Subido por mikelangelo7777

PS TURNO 1

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PRUEBA DE SÍNTESIS - TURNO 1
PARTE TEÓRICA:
- Los conflictos positivos de competencia
Cuando el Gobierno del Estado o el de una comunidad autónoma cree que una
comunidad o el mismo Estado (en el caso de las comunidades autónomas) ha invadido
su ámbito competencial, puede iniciar el procedimiento de los conflictos positivos de
competencia, previsto en general en el artículo 161.c de la Constitución y regulado en
los artículos 62 a 67 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
De esta definición genérica ya se desprenden algunos de los elementos fundamentales
de esta vía de resolución de conflictos, que consta, entre otros, de estos:
1) Su presupuesto es la invasión por parte de una instancia de gobierno (el Estado o
una comunidad autónoma) de las competencias de otra.
2) Los sujetos legitimados para promover el conflicto son exclusivamente los órganos
colegiados de gobierno de cada instancia.
3) Los actos impugnables, que pueden suscitar el planteamiento del conflicto, son las
disposiciones, las resoluciones y los actos emanados tanto del Estado como de las
comunidades autónomas (por tanto, normas de carácter reglamentario y actuaciones
singulares o ejecutivas). Si los actos que se considera que invaden competencias, sin
embargo, tienen valor de ley, el procedimiento para resolver la discrepancia no será el
propio de los conflictos de competencia, sino el del recurso de inconstitucionalidad (art.
67.2 LOTC).
4) El procedimiento del conflicto positivo se inicia con el requerimiento de incompetencia,
que es un trámite previo a su planteamiento ante el Tribunal Constitucional. A través de
este requerimiento, que se presentará durante los dos meses siguientes a la publicación
o comunicación del acto que suscita el conflicto, el Gobierno que considera que esta
actuación invade sus competencias pide al Gobierno de la instancia de la que proviene
este acto que lo modifique o lo derogue.
La presentación de este requerimiento previo es obligatoria para las comunidades
autónomas, pero sólo potestativa para el Estado, que puede optar por presentar el
requerimiento o acudir directamente al Tribunal Constitucional. Si la parte requerida
actúa de acuerdo con lo que se le pide, atendiendo al requerimiento, la controversia
queda resuelta antes de acudir al Tribunal Constitucional. Ahora bien, si el requerimiento
no se contesta en el plazo de un mes o se contesta negativamente, por considerarlo no
fundamentado, el Gobierno requirente ya puede acudir al Tribunal Constitucional y
promover el conflicto de competencias.
El Tribunal abre un plazo para formular alegaciones y puede solicitar a las partes las
aclaraciones y las informaciones que crea convenientes. Terminado este procedimiento,
que es de estructura muy simple, el Tribunal dicta sentencia.
5) Cuando se plantea el conflicto ante el Tribunal Constitucional, se puede solicitar al
Tribunal la suspensión del acto impugnado, como medida cautelar y provisional. Esta
suspensión tiene un régimen diferente, según que la pida el Gobierno central o el de
una comunidad autónoma:
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• Si la solicita el Gobierno central, basta que este invoque el artículo 161.2 de la
CE para que el Tribunal la deba conceder automáticamente, por un período de
cinco meses, pasados los cuales decidirá, en vista de las alegaciones de las
partes, si la mantiene o la levanta.
• Si la solicita el Gobierno de una comunidad autónoma, el Tribunal podrá
acordarla, no necesariamente ni automáticamente, si considera que puede
causar perjuicios imposibles o difíciles de reparar.
6) La sentencia que pone fin a un conflicto de competencias debe declarar a quien
pertenece la titularidad de la competencia controvertida, y puede anular el acto que
resulta contrario al orden constitucional de distribución de competencias, aunque este
efecto anulador no es automático ni es exigido inexcusablemente por la Ley orgánica
del Tribunal Constitucional. Sobre las consecuencias o los efectos que habría podido
crear el acto viciado de incompetencia, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional da
una libertad absoluta al Alto Tribunal, que podrá disponer sobre las situaciones que
hayan sido creadas, tanto de hecho como de derecho, todo lo que proceda.
PARTE PRÁCTICA:
Imagina que se hubieran celebrado elecciones generales y que los resultados, en
cuanto al Congreso, hubieran sido los siguientes:
-PSOE: 108 diputados (27% de los votos emitidos a nivel estatal).
-PP: 106 diputados (26% de los votos emitidos a nivel estatal).
-Ciudadanos: 66 diputados (20% de los votos emitidos a nivel estatal).
-Unidos-Podemos: 42 diputados (16% de los votos emitidos a nivel estatal).
-ERC: 11 diputados (17% de los votos emitidos en las 4 circunscripciones de la
comunidad autónoma de Cataluña donde se ha presentado).
-PNV: 7 diputados (22% de los votos emitidos en las 3 circunscripciones de la
comunidad autónoma del País Vasco donde se ha presentado).
-PDCat: 6 diputados (11% de los votos emitidos en las 4 circunscripciones de la
comunidad autónoma de Cataluña donde se ha presentado).
-Bildu: 2 diputados (8% de los votos emitidos en las 3 circunscripciones de la
Comunidad Autónoma del País Vasco donde se ha presentado).
-BNG: 2 diputados (10% de los votos emitidos en las 3 circunscripciones de la
Comunidad Autónoma de Galicia donde se presenta).
1.- Partiendo de estos resultados, ¿Qué partidos políticos podrían formar grupo
parlamentario propio y cuáles no? ¿Por qué? ¿Qué pasará con los diputados de
los partidos que no pueden formar grupo parlamentario propio?
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El art. 23.1 del Reglamento del Congreso establece que para poder constituir un grupo
parlamentario en el Congreso el partido político debe haber obtenido un mínimo de 15
diputados. Como excepción, también se podrá formar grupo parlamentario con un
mínimo de 5 diputados siempre y cuando se hayan obtenido al menos un 5% de los
votos totales del conjunto del Estado, o bien un 15% de los votos en las
circunscripciones donde el partido se haya presentado (este último porcentaje se acepta
en la práctica que sea el resultado de hacer la media de los porcentajes obtenidos en
cada circunscripción, de forma que si en una no se llega al 15% se pueda compensar
con otras donde sí se supere este umbral).
Aplicando estas reglas podrían constituir grupo parlamentario propio las siguientes
fuerzas políticas:
-PSOE, PP, Ciudadanos y Unidos-Podemos por tener más de 15 diputados.
-ERC y PNV, por tener más de 5 diputados y más del 15% de los votos en las
circunscripciones donde se han presentado.
Los diputados del resto de partidos políticos que no cumplan ninguna de las condiciones
citadas (PDCat, Bildu, BNG) no podrán, por tanto, formar grupo propio, y el RCD
establece que los diputados que no se hayan podido integrar en un grupo dentro de los
cinco días siguientes a la sesión de constitución del Congreso pasarán a formar parte
del Grupo Mixto, de acuerdo con lo establecido en el art. 25 RCD. Por lo tanto, irán a
parar al Grupo Mixto.
2. Indica cuáles de estas formaciones políticas del Congreso podrían, por sí solas
y sin ponerse de acuerdo con ninguna otra: a) presentar una moción de censura;
b) presentar un recurso de inconstitucionalidad.
Para presentar una moción de censura hace falta una décima parte de los diputados, es
decir, 35. Tanto PSOE, PP, Ciudadanos y Unidos-Podemos tienen más de 35 diputados.
Pero, obviamente, el grupo que apoya el Gobierno no impulsará una moción de censura
contra el presidente, sino que es una herramienta pensada para que la utilicen los
grupos de la oposición.
En cuanto al recurso de inconstitucionalidad el art. 162.1.a) CE pide, en relación con los
diputados, que lo presenten 50 de ellos. PSOE; PP y Ciudadanos superan esta cifra por
ellos mismos, pero de nuevo hay que decir que ninguno de ellos impugnará una norma
aprobada con su apoyo, sino una a la que se hayan opuesto y que consideren
inconstitucional.
3.- ¿Los diputados están obligados jurídicamente a cumplir las instrucciones de
voto de su grupo parlamentario? ¿Y las instrucciones que les dé su partido
político? ¿Por qué?
La Constitución establece en su art. 67.2 CE que los diputados no estarán ligados por
mandato imperativo, es decir, que los parlamentarios electos lo son de forma individual,
y jurídicamente no están obligados a atender las instrucciones ni de los ciudadanos ni
de sus propios partidos políticos o grupos parlamentarios. Sin embargo, también hay
que decir que esta regulación topa a menudo con la realidad política, donde los partidos
tienen un gran protagonismo fijando la "disciplina de voto" en el interior del propio grupo
parlamentario. Pero jurídicamente ningún diputado (ni senador) está obligado a seguirla
y pueden decidir asumir el riesgo de enfrentarse a su grupo y a su partido y marcharse
al grupo mixto de la cámara, por ejemplo.
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