LA DISAUTONOMÍA, MI DISAUTONOMÍA MI DISAUTONOMÍA ¿QUÉ ES? La disautonomía es una enfermedad relativamente nueva y se refiere al grupo de trastornos provocados por un mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo. El síndrome no es contagioso y dentro de este nombre genérico se incluyen el síndrome de taquicardia ortostática postural, el síncope de origen neurocardiogénico, la intolerancia ortostática, la hipotensión mediada neuralmente, el prolapso de la válvula mitral, el fallo autonómico puro, la inestabilidad autónoma y cierto número de enfermedades menos conocidas que pueden o no ser asociadas a este padecimiento SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO El sistema nervioso autónomo es el encargado de regular de forma inconsciente y automática las funciones del organismo tales como: El pulso, la temperatura, el control de la presión arterial, la respiración, la digestión y muchas otras... La disautonomía es más susceptible en las mujeres y actualmente por cada 20 mujeres hay un hombre con el síndrome; pero hay un grupo de mujeres que son más vulnerables a ella y son las jóvenes que están entre la preadolescencia y adolescencia. CAUSAS Aunque las causas aún no han sido bien aclaradas, se piensa que puede estar causada u agravada por virus (En mi caso fue el Parvovirus Humano B-19), factores genéticos, exposición a productos tóxicos, enfermedades autoinmunes y heridas o traumatismos que hayan dañado el sistema nervioso autónomo. El embarazo generalmente agudiza los síntomas, dependiendo del tipo concreto de disautonomía y de la persona. En general si el volumen sanguíneo aumenta, la intensidad de todos los síntomas disminuye, sin embargo otro de los factores, como por ejemplo los cambios hormonales terminan agravando aún más la salud de la mujer. De forma minoritaria, en algunas personas la disautonomía es causada por alergias alimentarias con efecto retardado. Una vez han sido eliminados de la dieta los alimentos a los que se le tenía alergia, los pacientes han dejado de experimentar los síntomas propios de la disautonomía. SÍNTOMAS Pérdida de conocimiento, se da cuando la persona presenta un síncope o desmayo. Cansancio. Fatiga. Dolor de cabeza. Trastornos en la temperatura del cuerpo (manos y pies fríos). Presión sanguínea peligrosamente baja Cambios amplios y/o bruscos en la presión Mareos. Debilidad. Cansancio. Problemas con la vejiga. Estreñimiento. Depresión. Taquicardia. Dolor en el pecho Insomnio Visión borrosa o en túnel Empobrecimiento cognitivo Convulsiones Bradicardia Problemas gastrointestinales Nauseas Ansiedad Los síntomas pueden darse todos a la vez o con variantes, pero por experiencia sé que al menos 16 siempre están presentes, cuáles depende de la persona y del tipo de disautonomía. Estos se presentan por una súbita baja de presión arterial, influyendo que a nuestro cerebro no le llegue suficiente oxígeno. Existen diversos factores que empeoran esos síntomas como: La deshidratación, los baños calientes y prolongados (eso no me agrada mucho), la altura, el estar de pie prolongado, pararse brusca y repetidamente de un lugar, las emociones fuertes y el embarazo. DIAGNÓSTICO Debido a que los síntomas más conocidos, y por los que se consulta generalmente, son el cansancio crónico y la sensación episódica de debilidad, muchas veces ocurre que se hace un diagnóstico erróneo de depresión, fibromialgia, fatiga crónica, hipotiroidismo o hipoglicemia. Sin embargo, el mal diagnóstico de la disautonomía deriva en que el paciente puede terminar con una calidad de vida bastante pobre, ya que se encontraría en constante estado de somnolencia, cansancio y decaimiento. De la misma forma, es posible que sufran mareos al moverse de manera muy brusca, dolor de cabeza y náuseas. Las personas con disautonomía tienden a sentirse mal, débiles, cansados, sin ánimo, y encerradas en sí mismos. Físicamente se les ve pálidos y con los párpados caídos. El diagnóstico de esta enfermedad se realiza comúnmente con la prueba de la mesa inclinada o test de Tilt. Recientemente se creó el "ANSiscope", un dispositivo que permite medir de forma no invasiva cómo se relacionan los sistemas simpático y parasimpático, evaluar cuantitativamente la disfunción en el sistema nervioso autónomo del paciente. La disautonomía es una enfermedad relativamente frecuente, pero que usualmente no es diagnosticada y acarrea un sin número de problemas, derivando en mala calidad de vida del paciente. Por todo esto es sumamente importante estar atentos a los síntomas, para detectarla de manera correcta, y así tratar la disautonomía y sus complicaciones de la mejor manera posible. ¿EXISTE TRATAMIENTO? Aunque no hay cura para la disautonomía, existen medicamentos para atenuar sus efectos pero es complejo puesto que mientras se eliminan ciertos síntomas otros empeoran, a menudo el tratamiento se encuentra tras prueba y error en cada caso concreto. Entre los medicamentos que se utilizan para tratarla destacan la fludocortisona, la midodrina, la efedrina, la amitriptilina (en mi caso funciona muy bien) y los ISRS. El tratamiento no farmacológico es el más eficaz para la evolución del paciente, en este la persona tiene que realizar un cambio dramático en su estilo de vida para ver una mejoría progresiva y sistemática. RECOMENDACIONES PARA UNA MEJORÍA EJERCICIOS: Un ejercicio pasivo no mayor a 10 minutos de ejercicio diario al comienzo. Se aumenta el tiempo del ejercicio cada semana hasta llegar a 60 minutos 4 o 5 veces por semana. La piscina y los hidroaeróbicos son los ejercicios ideales para mantener un sistema nervioso autónomo competente además de caminar a paso rápido, trotar, correr, jugar fútbol, baloncesto y uno de los favoritos de todos ¡el yoga!. ALIMENTACIÓN: La dieta para las personas con disautonomía consiste en comer un poco más de sal. La sal para los pacientes con disautonomía es buena porque aumenta la presión arterial. Otros de los alimentos con los cuales quedé asombrada al notar una mejoría al consumirlos, fueron el cambur (banana o banano) y el pescado blanco. Consumir ácidos grasos de cadena media (Triglicéridos de Cadena Media TCM) mejora la calidad de vida; algunas de las fuentes de TCM son el aceite de palma, de coco, y las nueces de alcanforero, aceite de oliva extra virgen, semillas de chía, aguacates, queso, chocolate negro y huevos enteros. Consumir muchos líquidos también ayuda en este caso serían más de 3 litros por día, con una dieta frecuente de al menos cada 4 horas ingiriendo poca cantidad haciendo un gran énfasis en no comer azucares. Una taza de café en la mañana es suficiente y es preferible endulzar todo con miel. Y si de infusiones se trata las mejores son: la manzanilla, el té verde y la flor de Jamaica. Bajar de peso de manera brusca, o sea perder peso de manera considerable muy rápido empeora el cuadro clínico. EVITAR LA INGESTA DE ALCOHOL ES FUNDAMENTAL SI NO QUIEREN SENTIR COMO SI MURIERAN. EL ALCOHOL ES UN DEPRESOR DEL SISTEMA NERVIOSO. OTRAS RECOMENDACIONES: Dormir con varias almohadas es otra de las recomendaciones para el tratamiento, se necesita buena altura con un mínimo de dos almohadas. Se debe descansar y dormir lo suficiente, mínimo siete horas, aunque eso depende hay mujeres que necesitan más tiempo. Hay que evitar permanecer de pie de forma prolongada y si no se puede evitar, hacer pequeños movimientos como ponerse de puntillas o cruzar las piernas. Lo mismo se aplica a viajes de larga duración donde la persona esta mucho tiempo sentada, hay que aplicar algún movimiento. En el mismo sentido minimizar el tiempo que se esté caminando despacio por ejemplo es centros comerciales, supermercados y museos.