Subido por Maria Lezza

CODIGO DE HAMMURABI-JOSE ORIVE

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El código de Hammurabi
Entre los años 1790 y 1750 A.C. La antigua ciudad de la baja Mesopotamia, Babilonia,
tuvo como gobernante al rey Hammurabi, cuyo mayor legado fue haber dictaminado el
primer código de índole legal de la historia, quien creyó necesario crear una serie de
leyes en su territorio para satisfacer las ordenes de los dioses, y fue así como plasmó
en una piedra negra de unos dos metros una de las mayores maravillas de la
antigüedad.
El rey, recibió de Shamash, La deidad del sol y la justicia, una serie de órdenes legales
que fungían como parámetros para llevar acabo la justicia y la equidad en la baja
Mesopotamia, que se encontraban dispuestas en 46 columnas de 3600 líneas. Y
representados en la piedra se puede apreciar al rey recibiendo el código de shamash.
282 leyes donde se dictaminan y regulan la vida social y económica en todos los
aspectos, con un severo sistema penal. Dichas leyes, llaman la atención, debido a la
consideración que recibe el ser humano en dicho código, tomando en cuenta la época en
el que fue escrito, y representa un documento de gran importancia para conocer a fondo
la justicia en tiempos del rey Hammurabi.
Dichas leyes presentan una serie de reglas para llevar un orden social, y representan
castigos por el no cumplimento de ellas. Están establecidas en varias áreas en las que el
habitante de la sociedad, se desenvolvía cotidianamente, como por ejemplo, relaciones
familiares, de construcción civil, en la agricultura, en el comercio y en la ganadería. La
pena se veía incrementada o disminuida según la posición del individuo en la jerarquía
social de la época.
Se establecía una proporción entre el castigo a pagar y el daño sufrido y infringido en el
afectado. Por ejemplo, si alguien cortaba la mano de otra persona, el castigo consistía en
que se le cortara la mano al autor del daño; si una casa se desmoronaba debido a una
mala construcción, el constructor era declarado culpable y la pena contaba de aplicarle la
pena de muerte al sujeto. Lo más importante de estas leyes es que constituía una
limitación ardua de la pena, que se debía restringir o medir únicamente al daño sufrido
por la víctima.
Esté limite, no solo creó una línea entre el crimen y la compensación a la víctima. Si no,
que dio a pie al inicio de costumbres que hasta el día de hoy, siguen en vigencia, como
lo es el reemplazo de la pena por la indemnización con una cantidad de dinero
estipulada por el rey. Se creaba una dinámica justa y eficaz, que en vez de pagar con
pena de muerte o un castigo doloroso, pagaba una cantidad, y el individuo afectado por
el crimen, en lugar de caer en la venganza, recibía el pago.
Quienes aceptaron el pago de daños ocasionados, fueron el primer individuo en admitir
la necesidad de superar el comportamiento de la venganza y el ajuste por sus propias
manos. Sustituir ese impulso y optar por un camino inteligente, donde el raciocinio
reinaba antes que el deseo de cobrar o hacer pagar a la persona con "su propia
medicina", hizo que el hombre avanzara. Ya que fue voluntario, porque el individuo
afectado podía optar entre recibir el pago o recurrir a la venganza. Luego, el hecho de
aceptar la compensación, pasó a ser una imposición legal.
A la sociedad moderna, ya sensible, le genera atención que las faltas y daños graves, no
se sistematicen; únicamente se hace una enumeración de los casos y se dictamina como
obrar en consecuencia «si ha pasado esto, se hará esto otro». En este amplió abanicos
no se diferencia el hecho de que sea un derecho civil o penal: hay reglas y leyes que
regulan asuntos de la cotidianidad y leyes que reprochan y penan los delitos. Junto con
los asuntos de comercio, los préstamos, alquileres o los divorcios, aparecen los castigos
por robo o asesinato.
Aunque la ausencia de sistematización, no supone carencia de refinamiento: en los
castigos aplicados a cada delito se diferencia si hubo o no intencionalidad, y también la
otra categoría de si es víctima y la del agresor.
Gracias a que babilonia fue una cultura compleja, coloca las pautas al que el hecho de
que las mayorías de las penas sean multas, aunque también haya previsto castigos de
mutilación e incluso muerte.
Con gran sorpresa, se observa que las leyes fueron dictaminadas y creadas como
semilla para implementar un orden en la sociedad y penar los malos comportamientos
para mantener la paz y la organización, pero fueron evolucionando, hasta el punto de
permitir reducir la severidad, dando opciones de tratos víctima-delincuente, y también
dándole la potestad a la victima de discernir cual era la mejor o más sensata opción que
sería aplicada a al victimario. Eso demuestra nuestro nivel de tomar decisiones y usando
más la razón y dejar de tomar la venganza en nuestras propias manos, como si nos
tratáramos, de una deidad que decide sobre la vida del delincuente
José Daniel Orive Romero.
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