La necesidad de escuchar al otro

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ALAI, América Latina en Movimiento
2013-04-03
La necesidad de escuchar al otro:
Corea del Norte
Mikel Itulain
Cuando sucede algún conflicto, tanto individual como social, uno debe escuchar a todas las partes
implicadas, no a una sola. Si no hace esto, si escucha solo a una parte, tendrá una visión parcial y
tendenciosa de ese conflicto; y no entenderá, ni será capaz de resolverlo de una forma sensata, equilibrada
y civilizada. Esta negativa postura es la que están manteniendo no solo gran parte de los gobiernos
occidentales, sino gran parte de las personas que viven en lo que se conoce como Occidente, Estados
Unidos y Europa, respecto a ese país llamado Corea del Norte. Del que tanto y tan tendenciosa y
falsamente hablan hoy los medios corporativos. Desconocen qué ocurre realmente allí, cómo es ese lugar
del planeta, cuál es su historia y, especialmente, cuál es la historia del conflicto que mantiene con Estados
Unidos. Han estado escuchando siempre una sola voz y han perdido la noción de la realidad cotidiana y
también de la realidad histórica.
Vamos a recordar algunas de las cosas que han ocurrido en Corea, vamos a empezar centrándonos en la
conocida como Guerra de Corea de mediados del siglo XX. Hace casi un año, en julio de 2012, publicaba
un artículo por este motivo, lo titulaba bien a propósito: La guerra de Corea, historias no recordadas.(1)
Así empezaba:
De acuerdo a la visión del mundo de la administración estadounidense, que se ha convertido en la visión
occidental, la Corea comunista (la zona norte de Corea) atacó a la Corea que supuestamente buscaba la
libertad (la zona sur), y lo hizo con la ayuda de la Unión Soviética; entonces se intervino ante este
atropello a la libertad y ante las matanzas de civiles inocentes por “el comunismo”. Ya en 1950 en un
filme, El crimen de Corea, realizado por el ejército norteamericano, se culpaba de unas matanzas sobre
civiles a los comunistas y aparecía la voz en off de Humphrey Bogart diciendo: “Algún día los
comunistas pagarán por esto”, e indicando que sabrán los muertos que se han producido y actuarán por
ello contra los criminales de guerra.(2) El problema con estas acusaciones viene de que las muertes de
esos coreanos fueron debidas a la policía del régimen de Corea del sur controlado por EE.UU., no a los
“comunistas”; y así tuvo lugar una matanza en la ciudad de Tae Jun, donde unos 7.000 prisioneros
políticos coreanos fueron ejecutados por la policía del sur de Corea ante el propio ejército norteamericano
y la CIA, que colaboraban con ellos.(3) Por lo tanto, Bogart habría tenido que buscar a otras personas
como criminales de guerra, muchos de ellos altos mandos de su propio país.
Antes de la guerra de Corea, de 1945-50, fueron asesinados unos 100.000 coreanos del sur por el régimen
colonial instalado por EE.UU. y en los meses previos se calcula que hubo 200.000 muertos más.(3)
El comienzo de la guerra se atribuye al ataque de Corea del Norte en 1950, pero en realidad, la guerra
como tal ya había comenzado meses antes. Entre mayo y diciembre de 1949 ya había habido choques
militares al traspasarse el paralelo 38, con bajas de cientos de muertos, algo más de la mitad de los
incidentes habían sido iniciados por Corea del Sur.(3),(4)
La situación de Corea no era muy diferente a la de Vietnam, donde el colonialismo de las potencias
extranjeras trataba de evitar la unión e independencia del país. En el caso de Corea esto condujo a una
guerra descarnada donde los EE.UU. escribirían uno de sus capítulos más sangrientos y monstruosos en
su historia. De un país de unos veintitrés millones de habitantes tres millones fueron asesinados, con una
proporción de seis a uno en relación a su pertenencia al norte o al sur. La desinformación que hubo
entonces sobre Corea condujo a que se agravara enormemente la situación, el corresponsal militar del
New York Times, Hanson Baldwin, describía a los norcoreanos como alimañas que venían chillando. Este
carácter racista no era nuevo en la prensa y el ejército estadounidense, ya se vio en las invasiones a
Filipinas y a Haití, y sucedería pronto en Vietnam.(3)
Las violaciones de mujeres coreanas, tanto en el sur como en el norte, por parte de los soldados
estadounidenses se sucedieron con frecuencia. El bombardeo de ciudades y poblaciones del norte fue
llevado a cabo de forma devastadora por el ejército de EE.UU., hasta tal punto que superó los ya bárbaros
y criminales ataques hechos en Japón y Europa por la aviación norteamericana durante la Segunda
Guerra Mundial. Así ciudades como Shin Eui Ju fueron destruidas en un 95 %, Pionyang en un 85 % o
Hamhung en un 80 %.(3),(4)
El napalm fue usado en estos bombardeos con el fin de provocar el mayor daño y efecto posible. Uno de
los mayores fabricantes de napalm fue la compañía Dow Chemical Company (patrocinador ahora de los
Juegos Olímpicos de Londres 2012); que también fabricó el agente naranja con el que arrasaría los
bosques, agua y tierra de Vietnam, además de contaminarlos con dioxinas. La fuerza aérea
estadounidense destruyó Corea con esta “maravillosa arma” (el napalm).(5)
Hacia 1968 Dow Chemical Company, uno de los mayores fabricantes de napalm, no podía entrar a gran
parte de los campus universitarios para reclutar empleados debido al uso de napalm en Vietnam, pero
océanos de este fueron lanzados en Corea silenciosamente o sin noticias en América, con efectos mucho
más devastadores, puesto que la DPRK [Corea del Norte] tenía muchas más ciudades pobladas e
instalaciones industriales urbanas que las que tenía Vietnam. (4)
Los efectos del napalm en los civiles eran terribles, apareciendo cubiertos por una costra oscura, que en
caso de no morir dejaba el cuerpo lleno de llagas y salpicado de bolsas de pus amarillo. Los mismos
soldados norteamericanos sufrieron a veces el llamado “fuego amigo”, como el caso de la unidad de
James Ransome cuyos hombres:
Rodaron en agonía por la nieve, suplicándole que les disparase, mientras su piel se quemaba y se pelaba,
“como las patatas fritas”.(4)
Tal vez viendo el sufrimiento en carne propia se entienda mejor el sufrimiento ajeno.
El general Ridgway entusiasta de lanzar napalm con los B 29, pero que no estaba en el frente de la
batalla sino bien protegido y a buen resguardo, indicaba que había que “aniquilar toda la vida” allí donde
hubiese un objetivo. Otra táctica militar fue el destruir las presas para acabar con los cultivos e inundar
los pueblos y ciudades adyacentes con el fin de extender el hambre y la muerte. Esto también se realizó
en la “Guerra buena”, la Segunda Guerra Mundial, en la propia Europa.(4)
En Corea, en realidad, se terminó cometiendo un genocidio, y el haber mostrado a los coreanos como
subhumanos o salvajes volvió a constituir una justificación bárbara y criminal, como ya lo hicieron los
nazis en su día o los propios norteamericanos en las islas del Caribe, en las del Pacífico o en México. Otra
vez se volvían a cometer enormes crímenes contra la humanidad y otra vez no hubo ni intención ni
decisión para juzgar tales crímenes. De hecho, tales atrocidades no fueron ni siquiera conocidas en
occidente, no se conocen apenas hoy a comienzos del siglo XXI, y así difícilmente puede haber paz,
reconciliación y entendimiento entre los pueblos y países.
Estados Unidos perseguía someter al Sudeste de Asia para servirle económicamente, como el norte no
siguió estos preceptos fue masacrado y destrozado. En cambio, el régimen de Corea del Sur recibía
elogios, como indicaba el periodista coreano Kym Sam-Kyu:
La política económica de la administración de Park aparentemente suscita la admiración no porque su
construcción económica se esté llevando a cabo de una forma firme y razonable, sino porque Corea del
Sur está siguiendo una política económica de “puertas abiertas” y ofrece abundante mano de obra
barata.(6)
Las puertas abiertas significaban no poner ninguna restricción a las políticas económicas de las grandes
compañías estadounidenses en suelo coreano. Lo que el mundo de los negocios buscaba era poder
controlar a su antojo los recursos de Corea, incluidas sus gentes. No resulta un perfil muy prometedor ni
deseado para ningún país que quiera ser libre y desarrollarse, y no es por tanto extraño que sea
rechazado. Por este motivo se recurre a la guerra, para imponer por la fuerza lo que por voluntad propia se
rechazaría. La violencia le da resultados al mundo de los negocios norteamericano, aunque sea algo
antagónico con la democracia, la libertad y los derechos humanos.
El camino que seguiría EE.UU. con otros países asiáticos como: Vietnam, Camboya, Laos…, tendría el
mismo objetivo, el sometimiento económico a la potencia extranjera:
Aunque muchos expertos americanos e ideólogos rechazan admitirlo, la guerra de Vietnam es
simplemente un episodio catastrófico, un desolador y costoso fallo en este esfuerzo a largo plazo para
reducir el este de Asia y mucho del resto del mundo en parte del sistema económico dominado por
América [EE.UU].(7)
Esta historia, estas historias, son poco recordadas en el mundo occidental, esto en el mejor de los casos,
lo habitual es que se ignoren. Viendo esto, esto sucedido, donde las muertes de habitantes de Corea del
Norte por parte de la acción estadounidense eran de al menos dos millones y medio de norcoreanos (la
Enciclopedia Británica de 1967 los elevaba hasta cinco millones en total) y el país fue completamente
devastado, se pueden y se deben entender muchas cosas respecto a cómo deben pensar sus habitantes.
Más todavía si el país que les agredió de forma tan brutal, Estados Unidos, no ha querido firmar la paz.
Ahora, encima, están haciendo pruebas militares junto a su frontera con bombarderos B 2, que están
preparados para lanzar bombas nucleares con una potencia 100 veces superior a las lanzadas en
Hiroshima.(10) Tengamos en cuenta que las pruebas militares, pruebas de invasión en realidad, no las
lleva a cabo el país asiático, no tienen lugar en las costas de California, tampoco son maniobras conjuntas
chino-norcoreanas contra Corea del Sur. ¿Quién es entonces el amenazado?
Hay que entender el otro punto de vista y ver que lo que realmente está pasando. Viendo que lo que
tienen los norcoreanos en frente es una amenaza muy seria, que puede implicar, como implicó, la
destrucción de Corea; más si cabe con el enorme arsenal armamentístico de hoy en día. La reacción, por
tanto, de estado de guerra llevada a cabo por Corea del Norte es entendible.
También deberíamos saber algo más sobre cómo se vive en ese país, que no es un infierno como nos lo
muestran los medios de comunicación de las corporaciones. Allí hay cosas buenas y cosas no tan buenas,
como en cualquier parte del mundo. Como cosas buenas, de las que deberíamos aprender y llevarlas a la
práctica aquí también, están por ejemplo: no hay paro, todos tienen derecho al trabajo, trabajan de 6-8
horas diarias, y no necesitan como aquí hacer horarios de 12 o 14 horas, o incluso dos trabajos diferentes,
para poder sobrevivir; no hay el problema de vivienda que tenemos en España, la vivienda es un derecho
y las personas no viven esclavizadas de por vida pagando intereses por su hogar. No hay mendigos por las
calles, la gente no es dejada a su suerte y desamparada sin medios, sin comida y sin hogar; en Estados
Unidos los pobres son en torno a 50 millones, muchos de ellos mendigos sin casa.(11) La educación y la
sanidad están completamente garantizadas y gratuitas para todos los ciudadanos, esto aquí es cada vez
más inusual, la universidad se está volviendo prohibitiva para muchas familias y pronto lo hará la propia
sanidad, como ocurre en el país más poderoso de la tierra. No existe la discriminación hacia determinados
puestos de trabajo que hay en nuestra sociedad, ejemplo: la limpieza. Cierto es que tienen sus grandes
defectos, como la existencia de la pena de muerte, que también existe en Estados Unidos y en Corea del
Sur. Otro de los defectos es que no permiten el acceso libre a internet. Ellos lo justifican indicando que
sería un medio por el que se trataría de dañar al sistema que poseen mediante la propaganda exterior.
Aunque en mi opinión esto no es en absoluto justificable. Otro defecto es que es una sociedad que se ha
cerrado demasiado, limitando el propio movimiento de sus ciudadanos. También hay que entender la
historia que ha tenido, y que hemos comentado en parte, y los vecinos que la han rodeado y rodean:
China, Japón y Rusia, todos ellos han sido imperios belicosos.
Se podría seguir discutiendo mucho, también sobre su sistema político, que no es de un partido político
como se cree, sino que hay varios. Sin embargo, bien haríamos en mirar a casa primero antes de intentar
dar lecciones a nadie. En nuestros países la democracia se ha convertido en un mero nombre que no tiene
aplicación práctica, las personas son ninguneadas por partidos políticos dirigidos por sus élites y por el
poder económico, al cual pertenecen, dejando de lado los intereses generales. Se elige entre el partido A
o el B, e incluso el C, pero todos ellos no son realmente democráticos, las decisiones están férreamente
controladas por esa pequeña élite que está sometida a los intereses de las corporaciones, y no se cumplen
siquiera los programas electorales y todos ellos favorecen a esa élite en el poder a la que están sometidos.
En España la tasa de paro va hacia el 30%, en los jóvenes ya pasó del 50 %, la pobreza supera el 25%, las
familias están completamente endeudadas, cada vez hay más personas sin hogar en la calle, etc. No sigo
porque esto ya lo sabe todo el mundo y lo están sufriendo en sus carnes. Entonces, ¿qué lecciones va a dar
el estamento político y el poder económico español a nadie?
De los medios de comunicación mejor ni empezamos, en España, como en Estados Unidos u otro país
occidental, no existe una información democrática y rigurosa, porque estos grandes medios: televisiones,
prensa o canales de radio, pertenecen prácticamente en su totalidad a la élite económica, y es solo esa voz,
la de esta élite económica, la de los intereses de los grandes propietarios, la que es difundida y escuchada.
Una dictadura con traje de democracia.
El resultado de nuestra "democracia" es el enriquecimiento desmesurado, exagerado y escandaloso de la
escasa minoría que ha acaparado los bienes de producción, y la pobreza y escasez en la mayor parte de la
sociedad. ¿Cómo vamos a dar lecciones a Corea del Norte si los españoles, o los estadounidenses, ya no
tienen ni dónde vivir, ni qué comer, ni forma de lograr ese sustento? ¿Qué lecciones vamos a dar si
encima con nuestros impuestos se pagan las terribles armas con las que nuestros oligarcas, nuestros
dictadores, invaden, destruyen y roban el resto del mundo?¿Por qué no empezamos a cambiar nuestra
mala sociedad antes de meternos en asuntos de otros? ¿A quién vamos a dar consejos si nos faltan para
nosotros mismos?
Sin duda, Corea del Norte tiene muchos defectos, pero, ¿qué lección vamos a dar nosotros si ni siquiera
podemos garantizar la alimentación, la vivienda, la educación, la sanidad para nuestra gente? Seamos,
por tanto, más congruentes y más honestos con nosotros mismos. Abandonemos nuestra desorbitada
hipocresía y construyamos primero nuestro propio país de forma decente. Ya es hora, creo.
También debemos reconocer que la Corea del Sur no ha sido un país ejemplar. Tras la derrota del Japón
imperial Estados Unidos usó el sur de Corea como una base militar, convirtiéndola en una dictadura,
mientras la Unión Soviética dejaba el norte en manos de los coreanos. Es más, la potencia norteamericana
mantuvo a los mismos dictadores que tenía Japón, y que tantos crímenes cometieron antes de la entrada
de los aliados y posteriormente en la guerra en Corea. La actual presidenta de Corea, Park Geun-hye, es la
hija del general Park Chung-hee, un colaborador con el Japón fascista como oficial de su ejército y que
fue dictador del país hasta que fue asesinado. Los movimientos democráticos que han intentado cambiar
el destino de Corea del Sur, como el ocurrido en Kwangiu en 1980 que fue aplastado por el ejército con el
apoyo estadounidense, han sido duramente reprimidos. En Kwangiu mataron más de 2.000 personas el 27
de mayo de ese año. (8)
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