Mes de la Biblia - Tercer Encuantro (02092015)

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“Con la fuerza del Espíritu compartimos la Buena Noticia”
MES DE LA BIBLIA
Tercer Encuentro
“DIOS CREÓ AL HOMBRE PARA QUE NO PERECIERA”
Ambientación: La Biblia abierta, los alumnos sentados en círculo (opcional en el patio),
con sus juegos de mate. Comenzamos a cebar y a leer.
LA PALABRA DE DIOS ES COMO EL MATE
Dicen que el mate nos viene de hace muchos siglos, los nativos guaranìes tomaban en una
calabaza esta hierba medicinal, loes españoles se acostumbraron rápidamente. A medida
que pasan los años van cambiando las formas de tomarlo, pero lo esencial se conserva. Hoy
tenemos mates de siliconas y de fibra de vidrio que conviven con los de calabaza o los de
caña, el agua se mantiene caliente en termos, no sobre las brasas y en vez de pavas se
pueden usar los “dispenser” de agua caliente. Pero la yerba sigue siendo la yerba.
LA Biblia no ha caído del cielo, se trata de un conjunto de libros que se compusieron a lo
largo de los siglos en el seno del pueblo de Dios gracias a la fe que les permitió entender
que el Dios único se había ligado a ellos, que los prefería, los acompañaba. Pasaron
dieciocho siglos desde Abrahám hasta Jesús y en ese tiempo muchas cosas cambiaron, pero
las experiencias de la comunidad fueron quedando plasmadas en los libros que permiteron
que otros también las conocieran y comprendieran y vivieran su fe intensamente y sumaran
sus propias reflexiones.
En la Biblia leemos: “En diversas ocasiones y bajo diferentes formas, Dios habló a
nuestros padres, por medio de los profetas, hasta que en estos últimos días nos habló a
nosotros por medio de su Hijo” (Hebreos 1, 1-2).
Y también: “Hagan lo que dice la Palabra (…) Éste que oye, no para olvidar sino para
realizar lo que le pide la Ley, será feliz al practicarla” (Santiago, 1-22).
Y Jesús mismo nos dice :”Ahora que saben todo esto, serán felices si lo ponen en pràctica”
(Juan 13, 17).
Se puede tomar mate a solas, pero el verdadero sentido está en el compartir con los demás
el tiempo y la fraternidad, respetando “la rueda”.
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“Con la fuerza del Espíritu compartimos la Buena Noticia”
Muchos cristianos dicen “Yo me arreglo solo con Dios” o “yo tengo a mi Dios”. Es verdad
que se puede leer solo la Biblia, pero Jesùs nos invita también a reunirnos como cristianos
para orar y meditar juntos.
“Si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pedir cualquier cosa, estèn seguros que
mi Padre en lsos cielos se la dará. Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, Yo
estoy en medio de ellos” (Mateo, 18-19).
Ahora nos disponemos a escuchar todos juntos lo que Dios nos dice en su Palabra y a
responderle de todo corazón. Invocamos al Espíritu Santo para que nos ilumine al escuchar
y reflexionar lo que Dios quiere decirnos.
Espíritu Santo
Ilumina mi alma para que
descubra en la Palabra lo que el
Señor quiere para mi.
Dame tu luz, tu sabiduría y tu
templanza.
Amén.
Leemos Mateo 13, 24-30 (Suspendemos el mate y nos ponemos en clima de oración para
leer la Palabra de Dios.) Luego de leer la lectura retomamos con el mate
Iluminación ¿Qué nos dice el texto?
Dios ha creado el mundo y nos ha puesto en él para que tengamos vida y seamos felices. El
mundo que Dios quiere es un mundo donde se viven los valores del Reino, es decir, donde
hay paz, justicia, igualdad, libertad, fraternidad. Pero la realidad nos muestra que en el
mundo también hay mal, hay violencia, odio, rencor, egoísmo, maldad. En algunos
momentos de nuestra vida sentimos que lo malo es más fuerte que lo bueno y que nunca
podremos vivir en un mundo deseado por Dios, que nunca podremos ser felices, es así, que
a veces sentimos que ya no podemos seguir viviendo, porque la inmensidad del mal nos
ahoga. Y no entendemos porqué Dios no hace nada para impedirlo. ¿Será que Dios quiere
que suframos y que seamos destruidos por la acción del mal y de los malvados?
¡¡No!! Dios quiere que vivamos, que seamos felices, que el Bien triunfe sobre el mal en el
mundo y en la vida de cada uno. El mismo Jesús dijo que Él había venido a traer vida y
“vida en abundancia” (Juan 10,10). Por eso La palabra nos dice que debemos aprender a
convivir con el mal, que la cizaña crece junto con el trigo, pero que, el trigo, la buena
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“Con la fuerza del Espíritu compartimos la Buena Noticia”
semilla, aunque a veces parezca débil, a la larga da buen fruto. Y Dios no quiere que nos
confundamos o suframos daño alguno. Él quiere que estemos firmes y seguros creciendo
bajo su atenta y amorosa mirada, El es el dueño del campo que es el mundo y que es
nuestra vida y no permite que se haga nada que pueda dañar lo que Él ha sembrado. Por eso
el texto nos invita a esperar, sabiendo que, al final, se verá claramente lo que era bueno y lo
que era malo, y lo bueno será recogido y guardado junto a Dios, lo bueno irá al granero del
dueño. En cambio lo malo se quemará.
Si nos mantenemos firmes en el bien, estaremos viviendo como un buen grano, daremos
fruto y, podremos vivir nuestra vida estando siempre junto a Dios y ser felices a pesar del
mal a nuestro alrededor.
Meditar: ¿Qué me dice Dios a mí en este texto de Mateo 13, 24-30? Vuelvo a leer e
silencio. Me quedo en el versículo o partecita que más me gusta y lo comparto con los
demás.
Rezar: ¿Qué le digo a Dios desde el texto o partecita que elegí? Si esta partecita me llegó
más es porque Diso ha querido decirme algo a mi personalmente, como si me dijera un
secreto, algo que solo yo he escuchado. Hago una oración personal y, si quiero compartir
con los demás eso bello y profundo que Dios me ha dicho, la expreso en voz alta.
Actuar: ¿Qué hago como respuesta a lo leído y rezado? La oración debe moverme a actuar;
por consiguiente: ¿Qué compromiso asumo? ¿Y como curso qué compromiso asumimos?
¿Qué actitud cambiaré/mos ahora que hemos escuchado esto que Dios nos ha dicho?
“Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica”
Oración final
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