UNIVERSIDAD DE PALERMO FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Licenciatura en Psicología Trabajo Final Integrador (TFI) “Beneficios de Talleres Terapéuticos, percibidos por participantes del dispositivo Hospital de Día en Institución Psiquiátrica” Alumna: María Gabriela Rozados Legajo: 74486 E-mail: [email protected] Profesor Tutor: Dr. Eduardo Leiderman Fecha: 25 de octubre de 2016 1 INDICE 1 INTRODUCCION ............................................................................................................................................. 3 2 OBJETIVOS....................................................................................................................................................... 4 2.1 Objetivo General .......................................................................................................................................... 4 2.2 Objetivos Específicos .................................................................................................................................. 4 3 MARCO TEORICO ........................................................................................................................................... 5 3.1 Ley Nacional de Salud Mental ..................................................................................................................... 5 3.2 Hospital de Día ............................................................................................................................................ 5 3.3 Trastornos mentales ..................................................................................................................................... 6 3.4 Esquizofrenia ............................................................................................................................................... 7 3.4.1 Descripción y características .............................................................................................................. 7 3.4.2 Síntomas negativos ............................................................................................................................. 8 3.4.3 . Epidemiología ................................................................................................................................11 3.4.4 Etiología ...........................................................................................................................................12 3.4.5 Evolución, curso y tratamiento .........................................................................................................12 3.4.6 Talleres terapéuticos .........................................................................................................................16 4 METODOLOGIA ............................................................................................................................................21 4.1 Tipo de estudio...........................................................................................................................................21 4.2 Participantes ...............................................................................................................................................21 4.3 Instrumentos...............................................................................................................................................22 4.4 Procedimiento ............................................................................................................................................23 5 DESARROLLO ...............................................................................................................................................24 5.1 La institución y sus dispositivos ................................................................................................................24 5.2 Hospital de Día ..........................................................................................................................................24 2 5.3 Objetivo I: Describir las actividades de los talleres de expresión, corporales y ocupacionales que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día.............................................................................................27 5.4 Objetivo II: Describir los objetivos generales propuestos por los responsables de los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día. ................................................................................33 5.5 Objetivo III: Describir los beneficios percibidos por los pacientes asistentes a los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día. ................................................................................38 5.6 Objetivo IV: Relacionar la eficacia subjetiva en la reducción de sintomatología negativa de pacientes con Esquizofrenia con los objetivos propuestos por los responsables de los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día.............................................................................................42 6 CONCLUSIONES ...........................................................................................................................................44 7 REFERENCIAS ...............................................................................................................................................49 8 ANEXOS ..........................................................................................................................................................53 3 1 INTRODUCCION El presente trabajo fue realizado durante la práctica correspondiente a la materia Práctica y Habilitación Profesional V. La misma tuvo lugar en el dispositivo Hospital de Día de una institución orientada a enfermedades neuropsiquiátricas. La institución es una asociación sin fines de lucro ubicada en el barrio de Palermo, y su principal dispositivo es el Hospital de Día en el que se hará foco a lo largo de la investigación. La práctica tuvo lugar durante 16 semanas, con una asistencia promedio de 20hs. semanales. Durante la misma se participó en carácter de observador, de talleres que realizan los pacientes, asambleas semanales de los grupos, reuniones de talleristas (quienes dirigen los talleres) y supervisiones, como así también se asistió a presentaciones de casos y ateneos convocados por Instituciones externas. El Hospital de Día es un dispositivo ambulatorio que ofrece asistencia a personas con padecimientos mentales, funcionando como una instancia de transición, en la que en un medio de contención, se ponen en práctica tanto aquellas habilidades sociales deterioradas producto de la patología que aqueja al paciente, como modos de vincularse, formas de resolver conflictos y capacidad de adaptación a normas sociales entre otras. En dicho dispositivo no se aceptan pacientes con patología dual, ni aquellos que por su estado puedan resultar un riesgo para sí o para terceros. Como condiciones excluyentes para su ingreso y mantenimiento dentro del Hospital de Día, el paciente debe contar con un equipo tratante individual (psiquiatra y psicólogo), que puede pertenecer a los consultorios externos de la Institución o bien ser particulares, mantener la adherencia al tratamiento, como así también una asistencia regular que permita sostener dicho tratamiento. Durante su estadía en el Hospital de Día, los pacientes asisten a terapia grupal, desarrollan asambleas en las cuales se plantean temáticas relacionadas con necesidades grupales y de funcionamiento percibidas por los pacientes y profesionales, y participan en talleres relacionados con áreas expresivas, corporales y ocupacionales de acuerdo a la necesidad e interés de cada paciente. Como se mencionó, en la institución se trabaja con distintas patologías, siendo la esquizofrenia la más preponderante. Esta enfermedad en su curso presenta tanto sintomatología positiva como negativa, observándose que en el primer caso el tratamiento farmacológico resulta en general muy efectivo, mientras que en el segundo caso dicho tratamiento no siempre lo es, 4 registrándose que dichos síntomas resultan más invasivos y persistentes que los primeros. Debido a lo mencionado, se decidió focalizar el estudio en aquellos pacientes que padecen esquizofrenia analizando los beneficios que podrían brindar los talleres terapéuticos, en adición a la terapéutica farmacológica, en relación a la reducción de la sintomatología negativa. 2 2.1 OBJETIVOS Objetivo General Analizar los beneficios percibidos en relación a sintomatología negativa en pacientes con Esquizofrenia que asisten a programa de talleres de expresión, corporales y ocupacionales, desarrollados en el dispositivo de Hospital de Día de una institución de diagnóstico y tratamiento de patologías mentales. 2.2 Objetivos Específicos Describir las actividades de los talleres de expresión, corporales y ocupacionales que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día. Describir los objetivos generales propuestos por los responsables de los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día. Describir los beneficios percibidos por los pacientes asistentes a los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día Relacionar la eficacia subjetiva en la reducción de sintomatología negativa de pacientes con Esquizofrenia con los objetivos propuestos por los responsables de los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día 5 3 3.1 MARCO TEORICO Ley Nacional de Salud Mental La ley Nacional de Salud Mental N°26.657 (2013), enuncia que el Estado reconoce a las personas con padecimiento mental determinados derechos, entre los cuales se encuentran el derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica más conveniente, que menos restrinja sus derechos y libertades, promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria. Asimismo, en relación al proceso de atención en salud mental, menciona que éste debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación hospitalario y siempre orientado a reforzar, restituir o promover los lazos sociales. Dicha ley también estipula que se debe promover entre otros, el desarrollo de dispositivos tales como Hospitales de Día. En sintonía con la legislación vigente en el ámbito de la salud mental, el dispositivo de Hospital de Día vendría entonces a dar respuesta a parte de los requerimientos legales enunciados. 3.2 Hospital de Día La Association for Ambulatory Behavorial Helthcare (s./f.) caracteriza a la hospitalización parcial como un programa ambulatorio, dentro de un ambiente terapéutico estable que cuenta con una estructura acorde, en un marco de tiempo específico y limitado, con directrices claras para la admisión, el alta, la evaluación y plan de tratamiento. Esta modalidad de hospitalización resulta una alternativa a la hospitalización total, a través de un método flexible para hacer frente a una amplia gama de de condiciones. La Association for Ambulatory Behavorial Helthcare (s./f.) también enuncia que aquellos pacientes que no representan riesgo para sí o para otros, reciben los tratamientos clínicos intensivos que requieren sus condiciones, impulsados por el médico, incluyendo objetivos medibles, conductuales y funcionales que se establecen en colaboración con el paciente y su equipo tratante. Dado que el tratamiento puede ser acordado por día y por turnos en función de la cantidad mínima recomendada de horas por semana, los pacientes pueden interactuar con la familia, amigos y la comunidad y, a menudo, reanudar el trabajo. El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (s./f.), en su Guía de Gestión del Hospital de Día Psiquiátrico, precisa las características generales del dispositivo de Hospital de Día Psiquiátrico, definiéndolo como un dispositivo asistencial de tratamiento activo de trastornos mentales en régimen de día. De esta manera, se entiende al dispositivo asistencial como una institución sanitaria 6 integrada en la red de prestación de cuidados médicos del sistema de salud, y al tratamiento activo, como a la aplicación de toda técnica y procedimiento terapéutico que a través del avance científico y la experiencia clínica se demostraron como efectivas para el alivio, mejoría o en su defecto la curación de un proceso patológico en actividad. De acuerdo a la Guía de Gestión del Hospital de Día Psiquiátrico del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (s./f.), los objetivos del dispositivo, deberían apuntar entonces al mejoramiento del cuadro clínico, en relación a la desaparición de la sintomatología o la remisión parcial de los mismos, como también sobre las secuelas del proceso psicológico debidas a la patología o secundarias al tratamiento. En función de esto, los beneficios que produciría la asistencia al dispositivo, estarían relacionados con la adaptación progresiva a la vida en sociedad, a partir de un afrontamiento de lo acontecido, de un mejoramiento de los recursos y habilidades sociales del paciente, y con el cambio hacia pautas distintas de interacción tanto con él mismo como con los demás. En la referida Guía también se menciona que el perfil de los pacientes del Hospital de Día, está conformado por aquellos pacientes con sintomatología activa, capaces de colaborar y entender el tratamiento que cursan, que no posean conductas disruptivas en exceso o heteroagresivas y sin riesgo de suicidio, estando recomendado principalmente para Trastornos Psicóticos, de Personalidad, Afectivos y de Alimentación. Dentro de las actividades terapéuticas más importantes, encontramos la Psicoterapia de Grupo, la Terapia ocupacional, talleres de trabajo individual y grupal como técnicas de resocialización, grupos de lectura y artes plásticas entre otros. 3.3 Trastornos mentales De acuerdo a Campo-Arias y Cassiani Miranda (2008) los trastornos mentales son entidades clínicas de larga evolución que en general tienen inicio en la adolescencia o adultez temprana, y que se caracterizan por tener remisiones y recurrencias que producen un importante impacto en el funcionamiento de diversas áreas del individuo tales como la personal, la familiar, la social y la laboral. Dichos trastornos, se encuentran entre las causas más importantes de morbilidad en atención primaria, produciendo una discapacidad importante. Se pueden clasificar los trastornos mentales en dos grandes grupos, por un lado aquellos más frecuentes y menos discapacitantes denominados Trastornos Mentales Comunes y por otro los Trastornos Mentales Graves, aquellos que resultan más discapacitantes para la persona. Estos 7 últimos se caracterizan por cumplir tres condiciones: a) un diagnóstico médico, que abarca tanto los trastornos psicóticos (se excluyen los orgánicos) como algunos trastornos de la personalidad, b) una duración de la enfermedad mayor a dos años y c) la presencia de una discapacidad de moderada a severa en el funcionamiento global de la persona, en áreas tales como la laboral, la social y la familiar. Dentro de los Trastornos Mentales Graves se pueden encontrar patologías como esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno delirante y trastorno esquizoafectivo (Palmar-Santos, Guillamón-Gimeno, Juan-Porcar & Pedraz-Marcos, 2015). 3.4 Esquizofrenia 3.4.1 Descripción y características De acuerdo al Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder - DSM 5 - (American Psychological Association, 2013), la esquizofrenia se caracteriza por manifestar dos o más de los siguientes síntomas: delirios, alucinaciones, discurso desorganizado, comportamiento desorganizado o catatónico o síntomas negativos, durante un período no inferior a un mes, o menos si fue tratado en forma exitosa, y siendo necesario que al menos uno de los síntomas esté representado por delirios, alucinaciones o discurso desorganizado. Los signos continuos del mencionado trastorno deben persistir al menos seis meses, período que tal como se mencionó, debe incluir como mínimo un mes de síntomas de la fase activa, pudiendo incluir también períodos de síntomas prodrómicos o residuales en los cuales puede manifestar síntomas tales como delirios o alucinaciones en forma atenuada o bien solamente síntomas negativos. El manual también señala que se observa desde el inicio del trastorno y durante gran parte del tiempo, un nivel de funcionamiento significativamente inferior al alcanzado con anterioridad a la aparición de la enfermedad, manifestándose en uno o más ámbitos, tales como el laboral, las relaciones interpersonales o el cuidado personal. El referido manual define a los delirios como creencias fijas, que a pesar de existir evidencia contraria, no son susceptibles de cambio y a las alucinaciones, como percepciones involuntarias, vívidas y claras sin que exista la presencia de un estímulo externo, exceptuando las alucinaciones hipnopómpicas e hipnagógicas. Otros dos síntomas descriptos son, el discurso desorganizado y el comportamiento motor anómalo o muy desorganizado. En el primer caso, el sujeto puede cambiar de un tema a otro, dar respuestas a preguntas que pueden estar relacionadas en forma indirecta o sin 8 ninguna relación con la respuesta, o estar tan desorganizado que resulte incomprensible para el interlocutor. El comportamiento motor muy desorganizado, es caracterizado por conductas que van desde un comportamiento de tipo infantil hasta una agitación impredecible y el catatónico por una disminución marcada de la reactividad al entorno. El Instituto Nacional de Salud Mental (2011), define a la esquizofrenia como un trastorno cerebral crónico, severo e incapacitante, con síntomas de tres tipos: positivos, negativos y cognitivos, describiendo entre estos últimos problemas relacionados con deficiencia en la comprensión de la información y en su utilización para la toma de decisiones, como también problemas de atención, concentración y de la memoria de trabajo. De acuerdo con Sadock, Sadock y Ruiz (2015), a pesar de que la esquizofrenia es tomada como una patología única, se observa que en realidad comprende un grupo de desórdenes con causas disimiles. Si bien en todos los casos los efectos son severos y de larga duración, se pueden observar diferencias en términos de signos y síntomas de un paciente a otro, como también en relación a la presentación y curso de la enfermedad y a la respuesta al tratamiento. A fin de realizar un diagnóstico, es importante la evaluación clínica del paciente incluyendo un examen del estado de sus funciones mentales como también una revisión de su historial psiquiátrico, ya que no existen hasta el momento exámenes complementarios para diagnosticar esquizofrenia. Por consiguiente en relación a esta patología, el único diagnóstico posible es el que parte de la evaluación clínica. 3.4.2 Síntomas negativos En relación a la sintomatología negativa, el DSM 5 incluye en su descripción síntomas tales como expresión emotiva disminuida, abulia, alogia, anhedonia y asociabilidad, siendo los dos primeros especialmente prominentes en la esquizofrenia. La expresión emotiva disminuida hace referencia a una merma en la expresión de las emociones que usualmente se manifiestan a través de la cara, el contacto ocular, la prosodia y los movimientos de las manos, cabeza y cara, quitándole énfasis emotivo al discurso. La abulia se representa a través de una disminución de aquellas actividades motivadas por un fin y realizadas por propia iniciativa y la alogia por una disminución del habla. Por otra parte, la anhedonia es descripta como una merma en la capacidad de experimentar placer en función de estímulos positivos o la degradación del recuerdo de placer que en algún momento experimentó. En relación a la asociabilidad, refiere que esa falta aparente de interés en interactuar socialmente puede tener distintas causas, como la falta de oportunidades para 9 la interacción social o bien estar relacionada con la abulia que suelen experimentar estos pacientes (APA, 2013). El National Institute of Mental Health (NIMH) (s./f.) menciona que los síntomas negativos resultan difíciles de reconocer en relación al trastorno esquizofrénico debido a que es común confundirlos por ejemplo con síntomas de depresión. El NIMH también refiere que quienes padecen de la sintomatología mencionada, necesitan de apoyo para desempeñarse en sus tareas cotidianas y suelen descuidar su aspecto y su higiene personal. En la misma línea, Velligan, Maples, Roberts y Medellin (2014), sostienen que los síntomas negativos observados en aquellos sujetos con esquizofrenia, contribuyen en gran medida a la pérdida de productividad, a padecer déficits sociales, a una mala calidad de vida como también a alcanzar pobres niveles ocupacionales y de instrucción. De acuerdo a Harvard Medical School (2006), los síntomas positivos de la esquizofrenia tales como delirios y alucinaciones, son los que en general llevan al sujeto a iniciar un tratamiento por primera vez, dado que por sus características sugieren una mayor urgencia, siendo generalmente tratados mediante la administración de antipsicóticos con buenos resultados. Sin embargo, los síntomas negativos, son más persistentes e invasivos que los primeros, generando un mayor efecto en la calidad de vida del paciente impidiéndole desarrollar su vida en forma autónoma y manejarse en la situaciones sociales de su vida cotidiana. Esto, es también referido por Buchanan (2007), quien menciona que los síntomas negativos resultan más difíciles de tratar que los positivos, persistiendo frecuentemente mucho tiempo después de que estos últimos han desaparecido o disminuido. En su Family Health Guide, la Harvard Medical School (2006) establece una relación estrecha entre los síntomas negativos y las deficiencias cognitivas, observándose que aquellos pacientes que padecen este tipo de síntomas, presentan un pobre desempeño en test de flexibilidad y fluidez mental, y especialmente en aquellos de fluidez verbal, atención sostenida y alternancia atencional. Esto dificulta el establecimiento de una diferenciación entre lo que podría ser un síntoma negativo y uno cognitivo, ya que sus límites no son nítidos. A modo de ejemplo, se puede presentar una dificultad para discernir entre aquellos que no hablan por registrar alogia y aquellos que no lo hacen por no encontrar las palabras para expresarse (deficiencia cognitiva), o entre el sujeto que padece falta de voluntad o motivación y aquel que presenta un déficit en sus habilidades sociales. 10 Los síntomas negativos primarios hacen referencia a aquellos síntomas cuya etiología es de origen biológico, mientras que los síntomas negativos secundarios se relacionan con síntomas similares cuyo origen es alguna otra razón distinta al propio proceso patológico de la esquizofrenia (Arango López & Bombín González, 2001). Velligan y Alphs (2015), enuncian que se cree que la etiología de los síntomas negativos primarios está relacionada con la fisiopatología central de la esquizofrenia, mientras que los secundarios derivan de otros síntomas o de otras ramificaciones de dicha patología, o bien de la medicación o el entorno. A modo de ejemplo, citan el caso de los antipsicóticos, cuyos efectos adversos pueden provocar acinesia y falta de respuesta emocional en forma variable, o bien la depresión que puede provocar abulia, anhedonia y retraimiento social. Un estudio realizado por Velligan, Alphs, Lancaster, Morlock y Mintz (2009) dio como resultado una correlación positiva entre la mejora de síntomas negativos y la mejora en la funcionalidad global, la calidad de vida y la capacidad funcional, siendo posible entonces, que a través de tratamientos dirigidos a mejorar los síntomas negativos se pueda reducir la incapacidad funcional relacionada con la esquizofrenia. Para ello sugieren realizar ensayos clínicos en relación a los nuevos tratamientos psicosociales y su efecto sobre la motivación disminuida, la expresión afectiva aplanada y la pobreza de movimiento, todos ellos síntomas negativos asociados a la esquizofrenia. Según Sadock et al. (2015), en la década del 80´ se comienza a diferenciar un subtipo dentro de la esquizofrenia que dieron en llamar síndrome deficitario, caracterizado por síntomas negativos persistentes y de causa espontánea y desconocida. En la actualidad a este síndrome se lo denomina esquizofrenia deficitaria, con los siguientes criterios diagnósticos: a) Deben estar presentes al menos dos de las siguientes características con un grado de severidad clínica importante: - Afectividad restringida - Rango de variación emocional disminuido - Pobreza de lenguaje - Intereses restringidos - Disminución del sentido de propósito - Interacción social disminuida 11 b) Deben haber estado siempre presentes durante los períodos de estabilidad clínica (incluyendo estados psicóticos) y durante los 12 meses previos a su diagnóstico, dos o más de los síntomas enunciados en el ítem previo, debiendo considerar que dichos síntomas pueden no ser detectables durante el curso de episodios transitorios de desorganización psicótica aguda o descompensación. c) Dos o más de las características duraderas enunciadas en el primer ítem no deben ser secundarias a factores distintos de la patología, como son la ansiedad, los efectos farmacológicos, trastorno formal del pensamiento, delirios o alucinaciones, depresión o retraso mental. d) Cumplir con criterios para esquizofrenia según el DSM. La falta de motivación, un mayor deterioro cognitivo y su estado de asociabilidad, dificulta en aquellos pacientes que padecen de este subtipo de esquizofrenia la adherencia al tratamiento en general y al farmacológico en particular, como así también la eficacia de las intervenciones psicosociales (Sadock et al., 2015). De acuerdo con Sheitman y Lieberman (1998), a pesar de las mejoras producidas en los tratamientos con antipsicóticos, se observa que muchos pacientes con esquizofrenia experimentan a menudo una persistencia de los síntomas siendo infrecuente la remisión completa. 3.4.3 . Epidemiología Según el DSM 5 (APA, 2013), la prevalencia de la enfermedad a lo largo de la vida es, exceptuando algunas variaciones informadas en relación a raza, país y origen geográfico de inmigrantes y su descendencia, de entre un 0,3 y un 0,7%. En relación a la proporción por sexo, dicho manual enuncia que la misma varía dependiendo de la muestra y la población, en donde si a modo de ejemplo, se hace foco en la sintomatología negativa y en una mayor duración de la enfermedad, se encuentra una mayor incidencia en sujetos de sexo masculino, mientras que si el foco se amplía incluyendo también más síntomas relacionados con el estado de ánimo y cuadros breves, el riesgo se equipara para ambos sexos. De acuerdo a Campero-Encinas, Campos-Lagrava y Campero Encinas (2009), no existe diferencia entre hombres y mujeres en relación a la prevalencia de la enfermedad, aunque si refieren una diferencia en términos de curso e inicio de la enfermedad, observando que la edad de inicio en sujetos de sexo masculino se encuentra entre los 15 y los 25 años, mientras que en las mujeres el 12 mismo se suele dar entre los 25 y 35 años. Debido a esto, las mujeres presentan un pronóstico más favorable. Los autores también refieren que una causa frecuente de muerte en aquellos sujetos que padecen esquizofrenia es el suicidio, siendo la misma del 10% aproximadamente y sus principales factores de riesgo el pertenecer al sexo masculino, tener una edad menor a 30 años, síntomas depresivos, estar desempleado y poseer un alto nivel de funcionamiento previo a la aparición de la enfermedad. También refieren comorbilidad con consumo y abuso de sustancias en un alto porcentaje de pacientes con dicha patología. 3.4.4 Etiología La etiología de la esquizofrenia es de carácter multifactorial, no existiendo una única causa que resulte suficiente para explicar la enfermedad. Entre las causas aisladas, que podrían explicarla junto con otros factores, se pueden encontrar los factores genéticos, que si bien por sí solos no serían suficientes, se estima que probablemente sean causa necesaria para el desarrollo de la esquizofrenia, con un porcentaje de heredabilidad aproximado de un 80%. También los factores ambientales tales como abuso de sustancias, edad del padre, crianza en un medio urbano, causas perinatales y obstétricas, importante estrés durante el embarazo, adversidad psicosocial precoz o enfermedades del sistema nervioso central, jugarían un papel significativo en el desarrollo de la enfermedad (Peralta Martín & Cuesta Zorita, 2009). De acuerdo al NIMH (s./f.) la etiología de la esquizofrenia posiblemente esté relacionada no solo con los genes, sino con la interacción entre dichos genes y el medio ambiente, como pueden ser infecciones virales y malnutrición uterina, y probablemente otros factores psicosociales desconocidos hasta el momento que inducirían el desarrollo de la mencionada patología. 3.4.5 Evolución, curso y tratamiento De acuerdo con Peralta Martín y Cuesta Zorita (2009) en la esquizofrenia se dan tres fases, una primera que se manifiesta por síntomas inespecíficos (premórbida), la segunda (prodrómica) con manifestaciones sintomáticas semi inespecíficas, y una última llamada psicótica con síntomas psicóticos específicos y continuos. Se destaca la importancia de identificar y tratar en forma rápida el primer episodio psicótico, dado que aquellos pacientes con una psicosis que no fue tratada por largo tiempo, requieren luego un tratamiento más extenso a fin de lograr una remisión, la cual además suele no ser completa. Agregado a esto, los síntomas en general y en particular los síntomas negativos, suelen empeorar durante los primeros años de la enfermedad, además de observarse en el 13 desarrollo de la esquizofrenia una retracción de los roles sociales que, producido en edades más tempranas, da como resultado una peor evolución. Peralta Martín y Cuesta Zorita (2009) mencionan también que la evolución es variable, refiriendo que la misma depende de diversos factores intrínsecos y extrínsecos a la enfermedad, entre los cuales se encuentran: el contar o no con una red de apoyo social de calidad, como también la magnitud de la misma, circunstancias biográficas particulares del paciente, posibilidad o no de acceder al sistema sanitario, etc. Aquellos factores vinculados con una peor evolución son, entre otros, poseer antecedentes familiares de esquizofrenia, pertenecer al sexo masculino, una edad de inicio precoz, presentar un mal ajuste premórbido, una ausencia de factores desencadenantes, falta de conciencia de enfermedad, un comienzo insidioso y una marcada presencia de síntomas negativos en el primer episodio de la enfermedad. Sadock et al. (2015) también distinguen en relación a la esquizofrenia tres fases, pero a diferencia de Peralta Martín y Cuesta Zorita (2009) no mencionan la fase premórbida e incluyen la fase residual, esta última manifestada por un deterioro funcional, como también anormalidades en relación a las áreas afectivas, de la cognición y de la comunicación. En el mismo sentido, McGorry, Killackey, Elkins, Lambert y Lambert (2003) también describen tres fases en la evolución de la esquizofrenia, y puntualizan además, aspectos y orientación de la terapéutica a tener en cuenta en cada una de ellas: - Fase prodrómica: Tiene lugar antes del comienzo agudo de la enfermedad donde aparecen los síntomas psicóticos positivos, es importante prestar atención en los casos de personas jóvenes a la aparición de determinadas conductas como aislamiento social, problemas de desempeño en ámbitos tales como la escuela o el trabajo en forma sostenida, comportamientos inusuales en relación al entorno y con ellos mismos o situaciones en las surjan estados de agitación o angustia en las que el sujeto sea incapaz de explicar los motivos, principalmente en los casos en los que hay antecedentes familiares de esquizofrenia en los cuales se observa un riesgo superior de padecerla. Resulta fundamental en esta fase, una apropiada alianza terapéutica con el fin de minimizar retrasos en el tratamiento ante el primer episodio psicótico. En esta etapa no está recomendada la utilización de psicofármacos antipsicóticos. - Primer episodio / fase psicótica: Ante el primer episodio psicótico es fundamental el inicio de un tratamiento tan pronto como sea posible, dado que, tal como también afirman Peralta 14 Martín y Cuesta Zorita (2009), el retraso prolongado está asociado con una respuesta y un resultado más pobre en relación al tratamiento. Se priorizará de ser posible, realizar el tratamiento en un ámbito extrahospitalario a fin de preservar el funcionamiento psicosocial y reducir el trauma, siempre que no se trate de una crisis severa y no exista riesgo cierto de daño hacia sí mismo o hacia terceros. En general se observa una mejor respuesta al tratamiento en los primeros episodios que en los episodios subsecuentes y fases más tardías de la esquizofrenia. En esta fase está indicado principalmente un tratamiento farmacológico con antipsicóticos, de preferencia del tipo de los atípicos, dada su mayor tolerabilidad y menores efectos adversos de tipo extrapiramidales, y en segunda instancia intervenciones psicosociales del tipo de la Terapia Cognitivo Conductual. - Fase de mantenimiento: El tratamiento de mantenimiento de la esquizofrenia a largo plazo debe apuntar entre otras cosas a la prevención de recaídas y a evitar la desmotivación, la depresión, el suicidio y el abuso de substancias, procurando mejorar las relaciones sociales. Por ello, además de la farmacoterapia, la intervención psicosocial se considera un elemento esencial, recomendándose especialmente en esta etapa, programas de habilidades sociales. De acuerdo a lo mencionado, el tratamiento de la esquizofrenia debe adaptarse a cada etapa de la enfermedad y a sus manifestaciones y necesidades específicas. Esto implica un tratamiento diferencial en función de si se trata de la fase prodrómica, un primer episodio psicótico, una etapa de mantenimiento o bien una esquizofrenia recurrente o resistente al tratamiento, a fin mejorar la sintomatología y evitar nuevos episodios (McGorry et al., 2003). En relación a los tipos de tratamiento utilizados para pacientes con esquizofrenia, Sadock et al. (2015) mencionan la farmacoterapia, la terapia electroconvulsiva y los tratamientos psicosociales, entre los cuales incluyen: entrenamiento en habilidades sociales, terapia de apoyo familiar, terapia grupal, terapia cognitivo-conductual, psicoterapia individual, arte terapia y entrenamiento cognitivo entre otros. El NIMH (s./f.), reconoce entre los tratamientos efectivos para la esquizofrenia, al igual que Sadock et al. (2015), a la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia según el NIMH (s./f.), hace foco en el pensamiento y la conducta, resultando especialmente efectiva en pacientes con sintomatología resistente al tratamiento farmacológico. Dicho instituto también menciona que en estos casos, quien dirige la terapia, enseña a los pacientes a corroborar la realidad de sus percepciones y pensamientos, a tratar de no escuchar las voces que registran en su 15 cabeza y a lidiar con los síntomas en general, ayudando de esta forma a la disminución de la gravedad de dichos síntomas como también a la disminución del riesgo de futuras recaídas. Según Peralta Martín y Cuesta Zorita (2009) a los fines de la implementación del plan de tratamiento, es importante tener en cuenta la fase de la enfermedad, las situaciones clínicas específicas tales como la existencia de comorbilidades, si se trata de un primer episodio, si registra resistencia al tratamiento como también la determinación del formato de tratamiento más adecuado para cada caso en particular. Así mismo, manifiestan que la piedra angular del tratamiento es el farmacológico, a partir del cual se estructuran el resto de los tratamientos. La terapéutica farmacológica se basa en medicación antipsicótica, distinguiendo dentro de la misma a los fármacos de primera generación o típicos y a aquellos de segunda generación o atípicos. En una revisión en relación a la esquizofrenia y el trastorno psicótico incipiente llevada a cabo por el grupo de trabajo de GuíaSalud (2009), se menciona que existen distintos tipos de intervenciones en relación al abordaje del trastorno esquizofrénico, uno de los cuales es el tratamiento farmacológico. Este tipo de tratamiento es aplicado tanto en aquellos pacientes con esquizofrenia como en los episodios agudos, a fin de prevenir nuevos episodios y coadyuvar en la mejoría sintomática interepisódica. El grupo también menciona que los antipsicóticos de primera generación pueden dividirse en antipsicóticos de baja, intermedia o alta potencia, resultando estos últimos eficaces principalmente en la reducción de los síntomas positivos de la esquizofrenia tales como alucinaciones, delirios o conductas extrañas, pero no siendo muy eficaces en relación a la sintomatología negativa. El mencionado grupo de trabajo en su Guía de práctica Clínica de Salud, también refiere que entre los efectos secundarios registrados en pacientes tratados con antipsicóticos principalmente de primera generación y en menor medida con antipsicóticos de segunda generación, se encuentra la sedación y la somnolencia, lo cual podría ser beneficioso en la fase inicial de aquellos pacientes con cierto grado de agitación, pero que prolongado en el tiempo podrían resultar perjudiciales en relación a la función social, recreativa y laboral. El NIMH (s./f.) agrega además, que los medicamentos antipsicóticos pueden tener efectos secundarios relacionados con el movimiento físico como puede ser rigidez corporal, espasmos musculares persistentes, temblores y desasosiego. Según Janicak, Marder y Pavuluri (2011) los antipsicóticos de segunda generación que más se utilizan actualmente son la risperidona, la olanzapina, el aripiprazol, la quetiapina, la paliperidona, la asenapina y la clozapina. Estos fármacos demostraron eficacia en el tratamiento de los síntomas positivos, y podrían también serlo en relación a síntomas negativos, cognitivos y del 16 estado de ánimo, con el beneficio en relación a los de primera generación de provocar menor cantidad de síntomas extrapiramidales. Sadock et al. (2015) refieren que a pesar de que el tratamiento con antipsicóticos es considerado como primordial al momento de tratar la esquizofrenia, estudios han demostrado que las intervenciones psicosociales pueden actuar en forma positiva coadyuvando a la mejora clínica del paciente en relación a cuestiones no relacionadas con lo biológico, obteniendo un mayor beneficio a través del tratamiento farmacológico y psicosocial combinado. El objetivo del tratamiento psicosocial es, según los autores, incrementar las habilidades sociales, la autosuficiencia, las habilidades prácticas y la comunicación interpersonal a fin de favorecer el desarrollo profesional y social, destacando que los tratamientos terapéuticos de tipo grupal, brindan un soporte que favorece la reducción del aislamiento y el aumento del sentido de cohesión y pertenencia, resultando así, la modalidad más beneficiosa para pacientes con esquizofrenia. Valencia (1999), define el modelo de tratamiento psicosocial como aquellas técnicas y procedimientos que permiten al paciente la adquisición y/o recuperación de habilidades o capacidades, que producto de su padecimiento se encuentran afectadas, a fin de que poder funcionar de forma efectiva y satisfactoria. De acuerdo a los resultados de su investigación, dicho autor concluye que existe una relación directa en relación a las mejoras en el funcionamiento observadas en pacientes y la asistencia a los programas de tratamiento psicosocial. Estas mejoras se observaron en áreas tales como la familiar, sexual o pareja, social y ocupacional, mostrando mejorías significativas en el funcionamiento global a diferencia de aquellos que no participaron a dichos programas. . 3.4.6 Talleres terapéuticos Existen diversos talleres terapéuticos que pueden ser utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia tales como los de arte, musicoterapia, teatro, movimiento, expresión escrita, yoga y terapia ocupacional. López Romero (2004) sostiene que la pintura, la escritura, la danza, la música o el drama son expresiones artísticas que permiten a las personas el desarrollo tanto de la expresión personal como de la comunicación con sí mismo y con el resto de quienes lo rodean a través de un lenguaje que facilita la manifestación de aquello que no se puede expresar con palabras. Utilizando el arte como herramienta, el individuo puede expresar sus emociones, pensamientos y sentimientos, como 17 también proyectar conflictos internos, teniendo así la posibilidad de resolverlos y desarrollar su creatividad y expresión. La autora también sostiene que la mayor parte de las actividades artísticas son terapéuticas, produciendo evasión, satisfacción y relajación. Vassiliadou Yiannaka (2004) concluye que si bien la esquizofrenia no se puede curar, existen formas de mejorar el estado general de quien la padece a través de distintas terapias. Menciona a modo de ejemplo la terapia a través del arte, la cual a partir de un modelo libre y un espacio adecuado en donde se desarrolla la creatividad, representa para aquellos con problemas de expresión verbal una forma alternativa de comunicación. Esto favorece un aumento de la autoestima y ayuda a la integración social a través de poder expresar pensamientos, miedos y fantasías sin que medien los límites del lenguaje, o bien como ayuda para la verbalización por parte de los pacientes a través del comentario o explicación del significado de las mismas. También es útil como forma de mejorar el estado de abulia y anhedonia a partir de despertar el interés y la curiosidad. Según Guimón (2008) la arteterapia se define como una modalidad psicoterapéutica que utiliza el proceso creador y el lenguaje artístico a fin de expresar vivencias personales, elaborar conflictos psíquicos, expresar contenidos y construir significados. En el medio francés la arteterapia se encuentra incluida dentro del grupo de las terapias no verbales, mientras que en el anglosajón en el de las terapias expresivas. Según la Asociación Británica de Arteterapia (s./f.) el arteterapia utiliza el medio artístico como forma primaria de expresión, utilizando al arte como medio para afrontar los problemas emocionales en personas que pueden tener una amplia gama de dificultades, discapacidades o diagnósticos, que incluyen aspectos tales como problemas de salud emocional, conductual o mental. Este tipo de terapia puede brindarse en forma individual o bien grupal de acuerdo a los objetivos o necesidades particulares, no requiriendo experiencia previa o experiencia en el ámbito artístico. La Asociación Americana de Arteterapia (s./f.) también menciona que dicha terapia ayuda a mejorar la salud psicológica, las habilidades cognitivas y las funciones sensorio motoras, produciendo una mejora en relación a resolución de problemas y conflictos, de manejo conductual, una reducción de estrés y un aumento tanto de la autoestima como de la conciencia de sí mismo. La mencionada asociación también sostiene que la terapia artística permite el desbloqueo de la expresión emocional y facilita la comunicación no verbal, proporcionando una forma alternativa de comunicación para aquellos casos en los que resulta difícil expresar mediante el lenguaje verbal tanto la ansiedad como el dolor, las emociones no resueltas producto de un trauma, depresión u otras condiciones de salud debilitantes. En el mismo orden de cosas, Sadock et al. (2015), 18 manifiestan que la arteterapia proporciona a aquellos pacientes con esquizofrenia una forma de comunicarse con los demás y compartir su mundo interior que muchas veces resulta aterrador. Fernández Rodríguez, Guerra Mora y Bergara Iglesias (2013), mencionan que el teatro como herramienta terapéutica ya estaba presente desde Aristóteles cuando decía que el teatro producía una catarsis que curaba las enfermedades del alma. Más tarde Moreno, el creador del Psicodrama, establece la actuación como un instrumento de psicoterapia. De acuerdo a los autores, los pacientes que ofician de actores tienen serios problemas para expresar sus sentimientos, emociones y experiencias, y es aquí donde la interpretación les permite expresarse de una forma libre. Mencionan también el hecho de que a pesar de que la actuación dramática es ficticia, la experiencia vivida es real, permitiéndoles expresar aquellas emociones temidas y cambiar patrones de conducta, pudiendo incorporar estas nuevas experiencias al repertorio de la vida real. Hernández Lira (2000) sostiene que el teatro permite ensayar ambientes sociales sin la carga emocional que se produce en la realidad. En aquellos pacientes con esquizofrenia, que debido a su enfermedad presentan problemas como aislamiento, soledad o miedo a las relaciones sociales, favorece el trabajo individual a partir de lo grupal en términos de rehabilitación psicosocial. El autor concluye que las actividades que se desarrollan en el marco de las sesiones de teatro permiten minimizar aspectos sociales relacionados con los síntomas negativos del paciente esquizofrénico. Según un estudio realizado por Murow Troice y Sánchez Sosa (2003), la musicoterapia genera resultados positivos en relación a la mejora del funcionamiento en enfermos con esquizofrenia, en donde los mismos refieren una mejoría en relación a su bienestar a lo largo del tratamiento, manifestando que la experiencia musical les sirvió como un medio de diversión y recreación. Relacionando esto con uno de los síntomas negativos característicos de la esquizofrenia como es la anhedonia, cuya consecuencia es producir un deterioro en las relaciones sociales, sugieren que la musicoterapia, en consecuencia, produce una disminución de síntomas negativos al incrementar la capacidad de diversión y disfrute. Ulrich, Houtmans y Gold (2007) enuncian que la actividad musical resultaría ser especialmente beneficiosa en aquellos pacientes esquizofrénicos para los cuales los síntomas negativos son centrales, disminuyendo dichos síntomas y mejorando el contacto interpersonal, agregando también, que los efectos positivos de la música podrían aumentar las habilidades de los pacientes para adaptarse al entorno social en la comunidad luego del alta del tratamiento. Andrade y Pedrao (2005) sugieren que el ejercicio físico influye no solo sobre la salud física sino también sobre la salud mental y el estado de ánimo, promoviendo mejoras en la calidad de 19 vida, aumentando la autoestima, reduciendo el ocio excesivo y aumentando la participación del paciente en otras actividades. Los beneficios psicológicos en el corto plazo abarcan la disminución del estrés y la ansiedad, y en el largo plazo los síntomas de depresión en relación al estado de ánimo como también un aumento de la autoestima. En relación a los talleres vinculados con el movimiento y la expresión corporal, SalasCalderón (2007) menciona que el movimiento fue y es utilizado como el medio de comunicación por excelencia, permitiendo la expresión de conflictos internos y sentimientos que no podrían describirse con palabras, siendo utilizadas actualmente por distintas corrientes, técnicas relacionadas con el movimiento y la expresión a fin de lograr el acercamiento y la posterior resolución de los conflictos de los pacientes. La Asociación Danza Movimiento Terapia Española (s./f.), ubica a la Danza Movimiento Terapia como una de las modalidades dentro de las terapias artístico creativas, definiéndola como el uso psicoterapéutico del movimiento en el marco de un proceso orientado a la integración psicofísica de las personas. Esta modalidad utiliza la danza y el movimiento a fin de ayudar a mejorar los conflictos psicológicos o emocionales de los sujetos, basándose en la idea de que existe un vínculo entre cuerpo y mente y que a partir de esa conexión se entiende que los movimientos corporales pueden provocar cambios en la psiquis. Enuncia también que este tipo de terapia puede beneficiar a aquellos enfermos que padecen trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, resaltando la efectividad tanto de la danza y el movimiento como medios de expresión. Nieves Lamela, Rodríguez González, Pedreira García, Marrero del Castillo y Montesinos Negrín (2010) afirman que los beneficios de la práctica de yoga se reflejan en todo el organismo, tanto en relación a lo físico como a lo psíquico. En referencia a lo físico, los beneficios se logran a través del favorecimiento de la coordinación psicomotora, mejora de la motricidad, adquisición o mejoramiento de capacidades perdidas y minimización de la rigidez y del enlentecimiento, todo esto producto de distintos aspectos vinculados a la enfermedad, su tratamiento o patologías secundarias a la misma. Con respecto a lo psíquico, dichos beneficios se logran a partir de un mejoramiento de la memoria, la atención y la concentración, reduciendo entre otras cosa la tensión, la ansiedad y la irritabilidad. A partir de esto se logra un mejoramiento global en relación a todos estos aspectos que resultan alterados en los pacientes con patología psiquiátrica. De acuerdo a Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (2012), la finalidad de la terapia ocupacional es promover la salud y el bienestar a través de la ocupación, entendiendo a la ocupación como aquellas actividades cotidianas que realizan las personas como individuos, en el 20 ámbito familiar y con la comunidad, a fin de ocupar su tiempo dándole sentido y propósito a la propia vida. Su objetivo principal es el de capacitar a las personas para participar en las actividades de la vida diaria a partir no solo de la habilitación del individuo para realizar dichas actividades, sino también mediante la modificación del entorno a fin de que éste refuerce la participación y siempre apuntando al involucramiento activo de los participantes en el proceso terapéutico. Este tipo de terapia se ejerce en diversos ámbitos como ser hospitales, centros de salud o residencias de ancianos, y entre otras cosas, se dedica a la rehabilitación en salud mental, neurológica, psicosocial, física y laboral. Para la Asociación Española de Terapeutas Ocupacionales (s./f.) la terapia ocupacional tiene como objetivo capacitar al individuo con problemas sociales, físicos, psíquicos o sensoriales a través de un tratamiento adecuado que incluye la valoración de las capacidades y de los distintos problemas que aquejan al sujeto, apuntando a una capacitación que les permita alcanzar el mayor grado de independencia que sea posible. Cirez Garayoa, García Franco y Barbero Tamayo (2009) enuncian que el objetivo general de la terapia ocupacional es asistir y capacitar a las personas que presentan o se encuentran en riesgo de presentar, alguna disfunción de tipo ocupacional, a fin de que logren un equilibrio en las ocupaciones, dando así significado a sus vidas. En relación a los objetivos específicos, mencionan entre otros, el colaborar con los sujetos en la elaboración de una rutina ocupacional, eliminar o minimizar aquellas conductas que puedan interferir en el desempeño ocupacional, fomentar la adquisición o mejora de capacidades y destrezas, como también el desarrollo de habilidades sociales y emocionales para un satisfactorio desempeño ocupacional que sirva de soporte para la participación en roles activos y relevantes. También mencionan como objetivo el cubrir aquellas necesidades de participación social favoreciendo el acceso a los entornos de ocio, considerando a la ocupación no solo como un fin sino también como un medio terapéutico. Ruiz Fernández et al. (2009) señalan que a pesar de que el método de trabajo de la terapia ocupacional es similar en todos los casos, su aplicación debe adaptarse de acuerdo a la patología, estado o ámbito de que se trate, diferenciando patologías físicas, psiquiátricas, trastornos de aprendizaje, geriatría y marginación entre otros, y ámbitos tales como el hospitalario, centros de día, hospitales de día o centros psiquiátricos. Leah y Fossey (2003) manifiestan que los enfermos con esquizofrenia presentan muchas veces dificultades en la utilización del tiempo libre a fin de satisfacer sus necesidades de ocio, participando principalmente en formas de ocio de tipo pasivo. Según los autores, el poner en 21 práctica nuevas actividades de ocio adaptadas al paciente resulta ser una estrategia de intervención eficaz por parte del terapeuta ocupacional. 4 4.1 METODOLOGIA Tipo de estudio El presente trabajo se trata de un estudio de tipo descriptivo. 4.2 Participantes La muestra está compuesta por 22 pacientes asistentes al dispositivo y 7 profesores de los distintos talleres ofrecidos en el Hospital de Día. Los pacientes son sujetos con diagnóstico de Esquizofrenia, quienes se encuentran en un estado en donde no revisten peligrosidad ni para sí ni para terceros, y quienes no padecen una patología dual, es decir que si bien muchos de ellos son consumidores de drogas, no llegan a pertenecer a la categoría de adictos, siendo su principal motivo de asistencia al dispositivo su patología psiquiátrica. Se trata de sujetos de entre 18 y 55 años, con una leve predominancia del sexo masculino por sobre el femenino, en un estado de su enfermedad que va de leve a moderado. La capacidad de interacción se encuentra conservada en mayor o menor medida en todos los casos, como también la capacidad cognitiva. Los profesores encargados de dictar los talleres son especialistas en el área de referencia, y solo uno de ellos posee además el titulo de Psicólogo. El taller de expresión escrita es dictado por una especialista en narración oral, el de Musicoterapia, es dirigido por una Psicóloga con especialización en Musicoterapia, el de teatro es dictado por un profesor que además de ser actor, a lo largo de su vida realizó diversos cursos de teatro en distintas instituciones, la profesora del taller de movimiento es especialista en Terapia de Movimiento Corporal, el profesor de arte es especialista en esa disciplina habiendo realizado cursos relacionados con la misma y la responsable del taller de yoga posee el título de profesora de yoga. Además, las reuniones de Terapia Ocupacional recientemente incorporadas, son dictadas por una Terapeuta Ocupacional. En relación a los profesionales referentes de los pacientes, si bien no participan en la muestra, son parte activa del tratamiento, por lo que se decidió mencionarlos en este apartado. Con 22 excepción de un referente que posee el titulo de Psiquiatra, se trata de Psicólogos con una orientación teórica Psicoanalítica y con entre 5 y 10 años de ejercicio en la profesión. Estos profesionales funcionan como referentes de los pacientes que ingresan a la institución, y son quienes van a seguir la evolución del paciente dentro del dispositivo, van a mantener contacto con la familia, con los profesores de los talleres y con el equipo tratante. 4.3 Instrumentos A los fines de realizar el análisis se utilizaron los siguientes instrumentos: - Observación no participante tanto de talleres, como de asambleas grupales, reuniones de profesionales referentes y profesores de talleres. - Encuestas de opinión tendientes a recabar información referida a la importancia y beneficios percibidos por los pacientes y profesores en relación a los talleres que tienen lugar en el dispositivo. Las encuestas mencionadas contaron con una sección de preguntas abiertas, que en el caso de los profesores se trató de tres ítems y en el de los pacientes de solo uno, y otra donde se presentó un cuestionario en el que en el caso de los pacientes, se enuncian los talleres a evaluar junto con 22 ítems relacionados con los diferentes beneficios potenciales de dichos talleres, mientras que el de los profesores de talleres, solo consta el taller que dicta cada uno y los 22 ítems mencionados. Cada paciente asistente y profesor de taller, debió definir en qué medida consideraban que cada uno de los aspectos enunciados ayudaban a la recuperación y/o mejoramiento en función de la asistencia a cada taller, en términos de Mucho, Poco o. Nada (ANEXOS 1 y 2). El instrumento fue adaptado en su forma y tipo de lenguaje en función de los actores a encuestar. En el caso de los pacientes, el cuestionario presentó un lenguaje más informal y sencillo, mientras que en aquel dirigido a los profesores, su expresión fue más formal, no obstante, el contenido en sí mismo entre uno y otro no varió. - . Historias clínicas a fin de obtener información relevante de cada uno de los casos, como ser edad, diagnóstico, evolución, tratamientos realizados, y toda otra información que pudiera ser útil para el presente estudio. - Registros de observaciones de algunos eventos que se consideraron de interés a lo largo de los talleres. 23 - 4.4 Charlas informales con pacientes y profesores de talleres. Procedimiento El presente trabajo se realizó mediante un estudio observacional llevándose a cabo a partir de una asistencia diaria durante 4 o 5 horas al día a lo largo de 16 semanas, participando tanto de los talleres terapéuticos, como de asambleas grupales y reuniones de supervisión a los fines de realizar la observación, complementando el mismo con el análisis de las historias clínicas pertenecientes a los pacientes y charlas informales con los profesores y pacientes asistentes al dispositivo. Como instrumento principal se administraron dos tipos de encuestas escritas, una dirigida a los pacientes y otra dirigida a los profesores de talleres. Las mismas cuentan con ítems en común que se compararon a posteriori. En adición, se mantuvieron charlas informales de carácter informativo con los profesores de los talleres, y se realizaron registros escritos de algunas observaciones surgidas de los talleres que luego fueron tomadas como información a los fines de su posterior análisis. En la asamblea grupal previa con los pacientes se informó de la futura realización de la encuesta, aclarando que la misma tendría carácter voluntario y anónimo. Se decidió administrar el instrumento a todo el grupo de pacientes que estuviera dispuesto a participar a fin de que ninguno se sintiera excluido, para luego y en función del diagnóstico realizar el análisis de la información surgida del grupo de enfermos con diagnóstico de esquizofrenia. Cada encuesta dirigida a los pacientes fue administrada en forma personal, siendo realizada en aquellos momentos en los que el paciente no estuviera participando de alguna de las actividades propuestas por el dispositivo Hospital de Día. La respuesta a la convocatoria fue muy satisfactoria, siendo los mismos pacientes quienes tras ser informados de la temática acudieron al administrador solicitando el formulario. Se los vio deseosos de participar y de manifestar su opinión en relación a los talleres, solicitando en varios casos conocer el resultado del análisis. Aquellos pacientes que aparentemente no manifestaron interés, fueron preguntados en relación a su voluntad de participar, obteniendo en la mayoría de los casos una respuesta positiva. El procedimiento de administración fue individual, a cada paciente que decidía participar se le entregaba el formulario y se le daba una explicación general del mismo, solicitándole que en primer lugar responda a la pregunta inicial para luego pasar al cuestionario. Los ítems incluidos fueron ejemplificados y explicados a medida que el paciente los respondía a fin de asegurar la 24 comprensión del concepto. El motivo por el cual se focalizó en el orden de las respuestas fue para poder obtener a través de la primera pregunta una información espontánea, ya que se consideró que podría verse sesgada al considerar los ítems listados en el cuestionario posterior. 5 5.1 DESARROLLO La institución y sus dispositivos La institución estudiada se trata de una organización de salud mental no gubernamental sin fines de lucro y orientada a la comunidad, donde se ofrecen distintas opciones de tratamientos orientadas a la recuperación de pacientes con patologías psiquiátricas. Dentro de los servicios ofrecidos se encuentran la atención psiquiátrica y psicológica de pacientes tanto externos como de aquellos que participan de alguno de los dispositivos que se desarrollan en la misma. Cuenta con dos dispositivos principales, uno de los cuales es el Hospital de Día sobre el cual se realizó el presente trabajo y un segundo dispositivo llamado REC compuesto por talleres y actividades grupales con el fin de contribuir a la reinserción social de cada persona y que se complementa y articula con los distintos dispositivos de la institución como también con el trabajo de los terapeutas externos a la misma. El REC está formado por talleres que fomentan la expresión y la adquisición de herramientas específicas en materias de radio, arte, cocina, computación y música entre otras. También forma parte del dispositivo el club de fin de semana en donde se fomenta la participación en actividades sociales, deportivas y culturales, al igual que el aprendizaje de nuevas formas de utilizar el tiempo libre. Finalmente se encuentran programas especiales enfocados a grupos de población específicos como son los adultos mayores, personas con trastornos del estado de ánimo y personas con esquizofrenia, en los cuales se realizan distintos tipos de actividades relacionadas con investigación, detección precoz, seguimiento, capacitación, rehabilitación, diagnostico y tratamiento. En relación a la docencia e investigación, se realizan ateneos, presentaciones de casos, capacitación interna por parte de los profesionales de la institución como también externa con la participación de profesionales invitados. 5.2 Hospital de Día El Hospital de Día es un dispositivo caracterizado por un tratamiento grupal, en un marco interdisciplinario, con atención intensiva en el cual los pacientes conviven varias horas diarias y participan de diversas actividades; la Association for Ambulatory Behavorial Helthcare (s./f.) 25 describe a este tipo de dispositivos como programas amubulatorios flexibles alternativos a la hospitalización total, que se desarrollan en un ambiente terapéutico, con una estructura estable y un marco específico de tiempo. La mayor parte de los pacientes que asisten al Hospital de Día poseen un diagnóstico de esquizofrenia, que de acuerdo al instituto Nacional de Salud Mental (2011) es un trastorno mental crónico, severo e incapacitante que cursa con síntomas positivos, negativos y cognitivos. Los objetivos perseguidos por dicho dispositivo son los de ayudar a los pacientes a lograr una estabilización clínica, promover la interacción social, recuperar y aumentar la motivación, involucrar a los pacientes en su propio tratamiento y lograr la reinserción social. En relación al Hospital de Día, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (s./.f.), menciona entre sus objetivos el focalizar las actividades en el mejoramiento de la sintomatología negativa, apuntando a la remisión parcial o total de dichos síntomas como también a las secuelas producto de la patología o secundarias al tratamiento. En relación a los pacientes que padecen esquizofrenia, se puede decir que el mismo ofrece coordenadas de espacio y tiempo frente a la desorganización, apunta a acotar la sintomatología negativa y favorece el lazo social; la Association for Ambulatory Behavorial Healthcare (s./f.), menciona dentro de los beneficios del dispositivo, el hecho de que debido a que el mismo requiere una asistencia parcial, permite a diferencia de la internación total, que los pacientes interactúen con su familia, amigos y con la comunidad misma como también el que puedan reanudar sus actividades en el ámbito laboral. El Hospital de Día funciona de lunes a viernes en dos opciones de horarios, mañana o tarde, durante cuatro horas cada turno, siendo los pacientes asignados a uno u otro en función de la disponibilidad y las características particulares de cada paciente. Aquellos que asisten durante el turno matutino inician su jornada a las nueve de la mañana compartiendo el desayuno durante aproximadamente una hora. Este es un momento en donde se comparten novedades, se comentan las noticias del diario y se conversa sobre temas varios. Podría decirse que es el momento del día en donde predomina la interacción social sin mediar actividades estructuradas. Luego del desayuno los pacientes tienen 30 minutos de tiempo libre en donde generalmente concurren a un patio para charlar y fumar, observándose que la adicción al tabaco es común en gran parte de los pacientes. Se puede decir que el patio representa el momento de intimidad y secreto del grupo de pacientes que participan en él durante los tiempos libres. Resultan interesantes las charlas surgidas en este ámbito dado que al no estar presentes los referentes ni profesores, los pacientes se sienten libres de contar temas personales y refieren conductas que estarían reprobadas por dichos 26 profesionales tales como aquellas relacionadas con abuso de alcohol, consumo de drogas o bien con conductas extremas que llevan a cabo fuera del dispositivo. En relación al consumo y abuso de sustancias, Campero-Encinas et al. (2009) refieren la existencia de una alta comorbilidad entre dicha conducta o patología y la esquizofrenia, mientras que Peralta Martín y Cuesta Zorita (2009) agregan que la etiología de la esquizofrenia es de carácter multifactorial, siendo probablemente los factores genéticos una causa necesaria aunque no suficiente, ya que también factores ambientales como puede ser el abuso de sustancias podrían relacionarse con el desarrollo de la enfermedad. A partir del momento en que finaliza el recreo, los pacientes comienzan con las actividades programadas. Durante la jornada, que comienza con el desayuno y finaliza con el almuerzo, los pacientes asisten a dos actividades diarias, una de las cuales corresponde a un taller, mientras que la otra puede ser o bien otro taller o bien asamblea grupal o terapia de grupo. En relación a los talleres se encuentran los de yoga, movimiento, expresión (lectura y escritura), teatro, arte, musicoterapia y terapia ocupacional. A pesar de que los pacientes pueden decidir a cuál de los talleres asistir y si participan o no de las actividades propuestas por el mismo, desde la institución se fomenta su asistencia y participación, reforzando el hecho de que las actividades son parte del tratamiento y convocando a participar a aquellos que no lo hacen. Otra de las actividades que realizan semanalmente es la asamblea grupal. En esta asamblea se hablan temas de interés general de los pacientes, se informan cambios, ingresos, egresos tanto de pacientes como de profesionales, temas importantes acontecidos en la semana, como por ejemplo el casos de pacientes internados que no volverán a participar en el dispositivo, programación de salidas grupales o cambios en los talleres. Además de las actividades mencionadas, también se desarrollan otras dos actividades que son la terapia de grupo a la cual asisten dos veces por semana, y las reuniones multifamiliares. En la primera, los pacientes se reúnen con sus respectivos referentes y trabajan grupalmente temáticas que surgen durante la sesión, mientras que en la segunda, distintos profesionales se reúnen con los miembros de la familia que desean asistir y tratan temas relacionados con las distintas patologías de los pacientes, formas de colaborar en la recuperación o problemáticas comunes al momento de tratar con un familiar con patología psiquiátrica entre otras cosas. Luego, los resultados de dichos encuentros son compartidos tanto en las reuniones grupales de profesionales como en reuniones individuales con terapeutas. En relación a los profesionales de la institución que participan de una u otra manera en el dispositivo, los días martes se realiza una reunión luego del horario de salida del Hospital de Día a 27 la que asisten los profesionales de la Institución de ambos turnos, y a la que una vez al mes se suman los profesores de los talleres. En esta reunión se comentan temas generales, ingresos de pacientes y descripciones de los casos, internaciones, egresos y problemas detectados con algún paciente o su grupo familiar. Además de esta reunión, los primeros martes de cada mes tiene lugar la reunión de talleristas, esto es, de los profesores de todos los talleres, quienes en ese espacio intercambian información, novedades, casos y evolución de cada paciente en su respectivo taller. Otra de las actividades vinculadas al Hospital de Día es la de presentación de casos de pacientes de la institución. En el marco de una serie de actividades de docencia e investigación propuesta por la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL), se ofrece a los pacientes la posibilidad de presentarse en forma voluntaria a fin de ser entrevistados por un referente de dicha escuela durante aproximadamente una hora tras lo cual el profesional realiza un análisis del caso, ya no en presencia del paciente sino con el grupo de asistentes a la presentación, para luego abrir un debate y responder aquellas preguntas surgidas por parte de los profesionales asistentes. Al finalizar la presentación, el referente hace un cierre individual con el paciente a quien entrevistó y luego mantiene una reunión con el profesional referente de dicho paciente a fin de comentar los nuevos puntos de vista y cuestiones surgidas en la entrevista. A este tipo de presentación de casos se suman los ateneos internos organizados por y para los profesionales de la institución, en donde un grupo de referentes expone un caso y luego, el resto de los asistentes tanto psicólogos como psiquiatras manifiestan su opinión, debaten sobre el tema y realizan un análisis conjunto a partir de la articulación de las distintas visiones. 5.3 Objetivo I: Describir las actividades de los talleres de expresión, corporales y ocupacionales que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día A continuación se describirán las modalidades, características y tipo de actividades que se desarrollan en los talleres del Hospital de Día a fin de enmarcar posteriormente los objetivos propuestos por los profesores responsables como también las mejoras percibidas por los pacientes a partir de su asistencia a los mismos, siendo el dispositivo Hospital de Día y sus actividades terapéuticas, de acuerdo al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (s./f.), herramientas eficaces en relación a la mejora del cuadro clínico y la adaptación a la vida en sociedad de los enfermos con esquizofrenia. 28 El DSM 5 (APA, 2013) menciona que los pacientes con esquizofrenia se caracterizan por presentar síntomas tanto positivos, principalmente delirios y alucinaciones, como negativos tales como abulia, anhedonia, alogia, expresión emocional disminuida y asociabilidad. Este trabajo hace foco en los efectos benéficos de los talleres terapéuticos en relación a este último tipo de sintomatología. Los talleres de musicoterapia, arte, expresión y terapia ocupacional se desarrollan en el mismo ámbito en que los pacientes desayunan, almuerzan y tiene lugar la asamblea grupal. Se trata de un espacio amplio y relativamente luminoso dividido en dos sectores, el primero donde se encuentran las mesas y sillas en donde realizan las actividades, y el segundo en donde se encuentran tres grandes sillones que son utilizados para descanso de aquellos que deciden no participar de las actividades de talleres o bien por aquellos que probablemente producto de la medicación pasan parte de su jornada recostados durmiendo, dado que según GuíaSalud (2009) la sedación y la somnolencia podrían ser ambos efectos secundarios de los antipsicóticos que se les prescriben a los pacientes. En relación a los talleres de yoga, movimiento y teatro, los mismos se desarrollan en el salón de usos múltiples. Este salón resulta más amplio que el anterior, siendo un espacio abierto y muy luminoso que cuenta con todos los materiales necesarios para las actividades, que en términos generales, se caracterizan por la expresión física. Los talleres se dictan una vez por semana en días asignados, con una duración aproximada de una hora, y quienes los imparten, en su mayoría no son profesionales sino especialistas en la temática del taller con experiencia probada en el dictado de la misma. Se trata de actividades grupales en las cuales se trabajan con distintos elementos apropiados para las mismas provistos por la institución. De acuerdo a Sadock et al. (2015), los tratamientos grupales resultan ser la modalidad más beneficiosa para aquellos enfermos con esquizofrenia ya que favorecen la reducción del aislamiento y el aumento del sentido de cohesión y pertenencia. La asistencia a los talleres no requiere conocimientos previos, sino la voluntad por parte de los asistentes de interactuar y descubrir la parte creativa que hay en cada uno, para luego ponerla en práctica en la actividad grupal. En los talleres de arte, teatro, musicoterapia y expresión, los profesores ofrecen consignas que los pacientes siguen en su lineamiento general pero adaptándolas a sus propias particularidades y dándoles un significado propio en función de su interioridad, situación, problemática específica, historia de vida o interpretación. Luego de finalizada la actividad en general se realiza una puesta en 29 común de los resultados obtenidos, pensamientos y sentimientos que generaron, emociones surgidas o situaciones con las que pudieron vincular esos pensamientos, emociones y sentimientos. Es en esta etapa de cierre en donde aparecen con mayor fuerza expresiones verbalizadas de aquello que sucede en el mundo interno de los asistentes, siendo uno de los momentos más ricos de cada actividad. López Romero (2004), Vassiliadou Yiannaka (2004) y Guimón (2008) coinciden en concluir que este tipo de actividades favorecen la expresión emocional, la comunicación y la construcción de significados. El taller de arte se desarrolla en un ambiente relajado, acompañado por música de distintos estilos que actúa como fondo de la actividad. Se utilizan diversos materiales como óleos, pasteles, acrílicos, lápices, marcadores, cartones, pegamento y telas, que son empleados para la realización de las obras. En relación a las producciones de los pacientes se pueden encontrar tanto esculturas y murales, que son realizados en forma grupal, como dibujos y pinturas individuales. Las consignas grupales en general se imparten al inicio de la actividad o bien se trata de una consigna preexistente dado que muchas veces los trabajos son realizados a lo largo de varios encuentros. A través del dibujo y la pintura los pacientes no solo realizan la consigna sino que plasman sus emociones, sus conflictos, sus experiencias y su historia de vida. La terapia artística no solo facilita la comunicación no verbal, sino que permite el desbloqueo de la expresión emocional permitiendo de esta forma expresar los conflictos y emociones no resueltas que el paciente no puede canalizar por la vía de la palabra (Asociación Americana de Arteterapia, s./f.). Conociendo la problemática de cada paciente es posible ver como la misma se expresa de una u otra manera, ya sea a través de la temática o del objeto del dibujo, de los colores utilizados, del trazo o de la presión aplicada. El profesor del taller realiza un seguimiento de los trabajos, genera ideas y conversa con cada paciente respecto de su producción gráfica, los motivos para realizarla de la manera que lo hizo, como también con aquellos que por algún motivo permanecen al margen de la actividad a fin de convocarlos a la participación. En las clases de teatro se trabaja principalmente con ejercicios de improvisación, utilizando diferentes disparadores que inviten a los pacientes a imaginar situaciones o diferentes contextos, en relación a esto Hernández Lira (2000) menciona que el teatro da la posibilidad de ensayar distintos escenarios y contextos sin la carga emocional que genera la situación real, favoreciendo aspectos sociales que en la esquizofrenia se encuentran alterados. Como disparadores de la actividad se utilizan imágenes o pinturas, que permitan crear situaciones o contextos a improvisar, frases sacadas de los diarios o bien de algún libro, como por ejemplo “Cuaderno de notas” de Chejov, 30 adverbios o sustantivos, siempre con el objetivo de imaginar un espacio concreto, donde se desarrolla una situación que contiene un conflicto y ejecutada por personajes que tienen un vínculo entre sí. También se trabaja con ejercicios provenientes del Clown que apuntan a aceptar el error y poder reírse creando situaciones a partir de la confusión, así como con juegos de atención que apuntan a mejorar la dinámica y la concentración. En el taller de musicoterapia se trabaja mayormente con instrumentos musicales que son utilizados para realizar actividades diversas, todas tendientes a lograr que los pacientes se expresen a través de la experimentación y utilización de los mismos. Se observa un rol activo por parte del profesor quien no solo imparte las consignas sino que a través de distintas modalidades, incita a los pacientes a participar, a expresarse y al seguimiento ordenado de las pautas asignadas. Entre los tipos de ejercicios que se desarrollan en el taller encontramos aquellos basados en la improvisación, donde cada paciente toca un instrumento junto con el resto de los participantes, intentando hacerlo de una forma coordinada con el resto del grupo o en sintonía con alguno de los instrumentos de sus compañeros. El trabajo se orienta a conectar a los asistentes consigo mismos, a través de las sensaciones, emociones y pensamientos que le genera a cada uno el experimentar cada instrumento, escuchar las melodías y canciones, como también se orienta a lograr que cada sujeto se conecte con el resto del grupo. Las actividades vinculan a todos los participantes, permitiéndoles interactuar no solo a partir de la utilización de los instrumentos en forma grupal y conjunta, sino también a partir del trabajo posterior que involucra la expresión de lo que generó en cada uno la actividad y de la retroalimentación que recibe del resto del grupo. Ulrich et al. (2007) mencionan que la actividad musical mejora el contacto interpersonal, resultando esto beneficioso en términos de una mejor adaptación al medio social. En el taller también se trabaja con reproductores musicales y un parlante, que son utilizados en la actividad principal o bien para cerrar la sesión. En el caso de la actividad principal, la profesora, quien seleccionó previamente distintos temas musicales o melodías, reproduce los mismos uno a uno y se trabaja de acuerdo a las consignas propuestas, ya sea detectar algún instrumento dentro de la melodía, expresar agrado o desagrado y manifestar el motivo por el creen que les produjo esa sensación, vincular cada tema con un estado de ánimo o bien generar una historia con lo escuchado. Cada sesión finaliza con una selección de temas musicales propuestos por algunos de los pacientes. El taller de expresión es dictado por una especialista en narración oral y tiene una dinámica que comienza con un disparador vinculado a la lectura de un cuento, una poesía o una pregunta. Se 31 determina una consigna de escritura y se establecen 15 minutos para escribir en silencio. Al finalizar el tiempo de escritura, cada paciente lee en forma voluntaria su producción, realizándose una rueda de lectura de todos los trabajos y el análisis de cada uno. Este análisis involucra no solo lo escrito por cada paciente sino que se trata el tema de la consigna de escritura, que en general suele ser abierta o incompleta, y que en la interpretación de cada uno se completa. Para finalizar la actividad se realiza una ronda en la que se comparte un cuento, una dinámica de juego, adivinanzas o susurros. Se puede observar que de las producciones de los pacientes surgen, en la mayoría de los casos, relatos relacionados de una u otra forma con la patología de dichos pacientes. La patología subyace y atraviesa lo escrito, en relación no solo a las interpretaciones que libremente hacen de la consigna, sino a la secuencia y organización del relato, a su modalidad y a su formato. Siguiendo a López Romero (2004), a través de las expresiones artísticas, las personas expresan sus conflictos, emociones, pensamientos y sentimientos, apropiándose de una forma alternativa de comunicación que les permite ir resolviendo aquellas problemáticas internas que los aquejan, que en este caso se encuentran generalmente relacionadas con aquellas que surgen a partir de la sintomatología y padecimiento que aqueja a cada paciente. En cuanto a los talleres de yoga y terapia ocupacional se puede decir que son en alguna medida más dirigidos, con consignas más definidas y la porción de creatividad se encuentra algo más restringida. En el caso de yoga, la profesora va dirigiendo los ejercicios de estiramiento, relajación y meditación a través de la palabra y cada paciente va realizándolos en función de sus posibilidades. De acuerdo a lo manifestado por la profesora del taller, el yoga es una unión entre mente, cuerpo y espíritu, en relación a esto, Nieves Lamela et al. (2010) sostienen que los beneficios de la práctica de yoga se reflejan en todo el organismo abarcando los ámbitos físicos y psíquicos del sujeto, favoreciendo la mejora motriz y de las funciones ejecutivas como también reduciendo la ansiedad y la irritabilidad. El trabajo del taller consiste en lograr anclarse en el momento presente, haciendo uso de la respiración profunda y conciente, focalizando en las sensaciones corporales, y permitiendo que el cuerpo se active a fin de darle movilidad, fuerza y flexibilidad. El taller se desarrolla en tres momentos diferenciados, el primero en el cual los asistentes conectan con su respiración, la observan, la sienten y la escuchan a fin de tomar conciencia de la influencia de ésta en su cuerpo y mente, siempre bajo la consigna de dejar afuera las cuestiones diarias, mandatos y roles, para poder conectarse consigo mismo, bajando de la mente al cuerpo e intentando evitar dentro de lo posible el fluir de los pensamientos que van del pasado al futuro constantemente, para 32 poder estar presentes en el aquí y ahora. En una segunda etapa de la clase se trabaja sobre la activación del cuerpo, siempre dentro de las posibilidades de cada uno, respetando y aceptando los propios límites, mientras siguen conectados con la respiración. El trabajo se desarrolla observando cómo cada postura influye en las sensaciones corporales, intentando superar las incomodidades o al menos tomando conciencia respecto de lo que éstas les generan, como los hacen reaccionar, de qué forma los hace sentir, o bien tomando conciencia en relación a si quieren abandonar la actividad, si pueden y quieren mantener el esfuerzo y el trabajo que están realizando o bien si buscan dentro de lo posible encontrar la comodidad dentro de la incomodidad. Por último se realiza una relajación, tomando conciencia del propio cuerpo, haciendo hincapié en cada una de sus partes, para terminar con la visualización de una imagen a modo de sueño consciente . Las actividades del taller de terapia ocupacional se caracterizan por tener una finalidad manifiesta, la cual es explicitada y trabajada con los pacientes a fin de lograr el involucramiento necesario para la fijación de objetivos a corto, mediano y largo plazo. Según la Harvard Medical School (2006) los síntomas negativos son invasivos y persisten en el tiempo, generando importantes efectos en la calidad de vida de quienes los padecen, esto dificulta en gran medida el normal desarrollo de las actividades de la vida cotidiana en los diversos ámbitos en los que actúa el paciente, requiriendo a causa de ello, apoyo del entorno para desempeñarse en su vida diaria. Dado que de acuerdo a la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (s./f.), la finalidad de la terapia ocupacional es promover la salud y el bienestar a través de la ocupación, requiriendo de un involucramiento activo de los participantes en el proceso terapéutico, se entiende que para lograrlo resulta fundamental que los objetivos generales y particulares de dicho proceso sean elaborados, consensuados y trabajados con el participante en función de cada situación especial, y de esta forma favorecer el involucramiento y compromiso personal con el cumplimiento de metas y el trabajo requerido para lograrlas. En el taller inicialmente se realiza un análisis del desempeño ocupacional a fin de identificar los problemas actuales y potenciales del paciente, además se trabaja con la valoración de actividades de la vida diaria e instrumentales, evaluando cual es el desempeño de la persona en relación al cuidado de su propio cuerpo y en la interacción con el ambiente e identificando el grado y tipo de apoyo de terceros que el sujeto necesita para poder alcanzar el mayor grado de autonomía posible; de acuerdo Peralta Martín y Cuesta Zorita (2009), es fundamental el contar con una red de apoyo suficiente y de calidad a fin de lograr una mejor evolución en relación a la enfermedad. A partir de la evaluación de los recursos y necesidades de apoyo, se realiza un análisis del contexto detectando aquellos factores que facilitan o dificultan el 33 desempeño ocupacional para luego armar conjuntamente con el profesor un plan de acción que involucre metas relacionadas con destrezas de pensamiento, sentimientos acerca de si mismo, relaciones con otras personas, habilidad de manejo del estrés y con la condición física del paciente y utilización del tiempo libre y recursos disponibles. Esto último resulta importante ya que según Leah y Fossey (2003) los pacientes con esquizofrenia suelen presentar dificultad en la utilización del tiempo libre, presentando principalmente formas de ocio pasivo. Las actividades iniciales son trabajadas a nivel grupal para luego, en función a las metas de cada uno formar pequeños grupos de trabajo con objetivos y necesidades similares. Durante las clases el responsable del taller monitorea y realiza seguimiento grupal e individual de los avances, como también asesora, orienta y guía en relación a la fijación de metas y formas de cumplimiento. El taller de movimiento es dictado por una especialista en terapia de movimiento quien para desarrollarlo utiliza recursos tales como la danza, el movimiento creativo, el reconocimiento de emociones, la música y el juego en sus distintas variantes, esto según Andrade y Pedrao (2005) influye en la salud psicofísica y el estado de ánimo mejorando así la calidad de vida. Las actividades que se realizan incluyen el poner movimientos a diferentes sonidos e instrumentos a fin de estimular la creatividad de los pacientes, explorar distintos tipos de movimientos como pueden ser los movimientos rápidos, lentos, pesados o livianos, reconocer emociones y distintos estados afectivos tanto en el propio cuerpo del paciente como en el de los otros, en relación por ejemplo a reconocer como están cuando se sienten tristes, alegres, enojados o relajados. También se realizan juegos de exploración del espacio a través de pintar espacios determinados con las manos y pies, de realizar movimientos tal como lo haría una persona con sobrepeso, un anciano o un no vidente, todo esto a fin de entender el lugar del otro. Además se realizan juegos con distintos ritmos, de relajación a través de música e imágenes, o bien juegos a partir de movimientos básicos de saltos, giros, quietud, locomoción, agarre y traslado de peso. 5.4 Objetivo II: Describir los objetivos generales propuestos por los responsables de los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día. A continuación se describirán los objetivos propuestos por los profesores de los talleres como también aquellas observaciones surgidas de la indagación. Palmar-Santos et al. (2015) clasifican los trastornos mentales en comunes y graves, siendo dentro de estos últimos en donde se encuentra incluida la esquizofrenia y en los que se observa una 34 moderada a severa discapacidad en relación al funcionamiento global de la persona. Dado que los pacientes asistentes a los talleres padecen un trastorno mental grave, que según Campo-Arias y Cassiani Miranda (2008) son de larga evolución y presentan remisiones y recurrencias en su decurso produciendo un gran impacto en las distintas áreas del individuo, resulta de vital importancia el trabajo con dichos pacientes a través de actividades cuyos objetivos apunten a mitigar la discapacidad producida por el mencionado trastorno. De acuerdo a la profesora del taller de yoga, los objetivos del taller están vinculados, tal como también sostiene Nieves Lamela et al. (2010), con lograr un bienestar psicofísico en aquellos pacientes con trastornos psiquiátricos. Esto, según la profesora, se logra a partir de la relajación, de escuchar el propio cuerpo, y de lograr conectarse con la respiración entre otras cosas. También menciona que con el paso del tiempo se ve como los asistentes van logrando aumentar su tiempo de relajación y de entrega a la práctica, además de ir ganando elongación y fuerza, además de observar que cuando finaliza la clase, los pacientes se encuentran más tranquilos y con mejor ánimo que al inicio. Otro objetivo perseguido por quien dicta el taller es que logren aplicar los métodos aprendidos fuera del ámbito de la clase como por ejemplo regular la respiración a fin de tranquilizarse en situaciones críticas o replicar la relajación final del taller utilizándola en momentos en los que no logran conciliar el sueño. La responsable del taller también sugiere como meta el aprender a permitirse y permitirle a los otros el enfocarse en sí mismos, lo que implica respetar los momentos de silencio, los horarios de entrada y salida y los límites del otro. En relación al taller de movimiento y expresión corporal, la responsable menciona que el taller está diseñado específicamente para los pacientes de la institución con el objetivo de ser una herramienta más para favorecer la integración y la comunicación con ellos y entre ellos, ya que el movimiento, antes que la palabra, es el lenguaje más propio. Esto también es sostenido por SalasCalderón (2007) para quien el movimiento resulta el medio de comunicación por excelencia. La profesora del taller también agrega, que implementar el movimiento como juego propende al despliegue del gesto espontáneo, de la expresión corporal y narración de las propias experiencias, y que es transitando las distintas cualidades del movimiento, como la persona identifica y diferencia sus sensaciones y emociones y las de sus compañeros, aprendiendo modos relacionales que favorecen la convivencia pacífica y confortable. Quien dicta el taller menciona que la utilización de la danza, el movimiento creativo, el reconocimiento de emociones, la música y el juego en un contexto terapéutico se conjugan en el objetivo de ayudar a la integración física y psíquica del individuo Otros objetivos expuestos son, estimular la creatividad, reconocer emociones propias y de 35 los otros, fomentar la expresión y la creación, tratar de entender el lugar del otro, explorar el espacio y los límites entre el espacio propio y ajeno, lograr una relajación a través de la música y de las imágenes y mejorar la parte motora de los pacientes. Teniendo en cuenta que, según el NIMH, los medicamentos antipsicóticos pueden muchas veces producir efectos secundarios relacionados con el movimiento físico como por ejemplo rigidez corporal, los objetivos de este taller en caso de lograrse, podrían traer mejoras en relación al tipo de efecto adverso mencionado. Para el profesor de arte, la arteterapia tiene como objetivo el brindar la posibilidad de expresar emociones y sentimientos a través de formas, colores y texturas, estableciendo un puente entre lo que a la persona le viene de afuera y lo que le pasa dentro de sí. También manifiesta que cuando la persona crea, pinta o dibuja está produciendo dentro de sí un proceso de transformación, por lo que puede decirse que la terapia artística tiene como uno de sus objetivos el provocar un cambio, que en sí mismo es una creación o una re-creación, ya que aún en el caso de que la producción sea una copia, la persona inevitablemente destaca aquello que le llama la atención, intensifica algún color dándole un nuevo sentido y transformándolo. De acuerdo al profesor, el taller de arte tiene en definitiva un objetivo sanador ya que permite salir de un estado de quietud emocional, movilizando sensaciones y sentimientos internos como la ira, la angustia y los miedos, los cuales se expresan con toda naturalidad cuando los pacientes dibujan y pintan, siendo su materia prima principal no sólo las pinturas y los lienzos, sino las emociones mismas. Tal como enuncia la Asociación Británica de Arteterapia (s./f.), el arte representa una forma primaria de expresión operando como un medio que permite afrontar problemas emocionales teniendo como finalidad principal la expresión emocional a través de la creación, dado que el pintar o crear permite que la persona expanda sus emociones, traspasando la barrera de si mismo y plasmándolas en un papel o un lienzo. Según el profesor, la finalidad del taller no es llegar a ser un gran dibujante, sino lograr a través de la creación compartida generar vínculos, ya que las producciones en grupo generan pertenencia y cohesión a la vez que favorecen las relaciones interpersonales. El responsable del taller también comenta que al realizar proyectos grupales tales como murales, se explora el espacio, se trabaja con los límites y con el respeto del trabajo del resto de los participantes, generándose un sentimiento de satisfacción grupal al ver el resultado de la obra terminada fruto del esfuerzo mancomunado, en donde todos y cada uno tuvo una función, un sentido y una porción de espacio como también la posibilidad de expresión dentro de dicho mural. Según menciona también, este tipo de trabajo no solo no diluye los rasgos y estilos individuales, sino que a partir de la experiencia grupal muchos descubren habilidades desconocidas o que permanecían escondidas 36 dentro de sí. De acuerdo con Sadock et al. (2015) en relación a los tratamientos para la esquizofrenia, la modalidad que más beneficios produce es aquella que se desarrolla en forma grupal, favoreciendo la socialización y el aumento del sentido de pertenencia. En el taller de arte, según su responsable, se trabaja con diversos elementos con el objeto de que los asistentes exploren las características de los mismos en relación a las sensaciones que les genera el trabajar con cada uno de ellos. Como ejemplo de ello menciona los pasteles óleos que permiten trabajar con los dedos y que al patinar sobre la hoja, va formando una delgada capa aceitosa que va cobrando temperatura y mágicamente los colores empiezan a fundirse y a cobrar brillo. Esto, según él, favorece la conexión con las propias sensaciones, representando una experiencia sensorial sumamente rica para los participantes. El taller de expresión escrita, según su responsable tiene entre sus objetivos el de promover el hábito de la lectura y la escritura, como práctica de expresión hacia el interior y exterior de cada participante. Hacia adentro porque se aprende a ordenar las propias ideas de una forma lúdica a partir de ponerle nombre o imagen a las emociones. Y hacia afuera porque pueden ser compartidas en el grupo, con quienes conviven todos los días. En relación a la escritura, López Romero (2004) manifiesta que la misma permite el desarrollo de la expresión personal y la comunicación con sí mismo y con el resto de quienes lo rodean. El profesor también comenta que el recobrar la práctica de la escritura y la lectura, en muchos casos representa para los sujetos un momento de reencuentro consigo mismo, una forma de hacerse amigo de su mente, de sus ideas y de su expresión. Según el responsable del taller, la escritura también tiene como finalidad el favorecer una mayor concentración al momento de realizar tareas a la vez que incrementa la creatividad, siendo el objetivo principal del taller el facilitar la expresión de las emociones y los sentimientos de los pacientes a través de la escritura. El profesor observa que los pacientes participan del taller con entusiasmo, pudiendo vincularse dicha participación con sus estados de ánimo, observando que durante la situación de escritura se conectan con la consigna y con el sentir que les despierta. En relación al taller de teatro, uno de los objetivos buscados es que los pacientes puedan pasar por la experiencia de transitar una clase de teatro que los lleve a tener que interactuar con los demás compañeros y transitar la instancia de actuar frente a la mirada de un tercero. Según el profesor, las clases son diagramadas y planteadas como una clase de teatro convencional, es decir, no son pensadas a partir del Hospital de Día sino que tiene el mismo nivel de complejidad que una clase por fuera del hospital pero teniendo en cuenta el contexto en donde se desarrolla. El principal objetivo, de acuerdo con el responsable, es que los pacientes puedan encontrar un espacio de juego 37 y prueba en el taller y que no se sientan observados ni inhibidos, trabajando a partir del error y encontrando a partir de éste, un espacio de creación. El profesor manifiesta que en el taller no se trabaja con actores buenos ni malos, sino con alumnos disponibles y abiertos a equivocarse y poder transitar el error de forma lúdica. También refiere que el taller fomenta la improvisación y la creatividad, trabajándose a partir de la creación de contextos que representan espacios concretos, en donde se desarrollan situaciones que contienen algún conflicto en el cual los personajes tienen un vínculo entre sí, cumpliendo con el objetivo de fomentar interacciones en un espacio protegido y a partir de situaciones reales que preparan a los pacientes para su inserción social. Tal como mencionan Fernández Rodríguez et al. (2013), a través de una actuación ficticia, el teatro permite a los sujetos expresar emociones, cambiar patrones de conductas e incorporar a partir de esto nuevas experiencias que luego pueden aplicar en la vida real. Como resultado, según comenta el responsable del taller, se puede observar que a medida que los pacientes se involucran con las clases, comienzan a manifestar cierta mejoría en cuanto a la actitud grupal, la desinhibición, el manejo de la voz en términos de intensidad y expresión y en el poder expresar cualquier tipo de opinión sin miedo a equivocarse. Otro de los objetivos que se propone el taller es el de favorecer la desdramatización de ciertas situaciones y el aceptar errores y confusiones sin que eso provoque una crisis, como así también una mayor apertura a lo lúdico y a lo grupal. En función de lo enunciado por quien imparte el taller, la musicoterapia se plantea, a partir de habilitar un espacio de desarrollo de la subjetividad y basándose en la música como herramienta intermediaria, promover la motivación, la expresión, la creatividad y la afectividad, mejorando de esta manera la calidad de vida del paciente. Sus objetivos apuntan a fortalecer o recuperar potencialidades y habilidades tanto sociales como cognitivas a través del uso de la música, promoviendo la autovaloración de dichas potencialidades en la medida que el paciente va descubriendo en si mismo su capacidades expresivas. De esta forma, según el profesor, el sujeto adquiere seguridad y confianza y como resultado un mayor sentimiento de bienestar. La responsable del taller indica que dado el tipo de pacientes, resulta fundamental fomentar la ampliación de las vías y modos de comunicación y expresión, como también la interacción social a partir del trabajo dentro y con el grupo, haciendo foco en las habilidades relacionadas con la escucha mutua y en el respeto y aceptación de las preferencias y particularidades del otro. El taller, según la profesora, aspira fundamentalmente a favorecer el lenguaje, la comunicación interpersonal, la expresión emocional y la creatividad. Ulrich et al. (2007) afirman que la actividad musical 38 mejora el contacto interpersonal como también las habilidades para adaptarse al medio social, de esta forma se logra una mejor inserción en la comunidad al momento del alta del tratamiento. Según el NIMH (s./f.) los pacientes que presentan sintomatología negativa necesitan apoyo del entorno a fin de desempeñarse en las actividades de la vida diaria, observándose que es usual que descuiden su aspecto e higiene personal. El objetivo del taller de terapia ocupacional, según lo informado, es lograr que el paciente pueda desempeñarse de una forma lo más autónoma que le sea posible en relación a las actividades de la vida cotidiana y a su interacción con el ambiente. En línea con esto, la Federación Mundial de Terapeutas ocupacionales (2012) manifiesta que el principal objetivo de la terapia ocupacional es capacitar a las personas para participar en las actividades de la vida diaria, habilitando tanto al individuo para que pueda realizar dichas actividades como operando sobre el entorno a fin de que refuerce la participación. Esto, según la mencionada Federación, involucra aspectos como el cuidado de su propio cuerpo en relación a la higiene, arreglo personal, alimentación, vestido, comunicación, movilidad, manejo del dinero, manejo y mantenimiento de la salud, preparación de la comida y limpieza, compras, procedimientos de seguridad y respuesta frente a una emergencia. En relación a los objetivos, la profesora enuncia que a partir de la participación, se espera que el paciente, de acuerdo a sus necesidades particulares, logre avances en temas tales como mejora en su concentración, aumento de la autoconfianza y sentimiento de autocontrol emocional y físico a partir de realizar trabajos en forma independiente, mejora de la utilización de su tiempo libre, motivación para buscar actividades y grupos en la comunidad que satisfagan sus necesidades personales, mejora de sus relaciones sociales y en relación al manejo del estrés y la ansiedad. 5.5 Objetivo III: Describir los beneficios percibidos por los pacientes asistentes a los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día. Para plantear este objetivo se tuvieron en cuenta tanto charlas informales con los pacientes, como la observación no participante de los talleres y un cuestionario indagatorio administrado a los asistentes de los mismos. Tal como se mencionó en los apartados de Instrumentos y Metodología, se realizó en un primer momento una pregunta general a fin de conocer cuál de los talleres a los que asisten los pacientes consideran que los ayuda más a mejorar y en qué aspectos de su vida diaria lo pueden percibir, para luego en un segundo momento focalizar en aspectos puntuales definidos por el encuestador. De lo antedicho surge que al momento de elegir el taller que consideran que más los 39 ayuda, los más mencionados fueron los de teatro, arte, terapia ocupacional y escritura, seguidos por los talleres de musicoterapia, yoga y movimiento en el orden mencionado. Al referirse a los aspectos en los que pueden percibir la mejora a partir de la asistencia a los talleres, se destacaron aspectos generales relacionados con: - Aumento del sentimiento de bienestar y mejora del estado de ánimo: “me siento mucho mejor después de ir al taller”, “me hace bien porque puedo expresarme libremente”, “me divierte” - Mejora en relaciones sociales: “es un espacio en el que compartimos historias, charlamos de nuestras cosas, nos escuchamos, a mi me hace bien” - Mejora en la expresión: “me permite expresarme libremente y divertirme” De acuerdo a la indagación, el taller de teatro fue aquel que más identificaron los pacientes en relación a los beneficios percibidos a partir de su asistencia, mencionando que dicho taller, además de proporcionarles diversión, y mejorar su capacidad expresiva, sienten que es de gran ayuda para aprender a enfrentar distintas situaciones de la vida diaria y a expresarse sin vergüenza frente al público. Muchos de los pacientes refirieron haber vencido en gran parte de timidez a partir de la participación en este taller. A partir de lo indagado, en relación a la mejora en la expresión se registraron comentarios tales como: “podemos transmitir lo que sentimos…”, “siento que puedo expresarme libremente sin atarme al “que dirán”, simplemente libre expresión…”, “lo noto en cómo me expreso después, me suelto más…”, “nos expresamos con el cuerpo, trabajamos el cuerpo, las emociones, la voz, la memoria y expresión verbales…”, “fomenta mi capacidad expresiva y mi deshinibición…”, “me ayuda a expresarme y a desarrollar emociones”. Algunas de las referencias vinculadas a la mejora en el estado de ánimo fueron: “me río mucho y eso mejora mi estado de ánimo al momento de enfrentar el afuera”, “me ayuda a poder expresarme en público, explotar mis virtudes sociales como el humor y la comedia…”. También, relacionado con el aspecto social, comentaron: “me ayuda a soltarme y expresarme en la vida diaria, lo noto con mis relaciones personales, amigos, familia…” Según Hernández Lira (2000), las actividades del taller de teatro favorecen la disminución de los síntomas negativos relacionados con las interacciones sociales. En relación al taller de arte, los asistentes mencionan que el mismo los ayuda a tranquilizarse, a sentirse bien, y mencionan disfrutar mucho de las actividades propuestas, resaltando la motivación generada por parte del profesor a fin de lograr el involucramiento en la actividad, como también los mensajes de aliento constantes recordándoles tanto el hecho de que todos son artistas como que lo importante no es la técnica sino lo que ellos ponen de sí en la 40 producción. Algunos mencionan también que a partir del taller comenzaron a animarse a dibujar, y dos de ellos iniciaron talleres de pintura o dibujo por fuera de la institución. Entre los comentarios de los asistentes se encontraron frases como: “Logro tranquilizar mi mente…”, “me ayuda a desconectarme de mis malas sensaciones durante un rato al estar concentrada en pintar…”, “además de poder expresarme, me permite despejar la cabeza y estar en el momento presente”, “me ayudó a volver a dibujar, algo que había frenado cuando me puse mal, y lo noto porque sigo haciendo la actividad fuera del Hospital de Día...”. El taller de musicoterapia, de acuerdo a los pacientes, los ayuda a disfrutar de la música, a compartir un momento entretenido, a expresarse, a sentirse mejor, a conocer otros instrumentos y a animarse a cantar. En relación al referido taller, los pacientes mencionan: “la música me pone feliz, ocupa un gran lugar en mi vida, me inspira…”, “ir al taller me da placer, me divierte…”, “me gusta expresar lo que siento a través de los instrumentos…”, “me gusta cantar, me estoy animando a hacerlo, me gusta y tengo menos vergüenza…”, “descubrí nuevos instrumentos, me encanta tocar los platillos, me dan energía…”, “podemos darnos a conocer al grupo”, “me gusta cuando todos juntos tocamos los instrumentos y lo hacemos en forma armónica, me encanta como suena…”, “no importa si cantamos mal, lo que importa es que podamos expresarnos y animarnos a hacerlo…”. De acuerdo a lo manifestado en relación a los talleres de terapia de movimiento y yoga, surge que dichas actividades son percibidas como generadoras de un elevado estado de bienestar tanto durante el desarrollo de las clases como en las horas posteriores a las mismas. Refieren sentirse más relajados, de mejor humor, más flexibles y con más ganas de hacer actividades. Algunos comentarios surgidos de la indagación son: en relación a yoga, “logro conexión con mi cuerpo…”, “me entretiene, me estiro, me siento mejor después del taller…”, “me produce un efecto de relajación, comprensión del entorno y calma física y mental…”, “me ayuda a “bajar un cambio”…”. En relación al taller de movimiento mencionan: “me ayuda en mi mejora de estado físico y anímico…”, “siento que me conecto con mi cuerpo y después de cada clase me siento más liviana, como si me hubiera sacado un peso de encima”, “me ayuda a conectarme con mis compañeros”, “me hace sentir de mejor humor el resto del día…”, “me gustó experimentar los distintos sentidos, el gusto, el olfato, la vista…, me ayudó a tomar conciencia de lo que percibimos a través de ellos y de lo que siente la persona que no los tiene…”. El relación al taller de terapia ocupacional, lo más mencionado fue el hecho de haberse podido dar cuenta cuáles eran sus fortalezas y debilidades para poder trabajarlas y la mejoría percibida en relación a la organización de sus tareas diarias y cuidado personal. En relación a esto 41 surgieron comentarios del tipo de “Nos ayuda a organizarnos en nuestro día a día, ser más estratégicos, tener constancia, iniciativa…”, “ me da mucho apoyo organizacional y tuvo grandes resultados en mi vida diaria…”, “me ayuda porque trabajamos con rutinas, con la vida diaria y con la organización de los días…”, “me ayudó a darme cuenta de que todos necesitan ayuda en ciertas áreas, no está mal ni es raro…”, “me hizo pensar como uso mi tiempo”, “encontré distintas propuestas y posibilidades para hacer, como cambiar cosas de mi rutina…”, “me volví más conciente sobre el cuidado personal, me gustaron las charlas sobre higiene y salud…”. De acuerdo a esto, y en relación a la toma de conciencia vinculada con las fortalezas y debilidades, la Asociación Española de Terapeutas Ocupacionales (s./f.) enuncia que entre otras cosas, el tratamiento incluye la valoración de las capacidades del sujeto como también de los problemas que lo aquejan. Al mencionar los beneficios destacados a partir del taller de expresión escrita, además de los beneficios relacionados con la expresión, varios asistentes mencionaron sentir placer al momento de la escritura, como también el sentir que si bien frente la hoja en blanco experimentan cierta ansiedad o se sienten incapaces de escribir, una vez que comienzan a hacerlo, les resulta una actividad muy placentera y no les alcanza el tiempo para expresar el cúmulo de ideas que surgen en sus cabezas. En relación a este taller los pacientes mencionan: “me gusta porque puedo expresar las ideas y pensamientos…”, “me hace pensar y reflexionar antes y mientras escribo…”, “me ayuda a expresas las cosas que guardo en mi interior…”, “me relajo, me ayuda a expresarme y a hacer catarsis…”, “puedo escribir lo que quiero y como quiero, me gusta hacerlo”. Al analizar la segunda parte del cuestionario, en donde debían seleccionar en qué medida cada taller los ayudaba en relación a determinados ítems, surgieron los siguientes resultados relacionados con aquello que percibían que los ayudaba en mayor medida: Talleres en general: La mayoría de los encuestados considera que la asistencia a los talleres los ayuda en gran medida a relacionarse mejor con quienes los rodean, aumentar la cantidad de amigos, sentirse más acompañado, recuperar la motivación para hacer cosas, recobrar intereses perdidos, disfrutar de nuevas actividades y mejorar el estado de ánimo. En relación a las actividades de los talleres, Andrade y Pedrao (2005) sostienen que el ejercicio físico promueve la participación de los pacientes en otras actividades y una mejora del estado de ánimo, asimismo Vassiliadou Yiannaka (2004) destaca que la terapia artística en el marco de un espacio en donde se desarrolla la creatividad, favorece la integración social y mejora el estado de abulia y anhedonia. Talleres en particular: Además de los beneficios generales antes mencionados, los asistentes al taller de teatro, arte, escritura y musicoterapia manifestaron que participar en las actividades de 42 los mencionados talleres les produjo grandes beneficios en relación a ser más creativos, mejorar la capacidad de comunicarse y transmitir lo que sienten en forma verbal o escrita, tomar conciencia de su propio cuerpo, reconociendo que cosas son capaces de hacer y que no, discriminando tanto lo que sienten como la forma en que lo hacen. Por último, consideran que a partir de varios de los talleres mejoraron la capacidad de poder expresar con sus cuerpos aquello que piensan y sienten. López Romero (2004) destaca que las actividades de expresión artística facilitan aquello que no puede expresarse con palabras, favoreciendo el desarrollo de la creatividad y la expresión. En esta línea, la Asociación Danza Movimiento Terapia Española (s./f.) considera que la terapia a través de la danza tiene efectos terapéuticos que se logran a través de trabajar sobre la integración psicofísica de las personas, siendo la danza y el movimiento medios efectivos de expresión. Por otra parte, aquellos pacientes asistentes a los talleres de yoga y movimiento manifestaron que su actividades los ayudaban en gran medida a mejorar su cuidado personal y su estado físico, a tomar conciencia de su propio cuerpo y a través de él poder expresar lo que piensan y sienten, mientras los asistentes al taller de terapia ocupacional destacaron que sienten que los ayuda a lograr los objetivos que se proponen, a organizar sus horarios y su día en general, a darse cuenta de que cosas pueden hacer solos y en cuales necesitan ayuda, a hacer más cosas en forma independiente y a prepararse para ingresar al mercado laboral. En relación a los objetivos específicos de la terapia ocupacional, Cirez Garayola et al. (2009) mencionan entre otros el de guiar y apoyar a los pacientes en la elaboración de una rutina ocupacional, fomentando la mejora o bien la adquisición de capacidades, destrezas y habilidades sociales y emocionales a fin de que logren un desempeño ocupacional satisfactorio. 5.6 Objetivo IV: Relacionar la eficacia subjetiva en la reducción de sintomatología negativa de pacientes con Esquizofrenia con los objetivos propuestos por los responsables de los talleres terapéuticos que se desarrollan en el dispositivo Hospital de Día Según Buchanan (2007), los síntomas negativos resultan difíciles de tratar a la vez que persisten en el tiempo. En relación a los síntomas negativos que se manifiestan en la esquizofrenia, el DSM 5 menciona: expresión emotiva disminuida, asociabilidad, abulia, alogia y anhedonia (APA, 2013). El NIMH (s./f.) también refiere que este tipo de sintomatología está relacionada con una falta de comunicación, observándose que quienes padecen la enfermedad suelen descuidar su aspecto e higiene personal y generalmente necesitan apoyo para desempeñarse en sus tareas cotidianas, mientras que la Harvard Medical School (2006) agrega que se observa en los pacientes 43 una falta de interés en las relaciones sociales. De acuerdo a esto, se puede decir que los objetivos propuestos por los profesores de los talleres operarían sobre aquella sintomatología negativa observada en los pacientes con esquizofrenia asistentes a los mencionados talleres. Los objetivos perseguidos incluyen los siguientes aspectos en términos de mejoras a lograr en relación a los pacientes asistentes: - Incrementar el bienestar psicofísico. - Favorecer la integración y la comunicación. - Fomentar y facilitar la expresión emocional y la comunicación a través de vías alternativas al lenguaje oral, como lo son el cuerpo, la música, la escritura o el dibujo. - Identificar las propias emociones, sentimientos y sensaciones como también la de quienes los rodean. - Aprender modos relacionales. - Estimular la creatividad. - Mejorar aspectos motores. - Modificar el estado de quietud emocional a partir de la movilización de sensaciones y sentimientos internos. - Generar vínculos y sensación de pertenencia favoreciendo las relaciones interpersonales. - Trabajar con los límites propios y ajenos como también con el respeto por el otro, mejorando las relaciones interpersonales. - Promover la motivación. - Contribuir en la reinserción social, laboral o académica. - Fortalecer o recuperar potencialidades y habilidades tanto sociales como cognitivas. - Adquirir seguridad y confianza. Valencia (1999) manifiesta que existe una relación directa entre la participación en tratamientos que apunten a habilitar al paciente a través de herramientas para la adquisición o recuperación de habilidades o capacidades perdidas y el logro de mejoras significativas en el funcionamiento global. En relación a las mejoras percibidas por los pacientes vinculadas con los objetivos enunciados, los asistentes refieren un aumento del sentimiento de bienestar durante la clase como con posterioridad a ella, mejoras en relación al estado de ánimo, a su expresión y a sus relaciones sociales en términos de calidad y cantidad como también mejoras en la capacidad de comunicarse y transmitir lo que sienten. También manifiestan divertirse y disfrutar de las actividades, sentirse motivados para realizarlas como también para intentar nuevas experiencias. En 44 relación al aspecto físico mencionan sentirse más relajados y flexibles, con ganas de realizar más actividades y percibir mejoras en su cuidado personal, una mayor toma de conciencia en relación a su propio cuerpo y un aumento de la capacidad de expresión corporal. Otro de los aspectos que aparecen son el poder identificar sus debilidades y fortalezas y una mejora en la organización de la vida diaria. Los beneficios brindados por los talleres se encuentran relacionados con las características enunciadas en relación a los síntomas negativos, en donde los cambios positivos en relación a aspectos como la abulia, la anhedonia, la alogia, la disminución de la expresión emocional, como así también los problemas en relación a la comunicación, organización y la falta de aseo y cuidado personal, son percibidos por los pacientes que asisten a los talleres. De acuerdo a lo enunciado se puede decir que existe una concordancia entre los objetivos planteados por los profesores para los talleres y los beneficios percibidos por los pacientes en relación a los síntomas negativos. A partir de lo indagado, se verifica entonces, que aquello que se propone lograr a través de las actividades de los diferentes talleres terapéuticos es percibido efectivamente por los pacientes que participan de los mismos. En este sentido, Velligan et al. (2009) refieren que existe una correlación positiva entre la mejoría en relación a síntomas negativos y aquella relacionada con la funcionalidad global y la calidad de vida, lo que llevaría a concluir, en función de lo percibido por los pacientes, que la participación en las actividades propuestas por los profesores de los talleres efectivamente llevan a una mejora en la calidad de vida de quienes asisten a los mencionados talleres. 6 CONCLUSIONES A modo de síntesis, y a partir de la descripción de los talleres terapéuticos, información obtenida a través de la observación y la indagación a profesores de los mencionados talleres, se puede decir que los objetivos generales de los mismos involucran la obtención de mejoras en relación al aumento de la expresión emocional a través del cuerpo y la palabra como también un incremento de las relaciones interpersonales en términos de cantidad y calidad, la obtención de un mayor estado de bienestar tanto físico como psíquico, mayor conexión con sus pensamientos, emociones y sensaciones, aumento de la motivación y mejora del estado de ánimo. También se 45 buscan mejoras en la integración entre los participantes del taller con la consiguiente mejora a nivel relacional y comunicacional, que se espera se extienda puertas afuera de la institución. Estos objetivos son perseguidos a través de actividades, en las cuales por medio de distintas formas de expresión ya sea oral, escrita, a través del dibujo y la pintura, del relato, de la música, o bien del cuerpo mismo, como en el caso de la expresión corporal a través de la danza o el teatro. Se destacan las técnicas que estimulan a la comunicación no verbal como forma alternativa de comunicación, a partir de las cuales los pacientes, que por su patología tienen dificultades en relación a su expresión oral, pueden expresar a través de otros mecanismos aquello que piensan, sienten, padecen o temen. Los talleres además tienen como objetivo secundario el estimular la creatividad, reconocer emociones propias y de los otros, favoreciendo el entender no solo los propios sentimientos y emociones sino también el lugar que ocupa el otro, la relación entre los límites propios y ajenos, sus emociones, sus gustos y sus diferencias. Esto favorece entre otras cosas, que los pacientes mejoren las relaciones con quienes los rodean y como resultado de ello mejoren su estado de ánimo y aumente la motivación para iniciar o retomar vínculos sociales nuevos o perdidos producto de la enfermedad. También se proponen lograr una mejora en la parte motora de los pacientes, que en muchos casos, producto de su enfermedad o de la medicación, se encuentra afectada. El taller de terapia ocupacional apunta a lograr que el paciente se desempeñe de la forma más autónoma posible en relación a las actividades de la vida diaria como en su interacción con el ambiente, favoreciendo la integración social y colaborando a través de las actividades propuestas, a que el paciente logre definir sus fortalezas y debilidades como así también el tipo de apoyo necesario para llevar a cabo sus actividades. Esto apunta a generar un aumento de la autoconfianza, un sentimiento de autocontrol emocional y físico, como también a producir un aumento de la motivación en relación a encarar nuevas actividades, ya sean de índole laboral, académica o social. Los mencionados objetivos propuestos se encuentran en concordancia con las mejoras percibidas por los pacientes a partir de la asistencia a los talleres, quienes refieren mejora del estado de ánimo, aumento del bienestar psicofísico en general, mejora en las relaciones sociales como en su motivación para intentar nuevas actividades y una mayor capacidad de organización en relación a sus actividades diarias entre otras cosas. Manifiestan también sentir placer al momento de realizar las actividades, descubrir su parte creativa y registrar mejoras en la comunicación y en la expresión a través del cuerpo de aquello que piensan y sienten. Las mejoras observadas en los pacientes resultan de gran importancia en relación a la recuperación y mantenimiento de la calidad de vida de los pacientes, de acuerdo a Harvard Medical School (2006), los síntomas positivos de la 46 esquizofrenia pueden ser tratados a través de medicación antipsicótica obteniendo buenos resultados, mientras que la sintomatología negativa, generalmente es más persistente invadiendo la vida del paciente en la mayoría de los ámbitos en los que actúa, de esta forma sufre un detrimento importante en su calidad de vida que, tal como resulta del análisis del presente trabajo es en parte neutralizado a través de los cambios que se operan a partir de la participación en el dispositivo de Hospital de Día en general y de los talleres en particular. Si bien como se mencionó, los objetivos propuestos fueron cumplidos, la indagación a través del cuestionario resultó dificultosa, ya que la misma requirió del uso del tiempo libre de los pacientes a quienes se les debió brindar una explicación detallada de cada uno de los ítems en forma individual e ir reforzando dicha explicación a medida que avanzaban con el mencionado cuestionario. Se observó que muchos de los pacientes probablemente debido a la patología, que según la Harvard Medical School (2006), se caracteriza por presentar síntomas negativos y cognitivos estrechamente vinculados entre sí, tenían dificultad para comprender varios de los ítems, lo cual implicó un mayor tiempo de administración a fin de asegurar la correcta comprensión de cada enunciado. En reiteradas oportunidades el tiempo resultó escaso y los pacientes respondían los últimos ítems en forma apresurada a pesar de la sugerencia de continuar en un momento posterior. Lo sucedido hace pensar que probablemente el cuestionario debiera haber sido menos extenso y los ítems más sencillos de comprender, apuntando a menor cantidad de cuestiones, a costa de obtener menor cantidad de información a través de esta herramienta. Esto podría haber sido compensado con pequeñas entrevistas indagatorias que oficiaran de reemplazo de aquella información excluida del cuestionario. En relación a la esquizofrenia, Sadock et al. (2015) mencionan que a pesar de que los efectos de la enfermedad son en todos los casos severos y de larga duración, existen de un paciente a otro, diferencias en relación a los síntomas, signos, presentación y curso de la enfermedad. A pesar de que los talleres, dadas sus características y los resultados efectivamente percibidos por los pacientes, resultan beneficiosos para mejorar la sintomatología de la enfermedad, podría considerarse que el hecho de existir en el grupo de pacientes distintos niveles de gravedad, de alguna manera podría impactar en los resultados. Probablemente si los grupos fueran discriminados en función del deterioro, tipo de síntomas predominantes o grado de enfermedad, se podrían lograr mayores beneficios en términos de tiempo y calidad de recuperación, enfocándose en aquellas funciones deterioradas más urgentes en función de las necesidades de cada grupo. 47 De acuerdo a Sadock et al. (2015) y al NIMH (s./.f.), el tipo de terapia psicológica recomendada para el tratamiento de la esquizofrenia es la terapia cognitivo conductual, también sugerida por McGorry et al. (2003) como agregado al tratamiento con antipsicóticos. En función de esto, podrían incorporarse a la institución profesionales con dicha orientación, quienes a través de la misma complementen el tratamiento integral del paciente sin menoscabo del trabajo operado por los actuales psicólogos seguidores de la teoría psicoanalítica. Otra cuestión a destacar es la relacionada con los pacientes que probablemente a causa de la medicación permanecían dormidos durante parte de la jornada. Tanto el grupo de trabajo de GuíaSalud (2009) como Peralta Martin y Cuesta Zorita (2009) sostienen que el tratamiento farmacológico es fundamental en patologías como la esquizofrenia, siendo la base para articular y estructurar el resto de los tratamientos. De acuerdo al grupo de trabajo de GuíaSalud (2009), los antipsicóticos principalmente de primera generación, cuentan entre sus efectos adversos la sedación y la somnolencia, con lo que podría estimarse que la causa del permanecer dormidos podría estar relacionada con lo enunciado por dicho grupo de trabajo. Este es un tema a considerar, ya que de esa forma resulta muy difícil que los mismos puedan aprovechar los beneficios integrales que brinda no solo la asistencia a los talleres sino el dispositivo Hospital de Día en general, teniendo en cuenta que según GuíaSalud (2009) la sedación y la somnolencia podría ser beneficiosa en aquellos pacientes que presentan agitación en su fase inicial pero que de prolongarse en el tiempo produciría efectos negativos en las funciones tanto sociales como recreativas y laborales. Podría reevaluarse el tratamiento farmacológico y en caso de que la patología lo permita, teniendo en cuenta que muchas veces resulta ser la única alternativa posible en función de la sintomatología positiva que presenta el paciente, considerar otra alternativa en relación a la medicación. El material escrito surgido del taller de escritura resulta sumamente interesante, ya que como se mencionó, gran parte de los pacientes vuelcan en él sus emociones, sentimientos, pensamientos, miedos y conflictos internos. Se observó a lo largo de las clases que muchos de los pacientes significaban las consignas en función de la patología que padecen y utilizaban la herramienta del relato para, a través de las historias plasmar aspectos negativos de sus padecimientos, no solo en relación al relato en sí, que en muchos casos denotaba la historia de su propia vida con la enfermedad, sino también en relación a la forma utilizada para hacerlo. A modo de ejemplo, pacientes que a causa de su desorganización realizaban producciones con poco o directamente sin sentido, con frases cortas, sin un hilo conductor entre una idea y otra, pensamientos bizarros e ideas de índole delirante o que denotaban alucinaciones. Esto también se pudo ver en relación al taller de 48 arte, en el cual se observó que los pacientes volcaban en sus dibujos aspectos muchas veces no verbalizados de su mundo interno, con características similares a las enunciadas en relación los relatos escritos, es decir, no solo en relación a la temática de sus producciones, sino también en relación a los elementos incluidos, la organización, los colores, el trazo y la presión entre otros, representando todo ello manifestaciones de la personalidad, del mundo interno, de los sentimientos y de la enfermedad en sí de cada paciente. Resultaría de gran interés el utilizar tan rica información en función del análisis de los casos y de la evolución de los pacientes en términos de su tratamiento, tomando esto como dato complementario a la observación que realizan del paciente tanto los profesores de los talleres como su referentes y terapeutas grupales, incorporando de esta forma, una herramienta más de análisis en virtud de la atención y entendimiento integral de los mencionados pacientes. A partir del trabajo realizado se pudo experimentar el funcionamiento de un grupo terapéutico operando en sintonía, en donde los pacientes son abordados de una forma integral en un dispositivo alternativo intermedio entre la hospitalización total y la integración a la sociedad. Se observaron los beneficios que trae aparejado dicho dispositivo en función de la recuperación de los pacientes como también la evolución y en muchos casos la posterior incorporación a ámbitos académicos y laborales que producto de la enfermedad habían sido abandonados hace tiempo. Resultó una experiencia por demás interesante el poder contrastar la teoría tanto biológica como psicosocial con aquello que sucede en una institución real. Se propone seguir investigando, en relación a las mejoras percibidas por los pacientes, cual es la porción adjudicable a los talleres y cual al resto de las actividades que componen el dispositivo Hospital de Día en general, ya que de lo observado e indagado no podría asegurarse que las mismas fueran producto exclusivo de la asistencia a los talleres terapéuticos. Los pacientes no solo asisten a los talleres, sino que también participan de terapia grupal, tienen entrevistas individuales periódicas con sus referentes, asisten a consultas individuales con psiquiatras y realizan terapia psicológica individual. A esto se agrega la sinergia generada por el trabajo con las familias de los pacientes, quienes mensualmente participan de las reuniones multifamiliares, el trabajo conjunto de de todos los profesionales actuantes y los profesores de los talleres, quienes no solo conocen a cada paciente en particular, sino que semanalmente comparten información a fin de tener una percepción global del mismo que involucra su participación en los diferentes ámbitos tanto relacionados con las actividades que realizan dentro de la institución como de aquellas que ocurren en el ámbito familiar, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (s./f.), plantea los beneficios que produce la asistencia al 49 Hospital de Día psiquiátrico como también las actividades terapéuticas que incluye a fin de lograr dichos beneficios, entre las que se encuentran además de los talleres terapéuticos, la psicoterapia de grupo y los talleres de trabajo individual. Por lo expuesto se podría suponer, que es el dispositivo Hospital de Día como ámbito de tratamiento integral el responsable de las mejoras operadas en los pacientes que a él asisten. En relación al patio, lugar donde los pacientes pasan sus ratos libres entre actividades, podría ser objeto de un futuro estudio. Este espacio físico involucra una serie de aspectos que exceden el espacio en sí mismo, lo que se genera en él repercute en las distintas instancias del dispositivo Hospital de Día. Las historias que surgen, las confidencias, el poder abrirse a contar aquello que saben prohibido o rechazado tanto dentro como fuera de la institución, las relaciones que se generan a partir de compartir el espacio y sus secretos, hacen del patio un espacio de producción de significados. El hecho de ser el único lugar de alguna manera no reglado, donde no asisten los profesionales y profesores de talleres, lo hace en cierta forma invisible a los ojos de la institución. Cabría analizar cuál podría ser el lugar de los profesionales en relación a esto como también el tipo de intervenciones posibles, ya que lo surgido a partir de allí puede resultar de interés en términos de un tratamiento integral. En relación a la perspectiva de análisis y abordaje de la patologías propias de los pacientes de la institución, se observan dos líneas bien definidas, por un lado la visión de los profesionales que actúan como referentes y terapeutas grupales de los pacientes, quienes realizan su análisis a partir de una mirada psicoanalítica y por otro la de los psiquiatras quienes tienen una visión médico biológica basada en una clasificación de índole más categorial del tipo del DSM, podría resultar de interés un futuro análisis en relación al impacto de estos dos diferentes abordajes y formas de entender al paciente y su patología. 7 REFERENCIAS American Art Therapy Association (AATA) (s./f.). Estados Unidos. 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