Antonio Suárez C.I. 11.831.164 ENSAYO: SINFONÍA PARA EL OÍDO Y EL PALADAR Universidad Latinoamericana y del Caribe Coordinación General de Postgrado Programa: Doctorado en Patrimonio Cultural Coordinación de Postgrado Cumaná Período Académico 2019-II. Sede: Cumaná. TITULO DEL PROYECTO: LA GASTRONOMÍA DE PARIA, COMO PATRIMONIO CULTURAL Y MOTOR DEL DESARROLLO TURÍSTICO. SINFONÍA PARA EL OÍDO Y EL PALADAR La música junto a la comida, forman una combinación capaz de producir sensaciones casi inexplicables en el cuerpo humano. En ocasiones, puede tratarse de algo que va más allá de las necesidades fisiológicas de las personas, evocando situaciones placenteras que colman los días de tranquilidad y satisfacción. La cocina es una expresión artística como la música, que de igual manera necesita inspiración, pasión y amor para así obtener resultados que perduren en el tiempo. Cocinar con música puede hacer de esta actividad diaria un momento agradable para cada cocinero o miembro de la familia. Así como la música influye en nuestro estado de ánimo lo mismo pasa con la comida. En cada aspecto de nuestra vida, muchas veces de manera inconsciente, la música está presente. De seguro has visitado aquel pueblito con su restaurancito o una invitación en casa de amigos o familiares, en el que disfrutas un delicioso platillo acompañado con agradables notas musicales de fondo, adaptadas al momento. El término “sinfonía” hace referencia al conjunto armónico de partes que se adaptan bien entre sí. En definitiva para que la música y la comida puedan ser agradables, deben poseer tanto notas como ingredientes adecuados que juntos dan forma a estos dos aspectos tan significativos de la sociedad. Desde la antigüedad la gastronomía en compañía de la música, han recorrido un largo camino. En la edad media los grandes poetas exponían sus composiciones musicales en tantos banquetes como fuera posible. Y los maestros culinarios experimentaban momentos de relajación en plena faena de elaboración de tan sublimes banquetes. En la época del Barroco, la presencia de la música se volvió indispensable para cualquier actividad. Por lo tanto, un músico era especie de un sirviente más para los nobles. En la época griega la música representaba un aspecto mágico, capaz de curar enfermedades, controlar la fuerza de la naturaleza e incluso modificar la conducta de los seres humanos. Además los griegos sabían el potencial pedagógico que ejercían las composiciones musicales en la formación de los jóvenes. Existe una leyenda griega en la que el Dios Pan, un personaje descrito como mitad hombre y mitad macho cabrío, inventó la Flauta de Pan a partir de la muerte de su amada Siringe. Al fallecer, la mujer se convirtió en caña. La misma historia señala que el Dios Pan creó aquel instrumento musical con la caña resultante de los restos de su querida compañera. La música era fundamental para las actividades diarias de los griegos y siempre estaba presente en todas las celebraciones llevadas a cabo por ellos. Muchos cocineros, tanto de la región de Paria, estado Sucre, como del resto de Nuestro País, han mantenido intactas, muchas de las expresiones culturales heredadas de nuestros ancestros. La música, los cantos, la cocina y sus condimentos han sido un factor importante en la conservación de nuestro Patrimonio. Todas estas recetas tradicionales de influencia Europea, Africana, y de nuestros Aborígenes, incluyen ingredientes que permiten saborear las notas ácidas, dulces o picantes que entran a los oídos, mientras se disfruta de aquellas composiciones icónicas en la vida de cada persona y de nuestra región. Es posible encontrar lenguaje gastronómico en las canciones. A éstas se les conoce como gastrotemas. Al igual que el oído siente mayor afinidad por ciertas notas musicales, lo mismo le ocurre al paladar con los sabores. Esto va a depender de la cultura así como los gustos personales de cada individuo. Sin duda la siguiente metáfora es cierta: “hay música que se puede saborear y platillos que se pueden escuchar”. La inspiración musical ha llegado hasta los instrumentos culinarios. Existen géneros musicales que se adaptan a todos los gustos y situaciones. Entrenar en el gimnasio, trotar por las calles de la comunidad, sentarse a meditar frente al mar e incluso cocinar una exquisita receta de nuestra gastronomía, puede resultar mejor mientras se escucha la música que nos atrae. Realizar actividades acompañadas de las canciones de nuestros artistas Sucrenses, suma puntos extra de creatividad, entusiasmo, diversión y pasión a los platillos cotidianos o aquellos que elaboramos para una ocasión especial. Es importante señalar que ambos disciplinas, si pudiesen llamarse de esa forma, la música y la cocina, poseen dentro de su práctica, deleite o expresión, un posible carácter ontológico, que seguro podemos desentrañar en el desarrollo de nuestro proyecto, gracias a las experiencias de diversos autores, que nos proporcionan una idea cercana al misterio que ocupan la cocina y la música en nuestra región. Tanto la gastronomía como la música en el estado Sucre, primordialmente en Paria, son muy variadas, y viene derivada de la mezcla de los alimentos y expresiones musicales europeos, africanos e indígenas, en ambas con gran variedad, en el caso de la gastronomía podemos mencionar: el cuajado de pepitonas, empanadas de cazón, el tarkarigüireño, el kalalú de Paria, el fricasé de cangrejo, caldo de pescado salado, el corbullón, como también, otros aportes de nuestros indígenas, tales como la arepa pelá o raspada (de maíz blanco o amarillo), el casabe, a base de harinas de yuca amarga, molida y elaborada con la técnica indígena, el papo de vieja (pasta de harina de yuca envuelta de hojas de plátano), la naiboa.etc. Y por su parte la música con la misma influencia, podemos apreciar: el galerón, el joropo, el estribillo, la fulía, la jota, la malagueña, el polo, el aguinaldo oriental, la gaita oriental, el mare mare, el punto de velorio, el cotorreo, el tambor de Yaguaraparo, en fin, un fascinante grupo de expresiones musicales que junto con la gastronomía de la Zona, se convierten en un deleite tanto para el paladar como para el oído. Es importante destacar, que tanto la música como la cocina de nuestra Región son dos atractivos súper hermosos y de una elevadísima calidad, con muchísima influencia externa, pero con gran respeto y valoración por lo nuestro, con belleza autóctona y sabores y ritmos de nuestros aborígenes. Ambas, la cocina como la música, son expresiones culturales atractivas, convirtiéndose en uno de los potenciales turísticos más valiosos de nuestra región, dignos de conservar y proteger como orgullo de nuestro Patrimonio Histórico Cultural. ¡Deja que la música te inspire a crear el plato estrella de cualquier ocasión!