^m %^ á^a¿. jí^sj A y u d a d o los niños de E s p a ñ a 1.° D ^írevtítd prepara un extraordinario dedicado a la producción nacional en los dos años de guerra. Lo más en c i n e documentado nacional. Casas productoras, películas, directores, «cameramen», ac- trices. Lo más saliente de nuestra producción. ILUSTRACIÓN DE ACTUALIDADES D i r e c t o r : E, R u b i o Fernández Administrador gerente: M. (Márquez del Castillo DIRECCIÓN y ADMINISTRACIÓN: PLAZA CATALUÑA, 21 PISO 5.°, NÚMEROS 507-508-512 DIRECCIÓN: TELÉFONO NÚM. 12619 ADMINISTRACIÓN: TEL. NÚM. 13892 lALLEBES: CALLE VICH, NÚM. 16 - ANO III PENSAR ALTO, SENTIR TELÉFONO 73733 1." DE DICIEMBRE D E 1938 - NUM. 54 HONDO Y HABLAR FIGURAS DE LA VICTORIA El Dr. Negrín, presidente del Consejo de Ministros, con el general Rojo, jeíe ,del E. M. C. del Ejército, en la despedida de las Brigadas Internacionales. CLARO Ij^irméa PLENILUNIOS DE PELÍCULA Especial para MI REVISTA Por Ángel SAMBLANCAT Magistrado del Tribunal d e Casación d e C a t a l u ñ a i.'firiiiitiinriifMrMiMiiii[)iriiiriiifirt(tiitiiiiittiiti[riitiiitiir(iinitiiiMiiitfinii[iitiiHii(itiii!iHirn(in(ir'^ Luis Capdevila, nuestro compañero de Redacción, cu^a obra teatral «Las trincheras de Parí8> ha sido premiada por el Concurso del Teatro de Choque. En cuanto el croar de la r a d i o o el exasperado a l a r i d o de los altavoces habilitados «ad hoc» anuncian que hay osesinos a la vista, a b r o la puerta de casa, que es el paso o b l i g a d o del refugio, en que los vecinos de la calle se p r o t e g e n contra el mortal rocío vesperal. Al tirarme de cabeza de la cama en que estaba leyendo, casi me he luxado una extremidad superior. Salgo al z a g u á n abrochándome, a escuchar el rugiente a b r a c a d a b r o , el roncar del pulmón de los monstruos enemigos. Enciendo las luces de emergencia del portal, las del albergue, y me tumbo en un c a n a p é a esperar los acontecimientos En seguida, una tras otra, van l l e g a n d o las oleados de los «covernícolos> de ocasión: hembrerío, puericío, senectud. Todos, fordodos o lo dioblo; vestidos algunos como en el paroíso, otros como en c a r n a v a l . C a l z a d o s muchas veces con uno a l p a r g a t a y un borceguí. Con lo almohada o la silleta d e b a j o del b r o z o . En el moremógnum del control en huelgo En el río revuelto los pescadores de menor cuantío echan la red. De la taberna la clientela se ha ido sin pagar. En previsión de quiebras de estos, los cosas de comidas han t o m o d o el acuerdo de cobrar por a d e l a n t a d o sus minutos. El autobús, que venía hasta los topes, se ho v a c i a d o como por ensalmo. El b o r b e r o cuenta que lo parroquia sale de estampía en cosos de estos con la cora o medio afeitar. Almos alocados, c o c o r e a n d o como gollinas, trepan a los bolcones o se lonzon o nodo oí a r r o y o en bota y camisón. Dos hombres portean en volandas o un paralítico, más antiguo que los Vedas, que está en lo luna de miel de sus primeros noventa oños y que no quiere morir sin ver terminado la construcción de io Sagrada Fomilio. Por el aire parece que andan barajados perros y gatos, riñéndose por un hueso. Lo b o c a del subterráneo g l o g l o t e a obstruida. Tan g r a n d e es lo riada que lo inunda, que no lo puede ingurgitar. Los Maters dolorosos traen los hijos al pecho y o cuestas. Algunos empoquetodos en montas o en colchos de romos. Lo muchocho de lo cabezo o (o Josefina Boker viene en pijamo joponés. Lo ha s o r p r e n d i d o el opocolipsis durmiendo o al acostarse t e m p r o n o en expectotivo de uno noche de agitación, de rumbo macabra. C o m o los explosiones pavorosos menudean y producen la impresión de que el cataclismo se va a c e r c a n d o con celeridad de vértigo, la carne medrosa femenil e infantil se apretujo en el sótano, prensándose los cuerpos unos contra otros como los sordinas en el b a r r i l . Los bebés, sorprendidos en p l e n o entusiasmo loctonte, se orrojan c o m o náufragos en el seno de sus mamas. Los casados de prieto g r u p a llaman o grandes voces o sus maridos, o sus polluelos. C u a n d o el torbellino ruedo sobre nuestras cobezos, un silencio e m b a r a zoso tapono golos y fauces, ota y onuda todos los gargantas. Uno chiquilla se ha d e s m a y a d o teotralmente y hoy que frotarle las sienes con colonia de fregar. Los bocas resecas piden a g u a a falto de plisen. El fascistoide v e r g o n z a n t e — ¡mal r a y o lo parto! — de todos c o n o c i d o , hoce de tripas c o r a z ó n : retuerce sus labios lo mueca d e uno riso lívido. C u a n d o amaino el t e m p o r a l y el c o m b o t e toco o su fin, se desatan las lenguos de los comadres en uno l o c u a c i d a d nerviosa. Refieren los gnomos más entrañados en el c o r a z ó n d e lo madre tierra que en sus domicilios duermen d e b a j o de la coma o de lo meso del comedor, p r o t e g i d o s por uno gruesa bóveda de colchones. M e d i o c o r c o j o d o falto de fervor y de espontaneidad rizo los decaídos espíritus de unos momias, sacude los deprimidas entrañas del c o l e g i o notarial. Lo mayoría del consistorio frunce el cerio ol decir un circunstonte que ho visto que desde uno cosa hacían señas con una luz a los aviones etruscos. — Esos telégrafos hay que trasladárselos o lo Policía — dice el secretario d e l refugio. — Lo que hay que hocer es pisarle la c a b e z o ol telegrafista como o un reptil — irrumpen seis o siete voces en tumulto. O t r o misteriosamente insinúa que conoce nidos de pocos traiciónelos y que los fumigará. A todos nos piden amoroso riego los amígdalas. El botijo que trajo consigo un olmo previsora paso de mono en mano. Lo luz eléctrica fulgura de nuevo y mós ¡oven que nunca. Ululan los sirenas. Lo radio grazno triunfantemente que la olorma cesó. Los enterrados en vida de un cuarto de hora volvemos o salir boyantes y pimpantes de m Observaciones Para MI REVISTA H El m a y o r m e nemigo M del «bulo» Calla y labora; previene y remedia. Escucha el eco de las voces universales y el anhelo multitudinario del círculo interior. Se encara en los ratos de descanso con el rumor y le mira con una sonrisa de desprecio, porque es enemigo pequeño que hace daño, pero no destruye. ¿Quién será capaz de destruir la grandeza moral del pueblo español? Como las rocas milenarias sufre todos los huracanes y todas las tormentas. Y el rumor es una ligera brisa cargada de malas intenciones que se desvanece por medio de los hechos concretos que son la consigna de los que están entregados a la gran tarea de salvar la independencia nacional y la República. Sin embargo, llega un momento en que la atmósfera es densa, en que la acumulación de rumores despista a la opinión pública, y entonces el gobernante sube a la tribuna o lanza su voz por el micrófono, para que la luz de la verdad ilumine las conciencias conturbadas. Este es el enemigo feroz del bulo: la verdad. m M M •X- « Por Lázaro SOMOZA SILVA •n líl rumor es un arma política que se usa por los pescadores de río revuelto para pulsar las reacciones de las multitudes. Suele emplearse en tiempo normal para engañar a los ingenuos o a los hombres de buena fe. El procedimiento es viejo y está bastante desacreditado. Pero los contumaces de la tradición no se resignan con los tiempos de nuevos modos e insisten en sus tretas de leguleyos habilidosos. Desde que comenzó la guerra no ha dejado de aparecer todos los días el rumor de turno y de circunstancias para uso de dos clases de gentes desplazadas de la grandeza de nuestra epopeya: los pusilánimes y los derrotistas. Dos hijastros del fascismo que se agazapan como felinos en las sombras del anónimo con las intenciones astutas de los zorros. Un día y otro paren el bulo que se desparrama por todas partes sin ser visto ni atrapado. listo en lo que se refiere al í'irea nacional, que en cuanto se refiere al extranjero la libertad de circulación es absoluta. Detrás de la barrera de los Pirineos los agentes del nacionalismo francjuista se despachan a su gusto. No es posible atajar el bulo, como no es posible coger el viento. El gobernante, prisionero de cientos de problemas que necesitan su atención iiilclijri'iilo, prescinde de las rectificaí ioius sisleináliías. >^$Síl5$5$5^;JÍ$$ííí;ííí$ííííí«í«íí««»í«««««!!^^ * liemos de recurrir a nuestro buen padre Don Quijote para defender con su propio pensamiento la teoría que sustentamos. El gran tejedor de quimeras decía sobre la verdad «que adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira, como el aceite sobre el agua>. Con frecuencia se establece el contraste de que el rumor dice todo lo contrario de la verdad de los sucesos y de las personas. Asi ha ocurrido ahora con las noticias que llegaban del extranjero sobre las intenciones de las grandes potencias acerca del problema español. Unas veces era la confección de un pacto lleno de ignominia; otras la de partir a España por gala en dos; esotra la imposición de un criterio, al estilo de Munich, sin contar para nada con el protagonista de la tragedia... El ciudadano se sumía en un mar de confusiones. Mientras tanto la realidad de los hechos era que todos los voluntarios que espontáneamente habían venido a luchar a nuestro lado han sido licenciados con los máximos honores, dando al Comité de No Intervención el golpe de gracia. He aquí una verdad que ha llenado de claridades los salones herméticos de las cancillerías. Se empeñan los de fuera en no comprendernos, en no conocer el significado histórico de nuestra lucha, en no calibrar con atisbos psicológicos certeros el dilema qué se presenta ante el espíritu analítico de los superhombres que manejan el tinglado europeo. Peor para ellos. Si lo que se ventilan son intereses clasistas, aquí en la España inmortal se defienden intereses espirituales, que son la base fundamental de la civilización. Y tan persuadidos estamos de ello, que tenemos una fe heroica en lograr, más tarde o más temprano, la victoria, no sólo en terreno propio, sino en el de los pueblos que por cobardía se han dejado dominar por los desplantes chulescos de los dictadores. Si los pueblos no tienen el valor de defender la libertad, ¿qué les queda de su patrimonio moral? Ésta es la grave meditación que nos tiene entristecidos. No por nosotros, que, como en otros momentos estelares de la historia de la Humanidad, recogemos el espíritu de universalidad, abandonado por los demás y damos el ejemplo, que la civilización occidental desaparezca sin la gloria de haber sido defendida por los más fuertes, sino por un pueblo al que se le tenía catalogado entre los débiles, y ha sabido superarse a sí mismo en fortaleza y en heroísmo. La epopeya del Ebro será siempre, por los siglos de los siglos, la contrapartida gloriosa de la claudicación de Munich. Cuando la atmósfera de rumores era demasiado densa y los pronósticos se enredaban unos con otros en el maremágnum de malas intenciones, una voz, auténticamente española, se acerca a la sensibilidad vibrante del micrófono y dice la verdad, la única verdad: la República es dueña de sus destinos, y es a ella a quien corresponde marcarlo y decidirlo. Se acabaron los rumores. Acaso lo más difícil para el gobernante sea interpretar el deseo de las multitudes en los momentos culminantes La afirmación del Dr. Negrín es clara como el agua clara: antes el exterminio que la esclavitud. Se han olvidado del ancestral orgullo español. No podrán someternos con la misma sumisión de Austria. Y el exterminio sería e m p a p a r a toda Europa de sangre hasta ahogarla. Pero hay una razón, entre las mil razones que tenemos, para mirar cara a cara el porvenir: que nuestro pueblo ha perdido el miedo a la muerte... Y esta grandeza épica es el mayor motivo para merecerla vida. Y algo más aún: que mientras tengamos alientos no dejaremos de impulsar con dinamismo insuperable el espíritu creador. Mientras quede un cerebro en actividad y un alma en tensión, la muerte no impedirá que se forje el futuro con auroras radiantes de idealismos imperecederos. CAMINO TRAZADO iliiiiiilililmliliiilmliim^^ Los dos m f l o n e s d e f i c h a s Martínez Anido Primero fué el corresponsal en la España franquista de la British United Press. Luego ei corresponsal en Salamanca de "11 Messagero", de Roma. Ambos interviuaron a Franco. Ambos le preguntaron qué opinaba de los rumores relativos a una mediación. Y ambos oyeron de sus labios una alusión a los dos millones de fichas individuales que guarda en su archivo policíaco el llamado ministro de urden público del titulado Gobierno de Burgos, Martínez Anido. * * * iUos millones de fichas!... Se refieren exclusivamente, según ha explicado Franco a dichos corresponsales, a los que vivimos en la España republicana. Los otros ya sufrieron lo que llamaba Yagüe, el Atila de Extremadura, "la operación de limpieza". Centenares de miles de ellos fueron fusilados, ahorcados o ametrallados. Muchos más gimen en cárceles y presidios. No pocos vense obligados a trabajar en fortificaciones y carreteras, bajo la vigilancia de moros y de guardias civiles. El resto de la ¡jobiación, temblorosa, hambrienta, porque los víveres se los llevan los alemanes e italianos y porque los sueldos y jornales son irrisorios, aguarda en silencio la hora de la libertad. Sóio una pequeña minoría, cuyo número, muy escaso, reducen a diario las vejaciones y las decepciones apoya aún a los traidores y acepta, si bien no de buen grado, la intervención exótica. Por FABIÁN V I D A L * * * Los dos millones de fichas que posee, como un tesoro. Martinc/, Anido, han sido fruto de un trabajo de dos años. Colaboraron en él la Policía, los partidos de derecha, el clero y la Guardia civil. Fueron admitidas todas las tienuncias. Y la Ovra y la Gestapo, es decir, las organizaciones policíacas especiales que tienen los italianos y los alemanes en Esiiaña y que son sucursales de las de sus paises. contribuyeron también >.on sus técnicos duchos en la ciencia del espionaje y la delación Hay en la España leal doce millones de personas. Una de cada seis, figura en el archivo de Martínez Anido. Y según dijo Franco al corresponr-al de "11 Messagero", todas las fichas contienen, además del nombre, apellidos, profesión, antecedentes políticos y sociales, cargos que ha ocupado, etc., del fichado, los nombres de quienes puedan ser, en su día, sus testigos de cargo. No se ha dejado nada al azar. Franco ojiina que merecen ser castigados, ya con pena de nuierte, bien cun |ienas de presidio, coníinamieiito en campos de concentraciim y ile trabajo, o destierro, todos los españoles que han desempeñado o desempeñan hoy destinos oficiales, en las oficina,-; (lei Estado, la provincia o el Municipio; todos los jefe;;, oficiales y clases de ios ejércitos republicanos de tierra, aire y mar; todos los (]uc han sido o son diputados a Cortes, diputados pro\incia¡es y concejales, alcaldes, L^Dhernadores civiles, directores generales, subsecretarios, ministros; tcnlos ios que lian repre:-entado o re|iresentan a la República en el extranjero en (..iliiiad de enihaiaowres. ministros plenipotcneiariu,^, eoii>e¡erns Je IJnliajada y l.egaeii'm, seeielarnis, ;:L'reL'ados, cónsules y vicecónsules; iodos ios epie han oeiipado n ocurian puestos directiveir. en sindicatos obreros y comités y juntas de partitlos políticos; todos los coniisarieis; todos los médicos, tarniacéuticos, sanitarios, eiifeinieras, enfermeros, que iiresla:) su asistencia priit :'•;;;,! ;¡ :,,^ iiospitalcs militares y civiles del régimen; todos los policías que sirven al mismo; todos los magistrados, jueces, fiscales, secretarios de juzgados y audiencias; todos los perio- •H distas que desde julio de 1936 han redactado o redactan periódicos en la zona leal, todos los dibujantes y fotógrafos que trabajan para dicli;is pnblie;u iones, todos los editores e impresores de obras de tendencia liberal, todos los vendedores de ellas; todos los artistas, actores y actrices que aceptaron las iKjrmas republicanas y no interrumpieron sus actividades al iniciarse la guerra; todos los pintores, escultores, músicos, poetas, críticos, ensayistas, novelistas, arquitectos, hombres de ciencia, que han manifestado, de algún modo, su adhesión a la República o protestado contra los crímenes de sus enemigos; todo el magisterio primario y normal y todo el profesorado tle Institutos y Universidades que sigue cumpliendo su obligación en las iiro\¡ncias no invadidas ni conquisiadas por los rebeldes... Pero tan larga enumeraeiiin no agota l;i lista. Porque en los dos millones de fichas figuran asimismo infinitas personas que no se significaron políticamente y que, sin embargo, según acusadores que han quedado en la España franquista, eran sospeelio.s.as de liberalismo y hablan votado por \:\ Repúbliea \er(1ailer,-i en las difertntes elecciones celebradas desde el 14 de abril. Y figuran igu;ilniente y ello es li'igico, dada la mentalidad franquista—todos los masones, todos los espirifisi;is, todos los librepensadores casatlos civilmente, lodos los teiisoíos ¡y pásmense! iodos los que forniaban jiarle de los Rotary Clubs o asistieron alguna vez, en caliciad de invitados, a sus banquetes mensuales. (••.(Ouién se s;dva, pues? nesconlando los niños y las mujeres—y no todas, ya que nniclias, finuion.in.is, peiieneeientes a directivas obreras o políticas, etc.. tienen sus fichas correspondientes—, puede decirse que la casi totalidad de las personas que \ivinios a este lado de la frontera militar cpie separa a las dos Españas merecemos. se,L;ún i-ranco, un castigo terrible. lia dicho I). Juan Negrín que tenemos que optar entre Ka victoria v el exterminio. Es verdad. Nos ofrecen un trágico dilema. Y es.a perspectiva eme!, única, abierta a nuestras miradas, tiene que eliminar de nuestro ;ininio ioila flaqueza, si es que el deber, la dignitlad y el amor a España no bastasen p,ira tenipl.ar nnestr;i,^ vulnniades y ienilerlas, duras como el hierro, hacia la resistencia in(]iiebraniable. La rendiciiin seria la muerle con ignominia p.ara muchos, la prisiíin indefinida, la servidumbre o el exilio para los demás. Franco s.alie que no puede dominar al diet.nlo ni;is ipie sobre ancianos aterrados, niños y nnijeres. \ dictador como lo s;tbe, se prepara ,i li.iíer de la España libre que se resiste y lucha y le causa derrotas ver,í;onzosas, un cementerio de almas. Nuestro eamiiio está trazado, Y está trazado no sólo por la obligaeiiut, sino tniiibién por la necesidad, (.tiiieii pretend.-i a|iart;iriios de él con turbias manioliras o con |)aeifisnios cob.ardes, es un miserable o un inconsciente. Especial para MI REVISTA \\>ÍSÍ^ mmmmmmmmmm^mmmmmmmmé^^mmmmmmm\ Miguel García Vivancos Teniente coronel de E j é r c i t o republicano Por E. RUBIO FERNÁNDEZ Teniente coronel Miguel García Vlvancos. Miguel García Vivancos es ante todo un hijo del pueblo, un auténtico hijo del pueblo, un trabajador que el 18 de julio del 36 se lanzó a la calle en hermandad "de propósitos con tantos y tantos españoles que no querían vivir en ignominiosa sumisión. La tropa dorada de absolutistas seguía su tradición de terror al querer imponerse. Era la canalla enjoyada del sable vencido en todas las guerras. Era el sector de la religión que durante siglos y siglos nos llenó a todos los españoles de oprobio. Era la riqueza insaciable que no tiene fronteras para la codicia. Era ia burocracia de mandos, la especulación y el despotismo. Lo peor de lo peor en alianza con las fuerzas rezagadas de la reacción internacional con su imperialismo colonista y sus máquinas de muerte. García Vivancos había luchado toda su vida contra aquellas lacras, contra aquella mala raza endémica que sostenía yermos los campos y quería que cada cerebro fuera otro yermo. Y no vaciló en arrostrar peligros ni quiso esquivarlos. Se trataba de aceptar una lucha que para él no era nueva y la aceptó. Los magnates del alzamient(j fascista no eran siquiera traiilures. Nn era ni siquiera eso. Sólo es traidor el que alguna vez fué !tal. Quien nunca fué leal a nada, ¿cómo puede ser traidor? Al sublevarse contra la masa popular los militares continuaban sus viejas querellas contra el pueblo, sus matanzas en las colonias, su adhesión a la esclavitud, sus instintos de represión contra la parte más digna del pueblo laborioso. Continuaba la historia de una España sanguinaria y en su acto eran consecuentes con el pasado más negro. García Vivancos seguía su propio camino ejemplar, el que él mismo se trazó desde niño. Hijo de familia minera, vivió una infancia de penurias. Mazarrón es uno de los mayores feudos de la plutocracia española y mundial. Ni siquiera pudo seguir viviendo en el pueblo natal. Huérfano de padre en edad temprana, a los ocho años, fué con su madre y cuatro hermanos más a Cartagena. Por vicisitudes económicas, tan desdichadamente repetidas en los hogares proletarios, tuvo que emigrar a Francia a los quince años, entrando a trabajar en una fábrica de vidrio de Rive de Jier y ganando cinco francos diarios como aprendiz. Ayudaba a los suyos con envíos periódicos de alguna cantidad penosamente ahorrada a expensas de la propia vida y de las legítimas expansiones de la adolescencia. Un año de estancia llevaba en Francia cuando quiso volver a Cartagena para ser más útil a los familiares, reintegrándose a la tierra natal. La madre consiguiíi que Miguel entrara en la Constructora Naval de Cartagena con im sueldo de diez reales diaricjs y con evidente alegría del joven obrero, hecho ya a velar por los suyos y a sostenerlos valientemente a pesar de la escasa edad. ¡Con qué alegría i>aseaba Miguel por las calles de ('• -^T ciiandn aprendió en su aprendizaje y pas^ a i ile reniachadnr! Podía ser un I«JCO más lítil a su-- .: H :;ÜJMS; tenía esa iirestancia digna y esa moral levantada que da el trabajo; se creía ya un pequeño padre para la solicitud de los hermanos y tenía para la madre las delicadezas filiales. Pero en Cartagena, como en Mazarrón, surgían crisis periódicas provocadas por la burguesía minera y naviera que especulaba con el trabajo y lo menospreciaba para obtenerlo, pasada la crisis, con más ventaja para las cajas fuertes. Otra vez se vio García Vivancos en el trance de emigrar a Francia en busca de ocupación para sus brazos. Como tenía nociones de mecánica, solicitó trabajo en los grandes talleres Schneíder a principios del año 1914, permaneciendo en aquel centro industrial francés productor de cañones hasta que estnllíi la (jran (juerra a fines de agosto. Regresó nuevamente a España. Trabajó en la casa Gotardo de Andrei hasta que en 1916 fué despedido por sus dignas actividades y entusiasino en pro de la organización obrera, pasando en 11117 a trabajar en la Refinería Azucarera de San Luis. El año 1917 fué particularmente movido en Cataluña. En especial Barcelona tuvo por entonces luchas magnificas, que todos recordamos, contra la burguesía industrial. Vivancos ingresó muy temprano en las íi'.is del proietanado combatiente que iniciaba la táctica óirecia proiiia de lus Sindicatos Únicos. Los trabajadores de la Refinería de San Luis no pertenecían a ningiin Sindicato, pero García Vivancos se adhirió a los ideales emancipadores de la C. N. T. de todo corazón, dedicándose con entusiasmo a organizar a las ir.ihajadoras y trabajadores de su medio. A las pocas semanas fué despetlido. Nu tardó en entrar en la casa Belfrán, de la Metalur- gia, de donde por la misma causa que en la Refinería de San l,uis fué despedido, no sin antes haber afiliado a los Sindicatos Únicos a 1.150 obreros. Nuevas calamidades; pero no se desanimó. García Vivancos había nacido para superarlas: Cara a la vida y cara al trabajo fué a alquilarse al puerto, constituyendo uno de aquellos grupos que se reunían a primera hora del día para que los capataces eligieran personal de carga y descarga de barcos. En el mismo año 17, a través de la huelga ferroviaria, empezó su vida de revolucionario. Conoció de cerca a Seguí y a Pestaña, y luchó en las barricadas que el pueblo levantó en el distrito quinto de Barcelona contra el Gobierno de Maura, la dinastía borbónica y el despotismo de las Empresas. Desde 1917 a 1921 se entregó de lleno a la lucha que en Cataluña impulsaba la C. N. T. En 1921 fué delegado nombrado por su organización al Comité Regional de Cataluña y poco después integró con otros compañeros el Comité Nacional ocupando el puesto de honor dejado por los caídos en las calles víctimas del terror de Anido. Al borde de la muerte sostuvieron aquellos luchadores la integridad ideológica de la C. N. T., que es lo que importaba ante todo. En 1923 ingresó en el grupo de "Los Solidarios", integrado por Durruti, Ascaso, García Oliver, Aurelio Fernández y otros. Nadie ignora que aquel grupo armó obreros consecuentes y luchó a muerte contra las fuerzas de la reacción. Acorralado por la dictadura de Primo de Rivea, Vivancos emigró a Francia. En París, junto con otros, montaron la Librería Internacional, conocida en todo el mundo como un centro formidable de propaganda. También organizaron el grupo "Los Treinta" y el complot de Vera de Bidasoa. —El complot de Vera—nos decía Vivancos—fracasó porque nos precipitamos. Tres meses de gestación y hubiera hundido la dictadura de Primo. El nombre de García Vivancos suena, pues, entre el proletariado, desde los primeros momentos que la canalla fascista MANCHAS DE TINTA., Un libro d e C l e m e n t e Cimorra «España en los trincheros» se titula ol libro que recoge los admirables crónicas de guerra de Clemente Cimorra. Indiscutiblemente el autor de este libro figura entre los primeros que por objetividad, emoción y realidad se han destacado como comunistas en campaña. Además, los trabajos de Clemente Cimorra tienen un sello inconfundible de su seria personolidad de periodista sincero, que despierta interés en cuanto comienza a leérsele. la editorial «Nuestro Pueblo», de Madrid, ha tenido un gran acierto en la publicación de «España en las trincheras», que el público ha recibido con cariño y es libro que en realidad, ademós de un interés informativo, tiene un gran valor periodístico y literario. Celebramos el merecido éxito. mmmmmm. msmmmmmmmmmmmm KW«*«í*55W«5íí!f«««í««í$í«í«íí*í^^ se echa a la calle. Vencida en Barcelona, su acción le lleva rumbo a Aragón y empiezan las páginas gloriosas de su vida militar en el frente, donde conquistó, con las fuerzas que mandaba. Carrascal de Igries, Castillo de Igríes, Terraza y carretera de Jaca. Más tarde mandó la 125 Brigada de la 28 División, poco después reorganizó la 29 División y, sin tardar, pasó a ser jefe de la 25 División, con la que entró en Belchite, operó al norte de Puebla de Albortón, conquistó Vértice Sillero. La misma División, a su cabeza García Vivancos, ocupó las líneas de mayor resistencia al noroeste de Concud, la margen de la Alfambra, el Cementerio, Santa Bárbara, la cota 989 y el Muletón. En la toma de Belchite, en la reconquista de Teruel, su figura, con la gente que le sigue, es la de libertador de pueblos que a su avance sacuden el yugo fascista. Su tónica es el combate racional y eficaz, y el compañerismo. El niJcleo de hombres que le han rodeado, primero milicianos, más tarde soldados, ven en él al compañero, después al jefe y al amigo, al que el cariño hace magnifica e indispensable la disciplina salvadora. —Creemos en él—dicen sus soldados—y le seguiríamos adonde fuera, porque nuestro teniente coronel sabe siempre adonde nos lleva y odia el sacrificio intitíl. Tal es Vivancos. Esto es edificante—quizás a algún profesional parezca demasiado humano—, pero donde no sigan sus soldados a García Vivancos, dudamos que puedan seguir a otro jefe por muy "técnico" que sea. Vivancos tiene la condición de caudillo; después es jefe militar. La Repijblica, el Alto Mando de nuestro Ejército sabe quién es García Vivancos y cómo sabe hacer justicia. La carta, notable como todas las suyas, en que el ministro de la Guerra Dr. Negrín comunicaba su ascenso a García Vivancos, entre otras cosas halagüeñas por lo exactas, decía así: "Por el reconocimiento de sus méritos por parte de sus superiores tendrá usted el índice de su valía. Uno y otros han surgido con motivo de su ascenso a teniente coronel." García Vivancos hubo de contestar así al gran estadista y presidente del Gobierno de la República: "Las circunstancias y un deber imperioso me hicieron soldado de la revolución y de la independencia de nuestra amada patria, sentimiento de soldado que continuará arraigado en mí profundamente. España precisa el sacrificio de todos sus hijos para limpiar su suelo de invasores y defender su dignidad y sus libertades, y por encima de todas las ideologías, por extremadas que éstas sean, debemos sentir orgullo de vestir el uniforme que encarna el simbolismo de la disciplina y del orden, que son la máxima garantía del triunfo de nuestra causa." El t e n i e n t e c o r o n e l M i g u e l García V l v a n c o s , con n u e s t r o d i r e c t o r c o m p a ñ e r o Rubio Fernández. Especial para Francia vive días muy accidentados, precursores de otras ¡ornadas convulsivas. Desde que a Daladier se le ocurrió ir a Munich para de¡ar malparados los compromisos contraídos con el Frente Popular no pasa día que no señale un retroceso del ¡efe del G o bierno galo, al que, por lo visto, le seducen mucho las habilidosas claudicaciones de Mr. Neville Chamberlain, continuador de la trayectoria germanófila que abrió su padre en aquellos tiempos en que von Bulow era la pesadilla de las cancillerías europeas. La llegada a París de los definidores de la política internacional británica ha ¡alonado algunas sorpresas. Quienes se consideraban sabedores de lo que tenían decidido en Londres daban por liquidada la cuestión espoñola. Toda la Prensa ultraderechista y hasta algunos de los rotativos moderados consideraban virtualmente resuelta la concesión de la beligerancia a Franco. Cierto que la oportuna llegada del ministro ae Estado español, señor Alvarez del Vayo, entibió algo los entusiasmos de los fllofranquistas y de los renegados que siguen las directrices políticas marcadas por M . Flandin. Los hechos, con su lógica aplastante, han ¡do luego poniendo cada situación en su lugar, dando origen a las conclusiones establecidas en la conferencia de París. Franco se ha quedado sin beligerancia. Este es el hecho que importa destacar. Su fracaso equivale a una repudiación de los métodos inicuos que viene empleando contra las poblaciones abiertas, al acentuar los bombardeos contra la población civil española, queriendo vengar en ella sus repetidos fracasos como estratega. Por mucho empeño que puedan ponerlos Gobiernos en arbitrar soluciones parciales, en beneficio de los generales traidores que se alzaron contra el Gobierno legítimo de la República españolo, no por eso han de verlas impuestas, yo que se o p o n a n o ello corrientes de opinión que no pueden ser menospreciadas, sobre todo si se tiene en cuenta que se avecinan en el Reino Unido días de lucho electoral en que el problema espoñol, en su aspecto moral y sentimental, puede constituir uno bandera de combate muy eficaz. En Francia, como en el Reino Unido, la masa popular se muestra decidida partidario de los republiconos españoles. Bueno prueba de ello son los constantes oportaciones hechas no sólo por los elementos sindicales, sino por eso moso anónimo de pequeños burgueses omigos de lo democrocio espoñola por lo que representa como elemento de resistencia contra el fascismo internocional. Si el fantasma sombrío y torturante de la guerra que tuvo su ápice en las ¡ornados ongustiosas que antecedieron a la conferencia de Munich puso en conmoción a todos los franceses, haciéndoles olvidor los problemas internacionales candentes, desaparecido momentáneamente el peligro, han d a d o todos los amigos de España en buscar fórmulas efectivas de cooperación. Ante este hecho incuestionable han debido inclinarse los negociadores galos, hociendo ver o Chamberlain y o Halifox que sólo queda un camino honorable poro solir del otollodero en que ondon metidos: declararse partidarios de las fórmulas preconizodos por el Comité de N o Intervención, subordinando lo otorgación de la beligeroncio redomado con tonta insistencia por el cabecilla Fronco o lo retirodo de los eiércitos extronieros que secundan lo ruin aventura del Judas de Espoña. N o es ése el único fracaso que han regisfrodo los amigos de los soluciones hábiles. Los oídos de sir Neville Chomberloin y d» lord Ffalifax recogieron a su paso por los calles de París, el día que llegaron o lo co- Franco se ha quedado sin beligerancia Daladier, contra el pueblo que le eligió, pretende imponer sus decretos leyes Por Camil pitol de Lutecio, oigo más que demostraciones grotos. Los multitudes gustan, o veces, de oguor los meiores fiestas de confroternizoción. Los vivos o Edén y los gritos reclamando ¡usticio pora lo República españolo y armas poro ios eiércitos que defienden la independencia del solar hispano, debieron disonarles, advirtiéndoles que todo el monte que pensaban recorrer no ero de orégano. Los aplausos muniqueses, desvanecidos yo en los brumas del recuerdo, carecían del poder activo capaz de actuar de polanca poro mover los propósitos preconcebidos que oümentoran los prohombres británicos. París estableció o tiempo el freno que era necesario Luego, los desmanes de Fiitler contra los ¡udíos y sus inicuos expoliociones obligaron a meditar a todos los que llevan sobre sus espoldos lo responsobilidad de morcar cauces o los actividades europeas. El hecho evidente es que se ha llegado a una conclusión poco hologodoro paro los que creían en lo efectividod del desarme. Francia ha de acelerar su producción de aviones, de manera que le permita contar con uno floto de aparatos co'poz de poner a rayo a sus enemigos. Pensondo lógicamente se ha de creer que las horas de apaciguamiento con que soñaban los amigos más o menos declarados de Hitler están muy distantes. El tführer> baso su política onexionisto en las amenazas, yendo de chanta¡e en chanfa¡e, amedrentando ol mundo con sus bravatos. Todas los derivociones del poeto de Munich han servido poro oleccionor a los candidos que creyeron en lo bueno fe de los políticos nazis. Por eso se ha decidido, de momento, mantener los teorías de rearme y negor lo posibilidad de que seo discutida lo político coloniol. Ahoro es cosa de aguordor los nuevas amenazas de Hitler. Poco fortuno ha tenido Daladier en sus tanteos internacionales; pero en lo que ofecto o sus célebres decretos leyes ho llegado al más difícil de los records de impopularidad que puedo alcanzor un político. El clomor de los productores franceses va tomando carocteres muy vivos. Los obreros se rebelan contra los exigencias del fisco q t ' ; tiende o nutrir Igs orcos del Tesoro con lo: elementos contributivos provenientes de los gentes humildes. Las primeras incautaciones de fábricos, seguidas de intervenciones violentas de lo fuerzo pública, estoblecen los primeros jalones de lo resistencia organizado por la Confederación General del Traba¡o. Se ho onunciado pora el día 30 lo huelga generol, que será secundada por los ferroviarios. ¿Qué va o ocurrir? Por de pronto los socialistas repudion la político social de Daladier. Lo mayorío porlamentorio se ha resquebra¡odo y el ¡efe del Gobierno, si persiste en sus afones de mando, deberá inclinarse hacio el centro, buscando los votos que habrón de hacerle falto poro llevar adelante sus propósitos. Aun Daladier, el hombre que no c o m - RlVIEkE así es difícil que puedo mantenerse en el Poder. Lo evidente es que Daladier ho hecho opostasía de las doctrinas que le llevaron ol Poder. El Frente Popular lo elevó o lo gerencia de lo República francesa. ¿ S o b r ó dimitir al faltarle el concurso de los masas populores? gPreferiróoctuar de servidor de los intereses de Wendel y de sus doscientas familias privilegiadas? Poco tiempo ha de transcurrir pora que sepamos o qué atenernos. Parts, notieiiibre da 1938. •^M"' "^a M.atóeLLeóa lU Acotaciones a un telegrama de Prensa Por LUIS CAPDEVILA Especial para MI REVISTA f f Las cinco de la tarde, hora solar. La niebla, plateada, tiende un velo que indica el curso zigzagueante del río, carretera andariega que hace pensar en Jorge Manrique. Sol en las cumbres que tiñe de un rosa encendido la nieve de los picachos. En las sombrías laderas del monte — verde obscuro, profundo, en tono mayor —, entre las ¡aras y los pinos, los robles, azotados por los primeros vientos de otoño, son como llamas amarillas. Por las calles del pueblo, soldados, algún oficial, algún comisario, ante los cuales los soldados soludan militarmente, correctamente, disciplinadamente, pues la democracia n o excluye el respeto. En una era, que ha poco amarilleaba con el oro de la trilla, unas gallinas. En un corral cercano, unos cerdos. Uno de los soldados observa, zumbón: — Gallinas y cerdos, como en el campo faccioso. Con la diferencia de que en el campo faccioso visten uniforme. Llego el camión de la Prensa. Las calles del pueblo se animan, se llenan de soldados. Cogemos un periódico, uno cualquiera, el que nos dan. Leemos: tPerpiñán, 12. — El primer tren, que ocupaban alrededor de 800 voluntarios, ha llegado a la estación de Cerbére, procedente de Portbou, o lo 1.25 de la tarde... Lo máquina y los vagones aparecían engalanados con banderas y guirnaldas de laureles. Un coro unánime estalló bajo la marquesina de la estación al unirse en una sola voz asistentes a la recepción y voluntarios, entonando c La Marsellesa ». Un silencio. Y la evocación del momento intenso que no se ha vivido. Los andenes de ja estación francesa — tan cara a los espías de Franco, el militar sin honor que vendió su patria al fascismo — llenos de gente, de una multitud fervorosa, frenética de entusiasmo, orgulloso de los hijos de Francia que llegan de luchar por la libertad de España, que es 'o libertad de Europa. Gentes de todas las clases sociales, de todos los edades. Mujeres, hombres, niños. Unas muchachas llevan, como el hijo que el amor les dará mañano, grandes romos de flores en brazos. Banderas: la francesa — blonco de paz, azul de gloria, songre de libertad —, la españolo — oro de sol, púrpura heroica, rojo de alba —, lo de Cataluña: cuotro llamos en fondo amarillo que evoco lo riqueza de nuestros campos hollados por el invasor. Y bajo las alas mogníflcas, cuando entra en agujas el tren — el monstruo de hierro contado por W o l t Whitmann y cubierto de flores y ensenas —, sin acuerdo tácito, espontáneomente, los voces trémulas, henchidos de emoción, rompen o cantor «La Morselleso>, el himno que ha dado al mundo entero color y resplondor de libertad. Rouget de L'YsIe lo compuso uno noche en Estrosburgo, en coso del alcalde Diefrich, para los soldados de la República... ontes del advenimiento de la República. Rouget de L'YsIe ero un oficiol de artillería monárquico — cel rey, lo nación y la ley> - que o pesor de sus sentimientos monárquicos luchobo contra los ejércitos cooligodos paro invadir lo Francia que quería ser libre. Es decir: ero un militar digno, leol, que no troicionabo o su patria, que no lo vendfo ol extronjero. Ero hombre de derechos, pero no traidor. El himno magnífico fué escrito poro el ejército del Rin y osí se tituló. Pero unos soldados lo llevaron o Marsella y lo cantaban los mcrselleses cuando fueron llomodos o Porís paro osaltor — el 10 de agosto de 1792 — los Tulleríos y barrer o lo monarquía. Y el pueblo bautizó nuevamente la canción revolucionaria del oficial monárquico con el nombre de «Lo Marsellesa». Fué el himno de lo libertod, de lo dignidad, de la fuerzo heroica de un pueblo que despertobo con uno conción en los lobios y un arma en lo mono. Danton había declarado lo patria en peligro y el pueblo francés habió acudido o lo voz potente del repúblico con un «|Presentel> heroico. El ejército del pueblo no tenfo armamento, no tenía vestuario, no tenío municiones, desconfioba de muchos de sus jefeS/ poro lo cual fué necesorio que actuasen bajo lo mirado terriblemente lúcida de los Representontes del Pueblo en misión. Y luchaba contro ejércitos bien pertrechados, bien disciplinados; luchaba contra los mejores ejércitos de Europa, pues Prusia, Fiolonda, Austria, Bélgico, España, Italia, Inglaterra habían declarado la guerro o la naciente República. La República contestaba o lo declaración de guerra cortándoles lo cobeza o Luis XVI y o Moría Antonieto con la cuchilla de la humanitario maquino inventado por el doctor Guillotin. Y al son glorioso de «La Marsellesa» avanzaban los ejércitos de descamisados, y, copitoneodos por Hoche, por Kellerman, por Westermon - el general alsociono al que le cupo el honor de morir con Danton —, por Moreou, por Pichegru, los grandes militores nacidos del pueblo, derrotaban a los ejércitos extranjeros que los emigrados habían llamado pora entregarles — como ese pequeño belloco que atiende por Fronco y que, puesto o mentir, miente incluso con el apellido — su patria otado de pies y monos. Y «Lo Marsellesa» resonaba triunfalmente en el molino de Valmy, en los bosques de los A r d e n n e i en lo Argonne, en Verdun, en Moguncio... Hoy «La Marsellesa» sigue resonando triunfal: no en honor de Bonnet y Dolodier, los amigos del fascismo, los enemigos de lo libertad, los cómplices de Munich, sino paro los hombres dignos que vinieron a luchar en tierro españolo por lo dignidad de Europa. En campoña. ayuda ¿Querrá venir la Princesiía nuestros P a r a MI R E V I S T A D. Diego Martínez Barrio, presidente de las Cortes de la República y del Comité de Ayuda a España. "España coloca el pieito de su guerra al margen de sus necesidades". Esa gran verdad dicha por D. Diego Martínez Barrio, presidente del Comité Nacional de Ayuda a Cspaña, marca el jalón más avanzado de nuestros propósitos. En la lucha desigual que mantenemos contra los tiranos del fascismo internacional nos corresponde a los españoles el papel más digno: luchamos por lo nuestro, sacrificando nuestras apetencias, el instinto de conservación, todas las fuerzas que vigorizan el egoísmo. Se ha de triunfar, tarde o temprano. Sobre tener razón, sabemos mantenernos también con entereza, con fe en los destinos de España, con convencimiento de que resistiendo lograremos imponernos. El sacrificio de los mayores no importa. Hemos de resignarnos a desempeñar el papel que nos ha reservado el destino. Vivimos jornadas históricas y cumple que resistamos, sacrificando toda clase de egoísmos. Quedan, sin embargo, los nnios... * * * "Para la población infantil, lo necesario, y para la población adulta lo indispensable." Así ha sentenciado en buen juez D. Diego Martínez Barrio. Los niños, hombres del mañana, sobre los que ha de recaer la tarea de reconstruir la España martirizada por los nuevos bárbaros, merecen ser asistidos con la mayor solicitud. Todos los sacrificios que se hagan en favor de ellos habrán de parecemos pocos. "¿Es posible que se tolere en esta guerra la muerte de niños ausentes de las causas de la misma?", ha preguntado el presidente del Parlamento de la República. No son sólo los pobres niños inmolados por las furias de la aviación fascista. Quedan los que reciben una asistencia precaria, insuficiente, injusta y tan cruel como inmerecida. Son los 3.715.Ü0Ü niños residentes en la zona republicana. Se les ha de defender a toda costa, arbitráiidose los recursos que sean precisos, apelando a la generosidad de las gentes civilizadas que abominan del martirio a que viene siendo sometida la población civil española. En la coordinacii'm de la ayuda a España está obteniendo IJ. i.irtinez Barrio una serie de éxitos de que puede mostrarse ufano no .sólo por tuant') puedan significar como triunfo~persünal, sino por su trascendencia. Todas las asistencias que recibe el Coiniié N.-.cinnal de Ayuda a España contribuyen a hacer más llevadera la situación a la publacinn infantil de la República. Pero es preciso arbitrar más recursos, buscándolos COIIKJ sea y dondequiera que puedan ser hallados. Pensemos un poco de dónde pueden venirnos... * « * El genio de Walt Disney, creador de tantas maravillas cinematográtu s, li.i culminado con la producción de "La princesita Blanca Nieves v los siete enanus', i:i a España Blanca Nieves en auxilio de Por Manuel NOGAREDA ninosí? /N# cuento de Grim ha sido llevado a la pantalla gracias a un esfuerzo enorme, después de ser vencidas un sinnúmero de dificultades de carácter técnico. Dondequiera que ha sido presentada esa película ha hecho verdadero furor. En París lleva cerca de un año de proyección en las mejores salas de espectáculos, sin que cese el público de afluir a las taquillas, disputándose las localidades. . ¿Por qué no ha de venir a España la "Princesita Blanca Nieves con sus siete enanos" en auxilio de los niños republicanos? Se oponen dificultades de carácter económico. Sería dificilísimo poder vencerlas si se tratase exclusivamente del carácter mercantil que pudiese tener la explotación de la cinta. Presumimos que no serían tantas si se buscase una solución más humana. Quizás esté en manos de D. José Prat, el culto subsecretario de la Presidencia, animador de las temporadas líricas que se han sucedido en el Gran Teatro del Liceo. Los principales artistas cinematográficos de Hollywood han manifestado reiteradamente su simpatía en favor de la República española. Supieron despedir dignamente al lobezno de Mussolini y ahora se han quitado de encima a la zorra de Hitler, dándole a entender que el clima de California no es propicio para las manifestaciones iascistas. ~ ¿Por qué no acudir a ellos en nuestro trance? Hay que decirles, con la emoción que debe ponerse en la demanda, que 337.000 niños menores de un año, 56.300 de un año a dos, 82.900 de tres años a cinco y L986.000 de seis a doce años, necesitan ser vestidos y alimentados. Que es preciso, además, ofrecerles la asistencia espiritual que les haga olvidar el terror de las horas trágicas a que les condenan los aviadores al servicio de Franco. No han sido parcos en ofrecernos cuantos elementos les han sido solicitados. Se han sabido adelantar a nuestras peticiones, mostrándonos su solidaridad de manera generosa. , Ahora es cuestión de recabar su concurso para algo que, aun cuando sea muy difícil, es hacedero. ¿Por qué no pedirles que gestionen de la Radio Films que cedan una copia de la genial realización de Walt Disney? Si "La princesita Blanca Nieves y sus siete enanos" necesitan alojamiento que cuadre con su rango, ¿verdad, Sr. Prat. que podría habilitárseles el Oran Teatro del Liceo? El Comité Nacional de Ayuda a España puede encontrar el filón que necesita para atender a las exigencias que plantea la población infantil española. Brindamos la idea a ü . Diego Martínez Barrio, hombre generoso que sabe interpretar todas las intenciones y alentarlas cuando se inspiran en nobles ideales ¿Querrá venir "La princesita Blanca Nieves y sus siete enanos" en auxilio de los niños de España? Será cosa de preguntárselo. Unidades prestigiosas del Ejército de la República £/ 7: JSaíaííón ¿k "^tanópatte Por E. R. F. El desarrollo constante en organización, capacitación y disciplina que caracteriza al Ejército de la República lo señalan algunas unidades en vanguardia por el esfuerzo y entusiasmo de sus jefes y comisarios, secundados constantemente por todos los oficiales. En este entusiasmo colectivo reside el triunfo del Ejército de la República y en esta cohesión y labor combinada de todos es donde está el secreto del notorio y franco progreso de la capacidad militar de España. El 7.° Batallón de Transporte, por su historial, sus componentes y su labor realizada desde el principio de la sublevación fascista e invasión de España merece especial mención y MI REVISTA se complace en honrar sus páginas dando a conocer al pueblo el esfuerzo de tantos compañeros cuya obra, ya bien definida, merece citarse como ejemplo. Antecedentes A base del personal procedente de las antiguas Milicias que con el nombre de Transporte de Guerra y dependiendo de la Consejería de Defensa de la Generalidad efectuaban lodos los servicios de frentes, fué creado, en virtud del Decreto de militarización del Gobierno de la República, en julio de 19.37, el 7.° Batallón de Transporte, confiándose su dirección al capitán D. üantos Gamero Abarrategui, en atención a sus condiciones de militar profesional en transportes de guerra. Su cuadro de mandos, formado por hombres expertos en transporte, fué creado seguidamente, pasando a funcionar bajo las órdenes de la Dirección de los Servicios de Retaguardia y Transporte del Ejército del Este, quedando establecida su Plana Mayor en Barcelona y teniendo en servicio dos compañías en el Ejército del Este y una en el de Extremadura, en cuyos sectores llevaron una actuación que les mereció ser felicitadas por sus superiores en los mencionados Ejércitos. En noviembre del mismo año era trasladada la residencia del batallón a Bellpuig, completándose allí con gente experta sus cuadros de mando. "Fué en el mes de diciembre de lO.n, en ocasión de la gesta de Teruel, donde la gran capacidad de ser%'icio del 7." Batallón fué puesta a prueba, especialmente sus 5." y 7." compañías, destacadas en .Mora de Rubielos y mandadas por los t.i|)it,iiKs don Francisco García Martín y D. Joaquín Canellas Báguenas, cuyos soldados, con esfuerzos de resistencia al frío y al agot.imicntn que hoy parecen increíbles, se hicienm merecedores de la entusiasta felicitación del Alto Mando del Ejército de Levante. Aquella acción gloriosa, pródiga en experiencia, dio la prueba del gran papel que debía confiarse al transporte en el desarrollo de nuestra lucha, siendo así que determinó la creación de un nuevo batallón, el 8.°, cuya organización fué encomendada a nuestro jefe, capitán Gamero, haciéndose entonces cargo de la Jefatura del batallón, por orden de la Superioridad, que asi sabía reconocer sus justos merecimientos, el que hoy es nuestro comandante, D. Francisco García Martín. En mayo de 1938 En ocasión de la ofensiva facciosa por tierras de Aragón, el 7." Batallón demostró nuevamente sus grandes cuali'jads's colaborando eficazmente a de'^ener li e.mpuje enemigo. Poco después fué estab'jcida la residencia de la Jefatura en Sugarra de Gaya, pasando de allí y al cabo de dos meses a Viiaboi y en cuyo período empieza a realizarse una nueva gran transformación en la marcha de la Unidad, que se estructura en seis compañías, algunas de las cuales son dotadas seguidamente con excelente material moderno. Debe tenerse en cuenta que en aquellos días, y al producirse el corte de las comunicaciones por carretera con Levante, quedan aisladas del resto del batallón las 5." y 6." compañías. Es entonces y por orden de la D. T. C. que la L" y 6." compañías, reorganizadas, pasan aprestar servicios a todos los frentes de Cataluña, servicios que realizan de una manera intensa y perfecta. En virtud de uneva estructuración se pasa a depender directamente~de la Dirección de Transportes por Carretera. Y llegamos a lo que podríamos llamar el período de madurez del 7.° Batallón. Bajo la certera dirección de su comandante y del infatigable comisario D. Saturno Vila, secundados por la demás oficialidad y por el gran entusiasmo de los soldados, la vida del 7." Batallón su desarrolla de una manera normal y perfecta en todos sus aspectos: Prestación de ser\¡cios, organzación administrativa y ecomiiuica, labor de Comisariado, etc, etc. líe .Kiiií, pues, sucintamente resumida, la vid.i dei 7." Batallón de Transporte AutoiiKjvil, relativaiiH'iile corta en duración pero extraordinariamente |iródiga en actividades y alentada siempre por su gran amor a la República y a la causa de la Libertad, y realizada por hombres que por encima de todas las vicisitudes de la lucha no han aspirado a otro titulo que al de HOMBRES. ÍA • „ n Saturno Vi\a. El E, comisario uD.. » desempeñaba J ' i.° cíJt* "*si.* s . í f \ f «„ r r a^^^^^^^^^^^ "«'•V' rie'a""" """"srco»'»p"»"fí i!»v«"« nlantea y c¡"'- "" '.^-..^ nos otrecc ^-omisarios y Idealista convem:.do deben se^ o ^ ^„,,a. dera imaget, dejo^.^j^ j„ega en núes _^^^,,,,«,,*^ papel que su ^^^^^^^^^^^^^^^...>..v,«*«í»55»-'-^ CONDUCTORES... Soldados del Transporte; facciones rudas de luchador, bajo las cuales se esconde un gran corazón de antifascista. Hoy, empuñando fuertemente el volante, como ayer oponiendo su pecho en la calle a la militarada en rebeldía, se encuentran en ellos reunidas todas las grandes cualidades del soldado republicano: heroísmo, firmeza y, por encima de todo, un gran amor a la Libertad y una confianza absoluta en el triunfo de la causa del Pueblo. ENLACES Le vemos en todas partes. Caballero de su frágil y estrepitoso corcel, el enlace pasa delante nuestros ojos como una exhalación. Nunca va despacio. Es la verdadera imagen del dinamismo y la rapidez que la guerra reclama. Para cumplir la orden recibida no cuenta para él ningún obstáculo. Ni las distancias, ni las malas carreteras, ni la fuerza de los elementos consiguen detener su marcha. Le hemos visto pasar, casi desaparecidos él y su máquina bajo el polvo de los caminos calcinados por un sol implacable. Le hemos compadecido al verle seguir impasible su ruta bajo una lluvia torrencial o bajo la tortura punzante del frío que le amorata el rostro y le entumece los músculos. Le hemos visto ir y venir infatigable, escurriéndose ágilmente por un laberinto de tinieblas y de camiones en las caravanas nocturnas y le hemos admirado llenos de emoción, lanzarse temerario en los virajes con una precisión y un dominio perfecto de su máquina, cuyos intrincados elementos, semejando una figura de una nueva mitología, forman un todo con su intrépido jinete. Nada consigue contrariarle. El enlace nunca pierde su serenidad y soporta con valentía todos los inconvenientes y todos los sacrificios, porque él se consi- dera largamente recompensado por el hecho de tener "su máquina", aquella máquina que en su vida civil tanto había sonado o tantas emociones le había producido; aquella máquina obediente, dócil y fuerte que le tenia apasionado y con la que se proporcionaba la manera de satisfacer sus viriles deseos de contacto con el peligro. Convertida su máquina en arma de guerra y aviv^ado su entusiasmo al saber el porqué lucha, el motorista no podía ser otra cosa que lo que ha demostrado ser: Un valiente y un hombre. s u MARIDO, MUJER Uno de esos misterios inexplicables, tan corrientes en el país del dólar, es el caso de la señora de Michael Hi^glns (derecha), quien durante cuatro afios do matrimonio no supo nunca que su marido ora una mujer. Arrestado en Los Ángeles por fraude, las autoridades descubrieron en seguida su verdadera c o n d i c i ó n . El presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales, D. Pedro Vargas, el teniente coronel Nogués, ¡efe del Crim 17, y el comandante Pardo, ¡efe del Batallón 18, con el directorde «Mi revista». Rubio Fernández, y el compañero Eduardo Zamacois, en la inauguración del Hogar del Soldado de dicho batallón. 1[\jiimM Monumento a Clemenceau en París, el h o m b r e que supo ganar lo Gran Guerra a despecho de la reacción francesa. Don Indalecio Prieto, ex ministro de Defensa y presidente de la embalada que sale pora Chile en representación de la República, y que ha sido elegido asimismo presidente de lo Unión Iberoamericana. /^•,g,^i::.syi:.g>^^^>%>gyi^s>'i¿-s>^i>ir^'i^'^>'iy^y%>\\ Hemos aprendido en la democracia a respetar el criterio ajeno, en problemas en los que disentimos con sincera convicción, pero no a compartirlo con espíritu gregario, acomodaticio o resignado. No, amigos m í o s . En estas columnas no se ha hecho nunca crítica negativa, ni se hará, pero no podemos renunciar a la crítica constructiva que de una manera ponderada corrige, orienta y sugiere. Cuando se trata de intereses generales, quien tiene la obligación de defenderlos, lo primero que debe hacer es prescindir del amor propio, porque lo más probable es que imponga un juicio parcial e injusto. Y esto, además de ser impropio de estos tiempos que corremos, puede ocasionar un perjuicio moral a la República. Quien ha recibido el encargo de señalar las obras teatrales que deben SI. ser retiradas de los carteles por considerarlas con tendencias contrarias a los postulados de nuestra causa, ha cometido un error que queremos anahzar. Los comediógrafos españoles — con honrosísimas e ilustres excepciones—se han entregado durante una veintena de años a escribir un teatro exclusivamente p á r a l o s gustos de la clase media acomodada y de la burguesía y plutocracia frivola. Un teatro para el pueblo no se ha hecho. Ni se ha cultivado el drama ni la comedia de costumbres, que es donde se podían haber reflejado los estados de espíritu de la masa, sus inquietudes y sus ilusiones truncadas por la incomprensión de las clases directoras. Se ha prodigado un teatro cómico, que a veces llegaba a las piruetas y contorsiones del espectáculo circense; se han fabricado, en serie, los vodeviles, que si escritos por plumas francesas tienen ingenio y fina picardía, arreglados por «escribidores» indígenas resultan de un tono escatológico y plebeyo; se han estrenado revistas en las que no ha podido alcanzarse la suntuosidad y el buen gusto, el colorido y el efecto espectacular de las de Londres, París y Nueva York, y que no tenían otra finalidad, en la mayoría de los casos, que la de darnos a conocer <vedettes> que tenían más de mujeres guapas que de artistas. La síntesis que acabamos de hacer no puede ser más desoladora, pero es verdad. S>Í^S>=?>-S^«^S>í>'«>^'%NÍ^'S>í;'i^«>'S>«'S>*>».1 ¡ La República, donde se han creado tantas cosas, donde han surgido tantos valores imperecederos, no tiene hoy ni dramaturgos ni comediógrafos «suyos». ¿Dónde está el drama, la comedia y la revista de guerra? El temperamento artístico tiene como base de actividad sentir la emoción del espectáculo de la vida en los diversos matices espirituales de que es pródiga la civilización. No tienen culpa los autores de haber amanerado el teatro. Acaso hemos de buscar las causas en las persecuciones sistemáticas de los gobernantes de la monarquía contra todo aquello que tuviera un significado liberal. Se ha hecho ley el aforismo de que «hay que dar gusto al público porque paga», y en las salas de espectáculos la clase de tercera, como en los trenes expresos de lujo, era muy reducida. Las butacas y los palcos han estado ocupados siempre por gentes a las que molestaba pensar y emocionarse. Hasta ahora, después de dos años de guerra, no han surgido los autores que obliguen al público a pensar y a sentir, y hemos de aceptar los repertorios que antes de la gran tragedia que vivimos eran lo que se llama en el cargot» teatral céxitos de taquilla». Muchos autores celebrados, que ostentaban un apoliticismo hipócrita, en cuanto surgió la lucha clasista se apresuraron a pasarse al lado de los facciosos. Les pareció más cómodo y más conveniente a su egoísmo de autores teatrales. No pudieron llevarse sus obras, ni, puestos fuera de la ley, podían prohibirlas. Éstas — comedias, saínetes, revistas y casi ningún drama — no tienen una tendencia ni doctrinaria ni sectaria contra los principios fundamentales de la República. Las comedias, o son de color de rosa o de una cursilería insoportable; las revistas son escaparates para exhibir un desnudismo casi integral y con i4^s=<5^«»»-s<s-<s^^5^«>;5^«=^5Ka?<»'af<S'*>^a'í*>^a^if<a'Cí^^ escasa originalidad de presentación; los saínetes, con alguna rara excepción, son imitaciones nada extraordinarias de los maestros en el género; y en los dramas, si hacemos un análisis de méritos, después de García Lorca, Alejandro Casona, entre los modernos, y de Benavente entre los antiguos, sólo hay atisbos que no han llegado a cuajar. Así planteado el problema no había más remedio que aceptar para distracción y solaz de nuestra retaguardia heroica aquellas obras conocidas, sin tendencia política. Para la renovación del teatro y de la novela hemos de esperar a que la gran tragedia tenga perspectiva histórica. Serenos los espíritus, los recuerdos dramáticos tendrán por fuerza que hacerse expresión artística. Surgirán el teatro y la literatura de la nueva España. Y latirá en ellos un sentido humano y universalista de las pasiones y los sentimientos que agitaron al país en medio de la sangre, del humo y del fuego de la guerra. * »» Posiblemente una de las misiones más difíciles para un hombre inteligente es ejercer la censura. Hay que ser un maestro de la objetividad; hay que olvidar el propio criterio; hay que tener puesta la atención en el Interés político y social del Estado. Los censores teatrales han suprimido del repertorio más de cien títulos. Si Con ello se hubiera perseguido una selección depuradora en el terreno del arte, nada tendríamos que objetar. Pero la anulación está orientada en un escrúpulo que no dudamos en reputar de ingenuo, por la sencilla razón de que nadie sale beneficiado. No es éste el camino. Mientras no sea mejor de lo que teníamos lo que tenemos, hay que ser tolerantes y comprensivos. Hagamos una selección inteligente, no una eliminación caprichosa, a base de un escrúpulo tan sutil que no es justificable. Hay una solución intermedia que puede colocar las decisiones en un plano de justicia. Represéntense las obras de autores fascistas, si tienen méritos para ello y no atacan al régimen, pero los derechos de autor que sean ingresados en la Caja de Reparaciones. y\sí de este modo el arte no se arrincona, y el dinero que no pueden cobrar los autores fascistas pasa a ayudar a los cuantiosos gastos de la guerra. Con un criterio de unanimidad, para que no ocurra lo que ocurre ahora: que hay obras que se representan en Madrid y Valencia y no pueden representarse en Barcelona. Hemos lanzado al surco de la buena voluntad la semilla de una sugerencia. ¿Germinará en la buena Intención de los directores de los espectáculos catalanes? Germine o no, ahí queda la iniciativa con el deseo de rectificar un despropósito. «Las trincheras de París » Luis Capdevila, nuestro compañero de Redacción, el hombre de la inquietud y de la originalidad, con su seriedad característica y su humor con monóculo, ha escrito últimamente una obra teatral, titulada L a s trincheras de París, que ha merecido los honores de ser premiada en un concurso. La obra en cuestión tiene la virtud de retratar de una manera sangrienta, pero con precisión de objetivo, a unos cuantos personajillos catalanes más o menos cínicos que escapan mal de la sátira teatral de nuestro inquieto compañero. Detrás de la trinchera parisiense viven una vida ^de regalo y de holgura—alguno de ellos— , pero haciendo alarde de pudibundeces por el sacrificio que significa vivir lejos de nuestras auténticas trincheras de lucha y de privaciones, sufriendo un exilio molesto para mejor servir a la causa por la que gustosos padecen este supremo sacrificio. La feria de cinismo que con tanto valor acomete Capdevila para hacerla desfilar por el tablado se refiere a dos o tres personajillos, como decimos antes, catalanes, que por aquí todos sus paisanos ya los habían puesto en solfa. Ahora falta un autor castellano que con monóculo o sin él tenga la misma valentía para arremeter contra los luchadores en la trinchera parisiense no catalanes, que también los hay numerosísimos disfrutando de sinecuras magníficas y con un rictus de dolor en sus labios cuando hablan de España, pasean por los bulevares haciendo resaltar de una manera escandalosa sus servicios a la causa, de los cuales el mayor, el que no podreinos agradecer bastante los que nos quedamos por aquí, es su salida de España en estos momentos donde todos sus sentimientos de patriotas y todos sus entusiasmos de. luchadores se ven postergados. Pero he aquí una lección que dan estos austeros ciudadanos a los que no creen en la política ni en la eficacia de los partidos; por mandato de ella y por subordinación a estos calumniados partidos es que tienen que consumarse estos sacrificios. ¡Claro que al terminarse la guerra se les hará' justicia cumplida! ¡Que no lo duden ! La duda nos olcn. Dtlos los que debemos contribuir a que se les iinga pí Rumbo a Costa Rica VI íbamos a bordo del viejo "Nicarao"; una insegura y achacosa cascara de nuez que no desplazaría arriba de doce toneladas. El tiempo era magnífico. El lago de Granada extendía a nuestro alrededor su cristal inquieto, titilante, furiosamente bruñido bajo el sol. A un lado el volcán Mombacho, de trágico historial, sumergía en las aguas su sombra ingente y cerúlea, y las orillas, cubiertas de lozana vegetación, escapaban hacia la lejanía zigzagueando, semejantes a dos rúbricas de esmeralda. A poco—casi de repente—el cielo se obscureció, el viento comenzó a picarse hasta convertirse en tempestuoso y nuestro barquichuelo dióse a ejecutar, asi en su línea de eslora como la de manga, toda clase de aflictivos rebrincos. Pirueteaba el maldito como un conejo. Fué necesario amarrar sólidamente los equipajes, y como no teníamos cámara donde refugiarnos, hubimos de asirnos a las bordas para no caer al suelo. Una ola tiró el bote salvavidas—sólo portábamos uno—al agua y el vendaval se lo llevó. Otra arrancó varios tablones. Toda la armazón del buque crujía. ¿Por qué a este mar los conquistadores de Centro América le llamarían Mar Dulce?... Tan hostil se mostraba el tiempo, que el patrón desistió de arribar al puertecillo de San Jorge, término del viaje, y a las siete de la tarde fondeamos al abrigo de la isla Ometepe, cerca del caserío de Mozogalpa. En aquella rada sobre la que el volcán de la Concepción, plantado delante de nosotros, tendía una sombra aquietadora, severa y enorme, las ondas dormitaban. Un silencio adormecedor llenaba el paisaje; cesó el trajín de la hélice, las cuadernas dejaron de lamentarse y el "Nicarao" se balanceó con la alegría del caballo al que se le acaba de quitar la montura. Llegada la noche todos los pasajeros nos echamos a dormir, unos al lado de otros: don Lucas y Sebastián Arroyo, en el suelo; Márquez, sobre un banco; míster Ward, en una litera; yo, hundido y como pescado, entre las mallas de una hamaca. Y siempre que algún cuneo del barco me despertaba, la imagen de Sombrita, bañada en luna, con los brazos desnudos y las manos cruzadas sobre la cabeza, venía a inquietarme. A la mañana siguiente, nniy temprano, desembarcamos en San Jorge, donde luego tie ilespedirnos de Arroyo y de Ibáñez, que necesitaban regresar perentoriamente a Granada, nos trasladamos en coche al vecino pueblo de Rivas. Allí, mientras almorzábamos, mandamos colocar nuestros bagajes—cuatrocientos kilos, aproximadamente—en una carreta, y mediaba la tarde cuando salimos a caballo hacia San Juan del Sur, el puerto más meridional de Nicaragua. Pepe Márquez, que no había jineteado nunca, añadió a la excursión un sabrosísimo pique cómico. Gracias a él, toda la ruta fué de risas. Mi secretario se afianzaba a las crines de su cabalgadura con entrambas manos, a cada momento los estribos se le salían de los pies, y el cuerpo se le iba tan pronto a un lado como a otro. Era algo invertebrado, fofo. Parecía un muñeco. —¡No galopen ustedes!—nos gritaba. No podía imitarnos y caminaba al paso, solitario y furioso, masticando reniegos. Las nueve de la noche serian cuando descabalgamos en el corral de la única posada que había en San Juan del Sur. Mientras nos aderezaban las camas y la cena, Márquez bordoneaba por el comedor con las piernas muy abiertas y las manos en aquella parte de su persona que la montura más le había maltrecho. Cada movimiento le arrancaba un quejido o le afligía el rostro de modo que hubiérase creído que iba a caérsele la mandíbula. A acrecentar lo caricaturesco de su figura cooperaban las extrañas arrugas de su traje. Repentinamente, cual por obra de un ensalmo burlesco, las mangas se le habían quedado cortas, y el panlalón a media pierna. A Márquez la perspectiva de tener que sentarse para cenar, le arrancaba ayes amarguísimos. —Aseguro a ustedes—decía—que el menor roce me hace ver las estrellas. Esta noche no voy a poder dormir ni boca abajo. , Para demostrarnos que no exageraba se bajó los calzones y nos de.scubrió, a la luz de un quinqué puesto sobre un taburete, la zona lastimada. Nos quedamos horrorizados. Tenía la rabadilla en carne viva, y su nalgatorio recordaba las marinas de Sorolla. ¡Qué ocres, qué violetas, qué añiles!... A Ward y a mí aquel trasero nos producía el efecto de una puesta de sol, y así recomendamos a Márquez que, en la primera oportimidad, concediese a sus maltratadas posaileras los honores de la fotografía; con cuya ocu- Por Eduard ZAMACOli nencia acabó por echarse a reír y, de pronto, se halló más aliviado. * * * Al otro día, ya muy entrada la mañana, dejamos San Juan del Sur embarcados en una lancha gasolinera; una lanchita poco mayor que un zapato. Nuestros baúles los acomodamos en el fondo de la embarcación, cubiertos por varias telas impermeables, y encima nos tendimos los tres, quedando así expuestos a cuantos rigores atmosféricos pudiesen sobrevenir. Los tripulantes, que eran dos, se colocaron a popa, al cuidado de la máquina y del timón. Durante los cinco o seis primeros minutos todo marchó bien: el piélago verdoso y terso, el espacio añilado, el pueblecito blanco, disperso a lo largo del rubio arenal de la playa; y al fondo de una hilera de montañas azules, y en el muelle varias manos amigas —las últimas manos nicaragüenses—que nos decían "adiós"... No faltaba, de consiguiente, ninguno de los tópicos indispensables a todo buen paisaje. Mas no bien salimos de la rada el viento se nos puso de proa, y con él su inseparable aliado el mar. Las olas espumeantes galopaban ininterrumpidamente sobre la minúscula embarcación, empapándonos de pies a cabeza. A los pocos minutos nos hallábamos completamente mojados. Apenas pudimos comer porque con el agua los alimentos se nos deshacían entre los dedos. Los cigarrillos quedaron inservibles, de suerte que hasta el consuelo de fumar nos faltó. A veces las olas se sucedían con tan apretado ahinco, que costaba trabajo respirar. Enrique Ward, a fuer de inglés legitimo, sufría en silencio; en cuanto a Márquez, que no cesaba de renegar de su sino, yo procuraba confortarle asegurándole que el agua salada era excelente para curar las despellejaduras. ¡Cinco horas se prolongó el chapuzón!... En El Tamarindo, que éste es el nombre del apeadero adonde nos dirigíamos, nos aguardaban varios jinetes, militares unos y otros paisanos, y todos de muy gentil presencia. El Mayor don Aquiles Martínez y Quesada se adelantó, y cuadrándose ante nosotros, pronunció estas palabras generosas e hidalgas: —Os traigo el saludo de mi Gobierno, al cual me permitiréis añadir el mío. Sed bien venidos a esta tierra de Costa Rica, que os conoce y os quiere. Entrad, señores; tomad posesión de vuestra casa. Después me alargó su diestra, flaca y nerviosa, y yo experimenté una emoción hondísima; una emoción de raza. Era el presentimiento, confirmado después de mil delicadas maneras, de que todo un gran pueblo acababa de estrecharme la mano. Inmediatamente montamos en los caballos que nos tenían reservados y a la sonochada llegamos a La Cruz, donde dormimos; o para decirlo más exactamente, donde nos acostamos, pues el mucho molimiento de nuestros huesos, de una parte, y de otra el frío del larguísimo remojón sufrido, apenas nos dejaron cerrar los párpados. A la tarde siguiente salimos de La Cruz a caballo y escoltados por el comandante don Julio Ugalde, el Mayor Martínez y (jiiesada, y el profesor don Otoniel Vega, quienes nos acompañaron hasta un lugar del bosque denominado Tierra Blanca. Allí nos despedímos de ellos y reanudamos nuestro éxodo Iras el guía, cuya figura blanqueaba en las crecientes penumbras del crepúsculo como una aparición. Cabalgábamos en hilera por un angostísimo camino bajo la liniebla, por momentos más densa, que descendía de los árboles. Delrás del guía—Polícarpo se llamaba—iba míster Ward; luego, yo; Márquez cerraba el convoy. —¿Cuándo llegaremos a Santa Rosa?—pregunté al indio. — No descuidándonos—repuso —dentro de cinco horas. Detrás de mí, en la obscuridad, oí suspirar a mi secretario: suspiro que de parte a parte debió de traspasarle, ya que no era su corazón, sino sus cuitadas posaderas, las que se quejaban. Seguí averiguando: —¿Y de Santa Rosa para dónde salimos? —Para Liberia; el camino podemos hacerlo en seis o siete horas. Allí dormiremos. —¿Y desde Liberia a Puntarenas, verdad?... —No, señor; desde Liberia iremos a la hacienda de El Viejo, residencia de don Alfonso Salazar, gobernador del departamento de Guanacaste. —¿Siempre a caballo? —Siempre. En El Viejo haremos noche. —¿Y en seguida a Puntarenas? —jQuiá, no señor! Desde El Viejo tienen ustedes que ir a Puerto Ballena. Este diálogo, sostenido a voces en la tiniebla y el silencio de la noche, parecía lloviznar un tenue desaliento sobre la caravana. ¿Adonde íbamos?... ¿Existía Puntarenas?... ¿Qué significaba aquella sucesión inacabable de cortijadas y de pueblos?... Y aquel guia, ¿no sería un fantasma, el San Juan de un más allá quimérico? —¿Y en Puerto Ballena?^—insistí febril. —Én Puerto Ballena—aclaró Polícarpo—tomarán ustedes la gasolinera que va a Puntarenas. —¡Luego Puntarenas es una realidad!—grité con el júbilo del náufrago que, tras una larguísima inmersión, vuelve a flor de agua. El indio giró la cabeza para mirarnos, y en el cobre de su rostro la risa dejó blanquear losdientes. —¡Claro que si!—exclamó—. De Puerto Ballena a Puntarenas no tardarán ustedes más de ocho horas. Efectivamente, este programa fué cumpliéndose punto por punto. Hemos vadeado numerosos rios: el Tempisque, el de Los Ahogados, el Colorado, el Blanco, etc.; hemos cruzado llanuras con un sol de infierno a la espalda; hemos visto serpientes, colgadas de las ramas en acecho de una presa; y ciervos, con ojos dulces de mujer; y caimanes verdosos y enormes; y monos vocingleros y cariblancos que parecían burlarse de nuestra fatiga desde la copa de los árboles; y en el polvo de los senderos hemos reconocido las huellas del león. Fué un viaje agotador, ciertamente; pero, por lo accidentado, inolvidable y exquisito. —Con la diferencia—nos explicaba Márquez después a Ward y a mi—que ustedes lo hicieron sentados, mientras yo lo he hecho parado sobre los estribos. —¿Todo el trayecto? —Todo el trayecto. —¿Sin sentarse ni una vez? —Ni una vez. ¡Palabra! Y su cara se iluminó con la noble luz de la sinceridad. Era evidente que no hiperbolizaba, que no mentía. ¡Hombre estoico, te creemos! Puedes decir que viniste desde La Cruz a Puntarenas a pie; hazaña que habrán efectuado muy pocos, y con la rara particularidad de que no fueron tus pies los que se estropearon en el camino. Y así, la mayor gloria de estos esforzados lances de mar y tierra te corresponde, porque tuyo fué el más grave dolor. ?9<?^^<?<:?<?9V^;'<?<?^^^ 81 &fy r El Guadalcjuivir y el Ebro cantan un mismo sentir, rasgueando en sw guitarros un cantar que dice así: Las dos columnas de España son Ebro y Guadalquivir; si Guadalquivir se pierde, el Ebro se queda aquí. A la jota, jota... que éste no se marcha, porque al que se arrima le muerde y le ladra. Hoy en toda Andalucía no quedan más que tarantas y fandangos de Almería. Se perdió la malagueña y el fandanguillo y el tango, la debía y la buleria ; no nos queda en la garganta más cante que la taranta, el cante de los mineros de Linares y Herrería, y el fandango bullanguero que se canta en Almería. Pero el fandango y la jota tienen el mismo compás, y en las tacitas de plata de las mocitas cuando salen a bailar, dicen su canto y su pena sobre falsetas murcianas a estilo de Cartagena : Primita, primita hermana : vente conmigo a Herrería a tirar a la barrena...; yo te diré mi sentir; junta tu pena gitana con la jota y ¡a sardana; echa en el Ebro, morena, con lágrimas de tu pena, flores del Guadalquivir. Ebro..., en lo canción de jota que en tus orillas se canta, suena la nota remota que entona con la voz rota una copla de taranta. Y la andaluza canción dice: Bebida en el Ebro tengo contra la facción '^irtS^ KMMAAAAAAAA/^A^v^g^?'>Vi^sazg2gZS5AAAAA^^ o Por Enrique LÓPEZ ALARCÓN ff'^V hi ven.íanzn en el cerebro y el odio en el corazón. Ebro..., cierras como un guante la unidad de carne y uña — de platino y de diamante — que fragua un pueblo gigante de Aragón y Cataluña. Hoy en tu destino adverso llevas, entre sangre y llanto, entre tus ondas disperso tanto valor... ¡tanto... tanto!, que no me cabe en el verso. Las dos Españas están jugando su vida a escote, pero en nuestro bando van la lanza de D. Quijote y la espada de D. Juan. Otro milagro no esperes que el que han hecho los cuchillos con que a los traidores hieres...: contemplando como mueres, ya no tiemblan las mujeres ni piden pan los chiquillos. Ebro..., camino de plata, luminar de España nueva..., no lemas que te rebata el odio con que se ceba en ti la inmunda reata de señoritos rufianes, capitalistas ladrones, fanáticos capellanes, políticos ganapanes y militares felones. No temas que a íu sanción pudiera oponerse nada...; porque el Ebro es el copón que custodia la razón de la España consagrada. Primita... primita hermana: vente conmigo a Herrería cantando jota y sardana; ya no hay en Andalucía ninguna pena gitana que cante la pena míe... con jipío en la garganta más que coplas de taranta y fandangos de Almería. Híirirlnrui II M. nsiFuÉsuviDn UN HOMENAJE A DURRUTI u La Exposición documental de la 26 División Representantes del Comité N a Para conmemorar el segundo aniversario de la gloriosa muerte de Durruti, bravo guerrillero de nuestra guerra de independencia, la 26 División ha celebrado en ción a I de la C. N. T. en la nuestra ciudad una interesante Exposición, a la que han Exposición de aportado, los valerosos combatientes de aquélla, pruebas homenaje a documentales de su actuación en los frentes donde sin Durruti. descanso alguno y con sin igual tesón han luchado contra el fascismo «nacional» y el fascismo extranjero. Para los que hemos vivido desde sus comienzos nuestra guerra, esta Exposición es pródiga en recuerdos y enciende muy vivamente la llama inextinguible de las emociones. Esas fotos en las que aparecen plasmadas los gestas de los guerrilleros de Durruti, hoy encuadrados disciplinadamente en una unidad de nuestro Ejército; esos trofeos cogidos al enemigo en valerosa lucha; los periódicos murales, los gráficos de las operaciones y esas vestiduras que cubrieron el cuerpo robusto, atlético, del fiero luchador leonés, |cuántas y cuántas cosas nos evocanl Bujaraloz, camino lleno de dificultades de Pina, Farlete, Monegrillos, Siétamo, Madrid... En todas esas tierras la sangre de los valientes soldados de la 26 División encendió rosas de fuego que eran símbolo del afán liberador del pueblo español. Viendo esto Exposición se sigue paso a paso la trayectoria emprendida por aquéllos milicianos que el 24 de julio de 1936, sin armamento apenas, pero con mucho coraje, Durruti, el se opusieron al avance de los sublevados por tierras de guerrillero Cataluña y conquistaron pueblos y más pueblos de Aragón. Vivo Durruti, su entereza y su valor encorajinaban o sus hombres. Muerto Durruti, su espíritu ha seguido proyectando sobre sus hombres un valor indomable, una audacia sin límites y un firme afán de vencer. Renunciaron a todo lo que fué preciso renunciar, que era mucho, para ir con paso seguro camino de la victoria. Así cumplieron con fidelidad la consigna del malogrado guerrillero: «Renunciamos a todo menos a la victoria.> La Exposición de la 26 División es un magnífico documental de nuestra guerra. Examinando todas sus instalaciones, puede justipreciarse la grandiosa labor de Durruti y de sus milicionos. Todas osas fotos y esos periódicos murales y esos trofeos ante los cuales se detienen con visible devoción millares y millares de ciudadanos que a diario visitan la Exposición habrán de servir muchísimo para la historia de nuestra guerra, que en definitiva será la historia de la nueva España surgida al ímpetu bravo, avasallador de un pueblo que se levantó airado con noble gesto frente a aquellos que querían sojuzgarlo. de la bertad. li- 1 NUESTRA RETAGUARDIA g ;iiititiiiiiiiiiijJJiiiiiiiiiii[iiiriiiiiiiiiiJiiiiiiiiiilii)iiiiijiiiiiMiiiiiiiiriNririiiiiiiriiiiiiiiiMiiiiii[iiiiitiii La labor I humanitaria y antifascista de S. I. A. Para «Mi revista» P o r J u a n M . SOLER miímmsmmmmmmmmmmmmmmmmm^ Ellos y n o s o t r o s Allá en las tierras de la zona española dominada más que por Franco por las mesnadas extranjeras, se resisten las gentes a desprenderse del dinero para subvenir a las apremiantes necesidades de la guerra que provocaron cuatro militares ambiciosos y unos cuantos políticos saturados de rencor y de afán caciquil. A las buenas, no hay apenas quien se decida a dar unas pesetas para los heridos ni para los gastos de guerra, que cada día van más en aumento en la España insurrecta, porque ni alemanes ni italianos trabajan gratuitamente y sus exigencias en lugar de decrecer van en crescendo de' una manera alarmante. Los gobernadorcillos que actúan a las órdenes inmediatas y despóticas del odioso Martínez Anido—manos tintas en sangre—, se ven negros para obligar a sus subditos engrosen las innumerables suscripciones que militares, falangistas y requetés idean prolijamente disfrazándolas con diferentes objetivos que convergen al fin en uno solo: alimentar las exhaustas arcas del tesoro franquista. Nada importa que a los heridos les falten gasas, vendas, medicamentos y los más precisos alimentos; poca importancia tiene que en la retaguardia se carezca de lo más preciso y los oprimidos por la barbarie extranjera tengan que ir miserablemente vestidos. La inmensa mayoría del pueblo sometido ni yugo de Franco cree que es éste quien debe pagar, ya que ¿I fué quien creó la difícil situación en que se desarrolla su vida. Y nada digamos de cnanto hace reierencia a los innúmeros huérfanos y a los millares de viudas que arrastran su dolor y su miseria por la España rebelde. A todos ellos les están poco menos que negados el pan y la sal. Nueva modalidad de practicar el asesinato en grandes masas. En la España leal se suceden las posas de muy distinta manera, Aquí nada exige el Gobierno que representa a la voluntad popular. Todas cuantas aportaciones se hacen de carácter particular son de iniciativa privada. Las suscripciones que se abren sin la |iresión oficial, engrosan rápidamente. Nada falta a nuestros heridos ni se persigue encarnizadamente a los familiares de quienes por haber realizado graves delitos se hallan cumpliendo penas de internamiento en campos de trabajo apartados de sus deudos. La República es más humana y, además, el piiehld. este admirable pueblo nuestro, no repara en sacrificios para atender a los que en los freníes defienden su libertad y su bienestar. Solidaridad Internacional Antifascista L)e cuantas organizaciones funcionan en la España republicana, de carácter de ayuda a los combatientes y la retaguardia, en sus necesidades materiales, Solidaridad Internacional Antifascista es una de las que mejor cumplen su cometido. 'Fundada en mayo de 1937, comenzó su actuación con intensidad en septiembre del mismo año. Un grupo de compañeros antifascistas, agrupados alrededor del que fué consejero de Sanidad de la Generalidad de Cataluña, camarada Herrera, trabajaron activamente para constituir esta organización cuya Secretaria desempeña Paruta, un hombre activísimo e inteligente que con gran entusiasmo viene realizando una meritoria labor, prolongación de la que llevó a cabo en la Dirección de Refugiados de la República. Elementos destacados de S. I. A. son, además de los dos que acabamos de mencionar. Lucia Sánchez Saornii. iiuar^ada de la Sección de Propaganda; Aniceto Gallo Urralde. qui; cuida de la parte administrativa; Aiimatell, director de la Sección Jurídica, y Áurea Cuadrado, de la Consejería de Asistencia Social. El objetivo primordial de S. I. A. es prestar toda clase de En la piscina ios niños c u i d a n la hiQiene y la e d u cación física. 1¡\jimM Los niños escuchan Su con a maestra atención. solidaridad sin distinción de matices y sin alcance alguno de carácter político. ^ En la vida política de la República, los elementos de S. 1. A., como a tales, no intervienen, ni tan siquiera opinan públicamente. Son completamente apolíticos. Y ésta es la característica más simpática de este organismo cuya influencia se lia extendido a buen número de naciones de Europa y de América. Podrán tener sus ideales políticos y sindicales cada uno de los dirigentes de S. I. A., pero en el ejercicio de su función humanitaria no dejan traslucir ni un ápice a qué partido o a qué organización sindical están afiliados. Y así, su obra, libre de todo afán de proselitismo, adquiere mayor simpatía. Lo que ha hecho S. i. A. Necesitaríamos buen número de páginas de esta revista si quisiéramos anotar toda la obra de Solidaridad Inlernacional Antifascista. Nos concretaremos, pues, a reseñar algunas de sus muchas actividades. S. i. A. tiene funcionando cuarenta establecimientos entre clínicas, residencias, hogares infantiles y comedores. Entre las muciías campañas que con extraordinario éxito ha organizado, recordamos los dos días dedicados a Madrid; la Campaña del Niño, que tanta importancia alcanzó el pasado año, y la iniciación de la Campaña de Invierno que ahora se viene llevando a efecto de una manera intensísima en las dos zonas de la España republicana. Las iniciativas de S. \. A. en este sentido han sido aceptadas por el Comité Nacional, del que forma parte un representante de la referida organización. Solidaridad Internacional Antifascista recibe constantemente donativos v .-ipinincíones de todo el mundo. Los csp;iñoles que Se hall,-in en el cNli-.-injcrd son his (iiic con in.'iynr entusiasmo contribuyen con sus (iDii.itivos y coli/acioiifs a la obra de S, I. A., siendo en sii i)i;iyor parte clcnicntos olircros ciivos medios ccnni'iniicos son liiiiil;ulisinios. La Cuiiiisií'in Coordin.-Klor.i de I')iiciios Aires es iin;i de las ¡pie mayores ,-iport,icioiH's h;i hecho. También los aíili.'Klns de Francia se desviven para que las aportaciones sc;ui continuas, y así hace poco mand.'iron nada menos que diez toneladas de azúcar. En veintisiete naciones se han constituido Delc!.',;u'intics de S. I. A., habiéndose formado en Erancia la Eeder.icion de Cfiiiiiics españoles de Acción Antifascista que actúan con gran intensidatl. Para lograr fondos con cpic atender a sus niinierosas ins- tituciones de asistencia social y de solidaridad antifascista, S. \. A. organiza festivales y establece cotizaciones voluntarias que cada día van más en aumento. En otro aspecto realiza S. I. A. otra loable actuación. Ha organizado un cuadro escénico que trabaja gratuitamente en los hospitales y en los frentes, dando a conocer obras notabilisinias de nuestro teatro. Los proyectos de S. I. A. Los dirigentes de S. I. A. no descansan ni un momento trazando planes y proyectando la realización de actos que sirvan para divulgar la obra humanitaria de su organismo. En la actualidad ha organizado un Concurso de romances de guerra para glorificar las gestas del pueblo español que hoy tan valerosamente lucha por su independencia. Otro Concurso de obras teatrales ha organizado para la elevación moral de nuestros fines de guerra y que indudablemente alcanzará un extraordinario éxito como el primeramente mencionado. A partir del próximo día 3 de diciembre organiza una serie de conferencias a cargo de los más destacados elementos de S. I. A., explicando el objetivo de la misma y divulgando toda su magna obra. Finalmente, S. I. A. ha comenzado ahora a prestar su solidaridad al pueblo chino, víctima también, como el español, de la barbarie fascista. Lector... He aquí compendiada muy brevemente la magnífica labor de Solidaridad Internacional Antifascista. En la retaguardia adolorida por los bárbaros bombardeos y las privaciones que impone 1,1 Ljiicrra. y en todos los frentes donde nuestros hermanos luchan con inconcebible afán y con heroico valor contra el coh.nitc invasor, S. I. A. desparrama todo el caudal de su solidaridad y de su espíritu humanitario, sin que pregunte a quien se beneficia de sus donativos magnánimos a qué pjirtido |)olít¡cii o a qué sindical pertenece. l'.sio fs lo que con mucho interés nos repite una y cien veces el camaradn Panit;t. ;ictivisínio, dinámico y muy inteligente, al facilit.inios detalles de la labor meritísinia que viene realiz;indo Solidaridad Intern.-icional Anti fascista. ^'tttiii[ri[i:iii)Tti)it(iiiiiiHiiiiiiiii(iMiMHiiniiiiriiiiiiii!iMili>rililifiiiriiliiii friniiiiHM[niiiiiHiiniiiiiniii:iriiiniiitriiiiriiiiiiiii-; ¿JS>«^--í>fc^ Sin ninguna intención.., Conyugal: Mujer: Pero no me vas a abandonar así, sin razón alguna. Marido: T e abandono lo mismo q u e me casé contigo, sin razón alguna. Demasiado; — L a s muchachas piden ahora casa, automóvil y radio. —Lo peor es que quieren un marido dentro de la casa también. Ritual: El sacerdote observando la extraña cara de la criatura que va a bautizar: —Antes de bautizarle, Marmaduque Augusto, ¿ n o tienes nada que decir en tu defensa? I I i ... de M a r t i t a M a t e o s , la bella actriz del teatro Romea, m u y solicitada para otro teatro que 3 I i I a ella no le hace mucba gracia, p o r q u e es u n a actriz seria y además muy guapa. I I I I I i I I I ... d e que Juan Bonafé traba» jará u n par de días p o r lo me» nos en La melodía del jazz= band, obra a r e p r e s e n t a r s e muy pronto, en el papel q u e e s t r e n ó con gran éxito en M a d r i d Simó Raso. P a r e c e ser q u e en esta obra debu» tara la notable actriz P e p i t a i Meliá. I I i i I ... d e q u e el simpático alcalde de Barcelona, Hilario Salva» dó, c u e n t a con toda n u e s t r a simpatía, a u n q u e él sospeche lo contrario. I I I I ... del acierto de trasladar la compañía del teatro P r i n c i p a l Palace al Goya, d o n d e el pú.blico acudirá con más gusto. I I I I I I I I I I . . d e la o p o r t u n í s i m a disposi» ción del m i n i s t r o de D e f e n s a contra los íihios d e retaguar» dia y a m a n t e s de los carguitos burocráticos, p r e c i s a m e n t e aquellos que M I R E V I S T A llamó « E m b o s c a d o s d e t r á s del papelito » y q u e les s e n t ó , p o r cierto, m u y mal a los i n t e resados. I I I I I I I I i i I ... del éxito de E n r i q u e B o r r á s en el t e a t r o Barcelona, d o n d e se hace teatro digno, artístico y dignificador. E l maestro d i c e : « E s t o y e n c a n tado de esta compañía disci« plínada y admirable que se acomoda a mi manera d e hacer como si h u b i e r a e s t a d o toda la vida a mi lado. E n t u s i a s m o , disciplina y amor al teatro... i Cristiano: \ Un jefe de tribu del centro de África formula sus votos de Navidad: —Y si está en tu gracia, Dios mi Señor, envíame a otro misionero tan gordito y sabroso como ese que me convirtió al cristianismo. E s p e r a n z a Ortiz, mi paisana, es u n a excelente compañera... T e n g o d e s e o s d e oírla en mi Tierra baja.* Y éste es un juiCÍO autorizado que da la casualidad que coincide con lo q u e viene diciendo « X i p » en M I R E V I S T A . . . ¡Las cosas! El tonto entrega su dinero con tanta rapidez como una mujer su secreto. Ni aun en los tiempos de la Inquisición se encerraba a un hombre en una pieza y se le obligaba a oír a un "crooner" por horas. ... d e que muy p r o n t o veremos por aquí a u n i l u s t r e comediógrafo de vanguardia que vendrá a e s t r e n a r — si le dejan — dos obras de gran actualidad. Con frecuencia la adversidad transforma a un cobarde en valiente. Como la miel atrae a las moscas, un hombre ocupado atrae a los holgazanes. ... de q u e el frío entona mucho los e s p í r i t u s y además s i e n t a muy bien a las mujeres guapas. ¡Qué simpática es la persona que nada tiene que decir de sí misma! Cuando una mujer muestra una nueva compra a otra, ésta siempre dice que va a comprarse algo igual, pero nunca lo hace. ... del éxito o b t e n i d o por el libro de Zamacois Hl asedio de Madrid, cuya circulación n o t i e n e p r e c e d e n t e s en estos últimos tiempos, caracterizándole la i n d e p e n d e n c i a en sus juicios y la altura con que está escrito. ... de las mojigangas de Burgos, d o n d e ya Franco, el «generalísimo», se hace e n t r a r bajo palio en la catedral, rod e a d o de s u s m i n i s t r o s , m o ros y el coro de damas p r e s i didas por «La G o y a » . N o sabemos si ésta iba c a n t a n d o su inmortal Ven y ven...i pero sí se sabe la i n d u m e n t a r i a del « g e n e r a l í s i m o » : boina encarnada, camisa azul y botitas de charol. ¡Monísimo que estaría él! ... de la nueva manifestación d e gran actriz patentizada por la gentil E s p e r a n z a Ortiz en la obra Esclavitud, de «Parmeno», r e p r e s e n t a d a en el t e a t r o Barcelona con E n r i q u e Borras. ^aimmmuiiuiiMMninimiiimiiiriiriimtNiírmiiiiiiMiiiiiimmiiiittimiiiriMiiinitMniJtijniiiiiuitiiiihiniiiMHii Mtiniiiiimiiiiiiiininiiii.- Hay un solo país donde hombres y mujeres gozan de iguales derechos: es el país de los sueños. El halago consiste en que otro le diga a uno lo que uno secretamente piensa de sí mismo. Cuando un marido encuentra buena la comida en casa, quiere decir que su mujer está ausente. Js 3 No hay nada que corte mejor el hielo de la amistad que el cuchillo de la franqueza. X !*¡ Igualmente engañosas son las sonrisas que las lágrimas de la mujer. S (^ Dos mujeres pueden realmente quererse mucho cuando están a cien millas de distancia. u (^ Sólo una mujer inteligente sabe callar cuando no sabe hablar. W) ^ Muchas sulierunas han tenido una desilusión de amor. También muchas mujeres casadas. % ¿ (4 La mujer cree que el matrimonio es un cielo de completo reposo y felicidad... antes de casarse. (if<^^<^^^^<S''^.<S'^^.<S''^^<S<^^ V \| ?'*^*>=S>í>«>í>^S>«;'t'=í>»:í;'»>i>«»>«>"i>*'t^?>«'«^ ? V>C-*>*-«v«xt^?>^íJ I Dos I (; ^ preS' ^ i iigios J de«La S r; G 1 o riosa» Don A l f o n s o da los Reyes, jefe de la Región Aérea, que por su actividad desde los primeros momentos en cargos de responsabilidad u de lucha contra la sublevación del 19 de julio ha sido ascendido a coronel. Este ascenso marca un sentido de justicia, por lo que ha sido recibido con gran satisfacción en • La Gloriosa», donde tanto se estima a tan presligioso jefe por sus indiscutibles aciertos. ^•s.-<S"^-^í»~^<*=^<^ El subsecretario de Aviación, D. Carlos N ú ñez Maza, ascendido a coronel por sus legítimos méritos no sólo al frente de la Subsecretaría, sino por su actuación como aviador desde el principio de la sublevación fascista, contra la que luchó con entusiasmo. NúRez Maza es un republicano auténtico y posee un brillante historial que justifica cumplidamente este ascenso. DE CUAOMOS AL Ó L E O Relieves - Tapices pintados - Tejidos u estampados. Venta al detall y por mayor. Exportación al extranjero F. MONTFALCÓN Grabados - Oleografías - Restauración de cuadros - Marcos y m o l d u ras - Marcos de talla y gran fantasía Plaza de la Cucurulla y Boters, 4 Teléfono núm. 20207 - BARCELONA ^•'•i>sy%.-syi>£''i>fys>s>^^yi^>S''i^^>'i>''\ F A B R I Q U E S DÉ FILATS I RETORTS H. de V. Gasacuberta S. A. Corts Catalanes, 653 T e l é f o n 11179 BARCELONA ^<ty<f<^.-M A l g u n o s miembros d e l j u r a d o q u e d e b e e n t e n d e r en la e l e c c i ó n de la p r o t o g c n i s ' o de la película d e l Concurso Fotogénico d e «Mi revista>. — De p i e : M a n u e l N o g a r e d a , Juan M. Soler, de nuestra Redacción; Ribera, de los Estudios Antifascistos; Gómez, de ios Estudios Acustic, y Rubio Fernández, director d e «Mi revista». Sentodos : M i guel Espinar, p r e s i d e n t e de la Comisión Interventora d e Espectáculos Públicos de lo G e n e r a l i d o d , y Eduardo Zamacois, de«M¡ revista>. A N muy odelontodos en los Estudios Acustic los pruebas de voz y de fotografío de las señoritas seleccionadas entre los cuoles deberé escogerse lo destinada o impresionar como protogonisto lo película que rodarán los Estudios Antifascistos • Entre los bellas concursantes se han elegido los que más posibilidad tienen poro, entre ellos, escoger definitivamente lo premiada por el jurado de «Mi revista» • Una vez hecho lo selección definitiva, lo que, o juicio del jurado, merezco ser lo premiado, será presentada al público y publicado su fotografía en lo portado de «Mi revisto» • Los seiioritos que merezcan ser recomendadas y tengan papel en lo película de «Ediciones Antifascistos» serón igualmente publicadas sus fotografías en «Mi revista». V EL JURADO DEFINITIVO presidente: E. Rubio Fernández, director da " M i revista"; vicepresidente, Eduardo Zamacois; secretario, Juan M. Soler VOCALES Miguel Espinar, presidente de la Comisión interventora de Espectáculos Públicos: Manuel Nogareda y Lázaro Somoza Silva, de " M i revista". TÉCNICOS Director técnico, E. Gómez; director artístico, Paco Ribera; director musical, maestro Pascua' Godes; artista cinematogrática, Rosita de Cabo; operadores, Gaspar Porchst. ^£ZISI^':3;¿WÍ:S¿SSI^SSS2^^ LA MUERTE DEL PUDOR • CAPDEVILA G 2 PRODUCCIONES DE E. A. FILMS POji . '^"^i,:i^fi^y.^mMifti ^ ^ A UN GRAN NOTICIARIO INTERNACIONAL in £ "a c o '3 O c 'Tor iodo el mundo" Durante la guerra han surgido dos series de actualidades que abren una amplia perspectiva a nuestro futuro cinematográfico. Estas son: el « N o t i c i a r i o N a c i o n a b , r e a l i z a d o en España y presentado c a d a semana, y el notic i a r i o internacional «Por t o d o el mundo», los dos creados por Film Popular. tos de Shanghai, destruida por los nipones; del estoico p u e b l o luchador de China, o b l i g a d o por la invasión imperialista a un trágico éxodo, y las escenas de horror que muestran los instintos crueles del militarismo del Mikado, conmovieron e indignaron a nuestro pueblo, en lucha también contra la invasión fascista. Se fia conseguido, o pesar d e todas las dificultades materiales que impone la guerra, lo que ninguna Empresa capitalista pud o lograr en circunstancias normales: publicar, sin Interrupción, s e m a n a l m e n t e , u n «Noticiario N a c i o n a l » tan perfecto en interés y ritmo como el de Film Popular y una a c t u a l i d a d internacional de la importancia de «Por t o d o el mundo». Desde entonces, «Por t o d o el mundo» se ha perfeccionado mucho. Van ya veinticinco números. Se han l o g r a d o noticiarios de a c t u a l i d a d internacional tan interesante como el número 18, que contenía los aspectos más importantes del 14 de Julio, efemérides gloriosa para Francia y el mundo, y los detalles más importantes d e l viaje d e los reyes d e Inglaterra a Francia: lo l l e g a d a de los soberanos, el saludo del G o b i e r n o francés, el desfile militar ante el A r c o de Triunfo, el banquete de confraternidad anglofrancesa y todos los demás aspectos de la estancia de los monarcas ingleses en la capital de Francia. H a y que hacer constar que el noticiario «Por t o d o el mundo» está constituido, desde su fundación, por una serie d e fotogramas que c o n t i e n e n las actividades mundiales más destacadas en la cultura, el arte, la ciencia, el deporte y !a política. Es una actualidad antifascista. «Por t o d o el mundo» ha contribuido en gran manera a satisfacer la inquietud y la curiosidad del p u e b l o español por los a c o n tecimientos mundiales. Fué correspondiendo a este bensplácito del público en pro del N o t i ciario por lo que Film Popular creó, después del « N o t i c i a r i o N a c i o n a l » la a c t u a l i d a d internacional «Por t o d o el mundo», cuyo primer y segundo números estaban d e d i c a d o s íntegramente, en los doscientos cincuenta a trescientos metros que los forman, al grandioso viaje de estudios que realizaron los hombres de ciencia soviéticos al Polo N o r t e . El interés aumentó número tras número, culminando en el que reflejaba los b o m b a r d e o s de la p o b l a c i ó n china por los fascistas japoneses. Las imágenes sangrien- O t r o número digno de mención es el 20, que mostraba, entre otras noticias d e Estados Unidos, Inglaterra y Francia, la llegada a Moscou del famoso aviador americano H o w a r d Hughes. «Por t o d o el mundo» contiene en la actualidad noticias de Europa, de América del N o r t e , de Extremo Oriente. Su valor gráfico será aumentado en el futuro con noticias de los países de Hispanoamérica, vinculados a nosotros por la unidad de ia lengua, de la raza y por el ideal de cultura y progreso. Esto hará de «Por t o d o el mundo» un noticiario de interés a p a sionante y de gran valor histórico, vivo resumen de los acontecimientos universales, en todos los aspectos culturales, artísticos, políticos, deportivos o curiosos de la vida. o c o o E 1. o o •o •a a •o £ D > O D) C I I o Q Z 3 s o o O O a. •o I j E o c D MURMURACIONES Nuestra sección ha levantado ampollas, cartas, más cartas, llamadas telefónicas y visitas interesantisimas y un poquito venenosas, ¡eso si!, para asesorarnDs de la importancia que tiene el asunto del ya famoso "Cdiisiin Ailistico", que Mi K'i:vjsi"A viene tratrnutii cnu plausible éxito y es recibido con .t;ran interés por profesionales y público de nuestros teatros, el que va expiicándos.muchas cosas cpie antes no se explicaba y que echaba la culpa a los que sólo tenian buenos deseos y un espíritu indiscutible de justicia que no aparece por ninguna parte desde que funciona el famoso Consejo Artístico. Y a este respecto nos interesa ¡pero mucho! evitar confusionismos de intenciones aviesas, pues a Mi Ki-visTA la parece admirable el funcionamiento y la obra que lleva a cabo la Comisión Interventora de Espectáculos I^úblícos de Cataluña y, como es natural, la latior insuperable de su presidente Mi.[;uel I-"spiuar, el cual ha dejado ejemplo de cinno se hace obra constructora social y a rtistica y ci'iuiD se defienden los intereses (k' los tr.ili.ajaddvi's de espectáculos. I^ero el que esta obra lecib.i el aplauso que merece en todos los sectores sociales y políticos no (iiiiere liecir t|uc se ha.ga extensivo a los qiu' en el mejor de los casos tienen que .-Kimitir que no saben la misii'in (|ue les corresponde, ni tienen la más lc\-e idea de ci'imo se debe re|.;ii' ";irtistn.anu'nte" l.'i suerte ile .ulnrcs y teatros b.-ii'cel'iiicses (|ue por no i'.'ilH'inus tpié r,-i/iii están i'ii s.us m.anos, no ya en perjuicio lie estos sectores, sino en perjiucio del piihlieo que paL;a y al que h.ay epie servir por encima de luchas sindicales, caprichos e iiicliuticioiies pcr-onales. ñía que accidentalmente dirige Guitart, la gentil dama joven Srta. Antoñita Mas, cuya actuación en el teatro Barcelona fué siempre muy aplaudida. La Srta. Mas fué desplazada de l;i compañía del maestro Baena por un capricho del Consejo Artístico y. según nuestras noticias, por sugereiici;i especialísima de la López l.aga.r, cuya actuación en el famoso Consejo no puede ser, por cierto, mas lamentable ni más capriclKnta. Teatro Cómico «La Pipa de O r o » La reposición de esta revista, que no por lo antigua deja de gustar al público, ha constituido un éxito para la compañía del teatro Cómico. Ln cuarenta y ocho horas se ha hecho la presentación y de una manera muy aceptable. Pepita Benavent, que a pesar de ser "vedette" trabaja tarde y noche, ha llevado una nota iW mcjor;uniento a este teatro, que, dicho se;i de p;iso, falta le hacia. Lepe, inmejor.able y trabajaikir. tiene de- Teatro Barcelona B o r r a s , e n «El M í s t i c o » Ha dado unas representaciones tie "l%l Místico" con la com|iañia (pie diri.^e el maestro Baena, en el teatro l'>;n\elona. il i;ran actor F.nrique Borras. Los años, que hubieran .luulado ya ;i otro actor ciial(|uier,i, no hacen i,'ran mella en I). I-Jiriquc. y dijértisc. viendo las últimas represent.-icimies de "l'.l Místico", ipie a\in sobre todo en la escena de la muerte se li.'i s u p i ' i ; i ( l o . lísperaii/.-i Ortiz. es;i actri/, de lauto talento, lucii'i ,il 1,-idii del io;iii ii;i:ocii l.'is ¡.'..'das de sus ;ipliliulcs dr ;iclii/. l>-pinns;i. inu\' liicu cu su ptipel de Mi.yuel, y, en conjunlo. uu,-i represeut.uií'iii de "l'l Místico" muy .•iccpt.ablc y uui\' cuid.ida, lU'x'.ad.'i Clin dccnro \' con carino. Teatro Paríhenon Se 1I;Í purslii cu csi i M,-I CU csts usatro la a|)laudld,'i obra "Niicslr.i N;ii;nli,-i'\ de Cason.a. I.;i •.erdad es ipic el esíiier/o de todos p;i¡;i s.'dir ,Kk'i;iuli' cu l;i i'eprcsenl/uií'iu de l;i po]uil,-ir I inicili;i merece c<irdi,-ilid;ul .al ser ju/,v.i(i,'i, |iues Ind.a l;i conip;nii;i li.a .-utu.ido con iiiuri's y liueii sentido ,'irlísticii. I'ii est.'i ohr.a li.a (k'biil.nlo en l;i compa- Enrique Borras, el g r a n prestigio d e l teatro, que ha conseguido nuevos éxitos con la representación de <EI Místico» en el teatro Barcelona. recho a que se le tenga en cuenta en su aportación por la rapidez con que se ha presentado "La Pi|)a de Oro". Su actuación, como la de Aparici, interesantísimas; y la impagable Rosita Ortega, siempre tan bella como artista, mantiene su puesto con verdadero gusto, sin gastarse, a pesar de su larga actuación. 1:1 coro de "vices", bastante mejorado. Ha habido renovaciones muy aceptables, aunque aun quedan "cosas"—perdón señoritas--que ya debían verse relevadas. Porque la vejez no consiste ffiMo en los años. Hay una vejez peor, que es la del mucho uso... jDetcnie, pluma! El Día del Espectáculo La Comisión Interventora de Espectáculos Públicos de Cataluña, de acuerdo con la Comisión de ayuda a todos los frentes, preiiara la organización de "El Dia del Espectáculo", con programas muy interesantes que constituirán una serie de éxitos. La fiesta en cuestión no puede ser más simpática. En dicho día las localidades de tarde y noche, en todos los salones de espectáculos, llevarán un sello especial, cuyo importe íntegro será destinado a nuestros hermanos que luchan en todos los frentes cimtra la invasión extranjera. NOTAS DE TEATROS "Más cerca de Cristo" es el título de la obra del novel autor Vicente Dauder, cuyo estreno se anuncia en e! teatro Español, donde actúa la compañía dramática que dirige Salvador Sierra. "Más cerca de Cristo" ofrece, entre otras, la novedad de que fué prohibida varias veces—antes de ser reiiresenta- N u e v a serie de preguntas dirigidos al que sepa contestarlas. 1." ¿Qué consejero artístico, antes de serlo, se oponía, en su nombre y en el de la Sección de Actores, a que el hoy asesor literario y artístico del Consejo interviniera para nada en el teatro? 2.* ¿Es verdad que uno de los más cultos consejeros artístic(js, parn i\if;ir que Baena trabajara "artislicamente", ;isi,,L;uraba no hace mucho a un miembro del disuelto Comité Económico que el actual director de! Barcelona no "entendía ni sabía de teatro"? \-amos el "acierto' del Comité y el Consejo. En el teatro Barcelonn ya se anuncia un estreno, ¡"estrene/'!, del nuevo teatro: la reposición de "Voluntad", de D. Benito Pérez Qaldós. ¿Sabe el Consejo el fracaso que obtuvo esta comedia hace cuarenta y cinco años aproximadamente? ¿No volverá a ser otro fracaso ahora con más motivo, habiendo obras más teatrales del maestro (jaldos? 7." ¿Se dan cuenta en el Consejo Artístico cómo Enrique Borras, el gran actor, con la compañía del Barcelona, hace teatro digno, artístico y auténtico? 3," ¿Qué consejero artístico reparte los papeles ingenuos a las "personas mayores" que con ellos obtienen, según las gacetillas, creaciones insospechadas? 8." ¿Cuántos actores se han quedado sin trabajo y cuántos con el trabajo estropeado, después del "reajuste" dispuesto por el Consejo Artístico? 4.° Charada: ¿El Consejo Artístico pide que se le asesore en sus determinaciones o es el asesor quien indica lo que debe hacer el Consejo? 9.' ¿Quién ha "reajustado" los espectáculos del Tivoli y el Victoria? 5." ¿No es verdad que los compañeros Sierra y Segura representan en el Consejo Artístico a los "actores" y "directores"? ¿^e puede saber a cuáles? Porque Casáis, Pió Davi, Borras, Baena, Bonafé y otros muchos de gran prestigio dicen que a ellos no. Entonces ¿a quiénes representan y quiénes los eligieron para el carguíto? 6." Después de publicadas en la Prensa las obras admitidas por el Comité de lectura, vemos las carteleras de teatros y obser6u¡tart, el primer actor del Parthenon, cuua interpretación en el papel de Lolo ha sido muy buena. da—por los Gobiernos anteriores a la Kcvolución. Juan Bonafé realiza una de sus más deliciosas creaciones en la comedia "Mi tia Jenara", que se representa en el escenario del teatro Romea, siendo muy bien secundado por toda la compañía. Actuación del gran actor Enrique Borras Después de «El Místico», Enrique Borras ha representado en el teatro Barcelona, y con la compañía que dirige Baena, fEsclavitud>, de «Pormeno, consiguiendo un éxito propio de otros tiempos. La representación de «Esclavitud^ ha dado lugar a \a demostración de lo que es capaz uno compañía disciplinada como la del teatro Barcelona. Y Esperanza Ortiz, una actriz de tanto talento; Espinosa, Cátalo, Voldivieso, Roura y todos en general lucieron el lujo de su capacidad y de su esfuerzo, secundando de una manera magnífica al gran actor cotoIon, el c u a l , rodeado de compañeros que conocen el prestigio de trabajar con Borros, se ha sentido satisfecho de su labor y así nos lo ha expresado con el mayor encomio. Cuando escribimos estos renglones se prepara la representación, en el mismo teatro, de fTierra baja», la obro cumbre de Guimeró y en la que tantas veces ha lucido su talento el creador de « M a n e l i o . f/J/m^ Rosita O r t e g a , la deliciosa f i g u r a de las revistas del teatroCómico,que tío conquistado un éxito más en «La Pipa d e Oro». iir>".'íww«5.- 10.* ¿Por qué la consejera única que existe en el Consejo Artístico no actúa como actuó—es un decir—en uno de nuestros "coliseos"...? La prima de Irene López Heredia hace falta al arte. ¡Nos gustaría tanto volver a verla en su creación de "El .Almirante Centollo"! Porque aquello solo debe bastar para que merezcan respeto su capacidad y sus juicios en el Consejo Artístico, ya que el que esté en la Subsecretaría y en la Metro no es motivo de disgusto. ¡Un cargo más no importa! XIP si Los li/spectáculos Públicos en C a t a l u ñ a 11 bajo la nueva le^alíaaa republicana ^I|!IIIIfI|lfl!lll|III|I|l|IIIII|(IlI||I|f|III|I|IIIII|!II|III|IIIflII|IIII¡ I Especial para M I R E V I S T A I (Cüníínuüción) I I I i i I i I I I i I I I i I I i i I I I I I i 1 I I i 1 1 i I 1 i I i i i I I I I I I i I I 1 i I I |(ii(iiiiiiii(iinii{iiiiiiiiiiiiiniiiiiiii!iiiii|iii!iiiiiiiiiiiiiii|iiiii? I El alquiler de películas, 6.029.805 pesetas. Y el prodigio y realidad de poder recaudar las cantidades precisas para todo ello en estos tiempos anormales estaba patente. Por ello se nos ocurre y hace preciso pensar; ¿Qué haría el Comité Económico si hubiera llevado a cabo su gestión sin existir una guerra en España? La gestión del Comité Económico de Cines continuó sin desmayo y sus resultados seguían sorprendiendo en forma ascendente. Un nuevo documento, el último que procede del extinguido Comité que, absorbido por la nueva ordenación de la Comisión Interventora de la Industria, cesó en sus funciones el día 2 de mayo del año en curso, lo atestigua de modo irrefutable. Se trata de la exposición, balance final y cuentas, que en un folleto impreso han sido publicados con motivo del cese del organismo gestor, con fecha 30 de julio del corriente año. En él se entrega la administración del sector al nuevo organismo oficial creado por el Departamento con la asistencia de las Sindicales, que abre para la industria los todavía más amplios horizontes de una explotación de todos sus sectores en plan de gerencia unificada. De dicho documento, profusamente repartido, resulta que en plena guerra el Comité ha llevado a cabo la construcción de dos magníficos, modernos y confortables locales nuevos dedicados a la proyección cinematográfica, los Salones Ascaso y Durruti, representando ambos un valor efectivo de 506.808,45 pesetas. Dos nuevos cines (jnc aparecen en Barcelona, rematado el segundo cuando los bombardeos aéreos enemigos habían dañado numerosos locales de la industria, y son sus constructores los sindicatos, a los c|ne jamás se quería reconocer anteriormente su inagotable poder constructivo. Los restantes locales recibidos en gestión por el Comité aparecen también notablemente mejorados por el mismo. Sus arreglos, reformas y mejoras suman en total 710.800,4:)' |U'selas. Partiendo de estos datos, y teniendo en cuenta que los ciento doce locales recibidos, técnicamente han sido valorados a sn recibo en 7.647.000 jieselas, resulta que la gestión del Comité ha mejorado el activo industrial de locales en más de una séptima p.-irtí' (ir su valor total, en el corto plazo de su funcioiíaniienlo y en |)Iena guerra. De cuanto venimos icíniriido se infiere con claridad meridiana que los cines, después del 19 de julio y bajo la nueva legalidad republicana, han resuelto sn problema social, rinden una congrua justa y equitativa a sus ex empresarios, funcionan normalmente •.UIIIIIMIIIIIMIIIlItlIllllllItlMIl Por Miguel ESPINAR MARTÍNEZ ? Presidente de la Comisión ínterventora d e Espectáculos Públicos. en plena guerra, han sido mejorados en una séptima parte de su valor total, apareciendo dos nuevas unídades en Barcelona bajo los bombardeos, siguen recaudando las precisas cantidades para todas las nuevas atenciones reconocidas y tienen incluso créditos a percibir, presentando siempre sus balances perfectamente equilibrados y mejorados. Para rematar la exposición respecto a este sector diremos solamente que, a diferencia de las Colectivizaciones típicas de la Generalidad, el Comité Reglamentarlo Gestor de Cines no recibió como aquéllas el total activo de los ex empresarios, sino sólo la gestión de ¡os locales, por los que debía pagar y pagaba arrendamiento inmobiliario, y su primera peseta fué, pues, la primera que recaudó en la taquilla que fué abierta antes al público, a pesar de lo cual y sin deber jurídico, dejó satisfechas deudas contraídas por los ex empresarios y consumidas sus ventajas antes del 19 de julio de 1936, por valor de 95.367,20 pesetas. = | | | | | | | | | | | | | | | | | I | | Hacia el régimen de intervención Ai cumplirse un año de-pleno funcionamiento y vigencia del Reglamento aprobado en el sector que nos ocupa, y simultáneamente otros análogos de los demás sectores de que nos iremos ocupando, se estaba produciendo una notoria discrepancia entre la forma especial y típica en el funcionamiento jurídico de los Espectáculos Públicos en relación con las demás industrias dentro del territorio de la Región Autónoma. Fué el motivo de esta clara divergencia la legislación progresiva, metódica y severamente implantada por el Gobierno de la Generalidad, que típicamente ordenaba el funcionamiento de todas las industrias. Fué primero el Decreto regulador de las Colectivizaciones industriales, con sus disposiciones complementarias y reglamentarias, seguidas de su implantación efectiva, y fué luego cuanto legisló ampliando las primitivas fómulas con respecto a los Agrupamientos industríales dentro de las formas de la colectivización. El Comité Económico de Cines, deseoso de ajiortar su iniciativa en pro de la unificación de funcionamiento de todas las industrias bajo el régimen jurídico típico que se iba implantando, en su afán constructivo y de lealtad a la legislación republicana, se apresuró a dejar formulada su razonada y documentada instancia pidiendo su acoplamiento y modelaje a un Agrupamiento industrial regido por las normas legales que acababan de dictarse. La dificultad burocrática, empero, que exigía precisos trámites, que dado el número de locales y personal del sector se multiplicaban en forma fantástica y no improvisable, determinaba cierta demora en su MnilliijillMltllllilMitillinilMllllllllMIItlinhliiillliniiilliiiMKliliillMn (Continuará.) 111,1111 nniiiiiiMiiNiitiii iiitiiiiiMirilllUMiMiiiittiiiillllilriilItittKlrtiMitiliiiiiiiiniiiniii I I | | | | | | | I | | | | I | | | | | | | | | | | f I | I i \ Reportajes MI R E V I S T A i Conchita Panadés, diva del T e at r o Nacional | | | I I ^ Por |: 1 Paloma G R A N A D O g La diva del Teatro Nacional, Conchita Panadés, con la redactora de MI REVISTA <Paloma 6ranado>, celebrando este reportaje. Tagala, mejor dicho, mestiza, lleva en sus venas la porfía de dos civilizaciones que al tender a superarse en un temperamento artístico como el de Conchita Panadés forman un tipo de excepción profesional y originalísimo, para el arte. Conchita Panadés es una mujer complicada, aunque a primera vista pudiera parecemos en "frase" de dramaturgo inglés "una mujer sin importancia"; pero en la psicología de Conchita, como en el conocimiento de otras muchas personas, no hay que ceder a la impresión primera. Si hubiéramos de clasificarla en otro terreno que el teatral, cabría decir "es una ingenua"; pero los ingenuos seriamos nosotros si no nos apresuráramos a rectificar tal calificación. La ingenua ha sido en la comedia, en las antiguas "compañías de verso", una dama joven, y en algunas una primera actriz, llegando a darse el caso de que esa primera figura ingenua pasara a interpretar, con tal carácter, una cinta cinematográfica. Conchita Panadés sugiere la idea de la ingenuidad, como preliminar a su conocimiento, pues a medida que se conoce y se estudia su trabajo, su carácter y sus facultades, vamos situándonos insensiblemente frente a un temperamento reciamente artístico y un espíritu complejo, que son la antitesis de la ingenua sencillez que habíamos pretendido descubrir como su principal y más sobresa- d e =; liente condición; y esa complejidad desconcertante que se va trasluciendo al tiempo que se la va analizando afecta tanto a la artista como a la mujer. I {se cnnlinente ingenuo y avasallador, intuitivo y atrayente, dominante y simpático. —Pero usted, Conchita, ¿de ijómie i'~, natural? —Le diré: por mis padres soy europea y tagala; nací en Filipinas, empecé a andar en China, pronuncié las primeras palabras en Australia; muy jovencita inauguré mis "tournées" por Í;!B dos y\niericas; más tarde por Asia; he cantado Íl|l|II!III!!I!II!II!III|!|!!!II|l|!(I|l|l|tl|l|l|l!Í por gran parte de Europa y he utilizado todos los medios de locomoción, desde el avión hasta el "parado", la concjcida barca de navegación japonesa. —En tan dilatados viajes habrá cantado con los artistas más populares.,. —Así es, ciertamente, y entre ios conocidos de nuestros públicos, con el cretino de Fleta; Vendrell, Mayral y el artista por excelencia Marcos Redondo... —También entre las obras tiene su predilección, ¿no es verdad? —"Doña F'rancisquita" es lie iris "p.'irticelas" que van mejor para mi \ii/: yw" la que canto con más gusto es "l.ns '¿oloiidrinas", obra cumbre del arle liricn español que |iuetle competir con \entaja con cualquier i'ipera extr;iiijcra y que por cierto dicen que ahora ha prohibido la censura (!!!). 'Jiiien haya visto interpretar "Las golondrinas" a Conchita Panadés se explicará que hable de ella con tanto entusiasmo y hallará jstificados los juicios que respecto a su temperamento artístico formulamos en esta interviú. Desde i.is escenas candorosas de presentación en ti ,ic1o primero, hasta la ferocidad enitica ilel tercer actíj, el arte raro de la l'aii;iilés recorre la más variada yanta de senliniicDtos que pueden anidar en cora/.i'iii (ie mujer. Siempre admirable de n,iliir,ilidad y particularmente en el íin.il iKI ,nio segundo y en el recuerdo úv .iqiullos |I;ÍSOS de baile, en el últimij. ensimismada y absorta: y paro para no invaiiir terreno <ic íntica que es de otro (.ompaiiero. Cl.aro está que aun dando preterencia a "Las golondrinas", habrá otras obras que sean más de su agrado dentro de su repertorio—insistimos. —l.as c|ue acuerda la Dirección; basta i|ue la Llirección ponga una obra en tablilla para cpie la lepase, si me es conocida, o la estudie con lotlo cariño si es estreno. No he de ocultarle que ,II,L;UII;I vez se me ha consultado sobre alguna obra que hay el propósito de llevar al cartel, pero yo, desde luego, me identifico con el director y con las conveniencias de la temporada y me dispongo a trabajar, a estudiar, pues ni soy vaga ni dejo que me domine la macana, —Los otros títulos representados iio le han dado mucho que hacer... —No, lo mismo "Luisa" de "La viejecita" que "Cossette" de "Bohemios" no tienen mucho más para mi que unas romanzas, más o menos cantantes (los dúos son del mismo estilo), pero cuya envergadura no puede ni siquiera compararse a "Las golondrinas". —Una obra se ha dejado usted digna de mención. el americano muy acogedor, aunque yo he t]uedado obligada a todos por las consideraciones que todos me han guardado. — ¿Ve usted el anior como un obstáculo para el arte? .Según. Una artista puede tener un amor; si usted quiere, debe tener un amor; pero el hombre que se ama debe ser inteligente y lio ser celoso; si lo fuera, habría que dejarle, pues una artista se debe por encima de todo al arte y al público. —¿L'sted ha tenido ese amor? —Si. Seis años de relaciones con mi marido, con el que casé en el frente hace ;iño y medio. —Entonces, es inteligente y no es celoso. —Como yo, es artista, barítono, y, por consiguiente, de fácil coincidencia en esas a|ireciacioiTes. —Al celebrar su boda en el frente, ¿no tuvo usted miedo a los obuses? —No lo tuve, pero lo tengo a los bombardeos mientras duran; al cesar, me ol- vido de ese temor, hasta que me lo recuerdan nuevas descargas. —¿Qué opina usted del porvenir artístico de España en relación con la guerra? —Que aparte de los males cruentos que la guerra lleva consigo, para el porvenir Se habrán abierto nuevos horizontes para todas las manifestaciones del arte; y por lo que al teatro lírico, que es el mío, se refiere, se habrá terminado el turno pacifico de los autores, Alonso-üuerrero, como años ha se acabó el turno pacífico de los partidos políticos; es decir, si se procede con imparcialidad y con justicia y se destierran el individualismo y el personalismo, que parecen retoñar, y se atajan implacablemente en beneficio del arte y de la colectividad. Y con esa voz de alerta que debe resonar en todos los ámbitos del espectáculo hemos de terminar lo que ya no sena una interviú sino una conversación con una interlocutora como Conchita Panadas, tan amena, tan intersante, tan cosmopolita... —¡Ah, sí! "Jugar con fuego". ¿'L.-imhién la ha prohibido la censura? |-!sa (ibr;i completa ;i nuestro juicio su |icrs(inalidad ;irlistica. reliriéiuloiios más .1 la aciri/, ipie a la cantante: ni inocente ni drani.ilii ,1, (l;i en su interpretaciim un inali/. a sn l.ihur ipie i.a redondc.i y perfecciona, ciil irieiulo lod;is K'is l;ael;is de SU talento artisiico, ya que en ella no puede utiliz.'ir los resortes simpáticos de la ingenuidad ni los cíeclistas de la tragedia, sino (¡ue debe desenvolverse en un malí/, central de ambiente sereno y ponderado, en el que el alma no se halla agitada lior grandes pasiones y sólo si inquieta p(U' intrigas cortesanas y galantes aventuras propias de una época cuyas eostnnihics, iiiod.-iles y discreteos se asimila el ,irte de Conchita Pan.Hlés par;i traiisniilirlos ;il público con toda la picardía inseparable de nuestro teatro clásico y la distinción refin;id;i de los person.ijes. Y los públicos. Conchita, ¿le liierecen Idíliis el niisiiio concepto? ',!>;, piililiids son buenos p;ira los artistas, auiKiue es fácil .apreciar en ellos ner'as difercnci.is. .Asi el madrileño se (IcslíK'.) (linio lino (le los iiu'jores. el de Mé.xico es iiiii\' ciriiinso, v\ de 1 ).-|rcelon;i muy documentado y justo, y, en términos generales, he SÍICKIO I;I iniíiresii'in de que el público europeo es muy inteligenle y Conchita Panadés obtiene constantes éxitos en el escenario del Teatro del Liceo. =^ i^^^>^>ÍL^^Í>^-:S-%.-~^>%^:^>^fL>:^ ktj JiiiiiiiiiiiitittniíiiiiitiiiiitniíiiMiiintiiiiMMi ^ •. • ' - * . • > ' * . iiittiiitiriiiifiitiiiiniiiiiitiiiiiiiiiitiiittiiiiiiiiiiiiitii)iiiiiiiiiitiiiiii)ii>iir)iiiMiiiitiitiiiiiiiiitiriniriiitiiiiiiiii:iiii LA NOVELA ET«Í EL TEATRO |; El calvario de Alejandro Dumas (hijoj :iinMtiiiniinitii<itiniH(i;iiiiiiiiiiii:iiiiii:iiiii)itti!irti;tnitiii(:!i::: P a r a M I REVISTA París... 1847... En los escaparates de las librerías había aparecido una novela nueva de un joven desconocido como literato, pero con un nombre y un apellido conocidísimos. La novela se titulaba "La Dama de las Camelias" y el autor era hijo del célebre Alejandro Dumas. Gustó el libro y se vendió un poco. Algunos años después fué cuando empezó a venderse extraordinariamente. El "vaudevillista" Síraudin aconsejó al joven escritor que hiciese un drama con el argumento de su novela. —No pierda la oportunidad—le dijo—. Ahí tiene usted fama y dinero. El hijo consultó el asunto con el padre, que era en aquellos momentos director del Teatro Histórico. —Síraudin se equivoca. En el libro no hay materia suficiente para una obra escénica. Te aconsejo que deseches la idea, porque vas a un seguro fracaso. Respetuoso con la opinión del padre, el hijo no volvió a preocuparse de la transformación de su novela. Algún tiempo después se encontró en el "boulevard" con el veterano dramaturgo Antonio Béraud. —Se me ha ocurrido hacer una comedia dramática de tu "Dama de las Camelias." Será un é.xito formidable. Te io garantizo. La estrenaremos inmediatamente en el Ambigú. Dumas (hijo) se dejó convencer por Béraud y le dio la necesaria autorización para el arreglo teatral. Béraud estuvo desacertadísimo en su trabajo. Dumas (hijo) decidió hacer él mismo la adaptación de su novela. Encerróse en su casita de Neuiliy... A los ocho días se presentó en el domicilio de su padre con la obra terminada. ^ P e r d o n a que te haya desobedecido; pero escúhame... Si no te gusta mi trabajo, yo lo rompo y tú me perdonas doblemente. Dumas (padre) se resignó a conocer "aquella equivocación" de su hijo... que resultó que no era tal equivocación. Al terminar éste la lectura, el padre, emocionado, le abrió los brazos y exclamó: —Hijo mío, yo sí que estaba equivocado. Como director del Teatro Histórico acepto ahora mismo con entusiasmo tu interesantísima obra. Tendrás la satisfacción de verla representada al llegarle su turno. Momento conmovedor... y un alto en el calvario. Antes de que se pusiera en ensayo "La Dama de las Camelias" quebró la Empresa del Teatro Histórico. No hubo quien quisiera continuar aquel negocio. Dumas (hijo) recogió su manuscrito. Desilusión y vuelta al calvario. Se presentó en el teatro de la Gaíté y ni siguiera le recibieron. Fué en seguida al Gymnase y llegó en mala ocasión. Estaha en ensayo "Manon Lestaut". Imposible llevar al cartel otra cortesana. "Lo sentimos mucho..." Y etcétera, etcétera. Se dirigió al Ambigú... Le pasó exactamente lo mismo que en la Gaíté. Y van cuatro. Por Felipe PÉREZ CAPO Alguien le aconsejó que presentara su obra en el Vaudcville. ¡Sorpresa! El director la aceptó encantado. ¡Más sorpresa! A los pocos días quebró el empresario. Van cinco teatros y dos quiebras. Un poco amoscado, Dumas (hijo) cambió de rumbo en su calvario. Decidió buscar una actriz a quien entusiasmara el papel de Margarita Gautíer, con el fin de que ella "colocase" el drama. Se dirigió a la Srta. Page. Nada. Esta actriz, que tenía parte en la Empresa del teatro de Varietés, no entendió la obra. Visitó después a la Srta. Rachel. Ésta le citó para que le leyera el drama. Faltó a su palabra. Cuando Dumas (hijo) acudió a la cita, la actriz no estaba en su casa. La doncella cometió la inconveniencia de decirle que la Srta. Rachel se había ido un cuarto de hora antes a casa de una amiga para pasar la tarde jugando a la lotería de cartones. ¡Muy teatral! 'Dumas (hijo) contimió su peregrinación. Después de otras vari.is cfinfrnriedades, supo que había nueva Empresa en el Vaudeville y allá fué con su manuscrito. A los pocos días volvió por la respuesta. —¿Es usted el Sr. Dumas, hijo?—le preguntó la mujer del conserje—. Tengo orden de devolverle a usted "esto" y de decirle que "estn" IID ¡niide representarse. Le entregó un paquete. El papel que lo cubría estaba lleno de manchas de grasa. ¡Lo que había dentro era el manuscrito de "La Dama de las Camelias"! Dumas (hijo) estuvo ,i pimtd de renunciar a sus esperanzas de llegar a ser autor dramático. Completamente desilusionado, pasaba una tarde por delante del café de la Porte Saint-Martín. Alguien le llamó... Era el director Bouffé. —Querido—le dijo—, tengo excelentes referencias de su "Dama de las Camelias". Antes de seis meses tendré la dirección del Vaudeville y se la representaré. ¿Me da usted su palabra de reservármela? —Palabra de honor—contestó con muy poco entusiasmo el hasta entonces desafortunado arreglador de sí mismo. Bouffé también cumplió su promesa. Si no se cerr;ili,i el teatro, ahora llegaría al público la zarandeada adaptación. Lectura a ia cDiiip.-mia . l'riaidad absoluta... Con contadisimas excepciones, a nadie le agradó la obra... Mientras Dumas (hijo) leía, los gestos de casi todos los actores indicaban aburriniienfo. resigiiaci'iii y lástima. Como era hjgico, empezaron los ensayos sin entusiasmo alguno. A los dos dias, la Srta. Fargueíl. a (juien se hai'ia impartido la Margarita Gautíer, devolvió su papel, alegando que no podía interpretarlo bien, porque la acción de la obra se desenvolvía en un ambiente que ella desconocía por completo. Dumas (hijo) comentó acremente: .Me sorprende mucho; pero ¡C|ué le xamos a hacer! Se buscó otra Margarita... Se encontrc) admirable... La Sra. Doche, artista de grandes méritos, que comprendió los de la obra y que aceptí'i su papel encantada. Ya se acercaba d momento de la primera representación... Si; pero como si no. Porque faltaba la censura oficial... Y la censura "tuvo la amabilidad" de prohibir "La Dama de las Camelias". Uno de los censores justificó el favor que aquella determinación envolvía. —Nuestra autorización no iba a producir ningún beneficio. Esa obra, con toda seguridad, no pasaría del segundo acto. ¿Qué necesidad hay de que el público se burle estrepitosamente del hijo del gran Alejandro Dumas? El cual hijo le replicó con toda serenidad: —Señor censor, para cuando se levante ese veto absurdo, queda usted invitado a cenar conmigo. Cenaremos, como es lógico, después del quinto acto de "La Dama de las Camelias". El censor sonrió escépticamente. Dumas (hijo) añadió, también con la sonrisa en los labios: —Y no le apuesto cantidad alguna porque no tengo interés en ganarme ni un solo franco de su bolsillo. Dos años y pico hubo que esperar a que la censura levantase el injustihcado velo. Una vez conseguida esta reparación, "La Dama de las Camelias" volvió a la tablilla de ensayos del teatro del Vaudevillc. Dnni.is (hijo) tema aún que apurar hasta las heces la copa tic su amargura. Cada vez se le daba menos importancia a la obra y muellísima menos al autor. Las observaí iimes de éste se recibían con un gesto que qiien',1 decir: ";l'(ihre hombre!... Se cree que entiende de teatro más que nosotros." Hacían como que le escuchaban y luego no obedecían ninguna de sus indicaciones. Dumas (hijo) intentaba conseguir un efecto en el acto cuarto de su obra. —No discutáis con él—se decían los actores—. ¿No comprendéis que a ese acto no nos va a dejar llegar el público? Comentario siniestro que, al fin, fué conocido por el pobre autor. ¡Aquello era el colmo! Y, efectivamente... El día 2 de febrero de 1852 se registró en el Vaudeville, de París, el caso tan corriente en los anales del teatro de aquí, de allí... y de más allá. Con la enorme estupefacción de "todos los de dentro", "La Dama de las Camelias" gustaba con delirio a "todos los de fuera". Dumas (hijo) vio compensadas todas sus amarguras. Su despreciada obra alcanzó un éxito formidable, merecido y duradero. ¡Como que dura todavía... a los ochenta y cinco años!... "La Dama de las Camelias" se representó más de cien veces consecutivas, a teatro lleno. Fué una de las primeras obras "centenarias". Por cierto que el veterano Béraud reclamó "su parte" y cobró Algunos dias la mitad de los derechos. ¡Los ha habido, los hay y los habrá como mantas! Dumas (hijo) tuvo que comprarle a Béraud la mitad de la obra que aquél habia escrito, y así quedó como único propietario. Único autor ya lo era. ¡Qué poca vergüenza la de Béraud! Alejandro Dumas (padre), ante el é.NÍto ineoi'mensurable de su \ástago, no cabía en el pellejo, de pura satisfacción. —Siraudin—decía—fué el primero que tuvo razón. Mi Alejandro ya es rico y es famoso por sus propios méritos. 1 )espués del triunfo de "La Dama de las Camelias" ya no sé quién tiene más personalidad.No sé si él es el hijo de L^umas (padre) o si yo soy el padre de Dumas (hijo). Casa de la Estilográfica FONTANELLA, 19 PLUMAS de las mejores marcas TELÉFONO REPARACIONES garantizadas B A R C E L O N A RELOJES de pulsera y de mesa, de alta precisión ESPECIALIDAD en sellos de caucho y grabados 12133 l^E^ODIUCCtON EXmF^NftlIilfea LAS GMAT^OES mite no guardar dieta rigurosa y gozar de deliciosos platillos de vez en cuando^ La natación y el cuidado de su ¡ordín son sus favoritos pasatiempos, permitiéndole ambos un buen ejercicio y el estar al aire libre con frecuencia. El último punto en su régimen de belleza, y el cuol lo considera de mucha importancia, es puramente mental. Cariño por la humanidad y el gran placar que recaba de sus amistades es en gran parte a lo que ella debe la admiración de su público. Miriam Hopkins, centelleante estrella de ia película «Noche de bohemia» (Wise Girl), asegura que las rubias pueden aclarar mós el color de su cabello simple mente obteniendo un contraste bonito al aplicarse cosméticos mós obscuros de los tonos a que están acostumbradas. La famosa Ginger Rogers, que tiene el papel estelar en cHaving Wonderful Time», recomienda que al quitarse el «coldcream» de la cara se haga un movimiento hacia arriba y para afuera en la frente, hacia abajo en la nariz, en los parpados, yendo de la nariz hacia afuera, empleando siempre un movimiento muy suave, especialmente alrededor de los ojos. ' T ILY Pons está considerada como la más atracfiva cantante de ópera, radio y conciertos — y no creemos necesario mencionar la cinematografía —, habiendo obtenido otro éxito más con su película «El ruiseñor del cabaret> (Hitting a N e w High], filmada en los estudios R. K. O. Radio. Sin embargo, ella es una de las primeras en admitir que cuenta con buenas y malas facciones al igual que usted y yo. Pero esta diva nunca falla en practicar unos cuantos detalles fundamentales, sencillos, pero sumamente importantes, al cuidado de la bellez a . El principal de ellos es el esmerado cuidado de su negrísimo cabello. Esta inimitable contante dice que es mucho más importante mantener siempre limpio un cabello negro que cuando uno posee diferentes tonos de color castaño. Para que luzca bien, el cabello negro debe mantenerse siempre limpio y brillante. Lily Pons mantiene una cabeza divinamente bien peinada y limpia porque al lavarla cada semana alterna ¡abones aceitosos con otros más secos. Además de su cabello, Mlle. Pons considera sus ojos café, rasgados, como una de sus mejores bellezas, y esmera su cuidadq. Cuando se dedica a esto da una vuelta completa con los ojos diez veces, ya que esto no sólo ayuda al baño de los ojos, sino que también es un gran descanso para los delicados músculos. Cuando tiene la vista cansada se hace aplicaciones de algodones mojados en agua fiía, té helado o cualquier otra aplicación de agua refrescante. Mlle. Pons prefiere el rimmel de crema ol de pasta dura. La sombra de los parpados se la da con un tono café bronceado y usa un lápiz café para las orillas de los ojos. Aunque la boca de esta diva no es pequeña, tiene una forma perfecta. Por esta razón sigue fielmente la línea de los labios cuando se aplica la pintura. El tono de su cutis es moreno claro, y el polvo que mejor le va a su tipo son tonos medios pálidos. Siempre se empolva con algodones y se esmera para que el polvo no toque sus ojos. Los tonos obscuros de polvo también favorecen sus facciones, que, aunque no son pequeñas, estón muy bien formadas. Como sabe muy bien que buena salud es el secreto de los cutis radiantes, ojos vivos, cabellos brillantes, en fin, el verdadero secreto de la belleza, Mlle. Pons nunca descuida su dieta. El problema de esta bella francesita no es cuidar su línea, sino mantenerse en buen peso. Esto le per- ESTRELLAS VIM ¿dlcL íCíoneó "Mitei^íóta ff ha puesío a la venia la emocionante novela de Eduardo Zamacois ASEDIO « *')E MADRID í Novel ovela 1 Amiii^ EDICIONES ''MI aevrsTA'' Lea del mismo LAS auior RAICES Plaza de Calaluña, ?,], 5.° Teléfono 12619 - Barcelona I