Llanura Chaqueña: Al noroeste del territorio argentino se extiende la región chaqueña, que ocupa alrededor del 40% de la superficie del país, casi un millón de hectáreas si se incluye el sudeste de Bolivia y Paraguay y el sudoeste de Brasil. La región chaqueña argentina comprende las provincias de Formosa, Chaco, este de Salta, la mayor parte de Santiago del Estero, el norte de Santa Fe y parte de Tucumán y Córdoba. Relieve Es una extensa llanura, húmeda, de abundantes pantanos y lagunas, con presencia de salinas en el centro y sudoeste de Santiago del Estero, donde se destacan las de Ambargast La planicie está formada por espesas capas de sedimentos continentales y marinos asentados sobre un subsuelo de rocas cristalinas del macizo de Brasilia, que sufrió un proceso de fracturación y hundimiento como consecuencia de la orogenia andina. Su relieve no presenta accidentes dignos de mención excepto una débil pendiente de Noroeste a Sudeste, atestiguada por la dirección de los ríos paralelos que surcan el territorio y que ocasiona numerosos meandros y cauces abandonados (madrejones). El chaco presenta cuatro subunidades morfológicas: Chaco alto, en contacto con las Sierras Subandinas y Pampeanas. - Chaco deprimido, ocupa el área central, presenta extensas superficies ocupadas por bañados y esteros. - Chaco bajo, se extiende a lo largo de la orilla derecha de los ríos Paraguay y Paraná. Sufre inundaciones periódicas por los desbordes del Paraná y Paraguay. - Diagonal fluvial de Santiago del Estero, zona llena surcada por los ríos Salado y Dulce. Clima Tiene un clima cálido y húmedo con estación seca. En verano se producen las mayores precipitaciones y decrecen de este a oeste. Esta es una de las zonas con temperaturas más elevadas en el hemisferio occidental, llegando a enero las temperaturas llegan a los 49°C, por contrapartida el frente del viento pampeano -pese a su nombre no es originado en la Pampa, sino en el anticiclón del Pacífico- dominante hacia julio puede provocar importantes descensos térmicos con temperaturas que en ciertas ocasiones apenas superan los 6°C, de este modo el promedio anual de temperaturas da un perfil moderado que no refleja a primera vista los extremos estacionales Biomas FLORA: la selva enmarañada por lianas y epífitas, rica en especies con ejemplares de gran valor económico (quebracho, cedro, lapacho, etc), predomina en el Noreste, sobre suelos areno-arcillosos, interrumpida por numerosos claros donde aparecen suelos salinos o anegadizos. Donde se ha talado la selva, se reconstituyen sólo las palmeras como pindó y yatay, cuyas formaciones están vinculadas a la práctica de la ganadería. Hacia el Oeste se desarrolla el bosque chaqueño interrumpido por extensas abras o campos, cubiertos de gramíneas y vegetación espinosa (vinal). A medida que el bosque se empobrece por falta de agua, aumenta la presencia de cactáceas que forman matorrales impenetrables en los espacios libres de árboles. Dentro del Chaco se encuentran el Parque Nacional Chaco, de 15.000 hectáreas, que abarca el bosque chaqueño y los madrejones (lagunas que en otra época fueron las curvas de los ríos regionales); y el Parque Nacional Pilcomayo, de 160.000 hectáreas, en la provincia de Formosa. Las reservas formoseñas se caracterizan por la conservación de los quebrachales. Este árbol debe su nombre a la dureza de su madera, que quiebra hachas. La especie más codiciada es el quebracho colorado, de más de 20 metros de altura y 1,5 metros de diámetro. La madera de quebracho no se pudre y su veta es recta, por lo que se la utiliza para sostener los rieles del ferrocarril y fabricar postes de alumbrado; además, de él se extrae el tanino, utilizado especialmente en la industria del cuero. La sobreexplotación del quebracho chaqueño durante la primera mitad del siglo XX destruyó la principal riqueza de la región. En la actualidad sólo sobreviven dos millones de quebrachos en Santiago del Estero, Chaco y Formosa. Se los tala para la industria maderera y para ser consumidos en forma de carbón de leña. Además de los quebrachales, la región chaqueña presenta numerosas especies propias, como la palmera, el laurel, la tipa, el timbó, el viraró, el roble, el cedro y el lapacho, además de malezas, plantas trepadoras y arbustos espinosos como los cardones y bromelias.