FUNCION DEL ABOGADO EN LA CONCILIACION 1. EL EJERCICIO CLÁSICO DE LA ABOGACÍA La enseñanza del derecho ha tenido como finalidad formar abogados para el litigio y la controversia, de allí que el modo natural de ejercer la abogacía sea a través de la lucha y el enfrentamiento. Con la incorporación en nuestro ordenamiento jurídico de los medios alternativos de resolución de conflictos, se ha empezado a introducir en las currículas de pre-grado de algunas Facultades de Derecho del país algunas cátedras de negociación, conciliación y arbitraje, y se están preparando segundas especialidades o maestrías en Medios Alternativos de Resolución de Conflictos, tal como existe en otros países como Argentina, Estados Unidos, etc. El abogado clásico o tradicional parte de dos premisas: – que quienes están en conflicto son adversarios, y si uno gana, el otro necesariamente debe perder; – que, los conflictos deben resolverse por aplicación de alguna regla general de derecho, lo que habitualmente se hace a través de la actividad de un tercero que es el juez. El abogado clásico, frente a un determinado caso suele tratar todo asunto como “un expediente más”, incorporándolo a los archivos de su 1 estudio, en lugar de analizar y recomendar el método más apropiado de solución al conflicto para su cliente. Estas premisas son contrarias a los principios de la conciliación, en la que se presume: – que todas las partes pueden ganar si se llega a un acuerdo en base a una solución creativa; – que cada situación es única, por lo que no necesariamente debe estar regida por una pauta general, a menos que las partes lo acepten. II. LA RELACIÓN ENTRE EL ABOGADO Y EL CLIENTE La relación entre el abogado y el cliente debe considerarse desde varios puntos de vista: – enfoque jurídico: respecto de los derechos y obligaciones que se derivan para las partes. – enfoque sociológico: se refiere al comportamiento que las mismas partes observan con ocasión del desarrollo de la relación profesional. – enfoque deontológico: se refiere al modo de actuar no técnico del abogado frente al cliente y en atención a la ética forense. 2 El abogado no sólo debe estar dotado de las cualidades técnicas y morales adecuadas a la profesión forense y a la especialidad eventualmente elegida, sino también de dotes de introspección psicológica, al efecto de aprehender aspectos recónditos de la personalidad de su asistido. En la praxis, la relación entre el abogado y el cliente se da generalmente en un contexto en que el abogado desempeña una función de dirección, encontrándose –al menos en teoría– en superioridad respecto al cliente, ya que éste desconoce las leyes, el procedimiento, el ambiente judicial, etc., sin contar el sufrimiento y trauma psicológico que lo envuelve por el juicio. Es por eso que muchas veces el abogado toma la decisión en lugar de su cliente. III. CÓMO ASESORAR EN LA ELECCIÓN DEL MÉTODO MÁS ADECUADO Los abogados deberían conocer más sobre los medios alternativos para prevenir y resolver disputas, no sólo por su propio bienestar, sino también para el de sus clientes y el de la sociedad en general. Los abogados en ejercicio tendrían que aconsejar a sus clientes sobre cómo encarar diferendos y ayudarlos a llevar a cabo algunos procedimientos nuevos y diversos de resolución de estas controversias. La función principal de los profesionales de derecho es el de ayudar a sus clientes a solucionar problemas. Para ello el abogado debe 3 conocer los medios alternativos de solución de conflictos en general, y así poder : – Determinar el método más apropiado para cada conflicto. – Saber cómo negociar y llevar a cabo una buena transacción. – Saber cómo participar eficazmente en el proceso elegido. Con respecto a la conciliación en particular, los letrados deberían tener capacitación sobre: – La diferencia entre el rol del abogado en la conciliación y su rol en la representación tradicional. – Las ventajas y desventajas de una participación activa de las partes y abogados en las sesiones de conciliación. IV. FUNCIONES DEL ABOGADO EN LA CONCILIACIÓN . El abogado interviene en la conciliación extrajudicial no sólo para verificar la legalidad de los acuerdos, sino también antes, durante y después de la conciliación, como veremos enseguida 1. 4 Función del Abogado antes de la Conciliación La importancia de la presencia del abogado antes de la conciliación extrajudicial se refleja en los siguientes aspectos: – Asesora a sus clientes a elegir el método más apropiado para la solución de su conflicto. – Explica las ventajas que tiene la conciliación antes de acceder a ella. – Explica sus clientes cuáles son sus derechos si eligen la conciliación. – Explica a su cliente cómo debe actuar en una audiencia de conciliación – Ayuda al cliente a diseñar la estrategia de negociación que va utilizar en la audiencia de conciliación 2. Función del Abogado durante la Conciliación La función del abogado durante la audiencia de conciliación se nota en los siguientes aspectos: – Permite asegurar un acuerdo equitativo para su cliente, que no sea contrario a sus derechos cuando ésta no posea las habilidades necesarias para negociar o sea demasiado emotiva. – Reduce el riesgo de provocar consecuencias perjudiciales si no se llega a un acuerdo. 5 – Asesora al cliente sobre aspectos legales que se utilicen en la audiencia de conciliación, por ser un tema técnico, donde necesariamente deben emplearse terminología jurídica. – Brinda confianza, ya que muchas veces con la sola presencia del abogado el cliente se siente seguro. – El abogado puede impedir que las partes arriben a acuerdos bajo presión y sin la debida información, particularmente cuando conocen cabalmente el proceso de solución de disputas. – Asesora al cliente antes de firmar cualquier acuerdo al que se hayan arribado por conciliación, en caso de no estar seguras sobre sus derechos. – Ayuda a redactar y confeccionar en detalle los acuerdos. – Revisar los proyectos de acuerdos que se hayan logrado. 3. Función del Abogado después de la Conciliación Finalizado el procedimiento de conciliación con el levantamiento del Acta respectiva, el abogado interviene en los siguientes casos: – Asistiendo al cliente para lograr el cumplimiento del acuerdo. – Asesorando al cliente si es que han arribado a un acuerdo y la parte contraria incumpliera con éste. Interviene redactando la demanda, solicitando al Juez la ejecución del acuerdo, etc. 6 – Continuando el proceso por cuestiones pendientes que deban ser resueltas en la vía judicial, si es que llegaron a un acuerdo parcial o no llegaron a un acuerdo. – Impugnando en la vía judicial el acuerdo al que haya arribado su cliente si éste se ha realizado de un modo irregular. 4. Ventajas para el Abogado si es Conciliador La conciliación extrajudicial brinda una serie de ventajas para todos aquellos abogados que deseen desempeñarse como conciliadores. Muchos abogados tienen la errónea idea que si se desempeña como conciliador ya no puede litigar, patrocinar o asesorar, pero esto no es así. El abogado que se desempeñe como conciliador puede ejercer sus actividades de manera normal, la única limitación que tiene si es abogado-conciliador en una audiencia de conciliación es que si las partes no llegan a un acuerdo o llegan a un acuerdo parcial, no puede asesorar como abogado a ninguna de ellas en la vía judicial, toda vez que (al haber participado como conciliador en la audiencia) no puede ser juez y parte al mismo tiempo, ya que estaría en cierta ventaja indebida frente a la otra parte. Luego de haber hecho esta aclaración veamos las ventajas que trae la conciliación para los abogados: – No va afectar las posibilidades de trabajo de los abogados, el mismo que ejercerá la función de supervisor de la legalidad de los acuerdos, ya que es 7 obligatorio que en cada Centro de Conciliación haya cuanto menos un abogado. – Los abogados pueden asesorar a las partes en una audiencia, sobre todo en temas jurídicos. – Va a permitir percibir sus honorarios de manera más rápida y con menor desgaste personal. – El abogado va a poder atender mayor cantidad de casos, disponiendo de más tiempo para otros casos, lo cual, como es obvio, va repercutir en el aumento de sus ingresos económicos. – Evita el desgaste personal y profesional, que son propios de los largos y extensos procesos judiciales. – Evita los riesgos que representa el litigio –en términos de responsabilidad profesional– por haberse omitido alguna cuestión formal. 8