Subido por Josele Carbonell

Revista de Historia Militar 15, 1964

Anuncio
ESTADO
MAYOR
SERVICIO
CENTRAL
DEL
HISTORICO
EJERCITO
MILITAR.:
REVISTA
DE
HISTORIA
Aiío VIII
MlL,ITAli
;
<’
REhTii
Di
HISTORIA’-
MILITAR
PUBLICADA POR EL
SERVICIO
HISTORICO
MILITAR
DEL ESTADOMAYOR
CONSEJO
DE LA
CENTRAL
REVISTA
D. Vicente G6mez Salcedo, Coronel de Infantería del Servicio
de Estado Mayor.
@FE
DE REDaccrón: D. Juan Priego L6,pez, Coronel de Estado Mayor.
REDACTOR: D. José Manuel Martínez Bande, Teniente Coronel de ArtiIlería.
3
D. Juan Manuel Zapatero López-Anaya,
Capitán y Doctor
en Historia.
DIRECTOR:
REDACCI6N Y ADMINISTRACI6N:
MARTIRES
DE ALCALA,
9 -
MADRID
-
TELEFONO
Precio del número:75 pesetas.
247-03-00
SUMARIO
Págs.
Introducción
a la táctica del Cid, por JOSÉ h1.a GÁRATE CÓRDOBA . . . . . . . . .
El Coronel don Antonio de Pineda y su viaje mundial, por IRIS HIGBIE
WILSON .. . .. . .. . . .. . .. . .. ,.. . .. .. . . . . . .. . .. .,. . .. .. . .. . . .. .. ..< . .. .. .
El sitio de Tarragona en 1811, por JULIO BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE . . . ..,
Dos estudios sobre las guerrillas en la Guerra de la Independencia, por
NICOLÁS
HORTA
RODRíGUEZ
... .. . . .. . .. . .. . .. .. . .. . . .. . .. .. . . .. ... . .. . .. .
Guerra de Liberación:
El Teatro de Operaciones del Norte en el invierno de 1936-1937, por JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ BANDE . .. .:. ... . .. .. . . ...
Publicación de fondos manuscritos . .. . . . . .. .. . ... . .. .., . . . .. . ..* .. . .. . . ..
Bibliografía...
. . . .. . .. . . .. . .. <.. . .. . .. . . . . .. ..a . .. . .. .. . .., .. . . . ... . .. . ..
7 uf
49”
65 I:
/:
99
133
lid
1%
‘. :
IV. B.-Las
ideas expuestas en los artículos publicados en esta revista reflejan únicamente la opini6n personal de sus respectivos autores.
a colaborar en ella a los escritores militares
0 ‘civiles, españoles 0 extranjeros, que se interesen por los temas
históricos
relacionados con la profesión de las armas. En las páginas de la misma encontrarán amplia acogida los trabajos que versen
sobre acontecimientos
bélicos, destacadas personalidades
del mundo
militar e instituciones,
usos
y
costumbres
del
pasado
del
Ej&cito,
.
particularmente
si contienen enseñanzas o antecedentes provechosos
para el militar profesional de nuestros días.
Los trabajos serán retribuidos con generosidad, según la extensión acostumbrada en revistas de este tipo y carácter.
Esta revista
invita
Depósito
Legal
M. 7.667.-1958.
--
fALLIRE
GRáFICOS
VDA.
DE C. BPRM’CJO
.-J.
GARCf.4
MORATO,
122.-TEL.
23.3-ofj-l9.-YADRID
INTRODUCCION
A LA
TACTICA
DEL
CID
por JOSE Ma GARATE CORDOBA
Teniente Coronel de Infantería, del Servicio Histórico Militar
LA
DXTRAÑA
TÁCTICA
DE
UN
HÉROE
IGNORADO
La biografía del Cid no pue,de ser la entrecortada
y fria de la
Historia
Rodeki,
ni la de las crónicas árabes, ti da de Zas po&icas,
.aunque realistas, narraciones ,del Carmen Campidoctoris
y el Ca-ntw
de ,«M~o Ci&, todas contemporáneas
‘del héroe. Mucho menos lo
.sería la caprichosa mezcla ,de :estas faentes y otros textos fantásticos
que hicieron los escritores ,del R,ey Sabio al componer la Crónka
G.enersll. La verdadera historia ,d,e Ro,drigo Diaz está en La España
.deE Cid, nacida hace treinta y tres años de un depurado estu,di,o críti,oo #de texto.s, documento.s e inscripciones,
que hizo D. Ramón Menénd~ez Pi’dal. Obra aceptada hoy en el mundo como ,definitiva para
el conocimiento
histó,rico Xdtel Campeador y de su ambiente.
A pesar #de ese crédito mundial para la obra y su auZor, aún hay
ejemplos recientes de anteriores desori.entaciones.
Y no es sólgo una
muestra la Hi~torW V/‘nzkefwZ, de Rimli, que en 1057 caía en los peores tópicos de la cidofobia (l), sino que el Tratado de Heráldica,
tiI
trazar hace tres años una semblanza del Cid, basada en Manuel josé
Quintana,
recoge juicios adversos de tan antigua obra (2).
Hará más de quinc.e aiíos que D. Bi,envenido Moreno destacaba
,-con mejor intención y ackrto que ecuanimidadunos párrafos de
La Espu& del C’d, sobseTvan.d,o muy agndamente
algo que iba &R(1)
Historia UaivevsaE
Ihstradcr,
dirigida
por
el DR. EUGENIO-TE.
RIMLI.
Editorial Vergara, 1957,tomo II, pág. 94 (véaseapéndice1).
,(2) Tratado de Heráldica MWw, 1959, tomo III, págs. 162y 163(vktse apCndice II).
8
JOSÉ XI.* GÁRATE CbRDOBA
plícito en el prólogo dle IMenéndez Pidal. Vale la pena traerlo aquí,
pues en tanto tiempo nadie ha recogido la idea:
((En Lu España del Cid hay muchas referencias a las activi,da,des
bélicas del héroe.. . mas la faceta militar de RoSdrigo no está conseguida a pesar de todo. El espíritu de milicia se ha. escapado por Ias
grietas .d,e esta obra, a semejanza de un perfume que se evapora en
un frasco mal cerra8d,o.»
Luego denunciaba un párrafo concreto que de indignaba,
hasta
hacerle d,ecir :
ctE1 Propósito estampa,do al comienzo tde La España del Cz’d muestra la pernicio.sa influencia del ambiente en que los estudi0.s del autor
se desenvollvieron.. . El gran sabio español, al expresar estas ideas,
resultaba una vktima más de la atmósfera alegre y confiadu, blandamente pacifis,ta y perversamente remarquista,
dañino frubo rde la postguerra del 14. El tiempo .ha demostrado después la ingenui,dad de tal
,modo de pensar» (3).
En los puntos suspensivos del texto anterior se int,ercalaba un
pArrafo d’el Propósito
cita’d,o. Por sí so.10 justifka el ,comentario, y,
aunque el contexto lo suaviza suficientemente,
demuestra también
que XvZenéndez Pi,dal no ha intentado penetrar en la faceta mihtar del
Ci,d y evI espíritu de milicia de sus hechos. H,e aquí el párrafo citado,
encuadrado por el anberior v el siguiente, para reintegrarle
a su verdadero sentido. El Sur. :Moreno sólo comenta la parte que copiamos
en letra cursiva:
((Quizá alguno piensa que taJ olvido responde a que el recuerdo
del CXd no es aho,ra .de la mayor urgencia. Las glorias klz’tares, que
antes erm preferidas
de la Hktoria,
han perdido mucho de sz1 Gmterés;
h Hi.rto&
*no busca ya eb preparar
a los pueblos para las tl*adicionates guerras del odio racial, sino para los nuezSos pugihtos
de ta
ctiltura. Mas, aparte ,d,e que este cambio de i~deas nlo pue,d,e arrancar
su importancia
al elemento militar de la Historia,
la z$da del Cid
TWW~ tuvo como p&c$al
ese aspecto guerrero, qu,e aSlguiSen pwde
weer tínico en ella, y que es el únko en la vida de otros héroes análogos, como por ejemplo Ro&dán. El Ci,d ofreció siempre un mayor
interés humano, palpitante
en su graade obra, contrariada
y des-.
ag+ragdecida» (4).
(3) BIE~~NIDO
MORENO
QUINTANA:
El Cmtar de Mio Cid. Revista de la Oficialidad de Complemento, filial de uEjécitoB.
(4)
RAhfÓN MENÉNDEZ
PIDAL:
La Españadel Cid. Prólogo a la primera edición,
reproducido en la 5.8, 1956, tomo 1, pág. 8.
En la illtima parte del párrafo
subrayamos
por nuestra
cuenta
una frase .donde Menéndez Pi,dal decide relegar a un lugar secundario el aspecto militar ,d:el Cid. Sin embar,go, la fuerza .del héroe le
vence, lo castrense ile intriga en más de una ,ocasión. Y ,esta curiosidad estalla, irreprimible,
en un punto concreto de su libro:
«El juglar, más, despierto para todo que e.1 cronista latino, fija la
atención en los tambores
almorávides. . . Lo que no nos dicen ni el
juglar ni el cronista es de qué modo la nueva táctica almorávide,
repr,esenta,da por sus ,tambores,
fue con tanta seguridad
superada por
Rodrigo.
Los clérigos
de Valencia
se contentan
con decir que la
ipro,digi,osa victoria del Cuàrte fu.e obteni’da con auxialio bdivino ; pero
nos quedamos sin saber q& nueva organización
dio el Cid-a sus haces, CIU;: nue\-a
cvoiución
ideó en la carga y la tornada de los caballeros, para pod,er inf!igir a ,los invictos ejercitos
de Yúsuf la primera y grande derrota que sufrieron
en España» (5).
La preguntz
constituye
una réplica aaticipeda
y oportuna
a Ia
imputación
que acabamos d,e examinar.
Es to:do un desafío que espera respuesta
militar.
Por esa ignorada
táctica se interesaba
con pasión .D. Matías
Martínez
Burgos,
el primer &iano
burgalés,
in’citándome
a &LIdiarla, poco antes de su muerte.
Sin embargo, la historia militar sigue ignorando
al Cid. Tal vez
porque su historia
definitiva, c80nteni,d:t en La Españn del Cid, apareció en 1!?201 siete aííos antes <de nuestra Cruzada de Liberación,
y
apellas estaba divulgada.
Alvarez
Coque, en el más moderno texto,
ni siquiera lo cita, y los guiones de las Academias
*di,cen tan p&Ó
de él, que puede ser eje,mplo el que escuetamente
nos infirmaba
de
que «combatió al servicio ‘de moros y gozó cierta fama de bravura»:
Much.
más comprensible
es la desorientación
d.e A.lmirante y Martín Arrúe,
,dada su época. El primero
habla de «SUS increíbles
y
dramáticas
expe,diciones,
imposibles
de ajustar en eta narración
descarnajda y militarj) (6). En cuanto a Martín k-rile,
todó su juicio erg&ico ide las campañas &l Cid consiste en decir: «una crónica árabe
ede c,orrerías atrevi,das, rápidas como
ca.lifiica sus empresa.s gwrr’eras
el relámpago
y abrasadoras
.como el Tayo». Y no es poco, para Io
que enton;ces podía esperarse (7).
(5)
(8)
(7)
Ibid. Tomo
1, pág. 530.
G:;NEK.~L ALMIRANTE
: Historia
Militar
(véase apédci:
MARTÍN
ARRÚE:
Historia
1Militar
(véase apéndice Iv)
IIT).
JOSÉ
10
N(.& GÁRATE
CÓRDOBA
I No deja de ser curioso e.1 contraste de !o anterior con cl reciente
‘canto cidiano publicado en Hispanoamérica
(8).
La simple lectura de La EspaCa cìel Ctid, compl,em,entada con inn,o ,muchos, nos hacen ver que la
teresantes trabajos posteriores,
Historia Militar
debe a Rodrigo Díaz un importante
puesto. (9).
En Sa msdijda ,de mis fuerzas trataré hoy +de justificarlo
con una
pnimera aportación que incite, o contribuya, a Il,enar esa página de
b táctica ‘del Cid, que injustamente
continúa en blanco en nuestra
Historia hlilitar.
Creo haber ‘oonseguildo algún hallazgo y no es cosa
de &esperar .más tiempo para .dar.lo a conocer, pues quikn sabe cuándo
pomdrá el estudio completars,e, y si no ha,brá ,otros que estén más preparaSdos para beneficiarlo.
EL
NUEVO
AUTOR
DEL
«MÍO
CID))
Y
SU
SITUACIÓN
MILITAR
No hac,e mwho tiempo que al examinar ciertas pectrliari.dades del
Cantar
~$4 Mío Cid, resaltábamos
las características del autor derivadas de su actitud ha,& el héroe cantaSdo. Ya hemos dicho que
el Mio Cid es la úkima ede las gestas representativas
de su pueblo,
.que su (héroe resulta así tardío. Pero es que además el autor se aparta ,de 10,s ckones segui,dos por 60s juglares. Sin duda, la personalidad viva del Campeador heria la fina sensibilidad del poeta ,haciéndole eminentemente
verista en lo psic,ológico y realista en lo a,mbiw-ktal. Con ello el po,cma resulta tan original, que se anticipa a su
época tanto como el héroe que canta. Gesta y h&oe no son tar,díos
ni tempran,os, rebasan el tiempo, y más que esparioks, son universales, rebasan le;1espacio.
Insistíamos en ver ‘una gran proximi,da’d entse hé.roe y autor en
el ~tiempo y en el ,espacio, en $0, religioso
y en lo militar,
hasta
pensar que el poeta pudo ser pri,mero hombre de :la mesnala y después monje. Hoy nuestras previsiones se afianzan. Porque en el
&ko
coldice exist,ente del Mz’o Cti, a,caba ae descubrir Menémlez
Pida1 la mano de #dos poetas iniciales, aparte de los posteriores retoques .de juglares y copistas hasta su fecha de 1307. El primitivo
au(8)
Véase
apéndice
V.
(9)
,VGase
apéndice
VI.
INTRODUCCIÓK
A LI
TÁCTICA
DEL
11
CID
kor ecribió en San Esteban ‘d’e Gormaz entrae los años 1103 y 1109.
El segundo fue un r8eftmdbdor ,de Mediwceli
que b amplió hacia
1140 --antigüe,dad
que hasta hoy sle *dio al poemacon asonancias pobres y reiterativas
en largas tiradas de versos, recurhmh
a la norma ‘de «just,icia po&ica» usual (de t,odo amplia’dor para matar
forzand.0 ei arte militar hacia Ala los trai,dores en desafío final;
var Fáñez, repitiendo
por todo el poema los breves hechos iniciales #d:e&te, hasta ha,cer ,d,e él un ldeuteregonista
a,l gusto ‘de la @ca
y acentuado con matices ex,tremosos
el nudo .dramático de la (cafrenta ‘de Carpes» (LO).
Este descubrimiento
ade un autor rigurosamente
coetáneo del héroe, es muy importante
para intqerpretaIr el realismo .de bs hechos que
canta, dte su «hktoria
cantada». El da al Mío Cid treinta aííos más
de antigüe~da~d sobre la calculada y se le identifica por la mayor riqueza y variedad ‘de su versificación,
así como su composición
en
tira.das cortas. El poeta de Gormaz conoce, aím en .lo menudo, Ios
nombres ide los hombres
y las * tierras,
la localización
de hs fronteras, episodios
secundarios,
como la toma de los castillos de Castejón y Alcooer,
o la breve estancia, sin .relieve, del Cid en Barae.lona.
Conoce el autor la patria chica de muchos mesna,deros,
el parentesto.tdel Cid con varios de ellos, l,os nombres sde 29 personajes
cristianos y 6 .moros, comprobados
históricamente
todos menos tres
de los primeros
y cuatro de los últi,mos. Es más? conoce hasta ocho
familiares
de los Condes de Carrión,
cosa más notable por ser de
la nobleza leonesa. Junto a esta ahun,dancia y precisión
de datos,
insblita en Ia literatura
de aa época, hay anacroniscos
y arbitrariedades pokticas,
muy #comprensibles
en un escritor
coetáneo y aún
aolerables para su auditorio,
que conoc,e los hechos. Es que el autor no preteade, ni se k exige, .c;er I-igurosamente
histórico,
aunque
largos
pasajes tengan el valor informativo
de una «historia
can&ada», esencial en la epopeya castellaca.
E.n sustancia,
los errores
del p0et.a ide Gormaz
se dimita a alguna alteración *deI orfden de 105
hechos,
como en las ,dos acciones sobre Valencia o una trasposición entre )la ,ba3e de operaciones
,d’e Celfa y las de los Poyqs de
Monreal y de Cebolla. En cambio, son de.1 refunldidor de Med~nack;
~___
(10)
ItAMÓx
MENI?:NDEZ
en la revista RRomanía,,
PJDAL:
Uos
septiembre
poetas
en el «Caxtw
de 1961, París, tomo
de Mio
Cèdr.
82, cuaderno
Publicado
segundo.
12
JOSÉ
Id.= GÁRATE
CÓRDOBA
toda una serie de imprecisiones
y anacrorknos,
colanza en .h conquista y el asedio de Valewia.
así como
la mez-
^., Del poeta de Gormaz es el plan total de !a obra. Menéndez Pida1
~sintetiza su genia1ida.d en que apartánd’ose
<de los temas corrientes
no enfocó al héroe ‘desde sus proadigiosas
conquistas,
sino ,desde
su lucha ,cont,ra la invidencia ?de una clase sociad supehior, llena de
orgullo,
prefiriendo
ver SU ternura
familiar,
su moderación
como
desterraldo,
su nobl’eza ,de ánimo incapaz de re.ncor, y SLI triunfo militar, po&tico y social. Con ello Menéndez Pi’daI relega otra vez al
último lugar este aspecto militar ‘del Cid, cuando la figura guerrera del Campeador
llena todo el poema con trazos vigorosos
en 10
psicológico y en. lo épko, sin perjuicio de que la mayor novedad
sea su sentido intimista, familiar y social (ll). Al primitivo autor pertenecen los episodios bélicos fundamentales. Suyos son, prádicamente, toldo el Cantar del Destiewo y Ia mayor parte del de las Bo&s, siendo ierlde Carpes el más recargado por la mano dell ref~undildor, como lo prueba también el hjecho de qu,e ca’da cantar sea más
largo que el que J’e precede, cuando inicialmente fueron sin ,duda
los trses de la misma extensión.
No in.siste ya Mmenénd,ezPida1 en que alguno de .los autores fuera .mozárabe 0 cristiano entre moros , juzgando por las peculiaridades adel ,dialecto ilustrado que empleaba. En cambio, se ratifica en
la. i,dea ,de que el prim,er poeta no fuese eclesiástico, ya que su principabl y casi único .error en 40s nombres cristianos ‘es el ?del Aba,d cle
Cardeña, famoso por su santi,dad. Sin embargo, na,da sugiere sobre
su posible filiación militar.
Sería importante averiguar aquí que el autor primitivo fuese un
caballero de la hueste de Rodrigo y hay muchos datos que nos inchnarían a eho, como el conocimiento de la toponiínia y los persona,jes con referencias a su solar y parentesco. Pero cualquiera de los
dos poetas ,muestra no conocer de lo militar sino lo que .en aquel
tiempo sabía cua1quier.a que no fuese caballero. Hay un abismo entre la riqueza lde pormenores t,eológicos y m.onacaíies frente a las
imprecisiones de organización y tktica
cidianas. La visión ,de las
.batallas es realista, pero completamente civil y lit,eraria, siguieado
fórmu!as francesas que se evitan ,en el resto del cantar (12). El au-
i-
(11)
Véase
(32)
Menéndez
apéndice
Pida1
VII.
veía
en 1942
que
el juglar
del Cid
poetizó
el
tema cidiano
ISTKODCCCI6H
A LA
TkXICA
DEL
13
CID
tor ilo pudo ser cabaUero, porque el juglar raramente Jo era, ni seríà
peGn porque na,da !destaca en sus versos de la intervención de éstos;
y ni siquiera se entretiene un momento al hablarnos de los que eta
Valencia hizo el Gd caballeros.
Sin embargo, iesto no puede ser la ú.ltj,ma palabra y vamos ,a
examinar lueg-o detenidamente otras posibilidades militares del prii
,. I
mitivo poeta.
La coetaneidad de héroe y poeta es una revelación asombrosa para
muchos que vislumbraron antes su posibiliadad. E~lla dleshace la tesis’
de Ríos cuando en su Historia Crítica afirmaba que el autor del
poema «no presenció los hechos que ,cantaba, o por no ser caballero
o por ,ser demasia:do joven», pues aunque quede en pie la primerá
parte ,de la disyuntiva, no está subordinada a la premisa que puede
ser ya falsa. 4 on su clara intuición Menéndez Pelayo admiró en el
autor «el candor de su narración, como quien canta cosas sabias
y creí,das de to,do e,l mundo» (131, lo que hace suponer que eran tam-
bién sabi,das ‘d’el poeta.
fundo
Azorín
ve en 61, «quien
ha pa.sado la vida
con lo. ?.ealidad, sintiendo lo que le rodea con un pro-
en contacto
sentido
de las cosas. Hay, más 8que la tierra, Ea tida que se
obsewa en ella y nos hace vivir el siglo XII» (14). Si esto no asegura
que el poeta presenció los hechos, al menos lo sugiere.
No puede quedar así la cita de Azorin,
porque
también
aÍíade que
e! poeta «no se deja arrebatar por el frenesí guerrero)). En esto
haría fa’lta vgllorar el alcance ide su observación, pues en el Cantw
desarrollándoloal modo francés,imitando los procedimientosde poetización de los
juglares francesesen algunos detalles,entre ellos ciertas fórmulas pau-adescribir
batallas,aunquemantuvo su estilo y concepciónde la epopeyadentro de la a&t6-’
ridad
narrativa
y de la historicidad
juglarescay juglares, pág. 180,y
Más
tarde
resaltaba
la
En
originalidad
propia
torno
de’la
de los poetas
castellanos.
(Vid.
Poe.&
al Poema
del Cti, 1963, págs. 24 p SS;):
épica castellana,
recordando
que en el
aMío
Cido sólo había tres casos de influencia
francesa.
El primero
las enumeraciones descriptivas
con un xveriedes))
-veríaisinicial
en el que se encuentra
la descrip&n
bélica que comienza
en el verso
726, la principal
y más cuidada.
Aún
afiade que es evidente
la gran influencia
de las achanssons
de .gesteo
en cantar&
castellanos,y así la épica francesatiene que servir continuamentede -guía para Ia
kpica española
(Los
(13)
MARCELIXO
fomo
VI, pág. 271.
godos
y la epopeya
espafiola,
pág. 75). (Véase apéndice
VII1.j
MEW$NDEZ
PELAYO:
AntologEa
de poetas
IGros
castellanos,
Recogido
también
en Antologia
de MenémSez
Pelayo
de la Bi-
blioteca de Autores Cristianos.Madrid,
(14)
AzORfn:
La
Cabeza
de Castilla,
1959, tomo
1950, ‘pág.
II,. p2g.
59.
416.
14
JOSÉ
Ka
GÁRATE
CÓRDOBA
hay matices de indudable exultación bklica, ,como el de aquellos persor+aje$ que una y jotra vez vuelven de la batalla «con la sangre chorreaado por el codo», y va,ldría la pena ana’lizar aque’lla impresionante
e.stro,fa 36 que a,dmira «tantas lanzas subir y bajar, tanta adarga
horadar y traspasar, tanta loriga romper y desmallar, tantos pendones blancos rojos en sangre tornar», con un significativo
«viérais»,
antepuesto a la descripción, que hace desear a los oyentses ver lo que
el poeta vio o imaginó en su arte (15). Mejor acertó Milá viendo que
el tono general, sosegado, famiíiar, cómico a veces, «rompe con energía en las descripciones de batallas)) (15 bis).
La.s bataalas de Castejón y Akocer, reaktas
en lo geográfico,
den’otan ,el conocimiento
detallaIdo de un hecho militar,
algo más
que creíble, verosímil, pero de tan poco relieve en la historia cidiana,
que sugiere pensar en quien lo vivió de cerca.
MientIras cre4m*os que el po,eta escribió cuwenta años bespués <de
muerto el Cz’d, el Cantar pudo recoger en San Esteban. una tradición,
que sorprende por lo minuciosa, pero al ser coetáneo, es más lógico
recuento de Sos peones, ya que allí normalmen%e se habla ~510 de
pensar qufe «estaba allí» c.uan#do se dio la bataVIla.
Tal e,s nuestro punto ,de partida para una interpreta,ción
militar
del aubos ,d’eJ Mió Cz2 cuando revisamos el poema a la !uz de su
nueva ant.igüeda,d .
LOS
PEONES
DEL
CID
No se ha hecho aún el censo de las tropas del Campeador y hacia
ello vamos, partien,do del Poemu como primer; base. Pero para llegar
al cáilcül~o lde los efectivos en el Mio Ci;d es indispensable un prtevio
~caballer~ow, «pendones», (danzas» u ,o!ros términos que tienen un
valor coktivo,
e,s ,dNecir, que equivalen a unidades tácticas elementaks.
N,o se sabe gan, cosa de 110s peones en t,iempo del, Cid. En el
siglo XII ya dl~evaban espsda, pero hasta entonces iban arxwdos de
piedras y lanzas. Su sueldo ,era la mita,d <deI ,de <Ios caballeros.
’
(1%~ En todas las citas del Cantar respetamos el texto primitivo con mínimas.
modernizaciones
gramaticales para su más fácil comprensión por el lector medio..
(15 bis) MEKÉNDEZ
PIDAL:
En torno al Poema del Cid, pág. 39.
5
INTRODUCCIÓN
A LA
TÁCTICA
DEL
CID
15
Se ha llegado a decir que el éxito del Cid se debía al empleo de
.los peones en masa, y que su proporción
era enorme para Ja que
entorrces solían tener con la cabtilleria.
Sin embargo,
no sabemos:
nada concreto sobre 1,o.speones ,del Cid y no par8ece que pueda jnstifkarse en él ese renaci,miento ,d,e aa infantería, al menos no hay prueba alguna.
He localiza,do una referencia que da bastante luz por el momento.
Cuando en el cerco de Alcocer .los castellanos se aprestan a la defensa, anima el Ci,d a 10s suyos ,dicien,do que son seiscientos y algunos
más (verso 674), aquí aparece que no se omite ningún guerrero, por
el interés ‘de mostrar el mayor número posible de tdefens’ores. .Se decide dar b batalla campal ,en lu’gar id*e <defender el castillo, y sóio doY
peones quedan gua’rdaado la puerta. Salen, pues, los 600 honibres.:
Pero en plena batalla, cuando el aban,derado se mete peligrosamente
en un haz de l,os moros, acud,en todos a él
Todos fieren en el az - do está Per Vermudoz:
Trezientas íancas son, - todas tienen pendones ;
Todo cilo ocurre sólo cincuenta versos más adelante del recuento
anterior (verso 7%). Lo cual hace pensar lógicamente
que están allí
los mismos caballeros que en e.1cast?Uo, pues no hay noticias de que
su número haya variado, y se nos dijo que salieron t,odos ,menos los
d,os peones *de la puerta. Parece ‘demostrarse así ‘que contaron seiscientos (hombres útiles pasa ld’efender el castillo, pues lo ,mismo lo
defiendeen peones que caballeros ; pero ya en la batalla. campa& la
cuenta se lleva sólo por pendones, lanza,s o caballeros -todo
es equivalente-,
ya que Jos peones son só’lo auxiliares e incluso no siguen
como quisieran ej avance #d,eJo~s caballtos.
Este sencillo dato nos permite suponer que en la mentalidad
dd
autor es normal tal propor,ción, únka referencia que .tenemos sobre el
caso. Por lo menos en esta época, la organización
,cidia-na no %enía
numerosa infante&.
Luego se van incorporando
peones sin guar-.
dar proporción
alguna, como in.dica la frase «no hay cuenta de las
peonadas», que repite pon,derat,ivamente,
:dando a entender que sos
muchos ,los hombres d,e a pie y es posible que aumenten sin su&
tarse a plantilla alguna, aunque hay quien seííala la dosificación de
*cin,co por pern,dón, sin que nos ofr’ezca segurilda.d de ser así eri eS
siglo x.I.Q
De todos mo,dos, los peones no alcanzan la importa&%
qu’
algún hist,osiador les ha concedido, ya que el poeta, %úin siendo profano,. no *dejaría *de trasJucirl,o en alguna forma si ,eJ hecho tenía resonawia y más si <era una novedad.
Gualdo en ~1 P.oyo (de M.onreat se incorporan ,a la hueste del Cid
los Sdos,cient,os cabaileros que le trae Alvar Fáííez, el autor del C‘nlztaY
aclara una vez más :
«ino son en cuenta -sabet,
las peonadas»
El término «peonadas» pu.diera tener en sí mismo algo de ponQerativo i más junto al «no San en cuenta» si se interpreta en el sen-.
tSd,o ,de ,«incontables»,
aunque no parece que su intención vaya más
allá ade sig;nificar que no c,stán incluíIdas. Pero ese visibl-e intesés ‘del
po’eta en dejar bien sentada tal salve,da#d cada .vez que la. hace,~ como
ahora, revela que se trata ,de excepciones a-una norma general’ de
incluir ,los peones, como UDOS guerrer’os más, en sus cifras de efiec:
kivos. ffambién ,nos sugiere que si .se Jes destaca es só1.o por su cantidad, no .por su i&ei-vetnaión,
de la que no registra un sólo (dato
j-&ico.
:
Ya en Va’lencia, hay un verso que nos recuerda esa innovación
kastellaña ,de «cabaUeros villanos» que se remonta a &tipos ‘d,e Fernán Conzál,{z. Cuando «!los que foron de pie -caballeros
se faoem),,
según el verso 1.213, aumentaría
considerablemente
el número de
caba!ll&os a costa de dos peo\nes.
Todo ello naos (dice que hasta la batalla lde Alcocer el número de
tieones pudo ser igual al de caballeros, y que su dosificación
no
,debió estar prefijada en plantilla
alguna, pues de otro modo sería
obvia.‘&
ignorancia
de las peonailas, calculables a primera vkta.
Posterickmente
se ponderaba a~dministrativamente
su níímero,
por
lo que sin ,duda aumatd
la‘ proporción,
que no pasaría de duplicar
ti triplicar el núnkro de los caballeros.
ICotifiTnia esta ‘Glt~ima ‘densidad (de peones un #dato de Ja Pvim.em
C&n&a
General, * CII~OS capítulos ,del Ci,d se estibieron
hacia 1289,
,basaGdoS en una prosificación *del Cantrw con ciexta,s variaciones. Al
@legar. al verso. 1.265 catibia el re,cuent,o de 3.600 hombres en’ total
por el de‘1.500 caballe;os y 4.000 pe&nes, lo que n0 llega a ser tres
peones por caballero.
’ Sin discutir por hoy la exactitud de Ios datos, hày que reconocer
<ue el cpo$sta tdLe cámara y sus revisores darían por normal ,en la
@oca suya y en la idle1 Cid tad proporción de peones, y no hay por
.qtié pensar en otra ‘mayor.
Mientras ,no se averigüen nuevos datos, será buena base partir
de esa propor&%
máxima ,de tres peones por caeda caballero (16).
DE
CAPITk
A
GENERAL.
IaOS
EFECTIVOS
DE
LA
IJÚESTE
CIDIANA
Era imprescindible
ese cálculo previo ,de la dosif,kación ,de peones
,en la hueste cidiana para llegar a una valoracíó,n ,de efectivos en
el Cantw. Si hasta ahora no hemos encontrado una proporción
fija,
ea poaque seguramente
no existía. Ta.mpoco importa demasiaido el
no haber po,dido acontrar
su número concreto en. un momento
cualquiera, pues para nuestros cálculos son suficientes esos términos
límite ‘de uno a tres por caballero, ya que sólo en una pequeña parte
puede afectar a nuestras cuentas, como ahora veremoss.
Los efectivos de la hueste ci&:L,na. H’e aquí un punto interesante
y ‘difícil. Ei profano, después #de ver al Cid ‘en una película de pre~tansiones rea.íi’stas, aún no sabe bien si fue uo capitán o i~ti geneTal.
Para ello e+ necesario respon,der a la pregtmta:
2 Cuántos homb&
mandaba el Gd Campead~or ?
Segurament,e sólo el Cnntar señala paso a paso el crecimiento
de las mesna.das. Por eso’ es primorsdial este r.ecuento. El M$o Cid
presenta al héroe acampaido ,en la gl,era de Burgos con sesenta petidones, que representan sesenta caball’eros, a los que se unen 115 más
en San Peadr,o de Car,deña. Al trasponer
la frontera de &astBla -agotán’dose el plazo ,del ‘destierroel Campeador
manda contar su gen-
te, (c,maadó veer sus yen&» y son 300 lanzas, ((que todas tienen pendomes» sin incluir ‘en ese número &s peonadas». Son los mismos
caballeros ,que en Castejón, se divi,den en una avanza.da de 2fM y una
zaga d,e 100, <os peones aparte. Cuanjdo l,es cercan los m,osos en Alcocer Son ya 600 y algunos más, según comunica el SCid a SLI consejo
de guerra.
Ia anomalía
de ser trescientas
lanzas, que ya IYXIIOS ,estuldiado. No señala el poeta
más variaciones hasta el refuerzo ,de fos 200 caballeros que trae de
Burgos Alvas Fáñez.
Conquktada
ya Valencia, hay un momento en que eI rAmpe&or
(16)
Cincuenta
versos más a’deJa&e encontramos
En vez de los 3.600 hombres que recuenta
el Cantar:
la Primera
Crónica
Generaldice que Minaya y Bermudozal contar el total de la gente cfallaron allí
mil caballerosde linaje, et de otros quinientos a caballo. et ,cua&o mili okn& a
pié». El dato ofrece pocas garantías por corregir dos siglos despuésn un poeta
Can realista..
18
JOSÉ X4.= G.íRATE CóRDOB.4
qui,ere saber el censo de «los que allí están y con 61 ganaron algo».
Va a po+nerlos por escrito para ver si a?guno s,e escon,de o ha desapareci’do. El poeta se Sdetierl8een acto tan sencillo por algún ,interés
personal en narrarlo, y el momento,
inmediat.0 a la conquista, reviste cierta emoción y solemkdad en msdio sde su simpleza estasdística.
Mandó rteunir a tod’os en su puesto de man,do y «cuando los falló, por
cuenta fízolos Inombrar».
No hay du,da de que en el patio donde
Minaya junta a todos y :Ieos nombra, está ‘la totalitdad de los hombres
del Cid, pero :si la hubiera, la disiparía por co,mpleto Ia alegría del
héroe al conocer su Ilúmero (v. 1265) :
tres mil1 e seys @entos - avíe mio Cid el de Bivar ;
alégrasle el coracon - e tornós a soarrisar.
Aunque estos versos corr.esponden a tira’das que Mfenéadez PidaI
atribuye a~l refundildor ,de Wkdinaceli,
creaemos firmemenk
que son
del primitivo
poeta, cl d*e los alardes realistas. El ilustre biógrafo
cidiano no se ha >detenido a contrastar estas precisioties militares,
pero d segundo censo re,spolnde a una peocupación uerista, tantmo o
más que el ,de la tirada 21, que justamente adjudica al poeta de Go.rmaz. Ello no impi’d#e que e;sté aña$diida la fi.gura d,e Minaya, lej,os
del Cid desde mucho tiempo antes, por interés del segundo autor
en presentarlo
como deuteragonista
(17). A éstos hay que agregar
los 6.5 caballeros con sus peones que se le unieron a Minaya en Burgos (v. 1419).
Por fiin,, en la batalla :del Cuarte están los niayores efectivos que
señala el Poema a la hueste del Cid (v. 171’7):
cuatro mill menos treinta - ‘con mío Cid van a cabo,
a los Fincuenta m;ll - vanlos ferir de grado ;
Alvàr Alvaro2 e Minaya - entrkonles
del otro cabo.
Hay, pues, un ala ‘de 3.970 hombres
rectas ,de! Cid. La o4ra cuyo volumen no
.eI pequeño cue,rpo d,e 130 caballeros que
La fa!lta dse detall’es sobre 10 que Minaya
si su acción sería con caha%eros solos o
primer caso el total de ,efectivos cidianos
(17j
Véase
apéndice
IX.
que ataca a las órdenes dise refleja ahora debiera ser
Minaya solicitó po’co antes.
se proponía, impi,d,e ,saber
también con peones. En el
sería de 4.100 ; en el segun-
ISTliODUCClóh’
A LA
T.iCTICA
D5L
CID
19
do Plegaria a lo más a ums
4.500 ,hombres. Pese a que el Cid accede
«de buena v0Junta.d)) a da propuesta, no se refleja bien en los versos
anteriores esa .desigualdad ld,e las alas. Teniendo en cuenta que las
acciones ,de Minaya, siempre iguales, ‘denotan repeticiones del refundidor, bien pudiera :ser eabe dato ,de los 130 caba;lieFos una añadidura
suya sobre un texto inbcial en que el poeta de Gormaz presenta& dos
cuerpos equivalentes en número, con lo que Ja batalla sería de doblé
envolvimiento,
como arriba parece reflejarse,
coincidieado
cl ldacu’
mentado poeta con las crónicas árabes que atribuyen la victoria‘,&tiana pr~ecisamente a la división .de la hueste ‘en dos partes, lógicamente ‘de enti~da~d parecida. Refuerzan nuestra idea los verso,s 2.347
y siguientes,
dolude se dic,e que muchos d,e aquellos soldaidos eran
«recién llegados», ao que hace suponer que para ser I’IZUCIZOS, serían
más d,e los 500, que suponme la #diferencia con los 3.600 del ultimo.
recuento. Era del dominio público y es histórico que los bandos del
Cid para tomar Valencia atrajeron gran recluta de toda la región
(17 bis).
Con dos alas iguales sumaría la hu’es,te del Ci,d cerca ,de 3.000
hombres, Jo que cuadra bien *con 6datos croní,sticos ‘de la época. En
la Historia Roderici ,encontramos que ,el Cid saSe por segund,a vez de
CastXa con 7.000 ho.mbres lde todas las ar,mas -Pascua
DDEPeentecostéis,
20 ‘de mayo de 1089- acon dos que atraviesa el Due.ro y Zaragoza, Ilegaado hasta .Alb.arracín para platntar sus tiendas en Calamo,cha y luchar en el Poyo. El último dato sobre efectivos en el
Cuartee es ‘de fuente musulmana.
INos dice Ben Akama qule en el
cerco d’e Valencia -1093110smoros partidarios
del Cid quisieroa
desanimar a Abu Beker de socorrer a la ciuda,d, para lo cual le informaron
falsamente que el Ca’mpeador tenía en elIa 8.000 caballeros cubiertos de hierro lde los mejores guerreros d.el mundo, dato
que nos sirve para colnjeturar que .s,i el Cid nunca tuvo tanto cabaSiero lorigado,
‘bien pudo aumentar su hueste de 7.000 hombres hasta 8.000 en los cuatro años transcurri:dos, a pesar *de dos licenciamientos valencianos.
En toldo caso esta hueste, que se cnf,rent6
con los 5O.OQO moros en el Cuarte, sería el mayor ejército cidiano.
En cuanto a los ef,ectivos ,de los moro5 en el Cuarte, comprobamos que su número es el mis,mo que figura en la P&mera Crdm?;cn
Getieral, Jo cual no aclara mucho, pues aunque se basa en numerosa’s fuentes, el Cr?sntw es una de las preferidas. La HZstork
IZode+
(17 bis)
Véase apéndice X.
20
JOS6
M.’
GÁKATE
CÓRDOBA
ticz’ poltue 150.000 moros. Algún historiador
admite este nítmero,
.advirtiendo
que se incluirám en él las familias que acompañaban
a
Jos guerrwos, corn.0 lo prueba el hecho ‘de haber mujeres y niños
entre 51.0spri,Goneros, y 1.0 sugieren ‘esas 50.000 tiendas gra.ndes de
,que habla el Po.efm. Mienénfdez Pi,dal pisensa qule la C. inicial de la
cantidad romana puede ser abreviatura de kirca)), o sea «cerca !d3e»,
OOTO inldica su escritura un po,co separa,da Ide das otras letras, en
cuyo caso debe kerse «cerca ,de 50.000~ guerreros, en coincidencia
son la Rodertci
y el Cantar (18). Así se ,compen*de la segurbdad con
que .el poeta afirma o aproxima todos sus ,datos numéricos.
Aclarará
do Idicho, un cuadr.0 del progresivo
aumento
,de ,la hueste :
Efectioos cidianos en el Cantar
Versos
16
291
419
674
915
1265
1419
1717
1695
Efectivos
Total
60 pendones
60 pendones
ll 1
caballeros
300lanzas
600hombres
200 caballeros
3.630hombres
66 caballos
3.976 hombres
130 caballeros
1’75
en censo
en censo
y los peones
y los
peones
pendones
300 pendones
600 hombres
800
hombres
y más
3.600hombres
3.665hombres
y m8s
3.970
4.100
390
hombres
hombres,
peones
y acaso
m8s
Efectivos de los moros enemigos
VersOS
663
Hemos
ñlamativos
-(18)
RAM&
3.000y
1626
1718
tanto
más
no se pueden
30.000hombres
50.000hombres
50.000
hombres
2313
50.000hombres
POESÍA
DE
1224
LA
Efectivos
-
LOS
;búNEROS
que
contar
PRIMOS
itomdo
en wenta los número’s ‘de un poeta, porqae s,on
e infunden sensación ‘de seriedad. Los efectivos que preMEhiOxDEz
PIDAL:
La Españadel Cid,
5.a
edición,
pág.
959.
senta en Cuar’te son .de lo más extrafio en la épica de aquel tiempo,
don’de se exageraba ,con cdosalismo
todo lo referente a las batallas,
y mucho más el número ‘de combatientes
y de muertos.
Lo mkmo
en los cantares cwo1ingio.s
que ‘en ,los castellanos,
todo se mide en
miles y ,centenas de millar.
En el cantar de Roliand todo :es extraordinario
: el rey Marsil
ahinca 400.000 caballos, el ruPdo de las tropas se oye a quince @guas,
caen 10’s infieles por miles y en tumulto,
al choque mueren 7.000 enemigos. Se da el toque de avance con 7.000 clarines,
se ‘desnudan a
la vez más Ide 100.000 espadas, *ei emir Baligán convoca gentes de
cuarenta reinos, navegan por el Ebro 4.000 chalanas. Proato
forman 350.000 hombres con el #duque de Naimón, pero l,o,s i&ieles de
Baligán han aumenta’do y& a un .millón y medio, agrupa,dos en treinta cuerpos de ejército. Lloran la ad,csgracia 100.000 caba.lleros y otros
taantos se desmayan,
después ‘de desmayar,se
20.000. La técnica *del
enormismo
llega hasta estos ridículos
extremos,
con llantos y ‘desmayos de ksudos
varon.e,s (19).
Lo mismo ocurre en los mejores
cantares castellanos.
En el d.e
los Lnfantes sde Salas, sólo los siete hermanos
maean miles d-e moT
ros y mueren del cansanaio wnsiguiente.
Pero es que tanto
ésta
cotmo ,el ‘de Fernán Gonzákz pueden ser .de imitación francesa, porque si Ila tradición oral d,e la Chanson de Ro1m.d se remonta al siglo s, <nuestros poemas ,debiBeron escribirse el XI en méster ,de juglaaia, pues la Malla ‘de Osma se dió el 934. En el Cmtm de Fe+
dn
Gon,zcále,n,son 50.000 legiones las que Ileva Almanzor a la hatalla de Carazo, aunque resulta que las fuerzas en presencia son
300 cristianos frente a 300.000 moros -uno contra mil-, no muc$hos
versos ‘después. En la de Hacinas, el coade castellano forma con
450 caballeros y 150.000 peones -treinta
peones por cada caba;ll&
ro-,
mientras que Almanzor llega con 30.000 caba’l1ero.slorigad,os,
10s que entonces me,dían la potencia de un ejército, como hoy 10s
cohetes o submarinos atómkos.
En cambio. el autor ‘del Mio C’I$ hace muy creíbles sus números
sobrios y «picudos»* Su comedimiento hace del Poem el menos
afrancsado en to,do. Nkmeros tan verosímiles atraerían al oyentej
.._
(19)
DARío
~ERK.~DEZ
FLÓREZ:
En el BrezCzrio del r.Wo Cid)>. 1.942, hac+ y$
un interesante estudio comparativo entre el realismo de nuestro primer poema y ka
desorbitada fantasía de las gestas francesast eshozando algunas de las frorkras que
aquí Ilevamos a sus Ultimas consecuencias.
22
JOSÉ
N.*
G.iRATE
CÓRDOBA
de su .tiempo como al le,ctor de hoy hasta tomar 110s datos a pies junUlas,
identificando
el P;oe?w con unas memorias
de guerra.
El autor apenas redondea las sumas, y hay que tener en cuenta
que si aun ahora se piden ci,en o tr’esciôntos
ho’mbres para algunos
mucho
más
se
haría
ent,onoes,
cuando
aún imperaban
servicios,
ideas tde,cima& ‘en Ia organización
visigolda. Vleamos 10 más saliente
de la comprobacick
:
l.+En
San P!edro sde Carjdeíía sle agre’gan al Cid 115 caballeros
con Martín Antolínez.
2.-Cuando
el Cid se reconcilia con el Rey, le acompacan
15 caballeros.
3.-En
su primera acción, el Cid #derriba 15 moros. En el Cuarte
,derriba a 7 y mata a 3, mientras
el obispo don Jerónimo
mató 2 con lanza y 5 con espada.
4.-l+
el cerco de Alcoccr son «seiscientos
y algunos hay de más)).
_ 5.-+Mánaya
suele pedir 100 y 200 cabaiileros para alguna cela,da o
,correría, pero ,en la algara ,de Castejón,
aunque pide 200, se
nos Adice luego ,que van con él 203, y en el Cuar,te pide 130,
que tampoco .es un número muy redonIdo.
un recucnt,o escrito que ,el <Gd ondena hacer, suman 3.600
.,I d.-En
“’
ho.mbres ; tampo,co se ha redondeado
el número en millares.
7.-En
Burgos se le agregan 65 caballeros.
8.---Finalmente.
hemos visto en.el Cuarte una hueste que sale a
batalla con los extraños
y realistas ,efectivos de 130 hombres
,con
Minaya
y 3.970 con el ICBd -«van
cuatro mil meaos
treinta)) es buen decir poéticoy del enemigo sólo escapan
104 moros.
Alguien
arguye pronto
que tales números
bien pu’dieran nacer
por fuerza ‘del consonante,
e,s decir, qne sean números
ripiosos ;
pero en el verso an$erior, 61 más poético sin ,duda de los nu.méricos,
b cantidad está for,man,do el primer ,emistiquio,
sin consonAn&
alguna, por lo tant,o, y la mayor parte *de los restantes
no van en fin
de versos, sino ,en el in.terior, ‘donde valdría tanto treinta y sle& como
tieinta mil para la medi’da de las sílabas, que, por otra parte, es muy
poco regu.lar len el Poewa.
;Será sólo que ,el autor ha husca~do y ha
enoontra~do por cierto la poesía ,de los numeros primos?
El poeta sólo redondea las cifras al decir los Inoros ‘enemigos
pue se acercan -30.000
y 50.000que no puede co,ntar ni tener en
:su aómina ; no así ,en los mo.ros amigos, ni en los muert,os 0 prisioneros. En Alcocer eran 1.300 los moros muertos.
Pero #hasta en esos
INTRODUCCIÓS
A LA T.iCTlC.4
DEL
CID
23
números re’dondos tiene el Co~ttflr grandes visos d,e fi,delidad, ya que
la Historia
Rocie4
sólo ofrece ‘una duda de comprobación
con el
Poema y es sobr$e si en Cuarte serían 130.000 los enemigos,
error
..
de kctura
(de aa crónka,
según hemos visto.
Hay
pues en el ‘Mío Cid algo más que una caprichosa
.poe&a
de los números,
pr,efer’entemente
primos o picudos, porque tambikn
Muestra
el poeta una marcada
son exactos los aúmeros
redondos.
t,en#dencia a la prscisión
numérica, a ,la contabilidad
y estadística ; un
afán por bla puntuali,dad d,e ‘datos, innecesaria
en obras poéticas, de
no ser reaks,
que parece qwrer
hacer ‘de su Poeww
una «hist,oria.
cantada)), tal vez por hábito profesional
.de quien tuvo re’lación con
los recuentos
de tropas y repartos ,de botín, con la administración
y
contabi5da.d cidianas.
Aún hay otro ‘dato que refuerza
nuestra tesis, aunque Menén,dez
Pida1 sólo 10 anota como muestra ‘de verismo : después ,de la batalia del Cuartme dice el Cantar que el Cid envió al Rey un presente
de 200 caballos, aunque Alfonso
no ll,egó a aa batalla. El ,poeta no
explica el por qué ‘del regalo y el número, pero es exactamente
«la
redroquinta)),
la segunda quinta !del botín que en ‘:la legislación
de
los separtos
se pagaba a un segun,do señor, quinta parte ,de los mil
caballos que corresponderían
al Gd como seiíor de la hueste, en el
reparto
,del botín total que el Cnhw
describe (20).
De todo ello nos que,da una seguridaSd moral de que el poeta sería algún oficial cualdrillero
o veedor, algún guarda 80 cuadri’llera
de la hueste ‘cidiana. Aalgo así como un oficial o suboficial bde.la Inten,dencia o la Intervenci&
de entonces. Parece indudable, al menos,
que el poeta estaba cerca ld,e las mesnadas.
Tenía ,noticiss
próximas y #directas ,de ellas : nóminas de efectivos,
relaciones de pagas
y repart,os, partes de operacione s o memorias de guerra, ya que según anticipamos,
y veremos luego, no parece que temí! parte activa
en ios combates.
La rigurosa
coetaneEda,d dd autor con el h&%e, ahora ,descubierta, halce pensar en este ofiaial administrativo.
yn que no en un guerrero ,de la ‘hueste. Sólo así se explica esa mental.idad matemática;
-propia de quien vive en contacto profesional
con realida:des num&
ricas, contantes y sonantes, ‘de las que su precisión al anotar los efectwos -revolucionaria
en la épica DDEentoncesconstituye
la mejor
prueba.
(20)
R.~xirOq
MENÉNDEZ
PIDAL:
Miscelánea
histórico
Etteraria, 1952,pág. 114..
EL
FRAGOR
DEL
COMBATE
A propósit,Q ddsl realismo y ,la ,evild.encia lde! C~791t.w de Mio Cid
de combat,e, ní
escribía Menéndez PeJayo : «Ni en las dcscripcione,s
en. el cuedro asombroso
de las Cortes...
se encuentra sombra de art.e
en el sentido retórico de la palabra» (21). Pese a ello, no vislumbramos verdadera
originalidad
en lo que a la descripción
de batalla se
refiere. Aún los matices más concretos
y vívidos de los encuentros,
tienen en cada expresión
y en ca.da metáfora
antece,dentes juglarescos. Hay un patrón ,para describir
d fragor de la lucha al que se
ajusta ,el poeta, como no hizo quizá en ninfin
otro pasaje. Ello pro-duce una notable similitud sentre ,las escenas bélicas ,de ‘d.iverso8s cantares españoles,
explicable en cuanto siguen el canon .de la,s «chanson,» francesas.
Sin duda que el de &fio Cid es, con ,mucho, el ‘de
mayor vuelo poético, pero apenas enc0ntramo.s
en él do,s pares de
fi,ouxas bálicas con visos1 de inspiración
directa.
Ello nos afianza ,en la idea <de que el poeta no tomó parte en ÍX
lucha. E,n otro caso, su exqulsiita sensibilidard
hubiera Idetectado y
tTansmiti.do
sensacion.es
mucho más personales,
vividas y sorprendentes, como hizo Bernal Díaz en sus impresiones
de las campañas
mejkanas.
Sólo colmo muestra
,de tales coiracidencias
*ra.mos a. comparar
d
fragios de combate que !hay en las tres gesta,s españolas más antigüas y, a nuestro modo de ver, las más valiosas ta.mbién. La ‘de Los
Siete Infantes de Law, fue escrita hacia el a17o 9S0, si bien hoy ,sá!o
quedan de ella restos poéticos m&ifiestos
an su prosificación
,de la
CrOlzúcca Genmal,
De ella. partió ,M:enéndez Pida1 para ‘reconstruir
buena parte de sus estrofas,
sin pretensiones
arcaizantes
y con !a
mínima alteración posible. La de Fernán González, primeya muestra.
del mester sde cberecía hacia 12450, Idata ,de un cantar inicial ,de juglaría
escrito en el sig3o XI, cuyos
versos qzle,dan aún manifiestos
en algurw estrofas
apenas tocadas por 4 cl&i,ao refwdi:dor.
Su ,descripción de combàtes resultan interme.dias,
con figums
po&ticas ,de sor-prendente analo&a,
que puedan suponerse del cantar primitivo,
aunque por lo que toca a semejanzas con (el Mio Cid surge a veces la
(21)
MARCELIXQ
MEAQ~DEZ
PELAYO:
Antoloyia
de poetas
llïicos
Antología
de Mehzdez
MO VI, pág. 123, recogido también en la
B. A. C., tomo 2.0, pág. 4Il.
castella4zos, toPelayo
de
la
IM’lWBLTCClóN
A LA
TiCl-1CA
DEL
CID
2%
duda de si será éstse el original !de d,onde el refundi>dor de aqué. copia, amplía y corrige
a su gusto, y que escribe mucho más tafide.
EI estuldio, aunque incitante, rebasa por ahora nuestros
limites. En
el Cwtu-r de Mio Cid hay elementos muy semejantes a los anterior,es, si IGen se manifiestan
con indudablse primitivismo
idiomático,
a
la vez que con estupenda inspiración
y fuerza poética.
Casi es obvio adverti.r que la antigkdad
del t,exto iniciaJ en cada
uno de 10,s tres cantares viene a ser. irwersa de la redacción que hoy
con,ocemos de ellos. Cabe susponer que sus metáforas
y dewripciones estarían ya en S,os ,t.ext,os iniciales, con forma primitiva
que se
fue retocando
y puliendo más que na’da en lo puramente
gramatkal.
o en interpolaciones
harto pate&es.
Hubiera
sido muy útil presentar
la correlación
de versos. a tr9
columnas,
de modo que se correspon,diesen
los semejantes de cada
cantar.
Las difict&ade.s
tipográficas
exigen al lect,or un poco de
trabajo., con el que los identificará
fácilmente.
Vseamos primero
el
iragor
b&ico en el único encuentro
que contiene el c+ntatar de Los
Infantes
de Lara, el más antiguo de los tres, aunque sea en la versión más moderna:
Allí soltaban las riendas - uno con otro van,
e tas lanzas abajadas - tan fieros golpes se dan,
quebrantaron
las escud,os - que ningtma pro ks han,
desmallaban
1a.s lorigas - como si fueran cendal.
En el Ca?ztar de Fernák
Gonzásilez veremos claramente una fórmula interme~dia. Para abreviar la &a. reunimos los versos aklados que
coinci,den con los de otros poemas y anotamos al margen el número
de aa estrofa a que pertenecen:
308
313
Xi!)
692
3iO
523
-4baxaron: las lanzas e
Entrambos:
uno a ottro
que los fierros
de las
Rompía las guarniciones
Falcían muchos cab$llos
fueron a ferir.
fuertes golpes se dieron,
lanzas a una parte salkron.
como s-i fuesen pko.
sin @íores salir.
No oi’rán ‘otra voz sinon astas quebrar,
espadas .rete.iíir e los yelmos cortar.
Nin lanzas nin espadas non habían vagar :
retc$en
los yeAmos, las espa.das quebrar :
26
JOSI?
90
Ka
GiRATE
CóRDOB.%
ferir en los capi’llos, Bas lorigas falsar.
-das tierras e Ios cielos semejaban movidos.
_ EJI el Ca?ztar de 14i0 Cid hay bellos versos aislados con ardor
guerrero, peio las muestras conjuntas sólo están en las tiradas 35
y.36, que correpon,dôn al cerco #d,eAlcooer. Al margen expresamos la
numeración Id,elos versos :
715
Embracan los escudos - delant los coracones,
abaxan ilas lancas - abue1ta.s,de 10s pendo~ti~es,
enclinaron las ca,ras - de suso !de los arzones,
íbanlos ferir - #de fuertes corasones.
7%
Veríe,djes tantas Jancas:- premer ‘e a’lqar,
tan,ta a,dágara - foradar e passar;
tanta lor’ig-a. 2 fal.sar e desmanchar,
tantos pendones ,blancos. - salir bermejos en sangre,‘.
tantos buenos caballos - sin sos ,d&ños Iandar (22)
En el ,estundiosde Menéndez Pida1 que,daron ya perfectamente señaladas :las estrofas qu,e se repiten. Sin e.mbargo, no se resalta la
igualdad de las tiradas 715 y 3.615, verdadera piedra de contraste para
distkguir a Ilos idos autores. En Ia primera se trata ‘de la bata’.lla de
Alcwer ; *en la .zegunda, ‘d,el juici,o Idte Dios entre seis c,ontendient.es.
Sin embargo, se da por bueno para éste tordo ‘el ,fragor bélico d,e
aquélla :
$615
Abraca~t los escudos - dela& de 40s coraqones,
abaxan !las ,lancas - abueltas con los pemldoties,
enclinaban las caras - sobre íõs arzones,
batían los caballos - con los espolo:nes,
temhrar ,queríe la tierra - ¡dond eran move,dores (23).
(22) Véase su equivalenciamqdernaen el folio 10.
de los versos 716 y
(23) Compara Menéndez Pida1 este crAbaxan las l&asr
8616, repetidos‘en otras,,ocasione%,
con,los de estrofas398, 491 y 694 de Fernán
González : rAbaxaron
las lanzas»,. que el poeta podía tener en ios oídos como el,
aluego abajaban las lanzas» (primavera, núm. 60) y el «luegoabajaron
las lanzas,’
(DURÁN,ROVI. 1, págs. 230-b y 228-a).
Cas coincidencias o ‘imitaciones nos llevarían demasiado lejos. Por señalar una
más que nos sale al paso, ahí está Alvar Fáñez en el verso 2450 del poema del
Cid, que @eI escudo trae al cuello - e todo espadador,mientrasque en el de Fer-
LAMINA
LA
Crucifijo
IMAGINERíA
RELIGIOSA
EN TIEMPOS
IV
DEL CID
de marfil de don Fernando y doña Sancha, que se guarda en el Museo
,Arqueológico, de Madrid; segunda mitad del siglo XI,
IXfRODUCClós
A LA
TÁCTICA
DEL
CID
27
SubrayaSmos las cuatro palabras que el refundidor cambió por. modificación del léxico en los cuarenta aííos transcurridos desde @ primer poeta. To’da la adaptación ,de la batalla al duebo’ ha cpnsistido en
kprimir el último verso de aquélla -ina,decua’do ahora-,.suplié~dolo
por un nuevo pareado en cuyo final se muestra el enormismo> d$, ae
Medinaceli, más próximo a los juglares vulgares que a su anteces.oï
Ide Gormaz, pues cierra la estrofa coln el galope de seis cab+llo? que
hacen temblar la tierra, como ten el poema de Fe?*128?2
GoltsMez sseimagina al enfrentarse #dos ejércitos en la estrofa 90, do:nde «las tierra.s
e los cielos semejaban movidos» y en la 234, «qu,e los montes e los
valles semejaban movi,dros)). Vale la pena .d#estacastambién otra dpble
coin&dencia del Ferná,n González COII <elverso 728 del Mio. Cid : «Tantos buanos caballos -sin sus dueños andar», se parece extraprdinariamente al ‘del pkmero en la estrofa 692: ((facian muchos caba’lk?;
sin seííores ,salir», y un poco menos al de 1.a 539 : ((Saiía mucho cs.I’
b&o vacío con su silla».
No vamos a resaltar cada una *de la,s coincidencias, pero sí, 51 modo
casi i.déntico ,de arrancar ITos guerreros para el combate: «Ab-w
las lanzas», es siln dtida el Grmino común más claro de 10%tres ppemas, lo que ,indica más la rea!i,da,d de una norma cambativa que la inspiración literaria ‘de unos a otros.
Tail e’s to,do el fragor #deuna contienda en el ,cantar de iVi.0 ti&;
fuera *de ‘descripciones secundarias en el episodio f,inal ,del .Juicio de
Dios. Anticipemos que las evoluciones, !a maniobra, las inc4dencias de
la batalla, se describen con ,tintas muy generales e incluso repitiendo
ckhés de una fórmula general. Aquí vemos cómo los elementos poéticos son comunes 2 los otros dos ,cantares, si bien su inspiración
ts mayor y mucho más ldelica,da. Baste c.omparar cómo dicen, Blamisma i’dea de distiintio modo, el penúltimo ,de los. que acabamos ,de.copiar y .el último *de 10,s de Femhn Gonsálex. En general no ,hay uno
sólo Ide los del .n/lio Cid que no quede pokicamente cien- codos por
encima dej Jos otros.
No podemo,s estudiar otras semejanzas cuya correlación es menos
palpable. Dentro de esta ,descripción de bataZas, en lo puramente Jiterario, preciso es señalar que da petición <delAJrar F$íez : ;«D@me
doscien+os caballeros para entrar en celaVda»-,es mptiro único e .insísl
_
nán Gonzálezse nos dice que el héroe uteníaen el escudo fincado mucIiocuadrillor,
imagenparalela de la estrofa 487, que responde a una misma färmuia poktica (vé+?
apéndice IX).
28
JOSÉ
Id.”
GiRATE
CóRDOB.4
tente en cualquier ocasión previa de una batalla. Ni lo es menos 1a
solicitu.d de slas primeras
heridas del combate que se avecina, cuya
muestra
más reiterativa
está en la tirada 93, donde sucesivamente
piden la delantera ios infantes de Carrión,
Pero Bermu.do, Alvar FáDíez y eil obispo Don Jerónimo
en Ias tiradas ll5 y 116. Apenas hay
más en cuawto a lo que es propiamente
descripción
del fragor del
combate.
Forzoso
e.s recapitular
ahora nuestras reflexiones
en relación con
el apartado anteri,or. Sosteníamos
allí que el autor ,del Mio Gd estaba
relaciowdo
con la administ~ra~cion y la intendencia,
famiharizado
con
ios recuentos
de hombres, armas y botín, bajas y prisioneros.
Lo reve:an así numerosas
precisiones
‘de sus ve.rso,s y lo corroboran
con
matiz ,especid ~sus referencias
adel primw
recuento y su ~deteni~da descripción
del segundo.
Es curioso
,tamhién que el poeta ,cuente e!
tiempo por semanas indefectiblemente,
como hoy se ha.ce en 10s modernos ejércitos
y ,en muy pocas actividades
más. Lo veíamos muy
próximo a la lucha, aún sin misión en ella, de la que más de una vez
sería emodoaado
observador.
El poeta, apenas separado de dos combatientes, los ve luchar entre la polvareda
y volver a galope del escenario (de la batalla. El recibe a los heridor y r.ec.oge ias primeras
impresiones,
atropella.das
aún por da ,emoción. Sus impresiones
e
imágenes son eln su cantar más frescas, vigorosas
y constantes
que
de otro alguno, ,castellano o francés, aunque no tan subjetivas como
para f5ita.r las fórmulas pr.evista5.
EL
ARTE
MILITAR
EN
EL
CA?íTAR
DE
(cSi/lío
CID))
En el pensakento
militar de la España Medieval el feudalismo
sunone sólo una ,dChi,l influencia
que penetra tandíamente
por el
Norte con la corriente europea hacia Compostela,
mientras por el Sur
el contacto bélico con los musulmanes
crea otra corriente
importante,
aunque sea más cultural que bmmllitar. Lo feudai .está más en el vocabulaño y la forma que en la esencia y los hechos.
La visión más clara y sintktica,
como punto de partida, no.s la da
d cr.onic&, Silense, cuan.do ya en 1115 dice: «La más pujante guer.ra
contra el pujante período sarraceno
sólo da podían hacer los duros
caballeros ,de España y no los lujosos magnates de Carlomagno».
Donde dice Carlomagno
re,cuérdese el fracaso de íos auxiliares
europeos
en t.iempo de Alfonso
VI -antes
y después ,de Sagrajas o Zalaca-
Jas expediciows
con ,caráctes de Cruzada de 108’7 y 1089, caducaOdas
precozmen,te
en Barbastro
y Tolosa, o la triste experiencia
del ej&-cito de cruzados extranjeros
que abanldonó la empr,esa cde las Navas.
ctEn los primeros tiempos de la Edad Media -dice
Spengler-,
los
ejércitos,
que durante la época romana
se habían parecido en su
erg-anización
a los modernos,
se convirtieron
en un amasijo de caballeros andantes». Si como afirma Lot, «el arte militar experimentó
.con ías Cruzadas un evidente progreso»
(24), no cabe duda de que
por encima de él hay algo nuevo en el pensamiento
militar del me.dievo español. Y también en la acción, que es lo que ha de seguirle
para que lo militar sea tal.
En ,la España me~dievai e,l arte militar muestra claramente su doble
influencia : La ,del Norte y la del Sur, la feu’dal y la ,musu%mana. .L,a
primera
con nobles y vasalllos, con huestes y mesna.das, con cabålleTOS, escuderos y peones. En ella destaca Ja pesatda caballería, armada
de mú.ltiples armas, oiensivas y defensivas:
una zlanza, dos esp&d&,
hacha y maza, aunque ,estas últimas fueron poco usa’da.s en Castilla.
La complicada y entorpecedora
vestimenta
dificultaba los movimien40s .del jin,ete, que a,demás de su caballo palafrén -corredorIlevaba otro pesa,do ide
guerray aún1 dos de refresco
a más de las
.ac&milas ,de carga.
Frente a ellos, das tropas ligeras -a la jketa-,
de los árabes,
que muy pronto ofrecieron
algo que imitar, entre otras cosas las *sa.das sillas c,oceras por la mozarcel.
Y lo mismo en la táctica’, que
entonces, como ahora, estaba fuertemente
,condicionada por el factor
de las armas y el equipo.
Por eso los escuadrones
feudales que ,descrike tardíamente
el infante don Juan n/Ianbuel, no son 1’0s de Pelayo, ni Tos del Cid, ni los
,de San Fernando.
La guerra ‘de $stos tiene tanto o más de correrías
y &rgaldas
que Ide combate a plazas y fortalezas.
Es más ág.3, más
variada
y completa,
menos anquilosada.
Incluso
tiene menos ,importancia
aquí, ,con tener mucha, ,el #estandarte o la tienda del rey, en
cuanto a la re,solución ide Ia batalla.
Xold,o esto :n.o es ,sino ,trazar mías pinceladas del anticipo bé-lko
,d,e los espaííoles sobre los ejkitos
‘feudales en lo que ‘se refierti al
(24)
LOT:
L’art
militaire
et las Armées aw Mayen Age qz Ewope
soriertt. París, 1946,val. 1, pág. 145.
et ie
prqche
JOSÉ
30
Si.”
dRATE
CÓRDOBA
‘arte militar.
Si a el180 unimos las características
montaña y la infankría
en la guerra, tend,remos
síntesis de ,peculiarldades.
ESTRATEGIA
Y
autóctonas de la
casi completa una
TAcrIc
No es el cantar de Mio Cid una fuente de interés para el estudio
de l,a estrategia
cidiana. Sobre una buena base geográfica y topo.gráfica, el capricho o la indocumentación
del segundo poeta hace
que estén altera’das n’o sólo la cronología de las campanas, sino también las líneas de invasión y algunos puntos bklicos.
Sin embargo,
vale, la pena señalar un momento
cumbre en que
el poeta .destaca la infl.exión <de la táctica hacia la estrategia. Es cuando el Cid, ‘dejando ja:lonadas ,d~ecastillos sus pequeñas acciones, entra
en la campaña grande, bélico-política.
El mome,nto está fijado ,en
tiempo y ,en espacio ,dentro de un solo verso:
«Contra
la mar
salada comenzó
a guerrear»
Coincide con el epílogo
de la batalla del Pinar de Tébar, en que la
cómo el arte militar Idse1Gd llega
a- su. madurez y se inicia su campaña estratkgica.
Nos reculerda además que acaso por las mismas fechas que el Cid, ‘llegaban ,en abril
a, Burriana -novecientos
años más tar’de-,
las fuerzas de Franco,
bajando como 4 de Teru,el y ,e,l Alfambra, por el Albarracín y Jérica.
HGt0ri.a Rod,erici hace ver también
Apenas hay en el cantar una sentencia ,de arte militar
expuesta
claramente:
«Quien en un lugar mora, lo suyo puede menguar». No
se comprometió
,demasia*do *con ello el poeta al ponerla en boca, ‘del
Cid. Era norma general del ‘desterrado Rodrigo,
del campeador que
guNer,rea a ‘los nóma’das con plena i,dentificación ;de vida y ide combate,
superada por lo que hay en él de maniobrero
siempre activo, de guerrillvero ibérico. Pero la lmáxima no es ,sólo guerrillera
como a primera‘ vista pudiera parecer. Bien interpreta,da, es tamibién ‘expresión
del .espíritu ofensivo, clásico en toldos los ejércitos, tiempos y países,
que aún plasma en doctrinas vigentes la. de que la mej.or defensa es
el ataque, la técnica del contraataque
defensivo y aún ideas de gue-,
rra de movimiento
en las que se condena al fracaso la repetición de
maniobras infructuosas.
IXTRODUCCIÓN
A LA TkTICA
DEL
CID
31
El autor tiene posibkmente una segueda intención de idealizar
esta actikud maniobrera del Campeado,r para enfrentarila con los id&les ssdentarios y acomodaticios, los sde quienes contPemporizan a
costa *de lo que sea con tal de no per¡der su ldescanso burgu&. Sin
necesida,d ,d,e esta ampliación, a ca$mapos
menos b&licos, no hace mucho que el general Vigón incidía en el ‘mismo ordten de ildeas al estereotipar los males ,del oficial ,de un solo Regimliento.
Al no haber otra máxima (d,eguerra cidiana en el Camtar, pudiera
alguien pensar que el Cijd fue na*da más que un guerrillero. No sería
ex,taÍío, y más si interpretaba sin cuidado unas re.ciwtes frases del
capitán Liaño, donfde ,le incluye plenarnent,e en su importantqe galeria* guerrillera, no sin razón, al observar coln agud’eza que cuando
azuzan desde la corte ad militar ,de formación íntegra, moral y técnica, que en él había, se hace guerrilkro y guerri’llea (25). Clara está
la intención ‘de proponer!0 como modelo en la etapa que lo fue, pero
tal exaltación se presta a. que alguien piens.e que eso ,es toldo en el
Cid. Mucho más si se empalma la id.ea con la que ya anotábamos de
Rimlfi, muy ,reciente tambk,
que en su Historia Unkersal -trad&da en 1957- no conce8de a Rodrigo ,otra cat,egoría que la de «un
guerrilkro
con éxitos r’esonantes, aunque pasajeros». Y se confirmaría con la fuerza. ide lo triangular sabiendo que un biógrafo inglés
remataba su admiración ,diciensdo a Imod,o de alabanza: «Su verdadwo lugar en la. H.istoria es ‘el del más granlde de los guerrilleros,
el perfecto tipo de guerr.ero que, sdesdeViriato hasta el Empe,cinado,
ha sido tan frecuent,e en el sue!o español».
El Cimdfue mucho más que eso. Fue general en toda regla y ya
hemos seííallado algo {de su estrategia, lo poco que COMO ea táctka
nos permite sintetizar ed poeta del Camtar, Así como en ‘iestrategia se
cifraba en un verso su inflexión, hemos visto e,n .otro, la única nom&
táctica que recuerda a su hueste. Y eso puesta ,en boca .del Cid por
el poeta, pues
no se trata de memoria, diario ni autobiografía, sina
d,e un ,can.tar.
ConcretánXdonos al Mio Cid en nuestro estudio introductorio, eticontramos en la prim.era fase Ide la campaña que el Póemá abarca’eese
fraccionamiento en fon,do ‘de la hu,este que reflejan todos los Cantas;es
-_
/,
capituló
VI. Én
(25)
CAPITAN JUAN ANTOWO LIAÑO: +errillas
y &e&illPros,
revista uReconquista3,
diciembre1962.
I
6’2
JOSÉ
M.*
GiRATE
C6RDOBA
ae la época. Segím la acción que se emprenda por raz6n de su ,ob*jeto y ,profundida,d, será mayor la nvanmda o la ~ga. En Castejón
la vanguardia va en a)Egnra con 200 caballeros y los 100 <dela za,ga
.quedan en celda co.n ,el Gd. En t,o,dos los casos, la ‘delantera ,es ele#da nominalment,e, con toldo cuidado, por el propio caujdillo.
Después el dcspliegzte
se complica en razón de la maniobra.
La v&-Za de camp&a tiene ,también su expresión peculiar. E,n los
.alrededores ‘de Valen.cia se manifiesta con toda intensi,da8d la guerra
.noctwna, moruna y <moderna tamb&n en la actual táctica. Guerra de
,guer&as e incursiones, ‘de algaras y correrías : «En tierra de moros,
prsen,dieado y ganando, durmiendo dos días y las noches trasnochando, en gana.r a.quellas villas Mio Cid tandó tres años». Guerrillas
com&&wdas con ei ceyco como rn la más moderns de las tácticas,
*que muestran ,en el ,Campea,dor algo más que un simple guerrikro.
La segzt4o.d. corre a cargo de vigías, que de día se llaman nta‘l.ayas y por la noche esczhchns: ctViol0 el atalaya y tañó la esquila»,
dice el cantar. L,OS de los moros cumplen la misma misión con el
nombre de awobdas, porqne tambikn su hueste se llama la nlwofazla.
Se cui4da ‘el s,ecreto por todos los medios. El Cid manda echar d,el
castillo de Alcocer a todo,s los moros y moras que viven a SLI cobijo
y .en .Valencia avisa que mientras él falze «no se abran las puertas
del Alcázar ni ninguno salga d,e él». Tordo resto está recogido ca,si
Itextualmente más lde cien años tdespuks en las leyes lde las Parti,das.
,Hay un ‘dato curioso ‘cle forti&-mSz.
Siempre que el Cid se va
a Iestablecer ,definitivamente, a,campa en un ot,ero. Junto a Monreal
-igual que aen la d’efensa de Alcocer:
Unos frente a la sierra, otros
frente al Jalón. Hacen cárcavas en ‘dserre,dor del otero, muy cerca
,del agua, pasa ,evitar sorpresas de ,día y de noche y para que sepan los
moros su decisión de permanecer allí. Tan minuciosa explkación BS
+extuag .d& Ca&w, pues no hemos hecho sino prosificar el poema 27
-tal y como 4o Idescribe el autor. Este ,dato, unido a ot.ros de conocimientos más con,creSos y minuciosos en lo relat&o a guarnición y
campamento que en lo Idecididament’e ofensivo y campal, nos asegura en nuestra idea de que fuese hombre ~d,elos servkios cidianos
el poeta <delMio Cid.
Con esto, hemos sefiala,do los puntos más salientes en la táctica
gene& cidiana, ateniéndonos a ,su organización y principios. La vis%n resulta así una síntesis estktka. Vale Ia pena examinar con ma-
lsl-RODUCCIÓ~
A LA TzíCTICA
DEL
yor detenimiento
las etapas de su evolución
maniobra
se refiere, con recorrildo
somero
LAS
BATALLAS
EX
EL
CID
ten la que al combate
a través ,del Caww.
33
y
CANTAR
La celada de Castejón
Anduvjeron
de noche para que n.o les olfatee nadie. «Donde dicen Castejón,
el que está sobre el Henares,
Mio CEd se echa en cebda
y a’sí pasa toda la noche». Cuando a la mafiana salen los moros p
moras al campo, cerca rápildamente el puebZo y avanza hacia la puerta sin apenas dtif,ensa, gracias a la sorpresa.
Mientras
tanto AIvar
Fáñez con 208, corre en algara por el Henares
arriba y por Guadalajara (26) _
El ardid
de AlCQceY
Rodrigo
finie levantar
el campo como si fuera huyendo en de;
rrota, llevan a rastras las tiendas ‘d,ejanclo una sola montada.
Los
moros,
creyendo que abandona el cerco «por faltarle
el agua y la
cebada», le persiguen
confiadamente
.dejando abiertas
la,s puertas
,de la plaza. Cuando el Cid los ha alejado suficientemente,
vuelve
contra ellos, y en cuanto huyen a refugiarse
en sus casas, les cierran
el paso los que quedaron, o,cul,tos ,en cela-da, dentro lde la tien,da, que
con grand,es alaridos v espada en mano se interponen a la puerta del
castillo (27).
(26)
Castejón
de Henares
es un pueblo
situado
tres kilómetros
a la izquìerdâ
de este río, en la provincia
de Guadalajara.
I-Ioy se llama también
Castejón
de Arriba.
Estü al pie de una cuesta circunvalada
por cerros
elevados
y ásperos
en la parte Este. Sur y Oeste. lo que facilita
la celada
en que el Cid acechó
su presa.
Tuvo
castillo.
lo mismo
que Castejón
dc Abajo,
que hoy es el despoblado
<ie :Ln Cantera
(véase
apéndice
XI).
(27)
Población
desconocida
hoy, que debió estar situada
entre
Ateca y Calatayud. Menéndez
Pida1 lo sitúa junto
a la confluencia
del arroyo
Andigx
con el río
Jalón.
Como
dominaba
dice el poema:
comprendía
algunas
casas
no sólo los pueblos
le, Ateca y Terrer
-a
de moros
y era fortaleza
que
siete kilómetros
uno de otro-
.entre
los cuales
estaba,
sino hasta
Calatayud.
Kuntington
visitó
el lugar tratandode localizar
este punto y e&udiar
la estrategia
del textò,
tan rica en pormenores,
pero encontró
varios
lugares
junto
a Ateca y a lo largo del río que convienen
más
o menos con la descripción
del Ca:ltnr
(Véase apéndice
XII).
’
JOSÉKa G.iRATECÓRDOBA
-34
P.ero luego. aes cercan en Al.coc,er. Entonces
es cuando el Cid,.
ante ‘10 apurado ,de la situación, rleúne Consejo ide Campafia. Ell Cctntar le hace reiterar
las consultas : «Mío Cid con los suyos. tornóse
a .a%cokdar: Oidm,e ,mesnaldas. Decidme
caballeros,
cómo os place
hacer». Como Fernán González, escucha atentamente
las opiniones,
pero ,la ,decisión es sólo suya. Deciden salir toldos al campo ,d,ejanldo
sólo do,s peones de cen’tinela .a la puerta. Desde allí se divisan los
vigías enemigos.
Son muchos y aeve!an una gran hueste. Los Idel
Cid sa.len al campo.
En dos vejrsos del Cafztctr el avance .de ,los moros se produce lentamente, si nos aten.emos a la letra : «Las haces de los moros ya se
mueven aldelante». El Ci,d manda esperar quietas a sus mesna,das
mientras él no ordene ,el avance. Pero eil abanderaido no puede aguantar y espol,ea el cabtillo (diciendo:
«,Voy a meter vuestra
seña en
aqueilla mayor haz, los qu.e tenéis el deber veré cómo la socorr&s.))
El Cid aún quiere !det8er&e : (( i No sea, por carPdald! », pero Verque no queda otro remedio.
mudez prosigue
su galopada grkaado
Los moros, coldiciosos de la enseña, de acometen y rodean. E.1 Cid da
la ,or’den : «iVa!ledle,
por carisdad! » y «todos hieren en el haz do
está Pero Vermudoz».
Trescientas
lanzas son y sendos ‘moTos matan.
A la tomada que hacen, ,otros tantos muertos
son. Tal es la única
cita Ide la «tornada»
o ldoMe !carga de la caballería que ,conti,ene el
Cmator. Con ser fun,da,mental y r,evelaIdora Idte una noveldad táctkl
netamente
cidiana, <el poeta debe considerarla
de! dominio público
cuando escribe, a los s.eis u ocho aííos d,e morir el Ci’d. (28).
Poco después son ya 1.300 los moros muertos, cargándose
un tanto las tintas en esta vkión #de conjanto,
que es la mejor descripción
del fragor ,de un combate que hay en el Canta.r. Pero la pelea ,sig«e
dura:
«Firmes están aos moros, aún no se van d,el ,campo», por eso
grita el Ci,d: wEs menester que los acometamos ‘de nuevo» y mata al
rey Fariz -un
general musugmánen ,descripción
que constituye
todo un primer plano ‘cinematográfico,
como el de Martí,n AnltZolínez
persiguiendo
a Galve hasta Calatayuld.
Con el110llega la victoria y el botín y la explotación:
alcance», cuando los mor,os huyen por todas partes.
«hiriendo
en
Esta ba,talla de Akocer,
sin apenas importa.ncia real en lo histór.ico ni en llo estratégico,
es la qwe el poeta trata con mayor exten(25) Véase apétldice XIII.
ISFKOUCCC10~
A LA
TiCTIC.
DEL
CID
35
sión y esmero Para ello pone tambores almorávides en el encuentro
con ‘mo,ros españo:,es, antes de l,a invasión, y la tornada, o doble carga ‘de la cabailería, cuando no pare,ce ,que la hubiese inventatdo aún.
Destaca en ella la indisciplina del aifkrez, para quien ,el Cid no tiene
ni una palabra ¡d,e rSepr,obación y al que manda socorrer por la importancia y simbolismo ide la enseña que lleva.
La defensiva tx
Tébar
El Cu+ztal, f,un~deaquí las ‘dos batallas idse1
Cid contra el conde B;erenguSer de Barcelona. Ofensiva la (de Almenar, donde el Conde cae
pr.isioaero porque en su Sdespre,cioa los castellanos #olv.ida elementales
preocupacione,s tá’cticas, defensiva da Idle1Pinar de Tévar, en un juego
de emboscadas combinadas con ataque frontal (29). El poeta la ve de
esta manera :
Los castellanos, acampaIdos en el Pinar de Tévar son atacaSdospor
los catalanes que vienen con moros y cristianos : (centre moros y cristanos, gentes se le allegan grandes». Ellos vienen cuesta abajo y todos traen calzas y las sillas c0cera.s -sin borrenes- y la,s cinchas
aflojadas. Los {del Cid, sillas gallegas (30) y botas sobre 4as calzas.
El Ci,d da la consigna :
Antes que 11,eguenal llano - presentémosle las lanzas ;
por uno ‘que acometáis - tres sillas irán vacias.
Ai pie ‘de ‘la cuesta, cerca <delllano, manda atacar el Cid. Así lo hacen, y hirenldo a los unos y ‘derribando a los otros, vencen la butalla.
Est,e simplismo $de cambiar las condiciones del equipo con kas
del tberreno no deja tde ser un recurso poético, que qudo tener su reaki-
(29) El Pinar de Tévar, olvidado en la toponimia moderna, está situado al sur
del Monroyo, unos 32 kilómetros al norte de Morella~ jurisdicción del castiho de
Moroyo, entre la confluencia de los ríos Monroyo y Tastavins. El puerto, Ilamado
también de Tévar -0 Tébar-,
será alguno de la sierra de San Marcos o de .los
montes de Morella, hacia uno de los pueblos vecinos de Herbés o Herbeset,
Hay quien ha querido situarlo en la Pobleta, lugar alejado de ahí.
1(30) Las sillas gallegas que montaban los del Cid debían de ser con borrenes
altos y recogidos, donde se respaldaba el caballero para resistir los botes dé lania.
Las de los catalanes -sillas
coceras- eran, por el contrario, rasas, sin .borrenes
en que apoyarse.
36
JOSÉ
hl.*
GiRATE
CÓRDOBA
dad. Tácticamente hubo algo de más valor y complicación, que concuenda bien con esta visión. Porque el Cíd, acampado en el Pinar
y apoyado <defensivamente en el terrrno, se ve dominado por las fuerzas supériores #de Berenguer que toman !as alturas y cierran los desfiJader.o,s fde su campam,ento sin que Roldrigo se entere. Pero el Cid
cepite aquí los signos de quererse marchar, ‘como nos decía .el poeta
que ya hiz,o ‘en Alcocer; los que ocupar,on las alturas descendieron
dando voces para precipitar Ia fuga ,hasta la ‘entrada, que screian tomada. El Cid ha forzado uno d,e los fdesf&deros y co-ge ‘de revés
el cuartel general idse1
:Con,de, qu’e .con los ‘d,e la albergaIda ataca por
el valle y resuilta vencido y prisionero del Cid con 5.000 de los suyos.
Otrás fraociones {del Conde fueron cayendo en celadas ci’dianas según
subían a ocupar alturas secundarias. No salió el Cid in’demne, pues
quedó tmagullado y herido ,de-una caí:da de caballo. Pero estamos hacieedo sólo la introiducción, y esta batalla vak la pena estudiarla
con más detenimiento y .crítica a la luz <de las fwnttes. Por eso
~610 tratamos <diever cólmo el Cantar
destaca la parte más humana,
simple y psicológica ‘d.ela bata.lla, que no deja de ser el episodio central..
La
contrnofensiuu
en el Cwrte
La .mani.obra -se r,evela claramente en Valencia, también diríamos
que está infantilizada, por simplismo táctko del poeta. Lo avanzado
del Cantay hace que en *estaparte tenga amplia mano el selgtmdo poeta -el de Medinacelique sigue aferrado a presentar a Alvar Fáñez, junto al Ci,d ldura.nte todas las campañas. La maniobra está así
prevista en boca #deAlvar Fágez, a qmen habitualmente se coxede 11
cwsejo, la inicativa y hasta la ,deci,sión .en cada bata’lla. Se plantea
así : (<Dadme 130 caballceros para ir a lidiar. Cua.ndo vos fuéreis a herirlos, entraré yo de la otra parte, y de ambas o .de una, Dios nos
valdrá».
Ataca el Cid con 3.970 hombres por un lado y Minaya con 130 caballeros por otrao. Ei Cid mita moros’sin cuento, la sangre 4e chorrea
por el codo y persigue a Yusuf hasta que el rey moro consigue refugiar.se en *CuIlera. No hay más ,en eI Poewuz, y aún esto sobra, porque históricamente ni existió la batalla : Los cristianos pasan 1,anoche
en vigilia religiosa y preparativos militares. Cayó la lluvia torrencialmeme, soltaron 10s d,el Cid las presas ,del Mislata, co,n lo que se des-
-
-
-
.-
“.
-..
bordaron
las acequias, quedando sólo una pequeña franja de terreno
sin iinundar, que iorzaba a dar en ella una bat4la desfavorable
pa.ra
los enemigos,
~011 10 que éstos decidier,on
retirarse,
temien,do ser en:
vueltos por los zdel Cid, que esperaban en cerrsdos
haces.
Ahora sí que eran los almoravi4des y sus tambores.
Quizá lo fueron ya aquellos que en Alcocer veían 1’0s at,4ayas : «To,dos los días
a mío Cid aguar’daban moros en las fronteras
y ~,~as gentes e.xtraA
?MS)l...
La verda,dera batalla del Cuarte, se .describe seguidamente
con muy
poca precisión militar. Los almorávides
van a cercar Valen’cia, ya han
hincado en 10,s Hanos del Cuarte -muy
próximos
a la capital-,
50.000
tiendas grand,es -de
las «caudales»-,
lo que p,arece indicar más de
50.000 hombres,
si se cuentan los peon,es, o, por otra parte, que en
cada tienda se albergue un combatiente
con su familia (31).
Muy simp1.e presenta el poeta éstas batalla,s, la mayor d.ei Cid, la
que revela su genio militar en pleno bri?lo y maldurez. Obsesionado
poIr
los priemeros planos y las aociones insdividuales, con visión pobre y an&
ticua,da de soldado lde fila, o puramente
literaria, de gesta, donde lo
colectivo
no es sino color y fonIdo para .destaca,r acciones heroicas
personales,
sólo señala los cuatro personajes
que sucesiva,mente
piden el honor de «la delantera»; l,o que resalta Ia importancia.
que a
Ia acción se concede. Se rep.ite la conce,sión al obispo Don Jerónimo;
en gracia a :la misa que les ha ,dicho, y se repite también la acción dé
Alcocer, donde Pero Ekrmudo, que ha propuesto dos ataques su:
cesivos, el suyo
y el del Cid, se antkipa, se encuentra ‘en apuro y el
Ci,d a’cude en socorro suyo con el grueso, profundizando y per,siguien,do al Rey Búcar, que aquí es alcanzado por Rodrigo, junto al mar,
cuando ,históricamente sabemos que .encontró la salvacón en ,su huída;
La bata,lla no puede ser más sencilla ni irrsípida en lo táctico ; no
hay idea de maniobra ni acción resolutiva alguna. Los castellanos
victoriosos se lanzan al alcance y sacan a los moros de entre lapstien;
das, ,donde muchos por el pánico han quedado enre,dados entre 4as
cuerdas:
I
-__(:il.)
El Cuarte o Cuarto
oeste de Valencia.
era un extenro
llano, situado
más de una legua 31
que se estiendea partir del cuarto miliario de la vía roma&
iniciada en la puertn de la Cu!ebra. Por su fertilidad era muy propia para Sosten&
!a caballería de un gran ejército.
A] noreste de los Ikmos está Cuart de Poblet, que dista unos nuwe kilómetros
de Valencia, y al este el pueblo de Mislata.
38
JOSÉ
M.”
GíRATE
CóRDOI%i
Por tercera vez des:ta.cael po,eta «los tambores van sonando, por
.maravilla lo habían muchos de aquellos crist.ianos que nunca 10 viesoa porque son nuevo,s Ilegaldos.»
El poeta nos ofrece así una batalla del Cuarte fraccionada en
elos tiraSdas o poemas, que van nada m’enos que Id~d 93 x1 116. La
fusión Ide ambas sería u,n mediano conjunto, pues co,rresponde la reaIi!da,d a la idescripción Ide 1.a primeea, pero situa,da ,en el tiempo #de
Ia segunda.
La ‘confusión, debilda seguramente al refunditdor ade Me,dinaceli,
se debe si,n ,duda al recuerdo :de aquella primera bat,alla dei Cuarte
que que,dó en gra’do ide tentativa o frustración más bien, la que tal
vez estuvi,ese en Ie{ Cantar original, un tanto ‘desviada por la misma
causa, pero que mostraría un formidable indkio ,del pavor musulmán
ante las formaciones #del Cid, extendi’das en Idos ala.s, como hemos
visto en los cronistas árabes (32).
No a,lcanza el Cnmtaru.la Cumbre ade Bairén, ,don#deael genio del
Ci¡d se mostró más aho ,en combinación con su osa,día, daIda la adversa situación en que se enconkaba. No apura la visión ‘cle ese perfeocionamiento tá,ctico y estratégico a que llegó progresando día a
día len su arte militar, pero lo recogi’do es muestra suficiente para
mostrar al Campeador como un ver,dadero General (de Ejército, superior al mejor de su &poca y muy por encima de un g-uerrillero de
fortuna, por muy respetable ,que nos lo i,maginemos, que también
los ha habido en Espafia con grado de General.
Hemos visto tres etapas claramente definidas de la táctica cidiana. La primera es la de primitivas batallas campales en las que la
astucia suple a la fuerza y el número, representadas en el Cantnr por
las de Castejón y Alcocer, pero que en-la. realidad estuvieron mejor
representadas antes en Llantada y Golpejera, guerra contra León,
encuentro simple de fuerzas, frontal y brutal, a fecha y lugar previamente convenidos, batallas casi góticas.
En la segunda etapa se pxsentan como mues,tra Idos bataSas ,c~ontra Berenguer, ofensiva Ia una ‘en Al*mena;r y (defensiva ,la otra, en
el Pinar de Téhar, ímica que el Cbvtay m~enci~onade aas dos. P,ero .
6s notable característica ,que la Idef,ensiva nunca es aferrada a,l terreno,
&ino ,dinámica. En Tébar se señah también otra característica chdiana. Ro,drigo no acepta batalla (donde l,a plantea el enemigo, sino que
(3)
Vëase
apéndice
X11’.
ISTRODUCCIó,ï
A LA TkTICA
DEL
CID
39
.contin;úa apoyajdo en el terreno a pesar de las incitaciones
de Bereaguer pa,ra que sajga al Ilano, ta3cháedole de cobarde. Prefiere el Cid
la táctica inteiigente
a la vanidad caballeresca.
La tercera ,etapa es la, fde la !estrategia y la gran tácjtica. La elección ,de lífneas de penetración,
el jalonamiento
de puntos fuertes que
aseguren
las comunicaciones.
Primero
‘el asedio ‘de Val,encia, luego
la ‘defensa, el ingenio podiorcético,
la apertura !de esclusas en el Turia tpor la ac,equia de M,islata y, f,inalmente, la salida del Cuarte, a4
commprer&r
que
es ,imp.osible la ,defensa, para Ddivi,dir &l enemigo y
perseguir
al jefe, es brillan,te colofón ,de la ca,mpaíía, ,dond.e se muestran conjuntas
las virtudes tácticas ‘del caudilío.
En las primeras
etapas to’da la ac’ción se fiaba al escalonamiento
en pr,ofuadi’dajd, combinado
o no Zcon aradides y estratagemas.
En la
tercera brilla la innova~ción táctica ‘d.el Gd y está ya ‘clara la maniobra de alas, por ataque cambina,do y doble envolvi~m.iento.
En Fesumen : Una táctica inicial, mita,d mora y cristiana,
de a,lgaradas y ,correrías,
a la jineta, con instrucción
,d,e arldi,des enemigos, tan
útil para usarlos como para ,eritar sufr,irlos, se va transformaedo
hasta
crear una maniobra de ataque combinaSdo en la qwe se llega a adquirir verdadlera ,maestría y una modaliSda,d ,d,e «tornada»,
la carg-a
de ‘la c.aba.ll.ería, ,de iada y vuelta, que por su rapisdez y su sorpresa
multiplicaba
el nknero
,de bajas. Tras ello el gran ejkrcito,
con
su Estado Mayor y sus servicios,
con su orga&izació!n,
su movilización y su logística, que van creando esciela, con sus leyes sobre la
ocupación,
los prisioneros
y los ,d,esertores.
Pero una introNdwción
forzosamente
ha de a,cabar aquí. Todo
análisis posterior
‘exigiría rdesborbdar el Poema y entrar de lleno en
desarrollos
críticos.
*x *
Hemos
preferiido ‘limitar ,esta Intro,ducción
a un examen militar
del C‘nninr de Jfk C?d, y a nadie extrañará
que un poema constituya
la base del estudio táctko,
ya que se trata de la pieza más minuciosa
entre toldas aas fuentes bio.gráficas.
P.or otra part:e, no requier.e gran
trabajo
el ‘deslindar y! (distinguir
en él el filón realista de la ganga
poética, pues, en general, ee verídico casi to,do 10 puramente militar
qu,e los versos encierran.
Los erro,res suelen ser más biea de aluración cronológica
o Ide minucias pintonescas.
Es necesario ‘este examen poemá!tko,
pues en cualquìer punto de
40
TOSÉ
XI.”
GíR.\TE
CólUJOBA
la organizacion
y la táctica ci,dianas hubieramos ,de acudir a el como
pie’za Ide contraste,
lo que resultaría
más árido y enojoso que este
ni definitivo.
aná&sis previo, aunque no absoluto
Han quedado anotados,
con bastante probabilidad
de acierto,
el
rasgo ,mi!itar Idle1 autor primitivo,
la -exactitud de sus ‘datos numéricos, la valoración
de *efectivos ci,dianos, el progresivo
crecimientocde la hueste y ,de ,la ,dosis ‘de peones, el perfeccionamiento
de la táctica, y las líneas generales
del arte militar que en el poema se vis,lumbran.
Las fuentes cristianas
y árabes, mucho menos precisas,
volcadas.
luego sobre estos antecedelnks,
y la documen,tació,n
extracidiana,
nos revelarán
en sucesivos
trabajos,
hasta <donde sea posible,
la
aportaciihn y noveda,d que las campañas ,del Cid suponen en el acervo,
de nuestra Historia
Militar.
APENDKES
1.
Historia
lY~~.iversnl Ihshda,
dirigida por el DR. EUGENIO-TH,
RIMLI. Editorial Vergara, 1957. En el tomo II, página 94,
dice entr,e otras cosas: «Figura elevada a la categoría sde
héroe por algunos, r,ebajada a la de vulgar baadi8do por
otros, Rodrigo Díaz es simplemente un personaje muy <die
su época... El Ci,d comienza entonces su carrera ‘de guewiIlero con kxitos resonantes, aunque pasajeros, como su fugaz conquista ,de Vakncia, perdida ocho años después. El
Cid no sintió ,en modo alguno el espíritu d,e cruza’da, el móvil ,de su acción es simplemIente el afán ‘de botín. ,. PLISO su
espada indistintamente al servicio ,de cristianos y moros, o
a su propio servicio, sin idea política alguna, llegando incluso a guerwar con los ‘cristianos. Hechas estas salverdades,
hay que reconocer que como guerrillero fue genial y si bien
de su obra !no quedó nada, supo mantener ,durant,e cinco
años una especie d.e marca o pequeño Estado fronterizo ‘en
Valencia, que permitió a Cataluña verse libre ,de las acometi.das a1morávi~d~e.w.
II.
Tmtndo de He1-áldica Mitikw .-Tomo III, 1959, &&ns
162 y
163: ((Muchas son las opiniones acerca ~delnacimiento de1
Cid., Entre ellas parece la más acertada la de don Manuel
INTRODUCCIóN
III.
IV.
V.
A LA TkTIC.4
DEL
CID
ar
José Quintana. Cofisumió una gran parte ¡d,e su vi’da lu,chando con príncipes
moros,
contra adversar.ios
de su misma
raza e incluso contra s,oberanos
cristianos.
No considero
ignominioso
hacer alianza con un enemigo, siempre que tuviera por oibjeto la ldestrucci&
de otro mayor...
Pudo proclamarse rey <de Valencia y haber puesto en un aprieto la
corona cde Castilla ; absteniéndose
cde ello, adquirió un mérito gran,de que basta para borrar las manchas que se notan
en su vida».
GENERAL
A~XIRANTE
.-«Histomfa
Militar».-Almirante
en sus
variadas y breves alusiones da la clave del fenómeno : «Sin
3detenernos a des.embrollar
lo que pue,da haber de fabuloso
en cuanto inte~rviene el Ci,d»... «La mercenaria
Tizona de1
Cid»... «El aventurero
‘Cid andaba ya en Vaaencia, en una
de sus increíbles y ,dramáticas expeldkiones,’
imposibles
de
ajustar en esta narración
descarna’da y militar...
Crea un
pequen0 reino, feudatario
en aparkrcin
,de Cktilla,
pero
en reshdad indepeedieete .de moros y cristianos...
Es .digno
de inotarse el tino clelicado con que la fábula y la leyenda
han personificado
en la poética figura ,del Campeador
el revuelto caos #de nuestra Edad ,We,dia, cast’ellana y exclusiva,
semif~euciaí, religiosa,
caballeresca,
aventurera,
libre, inquieta, fuerista,
concejil y democrática»
(págs. 125 y 126‘
de3 tomo 1 ,d’e ,la ,obra).
MARTÍX ARRCE : Histo&x
Militar.-Hace
una ,decente- síntesis
biográfica,
pero no ‘deja de subrayar
que el Cid «hace la
guerra a los príncipes moros y cristianos
sin distinción
y
según a sus propkitos
.convielne», insistiendo
en qne muchas de sus victorias
eran con moros contra cristianos.
Para la réplica a toadas estas imputaciones
y muchas más, basta
remitir
al lector a La Espnñn del Ch? ie incluso a su
resumen en un tomito ld~ela «colección Austral» titulado E&
Cid Campeador.
Sin embargo,
en un ensayo publicado últimamente en Buenos Aires con el título : «El Cid y Gelmírez»,
de Sánchez, al comparar
ambos personajes.
se
dice en extracto : ((Los dos fueron codiciosos
de riquezas, de gloria y de poder. Los ganó con la punta de su
lanza el infanzón.. . Para él, para Castilla y para España.. . El -poder y las riquezas
del Cid fueron efímeros,
como fruto desorbitado
de la guerra. . . Perdióse Valencia
VI..
VII.
tras la muertz del Cid... Pero la gloria vence a la muerte
y a los accidentes de la naturaleza y pervive. La gloria
en que colaboraron
los héroes y el coro. -0s que la alcanzan por sus actos y el pueblo que la otorga... El Cid,
acompañado por el amor de labriegos y guerreros y por
Castilla toda. Por eso cantaron al Cid los poetas populael poema, es inferior al
res... Porque con ser magnífico
((milagro de los milagros del Señor» (el Cid en frase de
su enemigo Ben Bassam). Sin el Cantar, hubiera seguido
el Cid refulgente de gloria y de grandeza, siendo un hito
gigantesco en la Historia
de España». No he suprimido
ni una palabra referente al Cid, los puntos suspensivos
sustituyen los t&minos
,del paralelo de Gelmirez,
que no
afectan a nuestro asunto.
Vale ,la pena ha.cer un anticipo .d,e los últimos trabajos sobre
aspectos milita.res del Cid, aim ,con riesgo ‘de importantes
8omisiones! :
ALONSO ALCALDE, Manuel:
El arte de guerrear en el Poema
del Cdd. Revista «Ap&dice»,
de la Oficidi,dad de Co,mplemenito, marzo ade 1946.
ARANDA MATA, General: Personalidad
Milita?- del Cid. Revista
((Mío Cid)), nlúmero extraordinario,
1941
.
BA'RDAJÍ LÚP'Ez, Antonio:
Notas sobre la bib9ografia
del Cid.
Revista ((Ejército)), enero ‘de 1948.
CAMPOS TURMO, ‘Coronel:
El bautismo
de guerra
del Cid.
Ibd., marzo de 1955.
FERNÁNDEZ FLóRDz, ‘Darío : Bremkwio
d.e Mio Cid. 1942.
G~scóx, Capitán: El Ciui en 1~ bata,lla de Gebrahobra.
Id., abril
,de 1956.
MORENO QUINTANA, Bizenv&do : El Calttar de Mio Cid. Revisaa
«Apéndice.». . .
MUÑOZ GUTIÉRREZ, Jrosé: Ruy Dkz, el Cid. Revista «Ej&cito»,
(diciembre ‘de 1940.
RUEZ DE AYÚCAR, Angel:
Ei arte de wmndw y de obedecer c?n
el Poema del Cti. R.ev,ista «Apéndiceb...
SEMPERE, Sebastián, Teniente : Las espadas del Cid en la Real
Arnzerz’a, ‘Tomo de Conferencias del Servicio Histórico
Militar ,dGe1947.
Menéndez. Pidal, en su reciente obra Eft tomo al Poema del
.
42
JOSÉSi.*
:
VI.
G.iRATä
C¿kDOBA
tras la muerte del Cid... Pero la gloria vence a la muerte
La gloria
y a los accidentes de la naturaleza
y pervive.
en que colaboraron
los héroes y el coro. Los que la alcanzan por sus actos y el pueblo que la otorga...
El Cid,
acompañado
por el amor de labriegos
y guerreros
y por
Castilla toda. Por eso cantaron al Cid los poetas gopulares... Porque con ser magnífico
el poema, es inferior
al
*(milagro de los milagros
del Señor)) (el Cid en frase de
su enemigo Ben Bassam).
Sin el Cantar, hubiera seguido
el Cid refulgente
de gloria y de grandeza,
siendo un hito
gigantesco
en la Historia
de Espaíía». No he suprimido
ni una palabra referente
al Cid, los puntos
suspensivos
sustituyen
los tkrminos
del paralelo ‘de Gdmírez,
que no
afeqtan a úluestro asunto.
Vale la pena hacer un anticipo .d~elos últimos trabajos
sobre
aspsctos
militares del Cid, aún con riesgo ‘de importantes
8omisionew :
ALONSO ALCALDE, Manuel:
EI arte de puewea.r en. eZ Poema
del Czid. Revista «Ap&dice)),
de la Oficialidad de Complemeato, marzo lde 1946.
ARANDA MATA, General : Personaklad
Militar dei Cid. Revi&
«Mío Cid», mímero :extraordinario,
1941
.
BiRDAJÍ LÚPEZ, Antonio : Notas sobre Za bibl$ografia del Cid.
Revista «Ejército»,
enero ‘de 1948.
Ce4~~0s TURMO, Coronel:
El hau-tismo de guerra
del CI%.
Ld., marzo dee 1955.
FERNÁXDEZ FLóRDz, ‘Darío : Breviwio
de Mio CioJ. 1942.
GASC~K, Capitán:
El Cid en la hata,lla de Gebrakobra.
Id., abril
sde 1956.
MORENO QUINTANA, BienverGdo : El Catitnr de Mio Gd. Revista
«Apéndice». . .
MuWz
GUTIÉRREZ, J,osé : Ruy Díaz,
,diciemhre .dc 1940.
Rurz
VII.
el Cid. Revista
DE AYÚCAR, Angel:
El arfe de mandar
el Poema del Cti. Rev,ista «Apkndiceu...
«Ejéxito»,
y de obedecer
cn
SE;~IPERE,Sebastián, Teniente: Las espadas del Cid en la Real
Armerz’a. Tomo de Conferencias del Servicio Histórico Militar *de 1947.
Menéndez Pidal, en su reciente obra .En tomo al Poema del
.
IKTRODUCCIÓN
VIII.
A LA TkTICA
DEL
CID
43
Cid, se detiene en aspectos militares del Cantar con mayor
lo siguiente :
cuidado que hasta ahora. Extractamos
c(Par;i la historia de la guerra,
el Poema tiene también
un val01
del que suelen carecer las chamons
francesas, con
ser más militares que el cantar castellano. Los juglares
franceses no tienen espíritu de observación para la batalla.
El Gil-u~d de R~zk~si!ló~~, ofrece en la pintura de la guerra
más realidad y variedad que la generalidad de las C~UW
SOIU -pensamos si será porque la ha vivido de cerca SU
juglar, como nos hace suponer el del Cid-. El Roland o
el AZiscn~zs, no nos dan idea de estrategia alguna -Menéndez Pida1 suele llamar estrategia a la tácticasalvo el
dividir ambos ejércitos en líneas de combate o «echeles»,
generalmcntc formadas por hombres de un mismo país
-recordemos
lo mismo en el Poemn de Fel-nán ‘González-, siempre más numerosas las de los sarracenos que
las de los cristianos, las cuales se atacan sucesivamente sin
plan alguno. Las largas descripciones de las batallas se
reducen al chocar de los campeones unos contra otros o
con turbas que caen a centenares bajo los descomunales
golpes ,de los héroes.
En ei AJío Cid, la guerra ofrece aspectos variados, desde la pequeíía correría hasta la batalla campal y el asedio,
según el hbroe va creciendo en recursos y planes» (págs. 55
y 56).
«En el Mio Cid sobresale esa especie de costumbrismo
militar, lleno de animación. No se encuentra semejante viveza descriptiva en la gesta de los Infantes de Lam, y menos en las c&a.?ons francesas, donde muchas batallas, más
largamente descritas, se reducen a combates singulares que
se suceden monótonos uno tras otro» (pág. 211).
«Desde luego, parece una moda francesa la repetición del indefinido <ctczîzto»en las enumeraciones descriptivas (v. 178.3,
1987, 2114), las cuales, además, suelen ir encabezadas por
el verbo cweriais)), con el que el que el juglar se dirige a sus
oyentes y procura sugerirles una viva representación de lo
que va 2 narrar. Estas formas de describir, que se repiten
ewel Rodrigo o Poemn de las Mocedades del Cid, y en los
romances, son muy usados por los. poemas franceses. El
«allí veríais tanto escudo horadado, tanta loriga rota, tanta
silla de caballo vacía», es un verdadero lugar común
chawonS;
sirva de ejemplo el Girard de Vienne:
de las
La veissez tante lance brandie...
ce jor y ot meinte selle vuidie,
et mainte targe et perciée et crissie,
el mainte broine rompue et desarcie,
cil destrier fuyent parmi la. prairie.
AAade Menéndez
halla en el Koland:
Pida1 e! ejemplo
más
análogo
que
La veissez si grant dulur de gent,
tant hume mort e naffret e sanglent...
tant bon cheval par le camp vunt fuiant.
En Destructition
r,
de Kome :
Et tanle targe affreinte, tante broigne faussee,
Et tant pie et tant poign, tante teste coupée.
P por fin cn Floreme
de Rolne, aparte de otras citas:
La veisiez estor de fraiz renovelé ;
la ot tente hanste et tant escu troé,
tant habert desmaillié et tant clavain faucé,
tan top feru dëspée descs hiaume gemé.
(En tomo al I’oenza del Cid, pág. 25.)
JX.
;
,’
:
En el folio i- indicáhxnos ya que la existencia de un deuteragonista fue gusto likrario del siglo XII, que se muestra en la
épica castella,na y francesa. No lo era seguramente en la
versión primitiva ,del MZo Cid, donjde Alvar Fáñ’ez ‘de Minaya se apartaría de Rodrigo d,espués de ser su embaja’dor
ante le,1Rey para obsequiarle con trofeos de la batalla de
Alcocer (v. S% y sig.j. Así había de ser por razón de la
histoxkidad coastante del Poema y la coetaneidad ,del autor,
segím #da por averiguado &Ien&+dez Pida!,, ya que cuando
el poeta escribía! aím «hazaíieaba» Minaya. Sabría, y no
podría falsearlo, que Alvar Fáñez figuraba como primer
capitán del Rey Alfonso a principios de W6, precisamente
.
Is=I<ODUCCIóX
A LA
TiCTICA
DEL
CID
45
a raíz ,de recibide como emisario del Cid con el quinto botin (de sus últimas batallas por tierras de Lérida, Mor-ella
entre otras. C.on Alfonso VI participó ‘en la conquista Ide Toledo y permanece luego en esta <corte, .donde también figura emonces Ikdro
Bermtrdo,
como en 1082 figuraba en
la cde Burgos ‘Alvar Salvaldor.ez.
Es ,decir, que siendo histbrica al parecer la embajada dtel
iCi,d, sin más variant,e que el ,desconocerse
la realiNdad Ide la
batalla ,de Alcocer, encaja pcrfectamente’,en
1085, fecha en
que el Rey perdonaría
a Minaya ofr$eciéndole continuar
junto a él y no al Cid, y consistiendo
que nuevos caballseros
parti.esen <con el Campea’dor, lo que hace r,ealista el dato ,de
que Minaya presentase
al Cid los 200 cabaUeros que se le
incorporan
(v. 915), volviéndose
despu& junto al Rey, del
que al poco tiempo es embaja’dor en S,evilla y Valencia.
El refundi*do ,de Msdkaceli
juzgaría como descuido lastimoso adel primer po,eta esta ,desaparición <de Minaya en ‘el
relato y (decidió ,subsanarlo ,dándole el papel de lugarteniente insustituible
‘d’el Cid y segun~do héroe .de sus campanas, a
base ,d,e repetir con ‘cierta monotonía sus intervenciones
en
celada y algara, sus consejos .como Jefe (de E. M. y sus
embaj.a[das.
En ‘el Cn?ztw aparece así tan ‘d,e continuo junto al Gd,
por intención expresa Idel segundo autor interesado particularmente en realzarle, hasta ,el punto 8de que (tao se le aparta
de su brazo» (v. 1244) y ,Be llama «el mío brazo mejor»
(v. X063), en tiempo,s que ya e.sta,ba lejos ‘de Ro,drigo, y
aún en estrofas del aut,or primitivo intercala en d,os ocasiones
el mismo verso : «VOS sois el mío .di,estro brazo» (V. 753 y
810). La sensación ‘de su influencia esn el Gd es tal por obra
Ide este poe.ta, que Iel autor ‘del Poeml: de Almeria demuestra en 1150 sc$on,ooer esta refundición
que hoy conservamos,
pues no sólo recoge d latiguillo «mío Ci,d», sino la importancia ide ,Minaya, al ,d.ecir : .«,Mío Ciad fuit primus, Alvarus
atque s,ecundus» y recon,ooe el ~deuteragonismo
en un verso: ipsum esxtolleuat, se taude mkore
ferebrrt.
Tal i,endencia (dramática al deuteragonismo
se muestra
no sólo en el Mfo Cid, sino también en la primera ,gesta
franoesa Ckassolz de Rolmd.
Ambos poemas crean el segun,do héro.e no en su versión inicial, sino 6~ un moment’o
X.
XI.
preciso ,de su evohtción, por obra DDEun refundidor
influído
por la mo,da de tan feliz invención literaria.
Menéndez Pida1 dice por su cuenta: «Después de la toma de
Valencia hay ya con el Cid 3.600 caballeros»,
siendo así que
eI Cantar ni’ siquiera da motivo a suponer
que todos 10
sean, por el contrario,
tratándose’
de un recuento parece
natural que se incluyan caballeros y peones.
Luego supone también que se refiere sólo a caballeros
«cuatro mil menos treinta»,
el número final de la hueste:
diciendo que son 3.970 caballeros,
pero tampoco hay nada
que permita afirmarlo.
Es más, el poeta emplea la misma
expresión
ambigua para contar los moros,
que para el
ilustre historiador
son ahora 50.000 «hombres
de armas».
En todo caso, como Menéndez
Pida1 supone siempre
igual número de peones que de caballeros, la hueste total
del Cid serían unos
S.000 hombres, ateniéndose
a los datos
del Poema, sin imaginar que sólo alude a una de dos alas
iguales, pues entonces se duplicaría
el número, lo que no
es nada probable. (Véase EN torno nl Poema del Cid, página 56).
«En sus primeras guerras, el Cid saquea la frontera
de moros.
Para ello divide sus gentes en una retaguardia
o zaga, a
sus
propias órdenes, y una vanguardia
G algara, mandada
por Alvar Fáííez, la cual se interna por sorpresa en tierra
de moros para robar ganados y riquezas.
La algara, según los fueros municipales,
se debía componer dc la mitad del total de los combatientes;
pero el
Cid se juzga seguro con una zaga compuesta
sólo de un
tercio de su gente y envía los otros dos tercios en la algara
para que el botín sea mayor;
así Alvar Fáñez puede correr
y robar con gran fruto 70 kilómetros
del valle de! Henares,
mientras la zaga del Cid ganaba por sorpresa el pueblo de
Castejón.
La algara del Poema es igual a la que describe un autor coetáneo, el de la Clzrónica Adefomi
imperatork,
párrafos 14, 52, 56, 60, enviadas por el Rey, o hechas por el
alcaide de Toledo o los caballeros de Avila y Segovia contra los campos de Sevilla y Córdoba
(EspaGa Sapxda,
XXI).
Son
datos de Menéndez Pida1 en la obra citada.
IiiTRODUCCIóN
XII.
XIII.
XIV.
A LA
TáCTICA
DEL
CID
47
«Otra de las pequeiías conquistas del Cid en los comienzos del
destierro, es 1s toma del castillo de Alcocer, que le lleva
quince semanas de combate y no termina sino mediante una
estratagewzn» (id., id.).
«Como consecuencia de las anteriores correrías, el Cid, con
sus 600 hombres de armas, tiene que aceptar una batalla
campal contra 3.000 moros valencianos y muchos más de
la frontera. Los 300 caballeros cristianos cargan sobre una
de las haces enemigas, la atraviesan matando 300 moros y
dan la carga de tonzada matando otros tantos. Una «charge
en retour» de 333 caballeros, semejante a ésta, fue uno de
de los hechos de armas de que siempre se alabó Girard de
Rousillón.»
La tilznnxon
de Girard de Rousillón está traducida por
Paul Meyer en 1884, y la tornada se encuentra en el párrafo 152 (Menéndez Pida& id.).
«Otras varias batallas campales describe el Poema. Cuando ya
el Cid reune más de 3.000 caballeros, preceden a la gran
batalla pequeños encuentros (v. 1673-1684 y 2344) y se fija
de antemano el plan de combate, siendo Alvar Fáñez, como
siempre, el que propone la solución aceptada, que suele ser
un ataque combinado por las dos alas del ejército enemigo.
La batalla se rompe dando las feridas primeras un caballero distinguido, el cual suele pedir de antemano al Cid que
le conceda el honor de herir los primeros golpes en el enemigo. De estas primeras heridas hablan frecuentemente
otros poemas españoles y franceses.»
EL
CORONEL
Y SU
por
Profesora
DON
ANTONIO
VIAJE
MUNDIAL
IRIS
HIGBIE
de la Universidad
Los Angeles
DE
PINEDA
WILSON
del Sur de California,
(U. S. A.)
En la segunda mita.d del siglo XVIII,
cuando el Imperio español
,era el más extenso del mundo, reinaba el ilustre monarca Carlos III.
Durante esta época fueron emprendi,das algunas de las kxpe,dkiones
marítimas
más importantes
en la lexploración
de las costas ‘amerkanas, y la LortNe patrocinó
una investigacibn
científica en los grandes
reinos del Kuevo Mundo.
En todos sus aspectos, esta época estuvo
muy influída por los nuevos descubrimientos
que resultaron
del estudio de las ciencias físicas y naturales
en Europa durante el siglo
XVIII. Carlos 111 dispuso la organización
de varias expediciones para
estudiar la botánica, zoología y mineralogía del Perú, Nueva Grawada, Nueva España, las Islas Fi!ipinas y otros Dominios, durante el
último tercio del siglo.
La expe’dición posiblemente más importante de este carácter fue
organizada bajo la dirección del Ministro de Marina don Antonio
Valdés (1), siendo dirigida por el Capitán de Navío don Alejandro
Malaspina. iEn un: viaje alred,edor ,del mun,do desde 1789 hasta 1.794,
la expedición sdeMalaspina recorrió los continentes de América del
*Sur, del Norte y las islas ,del Pacífico. Como finailida’d, Y,aexpe&ción
(1)
Grey
Don .4ntonio
Valdés
y Fernández
Bazín
(1744-1816).
Bailío
de la
Orden
de Malta,
Caballero
del Toisón
de Oro,
Capitán
General
de la Arruada
y
Ministro
de Marina
(17%1795),
propulsor
de la Ppoca más brillante
de ésta». JULÍO
F. GTIILL%X,
Indice
de la Colección
de Fernández
de Navarrete
que posee el Museo Naval
(Madrid,
1933).
50
IRIS
HTGBIE
WILSON
tenía ‘muy diversos
objetivos
-geográficos,
cartográficos,
económicos, científicos,
incluso políticos y mihtares-,
y todos los cumplió con
la buena cooperación
de los ,distintos mkmbros
que tomaron
parte
en ella.
El viaje de Malaspina
com,enzó ‘durante el r,einado fde Carlos III,
duró sesenta y Idos meses, y ,finalizó infelizmente
bajo el reina’do de
Carlos IV. Unas circunstancias
,desgralciadas hicieron imposible la publicación tde los resultados,
pues Malaspina
fufe #desterrado ade España.. Los manuscritos,
cartas, *dibujos y otros ‘documentos
quedaron
guardados
en 110s a.rchivos. Casi cien anos ,después, nada había sido
escrito sobre la expedición.
Al fin, en 1885, una extensa obra rsdactada por don Pedro de Novo y Colsón fue publicada en Madrid y el
mundo español, al menos, pudo tener relación del viaje (2)1. Dlesde
entonces
se ,han pubhcado varios a.rtícuIos y iibros cortos sobre (diversos aspectos <dIela ,expedición, aunque la cantildad (de información
publicada no alcanza a la que queda inedita.
Sabemos tqne tla ‘expedición tde Malaspina
to,davía no ha recibido .la fama que en justicia ‘Iller,ec,e, pero .en las investiga,ciones
de
hoy esta gloriosa
gesta de la Marina va consiguiendo
un puesto
muy importante
‘de.ntro ,dle la historia
,de nuestros
Idescubrimientos.
Sin embargo,
los ,escritos siguen ‘demostrando
una falta grave, la
omisión del nombre Ide un Teniente de las Reales Guardias
Espanolas, ,qwe acompañó a Malaspina como ,primer encargado lde historia .n&ural. Don Antonio Ide Pine’da Ramírez ,contribuyó
al éxito de
y, además, con un
la expe’dición
con su gran capacidad científica
m&ito
extraordinario,
logró servirla dignamente
en cualquier
asunto político, scomercial .o personal con qwe tuvo que enfrentarse.
Este
brillante
oficial,
militar ,del siglo XVIII,
hizo unas investigaciones
tan
admirables
que su nombre y sus hechos no deben quedar desconoci’d.0 s ,
Durant,e la organizacion
,de *dicha expedición
en el aí%o 1788, Mala,spina tenía que admitir que sería .difkil, sino imposibl,e, emontraren la Real Armada
el individuo necesario para desempeñar
los importantles
obj.etivos
d,e la proyecta’da
parte cientí.fica. Por eso, en
una carta al Ministro
de Marina, don Antonio Valdés, Malaspina propuso ctun sujet, ,realmente idóneo para la comisión bde la historia
(2)
del
aLa
Capitán
Vuelta
al Mundo
por las Corbetas
de Navío
D. Alejandro
Malaspina,
<Descubierta>
desde 1789
y «Atrevida>
al
a 1794n (Madrid,
mando
18%).
DON
ANTOXIO
DE PINEDA
Y SU
VIAJE
MUNDIAL
51
natural», don Antonio de Pineda, Primer Teniente de Guardias Españoilas. «En este oficial se reunen no sólo ioda la inteligencia y
actlvi,da,d necesarias para aquella Ciencia, sino también una robustez, y un genio admirable, y aquel verda,dero amor al estudio, a la
novedad y a el honor que sól,o puede ser 5el mot8ivo y el ‘pago de semejantes #empresas»(3). Valdés recomendó a Pineda al Rey, y sus
nombramiento fue confirmado en ,diciembre de 1788 (4).
Don Antonio ‘dle Pineda nació en e+l año 1753, en la, ciadaId ‘de
Guatemala (Reino ,de N,ueva España). Proce,día lde una familia de
buen linaje. Su padre, don José de Pineda y Tavares, natural de
Madrid y Caballero del Orden de Santiago, fue Colegial Mayor
de San Ildefonso de Alcalá de Henares, luego Oidor de la Audiencia de Guatesmala y ‘d~espuésde la Real Cancillería de Granada. Su
madre, doña María Josefa Ramírez y Maldonado, era natural de
Lucena, en el Reino de Andalucía. Su abuelo paterno, don Antonio
be Pineda y Capdevila: natural de Lérida, fue Oidor de la Real Cancillería ‘de Granatda, Alcalde #de Casa y ‘Corte, y Ministr.0 del Supremo Consejo de las Indias y Cruzada; su abuela paterna, doña
Teresa Rita Tavares, nació en Gibraltar. Don Juan Fernando Ramírez y Pulgar, caballero del Orden de Calatrava, y doña María Josefa MaBdona,do y D’ávalos, naturales del Reino de An’dalucía, eran
sus abweiIos maternos (5).
La familia Pine,da regresó de Guatemala para vivir en Granada
cuando don Antonio tenía menos de diez años. Según una memoria escrita por Malaspina, el joven. Pine’da ingresó en clase de Cadete en el Regimiento de Reales Guar’dias .de Infantería Española,
carácter
después ,dfe una ,e’ducación aldecuada, donlde mantenía «un
sociabl’e, un amor al estudio, y una idea bien exteadi,da $delos deberes patrios. Sus conocimientos se hicieron bien patentes, en los ataques de Gibraltar ?durante la guerra empezsda en 17’79. Todos los
Generales #dIelExército los conocían y los a,dmiraba.n iguaknente y
quedaron bien cimentados quando sin nobmbre del autor se presento
-(3) Escrito de Malaspina a Valdés. Cádiz, 31 de octubre de 1’788, MS. 583, Archivo del Museo Naval, Madrid.
(4) Escrito de Valdés a Malaspina. Malaspina. Madrid, 12 de diciembre de 1788,
MS. 278, Archivo del Museo Naval, Madrid.
(5) Ordenes Militares; Alcántara 1.186, Pruebas de Caballeros (Mariano de ~Pineda y Ramírez), Archivo Histórico Nacional, Madrid.
52
IRIS
HIGBIE
WILSON
y practicó un plan suyo para el ‘d-tal ‘de las operaciones ‘del Esército,
dirigidas
a la noche del (?) de agosto, a abrir ia Nueva Paralela. Sus
aerviciqs fueron ig-ualmente ,distinyui,dos y su vida extraor,dinariamente expuesta en la Batería Flotante la Pastora, en la qual y en el en.cuq&ro suc,esivq ,de las Esquafdras a poca distancia ‘del Cabo Espwkil sjr$
a las órpdenes Ide! Gefe de Esqua’dra Dlon Buena Irentura
lkforeno)) (6). Fmalmente
hecha la paz y desdetlado el lang:uir en una
caqsalda o@osbdad o el $o.mar por único objet,o de sus tareas la ,desItrucción ,de sus semejantes,
volvió et rostro hacia !a Física y la Historia Natural,
en cuyas ci,encias había adquirido
ya bastantes nociones generales.
bien pkvecto
y pundonoroso
Su
constancia
y
su
talento
le llevaron
a
LIII
grado
de doctrina en una y otra ciencia, y su celo patriótico
le dictaron la ocasión de aprovecharlas en la espedi-
ción de la corbeta
«Descubierta))
y «Atrevida»
en el ì\iIar Pacífico
(7).
Las Ido< corbeta.s, construí-das
especialmente
para el viaje alrededor ,del mundo, salieron del puerto de Cádiz el 30 de julio de 1’789
.y llegaron a su primer escala, Montevideo,
en septiembre.
Antonio
Pineda ,empezó sus laborles con excursiones a las cercanías de M,ont,evideo y a los terrenos !de Buenos Aires. Realizó una investignci&n
de los mineraies en la Bdes,embocadura #del Río de Ia Plata y completó una ~dkscripción Lde las aves, cuadrúpedos
y pelees com~mes
(8).
Cumplió
tumbre%
un breve sumario de la historia ,de los pueblos y las coscde las gentes ‘(9). Las corbetas partieron bde Montevideo
el
25 Ide noviembre
para
Pu~erto Deseado,
<donde Pineda
y el botánico
(6) Dos hermanos de Antonio de Pineda, Mariano, que nació en Guatemala
en
1754, y Arcadio, que nació en Granada en 1765, estuvieron a bordo de; navío uSan
Nicolás»‘c0mo Teniente de Fragata y Guardia Marina, bajo el mando del Capitán
don Buena. Ventura Moreno, en 1779; véase #Estado de Buques de la Esquadrar,
MS. SS7, Archivo del Museo Naval, Madrid.
(7) dvfemoria de Alejandro Malaspinañ,MS. 312. Archivo del Museo Naval.
Antes de junta% con la expedición,Pinedatrabajó en el Real Gabinetede Historia Natural de Madrid haciendoun estudio de las aves que allí se guardaban(cPapelesde .4ntonio de Pinedan,Archivo del Museo ‘Nacionalde CienciasNaturales,
Madrid).
(8) «Descripcióndel Perú, BuenosAires y Chile>,Add. MS. núm l’i.592, Archivõ del MUSL%O
‘Británico, Londres.
(9) «Relacióndel viaje alrededordel mundopor Dn. Antonio de Pineday Ramírez a bordo de la Corbeta de S. M. la Descubiertan,MS. 122, Archivo del Museo
Naval. IMadrid.
MAUSOLEO
(Grabado
de la coleccih
DB PINEDA
Bauzk; Museo Naval, Madrid).
DON
ANTOWIO
DE PINdDA
Y SU
VIAJE
NUNDIAL
53
don Luis Keé (10) reconocieron
una parte de las costas patagónicas.
De ,donde pasaron a las isias Ma,lvinas, permaneciendo
unos ,días en
Puerto !E,gmont. Desde las Malvinas
se ,dirigieron
al Cabo de Hornos, franqueando
e! 18 ‘de ewro de 1790 el paso del Pacífico y amaen Chiloé en febrero.
Pineda y Neé, se dedicaron
a rerrando
conocer el bosque, que cubría casi toda la isla, no explorado
científicamente.
De aq,uella isla la expeldición pasó por las costas chilenas, con estancias en Valparaís,o
y Santiago.
En el último sitio se
mcorporó
a la expedición
ei botánico
alemán don TadeO Haenke,
que había perdido ,el buque a la sali,da de Cádiz ‘y que había atravesado !a cor.dill,era en un penoso viaje *desde Montevideo a Santiago (11).
Las corbetas continuaron viaje por separado, pero habrían @de
seunirse en el puerto
de Callao. «La Descubierta», en Ia cu~d iba Pineda,
pasó ,directamente a este importante puerto ,del Virreinato del Perti,
encontrando por todas partes nuevos motivos de estudio para las
Ciencias Naturales. En este lugar Pineda hizo experimentos y análisis sobre la humedad del aire, investigó los accidentes y enfermedades, y escribio una memoria sobre el carácter, genio y costumbres de
los limeños y el esta.do de las ciencias en Lima (12). Encargó al Capitán clon Pedro Niebla y, Parada un ensayo titulado «Noticias de
varias hiervas, árboles, animales y aves particulares, virtudes de éstos y naturaleza con costu&bres de los indios para el Sr. D. Antonio
Pineda, Teniente Coronel de Reales Guardias Españolas», que fue fechado en Lima el 27 de agosto de 1790 (13).
En !ma carta dirigida al Ministro de Marina, don -4ntonio Val,dCs, Pinemda,describió con bastantes ,detallcs sus actividades, especialmente. en Ecuador, hasta la llegada de ((La Descubierta» a PanamQ
en diciembre de 1190. Avisó aS1Ministro que «después de nuestra salida del Callao fue la prim.era arriha,da al Río y CiL1,da.d,de Guayaquil,
(10;
BotáGco
Francés,
naturalizado
en >Iadrid
antes
1789.
(11)
ba l$ctl
Natural
calificado
en España,
de partir
con
de Bohemia,
tara
servir
(12)
&escripción
del Perú,
seo. ~Nnval, liadrid.
(13)
KReino
del Pení».
14s.
Neé era un
la espedición
Haenke,
doctor
como naturalista
Chile
Z!Z.
por la Universidad
y botánico.
y Buenos
Archivo
recolector
del Real Jardín
de Malaspina
en julio
de
Aires»,
del
-Museo
MS.
Naval,
110,
de Praga,
Archivo
Madrid.
esta-
del Mu-
64
IRIS
HIGBIE
WILSON
@de ‘donde con #deseo de visitar nuevamente la Cordillera,
Montes y
Volcanes &ebres
en la histork
y de reconocer
los vegetales de 10s
Países Interiores,
emprendí un viaje en compañía ,de Dn. Luis Neé al
Chimborazo
y Volcán de Tunguragua.
Se recorrió
la base de aquél y
se eslcalió hasta cerca ‘de la cima de éste, Se reconoció
una de las
principales
bocas que consisten ,en varias grietas y abujeros...
Se hicieron allgunas observaciones
mineralógicas
y se recogieron
algunas
producciones
volcánicas y se hizo una colección de plantas. Hice un
examen ‘de’las aguas terma,les que nacen de su pie, de las que sacan lqs
ynaturales una *excelente sal pu.rgante» (14). Pine.da puntualizó
que el
picacho del Chimborazo
fue inaccesible por causa de las lluvias y las
nieves. Siguió la carta con un informe sobre una resina importante
del
país. Dijo : «El terreno sde Guayaquil., que se inunda una parte ,dtel año
como otro Egipto, presenta. en los inmensos bosques que se cubren
muchas preciosas
,dr,ogas y sucos vegetales
incluso
que no conocen sus naturales y otros que se ignoran en España? ,de cuyo
número
es la Goma ielástica, *d,e que se hizo mucho uso para barnizar globos
aerostáticos.
Llaman la Xebe ,del nombre ‘del árbol ,que la pro,duce.
Para su beneficio cdan :cuchilladas a su corteza ; mana ,de las heri,das
un jugo. como ,de leche tierna, que recogen
sobre las anchas ojas
del plátano.
A poco tiempo se endurece y pone negro. Manifiesta
las mismas propiedades que la goma elástica que trahen de Portugal
y venden en Mkdri~d por ignorar que se produce en nuestras colohias. Los Naturales
de las provincias
de Quito la liquidan y derriten
31 fuego, barnizan lienzos con ,ella y logran excelentes
y flexibles
encerados
para hacer cajas, botas, cubiertos
,de sombrero
que preservan contra las más crecidas lluvia,s». Pin,eda también notó que en
àa Punta d,e Santa Elena «se pr0.duc.e un ac,eite mineral que llaman
en el país Copé y los Naturalistas
petróleo o Naphta, es uno de los
Ramos Reales le emplean en calatear basijas de barro en que transporta aguardientes,
etc. Su calidad es superior,
sobrenada en el alcol de vino, su eficacia en la medicina le hacen un recomendable
artículo de exportación
para la Península, que no se hace» (15).
Siguiendo
la carta? Pineda reunió una colección ‘de aves y otros
animales hasta 80 especies, pero «no basta diligencia ni cuida,do con-
(14)
Escrito
de Malaspina»,
(15)
Escrito
de Pineda
a Valdés,
Panamá,
10 de diciembre
de 1790, uPapeles
Biblioteca
de la Universidad
de Yale, New Haven,
Connecticut.
de Pilleda a Valdés,
Panamá,
10 de diciembre
de 1790 (cit. ref. ant.).
DOX
ANTONIO
DE
PIPiEDA
Y SU
VIAJE
MUNDIAL
55
tra la multitud ‘de insectos en estos países cáli,dos, una peque& oruga que proviene de una mosca verde nos destruyó esta preciosa coleccibn en la corta travesía 3 Panamá; iguales acci,dentes experimentaron los Naturalistas de Cook ,como se lee en su viage». Después,
en Panamá, Pine%dareparó la p&r.di,da con algunos ‘de los mismos y
otras especies, y aumentó las precawiones para lograr la conservación de la remesa a la Corte (16).
Al salir de Panamá, «La Descubierta» siguió rumbo separardo y
echó el ancla en el ;puerto )de R,ealejo (Nicaragua). Durante los nucve días de estancia, Pineda, en compañía de don Tadeo Haenke,
hizo una investigación ,d#ela abun,dante natural,eza. Ambos científi~0s examinaron el Volcán Viejo, y pusieron de manifiesto el error
en que estaban aquellos naturales, >de,que ni ar’día ni humeaba. Opinó
Pineda que la profundidad de su caldera y la finura de su humo ocultaban este fenómeno a los habitant,es <del llano, porque en reali,dad
tenía varios respiraderos en ,el fon*do y Jos la’dos d,e su doble caldera,
un,a ,dentro ,de la otra. En las profun.didad,es Pine.da encontró montones de excelente azufre, que sería útil a los naturales, que lo empleaban
en muchos usos
económicos y lo compraban de fuera. Para informar
al Ministro de Marina de los pro,dwtos más importantes ,del puerto,
Pineda escribió : «Realexo produce además de las preciosas maderas,
muchas yerbas msdicin.ales, gomas y preciosas resinas como la $de
cedro, Sangre de Drago, Liqubdambar, Menjuí, etc., que tienen valor en el comercio. Su extración fomentada por medio de premios
podría ani,mar a feste puerto en parte, ya mui decaído y pobre; produce ta,mbi&n gengibr,e y una planta del género ,de las Sidas que pued.e substituir ai CZíamo. La llaman e.scobilla y crece por t.o,dos los
campos en abundancia ; ‘de ‘ella se haoen lienzos gruesos y se pueden
hacer .más finos. Los que tengan, más tiempo descub;rirán otros muchos artículos de Balsamos ademas del de Maria, y otras plantas
tintorias que no se conocen todavía y :que se apreciaran en Etiropa» (17).
La siguiente escala t,uvo lugar en Acapulco, a ,donde Ilegó «La
Descubierta» .el 29 de marzo sde1791. Allí esperó 4 regreso de «La
(16) Ibid.
(17j Escrito de Pineda a Valdés, Acapulco, 14 de abril de 1791, aPapeles de
Malaspinan, Biblioteca de la Universidad de Yale.
66
IRIS
HIGBIE
WILSOX
Atrevida», que había ido al puerto de San Blas. Durante este tiempo Pineda investigó la fauna y flora de Acapulco, que los artistas de
la ,expedición reprodujeron
en maravillosas
láminas, Tomás de Suria, pintor tde la Real Acackmis~ de San Carlos de México, obtuvo
a,dmirables vistas generales ‘del puerto. En -icspulco
decidieron revisar los extremos contemuos en la relación del Capitán don Lorenzo
Ferrer Maldonado,
con el fin de descubrir el misterioso paso al Atlántico o Xstrecho ,de Anián. Para que ‘la expedición resultara más
provechosa, Malaspina ,decbdió una zdis,tribución ,de los oficiales, ,dejando algunos en Nueva España, a fin de que pudiesen emprender
varias investigaciones
científicas, políticas y co,merciales (18). En
sus instrucciones
a Pineda, Malaspina
inició los diversos objetivos
de su estudio de la Historia
Natural,
y le encargó especialmente
con ael prolijo
examen comparativo
del suelo y hueso primario
de este Reyno referido a los de Tierra Firme, ,Quito, Perú, Chile y Costas Patagónicas
que Vm. ha visitado. Esta útil pezquiza,
agregándole
10s ,difer,entes méto,dos de la Naturaleza
en los ‘mismos
países para la formación ade los Metales, Már&moles, Petrificaciones
y Tierras, ldará un nuevo lustre a la Historia Natural y la Expe,dición,
y no será inútil y o,diosa repetición d,e las tareas de otros Naturalistas que .desde algunos años acá están con crecidos gastos de~l Erario,,
examinanclo por lo perteneciente a los tres reynos ya una, ya otra PYOvincia $d,ela Nueva Espaíía)) (19).
Entre los que qwdaron ,en Nueva España con Pineda estaban SLX
hermano y ayucíante Arcadio (ZO), el botánico don Luis Neé, el dibujante y disecador José Guío, y el escribiente Julián de Villar y Pardo.
Este grupo salió del puerto de Acapulco el 8 de mayo de 1’791 hacia la
ciudad ‘de México. Durante el viaje Pineda tomó abundantes notas
para la Historia
Natural y aademás obtuvo informaciones
‘de gran
interés sobre el origen de ‘las poblasiones indígenas, ocupaciones y
activi,dades comerciales ,de sus habitantes,
productos, etc., &c., y en
general todo lo que pudiera interesar a. la Corona. En las cercanías
(18)
(19)
Puerto
Madrid.
beta
<Diario
de Don Juan Vernacci)),
MS. 94, ilrchivo
del Museo
Naval,
Madrid.
<Corveta
crDescubierta»
a el ancla
en el
Escrito
de Malaspina
a Pineda,
de Acapulco
a 2.3 de abril de 1791», XS.
427, Archivo
del Museo
Naval,
(20)
Arcadio
<Atrevida».
Fineda
sirvió
en la expedición
como
Teniente
de Navío
de la cor-
DON
Ah’TOMO
DE
PINEDA
Y
SU
,‘IAJE
5T
MUliDIAL
del pueblo ‘de Igualá, Pineda hizo una lista ‘de a,lgunas plantas medicinales, y ks que tenían usos curiosos eran las siguientes: «las
cáscaras del fruto del Cardoncillo con asucar se dan para calenturas,;
ygual preparación con el Palo ‘dulce sirve para el mal de orina. La
Capitaneja es un arbusto con flores rojas y ,el cocimiento ,dzesu ,oja
corta dos tumores. El lde la raíz ,del Buchache, para curar las llagas.;.
las ojas <delSawe comidas sirven para cufar los empachos; la planta
Lengua de Baca buena para remediar el dolor de cabeza ; el cocimiento ,d’e la cáscara del Nanz es buena para eit *dolor de cabeza ; ‘1a
oja lde Schnosquelite aplicada. simplemenk quita el pasmo...» (21).
Dijo el Naturalista que «estas noticias que aadquirí con gran trabajo
de aquellos Yndios, solo se incluyen para po.der comprobarlas quando se hall,e proporción» (22).
Al llegar a la capital senjunio, Pineda recibió -toda la ayuda posible del Virrey ede Nueva España, Conde de Revilla-Gigedo, quien
para facilitar el ,desempeño ,de la comisión ,de Malaspina, ,dio a Pineda un pasaporte ~dicieedo :
K... Concedo libre y seguro Pasaporte a Dn. Antonio ,de Pineda, Primer Teniente ‘de geales Guar,dia.s Españolas y Mineralogista ‘destinado por S. M. a la texpedición ,de nuevos reconocimientos
para que se transfiera a los pa’rages de este Reyno que más le
acomoden a continuar sus observaciones y exámenes físicos. Por
tanto encargo muy particularmentae a toados Sos subdelegaldos, Justicias territorial’es, Governadores ‘de Yndios, Dueños ,o hdministradwes ,de Haciendas, Ranchos o ,Casas que le subministren Guías Peritos de los Pueblos, noticias relativa’s a su comisión, trato y conocimiento con personas instruídas, bagages que pagará anticipad.os
según costumbres, ‘las producciones naturales que les encargue y quantos auxilios necesito para los fines sd,esu [destino e importantes encargos, y el que así no lo cumpli>ere será castigado rigorosamente.
‘Dado en México
a .catoroe de Ju1i.o de mil setes no@ y uno.
Revi’lla Gige,do.
Antonio ‘Bonilla» (23).
-(21)
Madrid.
(22)
aViaje
desde
Acapulco
a México»,
MS.
562,
Archivo del Museo Naval,
Ibid.
(23)
nPasaporte
del Museo
Naval,
a Antonio
Madrid.
de Pineda»,
14 de julio
de 1791,
MS.
563,
Archivo
IRIS
HIGBIE
WILSON
DOX
ANTONIO
DE
PINEDA
Y SU
VIAJE
MUNDIAL
59
Pine,da visitA ,el Cerro de Gua,dalupe con el Pa,dre José Antomo
Alzate, naturadista, que le acompaííó para ensefiarle la capilla de&calda a <la Virgen de Guadalupe y, además, algtmos fenóm,enos de
la naturalleza. Pine.da comentó que ka capilla era redonda, bien construí,da y costó más $de 101I mil pesos. Dijo que «dentr,o encierra un
gran nacimiento #d’eagua alccidula, ,qule sale en bor,bo’llones knpetuosos ; sabe un poco a híga,do ,de azufre y contiene bmucho aire fixo ;
pero no #estaconocìda con Ia ext,enci¿m que merece por sus virtudes
medicinales. ,El naicimiento tiene su pila <enf,orma ede pequeño pozo,
cercaIdo con una rexa ,de hi,erro, y su derrame va fuera de la Capilla,
en adonde formmauna pila. El público la bebe con devoción, aunque
la halla desabrida, popque la encuetitra en un lugar sagra,do... La
yglesia es pequeña, aunque mui bien adornada ; pero la Aparición
de la Sta. Ymagen al Ynldio Juan Diego (1%31) iestriba más en la
creencia *de los fi,eles que ten fundamentos histórkos». Luego, Pineda
y el Pafdr,e Alzate visitaron ila ermita estkblecida en la cumb8e del
cerro ‘de Tepeyac, lugar ‘de la a,pa.rición milagrosa. Pineda observá,
que «todos los alred,edores #deda escena que compren,de esta excursión, se adornan de lavas .de to,da ‘especie, igualmente de porfidos
Pechstein *de color ,de pe,deknal que emplean en México para hacer vidrio, como lasi mismo una cantera de Hidrofano lechoso, semipeluci,do,
que se hincha y se hace m&s transparente ,dent,ro d.el agua. Esta materia tan ‘rara y preciosa en otros países, abunda mu’cho, y no tiene estimación» (24).
En agosto de 1’791, Pineda envió a Valdés un sumario de sus alc&
dades en México, al mismo tiem,po que le felicrtaba por su ascenso a
Coronael Gra’dua’do ,de los Reales Ejércitos, y le dijo : «Por la Gazeta
de 10 (de J,unio próximo pasa,do y aviso que me anticipó este Sefíor
Virrey, tengo la noticia del grado de Coronel que S. M: me concedió
en cuyo favor gracioso de nuestr.o Soberano no ,dnda tenga .parte el
del influxo bdeV. E. que #durante la expedkión experimento constanbemente y assi le tributo las máis r~endidas gracias». Siguió la .carta
diciendo que «durante mi estada en esta Capital, que mañana dexaré
para transportarme a Guanajuato, pasando antes por varios reales de
minas y sitios que presentan curiosida%des,he recorrido tod.os 10s al-
(24) aExpedición al Cerro de Guadalupe
MS. 563, Archivo del Museo Naval, Madrid.
en compañía
de Don Josef Abaten,
rededores
de lMéz:ico, reconocido
los vokancs extinguidos
que rodean
-Su valle, subido hasta .los montes ,de nieve y reconocido
&de cerca el
Volcán del Fraile, que reconoceré
subiendo a el si el tiempo me al,canzare a mi buelta» (25).
Los hermanos Pineda, Luis Neé, Julián Wilar 9 dos artistas de la
RaI Academia
de México,
salieron e,:i 25 ,de agosto para recono’cer
las provincias
situadas al norte cde la capital. Pasando por las antigws
&ias
en San Juan Teotihuacán,
continuando
el viaje a Gempoala.
Desde aquel pueblo, ,donde vieron los famosos
arcos, siguieron
el
camino por Real del 3Ionte, Atotonilco,
ACtOpáll
Jr IXllli<lLli!pa!l
haata las minas de Zimapán. En Zimapán, Pineda investigó los métodos de
utilizar los metales Nde,corta ley, y marchó a Tecozlautla, para examinar
las aguas termales ,en las proximidades
del pueblo. A poca distancia
,de Querétaro,
el grupo tuvo la oportunida,d
de observar
la famosa
&&da,
que caía .entite LIIXI formación,
de magníficas
columnas
,de
basalto. ~Después de .una corta visita a la ciu,dad, los expedicionarios
ie ,dirigieron
a Guanajuato,
pasando por Acámbaro : Salvatierra
y
Sala-manca. Por fin ,llegaron al Res1 de Minas, uno de los más i,mportantes
del Virreinato.
En Guanajuato,
cumplía el objetivo esencial ,de su comisión : inspección ,de minas y sus construcciones
subterráneas comparándolas
con las minas que visitó cn Chile, P~erú y otras
regiones de Nueva España (26).
’ Al regresar
a ‘la capital, Pineda, puso en or.d@n los resuitado!s de
sus ,excursiones
y to,dos los informes
obteni,dos ,durante la es’cancia
.de la expedición en México. Para reconocer
lo más posible *del rikeinato,
proyectó su vuelta a Acapulco por la ciudad de Puebla. El
grupo salió ade México en noviembre,
y el pa,dre iflzäte los acomjkíó
hasta ,el pueblo ,de Amecameca
(27). Llegaron
al puerto de
AAcapulco en ,diciembre y se reunieron
con los otros, recién llega,dos
& las’costas
,de California,
a bordo de «2a Descubiaerta» .y «La Atreirida». LoS científicos
comprobar,on
sus investigaciones
y pr.eparaminerales,
animales
,disecados,
artefkron una remesa de plantas,
Zas; SrIilnljos y ensayos,‘ que querían enviar desde Acapnlco
a Ma. .’
(2.5.j
(26)
Real del
(27)
Ibid.
<Viaje desde México a f;uanajuato con rodeo por Zempoala
Monte», MS. :X3, Archivo del Museo Naval; Madrid.
Ibid.
Pachuca y
LAMINA
ArrlPa:
vista
(Grabados
del volcán
Chimbor%Ao.
de la colección
Bauzá;
Abajo:
Museo
la cascada
Naval,
de Querétaro
Madrid).
111
PASAPORTE
(Archivo
de
Manuscritos;
DE ANTONIO
PINEDA
Museo
Naval,
Madrid).
DOY
.4x~ox10
DE PISEDA
Y su
VIAJE
MWDIAL
61
drid (28). Malaspina dejó el encargo ,de la remesa a los oficiales d,$
pu<~rto y solicitó la vigilancia #deaConde .d,e Revilla Gigedo para ase?
gural-s,e de su entrega (29).
En SU ,diario, Malaspina escribió que Antonio de Pin,eda y sui
ayudantes «con una actividad incansable habían enriquecido sus acopios ‘de Jlistoria natural recorriendo unas cuatr,oci,entas leguas &
t,errenos varios, cuales son los que se ,extienden de Acapulco a México por Chilpancingo, Tixtla, el Río Azul, Real de Tasco y Cuernavaca ; des,de México hasta Guanajuato..’ ; habían además enriquecido Ja importante narra.ción de sus viajes con mwhas exp&
riencias físicas y con ,difer,entes vistas ,de perspectiva.s... ; ni se habían ,descui,da’do,en ,haicer una íIti comparación .sobr’e el beneficio 1&
las minas con las más selectas de Europa y con los métod,os adoptados en el Perú; todos objetos de la mayor importancia por la ver:
dadera ilustración nacional en una partie tan esencial ,de sus riquei
.I
zas» (30).
El 21 de *diciembre ‘de 1791 las corbetas se dieron a la mar para
proseguir rlas ‘expIoraciones en <ei Pací,fico. Visitaron primero la isla
de Guam y después se dirigieron a las Filipinas. Según una carta
de don Juan de Cuéllar, del Real Jardín Botánico de Madrid, escrita desde Manila, Pineda, Neé y Haenkc hicieron reconocimientos
por tierra desde la provincia de Albay hasta la capital. Luego Pi,
neda emprendió un viaje desde el sur de la laguna de Bay hasta
la Hacienda de Calván, para reconocer aquellos plantíos. Siguió
en la compafíía de Cuéllar a fin de observar las aguas termales
de Bay, y desde allí Pineda se dirigió a la mina del hierro de
Santa Inés, al noroeste ,de ‘dicha, laguna, mientras Cuéllar volvía a
la Hacienda. En este viaje, enfermó Pineda tan gravemente que fechas ,después moría víctima Ide su esfuerzo y sacrifici’o, pues no quisb
alterar su ,marcha y misión. La muerte le sorprendió ;en Ilocos :.
«Bajo de estos supuestos me parece propio ,de mi obligación notifi:
____
(28‘) «Noticia de la que comprende la actual remesa a Madrid de las
Descubierta y Atrevida», Acapulco, 20 de diciembre de l’iSl> MS. 583,
del Museo Naval, Madrid.
(29) ahlalaspina a Revilla Gigedon, Acapulco, 20 de diciembre de 1791,
Archivo del Museo h’aval, Madrid.
(30) MALA~PINA:
aDiario del Viaje alrededor del Mundo», MS. 753,
del Museo Naval, Madrid.
1.
:
Corbeta,s
Archivp
XS. 583,
Archivo
62
IRIS
HIGBIE
WILSON
caT a V. ;E,xc. que el 6 de julio de este año falleció en la provincia
de I:~OCOS el; referi,do D. Antonio
de Pine,da atribuyéndose
su temprana muerte a grandes insolaciones
que tomó para recorrer
en poco
tiempo cuanto le fuere posible» (31).
La carta dirigicda por Malaspina
al Goberna,dor
y Capitán General ade las I.slas Filipinas,
era fiel expresión
de los sentimientos
del Jefe de la expedición
sobre la muerte d,e su buen amigo, constituyendo un ren,di,do ho.menaje:
KM. Y. S. En un momento en el cual
la desgraciada
muert.e ,de,l Coronel
Dn. Ant0 ,de Pineda me re,pr,esentan como en una perspectiva
aata, pellaIda, y casi superior a mis
alcances, el cariñoso aprecio asia el .de un Monarca,
protector
de las
ciencias, bel dolor vivo de una patria agra,d,eci,da, la pkdida
<de una
familia esclareci,da y rica., la tristeza
,de SUS compafíeros,
testigos
hasta aquí de sus sacrificio,s
y qde su tesón para el #estudio .de la natural,eza y para el mayor brillo Ide la expe’dición, ,en este mismo molas aguas
mento, en Bel qual las, minas, los riscos casi inaccesibles,
minerales,
to,da, en fin, la hermosa variedad de objetos con que la
naturaleza
ha aenriqu,ecid,o estas islas, se presentan
triste,s a el re.dedor de la imagen fría del que murió para visitarlas,
y desplegarelas
a la vista atónita ‘de la NacBón, que las posee en este mo,mento finalmente, en el qual ,toldos los in’dividuos
de la expedición
se <preparan
tristes,
á invocar a su favor la bonda,d justkiem
,del Supremo
Hacedor ,de la natura,leza no estraGe V. ,S. que le solicite para participar con ellos ,de tamaño encargo, para aliviarles
más bien, si,endo
d intérprete
siquiera #d,e la aprovación
Soberana,
aun mérito
tan
,distin,guido.
Los Onores
de Armas,
son el único medio para esta
interpretación,
V. S. es arbitro de concederlos
la colonia los deve
a la memoria ,dse un vasallo esclarecido,
que se ha sacrifica’do
para
dar lustre y utili.da,d y <la razón aconseja segura,m,ente, que se prefi,era más bien que ~deprimirle, a un Militar
que cargado de laureles
adquiri,dos
en ,el Campo tde Martde, prefirió
ahora para el término
dq su vida ;ta fal’da !de unos montes inaccesibles
a la tranquila
demora en la ,Corte, a el suave cui,da,do de sus bienes paternos,
y finalmente a la actual demora en esta playa en donde le llamaban Y oy
Ilaman a cada instante
las voces amistosas
de .sus compañeros
y
(31)
de 1792,
aEscrito
legajo
de Juan
723, Manila,
de. Cuéllar
Archivo
a Antonio
Porliem,
Manila,
General
de Indias,
Sevilla.
24 de
octubre
DON
ANTONIO
DE
PINEDA
Y
SU VIAJE
MUNDIAL
.63
admimdores...
Las esequias se celebrarán maííana Lunes 16 a las
ocho de la ‘mariana en la iglesia bde San Ag-u&»
(32).
En sus memorias,
Malaspina,
escribió que inme~diatamente
después de las exequias se ocuparon los ,dos artistas de la expedición;
Juan Ravanet y Fernado Brambila,
(4 primero en representar con
la #mayor propiedad a la Nación que ,lo ha perdido el estremado larije
de este buen vasallo y el segundo a *diseñar y hacer el.evar en la
Huerta lde Malate propia dse la Real Compañía un Monumento
fúnebre que recuerde a la post&dad
.nuestra pér,dfda y nuestra,s 1%
grimas, la que dexó gravadas don Tadeo Haenke con la siguiente
inscripción latina :
Virtute.
Telluris.
Viscera.
Tribuno.
Militum
Pelagi.
Supremum.
Qui.
Hocce.
Oir-bis. Extrema.
Et. Laborum.
Obiit.
Calendas.
Patria.
Insigni.
Abyssor. Andmmque.
In.
Optimi.
Adiit.
Cacumina.
Lustrans..
Gravum.
Luconia.
Julii.
Praematuram.
Luget.
Armisque.
Indéf,esso. Scrutatori.
Itinerse.
Simul.
VI.
Bello.
Demum.
Arduo.
Vitae.
Diem.
Pine,da
In. Patriam.
Naturae.
Tri’ennii.
Antonio.
Philippinarum.
MDCCXII.
Mortem.
Luget.
Fauna. Luget.
Amici.
Posuere.
Monumentum»
(38).
La prematura muerte de don Antonio de Pineda fue una irreparable pér’dida, no sólo por ,lo que respecta al resto d,el viaje, sino quiz&.
principalmente
por el aprovechami,ento
ulterior de los materiales recogidos durante el mismo. Su hermano, el Teniente de Navío don
Arcadio ,de Pine’da, que se hizo cargo -de sus trabajos, no tenía la
(32) aEscrito de Malaspina al Gobernador y Capitán General de las Islas Filipinas,, Manila, 15 de julio de 1792, MS. 58.3, Archivo del Museo Naval, Madrid.
(33) aMemona de Alejandro Malaspinas, MS. 312, Archivo del Museo Naval,
Madrid.
44
IRIS
HIGBIE
WILSON
capacidad cientifica ni ;la suficiente experiencia para seguir los mismos pasos Ide un hombre tan bien califica,do como su hermano mayor. Después de la vuelta #deb ,expedición en 1794, Don Arcadio in-tentó conseguir Ba publicación ‘de los #diarios, láminas y descripcioti,es científicas <del difunto naturalista, pero lo encontró imposible (34). Hoy ‘día en los archivos de España qwda mucha información escrita por Pineda sobre múltiples aspectos ‘de los países en que
estuvo con la expedición #d,eMalaspina. Tal t,esoro documental espera
la mano .del hist,oria,dor que publique el brillante trabajo de aquel
digno militar del ,siglo XVIII. Así alcanzaría merecida fama el nom‘bre del Coronel don Antonio de Pineda.
(34) uPlan del Viaje del Coronel D. Antonio de Pineda hecho desde la Bahía
-de Cádiz por las Costas de ambas Américas, y después por las Yslas Marianas y
Philipinas, donde murió~, Madrid, 5 de agosto de 1795, MS. 94, Archivo del Mu-seo Naval, Madrid.
EL
SITIO
DE
por
JULIO
TARRAGONA
BELZA
Y RUIZ
DE LA
Comandante
de Infantería
EN
18
I
I
FUENTE
La deknsa (de Tarragona
‘durante la guerra de la In,deiell,,-Jencia,
siendo una página
brillantísima
de nuestra historia,
a,dornada con
las tintas lpolícromas sdel heroísmo,
la abneg-ación y el sacrificio
no
ha sido cumpiidamente
valorada,
ni ‘aun en la época de su ej,ecución, tad vez por estar ‘e11pa&lo so,bresaturado
y colma,da en d,emasía su capacidad a’dmirativa, ante <la in.discutible epopeya (de los sitios
de Zaragoza
y Gerona que lse precedían
en el ti,empo ; eran ya tres
.años de porfiado
batallar los que pesaban sobre la conciencia popular, y aunque la fe vivificadora
no se había perdido, era pasado el
momento
de los arrebatos,
de los grandes
entusiasmos
y de las
exaltaciones
patrióticas.
El hecho glorioso
ha dejado su constancia
en el panorama
urbanístico de la ciaudad, con su monumento,
sus Lápá,das y sus escenarios dd Llano de la Cat&ral,
de los fosos medio cegados y de los
fortines,
murallas y torreones
más o menos arruinados
; ha dejado
su testimonio
‘escrito en una bibliografía
,tan amplia y bien documenesta última circunstan*cia
taSda como ,dispersa, ,sá,endo pr,ecisamente
la que me ha movi,do a sintetizah cn la breve monografía
que sig-lte
?to*do el abundan~t~e mate,rial contenido,
no sóilo en Historias
Generalbes de la Guerra ,de la In,dependen.cia, cuya misma ia,mpJitu,d ha impedido a sus autores llegar a lo exhaustivo
de un solo episodio, sino
en multitud
de obras menores,
folletos,
opúsculos
y crónicas
las
cuales por ser unw veces coetáneas de los hechos y otras tarí poeo’ 86
paradas en ell tiempo de elllos, .careoen de la sedimentaciórì
necésari’á
-para asegurar la debida objetividad. Tampoco podemos encontrar ésta,
66
JCLIO
BELZA
Y RUIZ
DE
LA FUENTE
en los relatos d,e actores o testigos,
franceses
o espaiíoles,
lógica-mente cegados unos y otros por la pasión, de donde se sigue la nece6dad de una cierta revisión histórica
de muchas ,páginas 8e nuestra Guerra ,de la Independencia,
,donde si en el campo de ,la investigación poco ao nalda iqueda por {hacer, sí queda en cambio una amplia
labor de ordenación y síntesis de la abundantísima
bibliografía,
contradictoria
en su contenido y desde luego
difícil de encontrar,
por
tratarse ,de ‘ediciones raras y agotadas.
X modo de diario, trato de presenta;
al lector los dos meses trágicos vividos por Tarragona,
precedi,do este diario de un somero
es;tndio .de la situación y ,d,e los medios ‘disponibles por atacantes y sitiatdos.
,%TWiCIóN
GESERAL
Año 3.810. Fernando
VII se encuentra prisionero
en el destierro
y en SL~ trono José Bonaparte,
mientras que las tropas del Empcrador invaden la Península
Ibérica.
&ados
ii los espaííoles,
sino
La escuadra de los ingleses -no
a los enemigos de su adversarioejerce un efectivo dominio del
mar, facilitando
las comunicaciones
y el aprovisionamiento
de los
defensores
de la zona levantina,
teatro de operáciones
secundario.
Valencia, Tarragona,
L&-iida y Manresa
son los principales
.centros
de resiskncia
y por tanto objetivos c,odiciados ‘de Suchet, general en
jefe .del ,Ejército ~fr.ancés llamado ,de Aragón.
Este, en marzo, emprende la marcha desde Teruel y -4lcaííiz con la pretensión
de ganar
Valexia,
mas como a sus espddas
queda amenazadora
Tarragona,
sale el tam.bién general galo Augereau
,de Ja Ciu’da,d Condal, ‘en fingilda ,d&mosztración sobre la Imperial.
Ambos fracasan en su empresa, volviendo
a sus ,bas.es de Zaragoza
y Rarcetlona, ,entendi,endo
que sin cortar Bas comunicaciones
entre Vadenc,ia y Cátaluíía no se
puede emprender
la conquista lde aquélla.
A tal fin, es sitia,da Lérida y rendida tras un mes de defensa, pese
al. auxillio de O’Donnell,
venci,do ,en Mangalef.
Cae ‘después Mrequinema, comenzanldto cell bloqueo ,de Tortosa
con la ayuda ,de Macdonald, que baja de la alta Cataluíía
con unos lci.000 hombres,
los
-cuales sufren
dos serios d,escalabros
en La Bisbal y en Car,dona,
o.Qligando a M,acdonal*d a volver s0br.e sus pasos para pacificar
el
siquiera
en
precario,
nuevamente
&mpurdán
; conseguido
lo cual,
EL
SITIO
DE
TARR.ZCOX’A
EN 1811
67’
el Duque de Tarento
coopera al esfuerzo
Ide Suchet, con:quistando
Montblwh
y Mora.
El 2 lde enero d,e 1811 cae Tortosa,
tras un,a a’m.plia maniobra
que guardó gran si,militu,d, al menos en su conc,epción estrat&gica
con
la realizada por el Generallísi~mo al1 conquistar
Vínaroz
y cortax en, .
dos la zon,a enemiga.
Para jniciar con tranquilidad
la ca,mpa5a sobre Valencia sd10 qu&
‘daba el peligroso
bastión de ITarralgona, amenazando por la espalda
al ejército
conquistador
y albengan,do a la Junta ,de Insurr~ección:
del Principa,do. Contra ellla va ,directam8ent,e e,l francés,
comenzando.
por apoderarse
del fuerte de San Felipe ‘de Bala,guer, para extenderse ,desp&s c’osta arriba
por el Campo ade Tarragona
-Reus
indlusoen una corta campaña ,de cuatro mwes, y llegar el !día. 2 de
mayo a las inmedia.ciones de nuesitra Cúu!dad a la que cerca, in’iciándose eon ello el assdio.
EL
ENEMIGO
Y
SUS
MEDIOS
Luis Gabriel Suchet, veterano genera:1 ,d’e Napoleón
en su campalis de Italia, viene a España ,con los ochmo Culerpos de Ejército que
trajo el E,mperador después ,d.ela tderrota de Bai.lén, y lo vemos actuar
por primera vez en d segundo ‘sitio .de Zara’goza
al frente de una
División.
3’Ianda después el Tercer Cuerpo, con el que se muestra
como el más hábil caudillo
de las fuerzas invasoras, venciendo en María, .Belchite, San Juan de la Pefia y Xuestra Seííora del Tremedal. AI
recibir orden de emprender la con,quista de Valmencia d,ispon,eIde un
Ejército ,de 40.000 homb,res.
Contre,ras, clos fija en 40.000 infantes, de 6.000 a 8.000 jinetes,
100 piezas gruesas adeartilleería y el tren Ndesitio, cifras que #estánuti
tanto en contradicción con 108s20.000 ho,m,bres ‘que para GabhaI;dt,
integrahan ie81Ejkcito
,de Suchet y con los 9.000 que se citan en la
representación eleva,da .a las Cortmespor la Jknta Suprema. Es muy
pos&l,e que la masa presentada antseTarragona fuese de 20.000 goldados, y ‘que los 10 ó 12.000 más estuvieran ‘encargados de proteger
la retaguandia ,de ios sitiatdor,es y aseguras slus co,munica,ciones con
Lérida y Tortosa. De todas formas, es evidente la aleatoriedad de
ta.& cilfras, ya que .por una parte Gontr,eras -humapo
all fin’7 &1
cabo- ai ,elevar el número DDEatacantes procuraba la sobr,esti,maciófi
de sus méritos, bien notorios .sin tiás ni más, y de otro’ 8aidspima
junta. Civil, in f armasd 5 a veces por espías con más buena fe que capacida’d para calcular ,los ef,ectivos de un.a tropa, llo pue,de ser tampoco testigo de mayor solvencia.
- N~Oobstante a,dmitiremos
como muy posible los 40.000 hombres
con toda clase de elementos y un excelente tren de batir, y que de ellos
se dedicara la mitad al sprovisionamiento
y a asegurar las comunicaciones, organizando
los destinados
al sitio cn 27 batallones
(3 Divisiones con 9 Brigadas),
10 escuadrones con :l.óW jinetes, 2.000 artilieros para el servkio ‘de 120 piezas, zapa,dores-minadores, Sanidad
y tren Id,e bagajes.
Entre los generales subor,dinados a Suchet se contaban : Hab&, Ficatier, Montmarie, Harispe, Frére, Salme, I,aurency
y Palombini, ente otros. Es a,demás muy inter,esante señalar aquí ,que una
de las Divisiones estaba totalmente compuesta por soldados italianos, procedentes ,d,ellas .levas man8daIdashacer por e! Emperador, ,los
cuales, por cierto. fueron los que más se ,distinguieron por sbuferoci,dad y ,crímenes en los tres primeros días que siguieron al asalto.
Por lo pronto 1’0s sitialdores se <distribuyeron ‘de forma tal que
itodas las avenidas ide la ciuda,d quedaran cerradas por la parte de
tierra, objetivo conseguido a los tres días, tras vencer una seria resistencia en la parte ,d&l camlino a Barcelona, bien bati,da por los
fuegos ‘de las ,escuadras inglesa y espaííola mandadas por el Comodoro Codrington. Se proponían reducir después la línea de defensas
ext,eriores inmediatas a da Plaza, y caso ‘de no lograr da rendición o
capitulación ,que sería ofreci’da en buenas con,dioiones, se intentaria
&l Bsalto por la parte occi,den;tal, por s,er -como veremos más a’delafite- lay más vulnerable, dado la suavidad de su declive y no presentar ‘otro obstáculo ‘que el cauce lde un río ,de ‘débil corriente y escasa profundidad en su alveo.
La impugnación se realizaría d,e acuerldo con un plan, cuyo desarrollo correría a cargo ide, general Habert, a ,dispoGción ,del cual
se pon.drían .tres codumnas de tropas escogidas y <dosmás ‘de reserva. La primera, al mal!do ,d,el coronel Paú4 tendría la ,misión Ide franquear la breoha previamente abierta por la artillería, jtor,cer tdespués
a la iderecha, apoderándose de los baluartes de San Juan, Jesús Y
Cervantes, !hasta correrse a Ba puerta ‘de San Antonio, impidiendo
la sali,da ,d,e los ,defengoaes al mar. La segunda, a las ótrdenes <del
&mandante Felioi, Idebería mantenerse det’rás tde la primera, Plegar
a la brecha y al ser relevada <ee ella por la tercera, torcer a la izquierda, ocupar el barrio de la Rambla y subir a la Catedral,
EL
SITIO
DE
TARRAGOXA
Eti
181.1
6%
bu~c:~~ldo contacto
con la primer colu:ma. El coronel Ordioni, al frente de la tercer columna, recorrería
a la izquierda
los mwos
de $a
Ciudad, apoderündose
del bastión y puerta del Rosario, así como de
los fuertes Rot y San Pedro. La cuarta, mandada por el general Ficatier, constituiría
en el arrabal 1s primera
reserva.
La *quinta columna, dei general Montmsrie,
sería una Briga,da sde obserwción
compuesta por cinco columnas ‘de Batallón, que, a la izquierda de la
primer paralela en la parte exterior del recinto, llegado ,el momento
oportuno,
penetraría
por la puerta ‘del Rosario
para atacar por la
espalda 110s atrincheramientos
interiores.
El general
Harispe,
con
su‘; italianos
vigilaría el camino ‘de Barceilona. y haría alguna .demostración ,divergen’te. Todo ello con la premisa de conquistar
el arrabal
marítimo
des&ado
incluso militarmente
del conjunto
,d.efensivo de
la Plaza.
Ni ~LPZ decir tiene que el precedente plan, lo a,delantamo,s para
la mejor ordenación expositiva
y a fin de no interrumpir
luego el relato cronológico
del sitio, pero sólo fue conf,eccionado
a la vista
de los aco:lt,ecimientos
y de .acuerdo con las modaGda.des tácticas de
la campaña.
POLIORCÉTICA Y DEFENSORES
Por aquella época, contaba iTarragona
con 10.000 habitantes
repartidos
entre los dos núcileos urbanos : el lde la Ciuda.d antigua,
asentada sobre un promont~orio
rocoso sde 60 metros .de altura, cerrada por murallas y torreones
y el barrio marítimo,
junto al puerto. Constituían
ambas partes, un conjunto ‘de4ensivo poco d,efinido,
por no responder
a un pensamiento
uniforme .y homogéneo,
carecer
de mutua protección
y de la fortaleza
que los adelantos
artilleros
desde el comienzo
de la
exigían,
a pesar de 1as obras realizadas
guerra.
Afectaba
el cierre defensivo forma de paralelogramo,
elevado y
áspero al Norte,
abrupto
y de muy difícil acceso, prolongándose*
hasta el mar, ai Este, característica
persistente
en su lado meridional
frontero
a la costa, en tanto que al Oeste ,descendía en dedive suave hasta la margen izquierda ,del río Francorlí.
>
La ,puerta .de San Francisco
(en las proximidades
del actua:! InsItiftuto de Ens,eñanza Media) estaba defendida por el balua?te de lá
~0.0 la muralla del Rosario a 11.0largo ,del paseo
Noria, siguiendo .l~u~,
70
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE
LA &Xl’E
Arquee-lógico,
terminando
en la puerta de iguai nombre9 que contaba
con su correspondiente
baluarte
y continuando
Idespués su desarro510 por el Campo de Marte, con el trazado actual de todos conocido.
SegUían luego los baluartes de San Diego .que daban protección
a la
puerta de San Magín (hoy desaparecida),
La Merced y San Antonio
que protegía
la puerta de este nombre. Pasados el emplazamiento
de
-Santa Clara, y ,en donde hoy se inicia la Rambla ‘de San Carlos,
,junto al paseo ,del Mirador,
se abría Ia puerta ,de Santa ,Clara, ‘A
partir
de aquí el cinturón
militar
ha desaparecido
por completo,
embebida
su traza en la actual urbanización
y comprendida
en una
-línea ~sensiblemente parallela a 12. Ramb!a del tieneralísimo
; pero podemos reconstruirla
mentalmente,
situando el fuerte de Cervantes
en
‘el ángulo ‘que forma e11recinto frente al mar, y seguir Rambla abajo,
la cortina de C;erra:ltes,
fortín abaluartado
de JesUs, cortina de Jesús, puerta de San Juan, baluarte y cortina del mismo nombre y
baluarte de San -Pedro, cuya muralla enlazaba con el de la Koria,
que sirvió para dar cotnienzo al recorrido.
Al exterior
se alzaba otra Ilínea que bajando por lo que hoy es
calie del Asalto, comprendía
los baluartes de Santa Catalina, Santo
Domingo
de Orleáns,
a cuya espalda se alzaba el importante
fuerte
.clel Rey, continuaIdo por su luneta, su bakarte
y ‘cl ,de San Car;os,
donde se bifurcaba la defensa ; en un sentido por la Luneta del Príncipe, que, tras unas cortaduras
enlazaba con el fuerte del Francoli,
y,.en otra dirección,
nuevas y profundas
cortaduras
separaban las
pbras .dell mar.
. El frent,e Norte contaba,
además, ,con la eficaz protección
&J
fuektk &l Olivo, emplazado sobre una meseta ‘de 70 metros ,de alM-a, con un perímetro
de 500 metros, ldota.d,o de anchos y profun.dos
fõsos. 31 camino cubierto no estaba concluído, pero la gola contaba
&n la proteoción
,de una gakría
aspillerada
y muro empalizado ;
lenía, asi+mo,
#dOs puertas
o,bstruí’das por pequeños reductos
y
prarotegPdas por los fuegos Ide da. Pkza,
levantándose
en su interior
un ‘reducto cde tierra y empalizada, con cab’allser,o a,rmado ,de tres piezas
kasamatadas
de gran calibre, disponiendo
por último de 47 cañows metiorcs ; su guarnición
,era de l.OOQ hombres. Hacia el Nordeste,
a unos tres kilómetroPs
se alzaban los reductos
del Lorito y ErmhaGas, y más al Este el de la ,casa .del Arzobispo,
todos ell,os muy bien
situ&do.s Ip~o ad&biks y poco protegidos.
La ,guarnición,
aun cuando
fluctuó
su número
,durante
el sitio,
no
EL
SITIO
DE
TARRAGOSA
EN 1811
71
sobrepasó
íos 12.000 hombres,
totalmente
insuficientes
dadas la,s necesidades de las muchas obras p extensas líneas. Para cifrar esa guarnición podemos basarnos en lo escrito por Contreras
en SLI «Si,tio de
Tarragona»,
quien asegura
que al pro,ducirse
,el asalto eran lO.OQO
los (defensores y 6.000 los militares muertos sdurante to,do ell ase,dio,
lo que se confirma documentalmente
en la comunicación
dirigisda por
el Marqués
de Campoverde
a Contreras,
pidiéndole el embarque
de
3.000 hombres y contan,do con Jdejarje 6.000 en la Pilaza.
Del Ialdo francés tordos 110s datos son conltradictorios,
pues en e,l
paate ,dado por Suchet al Mayor General del Imperio,
Príncipe de
Neuchate!,
en 9 ,de julio, asegura .estar la guarnkión
constituída
por
18.000 hombres,
‘de 10s cuales -dic.e5.000 han sido mu,ertos o
ahogados,
10.000 hechos prisioneros
y 1.500 herild.os, mientras
que
cl parte publicasdo en la Gaceta de n/índrid de 19 jde juli,o; firmado
por el psopio Suchet y por su jefe de iE&do
Mayor Saint-Cir
Nug-u&, se afirma haber mat’ado en el asa,l,to a 4.000 h,ombres, skn’do
1.000 los muertos entre los fugitivos
del camino de Barcelona y 9.000
los prisioneros.
En re,sumen, ados ,documentos
,casi simultáneos
firmados por la misma persona dan tres cifras diferentes : 18.000, 16.500
y 14.000. Un e&do de prisioneros
firma.do por el Comisario
Ondenadar en Jefe de! Ejército,
Bour,deroud,
‘de f,echa 29 de junio, #da las siguientes ,canti&des : cuatro mariscales
y un brigadier,
492 jefes y
oficiales y 9.281 ,de tropa, inoluí,dos los 900 heridos cogi,dos en la
Catedral, 100 en el Patriarca
y 150 durante el asalto ; 9.700 en total,
que unidos a los muertos en la lucha final muy bien pudieran ser los
12.000 calculados por nosotros.
Estas tropas pertenecían
a ,los Regimientos
-de Infankría
,de AZmansa, Almería,
América,
Granada,
Iliberia,
Saboya, Santa Fé ‘y
Ultonia, algunos en cuadro y todos incompletos ; Granaderos
de Castilla la Nueva, 3.” de Cazadores ,de Valencia,
Voluntarios
de Zaragoza y de Gerona, dos Compañías de Tiradores
de Tarragona,
más
la Milicia Urbana
(netamente
tarraconense),
compuesta
de dos bata’llones (2.075 hombres) ; dos escua,drones
del Regimiento
,de Caballlería ,de De-Creff,
,dos batallones de Artillería
a pie, ‘dos baterías
a ,cabaill,o y tres compañías bde Arti’llería
(310 hsombres) &de la Milicia
Kkbana, sirviendo un tota!1 de 384 bocas de fuego, y ‘dos Compañías
de Ingenieros
y Zapaidorcs.
Es Capitán General tde Cataluña
don Luis María González’ de
Aguilar Torres de Navarra y Castro, Marqués de Campoverde,
Conde de Santa Gadea y Teniente General de los Reales Ejércitos,
el
72
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE
LA PUENTE
cual permanece en Tarra.gona hasta el 31 de mayo. Com80 Gobernador ,de ia Plaza y su Ca&n
figura el general don Juan Caro
hasta ila citaNdafecha, ,en ,que toma posesión de igud cargo el Mariscal #de Campo don Jauan Sen& ,de Contreras y Torres, cuyo nombre
quedaría para siempre adscrito a la defensa gloriosa de la ciudad.
El Estado Mayor lo formaban los coroneles Felgueras y Rassecourt ;.
como jefe de la Artillería el coronel don Jerónimo Scales y como mayor ed teniente coronerl don Joaquín Aznar.
All general Courten, se le asignó la Jefatura ‘del frent,e Nordeste y de ,I,os Suer*es exteriores ; a! brigadier Mesina, el frente Norte
y las mwallas que separaban la ciudad ,del arrabal marítimo, de cuyo
bastión fue .designamdojmefeel brigaldier Sardfi~eil~d.Segundo cabo ,de
la Plaza lo fue el coronel ,de Saboya, don José GonzMez de Aguilar,
hermano de4 capitán general. Apa,rte (de los citados j,efes veremos actuar, br?Ilantement,e por cierto, otros varios veni,dos después de iniciadas las operaciones ,de ‘defensa.
DIARIO
2
de
DE
UNA
EPOPEYA
muy0
.. Se presentan los franceses ante la Pelaza, tratando ,de cerrar to-40s los accesos. Los fusileros de la 4.“, 5.” y 6.” Compañías del 1.“’ Batal!ón ,d,e Almansa, con efe,ctivos ,de 400 hombres, guarnecen e1 fuerte del Francoli, y las mismas unidades del 2.” ocupan la Luneta del
Frínci,pe y los puestos avanzados #deI sector occidental, ,d.el que es
nombrado comandante el sargento mayos R.otten.
3 de mayo
.La Brigada Salme aparece frente a los atrincheramientos avanzados ,del Olivo, amenazándolos muy seriamente, y los caííones ,de
Tarragona saludan con salvas a 1’0sforasteros, inte,rponiendo SU fueko. er&re 10s que atacati y ‘1a.sreservas espafiolas que presurosas han
acu+ido a cont,enerlos causándoles una.s 200 bajas. Simultáneamenti la División italiana ,d& genera4 Pailombini, ataca los re’ductos Lorjto, Ermitaños y Casa .del Awobispo ; la sorpresa; el número y la
‘@berosa artillería, áestruyendo rápidamente la endeble fortificación,
hacen wt&il el. esfuerzo valeroso .de nuestros soIda,dos y aunque se
I
EL
SITIO
DE
TARRAGOXA
EN 1811
73
pierden las posrciones, sus ocupantes se repliegan a los atrincheramientos cercanos desde los que contienen al adversario.
4 de mayo
Continúa el combatse iniciasdo el .día anterior en las inmediaciones
del Lorito y Ermitaños. La escuadra anglo-española bate con sus
fuegos muy eficazmente aquella zona, impi.di,endo la progresión del
enemigo hacia el ,camino de Barcelona y el Bitoral.
5 de mayo
Se sigue luchando en el mismo sitio ,durante todo el día, en tanto que por e’l 0livo y el Francolí nuestras tropas hacen cuatro salidas, destruyendo las trincheras recién construídas por dos zapa*dores;
galos.
6 de mayo
Para distraei- a las reservas de Suchet, un Cuerpo de Migueletes
salidos de IManresa les ataca briosamente en las proximidades de Montblach, ocasi,onáadoles mbuchas bajas, aunque sin haber logrado por
complleto sus propósitos, y memprendien,dola retirada ,durante la noohe.
Los franceses desalojan nuestros atrincheramientos del Lori,to, cortando el acueducto que surtía a la Ciudad.
Comienza e,l francés a construir un gran redwto, cerca del mar y
a unos 1.200 metros del fuertce ‘del Franco%, sin que los fuegos de .ia
Plaza sean 180suficient,emente eficaces para impedirlo.
9 de ntayo
Los barcos inglleses ,cañonean aquellas obras, que ya han sida
armaIdas con ‘dos cañones $dea 24, los cuales ,entablan ~duelo con &
artillería de a bordo.
IO de mayo
Los proyectilles enemigos y el fuerte levante, o’bligan a los buques
a variar d.e fondeadero, ,permiti,endo ssí al enemigo continuar sus
trabajos con mayor libertad de acción. Campoverde desembarca coti
14
2,000 hombres procedenks de tlos restos ,d,el Ejéxito
de Figueras,
así <como culgún materiai d,e guerra, imprimiéndose mayor activida,d
a Ilas operaciones pero suscitá-dose, a la par, sensibl’es divergencias
eneFe el mando militar y la Junta .Supr,ema, la cual mediatiza con
sus
int,erferencias :a labor técnica de los llamados a realizarlla.
13 de mayo
‘Tras larga kcha se apo’deran los franceses de dos pequeños fuertes, construídos en unas eminmenciasfronteras all Olivo.
14 de mayo
Se monta una operación <de cierta importancia, saliendo simultáneamente al amanecer tres ,columnas ‘mandadas por e,l general San
Juan. Ochocientos soldados del Regimiento de América y 200 zapador,es, apoyándose en los fuegos de la escuadra, ,destruyen gran
parte de los trabajos ,rea!lizaldos por el ‘enemigo en la margen ,derecha del río, .mientras ‘que %porsu derecha, otra colnmna compuesta
por 600 hombres del Regimiento pdeAlmansa, un escuadrón de Caballería y dos piezas mandada por el capitán don Pedro Flores,
.@acan el reducto principal enemigo, que no cae por haber acudido con oportunidad en su socorro la División Habert. A la vez
sal,en del O’~;YO tr.es psqueñas columnas del Regimiento (de Almería,
que Jcon las banderas ide sus batallone,s en alto se lanzan sobre las
posiciones perdidas el ,día anterior ; ,el ene!migo acumula grandes
refuerzos y Los objetivos no pu&n
ser con.quista$dos, a pesar #delde&-&he ,de heroísmo ‘de nuestras tropas.
18 dte mayo
141rayar el ,día cruzan el Francolí, bajo el mando ,del general Fan
Juan> tres columnas dispuestas a ‘destruir los trabajos de trincheGa .emprendidos por los imperiales en la margen derecha #deI río,
para ,decenfilar ,de los fuegos <del Olivo 4as muchas ‘baterías que en
esta parte estaban levantan,do. Un total tde 5.000 Ihombres inbegraban nuestras fuerzas ; po,r la derecha el Regimiento de I,liberia, por
la izquierda los #deALmansa y Granada, sostenbdos po,r dos escuxlroaes de Cabakía,. y en el cenkro el Regimiento de América, con 250
i zapa8orrs y dos piezas de campana, llevando por misión la de reforzar
30s flarkcw y sostener luego la retirada.
.
EL
SITIO
DE
TARRGONA
EN 1811
75
Las vanguadias, en empuje incontenible, se lanzan sobre la trinch,esa, antiguo cauce ‘d!e una acequia que los zapadores destruyen
wlozmente, y a poco, el grueso se bate con saíía contra bos batallones que reforzados por un tercero, son destruídos por los nuestros. En los más recio d,e la {pelea, una mujer tarraconense, asiste
a los ‘heri,dos, reparte agua e inciluso [dispara <el fusil con el arrojo
de un autkntico héroe. Es Rosa Venas #de Lloberas, Rosa «la de1
Hostal», vecina ide la Rambla, .donde su marIdo ejmerceel ofiGo de
calesero, que incorpora su nombre al escalafón de kmbras legendalrias. Aquella noche al regresar entre so6dados cansinos,’ por to,do
LUZ día de bregar fuerte,
es vitoreada por sus convecinos. Su ejemplo cunde p en combates posteriores son muchas las mujeres que
a su igual, luchan en <primera línea.
Grandes refuerzos imperiales se embeben en el combate, hasta
obligar a los nuestros -a empr,ender ‘la retirada, tan bien ,dispuesta y
tan hábilmente ejecutada, que los franceses son atraídos hasta la zona
de acción eficaz <dela artiliería naval y de 4s P-laza, cuyas esplosiones l,es causan grandes pérdidas.
20
de
mayo
La guarnición del Olivo hace una salbda simultanea,da con otra
de 800 hombres .d,e la Plaza, en su mayoría pertenecientes al Regimiento ‘de Almansa, atacan,do respectivamente los aproches galos y
los reductos ,de (la iz~qu&xda ,del Lorito. Llegan al puert:o e4 bu!que
ingl& «Invencible» y la fragata espaÍ%ola «Prueba», a cuyo bor,do
viene el general ldon Juan Sen& de Contreras y Torres, e.1coronel
Eguaguiras y JO0 soldados procedentes de Mallorca. Contreras fue
un cu’lto militar, autor ,de varias obras, .que a<demás(de haber realizado un largo viaje de estudios por los principales países europeos,
ha tomasdo parte en diversas campañas.
2I
de
mayo
El general Sarsfield,
caber.
hace una ,diversión e&ratégici
sobre Al-
A,rman los franceses dos nuevas baterías ,de costa, que obligan
a la wxadra
inglesa a. retirarse .del puetto, a la vez que construyen $diversos ramales y para%e4asante ,el fuerte del Ollivo.
76
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE
LA
FUEXYTE
23 de mayo
Nuevamente atacan los Migueletes a Montblach, sin lograr otra
cosa ‘que sembrar la inquietud y producir bajas. Comienzan los franceses u.na nueva paralela solbre el Olivo.
24 de mayo
El en,emigo corona (las escarpaduras ,del Francolí, ten,diendo LIS
pueme ,d,e cfrcunstancias, armando dos baterías ‘de obuses y otras
dos de morteros, que enfiIan con sus fuegos e.1fuerte del Olivo, cuyas
obras próximas son ensan.chadas y fortifica.das al máximo. Toma el
mando de la Plaza el general Contreras, que a decir de los comisio-,
na,dos d,e ,la Junta Superior, don EsteIban Pagés, don J,osé Batlle y
don Antbonio Ro,dón, «parece ser sujeto de vastos conocimientos y
grande tailento».
,Continúan las sahdas para obligar al enemigo a suspender SUS
trabajos, y si bien con ellas se dificultan éstos, se les producen muertos
y heridos, se les toman prisioneros y se les coge armamento y material, elevando la moral de los d,efensores, no es menos cierto que
toedo ello se logra a costa <de.dollorosas pé&das
que van paulatinamente mermando nuestros efectivos y colmando los hospitales. Las
guarniciones del fuerte del Francolí y la Luneta del Príncipe sufren
los efectos del frecuente cañoneo, con los consiguientes deterioros y
bajas,
26 de mayo
El general Frere, con cinco batallones y 400 jinetes, ,dispersa los
destacamentos ,españoles que inquietan la retaguardia francesa.
27 dd w2ayo
Frente all Ol~ivo se monta una batería (de a 24, para hati,r en brecha ,el fuerte, cuya guarnición hace una impetuosa salida trabando
duro combate, en el que halla la muerte el general enemigo Salme.
28
I
de
mayo
Desde las primeras horas ,de la mafíana se inicia un violento duelo artillero entre las baterías francesas y las ,dd Olivo, queidando
EL
SITIO
DE
TARRAGOSA
ES 1811
desmontadas
algunas de nuestras piezas y arruinado
peto como el cab&llero del ángulo en~trante.
77
tanto
el para-
29 de mayo
A ‘las ocho de la noche desencadenan los ,franceses un ataque general contra las obras (exteriores
,del ‘re,cinto, sobre las que avanzan sus tropas. Las nuestra,s respon,den en&gicamente
; el fuego <de
cañón y fusilería se extiende por todas partes. En un intento ,de asalto a las cortaduras
de frente al puerto, los batallones de Almansa
y .de Sa,boya hacen prisionera a to’da una compafiía ,del 1.” de Li&ros.
No tar,da en decaer ell ~combate para concretarse
O.livo, ,donde se <deja sentir con ‘dureza. La guarnición
normalmente
es de 1.500
hombres,
es doblada esta
levar el Regimiento
de Ifiberia al de Almería.
Sus
de fuego, sus cortàduras,
aproches,
empalizadas
y
nante, crean en los defensores
una supervaloración
nabilidad, de la que bien pronto iban, por desgracia
en terrenos
(del
del fuerte, que
noche, por recincuenta bocas
situaci6n
domide su inexpuga desengafiarse.
Dos coiiumnas enemigas, (despu& de varios intentsos y cruentos
sacrifkios,
logran penetrar .en e,l recinto interior,
una por la gola y
otra por el acu,educto, que incomprensiblemeate
no había sido destruído.
Ya a punto cie ,retroc,eder, 500 nuevos hombres
impulsados
por el generai Ficatriz,
refuerzan
a los asaltantes
que se comportan
con auténtico heroísmo,
principalmente
los valientes voflteadores,
,que
con sus escalas coronan los muros
pese a la horrible mortandad.
Los
nuestros
rechazan la ,entrada en ,el recinto interior y en el caballero,
pero los franceses aumentan sin cesar, penetrando
por el acueducto
e incluso por ila puerta prin,cipail, ,mezcla,dos con las tropas españolas
del re.levo y creando una atroz confusión.
La lucha cobra caracteres
Cpicos, hacién,dolo al arma blanca en el ,extremo interior ‘de la parte
occidental y ,dsctdi,endo el triunfo la llegada del generarl Harispe,
al
frent.e ‘de po*derosísimas
reservas.
El mismo parte francés, coa sus cifras ,de 200 artilEer& muertos
al pie .de sus cañones y ,de “1.500 muertos
a bayonetazos,
constituye
sobrado
elogio para aqnellos patriotas.
El fuerte cha caí:do más peor
la confusión y la sorpresa que por el desánimo de los ekpañoles, SUperiores
a sus en’emigos, lde los que perecen niás lde 500. Los silpervivienbes pue,den acogerse a4 amparo lde ‘la Plaza, eri ctipa ‘puerta- del
Rosario
,el recién llega,do Cont,reras pasa toda la noche, tratando
de
78
proteger
la retirada
hecatombe.
JULIO
BELZA
Y RUIZ
sde las tropas
DE
LA
FUENTE
que se salvan
,de aqudla
inmensa
30 de mayo.
Por permanecer
oculto el enemigo se creyó abandonado el Olivo,
y para recu’perar:,o d coronel O’Ranan,
al frente de 1.500 hombres,
avanza en las primeras horas recibiendo intenso fuego los Reg-imkntos
de América,
Niberia y Voluntarios
,de Va,l:encia ~1 llegar a las
proximi4dades
,de la posisión.
Tras no pocas dificultades
han de retira.rse, para evitar el envolvimiento
de ,que les amenaza por un
flanco d general Laurcency. También en esta acción Sas mujeres tarraconenses
hacen .gala ,de SU car.idald y patri,otismo,
llevando agua
a los soldados y retirando a los heridos en primera línea y con desprecio td,e sus propias vidas. Resultan
tres solda.dos mwrtos
y 49 heridos, e.ntre ellos el coronel1 graduado ,don Pío Falcés.
El Capitán General marqués de Campoverde,
convoca un Consejo
de Guerra al que asisten los generales Caro, Courten,
Cabrer, Sarsfi&ad, el coronel inglés G,rt?en, el regklor,
el aubditor ,de Marina,
el
conde de Fonollá y el mariscal de campo Contreras,
estudiándose
detenildamente
la mdelica’da situación ‘que la caítda (de’1 Olivo crea en la
Plaza, y después ‘de oír *diversos pareoeres resuellve el marqués
se
encaz-gue de la ,def.ensa Contreras,
y ‘del Gobierno su pro,pio hermano, el coronel1 González ,d.e Aguilar,
no sin la justifkaida
resistencia
de .ContrSeras, que adega el ld,esconocimi,ento ,de tropas, mandos, habitantes y recursos,
aun cuando en el fondo los verldaderos
motivos
no pueden ser otros que los #de sab’er irremisiblemente
perdida la
Plaza.
31 de mayo
llevan,do en su Estado Mayor
Se va el marqués d,e Campover,de,
al general Caro y a 3.000 hombres,
con los que marchan también
ha queda,do relas famiiias principales
Idte4 vecinrdario. La guarnición
du&da a lo.@@) hombres,
pu,estos bajo el mando ‘de Contreras.
Con
a.boluta in,d,epenadeacia y perjuicio ,de la unida*d d:e acción, aquelda al
fren+e-d.e Ia División lla.malda de la Marina, en alque arrabal, el briga&r
SarsfieEd.
Hace ,Campoverde la lisonje,rs promesa de volver a los seis u Ocho
dias con un numeroso
Ejército,
con ,qu.e hacer levantar eil sitio a los
franceses, pese a lo cual queda Contreras
con muy pocas esperanzas
EL
SITIO
DE
TARRAGONA
EN 1811
74
de que tai oferta llegue a cumplirse
y con menos aún de po:der salvar 5 Tarragona,
débi! hasta .el extr.emo ,de haberla consbdera,do indefendible 110s propios enemigos, ~después de su conqukta.
Por la noche asientan los atacantes su 9.4 y 10.” baterías, en la
desemboca’dura
‘de.1 río, ,batien,do con sus fuegos el puerto y el fuerte
Francolí.
I de junio
Abren por la noch’e íos atacantes la primer paralela contra el drente elegido, a 300 metros del baluarte de Orleáns,
con un ramal â
retaguardia,
que Ilega hasta ,el ,puente de mad,era, anteriormente
toendi’do. Arti!llan baterías ,con seis cañones de a 24, para hacer brecha
en eil fuert,e Francofií, y ide costa, para alejar !los buques, y una bde
cuatro morteros,
a fin de bombardear
el fuerte y obras. Por ser vadeable #el Tío los atrinscheramientos
,de su orilla derecha se apoyan
en el flanco ‘derecho ,de la paralela, y para el izquierdo
co,mienzan
un reducto adelante ‘del1puente lde piedra, prote&ndolo
con una guarnición de 1.200 hombres, que rechazkor.
una salida nuestra.
Sigue el enemigo trabajan’do sen el fuerte <del Olivo, tratando de
impetdirlo nuestra artillería,
que llega a vo,larles dos repuestos Ide pó,lhasta las proximida~des
del
vora. Por la mañana sub,e una guerrilla
fuerte, sa,cando (de los almacenes del mismo 23 picos y cinco fusi&es.
Contreras
dirige una proclama
a sus kopas y al vecin.da,rio, inflama’da ,dte patriotismo
y dando una seguridad en ‘el éxito de la defensa,
no irían más
que estaba muy lejos Ide sentir ; sus ocultas aspiraciones
allá de prolong-ar
la defensa! para dar tiempo y hacer pagar cara
al enemig-o la ventaja que pudiera alcanzar, tomando excelentes medidas de gobierno.
3 de jtinio
Los ‘franceses
han comenzado
por la noche una zapa volante
apoiderándose,
ademAs, en brusca, acometi’da, Id,e rma pequeña flecha
d’e cien metro’s ‘del fuerte Francoilí, construyen8do
otro atrincheramiento hacia el Olivo. Plor nuestra pwte se realizan salidas y se d,esencadena un violento cañoneo, e,fe,ctuándose más de ,8,000 ,disparos. con @s
que no se consigue arruinar aquellas te,mib!es olbras.
80
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE LA
FUENTE
Contreras
oficia al Cabiil-do Cate#dral, invitándole
a acudir
tel de Pillat,os para contribuir
a la fabricación
‘de cartuchos,
pro,puesta se respon,de afirmativamente.
al cuara cuya
4 de junio
Termi.nan los franceses .el reducto ‘de la iz,quierda ‘en la primera paralela, empezando !la segunda bajo el fuego de nuestra artillería,
que
les ocasiona terribles pérdicdas, insuficientes
no ‘obstant,e, para hacerks <desistir ede su empello.
Un ofkio Ide la Jun,ta al Barón ‘de Eroles pone de manifiesbo la
desconfianza
con que fue acogildo el nuevo jefe ,de la Plaza, pi,diéndole. continúe en ei mando el mariscal Caro.
Adelanta SO metros el enemigo ; en la segunda paralela establece
la comunicación
con la primera y logra emplazar su artillería,
aún a
costa <denumerosas bajas.
6 de junio
Continúan .los imperiales sus baterías y trincheras. La prevención
de 3a Junta contra Cont:reras ha ,desapareci,do, sin ,duda por’que ‘en el
breve kempo que éste convive con ellos ha sabido captarse su con‘fianza. En una nueva comunicación al Cabilldo Catedral encarga
no se releve el p>recio de la carne y aun est&le.ce una tasa para a#quéllla.
.
Veinticinco piezas abren fuego sobre el fuerk ‘del Francolí, en el
qae a Ias seis gdela tarde eran ya practicabl,es las brechas, tanto en el
fuerte como ,en su cortina ; no,s ,han sido d’esmontaadassiete piezas,
&strGdos los revestimientos y arruinados los .parapetos. En vista
de tal situación, Contreras autoriza al coronel <deAlmansa para que
pro,ceda a evacuarbo, como así se hace a las siete sdIe;la tarde, ‘des&$
Ide uha jornada genla que se pier’den 200 hombres de ‘Almansa
7.24 artilleros de los 29 que servían los cañones, entre ellos SU jefe
e4 ‘teniente don Juan Barbaza. Retirados pertrechos, piezas, materid y p&lvora, sigilosamente, cr.e,en los franceses ocupa,da aún la fortaleza y a bs sdiez de la noche la asalltan, en cuyos instantes se hace
ãtolar una mina idispuesta al efec.to que ks causa enormes pérdiidas.
.
,d’
‘3
.,,
:
-.
,
..-
_
‘.
EL
SITIO
VE TARRAGONA
EX 1811
81
Una hora antes atacan el rastrillo de la Luneta del Príncipe, mandado
por el capitán ,de Almansa Gonzáilez Trigueros
que los rechaza vaIerosamene, secundado por su Camgañía y por to,da ,la guarnición Ide
la Luneta, mandada por <el teniente coronel don Miguel Subirachs.
A las $doc,e de la noche el enemigo se retira abandonan,do armas y
ca,dáveres. Han caído seis ninertos y dos suba’kernos con 16 soldados
heridos ; 4 capitán Trigueros,
tcon <cinco suba,lternos, son ascendidos al ,empleo inme’diato y el ,capellán ‘don León Martín es citado
como ‘distingui.do por sus pruebas ,de valor sereno, prestando los
auxilios bde su sagra’do ministerio
en meldio del fuego.
‘Don iEsteban Pagés, comisionado ,de la Junta de Tarragona,
sale
de la Plaza para informar a Campoverde Gde’ldifícil esta,do ~$4 sitio
y ,de la urgente necesi,dad ,de soNcorros; en la ,comunicación deil g-5
neral Contreras lde que es porta’dor, además ‘de señalar la debilisdad
y falta d.e método en .el conjunto fortificado,
se -dice que: «a pesar
del heroísmo con que vamos resistienido, no será i,mposibk
dexar
de swumbir,
pues las fuerzas humanas no pueden vencer impusiNes.= Yo ‘no pienso capitular y en ultim,o apuro hacer 110que toca
a un héroe...»
Después de la ocupación Adel f,uer’ce *del Francolí, la escuadra se
ve obligada a fon,dear a ‘otro dado ‘de la punta del Milagro
para ponerse a cubierto gd,e;la artill’ería enemiga, con lo que prkticamente
queda ia Plaza sin la prote,cción ,de los f,uegos mari,neros, :que tan
eficazmente batían de flanco el dispositivo de ataque río arriba.
8 de junio
Continúan trabajando en la segunda paralela, haciéndolo de día
a (la zapa llena y ,de ao,che a Ia volante ; mide aquélla unos 600 metros y está situada 100 a vanguardia
del recién perdido fuerte, SU
centro a 80 metros del camino cubierto de Orleáns, la derecha a 100
metros de la Luneta dei Príncipe, ‘y su izquierda en contacto con el
reducto principal y en comunicación con 4 puente $de piedra y con
la primer paralela. Hasta la tarde han estado sufriendo e4 fuego de
ntiestras baterías que muchas veces ha puesto en fuga a 10,s zapadores, pero al aatar.decer cesa torda actividaed artillera
dan& con ello motivo a que se confiaran por demás, y así salen 300 granaderos españoles al maado del Ayudante Mayor (don (Toribio Meo.ro, logrando
llegar con cautela hasta los atrincheramientos
y destrozar al enemigo que se batió bizarramente.
82
JULIO
BELZA
Y RUIZ
XIE
LA FUENTE
9 de junio
El secretario
Sabartes,
en escrito
reservado
al vocal de enlace
señor Segura, pide comunique la resolución sobre la cuestión del mando de Ia Plaza. Parece que es aconsejable
continúe aquí el genera1
Contreras,
no sólo en atención a los apuros de la situación, sino también tenien,do en cuenta el entusiasmo
y valor desplegado por ‘dicho
general.
IO
de jmio
La artillería imperial bombardea obstinadamente
el baluarte
Pa&,
cayendo algunas bombas sobre los emdificios próxim,os
sando vktimas
entre la población civil.
de San
y cau-
Empiezan los si:tiadores a trabajar
en la con,strwción
de tres ramales de trinchera,
hacia el Baluarte
de Orleáns,
Media Luna del
Rey y Luneta del Príncipe y en seis baterías, todo ello a costa de
gran,des pérdidmas, tanto por l,os fuegos sde la Plaza, como por las
s&das ,de su guarnición.
12 de junio
Tres mil hombres dirigidos
por el brigadier
Sarsfield,
mantienen
violento
choque con el ~enemigo <desde las once hasta las ados *de la
madrugada,
causándoles
un
gran destrozo en las baterías que desde
eI día anterior
se afanaban ,en alzar. Las bajas por una y otra parte
son muy elevadas; 3as propias consisten en 11 muertos y 43 heri’dos.
El capitán Villamiil al man’do. )d*e 3UO gransderos
y siguiendo instrucclones ,diredas ,de Contreras,
ataca las zanjas enemigas frent.e a la
Luneta del Rey, formando
a las dos de la masana en batalla, junto
al grlasis ; asalta la ,primer zanja a la bayoneita, hace Jo propio coil
h segunda, ‘corriéndose
hacia sus extremos,
tras lo cual y recibiendo ya fuego ‘por retagwrdia
oridena Ia retirada hacia la-poterna
‘de
la Cortina
Real, por ,el foso de la Noria. El enemigo pier.de un capitán, un teniente, muchos solda,dos, y prisi,oneros ; fusiles, mochiYlas, morriones,
etc. Nosotros
sufrimos
lla muerte de cuatro sol,da.dos
y las heridas ‘de *dos oficiales cdon Manuel Reyna y don José Quirós)
y de once sol.dados.
EL
SITIO
DE TARR:\GONA
EN 1811
8%
El genera! Contreras en ,curiosa comunicación a la Junta Supcrior, describe la situación ,desesqerada d.e >Tarragona y la forma dk
remeidiarla, que no sería otra que Za $d,ea’tacar al enemigo con fwrzas procedentes del, exterior, mientras al lo hacía lde frente, cogiéndo’lo así ,entr,e .dos fuegos.
Continílan los trabajos de dos franceses, bajo el fuego español que
les produce abwdantes ,bajas, especialmente jefes y oficiales de Artillería e Ingenieros. El duelo artillero, ininterrumpido, y las temerarias incursiones, tratan ‘de ‘destruir las obras enemigas que van
paulatinamente aproximándose al reducto espall’ol, ,el cual se d’esmorona en bo’quetes y sillares.
14 de junio
Llegan junto a la playa del Milagro, dos navíos, cuatro fragatas,
cuatro hriks y treinta transportes, con una División valenciana de
4.000 hombres al mando ,del general don José Miran,da, desenibarcando únBcamen+e unos 400 hombres, pertenecientes al 3.” Batallón
del Rsegimiento de Almansa, qu,e pasan a lde~fenlderla muralla y puerta de San Juan y a los fuertes de la Cruz y San Jerónimo.
15 de junio
Siguen los franceses aproximando sus zanjas, algunas ‘de las cuales ,están tan próximas ‘que se le puede tirar bombas, con 8 onzas
de pólvora. Se tiene la impresión de haber dado aquéllos comienzo a
algún trabajo de mina. Las dos paralelas han quedado unidas por un
camino cubierto y montadas cinco baterías más, con un total de 29
bocas d,e fuego.
La División MiranIda, ‘que tantas esperanzas hizo concebir, si
tras’la,da a Villanueva, para incorporarse en IgualaIda a3 Ejkrcifo. de
Campoverde, que en lo sucesivo contará con 9.500 infantes y 1.200
jinetes más los efectivos dé Eroles, Villamil y otros jefes. Por la tar-,
de se presentan fuerzas #de Cazedores ld,e Vslencia en la Lketa
d,&
Rey para relevar a las de Almansa, de las que habían perecido su teGente, ‘dos subtenienks, 80 soqldadosy los 19 art$lleros del destaca:
:.
b
m&t,&.
Y es que a ‘las acciones ofensivas que emprendían tiuestros solsda;
84
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE: LA
FUENTE
dos, contestaban ios franceses ‘con potente fuego de artillería,
&an idesmantelando
las defensas y mermando a los defensores.
que
16 de junio
Día el más aciago del asedio. Al amanecer, 54 piezas enemigas
de grueso calibre, rompen el fuego con municiones
h,uecas, baias
rasas y metrall,a, dirigi’do aespecialmente a los fuertes y población del
puerto produciendo graades incendios en casas y campamentos.
Los
fuertes de Orleáns, Príncipe y Rey sufren grandes desperfectos en
sus merlones y murallas, con brechas que, desde el anochecer, trata de
reparar una Compañía de ZNapa,dores. Hubo que lamentar la muerte
de 38 artilleros y 1a.s herbdas de 48, entre ellos ilos tenientes Ladrón
de Guevara y Solanes. A ‘Ia caída de la tarde, consiguen abrir brecha
en la «falsa braga» de la cara izquierda del baluarte de Orleáns.
A las (diez ,de la noche #dos ,fuertes columnas son %lanzadas al asalto,
una por (la gola cuya vigiflancia había sido descui,dada, y otra por
ia izquierlda. El 2.” DDEAlmansa, mandado por el tenimente cor,onel
dton Miguel Subirachs, se ,defiead,e bizawamente
con sus 400 hombres, de los que pierde 200. El sar,gento mayor don Marme Llau,der
tia f$rente ‘del 2.” sde Saboya, se sitúa ,en la batería <de San Carlos, y el
Regimiento
ide Ahnería en la (de San José, al pie *de c«yo
fuerte se
,halla el enemigo, ique Ilega a cortar las cuer’das #del pueme levadizo.
Los fuegos cruza’dos ,de ambos fuert,es hacen retro,ceder a los asal‘ltantes, que por Qres veces repiten el intento, si,endo finalmente
rechazaIdos con enormes pér,di,das, contán,dose entre ellas ila del comandante Javerssac, jefe del ataque. Al amanecer, los fosos y proximidades lde San José, están cubiertos ,de cadáveres. Nuestras piezas
han ihecho 1.3& tdisparos J la campana «Capona» señaló la caída ,de
1.660 poyectiles en 4a Ciuda*d.
17 de junio
El ,enemigo adelanta su zapa volante por el foso del lado \derecho
de 4a Luneta del Príncipe, empezanido la tercer paralela por la noche
y continuando
a ‘la zapa llena, contra la Media Luna del Rey y baluarte de Orleáns, por el qu,e llegan hasIta la contraescarpa.
Se reciben 200 ejemplares :de una proclama mandada editar por
la Junta, en .la qúe se trata de mermar la moral ‘de los combataienges knperides.
Se manda retirar los «vidrios» (cristaleras) de la Ca,tedml, a fin (de poder utilizar
sus amplias naves como hospitad, sin
EL
SITIO
DE
TARRAGOñA
EN
1811
85
peligro para los heridos .que a~llí han acogido, al crecer
tades de su evacuación a Villanueva,
Sitges y Palma.
las dificul-
18 de junio
Una accibn heroica a cargo del teniente Barbaza, tiene lugar durante la noche , cuando el enemigo empeza’ba a construir
una bajada
subterránea
al foso del baluarte de Orleáns, a lo largo de la contraescarpa.
Descolgó
el teniente ,dos cañones ligeros
hasta el foado
del foso, ,destrozando
a 110s zapadores franceses.
ry de junio
Reconocimiento
Carlos, ndelantando
trancés del foso que rodea
la baja,da al de Orleans.
el baluarte
de San
Campoverde,
en oficio de esta fecha, asegura
a Contreras
SU
pronto auxilio, indicándole la conveniencia de dejar salir al brigadier Rotten, para que tome el mando de una División.
20 de jlanio
Continúan los franceses avanzando por la brecha de la «falsa
braga» del baluarte de Orleáns hasta llegar a lo alto de ella. Por
nuestra parte se cañonean 40s parapetos y las tropas están preparadas para sostener un ataque inminente.
Al amanecer, las baterías francesas ,desencadenan un vioknto fuego sobre San Carlos, Orleáns, San José y Fuerte del Rey. A las
cinco de la tarde habían conseguido abrir brecha en el San CEOS,
el Orleáns y Za Me’dia Luna bdel Rey y Fuerte Real. Bombardeani
también el puerto y la Plaza, y el general Harispe hace unas demostraciones por el ‘camino ,dveBar,cdona para distraer nuestras reservas. A las siete ede la tarde, cinco columnas .dirigidas por Palombini, se lanzan al asalto ‘dc las brechas, cuando ya ,los cañones esta
ban reducidos al silencio y nuestros sobdados exhaustos por Ba fatiga de muchas horas ,de co,mbate. Las .dos primeras columnas ,se
dirigen contra Orleáns y la Media Luna ; envuelto el baluarte por
3a gola y después de haiber rechazado el asalto tres veces, se apoderan
de &l, *después*de haber sucumbido todos !os defensores.
‘. La ter,cera columna
se lanza contra San Carlos,
reforzada
por
la cuarta, que previamente
había ocupado un pequeño muelle inmediato. La .lucha .es terrible y cuan.do los ,defensores,
batidos por el
110
hacen
confundidos
con los impcnúimero, ,emprenden la r#e,tira’da,
riales ,en atroz cuerpo a cuerpo.
hizo
-’ Sarsfield,
jefe de este sector, en tan críticas circunstancias,
-entrega del mando al coronel don José Carles, en obediencia a órdenes ‘de Campoveride.
BI brigädier
V’elasco consigue
impedir la ocupacibn
de aquella
part.e, pero libre al fin de obstáculos
con !a conquista
del Fuerte
R,eal, el ene,migo se extiend,e por todo el arrabal *de la Marina, que
pronto
es pasto de las llamas y del saqueo. La escuadra inglesa,
fuego de n«los
efectos,
aumenta la
&ndo
bordadas
y o.rrojando
mortandad
que los invasores
causan en la indefensa población.
i. Gontreras,
.que ‘desde los primeros
momentos
se había instalado
en la muralla interior,
sobre la puerta de San Juan, c;Gso prevenir
el posible intento francés tde aprovechar
el momento en que los fugitivos penetrasen
en el relcinto para hacerlo con,fun’didos con los españioles, y al no poder abrirles las puertas ni protegerles
con sus
,fuegos,
les gritó
hasta hacerles
compren,der
sus intenciones.
D:e
gcuer,do
con ellas, el 1.” ‘de Saboya formó en batalla al pie ‘de las
i.
murallas,
,mi,entras Velasco reunien,do a tlos fugitivos
en igual1 sitio,
se revolvió contra sus segubdores ; el fuego de fusillería adquirió grandes pr,oporciones
y el enemigo se vio obliga’do a emprender
la retira,da ~desor~dena,damente. .E,n ila misma puerta de San Juan quedarpn
los’ cadáveres
de un capitán, un tambor
y varios
granaderos.
Un
jtotal sde 2.000 muertos y 160 :prisioneros
heridos fue el precio a que
@pagó el francés su temeraria
e impremeditada
acción.
I
Las fortificaciones
exteriores,
el arrabal y el puerto se habían
gerdildo,
ha,ciendo #desesperada la situación
de la Plaza. Desd,e Ias
do.ce de la noche hasta las tres de la madrugada,
entraron
unos 5.000
hombres procedentes
‘del Arrabal,
con el que se perldió un abundante
manantial
lde agua que brotaba ,en el aactual trozo Nde la calle [de aa
ùnión,
comprendido
entre alas ‘de R,eding y Gobernador
González.
-.
El parte de Contreras
a Campoverde,
a la vez -que participaba
la
desgraciada
pérdida sufrida, le anunciaba la irremediable
de la Ciudad
si en veinticuatro
horas ‘no le llegaba el auxilio tantas veces solicitado.
EL
SITIO
DI? ThRR.AGOSh
EN x8=
81
Durante
toda ía noche fueron llegando los desgraciados
vecinos
que pudieron escapar al Idesastre 9de tan trágica madrugada,
y e! enea fortificar
el terreno
conquistado:
migo comenzó seguidamente
baterías en el muelle para batir el fon’dea,dero ‘del MiIagr,o, una parale’a a 200 metros [de los baluartes ,de San Pablo y San Juan, y otras
baterías ‘de brecha ante la puerta sde San Juan.
Suchet envía un emisario intimando
a la rendición.
Contreras,
sin recibirlo,
ordena se le adiga que cualquier
otro parlamentario
será. recibi’do a tiros.
23 de junio
Campoverde
escribe desde Vilarrodona
a Contreras,
asegurándole que -mañana saldrán las tropas libertadoras,
divididas en dos
columnas ; una, desde Vilavella, atacará los campamentos
franceses
de Pallaresos
y Hostainou,
y otra, de reserva,
en Catllar, cubrirá
el flanco de ia primera.
A su lectura crecen los ánimos. Contreras
organiza un recinto interior con los edificios de la Rambla, que hace
aspillerar
cerrán,do!os con barrica,das, así como las calles adyacentes,
mi,entras toda la calle ,que,da flanqueaeda por los tiros ‘de un grueso
caííón semp!azado sobre la puerta <de Santa Clara o de Barcelona.
24
de jmio
Dos baterías francesas
baten con sus fuegos el muro existente
entre los baluartes de San Pablo y San Juan. Se realizan siete .sali&s,
casi íodas e’llas por la puerta del Rosario,
atacando las obras
.ene,migas al arma blanca y resultando
en estas acciones muertos un
subalterno
y ‘7 soldados,
y heridos
tres subalternos
y 15 soldados. A las cuatro de la tarde quadó sitiada en re,! ‘camino real tde Barcelona una División,
,compuesta por 4.000 hombres
man*dados’ por
Courten,
fraccionados
,en Idos columnas (Eguaguiras
y Rotten),
para
cooperar
a la acción ,de las fuerzas #de salvación, ‘que inínilmente fueron espera.das hasta bien entrada la noche. El ejército exterior
se
había limitado a realizar unos movimientos,
y el general Caro a evo;
luclonar con su Caballería por los alre,dedores, sin más ventajas para
la Ciudad.
88
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE LA FUENTE
25 de junio
En nueva comunicación
de Contreras
a la Junta Suprema, dice:
«No llegan los socorros,
está escaseando el agua y no será posible
la #d,efensa, tan pronto como el enemigo abra brecha, por carecer la
muralla de fosos y caminos cubiertos ; faltan brazos,
se acaba la
pólvora y el dinero, las vituallas por mar apenas si llegan, y en tales coadiciones,
cualgquier plaza por fuerte que sea, es perdi’da y más
Tarragona
que só4o tiene de fuerte la fama. Urge el socorro
que
en mi concepto no llegará...)).
Y tan seguro está de ello, que oficia
el Cabildo Catedral par2 que embarque y se deposite en ?Gallorca el.
tesoro, botín deseado por Suchet.
26 dc junio
Aparecen a la vista [de la Plaza varias naves inglesas con r.efuerzas y <material, a las órmdenes dd coronel Skerret,
quien desembarca y se avista con: el general, ‘pero a las pocas horas zarpan de nueVO rumbo a Ven&&.
Los franceses
adelantan sus trabajos
y construyen gra,das 80 esca,lones, para ‘que puedan salir las coilumnas de
asalto.
La Junta Superior
recibe una comunicación
de Baza, anunciándole han embarcado para ,defen,der Tarragona,
cuatro Compañías
de
Almansa y el Batallón de Tiradores
‘de Murcia.
27 de junio
Los propósitos
de3 enemigo quedan #de manifiesto.
Se
ata,car el í&imo recinto por su parte más ,débil, es ,decir, por
ie comprendido
entre los baluartes de San Pablo y San Juan,
de una gran iparalela y baterías con un tota.1 de 22 piezas,
pueden ser mo’lestadas xnte la falta ade artill~ería propia.
trata de
el frendotado
que no
Se completan
las .medidas toma’das con anteriorBda.d, tira&0
las
escaleras de todas Jas casas de la Rambla y levantand,o parapetos
aspillados
en todas las bocacalles que comunican
con la parte alta
de la Civdald.
Llega el Barón .de Erol,es, con el coronel de Estado Mayor Villa,
y se hacen ,cargo del precario estado de la defensa, d,espués #de reconocer el recint,o, prometiwdo
volver el ‘día 29 con 6.000 hombres.
Por la tarde llegan el conde O’Ronan,
con orden del Marqués
dé
EL
SITIO
DE
TARRAGONA
EIi
1811
SS
sacar 3.090 hombres, a cuyo efecto está formado el Regimiento de
Almería toda olanoche en las cercanías del l7uert.e sdela Reina para
embarcar, sin que acudan a recogerlos ; y como el enemigo trata de
instalar una poderosa batería para batir el frente desde los baluartes *de San Pab!o al de ,Cervantes, el mismo Regimiento en una vigorosa salida, les obliga a desistir de su empeño.
Por si las promesas adeauxiliar la Plaza quedan incumplidas, Contreras traza un arriesga,do pilan para salvar lla guarnición, abriéndose
paso entre el ejército sitiador, pasando a la derecha del Olivo remomanado el valle y llegando a Ven8drell. Para ell,o, y suponiendo
fundadamente que el asalto se producirá a las ocho de la noche, hab&
de comenzar la #evacuación un poco antes, formándose tres columnas,
mandasdaspor Rott’en. Courten y Eguaguiras, apoyado éste por 400
granaderos y protegi,do por la izquierda, ya en campo abierto, por
1.000 cazadores Se prevé la evacuación de heridos, el clavado de la
artillería y la yolaldura en los últimos moment,os de pólvora y municiones. Se apela finalment,e al humanlitarismo y a las leyes guerreras
en el logro ,de clemencia para la potrlación.
Llegamos al 28 de junio, último de un ,diario que contiene .el capítulo .d,e?martirio ,de LIR pueblo.
Al amanecer, abre fuego la artillería enemiga, siendo contestado
por !a Plaza; seis piezas de las destinadas a batir la brecha son desmontadas por los certeros disparos del Fuerte de San Pablo.
El ,día fatal había ‘llelga.do. EI a.dversario ,daría el asalto tan pronto
como la brecha fuese suficientemiente amplia. Esta Ibrecha estaba defenfdida por ,dos batallones d:e Voluntarios de CasMa la Nueva y el
Regimiento ,de Almería, que,dando el 2.” de Saboya en reserva ; desde
el Rosario a San Magín qwdaban cubriendo el frente otros ,batalllones : las fuerzas reestantes constituían la reserva general.
A las cuatro y media de la tarde, Contreras, en 3a Rambla, arenga
a los granaderos de Castilla que en número de 250 pasan a la brecha;
les siguen 900 hombres del Regimiento de Almería, enardecidos por
las palabras del General en Jefe.
Visto por el mando enemigo que la brecha permitía el paso de ocho
hombres ,de frente, y que la mayoría de los duegos que la batían de
flanco habían r;Pdo acallados, sin más excepción que tres’ piezas .del
90
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE
L.4 FUEXTE
baluarte
de San Juan, mandadas por el teniente don José Ramón
Dolz, ya herido, se deja oir la seííal convenida,
cuatro disparos
de
mortero,
‘que marcaban e;! comienzo (del asalto. El repuesto ‘del Fuer& ,de Cervantes explosiona,
muriendo 130 defensores.
Eran poco más ,de :las cinco cuaedo los asaltantes llegan a los escombros
‘de la rampa con fuerte moral, aunque sin orden, siendo re.cibidos con violento fuego de fusilería.
Los momentos
son tan difíciles, que Suchet ordena la intervención
de 1.200 hombres mandados
por Fkatier,
los cuales t.ambién en este segundo asalto son ,detenidos.
El momento
es impresionante.
Los granadieros
imperiales
marohan hacia su final definitivo,
y arriba los espanoles taponan con
-sus pechos el baquetón de la muralla. IJn oficial, don Juan de Argila
i Mora muere con sus hombres.
Nueva oleada de asalto llega casi hasta lo alto, sorteando
pleñones, escombros
y cadáveres, fmas por tercera vez se ren obiigados
a idesistir de su empeíío. Fkatier
se lanza en tromba con sus reservas, siendo irresistibie
el acoso de los franceses,
los cuales, tras coronar la brecha se desbordan por el interior en inenarrable
lucha con
los españoles, que se defienden al arma blanca, y extendiéndose
a derecha e izquierda
de la muralla,
asaltan los Baluartes
y las casas
vecinas, aspilleradas
antc la posibilidad
de una reacción.
Dispone
Contreras
.bajen a ‘Ia Rambla 2.000 hombres,
que refuercen la tropa ‘de Almansa,
con las Ique Eguaguiras
trata de ,detener a
los asaltantes,
retirándose
hasta el Portalet,
defen’dido por la MiliFis Provincial,
,que también se ve o?$igada a retroceder
hacia la bajada #de Misericordia,
junto a los d,e Almansa.
Mientras
tanto: los que ,desbordaron
la brecha por la izquier’da se
qpoderan
del baluarte de San Pablo y de la comunicación
de éste
con el recinto alto. Una vez en esta muralla, abren 10s zapaadores del
capitán .Vaccani la puerta del Rosario
y por ella entran los batajlories d,el general Xontmarie,
exten,diéndose
por todo el recinto,
sorprendEen,do a los españoles que lo .guar’dan, y atacando por .el fijanco y retaguaadia a los .deEensores ede ías casas y bocacalles de la Rambla. Trata Eguagukis
de que acuda en auxilio de estos puestos el
3.” Batallón
de Valencia,
de reserva
en San Magín,
pero ya no
Se encuentra
en SLI sitio. La conefusión ha comenzado.
El heroísmmo
colectivo y unánime pasó al in.dividual, a cargo #de los rn&s templados,
como un íultimo broche de la def,ensa.
Contreras
arenga al 1.” de Saboya ; desenvainando
los sables, él y
i los ,oficiales que le acompañan
logran en unión de grupos
dis-
EI. SITIO
nr:
TARRAGONA
EN
1811
9t
persas de Almería y Almansa que suben por la calle Mayor, rehacer
la defensa; el combate sigue y se escribe la última página de
la lucha en Tarragona, brillant,e y sublime. Y la muerte llega para
el 2.0 Cabo de la Plaza y 6~1 Goberna,dor, d Coronel González de Agui!ar, ed fieniente ;don Sebastián Pe:drell y Llune,ll, 61 subteniente don
RamOn Garell, y toda una legión de hombres que han escrito una de
las más brillantes páginas ‘de mlestra Historia.
Courten se había 1,anza’doal ‘campo con las tropas que tenía a SUS
órdenes, seguido por los grupos fugitivos que por San Antonio saltaban la muralla, tratando de abrirse PISO por el camino ,de Barcelona ; pero a ,mesdialegua una empalizada y corta.dura levantadas. por los
soldados de Haristi y defendida por 2.000 hombres, con tres piezas de
pequeíío calibre, recibieron a los nuestros con una descarga que fue
suficiente para decidir a dar la ser”lal de rendición, pidiendo se respetasen las vidas, n lo (íue accedió el jefe francés, pese a lo cual fueron
pasados a degüeilo.
En las calles ,donde aím no habían lle,gaclo los franceses, era enorme la confusión ; nadie obedecía a los mandos, pensando en buscar
una salvación que no encontraban. En la Catfedral se habían congrega,do miles de personas junto a los 900 heri.dos. Grupos m,anda.dos
por oficiales y enardeci,dos por su ejemplo defendían cualquier esquina, callejón 0 portal.
Cerca sd,ela puerta de San Magín, <espadaen mano, con el de%
rio heroico ,de los supremos instantes, ciego ya a toda reflexión,
el general Contreras se bate hasta caer muerto por el ‘dolor ,dle un
bayonetazo en el vientre; atin vería los primeros cuadros del drama
que las soberbias tropas imperia’.!es comenzab,an a componer.
Y así termina la defensa de la ciudad. Tarragona Lenía que apuì
rar el cáliz de su pasión y el vencedor tenía que cobrar la cuenta de
una resistencia. Tarragona no capituló ni supo de rendimientos incompatibles con su altanería ; sucumbió y ese fue el precio de su
gloria.
He aquí nuestras pérdid,as : Durante los cincuenta y seis &as del
sitio hubo 1.900 prisioneros, 3.200 heridos y 2.250 muertos. En el
asalto y saqueo, 6.300 prisioneros, 5.&50 heridos y 2.ÍOO muertos. De
resulta de heridas mwieron 1.900, siendo asesinados 750 y ahogados
300. Total, 8.200 prisioneros, 8.650 heridos y isiete wzil nove&+
tos muertos !
Las destrucciones fueron : 223 casas del arrabal del puerto y 236
de la ciudad totalmente arruinadas, y 556 die ambos barrios destruidas
.
92
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DM L.4 FUEWE
en parte. Además se arruinaron 16 conventos e iglesias, 10 edificios
Públicos, los muros y los baluartes ; a lo que habría que añadir la
pérdida de las mercancías del puerto y de las cosechas y el saqueo de
la Ciudad.
.Veamos gor 5timo Iel esfuerzo enemigo. Las operaciones del siPio requirieron:
la apertura de 10 kiilómetros de trincheras ; la construcción de 24 baterías ; el ten,dido de un puente ; 42.000 ‘disparos de
cañón ; abrir nueve brechas y ,dar cinco asaltos. T,as bajas sufri’das
fueron: un general (Salme) ; 14 coroneles jefes de Cuerpo ; 13 jefes
y oficiales de Estado Mayor ; 31 oficiales de Artillería ; 22 de Zapador,e6 ; 150 jefes y oficiales de Infantería y Caballería ; 11.000 entre
tropas de a. pie y a caballo ; 350 artilleros y 200 zapajdores. El prlecio
a que pagaron su empresa fue muy elevado y no podríamos por menos ade,hacer un canto a su heroísmo, si SLI proceder, tras Ba impugnación de Tarragona, no nos lo impidiera.
A las nueve de la noche hizo su entrada Swhet. El ctexemplo
terrible» ‘y «la destrucción de una Ciudad entera)) que ya el ,día 26,
preconizaba el flamante Mariscal, empezó a cumplirse. no bien we
extinguió el eco ,del último disparo.
Por las calles, cadáveres, heridos pisoteados por la Caballería,
un sacerdote arrojado a la hoguera ; un panadero asado en su propio horno ; esposas profanadas, doncellas violadas ; paisanos arrojados desde el campanario de la Catedral; martirios, robos, destrucciones.. . Toda !a gloria de Marengo y Austerlitz,
vino a repudiarse en Tarragona.
«Antes morir :que ren,dirse» fue la consigna dada por Contreras a
la Ciudad, y ‘Tarragona contestó con el grito de 16.000 héroes y
mártires, caídos, mirando a la eternidad, en un testimonio irrecusable de las gestas heroicas.
TERMINOLOGÍA
Aprochc.-‘Todo
género de forti,ficación empleado en el ataque de
una plaza o campo atrincherado.
AspiLlerada.-Provista
de aspilleras. (Aspillera : apertura pequefia en
Un muro o parapeto para poder disparar un arma individua!).
Bah.---Nos referimos en esta Monografia al proyectil jde Artillería,
esférico, dfe hierro macizo, disparado por cañones.
Bala rasn.+La que se pone sola en la boca de fuego y va dotada de
mayor vel.ocidad y ,mayor alcance.
EL
SITIO
DE
TARRAGONA
EN 1811
93
Baluarte.-Obra
saliente ,de las fortificaciones,
especialmente
en las
murallas y cerca ‘de las puertas.
B&ullón.-En
la época a que se refiere este trabajo, el Batallón francés estaba formado por 8 Crompañías, y el español por 6.
Bate&.-Por
entonces estaba dotada de seis a ocho piezas, servidas
por ektivos
análogos a los de una Compañía.
Bonzba.--Proyectil
esférico hueco, rell,eno de póllvora, que disparaban
por elevación 40s morteros.
Brigada.-En
la época, caSda División
constaba de dos Briga*das, a
,dos Regimientos
cada una.
Caballero .-Parte
elevada de la trinchera, para enfilar el camino CUbierto.
Com.p&ia.-Tanto
la francesa como la española tenía de 80 a 100
soldados.
Contl-aescarpa.-El
declive de la parte de muralla que está dentro
‘del foso.
Cortina.-El
lienzo de muraila situado entre baluarte y baluarte.
Dtiión.
--Compuesta ,de dos Brigadas y <dotada de Artihería;
sus
:efectivos os,cilaban entre los 6.000 y los 8.000 h.ombres.
Empstliza,da.-Valla
o fila de estacas puntiaigudas que se clavaban en
tierra para idefensa y aumento de la resistencia de trincheras,
parapetos o parajes fortif&dos.
Escwp,a.--lkclive
exterior .qtre forma la murdla ,de un fuerte.
Escwd~d.n.---+El francés tenía 170 jinetes, armados de .sable y pistola, menos los ,dragones que llevaban fusil. El español *constaba
,de 140 hombres montados.
Falsa braga.-Antemuro
bajo o segundo recinto de una plaza de armas, ,destinado a ,defender la muralla principal.
G&is.--Explanación
de pendiente suave que se hacía al borde de la
contraescarpa, a fin de evitar los ángulos muertos.
Gola.-Lugar
por donsdlese entraba al baluarte desde el interior de
una plaza y por ,extensión la parte trasera de toda fortificaci&.’
Lzdmeta.-P’equeño ,reducto construído en el foso, delante de’ ia cortina, en f,orma ,de ángulo saliente. También se construía len los
ángulos del camino cubierto.
Media Zaina.-Obra exterior parecida a la luneta, pero usada para-defender las puertas o los flancos de un baluarte.
Merlon .-Parte
de murdla o parapeto comprendida entre dos, ca&neras.
I%r&la.-Trinchera
con parapeto que se abre paralelamente a la
94
JULIO
BELZA
Y RUIZ
DE
LA FUENTE
pIaza sitiada. Se comunicaban unas con otras mediante un camino
cubierto.
Poliorcéticn.-Arte
,de sitiar y defender las plazas.
Rebellin.-Militarmente,
sinónimo ‘d,e media luna ; estaba desprendi;da de la ,fortifica,ción principal, con un ángulo flanqueado y ,dos
caras que se destinaba a #def,ender las cortinas, los flancos de los
baluartes y aun las propias medias lunas.
Regimieleto.-Tanto
los franceses como los españoles, tenían una organización parecida. Por lo que se refiere a los de Infant,ería, los
franceses tenían 5 Batallones de a G Compañías (4 d,e fusileros, una
ld,e granaderos y ot.ra *de cazadores), y los españoles 3 Batallon,es,
,de igual composición.
Los ,de CabaUlería, 4 escuadrones en ambos
bandos. Los de Artillería
francesa, que podían ser de a pie o de
a caballo, 20 ó 6 baterías, resp:ectivam,ente, ,de a 6 piezas cada una ;
los españoles, llamados Brigadas de División, gestaban compueskos
por 3 compañías a pie, una a caballo y otra de parque, a 6 piezas
cada una.
Sargento IMayor.--Jefe
que en ?os Regimientos
estaba ,encarga,do de la
instrucción,
disciplina,
cuenta y razón de4 Cuerpo, en funcion,es
análogas a las actuales del Mayor.
Segado
Ca b o .- Nombre <dado al segundo en mando ‘de una plaza o
sustituto del Gobernador de ella en stus ausencias.
Zapa 1berza.yRamal d:e trinchera para aproximarse a la plaza, ,cuando
el sitiador está tan cerca de ella, que por precisión tiene que sufrir
los fuegos de enfilada.
Zapa voknte.-La
que se construye con cestones lbenos de tierra.
A. L. (oficiali
,dres, 1814.
di cavalleria
italiani)
: Gl’ltaiiani
iqt Catalogna.
Lon-
ALEGRET,~ ADOLFO:
Histo&
dek sitio, defensa, asalto y evacwción
.,de Tarragona
en la gwewa de la Jndependencia.
Barcelona, 1911.
ANóNmo:
Sitio, asalto y saqueo de Tarragona
ew 1811 (Manuscrit’o).
ARcRïvO MUNICIPAL DE TARRAGONA : Libros de actas. Año 1816.
ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN: Junta Superior. Legajo 7.“, 1811.
ARCRIVO CATEDRAL (Varios ‘legajos). Tarragona.
EARÁDO, FRANCISCO : Museo M%tar. Barcelona, 1880.
BARAULT ROULLON: Le marechal Suchet duc d’Albufera.
París, 1854.
BAZÁN MEXDOZA, PEDRO : D&czwso sobre la toma de Tarragona
por
las tropas
fmncer,as.
Foll.
en 4.0.
EL
SITIO
DE TARRAGONA
ÉS 1811
5%
BELLI\IAS, J. : Journcam des sieges faits ou soutewes per les franpjs
dans 10 Penk~le
de 1807 a 1814. París, 18s1837 (val. III).
BLANCH, ADOLFO : Historia .d.e la Guerra de b Indiepem-lenck eni ek
a&guo Principado. Barcelona, 1861.
BOFARULL: H,isto&
Críhca de la Gtierra de la Indepe&en&a
,epl.
Cata8hña. Barcelona,
1.886-87.
CAMPOVERDE, GENERAL MARQUÉS DE: Contestación a vaTios puntos
injuriosos a In persona contenidos
en el pnpel que con el titulo
«La Tlindicta de su ho,nor», presentó a la nación española el General don Pedro Sarsficld. Valencia, 1814. Imp. Monfort,
foll. en 8.”
CURÓS, juAW: Iiepresewta,ción d,el Coronfel don Jua~ Ckwós, que;
contra él laizo cl Marqués de Campo Verde. Vich, 1812. Un foíl.
en 4.”
COSARP, PIERRE: Napoleón
en la Catalogna. París, 1910.
CONTRERAS,JUAN SEN& DE: Manifiesto
por el... (M. S.).
COSTRERAS, Jri,q SENÉS DE: Sitio de Tarragona,
pwblicado efl de-
fensa propia por el General D... Madrid,
1813.
CORET LLOVET Y PAGÉS: Historia de las con,spiraciones tramadas en
CataDuña contra los ejércitos franceses. Bar.celona, 1813.
COY COTONAT, AGUSTÍN: El Teniente General don Juan dkeSemén de
Contreras v de Torres. Tarragona,
1911..
COTRIXA FERRER, JosÉ: Servicios prestados por el Ctrevpo de Artilleha epz e2 sitio y defensa de Tawagona
e*z 1811. Mkdrid, 1912.
DESDEVISESmu DEZERT, G.: La Junta Szdperieure de Catalogna.
Pa-
rís, 1910.
DIARIO DEI, GOBIERNO DE CATAIX~A Y DE BARCELONAPOR LAS AUTORIDADES FRANCESAS.
D~~CUMLVTOS: Swnzarzk por Zn reqzdición de la Plaza de Tarragolzar
y dispersión del Ejército de CatnUí,n. Legajo 24 del Archivo Ge-
neral
ac Segovia.
EGUAGUIKKE, ANDRÉS, Coronel del Regimiento
de Infantería de Ba,dajoz: Swesos verdaderos del sitio y plaza de Tarragora8a. Va-
lencia. Imprenta
Patriótica
del Pueblo Soberano
cente Ferro. 1813. (Foll. en 4.” de 56 págs.).
Exposición
a caEgo #de Vi:
de la conducta que ha observado el Mariscal Marqués de
Campo Verde, Conde de Santa Gadea, en la época que tuvo el mando interino de Cataluña y noticias exactas de lo ocurrid!j en el sitio
de Tarragona.
Alicante,
1811. Imp.
Carratalá
(Foll.
en 8.O).
FERRER, RAIMUNDO : Barcelona cautiva. Barcelona,
1815.
GACETA DE LA REGENCTA: Diario deC sitio de Tawagonn. Madrid, 1812.
GÓMEZ DE ARTECHE, GENERAL: Guerra de la Independencia. Madrid,
1868-1903.
G&u Y MARTI, ESTANISLAO: Sitio de Tarragona ert 181&. «Meíklorl&
,de ArtiJlería». Serie 4.a, tomo XXIV.
HUYA, PEDRO: Noticias sobre Camecha y mimti cotocada’en la; ca@
,lla de San: Magh a-g,evacuw los franceses la ciudad d’e~Tarrkgona
por OE testigo presencial Dr. D... Tarragona,
181’7.
JUNTA SUPERIORDE CATALUÑA: Manifiesto de la A
so brc la pékdida
96
JULIO
de ,Tarrago~za
BF.LZA
y su resalta
Y RUIZ
DE
et2 el Primer
(un vol. de 102 págs. en 4.“).
JUNTA SUPERIOR DE ;CAVLUNA:, Gaceta
cipndo
LA FUEPITE
EjÉrcito.
M&tar
Sobona,
y Politica.
1811
del Pr&-
de Catabña..
JUNTA SUPERIOR DE CATAUJÑA: Archivo de la Corona de Aragórt. Legajo 7.“, 8.0, 9.”
LAFUEA-TE, MODESTO : iï’isto,-ia General de EspaGa. Tomos XV y XVI.
Madni,d, 1887.
MALDONADO: Historia
Política y Miliitar de b Guerra, de la Independencia en España contra Napoleón
Ronaparte
desde 1808 a 1814.
Madritd, 1833.
ME~IOKI,U, BF, ARTILLERÍA. CContiene datos curiosos dejados al morir, por el General Bar-baza.) Ma,drid 1868.
MOLA Y MARTÍNEZ, GENERAL: El sitio de Tnyragorta (Publicado en el
Diario de Barcelona en 1863).
MOREDA Y LLAuRADó, EMUO:
La Caledra de Twmgona.
Tarragona, 1905.
PITA ESPELOSÍX, FEDERICO: Sobre el sitio de Tawcrgolza por el Mariscal Sucket. (Publicado
en la ((Ilustración
Nacional».)
PRIEGO LÓPEZ, JUAN: La Gwna de la Independencia.
Ma,drid, 1947.
ROUSSEAU, F. : La carriere d% Marechal SucCtet. París, 1898.
REQUESENS, JosÉ IVI.*: Tarragona
dwante
la Guewa de Ea Inidependeka.
Tarragona,
1863 (lmp. dei «Diario». Un vol. de 102 págs.
en 4.7.
SALAS, JAVIER IX: El sitio de Twragotza por los fwtceses en ISU.
Barcelona, 1911.
@RVICIO HIsTóRICO MILITAR, ARCHIVO DEL: Inventario
hecho por ei
Primer Ejército de los efectos de guerra hallados en la plaza al
‘- ser abandona,da por el enemigo (Copia. Leg. II, Carpeta xX>.
SERVICIO HIST&RICO MIIITAR,
ARCHIVO DEL: Disposicicnes dadas pov
el Barón de Eroles para llevar a cabo el ataque a la plaza de larragana oczcpada por el enerkgo en 1811 (Copia. Leg. 1, Carpeta IV).
Bale&
de la Biblioteca
Ce?ztral MiliSERVICIO HISTÓRICO MILITAX:
RW. Ma,drid. 194551.
SERVICIO Ibrónrco
MILITAR, ARCHIVO DEL: Relación de los fuertes de la Unea tarracolzense
y estado ert que se encontraban
antes
del sitio, que empezó en 3 de mayo de 1811 y se rindió al enemigo el
26 de junio de 1811, a las seis de 2a tarde. Copia (Leg. II, Carpetta VH).
SERVICIO IiLIsTónIco
MILITAR:
Diccionario
BibZiogrQfäco
d,e Za Guewa de la Independerwk.
Madrid, 1944.
SERVICIO HISTÓRICO MILITAR : Colección histórica
docwnerstal
del
Fr&le.
Ma,dríd. 1944.
SUCHET: Memoires SUY mes kapagnes en Espagrte depuis 1808 ~US’M
1814. París, 3829.
TORENO, CONDE DE: Historia del levantamiento,
gtierra y revol&ón
.. .&e: EspaSa. Parí,, 1848.
El.
TESTIGO
OCULAR:
SITIO
DE TARRAGONA
Tawagona
sacrificada
97
EN 1811
en. sus Gnntereses y v$as por
la i%depetidenc&z de kl Naci~ón y libertad de szc ca&ivo
Fernando YII. Tarragona,
1816. &np. Miguel Puigrubi.
monarca
Un foll.
en 4.” de 82 págs.
VACAN:
Storia delle compagne e degli assedi degli italiani i% Spag-
na del 1808 al 1813. Milán, 1843.
VALICAUXT : Le siege die Tarragona
en 1811. ((Journa
Militaires»,
abril-septiembre.
París, 1900.
ZABALA, Pío: Historia de Espafia. Edad Contemporúnea,
(Vol. l?). Barcelona, 1930.
.des sci’encies
1808-1923
DOS ESTUDIOS
E.N LA GUERRA
por
l-EL
ESCUADRON
SOBRE
LAS GUERRILLAS
DE LA INDEPENDENCIA
NICOLAS
HORTA
RODRIGUE2
Teniente
Coronel
de Artillería
VOLANTE
DE
FERNANDO
VII
ANTECEDENTES
Una ,de las ponencias d,el II Congreso
Histórico
Internacional
de
la Guerra de la Independencia
y su época, celebrado en Zaragoza,
lleva por título «El Guerrillero
y su trascendencia»
(l), expresión
consecuente
a la neoesi,dad ,de una revisión total (2) .de aquella guerra nacioaal, en Ja que el estudio específico ,de la guerrilla ti.ene una
doMe imporltancia : com,o símbolo #del1alzamirento contra el invasor
y como realida#d ,d,e ‘eficaces re.sulta,do.s en una lucha a 1~ que :proporciona su rasgo más ‘definido y una buena parte de su kxito fina&; y,
de otro lado. como valor actual e,n tun muudo que espera angust?adiP
esa posible contienda en la que habrían ,de conjugarse
40s más audaces 5descubrimientos
científicos
con la táctica de las guerrillas,
Sstema primitivo
Nd,elucha <defensiva.
En 3a citada ponencia se eleva a la coaskderación
dlel Congreso
la necesidad,
tentre otras previas
al estudio :de las guerrillas,
,dé
una kcakalogación
,documental que ,dsebe buscarse
principalmente
en
los‘ k-chivos
espafioiles y fran’oeses, sin menospreciar
los de peque%
e,nti,da’d» .
.~_____
(1)
~+OLA~~O CósTA (FERNANDO)
: EC Guerrilleró
y SN t?‘aSCtV?dt?fiCia.
Institución
<Fernando
el Católico»
,(C. S. 1. C.),
de la Excma.
Diputación
Provincial de
Zaragoza.
1959.
(2)
PRIEGO
IhEz
(JUAN):
¿a. Guerra
& la Jadependencia
espeSola
eti el
marco
de la kktoria
europea
de su kpoka.
Revista
KEjérkito,,
números
240 y S%S.
(enero
y febrero
‘de 1960~.
100
h’ICOLÁS
HORTA
RODRÍGUEZ
Acogido quien es&. es’cribe, a una part,e Ide la más modesta pretensión ‘del interesante
empeño, int*enta *dar a conocer, anotaNdos,
unos do,cumentos ique nos hablan del «Escua,dró,n Volante de Pernando VII»,
unidad guenrillera de tipo que podemos considerar medio.
Nao se trata ,de una (de esas partidas grandes que, como las &3 Empecinado,
Mina, ‘don Julián Sánchez, etc., fueron en su evolución
asimilándose
a Divisiones del ejercito ,regular, ni ,tampoco de una de
las muchas Ique tuvieron una vi,da efímera y actuaron de un mo.do tan
independiente
y desorganizado
y, a veces, con un pasivo ,de delitos
y violencias tan considerable,
que más pueade juzgárselas como virulentas ma,niifestaciones (de la ira popuilar, justamente desatada ante la
invasión y sus execrables crímenes, que como efectiva contribución
a una lucha cuyo éxito final fue el resultado ,de la combinación,
a veces meditada y espontánea en ocasiones, de dos modos de hacer la guerra que mutuamente
se compleme.ntaãon.
No insistimos,
sin embargo, y pasemos seguidamente
a la consideraoión ‘de 110s-documentos ailudidos, que se transcriben al final, anotando aquí lo impr,escinjdible.
Ambiente,
a.ccio,nes guerrilleras
(aisladas o en conexión con las fuerzas regulares), conflktos
entre guerrilleros y entre ésto.s y 110s mandos militares,
,etc., pueden ,ser objet,0 ,de otros trabajos *que tendrán también su base ,documental in&
dita.
Los documentos
a que hacemos referencia, son <del año 1810 y
primeros m*eses de 1811, tiempo en el que se comprende el período
de tiayor significación
histórica ,de nuestra guerra de la Independencia. 1810 se caracteriza, en efecto, por el gra.n esfuerzo que desarrollaron
110s invasores para terminar
la guer,ra ; es el año .de fa
triunfante invasión de An,dalucía por José Bonaparte ; es, sobre todo,
cuando se inicia la fracasada expedkión
de Masse.na que, en el ánimo
de Napoleón,
iba a significar la derrota ‘del ,contingente ingl& en la
Península ; y, por ot’ra pa.&e, es el año en que comienza la sublevaci& #de ~10s Dominios de América y en el que la pintoresca asamblea
d,el ,«paraíso .gaditano», mientras en el Gesto del suelo pattio no e,s
posible casi ni respirar, se reúne para elaborar la felicitdad de los espafíoles siti la posib%dad, siquiera, ‘de conocer la opinión de P,os futuros benefioiarios.
.de for1811 que es, en el aspecto táctico, año ‘de estabilización,
cejeo, presenta una fisonomía 9difkil Ide precisar en traz,os qenci’llos,
y viene a enlazar con el siguiente por la expedkión
,de %chet con-
LAS
GUERRILLAS
EX
LA GUERRA
DE LA
INDBPENDEh’CIA
101
tra Valencia, ciudald que capitula el 9 ,de enero de 1812. Constiltuye
éste el último &xito de alguna importancia
alcanzado por las armas
francesas
en 8spaíía.
FUERZAS
La primera referencia .documental sobrce la organización
,de la partida (cupo texto completo no se reproduce
en este trabajo por referirse en su casi totalidad a otros temas), nos la ,da su mismo comanda.nte, quien, al relatar luna acción mantenida el.14 ,de abril <de 1810,
dice : «... Partida compuesta
,de ochenta lan,ceros de a caballo y
veinte infantes...».
Esta cifra de cien es inferior,
desde ‘luego, a I&s
qne veremos
a continuación,
pero da ya una i.dea de la guerrilla,
pues dicho comandante
habla ,de los ef’ectivos e:n el momento de la
acción y hay que ‘descontar, por tanto, las na,turales bajas anteriores
y un corto número de los que pud!iéramos consi,derar como int’egran,;e ‘de una pequeña plana mayor no siempre combatie6te.
Ya en los primeros
días <de mayo idel mismo año de 1810, el documento que reproducimos
con el número 1, da como efectivos
de
la parti,da un total d,e ciento cuarenta y siete, que son el mímero zde
chaquetas, pantalone’s y chalacos que se cor”Lan para la tropa, incluídos los sargentos
y excluídos ceguramente
tres ca,detes que por entmonces figuraban
también como «partBdarios)),
a los que, sin embargo, ‘se proporciona
maleta, morral para ceba,da y morral de campaña, pues el número ‘de cada uno de estos efectos asciend,e a ciento
cincuenta.
Observemos
que el nilmero
de capas confec.cionadas
e’s
de ochenta, pr,en,da que se destina a los efectivos
montados
,de la
pa,tiida. Tenemos que, con toda segurPda,d, el «Es8cua,drón Volante
d.e Fernanldo VII» se componía en. la fecha citada de ciento cincuenta hombres (sargentos,
tropa y ca,detes), de los cuales ochenta erati
plazas montada-s.
Hay constancia
,d,ocumental también de que posteriormente
al 15
de mayo de dicho aíío, y tras unas acciones sosteniidas en Puerto Lápice, la pwti,da se %encontraba «basta.nte fatigajda y con precisión
de
ablgún Cdescanso», perío,do ,de calma al que debemos el dtowmento
numero
2, fundamentA
para. coaocer
la organización
del ((Escuadrón» y todos los extremos
relativos
21 tema de este artículo.
Por
lo :que hace concretamente
referewia
a los efectivos,
hemos &duoido de él el siguiente
resumen.
completado
en pequeños extremqs
por el conjunto ,de In d/ocumentación :
w
NICOLiS
NORTA
RODRiGUK?
----Mando (1) .., ._. ,._ ,,.
18 Compañía
__.
2.a Compañía . ..
3.a Compañía
.
1
-
1
11
1
1
1
4
1
3
._.
1
13
(1) Probablemente
faltan aquí
las relaciones que se reproducen
(2) Pueden ser estimados con
(3) Incluidos en tropa por la
---_
1 2 3
1 2 3
-~--.
ll
í
-
2 2 1 21
2
2
2 2
---~--.-------
112"
-----
Total
---
3 G 9
1 16
3. 21
-_20
-46
26
47
21
47
6 6 3 .SS Gi
140
y Ayudante?),
pues
dos oficiales (¿Secretario
se refieren sólo a las compañías.
Iconsideración de oficiales.
colocación de sus nombres en las relaciones.
varkión
de
Desde lu,ego ,que la guerrilla, aparte #de ,la natural
efectivos ,por bajas, tiene como característica fundam~entxl la de su
fluctuación
casi constante
en cuanto
a número
de 110scomponentes.
El ,español resulta
si.empre más belicista
que militar.
Este rasgo nacional, unido a la .dispersió,n de los ejércitos regulares (que antes,
& Bailén, creyeron poder llegar a la victoria final dentro ‘de la ortodoxia castrense), a los excesos cometidos por los invasores y, especialmente, a la impulsión ,del alza,miento ,nacional emanado ade lay
J,untas, órganos político,s populares (3), que hubieron ,de adueña~rse
del po,der abandonado por las autoridades y la clase dirigeate... fueron, entre. otras varias, *lascausas ‘que orig-inaron las guerrillas y las
dieron a lo largo ,de la conti.en,da esa extrema flexibilidad en su composkión. Resultaba así d ccestado d,e fuerza» de ca,da una, reflejo
de los progresos y retrocesos de la invasión, de da idiosincrasia de
-10s naturales .de la región ocupa,da o amenazada y tambiécn ,de la con-du,cta más o menos violenta ,de las tropas francesas. Sin co.ntar ~011
Que ‘el .cambiante criterio de 30s mando.s militares, buscando unas
veces la colaboración d.e las guerrillas. rechazándolas otras abierta(3)
a las
De la Junta
guerrillas:
Cuadrillas
Central
el escrito
y cl decreto
emanaron
tres importantes
de 6 de junio
del Corso Terrestre.
de 1808,
el
disposiciones
Reglamento
de
referentes
Partidas
y
LAS GUERRILL.AS
EN LA GUERRA
DE LA INDEPENDENCIA
103
mente y someti&dol*
.con frecuencia
a normas rígidas poco Wor&s con su naturaleza,
influía en el alza y baja ,de su moral y de ws
efectivos
(4),
Tado ello, por lo que se refiere al número de individuos
de” cada
la
clave
#de
la
.dosificación
capartbda. En cuanto a la organización,
ballería-infantería,
la *da el mayor o menor número de caballos Mes
o que se puede alimentar, grave problema éste en unos años en que
el hambre amenazaba a España. Sabido es, en efecto, que, en general, las guerrillas
o partidas llevaban hombres que combatían a cab+.
reglamenta110 y hombres que combatían a pie. Ya en la primitiva
ción de las «Partidas y Cuadrillas»,
emanada de la Junta Central 61
28 de diciembre de JSOS (5), se dice en stl regla primera-:
«Cada
Partida constará de cincuenta hombres de a caballo, poco más o menos, y de otros tantos á pie que montarán a la grupa en caso necesario». A este rudimentario
principio de organización,
contando con
la flexibilidad
alue le es propia, se ajusta la fuerza de la guerrilla
-que estudiamos,
pues, como hemos visto, aparte de los oficiales, sargentos, cabos y cadetes, el numero de lanceros es de cincuenta y ocho,
y el de infantes sesenta y siete. Apuntamos
la coincidencia,
en contraste con la afirmación, corriente
de los historiadores
de la guerra
de la Independencia,
dando como indiscutible que el citado reglamento, así como el posterior
Decreto del ((Corso terrestre»
de 17 de abril
de 1809, «documento clave» (6) en cuanto a las relaciones de las guerrillas y el Poder Central, fueron poco menos que letra muerta.
--(4)
Como
prueba
de uno de los extremos
criterios
dc los mandos
militares,
Teproducimos
el documento
número
3, en contraste
con multitud
de órdenes
a las
guerrillas
que esisten
en la documentación
que poseemos.
(.5) Esta es la primera
reglamentación
de las guerrillas.
que puede
Verse en
RODRÍGUEZ
SOL&:
Los
gw?willeros
de 1808, tomo
1, páginas
26 y siguientes
del
cuaderno
IV. Tiene
su antecedente
en el escrito
que la Junta Central,
luego
&e
haber
declarado
la guerra
a Napoleón
el 6 de junio
de 1Q68 ,(fe&a.
de los eo?bates del Xruch
y Valdepeñas,
primeros
encuentros
ccnsiderables
de lucha
irregulm)
dirigió
al país, cten el cual indicó
las medidas
que era necesario
adoptar
para
combatir
‘con fruto
31 enemigo.
aconsejando
euitar
acciones~ generales.
&ometer
a 10s Icontrarios
por
medio
de partidas
sueltas.
etc.»
(Príncipe,
Miguel
Agustín:
Historia
del EeaaTLtamie&o,
guerra
y revolwz’óri.
de España,
toma
Ii.
M.adrid.
1852, pág. 134).
.’
(6)
SOLANO
COSTA
(FEIWWDO)
: Conferencia
I-as
gzrevrillas,
del ciclo
La
Gmw-a
de la Iwdepezdeba
española
y los sitios
de Zaragoza,
Univer&d
y
.Ayuntamiento
de Zaragoza,
1958,
página
415. En esta página
y la sigúiente
_.
{nota 32) SC da en forma extractada
la citada disposición
$04
YICOLÁS
HORTA
RODRÍGUEZ
_,.. Las fluct~uaciones en los efectivos son, en nuestro «Escuadrón)), a
--eces importantes,
a pesar de esa manifiesta ten’dencia a ajustarse al
«programa oficial)). Consta que en 26 dre julio *de 1810, su comandante
se ofrece a una kterminada
autoridad militar,
con los (<doscientos
cincuenta» ,h,ombres que componen su parti,da. Y es interesante anotar que el aumento es ,de fecha posterior a un período muy activo de
operaciones de la guerrilla,
por lo que no tendría nada *de extraño
que, como en otra ocasión que consta ~documeatalmente,
se hubiese
autorizad.0 a su. comandante para «levantar el paisanaje» a lo lar,go
del itinerario
,de sus correrías, poder que, de hecho, tenían las guerrillas asignado con caracter indefinido.
De 23 $d,e(agosto del mismo 1810’, hay not,icias de que la guerrilla
tiene «seis subalternos, Ayudante y Secretario», lo que Ida un n&mero
de los propiamente
oficiales mayor que el documento número 1, a,caso por la falta qu,e anotamos en -las observaciones del cuadro-resumen,
Sabemos ctambién que en 11 ‘die octubre del repeti,do año, el General en Jefe del Ejército del Centro, aprueba el «arreglo)) de la partida
hecho por uno de sus subordinados,
con la sola exclusión ,de los cadetes que figuraban en ella, y manIda «que pasen inme,diatamente
a la
oiudad de Murcia a presentarse en la Acamdemia que hay allí para que
se instruyan como #deben y puedan conseguir aseenso. Lo que les
hará Vd. saber -agregapara que lo cumplan in.dispensablemente».
Existe también ent,re los &documentos que nos ocupan, un pasaporte de fecha 26 de noviembre de 1810, en el que se da la composición $del escuadrón titulaSdo «Volante #de Fer.nan.do VII»,
constitüíado por «siete oficiales, un capellán, un cirujano, nueve sargentos
y ciento treinta y ocho cabos y sol,da*dos, los más montados y entre
ellos algunos paisanos». Se ha vuelt.0, pues, a los efectivos totales
que podemos consi;derar habituales, y es ,digno de señalarse ese número de skte oficiales, la exacta coincidencia
d,e los nueve sargentos, el total de cabos y soldados análogo al del documento
númeio 4, que aunque de fecha 2 ‘de ‘dkiembre de 1810 se refiere a hec,hos
de septiembre !del mismo año, nos da, por deducción de los nniformes correspondientes,
ckn plazas montadas y treinta de infantería.
El equilibrio
casi absoluto que existía (documento número 2) entre
cambatientes a caballo y combatientes
a pie, se ha roto ‘en benefkio
del numero de los primeros.
Hay en la historia de este «Escuadrón», un hecho de armas del
‘mes .de marzo de 181.1, que ocasio:nó a la partida graves pérdidas,
LAS
GUERRILLAS
EN LA GUERRA
DE Lh
105
1NDEPENDtiNCIA
incluida la salud de su comandante, y seguramente también la nioral
de una parte considerable de la tropa. Existe constancia de que el
día 18, a consecuencia de las deserciones producidas, la guerrilla entrega cuarenta caballos a las autoridades militares.
k’ aquí terminan los documentos que más ‘directamente se refieren a esta cuestión de los efectivos.
ARMAMESTO
LANZA
Del documento número 2 y ,de la denominación de los hombres
monta,dos de la ,guerrilla, se deduce el uso de este arma. Se trata,
como se sabe, de un arma blanca ofensiva, ~enastafda,que consta de
mo,harra (o hierro), asIta y regatón.
La primera,
de ,diversas formas,
tenía con más frecu.eneia la «apuííala,da)) (o de chuzo) y la de «hoja de
iaurebl». iEJ asta era ,de majagua, fresno u otra madera ,de fibra ligera, recta y tenaz. El cuento o regatón, ,de hierro, equilibraba el peso
de la moharra, y en el punto me,dio del asta se clavaba la correa portalanza. ‘Una banderola ,de colores vivos pretendía que, al atacar, se
espantase el caballo ,e,nemigo. Han llegado hasta nuestros días tal
como fueron e:n la gu,erra de la Tndependencia, si bien con el asta meItálica. Su longitud era ‘de ocho a nueve pies.
Parece ser que tal arma había.adquirjdo un prestigio excesivo entre
los ,combatientes ,de la gu,erra de la Independencia, prestigio que Almirante
atribuye
(7) a la tan ,discutida carga con que los lanceros
,de NapoleónJ
el paso de Sornopolacos forzaron, bajo la mirada
sierra. iTa vez fuese así, pero ,110 hay que olvidar tampoco que la
escasez *de armas ,d,e fuego y sus municion,es, contribuyeron en gran
mediedaal em@eo de las armas blancas en escala superior a la normal:
S-A
B LE
Del documento número 5, fun,damental en lo que se refiere al armamento ,de! «Escuadrón Volante de Fernando VII», se rdeduce e3
..
-~(7)
ALMIRANTE
:
están tomados de
de Ia nota anterior,
voz tb.awa». L’os &tos tknicos del armamento
El a?manzento,
del mismo $cio
(PEDRO):
341 y siguientes.
Uiccio~~ario,
MÉNDEZ
páginas
PARADA
106
MCOLíS
HORTA
RODRiGUEZ
empleo del sable. Era análogo a la espada, pero con hoja ligeramente
@rva y c.on un filo como todas ias armas de corte. Había muy diversos modelos,
pudiéndose
estimar
sus característkas
medias en
cinca libras y una onza de peso, y tres pies y ocho pulga,das de longitud.
FUSIL
Y
TERCEROLA
11sasen fusil. Xo
Es ,d,e suponer que los infan,tes de ,la guerrilia
consta en la $documentación que po,seemos, pero sí (documento
n&mero 5) la adquisición de t,ercerolas, cuyas características
eran análogas
a las de aquél: de chispa, caííón liso y calibre, en general? de 17 en
Iibra (19 mi1ímetro.s). La terc.erolla, arma ,a’e Caballería, 8de menores dimensiones ‘que el fusil (3 pies y 6 pulgadas),
pesaba 6 libras y 7 ,onzas y su calibre era de 18 milímetros.
Al objeto de compensar
la falta
d,e estabilhdaSd del proyectil
por disminución
de la longitu,d del ánima, había algunas rayadas.
$%‘iOLA
Consta tambi&l cdocumento
núm. 5), la adquisición
.de 85 pares
de pistolas (un par para cada individuo
montado).
Arma de uso casi
exclusivo
,de ja Caballería, ,que las ll’evaba en el arzón ~deIan.tero. De
mecanismo
y calibre iguales a ,la tercerola,
su alcance, mucho me
nor’ no r.ebasaba los 250 metros. Su longitud,
1 pie y 4 pulgadas,
y el ,pes.o, 2 ,fibras y.13 onzas.
Anotemos,
por fin, que ,en el repetido documento
se consigna
la co,mpra *de monturas,
cananas y pólvora.
Como dato significativo,
el hecho ‘de ,que tales ,e.f,ectos «fueron extraídos
de la Corte, a pesar
de ha!larse ocupada por los enemigos», prueba que la ocupación francesa no llevaba muchas veces consigo el dominio
sobre el terreno
ocupado, Tal afirmación
la hizo el comerciante
que vendió las armas,
pero creemos que debe darse fe al documento
si pensamos
en 10
arriesgado
de dar una broma pesada a un guerrillero.
Pos fin, para que pueda servir ,de término de comparación
con
,los precios,
señalemos
que en 1815 la fabricación
del cañón de un
fusil, importaba
unos 37 reales.
VESTUARIO
Si volvemos
ahora al ya cita!do Reglamento
de Partidas
y Cuadrillas, (dictado en Sevilla el 23 <de‘diciembre
de 180S, vemos que el
se resolvía (?) por un
problema
.tiel vestuario
‘de los guerrilleros
expedito procedimiento
(regla / XIV) : den cuanto a traje, cada caaI
llevará el que tenga» ; aunque preciso es reconocer
que no se cesraba el camino a una discreta esperanza,
pues terminaba
el párrafo,
«al menos por ahora)). Y se añadía además (regla XVIII),
«si logran
hacer presas de consideración,
podrán depositar
una tercera parte
para el fondo común de la partida, y costearse un uniforme particular a su satisfacción».
Acaso esto es lo que ocurrió con nuestro “Escuadrón
Volante»,
o quizá la munificiencia
de SLI comandante,
de la que hay pruebas,
resolvió
el problema.
Erl hecho es que, a la vista cle los documentos
2
y
.I,
podemos
hacer
un resumen ,de las principales
cara,cterís1,
ticas del vestuario de los guerrilleros
del ((Fernando
VII». Chaqueta,
de paño y azul , cuello 0 collarín, vueltas 0 bocamangai
y sus vivos 0
ribetes, de paîio encarnado.
Los botones, blancos, de «cabeza de turco)). El pantalón, de paíío azul también, aunque a las plazas de Infantería se las proporciona
en alguna ocasión calzón de paño pardo.
Chaleco de tela de Mahón para todos, y para las plazas montadas,
capa de paño pardo con embozos de hayeta encarnada. La prenda de
cabeza era el impropiamente
llamado morrión,
nombre que en sentido
estricto
dehe referirse
a la parte correspondiente
de la armadura,
y
que se aplicaba al chacó (de «czako», voz !lúngara),
antecesor
del
ros que ha llegado hasta el presente siglo.
Segíín los ,documentos,
se proporcionaba
también a las guerrillas
me,dias y zapatos, y constan otros efectos como las maletas (pieza
cilíndrica
o prismática
,que se unía a ,Ia montura),
,la manta para
@sta y los morrales
de cebada y paja.
El curso 5de nuestra guerra ,de la Independencia.
una más de las
contiendas
europeas suscitadas
por Napoleón.
se vio profundamente afectado por la libertad de acción estratkgica
conseguida
,del lado
108
KlCOL.iS
IIORT.1
IiOI>l<f<;UEZ
setenimperial tras la paz ,de Viena . AsI iniciarse 12310, los doscientos
ta mil soldados franceses
asentados en España, iban viel:do aumentar sus efectivos
con los que llegaban tras un designio ,de realizar
una acción resolutiva.
El suelo patrio, si bien no someti,do, se encontraba
casi totalmente
ocupado, y Galicia, Asturias,
Murcia y algunas regiones
de Cataluña y Extrema’durn,
eran las excepciones
que emergían *de la marea invasora.
Wellington,
aferrado
a la tierra portuguesa,
y los restos de ejércitos
que, a pesar de las continu&das derrotas,
manteníamos
los españoles,
constituían
las fuerzas regulares
incapaces Id6 evitar la triunfante
invasión de +dalncía pr,imero y, posteriormente,
la expedición
de Massena ‘que, ,como
mandatario
,del Emperador,
a la sazón político y amoroso pretendien-.
te, trataría
de arrojar a los ingleses !del territorio
peninsular
en un
supremo intento de terminar con el c(asunto español». Al lado de nuestros ejércitos regulares o, mejor, sobre el territorio
ocupado, las guerrillás, que ya habían acudido a ,la lucha, iban aumentan,do en número, y fue por estas f.echas cuan,d>o se inició el período .de su mayor actividad y eficacia : unas veces obraban aisla,damente y como por instinto ; otras.. en colaboración
con las fuerzas regulares J a menudo,
de un modo hasta cierto puQto incompat,ibie con el principio ,de «acción de conjunto» ; pero siempre con fruto en el aspecto moral de
sostener la resistencia
y en el matterial de restar al invasor un número considerable
$de efectivos a su masa de maniobra.
Astorga?
Ciudad Rodrigo
y Almeida eran, en el teatro principal
de opera.ciones,
los triunfos
que iban jalonan.do la expedición
de
:Massena. Entre el ataque y la toma de la iiltima plaza cita,da (5 ZI
29 de agosto de X310), tuvo lugar en un teatro ,d,e operaciones
secundario, una acción ofensiva de nuestras fuerzas que reveló, además
‘del acierto tde las ldisposi,ciones
del general Rlake, la idea de hacer
(de una de cllas al
un adecuado einpleo de las partidas guerrilleras
menos) que se movian po’r &rritoriIo
del ej&cito del Centro.
Horacio
Sebastian,i, el general corso que, en simulación
de nobleza heredada. afíadió a su apelli?lo el ((de la Porta» de su <lugar
nataql había realizn’do una expe’dición a Murcia en ese mismo año
de 1810, que le permitió
dar testimonio
elocuente de SUS maneras.
Los pocos días que con sus tropas permanecii
en la ciudla,d (23 al 25
de abril), fueron suficientes
para someterla a un saqueo parcial, librapla iel cui,da#do de su erario y de la plata y alhajas ,de sus con$éntós e imponerla una fuerte ,contribució.n.
Fue éste, condigno casti& por el repique .de campanas i salvas de artillería
que los mur-
Documento
firmado
por
don
Miguel
Volante
Díaz, capitán
de Caballería
de Fernando
VII.
y del Escuadrón
-_
<,
1
.L.
ON.JsOL%C.
I
: ,,’; -. T.-..
, ..-
-4
.*
Ei aY-
*-.
ii
BkAKti
~Ck?hLtE~O
DEL
6IlD@
DE CALATRAVA
; COME:ry!
dador
&l Peso R 1 de.VaIe&ia
en la de AlcAntara
; Tenienta
General.
de tos Rea
\
s Exéreito~;
Capiun
,Geuwal
+l
\+yw
” de bakia,
; Pra#de#te
da SU Real
riuJicnc¡a
; Inspector
Gewral
de Infante&
y Milicks
, y General
en Xefe 4, Bx&
. cito del Centro.
‘;
.
,
‘>
..
Pasaporte
con toda
firmado
su partida,
por el General
Blake a favor
de don
pudiese
marchar
por tierras
de Murcia,
Miguel
Díaz, para que éste,
La Mancha,
Jaén y Granada.
cianos, poco versados en el tratado de «honores al 8avasor», esti,maron oportuno suprimir
al arribo de los molestos huéspedes.. q
recuerdo de aquella triunfante
expedición y el deseo de asestar. un
golpe ,decisivo a nuestro naciente ejército ‘dei Centro, incitaron a
Sebastiani a una nueva, para cuyo éxito contaba también con las
disensiones .que ela primera
sembró entre los murciaaos y que los
agen& enemigos se encargaban de fomentar.
,4signado al general B1ak.e el mando ‘del ejército $del Centro, que
unió a ‘de las tropas de Cádiz y la Isla, y conocedor ‘del mal espíritu
que Idominaba en Murcia, propuso al Consejo de Regencia trasladarse a este reino. Así 10 .hizo, sa1iend.o ,de Cádiz el 23 #de julio de 1810,
para llegar el 2 #de agosto a Cartagena, e, inme,diatamente,
irse a
general
Freyre
que
tenía
e!
Elche con ‘el fin :de entrevistarse co.11 el
mando ,de las divisiones murcianas. Muy probable parece que ya por
estas fe,chas Blake estuviese informa,do ‘de íos propósitos $del ene.
migo, que inició su expedición el 18 ,del mismo mes.. Las fuerzas
francesas partiteron de sus acantonamientos
de Granada, Gua.dix,
Baza y Almería, con un orden de marcha análogo al dte su primera
expe,di~ción y utilizando también el mismo itinerario,
es decir, el que
tiene por eje principal Guadix, Baza, Vélez-Rubio
y Lorca. Pero
del ilado ,espaBol las ,cosas habían cambiaSdo : pues el ejército del
Centro iba adquiriendo alguna consistencia, a la que no-eran ajenas
las partidas ,de Cazorla y Ubeda y tde las tierras de la izquierda del
Guadalquivir
(8), cuyo alzamiento iImpulsaban y mantenían los mandos #del cita’do ejército del Centro. Porque, además, ahora estaba
en Murcia? Blake, el más capacita#do seguramente de todos los generales ,de nuestra Indepen.dencia (acaso, también, el menos afortuna,do), y ,de la primera expedición tenía el mando ,superior, accidenta,lmente, Freyre, competente
general ‘de Caballería, pero sin duda
menos indicado *para hacer frente a una si’uación crítica. Y, en fin,
porque los murcianos, -víctimas y testigos ,de los excesos de los invasores, podían servir eficazmente a an alzamiento ‘en masa que tau
mil venia ,demostrándos.e a lo largo de la guerra en las ciudades y
en los campos. Para que se diera esta última premisa, se hacía ne,cesario robustecer en Murcia y sus contornos, la autorIda&
y a ello
fue dirigido,
primero el ,nombramiento
Ide don Francisco Javier Elío
para cla comandancia
de Murcia y! posteriormente,
el decreto que
(8)
Gómez
DE ARTECHE
drid, 1893, página 206.
(JOSÉ): Gwrm
de la Imz?ependep%z,
tomo VIII.
Ma-
110
HICOL.iS
IIOHTA
RODRiGUEZ
Blake dictó para que todo el reino obedeciera a un Gobierno puramente militar.
Ante las noticias ,del avance de Sebastiani,
el jefe del ejército
del antro,
sin fuerzas
suficientes
para ir a su encuentro
(9), se
&&dió
a esperarle,
y para ell,o coordinó tres clases 3de me,didas : !a
primera,
de carácter
estri,ctamente
militar,
dando LUX adecuado dispositivo
a la ,d,efensa co.11 sus fuerzas
regulares;
y las otras dos,
pertenecientes
a Ia mo8dalifdad ede guerra irregular : organizar
el paisanaje ade la Huerta en co,mpaííías y secciones, y emplear y mover
las ,guerrilla.s incluidas en la ,demarcación
de su ejército.
No es de
este lugar el estudio del ,dispositivo defensivo.
Bástenos decir que su
centro se encontraba
en las proximidades
Ide Alcantarilla,
cerran,do
el camino principal,
y que el general Freyre al mando de !a Caballería., efectuaba la cobertura
por las tierras .de Huéscar
hacia la
front.era .dâl rein’o de Granada.
A las compañías (de ,huertanos se en.comentdaron los obras de defensa de ejecución ,rápi#da, entre ellas la #de preparar
la inundación
de la Huerta
con las aguas #deI Segura
Sin dtud.a, se <dieron mkiones
a #diversas guerrillas
para que coa,dyuvasei
al 6xito #de la td,efensa, puesto que Blake las empleó co811
$r&uen~cia ea idbneos cometidos
(10). A nosotros
ha llegado un
docimento
autógrafo
!del general, referente a una ,de ellas. Se trata
bel kscuadrón
(o Parti
Volante
.+e Fernando
VII»,
‘maa’daldo
por el &itán:
de CabaGería ,don Migu,el Díaz, y de cuyas fuerzas,
amitiento
y vestuario
hemos tratando en la primera
qarte de -este
arabajo. Ro.dríguez
Solís (ll) en su obra «Los guerrilleros
de X308»,
que resúlta con frecuencia
un aceptable pwto
<de partida para estu!dios’más funcdamentaGdossobre ea aspecto irregular ‘de la guerra de
(9) Las fuerzas francesasse cifran de nueve a diez mil hombres!con diecisiete piezas de artillería. Las españolas,que podrían sumar unas catorce mi1
y catorce piezas de artillería, no estabansuficientemrnteinstruidas ni su moral
era tan alta como para considerar ventaja la del rifimero.
(10)’ Rodríguez Solls, a,. menudo injusto con los mandos militares, reconocé en Los ‘gkerrilleros de’ 1808 que Blake había fomentado las guerrillas en
Andalucía (ver cuaderno- II del tomo II, pág. S), a pesar de su afecto a’ todo 10
reglado y puramente militarx; Contrasta esta actitud, dice el autor, con la que
observó más tarde en Valencia a finales del año 181.1. Pero este tema se sale de1
marco de nuestro trabajo.
(ll)
Obra citada: cuaderno X del tomo 1, página; 34 y 35. y cuaderno III
del tomo II, página 35. En relación, cuaderno III del tomo II, páginas 41 y 42:
LAS
GUERRILLAS
EX LA GUERRA
DE LA
Il1
1NBEPENDENCIA
la Independencia, nos da a conocer a don Mi.guel como guerrillero
de La Mawha, donde, en .efecto, llevó a cabo señaladas acciones.
Pero más que su or,igen y los datos completos .de su identidad, materias que pueden ser objeto (de trabajos posteriores (X2), interesa
ahora conocer cGmo nuestro guerrillero a$dqun-ió crédito ante Blake, un general cuya menta,lldad imaginam0.s mucho más lógica que
intaitiva, mwho más próxima al estu,dio metodizado ,gue a la inspi.
ración. Autorizando este ~extremo po’demos recor;dar que en la Bi:
bliteca Nacional hay un f&eto @delGeneral de f,echa 9 de enero,
titulado «Creación (del Cuerpo ,de Estasdo Mayor en 1810 y apantacionw #deI General sobre su establecimiento en España», documen20 del que arranca ‘Ia historia de nuestro Estado Mayor.
El guerrillero lde tipo m.e.dio y, por ello, el más representativo,
no pasa de guerrillero. No llega a formar .divisiones o unidades de
ouantía ,equivalente. Piero día a ,día, pa’ra mantener en alto el pabellón *de su títiulo, ha de acreditar su valor y su eficacia, ha de dis?,inguirse entre otros tan valientes o más, tan audaces o, quizá, tan
t,emerarios. S,e mueve en,tre la más o menos sana envidia de sus colegas y <la general suspicacia #delos militares profesionales ; entre cl
ar,dor palt,riótico *de los pueblos y las Juntas, y la cod,icia y el temo6
del campesino que. siente amenazadas su vida y su hacienda. Le abona
su esfuerzo, pero, sobre todo, el resultado. Por eso, las credenciales
de nuestro don Miguel Díaz, son, ante Freyre primero y ante Blacke
después, pruebas materiales concluyentes del éxito de sus acciones
guerrilleras.
Presenta primero el botín 5deun encnentro sostenido ,en los campos d,el Guadiana, c0nsistent.e en <cun Mayor General ‘de la Guardia
Imperial», «una correspon’dencia de París #delpeso de seis arrobas»,
otra wde Ma’drid, ‘del peso $dedos arrobas» y <(el postillón francés que
con,ducía la posta» (véase en ,el ap6ndice documental del final- la
transcripción ,del ‘documento núm. 6). El he,cho, Jdearmas tuvo lugar
el 14 ‘de abril1 @delmismo año 1810 que nos ocupa, en el término d&
Wlarrubia,
al Norte ,de Daimite y no 1:ejo.sde esta vilIa, por tierra?
que conocían ya sobra,dam’ent,e las corr,erías ,del «Escuadrón Volante sdeFernando VII». Baste ahora esta mera referenc’ia y la apor:
tac,ión *de los ,docamentos números 7, S y 9 (ap&dice documental),
dond.e pueden apreciarse dleta’lles *de Ia acción. El 25 #delmismo mes:
(31)
guerrilla.
Esperamos,
además,
poder
ir
completando
el
historial
de
la
referida
112
NICOLÁS
IIORTA
RODRÍGUEZ
de abril, hacía don Miguel ,Diaz entrega del botín a Freyre en Alicante, y no en Murcia como tenía previsto,
precisamente
por causa
de aquella primera ‘expe’dicibn victoriosa
‘de Sebastiani a que hemos
hecho referencia,
y que obligó a las 6divisiones murcianas
a llevar
sus fuerzas a Alicante y Cartagena.
Blake, además ,de los mformes qu,e ‘de la citada y ‘de otras awioaes, le había hecho su subor,dina’do Freyre (ver .documento núm. lo),
krabó conocimiento
personal con Díaz en los mismos ,días de la segunda expedición
mur,ciana del general Sebastiani (de la Por.ta. Es.tamos ya en 23 .de agosto, fecha por la que el general Freyre,
de
acuerdo con las órdene,s recibi,das, va replegándose
diestra y ordenadamente
con su caballería,
ante los franceses
que se dirigen a
Murcia. ,Don Miguel Díaz ha llega.do ante el general jefe del ejército rdel Centro con wdos correspondencias)),
gana.das a los framxses
(documento
núm. ll) tambi6n por la,s tierras predilectas
de sus correrías,
en Puerto Lápice, Y entonc,es, Blake qu’e tiwe toma’das sus
disposiciones
para da (defensa, j,uzga oportuno
#dar al guerrillero
una
misión importante
que t,iene como objetivos
principales
complemenaarios de la def’ensa (ver documento
núm. 12) atacar los pequeños
destacamentos
con que los franoeses
.hayan dejado cubiertas
sus
comunicaciones,
y Levantar a la población civil de la retaguardia
enemiga. Para el caso lde que la suerte fuese muy favorable
a la Par$ida, .se le ordena caer sobre Guadix y Grana,da ,e intentar un golpe
de audacia a fin de apoderarse
>de 4a «corta guarnición
francesa)) en
colaboración
con los «cívicos» (13).
Hasta tal punto juzga importante don Joaquín Blake la misión,
que la refleja en orden autógrafa. Provee, además, al capitán coman(3.3)
Los
ucívicos»
,euardia<Cívica -milicia
dalkía habla aumentado
que
al
dice la orden
de
servício
del Intrusonen
proporciones
Blake,
son los integrantes
que cuando
la invasión
increihlesa.
Gómez
de
de la
de AnArteche,
fomo
VPII,
página
106, nota
1, dice que se organizaron
en Madrid
«diez batallones
mandados
por
personas
de la grandeza
más encopetada
de España,
o
próceres
de todos
modos,
de la mayor
consideración
e influjo
en el pueblo...n.
Y añade:
UWO los nombraremos
aquí por más que 1s aGaceta»
de a.quellos
días
haya,
estampándolos
en sus columnas,
pregonado
:I \oz
en grito
sus títulos
y
apel1idos.n
A pesar de ello, y según los términos
de la orden de Blake
y otros testimonios,
los acívicos»
no ofrecían
ga,rantía
alguna
como
fuerzas
leales
al invasor; ni
siquiera
en Andalucía,
donde
tras
la fácil
expugnación
de Sierra
Morena,
la
.admiración
había
producido
(asegura
Arteche)
la sumisión
inmediata,
casi
insfantánea,
del paísz (Obra,
tomo
y pág.
Citados).
LAS
GUERRILLAS
EN LA
GUERRA
DE LA INDEPENDENCIA
113
dante *dlela partida, ‘del oportuno pasaporte (documento núm. 13) eti
el que no se limitan -en contra ‘de lo us~u&-- el plazo de validez ni
los .efe,ctivos #del«Esctuadrón», pues éstos, según la or,den, deben ir
aumentan.do ,de acuer’d.0 con el éxito Idel 1evantamient.o civil previsto.
Si bien ‘don Miguel Díaz recibe personalmente la orden en Alcantarilla, ,su cdEscua,drón Volante» ha quedadlo en Villarrobledo.
Como se ve en los Idocumentos números 12 y 13, el itinerario a seguir por la unidad guerrill,era, es : Villarrobledo,
Hellín, Caravaca,
Or.ce, Baza, Gua,dix y Granada, un recorrj!do más o menos dominado en gran parte por los ,invasores y que puede calcularse aproxima,damente en quinientos kilómetros. En ,el pasaporte se concreta
la ,composición ‘de la partida en cuanto a lo que podemos denominar
su plana mayor (seis subalternos, Ayndante y Secretario, o Ayudante%cretario, pues caben las dos interpretaciows).
No se ,detall.an, sin
embargo, sus efectivos -según ldecimos ant,es---, 1imi;tándose a senalar, «y con to,da su parti,da de Infantería y Caball.ería». De ia primera parte ,de est,e trabajo, y por la lectura ‘d,elos ,documentos que
allí se dan a conoces-, se ,de’duceque la composición más probable en
las fechas que nos ocupan, sería de unos ‘ciento cuarenta hombres,
casi por igual repartidos entre Infantería y Caballería. Téngase e.n
cuenta (y en ‘esto, como en bastantes cosas más, iba la parti’da de
aouer,do con las normas ‘emanadas ,de la Junta Central) (14), que
en las ‘marchas cada caballo solía llevar ‘dos jinet.es, echando pie a
tierra los ‘de Infant,ería ante la inminencia o sospecha de un encuentro.
2 Cómo se ejecutó la citada or’den ‘de Blake? Extr’emo importantísimo es éste, en el (que nuestra búsqueda de testimonios no ha tenido,
al .menos por ahora, hxiito alguno. Sabido es que Slebastiani, avanzando confiadamente hasta Librilla -a unos 22 kilómetros sdeMurcia- .en vista ,de la re.tira,da ‘de Freyre, efectuó .el 26 de agosto varios
reconocimientos con ánimo de ataca’r ntuestras posiciones. Sin embargo, decidió retrocsder a Totana y ltiego a Lorca, no sin rev&dar
la execrable con,ducta observada en su expeclicibn de abril. Desde
L.orca volvió a sus’ acantonamientos %departida, y pu,do apuntarse4
,(llr) Con fecha 28 de diciembre
mento de «Partidas y Cuadrillas»,
constará de cincuenta hombres de a
de a pie, que montarán a la grupa
ghmento puede verse en Rodríguez
página 26 y siguientes.
de 1808 publicó la’ Junta Central un Reglaque dice en su artículo 1.0: «Cada partid?
caballa, poco más o menos, y de otros tantos
en caso necesario.» La transcripción del Re:
Solís, obra citada., cuaderno IV del tomo II,
114
WICOLÁS
HORTA
RODRiGUEZ
como resulta~dos de su correría, una eficaz contribución
al espíritu.
de resistencia <de 10s pueblos, y la fat.iga inútil de sus sol,dados, que
hubieron ‘de recorrer unos quinientos kilómetros
bajo los efectos de
un calor sofocante.
Resulta indu.dable que la ,causa fundamental
de este fracaso franc& fue la acertada concepción #de la defensa, juzga,da como muy firme por los reconocimientos
ide Sebastiani. Lafuente s’efíala también
qu.e (CeI reino dde Granada (que’dó) expuesto a una sublevación)),
pero -insistimosno po’demos concretar si ,don Miguel
Xhz al
frente (de su «Escua,drón Vola’nt,e ,de Fernan.do VII» y como consecuencia de la ejecución de la orden de Blak’e, contribuyó
o no eficazment,e a la creación de esa grave amenaza ,en la retaguardia
francesa. Nos inchnamos .más bien por la negativa, pu,es creemos que,,
tal y como se sucedieron los acontecimientos,
la orden resultó imposible Ide ,ejsecutar. Recibi*da por don Miguel Diaz el 23 ‘de agosto
en &cantarIIla,
lo primero era darla a conocer al «Escuadrón Volante» que se encontraba en Villarrobledo,
a una distancia aproximada de trescientos kilómetros,
para recorrer los cuales hay que suponer en el m:ej,or ,de los casos, que se i:nvirtieron
tres días. Estaríamos, pues, ya en el día 26 cuando la ord,en ll’egó a Vi,llarrobledo,
fecha que coinci,de con los recoinocimientós
,de Sebastiani ante el
despliegue ,def,ensivo ,de los murcianos. I!ni.cia8da la retirada a9 sigujen&e ‘día, con to,da probabilidad,
gor los invasores, acaso en ‘el mismo
momento
en que nuestro ((Escuadrón» pudo romper su marcha en
ejecución ‘de da orden de Blake, resulta indndabl,e que la partida, mientras trataba de acer,carse a sus objetivos, .hubo lde recibir atdecusda
información
#de la retiraNda francesa, ya qu,e en este aspecto las necesidades ae los guerrilleros
estaban siempre satisfechas. Así las cosas,
los supuestos de la ordten cambiaban :de mo,do esencial, y ya no r’esul,taba posible ni atacar los peqzleños destacamentos que cubrían las
comunicaciones
enemigas, ni intentar 10s golpes ,de mano sobre Guay favorable
d,ix y Granada, puntos a los -que, ,en el más improbable
de los supuestos, po.dría Qegar el «Escuasdrón» al mismo tiempo que
las guarniciones
francesas que r,egresaban.
De otra parte, el Idocumento número 13, el pasaporte que Blake
dio a ‘f)$az para llevar a efecto lo ordena.do, tiene en su r*everso tres
r,efren,dos, d*e los cuales los ‘dos primeros (7 de septiembre en Ahcanfe y 16 ,del mismo mes en Novefda) vienen a confirmar nuestra creencia ,d.e %queIla orIden no pudo ,cum.plirse.
LAS
GUERRILLAS
EN
LA GUERRA
DE LA
INDEPENDERCIA
114
Mas a pesar 1de ello, se pueden formular las siguientes conclusiones :
- El general Blake, el más capacitasdo de nuestros mandos superiores de la guerra de la In,depeed,encia, trabó, de combinar, en la
concepción ,de la defensa tde Murcia ante la segunda expedición de
S,ebastiani, el empleo lde las fuerzas ‘del ejército regular con la acción ade las partidas de guerrilla y el l~evantamiento $de la. poblacióli
civil.
- El general Blake (dio a la parti,da ‘de don Miguel Díaz, una misión adcecuada, especialmente ,en cuanto al objetivo ,de atacar los pequeños destacamwtos que guaradaban sus líneas lde comunicaciones.
Si la orden no pudo cumplimentarse, fue porque se había pr,evisto,
sin djuda, más tiempo pa.ra ejecutarla, por supon’er en los invasores
una ‘mayor [decisión ,en un ataqu.e (que ni siquiera se llegó a realizar.
- Parecen .correcto’s también, y ,de acuerdo con la naturaleza .de
la lucha guerrillera, los amplios términos .de la or,den, así como el
propósito de ‘dirigir ila acción contra el flanco y retaguardia ,d;e las
Iíneas ,enemigas.
Digamos por fin, y con ello se cierra el ciclo de las r~elaciones de
nuestro guerrillero con el ,general Blak,e, ‘qu’e si la orden no s,e puso
en ,ejecución, el crédito ‘de Díaz -como era lógicono disminuyó
ante el jmefe‘d,el ejército del Centro. Cuando en 1815, y al tratar de
reunir Idon Miguel los testimonios de su vida ‘de combatiente, se pr.esent.ó el 1 de mayo en Ma,dri#d ant’e ,don Joaquín Blake (ver documen-,
to núm. ll), éste confirmó al margen de la mstancia del guerrillero,
con otro autógrafo, ,el hecho de la orden, aunque ni éstmeni aqu&l
dijeron na,da sobr’e su cumplimiento. Y, por último, entre los ldocumemos que refexntes a Díaz poseemos, hay varios de septiembre
lde 1810 y fechas posteriores, #enlos que consta se le encomendaron
misiones ‘de confianza en el mismo ejército y se le f’elicitó por la
ej:ecución de alguna (de ellas.
il6
PiICOLiS
IIORTA
RODRÍGUEZ
DOCUMENTOS
, A&,tertegzc&.-Para
su más fácii lectura, hemos modificado ea
la transcripción, la ortografía con arreglo a la actual, incluso suprimiendo las abundantes abreviaturas. Sólo el número 13 se transcribe con absoluta fidelidad.
Documcn,to núm. I
«Digo yo Sebastián Caro, maestro de ;sastre y vecino {de ,esta villa
de Villarroble’do, que, ‘de mantdato ‘de D. Miguel Díaz, capitán y comandante ,del Escua’drón ,d4eFernaedo VII, fuí llamado en primeros
de mayo ,de este año para ,que pasase a su alojamiento ,en ;la casa de
Don Juan de la Torre, y avistándome con dicho Señor comnrl~dante,
tratamos y quedamos convenidos en los precios de la hechura del
vestuario para la tropa *de,Caballería e Infantería de SI mando ; y las
preadras que se cortaron en la cita,da c-asa e igualment,e otras, para
el mismo fin, en la de D. Alfonso ‘de Arce de este mismo ,domicilio,
han sido las que se exprèsan a continuación. =Primeramente
corté
cient.0 cuar,enta y siete chaquetas, paño azul, en las que a razón de
cinco cuartas, entraron ciento setenta y dos varas y me,dia.=Item. Se
gastaron ,paxa los collarines, vueltas y vivos ,de &chas chaquetas, tre,inta
varas Ide paño encarnado, y para su forro a razón d,e %dosvaras para
cada una, ,doscientas noventa y cuatro varas lde lienzo. =Item. Dle botones Ide cabeza *deitwco, blancos, se gastaron cuatro~cientas cdocenas.=
Es ‘de sa,ber ,qtie por las hechuras de dichas chaquetas, obra a mi favor
la cantidad Idledos mil ‘doscientos y cin,co reales de vellón que es su
importe .a razón *de quince reales ca,da nna. = Se cortaron asimismo
en las preleídas casas #de su alojamiento de dicho Sr. capitán, ciento
cuarenta y siete partes #depantalones, paño azul, a sazón d:e cinco
cúartas ca’da par.=Las
he’churas cde dichos pantalones, a precio ,de
(diez reales ca’da par, i,mportan éstos mil cuatrocientos y setenta reales ld,e vellón. =Item. Pasra ciento cwarenta y siete chalecos que también se cortaron, de tela ,de Mahón, invirtiendo en ca,da uno cinco
cuartas, componen ciento setenta y <dos varas y me,dia; y *de forro
entró una vara. en cada uno, que componen ‘el mismo número que
las piezas. -La hechura, a razón de cuatro reales por cada uno, importa ,cuatrocientos ochenta y ocho reales, de vellón.=Item.
Se cortaron ochenta capas, paÍío par’do, a seis varas en cada una, que componen cuatrocientas y o,chenta varas ; y jde bayeta encaynalda para
su.s embozos se gastaron cincuenta varas. -Por las hechuras se cuen4an seiscientos cuarenta reales de vellón, segú:n el ajuste lde Tocho
reales por caNdauna. =Item. Maletas se han hecho ciento y cincuen-
LAS
GUERRILLAS
EN LA GUERRA
DE LA INDEPENDENCIP
flg
ta, ,compuesta,s de ,dos varas d.e lienzo cada una, que ascienden tll
trescientas
var.as ; y por ,SUS hechuras,
a tres reales ‘de ve’llóin cada
una, resulta la canti,da.d, de cuatrocientos
cincuenta reales d,e vellón.Itiem. Se cor,taron ,morrales para cebada, ciento y cincuenta ; y èntró
en ca’da uno una tercia ‘de lienzo, que totalizadas asci,enden a cincuenta varas ; las hechuras,
a me,dio real <de vellón, importan
setenta i
cinco reales de vellón. = Item. Morral.es de campaña se cortaron
ciento y cincuenta ; en cada uno enkaron
tres cuar,tas de lienzo ; su total lo es ciento y trece varas y me,dia ; SLIS hechuras,
a medio real ,de
vellón, ascienden a setenta y cinco reales de vellón. -Cuyas
sumas
revisadas
componen la ‘de cinco mil cuatroci,entos
y dos real.es *de vellón, salvo
error; todo lo cual para que conste y obre sus efectos, a
petición ‘de dicho Sr. D. Miguel Díaz, doy éste que firmo en Villarrobledo
y Junio, dos, de mil ochocientos
y ldiaez.=S,e a,diciona que
por oXdo he omitido el percibo ,de dicha cantidad, que en acto continuo de la entrega ‘del vestuario,
recibí yo el otorgante *d,e mano del
dicho D. Miguel. =Sebastián
Caro, r«bricado=Son
Fí.402 reales de
vellón. »
Docwwertto
PARTIDA
Relación
VOLANTE
DE FERWNDO
de (as prendas
Clases
__---.~-.
__
2
VII
de vestuario,
los
núm.
individuos
l.&
monturas
de esta
y armamento
Compañia
Nombres
COMPAÑfA
que
lzalz
Vestuario
percihdo
Montura
0
e
-----------Sargento
1 .o
»
2.0
»
2.0
Trompeta
.. .
Cabo 1.0
B
Joaquín
Liao
. . .
.
. . . 1111111
Pascual Bailón .__ _.. .._ _._
._. 1 1 1 1
Francisco
Morales
._. . . . . . . . . . 1111111
Pedro
Alonso
.. . . . .. . .. .. . . .. 1 1 1 1
Pedro
Rubio
__. ._. ,.. . . . . . . .,. . . . 3 3 1 1
1.0 . Pedro Romero . . .
ll
11
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
.. . . ._. . . . 1 1 1 1. 1 1
2
2.0 . . . Ruperto Jurado .. . .
. . .. __.
ZB 2.O
. . . .,. . . . . . .
.
Manuel
Moreno
Cadete...
. . . Antonio
Asencio
... . .
. . . ,_.
Antonio Rubio . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Domingo
García
. .. .. . . .. .. . . .
1
1 1
ll
1
ll
1
1 1 1.1
ll
1
1 1 1
1
l1111
1
ll
1
1
113111111111
1 1 1. 1
111111111111
1
1.1
ll
1
1
kl8
NICOLÁS
Documento
Clases
RORTA
ROURiGUEZ
núm. 2 (colztinuaciós)
Nombres
Vestuario
9
Antonio Lozano . .. .. . . . . . . . .. .
José Rufino .._ . . ... .. . . . . .
Antonio Rodríguez . . . .. .. . ,.. .,.
Vicente Pitart ._. . .
. .. . . ..
Vicente Lozano .. . .. . .. . .. . . . . .. .
José Molina .. . .. . .. . .. . .. . .. . . ..
Antonio Erades ... .. . . . . . .. . .. ,..
Manuel Rico . . . . .. .. .
. .. .. . .. .
Joaquín Ferrer
. . __. ___ ___
Alejandro
Silvestre .. . .. . . .. .. .
Francisco Llorca . .. . .. .. . .. . .. .
José Quiles .. . .. . .. . .. . . . . .. . .. .
Silvestre Payá . .. . .. . . . .. . . .. .
Manuel Pomares ,..
. .. . .. .
José Arqués . . . .. . . .. .. . .. . . .. .. .
Antonio Vara . . . . .. ,.. . .. . .. .. .
Francisco Piquer ... 1.. 1.. . .. .. .
Gregorio Ocaña .. . . . . . .. . . . . ..
Isidro García . . . .. .
.._ __. ._. .. .
Francisco Gutiérrez . ..
.., .. .
José Madrid .. . ... .. . .. . .,. .. . . ..
Pascual García . . . ... .. . .. . . . . . ..
Luis Córdova . .. .. . .. .. . . .. . . .
José Almadén . .. .. . . .. .._ _.. . .
Vicente Pina . . . . .. . .. ,.. . .. ._.
Antonio Núñez . .. . .. .. . .. . .. . . . .
José Silva . . . . .. . . .. .. . . .. . .
Natalio Díaz . .. . . .
.. .
Antonio Molina .. . .. . . .. . .. .
Joaquín Murillo . .. . .. . ,.. .. . .. .
Manuel Cabo . .. . .. . .. . . .. . .
José FiIlor 1.0 .. . .. . .. . .. . .. .
José Fillor 2.0 .. . .. . .., .. . ..
Montura
___
_-__-------111111111111
111111111111
1 1 3. 1 1 1 1 1 1 1 1 1
111111111111
111111111111
111111113111
111111111111
111117111~11
1 1 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1
111111111111
111111111111
111111111111
1111111113
'11
ll
13
I 11.11111
111111111111
111111111111
111111111111
113.1
ll
11
3 111
111111111111
1111111
111
1111111
1111111
111
111
113.1111
111
111
1111111
1111
1111111
1111111
1111111
ll
1
111
111
ll
111
1111111
111
1111111
1111111
1111111
1111111
111
111
111
111
1
I
L-tc+r;v
Orden
dada
Por e1 genera’
tierras
/--
Blake Para que la partida
de D. hliguel
de h [bfancha,
Murcia
y Granada.
Diaz
oPerara
por
L.4S GUERRILLAS
EX T. GUERRA
Nombres
Montura
--~
Vestuario
_-_
-
Antonio Ela .....................
Vicente Garay ...................
Celedonio Martín ...............
Matías Selvi .....................
Francisco Palacios ...............
Martin Rodríguez ................
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
111
1 ll
ll
111
11
111
-----Totales
119
DE LA INDEPENDEXCI.-.
. . .. . ..
1
1
----._-
29 49 49 49 49 49 49 49 25 49 50 50
Cuyos efectos he recibido para equipo de esta Compañía, del Capitán D. Miguel
Díaz, Comandante de esta Partida; y para que conste firmo la presente en Villarrobledo, a 4 de junio de 1810. =Como Alférez de dicha Compaííía.=Juan
José
Elorriaga, rubricado. =.
‘
Resumen de su importe
__--.~
Por
»
»
11
»
»
n
^I)
))
»
n
20
49
49
49
49
49
49
25
49
50
56
Rs.
MS.
4.541
2.450
1.255.
1.960
588
585
882
525 (1)
l.470
100
200
6
---capas, a 160 rs. y 24 mrs. .. .
..
..
chaquetas, a 50 rs. .. . .. .
chalecos, a 25 rs. .. . .
..
pantalones, a 40 rs. _.d___. ,,_
.._
maletas, a 12 rs. . .. . ..
..< <.. .,.
pares de medias, a 12 rs.
pares de zapatos, a 1s rs.
<.< .
lanzas, a 25 rs. _._ .._. .. . .. .
mantas, a 30 rs. . .. ,..
..- --.
matorrales de cebada, a 2 I-S.
de paja, a 4 rs. .. . :..
... .
Total
(1) Error
del documento.
.
. .. .. . .. . . . . ...
16.489
*
.
6
120
NICOLk3
Doclmemfo
PARTIDA
ReZaci6tz
DE
GUERRILLAS
de las prendas
,'~ Clases
--
HORTA
n1i777.
DE FERNANDO
de vestuario,
viduos
RODRÍGUEZ
2
(con:im(ncióx)
vII
1.a
monfut-as
y armamenfo,
de dicha Comfañia
Nombres
recibido
Vestuario
ComA3in
pot-
20s indi-
Montura
-~
-0‘
-----.-----__
Sargentol.O
D
2.0
2.0
Cab: 1.0 . . .
D 1.0 . . .
D 2.0 .. .
3 2.0 . ..
Cadete... D.
Rafael Zarco .. . . .. . .. . .. .. . .. .
Félix Romero . .. .,. . .. . .. .. . . . .
Isidoro Palomino ... . . .. . .. .. .
Antonio Sanz .. . . .. .. . .. . . .. ,..
A\ntonio Gonzlílez
. .. .. . . .. . . .
Domingo Muñoz
. .. . .. . . . . ..
Manuel Martínez .. . . .. . .. . . . . ..
Tomás Tárrega . . . .._ . . .. . .. .. .
Fernando Ramos .. . . .. . .. .. . . .. . . .
Martín Espinosa .. . . .. .. . . .. . ..
Pablo Regatero . . . ... ... . .. . . . . ..
José Montero .. . .. . . .. < . . .. .. .
Fernando Bermejo
.. .._ . .. ..,
Antonio Martínez .. . ,.. ,.. .. . .
Antonio Navarro .. . .. . . . . . . .
Manuel Rodríguez . .. ... . . . .. . .. .
Felipe García .. . . . . .. . .. .. . .. .
Pablo Córdova .. . . . . . . . .. ,.. . ..
Javier Esparragosa. . .. . ., .. . .. .
José Alonso . .. . . . . .. . . . . . .. .. .
Jerónimo *.Romero . .. .. . . .. . . . .. .
m Ruperto Martínez ..* .. . .. . .. . . . .
Juan Sansano . .. ..
.. . . . .
Antonio Martín
. . . .. . . .. . . . . .. .. .
Francisco Gutiérrez . .. . .. .._ .. .
Joaquín Hernández
*. . .. .. . . . .
Isidro Yuste . . . . . . . .. . .. .. . . . . . ..
Francisco Cambronero
. .. ._. __.
1 1 1 1 1 1 1 1
111
I 1 1 1 1 1 1 1
11
1
1 1 1 1 1 1 1 1
111
111111111111
111111111111
111111111111
311711111111
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
111111111111
11
111113
1111
111111111111
111111111111
111111111111
111111
111311
111111111111
111
111111111
1111
ll
111111
111111111111
111111111111
111111111111
1111111111
ll
111111111111
111111111111
1 3 .L 1 1 1 1 1 1 1 1 1
1111111
111
1111111
111
111
1'1
11
111
1111
1.11
111
LAS
GUEltRILLAS
Documento
EN LA
GUERRA
wúm.
12%
DE LA I~ilEPENDEWCIA
2 (conclusió~t)
Clases
Nombres
Alejandro de Alba . .. . .. ... . .. . ..
iManuel Pozuelo ... . .. .. . .. . ,,.
juan Pérez . . . . .. .. . .. .. . . . . ...
Vicente Avellán .. _. . .
. ..
Diego Sorría . .. . .. .. .. . .. . .,.
Juan Costa .,. .. . . .. ... .. . ... ,.. .*.
José García . .. . .. .. . .. . .. . .. . ..,
Bautista Grau .. . .. . .. . .. . .. . .. .
Matías Vayarri . .. .. . .. . .. . .. . .. .
Luis Pellicer . . . . .. . .. . .. .,. .. . .. .
Vicente Martínez . .. .. . .. . ._, .. .
Francisco Manzanares
._,.
Migue! Martínez .<. .. . .. . . ..
Tomás Vicente ... .. . ... ._. .. . ,..
Carlos Olivete . ... .._ .__ __. ___
Vicente Sánchez
..
__.
Pablo Sánchez _.. . .._ .. . .. _,.
Manuel Herades . .. . .. .. . .. . .. .
Manuel García .. .
..
., ..,
Tadeo Fabián . .. . .. . ..
._
Vicente Antolín .. . . .. .._
.._ .._
Tomás Guillén .. . ... . .. ..
.,
Totales . . . .._ . . .
Vestuario
1111111
1111111
-1 1 í. 1 1 1 1
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1 1 1*1. 1 1 1
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
__----------
Montura
--
111
i I i
111
111
111
1 1 l>
ll
1
,1 ll
ll
1
111
111
ll
1
111
1, 1 1
111
111
ll
1
111
111
ll
111
ll
1
1
23 49 49 49 49 49 49 49 20 49 49 49
Recibí del capitán D. Miguel Diaz, comandante de esta Partida, las capas,
cha.quetas, chalecos, pantalones, morriones, maletas y demás efectos arriba expresados. Y para que conste lo firmo en Villarrobledo,
a 4 de junio de 1810.=Cfomo
Alférez de esta Compañía. =Felipe Tixero, rubricado.»
NICOL&
122
KORTA
RODRÍGUEZ
Resumen de su importe
Rs.
MS
___~Por
»
B
B
»
B
B
B
»
»
I>
P
2.? cagas, a 160 rs. y 24 ms.
49 chaquetas, a 50 rs. ...1 ...
49 chalecos, a 25 rs. ... . . . .. .
49 pantalones, a 40 rs. .. . ...
49 morriones, a 40 rs. . . . . .. . .
49 pares de medias, a 12 rs.
49 pares de zapatos, a 18 rs.
20 lanzas, a 25 rs. . . . . . . . . .
20 lanzas, a 25 rs. .. .. .
49 mantas, a 30 rs. . .. .. . .. .
49 morrales de cebada, a 2
49 morrales de paja, a 4 rs.‘?.
Total
(1)
Error
PARTIDA
Relación
. . . .,.
. ..
.. .
..
.. .
.. .
...
..
...
.. .
.
...
..
.. . .
. .. . . . . . .
.. . ..
...
. . . . ..
. .. . . . .
. . . I..
. . .. .
. . . . . .. . .. . ..
. . . . . . . ..* .
:‘.: 1:: 1:: 1:: 1::
... . .. .. . .. . ..
3.590
200 l(1)
100 (1)
1.470
600
ME
588
ms
1.960
1.960
1.2%
2.450
12
15.513
del documento.
DE GUERRILLAS
DE FERNANDO
de las preîtdas de vestuario,
los
Clasas
,..
.. . .. . .. . . . . . ..
individuos
Nombres
3.8 COMPAÑÍA
VII
monturas
de esta
y armawwxto
Comfañia
que
han
Vestuario
Sal’gefito 1.0 Angel Crespo . . . . . .. . . . . .. .. . 11111111
)I
2.0 Miguel Lorente . . . .. . .. .. . . .. .. . 1 1 1 1 1 1 1 1
-II
2.0 Juan Navarro .:. ... . .. .. . .. . . . . 11111111
percibido
Montura
111
111
lil
LAS
GUERRILLAS
EN LA GUERRA
---Cabo 1.0
» 1.0
n 2.0
D 2.0
Cadete ...
...
...
...
...
D.
1%
DE LA INDEPENDENCIA
Ignacio Arriaga ...............
Miguel Arriaga. ..................
Salvador Rubio .................
Miguel Micó .....................
...
Juan José García .............
Pedro Marín ..................
Nicolás Muñoz ..................
... ...
José Guevara ............
Ricardo Lozano ...............
Manuel Arriaga ..................
Matías Rernat .................
José Pra.do .....................
Francisco Luengo ... . ... ......
Manuel Izquierdo ...............
Francisco Carehome ............
Dionisio Navarro ...............
Juan Sánchez ..................
Juan Bernard ...... ............
Antonio Pérez ..................
... ...
Juan Cerdán ...............
Manuel Panoz ..................
Alonso Corrachet ...............
Antonio Jiménez ... ............
Esteban García ..................
Marcos de Rueda ...............
Pedro Fenellosa ...............
Antonio Tordera ... ... ... ......
Severino Martínez ...............
Miguel Ibáñez ..................
José Cortés .....................
Antonio Segarra .............
Matías González ................
Francisco Díaz ..................
Manuel Moreno ..................
__------
1 1 1 1 1 1 I 1
1111111
1 1 1 1 1 1 1 1
111111111111
111111111111
111111111111
111111111111
111111111111
llllllllllll
111111111111
11
1111
3.1.1111
111113.111111
1 1 1 1 1 1 3 1 1
ll.1
111111111
111111111111
1 1 1 1 1 1 1 1 1
1 1 1 1 1 1 1 1 1
111111111111
lllllllll.lll
111111111111
111111111111
1 1 1 1 1 1 1 1 1
111111111111
111111111111
111111111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111111
1111113.
1113.11-l
1111111
111
111
111
1 1 1
1 1 1
1 1 1
1 1 1
111
111
111
1 ,l 1
1 ll
ll
í
Ll1
1 1 1.
424
NICOLÁS
'BORT.4
RODRíGCEZ
--------_-__
Antonio Giron ..................
Francisco Martínez ............
Lorenzo Kavarro .........
......
Manuel Guedea ...................
Antonio
Pérez ...................
Pascual Jiménez .........
......
Domingo &lartínez .......... ... ...
Miguei Alarcón .........
.........
Constantino krtínez ............
Juan García .....................
Miguel García ...... ............
Elías Martínez ..................
.........
Salvador Alemán .....
To:alos
............
1111111
1 1 1 1 3.1 1
1111111
1111111
1 1 1 1 1 ll.
1111111
1111111
1111111
ll
1
111
ll
1
ll
1
111
111
ll
1
1 s .
lllllS1
I
1111111
1111111
1311111
1111111
----------_2s 40 49 49 49 49 49 49 25
1
1
ll
1
1 1 1
1 ll
ll
1
49 49 49
Cuyos efectos he recibido para equipo de esta Compañía, como Alférez de ella,
de mi principal D. Miguel Díaz, capitán y comandante de dicha partida; y para
que conste 10 firmo en Villarrobledo,
a 4 de junio de 1510. = Lorenzo Hernández,
rubricado.>
Resumen de su importe
Por
B
I>
ä
n
*
B
»
D
D
D
28 capas, a 160 rs. y 24 ms. ...........
...
49 chaquetas, a 50 I-S. ........................
49 chalecos, a 25 rs. .........................
49 pantalones, a 40 rs. ..................
...
49 morriones, a 40 rs. .....................
49 maletas, a 12 rs. ,. . ...
... .............
49 pares de medias, a 12 rs. ...... ... ......
49 pares de zapatos, a IY rs. ................
49 mantas, a 30 rs. ...........................
49 morrales de cebada, a 2 rs. . .. . . .. . . .*
49 morrales de paja,
a 4 rs.
.. . . .
. ..
\
Total
. . . <.. . . . . . . .:.
RS.
__-___
4.450
2.450
1.225
1.960
1.960
588
ss8
525
1.470
9s
1s6
MS.
16
,
I
. .. .. . .. .
16.422
16
LAS
GUERRILLAS
EN LA GUERRA
DE
LA INDEPENDENCIA
125
«Luego que supe la conducta ‘de la Parti,da de Velasco, comandada por su hijo, hice salir cincuenta infantes y ocho caballos, que todavía están persig~uien~dole,para que .los prfeadiesen, y hasta ahora
sólo me han remiti,do {dos, los mismos que en este d6a ldirijo al Cua,rte1 General con una partida de ,dispersos.=Tengo órdenes terminanrte.spara extinguir todas las partidas, y al :efecto espero la Caballería que he pe’dido. Todo indivi,duo ,d<elEjército debe co!ntribuir a que
no exista semejante canalla, pues que además .de los males que causan en todas partes, son causa también de que crean en el mismo
porte y’ comlucta en los individuos ,d,el Ejército. =Raemito a Vm. un
pliego que me dirige el Gweral y no le he man,dado antes por ignorar su paradero.=No
será malo ‘me mande Vm. toSdaso parte d,e las
municione,s, y- que m,e continúe sus avisos para auxiliarnos.=D,ios
guarde a Vm. muchos años. = Barrax, 16 de Junio de 1810 (1). =Emeterio Cekdonio d,e Barre’do (2).=Sr. D. Miguel Díaz.))
Documento naim. 4
«Como maestro tde sastre ‘que ‘soy en esta villa de Mota del CuerVO, certifico que len ‘uno d,e los días .del mes de septiembr,e sdel año
pasado (1) de mil ochocientos y ,di’ez, recibí por eacargo Idel Señor
Don Miguel Díaz, capitán comandante del Escua,drón titulaSdo de
Fernanldo
VII, a saber: =Dos mil reales de vellón que importó mi
trabajo por las hechuras ,dle sesenta chaquetas de uniforme y cien
pares hde pantalones ; con más otros treinta pares dje calzones cortos,
estos iíltimo~s para la Infantería. En dichas piezas se han invertido
doscientas
varas d’e paño azul, veinti*dós
varas de paño pardo,
siete
varas y m,e.dia ‘de paño ‘encarna,do para vueltas, collarines y vivos, y
más ‘doscientas sesenta varas de lienzo para forro Ide dichas piezas.
Todo lo cual para ,que conste y obre los efectos conducentes, doy el
prese.nte (que firmo hoy ‘dos ,d,e diciembre <de1810.= Juan Francisco
Carrascosa, rubricado.))
(1) Aunque el año no está perfectamenteclaro en el documento,se deducedel
conjunto
de los que se refieren a este asunto.
(3) En la fecha era Brigadier.
(1) Error del documento,por upresente,.
d2S
wlCOl,liS
HOKTA
RODRíGUEZ
((Digo yo Agustín Navarro, vecino #de esta villa y Corte d’e Madrid, que he recibido del Sr. Dn. Miguel Diez (l), capitán tde Caball,eria y rcomantdant’e {del Escuadrón titulado
de Flernando VII, la
‘mntilda,d d,e treinta y un mil quinientos veinte y cinco reales de vellón
que importan los efectos siguientes:
sesenta (2) sillas ‘de montar a
ciento y ,ochenta reales ; &cuenta
y (dos bri,das a treinta ; ochtenta y
cinco cabezonaes d,e pesebre, a quince; sesenta heroerolas a sesenta ;
ciento veinte sables, a treinta y ouatro ; ‘ochenta y cinco pares de
pist,olas, a .sesenta ; setenta y ouatro cananas, a quilnce, y veintidós
arrobas de pólvora, a ciento. iQue a los expr,esados precios importan
dicha, canti’dad, y han si,do extraíldos [de la citatda Corte, a pesar ,de
hallarse ,o,cupa,da por los ensemigos.=Y
para qu’e const’e lo firmo en
esta ciudad ‘d,e Yecia, Reino sde Murcia, a ,doc’e ,de diciembre d,e mil
ochocientos di,ez. =Agustí:n Navarro = Son :
Reales
70
52
85
60
120
55
74
22
sillas, a 180 reales . . . . . .. . .. . . .
bridas, a 30 reales . .. ... . .. . .. . . . . . . .
cabs. pesebre, a 15 rea!es . .. .. . ...
tercerolas, a 60 reales . .. . .. .
..
sables, a 34 reales . ..
. . .. . ..
ps. pistolas, a 60 reales .. . . . .. . ... .. .
cananas, a 15 reales . .. . .. .. . .. . . . ..
arrobas pólvora, a 166 reales . . . .. . _..
.. .
..
.. .
.. .
-
12.600
1.560
1.275
3.600
4.080
5.100
1.110
2.200
.
..
..
-_
Total
. .. .. . .. . . .. . ,, . ,. ..
Documento
., .
31.525
núm. 6
Recibo
(tEn catorce de abril ,de mil o,chocientos diez. =,M’e ha enkegsdo mi
comaodante
Dn. Miguel
Díaz un .Mayor General de la Guardia Imperial y una ,corr,espond,encia de París ,del peso 1de seis arrobas, *otra
de Madrid del pes,o lde ,dos arrobas, y el postikk
francés que con(1)
{2)
aDíezr> por aDíaza.
Error, por asentencia,.
LAS
GUERRILLAS
EN LA
GUERRA
DE LA INDEPENDENCIA
127
ducía la posta, en el ,día de la fecha, para conducirlo al general del 3.”
Ejlército, para cuyo efecto he recibido ‘dos mil reales Ide vellón para
la conducci6n. Y para *que cenete ,doy la presente qu,e firmo en los
campos d.e Gua’diana, térfmmo ,de Villarrubia, en 14 de abril de 1810. =
Lorenzo Hernandez (rubrica,d,o) .-L,ore.nzo Hernández era en esta fecha sargento, pero posteriormente figura en la partida como alférez.
Documento ndm. 7
Testimonio
Está extendido en papel lde oficio qu,e tiene una estampilla con el
sello real : ((Para dmespachos
tde oficio cuatro maravedís. = Se’110cuarto, año mil ocho,ciient,osy nueve. = Valga para el año d,e 1810 en virtud
d.e Real Habilitación. = Testimonio = Carlos Antonio García Redon’do,
escribano por Sa Majesta,d, Público ldel Nú,mero y Cabildo de esta
villa ,del Provencio, *doy f,e por testimonio $queen este día ant,e los Señores José López y Ramón lde Olivares, Alcaldes ordinarios en ,ella,
,compar8eció Don Miguel Díaz, capitán y ,comandant’e ‘de la Parti’da
Volante Ide Fernando VII, y manifiesta que ,e,n catorce del corriente
en las i,nme,diaciones ‘de Daimiel, apresó un coronel :de la Guar’dia Imperial y un correo que venía (de París, con ‘otro <cleMadrid, con las
corresponsdencias y planes que 11,evabadicho coronel para los r.econocimientos ,d,e los .puntos $d,ela proviecia de Extrema,dura, habkndo
salido .desde Sevilla ,dos coimisiones para este fin, y el uno *de éstos es
dicho coronel. Y respecto a que todo )debe conducirste por la ruta
más pronta y segura, ha elegido ha,cerlo a la ciudad de Murcia como
hallarse próximo ,el Cuartel General ‘del Centro y po,der tomar la Junta pro&dencias para su i:nspecc%n y examen. Lo que hacía presente
a sus mercedes para los convenientes ,efectos y que s,e le libree el compatent,e testimonio. Y ,en su ,conaecuencia mandaron #dichos señores
1.0 libre el que su («cert’eza», {entre líneas) con remisión .de su exposición lo doy signado y fi’rma,do con sus mercedes y ‘dicho D. Miguel,
en el Provencio (1) a diez y si’ete #deabril ,de mil ochocientos di~ez.=
Entre líneas, «certeza)), valte = José López = Ramón d,e Olivares. =
Miguel Díaz=En bestimonio ‘de verda,d, ‘Carlos Antonio García Red,ondo =Todos rubricados = Está el signo .del escribano.»
(1)’ El Provencio
San Clemente.
e; una villa de la hoy provincia de Cuenca, partido judicial
de
128
NICOLÁS
HORTA
RODRÍGUEZ
Docume&o
Escrito
de D. Miguel
nzim. 8
Díaz
((Excmo.
Sr. : Dn. Miguel Díaz, capitán comandante ‘de la Partida Volante ,del Sellor Rey Dn. Flernando Séptimo, con d~estino en La
Mancha, a V. E. con el ,deSido respeto hace presente:
Que a consecuencia ,d,e haber interceptado
con su partida compuesta
,de ochenta
lanceros ,d#ea caballo y veinte infantes en el día 14 tdel más cerca pasado Abril, un Ayu,dante General Ide la Guaradia Imperial
de José 1.”
con un correo del Emperador
que con,ducían el Ide París y Madri’d,
d,e peso el prim,ero qde seis arrobas y el segundo Ide <dos ; cogiéndole
además al enemigo en el mismo día *dos mil cabezas ,d,e gana,do lanar,
tomó desde luego el exponent,e el medio o partido ‘d.e Bdirigirae y presentar con ldicha correspondencia
a esa Suprema Junta d,e Gobierno (1) ; pero por ha’llarse ocupada a la sazón ‘del enemigo, se vió precisado a girar para la ciu,dad de Alicant,e, en la que hizo {entrega ¡de todo
al general ,dee la .división <del ejército ‘del Centro Sr. Freyre...
(el escrito se r*efiere ,después a otros asuntos)...
=Yecla y mayo 3 ‘de X310=
P. D.-Se
a’dvierte que el suceso Ide la aprensión
de los correos,
ocurrió
a las inmesdiaciones
de Daimiel ,de La Mancha. =Excmo.
Sr. Miguel Díaz =Rubricado.»
Documento
&stccncia
de Díaz
y certificación
naím. y
de Freyre
«Excmo.
Sr. : Dn. Miguel Díaz, capitán *de Caballería
retira,do,
y comandante
,del extin,gui’do escuadrón
titulado de Fernando
VII,
a V. E. con el debido respeto expone:
Que en 14 de Abril lde 1810,
sostuvo
una acción con los enemigos en los Ojos del Gualdiana, de
cuyas wsulkas quedaron prisioneros
un oficial francés y un postillón,
con ‘dos correspondencias
que con,ducía a Sevilla. To,do lo cual entregó a V. E. el exponente ,en 25 ,del mismo mes en Alicante, ,doadse se
hallaba (2) por causa de la aproximación
a Murcia
del ejército
de
Sebastiani ; y <en ,el acto ‘de la presentación
maadó V. E. que los presos fuesen custodiados
en la Casa ade Ayuntamiento.=Este
y otros
muchos he,chos brillantes
que-a V. E. son manifiestos,
acre’ditan que
durante la glori.osa guerra pasada, ocupo el exponente el tiempo en
sin detenerse
en ldesiguaBdad
hostilizar
in.cesantement,e al enemigo,
(1)
Se refiere
a la, Murcia
en los días de la expedición
de 1810.
(2) Donde
se hallaba
el GeneralFreyre.
de Sebastiani,
abril
de fuerzas mi otra cosa que conspirase a cobardía ; y para que pueda
haoer luna manifestáción
formal.=A
V. E. cendiúament~e suplica se
sirva &decretar al margen ser cierto est,e r,elato, con lo #d,emás que fues.e ,de su superior agra,do. Que es gracia que espera alcanzar de la recta
justificación
de V. E., en que recibirá singular mercsed. Madrid 16 ‘le
mayo *de 1815. =Excmo.
Sr. =Miguel
Díaz = Rubrica,do = .(Al margen) =c«Es cierto que ,en 25 ,d~eAbril de 1810 se m,e pre,sentó en Alicante el capitán comprendido
en este papel y me entregó, como dice,
el oficial francés, postillón y correspon.dencias
que menciona y habia
to~ma~do al enemigo seg-ún refiere. Y para que lo haga ccmstar lo firmo en Madrid a .17 ,de l&Iayo de 1815=Manuel
Freyre==Rubricado.»
«Con fecha 8 de este mes, me dice el Excmo. Sr. D. Joaquín Blake,
general en Jefe de este ejército, lo siguixent~e
: «Acabo hde recibir el
oficio que V. E. me dirige con fecha .de 25 de smayo, copiando el part,e dze 18 del mismo qu,e .da el coman,dante (de guerrillas
D. Miguel
Díaz, wmprlewsivo
de las acciones que sostuvo
cn las cercanías dme
Puerto Lápice el 15 ,del mismo, con lo demás que incluye, y 10 hago
presente a S. M. para los fines convenientes»=
!* lo tra&do
a Ved.
para SLI int,eligencia y satisfacción. =Dios
guarcde a Vd. muchos
años. =:Cua.rtel
General
de Elche,
18 d,e junio
de 18tO..=~Manuel Freyre = Rubricado. »
((Excmo.
Sr. Dn. Miguel Díaz.
capitán
de Cahall.e&a
r,etirado y
comandante
de! extingui,do
,escua,drón de Fernando
VII,
a v. S.,
con el ‘de,bido r’espeto ,expone: Que hallándose V. E. mandaildo eti
Jefe el tercer ejércko,
el <día 33 d’e agosto de 1$10 se di@5 nekibir
,en Alcantarilla,
reino *de ,Murcia, .dos correspohdencias
‘que el exponente había intencepta’do a 1.0s enemigos con su escua,drón en el Pwerto Lápice=De
su resulta, en el propio día se sirvió V. E. entregarle
una or,den, esorita de su puño
.para que pasase con la tropa <de su
niando desde Villarrobledo
a Hellín, Caravaca,
Orce y Baza, y con
la gefit,e armada que se le incorporase
.del reino .de Grana,da, atacaSe
los destacamentos
pequerios con que los enemigos hubiesen dejádo
cubierta su comnnicación,
dejando a Baza a la izquierda para caer
sobre Gua,dix, y ver si por ise me,dio conseguía que los cívicos se
130
SICOLÁS
HORTA
RODRÍGUEZ
apoderasen
de la guarnición
<de Granada. Por ta.nto, =A V. E. rendi#damente suplica se sirva Idecretar al margen ser cierto este importante servicio, para l,os ‘efectos conducentes,
en lo que recibirá especial mer,ce’d. ,Madrid 30 de abril ‘de lSlU=Excmo.
Sefior=‘Miguel
Díaz = Rubrica,do
(Al margen,
autógrafo
,de Blake) : Madrid
1.” ‘de
mayo #de 1815=Es
ciierto que ai suplicante
ldí la comisión
qwe expresa con instrucción
,escrita y firma’da de mi mano, que me ha presenta’do. = Blake=RubriNcado.»
Do¿lri?lcllto
Orden
at/iógrafn~de
?blh.
I2
B!nke
«La partida de Dn. Miguel Díaz irá desde Viliarrobledo
a He’llín,
Caravaca, Orce y Baza, y con aa gente armada que se le incorpore <deI
reino de Granada? atacará los ,destacamentos
pequeííos con que los
enemigos hayan edeiado cubierta su comunicación. =Dejando
a Baza
a la izquierda, po,d;á ir sobre Gl:adis si logra nlarmar mucho paisanaje ; y aun es probable que si se acercî c se a Grana.da, los cívicos se
kpodera’rían
de la corta guarni,ción frrtnce~a=I2!rantarilla!
23 de agosto de 1810 = Blake = R,ubricado .»
«Don Joachín Blake, Caballero de la Or,dcn <de Calatrava ; Comendador del Peso Real de Valencia en la de iilcántara
; Teniente General de los .Reales Exércitos
; Capitán General del Reyno de Galicia ;
Presi.dente
‘de su Real Audiencia : Inspe,ctor
Gelneral ,de Infantería
y Milicias,
y General en Xefe ,del Exército
del Centro= Concedo libre y seguro pasaporte
a Don -Miguel Díaz, Capitán sde Cavalllería,
que con seis SubaSternos. -«dante
y (tachada la y) Secretario,
y coa
toda su Partida ,de Infantería
y C’av.” pueda pasar por el R(eiao sde
Murcia,
La Mancha, Reyno de Jaén y Granada= Y ordeno y mando
a las Justicias
sujeta&
mi jurisdicción
y á las que no lo son pi,do y
encargo,
no le pongan impe,dimento en SU viage, ant& bien le faciliten e! alojamiento
or*dinario. los bagajes y víver’es que necesitare,
pagAndolos
á los precios reg-la&dos por S. M. ; y las raciones ,de pan,
etapa, paja, y ceba’da. por su correspondiente
r,ecibo. Dasdo en r1
Quartel
GenPral de Al&ntari’lla
á veinte y tres de Agosto
de mil
.
L.4S GUERRILLAS
EN LA GUERRA
DE
LA INDEPENDENCIA
131
ochocientos y diez= Blak,e= Rubricado =Cosme de Texera Ynojar=
Rubricasdo = Valga por (e’n blanco) días=(A la vuelta) = Casa.s de la
Diputación
,deI Ylto. Ayuntamiento
,de Alicante 7 ode 7bre (debe de
ser «setiembre») l&lOl=P’resentose
y continúa con su Partilda (Hay
,dos firmas ilegibles) = Novelda 10 de Sept*e. ,de X310= Se le han suministra,do las raciones d.e Pan, Etapa, Paja y Sevada Corr,espondiNentes=eMoya=Rubricado=Valencia
16 de Febrero de 1811=Se ha preseatado désel,e alojamiento
para la partida=De
Alós=Rubr&do.»
GUERRA
EL TEATRO
Teniente
DE LIBERAClON
DE OPERACIONES
DEL NORTE
INVIERNO
DE 1936-1937
EN EL
por JOSE MANUEL MARTINEZ BANDE
Coronel de Artillería, del Servicio Hjstbrico Militar
Impo,rttrtzcict de este Teatro de Operaciones eu el ilzvierlao de 1936-87
La calificación ‘de LIII Teatro de Operaciones como «secundariou
rara vez coinci,de con su caráter de subordinado a otros o ‘de poseer
una.
,importancila r,elativa 0 muy escasa Generalmente, el ser secundario se debe. a no haber tenido lugar en el mismo, durante un ci&to período ,dc tkmpo, operaciones decisivas, lo que en muchas ocasiones depende sólo ‘de criterios humanos o ‘de circunstancias ajenas
a la voluntad de los Mandos.
El Teatro ,de Operaciones del Norte de EspaGa, principâlísimo
d,esideal 31 .de marzo al 21 de octubre ‘de 1937, en que es liqG&da
aHi la ,guerra to,ta!lmente po,r las fuerzas nacionales, aparece como
secundario durante el invierno de 1936 CL1937, pese a que tuvieron
lugar entonces dos acciones de gran envergadura, debidas a la inicia:
tiva rojo-separatista : el ataque a Villarreal (30 de noviembre-14 de diciembre de 1936) y la gran ofensiva sobre Oviedo (21 de febrero-15 de
marzo ,d~e1937).
Desd,e el panto ,de vista ,del Ministro de la Guerra de J’alencia
-j,efe mílita’r suprejmoT, ta,1 ;T,eatro no pa,día ser estima,CIo,de-men@
importancia qu,e los ‘del ,Centro, Sur y L+evante. Y en ri’gor, hubiera
bastado ,que, con acierto
y compet~ucia
en 10%Mandos ,y ~011 resolución y capacida’d técnica en 1a.sUrGdad~es,se hubiese llevado- a cabfi
134
JOSÉ
MANUEL
MARTÍNEZ
BANDE
allí una operación
<en gran escala sobre Alava, León o Castilla la
Vieja, para que .hubiera cambiado quizá la suerte ,de la guerra, al menos de momento.
En parte se vio así <desde aquel Ministerio,
mas sólo en parte,
pues las dos acciones a que antes h,emos hecho dusión,
pese a la
desmesurada
ambición que las inspirara,
‘de modo ,sefíalado la ‘de Villarreal, se realizaron
con el ímico propósito
.de aliviar la situación
de Madrìd, muy crítica luego de haber llegaSdo las fuerzas ,de Var&a
a la Ciudad Universitaria
y después de haberse iniciado la batalla del
Jasama .
Para ‘el Mando nacional el Teatro de Operaciones
.del Norte tenía
en esta época un carácter totalmente
secundario,
mientras s’e luclnaba
en torno a, la capital ,dle Espaíía. A tal ,efecto fue sostenida la línea
propia con muy esca,sos efectivos -salvo,
quizá, #en Oviedo y su «COrredor»,
frente siempre activo-,
los cuales hubieron
de enfrentarse
con otros muy supeúiores.
Las vicisitudes
principasles ocurrildas en el Frente Norte en el primer invi,erno de la guerra de Liberación
van a ser objeto del presente trabajo,
,don,de veremos
cómo grandes. posibilidades
en potencia
:son ,desper,diciadas por falta ,de un mando único y una disciplina militar. En tal senti,do, este Teatro de Operaciones
cantábrico
ofrece
WI ,dicho invierao un buen golpe ,d,e enseñanzas.
La zon,a de contncto en el frente Cmttnbrico
La descripción geográfica de la Cordillera Cantábrica, en casi
toda su extensión, parece aquí innecesaria (croquis números 1 y 2).
Basta r#ecor’dar ío sabido por to,dos : que el Frente Norte s,e,exten,día,
asi sin ,ex,oepción, por un terreno ,d’e montaña, y zen ocasiones de
alta montafia; con profun’dos v&es, altas elevaciones, escasez frecuente de fác?les caminos, y mgetación
de huer,ta, prado, monte bajo
y bosque, la cual, aliada con el clima, hacía casi siempre .difícil, cuando no imposible, la visibilidiad.
La Iínea del frente, como es lógico en estos casos, era rara vez
continua, ofreci,endo ampli’os boquetw sin cubr~ir, allí #donde las dific&ades
‘del. ,terreno y escasez viania llegaban al limite.
.,’ El extremo oriental de leste frente hab& sido fija,do ,en los últiimk~ días lde septiembre y primeros ,de octubre de 1936, al #darsepor
_^ f..
.~
EL
TEATRO
DE
OPERACION$G
DEL
KORTE
EX
EL
INVIERNO
DE
1936-1937
135
t,e,rminada la victoriosa ca,mpal?apara la liberacibn de Guipúzcoa (1).
.m z de! primer ,mes cita,do había sido conquistido el saliente de Anguiozar, el 26 Mon&-agón,
el 28 los montes Uzcárregui, Calamúa y
y
el
6
de
octubre
se
entraba en Deya. A partir de esta it!tima
Arrate,
jornada, y tras varias otms de ~‘anos forcejeos, la situación se estabilizaba rápidamente.
En la provincia de Alava, y Juego de quedar ocupado el puerto
de Arlabán el 21 de s.eptiembre, la línea no ofrecía variaciones grandes con respecto a la que que había sido ,delimitsda tras las primeras
jorna,das ‘del Alzamiento. Villarreal aparecía como un entrante peligroso,, bi,en dominado por la ‘divisoria cantábrica, en poder ,de los
rojp-sel>aratistas, que eran duenos de todas sus alturas, entx ellas
la *del gigantesco Gorb,ea. Pero desde las Yamadas Gzadas ,de Mube,
aquella ,divisoria, pasando por el violento cortado de ta P.eíía ,d.e Orduña, se encontraba en poder ‘de las fuerzas nacionales.
‘De nuevo ,el frente se situaba al Sur de la Cordillera Cantábrica
(Sierra Salvada), cruzando una comwca ,de escasa densi,dad sdevida,
donde apenas se vislumbraban señales ,de guerra, para volver otra vez,
hacia Espinosa de los 3Jonteros. a ofrecerse co11 posiciones relativamente próximas. Las fuerzas nacionales defenjdían difícilmente Ia
carretera que des’de aquella localida,d lleva a Sencillo, y luego la zona
d,e contacto seguía un traza’do irregular por terreno cada vez menos
montuoso, en don,de hacían ya acto de presencia las extensas parameras. ‘Cruzado el Ebro, aquelías fuerzas dominaban los i,mpresionantes y desolados páram0.s de Lora -balcones sobre ‘e*lrío- entrán<doseluego ,en otra comarca 8dond’e, ,de nuevo, la guerra s,e acusaba
con signos indelebles : la de Aguilar de Campóo a Barruelo, frecuentemente objeto ,de ataques marxistas, en lucha por la posesión ,de Varias minas de uarbón.
Luego otra vez el fr,ente parecía esfuma.rse. Las grandes alturas
de PIeña Labra y Sierra de Alba, últimas derivaciones de los Picos de
E’uropa, creaban co,rmarcas casi inhabitables. San SalvaIdor de Cantamuga y Guar,do, con sus ,defensas ‘a vanguar,dia, se enlazaban apenas
con la comwca de Riafio, ya en tierna leonesa.
Toda la provincia ,de León aparecía defendida a través de utia
serie lde grupos d,e posiciones, 3discontinuos ent,re sí, *en ocasi’ones separados por grandes bo.quetes vacíos, siempre *domirxados por’ altu(1)
Véase Kampniía
de Guipúzcoax,
en Ejército,
núm.
190. noviembre de 1955.
,
136
JOSi
1~AXL’E.L
MARTíNE
BAliDE
sas enemigas. Barniedo, Oseja d,e Sajambre, alarafia, Lillo, Valdepi&go,
Matallana, La Kobba, La Magdalena, San Pedro d,e Luna
y el s$liente de Torrebarrios seìiailaban la situación *de las avanzadillas ,defensivas, cuya misión, dwda su situación <difícil, si,empre domina’da por otras avanza,diJlas enemigas, era sólo la .de cont,ener todo
intento de penetración a los llanos leoneses, sosteni,endo la carretera
k-ansversal qu:e las ~enlazaba.
El frente asturiano propiamente dicho, aparecía a continuación,
habi,endo que#da,doedel!imitado c’omo consecuencia ,d,e las operaciones
t,enidas Iugar en !el verano y comienzos del otoño pa,ra socorrer al
Ovie’d,o cercado (2>, La urgencia de ,dicho socorro había influído
notablemente en su trazado.
La carretera d,el puerto .de Leitariegos le ‘definía, más que la cuenca ‘del río Zarcea, en parte corta,da por las posiciones rojas. Lzlego,
entre Pravia y la capital surgía el Ilama,do «pasillo), y «corre,dor» de
Grado, o de Ovi,edo, pero su estudio detallado se hará en SLI momento.
oportuno.
En la etapa de *la guerra que ,estamos considerando: el Ejército
nacional de b zona cantábrica cparte int,egrante del Ejército del Nortej Lseapoya sobre Ba vi,eja estructura #divisionaria. Son, en efecto,
Jas a@iguas ‘Divisiones orgánicas existwtes el 18 dde julio las que
atienden a todas, las nec,esidades e incidencias ,d#ela pa,rte del frente
a ellas en.comendado, con gran autonomía. Por todo 10 cual, c,onsideraremos la or,ganización ‘de ,dicho Ejército ‘por separa.d#o,y a través
de las Divisiones 6.” y 8.”
Sexta. Dimkión (croquk
número 1).
Su mando correspondía, a partir del 17 de noviembre, al general
f&arez Arenas.
Un ,esta5dillo f,echa,do el 1,s de noviembre, acompaña’do de las posiciones que ocupaban las fuerzas nacionales, da una idea muy clara
de c6mo estaba aorganizada aquí Ia zona *de contacto c,on el enemigo,
según tres FreIltes distintos.
(2)
ConfrónteseaSoco:-ro 3 Oviedon, publicado
en el
trúm.
7
dc esta
REVISTA.
El Frente de (;uipúzcoa
aparecía defendido por la Columna Caextenditda .desde el mar al mont,e Uzcárregui
ynela > 2.931 hombres,
(exclusive)
: Columna Los Arcos, 5.250, ,desplega’da al Sur de la anterior
hasta Mondragón
(excluíado) ; Columna
Latorre,
1.785, con
posiciones
desde Mondragón
hlasta el puerto de Arlahán,
ambas inclusive : y Columna Alonso Vega, 1.519, destacada provisionalmente
en el sailiente de -1nguiozar.
Había,
además, 1.479 hombres a ,disposición del Mando y en uni~dadesrde retaguardia. Total: 12.973.
‘El Frente de Alava estaba
compuesto
por una serie ,de pequeñas
Columnas, con un total de J-.588 hombres. -4 retaguardia y en posiciones inmediatas al frente quedaban otros 2.X?, en períodc de
instrucción. En total se contaban aquí con 1G piezas de artillería.
A este frente pertulecía, en principio, la Columna .4~1011s0 Vega, que
de momento se encontraba en el Frente guipuzcoano.
El F,rente Burgos-Palencia estaha
organizaarlo en tres sectores,
_
defendidos ipor las siguientes nnidades : Agrupación
del teniente coronel Moliner, con 3.360 hombres. ,desplegados .dcsde Berkrena (con
av:~nz:~clillas
en la Pesa de Orduña) a Torres de Arriba, y 8 piezas de
artillería ; Columna del comandante Sagardía, con 775 hombres, que
taponaktll el 1)oquete
del Ebro y la rcgibn llamada de los Pb-amos de
Lora,
estwdiéutlose tle:l:le la comarca de Bricia a Aquilar de Campóo (excltlído) ; y Agrupación del coronel Faorie, con 3.696 hombres,
situados en posiciones a vang~~ardia desde Aguilar de Campóo hasta
el limite con la pral-incia de León, y con 10 piezas.
E.1 6 de diciembre, aún en plena batalla
‘de Villarr~eal, una orden,
del Ejército del Xorte disponía que ,las fuerzas de la 6.a Divisió~n (#de
cuyo mando se hacía cargo el general 1,ópez Pinto, en Burgos), se
dividieran en doy .-\,grnpaciones : la 1 .a, que se formaría con las fuerzas despl,egadas dwde Ondárroa al Este d,el macizo ‘del Gorhea, en
las iposiciones a ambos lados de la carretera Villarreal-Uhidea in’cl,usive ; y ila i.a, que estaria constit@da co- el resto ‘de las unidades,
hastca ll’egar a los límites con la provincia leonesa.
Las fuerzas de la 1.3 ilgrupación o Primer Sector (capitalidad,
Vitoria) serían manda’das por el coronel Solchaga, y las de la 2.” Agrupación 0 2.” sector (capitalidad, Palencia) por el general Ferrer.
El detalle de esta organización serael sigui,ente :
-Primer
se’ctor. Se formarían aquí cuatro Briga.das, denominadas «de Navarra», con 10,ssiguientes mandos: 1, .coronel Los Arc6.s ;
II, coronel Gayuela ; IIT, coronel Latorre; IV, coronel Alonso Vega,
138
JOSE’: MANUBI,
MARTÍNEZ
BAXDE
-
Segund.0 se,ctor. .S,e <dividiría en dos subsectores
: el de Burmaedado por el teniente coronel Mayoral ; y el de Palencia, cuyo
jefe sería el coronel Faorie.
El 21 ‘d,el mismo ínes, el frente de Burgos se dividiría en #dos subsectores : Este (jefe, teniente coronel Moliner),
hasta la comarca ,de
Bricia (excluída),
y Oeste (jefe, coman,dante ktgardía),
desde ,d,icha
comarca al lí,mite Oeste #del frente.
En ,enero, el frente d,e Guipúzcoa-Alava
se extenderia
(desde el
mar al :Este de da Peîia .de Orduña;
el de Burgos
se dividiría en <dos
.zonas : 1.a (t.eniente coronel Moliner)
y 2.” (teniente coronel Sagardía). Y el gd’e Palencia en otras ‘dos : 1.1 zona, bajo el mando del
t.entente coronel Sanz, y 2.“, a las órdenes del c:lmandante
Lafuente (esta 2.8 zona comprendía
las comarcas
de Cervera,
San Salvador
y G«ar,do).
En f,ehrero .se haría cargo de la 1 Brigada de Navarra
el teniente
coronel García Valiño.
Progresivamente
iría mejorando
la organizaci¿‘Bn de to.das las unidad,es, aum.entándose
.el número ,de efectivos
totales.
El 10 ,de di‘ckmbre,
los ,de toda ia División,
en su zona de vangwdia,
serían
de 29.061 hombr,es. lE1 31 de enero, de 31.662. Ei 20 de febrero,
d,e
37.9.52, y ,eJ 10 ,de marzo, de 39.430.
.gOS,
La zona ,de vanguar,dia
‘de Iba 8.a División
estaba dividida, en un
principio,
en ‘dos Frentes
ind,ependieni-es : ei ,de -4sturias
y cl ‘de
‘León. Sin ,embargo, ,en ,diciembre quedaría bajo un solo mando -el
del general Arandatodo el territorio
de Gaiicia, r2sturias y León,
con sus fr,entes d’e gue’rra.
.En la parte %dela provincia
.d,e Oviedo libera’da ‘existía, el 15 de
novilembre, la llamada Com.andancia d.e asturias,
puesta bajo el mando del citado general. Sus fuerzas se ext,endían desde el puerto cde
lki&iegos
(excluido)
hasta da costa cantábrica y s,e dividían en una
llamada Columna ,de Oviedo, #destina,d,a a ,defender !la ciudad (coronel
Martín Alonso),
y er, los siguient,es sector,e.s, ,de Xorte a Sur: COSta, Pravia,
Grado-Escamprero,
y Cabruñana-Leitariegos.
Los efectivas eran entonces los siguientes : Columna de Oviedo, 8.313 homj%s ; Sector ,de la Costa, 463 ; Sector de R-avia, l.Oí’4 ; Sector ,de
Grado-Escampi-ero,
5.187 ; y Sector Cabruñana-Leitariegos,
1.661. îo-
EL TEATRODE orex,~cros;~s I>~:I.XORTEcs IX IXVIERSODE 1936-1937
139
.tal: 16.698. L,n Co!~mna de Ovie,do tenia 4 baterías, habiendo ufia en
el sector de Pravia y 3 en el de Grado-Escamprero.
‘1 COlLiiilild
de Oviedo : PriEl ,$ de diciembre aparece así dividida .iL
mera Agrupación (Ox-ie,do-Loma Pando), Agrupación Indígena (Oviedo-Xaranco), Agrupación de Guarnición d.e Ovie’do, y 2.” Agrupación
(San Roque, Villamar, Loriana y Cima~devilia).
El 1 de febrero el g-eneral Aranda era designado para el mando
de la 8.” División, y el 4 de ese mes ,el <general Martín Alonso se hacía cargo del mando de todas las fuerzas militares de la región asturiana.
El 16 de febrero, la Comandancia dt: Asturias ,se organizaba en
Zona del Este ,del X0x-a y Zona al Oest,e .de dicho río. La prime,ra
Zona com>prendía la Columna, de Operaciones (5.303 hombres) y Za
Agrupación ,d,c Oviedo (0.33Sj, la cua:I, a su vez! abarcaba la Colu?na Móvil, el sulìsector ‘de Naranco y e! subsecxor de San Roque. En
la Zona al Oeste del -Tora se ‘encontraban los sectores de Grado-Escamprero (10.381 hombres), Cabruñana-Leitariegos
(3.231), Pravia
(1.1.95) y Costa (968). En ,estas cifras se incluyen todos los Servkios.
Ed 28 de febrero, cuando Ja lucha era más empeGada alrededor DDE
Ovie,do y ,del «corredor», el gen.eral Aranda reorganizó sus fuerzas,
(dadlala situación. los problemas tknicos planteados y Jas decisiones
que ,el Mando había resuelto tomar. Aranda ,dividió aqu&llas en las
siguientes unidades :
1.” Agrupación Ofensiva. que tendría por zona de acción la comprendida entre Oviedo y Escamprero (ambos puntos inclusive) y cuya
misión sería sostener allí la línea a toda costa ; ia mandaba ‘e! general
Martin Alonso, con dos Brigadas a las órdenes del coronel Aspe y el
teniente copone! Gómez P?vel!aneda, las que reunían un total dle <diez
unidasdes tipo batallón, cuatr~o baterías d,e í05 milímetros, d,os compañías ,de Ingenieros y S,ervicios #diversos.
2.” Agrupación ,de Fuerzas :Estabilizadas, que defendería los sector,es (de Cuero, Soto, Santu’llano, GuruUés, Grado y ‘Cabrufiana, y
en ‘la que habría una reserva móvil forma,da por tres kdades tipo
batallón y Servicios, cuya misión era sostener, sin idea de re$egue,
la línea de comunicaciones hasta Escamprero. El mando del cckjunto
cowespondía al teni.ente corone,1 Ceano.
3.0 (Tres Sectores directamente d,ependientes ,del Mando jdivisionário : el *de Pravia (comandlante De la Mot,ta), :el d,e Comellana-Salas
(capitán Souto). y el .de CangasTineo-Espina (capitán Barba).
4.” Un¿ línea d,e vigilancia en la Costa, desde Cudi~lbero a Castropal (tenknte
coronel Ro,dríguez Abella).
El 29 lde marzo el general1 i2ransda dispone que, modifica,das las
circunstancias
que motivaron
la or ganización provisional
de las Fuerzas de Asturias,
vuelva a asumir el general Martín Alonso
el cargo ‘de
Gobernador
!Mi,litar de da región, con el mando de todas las fuerzas
del Principa~do, las cuales quedarán así distribuidas
:
- Pdaza de Oviedo (coronel Recas).
d Cector del Naranco (teniente coronel Ben Mizzianj,
con la hamalda Línea del Xaranco y las Fuerzas Móviles.
- Sector Cki,ental (coronel
Aspej, con los subsectores
de San
Claudio,
Villamar-Argañosa
y Escamprero.
- Sector (irado-Santulkmo
(tenerlte coronel Ceano), con los subsectores
de Cuero, I’eíiatlor,
Soto, Santullano,
Guruiit~
y (irado,
más las fuerzas móvi,les de reserva.
- Sector Occ.i~dental (corona
Arias),
que conservaría
la inspeccion de los servicios
>d’e abastecimiento
y transporte,
teniendo
además el mando cdel subsector
de Cabruííana,
Cornellanct-Salas
y del
Nalón _
- Línea Espina-Cangas-Leitariegos.
En cuanto a los efe,ctivos, éstos esperimentan
a través del invierno, co’mo en ,el caso ,de la 6.a División,
un constante
crecimiento.
He aquí unas fechas muy elocuentes : .9 de ,diciembre, 21.057 hombres ; 16 de diciembre,
21.194; 7 ‘de enero, 23.197; 17 de enero,
24.038 ; 27 ,de enero, 25.243; 4 lde febrero,
25.726 ; y 2-C ,de marzo,
36,491. En esta última fecha las pi,ezas de artillería
son 108.
El Frente de León estaba ‘defendido en un principio -segtín
est~adi!llo derl 15 de noviembrepor 6.429 hombres,
clon 8 piezas ligeras, ‘que cubrían los siguientes
sectores : del puerto td.e Leitariegos
(coman,dan,te Morales),
*del puerto ,dc Somiedo (comnnjdante
Gallegos), d,e San Emiliano
(co8mandante Arr,edondo),
de San Fkdro .de
Luna (coman,dante .Molezím).
,d,e La Robla-Matallana-La
\Teci,lla (tenient.e coroneZ Armesto
Guerra),
de Bofinr-Lillo
(capitán Alvarez
Crespo) y ,de RiaUo-S~ajambre
(comandante
CZmez %co) ; aparte DDE
destaca,mentos
en La Magdalena,
Cistierna,
Fabero,
Ponferrada
y
CrabW0.
El 37 de febrero se hacía cargo del mando de to’das las fuerzas
de ‘la.provincia
el coronel Múgica.
El 27 de marzo, los efectivos
del Frente de León ascendían
a
10.361 hombres,
que disponían jde 12 piezas ligeras.
L
EL TEATRO DE OPEBACIO~~ESBEL NORTE EN EL IWIERNO DE 1036.193i
El Ejército
rojo-sepnmtistn
141
del Norte
El carácter especial ‘que tomó la guerra en la zona cantábrica,
como en el resto de la España roja, nos obliga a detenernos en ufla
ser.ie de aspectos, que hemos pasa,do en silencio -por no estimar necesario hablar de ellos- al tratar del Ejército nacional en los párrafes anteriores.
Orga~ni2acich política.
La organización política de las provincias no Jiberadas Idel Norte
de Espafia en el invierno d,e 1936-37 era la siguient’e:
En Vizcaya existía un titulado Gobierno ,de «Euzkadi» presidido.
por José Antonio Aguirre (nacionalista, o s,eparatista mc&rádo)
con otros cuatro nacionalistas, tres socialiStas, un comunista, uno
de Acción Vasca (separatista de izquierda), uno de Unión Republicana y otro de Izquier,da Republicana. Aguirre ,de.sempeí?ahala cartera de Defensa.
En Santander había un Consejo Soberano, de Santander, Burgos
y Palencia en ed que, sin personali8dad,esdestacaedas,bdominaban los
partidos ,extremistas. (Apenas si se poseen <datos ref,erentes a aa políitica santanderina.)
En Asturias ,dominaba el Consejo Provincial, que luego se llamaría Interprovincial
y finalmente Consejo Soberano. Comprendía
una Pr.esid’encia y una serie de departamentos, a modo #de ministerios, al frente lde ca,da uno de los cuales estaba un C’o.nsejero. El
Pfresid.ente era Belaámino Tomás. Dominaban las gentes pertenecientes al comunismo, socialismo y anarcosindicalismo (ést&s, quizá
las más influyentesj.
A primeros de noviembre de i936, cuando ya existía en el baado
rojo-separatista el llamacdo Ejército ‘dei Norte, dividido cn tres Cuerpos ‘de Ejércit,o (el d,e ,c(.Euzka,di», el de Santander y el ,de Asturias),
fue ld,esignado para el man,do supremo el general Llano de la Encomienda. Hasta su toma de pos,esión, 61. capitán Ciutat había
142
.!OSÉ
.\L1SLxL
Sl.IXTISE%
B!A»E
trata’do
lde dar cohesión
y organizaci6n
al vasto
frente,
montando un principio de Estasdo Mayor, pero ia tarea no era fácil. Porque junto $1 Ejército
así creado, más bien en el papel, proliferaban
unos organismos
político-militares
: las Conserj,erías
o Consejos
de
Defensa, .con su Presidente,
una por cada una ,de las provincias
de
Vizcaya,
Santander y Asturias ; Conserjerías
que intervenían
en todos los asuntos militahes y eran e11 organismo
prácticam,ente
soberano en lo relaciona.do con la organización,
operaciones,
instrucción,
fortificación,
etc., etc.
LOS rozamientos fueron mayores en Vizcaya,
donde era Presidente de ,Za ‘Gonserjería ,de Defensa, el de «Euzkadi», *José Antonio
Aguirre, hombre t,ota¡Imente ayuno en cuestiones militares. Aguirre
tenía como asesor máximo y jefe de operaciones
al capitán
Arámbarri, y como jefe de Esta,do Mayor el comandante Montaud. El
Cuerpo #de Ejército de (tEuzkadi»*estaba a sus órdenes
Idirectas,
y
si bien ,es verdad que se encontraba en Bilbao un Comisario ,del Gobierno de la República, éste carecía por completo de autori’dad. Llano, bdespuésde una serie de incidentes con Aguirre, terminó marc,hándose a Santan,der, con to’do su Es’tado Mayor (3).
El Cuerpo d,e Ejército santanderino tenía como jefe de operaciones al teni,ente coronel García Vayas con e? comandante Ló,pez Pifiero en la jefatura lde Estad.0 Mayor;
y el de Asturias ad comandante Linares, hallándose al frente de su Estado Mayor el capitán Lluk.
Estos ,dos Cuerpos d,e Ejército estaban más en contacto y .dependelicia del ,Ministerio ,de la Gue’rra, ‘establecido en Valencia, por lo
qtie su manejo, para un mando nombrado por ,d,icho Ministerio, tenía qtie ser mucho más fácil.
Uano fde la .Encomi,enda trató probablemente de dar cohesión a
aquel heterogéneo tinglado, procuraado se aplicaran to,das las .disposiciones de car&cter general que se habían ‘dado, primero ,d,es’deMadrid y luego ,desde Valencia, y buscaado, a la vez, la coordinación
d.e los planes militares. Y aunque acaso su deseo llegó a hacerse
realidad, en los <que em posil$e, claro está, en Santand,er y Asturias, no ocurrió lo mismo en el País Vasco.
El 12 de marzo ,era nombra,do el general Martínez Cabrera, Irisd,el Yorte, pero SLI a,ctuaciÓn resultó
$&tor
Genera ! ,del Ejército
wmplefamente
‘(3) Sobre
Barcelona
.
el ti
anodina.
el particdzr,
de febkro
Llano
de 1938,
una declaració11 ante el S.
en que se habla de estos incidentes
prestó
li. P. M. de
EL
Pepeñas
TEATRO
DE OPERACIONjES
DEL
NORTE
EN EL INVIERKO
DE
19361937
143
akdades.
Al terminarse la campafia de GuipUzcoa y ser impuesto un alto
a la marcha lde las fuerzas nacionales, el con@omerado rojo-separatisba de Vizcaya respiró, ‘dándose entonces los partidos políticos a
organizar numerosos batallones. Na.s faStos de mandos prof,esiona-.
ies, los esfuerzos resultaron estéril,es, pues los jefes y oficiaks, nombrados por sus antecedente políticos, ldescono,cian todo rudimento de
tknica castrense y carecían en absoluto de espíritu mí%litar. Por su
parte, lla ‘distinta psicología de los partidos ‘ejerció aquí ,d,ecisiva influencia, ya que ‘mientras que en Sos milicianos procedentes dea Parti’do Nacionalista Vasco (gz~&wis) imperaba un sen.tido más bien conservador, los propiamente r’evolucionarios (socialistas, comunistas y
arwrcosin~dicalistas) sentían con superior intensida,d la lucha y por.
ello, a la larga, resultaron más duros ,y peligrosos (4).
En Santand,er, la eficacia de *lasunidsdes era inf-ior,
pues la masa
general de la provinciia, campesina y de ideas conservadoras, se manifestaba opuesta a todo ideal revolucionario. En cambio, Asturias .dio
las mejores tropas de las tres provincias y a ellas correspondió la
resistencia más encarnizada de la campaña: en rigor fue la región
de la España roja donde se luchó con más desesperada tenacidad.
El carácter qoXtico de- los batallones se tradujo en SL~ d,enominación a base de títulos, caFi siempre pomposos, que recordaban pjersonajcs, hechos o cualidades. Y aunque el 20 de noviembre Llano de
(4) Eu el informe dado pop- et General Martínez Cabrera ci 1.2 de julio de
1937. en Valencia. se decía entre otras cos:.s: ~41 terminarse la campaña de Guipúzcoa se organizaron
batallones de determinada ideología, nacionalista en su mayoría, org.anización defectuosa en extremo, porque los soldados carecían de instrucci6n y los mandos se daban en su casf totalidad a jóvenes desco1iocedores dé ‘los
deberes castrenses y que sentían con poca intensidad la Guerra en 16s t&níinos en
que estahn planteada. Estos batallones, sin lazos orgánicos con unidades sufieríores’
(brigadas y divisiones), eran mandados por jOvenes vascos con características análogas a las de los jefes y oíiciales, con la excepción de los. batallones de socialistas
y comunistas y demás organizaciones
obreras, cuya foimación respondía mejor aI
espíritu de nuestra lucha, y los mandos recaían en hombres seleccionados por los
partidos conforme a los principios que sirvieron de base en los otros frentes... En
general los batallones llegaron a estar bien equipados y atendidos en todos los
órdenes, menos en el de instruirles militarmente;
era más bien grupos de hombres
fuertes y bien cuidados que batallones en el verdadero sentido militar de esta frase.h
la Encomienda
ordenaba su numeracihn,
~610 se .le hizo caso en Santander y Asturias
(õj.
Muchas
unidades
tenían por esta época, extraoficialmente,
un
Inspector
de Guerra del EjérCo,misario político, sien.do Comisario
cito del Worte, Ramón González Peííía.
El problema ,de los mandos era muy grave y en realida,d nunca
fue resuelto.
Los oficiales $e complemento
s,e manifwtaban
remisos
a su incorporación
a las fuerzas armadas, y ,como faltaban profesionales hubo qu,e acudir a crear centros de formación
,de oficiales, suboficiales y clases.
El 18 d,e ‘diciembr,e, se creaba así, para toda la zona Norte, la Esoficiales
cuela Popular de Guerra #de Birlbao, ed,estina,da a improvisar
de Infantería,
y la de Trubia para Artillería
e 1.ngenieros.
La vida
de estos centros *debió ser muy prc’caria.
La falta jd,e mandos originó también el que se creara, el ‘i de febr,aro de 1937, los «batallones ,de instruwión
para 1~s ,clases», organi&adose
‘dos en cada uno Ide los Cuerpos de Ejército : uno para
Militares
profes;onalles
,debian cuidar
cti&
y otro .para sargentos.
s,e ,llevara a cabo un plan de instrucción
intensiva, prá.cti,ca, y segiln
.el reglamento
tá.ctico de Infantería,
‘cte qilince días de ‘duración.
Durante
mucho tiempo dos ba$áUones funcionaron
con total indepe,ndencia, sin inte,grarse en unbdades superiores,
y formánàose
Colur?mas só,lo cuando se ttrataba d,e realizar una o.peración de cierta envergadura.
Estas ,columnas es:tabw c,onstituídas por un número variable d,e‘ batalllofies, en ocasiones muy eleva,do.
El 26 de ,eriero, Ulano lde la Encomi,enda or,d.waba que el Ejército
en la proporción
siguiente:
del Norte se organizas’e en Brigadas,
Cu.erpo de Ejército
de ((Euzkadi», 20 ; lde Santander,
15 ; [de Iîsturias,
(.s) He aquí algunos .tlombres pintorescos de los batallones vascas: «Cultura y
Deporte». uRusia». «Sabino arana», UU. C. T. número 6», «Kirikiño»,
«C. N. T.
ckekelión
de la Sal»,
«Roxa Imxemburgo)~, etc.
niíineio 2n, aDrqgmes», &zu%~,
EL
TIM’~KO
IX
Ol’ERAClO~JX?
YCL
KOBTE
EN EL
INVIERNO
DE
1936-1937
145
20. I)ero ,de estos efectivos los Cuerpos tde Ejército mantendrían a
d,istposición del Mando 8, 5 y 8 Briga,das, respectivamente, como reserva general. Sin embargo, la orden no fue cumplida hasta mucho
d’espués.
Orga+z&ación gweral
del Frente (croquis ntimeros 1 y 2)
Toda la zona ,de guerra d,efendida por las fuerzas ,de ((Euzkadi»,
se :divildía en tres Frentes : ,de Guipúzcoa, de Alava y de Burgos,
con los siguientes sectores :
-- Frente de Guipúzcoa: Lequeitio, Marquina, Eibar y Elorrio.
-
Frente de Alava: -4ramayona, Ochandiano, Ubidea y Gorbea.
Frente d.e Burgos:
Amurrio
y ArciniegatVaImas~ed~a,.
El Frente correspoadiente al Cuerpo ,de Ejército santan.derino
comprendía ‘los cuatro sectores ‘de Los Tornos, Corconte (llamado
también ‘de Sonciilo), Reinosa y Potes.
En Asturias existía ya en el mes de dicie,mbre los siguientes sec.
topes : Soto *del Barco, San Esteban ‘de Pravia, Penaullán, Grullos,
Posadla Llanera, Lugones, Santambrina, ‘Rubia, Bayo, Wlazón,
Belmonte, Somiedo, Pola Ide Gordón y Cangas sdeOnís. Esta organización -muy defectuosasufriría luego variaciones diversas.
Efectivos
Los ‘datos relativos a los ef,ectivos del Cuerpo d,e Ejército de
«Euzkadi» en la época que estamos considerando son muy escasos.
Sabemos, sin ‘embargo, que en la ofensiva sobre Villarreal (noviembreAdiciembre) se ,embebieron unos 30 batallones, 8 carros, 54%piezas
.de artill,ería y 5 compaíiías de ingenieros ; y que antes de comenzar
las operaci,ones nacional,es en Vizcaya (31 de Ma,rzo), los efectivos
habían aumentado aquí hasta unos 70 batallones, un escnzdrón, 66
piezas aproximadamente sde Artiallería? inclubdas las de c.osta y las
antiaér,eas, y cinco batallones ‘de ingenieros.
Del Cuerpo ,de #Ej&-cito jde Santander se conocen, en cambio, bastantes ,datos, suficientes para que nos demos cuenta de su evolución
orgánica. El 31 de ,dici.embre --según un estadillo ‘de fuerzas, acompañado de una especie de ,memoria--- aparece aquél integrado por unos
146
JOSÉ
XASUEL
MARTÍsE
MPÍDE
-25.000 hombes «mal dotados» ; su armamento es deficiente y el muni-.
cionamiento, ,d&ctuoso (6).
Una M,emosia ‘de la Comisaría id,eDefensa de Santander, sin fecha,,
pero ‘que debe comesponder a mediados o finaJes ,del mes de febrero
de 1937, señrala que el Cuerpo Ide Ejército tiene 24 batallones. El armamento ha ,sido muy in,crementa!do ,(7) y .en arti#llería ‘se cnenta col%
38 piezas (8), que ac*úan por secciones o for,msndo baterías de tres
pieza,s, careciéndose de artillería pesa,da; pero el muni~cionami~ento,
dedo el origen diverso ‘del1mate&1 (9), continúa siendo muy jdefici,ente. Hay además 10 compaÍíias de Ingenieros (%apa’dor,es, Pontoneros y Ferrocarriles), un batallón de Transmisiones y otros servicios.
Igualmente sin fecha, pero creemos que correspondi,ente a finales
da1 smes,d,ema’rzo, poseemos un ‘estad810y Memoria que nos pinta al
Cuerpo )de Ejército d’e Santander con una organización muy acabada,
ya estructurada en Divisiones. En definitiva, dicha oganización es
ésta :
- 1.a División (comandante Villarías). D,esplega,da ,d,es,delos límit,es con ((Euzkadi» all pueblo ,de Villabascones, exdusive. La componen ka Brigadas 1, II y III, con ocho batallones en tota{.
- 2.” División (comandante Bueno). Desplegalda ,desd,eVillabascones basta Pol,Pentes, ambos inclusive. Composición: las Brigadas IV,
V y VI, con diez hatal1one.s en t,otail.
- 3.” División (comtandante Fernández Navamuel). Desplegada
,des,de eil límite fde la anterior a Cuesta Labra (inclusive). Fcrman
esta División clas Briga,das VII, VIII,
IX y X, ‘con ‘once batallones.
Al Oeste de la 3.” División y hasta los Picos ad,eEm-opa (exclusive) figura la Briga’da XI (comandante Rioyo), con dos batatllones.
Habiendo adsemásuna Briga,da sde Choque (comandante San Eme.terio), con tres batallones, reserva <del Cuerpo ,d,e Ejér,ci,to ; y las Brigadas Móviles números XII, con tres batallones, y XIII,
con dos,
ambas en organización.
’
S”
ametralladores,
119 ametralladoras,
4’7 mor(6)
HaSn
10.959 fuslles,
< I fusiles
teros,
14 lanzaminas,14 carros, 5 blindados
y 31 piezas,
de las cuales
cuatro
eran
de 37 milímetros,
tres de 70, diecisiete
de 75, dos de ‘76, trece de 7’7 y dos de 105.
(7)
En efecto,
había ya 23.439 fusiles,
13% fusiles
ametralladores,
132 ametralladoras y 70 morteros.
(8)
Cuatro
eran de 37 milímetros,
dieciocho
de 7.5, dos tic 76. tres de 77, tres
de 80 (en misión
de costa) y dos de 105.
(9)
Había
seis clases de fusiles y cinco de fusiles ametralladores.
Gran cantidad
del material
era extranjero.
EL
TEATRO
DE
OI’ERACIOhyX
DEL
NORTE
EN EL
INVIERNO
DE
1$,3&1$)37
147
En total, pues, se cuentan aquí 14 Brigadas y 39 batallones, Las
piezas edeeste Cuerpo son, el 29 d,e marzo, 74, ,de las cuales s$o una
es pesada, correspondiendo las demás a una gran variedad de modelos, muchos de ellos anticuados (10).
Por lo ,que respecta a Asturias, sólo diremos --dada la deficiente
documentación aquí existenteque a fines de marzo aqud ~Cuerpo .de
Ejército constaba ,de 70 bataalones ; pero ya mucho antes ---en el mes
de febrerohabían si,do lanzados s0br.e Oviedo unos 40.000 hombses,
cifra entonces elevadísima, aunqwe bien es verdafd que no toldos ,ellos
pertene~cian a este Cuerpo de Ejér,cito. Su artillería se componía, el
29 de marzo, de 12’7 piezas, casi todas ligeras y (de itas más diversas
procedencias (LI).
Aunque se carece de datos precisos, parece ser que en los últimos.
días ,de marzo -quizá co8moconsecuencia de la fracasada ofensiva teaida lugar .en ese ‘mes y en el de febr,er,o- ei frente asturiano-kon6s
quedó organizado en Divisiones, siete en total, más ‘dos Briga,das independientes. De Norte a Sur, el ,detalle de ,dicha organización era
éiste:
- Brigada XVI. AcantonaIda en Avilés, con lla fuerza en continuia
pr.eparación, para reforzar, frente a un posible ataque nacional, las
Divisiones 7.“, 1.” y 2.“.
- División
Gmdo.
7,“, o «del Nalón». Desplegada desde la costa hasta
- División 1.“. Situada frente a la línea Grado-Escamprero, aproximadamente.
- División 2.ô. Despilegada alrededor de la fa,lda dlel i”Saranco.
- División 3.“. Situa;da en los ba,rrios extremos de Oviedo, ,desde
La Cadellsda a San Lázaro, ambos inclusive.
(10) Cuatro aantitanques», dos adaptadas para el tiro antiaéreo (no se dice más),
tres de 70 milímetros de montaíía, doce de 75 Schneider-Canet, diez de 75 KruppAnsaldo, dos de 75 Schneider español, diez de 75 cjaponés» de montaña, dos de
75 Vickers, tres de 75 Saint-Chamond, seis de í’5 Krupp, dos de 76 (obús de montaña), cuatro de 77 Krupp corto, cinco de í’7 Krupp largo, cuatro de 60 Saint-Cbamond,dos de 57 aruso~, dos de 105 Schneider de montaña y una de 150 Krupp.
(ll)
He aquí el detalle de este material: cuatro piezas de 75 milímetros Schneider-Canet, veinte de 75 Krupp-Ansaldo
de campaira, doce de 75 Schneider, veinte
de 75 ajapones» de montaña, dos de 75 Vickers, veinticuatro de 77 Xrupp corto,
nueve de 77 Krupp largo, cuatro de YO Saint-Chamond, nueve de 87 arusasp, diez
de 105 Schneider de montaña, dos de í15 «obús corton, dos de I27 Armstrong y
nueve de 155 Schneider.
$48
JOSÉ
MANUEL
MARTÍh’EZ
B.\NDE
- División 5.“. ‘Embebida en ‘el boquete Ide Loma Pando, desde
&a Argañ’osa a San Claudio.
---: División 4.“. Cubría una extensa linea que iba desde Trubiz
(incluí,do) al puerto de Somie’do (excluído).
- División 6.“. Situada a la ,derecha de la anterior defendiendo
el puerto ,de Somiedo y Jos que sucesivamente jalonan los Pirineos astur,es.
- Btigada XVII,
independient’e, que taponaba la entrada en Asturias a través ‘del puerto ,del Pontón, en pocder éste tde kas fuerzas
nacionales.
El 6 ,d,e<enero se había constituí,do in todo el Ejército del Norte,
la def,ensa contra aeronaves (D. C. A.), con tres secciones, correspondientes cada una a los tres Cuerpos dre Ejército en que se #dividía
aquél.
Armamento
e industria militar
La ,desorganización militar se reflejó igwlmente en las industrias
d,e guerra. Pese.al poderío en este terreno de ‘ia Zona Norte española,
en ella se careció siempre de un plan de coordinación industrial ; todo
lo cual se tradujo en una permanente carencia de material y municiones, (que en vano pretendían paliar las remesas Ilega,das del extranjero ,(12).
La retaguardia y la moral de guerra
En general, puede decirse que Ja zona cantábrica, quizá por su
aislamiento, fue, ,de toldas las rojas, la que más difícilmente se #dio
cuenta .de lo que significaba la guerra: esto es, de que se encontraba
en unla! situación en la que se imponía ‘la disciplina, la austeridald y
el sacrificio.
(12) Un informe fechado el 7 de ener6 de 1937, det Comandante jefe de las
Industrias de guerra decía, entre otra cosas: aAl principio de la campaña se dejó
sentir de una manera despiadada. la escasez de municiones donde había lucha, esto
es, en Guipkoa
y Vizcaya. Hoy se está repitiendo el fenómeno en todos los
frentes, pasada la euforia que produjo lo recibido del extranjero». Destaca principalmente la falta de coordinación
de la fabricación de municiones. aEsta falta de
coordinación
es tan antigua como la campaña.»
i:!,
TI:.\TRO
DE OP~XACIO~Y~S
DEL
SOKTE
EN EL ISVIERNO
DE
19&193i
149
Existe un informe, del mayor interés, ‘dado al Gobierno ,de Valencia por el teniente coronel #dela Guardia civil, señor Buzón Llanes,
jefe que iue (de la 2.” Sección de Estado Mayor del Ejército ro)o <deI
Norte. En él se habla ‘del estado ‘de la retaguardia <dellas tres provincias, y aunque los juicios tienen carácter general y no se cir,cunscriben
a époc’as ,determinadas, creemos se refieren principa’lmente al invierno ‘de 193637.
En Vizcaya se tenía da sensación Jde no estar en guerra. El orden
era allí perfecto, pero el abastecimiento de la población civil ‘resultabn tan d,eficiente #que aquklla estaba ,deseando que terminara la
lucha &l pr,ecio qu,e fuese.
Santander fue la ,provincia que menos sufrió las consecuencias
de la guerra en este invierno ,de 1936+37. En elIa la vida tomaba un
tinte frívolo, y la población estaba mejor abastecida que en Vizcaya.
En Asturias tuvieron Jugar todos los ensayos posibles sobre ,colectivización ,de la propiedasd, ‘ensayos que arruinaron totalmente la economía, en tanto que el comunismo conseguía apo,derarse ,de &a mwyoría Ide los resortes del poder.
Planes operativos.
Habla.remos só:lo de (los jde carácter general. El primer documenh
to que alqui tropezamos tiene fecha 25 ,de noviembre y está ,dajdo en
Bilbao por la Jefaturia de,1 Esta,do Mayor ,del Ejército ,del Norte. En
él se proyecta, por un lado, la conquista del «pasillo» de Oviedo, quedando las fuerzas al fina! lde la operación apoyasdasen los ríos Nalón
y Gubia ; en el frente switanderino availzar por el Sureste, (calcanzando la linea Páramos de Lora y montes Obarenes» ; y por lo que
se refiere a «Euzkadi», la ocupación de Vitoria. Este plan, así esbozado, eng4oba ,el ataque a Villarre~al, que será estudiado, enseguida,
por separado.
El 25 ‘de entero una Orden general de operaciones del Ejército
sdel Norte proyectaba realizar ell lesfuerzo priuci,pal en Asturias. El
Caerpo de Ejército ‘de «Euzkadi» debería operar en el frente de Guipúzco\a y apoyar posteriormente al Cuerpo de Ejército $de Santani
der, el cual prepararía una ofensiva general sobre Villarcayo-Medina de Pomar-Trespa,derne, que ‘se llevaría a cabo en colaboración
con :las fuerzas xtscas
JOSÉ
,150
NAPÍUEL
JIARTÍSEZ
BAäDE
La orlden particular,
fecha,da en 27 de f,ebrero, del Ejército
dell
Norte y ,dada a dos Cuerpos de Ejército <de Santander y «Euzkadi)),
manda ,establecer .un plan ,de .coor,dinación de ambos ,Cuerpos en su
zona be unión, visha da probabilidad
.de un ata:que enemigo según la
direoció,n Villasana-Valmaseda.
EL
ATAQUE
Propósitos
ROJO
A VILLrZRREAL
y alcance
de la operarih
Con el atasque rojo-separatistia
sobre VitIlarrea
se bu&,
por un
lado, el alivio de la situación de otros frentes de guerra, según se dijo
ant,es. y a la vez la recuperación
de’1 prestigio perdi’do por el llama8do
Gobierno
,de «‘Euzkadi»,
que había sufrido lla pérdida inicial1 ,de las
pr.ovincias
d,e Navarra
y Alava, y más tarde la de Guipúzcoa.
Parece ser qu,e la operación fue plan,eada, en principio;
nada más estabi4iaarse la situación
en d frente guipuzcoano-vizcaíno.
La acción que se proyectb
no podía ser más ambiciosa:
se traitaba de invadir el valle ,del Ebro, por das tierras alavesas, de 13wgos y fde la Rioja : algunos ilusos pensaban que así se podría confluir, probablemente
en los alr,ed,e.dores de Zaragoza,
con las fuerzas
catdanas
(13). La orden operatoria
,del Ej&cito
Idel Norte,
dadla
‘paTa 61 Cuerpo ,de Ejército ,de «:Euzkadi)) e)l 8 ,de noviembre,
decía
aSí : «Objetivo : pFepara.r operación
Vitoria-Miranda».
Y en la del
día siguiente se señalaba, como idea general de maniobra, los sig-uientes objetivos:
~1, Arlabán;
2, iniciación Miranda ; 3, id. Vitoriia» (11.).
El Cuerpo ,de «Euzka,dí» actuaríla en combinación
con el de Srintafi:der. El 12 de noviemhre se ,disponía que Ias dos principales .&recciotles de marcha serían : ,la jd.el Cuerpo d.e Ejército
de Santan~der,
Villarcayo-Trespa,derne-Xiranda
; la ,del Cuerpo de ‘Ejército de «Euz-
(13)
Véase el trabajo al-1 sitio de Villarreal
ESPARZA, en Ejército,
ntimero
correspondiente
de Alava»,
del
a abril de 1949.
General
MARTÍNEZ
(-14)
Ya en la orden
de S de noviembre
citada se habla de unas «Comisiones
políticas
para ta organización
de los servicios
administrativos
y de justicia
en los
pueblos
ocupados,
que deben
preverse
en la zona Arlabán-Salvatierra-La
GuardiaHaro-Tkiviesca!+.
LAMINA
. va, pero
intentaruu
wmoardeaì
por ~~e....~~
publicanos
puso en fupà a la cobarde
Aviación
rlosa Aviaci6n
atacó
las líneas
enemlgas.‘en
nando
muchas
bajae
vistas.
Eficaz
contraataque
leal
la ya ~,sncia
de vr...uc,“co
“cazas*
re
facciosa.
Seguidamente
nuestra
glo
donde
sembró
el desconcierto.
ocasI@
en el sector
de Pozuelo
En el sector
de Pozuelo
atacaron
los facciosos
violentamente.
empleando
en estf
Btaque
fuertes
contingentes
de Infanteti
y cinco
escuadrones
de Caballería.
Este
ataque
fué contenido,
llegándose
en algunos
puntos
al cuerpo
P. Cuerpo.
La eӎrglCa
resistencia
de n”estra8
tropas
desconeertd
a las hordan
facciosas.
quienes
fueron
CC
diendo
al convertirse
Ià resi9tencia
dé nhestros
milicianos
en vlolento
oontraataqxle
Conservando
sus posiciones
integramente.
Posteriormente
se repitió
el ataque
Con
tanques
en el sector
Húmera-Pozuelo,
precedido
de intenso
fuego
de Artilleria
y
bombardeo
de Aviación,
con el m&mo
nulo resultado.
Los faceicsos
iniciaron
el re.
pliegue.
siendo
duramente
castigados.
viéndose
desde nuestras
lineas
retirar
nume
rosa8 bajas.
En el resto del dia nuestra
Artillería
ha bõmbardeado
eficazmente
las lineas
ene.
migsf.
En el País Vasco ha dado comienzo brillantemente
fuerte ofensiva
republicana
Se han ocupado cinco pueblos y los embalses
de agua a la ciudad de Vitoria
quedado
cercado
el pueblo
que surfen
derViUarreal
También
ha quedado
cercàdo
el pueblo
de Villarreal.
en la provicia
de Alava.
encontrá”dose
nuestras
fuerzas
a tres kilómetros
de distancia
del núcleo
urbano.
En otras operaciones
la.9 tropas
leales
ocuparon
loe pueblos
de Echagite,
Setage,
Elozu,, Nafarrate
y Urrunsga.
Después.
las fuerzas
leales,
atravesando
el monte
Garbea,
han ocupado
los embalses
que surten
de agua a la ciudad
de Vitoria.
En estas operaciones
los rebeldes
ha”
perdido
tres-tienes.
yarias
ametrallaioras y otro material
de guerra.
Ed nuestro
poder
&yerdn
ãignnos
prisioneros.
Ea el I)ueblo
de Elozu nuestras
tropas
encontraron
una bandera
monárquica.
La
caída
de Mondragón
se considera
inmihente
Para
co-r
la retirada
al enemigo
se consiguió
interceptarle
Mondragón
a Vitoria.
Hemos
ocupado
posiciones
dominantes
:uya caída
es inminente.
A primeras
horas
de la tarde
se dió orden
de que cesara
sobre Villarreal.
Entonces.
inició
el avance
nuestra
Infantería
?nemigc
intervino
nuevamente
la Artillería
leal, causándoles
Los rebeldes
vuelan
un
puente
a cinco
la
sobre
carretera
Mondragó”.
de
el fuego
de cañón
Al replegarse
el
bastantes
bnjas.
kilómetros
de Vitoria
Los rebeldes,
para dificultar
nuestro
avance.
han volado
un puente
dtuado
sobre el río Zadorra.
a claco kilómetros
.de Vitoria.
El jefe del’ Gobierno
de Euzkadi.
señor
Aguirre.
estuvo
.en algunos
frentes
wra seguir
de cerca la marcha
de esta primera
jornada
de la ofensiva
que ha conenzado
hoy y que seguir&
en jornadas
sucesivas.
Al éxito
de las operacicpes
ha” contribuído
co” gran
eficacia
varias
escuadrl:la~ de Aviación
leal. Algunos
de los aparatos
se adentraron
en La Rioja.
donie cumplieron
determinados
objetivos
señalados
por el mando.-Febus.
Jornada
dura
la de ayer en el sector
das concentraciones
co” igual
finalidad.
ie Pozuelo.
En las primeras
horas
de la Como
fracasó
la táctica
primeramente
“tiana
el enemigo.
que como
hicimos
empleada
fracasará
la segunda.
Garantía
lotar
OpOrtUnamente
ha ,recibido
conside este optimismo
es la creciente
moral
lerables
refuerzos.
seanudó
su ofensiva
COmbativa
-de los nuestros.
qae ayer tumr
:onfisdo
en el material
-bélico acumula¿Io
por cotieceencia
convertir
en violento
‘n las últimas
cuarenta
y ocho horas.
contraataque
lo que era heroica
resistenSe observa
un cambio
de táctica
en el cia. El enemigo.
en franco
desconcierto.
nando- faccioso.
A aquellas
audaces
intuvo necesidad
de replegarse.
después
de
!urslones
en for”aa.de
cuña
què persesufrir
“umerosss
bajas.
pian
la entrada
en Madrid
por so~preEn todo momento
empleó
a fo”do.sus
a ha sucedide
t?Sta de organizar
“utritanques,
su Artillería
y su Aviación.
Es-.
.““wiw”
ll.,,....,.,.,.,,,
“1,”<...<,,,
,“.”,,.l,..,,,l.«,.,,,,...,,,,,,,,...,,,..,,,
.,,,,,,,<.<.<,,,<
ta ehctnó
intensos
homb8rdeos’
sobre las
.<-““l,e-JI.--,,...,“““,,,“,“,,.,,~,,,,-.”,”,,”
bravas
Milicias
republicanas
que, cuer-
Noticias
Villarreal
enviadas
desde Bilbao el 30 de noviembre
y de la inminente
caída de Mondragón
de 1936,
(«Ahora*,
dando
núm.
“ex*,”
de que
ció el
d”f
deads
ciones
En lo
ligero!
l-X”“*
una
BILBAO,
30 (8 “.).-En
las primeras
horas de la matiaqa
ha comenzado
una
fuerte
ofensiva
en los sectores
de Uvidea.
Ochandiano
y Campanzar.
El enemigo
opuso
en slgunds
momentos
bastante
resistencia.
que fué vencida
por el empuje
de las fuerzas
leales.
Fueron
tomados
los fuertes
de Maroto
y Albertia
y quedó
cercado
por completo
el castillo
de Ususquiza.
Lae fuerzas
que defendían
esta
posición
rebelde
fueron
muy castigadas
por el fuego
certero
y vivísimo
de nuestras
baterías.
Un grupo
de soldados
logró
evadirse
del recinto
del castillo.
pasándose a nuestras
filas.
Ha
11
La A
beldt
Los
to de
Madriz
probar
lles de
AY=
dos ”
bre e
sito f
que c.
‘“La’
persev.
ñonear
tividar
De
a tos
ros. f
“es 1
IOS CI
iia d<
reacci
Un
nort
conf
Mac
VAL
:onsef
iigoier
ectua
mcior
“co
Xe68
>or e
le M
wldea
,o dei
ed la
relión
riunfr
wsie,
ustí
cuenta del cerco de
del I de diciembre).
1(~ TI:.\TR”
DE
Ol’ERACION!ES
DEL
NORTE
ES
EL
INVIERNO
,X3
1936-193'7
161
kadi», .Villarreal-Vitoria-Nanolares-Miranda.
Esta última maniobra estaría favorecida por otra,s secundarias realizadas sobre Murguía y el
puerto lde Arlabán.
El 24 :de ,dicho mes sle or,denaba el comienzo sde la operación
$re,s ,días más tarde. «Esta xción -se .de,cía allí- se iniciará en d
teatro ,de operaciones de Euzkadi. Santander Idebe iniciar una acción sobre Villarcayo~Miranda
antes adel ‘día 29)). Así, pues, las fuerzas santanderinas actuarían jdesfasa.das#dosjorna,das. P’ero la ofensi‘va Idebía tener además ,ejl apoyo de una serie de operaciones complementarias ‘en Asturias y Santander: sobre Riaño y Oviedo y sobre
Riaño, Cervera y Aguilar de Campóo, respectivamente (Orden general ,del 9 #denoviembre).
Todos estos propósitos ,exoesivam,ente ambiciosos sólo poldían
ser alimentados sobre la base d’e una falsa información de la España
nacional; de sus fuerzas armaidas y :de su retaguardia. Pronto lo
veremos.
La linea nnciod
en, el frente
alavés. Villarreal
La (línea nacional allav,esa estabilizada, rodeaba a muy escasa distancia (el pueblo ,de Salinas (croquis número 3), tenía avanzadillas en
los vértices Morato y Albertia, plasaba por ,delante d,e Villa)rreal
-punto
fuerte de la ,defensa- y seguía, vagamente delimitada por
los barrios tde Elosu, Cestafé, Echa.guen, Murúa, Manurga, Zárate y Sarriá. En Oqueta y el embalse que suministra agua a Vitoria
había pequenos destacamentos. El puerto ,de Arlabán estaba jalonado por las posiciones de Isusquiza y San Rernabé. Lsls fuerzas eran,
en gen,eral, muy escasas y .en realidad constituían, en la mayor parte
de ,la línea, una senciilla cobertura, a .cargo de tropas ligeras .de Infantería. y Cabahería.
El Frente alavés estaba ,dividi,do el 30 de novi,embre ‘en los siguientes subsectores: 1.0, Murguía (teniente coronel Orduña) ; 2.0, Gopegui (comandante Vela) ; 3.0, Urbina (temente coronel Iglesias) ;
y 4.“, ‘IJlibarri-Gamboa (,teniente coronel Revilla).
Al subsector .de Urbina pertenecía Villarreal, objetivo
muy
codicra:do por el ‘enemigo, que había sido objeto .de diversos ataques durante el verano y o.toño y sobre el que la arti,lleria disparaba con
frecuen.cia. Su gmwnición,. al mando Idel teniente coronel Iglesias,
conforme se ha dicho, estaba compuesta, el 30 de noviembre, por
efectivos ,correspondientes
a unas cuatro com,pailias aproximadamente, ~011 una ba,tería (15). Las posiciones que cubrían estaban débilm,ekte f,or.tifica,das y la munición era escasa.
La columna Alonso Vega -núcl,eo único .de maniobra en todo
el frentese encontraba en las proximidades de Anguiozar.
Sobre Vi~llarreal las Idos po,siciones fuertes enemigas eran las de
Menfdigain y Jarinto.
El terrelzo
Al norte de Vitoria la llanada aaavesa se mdihta, aproximadamente, hasta una distancia d’e unos diez kilómetros. En esta extensión,
y siguienvdo por la carretera de Vitoria a Villarreal, se czlzatl primeramente, a la izquierda los montes ,de Araca, y a la 8derecha el macizo $delimitado por dos vhtices Santa Cruz e Iturriaga, ambos cubiertos #debosques, en medio de un terreno de labor. El vértice Urbina es el centro d,e otro bosque, que d,esciende entre !as carreteras
en que está aquél encuadraido hasta el barrio sde Amarita, y por el’
NoIrte empalma con los que, ya sin d,escanso, Il’egw a rebasar la diCsoria cantábrica. A partir ,de Urbina, y por la izquierda de la carretera, Isazona boscosa es, igualmente, general.
De esta formla pued.e decirse que Villarreal se encuentra ,en un
terreno absotlutamen,te favorable a h ocultación, sin apenas visión
dilatada y dominadas sus casas últimas por una serie de elevaciones,
pa&kwkarmente ‘la ,d,et,epminadapor el vC&ce Albertia. Las carreteras que unen la localidad con Vitoria, Bilbao, Durango y Vergara,
pasan encajonadas por las alturas vecinas.
El testo del terreno nos interesa menos. Es de montrâña, con
bosques y, en particular hacia el Oeste> se halla muy pobremente comunicad,o.
(15> La guarnición de Villarreal se componía de una CompaZa de Requetés de
una Compañía del Regimiento de San Marcial, una Compañía del Batallón.
de Flandes. una sección de ametralladoras de este Batallón, dos ametralladoras con
SUS sirvientes dei Regimiento de Bailén, una batería de 105 del 2.0 Regimiento de
Montaña, y dos camiones blindados con algunos otros efectivos no bien determinados. De los GOGhombres eran combatientes unos 460.
.4lava,
EL
TE.\TRO
DE
OI’ERACIOPÍ~S
DEL
XORTE
EPT
EL
INVIERNO
DE
1936.193.7
153
i
Plan
e?%emnigo (croquis
números
1 y 3)
El Cuerpo ,de Ejército
de Santander
(Orden del 12 de noviembre) formaría
,dos columnas ; una de ellas partiría de ía zona B’ercedoVillasante
y ‘la. o:tra del puerto dael Escudo. Ambas confluirían
sobre
Villarcayo-Metdina
‘de Pomar, bajando luego hasta Trespaderne,
#donde formarían
una cabeza ‘de puente en el Ebro ; desde’aquí se marcharía a Mirandia, no sin *dejar constituída
una segtmda cabeza ,de puente
en Puentelarrá.
Y desde ?liran’da, algunas fuerzas irían sobre Vi,toria, para enlazar con las vizcainas, mientras otras buscarían la ocupación de Haro.
M,erece un más detallado examen el plan táctico que tenían que
desarrollar
las unidlades dd llamado Cuerpo ,de Ejército ,de «Euzkadi».
Este formaría ,tr#es columnas, una de las cuales -la cemral-,
mucho más poderosa,
sería la que llevaría ed peso #de la acción; además,
habría una reserva general. La misión consistiría,
de momemo, en
rebasar ampliamente Villarreal,
debiendo qwdar las fuerzas más avanzadas a unos cuatro kilómetros
de Vitoria.
Los planes subsiguientes
ldetallados, si bes ‘que los hubo, no han ‘llegado hasta nosotros.
El avance propiam8ente dicho sería precedido de las siguientes acciones preparatorias,
qu'e
ldeberían estar bermina:das al comenzar la
operación principad:
la 1.a Columna (Este) amenazaría,
*de flanco, la
carretera
,de Salinas a Vitoria,
y 8desalojaría dsel monte Albertia
el
pequeño ,destacamento nacional allí existente ; la 2.= Columna (Centro)
ocuparía, por sorpresa y de noche, partiendo
de Ubidea, el GorbeaChiqui (pico Oqueta) y el depssito
de aguas que surte a Vitoria :
la 3.a Colulmna (Oeste)
ocuparía Ilas alturas que dominan Murguía
por el Norte.
La primera fase de !I!a operación se realizaría del siguiente modo :
- La 1.” Columna llevaría a cabo un ataque ademostrativo
sobre
el pueblo [de Salinas y ocuparía el Marot,o, actuando desde el Jarinto
y el Albertita ; luego, d,escendiendo por las faldas del Maroto,
atacaría la loma Isusquiza
y ocuparía el pu,erto d’e Arlabán con las alturas
situadas al Este del mismo, organizándose
allí ~defensivamente
con
toda sfolidez ; a la vez ganaría, ,desde ,el Albertia, los caseríos de Larrabea y Chavalapea.
- La 2.s Columna toamaría MOSLI,
alturas al Este del Cestafé,
loma Icheta, Muríra y Manurga;
luego trataría de llegar hasta 1~
154
JOSÉ MAPIUEL
YARTÍNEZ
BANDã
akras
de Nafarrete
y Gope,gwi. Entonces,
okas fuerzas, protegidas
por Ia aoción de lla artillería y Id,e los fu,egos d.e toda clase de armas,
que tendrían previamente
dominado Villarreal,
entrarían sen este pueblo, parti.endo <de las saturas ,que lo envolvían por cl Este y Noroeste.
- La 3.” Columna cruzaría la carretera
d’e Murguía
a Amurrio
por varios puntos, ocu,pan,do aquel pueblo, la loma Sisaitén y la ermita de Jugache. Desde Barambio se conquistaría
e4 puerto de hltube,
y d,esde Amurrio,
Uzquiano.
La segunda fase consistía,
esenciahnente,
en las siguientes
acciones :
- La 1.” Columna avanza.ría, por SLI izquierda, sobre Ia loma Isicoitza, y vértice Miricha y Elguiamendi,
llegando hasta el pueblo de
Larrinzar
y alturas qu,e ‘dominan Gsrayo ; y por su d,erecha, ocuparía
la estacibn ‘de Villlarreal y Venta Barri, desbordando
por el Norte,
Nanclares.
- La 2.” Collumna proseguiría,
por su izquiertda, hacia Urrunaga, Urbina,
Udlibarri-Gamboa,
Landa, KancIares
y cerro ,de Santa
Cruz ; y por su derecha, por d alto de Buruaga y Betolaza, estableciéndose final.mente en la línea idellimitadla por los poblados de Echevarri-Viña,
Menda’rozqueta,
Miñano y Amarita.
Al final de la etapa
las avanza,dillas sdeberílan Sencontrarse en ‘el pobla,do de Azúa, v&-tice
Itiu-Saga,
pueblo ,de Mendívil y montes de Araca.
- La 3.L Co:lumna llegaría, primero,
hasta el monte Oro y los
poblados de Letona y Apoidaca ; aloanzatldo, luego, la Afinea señala’da
por las lomas Olazar y Cwrascal
y los barrios ‘d,e Artaza, Foronda y
Mendiguren.
Toldo este plan estaba presidido
por un amplio optimismo.
P,articularmente
la 3.” Colu,mna había de recorrer
un
terreno extenso,
boscos,o, laberíntico
y sin apenas más comunicaciones
que algunos
caminos ,de montaña ; en cambio, esperabn encontrar
muy escasa resistencia.
Ln i9tfovwzación
roja
sobre
las
fuerzas
mcionnles
iEl Mando rojo-separatista
crey6, sinD,duda, en un primer momen.rt*o, que la operación
sería fácil, y ‘que sus fuerzas casi se limitarían
a cdars.e un paseo militar. Un Boktín
de Información
del Cuerpo de
F,j&ci~to d.e «Euzkadi»,
de fecha 20 d-e noviembre,
,dedaraba que en
~1 campo nacional eran .deficientes el servicio de. suministro
de ví-
EL
TI:.\TIIO
11:: OPERACIOhWj
DEL
NORTE
EN
EL
INVIERNO
DE
19364937
155
veres, los mandos, la instrucción,
da disciplina y la moral. &a disciplina -decíasle halla muy a-elajada entre los ,so&dados... b moral
qu,e .debemos atribuir
al ejército que nos combate es bastante baja,
haciendo todo suponer que ante nuestro
avance serán mwhos
los
que se pasarán a nuestras filas.))
Y, sin embargo, al día siguienrte, en una orden de operaciones d&
mismo Cuerpo cde Ejbrcito,
se Idudaba ya Idel éxito, por creer que las
fuerzas propia.s eran bisoñas (16), y que el enemigo había aumentado
sus efectivos y mejorado su situación táctica, a 1.a vez que la meteorología se presentaba (desfavorable
para el vuelo $e la aviación.
Efectivos
La Or.den de,1‘día 12 de ‘diciembre, ,dada por el Cuerpo de Ejército
d!e Santander,
dispo:líla la formación
de Idos Columnas:
la llamada
«de Bercedo-Villasante»
o 1.” Columna
(comandante
Gállego) y la
d,enominada «del Escudo» 10 2.” Columna (Comandante
Puig), constituíxdas c,a,da una a base de ocho ba,tallones. Una O,rd,en preparatoria
para la Artillería
hablaba ‘de la «Agrupación
para Santanfder», formada por ‘cuatro caííones de mo!ltaña ‘de 75, dos ‘de montaña <de 78 y
«todo el materia’1 ‘de 70 ,de ,que disponía»,
sin especificar
más. (SUponemos que en toldo caso serían :pocas las pt’ezas.)
En cuanto a las Codumlias ,del Cuerpo #de Ejército
de «Euzkadi»,
SU composición
.detallada era ésta :
- 1.” (comandante
Ibarrola) : 6 batallones,
una sección de máquinas de acompaÍíamiento,
una sección de morteros
de 81 milímetros y un cañón ,de Infantería;
cuatro piezas &de montana de 76 milímetros
y ‘dos ‘dae 155 ; una compañía 1d.e Zapadores
y una sección
de Transmisiones
; Servicios.
- 2.” (teni’el1t.e coronel Cueto) : 13 batallones,
una sección de
ametrailladoras,
una de morteros
de 81 milímetros
y un cañón de
Infantería ; cuatro piezas, de 75, Idos rde 127 y cuatro de 155 ; una
(16)
<rLa consistencia
de nuestros
batallones.
demasiado
recientemente
organizados,
y sus posibilidades
ofensivas
consecuentes,
así como
el hecho
de que :el
coínbate
que se prepara
coincidirá
con la primera
vez que nuestras
tropas
maniobran en combinación,
con el empleo,
sin previa
instrucción,
de parte
del material
rle guerra
y cou el ensayo
de nuestras
transmisiones
para el enlace,
permiten,
de
momento,
dudar
del éxito SI la resistencia
facciosa
es algírn tanto
obstinada;>,
-+ompañía. de Zapa’dores,
una unidad de pwntes
y una sección ,de
.%iansmision,es ; Servicios.
- 3.” (comandante
Aizpuru) : 6 batallones,
una sección de máquinas de acompañamiento,
una sección de morteros
y un cafióti
de Infantería ; tres carros ligeros
y dos pesados;
dos piezas de
montaña de 76 milímetros,
y dos de 105; una compañía de Zapadores, una sección de Puentes y otra de Transmisiones
; Servicios.
- Reserva
(teniente
coronel
Irezábal) : 4 batallones,
tres carros pesados,
cuatro piezas de 127, una pieza «antitanque»
y una
sección Ide Puentes.
6 secciones de Infantería,
2.3 pieEn total, pues, 29 batallones,
zas y 8 carros, aparte Ingenieros
y Servicios.
El 10 de noviembre,
en un telegrama
dirigido por Aguirre
a Prieto,
hablaba de lanzar
sobre Vitoria 50.000 hombres,
pero esta cifra parece exagerada.
A la acción de 4as fuerzas ,de &rra
cooperaria
toda ,la aviaci6n
disponib1.e.
La ofensiva
vasco, Aguirre.
fue dirigida
personalmente
por
el jefe ,deJ Gobierno
La operación
El ,día 30 de noviembre,
al amaneces,
se desenwdena
la eran
òfensiva proyeckda,
aba~cándose to’do el drente ,desde Murúa a E,gusquiza. Son sorprendbdos
110s destacamentos
d,el Oqwta
y el embalse
de agua.s, y; a la vez, y también por la izquierda sd’el frente nacional, qwdan
ocupados
Niafarrete,
Efosu y Cestafé? abandonándose
una batería. Por el flanco ,der’echo se pierde Maroto,
apenas guarnecido, pero fas fuerzas
rojo-separatistas
quedan aquí parailizad,as,
Ante Villarreal
la preparación
artillera es muy intensa (17). A la
tarde, ndespués Idte un fuego ininterrumpido
de to,da clase Ide armas,
y con la cooperación
de tres carros y varios blindados, trata el enemigo tde atacar el pueblo de frente, tomando por eje ,de marcha la
carretera
de Ejquella docalidad a Ubidea y extenldiéndose
a ambos
lados dce la misma ; el parte nacional da por rebasasdo el pueblo, pero
aña,de que una fuerte reacción de sus tdefensores
obliga a repkgar(17)’
de 810
C,
A!
parecer
intervinieron
cuatro
piezas
de 127,
cuatro
de 165
y morteros
EL
TEATRO
DE
OPl%RACION@S
DEL
KORTE
EX
EL
IXVIERNO
DB
1936-193?
153
s.e ail adversario
a sus posiciones
lde parti,da. Se refuerzan
a;lgenos
sul:;ectores
(18).
Ll ‘día 1 se píer,de ,Murúa, *re.tirándose las fuerza.s que lo defienden a Gopegui.
Ig-ua!mente,
por Villarreal,
hay que abandonar eJ.
Albertia,
fd,esde donde .la fuerzas rojo-separatistas
desciwden,
ll’egando a ocupar las casas sitwdas
al Sureste del pueblo. Ei extenso
pinar de Chavalapea ofrece a dos atacant,es una ampllia zona 8de ocultación. También por la izquierda el enemigo 11,ega ad lIamiado pinar
de Nechin;t. Prácticamente
Villarreal
ha ywdado
cercado, pero una
fuerte reacción de los sitia’dos ob,líga ai adversario
a #dejar expedito, aunque batido, ,el camino ‘de la carretera
a Vitoria,
por adonde
cruza un convoy, que entra en Villwr,eal
tras d,e vencer grandes dificultsdes
(l!)). Llegan a Tktoria
las pl-imeras unidaBdes ,de da Co:
!umna AGonso \:ega.
El día 2 se organizan
tres Ag.rupaciones,
a base Id,e unidades diversas de efectivos correspondientes
a tres compañías cada una, con
alg-una ar%illería, manda’das,
respectivament~e, por los comandantes
Esquiroz,
Onrubia y Morales.
Sus obj,etivos son las lomas de Nafamete, las de Saimen,di y las siteadas al Este cde Cestafé. Piero ante
la gran resistencia
,del enelmigo, con gran acumulación
de hombres
y armas? se ha de desistir en el empeño. En cambio, la Columna Alonso Vega (30), compuesta
de nueve compañías
de fusiles y dos de
ametralladoras
y una batería de 105, recupera primero
el pinar de
Rechina, y desde allí ataca de frente y de flanco el de Chavalapea, que
es recon:!uistado
igualmente,
qu,edando tota$lment,e despejada la carretera de Vitoria,
por lia que entra un nuevo convoy. Por otra parte, la ofensiva emprenfdi.da este ‘día en el frent’e santanderino
fracasa
totalmente.
A partir de aquí la situación cambia d,e mo,do radical. En el oampo -rojo-separatista
comienza a cun’dir el ~d,esailíento y sus fuerzas
acusan una gene.ra.1 ~desmoralizwión.
El .día 3 Alonso
Vega ocupa
(1s)
El subsector de Gopegui
fue reforzado con dos compañías de Infantería,
media sección de ametralladoras y un escuadrón; el de Urbina, con efectivos correspondientes a dos campafiías, un escuadrón y una batería de 105 de montaña..
(19)
El convoy
se componía
fusil, regresando
luego a Urbina.
de un batallón.
(20)
iJ.a Columna se componía
tralladoras,
del Batallón
de Flandes,
íwniento
kw’istas
que
dejó
en Villarreal
munición
de
de cuatro
compañias
de fusiles
y una de ametres de fusiles
y una de máquinas de acampadel Regimiento de San Marcial, una compañía de Requet& otra de fay Guardias
de Asalto
y una batería
& 106.
JQSi
íb8
MANUEL
MARTÍNEZ
B.hNUE
las lomas al sur ,de Nafarx&e,
siendo, a la vez, reforzado
el subsecfor lde Cestafé (21) ; mientras
qu,e sobr,e Villarreal
la activida,d del
enemigo pr.esenti mucha menor intensidad
que en jornaldas anterioreS. El tiempo es .malo.
El ,día 4 hay combat,es encarniza.dos en el subs,ector #de Gopegui,
que se repro,ducen el 5, (en qu.e fuerzas marroquíes
relevan a la columna Al,onso Vega (22). Y *es en este día cuando el adversario
se
decide a atacar por el sector de Murguía-Uzquiano,
ataque que prosigue en las jornadas siguientes,
con escasos progresos
; hast:x ~LW eI
día 8 una pequeña columna nacional, forimafda por t,res companías y
una sección de 105 ,d,e montaña, al mando ,del comandante
Gutiérrez,
consigue ‘detener al ,enemigo y restabker
en gran parte la situación
inicial. A la v,ez son ocupadas las alturas (de Saimendi, Nafarr,ete
y
llornas al Este gde ,esta localidad, con Lo que la situacibn general ,de
Villarreal
sufre un notable alivio.
Aún continúan
los forcejeos
en el sector alavés ,durante varias
jornadas : el ll hay violentos
ataques a las posiciones
del subsector d,e Uzquiano,
rectificando
a vanguardia
las uni,dades nacionales
áa línea Gopegui-Nafarrete
; el 12 Villarreal
sufre fuert,es embestidas c,on fuego de artill,ería y carros, y se pr,esiona con grandes contingentes
menla ,línea Cestafé-Saimemdi,
presión esta última que continúa <en la jornada siguiente con gran violencia ; pero el 14 es ya
casi nula. La pequeña batalla puedse darse por terminada.
El tiempo se ha mnnifesta,do
inclemente,
a pesar de lo cual la
aviación,
en ambos bandos, ha efectua,do> casi to’dos Los días, frecuentes vuelos sde bombardeo
y reconocimiento.
El día 10 el frente o subsector
-de Alava (coronel Alonso Vega)
queda así organizado : 1.” Subsector,
,d,e’fendido por la Columna del
teni,ente coronel Onduña (847 h~ombr.es) ; 2.” Subsector,
a cargo de
la Columna ,d,el comandante
Jiménez (es ia antigua del comandante
Vea), con 1.558 hombres ; 3.“’ Subsector,
o ,de Villarreal,
con tres
CoIuimnas, dos mandadas por cl comandante Martínez Esparza (1.527
y 414 hombres),
y la tercera gor el comandante Iglesias (1.120). Está
además un 4.” Subsector
(Ulibarri-San
B.ernabé), con 1.010 hombres,
fonnando
parte ,de da Columna Muga,, y un grupo ,de Operaciones
o Cokma
,del comandante
Gutiérrez
(530 hombres).
(21)
Con
(!¿2)
Se
una
Mehal-la
trataba
de Tetuán.
del V Tabor
de Regulares
de Tetuán.
FL
TEATRO
DE
OFERACIOhíES
DEL
NORTE
EN
EL
INVIERNO
DE
lg%-1937
Consideraciones
tiI examen de estia operación,
vista d~eslde el dado d,el atacante,’
produce una impresión
penosa. Fue ,la única proyectada
y realizada
por el presidente
Aguirre,
en su calidad ‘d#ej.efe supremo de las fuerzas de «Euzka,di», y en ella sólo hubo ind,ecisión e incompet,encia.
Ei
fracaso de Villarreal-escribió
el general rojo Martínez
Cabrera«no se ,debió a falta #de medios b&licos, sino simplement,e a falta de
buenos mandos y organización»
(23).
Se ve (aquí, ante todo, el mal plant,eamiento
(de una ofensiva, la
escasa ,moral ‘d,e unas fuerzas enca,rga’das ,de llevarla a cabo, nulamente instruí.das,
y Za mala administración
‘de las municiones,
no,
abundantes y, a la vez, aderrochadas alocadamente.
Pero es que, aldemás, si comparamos
el plan genjera sd,e la operación con la ejecución
de esta, apreciaremos
una absoluta fialta (de congruencia.
Se tiene la
impresión
de que, al Uegar el momento
preciso, las unidades roj,oseparatistas
se Janzan al atalque sin atender iedica,ción concretla adgnna, sin coordinar
sus movimientos.
La Columna Ibarrola,
ldespués de conseguir
ei éxito. bi,en mengua,do por cierto, ,de coaquistar
el Maroto y el Albertia,
apenas defendidos,
y bajar al pinar ,de Chavalapea,
ya no prosigue.
La COlumna Aizpuru
(al Oeste) no interviaene sino al quinto día tde ofensiva. La 2.” (Cueto) sólo alcanza por su derecha a tomar una serie
de alturas y poblados-escasamente
protegidos
por a!gunos
destacament.os na.cionales-,
pero no profun,diza
en dirección Sureste, para
cortar la car-et,era que ,desde Villarrela~l lleva a Vitoria.
Y sus ataques
frontales
contra la primera
localidald fracasan.
D,e esta fo.rma Vi,llarreal
apenas si pueNde decirse que quedó cercaldo, y su guarnición
-reducida‘
pero magnificamente
mandada y
de alta moralpudo ,defenderse serenamente,
batiendo d enemigo
a su alcance, numerosísimo
y muy bien armado, el cual lanzó sobre
la IocaGdad el fuego combinaldo ,dr torda clase Ide armas (24). Sin
(23) Informe dado, con fecha 15 de julio de 19X. a las autoridades supremas
militares de Valencia.
(24) En el informe dado por ej jefe del Suhsector de Villarreal
se dice: cDe1
30 de noviembreal 14 de diciembreha sufrido la posición 2.600 cañonazos cofitados,
de 35,5 Y 12,5, más un constafite fuego de morteros de 81 ~7 ll bombardeos de
aviación. &os tres primeros días ha mantenido los ataques de unos 8.999 rojos (ex-
160
JOSÉ YAHUEL
MARTÍXEZ
RASDE
embargo,
fue *la intervención
cde ,la Co(lwnna
Alonso
Vega
la que
despejó ‘de un modo definitivo lla situación, al tomar, con muy es.
casos efectivos,, 10s pinares que envuelven a.1pueblo, y en los que el
adversario n’o resultó capaz ,d,e sostenerse.
Al n,o poderse tomar Villarreal, ni de frente ni por env,olv~imienQo, Aguirre no supo qué hacer ; y el levantamiento ‘d’el cerco desmoralizó ya ,cie un mo,do esencial a todos : mandos y tropa. O.rrdenándose entonces intervenir a la Columna del Oeste, cuando ya era tarde, pues sobre el terreno se había llevado, si bien escasas fuerzas
nacionales, sí las necesarias.
La impresión que en la r,etaguar,dia rojo-separatista produjo aquel
fracaso fue terrible, partku1arment.e por el gran número Ide bajas experimentadas, frente a las cuales apenas si se tenían tomadas medidas
sanitarias (25). La desmoralización fue tan grande, que ya no se lievó
a cabo ninguna otra aventura béka, quedando el frente prácticamentfe paralizado hasta el ‘momento .ide comenzarse la ofensiva nacional (31 de marzo )de 1937). ,Todas las esperanzas se pondrán así en
la re~alización d,e obras ‘de fortificación,
que se pretenderá sean inexpugnabks (2(i).
--kremo
comprobado)
con abundantes
municiones,
en cuyo consumo
no cesaba. Sus
ametralladoras
eran numerosas
y sólo en la i\lbertia
han tenido 20, vistas y contadas
por un soldado
que servía
en un mortero,
que se pasó a nuestro
campo;
hay que
calcular
en los otros frentes
serían,
por lo menos, el doble.
Han sido vistos
y han
actuado
ocho tanques
rusos y tres blindados
con cañón.
Nuestros
blindados
han
sido todos atravesados
e inutilizados,
y se ha luchado
por nuestra
parte,
en los tres
días del primer
ataque,
a fondo,
con verdadera
carencia
de municiones
por el corte
de comunicaciones.»
(Zu)
irE ejército
mandado
por Llano
de la Encomienda
se había
lanzado
al
asalto
sin pensar
tan siquiera
en la preparación
de sus elementos
sanitarios.
El desastre de Villarreal
les sorprendió
sin hospitales
de vanguardia
y sin existencias
de
medicamentos,
y entre
ellos de suero anti-gangrenoso...
En todos los pueblos
de
Vizcaya
se requisaron
aquellos
días mantas
y sábanas.
En una sola de aquellas
noches murieron
en los improvisados
hospitales
de Urquiola
más de 400 heridos
atacados de gangrena
gaseosaa
(TDIS
MARGA DE &OJENDIó,
Opeuicciolzes
Mi/itaYes
de
Za gzcerue de Espaiia,
Montaner
y Simón,
Barcelona,
1940, p&g. 266).
(26)
En el informe
del jefe del Subsector
de Villarreal,
antes citado,
se dice:
uPersona
de Vitoria,
afecta
a nuestra
Causa, que hace dos días ha podido
pasarse,
refiere
la versión
loja
del combate
de las cuatro
de la maííga
del día 1. La impresión
general
es de asombro
por no haber podido
tomar
Villarreal,
y la del combate es de terror,
de anonadamiento
por la violencia
momentánea
de nuestro
fuego
y,lo
irresistible
de nuestro
cuerpo
a cuerpo.
Que al salir cl día 30 para tomar
Villarreal.
su moral
(la de los rojo-separatistas)
era rebosante
; que atacaron
esa ma-
EL TEATRO
DE
Ol’liR.\ClOX,m
DEL
SORTE
EN
EL
INVIERNO
DE
193fj.1937
161
Carecemos
‘de datos totales sobre las bajas nacionales;
aullque
sí sabemos que las ,rle Villarreal
se elevaron a 2~55, más de un tercio
de los ‘efectivos. El enemigo debió tener unas 4.500 sólo ante aquell~a.
localidsd (27).
En cuanto al botín, diremos que el día 10 se habían- recogido aladversario
7 ametralladoras,
unos 150 fusiles y mosquetones
y 1.000
bombas de mano ; 4 carros de combate y 2 autos blindados quedaron inutilizados
ante el pueblo que dio nombre a esta pequefia batalla.
LA
I-n situación
gmernl
GRAN
OFENSIVA
ROJA
SOBRE
y los propósitos
del Mando
(croquis
números 2 y 4)
OVIEDO
Na.cional
ee Astuvias
Desde que el 17 Ide octubre ‘de 1036 quedó roto ,el sitio de Oviedo,
dos bandos se prepararon
para una acción futura de gran envergadura.
Las fuerzas nacion>aZes se fortificar,on,
nutrieron
sus efec&
vos y situaron convenientemente
las reservas,
mientras que las fuerzas rojas .se ,organizaron,
‘en lo que ‘en ellas cabía, y llevaron a cab6
una instrucción
intensiva, adiestrando
numerosos
batallones y dotándoles ‘de a.bundante material.
Oviedo ejerció siempre una atracción
irr-esistib1.e para Belarmino Tomás y sus hombres., pues era un objetiVO político ,muy codicia’do y, a,demás, el ,que tenían más a mano,
siendo por eso aparentemente
fácil su ocupación.
-_los
drugada con eno’rme brío, saturados del triunfo;
que muy contados se salvaron,
volviendo a Bilbao anonadados.,
~(27) El informe citado en notas anteriores dice, entre otras cosas: uSe les ha
hecho 4.500 bajas, sin contar las del día 12, gran parte por la guarnición de Víllarreal. al punto que los camiileros de una CompaGía de Nacionalistas que sólo
ha luchado con la posición y que se pasaron después del combate del 12, me declararon que a su Compañía le quedaban sólo 220 de los 600 con que empezó el
89 de noviembre. Les hemos matado, el día 30, al Comandante Jefe del Sector de
Ubidea, a dos Capitanes y tres Tenientes, ninguno de ellos profesionales; han fusilado, como responsable del desastre, al Comandante del grupo de Acción Vasca,
y ha quedado quebrantado el prestigio del Jefe del grupo comunista, diputado por
Guipíizcoa. Larrañaga.»
Un parte dado el 16 de dicietr,bre por el Batallón uRusia», dice que tuvo
en
Elosu 295 bajas: 21 muertos, 99 heridos, 173 enfermos y dos desaparecidos. El
número crecido de enfermos da a entender las condiciones en que luchaba el batallón.,
162
JOSÉ MANUEL
3íARTiäEZ
BANDE
El 19 de octubre --dos .días después ,de ser ,levantado el cerc,o de
la capital-,
el gene.ral Mola, en una decisión, dirigi,da al general
jefe de la 8.” Dkisión, ordenaba la acción of,ensiva naci,onal en Asturias, sin ,dar respiro al adversaario, hasta llegar a una situación
ktica
favorable. «Consegui\da la liberación ,de Oviedo -se Idecía
d&--, se im,pone aproveckr
el éxito obteniNdo persiguiendo al ene-.
migo de un modo incesant,e hasta corìseguir asegurar de una manera finme una {línea que partiendo de Gijón, siga hasta Oviedo...
Enke Gijón y O,viedo s,ehará fuerte hasta que, ocupaSdoMadrild, sereanuden las operaciones en ese frente para conseguir la total ocugación ,d,& Norte ,de España)).
Unas Instrucci,ones comp.lementaria,s, ‘de igual fecha, sesalan las
siguientes acciones que d,eben ser rediza~das : ‘despejar los drededor,es de la capital, tde manera ique .queldelibre Idle1fuego d,e Artillería ; asegurar sw comunicaciones con Galicia; oculpar Trubia y sus
alrededores, y limpiar adeenemigos aa zona compr,endida entr(e el río
Narcsa, Oviedo, el Berrón y Gijón.
Pm-o estos propósit,os ambiciosos son muy difícilles ,de ser llevad& a aa rea&~da~d,pues <eIen,emigo es polderoso y está bien armardo.
En una clarta oticiai di’rigida por d general Aranda a,l general Mola,
de fecha 4 de noviembre, se señala Ja necesidad #d,e«fortificar para
ahorrar fuerzas y asegurar las líneas más indispensables ; organizar
vex~dsdems unijdades sdec,ombat,e; ,descongesti,onar Ovie*do por medio
de golpes muy preparados y seguros, y esperar a que los acontecimientos permitan concentrar aquí ~másfuerzas pasa operar primero
sobre Sogran.diio y Trubia, d,espués sobre Av3és y Gijón». En <definitiva, es preciso ,esperar, *dada la penurila de &ctivos.
Los objetivos a los que se supeditarán en adslantSe10s propósitos
na’cionales, serán dos de carácter in,dustriad y .la propia capitial ; lo cual,
a la vez de permitir la posesión de fábricas y talleres importantes,
liberará a la población aqu$lla d,e Bos rigor.es ,de un bombardeo constanGe (25).
-(28)
Ei 29 de enero
ei Generalísimo,
en un escrito
dirigido
al General
MoIa,
decía:
sLa situación
internacional,
con la posibilidad
de! establecimiento
de un
control
frente
a nuestros
puertos
y en la frontera
francesa
de Cataluíí2.
obliga
a
tbn@r en ctiéhta en las operaciones
militares
los objetivos
industriales
que nos permitan el ayudar a resolver
el problema
de la fabricación
y aprovisioiiamlento
de¡
matei-la1
de guerra.
*Efi este sentido,
es de una importancia
muy grande
el que la Fát,r,ca
de Armbs de Oviedo
pueda trabajar
en la fabricación
de ametralladoras
y l&zas
para
EL
TEATRO
DE
OPERACIOh?ES
DEL
NORTE
EN EL
INVIERNO
DE 193@1937
163
Partiendo, pues, lde ilia superi0rida.d enemiga, señalaremos aos
problemas que al Mando Naciona.1 se lle planteaban en el frente asturiano-leonés. Eran fundamentaImente cinco : continuar la def,ensa de
la capital a largo p-ka20; garantizar su enlace con la retaguardia a
través ,dei «pasillo» Ovkdo-Graldo ; sostener aa extensísima :línea de
posiciones en Asturias y León; cr-ear unas fuerzas capa,ces de afrontar inmediatamente los problemas ameriores, y a,dquirir los elementos .precisos para. Ila vida y acción lde esas fuerzas y ,de la población
civil, sin solicitar nada ade Eos Mandos superiores, harto acuciados
pos sus propias %dificu,ltla4de,s
(29).
El 18 ,de octubre tde 1936, das fuerzas llegadas a Oviedo se encontraban en e.stado #deterrible agotamiento y faltas de r’ecursos. Sin (demora, había ‘que aumentar ampliament~e su número, a fin (de dedicar
Ia mitad de los efectivos a Zla ,def,en.sa.(de la ,capita!l asturiana y la
otra mita’d a mantener la iniciativa y emprender, si fuese ello posible,’
las operaciones pertinent,es. Forque ila ver,da,d era que el. a,dversario
se había dado pronto cuenta <dela penuria en que se movílan las unidades nacionales, r,eaccionando ofensivamente ,en casi to.das partes y,.
en partkular,
en ,el «corredor» y en to,rno a !la capital. Hay que recordar, además, que Ovieldo tenía unas 42.000 almas., que era necesario atend,er y abast.ecer (30). Las ,dificultades fueron agquí tan grandes que en el mes Ide diciembre tuvo lu’gar una crisis interna de servicios Ide carácter grave, ,que se resolvió con.firiendo ,el general Mola
al general Araeda el mando ímegro ,de los territorios d.e Galiciia, Asturias y ‘León.
-- ..---
esta arma y de fusil, así como apoderarse de las de pólvora y explosivcs de Cay&
y la Manjoya para poder ponerlas en producción.
»De una gran importancia también ,Pero de más dificultades, es e! a?egurar Ia
posesión de Trubia, estabiecida en una mala situación táctica.
nEn este sentido, de las dos propuestas verbales expuestas por el C.eneral Aran
da, es de más urgencia el descongestionar
Oviedo que avanzar sois-e Avilés, ya
que la primera, además de liberar a la población de los rigores del bombardeo
constante, da resueltos parte de los objetivos industriales.>
:fLS) Confróntese aLa guerra en Asturias», del General ARAHDA,
en
e!
vohmen
L a guerra
de Libera&%
Nacional, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1961; páginas 316 y siguientes. En este trabajo consideraremos
los ataques a Oviedo de’
una manerageneral, englobados en la ofensiva roja, sin referirnos concrefamente
a la capital, la defensa de la cual parece más propia de otro estudio.
(30) Según el General Aranda (trabajo citado en la nota anterior), abastecer a
Oviedo, con sus 42.000 personas civiles y I5.000 a 20.000 soldados, requirib, el primer mes, un transporte diario de 60 toneladas, y después, ya creado el repuesto
Preciso, de 40. Todo ello exigía un& 220 camiones, con sus tiilleres y accesorios.
164
JOS&
UANUEL
MARTÍXEZ
BANDE
Los hombres llegados a Oviedo el 17 Ide octubre, y ‘los ,deja,dos
7.000- habían asc,endisdo el 15 de noviembre
en el «pasi.llo» -unos
no obstante, eran muy escasos y aun?
a 13.500 (31). Estos efectivos,
que se incrementaron
constantemente,
nunca lo fueron en la medida
que hubiese permiti,do llevar a cabo operaciones
#d’e carácter general
y recoMivo.
Hay que tener en cuenta que en el m!e.s de noviembre el
enemi,go contaba, como <masa capaz de rea,lizar acciones ofensivas
independientes,
con anás <de 20.000 hombres ; los cuales irían progresivamente en aument.0.
El «pasillo»
de Oviedo
(croquis
número
4)
Las ~circunstancias
,que llevaron a cabo .eIl que ~llamamos «Socorro
a Ovi*edo», .determinaron
‘que el !enilace de la capital asturian,a con la
rktaguardia
nacional *quedase ,estabEecido por medio ,de un largo brazo, ,denomina8do comúnmente
«pasi,llo» o «corre,dor» .d,e Oviedo o de
G,rado, ,de .deficientes condiciones
‘defensiws.
En general, Ila ddimitación ‘de su traiado
fue hijo IdSe las circunstancias,
o,bsdiente tan
sólo a la necesipdad ‘de da .comunic!ación lde la plaza a través de una bwna carretera.
Fuera de .esto, las alturas estaban casi siempre dominadas por ,el enemigo, que ‘disponía aldemás de una buena red vi’aria,
para los kaslasdos ‘de tropas, y {de magníficos
ejes de marcha en los
ataques que planease realizar.
Partien,do del Oreste, el «pasillo» comenzaba nada más cruzarse
el
río Naxea.
Ya aquí poadía verse la deb&dajd del sistema, porque el
único puente !que lo stivaba s,e encontraba
junto al pueblo de Cornellana, muy cerca #de Ia línea ‘de tuego y en un terreno propenso
a
ias irkfiltraciones.
La primera zona f$el «corredor»
era quizá la más s$i.da. Estaba
muy bien #defendEda por la si,erra ,de Sollera, en la cual las posiciones
nacionales
aI Norte ‘dominaban prácticament,e
el curso #del Ndón ;
mientras qu,e por el Sur, auaque no tan fuertes, tenían da ventaja de
apoyarse en la cota 342 y loma Los Novales, a partir de la cual quedaban batidas por alturas ,en po,der Idel enemigo.
Pasado el Nwlón y su af’luente el Gubia -zona
delimitada por los
pueblos *de @ero y Gradocomenzaba el «pasillo» propiamente
,di---..-.L
(31) En el.trabajo del General Aranda citado en las notas anteriores, se habla
de ulos 1.5.000 hombres llegados a Oviedon;
debe referirse, sin duda ;t la totatidad: de los destacados en todo el frente asturiano
EL
TEATRO
DE
OPERACION!ES
DEL
X’ORTE
EN EL
INVIERNO
DE 1936-1937
165
cho. La comunicación con Oviedo era aquí muy peno.sa, pues las
vías ,que llevaban a .la capital se encontraban, en cas1 todo su recorrido, ldominadas por el a,dversario. El puente ld,el d~esfil&ero ,de Peñaflor estaba muy próximo a las Líneas rojas, y su -posesión por d enemigo hubiese supuesto el aisl~amiento ‘de la capital. El ((pasillo» quedaba al Norte, bajo ,la sierra ,de Pedroso, en la que, sin embargo, se
poseían las cotas 376, 414, 292 y 408, entre otras estribaciones menos. importantes ; pasando,, al Sur, por CJ,vértice Guileiro y la cota
362, también len pod,er de las fuerzas nacionalles.
Santullano aparecía ‘d8efendi+dopor el vértice Guitero, mas a partir de aquí se entraba en el estrechamiento de Escamprero, de sólo
dos kilómetr,os y medio ,de anchura. Pasada la aldea de Valduno, la carretera se internaba en terreno enemigo, por lo que fue necesario
construi,r una pista militar. Esta ‘discurría, en un pri’mer tramo, casi
pegadla al Nalón, pudiendo ser batida incluso por fuego ‘de fusil.
Luego, aquella carretera quedaba ld,efendida del Norte por la sierra
de Naranco, pero al Sur estaba bajo las vistas y el fuego contrarios,
una vez rebawdo el pobla’do y altura de San Clauldio. La enkraxda
en Ovie,do se hacía con extrema dificultad por el barrio de Asgañosa.
La capital aparecía casi completamente rodeada por las posiciones
rojas, con muchos barrios ,extremos en poder ‘del adversario, particularmente por el nordeste. Sólo ‘estaba guardada, y ,muy precariamente, por su costado Noroeste, ‘donde el vértice Paisano era la posicióri
nacional ldominante.
El «pasi,llo» de Oviedo tenía, p.n línea recta, ,de extremo B cxtremo, 25 kilómetros. Mas consi~derando el desarrollo ,de las posiciones
y su doble vertiente, Norte y Sur, no es aventurado decir que la línea
alcanzaba un ,desarrollo de 75 kiiómetros aproximadlamente.
La conte.mplación en los croquis del haz ‘de carreteras que conAuyen y sus lugares de destino, nos dice que sobre la capital pos
dían af,luir ,masas ,de milicianos desde Avilés, Gijón, Infiesto, Pofa
de Laviana y Pola tde Lena ; esto es, prácticamente desde casi todas
las comarcas densamente pobladas ‘del viejo Principado.
La actividad
en el frente
desde octubre a ‘febrero
El frente asturiano, a partir del 17 de octubre de 1936 y hasta
febrero de 1937, estuvo siempre activo.
;Il66
JQSÉ
KiN,RL
MARTíXEZ
BAtil3E
:. Las esca.sas fuerzas nacionales
trataron
primero
de exp!otar
!a
inercia de su (avance sobre Asturias,
pero fueron
inmediatamente
-conteaidos
por las milicias revolucionarias,
que se lanzaron con ímpetu sobre la capital, el Naranco,
Escamprero
y el paso de Peiíaflor. Sin embargo, aquéllas conquistaron
San Claudio (día 25 de octubre) y mejoraron
sus posiciones
en torno a Oviedo.
El forcejeo sigue ininterrumpido,
y ed 23 de norkmbre
los rojos
.
seccionan, por sorpr,esa, en Cabruñana,
el «corre8dor», aunque la situación se restablece
inmediatamente.
Sin embargo,
por esta época
menudean las óadene.s ide ,conq«istar
Oviedo y cortar el «pasillo)),
generalmente
por PeñafJor y Los Pinos. l,os ataques de 27 Idle noviembre al 22 de diciembre son muy fuertes. Actúan efectivos aproximados
correspondientes
a 35 batallones,
bien dotados de armamento automático.
Enero y *los primeros
días de febrero pres.encian 111~ actividad que
rojas del 1-f d,el ÚL
po’dría ~llamarse «n~or;ma!». Pero Jas embestidas
timo mes son muy f,uertes y presagian
las jorna,das más sangrientàs
de to,do el invie#rno.
Ln ofensiva
de febrwo.
Phn
rojo
El plan marxista
consistía aquí en simultanear
el ataque a Oviedo con los del «pasillo», por Escamprero,
Peñaflor,
Cabruñana,
Grado y Santullano,
para cortar el frente entre PeiTíaflor y la loma de
Los Pinos, y quedar al final las fuerzas establecidas
en una línea
d,efensiva sobre el Nalón y el Narcea.
Estos propósitos
,eran perfectament,e cono,cbdos, en principio,
por las fuerzas nacionales.
El ,espíritu ,dle das unidhades rojas ,era bueno, y SU artill~ería, muy
numero.sa.
En este terreno,
el tiempo transcurri’do,
tan pcr,di.do en
otros aspectos,
había sido bien aprovechado.
P,ero la moral de las
fuerzas
naciona1e.s r4esu!taba magnífica,
y su ,disciplina irr’eprochaple ; las tropas se habían aguerrido ‘debidamente j-, aun sabiendo que
apenas si podían re,cibir ayuda del exterior,
esperaban inconmovibles
el anunciado ataque, con toda la serenida’d que ,el caaso requería. La
Comandancia
,d,e Ovkdo
8estuco accidentalmente
bajo el mando <deI
teniente coron
Na,varro,
hasta e4 ‘24 (de marzo, èn que se hizo cargo ‘de la mi.sma el Xcoronel Recas.
ofensiva, cl genera¡ TAano
: Para llevar a cabo la tan pronktedora
de la :Encomienda trajo efectivos co.r,respondientes
a una Brigada des-
EL
TE$TRO
DE
OPER.4CIO~~S
DEL
NORTE
EN
EL
IWIERXO
DE
1936-1937
167
de Santan’dxer y dos desde Vizcaya, aparte de un Regimiento
de Aritillería pesaada, un batallón ,de Ca,rr.os y toda la aviación disponible.
Aunqu,e resulta muy difícil señalar ‘el detalle del Idespliegue efectuado,
por carencia lde documentación,
se cree ‘que los batallones vascos atacaron al Sur (Trubia-Escamprero)
y los santanderinos
por el Norte
(Santullano).
Los batallones seg-uían tenien’do carácer político, y el ímpetu de
much0.s ‘de sus c,omponentes que,daba anulado por el comportamien~to
de los restantes,
rea,cios a la Il:ucha, y por ausencia de mandos oapacita,dos (32). La erg-anizaciím
de las Dkisiones
‘debía ser muy defectuosa.
La
of
ensiua de
febrero.
Las
operaciones
El 16 ade febrero el enemigo realiza un tanteo ,gene,raI a todo lo largo de la línea entre Oviedo y Escamprero,
desde la una a las cinco
horas ‘de la madrugada,
tenién,dose la impresión *de que existen preparativos ‘de una acción ra fondo con grandes conoentraciones
DDEm$liciano,s, apoyados por una gran masa ‘de artillería.
El 17 es de ca?ma.,
.que se aprovecha para el (despliegue de las reservas propias, moviénkose sobr,e el terreno 8diez unidades tipo batallón (33).
El 18 se acusa fuego adversario
sobre Santullano-Escamprero,,
comprobándose
que ha si,do desalioja,da la población civil de $a margen
derecha qd,eclNalón y de los alrerd,e;dores de la capital. Esta evacuación
continúa ei1Idía 19.
La ofensiva general, <después ‘de un día de calma -segurament,e
de
descans,o para las kopas qne han Ide realizar aqu&lase desencadena el 21. Comienza el ataque B las cuatro y media ‘de la madrugaida, y
en é.1 fuerzas como de unos venticinco batallones intentan numerosos
asaltos, en los que sufren grandes pkdi,das.
La línea propia resiste
bien, perdikndose
solo alguna posición aislada (34), pero se acusan
(32)
E-le aquí algunos
nombres
de los bataliones:
nJosepin*,
cLibertarios
de
uAzaña»,
cCalichU,
EtCríspulo
GutiérrezD,
«Vorochilofu,
crPiloña*,
aCelesGijón,,
tau, <cAida Lafuente)),
etc.
(33)
Tres tabores
marcharon
a Oviedo,
uno a San Claudio,
una Bandera
de la
Legión
y dos batallones
a Peiiaflor
~7 Escamprero,
un tabor
de la Mehal-la
y un
batallón
a Grado,
y un batallón
a Cornellana-Cabruñana.
(34)
Los ataques más intensos
tuvieron
lugar
sobre las posiciones
del Naranco,
Cadellada,
Olivares.
en el sector
Peñaflor-Soto-Ribielles
J en la loma de Pando.
Sólo se perdió
alguna
avanzadilla
aislada.
;16S
JoS&YANUEL
M.4RTih.EZBANUE
muchas bajas, que revisten gran impohtancia por haberse embebido en
la lucha to’das 1a.s reservas inmediatas.
Actúa Fa aviación roja, que
.huye cuantas veces aparece la nacional, y la jornada resulta muy san.grientla, por una y otra parte (35).
El día 22 continúa la fortísima presión ‘de ios rojos en tosdo e! fiente, aunque quizá sea menor que en la jornada anterior, empleándose
~unidades de refresco. En Ovie,do, el ataque ,de la Infantería está apo.yado por carros ,de combate y ,dos trenes blin&d.os.
Las más furiosas
-acometidas tienen lugar en Escamprero,
donde el enemigo emplea
ocho ingenios blindados, y Ribielles, batiéndose por el fuego la comunicación Ide Oviedo ,con la retaguardia en el paso del’ Nora, entre
Gallegos y Lo,riania, y acortán,dose bdicha comunicación
por Za ocupación ,de Loma Pando, que inmediatamente
se intenta rkuperar
(36).
El 213, sigue Ovie,do castigado por el fuego y resistiendo la enorme presión ‘de los marxistas, constantement,e reforzados. La artillería
suya es muy superior a la nacional, sólo despdega,da en ed Naran.co, y
la situación de la ca,@4 es cada vez más grave. Se recupera una posición, ,peadida el (día anterior, én el subsector d,e Santullano. Por la
noche Pico Paisano sufre una fortísima acometida.
El 24 los ataques son igualmente duros y constantes, calcu.lán,doae
en ochenta :as piezas que >disparan sobre Oviedo, mientras aque Ia aviación roja actúa impunemente.
Ell enemigo cruza el Nalón por San Tirso, sieado luego con.tenido, y sus bajas toMes -según
informes de
eva.dildos- son calculadas en unas lO.OOQ. Llegan las primeras reservas naciona.les a la Ilínea *de fuego (37). Se recuperla una posición perdida ell ‘día 21 en el Naranco.
La situación continúa muy grave Idurante el día 25. ES fuego a*dversario incesante va 8destruyenado los edificios ade la capital de mo,do
. S>istemá.tico, sucediéndose por Escamprero y Grado los ata,ques, readìzasdos con gran lujo <de elementos, mientras que se ejerc.e igualmente
(35) El Diario de Operaciones del S.* Cuerpo de Ejército calcula en unas 2.000
a 3.000 las bajas enemigas. Anade que se hacen unos 100 prisioneros y que ante
las posiciones aparecen varios centenares de muertos. Las bajas propias exceden
de unas 700. El General iiranda (trabajo tantas veces citado) da 70 de oficiales y
~.580 de tropa. El Cuerpo de Ejército rojo de Asturias totaliza 1.818 heridos y
65 muertos recogidos.
(36) Las bajas fueron muchas por una y otra parte. Sólo entre Grado y Escamprero las fuerzas nacionales tuvieron unas 200, y en total, desde Grado a &ied
.do, unas 500. El General aranda señala un total de 12 oficiales y 325 de tropa.
(37) EI Diario ‘de Operaciones de la 8.a División habla de media Brigada.
EL
TEATXO
DE
OPERACIOX@S
DEI,
E;ORTE
EN
EL
INVIERXO
DE
1936-1937
169
una pr,esión muy granlde por San Claudio, Cornellana y, Cabrufiana.
Puede decirs.e que casi toda la línea de contacto vibra. A Ea vez, lo.+
grupos que’se infiitraron cruzando el Xali>il por San Tirso, son olr>ligados a repasar el río. Las bajas en Oviedo alcanzan ya la cifra d.+
2.000 (38).
En comparación con las jorllfadas anteriores, la *del 26 es de ca,ha,
pese a seguir incesant,e el fuego de artillería y aviación. Oviedo, el
Naranco, Santu’!!ano, Escamprero, San Roque, San Claudio y GrsdG
son los secto’res más afectados este sdíia.
El 27 hay ataques contra San Clau,dio, realizados por seis batallones, apoya,dos por cinco carros y prkedidos del fuego ‘de siete baterías ; pero fracasan con fuert,es pér,didas (39), gracias al espíritu de
las fuerzas nacionales, que ‘es &ísimo.
La línea propia está sólidamente estaMecida y sobre ella se concentran más fuerzas. A pesar ,dz
haberse per,dido I.oma Pando y haber queckdo corta,da su ímica carret’era con la retaguar’dia, se tiene g-ran confianza en la suerte de Oviedo.
El 28 hay ataques violentos sobre el barrio de San Lázase, en donde se pier,den varias posiciones, y sobre Grado. El temporal es int.ensásimo y Ba ofensiva puesde,decirse que ha entrado ya en su fase decreciente (40).
El mes IdDerraarzo comienza con una lucha de inusita’da violencia en
los alrededores de la capital, sufrien,do su guarnición sensibles pérdidas. ,Esta presión sigue el día 2, tanto sobre ella como sobr.e sus Iíneas de comunicaciones, particu~l~arrnente en San Claudio, donde por
la noche los rojos -que realizan catorce ,embestildas- sufren una verda’dera carnicería, después de haber poseído pasaj,era#menteuna avanzad(illa. Su moral es baja en relación con las jo.rnadas anteriores (41).
E! 3 se concretan 110sataques, sobre las posiciones de Buenavista,
(38) i\sí se úice en el telegrama oficial enviado el día 25, a las 22,50 horas,
por el Teniente Coronel Navarro al Gobernador de Asturias.
(39) Se tienen 150 bajas propias y se consideran aincalculablesa las del adversario, que pierde tres carros y ve cómo son desmontadas dos piezas.
(40) El General Aranda ha seíialado que en los siete primeros días de ofensiva, las fuerzas nacionales habían sufrido 143 bajas de oficiales y 3.527 de tropa.
El día 25 había enviado Aguirre, desde Bilbao, a Prieto un telegrama, en el que
se decía : «Probablemente
quedará interrumpid,\
operación Asturias por falta de
munición». Es lo más verosímil el que se dispuso de mucha munición, aunque fuese
muy mal administrada.
(411 El Diario de Operaciones de la 8.a Divi‘siC>n dice: XI-OS prisioneros cogidos presentaban señales de latigazos en la espalda y declaran que sus jefes tenían
orden
absoluta de ocupar la posición a toda costa.»
JiO
JOSÉ
MANUEL
XARTÍNEZ
BAYDE
en Oviedo, y <del subsector de San Cilaudio. El 4, sobre este último y
,el de Soto&antullano.
El 5 ,s,e inicia una reacción nacional. Son asaltadas las primeras
trirxheras
de Rebollar
por cinco uni,dades tipo batallón,
apoya,das
por morteros
y artill,ería, continuando
la progresión
hasta (dominar
de la carretera
Escamprero-Trubia,
el puente sobre el río Nora,
xnientras que Loma Pando es desbol-‘da.da por ambos flancos. Pero
la resist,encia
encontra.da es grande y nada $definitivo se logra (42).
El ,dia 6 aparece ,encaJmado, salvo un ataque rojo por la noche en
Oviedo. :El í hay otros sobr’e Oviedo y San Claudio. El 8 sobre San
Roque, Escamprero,
Santullano y Gurullés. El temporal impide continuar la acción ofensiva nacional iniciada ei ‘día 5, pe:ro el 0 se ocupan ailgunas posiciones
rojas en Buenavista.
El 10 se reanuda
la contraofensiva
sobre Pando,
avanzando
metódicamente
por la ~der~echa, ,centro e izquierda del pequeño entrante Idoce un:da,des tipo batallón. El 1.1 continúa esta accion, más
la encarnizaNda resistencia
sde ‘los marxist!as,
protegidos
por el fuego
de ,una artilkría
muy pot,ente, aconseja
suspen,der la operación
y
adaptarse
a las cirwnstancias
(43). Durante
el 12 realizan aquéllos
dos fuertes ataques en Ovietdo con grandes efectivos,
precedidos
rde
intrensa preparación
artillera : más otro en el Xaranco.
Por la noche sobre Ribielles, la plaza de Oviedo y el vértice Paisano.
El 13 hay ataques ma,rrxistas muy fuertes,
apoyados
por och,o
carros .de combate, por la Cadellada (en Oviado) durante cuatro horas ; y también sobre P’eñafJor y Ribielles. El temporal de Iluvias es
fortísi,mo.
El 11 9a presión .roja se centra sobre los barrios
ovetenses ‘de la
Argañosa,
Buenavista y Cadellada ,* hay a,demás intenso duelo ,de artillería,
qu,e continúa en sucesivas
jornadas.
Vuelven
los ataques
(42) Las bajas propias fueron 200, de ellas ocho de oficiales El adversario
perdió ante Oviedo dos carros, mientras se le inutilizaba un avión.
(43) El Diario de Operaciones de las Fuerzas Militares de Asturias dice, en el
día 11 de febrero: «Vistas las dificultades que presenta la ocupación de Pando y
teniendo en cuenta que las ventajas que su posesión significan para el enemigo han
quedado casi anuladas con las acciones ofensivas ejecutadas y con la terminacián de
Ia pista a Oviedo por el Naranco, y que por otra parte se estiman logrados los
,propósitos del Mando al quedar restablecida la comunicación automóvil con Oviedo,
sin que compense el gran sacrificio que sería preciso realizar para anular totalmente la ventaja parcial obtenida por el enemigo, insistir en desalojarlo de la
magnífica posición que ha establecido, se decide aminorar aquella ventaja por injiltraciones.*
1% TEATRO
DE
OPERAClOli,ES
DEL
NORTE
EPI EL IiWIERNO
DE
1936-193i
171
rojos los. !días 17, 18 (subsector de Buenavista) y 19 (szlbsector del
Naranco), mas apenas si revisten graveda,d. Por el contrario, en la
noche .del 17 .las fuerzas nacionales del Namnco mejoran sus posiciones Idel pkq Paisano. La batalla por d ,worredor» de Ovie,do puede Considerarse de,finitivamente terminalda.
Consectcencias
El examen del croquis y la lectura ‘de las ‘líneas prece’dentes muestran una de las características de %aoãensiva sobre Oviedo y su «pasiUNo»,,que a <Ialarga la esterilizó por completo : la ,dispersión del esfuerzo. Se atacó, prácticament,e a través jde toda la línea, contra &i
principio de economía ‘de fuerzas, y de forma caótica, dándose la impresión de que se buscaba un punto ‘débil en ,el despliegue nacional, sin
saber en rigor ‘donde se encontraba. Subsectores muy sensibles y peligrosos fueron aquí, sin d,uda, los ,de Cornellana, Grado, ed cruGe d,e
Escamprero y la línea San Claudio-Argañosa, siendo en este último
sector don,de únicamente consiguieron las fuerzas rojas un éxito
.local.
La ocupación de la Loma Pando, que cortaba la carretera entre San
Roque y la ,ciu#dad, obligó a ,d,esvia,r el tráfico, construyén’dose una
pista mi.lita$r (señalada en el croquis).
; Cuánt,os hombr,es fueron embebidos en el ataque? El general
Aranda da :a ,cifra $d,e40.000, Gíadiendo que fueron apoyados por
100 piezas enemigas. El Diario de Operaciones ‘de la 8.” División
hace exceder aqukllos *de 50.000, los cuales se estrellaron ante efectivos no muy superiores a los 20 batallones. Otros autores ekvan
más aun aquellas cifras (44), pero lo ver,daderamente indudable es que
ios efectivos rojos fueron muy superiows a los na,cionales, estan,do
aNdemásapoya.dos por una densi,da$ddel fuego consi,derable. La aviación voló casi siempre con abssbrlutaimpunidad, y la artillería, pese
a sn general dispe.rsión, ,reaIizó una labor Idemo!edora, particularmen(oB. rit., pág. 267) cita aquí GO.000 hombres y 200 piezas. GS
18 julio 1936-U
octubre
19.5’7, Valladolid,
Imprenta
(Astuvios,
Casa Martín, s. a., pág. 93) da igualmente la cifra de 60.000 hombres, de 10s
cuales 20 000 fueron
empleados contra la capital. OSCAR PÉREZ SOLOS (Sitio
y defensa de Oviedo,
Afrodisio Aguado, Valladolid-Palencia,
s. a.. pig. 323) habla de
que el 22 actuaron 68 batallones, muy bien apoyados por el fuego de carros, artillería y aviación.
(44‘1
RIINIAKO
~ZOJENDIO
CARRASCAL
172
JOS??
MANUEL
IIARTiNEZ
BANDE
.te sobre la capitaL,(45). La primacía ‘de las piezas rojas resultó evidente, dado su número (46), al contrario de lo que ocurría con su
infantería (47).
La lucha costó en das filas nacionales 191 bajas de ofikles,
179
de subofhcia.les y 5.024 ,de tropa, según consta en un resumen general, hecho ,después fdd 21 de marzo e incluído en el Diario de Operaciones :cle las Fuerzas militares *de Asturias ; en él se seiía’,a, a.demás, que se hicieron 438 prisioneros, contándose 2.325 muertos
dejados en el campo y 126 heridos capturados. Las bajas totales enemigas *debileron llegar a ‘los 25.000 hombres el día final sdefebrero,
según el cita,do Diario : 10.000 ante ,la plaza de Oviedo y 15.000 en
al- «corpe+dor» (48).
En .cuanto a! botín conquista,do por las fuerzas nacionales, se elevó a 1.042 fuGles individuales, 34 fusiles ametralladores, 15 ametralladoras, tres carros perdidos y cuatro inutilizados, más abundante
material ,de todas las clases y municiones, según aquel Diario.
TerminaSda )la ofensiva, la línea quedaba prácticamente como estaba antes, salvo el pequeño boquete de loma Pando, pudiendo Ovie(45j
El General
Aranda
seííala que en los días 22, 23 y 24 cayeron sobre
‘Oyiedo
un promedio
de 2.500 a 3.000 granadas
de aviación
y arti!lería.
G. Carrascal
dice que a mediodía
del primero
de la ofensiva
habían
sido disparados
sobre
la
capital
3.000 proyectiles,
casi todos
de grueso
calibre.
(46)
tos
telegramas
enviados
aquí por el Comandante
Militar
de Oviedo
al de
Asturias
eran claros.
El del día 23, a las 13 horas,
dice:
K.... Tiene
(el enemigo)
El del mismo
día, a las 16,30 horas:
<Artillesuperioridad
artillera.
No infanterías.
Tía enemiga
destruye
todo».
El del día 24, a las 21,55 horas : uhcción
artillería
enemiga
en todas partes
es aplastante».
(47)
En el Diario
de Operaciones
de las Fuerzas
Militares
de Asturias,
se
dice al fir.al del mes de febrero:
s... todas
las fuerzas
de la guarnición
de la
Plka
de Oviedo,
así como las que se enviaron
de refuerzo
a la Plaza y las restantes Unidades
de las Fuerzas
Militares
de Asturias
que guarnecen
el pasillo GradoOviedo
en este período,
han demostrado
en tan largo
período
de dura. y tenaz lucha, hasta el más alto grado,
sus elevadísimas
cualidades
de valor,
abnegacibn
y
sacrificio
; incluso
en la Plaza
de Oviedo
los paisanos
auxiliares
empleados
en
obras de fortificación,
rivalizando
todos
en ocupar
los puestos
de mayor
riesgo
y fatiga,
demostrando
igualmente
la po;blación
civil la mayor
serenidad
y desprecio
dei peligro,
aportando
cada cual, dentro
de sus facultades
y cometidos
asignados,
t(tda su voluntad
inquebrantable
de resistir
el abrumador
empuje
del enemigo».
(45)
15.070 es la cifra total
de bajas nacionales
al terminar
la ofensiva
dada
por :el General
Aranda.
G. Carrascal
la eleva a 15.000. En cuanto
a las bajas na-dondes,
el General
dice que trlas 1.500 bajas
de tropa
se repusieron
inmediatamente,
pero no así las 70 de oficial,
que obligaron
a montar
en Luarca
una Acadek
mia de Mándos..
-.
.,
,:L
TEATRO
DE
OPERACIOSES
DEL
NORTE
EN
EL IMVlERKO
DE
1936-1@7
173
do comunicarse con su retaguardia
mediante ei correspondiente
desvío. Pero la ciudad había sufrbdo mucho, y sobre las ruinas de OCtulxc: de 1934 y el verano de 1936,, se sumaban otras muchas ; 1;s
fortificaciones
habían sido removidas, y, en conjunto, la masa edificada ofrecía una lastimosa visión.
Las conseclwnrias ‘de la proyectada gran of.ensiva. fueron desastrosas para SUS autores y ejecutantes. El presidente Aguirre elevó fuertes protestas al Gobierno de Valencia, ;L la vista de las bajas sufridas
por los batallones vascos, cuyo efecto sobre Ja pohlacitin civil y las
propias fuerzas armasdas (de &uzka~di» fue considerable (49). El, fantasma <del hambre se hizo más amenazador en toda la faja ‘del Cantábrico (50).
Los rojos reclutaban ahora, a marchas forzadas, 10.000 hombres
para cubrir bajas, 4dedicándose de modo intenso a fortificar sus posicio(491 Un telegramü enviado desde «Euzkadi» a Valencia, fecha 25 de febrero,
decía así: aFracasada ofensiva sobre Oviedo responsa>ilidad
recae íntegra sobre
Mando y E. M. Ejércitos del Norte y sobre Gobierno de Valencia si la ha autorizado. Dígale V. E. conocimiento.>
El S. 1. M. comunicaba al Cuartel General de1 Generalísimo, fecha 9 de marzo,
entre otras cosas lo siguiente: «Van llegando a Bilbao numerosísímos he’ricios pertenecientes a los batallones que de ‘Vizcaya fueron al frente de Astwios. Est,.s
heridos entran en el hospital a las cuatro de la macana con objeto de que no s&nvistos... Saseta, jefe de las Milicias del Partido Nacionalista Vasco, murió en el
asalto a una casa y con él gsan cantidad de oficiales de dichas milicias El batallón
NItzarkundiaB, que se encontraba en Kalamúa (Eibar), lo quisieron llevar a Asturias y se insubordinó.»
El 9 de marzo de 3~937 comunicaba el Cuartel General del Generalísimo al Jefe
de la 8.k División, lo siguiente: &egím información recibida en este Estado Mayor
de origen S. 1. M. y fecha 6 del actual, han llegado a Burdeos refugiados procedentes de Bilbao en estado famélico y muchos de ellos enfermos. Dicen que la
moral de la provincia está cada día más baja y que estos últimos combates de
-4sturias han producido Ilondo efecto. Manifiestan que se han evacuado por Santander en estos días 15 trenes especiales repletos de heridos que se calculan en
unos 8.000. En Bitbao han sido requisados, para enviarlos al frente 80 &dicos,
lo que demuestra que todavía quedan muchos heridos por evacuar.3
(60) El Consejo de Comercio del Gobierno asturiano comunic6 al Ministro de
Hacienda del Gobierno Central, con fecha 9 de marzo: «Según comnrt;.iqué telegramas anteriores, se nos terminaron
ayer existencias de víveres. Hoy sólo entregamos pan de Intendencia. Y eso mismo hacemos con poblacibn hace diez días.
Lo que ocurra con esta situación no nos alcanza responsabilidad por haber previsto
hace tiempo escasez». Igualmente se quejaba, el 16, el Delegado del Gobierno en
Santander al Ministro de Hacienda, manifestándole la crítica situación en que se
encontraba la provincia por falta absoluta de víveres.
$74
JOS&
MANUEL
MARTÍNEZ
BANDE
nes. Quadaba comprobada que «la solución del problema de Asturias
no podían conseguirse, ni por el enemigo con ataques, por potentes
que fueran, ni por los nacionaks con ataques limitados d,esldeel interior, sino con amplias maniobras exteriores con grand’es con&ingentes, cuando la sitwción general 2’0 permitiera» (51)..
El fracaso <de la operación tuvo, pues, repercusiones muy hondas
en el futuro, que se t.ra*dujeron, particuilarmente, en el ,desestimien.to
rojo a ocupar la capital asturiana, sobre la que sódo habría, en a’delante, ataques esporáldidos y parciales. Las esperanzas puestas por los
diri,gentes de Gijón en su pomposamente anunciada ofensiva fueron
tan grandes como la des,i.lusiónsufri’da.
La lucha en el frent-e Norte #durante el invierno lS36-37 no tuvo;
pues, nada de secundaria. Gracias al heroísmo ,de las fuerzas nacio.
naks que lo (defendían, se cons’iguieron los ef,ectos siguientes, de extraordinaria importancia :
- Los restant,es Teatros ,de Operaciones apenas si sufrieron repercusión alguna. como consecuencia #de.las dos grandes awiones fracasadas.
- Los rojos-separatistas pa.saron a una tidefinitiva actitud pasiva.
- El Man,do nacional pudo planear, con toeda holgura, la Campaña (del Norte, que idaría fin a la guewa en la faja cantábrica, instruyendo varios reemplazos y organizaado nuevas unida,des, cuya actuación desde abril .a octubre sería hego ,definitiva.
(5.X)
General
Aranda,
conferencia
eitada.
---L
-=’
8
.Cangas de Onís
I
0
-
8
..-~ -...
16
I
24
-----
32
40
1
48km
---. --
Croquis número 2
1EL TEATRO DE OPERACIONES DEL NORTE
FRENTE DE LA 88 DIVISION
I
--b
I-I
Escala
.h-ta gris: altitudes superiores a 600mts.
Linea nacional inicial
Linea nacional final
Movrnientos de las fuerzas rojas
Id. de las fuerzas nacionales
EL ATAQUE ROJO A VILLARREAL
Croquis número 3
_a
S
rojas
Escala
4:San Lazaro. 5:La Cadellade.
*
a los 3OOmt.s.
-.T*awa
753zzz%
-w-e-
1:Olivares. 2:Buenavista. 3: La Argañosa.
Zona en gris: altitudes superiores
nacionales
de las fuerzas
Reacciones
Ataques
Linea nacional final
Linea nacronal inicial
LA GRAN OFENSIVA ROJA SOBRE OVIEDO
Croquis numero 4
PUBLICACION
ARCHIVOS
DE
DEL
FONDOS
SERT’ICIO
MANUSCRITOS
HISTORICO
MILITAR
La REVISTA
DE HISTORIA
MILITAR,
inaugura
con esta nueva
.4ección, una indispensable aportación al conocimiento general de
sus fondos documentales, que son, sin duda, de mayor interés históri- ’
co y militar entre los pertenecientes a los siglos XVIII y x1x. En esta
Sección, serán publicados los textos manuscritos de aquellas documentaciones que, por diversa razón, no están reseñadas para figurar en otras publicaciones de este carácter o dispuestas para ser
catalogadas entre las publicaciones del Servicio IIistórico
Xilitar.
Consideramos que esta labor de divulgación documental, es de
la mayor importancia, ya que las lógicas exigencias de las Ciencias
Históricas obli,qan a las naciones, en cuyos archivos se custodian
semejantes fondos, a dar versión textual de los mismos para poner
al alcance del investigador técnico y del profesional erudito la fuente necesaria, precisa, que se traduzca en la versión clara y justa de
la Historia de la Humanidad.
La publicación de «Indices» y ((Colecciones documentales», es común
felizmente a los países de alta cultura. En España, la Direcciári
General de Archivos, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Real Academia de la Historia, los Servicios Histórico
Militar y Geográfico del Ejército, etc., etc., están procediendo n.
difundir sus fondos.
La Dirección General de Archivos, recientemente ha dado tioticia de la Conferencia Internacional
«Table ronde des Archives»,,
del «Conseil International des Archives» (C. 1. A.) (l), sobre los gran(1) El aConsei1International des Archives» (C. 1. A.) fue- Creadoen 1948 para
sucederal Instituto de CooperaciónIntelectual (fundadopor la Sociedadde Naciones),encargadode publicar la &uide International desAichives). Tiene como
principal misión el proteger el patrimonio documentalde todas las Naciones,y
además,estimular la publicación de Indices y Colecciones,y contribuii a fa-
des avances que los países
registran
en la divulgación
de los fondos
documentales
como aportación
al progreso
de las Ciencias Histi>ricas. Con anterioridad
a los acuerdos
del ((Conseil)),
España puede
mostrar
una extrordinaria
labor reconocida
en el campo de la investigación
histórica
internacional.
Por la Dirección
General de Archivos
y Bibliotecas,
se ha publicado el «Inventario
General de Manuscritos))
(2) y el «Registro
General
de Sello)) (3), que contiene In catalogación
de los documentos
pertenecientes al reino de Castilla bajo el reinado de los Reyes Católicos ; y por el Patronato
Nacional de Archivos
Históricos,
las catalogaciones
de los Archivos
de Indias de Sevilla y General de Simancas- (Valladolid).
Son del mayor interés para la Historia
Militar,
los
catálogos
de documentos
de la Secretaría
de Guerra (siglo XVIII),
que nos facilita la extensa serie de las Hojas de Servicio de los militares que prestaron
sus servicios
en Ultramar,
así como los ílistoriales y documentación
de expedientes
de las Unidades
de todas
cilitar
*
la consulta
documental
que resuelva
en el campo
de la investigación
técnica
histórica,
las enormes
dificultades
del profesional.
Ilos
Congresos convocados
por
el «Conseil
International
des Archivesa,
para
lograr
estas relaciones, han marcado
sendos
avances
y constituyen
un optimista
progreso.
Así, el
,I Congreso,
celebrado
en Paris
en el año 1950, trató
de asuntos
de tanto
int&-és como
los siguientes:
«Control
de Archivos
en formación;
los Archivos
y
la microfotografía>
; «Archivos
PrivadosD,
aPublicaciones
Documentales
y Bibliográficas».
El II Congreso
se celebró
en La Haya,
en 1953, sobre las Ponencias: aLa Uniformidad
de la terminología
archivista»,
aLos Archivos
y la Historia
del Arte>,
rLos
Museos
Históricos
de los Archivos>,
«El préstamo
Irternacional
de los Documentos».
El III Congreso
se celebró
en Florencia,
en 1956,
siendo
temas
de trabajo:
<Las nuevas
instalaciones
de los Archivos,,
uExpurgo
de Archivos
y Archivos
Privadosu.
El IV
Congreso
tuvo
iugar
en Estocolmo, en 1960, y trató sobre los aArchivos
de Estado»,
*Nuevas
técnicas
en materia
de restàufación
de documentos,
planos
y fotografíasr,
y c<I;os Archkos
y
la ínvestigación
actual en materia
económica
y sociológica».
En Madrid,
según
in-dicamos,
tuva lU@la CTable ronde
des Archives»,
cuya labor
está recogida
en el
&õlétín
de la Dirección
General
de Archivos»,
núm.
UXIV,
año X, xraxzoabril
de 1062, y en el que figuran
la larga
serie de los archivos
españoles,
SU
ríqueza
documental
y normas
de consulta.
@)
&&
(3)
G53.
PAZ
Nacz’on4,
Archivo
REMOLAR,
Madrid,
General
R.
y L;ÓPEZ
1953.
de
DE
Simancas,
TORO,
J.:
catálogo
Inventario
XII,
Gestera1 de la ,Hiblio-
volumen
III.
Valladolid,
PUBLICACIÓX
DE
FONDOS
MANUSCRITOS
177
%asArmas y Cuerpos, incluídas las milicias (4) ; e igualmente la Serie
de las catalog-aciones de Simancas. Las «Guías de los Archivos de
Madrid» (5) y las «Guías de las Bibliotecas de Madrid» (t;), junto con
las publicaciones de estos aspectos que ampara la Real Academia de’
la Historia, como el «Archivo Documental Espaîiol» (7), facilitan
extraordinariamente la ardua labor del historiador.
Junto a dichas publicaciones, figura la labor del Servicio Histórico Militar, cuyos Indices documentales son valorados justamente. Así In pablicación de la obra «Cartografía y relaciones históricas
de Ultramar»,
cuyos tomos sobre América en General, Estados
Unidos y Canadá, Méjico, América Central, Colombia, etc., y a los
que seguirán los territorios que un día fueron Dominio de la Corona Espaííola, revisten una importancia valiosa, pues ponen al alcance, cartas, mapas y planos, con SLIS respectivos expedientes, que seran en otro caso difícil y aún incómodo obtener para los historiadores alejados del territorio
peninsular. El índice aColección Documental del Fraile)) y la publicación en el «Boletín de la Biblioteca
Central Militars de los extractos, copias y noticias obtenidas en el
siglo XIX por la Comisión del Cuerpo de Ingenieros, realizadas en
los Archivos de Simancas (Valladolid),
General de Indias (Sevilla)
y el Archivo de la Corona de Aragón, son en verdad fuente inestimable del más alto valor, que suple con eficiencia en muchos casos
cualquier deterioro o imposibilidad de consulta d,e los originales.
Igualmente el Servicio Geográfico del Ejército, en la misma publicación de la obra cartográfica citada, como la nueva serie de difusión
de índices cartográficos (8), se sitúa en la línea de progreso archivista q~~e preconizan LI orientan los últimos Congresos del Consejo
Internacional de Archivos.
(4) Dicha documentación fue cedida en el año 1844 por el Ministerio de la
Guerra al citado Archivo, y está inventariada con Indice de Expedientes Personales y señalamientos
regimental,
de Compañías, etc., Catálogo xX11,
Valladolid, 1958.
(5) Ministerio
de Educación Nacional. Dirección General de Archivos y Bibliotecas, Madrid,
1952.
(6) Idem, íd.
(‘7) Real Academia de la Historia,. Compiladas por M GÓMEZ DEI. CAMP~LLO,
Madrid, 1959-1953.
(8) Catálogo de Atlas. Archivo de Planos., Madrid, MCMLXII.
De APARICIO
MIRANDA, Director;
y la colaboración
del teniente coronel señor Garcia Baquero.
178
REVISTA
DE
HISTORI4
MILITAR
Nosotros ensayamos ahora aquí una aportación, con la difusión y
noticia de alguna de nuestras documentaciones históricas, que pueden
llegar a los alejados geográficamente países de Oceanía, un día igual-mente posesión de la Corona; y en general, para que puedan valorarse en el campo histórico, como fuente de interés, Por ello, inicia-mos por divulgar la Serie catalogada en la División F). 0 ceania ;
sección a) ; Asuntos Generales. A la que seguirá la documentación
particular de Islas y Territorios, publicando siempre que la valoración
lo aconseje, facsímiles de cartas y planos que estén directamente relaciona,dos con estas documentaciones.-JMZ.
División F); Sección a), Asuntos Generales. FILIPINAS.
N.” 1.
1796. SABATINI.
Dictamen del S.or D.n Fran.co Sabatini sobre las
Yslas Filipinas Madrid Junio de 1’796. Signatura: 4-l-9-4
_’
La grande fertilidad de las Yslas Filipinas que producen
muchos y apreciados frutos cuyo fomento y beneficio Iospondría en igual ó mayor estimación que los que cultivan las
Naciones más Sabias y la multitud de excelentes maderas tanto de construción como de tinte harán siempre muy ventajosa
a Espafia la conservación de estas Posesiones por el comercio activo que podría hacerse cultivando una tierra tan feráz
y entonces seria sin duda la Colonia mas floreciente y opulenta del Asia.
Hallandose Manila, Capital de las referidas Yslas, situada
en la mayor de ellas denominada Luzon y en posición tan
ventajosa que con las obras que se hallan executadas y con
las que pueden añadirse se harán sespetable esta Plaza y de muy
difícil asedio, siendo por otra parte Deposito de los generos
fabricados en el Ymperio de China, y de los finos y exquisitos
de Algodón texidos en la Costa de Coromandel los quales son
transportados á América donde tienen especial preferencia y
en cuyo
cambio regresa á Manila cantidad considerable de plata, recomendarán siempre estas circunstancias á la mencionada Capital á fin de que se ponga en el mejor estado posible de defensa : para llenar este obgeto ha formado el Co‘mandante de Yngenieros de dichas Yslas D.n Gregorio Clavero el Proyecto y relacion correspondiente que acomp$íó
con su oficio, Número 160, el Governador de las mismas
D.n Félix Berenguer de Marquina en 20 de junio de 1793: en
Plano del citado Proyecto (*), se advierte que executadas las
i (*] Consúltense los pIanos siguientes: K--m-9-73 (Serv. E-lis. Mil.),
ducción
nos ha sido imposible, por dificultades técnicas.
_.. ._ fac&ilar
cuya repro-
WB¿ICACI¿N
DE
FOXDOS
MANUSCRITOS
179
obras de las dos Plataformas b y c, y el Baluarte d, con la doble estacada e, queda bien defendida la parte de Ia Plaza
que bafía el río Pasig, pues en los grandes flancos de dicho
Baluarte puede colocarse competente Artillería que impida
á
qualquiera embarcación la libre nabegación del Río, no pudiendo ei enemigo quitar sus fuegos directamente sino con baterías flotantes, cuya operación es arriesgadísima, y era probable fuesen destruidas, echadas á pique ó quemadas por el
repetido fuego que se haria desde los referidos flancos y demás obras de dhõ frente, y en el caso de que el enemigo haciendo brecha en el mismo Baluarte intentase subir & ella,
era de esperar no conseguiría su fin por la resistencia que
hallaria en los tres flancos opuestos de las Plataformas y
Baluarte laterales y demás provisionales baterias establecidas
á aumentar la defensa de esta parte ; teniendo también que
atravesar el Río, cuyo gran caudal de agua contribuye mui
cho á frustrar al enemigo la idea de apoderarse de la Plaza
si intenta atacarla por dicho Frente: el que mira á la Marina
está- igualmente bien defendido, pues siendo tan estrecha la
Playa que media entre el Mar y las obras executadas se defiende no solo con el cañon sino con el fusil y teniendo poco
fondo la Bahía acia este Frente se verán obligados Ilos bajeles enemigos de mucho porte á mantel?erse distantes, por
lo que no causará en sus obras dafio considerable la Artilleria del invasor y en caso de que se aterren las embarcaciones de este y‘ no sean suficientes los fuegos de las baterias
del citado Frente para contrarrestar’ los esfuerzos del enemimigo, pueden establecerse otras provisionales sostenidas por
las de las Plazas de Armas del Camino cubierto y que tengan su comunicación con él, cuya
grande oposición probablemente alejará ias embarcaciones contrarias, y sino se verán expuestas á ser batidas á flor de agua, ó incendiadas con
bala roja; y por último juzgo que asi en este como en el’
anterior citado Frente, siendo ambos de dificil expugnación
se debe vivir con la mayor vigilancia para evitar tilia sorpresa que suele ser el medio de que se vale el ënemigo quando vé á los defensores dekcuidados en los puntos de’dificultoso acceso : La parte de la Plaza que mira á tierra es, la qua
pi&
mas atención, pues fue por donde se ‘ata& ‘en el alio
de 62 y probablemente lo será siempie por lás ventaias
que
ofrece al enemigo en su desembarco, transportë de Artillería
y demás aprestos marciales á ‘las cekanias dé la Plaza para
empezar
Su ataque según reglas : La disposición q~c dá Clavero á Ias obras que propone conduce en todo 10 posible a
aumentar las defensas y x corregir los defectos deí recinto
alltiguo
y 10s que ha originadó este por consecuencia pre-
180
REl’IST4
DE
HISTORIA
MILITAR
cisa en las obras construidas ; conserva al mismo tiempo el
importante punto de la Ysla de la convalencia con las baterias que establece en ella, logrando alejar al enemigo del
punto áe ataque que es de inferir eligiese para someterse
la Plaza por este Frente, pues los fuegos de ella, los de la citada Ysla, y los que se aumentan exigiendo el Reducto r, y
el Pastel P, difkultan el asedio, agregando á dichas defensas las que podrán hacerse desde el Rio, Fosos, y Canal proyectado con lanchas ca5oneras y obuseras mandadas por oficiales de valor é inteligencia, pues dirigiéndose bien la defensa de esta Plaza será muy -difícil logre el enemigo? que vaya
á atacarla, hacerse dueño de ella aun quando se presente con
fuerzas respetables ; conceptuando por ultimo no será fácil
substituir otras obras á las citadas de aumento menos costosas y que llenen el obgeto de defensa más completamente por
lo que soy de dictamen se prevenga al Governador de Filipinas lleve á debido efecto su execución.
Reconocidas las obras que convendrá añadir á las que actualmente tiene Manila para ponerla en buen estadó de defensa se sigue tratar de la de Cavite y seguridad de SU Puerto ;
para conocer su importancia .conduce mucho tener presentes
las siguientes reflexiones :
La notable conveniencia que resulta de conservar las Yslas
Filipinas por sus abundantes y ricas producciones ; su mucha
estensión especialmente la en que se halla Manila ; SLI situacion excelente para el Comercio por hallarse colocadas en.tre los. dos Continentes de Asia y América ; Las quantiosas
riquezas que sacaria de dichas Posesiones el enemigo que las
tomase y la proporcion que tendria para hacer expediciones
al Mar del Sur, ó quando por evitar gastos extraordinarios
no intentase equipar una escuadra capaz de atacar varios puntos de su Costa, el saqueo que podrian hacer los Corsarios
en varios Pueblos indefensos, y. por otra parte el comercio
ilicito que entablarian con sus generos de la Yndia que tanto estiman en ambas Américas, lo qual causaria á España notable perjuicio:
La proximidad de Cavite á Manila entre
cuyas Plazas se halla el parage mas aproposito para hacer el
desembarco el enemigo pues le proporciona sin ir por rodeos
ni pantanos á atacar dichos puntos, facilitando la cercania de
estos que se le incomode quando haga su desembarco v aun
_ verificado este obligandole también á dividir sus fuerzas eln
.el caso de sitiar las dos Plazas á un mismo tiempo, lo quei
-:
seria de mucha ventaja á la defensa de ellas, o bien si ataca
una despues de otra que pierda tiempo y gente, estando expuestQ á malograr su empresa por varios inopinados accidentes que pueden sobrevenir, y ultimamente la grande conside.
;
-
PUBLICACIÓK
DE
FONDOS
MAXUSCRITOS
í81
racion de conservar el Puerto, Astillero, Población y demas
fines del Servicio induce á fortificar á Cavite, teniendo este
segundo apoyo de la defensa la importancia de las mencionanadas Yslas ; y sin embargo se que el citado Governador
D.n Félix Berenguer Marquina no contempla preciso dicho
Puerto respecto de ser fácil anclar las embarcaciones en todas la Bahia, se debe tener presente que en ella. se experi-,
mentan grandes temporales todos los años al tiempo de entablarse la estación de aguas con el Bendabal, y algunas \Teces hay vientos uracanes que arrastran los Bajeles acia la
Costa, y en el Puerto de Cavite pueden anclar y amarrarse
sin estar expuestos á experimentar averias, por cuyas congruentes referidas razones soy de sentir se fortique este Punto y contemplo aproposito el Proyecto aprobado por S. M. y
que en virtud de IR.1 orden propuso el Ten.te General D.n Juan
Martin Zermeíío pues contiene todo lo que conduce á resguardar el Pueblo, defiende bien el Arsenal y ‘Puerto, tiene Almacen de polvora á prueba, pudiendose construir debajo de los terraplenes algunas bobedas que sirvan para deposito de viveres y también de abrigo á la tropa que en tiernpo de sitio no estubiese de accion, defendiendo bien el único
punto de ataque por el Frente de tierra; y aunque pudiera
proponerse una Ciudadela, ó Fuerte respetable en lugar del
enunciado Proyecto á fin de disminuir el importe de este,
dudo se consiguiese el deseado obgeto pues &o obstante de
hacerse menos obra, el coste que tendria la compra de Edificios y demás partes que á un Fuerte, ó Ciudadela corresponden equivaldrlan ó no seria estraGo+subiesen á tiayor valor que poner en practica el referido Proyecto, además dei
que no contendria ninguna otra obra las .ventajas que abraza
aquel, ccmo he manifestado ; por lo que soy de dictamen se
execute con las prevenciones que se anotan en su Plano, quedando de este modo’bien defendido este punto.
Enterado de quanto exponen el actual Governador de Filipinas, y sus dos inmediatos antecesores sobre aumento da
tropas y calidad de ellas, soy de opitiion que fortificando á
Cavite serán precisos quatro mil hombres de Ynfantería. tres
mil para g!lnrnecer ,2 Manila y mil ü Carite, que deberan ser
Europeos. ó Americanos, todos blancos y qtie estén bien disciplinados, exigiendo la prudencia no sean Yndios, ni estos
se admitan para mezclarlos con los veteranos, pues los Naturales cle todo psis conquistado solo aspiran á hallar medio
de sacudir el dominio del Príncipe que los redujo á su obediencia y para evitar este caso, todas las Naciones Europeas
que poseen establecimientos asi en ambas Yndias como en
Africa, la principal fuerza para su defensa y tener sugetos
182
REVISTA
DE
HISTOXIA
MILITAR
los Naturales
consiste en tropa embiada de Europa,
y toda
que los
de gente escogida ; bajo este concepto es indispensable
referidos
quatro mil hombres sean de la calidad expresada
y
para ayudar á estos y suplir la falta que en su numero pueda
haber se emplearan
Milicias
Provinciales,
cuyo
total deberá
ser igual, o algo mayor que el de los veteranos
debiendo tener buenos oficiales para que los disciplinen
bien y sean utiles en la ocasión. Los Artilleros
pueden aumentarse
hasta el
número de trescientos
para que no falte gente instruida
en
manejo de Artiliería
y por si no fuese suficiente
el expredo numero,
convendria
que concurran
á la escuela práctica
de ella algunos soldados
asi veteranos
como de las Milicias
á fin de que aprendan el citado manejo, y haya. competente
numero de sirvientes
en la Artillería
en tiempo de sitio ; no
me parece preciso se aumente el Cuerpo de Dragon.es,
pues
con el Escuadron
que hay en el dia és bastante para las ocurrencias
al Servicio y como la situación de ambas Plazas no
es propia para hacer salidas, seria inutil mayor numero de tropa de á cavallo y aun para la Campaña por ser quasi todo
el terreno pantanoso.
Las mencionadas
Plazas deberan estar provistas
de todo lo
necesario íi su defensa asi de la competente
Artillería
y municiones como de viveres para tres meses, respecto de que podría verificarse
kc awxici& dc ma Escuadra enemiga en la
Bahia de Manila,
sin tener anticipado
aviso de estar declarada la guerra con la Nación
invasosa,
cuya precatlcion
se
dirige á evitar una sorpresa y á no carecer de lo mas indispensable á sostener un largo sitio, y mucho más en 11na epoca en
que se destinan grandes Escuadras
á excepciones
de importancia, conduciendo
numerosos
cuerpos de tropas,
como se
verificó quando atacaron los Yngleses
las Plazas de Cartagena de Yndias y la Havana ; y aunque estos (únicos enemigos
que en mi sentir podrian ir en la actualidad á conquistar
las
I Yslas Filipinas)
tienen que atender á la conservacion
de los
ricos establecimientos
que poseén en la costa de Coromandel,
y en otros parages de la Yndia oriental, no sería de admirar
que sabiendo la poca prevención
que habia en Manila y Cavife se aventurasen
á ir con medianas fuerzas á atacar estas
Plazas y tomadas con facilidad,
someter á su dominio toda
-la colonia, por cuya consideración
es de la mayor importancia
esté completo
el numero de tropas indicado y provistas
dichas Fortalezas
de los Articulos
necesarios á su defensa, pues
en tal caso seria dificilisimo
consiguiesen
emposesionarse
de,
ellas aun quando se presentaran
con fuerzas considerables.
Nti teniendo
Manila Quartel
para alojar el regimiento
fixo de Ynfanteria
que hay en ella, hizo un Proyecto
á esta
I'UBLICACIÓN
DE
FONDOS
MANUSCRITOS
183
fin el Ingeniero D.n Tomás Sanz que entonces era Comandante, cuya idea propuesta por el actual D.n Gregorio Clavero con algunas innovaciones miles y remitida á la Superioridad por el Governador y Capitan General se me pasó á
informe en IX.1 orden de 10 de Mayo del aíío próximo an+
terior y opiné en que era conveniente se llevase á debido efecto la ereccion de este Edificio con las variaciones que proponia dhl;. actual Comandante, respecto de que las contemplaba
absolutamente precisas, teniendo entonces todas las circunstancias necesarias al fin que se destina.
En punto á Quartel de Ynfanteria para la Plaza de Cavite, si llega a fortificarse, puede servir el colegio de los EXJesuitas, y asi mismo las bobedas que se construyan debajo
del terraplen, como se ha indicado, interin S. M. se sirva tomar otra resolución, ó dar providencia para la erección de un
Quartel como en Manila.
Los edificios situados en las cercanias de una Plaza dentro del tiro del canon son perjudiciales á su defensa, y mucho mas si están muy proximos como sucedió en Manila quando la sitiaron los Yngleses apoderandose de la Yglesia que
estaba tan cerca del Frente de ataque que desde su Torre,
donde colocaron cañones por ser de mucho espesor y de obra
solida de ladrillo, impedían á los defensores servir la Artilleria y pcrmanccer sobre el terraplen: tomada la Plaza por 10s
refesidos enemigos derribaron aquel perjudicialisimo padrastro, y aunque en el dia los edificios que subsisten no tienen
la misma agravante circunstancia, pues en los de Binondo
se halla el Rio de por medio y los del Parian y demás contiguos á este barrio están más distantes que el que hemos expresado anteriormente, con todo su permanencia es opuesta á
las buenas máximas de defensa, y me parece muy conveniente
que aunque subsistan por ahora no se permita su aumento
ni reedificación;
La Alcayceria de S.n Fernando se halla en
el caso de ser necesaria SLI demolición como expresa el Co:
mandante de Yngenieros, y respecto de que S. 34. ha mandado se haga Aduana nueba por ser de corto ambito la actual,
é igualmente que se construya un Parian para los Chinos
se podria hacer en el Baluarte bacio d, y separadamente la
Aduana con las prevenciones que indica el citado Yngeniero con lo qual se podria demoler dicha Alcayceria y en caso
de que el enemigo sitiase la Plaza por la margen derecha
.del Rio se quitarán todos los estorvos que sirvan á una conocida ventaja al enemigo ; y si intenta hacer su desembarco
entre Malate y la Polvorista se demolerán los edificios que
cita Clavero como favorables al invasor, conservandose por
ahora según he indicado el Parian y sus edificios
adyacentes
pues su situación
rodeada de Pantanos,
y Esteros,
facil ác
inundarse,
defendida también por los fuegos de la Plaza, los
que se establezcan
en la Ysla de la convalencia,
1~ los de las
embarcaciones
sutiles los pone á cubierto
del enemigo ; sin
embargo
de quanto he manifestado
en punto k drmolicion
de los edificios situaúus en los airrdedores
de la Plaza de Manila, como el importe de los que convenga derribar es un gravamen considerable
al R.l Erario,
y por otra parte qrw los
Dueños, yá que se les toleró sus establecimiento
en parage prohibido, no pierdan sus fincas, me parece conducente el medio
indicado en la Ydea qae acompafia In R.l orden de 3 de Marzo próximo
anterior,
pues formándose
en Manila 1111aJunta
compuesta del Governador,
Regente- de la Audiencia,
Comandante de Yngenieros
y un Oficial Real, podrán resolver
con
presencia de conocimientos
practicos
los medios mas propios
y menos onerosos
al Rey y particulares
para llevar á efecto.
las demoliciones
indispensables
de los Edificios
que perjudiquen la buena defensa de Manila, y á evitar con svc ?w+x&
:
providencias
el daño de tercero y litigios que pudieran originarse:
siendo los referidos
puntos los que menciona la citada
R.l orden para que la Junta manifieste
sobre ellos sus más
oportunas
reflexiones.
BI~BLIBGRAFIA
Pru~r,,
Klts~í)x,
de la ReaI ~kademia
Espafiola:
En tor110 01 POC;IX deE Cid. Barcelona,
1963. Editado
por EDHASA,
Un volumen de 5% páginas en cuarto menor.
MesÉm~z
Recopilación
de sus últimos trabajos
sobre el Poema del Cid, recoge este- tomo aspectos muy variados
de enfoque, extensión y antigüedad,
bajo el denominador
común de la investigación
históricofilológica.
SLIS
siete capítulos están fechados desde 1913 hasta 1962,
y su extensión
varia entre las 63 páginas del primero y fas ocho de
10s tres más breves. Los hay ya recogidos
en volúmenes anteriores,
pero los más extensos y fundamentales
eran poco menos que desconocidos, por no decir inéditos en Espaíía. Sus títulos suelen sugePoema del Cid», «La épica medieval en Espafía y Franciau, &itología
en el Poema del Cid», «Sobre la fecha del Cantar», «Una duda sobre el
duelo en el Mio Cid», ((DOS poetas en el Cantar de Mío Cid», «Recapit:llación
final:i. Su conjunto
supone para nosotros
un interesantísimo y variado desfile de observaciones
que desentrañan
importantes puntos de la vida militar en el alto medievo español, extraídas
como por maravilla de un texto poético, que nadie imaginara
tan
rico en contenido.
Para la historia militar son fundamentales
el primero y el último de los reseñados
por orden cronológico,
aunque
en el texto el último constituye
el nudo central de la obra, por ser
el de máximo interés. A los dos nos referiremos
únicamente,
dada
la forzosa limitación de una resefia.
Seguidores
puntuales
de la producción
cidiana de don Ramón,
hemos de confesar que desconocíamos
el capítulo inicial, aunque escrito en 1913, nos descarga pensar que no estaría muy divulgado
al
figurar ahora en obra nueva. 5’ es, sin duda, el más concretamente
militar de los trabajos pidalinos.
Tras una exposición
del argumento
y carácter local del Poema
de Medinaceli,
que llama así por la supuesta patria del autor del
Mio Cid, se detiene en analizar lo que hay en él de inspiración
francesa. En lo poético, tres motivos
esenciales:
las estrofas
que empiezan por «veríais» y Sr,,
‘“*ten enumerando
con el indefinido «tantos»
186
REVISTA
DE
HISTORIA
NILITAR
(((Veriais allí tantas lanzas, tantas adargas... tantos caballos.. .»), la
oración narrativa de Jimena, y las lágrimas de los personajes, muy
«llorando de los ‘ojos>), pero muy esfrancesas en su expresión:
pañoles en SLI ocasión y circunstancias. Define el Poema como (CLIII
fondo de tradición poética indigena y una forma algo renovada por
la influencia francesa». Analizando su valor poético concluye q”e
el Mio Cid, por su carácter más histórico que ninguna chanson extranjera, por buscar una superior verdad artística abarcando las complejidades de la vida entera y por el abandono de ía forma, es precursor de las obras maestras de la comedia española,, mientras el
Roland anuncia en sí la clási.ca tragedia francesa y los Nibelungos
muestran su parentesco con las clásicas concepciones shakcsperianas.
En su parte final analiza la superioridad castrense del Poema sobre cualquiera de los demás, nacionales y extranjeros, el perfeccionamiento. de la táctica cidiana, el crecimiento de la hueste, la minuciosa descripción de las actividades militares. Compara la hueste inicial con el ejército de Valencia, estudia la algnru, la estrofagema, la
iornada y la gran batalla, entrando en precisiones sobre el reparto
del botín. Luego examina con minuciosidad el traje de guerra y de
paz de la época del Cid y sus armas defensivas y ofensivas, todo ello
del mayor interés castrense. Termina el capítulo declarando el valor
nacional del Poema, menos militar que los franceses, pero muy SLI‘perior a ellos ell espíritu patriótico y sentido de unidad.
: Antes de entrar en el estudio final, vale la pena destacar el que
trata de «La épic a medieval en España y Francia», pues tiene gran
valor la distinción entre dos modos de hacer el poema épico, que
definen la escuela histórica y la novelesca, o, dicho al modo romántico, la veristu. y la verosiwzilis&. Estudia la primera a la luz de los
propósitos de Ercilla en La Arau.cana y Camoens en Os Lusiadas,
coti ios que coincidirían los del juglar del Cid. En la segunda son
típicos verosimílistas Lope en su DTagontea, Tasso en LAa JerusnIén. y Valbuena en El Bernacdo. Recuerda que Saavedra Fajardo deCía que: «Lucano, Ercilla y Camoens eran excluidos de los historiadores porque mienten, y de los poetas porque no m:enten>). Don
Ramón sitúa el Mio Cid en l:n ponderado medio entre ambas yscuefas y le asombra su concordancia con dos edades tan distintas.
. ((Dos poetas en ei Cantar de Mío Cid» es un estudio inédito en
España desde que lo publicó en 1961 la revista francesa r(Romania».
Sus 56 páginas valoran el libro y lo justificarían por sí solas. Sus
progresivos descubrimientos histórico-filológicos
apasionan como una
tiovela de intriga, a mínimo interés que haya por el tema
‘ No podemos entrar en las sospechas que por distintos caminos
hicieron que don Ramón atase sus cabos recientemente, convenciénMe de que en el códice que se conserva del Mio Cid había dos mahas, de auto?es’sucesivos, por razones toponímicas, cronológicas, estilisticas y paéticas. El primero escribió en San Esteban de Gormaz,
hacia 1105, y es exacto en la historia y la <geografía, poeta más reafiW:y’ de más variadas consonantes. El segundo refundió el texto
:~
‘_
<.: .J
,Ií “; zv.;, I
BIBLIOGRAFiA
anterior,
poco en el cantar del Destierro,
más en el de la Afrenta,
mucho en el de las Bodas, hacia 1140. También soriano -de la Ex7
tremadura
de Castilla entonces-,
no conoce bien la geografía ni la
historia del Cid, no repara en anacronismos
y tiende a lo novelesco,
es quizá más poeta, pero peor, pues cae en la monotonía de repetir
continuamente
SLE consonantes
fáciles, Campeador,
Criador, Carrión
y SLIS tiradas de versos son muy largas.
En cuailto al aspecto histórico,
el primitivo
autor, a! que corrcsponde
el enfoque general del Cantar,
cometió arbitrariedades
y anacl-onismos
disculpables
aún en coetzíneo. Son verídicas las fronteras del Jalón y la sierra de Miedes con los moros, la conquista de
los casti!los de Castejón
y Alcocer.
En cambio, anticipa el establecimiento del Cid en el Poyo de tilonreal, que fue suceso -de 1089 y no
inicial, y 10 mismo las primeras conquistas
de Monzón
(1082) y Alucat (Olocau,
reediijcado
en 1084). Es muy verosímil
que entonces
acumpañese
.?llvar Fáñez al Cid, ya que en textos
históricos
sólo
está junto al rey a partir de 1083. Es real la insignificante
alusión dei
conde Berenguer
a una breve estancia del Campeador
en Barcelona, y ciertamente
tiene el conde un protectorado
hacia Morella. Sabe
que los catalanes atacaban desde lo alto y que el Cid g-anó entonces
una espada preciada, todo lo cual, más o menos, consta en la Historia Roderici.
En el Cantar de las Bodas cuenta las conquistas
de Jérica, Murviedro, játiva y otras, en las que ((Mío Cid duró tres años:). Son los
castillos y señores que el Cid sometió a tributo entre 1089 y 1090.
El relato tiene todo el carácter
de la (chistoria cantada)), asegura
Menéndez Pida!, aunque los críticos
no lo reconocen.
También parece real (aunque ha introducido
el refundidor
el nombre de Minaya)
la hostilidad
que precedió a la sumisión tributaria
del rey de Valencia (el fabuloso Alí), entregando
el gobierno al Cid, aposentado entonces en un real del suburbio,
que era La Alcudia.
Los pregones desde Celfa (v. 1.194) tienen que pertenecer a 10891090, cuando el Cid tenía su base de operaciones en el Poyo de Monrea! para el primer
sometimiento
de Valencia.
Para el asedio de
1092 encuentra don Ramón que es absurda esa base de operaciones
eI> t.‘eifa (tiradas
72 y 74), que estuvo realmente
en el Poyo de
Cebolla, donde no reclutó gentes con pregones,
porque traía fuerzas
consigo.
La historia
de las dos conquistas
de Valencia por el Cid
demue.;tr-a que en esas tiradas sólo es del poeta de Gormaz lo referente :1 los pregones.
Son primitivas
también las tiradas R3 a 94,.
relativas a la derrota de Yusef de Marruecos.
En el Cantar de Corpes, el poeta de Gormaz contaría la venida de Bíxar sobre Valencia (tirada 113), el cual, vencido y perseguido
por el Cid, escapa con
vida, lo cual está refundido
en la tirada 118.
Al refundidor
de Medinaceli
se deben los anacronismos
más Ila;
inativos.
Ei es quien prolonga
la permanencia
de Minaya junto .al
Cid siguiendo
una ley estética obligada en los refundidores,
par+
tener un deuteragonista.
Obra suya es también contar la conquista
_- .~
: *- ‘: 2
188
REVISTA
DE
HISTORIA
MlLITAR
de Valencia por asedio y hambre, transportando la acción al tiempo
en que el Cid es duefío del Alcázar, desde 1094. Prefiere esto a si+
tuar la acción de los esponsales en su tiempo histórico, porque entonces el Cid residía en La Alcudia, dominando al rey moro del Alcázar, pero en un ambiente menos adecuado a lo fastuoso. Su desconocimiento próximo de los hechos le hace decir que el cerco de
Valencia duró nueve meses y no veinte, o en todo caso once, si nos
atenemos a su fase más efectiva. Tampoco hubo la derrota del rey
de Sevilla, pues no había tal reino desde 1091 y antes Sevilla no
ayudó a Valencia. Anacrónicas son también las intervenciones de
Minaya en Valencia (que entonces se encontraba con el rey, sustituyendo al primitivo Martín -4ntolínez), así como es novelesca la
implantación del obispado valenciano.
También están a cargo del refundidor, tal vez por acortar la narración, que se le alarga demasiado, las omisiones de la liberación
del prisionero Alvaro Salvadórez, hallado dentro de la tienda del
rey marroquí, y del regalo de ésta al rey Alfonso. Las vistas del Cid
con el rey están muy refundidas, suponiendo a los infantee ya armados caballeros y realzando la figura del Cid con los honores que el
rey le hace. Suya es la llegada al Alcázar valenciano, la alusión al
rey como «rogador» de las hijas, las bodas con bendición del obispo
y la estancia de los de Carrión en Valencia cerca de dos aííos.
El Cantar de Corpes es el más refundido, comenzando lo fantástico por el episodio cómico del león,, la intervención constante da
Alvar Fáñez, la muerte del rey Búcar por el Cid, con un diálogo
previo que contraría al verso 2.416 del primitivo poeta y a toda la
tradición, que hace salvarse al moro en una nave. Resalta todo lo
referente a la vanidad y cobardía de los infantes. En el mensaje de
.Muño Gustios al rey se añade la querella criminal del Cid y la anacrótiica convocatoria a «castellanos, leoneses, portogaleses y galicianos». Cree también Menéndez Pida1 que sea invención del refundidor la vigilia del Cid en San Servando, la reclamación de sus dos
espadas, para que se haga con ellas la venganza; la demanda criminal y la larga petición de nuevo matrimonio para las hijas del
Campeador, 10 mismo que los tres duelos singulares del final.
El verso I..LS2, «Con el de Montes Claros - había guerra tan
grande)), lo pone el refundidor para explicar la inexplicable permanencia de Yucef en Marruecos, en vez de acudir en socorro de Valencia, ello muestra que el de Medinaceli escribe entre 1123 y 1146,
tiempo que dura la guerra de los almorávides contra los almohades
deI Atlas.
Sólo un dato propio del refundidor encuentra don Ramón que
debe ser real, la salida de trasnochada que hizo el Cid para la expedición de castigo contra Abén Rabin en agosto de 1093 (v. 1.184&@(i), que el juglar debía conocer por algún relato noticiero, pues
h .refiere Ben Alcama como incidente notable del asedio de Va$+cia,
BIBLIOGRAFíA
189
Tal es, en síntesis, la parte que afecta a lo bélico-histórico en el
más interesante capítulo de la reciente obra. Indudablemente la tesiS, ínuy bien asegurada, hará, revisar aún muchos conceptos y aclarará mucl~os
datos de la historia del Cid.
Kccapitulación esc?zclal.-Fechada en 1962, hace el autor una sistematizaci0n de lo esencial de su libro, pero al ser muy posterior a
algunos de los trabajos, le sirve de ocasión para revisarlos y añadir
algunas precisiones. En treinta y cuatro páginas resume el argumento del Cantar, la teoría de los dos autores, la métrica, los elementos líricos y cómicos, la lucha entre las clases sociales, la mesura
como carácter histórico y el éxito alcanzado por el Cantar.
Hemos reservado uno, «Las guerras del Campeador en el Cantar)), que tiene cierta novedad sobre lo que ya dijimos del texto.
Véanse unos párrafos : «La idea dei poeta de Gormaz no fue ofuscarse con el briilo de las grandes victorias, sino referir por largo el
penoso guerrear del desterrado, recordado en San Esteban de Gormaz cuando realizaba sus primeras y difíciles hazaíías con sólo 300
cabaiieros y otros tantos peones desterrados con él, todos mal equi
pados.»
((Algaras, correrías, celadas, caminar de trasnochada, artimañas
estvntégicns, sin que se le olvide la hora del suéño, el apretar- cinchas,,
dar cebada. Canta en 400 versos la toma de Castejón y Alcocer, dos
lugares insignificantes, mientras sólo ocupan 140 versos las glòriosas conquistas de Jkica, Almenara, Murviedro y Valencia. Hasia
tal punto la poesía del Cantar prefiere las realidades cotidianas a la
grandeza conceptual de los hechos. No rehuye las famosas batallas:
A la de Cuarte dedica 180 versos y en fuerte concisión, donde nada
falta, describe los pormenores del combate. Todo es vivo y nada hay
convencional».
Ckrase el libro con una actualización de la bibliografía sobre el
Poema del Cid, recogiendo las ediciones que se han hecho a la vista
del códice único, las versiones en español moderno, los últimos estudios sobre la fecha del Cantar, y los últimos estudio de crítica
filológica.
La obra, que tiene el valor de monografía muy completa sobre
el tema, dará mucho juego, a pesar de su aparente carácter .de Tecopilación, pues sus principales trabajos eran hasta hoy punto mènos que desconocidos en España.-J.
M. G. C.
FRIEDE,
JUAN:
GDIME.
Los Welser en In conquista. de Ye+zezuela. Ediciones
Caracas-Madrid; 1 vol. Año 1961.
Los territorlos de Cumaná, Paria y Coro, que habrían de pasar
a ser parte integrante de la española Capitanía General de Venezuela, y despu& la actual República, tuvieron singulares caractc-’
-rísticas en la primera época de la Historia de la Conquista. Los sendos fenómenos de sostenimiento y catequización de los indios por
ce..
i90
REVISTA
DE
HISTORIA
MILITAR
sólo medios pacíficos
y evangélicos
-tentativa
de fray Bartolomé
y el amargo
desenlace de los ensayos de colonizade las Casasción alemana, son, a nuestro
juicio, dos hechos que, acertadamente
historiados,
constituyen
sólidos fundamentos
para pronunciar
rotundo mentís a ia detracción
y la calumnia de la impresionante
y admirable obra de .España en sus Indias. Es una verdad, reconocida
en
el historicismo
de la más positiva
historiografía
hispano-americana,
que imparcialmente
estudiados
los acontecimentos
y las circunstancias, se presenlan como un choque entre 1s condición
natural del indígena --en la que el principio
de la fuerza implicaba la razón y la
justicia-,
y los hombres de una época trascendental
para la Historia
de la Humanidad.
Insistimos
que, en la mentalidad
del indígena y
en el siglo XVI, sólo la fuerza imponía el derecho o el acatamiento.
Las más duras dificultades
del misionero
no se cifraban precisamente en las ya casi insuperables
del medio ambiente geográfico,
sino
en el ámbito del contacto
con el indio, ante el cual las virtuosas
normas de la súplica, el presente de dádivas y el respeto al débil eran
meros exponentes
de pobres manifestaciones
para ejercer un poder,
para ellos mucho menos fuerte que el de la espada y la fuerza del
hombre de armas. La verdad histórica
ha revelado
cumplidamente
que el primordial
error del P. Las Casas fue el desconocimiento
de
la mentalidad del indio. Por eso, los misioneros
jesuíticos,
en su predicación,
hubieron
de ser acampanados
las más de las veces por
hombres armados. Todas las tentativas
de propagación
de la fe, en
cualquier latitud del Nuevo Mundo,
demostraron
que la catequización con sólo los puros conceptos
de la misma, se vieron condenados al mismo fracaso que el obtenido por el P. Las Casas.
Respecto
al segundo fenómeno,
el de la colonización
de las Indias por súbditos extranjeros
de Castilla, es decir, el de las firmas y
entidades
bancarias
de los &Welser y Wöhlin,
objetivo
de Freide!
en esta SLI nueva obra -anteriormebte,
Freide publicó
«TGstoria Tndiana», íntegramente
dedicado a revelar la personalidad
de
los Ambrosio
Alfinger,
Nicolás Federman,
Jorge de Spira y Felipe
de ,Hutten-,
acertadamente
enjuiciados
por el Prof.
Hernández
-«Historia
Universal
de América»-,
al considerar
Sánchez-Barba
su condición en una actividad oficial, como recompensa
por Carlos 1
a los Welser y los Fugger,
en su contribución
para la elección imperial de Carlos de Gante -aproximadamente
millón y medio de ducados de oro-.
Empréstitos
e intereses
fiscales
que abrieron
las
puertas de las Indias a los colonizadores
alemanes. El Prof. Friede,
para componer
su obra, ,ha realizado una extensa recopilación
documental y sus elaboraciones,
sus conceptos
históricos,
le permiten reconstruir
el panorama
de aquellos dominos en las primeras
décadas
clel:Siglo XVI. Así refleja el ambiente geopolítica
de Venezuela bajo
el-gobierno
de los Alfinger
-en.quien
los Welser de!egaron la ejecdcì&~~-del’ Convenio con Carlos 1- y los ((tenientes» espanoles.
:* Sobre toBo$~ellos pesa una apreciación
torcidamente
interpretada
&í’kr esencia, que la han de caracterizar
de odiosa y cruel. El gran
._
_ -,
.
.;..‘~
I.“T,I $ ; .:.;
.,, .,: ~ ) \
BIBLIOGRAFÍA
191
mérito y valiosa aportación para la Historia de América, de la obra
de Friede, está en desmenuzar los hechos y, sin panegíricos, pero
sin detrimento del rigor, analiza las complicadas causas de las fuertes tensiones de intereses, la hostilidad de los vecinos de Coro contra el monopolio comercial de la gran compañía de Augsburg. Ha
utilizado Friede el precioso material de los Archivos de Ulm y de
Spira, junto con el de los Archivos de EspaGa, especialmente el General de Indias de Sevilla. En sus páginas se reflejan las crónicas.
de Fernández de Oviedo, Juan de Castellanos, que ambienta el paisaje histórico. Es lástima que al tratar de las contribuciones al mo-,
nopolio de los Welsey, no tuviera en consideración las brillantes àportaciones del profesor español Demetrio Ramos -«Revolución
de
Coro en 1533, contra los Welser y su importancia para el Régimen
.Municipal» (Boletin Anzerica?zista, Universidad de Barcelona, número Z)---, puesto que las violentísimas disputas entre la compañía y
los conquistadores fueron innegable aspecto del complicado problema de la colonización alemana en Venezuela.
En la sexta parte de su obra, Friede, vistos los capítulos de las
((entradas» y exploraciones, mitad conquista-gobernación y mitad
mercadería, analiza los balances y contribución del pasó alemán por
Venezuela,. y hace destacar los logros que suponen ‘para una idea
del concepto del proceso civilizador, la exportación regulada de locbálsamos, palos de Brasil, etc., y el sistema de distribución de estancias, huertas, regadíos. Los Welser, es cierto, no superarón la
problemática de su colonización, la crueldad de los Alfinger y Fe-derman en varios momentos con los indios prisioneros o cargadores
es indudable, y, por otra parte, la época y SLIS circunstancias imponen un criterio penoso, tal vez de difícil explicación. Y los alemanes en Venezuela, para Friede, son gente de la época, simplemente, y por eso «Los Welser en la conquista de Venezuela» es una obra
que busca el equilibrado concepto del historiador al tratar las condiciones generales en que se desenvolvió la Conquista.-J.
M. 2.
CABRAL,
J. MARINO:
Francisco de Bobndilh Tres‘ho~
m&&aos y ?6n enigma
colombino descifrado:. Madrid, 3964.’ Ediciones Cultura Hispánica.’ 1 val., 654 págs. (22 x 16). : Dividida;
en siete partes y un epílogo. Indice general, de, grabkdos,.. ono;
mástico, geográfico. Indice relación de personas identificadas.. Bibliografía de fuentes impresa. Indice de palabras de raro si_&ificado aclarado. Indice de abreviaturas. Encuadernacióh’ de lujo y’
sobrecubierta de J. Ruiz Navarro. Impresa ‘en Talleres Uguiná.
IWX~JSTEGUI
Acaba de ser editada una obra de mérito, Frmcisco de Bo’ba&i-Iln,~ escrita por el Dr. J. Marino Incháustegui, prestigioso investigádor e ‘historiador hispanoamericano, Miembro. de Número : de 15’
Academia Dominicana de la Historia, Catedrático de la Facultad de
Lenguas Romances de la Universidad «Loyola del Sur», de Nueva:
i
192
REVISTA
DE
HISTORIA
YILlTAR
Orleáns,
Louisiana
(EE. UU.),
Diplomático,
Ex-Embajador
en Buenos
Aires y El Salvador, autor de tan calificados trabajos
como «La
gran expedición
inglesa contra las Antillas
Mayores,
1655» -Méjico, í953-;
«Cristóbal
Colón y la Isla Espaííola» -Santo
Domingo,
1942-;
«Documentos
para estudio. Marco de la época y problema
del Tratado
de Basilea de 1795 en la parte española de Santo Domingo» -Buenos
Aires, 1937--;
y «Reales Cédulas y Correspondencia de Gobernadores
de Santo Domingo»
-Madrid,
1908--.
La profunda,
detenida y exhaustiva
labor de tan calificado historiador,
daba ya sobrada garantía
para un libro de mérito,
pero
de difícil y peligroso
investigar,
por complicado
y por 1111 viejo y
anquilosado
concepto.
Por eso, es grato reconocer
el arrojo
y el
valor que supone ser duefio de un concepto y desenmarafíar
la tupida red de un acatado error. El autor, virtuoso
del trabajo
histórico porque le ha llevado la fe en el triunfo y a su luz ha caminado
por laberínticos
caminos hasta alcanzar una victoria,
que es triunfo
para la Historia.
J. Marino Incháustegui,
hombre joven todavía, ve
coronado
su esfuerzo con el reconocimiento
a que es acreedor.
Confiesa que la obra le han ocupado diez anos para escribirla,
que con el
aporte de unos 400 documentos
inéditos
que en ella se contienen,
y los varios miles más que tuvieron
que ser examinados
en los Archivos General de Simancas (Valladolid),
Histórico
&acional, de Madrid, demuestran
a las claras la seriedad de la investigación
realizada
en torno a un personaje
histórico
tan íntimamente
relacicnado
con
los infortunios
del primer Almirante
de las Indias.
Sin embargo,
lo asombroso
en esta obra no son esos centenares
de documentos
inéditos
aportados,
sino el que tras una paciente
búsqueda para agotar
la investigación
documental
en pos del que
se creía per.somje
único y central de la lectura de la obra, el estudioso queda convencido
no con una hipótesis ni con una teoría, sino
con la realidad de los documentos,
que el Comendador
frey Francisco de Bobadilla,
Caballero de la Orden Militar
de Calatrava,
el
que en 1500, en calidad de Gobernador
de las Indias, hizo preso al
Primer
Almirante
y a sus hermanos
Diego y Bartolomé,
y les envió- aherrojados
a España, fue una persona completamente
diferente
de otros dos homónimos,
el Corregidor
Francisco
de Bobadilla,
íntimo a-migo y criado de los Reyes Católicos,
y fray Francisco
de
Bobadilla,
abad de Jerez.
Desde. el punto de vista histórico-militar,
esta nueva aportación
.histárica
del Dr. Incháustegui
Cabral,
nos ofrece datos interesantísimos
dentro del marco áe las guerras
de los Reyes Católicos contra .los moros del reino de Granada, cuyos episodios,
a veces de profundo interés humano, desfilan por las páginas del libro en atractiva
sucesión.
Aparte de haber demostrado,
categóricamente,
que eran tres los
personajes
históricos
que todos los historiadores
e investigadores,
de
todos.los
tiempos, sin excepción, creyeron
que eran una cola perso?ara nosotros,
desde el ángulo de la Historia
Militar
de Espa-
BIBLIOGRAFfA
193
ña, la obra tiene un singular interés, pues gracias a ella surge, aun
más refulgente
y limpia, la personalidad
del capitán Francisco
de
Bobadilla,
con la estela de sus justicieras
actuaciones
como Corregidor y Alcaide de Andújar,
Corregidor
de Jaén (147%1488), Regidor de Jaén (1481), v su larga y siempre ejemplar carrera como Corregidor
de Córdoba (14%14961,
a la par que Alcaide de las Fortalezas de Andújar
y La Marmoleja,
así como Teniente de las Puertas de Santa María y de La Carnicería
(1476), de la Torre del Campo, de las Fortalezas
de Calzadilla, la Fuente del Rey y el Berrueco
(1479), de los Castilios
de Cambil y Alhabar
(1489), de la Villa de
Santa Fe y de la Fortaleza
de Piñar (1.493).
Uno de estos múitiples aspectos de la leai carrera militar del Corregidor
Bobadilla destaca la profunda
confianza
que los Reyes Católicos tenían depositada en él, al encargarle
en el año 1492, los repartimientos
de la villa de Santa Fe, surgida del Real de la Vega
de Granada y símbolo de la tenacidad hispana frente a los muros de
la última ciildad mora de España. Y en otra oportunidad
-en 1488-,
autorizándole
a tomar la tenencia de la importante
Fortaleza
del Alhendín, frente a las discordias
entre el Conde de Cabra y D. Alonso
de Aguilar.
Hay en el libro estudios detallados sobre el Corregidor
Bobadilla
como Capitán de los Reyes Católicos,
y sobre su familia -esposa
e
hijos-,
y como propietario
de la Torre de Cejuela ; se ofrece una relación -entre
los siglos XVI y xx-,
de cuanto los historiadores
más
renombrados
han afirmado, erróneamente,
sobre el Corregidor,
y confundiéndole
con el Comendador
y Gobernador,
así como lo expresado, igualmente
de modo equivocado,
por los genealogistas.
Y tuvo la feliz oportunidad
el historiador
Incháustegui,
mientras
la obra estaba en prensa, de localizar el documento
que en los archivos del Ayuntamiento
de Córdoba da constancia de que el Corregidor
y Capitán murió allí el 20 de octubre de 1496.
Y está avalorada esta edición que nos ofrece el Instituto
de Cultura Hispánica,
con unos índices, entre los cuales podemos identificar los individuos
con sus cargos y lugares donde los ejercían, directamente relacionados
con la figura central de la obra, así como personas al real servicio, títulos nobiliarios y las Ordenes Militares.
Igualmente resulta de gran utilidad el índice de palabras, cuyo significado
ha sido aclarado o explicado para la mejor comprensión
de la lectura documental.
Nos hemos apartado del Comendador
para dedicarnos,
naturalmente, al Capitán y Corregidor.
Pero debemos señalar que el GOhernador frey Francisco
de Bobadilla se nos presenta, a la Luz de todos los documentos
aportados,
como un personaje
dotado de un
terrible y belicoso carácter,
mientras
el abad de Jerez, fray Francisco de Bobadilla, queda en segundo plano ante sus otros dos homónimos.
El que de los países hispanoamericanos
nos lleguen escritores
sobre nuestra propia historia,
de la profundidad
y seriedad del doc-
tor Incháustegui
Cabra& es promesa de que los fondos documentales
de España han de gozar, cada vez más, de la atención de los investigadores
que ansien beber en las verdaderas
fuentes de la Historia,
y en la herencia hispámca de los pueblos americanos,
un día descubiertos por la empresa tenaz del Almirante
y el apoyo decidido de
los Reyes Católicos.-J.
M. 2.
ARTETA,
ANTOXIO:
La ((Historia
Roderich
y su fecha de yedacción. Revista
«Saitabi», de la Facultad de Klosofk
y Letras
de Valencia, tomo XI (lQ61).
UBIETO
Estudia
que la Historia
Xoderiri
no debió escribirse
antes de
1110, .o al menos, antes de 1118, como afirmó Menéndez Pidal, sino
entre 1144 y 1147.
en que la fórmula
ccara~onensis))
no
Se basa para ello : Primero,
se empezó a usar en la chancillería
aragonesa
hasta UYi. Segundo,
en que en 1147 dejó de usarse la letra visigótica,
de la que es patente su copia a la letra carolina por el amanuense, dados los errores
inequivocos
de lectura a que aquella letra induce, como reconoce
Menéndez
Pidaí. Tercero,
porque escribe : «dicebantur
morabiter»
(se llam.aban aimonívides),
y éstos desaparecieron
de España en 1144.
También pone en Sevilla y Córdoba
dos reyes diferentes
cosa que
no ocurrió en tiempo del Cid, sino entre ll44 y 11.%3.
Aclara que su auto?. scría UIZ clérigo, como dice klerkdez
Pidal,
pero de Zaragosa,
y no de Lérida,
como indistintamente
propone
don Ramón, ya que en Lérida dejó de usarse mucho antes la letra
visigótica.-J.
M. G. C.
BENITO
t
VIDAL,
En «Saitabi)j,
ANTONIO:
tomo
XI
La fecha
(7.961).
de la CF*ónica pseudoisidovinnt.
Deduce el autor que la Crónica fue escrita primero
en latín con
letra visigótica,
y copiada luego en letra latina del siglo XIII,
como
se conserva hoy. Los errores a que se prestan los rasgos y abreviaturas de la visigótica
hizo posible LIIU copia tan alterada en muchas
palabras, que hizo pensar en que su original fuese mozárabe traducido al árabe y luego al latín. Pero esas palabras alteradas no son arabismos, sino barbarismos,
cosa que analiza rasgo a rasgo.
Descubre
que el autor fue un clérigo moccirabc,
muy posiblemente de ‘la Bética; y no de Toledo! como se supuso, por ser esta metrópoli conocida de su Crónica en datos muy precisos,
mientras que
las demás sólo se citan con grandes yerros.
Probablemente
redactó
la Crónica en la primera
mitad del siglo XIII,
en Sevilla, entre los
topes críticos de 1095 y 1144, no en los primeros
decenios del siglo x
como supuso
Menéndez Pida& o en el XI, como pensaban otros historiadores.--J.
M. G. C.
.: ,
OI3RAS
PUBLICADAS
POR EL
SERVICIO HISTORICO
Acción
de España
MILITAR
e?a Africa.
Tomo
1: íberos
31 bereberes.
Páginas,
296. Precio, 1.6,55 pesetas.
Tomo
II : Cristianos
y nausuhnanes de Occidente. Páginas, 295.
Precio, 27 pesetas.
Tomo III:
El repwto
poZ2ico de Africa.
Páginas,
162. Preciq, 20,35 pesetas.
Ilustrados
todos con grabados,
fotografías,
mapas y planos.
El tomo
1 fue publicado,
en 1935, por la Comisión
de Marruecos,
ya suprimida.
Toda la obra
se vende,
Geográfico
del Ejército,
calle Prim,
núm.
21.
Acciów
Un
de España
tomo,
Arnaavnento
Un
con ilustraciones
de los ejércitos
de Za Biblioteca
Tomos 1, Ij, III,
para formación
Campañas
de las.Csmpafias
en el 5wvicio
en Per&
volumen
ilustrado
lo,05 pesetas.
Ñoletk
Histórica
únicamente,
y 557 páginas,
de Curios
V en la gwewa
con grabados
Central
67 pesetas.
y fotografías,
de Alt%a~ia.
56 págiflas,
MiEitw.
IV, V, VI, VII,
VIII,
IX, X, XI* y XII,
de los Catálogos.
No están a la venta.
en los Pikeos,
a finales
-1
1: Alttecade+ates. Ilustrado
Tomo
341 páginas, 66 pesetas.
siglo XVIII
(2Y93-95).
con kfabados y fotografías,
196
REVISTA
DE
HISTORIA
MILITAR
Tomo II: Cn~~Qnfi:: del Rosellón 31 In CerdaEa, idem, íd., 682
páginas, 100 pesetas.
Tomo III:
La campaña de Catahña, ídem, íd., en dos volúmenes, 384 y 380 páginas, 172 pesetas.
Tomo IV: Campaña en los Pirineos Occidentales y Centrales,
ídem, íd., 752 páginas, 300 pesetas.
Cartografia
y Relaciones Histhicas
de Ultramar.
Tomo I y Carpeta de mapas: América en general.
El tomo, de 495 páginas, tamaño folio mayor, 1%i,GO pesetas.
(Agotado.)
Tomo II y Carpeta de mapas: Estados Unidos y Canada.
El tomo, de 598 páginas, en folio mayor, 641,33 pesetas. (Apotado.)
Tomo III. y Carpeta de mapas: Méjico.
El tomo, de 399 páginas, en folio mayor, 747,45 pesetas.
Tomo IV y Carpeta de mapas: Amérka Central.
*
El tomo, de 286 páginas, en folio mayor, ô56,35 pesetas.
Colección iiistórica
dencia.)
1:
Tomo
Tomo 11:
Tomo III :
Tomo IV:
docwmental del Fraile.
Letras
Letras
Letras
Letras
A a
CH
L a
R a
(Guerra
de la lndepen-
la C, 253 páginas, 20 pesetas.
a la K, 226 páginas, 20 pesetas.
la Q, 215 páginas, 20 pesetas.
la Z, 228 páginas, 20 pesetas.
Tomo 1: Primer período. 310 páginas, 34,50 pesetas.
’ Tomo II : Segundo y último. período. 349 páginas, 64 pesetas.
Ilustrados los dos con mapas y planos.
&-so de conferencias sobre Historia,
Geografía
guerra, en el Servicio Histórico Militar.
n, Filosofia
de Ea
Un volumen. 343 páginas, ilustrado con grabados, fotografías;
. mapas y planos. No está a la venta.
: :
: :. : i < : ;’ .~,~.‘~~~,~!~~,~-’
.: b
. .-:
z,~.,
‘, / ,, ,. -,ì.:i.: ..:~..
/,i ,...z;;z
Cursos de Metodologia y C&ica Históricas, para formación tknica
del moderno historiador, en el Servicio Histórico Militar.
I
Torno
1:’ ‘Cwrso Elemental (194?-48). 200 páginas.
wso Supe+
(1949). 359 páginas.,
No están a la- venta;
PUBLICACIOSES
DEL
ro-zccconario
,.
Bibliográfico
Ea (Isos-1814).
SERVICIO
HISTÓRICO
de la Guewa.
MILITAR
197
de la. Independencia
EspaGo:
Tomo
1: Letras A a la H, 345 páginas, 20 pesetas.
Tomo
II : Letras 1 a la 0, 270 páginas, 20 pesetas.
Tomo III : Letras P a la 2, 341 páginas, 20 pesetas.
Ilustrados
los tres con gral>ados y fotografías,
en color
negro.
Dos
expediciones
españolas
Un volumen,
costra
151 páginas,
El ataque a través
Un volumen
Argel
y en
(15.41-1775).
con ilustraciones,
18 pesetas.
del Cnnal.
de 602 páginas,
con “5 mapas.
Versión
española
de Iï ohra de Gordon
«El Teatro
gundo
volumen
de la subseric
No está a la venta.
A. ilarrison
de Operaciones
Cross Ckawhel
attuck,
seeuropeo»,
de la enciclo-
pedia gE1 Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial», que se
publica bajo la dirección de la Jefatura de Historia
Militar
del Departamento
del
Ejército.
Ewropn
Un
Sólo
Galería
2’ Africa
tomo,
se
entre
las dos gralfdes
317 páginas,
vende
militar
en
el
con mapas
Servicio
Geográfico
:
guerras.
y fotografías,
del
Ejército,
calle
14,85 pesetas.
Prim,
núm.
21.
contellzporánea.
Tomo 1: La Real y Militar
Orden de Sm Fernando.
Con fotografía de los condecorados.
387 páginas, 85 pesetas.
G‘eografk
A frica,.
de Mnrruecos,
Protectorado
y Posesiones
Tomo III:
La vida social y polzítica, 659 páginas,
fotografías,
mapas y planos, 75 pesetas.
Los tomos
neral
y Zol1.a
1 y II de esta obra,
de nuestro
Protectorado
titulados,
respectivamente,
en Marrucros
3: Estudio
de Espaca
en,
con grabados,
Marrwcos
partinclar
en gede las
198
REVISTA
DE
IIISTORIA
MILITAR
regiones
naturales
de la zwa, plazas de soberaniaespañolay vida eco~aómica,
fueron
publicadas,
en 1935 y 1936, por la suprimida
Comisión
Histórica
de las
Campañas
de Marruecos.
El primero
se agotó,
y el segundo
únicamente
está
:I la venta
en el citado Servicio
Geográfico,
al precio
de 24,30 pesetas.
Historia
de las armas de fuego y su ~1.~0e?zEspaña.
Un tomo ilustrado, con grabados en color y en sepia, 332 páginas, 85 pesetas.
f,;.:;*:
.,_.: ,..,.
.^^_
Historia de las Campañas de Marruecos.
Tomo I: (Comprende hasta el año 1900), 608 páginas, con grabados, fotografías, mapas y planos, 59,75 pesetas.
Tomo II: (1900 a 191S), 944 páginas, con ídem, íd., íd., 138 pesetas.
La guerra de minas en Espafia.
Un volumen de 134 páginas, con fotografías
Nomenclátor
histórico
y planos, 50 pesetas.
wzilitar.
Tomo único: Diccionario de voces antiguas de carácter militar,
372 páginas. No está a la venta.
Tratado de Heráldica Militar.
1: 288 páginas, en papel registro, con grabados y fotoTomo
grafías, algunos en color, encuadernado en imitación pergamino, 225 pesetas.
Tomo II : 390 páginas, ídem, íd., íd., 196 pesetas (120 pesetas
para los miembros y organismos del Ejército). (Agotado.)
Tomo III:
374 páginas, ídem, íd., íd., 400 (320 pesetas para los
miembros y organismos del Ejército).
NOTA.-LOS
en casi
todas
miembros
estas obras,
y organismos
de una rebaja
del Ejército
y los centros
del 10 al 25 por 100.
civiles
gozan,
SERVICIO
HISTORICO
MILITAR
BIBLIOTECA CENTRAL MILITAR
Relaciólz de las obras ingresadas
mes de septiembre
de 196’3.
hf.
en la citada Biblioteca,
a partir
del
IZQUIERDO HERNÁNDEZ:
Antecedentes
y comienzos
del reinado
de Fernando
VII.
UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA: La Guerra de Libemción
Nacional.
RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL: El dialecto leonés.
VARIOS : Esparia.
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ATLETISMO: Reglanzento
de la Fedcracitn
1wtewzacional
de Atletismo
Awuxtew.
ESTADO MAYOR CENTRAL: Normas
para la selecció~a e instrucctórc
de Telemetristas
de Artilleria
de Costa.
DIRECCIÓN GENERAL DE INDUSTRIA Y MATERIAL: Tablas logarítmicas
de las funciones
circulares
en milésimas
artilleras
y tablas da
correcciones
comunes a todos los materiales.
MINISTERIO
DE TRABAJO Y Previsión:
Ajortación
de los colonizadores espafioles a la prosperidad
de América.
ANTONIO CARXER: Idos trehta días del mes de junio de 68OS.
P. SÁNCHEZ-CESPEDES : El criterio ponticifio
en ctMater et Magistrau:
FRANCOIS D'HARCOURT:
Asia despeyta,r de un mundo.
E. CASTRO DELGADO : Hombres
mude in Moscú.
TRAIAN I~OMANESCLJ: Amos y esclavos en el siglo XX.
DmEccIóN
GENERAL DE PRomccróN
CIVIL:
O~gankación
y mando
OM-2.
DmwcrÓN
GENERAL DE PRo'rEccIóN
CIVIL:
O~ganizacióf?, y mando
OM-2. (Apéndices
I, II, III y IV).
YACQUES C. DUCHEMIN : Historia? del F. L. N.
ALTO I<S~AI)O MAYOR:
V Confef*encia internacional
de nutrición
de
las FqLeYzas Armadas.
Amo ESTADO Y'AYOR : Fiftla amzed fovces intewation
nutrition
CO+
ference.
ALTO ES.I.AUO A$AYOR : Fou&
armed forces internaticio?t
nutrition
confel-rirce.
200
REVISTA
BE
IIISTORIA
MILITAR
DEL E@RCITO:
Catálogo de In Colección de 9~o~mas
españolas de obligado cumplimiento en el Ejército.
JUNTA CENTRALDE CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento por
el que se ha de regir el Concurso completo de equitación para,,
mboficiales de Caballeria y Cuerpos Montados del Ejército.
JUNTA CENTRALDE CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento pura
el desarrollo y puntuación del Campeo~zato Nacional .Militnr de \
Atletismo.
JUNTA CENTRALDE:CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento para
el desarrollo y puntuación del Campeonato klilitar de Gimnasia
Educativa.
JUNTA CENTRALDE CULTURAFÍSICA DEL EJÉRCITO: Reg-lamento para
el desarrollo y puntuación del Campeonato Regimefztal de Caballos de Armas.
JUNTA CENTRALDE CULTURA FÍSICA DEL EJÉRCITO: Reglamento para
el desarrollo y pzmtua.ción del Concurso de Patrullas CI Caballo.
NASA SP 40: Conference on Space-Age planning.
'2. CABALLEROCALDERÓN: Americanos y europeos.
JOSÉ RAMÓN RODIL: Memoria del sitio del Callao.
JOHN F. KENNEDY: Discurso pronunciado por el mismo en la Asamblea General de la,s Naciones Unidos, el día 20 de septiembre
de 1.963.
Dx. OLIVEIRA SALAZAR: El pensamiento de Salazar.
DR. JOSÉ -DIARIAFERNÁNDEZPIRLA: Economia de la Empresa.
FRANCISCOIkf~~~~~~~PADRÓN: Historia del descubrimiento y conquista de América.
UAN
MANUEL ZAPATERO: Síntesis históricn de In fortificación ubu,j
hartada.
EDICIÓN OTAN:
La Organizaci&z del Tratado del Atlántico Norte.
VARIOS: Gran Enciclopedia del mundo (tomos 14 y 15).
JOITN STEINBECK:Por el mar de Cortés.
DAVID D. LEWIS: La batalla por el mar.
C. KEY JOLY: Historia Orgánica de Infantería.
DIETER K. HUZEL: La Ruta del Espacio.
CAI\IIILLESABATIER: Le Transsaharien.
RADIO NACIONALDE ESPAÑA: Toques de guerra del Ejército español.
N. BENAQDESMORO: La Etnogrnfia de San Isidoro.
ALEXIS MARTÍN: Técmica de la guera oculta.
JULIÁN MARGAS:La España posible en tiempos de Carlos III.
HONORIO ARRENTES: El entretenimiento orgánico de vehkulos mi<. bitares en el segundo escalón.
JAMESMOHAHAWy UNNETH 0. GILMORE: Cómo el Kremlim se apo.- deró de Cuba.
J.' LACOUTUREy BAU~MIEX: Paises del tercer mundo.
CARLOSIBÁÑEZIBERO: Episodios de la Guerra de la Independencia.
RAMÓNII>E¿. ORTUETA: Orga&ación científico de las Empresas,
MINISTERIO
BIBLIOTECA
DORÉ OGRIZE~ : El xundo
CENTRAL MILITAR
2w
en color (Austria). ,
EST.4DO ;\IAYOR CENTRAL DEL EJÉRCITO : Fam$&L;xación
cOn Eas arT
mus modernas.
JOAQUÍN TORRES:
Viaje n Rusia y a otros paises socialistas. ,
1
ANTONIO
RAQUEJO : La Motarin militar en Zaadoctrina, en la ~~~~~~
lución y en la práctica.
MIGUEL ESQUERDO : España cara al m&.
HAROLD ROBBINS: No amurás a un extraño.
RAY LAYUSE: No prestes jamás.
CH. WALDEMAR: Prontuario de Yoga.
JOHN MASTERS: La barrera.
E. RODRÍGUEZ DEMORIZI:
Elogio del Gobierno de la Restauración.
F. A. MOTA y F. RODRÍGUEZ
DEMORIZI:
Cancionero de la Resta%-
ración.
R. FERNÁNDEZ DE LA REGUERA: Héroes de Filipinas.
ALTO ESTADO
MAYOR:
Anuario Estadistico Militar 1962.
FULGENCIO BATISTA: Paradojismo.
ANTONIO BLAS: Hathn Yogct.
HEINZ G. KONSALIK:
El último prisionero.
ENRIQUE SALGADO : Paulina Bonaparte.
SALVADOR MILLET : Acercamiento a Ewopa.
LUIS ROMERO: El cacique.
AI,FONSO X EL SABIO: Partidas I y 71.
EDUARDO SAAVEDRA: Descripción de la Via Romana.
LYNDON B. JONSHON : Informe sobre el Estado de la Unión.
JAMES CLEUGH: Furia española (1936-1939).
EMBAJADA DE LA U. S. A. : Decla.ración oficial de los Estados Unidos
de América sobre Panamá.
BARÓN DE TERRATEIG: Politica en Italia del Rey Católico. 150”1-l517,
(Dos tomos).
JOSÉ Díaz DE VILLEGAS: La guerra en la pa.8.
JAI:F.S ESSE?-:
La última batalla.
DÍAZ LLANOS: Leyes penales militares. 1964.
BARTOLOMÉ SOLER: La cnra y la cruz del camino.
JOAQLTÍX ARRARAS:
Historia de la íI Republica española.
C. MORTERERO . Apuntes de iniciación a la Paleog-fía
española de
los siglos XII a XVII.
VARIOS: Apuntes de Xobiliaria y Nociones de Genealogia Y Heráldica.
DIRECCIÓN
GENERAL
DE PRowxcIóN
CIVIL:
Cartilla de primeros
wxilios sanita.rios DG-22.
M.
BALL,ESTEROS
GAIBROIS
: Descu.brimiento y conquista del Ped
Sv.4~ HASSEL
: Los Panzers de la muerte.
ACADEMIA
DE INFANTERÍA
: Libro de ta XXVII
Promoc&b de In-’
fanteria.
NIcoLAs BOER : Atemania en la encrucijada.
202
MIGUEL
DELIBES:
Ewopa, parada y fonda.
MINISTERIO
DE INFORMACIÓN Y TURISMO : Guia
de hoteles de Espafia (196-j).
J. SAN MARTÍN : Almanaque Militar í964.
SIR EDMUND
HILLARY:
No hay margen para el error.
RAYMON ARON:
Paz y guerra.
JOSÉ A.” MARAVALL:
Las comwidades de Castilla.
PADRE M. GARCÍA, 0. P. : La.s bellas de las antiguas ciz&,zaciones.
Introducción a la táctica del Cid, por José Mª Gárate Córdoba
El Coronel don Antonio de Pineda y su viaje mundial, por Iris Higbie Wilson
El sitio de Tarragona en 1811, por Julio Belza y Ruiz de la Fuente
Dos estudios sobre las guerrillas en la Guerra de las Independencia, por Nicolás Horta
Rodríguez
Guerra de LIberación: El Teatro de Operaciones del Norte en el invierno de 1936-1937,
por José Manuel Martínez Bande
Publicación de fondos manuscritos
Bibliografía
Descargar