Subido por jonathan vides

trabajo de farmacologia

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Descripción general
Nervio ciático
El término «ciática» se refiere a un dolor que irradia a lo largo del trayecto del nervio ciático, que se
ramifica desde la parte inferior de la espalda a través de las caderas y los glúteos y hacia abajo de
cada pierna. Por lo general, la ciática afecta solo a un lado del cuerpo.
La ciática se produce con más frecuencia cuando una hernia de disco, un espolón óseo en la columna
vertebral o un estrechamiento de la columna vertebral (estenosis del conducto vertebral)
comprimen parte del nervio. Esto causa inflamación, dolor y, a menudo, algo de entumecimiento en
la pierna afectada.
Aunque el dolor asociado con la ciática puede ser grave, la mayoría de los casos se resuelven con
tratamientos no quirúrgicos en pocas semanas. Las personas con ciática grave que está relacionada
con una debilidad significativa en la pierna o con cambios en el intestino o en la vejiga podrían ser
candidatas a una cirugía.
Síntomas
El dolor que se extiende desde la parte baja de la columna vertebral (lumbar) hacia los glúteos y
hacia abajo de la parte posterior de la pierna es la característica distintiva de la ciática. Podrías sentir
el malestar casi en cualquier parte a lo largo del recorrido del nervio, pero es especialmente
probable que recorra la parte inferior de la espalda hasta los glúteos y la parte posterior de los
muslos y la pantorrilla.
El dolor puede variar ampliamente, desde un dolor leve hasta una sensación aguda, de ardor o dolor
insoportable. A veces puede sentirse como una sacudida o una descarga eléctrica. Puede ser peor al
toser o estornudar, y permanecer sentado durante períodos prolongados puede agravar los
síntomas. Por lo general, afecta a un solo lado del cuerpo.
Algunas personas también tienen entumecimiento, hormigueo o debilidad muscular en la pierna o el
pie afectados. Podrías sentir dolor en una parte de la pierna y entumecimiento en otra parte.
Cuándo consultar al médico
La ciática leve suele desaparecer con el tiempo. Llama al médico si las medidas de cuidado personal
no logran aliviar los síntomas o si el dolor perdura más de una semana, es grave o empeora
progresivamente. Obtén atención médica de inmediato si:
Sientes dolor repentino e intenso en la parte inferior de la espalda o la pierna y entumecimiento o
debilidad muscular en la pierna
El dolor es consecuencia de una lesión violenta, como un accidente de tráfico
Tienes problemas para controlar los intestinos o la vejiga
Causas
Hernia de disco
Espolones óseos en la columna vertebral
La ciática ocurre por el pinzamiento del nervio ciático, normalmente ocasionado por una hernia de
disco en la columna vertebral o por un crecimiento óseo excesivo (espolón óseo) en las vértebras.
Con bastante menos frecuencia, un tumor puede producir el pinzamiento del nervio o una
enfermedad, como la diabetes, puede dañar el nervio.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de la ciática son los siguientes:
Edad. Los cambios en la columna vertebral relacionados con la edad, como las hernias de disco y los
espolones óseos, son las causas más frecuentes de la ciática.
Obesidad. Al aumentar la sobrecarga en la columna vertebral, el exceso de peso corporal puede
contribuir a los cambios espinales que desencadenan la ciática.
Profesión. Un trabajo que requiere que gires la espalda, traslades cargas pesadas o conduzcas un
automóvil durante largos períodos podría estar relacionado con el desarrollo de la ciática, pero no
hay pruebas concluyentes de esta relación.
Permanecer sentado durante mucho tiempo. Las personas que permanecen sentadas durante
mucho tiempo o tienen un estilo de vida sedentario son más propensas a padecer ciática que las
personas activas.
Diabetes. Esta enfermedad, que afecta la forma en que el cuerpo utiliza el azúcar en la sangre,
aumenta el riesgo de lesión a los nervios.
Complicaciones
Si bien la mayoría de las personas se recupera por completo de la ciática,
habitualmente sin recibir tratamiento, esta afección puede generar una lesión
permanente a los nervios. Busca atención médica inmediata si tienes lo siguiente:
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Pérdida de sensibilidad en la pierna afectada
Debilidad en la pierna afectada
Deterioro de la función intestinal o de la vejiga
Prevención
No siempre es posible prevenir la ciática, y esta afección puede volver a aparecer. Adoptar las
siguientes medidas puede tener un papel fundamental en la protección de la espalda:
Haz ejercicio regularmente. Para mantener la espalda fuerte, presta especial atención a los músculos
centrales, es decir, los músculos del abdomen y de la parte inferior de la espalda que son esenciales
para tener una buena postura y una correcta alineación. Pídele al médico que te recomiende
actividades específicas.
Mantén una postura adecuada al sentarte. Elige un asiento con un buen soporte lumbar,
apoyabrazos y base giratoria. Considera colocar una almohada o una toalla enrollada en la parte baja
de la espalda para mantener su curva normal. Mantén las rodillas y cadera alineadas.
Utiliza una mecánica corporal adecuada. Si estás de pie durante períodos prolongados, apoya un pie
en un banquito o en una pequeña caja de vez en cuando. Cuando levantas objetos pesados, deja que
las piernas hagan el esfuerzo. Sube y baja con la espalda derecha. Mantén la espalda derecha y
flexiona solo las rodillas. Mantén la carga cerca del cuerpo. Evita levantar la carga y girar el cuerpo al
mismo tiempo. Busca ayuda para levantar el objeto si es pesado o difícil de trasladar.
Tratamiento
Si las medidas de cuidado personal no alivian el dolor, el médico podría
recomendarte algunos de los siguientes tratamientos.
Medicamentos
Los tipos de medicamentos que podrían recetarse para tratar el dolor de ciática son
los siguientes:
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Antiinflamatorios
Relajantes musculares
Tranquilizantes
Antidepresivos tricíclicos
Medicamentos anticonvulsivos
Cuidados de enfermería en el paciente con dolor ciático
Actividades de enfermería ♦ Valorar el dolor del paciente: ¿Dónde le duele? , ¿desde cuando? ,
¿Cómo es el dolor? ♦ Verificar con el enfermo: - Localización. - Intensidad. - Calidad (opresivo,
quemazón, punzada, como descargas eléctricas, fijo y continuo….)
Los efectos que ese dolor tiene sobre el confort y la calidad de la vida del paciente: insomnio,
irritabilidad, disminución de la actividad física, alteración de sus relaciones con la familia, etc. Si
identificamos las características del dolor, podremos determinar las medidas más adecuadas para
aliviarlo.
♦ No juzgar el dolor que el paciente dice tener
♦ Administrar el analgésico prescrito por el medico para controlar un determinado tipo de dolor (
son tratamientos individualizados):
- Lo más idóneo es anticiparse a la aparición del dolor, administrando analgésicos prescritos a horas
fijas, “de reloj”, según la vida media del analgésico en cuestión. Nunca prescribir los calmantes a
demanda.
- Evaluar y registrar la respuesta al tratamiento - Evitar la desesperanza y nunca decir frases como:
“lo que le puse debería haberle aliviado”, “no puedo hacer nada más para ayudarle”, “ya no le tocan
más calmantes”
♦ Los analgésicos poseen efectos secundarios: las enfermeras deben reconocer esos problemas si
aparecen y reforzar la información que el medico hubiera ofrecido al paciente, siempre de forma
clara y comprensible.
♦ No usar placebos: “la única conclusión exacta respeto a la persona que reacciona positivamente
ante un placebo es que desea muy intensamente el alivio del dolor y que confía en algo o alguien le
ayude a obtenerlo” (Goodwin y cols, 1979; McCaffery, 1979) visto así resulta poco ético y abre
puertas de la desconfianza.
♦ Reducir estimulo doloroso siempre que se pueda: - Evitar movimiento innecesario - Hacer que el
enfermo adopte las posiciones más adecuadas para evitar el dolor.
♦ Adoptar medidas complementarias para tratar el dolor si se estima oportuno: - Estimulación
cutánea: el calor, el frío, el masaje, y la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea - Técnicas
cognitivas-conductuales: relajación, hipnosis, refuerzo positivo, musicoterapia, imaginación dirigida,
retroalimentación biológica, etc.
♦ Establecer una comunicación adecuada con el paciente: demostrar un interés sincero por él y su
dolor, escucharle activamente, adoptando una actitud empática, siendo consciente de que los
pacientes responden a la conducta verbal y no verbal. Mantener siempre una actitud tranquila,
sosegada, serena ofreciéndole una relación afectuosa, preocupada y comprensiva. Con la familia:
promover los potenciales de apoyo de la familia implicándoles el cuidado, reconociendo su labor y
favoreciendo el acercamiento que, a veces, la hospitalización interrumpe.
Dar información:
una familia que conoce lo que esta sucediendo y las medidas que se están adoptando es más eficaz
en el apoyo al enfermo. Avisarles que identifiquen cualquier factor ajeno a la enfermedad que pueda
contribuir al aumento del dolor y ante signos de
- Inicio y duración.
- Los efectos que ese dolor tiene sobre el confort y la calidad de la vida del paciente: insomnio,
irritabilidad, disminución de la actividad física, alteración de sus relaciones con la familia, etc.
Si identificamos las características del dolor, podremos determinar las medidas más adecuadas para
aliviarlo.
♦ Administrar el analgésico prescrito por el medico para controlar un determinado tipo de dolor
- Lo más idóneo es anticiparse a la aparición del dolor, administrando analgésicos prescritos a horas
fijas, “de reloj”, según la vida media del analgésico en cuestión. Nunca prescribir los calmantes a
demanda.
- Evaluar y registrar la respuesta al tratamiento
- Evitar la desesperanza y nunca decir frases como: “lo que le puse debería haberle aliviado”, “no
puedo hacer nada más para ayudarle”, “ya no le tocan más calmantes”
Conclusión
Las enfermeras pueden hacer mucho en el control del dolor, quizás no siempre se pueda aliviar,
pero es importante estar ahí, escuchando al paciente, apoyándolo para tener una calidad de vida
mejor
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