INTEGRANTES: ASPT DE E. MORETA JEFFERSON ASPT DE E. MACANCHI EDISON ASPT DE E. CHACHA JAIRO ASPT DE E. CAIZA DANILO INSTRUCTOR: TEMA: INVACION A POLONIA PROMOCION: 2017- 2019 Invasión de Polonia La invasión de Alemania y la Unión Soviética a Polonia en septiembre de 1939 marcó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Supuestamente este conflicto que debía resolverse de forma breve mediante la “Bliztkrieg” y el juego diplomático, se alargaría más de seis años, se extendería por todos los países del mundo y dejaría 80 millones de muertos, convirtiéndose en la mayor tragedia de la Historia de la Humanidad. Preludio Humillada Alemania tras su derrota contra los Aliados en la Primera Guerra Mundial (19141918), la llegada al poder de Adolf Hitler como Führer del Tercer Reich en 1933 devolvió la esperanza de muchos alemanes dentro y fuera de su patria para intentar recuperar todos aquellos territorios que de forma injusta les fueron arrebatados en el Tratado de Versalles firmado por los vencedores en 1919. Primeramente, se produjo la remilitarización de Renania en 1936, la anexión de Austria en 1938 y la incorporación de los Sudetes tras el Pacto de Múnich mediante el cual Gran Bretaña, Francia e Italia reconocieron todas las demandas territoriales germanas sobre Checoslovaquia a cambio de que Alemania se comprometiese a no reclamar ningún dominio más fuera de sus fronteras. Sin embargo, las ambiciones de la Alemania Nacionalsocialista fueron más lejos porque en marzo de 1939 Hitler ocupó Chequia para fundar el Protectorado de BohemiaMoravia e independizó Eslovaquia bajo un gobierno afín a los intereses de Berlín. Incluso los alemanes se atrevieron a invadir la región de Memel a costa de Lituania sin que Londres y París interviniesen, en parte amedrentados por la entrada en juego de la Italia Fascista después de que Benito Mussolini sellara el Pacto de Acero con el Tercer Reich y los italianos se anexionasen Albania. Gracias a toda aquella permisividad que parecía no tener límites el Führer pasó a su siguiente objetivo: Polonia. Danzig (Gdansk en idioma polaco) era un puerto estratégico del Mar Báltico a medio camino entre Prusia Oriental y la Alemania Continental que en 1920 fue reconocido forzosamente por la Sociedad de Naciones como el “Estado Libre de Danzig”. Con más del 97% de sus habitantes de raza germánica y tras haber pertenecido durante siglos a Alemania, la mayor parte de sus ciudadanos no comprendían porque habían de estar sometidos a una administración polaca simplemente por haberlo dictaminado las cláusulas del Tratado de Versalles. A este problema además se añadía que otros territorios alemanes como la Alta Silesia, Pomerelia o Posen (esta última rebautizada por los polacos como Poznan) habían sido entregados sin justificación alguna a Polonia, separando de este modo Alemania de su principal provincia en Prusia Oriental. Así fue como durante los veinte años posteriores la población de Danzig y el resto de territorios arrebatados fue desarrollando un sentimiento de venganza hacia los polacos que gracias a la entrada en liza política del Tercer Reich podría llevar a cabo. P olonia se había erigido como una de las naciones más belicosas de Europa desde comienzos del siglo XX y por ello sus enemigos, desde Alemania a la Unión Soviética pasando por Lituania y Checoslovaquia, eran múltiples en todas sus fronteras. Obtenida su independencia en 1918 coincidiendo con el final de la Primera Guerra Mundial, Polonia nació como Estado a partir de la fragmentación del Imperio Austro-Húngaro, el Imperio Alemán y el Imperio Ruso. Este origen tan poco habitual le granjeó hostilidades con los países circundantes que mantenían minorías polacas dentro de sus fronteras, lo que se tradujo en una serie de conflictos de los que Polonia salió siempre victoriosa arrebatando por la fuerza territorios ajenos: con la Guerra PolacoUcraniana (1918-1919) se anexionó la región de Lvov a costa de Ucrania, con la Guerra PolacaLituania (1919) incorporó Vilna a costa de Lituania, durante los Levantamientos de Silesia (19191920) conquistó Silesia a costa de Alemania, con la Guerra Polaco-Checoslovaca (1919-1920) añadió ciertos territorios de Eslovaquia y durante la Guerra Polaca-Soviética (1919-1921) ocupó Lublin, Podolia, Volhynia y Brest gracias a la impresionante victoria del general Józef Pilsudski sobre la Rusia Bolchevique en la Batalla de Varsovia. Salvo Rumanía, todos los vecinos fronterizos de Polonia deseaban revancha mientras los polacos cegados por un sentimiento de invencibilidad se creían superiores gracias a su amistad con Gran Bretaña y Francia, lo que les hizo cometer muchas torpezas diplomáticas al desatarse la crisis de 1939. Plan de Polonia Escasamente fiable era el Ejército Polaco de 1939 en comparación con aquella fuerza que había vencido a la misma Unión Soviética y otras naciones vecinas entre 1918 y 1921. Desde entonces y ante el cada vez más deterioro de las arcas económicas polacas, el presupuesto militar se había ido reduciendo y por tanto el Ejército Polaco se había ido quedando atrás en diversas cuestiones como la modernización tecnológica del armamento o la formación profesional de la oficialidad. Especialmente en lo referente a las comunicaciones la organización del mando militar era pésima debido a la existencia de un sistema personalista de las órdenes que había introducido el Presidente Josef Pilsudski y que su sucesor al frente de las fuerzas armadas, el mariscal Edward Rydz-Smigly, había mantenido desde 1935 sin modificación alguna. Esto último se traducía en que cada vez que se tomaba una decisión por mínima que fuese, debía ser autorizada por el mismo comandante en jefe del Ejército Polaco, lo que restaba dinamismo a las operaciones al contrario de los mandos alemanes que valoraban las decisiones individuales. Otro de los grandes errores de los militares polacos fue que en las últimas dos décadas únicamente se habían tomado medidas defensivas para protegerse de un ataque de la Unión Soviética en las fronteras orientales y no de una agresión alemana en las fronteras occidentales, por lo que cuando se puso en marcha el Plan Z consistente en desplazar las divisiones hacia el oeste se cometieron dos equivocaciones todavía mayores: primeramente la de concentrar a las mejores unidades del Ejército Polaco junto a la demarcación con el Reich donde apenas existían atrincheramientos que las cobijasen; y segundo que se desguarneció la fortificada zona este para cuando el Ejército Rojo interviniese por la espalda. Pero si a todos estos fallos se añadía también que la movilización constituía un lento proceso de 12 a 15 días y que únicamente el 60% de la población nacional era polaca (siendo el 40% de los habitantes alemanes, ucranianos, bielorrusos, lituanos, checos, eslovacos o judíos que odiaban la causa polaca y en muchos casos la boicotearían), la situación de Polonia era más que grave Consecuencias de la invasión de Polonia El avance de las tropas en Polonia, provocó el que miles de refugiados, judíos y no judíos, optaron por escapara a través de las obstruidas rutas que iban hacia el este. La mayoría se llevó solo lo que podía cargar consigo. Por supuesto, un gran número de bajas, tanto soldados como civiles. Se calcula que alrededor del 20% de los polacos perdieron la vida o fueron hechos prisioneros. Evidentemente la gran consecuencia de este conflicto fue el que se diera inicio a la Segunda Guerra Mundial que provocó la muerte de entre 55 y 60 millones de personas. Sin embargo, es cierto que la invasión de Polonia fue el desencadenante de la Segunda Guerra Mundial o, por lo menos, hizo que otras potencias importantes entraran en el conflicto ante la amenaza del avance de la Alemania nazi. Pero Polonia también es célebre por otra cosa. El país se convirtió desde su ocupación en una especie de cuartel general de la Alemania nazi, el lugar elegido donde llevarían a cabo uno de sus proyectos más aberrantes: la solución final. Esto es, la aniquilación de toda la raza judía. En Polonia fue donde se construyeron los desgraciadamente famosos campos de exterminio, donde los nazis pretendían acabar con todos los ciudadanos de origen judío y prisioneros de Guerra. Se calcula que desde que pusieron en marcha los primeros campos de exterminio hasta el final de la Guerra, murieron unas 6 millones de personas en los campos de concentración alemanes. De los siete campos de exterminio de los nazis, seis se construyeron en territorio polaco: el más conocido por todos seguramente sea Auschwitz, pero también estaban los de Treblinka, Belzec, Sobibor, Chelmno y Majdanek. Había un séptimo campo de concentración en lo que hoy se conoce como Biolorrusia, Maly Trostenets, pero no era tan conocido ni tan grande ni tenía tanta actividad como los antes mencionados. Los prisioneros eran llevados a los campos para realizar trabajos forzosos, y a los más débiles directamente se les mataba. Vivían en condiciones infrahumanas, esperando que en cualquier momento les llegara el momento de la muerte. Los métodos más habituales eran las cámaras de gas, pero los nazis también tenían muchos otros sistemas para acabar con los reos y que pusieron en práctica en los campos polacos. Por ejemplo, estaban los fusilamientos y ahogamientos masivos, el ahorcamiento, el martillo o el envenenamiento, además de el hambre, las enfermedades y las condiciones de vida en general. Lo cierto es que hoy en día cuesta creer cómo los nazis fueron capaces de matar impunemente a millones de personas en los campos de exterminio, a través de un plan totalmente organizado y sistemático, sin que nadie supiera nada o, al menos, nadie hiciera nada por evitarlo. Cuando el mundo lo supo ya era demasiado tarde. Si alguien está interesado en el tema de los campos de concentración nazis, les recomiendo encarecidamente el documental “Shoah“, traducido al español como “Holocausto”, un film que realiza un análisis muy pormenorizado de lo que allí sucedió, con entrevistas a personas que lo vivieron de primera mano, tanto de la parte de los oprimidos como de los opresores Desarrollo de la invasión de Polonia Víctima civil de los bombardeos de Varsovia, 13 de septiembre de 1939. Batalla de Mlawaerania (1–3 de septiembre). El ejército polaco intenta retrasar el avance alemán, retirándose para formar una línea defensiva lo más cerca posible de la frontera. Campaña aérea: la Luftwaffe desarrolló la táctica de atacar aeródromos militares polacos, pero este plan resultó efectivo solamente durante los primeros días de la campaña, en tanto la aviación polaca contaba con defensas antiaéreas y evitó mantener grandes masas de aparatos al alcance de los bombardeos alemanes. La superioridad aérea alemana resultó generada por la mejor calidad de sus aviones y su superioridad numérica, por lo cual la aviación militar polaca pudo combatir efectivamente sólo durante las primeras dos semanas de lucha. Pese a esto, los aviones polacos junto con su artillería antiaérea destruyeron 285 aparatos alemanes, perdiendo la aviación polaca 333. Toma de Westerplatte (1–7 de septiembre). La primera guarnición costera polaca atacada por los alemanes en la península de Westerplatte, en la Pomerania polaca, resiste por 7 días bombardeos desde el mar y el aire antes de capitular. Batalla de Wizna (7-10 de septiembre). Es conocida como la Termópilas Polaca ya que una pequeña fuerza de apenas un batallón y tres compañías resistió durante tres días en un área fortificada cerca de la ciudad de Łomża ante una fuerza alemana de tres divisiones provenientes de Prusia Oriental, numéricamente muy superior. Las unidades polacas resultaron casi aniquiladas, siendo apresada por los alemanes menos de la décima parte de la guarnición. Batalla de Bzura (7–20 de septiembre). Contraataque sorpresa del Ejército polaco por parte del Ejército de Pomorze y del Ejército de Poznan, que hacen retroceder a varias divisiones alemanas. La mayor movilidad de las tropas alemanas (18 divisiones, incluyendo panzer) y la falta de suministros hacen que los polacos no puedan aprovechar el contraataque y deban retirarse para evitar un cerco. División de la infantería polaca durante la batalla de Bzura. Asedio de Varsovia, 8-28 de septiembre. Última defensa de la ciudad antes del alzamiento de Varsovia. 1ª Batalla de Varsovia (9–24 de septiembre). Primer intento alemán de tomar Varsovia mediante un ataque veloz de columnas motorizadas y tanques, rechazado por las defensas polacas. 2ª Batalla de Varsovia (25–28 de septiembre). Bombardeo aeroterrestre de Varsovia, mientras los alemanes reanudan su ataque con tropas motorizadas y batallones panzer. La capital polaca cuenta para entonces con menos infantería y artillería disponible para su defensa, y capitula por falta de suministros. Batalla de Brest Litovsk (14-17 de septiembre) fue una batalla, cerca de la ciudad de Brześć Litewski (ahora Brest, Belarus), donde tropas alemanas llegadas de Prusia Oriental cercan a la guarnición polaca allí establecida. Las fuerzas polacas deben romper el cerco y abandonar la ciudad para no ser aniquiladas. Infantería polaca marchando en 1939. Batalla de Leopolis.(12-22 de septiembre). Defensa de la ciudad Lvov contra avances alemanes tras la caída de Brest. Tras rechazar los ataques alemanes llegados desde el noroeste de la ciudad y sufrir serias pérdidas, los batallones polacos se ven incapaces de detener el ataque soviético que se inicia desde el este el día 18 de septiembre. Los soviéticos toman la ciudad el 22 de septiembre. Batalla de Tomaszów Lubelski (17-26 de septiembre). Batalla de carros entre 80 tanques polacos y alemanes. Los tanques polacos rechazan un avance alemán por breve tiempo, para evitar un cerco de más unidades polacas, pero son vencidos en inferioridad numérica ante los alemanes. Toma de la fortaleza de Modlin (14–29 de septiembre). Divisiones polacas amenazan el avance alemán desde la Fortaleza de Modlin (unos 20 kilómetros al noroeste de Varsovia), pero la rendición de la capital polaca hace insostenible la posición. Batalla de Kock (2–6 de octubre). Última batalla de la guerra. El general polaco Franciszek Kleeberg reagrupa a las últimas unidades polacas en el sureste del país para huir hacia Rumania, logrando este fin tras sufrir serias bajas durante el ataque alemán. Antecedentes Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, Alemania es forzada a renunciar a cualquier tipo de pretensión sobre territorios polacos, si bien los artículos 87 a 104 del Tratado de Versalles establecen excepciones sobre los territorios de Dánzig (que queda como Ciudad Libre de Dánzig amparada por la Sociedad de Naciones), el Territorio de Memel y Prusia Oriental(pendiente de un plebiscito sobre su adhesión a Alemania o a Polonia). Tras el abandono de la Conferencia de Desarme y la Sociedad de Naciones, el siguiente paso de la política exterior de Adolf Hitler fue la firma de un pacto de no agresión entre Polonia y Alemania, que tuvo lugar en 1934. Se trataba de una maniobra política que debilitaba las relaciones franco-polacas a favor de los intereses alemanes. El 5 de noviembre de 1937 se celebró una reunión de Hitler con el Ministro de Exteriores Konstantin von Neurath, el Ministro de Guerra Werner von Blomberg y los principales jefes militares. En ella, Hitler establece las líneas a seguir en la política exterior alemana destinadas a asegurar el espacio vital (Lebensraum) necesario para la supervivencia alemana. En dicha reunión, Hitler insta a la resolución del problema de las poblaciones germanas fuera del territorio alemán, declarando a Austria y Checoslovaquia como objetivos inmediatos. En marzo de 1938, Alemania se anexiona Austria. Hitler fija su atención en Checoslovaquia y consigue parte de su territorio merced al Pacto de Múnich en septiembre. En marzo de 1939 se produce la ocupación y desmembramiento del resto de Checoslovaquia, así como la recuperación del Territorio de Memel (cedida por el Gobierno lituano). Reino Unido y Franciaanuncian su intención de socorrer a Polonia en el caso de que sea invadida por Alemania. El 24 de noviembre de 1938, el Jefe del Alto Mando Alemán, Wilhelm Keitel, añade un apéndice a una orden anterior de Hitler sobre la reconstrucción del Lebensraum.