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Momentos del acto catequético
LA PEDAGOGÍA DE JESÚS
«Con las palabras, signos, obras de Jesús, a lo largo de toda su breve pero intensa vida, los discípulos tuvieron la experiencia directa de los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignándolos después en los evangelios:
— Cercanía: sale al encuentro del otro.
— Del anuncio del Reino de Dios: por medio de la palabra y los signos intrínsecamente unidos.
— Continua: no desperdicia ninguna ocasión.
— De lo cotidiano: Emplea lenguaje e imágenes que todos comprenden.
— Del seguimiento.
— Del misterio pascual.
— De la comunión.
Invitando a los discípulos a seguirle totalmente y sin condiciones, Cristo les enseña la pedagogía de la fe en la medida en
que comparten plenamente su misión y su destino» (DGC 140).
1.
PREPARACIÓN REMOTA
Criterio de la pedagogía de la fe: «Fidelidad a Dios y fidelidad a la persona» (DGC 145).
1.1. Conocimiento de cada uno de los miembros del grupo y del grupo en sí:
1.1.1. Situación personal y familiar.
1.1.2. Situación social.
1.1.3. Académica.
1.1.4. Eclesial.
1.1.5. Atención a las relaciones interpersonales.
1.2. Conocimiento esencial de la fe de la Iglesia y del magisterio:
1.2.1. Sagrada Escritura.
1.2.2. Catecismo de la Iglesia Católica.
1.2.3. Compendio del Catecismo.
1.2.4. El Youcat.
1.2.5. Catecismos de la CEE (Jesús es el Señor y Ésta es nuestra fe).
1.3. Conocimiento de los principios catequéticos básicos señalados por la Iglesia:
1.3.1. Directorio General para la catequesis.
1.3.2. Conocimiento del proyecto diocesano.
1.3.3. Conocimiento del proyecto catequético de la parroquia.
1.3.4. Conocimiento de los materiales catequéticos y de los recursos básicos que se van a utilizar en la catequesis.
2.
PREPARACIÓN PRÓXIMA
Disponernos personalmente:
2.1.1. Abriéndome a la Palabra de Dios y situándome en actitud de discípulo.
2.1.2. Intercediendo y orando por aquellos que la Iglesia me ha encomendado.
2.2. Tener bien preparado el tema que se va a desarrollar en la sesión: (objetivos, contenidos, métodos).
Poner especial atención en la disposición de cada uno de los miembros del grupo y el momento del itinerario
en que nos encontramos.
2.3. Tener preparados los recursos que prevemos que vamos a necesitar para la sesión de catequesis.
2.1.
3.
EL ACTO CATEQUÉTICO EN SÍ:
3.1.
Comienzo de la sesión.
3.1.1. Captar la atención de los miembros del grupo y suscitar el interés:
 Cuidar la acogida para que todos sientan que son valorados y estimados personalmente.
 Es necesario que los catequizandos perciban que lo que se va a tratar es algo importante para ellos y
que les va a servir en su vida concreta.
Punto de partida:
Para revelarse a los hombres, Dios ha hecho uso de lo visible para que nosotros pudiésemos llegar a lo invisible.
Así ocurre también en la catequesis; debemos partir «de hechos (acontecimientos bíblicos, actos litúrgicos, hechos de la vida de la Iglesia y de la vida cotidiana...) a fin de descubrir en ellos el significado que
pueden tener en la Revelación divina» (DGC 150).
Podemos utilizar, entre otros, los siguientes recursos:
— Observación de fotos, dibujos, láminas, ilustraciones o proyección de algún vídeo o presentación, pero
muy breve.
— Lectura de una narración determinada.
— Un diálogo con preguntas concretas que ayuden a reflexionar y en las que esté muy presente la experiencia de los destinatarios.
3.1.3. Transición hacia el Mensaje cristiano:
El catequista trata de conectar el punto de partida con los contenidos concretos que se pretenden transmitir en la sesión de catequesis y lo explicita con pocas palabras.
3.2. Presentación del Mensaje cristiano
La presentación del mensaje cristiano debe asimismo tener muy en cuenta que no se trata simplemente de dar
a conocer de forma teórica los contenidos de la revelación cristiana, sino hacer caer en la cuenta a los catecúmenos de la dimensión existencial que tiene cada una de las verdades de nuestra fe, y todos y cada uno de los
acontecimientos de la historia de salvación que alcanza su plenitud en la persona de Cristo, a cuya luz también
el hombre de hoy puede reconocer su propia historia como historia de encuentro con el Dios vivo.
Para lograr que la presentación del mensaje se haga de manera orgánica y sistemática, deberemos tener presente la articulación de contenidos que nos ofrece el Catecismo de la Iglesia Católica en torno a los cuatro pilares de la fe:
— El Credo
— Los Sacramentos
— Los Mandamientos
— El Padrenuestro.
3.3. Expresión de la fe
El catequista en este momento ayudará a los catequizandos a que puedan interiorizar y expresar en los diferentes lenguajes de la fe lo que se les ha intentado transmitir en cada una de las catequesis.
Lo hará principalmente por medio de:
3.3.1. Textos bíblicos introducidos de tal modo que interpelen al destinatario y le muevan a convertirse paulatinamente.
3.3.2. Textos de la vida de la iglesia: oraciones, textos de los Santos Padres… para que descubran cómo han vivido estas cuestiones y cómo las han expresado otros cristianos.
3.4. Síntesis de la fe
Por medio de este paso, lo que se busca es que los catequizandos memoricen, a partir del Compendio de la Iglesia Católica o de los catecismos de la CEE reconocidos en nuestra diócesis, los aspectos esenciales de cada uno
de los temas con el fin de:
3.4.1. Familiarizarles con las principales fórmulas de la Tradición cristiana, que son la base de la comunión de fe
de todos los creyentes.
3.4.2. Ayudarles a construir una síntesis de fe.
3.4.3. Facilitarles la posibilidad de entablar un diálogo maduro con cuantos les pidan razón de su esperanza.
3.1.2.
4.
REVISIÓN Y EVALUACIÓN
Toda sesión de catequesis debe ser revisada y comentada, personalmente y por el grupo de catequistas:
— Nuestra actitud de cara a los catequizandos.
— Las actitudes de los miembros del grupo.
— El desarrollo de la catequesis (tiempos, recursos…).
— Esta revisión ha de tener un tono positivo, evitando la crítica destructiva y buscando en todo momento cómo
podemos mejorar nuestra labor y cómo podemos ayudar mejor a nuestros catequizandos.
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