de Cuarte dedica 180 versos y en fuerte concisión, donde nada falta, describe los pormenores del combate. Todo es vivo y nada hay convencional». Ckrase el libro con una actualización de la bibliografía sobre el Poema del Cid, recogiendo las ediciones que se han hecho a la vista del códice único, las versiones en español moderno, los últimos estudios sobre la fecha del Cantar, y los últimos estudio de crítica filológica. La obra, que tiene el valor de monografía muy completa sobre el tema, dará mucho juego, a pesar de su aparente carácter .de Tecopilación, pues sus principales trabajos eran hasta hoy punto mènos que desconocidos en España.-J. M. G. C. FRIEDE, JUAN: GDIME. Los Welser en In conquista. de Ye+zezuela. Ediciones Caracas-Madrid; 1 vol. Año 1961. Los territorlos de Cumaná, Paria y Coro, que habrían de pasar a ser parte integrante de la española Capitanía General de Venezuela, y despu& la actual República, tuvieron singulares caractc-’ -rísticas en la primera época de la Historia de la Conquista. Los sendos fenómenos de sostenimiento y catequización de los indios por ce.. i90 REVISTA DE HISTORIA MILITAR sólo medios pacíficos y evangélicos -tentativa de fray Bartolomé y el amargo desenlace de los ensayos de colonizade las Casasción alemana, son, a nuestro juicio, dos hechos que, acertadamente historiados, constituyen sólidos fundamentos para pronunciar rotundo mentís a ia detracción y la calumnia de la impresionante y admirable obra de .España en sus Indias. Es una verdad, reconocida en el historicismo de la más positiva historiografía hispano-americana, que imparcialmente estudiados los acontecimentos y las circunstancias, se presenlan como un choque entre 1s condición natural del indígena --en la que el principio de la fuerza implicaba la razón y la justicia-, y los hombres de una época trascendental para la Historia de la Humanidad. Insistimos que, en la mentalidad del indígena y en el siglo XVI, sólo la fuerza imponía el derecho o el acatamiento. Las más duras dificultades del misionero no se cifraban precisamente en las ya casi insuperables del medio ambiente geográfico, sino en el ámbito del contacto con el indio, ante el cual las virtuosas normas de la súplica, el presente de dádivas y el respeto al débil eran meros exponentes de pobres manifestaciones para ejercer un poder, para ellos mucho menos fuerte que el de la espada y la fuerza del hombre de armas. La verdad histórica ha revelado cumplidamente que el primordial error del P. Las Casas fue el desconocimiento de la mentalidad del indio. Por eso, los misioneros jesuíticos, en su predicación, hubieron de ser acampanados las más de las veces por hombres armados. Todas las tentativas de propagación de la fe, en cualquier latitud del Nuevo Mundo, demostraron que la catequización con sólo los puros conceptos de la misma, se vieron condenados al mismo fracaso que el obtenido por el P. Las Casas. Respecto al segundo fenómeno, el de la colonización de las Indias por súbditos extranjeros de Castilla, es decir, el de las firmas y entidades bancarias de los &Welser y Wöhlin, objetivo de Freide! en esta SLI nueva obra -anteriormebte, Freide publicó «TGstoria Tndiana», íntegramente dedicado a revelar la personalidad de los Ambrosio Alfinger, Nicolás Federman, Jorge de Spira y Felipe de ,Hutten-, acertadamente enjuiciados por el Prof. Hernández -«Historia Universal de América»-, al considerar Sánchez-Barba su condición en una actividad oficial, como recompensa por Carlos 1 a los Welser y los Fugger, en su contribución para la elección imperial de Carlos de Gante -aproximadamente millón y medio de ducados de oro-. Empréstitos e intereses fiscales que abrieron las puertas de las Indias a los colonizadores alemanes. El Prof. Friede, para componer su obra, ,ha realizado una extensa recopilación documental y sus elaboraciones, sus conceptos históricos, le permiten reconstruir el panorama de aquellos dominos en las primeras décadas clel:Siglo XVI. Así refleja el ambiente geopolítica de Venezuela bajo el-gobierno de los Alfinger -en.quien los Welser de!egaron la ejecdcì&~~-del’ Convenio con Carlos 1- y los ((tenientes» espanoles. :* Sobre toBo$~ellos pesa una apreciación torcidamente interpretada &í’kr esencia, que la han de caracterizar de odiosa y cruel. El gran ._ _ -, . .;..‘~ I.“T,I $ ; .:.; .,, .,: ~ ) \ BIBLIOGRAFÍA 191 mérito y valiosa aportación para la Historia de América, de la obra de Friede, está en desmenuzar los hechos y, sin panegíricos, pero sin detrimento del rigor, analiza las complicadas causas de las fuertes tensiones de intereses, la hostilidad de los vecinos de Coro contra el monopolio comercial de la gran compañía de Augsburg. Ha utilizado Friede el precioso material de los Archivos de Ulm y de Spira, junto con el de los Archivos de EspaGa, especialmente el General de Indias de Sevilla. En sus páginas se reflejan las crónicas. de Fernández de Oviedo, Juan de Castellanos, que ambienta el paisaje histórico. Es lástima que al tratar de las contribuciones al mo-, nopolio de los Welsey, no tuviera en consideración las brillantes àportaciones del profesor español Demetrio Ramos -«Revolución de Coro en 1533, contra los Welser y su importancia para el Régimen .Municipal» (Boletin Anzerica?zista, Universidad de Barcelona, número Z)---, puesto que las violentísimas disputas entre la compañía y los conquistadores fueron innegable aspecto del complicado problema de la colonización alemana en Venezuela. En la sexta parte de su obra, Friede, vistos los capítulos de las ((entradas» y exploraciones, mitad conquista-gobernación y mitad mercadería, analiza los balances y contribución del pasó alemán por Venezuela,. y hace destacar los logros que suponen ‘para una idea del concepto del proceso civilizador, la exportación regulada de locbálsamos, palos de Brasil, etc., y el sistema de distribución de estancias, huertas, regadíos. Los Welser, es cierto, no superarón la problemática de su colonización, la crueldad de los Alfinger y Fe-derman en varios momentos con los indios prisioneros o cargadores es indudable, y, por otra parte, la época y SLIS circunstancias imponen un criterio penoso, tal vez de difícil explicación. Y los alemanes en Venezuela, para Friede, son gente de la época, simplemente, y por eso «Los Welser en la conquista de Venezuela» es una obra que busca el equilibrado concepto del historiador al tratar las condiciones generales en que se desenvolvió la Conquista.-J. M. 2. CABRAL, J. MARINO: Francisco de Bobndilh Tres‘ho~ m&&aos y ?6n enigma colombino descifrado:. Madrid, 3964.’ Ediciones Cultura Hispánica.’ 1 val., 654 págs. (22 x 16). : Dividida; en siete partes y un epílogo. Indice general, de, grabkdos,.. ono; mástico, geográfico. Indice relación de personas identificadas.. Bibliografía de fuentes impresa. Indice de palabras de raro si_&ificado aclarado. Indice de abreviaturas. Encuadernacióh’ de lujo y’ sobrecubierta de J. Ruiz Navarro. Impresa ‘en Talleres Uguiná. IWX~JSTEGUI Acaba de ser editada una obra de mérito, Frmcisco de Bo’ba&i-Iln,~ escrita por el Dr. J. Marino Incháustegui, prestigioso investigádor e ‘historiador hispanoamericano, Miembro. de Número : de 15’ Academia Dominicana de la Historia, Catedrático de la Facultad de Lenguas Romances de la Universidad «Loyola del Sur», de Nueva: i 192 REVISTA DE HISTORIA YILlTAR Orleáns, Louisiana (EE. UU.), Diplomático, Ex-Embajador en Buenos Aires y El Salvador, autor de tan calificados trabajos como «La gran expedición inglesa contra las Antillas Mayores, 1655» -Méjico, í953-; «Cristóbal Colón y la Isla Espaííola» -Santo Domingo, 1942-; «Documentos para estudio. Marco de la época y problema del Tratado de Basilea de 1795 en la parte española de Santo Domingo» -Buenos Aires, 1937--; y «Reales Cédulas y Correspondencia de Gobernadores de Santo Domingo» -Madrid, 1908--. La profunda, detenida y exhaustiva labor de tan calificado historiador, daba ya sobrada garantía para un libro de mérito, pero de difícil y peligroso investigar, por complicado y por 1111 viejo y anquilosado concepto. Por eso, es grato reconocer el arrojo y el valor que supone ser duefio de un concepto y desenmarafíar la tupida red de un acatado error. El autor, virtuoso del trabajo histórico porque le ha llevado la fe en el triunfo y a su luz ha caminado por laberínticos caminos hasta alcanzar una victoria, que es triunfo para la Historia. J. Marino Incháustegui, hombre joven todavía, ve coronado su esfuerzo con el reconocimiento a que es acreedor. Confiesa que la obra le han ocupado diez anos para escribirla, que con el aporte de unos 400 documentos inéditos que en ella se contienen, y los varios miles más que tuvieron que ser examinados en los Archivos General de Simancas (Valladolid), Histórico &acional, de Madrid, demuestran a las claras la seriedad de la investigación realizada en torno a un personaje histórico tan íntimamente relacicnado con los infortunios del primer Almirante de las Indias. Sin embargo, lo asombroso en esta obra no son esos centenares de documentos inéditos aportados, sino el que tras una paciente búsqueda para agotar la investigación documental en pos del que se creía per.somje único y central de la lectura de la obra, el estudioso queda convencido no con una hipótesis ni con una teoría, sino con la realidad de los documentos, que el Comendador frey Francisco de Bobadilla, Caballero de la Orden Militar de Calatrava, el que en 1500, en calidad de Gobernador de las Indias, hizo preso al Primer Almirante y a sus hermanos Diego y Bartolomé, y les envió- aherrojados a España, fue una persona completamente diferente de otros dos homónimos, el Corregidor Francisco de Bobadilla, íntimo a-migo y criado de los Reyes Católicos, y fray Francisco de Bobadilla, abad de Jerez. Desde. el punto de vista histórico-militar, esta nueva aportación .histárica del Dr. Incháustegui Cabral, nos ofrece datos interesantísimos dentro del marco áe las guerras de los Reyes Católicos contra .los moros del reino de Granada, cuyos episodios, a veces de profundo interés humano, desfilan por las páginas del libro en atractiva sucesión. Aparte de haber demostrado, categóricamente, que eran tres los personajes históricos que todos los historiadores e investigadores, de todos.los tiempos, sin excepción, creyeron que eran una cola perso?ara nosotros, desde el ángulo de la Historia Militar de Espa- BIBLIOGRAFfA 193 ña, la obra tiene un singular interés, pues gracias a ella surge, aun más refulgente y limpia, la personalidad del capitán Francisco de Bobadilla, con la estela de sus justicieras actuaciones como Corregidor y Alcaide de Andújar, Corregidor de Jaén (147%1488), Regidor de Jaén (1481), v su larga y siempre ejemplar carrera como Corregidor de Córdoba (14%14961, a la par que Alcaide de las Fortalezas de Andújar y La Marmoleja, así como Teniente de las Puertas de Santa María y de La Carnicería (1476), de la Torre del Campo, de las Fortalezas de Calzadilla, la Fuente del Rey y el Berrueco (1479), de los Castilios de Cambil y Alhabar (1489), de la Villa de Santa Fe y de la Fortaleza de Piñar (1.493). Uno de estos múitiples aspectos de la leai carrera militar del Corregidor Bobadilla destaca la profunda confianza que los Reyes Católicos tenían depositada en él, al encargarle en el año 1492, los repartimientos de la villa de Santa Fe, surgida del Real de la Vega de Granada y símbolo de la tenacidad hispana frente a los muros de la última ciildad mora de España. Y en otra oportunidad -en 1488-, autorizándole a tomar la tenencia de la importante Fortaleza del Alhendín, frente a las discordias entre el Conde de Cabra y D. Alonso de Aguilar. Hay en el libro estudios detallados sobre el Corregidor Bobadilla como Capitán de los Reyes Católicos, y sobre su familia -esposa e hijos-, y como propietario de la Torre de Cejuela ; se ofrece una relación -entre los siglos XVI y xx-, de cuanto los historiadores más renombrados han afirmado, erróneamente, sobre el Corregidor, y confundiéndole con el Comendador y Gobernador, así como lo expresado, igualmente de modo equivocado, por los genealogistas. Y tuvo la feliz oportunidad el historiador Incháustegui, mientras la obra estaba en prensa, de localizar el documento que en los archivos del Ayuntamiento de Córdoba da constancia de que el Corregidor y Capitán murió allí el 20 de octubre de 1496. Y está avalorada esta edición que nos ofrece el Instituto de Cultura Hispánica, con unos índices, entre los cuales podemos identificar los individuos con sus cargos y lugares donde los ejercían, directamente relacionados con la figura central de la obra, así como personas al real servicio, títulos nobiliarios y las Ordenes Militares. Igualmente resulta de gran utilidad el índice de palabras, cuyo significado ha sido aclarado o explicado para la mejor comprensión de la lectura documental. Nos hemos apartado del Comendador para dedicarnos, naturalmente, al Capitán y Corregidor. Pero debemos señalar que el GOhernador frey Francisco de Bobadilla se nos presenta, a la Luz de todos los documentos aportados, como un personaje dotado de un terrible y belicoso carácter, mientras el abad de Jerez, fray Francisco de Bobadilla, queda en segundo plano ante sus otros dos homónimos. El que de los países hispanoamericanos nos lleguen escritores sobre nuestra propia historia, de la profundidad y seriedad del doc- tor Incháustegui Cabra& es promesa de que los fondos documentales de España han de gozar, cada vez más, de la atención de los investigadores que ansien beber en las verdaderas fuentes de la Historia, y en la herencia hispámca de los pueblos americanos, un día descubiertos por la empresa tenaz del Almirante y el apoyo decidido de los Reyes Católicos.-J. M. 2. ARTETA, ANTOXIO: La ((Historia Roderich y su fecha de yedacción. Revista «Saitabi», de la Facultad de Klosofk y Letras de Valencia, tomo XI (lQ61). UBIETO Estudia que la Historia Xoderiri no debió escribirse antes de 1110, .o al menos, antes de 1118, como afirmó Menéndez Pidal, sino entre 1144 y 1147. en que la fórmula ccara~onensis)) no Se basa para ello : Primero, se empezó a usar en la chancillería aragonesa hasta UYi. Segundo, en que en 1147 dejó de usarse la letra visigótica, de la que es patente su copia a la letra carolina por el amanuense, dados los errores inequivocos de lectura a que aquella letra induce, como reconoce Menéndez Pidaí. Tercero, porque escribe : «dicebantur morabiter» (se llam.aban aimonívides), y éstos desaparecieron de España en 1144. También pone en Sevilla y Córdoba dos reyes diferentes cosa que no ocurrió en tiempo del Cid, sino entre ll44 y 11.%3. Aclara que su auto?. scría UIZ clérigo, como dice klerkdez Pidal, pero de Zaragosa, y no de Lérida, como indistintamente propone don Ramón, ya que en Lérida dejó de usarse mucho antes la letra visigótica.-J. M. G. C. BENITO t VIDAL, En «Saitabi)j, ANTONIO: tomo XI La fecha (7.961). de la CF*ónica pseudoisidovinnt. Deduce el autor que la Crónica fue escrita primero en latín con letra visigótica, y copiada luego en letra latina del siglo XIII, como se conserva hoy. Los errores a que se prestan los rasgos y abreviaturas de la visigótica hizo posible LIIU copia tan alterada en muchas palabras, que hizo pensar en que su original fuese mozárabe traducido al árabe y luego al latín. Pero esas palabras alteradas no son arabismos, sino barbarismos, cosa que analiza rasgo a rasgo. Descubre que el autor fue un clérigo moccirabc, muy posiblemente de ‘la Bética; y no de Toledo! como se supuso, por ser esta metrópoli conocida de su Crónica en datos muy precisos, mientras que las demás sólo se citan con grandes yerros. Probablemente redactó la Crónica en la primera mitad del siglo XIII, en Sevilla, entre los topes críticos de 1095 y 1144, no en los primeros decenios del siglo x como supuso Menéndez Pida& o en el XI, como pensaban otros historiadores.--J. M. G. C. .: , OI3RAS PUBLICADAS POR EL SERVICIO HISTORICO Acción de España MILITAR e?a Africa. Tomo 1: íberos 31 bereberes. Páginas, 296. Precio, 1.6,55 pesetas. Tomo II : Cristianos y nausuhnanes de Occidente. Páginas, 295. Precio, 27 pesetas. Tomo III: El repwto poZ2ico de Africa. Páginas, 162. Preciq, 20,35 pesetas. Ilustrados todos con grabados, fotografías, mapas y planos. El tomo 1 fue publicado, en 1935, por la Comisión de Marruecos, ya suprimida. Toda la obra se vende, Geográfico del Ejército, calle Prim, núm. 21. Acciów Un de España tomo, Arnaavnento Un con ilustraciones de los ejércitos de Za Biblioteca Tomos 1, Ij, III, para formación Campañas de las.Csmpafias en el 5wvicio en Per& volumen ilustrado lo,05 pesetas. Ñoletk Histórica únicamente, y 557 páginas, de Curios V en la gwewa con grabados Central 67 pesetas. y fotografías, de Alt%a~ia. 56 págiflas, MiEitw. IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI* y XII, de los Catálogos. No están a la venta. en los Pikeos, a finales -1 1: Alttecade+ates. Ilustrado Tomo 341 páginas, 66 pesetas. siglo XVIII (2Y93-95). con kfabados y fotografías, 196 REVISTA DE HISTORIA MILITAR Tomo II: Cn~~Qnfi:: del Rosellón 31 In CerdaEa, idem, íd., 682 páginas, 100 pesetas. Tomo III: La campaña de Catahña, ídem, íd., en dos volúmenes, 384 y 380 páginas, 172 pesetas. Tomo IV: Campaña en los Pirineos Occidentales y Centrales, ídem, íd., 752 páginas, 300 pesetas. Cartografia y Relaciones Histhicas de Ultramar. Tomo I y Carpeta de mapas: América en general. El tomo, de 495 páginas, tamaño folio mayor, 1%i,GO pesetas. (Agotado.) Tomo II y Carpeta de mapas: Estados Unidos y Canada. El tomo, de 598 páginas, en folio mayor, 641,33 pesetas. (Apotado.) Tomo III. y Carpeta de mapas: Méjico. El tomo, de 399 páginas, en folio mayor, 747,45 pesetas. Tomo IV y Carpeta de mapas: Amérka Central. * El tomo, de 286 páginas, en folio mayor, ô56,35 pesetas. Colección iiistórica dencia.) 1: Tomo Tomo 11: Tomo III : Tomo IV: docwmental del Fraile. Letras Letras Letras Letras A a CH L a R a (Guerra de la lndepen- la C, 253 páginas, 20 pesetas. a la K, 226 páginas, 20 pesetas. la Q, 215 páginas, 20 pesetas. la Z, 228 páginas, 20 pesetas. Tomo 1: Primer período. 310 páginas, 34,50 pesetas. ’ Tomo II : Segundo y último. período. 349 páginas, 64 pesetas. Ilustrados los dos con mapas y planos. &-so de conferencias sobre Historia, Geografía guerra, en el Servicio Histórico Militar. n, Filosofia de Ea Un volumen. 343 páginas, ilustrado con grabados, fotografías; . mapas y planos. No está a la venta. : : : :. : i < : ;’ .~,~.‘~~~,~!~~,~-’ .: b . .-: z,~., ‘, / ,, ,. -,ì.:i.: ..:~.. /,i ,...z;;z Cursos de Metodologia y C&ica Históricas, para formación tknica del moderno historiador, en el Servicio Histórico Militar. I Torno 1:’ ‘Cwrso Elemental (194?-48). 200 páginas. wso Supe+ (1949). 359 páginas., No están a la- venta; PUBLICACIOSES DEL ro-zccconario ,. Bibliográfico Ea (Isos-1814). SERVICIO HISTÓRICO de la Guewa. MILITAR 197 de la. Independencia EspaGo: Tomo 1: Letras A a la H, 345 páginas, 20 pesetas. Tomo II : Letras 1 a la 0, 270 páginas, 20 pesetas. Tomo III : Letras P a la 2, 341 páginas, 20 pesetas. Ilustrados los tres con gral>ados y fotografías, en color negro. Dos expediciones españolas Un volumen, costra 151 páginas, El ataque a través Un volumen Argel y en (15.41-1775). con ilustraciones, 18 pesetas. del Cnnal. de 602 páginas, con “5 mapas. Versión española de Iï ohra de Gordon «El Teatro gundo volumen de la subseric No está a la venta. A. ilarrison de Operaciones Cross Ckawhel attuck, seeuropeo», de la enciclo- pedia gE1 Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial», que se publica bajo la dirección de la Jefatura de Historia Militar del Departamento del Ejército. Ewropn Un Sólo Galería 2’ Africa tomo, se entre las dos gralfdes 317 páginas, vende militar en el con mapas Servicio Geográfico : guerras. y fotografías, del Ejército, calle 14,85 pesetas. Prim, núm. 21. contellzporánea. Tomo 1: La Real y Militar Orden de Sm Fernando. Con fotografía de los condecorados. 387 páginas, 85 pesetas. G‘eografk A frica,. de Mnrruecos, Protectorado y Posesiones Tomo III: La vida social y polzítica, 659 páginas, fotografías, mapas y planos, 75 pesetas. Los tomos neral y Zol1.a 1 y II de esta obra, de nuestro Protectorado titulados, respectivamente, en Marrucros 3: Estudio de Espaca en, con grabados, Marrwcos partinclar en gede las 198 REVISTA DE IIISTORIA MILITAR regiones naturales de la zwa, plazas de soberaniaespañolay vida eco~aómica, fueron publicadas, en 1935 y 1936, por la suprimida Comisión Histórica de las Campañas de Marruecos. El primero se agotó, y el segundo únicamente está :I la venta en el citado Servicio Geográfico, al precio de 24,30 pesetas. Historia de las armas de fuego y su ~1.~0e?zEspaña. Un tomo ilustrado, con grabados en color y en sepia, 332 páginas, 85 pesetas. f,;.:;*: .,_.: ,..,. .^^_ Historia de las Campañas de Marruecos. Tomo I: (Comprende hasta el año 1900), 608 páginas, con grabados, fotografías, mapas y planos, 59,75 pesetas. Tomo II: (1900 a 191S), 944 páginas, con ídem, íd., íd., 138 pesetas. La guerra de minas en Espafia. Un volumen de 134 páginas, con fotografías Nomenclátor histórico y planos, 50 pesetas. wzilitar. Tomo único: Diccionario de voces antiguas de carácter militar, 372 páginas. No está a la venta. Tratado de Heráldica Militar. 1: 288 páginas, en papel registro, con grabados y fotoTomo grafías, algunos en color, encuadernado en imitación pergamino, 225 pesetas. Tomo II : 390 páginas, ídem, íd., íd., 196 pesetas (120 pesetas para los miembros y organismos del Ejército). (Agotado.) Tomo III: 374 páginas, ídem, íd., íd., 400 (320 pesetas para los miembros y organismos del Ejército). NOTA.-LOS en casi todas miembros estas obras, y organismos de una rebaja del Ejército y los centros del 10 al 25 por 100. civiles gozan, SERVICIO HISTORICO MILITAR BIBLIOTECA CENTRAL MILITAR Relaciólz de las obras ingresadas mes de septiembre de 196’3. hf. en la citada Biblioteca, a partir del IZQUIERDO HERNÁNDEZ: Antecedentes y comienzos del reinado de Fernando VII. UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA: La Guerra de Libemción Nacional. RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL: El dialecto leonés. VARIOS : Esparia. FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ATLETISMO: Reglanzento de la Fedcracitn 1wtewzacional de Atletismo Awuxtew. ESTADO MAYOR CENTRAL: Normas para la selecció~a e instrucctórc de Telemetristas de Artilleria de Costa. DIRECCIÓN GENERAL DE INDUSTRIA Y MATERIAL: Tablas logarítmicas de las funciones circulares en milésimas artilleras y tablas da correcciones comunes a todos los materiales. MINISTERIO DE TRABAJO Y Previsión: Ajortación de los colonizadores espafioles a la prosperidad de América. ANTONIO CARXER: Idos trehta días del mes de junio de 68OS. P. SÁNCHEZ-CESPEDES : El criterio ponticifio en ctMater et Magistrau: FRANCOIS D'HARCOURT: Asia despeyta,r de un mundo. E. CASTRO DELGADO : Hombres mude in Moscú. TRAIAN I~OMANESCLJ: Amos y esclavos en el siglo XX. DmEccIóN GENERAL DE PRomccróN CIVIL: O~gankación y mando OM-2. DmwcrÓN GENERAL DE PRo'rEccIóN CIVIL: O~ganizacióf?, y mando OM-2. (Apéndices I, II, III y IV). YACQUES C. DUCHEMIN : Historia? del F. L. N. ALTO I<S~AI)O MAYOR: V Confef*encia internacional de nutrición de las FqLeYzas Armadas. Amo ESTADO Y'AYOR : Fiftla amzed fovces intewation nutrition CO+ ference. ALTO ES.I.AUO A$AYOR : Fou& armed forces internaticio?t nutrition confel-rirce. 200 REVISTA BE IIISTORIA MILITAR DEL E@RCITO: Catálogo de In Colección de 9~o~mas españolas de obligado cumplimiento en el Ejército. JUNTA CENTRALDE CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento por el que se ha de regir el Concurso completo de equitación para,, mboficiales de Caballeria y Cuerpos Montados del Ejército. JUNTA CENTRALDE CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento pura el desarrollo y puntuación del Campeo~zato Nacional .Militnr de \ Atletismo. JUNTA CENTRALDE:CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento para el desarrollo y puntuación del Campeonato klilitar de Gimnasia Educativa. JUNTA CENTRALDE CULTURAFÍSICA DEL EJÉRCITO: Reg-lamento para el desarrollo y puntuación del Campeonato Regimefztal de Caballos de Armas. JUNTA CENTRALDE CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento para el desarrollo y pzmtua.ción del Concurso de Patrullas CI Caballo. NASA SP 40: Conference on Space-Age planning. '2. CABALLEROCALDERÓN: Americanos y europeos. JOSÉ RAMÓN RODIL: Memoria del sitio del Callao. JOHN F. KENNEDY: Discurso pronunciado por el mismo en la Asamblea General de la,s Naciones Unidos, el día 20 de septiembre de 1.963. Dx. OLIVEIRA SALAZAR: El pensamiento de Salazar. DR. JOSÉ -DIARIAFERNÁNDEZPIRLA: Economia de la Empresa. FRANCISCOIkf~~~~~~~PADRÓN: Historia del descubrimiento y conquista de América. UAN MANUEL ZAPATERO: Síntesis históricn de In fortificación ubu,j hartada. EDICIÓN OTAN: La Organizaci&z del Tratado del Atlántico Norte. VARIOS: Gran Enciclopedia del mundo (tomos 14 y 15). JOITN STEINBECK:Por el mar de Cortés. DAVID D. LEWIS: La batalla por el mar. C. KEY JOLY: Historia Orgánica de Infantería. DIETER K. HUZEL: La Ruta del Espacio. CAI\IIILLESABATIER: Le Transsaharien. RADIO NACIONALDE ESPAÑA: Toques de guerra del Ejército español. N. BENAQDESMORO: La Etnogrnfia de San Isidoro. ALEXIS MARTÍN: Técmica de la guera oculta. JULIÁN MARGAS:La España posible en tiempos de Carlos III. HONORIO ARRENTES: El entretenimiento orgánico de vehkulos mi<. bitares en el segundo escalón. JAMESMOHAHAWy UNNETH 0. GILMORE: Cómo el Kremlim se apo.- deró de Cuba. J.' LACOUTUREy BAU~MIEX: Paises del tercer mundo. CARLOSIBÁÑEZIBERO: Episodios de la Guerra de la Independencia. RAMÓNII>E¿. ORTUETA: Orga&ación científico de las Empresas, MINISTERIO BIBLIOTECA DORÉ OGRIZE~ : El xundo CENTRAL MILITAR 2w en color (Austria). , EST.4DO ;\IAYOR CENTRAL DEL EJÉRCITO : Fam$&L;xación cOn Eas arT mus modernas. JOAQUÍN TORRES: Viaje n Rusia y a otros paises socialistas. , 1 ANTONIO RAQUEJO : La Motarin militar en Zaadoctrina, en la ~~~~~~ lución y en la práctica. MIGUEL ESQUERDO : España cara al m&. HAROLD ROBBINS: No amurás a un extraño. RAY LAYUSE: No prestes jamás. CH. WALDEMAR: Prontuario de Yoga. JOHN MASTERS: La barrera. E. RODRÍGUEZ DEMORIZI: Elogio del Gobierno de la Restauración. F. A. MOTA y F. RODRÍGUEZ DEMORIZI: Cancionero de la Resta%- ración. R. FERNÁNDEZ DE LA REGUERA: Héroes de Filipinas. ALTO ESTADO MAYOR: Anuario Estadistico Militar 1962. FULGENCIO BATISTA: Paradojismo. ANTONIO BLAS: Hathn Yogct. HEINZ G. KONSALIK: El último prisionero. ENRIQUE SALGADO : Paulina Bonaparte. SALVADOR MILLET : Acercamiento a Ewopa. LUIS ROMERO: El cacique. AI,FONSO X EL SABIO: Partidas I y 71. EDUARDO SAAVEDRA: Descripción de la Via Romana. LYNDON B. JONSHON : Informe sobre el Estado de la Unión. JAMES CLEUGH: Furia española (1936-1939). EMBAJADA DE LA U. S. A. : Decla.ración oficial de los Estados Unidos de América sobre Panamá. BARÓN DE TERRATEIG: Politica en Italia del Rey Católico. 150”1-l517, (Dos tomos). JOSÉ Díaz DE VILLEGAS: La guerra en la pa.8. JAI:F.S ESSE?-: La última batalla. DÍAZ LLANOS: Leyes penales militares. 1964. BARTOLOMÉ SOLER: La cnra y la cruz del camino. JOAQLTÍX ARRARAS: Historia de la íI Republica española. C. MORTERERO . Apuntes de iniciación a la Paleog-fía española de los siglos XII a XVII. VARIOS: Apuntes de Xobiliaria y Nociones de Genealogia Y Heráldica. DIRECCIÓN GENERAL DE PRowxcIóN CIVIL: Cartilla de primeros wxilios sanita.rios DG-22. M. BALL,ESTEROS GAIBROIS : Descu.brimiento y conquista del Ped Sv.4~ HASSEL : Los Panzers de la muerte. ACADEMIA DE INFANTERÍA : Libro de ta XXVII Promoc&b de In-’ fanteria. NIcoLAs BOER : Atemania en la encrucijada. 202 MIGUEL DELIBES: Ewopa, parada y fonda. MINISTERIO DE INFORMACIÓN Y TURISMO : Guia de hoteles de Espafia (196-j). J. SAN MARTÍN : Almanaque Militar í964. SIR EDMUND HILLARY: No hay margen para el error. RAYMON ARON: Paz y guerra. JOSÉ A.” MARAVALL: Las comwidades de Castilla. PADRE M. GARCÍA, 0. P. : La.s bellas de las antiguas ciz&,zaciones. Introducción a la táctica del Cid, por José Mª Gárate Córdoba El Coronel don Antonio de Pineda y su viaje mundial, por Iris Higbie Wilson El sitio de Tarragona en 1811, por Julio Belza y Ruiz de la Fuente Dos estudios sobre las guerrillas en la Guerra de las Independencia, por Nicolás Horta Rodríguez Guerra de LIberación: El Teatro de Operaciones del Norte en el invierno de 1936-1937, por José Manuel Martínez Bande Publicación de fondos manuscritos Bibliografía