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Escuelas unidocentes

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Escuelas unidocentes
ROBERTO PASSAILAGUE / 26 AGO 2017 / 00:01
Los profesores de las escuelas unidocentes, por su naturaleza, deben tener una competencia
multidisciplinaria de multigrado, donde por el número de alumnos y la distribución de
horarios, atienden a todos los estudiantes en un mismo grupo, aunque sean de distintos
niveles. La razón de estas escuelas es cubrir las necesidades educativas de los niños y jóvenes
en zonas rurales, escasamente pobladas o donde la población está dispersa. Para esto estaban
capacitados los maestros normalistas, cuya profesión debe ser reestablecida.
La Unesco las denominó Escuelas Unitarias por la década de 1950, desarrollando y
fomentando una metodología con políticas y programas adaptados a la naturaleza propia de
cada país, no solo de aquellos en vías de desarrollo sino también en los países desarrollados o
del primer mundo.
En Ecuador, un gran número de ellas funcionaban en forma irregular y con mala calidad, ya sea
por la falta de apoyo del Ministerio de Educación o la comunidad, y la falta de capacitación,
compromiso y constante ausencia del profesor. La solución al problema no estaba en
eliminarlas para dar paso a la construcción de las grandes Unidades Educativas del Milenio,
muchas de las cuales están subutilizadas y, según el último informe del Ministerio de
Educación, no han dado los resultados previstos, sin aumentar significativamente la matrícula
ni la calidad.
La escuela multigrado sigue extendida en todos los continentes y el mundo para evitar el
traslado de estudiantes a los centros poblados, donde usualmente están las grandes escuelas y
colegios, debiendo caminar o movilizarse enormes distancias.
Coincido con lo resuelto por el presidente de la República, de reabrir las escuelas unidocentes
cerradas, adecuarlas digna y tecnológicamente con computadora e internet, material
didáctico, baterías sanitarias y que el profesor sea profesionalmente capacitado para dar
clases en este tipo de escuela, para lo cual se requiere mayor formación y vivienda en el lugar,
lo que amerita otorgarle un bono por la responsabilidad de ser maestro de escuela
unidocente.
El 52% de escuelas de Ecuador es unidocente y bidocente 2131 En la Escuela Jorge Valencia, de
Tarqui, en Cuenca, hay 14 alumnos en 2do, cuarto, quinto, sexto y séptimo de básica. Foto:
Xavier Caivinagua para EL COMERCIO VALORE Indignado 6 Triste 1 Indiferente 0 Sorprendido 1
Contento 0 Corresponsalías y Redacción Sociedad (I) LEA TAMBIÉN Graciela Valero es
directora, maestra, está a cargo de la colación escolar y cuida de los libros del salón de lectura.
Su escritorio marca el centro de un aula, en donde resaltan tres pizarrones, uno por cada grado
que atiende. La escuela Eugenio Espejo, del recinto Barranca de La Puntilla, en el cantón
Samborondón (Guayas), tiene 11 niños. Viven en los alrededores, en un caserío, a 15 minutos
en auto desde la carretera que lleva a la cabecera cantonal. Esta es una de las 55 unidades
educativas públicas (32 unidocentes y 23 bidocentes), que registra el área rural de la zona 8
(Guayaquil, Durán y Samborondón). Esta es quizá una de las zonas con menos planteles de
este tipo, ya que abarca un territorio más metropolitano. No obstante, la subsecretaria Ericka
Laínez explicó que estas pequeñas instituciones están operativas. Y aclaró que aún no han
recibido pedidos de reapertura de otras similares, tras el anuncio del presidente Lenín
Moreno, para impulsar este tipo de planteles. En Ecuador, el 52% de planteles educativos
fiscales es unidocente y bidocente. En ellos estudia el 5% de un total de 3 353 826 alumnos del
sistema público. “No vamos a condenar a nadie a no educarse. Las escuelas unidocentes
atienden a niños de comunidades dispersas o de poca población infantil”. Lo afirmó el ministro
Fander Falconí, quien recalcó que este año continuarán con la construcción, mejora e
inauguración de nueva infraestructura. También indicó que las unidades educativas del milenio
apenas cubren al 3,6% de la población estudiantil fiscal. En la Costa ayer, 16 de abril del 2018,
se inauguró el año lectivo 2018- 2019. Dos escuelas unidocentes serán reabiertas para este
ciclo en el cantón Esmeraldas. Ambas son de estructura de madera. Las escuelas están en
comunidades de Carlos Concha, zona rural de Esmeraldas, a tres horas de la ciudad. Los
habitantes de Mora Chigue, parte de la citada parroquia, tras el anuncio del Ejecutivo, hicieron
una solicitud al distrito. La escuela de la zona ha estado cerrada por cinco años. Los alumnos
de Mora Chigue deben caminar hasta una hora para llegar a la escuela más próxima a su
comunidad, por un camino semilastrado. Gladis Jama, habitante, cree que esa es una de las
causas de la deserción escolar. En los últimos 10 años, en el cantón Esmeraldas, se cerraron
265 escuelas. De ellas, el 30% serían escuelas unidocentes, según Domingo Mina, exdirigente
de la exUnión de Educadores (UNE). Esa información no pudo ser confirmada por el
Departamento de Comunicación del Distrito de Educación. Realizan una depuración del listado
para saber cuántas escuelas unidocentes están cerradas. Según Planificación, 56 escuelas
unidocentes están funcionando en Esmeraldas. Pero hay pedidos de otras comunidades para
que se reabran. El director distrital de Educación, Luis Ramírez, explicó que un equipo técnico
revisa los pedidos para armar proyectos y reabrir escuelas unidocentes y bidocentes, en el área
rural de Esmeraldas. En los 10 años del gobierno anterior, entre Azuay, Cañar y Morona
Santiago se cerraron más de 60 escuelas unidocentes y bidocentes. Algunas fueron absorbidas
por las unidades educativas del milenio y en la actualidad quedan 840 entre las tres provincias
donde se educan 19 033 alumnos. Una de ellas es la Jorge Valencia Peñaherrera, de
Morascalle, en la parroquia Tarqui. Tiene 14 alumnos en segundo, cuarto, quinto, sexto y
séptimo de básica. Están distribuidos en dos aulas. Los pizarrones separan un nivel de otro.
Para la maestra, Carolina Castro, es complicado enseñar al mismo tiempo a los cinco grados.
Pero resalta que los niños son responsables y la mayoría tiene buen rendimiento. Mientras
dirige su clase a un grupo, los estudiantes de los otros niveles hacen tareas. Los docentes de
este tipo de planteles son generalmente bachilleres de ciencias de la educación, normalistas y
de institutos pedagógicos. En esta parroquia, ninguna autoridad ha presentado propuestas
para la reapertura de más escuelas de este tipo. Para el presidente de la Junta Parroquial,
Bolívar Saquipay, cualquier cambio en la educación debe ser para mejorar, como contar con
más maestros, aulas educativas, mobiliario y materiales en buen estado. La zonal 6 del
Ministerio de Educación recibió 10 pedidos de reapertura, que se analizan. De ellos, tres son
de Azuay y siete de Morona Santiago. En la zona rural de Santo Domingo de los Tsáchilas y de
Manabí, los comuneros y dirigentes de 19 sectores han pedido al Ministerio la reapertura de
19 centros educativos. Quince de las peticiones están en Manabí. Jamina Zambrano es madre
de familia de una escuela en el cantón Paján. Sus primeros cuatro hijos, contó, estudiaron en la
escuela La Victoria, en un caserío cercano al recinto El Cascol. Pero el centro fue unificado con
varias escuelas unidocentes de El Cascol. Por eso, su hija de 10 años camina más de tres
kilómetros. “Es peligroso, no siempre llega el transporte”. María Beatriz Santos, coordinadora
zonal 4, señaló que la reapertura dependerá de una evaluación técnica en la cual se precisa si
procede o no. Luego se definen los recursos que se necesitan para dar mantenimiento a la
infraestructura, así como la plantilla de docentes que requiere la institución educativa.
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