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carteles y pandillas

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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y
la Seguridad Nacional Estadounidense
Bob Killebrew y Jennifer Bernal
Prefacio del Autor
Este estudio se inició cuando unos amigos míos que viven en Tidewater y Virginia del Norte me hablaron de forma casual sobre lo que
habían tenido que hacer para adaptar sus vidas a la presencia de pandillas criminales.
¿Qué estaba ocurriendo para que las pandillas tuvieran tanta influencia, desde el adormecido Condado de Surry, Virginia, hasta el
Noreste de Washington? La búsqueda de una respuesta a esa pregunta, desde los departamentos de policía hasta los agentes de la
lucha contra las drogas y los centros de inteligencia militar de alta seguridad, dio como resultado el presente estudio. No fue un viaje
intelectual fácil para alguien adiestrado para ver las insurgencias bajo una óptica distinta.
Este estudio tiene al menos dos limitaciones. En primer lugar, se circunscribe a los acontecimientos en el Hemisferio Occidental.
Muchas personas cuyas opiniones respeto me han señalado que los traficantes y las pandillas son un reto mundial. Sin embargo, los
cárteles regionales constituyen nuestra amenaza más cercana: se han expandido ampliamente en nuestro hemisferio, traspasan la
frontera estadounidense y operan en este país. Por lo tanto, para bien o para mal, este estudio se centra en la insurgencia criminal en el
Hemisferio Occidental. En segundo lugar, este estudio tiene, como dirían mis ancestros montañeses, “una milla de ancho y una pulgada
de profundidad”. Abarca un gran terreno. Cada faceta de la economía criminal, el tema de la penetración venezolana e iraní, las luchas
en Colombia, cada uno de los cárteles y la valiente lucha de México por ser una nación libre, todos estos son temas que merecen un
tratamiento mucho mayor del que puedo darles aquí.
No obstante, estoy seguro de la conclusión principal: los Estados Unidos están siendo atacados, dentro y fuera de su territorio,
por una red de insurgencias criminales que debe ser derrotada. Mi certeza se fundamenta en parte en evidencias y en parte en las
conversaciones que he mantenido con agentes que han estado en el campo y han sido testigos directos de los hechos.
Agradecimientos
Cada vez que un autor concluye un estudio, está profundamente en deuda con todos aquellos que lo han apoyado y que han evitado
que cometiera un error. En primer lugar debo expresar mi agradecimiento a mi esposa, Pixie, quien sufrió una lectura tras otra mientras
pasaban sus días libres y vacaciones. Quienes nos conocen a ambos están de acuerdo en que, de los dos, yo fui el afortunado al casarme
con ella; también pienso lo mismo, y así lo he creído desde hace más de 40 años. Gracias una vez más, Cariño.
Jennifer Bernal-García, mi ayudante de investigación, se unió a este proyecto después de graduarse de Stanford; en la actualidad, es
una investigadora curtida y autora por derecho propio. De no haber sido por Jennifer, este documento tendría la mitad de su tamaño y
hubiese sido mucho menos interesante.
En el Centro para una Nueva Seguridad en los Estados Unidos (Center for a New American Security, CNAS), Kristin Lord, Liz Fontaine,
Patrick Cronin, Brian Burton, Teniente General David Barno USA (Ret.), David Asher y Ross Brown, entre otros, hicieron valiosos aportes
para dar forma al informe. Muchas otras personas nos ayudaron a lo largo del proyecto, y su experiencia técnica y calidad profesional
fueron una fuente de inspiración constante para nosotros. Algunas de ellas son: Nelson Arriaga, Jimmy Bacon, Norman Bailey, Alvaro
Balcazar, Scott Brady, Michael Braun, Robert Bunker, Gary Chicko, Patricia Cortés, Tom Donnelly, William Dunn, Vicente Echandía, Antulio
Echevarría, Lani Elliott, Janice Elmore, Douglas Farah, Vanda Felbab-Braun, Ben Fitzgerald, Brian Fonseca, Jim Fox, Glenn Harned, Rich
Higgins, Adam Isacson, Chris Lawson, María Victoria Llorente, Andrew Lomax, David Maxwell, Tony Moreno, Moisés Naím, Henry Norris,
Gen. Freddy Padilla, Andres Peñate, Celina Realuyo, Jose Soto, John Stolar, Kevin Stringer, Jim Tanner y Jim Trusty. Quisiéramos expresar
nuestro especial agradecimiento al Programa de Apoyo a las Guerras Irregulares (Irregular Warfare Support Program), de la Oficina de
Apoyo Técnico para la Lucha contra el Terrorismo (Combating Terrorism Technical Support Office), por haber patrocinado este informe.
Su ayuda fue de incalculable valor, aunque, por supuesto, yo soy el único responsable de los hechos y las conclusiones que se presentan
en este informe.
Bob Killebrew
The research reported in this document/presentation was performed in connection with contract W911QX-07-D-0012 with the U.S.
Army Research Laboratory. The views and conclusions contained in this document/presentation are those of the authors and should
not be interpreted as presenting the official policies or position, either expressed or implied, of the U.S. Army Research Laboratory or the
U.S. Government unless so designated by other authorized documents. Citation of manufacturer’s or trade names does not constitute
an official endorsement or approval of the use thereof. The U.S. Government is authorized to reproduce and distribute reprints for
Government purposes notwithstanding any copyright notation hereon.
Imagen de la Portada
Un policía corre tras un ataque a unas patrullas, en el que murieron dos agentes en la ciudad fronteriza de
Ciudad Juárez, México, el 15 de julio de 2010. El coche bomba marcaría una escalada sin precedentes en la
guerra del narcotráfico en México y confirmó los antiguos temores de que los cárteles están comenzando a
usar explosivos contra las fuerzas de seguridad.
(ASSOCIATED PRESS)
ÍNDICE
Capítulo I:
Introducción
3
Capítulo II:Geografía del Crimen Organizado
en el Hemisferio Occidental
13
Capítulo III:
43
Cárteles y Pandillas en los Estados Unidos
Capítulo IV:Una Estrategia Estadounidense para
Contrarrestar los Cárteles
55
Capítulo V:
73
Conclusión
Apéndice :Principales Tendencias Criminales Transnacionales 77
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Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Bob Killebrew y Jennifer Bernal
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Los Autores
Bob Killebrew es Miembro sénior no residente del Centro para una Nueva Seguridad en los
Estados Unidos.
Jennifer Bernal es Asistente de investigación del Centro para una Nueva Seguridad en los
Estados Unidos.
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Capítulo I:
INTRODUCCIÓN
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Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
I . I N T R O D U CC I Ó N
Las redes criminales que vinculan a los cárteles
y las pandillas han dejado de ser tan sólo un
problema delictivo y se han convertido en una
amenaza en la forma de redes de insurgencia
criminal.1 La escala y la violencia de estas redes
amenazan a los gobiernos y sociedades civiles del
Hemisferio Occidental, incluyendo, también, a los
Estados Unidos.
Los legisladores estadounidenses han tardado
en reconocer la evolución de las pandillas y los
cárteles de la droga, desde problemas meramente
de orden público hasta la amenaza estratégica
que plantean en la actualidad. El narcotráfico
suele ser descrito como tan solo un problema de
drogas, un reto para otros países o un problema
para los estados que se encuentran a lo largo de la
frontera sur de los Estados Unidos. Los grupos de
narcotraficantes son, de hecho, una amenaza en
todas esas categorías: forman parte de las redes
que atacan en diversos frentes a los Estados Unidos
y a otros países amigos. Aun cuando el gobierno
estadounidense está implementando medidas
para enfrentar los diversos aspectos de este
problema (por ejemplo, el despliegue de unidades
de la Guardia Nacional en la frontera), aún no ha
diseñado una estrategia nacional e internacional
verdaderamente integral para confrontar los
desafíos interrelacionados que plantean el tráfico y
la violencia que se extienden desde la región andina
hasta las calles estadounidenses.
El presente informe es producto de una
investigación de un año de duración realizada
por el Centro para una Nueva Seguridad en los
Estados Unidos (Center for a New American
Security, CNAS). El objetivo de este informe es
explicar la escala del crimen organizado en países
clave del Hemisferio Occidental y proporcionar
elementos para formular dicha estrategia. Nuestras
observaciones se basan en la investigación y el
análisis de las tendencias regionales, así como
también en conversaciones con funcionarios
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Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
del gobierno y oficiales de las fuerzas del orden
público, tanto en los Estados Unidos como en el
exterior, que se encuentran en las primeras filas de
esta batalla.
La escala de los cárteles
y su capacidad para
desestabilizar gobiernos
los han convertido no
sólo en una amenaza
criminal, sino también en
una amenaza insurgente.
En el capítulo II, se describe la geografía del
crimen en Latinoamérica y se perfila la manera
cómo las redes criminales de México, Colombia,
Venezuela y de otros países vecinos plantean
un problema común para la región y para los
Estados Unidos. Aun cuando las circunstancias
y los futuros posibles de cada país son diferentes,
están interconectados. En el siguiente capítulo,
se muestra cómo esas mismas redes también
funcionan activamente y están creciendo dentro
de los Estados Unidos, lo que plantea la necesidad
de tomar medidas a nivel nacional e internacional.
En la última parte de este estudio, se recomiendan
principios rectores para una estrategia nacional
contra los cárteles y las pandillas. Por último, a
fin de destacar que el tráfico ilegal de drogas no
es el único negocio de los cárteles, en el apéndice
se resumen los principales tipos de actividades
comerciales ilícitas con las que se financian los
grupos criminales organizados en este hemisferio.
De este estudio se desprenden cinco conclusiones.
En primer lugar, el crimen, el terrorismo y la
insurgencia se entrecruzan de nuevas y peligrosas
6  |
maneras que amenazan no sólo el bienestar
sino también la seguridad de las sociedades del
Hemisferio Occidental. La escala de los cárteles
y su capacidad para desestabilizar gobiernos los
han convertido no sólo en una amenaza criminal,
sino también en una amenaza insurgente. Los
Estados Unidos deben dirigir un esfuerzo en todo el
hemisferio para confrontar y derrotar la amenaza
que los cárteles representan para la sociedad civil.
En segundo lugar, el enorme alcance geográfico
de las redes criminales hace que éste sea un
reto multinacional. Los cárteles operan en,
por lo menos, 14 naciones soberanas, cada
una de ellas con su propia cultura, economía,
gobierno, fuerzas del orden público, sistema
de justicia y estructura militar, rutas y centros
de transporte. Las operaciones de los cárteles
también varían considerablemente, por lo que
las respuestas que den los Estados Unidos y las
otras naciones deben ser tan adaptables como las
insurgencias criminales a las que se enfrentan. Los
gobiernos deben aprovechar las organizaciones
internacionales y regionales para contrarrestar
las diferencias y garantizar la continuidad de las
operaciones entre las naciones.
En tercer lugar, toda iniciativa estratégica por parte
de los Estados Unidos debe incluir una asistencia
apropiada para que los países latinoamericanos
refuercen sus instituciones de seguridad y del orden
público. La mejor respuesta contra el terrorismo
y la insurgencia es el estado de derecho y la
justicia bajo la ley para las personas que podrían
considerar que nunca han recibido un trato justo
del gobierno en cuestión. La lucha de Colombia
contra los insurgentes y los cárteles de la droga
nos enseña que las naciones fuertes y democráticas
que funcionan de forma legal y transparente
pueden lograr el apoyo de su pueblo y, en última
instancia, el rechazo de la delincuencia. Las fuerzas
locales militares o policiales deben derrotar
a los insurgentes de los cárteles y, mediante
operaciones policiales sucesivas, fraccionarlos en
grupos más y más pequeños, hasta que puedan
ser encarcelados o reincorporados a la vida
civil. La ayuda estadounidense, gestionada de
forma discreta y receptiva a los requisitos del
país que la recibe, puede tener una importancia
vital a la hora de proporcionar a los gobiernos
que combaten a los cárteles la capacitación, los
equipos y el apoyo para desarrollar capacidades de
las fuerzas del orden público. Si bien los cárteles
y sus aliados representan una nueva clase de
amenaza transnacional, los Estados Unidos han
venido desarrollado su capacidad para luchar
contra amenazas de este tipo desde antes del 11 de
septiembre, y a partir de entonces han aumentado
significativamente sus capacidades en este sentido.
Igualmente, países como Colombia, con el apoyo
discreto de los Estados Unidos, han cosechado un
éxito notable en su lucha contra las narcoguerrillas
y los cárteles.
En cuarto lugar, los Estados Unidos deben
concentrarse en limpiar su propia casa. Los Estados
Unidos deben apoyar operaciones policiales más
eficaces contra los cárteles, reducir drásticamente
el consumo de drogas ilegales y esforzarse por
reducir la influencia de la cultura de las pandillas,
en especial en las escuelas y entre los jóvenes. Los
Estados Unidos tienen la suerte de poseer, en
general, fuerzas policiales eficaces e incorruptas,
sin embargo, la naturaleza única de su sistema
federal dificulta la coordinación y el intercambio
de información entre las agencias de policía. Es
necesario superar ese reto. Una estrategia nacional
integral que abarque las fuerzas del orden público,
el tratamiento, la reforma carcelaria y otras
medidas, puede no sólo reducir el flujo de efectivo
hacia los cárteles y las pandillas, sino también los
efectos malignos que éstos tienen sobre la sociedad
civil. Al mismo tiempo, el gobierno de los Estados
Unidos debe esforzarse por reducir la influencia
de las pandillas sobre las culturas juveniles
estadounidenses, especialmente en las escuelas,
donde las pandillas consiguen reclutas cada vez
más jóvenes. Algunas comunidades han logrado
forjar estrategias exitosas contra las pandillas
que trafican drogas; particularmente gracias a
departamentos de policía como los de Los Ángeles,
Virginia del Norte y Nueva York.
Las actitudes públicas pueden modificarse
mediante una difusión persistente y hábil de
mensajes; una generación que pudo reducir el
consumo legal de tabaco, a pesar del poderoso
lobby de la industria, debería ser capaz de reducir
el uso de drogas ilegales perjudiciales y la atracción
que ejercen las pandillas.
En quinto lugar, derrotar a los cárteles y a sus
aliados va a tomar mucho tiempo. Derrotar a
los cárteles y garantizar la seguridad futura de
los países del continente americano implica el
desmantelamiento de sus redes y la reducción de
su impacto a niveles que puedan ser manejados
por las fuerzas del orden público locales. Hacer
esto constituye una propuesta a largo plazo y
requerirá esfuerzos permanentes por parte de
una serie de gobiernos estadounidenses, de
una manera similar al apoyo estadounidense
a Colombia y a los programas de interdicción
que han durado décadas. Como lo resumió un
agente experimentado: “No existe una cronología
abreviada.”2 Tanto la interdicción como los
esfuerzos de cooperación bilateral ciertamente
han tenido algún éxito. En las últimas décadas,
agencias estadounidenses del orden público,
como por ejemplo la Agencia Federal Antidrogas
(Drug Enforcement Administration, DEA), que
participa en operaciones en 86 países extranjeros
y en una amplia variedad de actividades de las
fuerzas del orden público, han aprendido a trabajar
conjuntamente con las organizaciones policiales
de otros estados, colocando a los Estados Unidos
en un buen punto de partida para atacar a los
cárteles de forma directa. Otras políticas, tales
como ayudar a gobiernos amigos a mejorar sus
procedimientos judiciales o brindarles asistencia
en temas de contrainsurgencia militar y en sus
políticas económicas para resolver las causas
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Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
subyacentes de la ilegalidad, tomarán más tiempo.
Se han obtenido éxitos en la larga lucha contra
las insurgencias criminales. Es posible derrotar
a los cárteles. Por lo tanto, hay razones para ser
optimistas, siempre que los Estados Unidos se
comprometan inmediatamente en esta lucha.
El Crimen en la Era de la Globalización
La “globalización” del crimen, desde los
patrocinadores financieros de la piratería en
Londres y Nairobi hasta los representantes
de los Talibanes y el grupo Hezbollah en
África Occidental, bien puede ser la tendencia
emergente más importante en el entorno actual
de la seguridad global. Incluso antes de los
ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001,
el contexto global de la política de seguridad
estadounidense estaba cambiando en respuesta a la
gran cantidad de cambios tecnológicos y sociales
que revolucionaron los asuntos internacionales.
Desde la década de 1990, los teoristas han escrito
que las comunicaciones transnacionales modernas
llevarían a las organizaciones internacionales y
conglomerados corporativos a actuar con una
independencia cada vez mayor de las fronteras
nacionales y de la normativa internacional.3 Lo
que no previeron de forma general hasta que
sobrevino el 11 de septiembre fue que esa misma
tecnología podría conferir suficiente poder a las
organizaciones trasnacionales corruptas para
amenazar el orden internacional mismo.
El crimen forma parte de la condición humana:
malhechores, piratas y contrabandistas siempre
han estado existido. Sin embargo, el colapso del
colonialismo tras la Segunda Guerra Mundial, la
caída del imperio soviético en 1990 y la explosión
de las tecnologías de red globales han servido de
apoyo a un período de expansión y transformación
del crimen internacional sin precedentes.
Existe un contraste aparente entre el mayor
comercio internacional y una tendencia hacia
8  |
una creciente desintegración social y política,
a medida que estados más débiles ceden bajo
el peso de la corrupción, las armas, la presión
popular y la tecnología.4 A comienzos de la era
de la información, observadores informados
especularon que el poder del estado desaparecería
para dejar paso a entes e instrumentos
internacionales benignos y progresistas.5 Este
ha sido el caso en algunas áreas, pero también
ha habido un mayor número de consecuencias
negativas, ya que el desborde de dinero ilegal en los
estados débiles ha socavado el estado de derecho y
evitado que emergiera el orden civil. Los estados
frágiles que luchan por controlar su territorio están
en muchos casos perdiendo la batalla. En 1996, sólo
11 estados del mundo se consideraban “fallidos.”
Para 2006, esta cifra había aumentado a 26, y
el número de estados “no del todo fallidos” con
gobiernos débiles y “espacios sin gobernar” sigue
aumentando.6 Otros estados son tan permisivos
con la criminalidad, que sus economías dependen
de la economía ilegal.7
Particularmente las nuevas tecnologías de
comunicación han conducido a nuevos modelos
de negocios ilícitos de amplia distribución, con
redes de contactos personales que cambian
constantemente y alianzas de corta duración para
producir, comercializar, transportar o distribuir
mercancías ilegales: en algunos casos, drogas,
en otros, seres humanos; en ocasiones haciendo
uso de la extorsión, el secuestro, la falsificación o
cualquier cosa que genere un beneficio. Al igual
que sucede con el comercio legítimo, un mundo
interconectado por la Web ha convertido el
crimen global e incluso el local, al proporcionar
no sólo lugares para comunicarse y coordinar,
sino también espacios para nuevos tipos de
crímenes, un buen ejemplo de los cuales es el robo
de identidad. Dada la naturaleza distribuida de la
Web, criminales ambiciosos pueden manipular y
explotar los medios electrónicos exactamente como
lo hacen las fuerzas del orden público, las agencias
de inteligencia, las instituciones financieras y
los gobiernos. Las bandas criminales que tienen
conocimientos apenas suficientes y no dominan
los medios electrónicos pueden contratar a otras
bandas o a personas independientes que sí lo
hagan. Los cárteles de la droga en este hemisferio,
por ejemplo, hacen uso regular de la tecnología
de los sistemas de posicionamiento global (GPS)
para hacer con extrema precisión sus entregas de
drogas, de precursores químicos necesarios para
procesar drogas y de efectivo en áreas remotas.
Este tipo de flexibilidad de la libre empresa es
capaz de igualar las condiciones para malhechores
y policías, generando sumas de beneficios ilícitos a
través de la “economía sumergida” a una escala tal
que pueden llegar a amenazar incluso la estabilidad
de la economía internacional. En palabras de
Moisés Naím:
En última instancia, lo que está en juego es el
tejido social mismo. El comercio ilícito global
está hundiendo sectores industriales enteros al
tiempo que potencia a otros; está asolando países
y desencadenando expansiones económicas;
está haciendo y deshaciendo carreras políticas,
desestabilizando o apuntalando gobiernos. En el
extremo se hallan los países donde las rutas del
contrabando, las fábricas clandestinas, el robo
de los recursos naturales y las transacciones con
dinero sucio ya no pueden diferenciarse de la
economía y el gobierno oficiales. Pero la cómoda
vida de las clases medias en los países ricos está
mucho más vinculada al tráfico ilícito –y a sus
efectos globales– de lo que la mayoría imagina.8
La Amenaza Criminal en Este Hemisferio
La presente investigación se centra en las
redes criminales nativas de este hemisferio y
particularmente de Latinoamérica, ya que dos
factores relacionados con la movilidad humada –la
demografía y la geografía– se combinan para hacer
que la inestabilidad latinoamericana esté muy
cerca de nosotros. Cuando pasa algo en esta región,
afecta también a los Estados Unidos.
Los cárteles criminales, las pandillas y otros
grupos armados ilegales gastan en la actualidad
cientos de millones de dólares al año para socavar
a los gobiernos. Cuando la corrupción resulta ser
insuficiente, recurren a la intimidación y la violencia.
Cada vez más, en México y ocasionalmente en
otros países, desafían directamente a los gobiernos
atacando a las fuerzas legítimas del ejército y la
policía, como lo han hecho en Colombia desde
hace décadas. Si bien los estados latinoamericanos
se encuentran directamente amenazados, las
actividades de los cárteles en los Estados Unidos
aún no han alcanzado ese nivel (aunque algunos
policías de Los Ángeles y otras personas en ciudades
fronterizas cuestionarían esta afirmación).
Sin embargo, los legisladores estadounidenses han
tardado en reconocer la evolución de los cárteles de
la droga y las pandillas, de un problema de orden
público a una amenaza estratégica. Los cárteles
han demostrado ser adaptables a los mercados
cambiantes y a las oportunidades. Son los
principales empresarios del crimen violento a nivel
mayorista. Las pandillas transnacionales en los
Estados Unidos perpetran una amplia variedad de
delitos de todo tipo “a nivel minorista” incluyendo
robos, prostitución, asesinato, violación,
allanamiento de morada, robo de automóviles, etc.,
además de la distribución de drogas. La mayoría
de estos delitos son violentos y se centran en las
ganancias. Por lo tanto, la eliminación de los
ingresos provenientes del tráfico de drogas, por sí
sólo, ralentizaría pero no detendría a estas redes
criminales adaptables y emprendedoras.
Ciertamente, las actividades de las redes criminales
han adquirido en muchos lugares las características
de la insurgencia. Muchas personas, entre ellas
algunos expertos militares y legisladores de
mayor experiencia, malinterpretan la palabra
“insurgencia” como un intento de derrocar a
un gobierno. No necesariamente es así. Una
insurgencia en realidad es un intento de debilitar
o desestabilizar las funciones de un gobierno,
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
lo que describe con precisión las acciones de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARD), los cárteles mexicanos y algunas bandas
transnacionales.9 Las insurgencias son un tipo de
conflicto armado, de guerra, entre beligerantes
que tratan de obtener poder el uno sobre el otro.10
La lucha entre los cárteles y algunos estados del
Hemisferio Occidental no sólo tiene que ver con
las drogas ilícitas, o con el crimen, sino que ha
escalado hasta el punto de que se ha convertido
en una lucha por el poder ente los cárteles, las
pandillas y el gobierno civil.
seguridad nacional de los Estados Unidos están
vinculados ahora más que nunca a la seguridad
y estabilidad de sus vecinos del sur. México,
los países de Centroamérica, Colombia y otras
naciones no sólo son socios comerciales de los
Estados Unidos y, para un segmento importante
de la población estadounidense, la fuente de su
cultura, sino que también protegen a los Estados
Unidos de la anarquía y la violencia de los cárteles.
Hasta ahora, sólo Colombia ha comenzado a hacer
retroceder la ilegalidad y la violencia asociadas a la
insurgencia de los cárteles.
Las insurgencias criminales pueden ser derrotadas.
Este tipo en particular de insurgencia sangrienta,
compleja y transnacional tiene sus puntos débiles,
como todas las insurgencias y redes criminales. Su
debilidad radica en su ilegitimidad misma. Con la
excepción de unos pocos marxistas o socialistas en
las filas de las FARC y posiblemente en Venezuela,
que no se avienen a negociar, no se trata de una
insurgencia impulsada por la ideología, sino por
la ambición. Un liderazgo político resuelto que
actúe bajo la ley, una coordinación eficaz entre los
poderes del gobierno, un desarrollo económico,
así como operaciones de seguridad decididas y
de largo plazo, pueden funcionar con la sociedad
civil para desintegrar los cárteles, mantenerlos en
retirada y reasimilar, encarcelar o destruir a sus
miembros. Cuando tienen la oportunidad de elegir,
las personas prefieren vivir en paz bajo un estado
de derecho y de justicia.
Para hacer frente al reto que plantean los cárteles
hará falta, en primer lugar, reconocer el alcance
amplio y variado, que tiene el nuevo rostro del
crimen violento en el Hemisferio Occidental, desde
el apoyo de Venezuela al narcocrimen hasta las
actividades de reclutamientos que las pandillas
llevan a cabo en las escuelas y los vecindarios
estadounidenses. En segundo lugar, los Estados
Unidos deben ver el problema tal como es: una
insurgencia criminal contra las bases de su propia
sociedad y contra las bases de las sociedades
de México, Colombia y de otros países vecinos.
Ahora, la motivación de la insurgencia es la
“ganancia,” junto con otras causas como la religión,
la ideología, el nacionalismo, etc. Por último, el
gobierno estadounidense debe cambiar el enfoque
de la “guerra contra las drogas” que ha mantenido
desde hace décadas, y dirigir una iniciativa con
una amplia base, que incluya al hemisferio entero
y se prolongue a largo plazo para derrotar a los
cárteles criminales y sus redes de pandillas. Una
acción concertada en el hemisferio es fundamental;
en palabras de un oficial colombiano: “no podemos
ganar solos.”11 Las insurgencias son vulnerables
a la resistencia de las democracias, siempre que
éstas sean capaces de coordinar eficazmente
su influencia. El primer paso es comprender
la nueva naturaleza del crimen transnacional
moderno a nivel global, en este hemisferio y en los
Estados Unidos.
Los cárteles y la cultura criminal que los acompaña
no constituyen en estos momentos una amenaza
directa a la seguridad nacional de los Estados
Unidos. Como explica un oficial estadounidense,
ahora son una amenaza para el bienestar nacional,
pero pueden convertirse en una amenaza para la
seguridad nacional; y es difícil discernir dónde está
la línea divisoria. No obstante, para algunas otras
naciones del hemisferio, los cárteles sí constituyen
una amenaza directa para su seguridad nacional.
De maneras que se harán obvias, el bienestar y la
Delincuentes Estatales y No Estatales:
la índole de las Redes
Prácticamente todos los cárteles y las pandillas
estudiados para este informe están organizados
en redes vinculadas por delitos violentos de todo
tipo (las actividades criminales más significantes
en este hemisferio se reseñan en el apéndice de
este documento). Aun cuando la mayoría de las
redes son operadas por delincuentes, no debemos
subestimarlas; para sobrevivir, se han vuelto muy
inteligentes y despiadadas. Integran a delincuentes
de cuello blanco que trabajan en el sector bancario
y en otros negocios legítimos alrededor del mundo,
incluso en los Estados Unidos. Las tecnologías de
comunicación ampliamente disponibles facilitan
la formación de redes; las estructuras celulares,
los “núcleos” estratificados de jefes y los diversos
medios de inteligencia y espionaje e intimidación
las protegen. Estas organizaciones conectadas
en redes adoptan formas que van desde modelos
jerárquicos formales, hasta apretones de mano
en plena calle en los que se intercambia dinero
en efectivo o mercancía. Las redes de los cárteles
tienen un gran alcance que con frecuencia traspasa
fronteras entre países y límites jurisdiccionales.
Dos de las principales autoridades en materia de
análisis de redes y de la teoría de la “guerra en
red” (“netwar”), John Arquilla y David Ronfeldt,
afirmaron en un estudio de 2001 de la RAND:
La capacidad para cruzar fronteras nacionales
proporciona varias ventajas a las redes
criminales. Les permite abastecer mercados en
los que los márgenes de ganancia son mayores,
operar desde y dentro de países en los que los
riesgos son menores, complicar las tareas de
las agencias del orden público que tratan de
combatirlas, perpetrar delitos que abarcan varias
jurisdicciones y, en consecuencia, aumentan de
complejidad, así como adaptar su conducta para
contrarrestar o neutralizar las iniciativas de las
agencias de orden público.12
Aun cuando las redes normalmente operan
fuera del control estatal, también pueden incluir
a funcionarios públicos corruptos o activos
públicos desviados. Un desarrollo importante
es la emergencia de “estados delincuentes,”
descendientes en la práctica de los estados de
piratas berberiscos de antaño, que contravienen
la legislación internacional y apoyan a las redes
criminales y las insurgencias que socavan y atacan
a estados legítimamente constituidos. Esto añade
una nueva dimensión al reto que supone derrotar a
las redes de los cárteles, ya que los estados pueden
facilitar a los grupos ilícitos el uso de instituciones
financieras y bancos autorizados por el gobierno,
concediéndoles así acceso a los mercados
financieros internacionales. Una investigación
cuidadosa puede revelar actividades estatales
delictivas a través de redes de enlace formadas
por intereses estratégicos, acuerdos, intenciones
abiertamente profesadas y vínculos personales que
arrojan luz sobre las relaciones entre los estados y
los grupos criminales.13
La naturaleza burocrática de los organismos
públicos –fuerzas del orden público,
organizaciones judiciales y fuerzas militares
y paramilitares– a primera vista pareciera
ponerlos en desventaja frente a estos grupos
criminales, ágiles y altamente interconectados en
redes. Sin embargo, actualmente hay casos, no
necesariamente conocidos fuera de los cerrados
círculos gubernamentales, de organizaciones
públicas que operan con creciente éxito contra
las redes de los cárteles. Un agente especial de la
DEA comentó que los cárteles han subestimado la
capacidad de los gobiernos para adaptarse de forma
transnacional. “Están en esto por los beneficios
a corto plazo y no planifican con antelación,”
agregó.14 Sin embargo, siguen existiendo grandes
deficiencias, como se explica más adelante, en las
organizaciones públicas estadounidenses, tanto
horizontalmente –entre las agencias federales de
inteligencia, del orden público y otras agencias
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
estadounidenses– y verticalmente, desde el nivel
federal hasta los niveles estatales y locales de las
fuerzas del orden público. La lucha contra las
redes criminales precisa jerarquías “inteligentes”
que puedan trascender con rapidez las fronteras
burocráticas, transmitir sin demora la información
y el análisis a los lugares correctos y dar la máxima
libertad de acción y el máximo apoyo a los agentes
u otros operadores en el campo.15
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Capítulo II:
GEOGRAFÍA DEL CRIMEN ORGANIZADO
EN EL HEMISFERIO OCCIDENTAL
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Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
II. GEOGRAFÍA DEL
CRIMEN ORGANIZADO EN EL
H E M I S F E R I O O CC I D E N TA L
El crimen transnacional amenaza la seguridad
de los Estados Unidos de varias maneras.
Aparte de la amenaza directa de violencia y de
la desestabilización de países vecinos, el crimen
transnacional otorga a los estados hostiles a los
Estados Unidos la capacidad de explotar redes
criminales en pro de sus propios fines geopolíticos.
La geografía del crimen en la región es diversa.
Los retos que la conjugación de cárteles y pandillas
criminales indígenas como la Mara Salvatrucha
(MS-13), las enormes cantidades de dinero que
genera el comercio ilícito y la emergencia de
Venezuela como estado criminal plantea para el
surgimiento de estados democráticos que cumplan
las leyes, tienen el potencial de desestabilizar áreas
de Latinoamérica y amenaza la seguridad de los
Estados Unidos durante generaciones.
Las redes criminales aprovechan las ventajas de
la interconexión legal, económica y geográfica
del hemisferio. Latinoamérica está estrechamente
vinculada a los Estados Unidos. Junto con Canadá,
la región es el principal proveedor extranjero
de petróleo para los Estados Unidos, su socio
comercial de crecimiento más rápido y su mayor
proveedor de drogas ilegales.16 Los acuerdos
de libre comercio celebrados con 11 países
latinoamericanos, incluyendo el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (North American
Free Trade Agreement, NAFTA), que entró en
vigor en 1994, y el Tratado de Libre Comercio
entre Centroamérica, República Dominicana y
los Estados Unidos (Dominican Republic-Central
America Free Trade Agreement, DR-CAFTA),
firmado en 2005, han dado lugar a una importante
integración económica en toda la región. Aun
cuando el Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA) que abarcaría al hemisferio entero sigue
sin concretarse, la prosperidad económica de
Latinoamérica y los Estados Unidos es cada vez
más interdependiente. Latinoamérica es también
la mayor fuente de inmigrantes a los Estados
Unidos, tanto legales como ilegales. En 2008,
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Retos Planteados a los Controles Legales en Tierra, aire y mar
La geografía inmensamente
variada del hemisferio se presta
para la actividad criminal y la
inestabilidad política. Los traficantes
y contrabandistas hacen uso de
vías de comunicación terrestres
que desafían a los mecanismos
convencionales de seguridad
fronteriza. Por ejemplo, los
trenes de carga proporcionan
movilidad a través de México a
los inmigrantes que se dirigen a
los Estados Unidos procedentes
de Centroamérica, donde las
montañas y las densas selvas de la
frontera entre Guatemala y México
dificultan enormemente el control
de la inmigración. Se calcula que
cada año más de 400 000 personas,
la mayoría de ellas procedentes
de Guatemala, Honduras y El
Salvador, cruzan de forma ilegal
de Guatemala a México por 200
pasos fronterizos oficiales y no
oficiales.17 Los pasos fronterizos
a lo largo de la frontera entre los
Estados Unidos y México, situados
en Tijuana, Nogales, Juárez y otros
lugares, delimitan un terreno crítico
en el que las pandillas controlan
la entrada de bienes ilícitos a
los Estados Unidos (territorios
conocidos también como “plazas”),
además de servir como terminales
norteños de los “corredores”
de transbordo de drogas que
atraviesan el corazón del territorio
de México.
El control aéreo también plantea
problemas, ya que numerosas
rutas aéreas se entrecruzan
en el hemisferio. Cientos de
aeropuertos catalogados, e
incluso un número mucho mayor
de campos de aterrizaje con una
sola pista salpican las selvas y las
costas, lo que dificulta el control
16  |
Agentes de policía ecuatorianos pertenecientes a una unidad especial antidrogas, de pie
sobre el casco varado de un sumergible de 15 metros de eslora, con capacidad para cargar
hasta 12 toneladas de drogas, incautado a narcotraficantes, en San Lorenzo, Ecuador,
el 2 de julio de 2010.
(STR/AFP/Getty Images)
de los corredores aéreos; esto
es particularmente cierto en la
región de Petén de Guatemala, el
departamento más septentrional
del país, en la frontera con
México. La amplia disponibilidad
de la tecnología GPS ha hecho
posible volar con cualquier clima
y en medio de la noche, con las
consiguientes ventajas que esto
supone para el transporte de
drogas ilícitas. Este problema se
agrava cuando las autoridades
del sector público se hacen la
vista gorda frente al tráfico no
autorizado. Según los informes, los
cárteles utilizan aeronaves jet cada
vez de mayor tamaño, por ejemplo
de las clases B-737, para transportar
toneladas de drogas ilegales de
un lugar a otro en Sudamérica,
así como hacia el norte y hacia las
costas de África Occidental.18 Si bien
los aviones más grandes son los
más rentables, su tamaño y su peso
hacen inviables las operaciones
que parten de pistas pequeñas y
fáciles de ocultar; por lo general,
aunque no siempre, el uso de este
tipo de aviones está restringido
a aeropuertos e instalaciones de
apoyo en entornos urbanos. Para
los fines de este informe, basta
con apuntar que los cárteles son
capaces, en connivencia con las
autoridades estatales, de manejar
“aerolíneas” de gran capacidad
con modernos jets e instalaciones
de apoyo, y abandonarlo todo en
cuanto sea necesario.
En cuanto a las vías marítimas, la
campaña marítima que los Estados
Unidos mantienen desde hace
décadas, con la colaboración de
las armadas de Colombia, México y
otros países aliados ha degradado
significativamente el uso de las
rutas marítimas por parte de
los cárteles en el Caribe. Desde
hace más o menos una década,
las operaciones de los cárteles
han venido usando también
un nuevo tipo de embarcación
semisumergible autopropulsada
(SPSS, por sus siglas en inglés) para
transportar drogas. La mayoría de
estas embarcaciones se construyen
en las selvas colombianas, son
guiadas con GPS, navegan justo por
debajo de la superficie hasta los
puntos de encuentro en el Pacífico
o frente a las costas caribeñas de
México o Centroamérica, y luego
escapan rápidamente una vez
que se ha traspasado su carga. Los
colombianos prefieren en muchos
casos la ruta del Pacífico por encima
de la del Caribe occidental, y la
mayoría de las capturas de estos
semisumergibles se han producido
en el Pacífico. Los SPSS y las lanchas
rápidas, así como también las
embarcaciones más lentas como
las que se usan para la pesca de
arrastre, normalmente llegan hasta
más allá de las Islas Galápagos y
entonces se devuelven hacia México
o América Central a fin de evitar ser
interceptadas. Los oficiales señalan
la creciente sofisticación de los SPSS
y creen que tarde o temprano serán
capaces de llegar hasta la costa sur
de los Estados Unidos.19
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
casi 16 por ciento de la población estadounidense
era hispana, una cifra que refleja un incremento
superior al 33 por ciento en comparación con el
año 2000. Casi dos tercios de esa población se
identifica a sí misma como de origen mexicano.20
Muchos miembros de esa población mantienen
fuertes vínculos con sus países de origen, como lo
demuestran las significativas remesas de dinero
que se envían todos los años desde los Estados
Unidos a Latinoamérica.21
Asimismo es importante comprender el variado
paisaje social, el “terreno humano,” del hemisferio,
ya que la inestabilidad geopolítica despeja el
camino para que las pandillas y los cárteles
desestabilicen aún más la vida civil. Muchos
estados latinoamericanos están llevando a cabo
con éxito la transición de dictaduras militares
hacia sistemas democráticos modernos. Chile,
por ejemplo, es un estado moderno desde todo
punto de vista y recientemente fue admitido
en la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE).22 Brasil, la
eterna superpotencia emergente de Sudamérica,
ha alcanzado estabilidad económica y política
más recientemente. Colombia, con su conflicto
civil cada vez más bajo control, igualmente está
modernizando su economía como condición previa
indispensable para conseguir justicia social y, en
consecuencia, estabilidad política.
La justicia social es vital para la estabilidad política
en la región. La concentración de la riqueza
en manos de élites fue durante siglos un rasgo
característico de la política y la economía en
Latinoamérica. Con el surgimiento de los medios
de comunicación masiva y los movimientos
democráticos del período posterior a la Guerra
Fría, la región ha avanzado hacia la democracia y
la adopción de nuevos modelos económicos que
no siempre mejoran las vidas de los miembros
más pobres de la sociedad. Algunos estados,
Chile el primero, tomaron medidas activas para
18  |
distribuir los beneficios del mercado libre y reducir
la disparidad de los ingresos entre ricos y pobres.
La mayoría, ya sea por cuestiones políticas o por
mala administración, no lo han hecho. Las olas
de descontento popular resultantes abrieron las
puertas a la demagogia, particularmente en los
casos de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa
en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, donde la
estridente “Revolución Bolivariana” anticapitalista
y antiestadounidense representa no sólo una
reacción contra los Estados Unidos y sus aliados,
sino contra los agravios que han sufrido las clases
populares tras siglos de injusta discriminación
social y económica. Las desigualdades históricas
ayudan a explicar la atracción que ejerce la
marca del socialismo de Chávez sobre muchos
campesinos y habitantes urbanos desposeídos.
En esta sección se analizan países específicos
de la región y se explica que los Estados Unidos
enfrentan un problema común a toda la región y
que cada país, desde México hasta la Cordillera
Andina, enfrenta retos que son únicos debido a su
geografía y su sociedad.
México
Ningún otro estado del hemisferio es más
importante para la seguridad estadounidense
que México, país que se defiende contra una
insurgencia criminal ampliamente difundida. Los
cárteles mexicanos de la droga dominan redes
criminales que abarcan todo el hemisferio. Han
adquirido una amplia influencia internacional y
sus luchas por el poder, entre cárteles y contra el
gobierno, cada vez con mayor frecuencia apuntan a
objetivos civiles y amenazan la estabilidad política
misma del país.
La guerra del estado mexicano contra los cárteles
no sólo ha costado la vida de decenas de miles
de ciudadanos mexicanos, sino también plantea
a los oficiales de las fuerzas del orden público
el reto de descubrir y eliminar a los agentes de
policía corruptos en todos los niveles del gobierno,
FIGURA 1: ASESINATOS VINCULADOS AL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO
1400
1 400
Número de ejecuciones
1 200
1200
1 000
1000
800
800
2007
2008
2009
600
600
2010
400
400
200
200
00
Ene.
jan
Feb.
feb
Mar.
mar
Abr.
apr
May.
may
Jun.
jun
Fuente: Recuento del periódico mexicano Milenio.
Jul.
jul
Ago.
aug
Sep.
sep
Oct.
oct
Nov.
nov
Dic.
dec
Mes
Nota: Los periódicos mexicanos han servido para obtener algunos de los mejores estimados de las cifras mensuales de asesinatos y se aproximan bastante a las cifras
recientes publicadas por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) de México.
desde los policías de más bajo rango hasta los
profesionales de orden público que ocupan
cargos ministeriales. En parte por esta razón, el
ejército mexicano, que anteriormente disfrutaba
de un gran respecto por parte del público y se
consideraba menos corrupto que las fuerzas
policiales federales y locales, fue desplegado en
2007 para combatir a los cárteles. El resultado de
tal decisión aún es incierto. Cuando se desplegó,
el ejército mexicano tenía poco o ningún
adiestramiento en materia de control del orden
público nacional o contrainsurgencia, ya que
debía actuar contra los cárteles. Los resultados
han sido mixtos, aunque pueden haber ganado
tiempo para que el gobierno adiestre o readiestre
a fuerzas policiales especiales.23 La violencia de los
cárteles ha afectado a todos, desde funcionarios
públicos de alto perfil hasta inocentes transeúntes,
quienes cada vez con mayor frecuencia quedan en
medio del fuego cruzado. Como resultado de ello,
en los últimos años han ocurrido más de 28 000
asesinatos vinculados al narcotráfico,24 como se
muestra en la Figura 1.
El crecimiento del tráfico de cocaína en México
comenzó cuando los cárteles colombianos
decidieron usar las pandillas mexicanas, en
ese entonces relativamente pequeñas, para
transportar sus drogas a través de México hacia
los Estados Unidos. Más o menos al mismo
tiempo, el desmantelamiento de los grandes
cárteles colombianos (el de Medellín, el de Cali,
etc.) despejó el camino para que los mexicanos
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
ampliaran sus propios cárteles y sus negocios.25
En consecuencia, el negocio de producción y
procesamiento de drogas, y su posterior transporte
hacia los Estados Unidos a través de México,
experimentó un crecimiento exponencial. En la
actualidad, los cárteles mexicanos exportan a los
Estados Unidos una variedad de drogas ilícitas:
cocaína, heroína, marihuana y, últimamente cada
vez más, drogas sintéticas. Algunas drogas, como
lo marihuana –que al día de hoy representa más
de la mitad de los ingresos de los cárteles26– y el
opio para fabricar heroína se producen en México,
mientras que otras drogas, como la cocaína, vienen
de países del sur, como Colombia, y se venden en
el norte. Además, los cárteles están desarrollando
su propio mercado interno, de manera tal que
sus ingresos ya no dependen exclusivamente de
las exportaciones.
La industria de los narcóticos es ahora un elemento
importante de la economía nacional de México. Las
estimaciones de los beneficios anuales procedentes
de la venta de drogas ilícitas oscilan entre 25 mil
millones y 40 mil millones de dólares, es decir,
hasta 5 por ciento del PNB de México o el doble de
las remesas de dinero que se reciben de emigrantes
mexicanos.27 Según el Departamento de Estado,
para 2009 los cárteles y las pandillas empleaban
a cientos de miles de personas en el cultivo, el
procesamiento y la venta de drogas ilegales.28 Los
beneficios del cultivo de drogas superan con creces
los provenientes de la agricultura legal; mientras un
kilo de maíz puede venderse por 40 centavos, un
kilo de opio alcanza un preció de 1 000 dólares.29
El desempleo, los recortes de los presupuestos
públicos y la reducción de las remesas de dinero
que envían a México los inmigrantes en los Estados
Unidos elevan los incentivos monetarios para que
los habitantes rurales participen en el narcotráfico.
Sin embargo, no se trata sólo de drogas. El
secuestro, la extorsión y otros tipos de delitos
son desde hace tiempo actividades básicas de las
20  |
operaciones de los cárteles, que incluso traspasan
las fronteras y afectan a ciudades estadounidenses.
La reciente ayuda que los Estados Unidos dieron al
gobierno de México, bajo la forma de la Iniciativa
Mérida, así como la relativa prosperidad de las
empresas estadounidenses en México y a lo
largo de la frontera estadounidense, aumentan
las probabilidades de que los cárteles afecten
directamente los intereses de los Estados Unidos.
Los cárteles mexicanos en su forma actual
ejemplifican los movimientos insurgentes
criminales del siglo XXI. Atacan al estado desde
dentro usando como armas la corrupción y la
violencia, y buscan establecer áreas de influencia en
las que puedan operar sin restricciones y, con ello,
neutralizan a determinadas autoridades estatales
a nivel local. John Sullivan, Miembro Investigador
Sénior del Centro de Estudios Avanzados sobre el
Terrorismo, ha señalado:
Los cárteles mexicanos han utilizado operaciones
psicológicas, han fomentado protestas contra
el gobierno, se han enfrentado a la policía y el
ejército en ataques como los de una infantería,
han asesinado a funcionarios políticos [y]
periodistas, han decapitado y desmembrado
a sus víctimas para amplificar el impacto
estratégico de sus acciones y han corrompido
a militares, policías y funcionarios públicos
en todos los niveles del gobierno. El resultado
es un bandolerismo extremo, así como un
entramado de “insurgencias criminales” que
ha desembocado en una guerra civil virtual.
En consecuencia, algunos cárteles mexicanos,
como “La Familia,” han adoptado una violencia
extrema, símbolos religiosos y de culto, así como
acciones políticas con el fin de ejercer su control
sobre el megaterritorio que pretenden dominar.
Igualmente buscan obtener una legitimidad
por parte de las comunidades, y para ello
cultivan en el pueblo la percepción de que son
protectores sociales.30
FIGURA 2: RUTAS DE LA DROGA EN MÉXICO
San Diego
Tijuana
E S T A D O S
Mexicali
U N I D O S
El Paso
Nogales Douglas
Juarez
C ÁR T EL D E
T IJUA NA
FFED
ED ER AC I ÓN
D E S I NALOA
C ÁR TEL D E
JUA
RE Z
JUARE
Laredo
M É X I C O
TTE
E R R IITO
TO R IO
IO EN
D IISPUTA
S P U TA
Tráfico de
cocaína
McAllen
Tráfico de
efedra
Tráfico de
Tráfico
marihuana y
de todo
metanfetaminas tipo de
drogas
desde
Colombia,
Venezuela
y Brasil
Tampico
TE R R I TORIO S DE
LO S C ÁR T EL ES Y
RUTA S D E L A DROGA
desde China
CÁRTEL
DEL GOLFO
Puerto
Vallarta
Ciudad de
TTERRI
E R R I TO R IO
IO EN
México
PUTA
DISP
U TA
Acapulco
desde Colombia
Veracruz
Cancún
T E R R IITO
TO R IO
IO EN
PUTA
D IISS P
U TA
desde
Colombia,
Venezuela
y Brasil
Fuente: Stratfor
Los cárteles de México son organizaciones
complejas, organizadas en redes, que combinan
una sofisticación flexible orientada por objetivos
y una inclinación hacia estructuras de liderazgo
basadas en la familia. Sin embargo, aun cuando
es posible que todavía se centren en los mismos
grupos familiares que hace una década, la
ejecución o el encarcelamiento de sus líderes con
el tiempo los ha llevado a adoptar un modelo
operativo más descentralizado.31 Los miembros
de los cárteles de la droga son cada vez más
jóvenes y se organizan de forma más horizontal.
Los teléfonos celulares, las computadoras y
otras tecnologías permiten a los miembros de
los cárteles transmitir órdenes, organizar y
reorganizar, así como cubrir las bajas con rapidez.
Por regla general, los cárteles son dirigidos desde
“oficinas corporativas” en México en lugares que
son seguros para ellos gracias a la complicidad
de funcionarios locales y donde se encuentran
protegidos de la amenaza de extradición a los
Estados Unidos. Inmediatamente por debajo
de esas “sedes corporativas” se encuentran las
“oficinas regionales” subcorporativas en los
países objetivo, como, por ejemplo, ciudades
estadounidenses cercanas a la frontera, donde
operan hasta una docena de centros regionales. Por
debajo de los centros regionales se sitúan varios
cientos de células de control y de comando que
manejan las actividades cotidianas. Algunos de
estos subgrupos pueden especializarse. Un grupo
determinado de miembros de la unidad pueden
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
dedicarse específicamente a la intimidación
y coerción de las poblaciones rurales a fin de
reclutarlas en el comercio de la droga; otros pueden
concentrar sus actividades en los asesinatos,
como solía ser el caso de los Zetas, el grupo de
mercenarios contratados de ex militares al servicio
del cártel del Golfo hasta que se pusieron a trabajar
por cuenta propia.32 En la actualidad, muchos
de los cárteles cuentan con un grupo específico
de sicarios a su disposición para proporcionarles
servicios letales.
22  |
que incluyó a otros peces gordos del narcotráfico
y secuestradores de alto perfil como Daniel
Arizmendi, quien antes no había tenido ninguna
relación con el narcotráfico. Juntos, contrataron a
un grupo de abogados para que los defendieran,
asesinaron e intimidaron a sus enemigos dentro y
fuera de la prisión, e incluso se las arreglaron en
una ocasión para tomar la oficina del director de
la prisión.34
Los intentos de las fuerzas del orden público de
desmantelar los cárteles arrestando o matando a
sus líderes han tenido resultados mixtos, debido
a la estructura celular de los cárteles y a que el
control efectivo de las operaciones de los cárteles
cambia de manos constantemente. La eliminación
de líderes muy famosos normalmente concede
mayor poder a personas menos conocidas que
operan de forma anónima hasta que ellos también
ascienden y adquieren notoriedad.33 Por ejemplo,
cuando Arturo Beltrán Leyva, “el jefe de jefes” de
su cártel, fue arrestado, su hermano Héctor, hasta
entonces jefe de la división encargada de lavar el
dinero de la organización, ocupó su lugar. A su
vez, el puesto de Héctor pasó a su otro hermano
Carlos, un hombre que ni siquiera había figurado
anteriormente en las listas de "los más buscados" de
las fuerzas del orden público.
Los cárteles de la droga mexicanos han establecido
asociaciones esporádicas con una variedad de
organizaciones criminales que van desde las
FARC de Colombia35 hasta redes de pandillas
transnacionales36 (como la Mara Salvatrucha)37
e incluso con grupos europeos (como la Mafia
italiana)38 que les han ayudado a internacionalizar
sus actividades de tráfico. En agosto de 2005,
dos narcotraficantes mexicanos del cártel de
Juárez fueron arrestados en Madrid gracias a la
colaboración entre las agencias del orden público
españolas y estadounidenses. Funcionarios
mexicanos reconocieron que no tenían ningún
conocimiento previo (y, en consecuencia, no
habían emitido ninguna orden de arresto) sobre
estos dos hombres.39 Hoy en día, las organizaciones
de narcotráfico mexicanas, tanto los cárteles
como las organizaciones más pequeñas, tienen
operaciones en lugares tan lejanos como
África Occidental.40
Las relaciones internas de los cárteles influyen
sobre sus relaciones con los demás cárteles, lo
cual puede ser igualmente complicado y volátil.
La colaboración entre los cárteles de la droga
comienza a veces de forma informal, por debajo del
nivel “corporativo.” Algunas de las colaboraciones
más notables entre cárteles comenzaron en las
cárceles. Por ejemplo, en 2003, Osiel Cárdenas,
miembro del cártel del Golfo, y Benjamín
Arellano Félix, del cártel Arellano Félix, fueron
recluidos en la prisión de máxima seguridad de
La Palma, donde ambos formaron una alianza
En el Hemisferio Occidental, los cárteles
mexicanos llegan hasta el sur del contindente:
negocian directamente con los productores de
cocaína en Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, y
operan en Guatemala con el fin de evitar la fuerza
del orden público mexicana. De hecho, Guatemala
se ha convertido en un albergue para diversas
organizaciones dedicadas al narcotráfico. Las
agencias del orden público de Guatemala afirman
que han detectado a cientos de Zetas cruzando
las fronteras del país y hasta 75 miembros
residentes en Guatemala de forma más o menos
La Iniciativa Mérida
La Iniciativa Mérida es uno de
los componentes fundamentales
de la cooperación en materia
de seguridad entre los Estados
Unidos y México para hacer frente
al narcotráfico. En septiembre
de 2008, los Estados Unidos
comprometieron 1 400 millones
de dólares en asistencia para
México y Centroamérica (y,
posteriormente, Haití y República
Dominicana) y bosquejaron
un plan que estaría bajo la
dirección del Departamento de
Estado de los Estados Unidos.
Originalmente, sus objetivos
eran: 1. fracturar el poder de la
impunidad de las organizaciones
criminales, 2. reforzar los
controles fronterizos, aéreos
y marítimos, 3. mejorar la
capacidad de los sistemas de
justicia y 4. reprimir la actividad
de las pandillas y reducir la
demanda de drogas en la región.1
La asistencia comprometida
va desde la transferencia de
helicópteros, escáneres y equipos
de laboratorio forense hasta
programas de capacitación
para investigadores y oficiales
de las fuerzas del orden
público. Asimismo, con el fin
de administrar los fondos de
la Iniciativa Mérida, en abril de
2010 los Estados Unidos y México
abrieron en Ciudad de México
una Oficina Binacional de la
Iniciativa Mérida, cuyo personal
está compuesto por funcionarios
estadounidenses y mexicanos.
En 2009, la Iniciativa Mérida
entró en una segunda fase,
denominada Más allá de Mérida,
con base en cuatro nuevos pilares
que sustituyen a los anteriores.
1. iniciativas integrales dirigidas
contra los cárteles a todos los
niveles de sus jerarquías, 2.
desarrollo institución y creación
de capacidad, 3. construcción
de una frontera “del siglo XXI”
entre México y los Estados Unidos
que sea al mismo tiempo segura
y económicamente activa, y 4.
construcción de comunidades
flexibles capaces de protegerse
contra el consumo y el tráfico de
estupefacientes.
La Iniciativa Mérida es un acuerdo
de importancia primordial; aun
así ha enfrentado numerosas
dificultades y deficiencias. En
un comienzo, los observadores
permanente.41 En marzo de 2009, funcionarios
guatemaltecos descubrieron un campo de
entrenamiento para Zetas en su territorio, junto
con cientos de granadas y fusiles, depósitos
de munición y motocicletas.42 Los Zetas están
reclutando cada vez a más ex kaibiles, es decir,
antiguos miembros de la división de operaciones
especiales del ejército de Guatemala. Panamá
y Costa Rica también se han visto afectados
por las guerras entre los cárteles; en abril de
criticaron el gran énfasis que hace
en la transferencia de equipos,
como helicópteros, en detrimento
de la asistencia al sector judicial
y de la promoción de programas
sociales. Sigue habiendo
inquietud en torno a la falta de
programas no relacionados con
el orden público, aunque Más allá
de Mérida en alguna medida se
ha ocupado de este aspecto. Por
último, la Iniciativa Mérida ha sido
lenta: como reveló un informe
reciente de la Oficina de la
Contraloría General de los Estados
Unidos (Government Accountability
Office, GAO), para el 31 de marzo
de 2010, se había comprometido
tan solo 46 por ciento y se había
gastado 9 por ciento de los
fondos de la Iniciativa Mérida
correspondientes a los años
fiscales 2008-2010.”2
1. Oficina de la Contraloría General de los Estados
Unidos, Iniciativa Mérida: The United States has
provided Counternarcotics and Anticrime Support
but Needs Better Performance Measures (“Los
Estados Unidos han proporcionado apoyo para
combatir el crimen y los narcóticos, aunque
necesitan mejorar las medidas de desempeño,”
julio de 2010). 6.
2. Ibid. 1.
2009, miembros del La Federación de Sinaloa
secuestraron a dos presuntos narcotraficantes en
un centro comercial de la ciudad de Panamá. La
presidenta de Costa Rica declaró su preocupación
por la presencia de cárteles mexicanos en su
país.43 La flexibilidad de los cárteles y la índole
de sus redes les permiten operar traspasando
fronteras nacionales, en diversas regiones y en el
mundo entero.
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Los cárteles de la droga de México en la actualidad
Aun cuando el liderazgo y la
organización de las redes de
cárteles cambian constantemente,
por lo general siguen teniendo una
orientación geográfica y buscan
controlar los principales centros de
tráfico o “plazas.” Hoy en día, éstos
son los cárteles más importantes
que operan en México.
EL CÁRTEL DEL GOLFO
Originalmente, el cártel del Golfo,
con base en Tamaulipas, era la
organización narcotraficante más
poderosa. En los últimos años ha
sufrido bajas a manos del gobierno
mexicano y no se sabe con certeza
quién dirige actualmente la
organización. Sin embargo, este
grupo sigue teniendo un gran
alcance: ahora tiene presencia
en Europa, donde ha establecido
una importante alianza con la
‘Ndrangheta italiana.44 El cártel del
Golfo inicialmente usó a los Zetas
como asesinos a sueldo, pero,
aunque las relaciones entre ambos
grupo no se han interrumpido,
los Zetas ahora han ampliado sus
operaciones más allá de los ámbitos
del control del cártel del Golfo. El
cártel del Golfo opera en el Oriente
de México, a lo largo de la costa del
Golfo de México, pasa la droga por
los puertos de Tampico y Veracruz,
y generalmente opera en la frontera
entre México y el estado de Texas,
desde Matamoros-Brownsville hasta
Laredo y más allá hacia el oeste.
LA FEDERACIÓN DE SINALOA
Es posible que la Federación de
Sinaloa sea ahora dudosamente el
cártel más poderoso en México. Su
líder, Joaquín “El Chapo” Guzmán
(quien notoriamente fue incluido
en la lista Forbes de las personas
24  |
más ricas del mundo en 2009),
sigue eludiendo a las autoridades
mexicanas, pero ha dejado de ser la
figura más influyente del cártel. El
cártel tomó su nombre del hecho
de que, en mayor medida que los
demás cárteles, es una federación
de subgrupos que cooperan bajo
una dirección relativamente flexible.
Informes recientes han sugerido
que la lucha del gobierno mexicano
contra los cárteles ha favorecido
a La Federación como parte de
una estrategia que consiste en
ocuparse primero de los cárteles
más pequeños y fáciles de vencer,
para después atacar al enemigo
más poderoso.45 La Federación
de Sinaloa controla las rutas que
van desde la costa occidental
mexicana, desde Puerto Vallarte,
hacia el norte, siguiendo la costa
del Golfo de California, y a través de
los pasos fronterizos entre México
y los Estados Unidos en Nogales y
Douglas, Arizona.
LA ORGANIZACIÓN DE LOS
BELTRÁN LEYVA
Originalmente parte de La
Federación de Sinaloa, los
hermanos Beltrán Leyva se
separaron de ella tras el arresto
de Alfredo Beltrán Leyva en
enero de 2008. Los dos bandos se
enfrentaron violentamente luego
de que los Beltrán Leyva trataran de
introducirse en territorio tradicional
de La Federación de Sinaloa. A
pesar de todo, la Organización de
los Beltrán Leyva se las arregló para
asegurarse rutas estratégicas en
estados como Jalisco, Michoacán,
Guerrero y Morelos, que utiliza
para canalizar la cocaína que recibe
de Colombia, principalmente del
cártel del Norte del Valle hasta
hace muy poco. Durante varios
años, las autoridades mexicanas
han sostenido que la Organización
de los Beltrán Leyva posee la
contrainteligencia más sofisticada
de entre todos los cárteles. Sin
embargo, en estos momentos
el futuro de la organización es
incierto. La muerte de Arturo
Beltrán Leyva (el “jefe de jefes”) a
manos de la Armada de México en
2010 y el subsiguiente arresto de
otros líderes de la Organización
(como Carlos Beltrán Leyva y Edgar
Valdez Villareal) han sido un duro
golpe para el grupo, decisivo, según
el gobierno.
LA ORGANIZACIÓN DE VICENTE
CARRILLO FUENTES, CONOCIDA
TAMBIÉN COMO EL CÁRTEL DE
JUÁREZ
Aliada con La Organización de
los Beltrán Leyva, la Organización
de Vicente Carrillo Fuentes ha
venido combatiendo al Cártel de
Sinaloa para ganar el control de
la importante ciudad fronteriza
de Ciudad Juárez, Chihuahua,
donde tiene su base, y a la que
sólo el Río Grande separa de El
Paso, Texas. Al igual que otros
cárteles, la Organización de Vicente
Carrillo Fuentes ha diversificado
sus actividades delictivas a fin
de compensar el descenso de
sus ingresos por narcotráfico,
dedicándose al secuestro, la
prostitución, la extorsión, el robo
y el sicariato. Todo parece indicar
que el Cártel de Sinaloa ganó de
forma definitiva la batalla y que la
Organización de Vicente Carrillo
Fuentes se encuentra destruida o ha
dejado de operar.
LA ORGANIZACIÓN DE LOS
ARELLANO FÉLIX, CONOCIDA
TAMBIÉN COMO EL CÁRTEL DE
TIJUANA
Originalmente el cártel más
importante en los estados
noroccidentales de México, la
Organización de los Arellano Félix,
con sede en Tijuana, se ha visto
muy debilitada por la competencia
con el cártel de Sinaloa y la exitosa
cooperación entre las agencias
del orden público mexicanas y
estadounidenses. En la actualidad,
como varias de sus contrapartes,
ha diversificado sus actividades y
se dedica también al secuestro, el
tráfico de personas y la extorsión,
para compensar la disminución
de los ingresos que percibe por
el narcotráfico.
LA FAMILIA DE MICHOACÁN
Aunque no se considera que La
Familia tenga un control territorial
a una escala similar al de otros
cárteles, en los últimos años ha
adquirido mayor prominencia. Este
grupo ha conseguido infiltrarse en
las estructuras sociales, políticas y
religiosas del estado de Michoacán
y recientemente se expandió a
los estados de México y Jalisco, y
cuenta también con presencia en
otros estados.46 A diferencia del
resto de los cárteles mexicanos,
generalmente seglares, La Familia
utiliza la religión para fomentar la
disciplina. Asimismo, actúa como
grupo vigilante protegiendo a
la población de Michoacán de
otros narcotraficantes. Su uso
de la religión le permite reclutar
miembros en Michoacán y describir
como actos de “justicia divina”
los asesinatos que comete de
miembros de otros cárteles y de
agentes del gobierno. La Familia
mantiene estrechos vínculos con
La Federación de Sinaloa y la
Organización de los Arellano Félix,
y se opone al Cártel del Golfo,
los Zetas y la Organización de los
Beltrán Leyva.
LOS ZETAS
La mortífera organización de los
Zetas constituye un buen ejemplo
de organización híbrida establecida
en redes (en lugar de basarse
un grupo familiar) que está en
constante flujo. Los Zetas originales
eran miembros de la fuerza élite
de operaciones especiales del
gobierno Grupo Aeromóvil de
Fueras Especiales (GAFES), cuyo
objetivo era desmantelar las
redes criminales en la región de
la frontera norte. Sus miembros
se dieron de baja o desertaron
del GAFES para trabajar con el
brazo armado del Cártel del Golfo,
donde su adiestramiento militar
especializado y sofisticación
tecnológica les permitió una y otra
vez sobrepasar en potencia a los
oficiales de las fuerzas del orden
público locales y federales. Por un
tiempo, los Zetas se concentraron
exclusivamente en los asesinatos
a sueldo, ya que carecían de
experiencia en los aspectos
organizativos y comerciales que
se requieren para dirigir un cártel
de drogas.
actualidad hay varias generaciones
de Zetas, muchos de los cuales
son reclutados y adiestrados
específicamente en determinadas
áreas de competencia. En 2005,
los ataques de las organizaciones
del orden público hicieron que
los Zetas perdieran el control
de sus principales proveedores
de cocaína colombianos. En
consecuencia, comenzaron a
concentrarse en otros tipos de
crímenes, incluyendo el secuestro,
el tráfico de marihuana, la extorsión
y la piratería.47
Sin embargo, en la actualidad
los Zetas ya han completado
su conversión de una fuerza
contratada a cártel plenamente
operativo. Aunque los Zetas solían
ser una fuerza especializada,
ahora cuentan con sus propias
unidades especializadas. En la
|  25
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2 0 1 0
Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
PERSPECTIVAS DE FUTURO
Debido a su tamaño, su economía avanzada y su
proximidad a los Estados Unidos, así como por la
guerra que mantiene contra los cárteles, México
sigue siendo un estado clave en la lucha contra las
insurgencias criminales. Si bien su supervivencia
como estado no es cuestionable, su estabilidad y la
eficacia de sus instituciones sí lo son. México está
librando una nueva revolución, esta vez contra
la corrupción y el crimen violento, fenómenos
que la cultura cívica mexicana ha tolerado por
demasiado tiempo. A pesar de esfuerzos policiacos
y militares cada vez mayores ejercidos sobre
los cárteles en la última década, no parece que
éstos hayan sido eficaces; de hecho, en tanto el
número de bajas aumenta (más de 28 000 hasta
el momento de la redacción de este informe), la
percepción de la población en México es que el
gobierno está perdiendo la batalla en términos de
protección de la economía, del territorio y de la
seguridad pública.48
México –su gobierno y sus votantes– pronto
deberán enfrentar una decisión importante: seguir
luchando, soportando bajas cada vez mayores,
pero con posibilidades de éxito en el largo plazo,
o llegar a un acuerdo tácito con los cárteles, como
en el pasado. Si Calderón y sus sucesores pueden
o quieren pagar el precio político que supondrá
mantener una lucha sangrienta y de décadas de
duración para eliminar de raíz la corrupción en
el estado mexicano y reestablecer el estado de
derecho es materia de grave preocupación para
los Estados Unidos. La decisión de tolerar a los
cárteles equivaldría a abdicar a algunas funciones
esenciales del gobierno a cambio de una reducción
de la violencia contra el estado, aunque no del
completo, ya que el conflicto entre los cárteles ha
costado más vidas que el conflicto entre el estado y
los cárteles. El presidente Calderón recientemente
hizo un llamamiento a los legisladores mexicanos
para renovar el debate sobre la legalización de las
drogas como medio para restringir el poder de
26  |
los cárteles; el papel que esto tendrá en la política
de México aún está por verse.49 Una tercera
opción, favorecer a algunos cárteles por encima
de los otros, y permitir o ayudar al surgimiento
de un cártel dominante, tendría la ventaja de
reducir la violencia al tiempo que se reservan
las posibilidades del estado para algún conflicto
futuro.50 Sin embargo, no se tiene la certeza de que
una política de este tipo sea sostenible desde el
punto de vista político.
El reto asociado a cualquiera de estas decisiones es
que los cárteles no se quedarán estáticos mientras
el estado mexicano pone en práctica su estrategia.
Si bien una política de presión constante sobre los
cárteles podría obligarlos a adoptar una posición
defensiva y, en última instancia, de retirada, la
decisión de “vivir y dejar vivir” o de permitir
que uno de los cárteles domine la situación bien
podría traer como consecuencia un “estado dentro
del estado” en el que las pandillas criminales,
los terroristas y el comercio ilícito se encuentren
libres del escrutinio de las organizaciones del
orden público.51 En ese caso, el gobierno legítimo
se convierte en un cascarón –con toda su
aparatosidad, pero carente de autoridad– y los
ciudadanos en partes de ese estado viven sus vidas
conforme a las leyes del cártel. El mejor resultado
al que el estado mexicano puede aspirar sería algo
similar a la experiencia emergente en Colombia: la
restauración del estado de derecho y la reducción
de la violencia asociada al narcotráfico a niveles
similares a los del delito común.
Una encrucijada importante se presentará con
las elecciones presidenciales de México que se
celebrarán en 2012, cuando los votantes participen
en lo que, en esencia, será un plebiscito sobre la
voluntad del presidente Calderón de mantener
la guerra. Con dos años restantes en su cargo las
políticas de Calderón en el futuro cercano deberían
comenzar a mostrar de qué manera su partido
piensa mantenerse en el poder y cómo pretende
manejar en el futuro las relaciones con los Estados
Unidos. En un plazo más largo, las decisiones que
se tomen en el corto y mediano plazo influirán en
gran medida en la naturaleza del estado mexicano
y tendrán ramificaciones importantes para la
relación entre México y los Estados Unidos y
para el curso futuro de la estrategia de seguridad
estadounidense. Mientras tanto, las autoridades
mexicanas probablemente se concentrarán en
los aspectos tácticos: readiestramiento de su
ejército en doctrinas de contrainsurgencia,
modernización y mejoramiento de los sistemas de
inteligencia militar y policial, y mantenimiento de
la cooperación con las organizaciones del orden
público estadounidenses y con sus operaciones
contra los cárteles.
Colombia
Colombia continúa su lucha luego de estar al
borde de convertirse en el primer narco-estado
del mundo, aun cuando sigue siendo el principal
proveedor de cocaína del mundo. El acuerdo de
cooperación en materia de seguridad entre los
Estados Unidos y Colombia, el Plan Colombia,
celebrado a comienzos de este sigl o, ha tenido
éxito en reducir la amenaza de la insurgencia
para la estabilidad política del país, pero no ha
logrado cumplir sus objetivos en relación con la
lucha contra el narcotráfico. A medida que ambos
países dejan atrás el Plan Colombia para abrazar
iniciativas de cooperación de plazo más largo,
deben enfrentar una serie de retos que aún les
quedan, entre ellos el hecho de que las FARC siguen
no sólo sobreviviendo, sino también produciendo la
cocaína que acaba en las calles estadounidenses, así
como el surgimiento de otros grupos armados que
participan en el comercio regional de drogas.
El concepto del “narcoterrorismo” nació en
Colombia en las décadas de los ’80 y de los ’90,
cuando los traficantes de cocaína52 comenzaron
a utilizar tácticas terroristas –coches bomba,
masacres de civiles, ejecuciones de candidatos
y otros ataques contra oficiales de las fuerzas
del orden público y civiles– como medio para
oponerse a la extradición a los Estados Unidos de
narcotraficantes convictos.53 Al mismo tiempo,
las izquierdistas FARC, la insurgencia más
antigua de Latinoamérica, estaba obteniendo
importantes victorias en el área rural. Por un
tiempo, Colombia pareció encontrarse al borde
de la anarquía; en 1999, por ejemplo, la cifra de
muertes civiles ascendía a un promedio de 20
diarias, mientras la tasa de secuestros era de 200
mensuales.54 Actualmente, aunque los principales
cárteles han sido derrotados y las FARC han sido
obligadas a retroceder a las selvas, Colombia
enfrenta un escenario social y político complejo y
difícil. Aunque sigue combatiendo a las FARC y a
otros cárteles cuasi-guerrilleros, el gobierno está
adaptando nuevas estrategias para garantizar que
sus logros sean permanentes.55
[El Plan Colombia] ha
tenido éxito en reducir la
amenaza de la insurgencia
para la estabilidad
política del país, pero
no ha logrado cumplir
sus objetivos en relación
con la lucha contra el
narcotráfico.
Los Estados Unidos ha apoyado activamente
durante décadas las luchas de Colombia contra
sus cárteles de la droga y las FARC; la ayuda
de los Estados Unidos contra los cárteles de la
droga comenzó en la década de los ’90, aunque
con restricciones contra su uso para combatir las
|  27
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
guerrillas. No sorprende que el adiestramiento y
los equipos estadounidenses terminaran usándose
en campañas contra las FARC, y no sólo para
operaciones contra los señores de la droga, pero
dichas restricciones se volvieron discutibles
cuando en la década de los ’90 las FARC se
convirtieron en una organización narcoterrorista
productora de cocaína.56 Tras asumir su cargo
en 2002, el presidente Álvaro Uribe inició una
campaña contra las FARC en el marco del Plan
Colombia, con apoyo de un paquete de ayudas en
adiestramiento y asistencia técnica con un valor
de miles de millones de dólares por parte de los
Estados Unidos a los servicios militares y la Policía
Nacional de Colombia.
En términos generales, el Plan Colombia ha tenido
éxito en contrarrestar la amenaza insurgente contra
el estado colombiano, ayudándole a crear seguridad
en un país que durante décadas había padecido
ataques contra su población y sus instituciones,
incluyendo los asesinatos de destacados políticos
y de jueces de la Corte Suprema. Los datos del
Departamento de Estado indican que hasta ahora
el Plan Colombia ha conseguido reducciones de
80 por ciento en los secuestros, de 40 por ciento
en los homicidios y de 74 por ciento en los ataques
terroristas que se produjeron entre los años 2000
y 2007.59 En 2008, un informe de la Oficina del
Contralor General de los Estados Unidos (GAO, por
sus siglas en inglés) señala:
El Plan Colombia fue diseñado en 2000 por
Colombia, con apoyo de los Estados Unidos,
con el propósito de “reducir la producción de
drogas ilegales (principalmente cocaína) en
50 por ciento en un plazo de 6 años y mejorar
las condiciones de seguridad en Colombia y
recuperar las áreas del país bajo el control de
los grupos armados ilegales.”57 El plan ideó una
iniciativa intergubernamental compleja por
parte del gobierno colombiano para recuperar el
territorio controlado por las FARC y otros grupos
armados, instaurar con rapidez una seguridad
permanente a cargo de la Policía Nacional de
Colombia y, al mismo tiempo, proporcionar sin
demora asistencia de desarrollo a las poblaciones
locales que habían estado bajo el control de las
FARC. El Plan Colombia y otras iniciativas del
gobierno combinan la acción militar y policial
con incentivos sociales de amplia base para las
poblaciones liberadas del control de las FARC a
fin de reintroducir una vida económica y cívica
viable. En el marco del plan, los Estados Unidos
proporcionaron al gobierno de Colombia más
de 6 mil millones de dólares en subsidios, de los
cuales aproximadamente tres cuartas partes se han
destinado a componentes militares de cooperación
para la lucha antidrogas.58
Según funcionarios estadounidenses, Colombia
mejoró su clima de seguridad gracias a su
estrategia antidrogas, acciones militares y
policiales y otras iniciativas (como por ejemplo
sus programas para desmovilizados y desertores)
que han debilitado las capacidades operativas
de las FARC y de otros grupos armados ilegales.
Como resultado de dichas iniciativas, varios
indicadores de seguridad han reflejado una
notable mejoría desde 2000. Por ejemplo, entre
2000 y 2007, el gobierno colombiano informó
que las cifras de asesinatos y secuestros bajaron
al menos un tercio y los ataques a oleoductos
descendieron a prácticamente cero. Sin embargo,
funcionarios estadounidenses y colombianos
advirtieron que el progreso alcanzado no es
irreversible. Funcionarios de la embajada de
los Estados Unidos nos dijeron que los logros
en materia de seguridad serán irreversibles
únicamente cuando las FARC y otros grupos
armados ilegales ya no puedan seguir
amenazando directamente al gobierno central y,
en su lugar, se hayan convertido en un problema
de las fuerzas del orden público local que
requieran la atención únicamente de la policía.60
En un principio, la asistencia estadounidense
en el marco del Plan Colombia se limitaba al
apoyo de las operaciones antidrogas, aunque
los Estados Unidos hace tiempo reconocieron
la necesidad de enfoques orientados hacia la
población para combatir la producción de drogas
y la insurgencia.61 Tras los ataques del 11 de
septiembre 2001, y la consiguiente atención que se
prestó al terrorismo mundial, la administración
Bush relacionó las drogas con la insurgencia
en Colombia, y los Estados Unidos y Colombia
comenzaron a entrenar unidades colombianas en
tácticas de contrainsurgencia. Este giro mejoró
también el intercambio de información y la
sincronización de los datos estadounidenses y
colombianos que pudieran usarse para identificar a
grupos insurgentes.62 Además, la DEA, que llevaba
activa en Colombia desde 1972, intensificó sus
esfuerzos junto con el Departamento de Justicia
y la Policía Nacional de Colombia para aumentar
la capacidad de la policía colombiana. El aumento
de esta capacidad, la legislación de ambos países
y el trabajo entre las organizaciones del orden
público de los Estados Unidos y Colombia permitió
sentenciar y extraditar a más de 500 líderes de la
FARC y de los cárteles colombianos, lo que a su vez
constituyó una herramienta clave para desarticular
los cárteles colombianos.63
Sin embargo, el conflicto en Colombia aún
está lejos de resolverse. Si bien las ofensivas del
gobierno restablecieron la seguridad a lo largo de
los principales corredores de la población, muchos
colombianos se encuentran aún en peligro a causa
de la violencia armada.64 Según el Ministerio de
la Defensa colombiano, el conflicto ha costado la
vida a 20 915 personas entre el año 2002 y marzo
de 2010, entre ellas 13 653 miembros de “grupos
subversivos,” 1 611 miembros de “grupos ilegales
de autodefensa,” 1 080 miembros de “pandillas
criminales” y 4 571 miembros en servicio de las
fuerzas de seguridad colombianas.65
Adicionalmente, aunque las operaciones de
contrainsurgencia restablecieron la estabilidad
política, el Plan Colombia no cumplió sus objetivos
antidrogas.66 En el mismo informe de la GAO
se afirma:
El objetivo del Plan Colombia de reducir el
cultivo, el procesamiento y la distribución de
drogas ilegales en 50 por ciento en un plazo de
6 años (hasta 2006) no se alcanzó por completo,
[aunque] sí se hicieron avances importantes
en materia de seguridad. Desde el año 2000
hasta 2006, el cultivo de la amapola del opio
y la producción de heroína descendieron
aproximadamente 50 por ciento. El cultivo
estimado de coca aumentó cerca de 15 por ciento
en 2006 en comparación con el año 2000, ya
que los cultivadores tomaron contramedidas
tales como mudarse a regiones más remotas
de Colombia para evitar los esfuerzos de
erradicación estadounidenses y colombianos.67
La producción estimada de cocaína fue alrededor
de 4 por ciento mayor en 2006 que en el año
2000. Funcionarios de la Oficina de la Política
Nacional para el Control de Drogas (Office
of National Drug Control Policy, ONDCP)
señalaron que las tasas de producción de cocaína
no aumentaron al mismo ritmo que las de su
cultivo debido a los efectos de la erradicación
aérea y manual sobre las tasas de rendimiento de
los campos de coca.68
Según la Organización de las Naciones Unidas y
el Departamento de Estado de los Estados Unidos,
Colombia sigue siendo la fuente de cerca de 60 por
ciento de la cocaína del mundo y de 90 por ciento
de la cocaína que llega a los Estados Unidos.69
Una serie de factores explican la persistencia de
la producción de cocaína, entre ellos el traslado
de los cultivos de coca a áreas remotas donde
se persigue menos (y más allá de la frontera, a
Ecuador y Bolivia) y el desarrollo de técnicas que
permiten aumentar el rendimiento de las cosechas
de coca. Aun cuando los grandes cárteles fueron
desmantelados, una serie de grupos que aún
resisten siguen suministrando drogas a otras redes
criminales de la región.
|  29
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
2 0 1 0
80.00
$ 800.00
80.00
$ 700.00
70.00
70.00
60.00
$ 600.00
60.00
50.00
$500.00
Pureza de la cocaína
Precio de la cocaína
50.00
Pureza esperada (1.0 = 100 por ciento)
Precio por gramo en 2007
FIGURA 3: ESTIMACIONES ANUALES DE PRECIO Y PUREZA DE LA COCAÍNA EN POLVO AL POR MENOR, 1981-2009
40.00
$ 400.00
Series1 40.00Series1
30.00
$300.00
30.00
$200.00
20.00
20.00
$100.00
10.00
10.00
0.00
0.00
0.00
1981
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999 2001 2003 2005 2007
Año
Fuente: The Price and Purity of Illicit Drugs 1981-2007, ONDCP and Institute for Defense Analyses (IDA) (Precio y pureza de las drogas ilegales 1981-2007, Oficina de la Política
Nacional para el Control de Drogas e Instituto de Análisis de la Defensa). Datos para 2008 y 2009 tomados del Sistema para recuperar información a partir de pruebas del
uso de estupefacientes (System to Retrieve Information From Drug Evidence, STRIDE).
Nota: Los precios para cantidades de cocaína inferiores a 2 gramos se ajustaron de acuerdo con la inflación.
LAS FARC
30  |
En la actualidad, las FARC controlan la producción
de cerca de 60 por ciento de la cocaína que
llega a los Estados Unidos y aproximadamente
50 por ciento de la cocaína del mundo.70 Este
grupo desempeña por tanto un papel principal
en el comercio de la droga en el hemisferio,
vinculando la producción de cocaína en Colombia
a cárteles para su posterior traslado a México
y Norteamérica. Una ofensiva continua por
parte del gobierno colombiano, con ayuda de los
Estados Unidos, ha debilitado seriamente a las
FARC en los últimos años, fragmentando el grupo
y llevando a miembros de tropa a desertar en
cantidades masivas. Sin embargo, las FARC siguen
resistiendo. Sostenidas por sus vínculos con otras
organizaciones criminales internacionales y el
apoyo que reciben del gobierno de Venezuela, no
han dejado de ser un reto urgente para Colombia,
los Estados Unidos y la comunidad internacional.
Las FARC se vincularon a grupos narcotraficantes
y delictivos de alto perfil durante la década de
los '80 con el propósito de financiar su lucha
contra el estado colombiano. Tras la derrota de
los grandes cárteles de la droga en Colombia y la
desmovilización de las derechistas Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC) en 2003, las FARC
FIGURA 4: CULTIVO ESTIMADO DE COCA EN LA REGIÓN ANDINA (HECTÁREAS), 1995-2006
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
Año
2002
Bolivia
2001
Perú
Colombia
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
0
50 000
100 000
150 000
200 000
250 000
Hectáreas
Fuente: Departamento de Estado y Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP) de los Estados Unidos.
han pasado a ser el actor principal en un terreno
que incluye a muchas otras organizaciones
narcotraficantes fuertes, pero más pequeñas.71 La
motivación ideológica original del movimiento
se ha desvanecido con el tiempo; aun cuando el
liderazgo conserva un núcleo ideológico y lleva a
cabo purgas periódicas, el centro de atención ahora
son los beneficios de la droga para financiar armas,
reclutas y funcionarios corruptos que les permitan
continuar con su perpetua lucha contra el estado
colombiano. Una sentencia contra un comandante
de las FARC extraditado describe la metodología
operativa de las FARC:
A finales de la década de los ’90, los líderes de las
FARC se reunieron y votaron de forma unánime
a favor de una serie de resoluciones, incluyendo
resoluciones para: ampliar la producción de
coca en áreas de Colombia bajo el control de
las FARC; expandir las rutas de distribución
internacional de las FARC; aumentar el número
de laboratorios de cristalización en los que la
pasta de cocaína se convertiría en cocaína;
designar a miembros en cada frente para que
estuviesen a cargo de la producción de coca;
aumentar los precios que las FARC pagarían a
los campesinos a quienes compraban la pasta
de cocaína, y ordenar que se usaran mejores
químicos para mejorar la calidad de la pasta de
cocaína.72
El narcotráfico le ha reportado al grupo ganancias
que la mayoría de los expertos estiman en
alrededor de 100 millones de dólares al año.73 Si
bien las drogas constituyen la principal fuente de
las FARC, el movimiento también obtiene recursos
del secuestro, la extorsión y otras actividades
criminales en Colombia.
|  31
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2 0 1 0
Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Las FARC han evolucionado a partir del modelo
tradicional de guerrilla insurgente hasta
convertirse en una organización narcoterrorista
conectada en red y sumamente descentralizada.
En la actualidad, el movimiento cuenta con entre
7 000 y 8 000 combatientes armados, repartidos
en numerosos “bloques” o “frentes” establecidos
según la geografía, que operan principalmente de
las selvas del este y del sur del país.74 Los distintos
frentes operan de diferentes maneras. El Frente
29 está a cargo de las operaciones, mientras que el
Frente 48, cerca de la frontera con Ecuador, maneja
la mayor parte de la infraestructura de narcotráfico
y los suministros médicos de las FARC y mantiene
una relación directa con los cárteles mexicanos.75 El
comando y el control del movimiento es ostentado
por una “secretaría” central o comando principal
similar al que Colombia desmanteló en Ecuador
en 2008. En el presente, las FARC han dejado de
ser una amenaza para el estado colombiano, pero
se ha replegado a las selvas y a los campamentos
de descanso que tiene en las fronteras con Ecuador
y Venezuela. También se ha vuelto más difícil de
derrotar. Además de la producción de cocaína y
su comercio a escala internacional, siguen siendo
capaces de perpetrar secuestros, incursiones y
actos terroristas, como el secuestro y asesinato del
gobernador de Caquetá ocurrido en diciembre de
2009. La matanza de Caquetá llevó al Ministro de
la Defensa, Gabriel Silva, a advertir que las FARC
“ni están derrotadas ni están agonizantes.”76
Las FARC son una de las organizaciones
narcotraficantes con la mayor cantidad de vínculos
con otras redes criminales, lo que demuestra la
versatilidad y resistencia de sus nexos. Como
colaboradores ocasionales de los cárteles de la
droga y de organizaciones extremistas, encarnan
perfectamente la clase de amenaza no estatal
híbrida que los Estados Unidos y la región
puede enfrentar cada vez con mayor frecuencia
en el futuro. Las FARC siguen suministrando
cocaína a los cárteles de México, pero también a
32  |
los de Brasil, como el que dirige Luis Fernando
da Costa.77 Asimismo, las FARC y Hezbollah
también colaboran entre sí. La “Operación Titán,”
una investigación con una duración de dos
años que culminó en octubre de 2008, dirigida
conjuntamente por las autoridades estadounidenses
y colombianas, redundó en más de 130 arrestos y
la incautación de más de 23 millones de dólares y
360 kilos de cocaína.78 De las personas arrestadas,
21 estaban en Colombia, y de éstas, tres eran
descendientes de libaneses o jordanos.79 Entre
ellos se encontraba Chekry Harb, nacido en el
Líbano, quien bajo el alias de “Talibán” dirigía
un círculo de lavado de dinero que financiaba
actividades de Hezbollah a través de una red de
militantes y narcotraficantes que se extendía desde
Panamá hasta Hong Kong e incluía a las FARC
como productor y exportador principal.80 Más
recientemente, oficiales destaparon la cooperación
entre las FARC y traficantes militantes de Al Qaeda
en el Magreb y otras pandillas en la región de Sahel
en África.81 En la medida en que los flujos de droga
migran al otro lado del Atlántico, incitados por la
creciente demanda de cocaína en Europa, también
lo hace la presencia internacional de las FARC.
OTROS CÁRTELES, GRUPOS PARAMILITARES Y
PANDILLAS EMERGENTES EN COLOMBIA
Las FARC no son el único grupo dedicado a la
producción y el tráfico de drogas que queda en
Colombia. La proliferación –y fragmentación–
de organizaciones narcotraficantes, grupos
paramilitares y bandas o pandillas sigue
amenazando a la seguridad colombiana y es
señal de que, aunque se elimine las FARC,
ello no eliminaría el flujo de cocaína fuera del
país. Hay numerosos “minicárteles,” como la
organización recientemente desmantelada Norte
del Valle, que se había convertido en uno de los
grupos criminales más poderosos en Colombia
tras la desintegración de los cárteles de Cali y
Medellín, a los que las fuerzas del orden público
competentes deberán dedicar atención durante
años.82 Según la Comisión Nacional de Reparación
y Reconciliación de Colombia, existen otros 22
grupos armados activos en 200 municipios de
todo el país, la mayoría de los cuales se concentran
cerca de las regiones sin ley de la frontera con
Venezuela y carecen de estructuras de autoridad
comunes y raíces ideológicas.83 Algunos de estos
“grupos emergentes” son los restos de milicias
de derecha que no se desmovilizaron cuando el
gobierno las llamó a hacerlo, sino que en lugar de
ello se dedicaron al crimen organizado, mientras
que otros están formados por individuos que no
tenían ninguna relación con los paramilitares y
se unieron a bandas delictivas atraídos por los
beneficios económicos del narcotráfico. Uno de los
principales es el de las Águilas Negras, formado
por 4 000 hombres, según los cálculos, y cuyos
líderes son ex integrantes de la organización
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).84 En
un informe publicado en 2007 por el Grupo
Internacional de Crisis (International Crisis
Group, ICG) se señala que el hecho de que estos
grupos siempre hayan estado conectados al crimen
organizado y el tráfico de drogas, incluso a pesar
de que en los ’90 combatían a las FARC y otros
grupos de izquierda, hace que las distinciones entre
los diferentes tipos de organizaciones se vuelva
incluso más confusa.
PERSPECTIVAS DE FUTURO
Colombia seguirá reconsolidando su democracia,
instituyendo reformas económicas y gradualmente
restablecerá el estado de derecho en cada vez
más áreas de su territorio. Continuará el proceso
de reintegrar a ex miembros de los cárteles y las
pandillas, con debates en torno a los detalles del
proceso. A menos que el gobierno de Colombia
sea capaz de extender su alcance hasta los refugios
de las FARC en las selvas del interior de las
áreas montañosas y a lo largo de las fronteras
con Venezuela y Ecuador, probablemente las
FARC sobrevivirán en el corto plazo. Asimismo,
Colombia proporciona adiestramiento militar
y policial a otros estados de América del Sur
y Centroamérica.
A menos que el gobierno
de Colombia sea capaz de
extender su alcance hasta
los refugios de las FARC
en las selvas del interior
de las áreas montañosas y
a lo largo de las fronteras
con Venezuela y Ecuador,
probablemente las
FARC sobrevivirán en el
corto plazo.
Venezuela
Venezuela plantea en la actualidad una singular
combinación de dos retos: la participación en
actividades delictivas a los más altos niveles del
gobierno y la oposición ideológica a los intereses
de los Estados Unidos como principal doctrina
de su política exterior. No se trata tan sólo de
un problema de corrupción. Al retirarse de los
acuerdos regionales contra las drogas, refugiar
a elementos de organizaciones como las FARC y
tratar directamente con los cárteles mexicanos
de la droga, mientras simultáneamente integra a
fuerzas militares y paramilitares iraníes y cubanas
en los cuerpos de seguridad propios de Venezuela,
el presidente Hugo Chávez plantea una mezcla de
criminalidad y de reto geopolítico para los Estados
Unidos y sus aliados en la región.
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Chávez fue elegido presidente de Venezuela en
1998, reelegido en 2000 y 2006, y en 2009 ganó un
referendo nacional para prorrogar la duración del
período presidencial.85 Su filosofía de gobierno,
el “bolivarianismo,” es una mezcla de marxismo
latinoamericano, populismo y nacionalismo que
hace énfasis en la autosuficiencia, el patriotismo
y la redistribución de los ingresos petroleros de
Venezuela. Aunque bajo el mandato de Chávez
se han visto reducidas las libertades políticas y
de prensa y se han deteriorado las condiciones
de vida para muchos venezolanos, el presidente
sigue teniendo un fuerte apoyo de base, que se
deriva en parte de las desigualdades económicas de
larga data y de la atención que Chávez presta a las
necesidades de los pobres, quienes le confieren su
fuerza electoral.86
El enfoque antagónico y con frecuencia errático
de Chávez con respecto a las relaciones con los
Estados Unidos, su apoyo a los gobiernos antiestadounidenses de Bolivia y Nicaragua, y su
alianza de alto perfil con el presidente de Irán
Mahmoud Ahmadinejad (que analizaremos
más adelante) pretenden aumentar la influencia
de Venezuela, y de Chávez, en los asuntos
hemisféricos y mundiales.87 La principal
herramienta de Chávez para conseguirlo son
los ingresos petroleros de Venezuela; este país
suministra a los Estados Unidos aproximadamente
1.5 millones de barriles diarios, lo que lo
convierte en uno de sus principales proveedores.
Los ingresos provenientes del petróleo han sido
uno de los mayores apoyos para la versión de la
“petro-diplomacia” de Chávez, que por lo general
consiste en descuentos sobre el precio del petróleo
venezolano y préstamos multimillonarios a los
países vecinos con el fin de ganar aliados en la
región.88 En consecuencia, el bolivarianismo ha
impulsado una serie de movimientos izquierdistas
en Latinoamérica, incluyendo el Movimiento al
Socialismo en Bolivia, el partido comunista cubano
34  |
y el Frente Sandinista de Liberación Nacional del
presidente de Nicaragua Daniel Ortega.89 Juntos,
estos países han formado un frente que denuncia
sistemáticamente el “imperialismo yanqui” y se
opone a las iniciativas lideradas por los Estados
Unidos en la región.
Estas políticas han estado acompañadas por
acciones que van directamente en detrimento
de Venezuela y la región. El gobierno actual,
decidido a suprimir a la oposición por cualquier
medio que sea necesario y perpetuarse en el
poder indefinidamente, ha dirigido un asalto
frontal contra las instituciones democráticas del
país. Chávez ha censurado a los disidentes y ha
designado como ministros a sus incondicionales.
La corrupción generalizada y la mala
administración del estado a todos los niveles han
hecho que la producción de petróleo caiga en
picado, provocando el consiguiente descenso de los
ingresos nacionales. El racionamiento de agua y los
apagones forman ahora parte de la vida cotidiana
en Venezuela.90 Además, se ha descuidado el
mantenimiento de las fuerzas del orden público
y las fronteras se encuentran desprotegidas. En
la actualidad, Venezuela tiene una de las tasas de
homicidio más altas del mundo y el crimen en
las áreas urbanas y rurales no cesa de aumentar.91
Estas tendencias hacen que las perspectivas
de largo plazo de que Venezuela participe en
una estrategia regional para frenar el crimen
transnacional sean poco prometedoras.
Sin embargo, la mayor amenaza radica en que el
gobierno venezolano ha establecido relaciones
con el crimen organizado a sus niveles más altos.
Miembros del gabinete de Chávez mantienen
vínculos con los cárteles. El estado desvía de
forma rutinaria fondos públicos para destinarlos a
grupos criminales, una tendencia particularmente
problemática dada la importante acumulación de
armamento que ha iniciado el país a pesar de las
dificultades económicas que enfrenta.92
VENEZUELA Y LAS FARC
Venezuela actúa como un importante nodo para
el tráfico regional de drogas, en parte por el apoyo
que brinda a las FARC. Chávez y sus asesores desde
hace tiempo respaldan a las FARC en Colombia,
país con el que el estado venezolano mantiene una
serie de desacuerdos históricos, aunque hasta hace
poco ninguno de ellos había sido lo suficientemente
grave como para indicar una posibilidad de guerra.
Un análisis señala que la rivalidad colombovenezolana por mucho tiempo ha sido un precepto
clave en la cultura estratégica de Venezuela:
Las fuerzas armadas [de Venezuela] siempre
han considerado a Colombia un par competidor
contra el cual planificar sus estrategias,
adquisiciones e infraestructura. . . esta
mentalidad persiste a pesar de las décadas
de migración colombiana a Venezuela, la
importante integración y el considerable
comercio transfronterizo, y una considerable
grado de similitud cultural en las regiones
andinas de ambos estados. . . Sin embargo, la
cultura estratégica de defensa de los venezolanos
no apoya movimientos agresivos más abiertos
contra Colombia. . . Esto sugiere que la
manera menos costosa políticamente para el
presidente Chávez de oponerse a las políticas de
la administración de Uribe es, con diferencia,
hacerlo de forma encubierta, apoyando a las
FARC y a otros actores políticos hostiles al
gobierno colombiano.93
La asociación de Chávez con las FARC se remonta
a tiempo atrás, en particular con Raúl Reyes,
ex subcomandante de las FARC, quien resultó
muerto en un ataque colombiano a la base
de las FARC en Ecuador en 2008. El material
informático incautado a los rebeldes de las FARC
en esa ocasión fue revisado por la INTERPOL y
otras agencias de inteligencia de diversos países
y sirvió para confirmar lo que ya hacía tiempo
se venía rumoreando: la estrecha colaboración
entre las FARC y funcionarios venezolanos de
alta jerarquía que les proveían armas y recursos.
Un informe estadounidense reciente sobre los
archivos de Reyes concluyó que Venezuela ayudó a
las FARC a adquirir diversas armas fabricadas en
China y Rusia, incluyendo misiles, lanzagranadas
y ametralladoras. También reveló otras formas
de asistencia que proporcionaron funcionarios
venezolanos a las FARC, como la celebración
de reuniones y el establecimiento de contactos
con el Ejército de Liberación Nacional (ELN),
otra organización guerrillera marxista.94 En la
actualidad, integrantes de las FARC utilizan
los campamentos de descanso en la frontera
de Venezuela, fuera del alcance de las fuerzas
militares de Colombia.95 En julio de 2010, el
presidente saliente de Colombia presionó de nuevo
a la Organización de Estados Americanos (OEA)
para que condenara la existencia de campamentos
de las FARC en Venezuela.96
Estos descubrimientos implican a funcionarios
venezolanos de los niveles más altos del
gobierno; estos funcionarios ayudan a las FARC
a salvaguardar sus áreas de operación, obtener
armas y transportar drogas ilegales a través
de Venezuela con rumbo hacia otros destinos.
En 2008, el Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos formuló cargos contra dos altos
funcionarios venezolanos, Hugo Armando
Carvajal Barrios, director de Inteligencia Militar
de Venezuela, y Henry de Jesús Silva, jefe de los
Servicios de Prevención e Inteligencia, además
del ex funcionario Ramón Emilio Chacín, por
“ayudar de manera sustancial” a las actividades de
narcotráfico de las FARC.97 Una declaración del
Departamento del Tesoro estadounidense apunta
que estos funcionarios “armaron, patrocinaron
y financiaron a las FARC, sin importar que este
grupo ha aterrorizado y secuestrado a inocentes.”98
En diciembre de 2004, Rodrigo Granda fue
secuestrado por cazarrecompensas mientras asistía
al Segundo Congreso Bolivariano de los Pueblos,
celebrado en Caracas. En su calidad de “ministro
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
de relaciones exteriores” de las FARC, la función de
Granda era establecer contactos en Latinoamérica,
en busca de apoyo para las actividades de su
grupo. Para el momento de su secuestro, había
estado viviendo en Caracas desde hacía dos años,
después de que el gobierno de Chávez le hubiese
concedido la nacionalidad venezolana.99 En julio
de 2009, el gobierno de Suecia pidió a Venezuela
que explicara de qué manera armas de fabricación
suecas fueron a parar a manos de rebeldes de las
FARC. En clara violación a los acuerdos de licencia
de usuario final, este descubrimiento puso en
entredicho las ventas futuras de armas suecas a
Venezuela y estiró aún más las ya tensas relaciones
entre Caracas y Bogotá.100 Más recientemente,
una acusación formulada por un fiscal de la Corte
Suprema de España implicó a miembros de alto
rango del régimen de Chávez en la cooperación
entre las FARC y la ETA en España (organización
separatista vasca, Euskadi Ta Askatasuna) para
intercambiar conocimientos en materia de tácticas
terroristas e incluso planificar el secuestro de
funcionarios como el ex presidente de Colombia
Andrés Pastrana.101
Las FARC también han transformado a Venezuela
en un punto importante de salida para los
cargamentos de drogas ilegales hacia Norteamérica
y África Occidental. En 2005, Venezuela
puso fin oficialmente a su cooperación con la
Agencia Federal Antidrogas (Drug Enforcement
Administration, mejor conocida por sus siglas en
inglés, DEA) estadounidense. Desde entonces,
el tráfico de drogas en territorio venezolano ha
experimentado un súbito incremento, a medida
que los esfuerzos estadounidenses para cerrar
las rutas del Caribe comenzaron a tener efecto.102
Mientras Colombia ha tenido mayores éxitos en
el control de su espacio aéreo, Venezuela se ha
convertido en una ruta clave para el transporte
de drogas desde los países andinos. En la Figura 5
se muestra el descenso del número de vuelos de
la droga procedentes de Colombia junto con el
36  |
concurrente aumento en el número de vuelos
procedentes de Venezuela.
LA ALIANZA IRÁN-VENEZUELA
Un segundo aspecto importante en las iniciativas
criminales de Venezuela es la manera como ha
ofrecido una puerta de entrada al hemisferio a otro
estado que patrocina el crimen: Irán. Aunque la
presencia de un autoproclamado enemigo de los
Estados Unidos en Venezuela causa preocupación,
no es ilegal. Lo que sí es ilegal es el grado en que
ambos países cooperan para patrocinar a actores
criminales, estatales y no estatales, de formas que en
última instancia debilitan la seguridad de la región.
Hace tiempo que Irán participa en el comercio
ilegal a través de Hezbollah y de ministerios
que ayudan a Teherán a evadir las sanciones
internacionales. Un artículo publicado
recientemente en la revista Newsweek estimaba en
alrededor de 12 mil millones de dólares anuales
la industria del contrabando en Irán, la mayor
parte de la cual se encuentra bajo el control de
la Guardia Revolucionaria Iraní.103 Diversos
analistas han descrito a la Guardia Revolucionaria
Iraní con “la estructura de una red mafiosa,
con docenas de negocios aparentemente legales
que sirven de fachada para ocultar a empresas
ilegales o lavanderías de dinero.”104 Según el
gobierno estadounidense, Irán es también el estado
exportador de terrorismo más activo del mundo.105
Venezuela, con sus vínculos con los cárteles y su
asociación con las FARC, también ha brindado
apoyo al terrorismo internacional, aunque los
Estados Unidos no lo hayan catalogado como país
patrocinante del terrorismo.106 La relación entre
las redes criminales de ambos países patrocinadas
por el estado magnifica las capacidades de
organizaciones narcotraficantes y grupos
terroristas como las FARC y Hezbollah.
Las buenas relaciones entre Venezuela e Irán datan
desde antes del régimen de Chávez y se remontan
a la década de los ’60, cuando ambos países
Porcentaje de vuelos de transporte de drogas
FIGURA 5: AUMENTO EN EL NÚMERO DE VUELOS DE TRANSPORTE DE DROGAS PROCEDENTES DE VENEZUELA107
Año
Fuente: Sistema Nacional de Incautaciones (National Seizure System, NSS), Centro de Inteligencia El Paso, citado en la Política Nacional para el Control de Drogas para 2010
(2010 National Drug Control Policy).
fundaron conjuntamente la OPEP; sin embargo,
los lazos estrechos entre Chávez y Ahmadinejad
representan una nueva etapa de las relaciones.
Funcionarios estadounidenses como el Fiscal
del Distrito de Manhattan Robert Morgenthau
han expresado su preocupación porque “nadie se
ocupa lo suficiente de la amenaza que supone la
conexión Irán-Venezuela” para la seguridad de
los Estados Unidos.108 El Secretario de la Defensa
Robert Gates también expresó su preocupación en
una declaración emitida en enero de 2009 sobre
las actividades internacionales de Irán.109 Chávez
y Ahmadinejad son ruidosamente hostiles hacia
los Estados Unidos e invocan la necesidad de
“salvar a la humanidad y acabar con el imperio
de los Estados Unidos.”110 Un experto resume esta
relación de la siguiente manera:
En los últimos años, Irán ha creado una red de
infraestructuras en Latinoamérica y el Caribe,
concentradas especialmente en Venezuela, pero
también en Ecuador, Bolivia, Centroamérica y
Panamá, y se ha implicado en el financiamiento
de organizaciones terroristas, el narcotráfico,
el contrabando y la fabricación de armas, el
lavado de dinero, el suministro de precursores
químicos a los cárteles de la droga colombianos y
el contrabando de diamantes.111
Las transacciones entre Irán y Venezuela implican
el movimiento internacional no controlado de
drogas, dinero, armas y personas. A partir de
marzo de 2007 y hasta hace muy poco, Air Iran
volaba entre Teherán y Caracas haciendo escala
en Damasco, Siria. Los vuelos aparentemente
llevaban únicamente pasajeros oficiales, que
pasaban un control de inmigración superficial.112
Los relajados controles de inmigración alarmaron
a funcionarios estadounidenses, quienes señalan
que los pasaportes venezolanos aparentemente
son fácilmente asequibles para todas las personas
que llegan y que se han emitido a una cantidad de
viajeros procedentes de Siria, Yemen, Irán y otros
países del Oriente Medio conocidos por cobijar a
terroristas. En noviembre de 2008, las autoridades
turcas interceptaron 22 contenedores de transporte
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
identificados como “piezas de tractores” que
partieron de Irán con destino a Venezuela y que en
realidad contenían sustancias químicas y equipos
de laboratorio para la fabricación de bombas.113
“Lo que había en su interior,” según se citó a un
funcionario turco, “era suficiente para equipar
un laboratorio de explosivos.”114 Igualmente, en
septiembre de 2006, Rodolfo Sanz, Ministro de
Industrias Básicas de Venezuela, anunció que
“Irán nos está ayudando a hacer sondeos aéreos
geofísicos y análisis geoquímicos” para buscar
uranio en un área prometedora cerca de la frontera
con Guyana.115
Venezuela también proporciona a Teherán una
base potencial desde la cual lanzar “ataques
asimétricos,” como ha dicho Ahmadinejad, en la
puerta trasera de América. Un experto testificó
que Irán podría estar buscando “desarrollar una
capacidad rudimentaria de represalia contra los
Estados Unidos a través de Latinoamérica en
el caso de que Irán sufriese un ataque o fuese
invadido.”116 Ejemplo de ellos sería un ataque
mediante células durmientes contra intereses
estadounidenses en Latinoamérica o en los
mismos Estados Unidos en el caso de que se
produjera un ataque aéreo estadounidense o
israelí contra Irán.117 Aproximadamente desde
2006, asesores militares iraníes han servido
en el ejército venezolano, y se han unido a un
contingente fuerte de oficiales militares cubanos.118
La Guardia Revolucionaria Iraní, incluyendo
miembros de la Fuerza Quds de élite, opera en
Venezuela en funciones militares y civiles, en este
último caso administrando una serie de fábricas
que son propiedad o están bajo el control de Irán
en áreas remotas de Venezuela. Tanto la Guardia
Revolucionaria Iraní como Hezbollah, operando
a través de la embajada iraní, están acusados del
atentado con bombas perpetrado en 1994 contra
la Asociación Mutual Israelita Argentina en
Buenos Aires, Argentina. La Interpol identificó a
varios miembros principales del gobierno iraní,
38  |
incluyendo al actual ministro de la defensa, como
sospechosos de este caso.119
La presencia de la Fuerza Quds en Venezuela
debería ser un tema de especial preocupación para
los Estados Unidos, como se señala en informes
recientes del Departamento de la Defensa.120
Mientras la Guardia Revolucionaria Iraní
cumple una función mixta militar y comercial,
la Fuerza Quds se especializa en operaciones
de tipo terrorista y ha actuado contra fuerzas
estadounidenses en Irak. Algunos grupos de
inteligencia privados han especulado que las
FARC y posiblemente otros grupos guerrilleros
anticolombianos estén siendo entrenados por la
Fuerza Quds, de manera similar al apoyo que
la Fuerza Quds brinda a grupos terroristas en
Irak.121 Dada la cercana relación del gobierno de
Chávez con miembros de los cárteles mexicanos
y la experiencia de la Fuerza Quds en artefactos
explosivos improvisados transportados por
vehículos, la aparición de los primeros artefactos
de este tipo en México es particularmente
preocupante.122
Irán también utiliza a Venezuela como facilitador
para cometer otros crímenes internacionales:
la circunvención de las sanciones económicas
impuestas por la ONU y los Estados Unidos y el
lavado de fondos ilícitos con el fin de financiar los
programas armamentistas iraníes. En enero de
2008, Irán abrió en Caracas el Banco Internacional
de Desarrollo C.A. (BID), una filial independiente
del Banco de Desarrollo de las Exportaciones de
Irán. En octubre de ese mismo año, la Oficina de
Control de Activos Extranjeros (Office of Foreign
Assets Control, OFAC) del Departamento del
Tesoro de los Estados Unidos impuso sanciones
económicas estadounidenses contra ambos
bancos por proporcionar servicios financieros al
Ministerio de la Defensa de Irán y Logística de las
Fueras Armadas, las dos oficinas militares iraníes
encargadas de apoyar el programa nuclear de
Irán.123 En abril de 2009, se creó el Banco IránVenezuela en ambos países con una inversión
inicial de 100 millones de dólares.124 Al respecto,
un experto expresó: “Toda esta actividad está
concebida para facilitar el financiamiento de . . .
organizaciones terroristas . . . y circunvenir las
sanciones financieras impuestas por los Estados
Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas.
El Banco de Desarrollo de las Exportaciones de
Irán ahora abrió una sucursal en Quito, Ecuador.
El Departamento del Tesoro ha sancionado
a los bancos iraníes y a diversos individuos,
pero hasta ahora no ha sancionado a ningún
banco venezolano.”125
PERSPECTIVAS DE FUTURO
Venezuela plantea múltiples retos para los
legisladores estadounidenses. El gobierno de los
Estados Unidos tradicionalmente ha tratado a
Venezuela con “benigna indiferencia,” ignorando
las provocaciones de Chávez para evitar un
estallido regional. El problema de esta política
es que ha conducido a una pobre recolección de
datos de inteligencia y a una tendencia a evitar
considerar otras opciones de política, como por
ejemplo el costo y los beneficios de imponer
sanciones orientadas hacia elementos del gobierno
de Chávez. Al mismo tiempo, las posibilidades
de influir contra el régimen de Chávez siguen
siendo limitadas. Condenarlo públicamente
es hacerle el juego a la propaganda de Chávez,
quien no tarda en denunciar al “imperialismo
yanqui,” mientras que si se tomaran medidas tales
como las sanciones, se corre el riesgo de dañar y
marginar a una parte del pueblo venezolano que, a
diferencia de su presidente, mantiene una opinión
en gran parte positiva o neutral sobre los Estados
Unidos.126
En el futuro, los legisladores estadounidenses
deberán hacer frente también a otras interrogantes.
La primera de ellas es cuán ilegal se volverá el
estado venezolano con el fin de perpetuar el control
Aunque el gobierno
venezolano actual ha
sido fagocitado por
intereses criminales, la
ausencia de un sustituto
políticamente viable
para Chávez hace
factible que en el futuro
se produzca un peligroso
vacío de poder.
de Chávez sobre el poder; los fondos procedentes
de actividades delictivas podrían ayudar a crear un
colchón para los déficits presupuestarios. Al final,
Venezuela podría involucionar para convertirse
en un narcoestado fallido en la región andina, con
un gobierno apoyado por servicios de seguridad
al estilo cubano e iraní, mientras Chávez y sus
aliados se pasan a consolidar sus relaciones con
el crimen internacional en toda la región.127 La
segunda interrogante es si existe algún futuro
post-Chávez que suponga mayores o menores
retos para la estabilidad regional. Aunque el
gobierno venezolano actual ha sido fagocitado por
intereses criminales, la ausencia de un sustituto
políticamente viable para Chávez hace factible
que en el futuro se produzca un peligroso vacío
de poder. A menos que el gobierno de Chávez
sea sustituido por un sucesor viable, centrista y
constitucional, el futuro de Venezuela tiene el
potencial de ser una lucha caótica de todos contra
todos en la que el poder de los grupos delictivos
campee a sus anchas.
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Los demás países de la región andina:
Bolivia, Ecuador y Perú
BOLIVIA
En Bolivia, la elección de Evo Morales le dio a
Chávez un socio ideológico. Respaldado por una
revuelta de votantes en la que participó la mayoría
indígena más pobre del país, con frecuencia
ignorada, en 2008 Morales ordenó el cese de las
actividades de la DEA estadounidense en Bolivia.
Esta agencia había conducido desde hacía tiempo
operaciones conjuntas con oficiales de las fuerzas
bolivianas del orden público contra la producción
ilegal de coca. En enero de 2009, los últimos
agentes de la DEA abandonaron Bolivia, poniendo
así fin a una presencia de 35 años, justo cuando
se legalizó la producción de coca boliviana y ésta
experimentaba un aumento.128
ECUADOR
Aun cuando con frecuencia no se le presta
atención, Ecuador se ha convertido en un centro
privilegiado para el crimen organizado debido a
una serie de razones, entre ellas un sistema judicial
débil, la ausencia de requisitos para obtener visa
para la mayoría de los países del mundo y unas
leyes financieras permisivas. La dolarización de la
economía ecuatoriana tras el colapso económico
nacional del año 2000 también facilitó a los grupos
criminales lavar dinero sin necesidad de cambiar
de divisa. A pesar de que en Ecuador pueden
encontrarse sindicatos criminales que van desde
las mafias rusas hasta las triadas asiáticas, las
FARC siguen siendo el principal grupo armado
ilegal en este país. Y aunque Ecuador no es
un productor de coca importante, el conflicto
colombiano desde hace tiempo ha afectado
a todos su territorio. Desde que los militares
colombianos lograron en años recientes reducir
el territorio controlado por las FARC, Ecuador,
al igual que Venezuela, se ha vuelto un albergue
seguro al que las FARC se repliegan.129 Además,
las incautaciones recientes de drogas demuestran
que las FARC han pasado de ser meros traficantes
40  |
de cocaína a través de Ecuador y han comenzado a
refinarla allí mismo.130
PERÚ
El gobierno de Perú coopera plenamente con
el gobierno estadounidense en todo lo relativo
a la lucha antidroga. Perú es el segundo país
cultivador de coca y productor de cocaína más
grande del mundo, aunque también es uno de los
lugares donde mayor impulso han conseguido los
programas de desarrollo alternativo financiados
por los Estados Unidos para reconducir a
los cultivadores locales hacia otros cultivos
distintos de la hoja de coca. El Departamento
de Estado lo ha instado a dedicar más recursos
a la implantación de sus planes y operaciones
antidrogas.
Centroamérica
La importancia de Centroamérica como principal
ruta del narcotráfico está aumentando a medida
que las operaciones de interdicción marítima
obligan a los traficantes a usar rutas terrestres y
los cárteles mexicanos se reubican en áreas menos
vigiladas por las fuerzas de la ley. El Salvador,
Honduras y Guatemala, que ya deben lidiar
contra algunas de las tasas de homicidio más
elevadas del mundo, tienen una gran cantidad
de ex combatientes entre su población como
personal disponible para los cárteles y las pandillas
de la droga. Panamá ha estado relativamente
libre de la violencia de pandillas a gran escala,
aunque hay informes que indican la existencia de
actividades de los principales cárteles en el sector
bancario. La política inestable de Nicaragua y
las próximas elecciones de 2011 dificultan hacer
cualquier pronóstico. El presidente Ortega es otro
aliado de Chávez, abierto a permitir la presencia
de agentes iraníes en Managua. El Salvador
probablemente se mantenga relativamente estable,
con una democracia de inclinaciones izquierdistas
débilmente asociada a Venezuela pero que
sigue cada vez más su propio camino; tanto El
Salvador como Honduras, que se recuperará de
la sustitución ilegal de su presidente ocurrida en
2009, seguirán combatiendo a pandillas criminales
como la MS-13, con sede en El Salvador.
El gobierno notoriamente corrupto de Guatemala
tiene poco control sobre su frontera norte, un área
que es cada vez más usada como refugio por los
cárteles y las pandillas.131 Ciudad de Guatemala
está registrando niveles récord de crímenes
violentos, al mismo tiempo que la ciudad vive un
auge en la construcción de rascacielos que tienen
una tasa de ocupación de apenas 25 por ciento,
lo que normalmente es un síntoma de lavado de
dinero a gran escala.132 A pesar de los esfuerzos
de ciertos funcionarios elegidos, no es probable
que Guatemala se reforme en el futuro cercano.
Es posible que ocurra un colapso civil o que
los cárteles de la droga tomen el control de las
instituciones civiles, pero el futuro más probable es
que el estado siga debatiéndose como un gobierno
ineficaz y corrupto que en términos generales es
incapaz de mantener la ley y el orden ni siquiera en
las áreas urbanas.
Belice desempeña un papel importante al apoyar
la infraestructura de transbordo de la droga
de los cárteles colombianos. Asimismo es un
centro para la importación de cantidades masivas
de pseudoefedrina fabricada en Asia para la
producción de la metanfetamina mexicana.
Al igual que ocurre en muchos otros países
centroamericanos, su gobierno es vulnerable a la
corrupción de la droga. La influencia iraní en la
región va en aumento. Centroamérica será una
región clave y problemática en el futuro previsible,
aunque también una región donde la asistencia
estadounidense será bienvenida en general.
|  41
Capítulo III:
CÁRTELES Y PANDILLAS EN LOS ESTADOS UNIDOS
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
I I I . C Á R T E L E S Y PA N D I L L A S
E N LO S E S TA D O S U N I D O S
El crimen transnacional desde la región andina
hasta México repercute directamente en los
Estados Unidos. Las operaciones de los cárteles
en los Estados Unidos no han llegado al nivel de
insurgencia, como sucede en México, ni amenazan
con debilitar el gobierno o el orden cívico a
nivel nacional, como lo hacen en Guatemala
o en otros países de América Central. Como
se mencionó anteriormente, estas operaciones
desafían el bienestar nacional, en lugar de la
seguridad nacional. Sin embargo, su influencia está
aumentando con la difusión de la cultura de las
pandillas.133 La Oficina Federal de Investigaciones
(FBI) informa que la actividad de las pandillas
se está difundiendo a nivel nacional, tal como
lo hace a nivel mundial.134 A pesar de que los
abnegados profesionales de las fuerzas del orden
público realicen sus mejores esfuerzos, en algunas
ciudades, las pandillas –que conforman los
puntos de venta minoristas de estupefacientes
de los cárteles– directamente controlan grandes
territorios y afectan indirectamente la conducta de
gran cantidad de personas.
Al conformar el mercado de drogas más amplio
del hemisferio, los Estados Unidos son un imán
para los cárteles y sus aliados. Actualmente,
se encuentran activas “sucursales” del cártel
mexicano en más de 230 ciudades estadounidenses
y canadienses135 y dominan la distribución
mayorista de drogas en todos los Estados Unidos,
según reconoce el Departamento de Justicia y lo
resume en Wall Street Journal:
Los cárteles mexicanos ya están extendiendo
sus tentáculos por la frontera. Recientemente, el
Departamento de Justicia de los Estados Unidos
informó que las pandillas mexicanas son la
“mayor amenaza del crimen organizado para
los Estados Unidos” y operan en al menos 230
ciudades y pueblos. Los crímenes relacionados
con los cárteles mexicanos se están extendiendo
hacia el sudoeste. Phoenix sufrió más de 370
casos de secuestros durante el último año,
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2 0 1 0
Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
convirtiéndose en la capital de los secuestros de
los Estados Unidos. La mayoría de las víctimas
eran inmigrantes ilegales o estaban vinculadas a
la venta de drogas.136
La insurgencia criminal mexicana amenaza cada
vez más la seguridad de la región fronteriza, en
particular para las personas que deben cruzar la
frontera diariamente para trabajar. A medida que
la frontera se convierte en un punto crítico, es
frecuente oír declaraciones como la siguiente de un
residente de Arizona:
Una semana antes del asesinato (de un ranchero
de Arizona) Bob y su hermano Phil… sacaron
del rancho una enorme cantidad de drogas que
encontraron en camiones. Una semana antes,
un ranchero cerca de Naco hizo lo mismo. Dos
noches después, los pandilleros entraron en su
casa, lo golpearon a él y a su esposa, y les dijeron
que si se enteraban de que habían tocado algo de
droga regresarían y los matarían.137
Calcular con exactitud la magnitud de la
“ola de violencia” es difícil, en parte debido
al éxito de las pandillas al mezclarse en sus
entornos locales y las presiones políticas de los
gobiernos locales —algunos restan importancia
a la violencia para evitar estigmas, mientras que
otros la exageran. Aun con una disminución
general de los índices de criminalidad en la
región fronteriza,138 el número de secuestros
en las ciudades estadounidenses cercanas a la
frontera se ha incrementado en los últimos años,
debido a que los cárteles o grupos escindidos de
delincuentes se han infiltrado o concentrado en las
grandes poblaciones de inmigrantes. No obstante,
a pesar de que los cárteles se han vuelto más
organizados al atacar a rancheros aislados, hasta
ahora se han abstenido de apuntar a los agentes
estadounidenses. Si bien el Departamento de
Justicia informa que los ataques contra los agentes
de la patrulla fronteriza “aumentaron un 46 por
ciento, de 752 incidentes en el año fiscal 2006 a 1
46  |
097 incidentes en el año fiscal 2008,” la mayoría de
estos incidentes se caracterizó porque se arrojaron
piedras,139 y el Servicio de Aduanas y Protección
Fronteriza (CBP) afirma que la probabilidad de que
los agentes de la patrulla fronteriza sean atacados
es mucho menor que la de sus pares de la policía en
entornos urbanos más poblados.140 En general, la
frontera está más segura que nunca en la historia
de los Estados Unidos; sin embargo, los incidentes
aislados de violencia relacionada con las drogas y
que tienen gran notoriedad están en aumento, al
igual que la percepción de ausencia de la ley.141 Es
frecuente ver avisos que demarcan amplias áreas
de parques nacionales y reservas a lo largo de la
frontera, advirtiendo a los residentes que no se
aventuren a pasar por estos lugares que se conocen
como puntos de gran actividad de los traficantes.
Una victoria significativa –aunque involuntaria–
que han obtenido los cárteles es el grado de tensión
que ahora existe en la frontera, lugar que antes era
una zona fraternal y relativamente sin vigilancia en
los dos países.142
Sin embargo, los cárteles no son sólo un problema
fronterizo. Sus operaciones se han ampliado
tanto y la cultura de las pandillas se ha extendido
tan rápidamente en los Estados Unidos, que las
ciudades más importantes del país están cada
vez más preocupadas acerca de las operaciones
de las pandillas y los cárteles en sus áreas. Todas
las principales ciudades de los Estados Unidos y
la mayoría de las demás ciudades pequeñas están
experimentando la repercusión de los cárteles a
medida que la violencia aumenta y su influencia se
extiende.143 En Atlanta, por ejemplo, las compañías
de noticias han informado que las pandillas de
drogas están tan bien organizadas y armadas que
“los testigos han confundido sus ataques [entre
las mismas pandillas] con operaciones del equipo
SWAT (agentes de armas y tácticas especiales).”144
Sin embargo, hasta ahora el impacto político de
los cárteles y las pandillas en los Estados Unidos
no ha alcanzado el nivel que ha logrado en el resto
FIGURA 6: CIUDADES ESTADOUNIDENSES DONDE OPERAN ORGANIZACIONES DE TRÁFICO DE DROGAS MEXICANAS
Alabama
Albertville, Birmingham,
Decatur, Dothan, Huntsville,
Mobile, Montgomery
Alaska
Anchorage
Arizona
Douglas, Glendale, Naco,
Nogales, Peoria, Phoenix,
Sasabe, Sierra Vista, Tucson,
Yuma
Arkansas
Fayetteville, Fort Smith,
Little Rock
California
Alameda, Bakersfield,
Calexico, Chula Vista,
El Centro, Elk Grove,
Escondido, Fresno, Garden
Grove, Goshen, Hacienda
Heights, Hayward,
Los Ángeles, Oakland,
Oceanside, Otay Mesa,
Oxnard, Perris, Porterville,
Riverside, Sacramento, San
Bernardino, San Diego, San
Francisco, San Jose, Santa
Ana, Stockton, Temecula,
Tulare, Westminster
Colorado
Aurora, Colorado Springs,
Denver, Fort Collins, Greely,
Olathe, Pueblo
Connecticut
Delaware
Maine
Nueva York
Tennessee
Distrito de
Columbia
Maryland
Carolina del Norte
Texas
Washington
Baltimore, Frederick,
Greenbelt
Florida
Massachusetts
Wilmington
Fort Lauderdale,
Jacksonville, Lakeland,
Miami, Orlando, Tampa
Georgia
Atlanta
Hawái
Hilo, Honolulu, and Kona.
Idaho
Boise, Caldwell, Idaho Falls,
Nampa, Pocatello, Twin Falls
llinois
Chicago, East St. Louis, Joliet
Portland
Albany, Buffalo, New York
Boston, Fitchburg
Asheville, Burlington,
Charlotte, Durham,
Greensboro, Hendersonville,
Raleigh, Wilmington, Wilson,
Winston-Salem
Michigan
Dakota del Norte
Minnesota
Ohio
Detroit, Kalamazoo
Minneapolis, St. Cloud, St.
Paul
Mississippi
Hattiesburg, Jackson
Bismark
Akron, Canton, Cincinnati,
Cleveland, Columbus,
Dayton, Hamilton, Toledo,
Youngstown
Virginia
Montana
Oklahoma City, Ponca City,
Tulsa
Oregon
Washington
Kansas City, St. Louis
Billings, Helena
Nevada
Pennsylvania
Nuevo Hampshire
Rhode Island
Kentucky
Nueva Jersey
Carolina del Sur
Lexington, Louisville
Atlantic City, Camden, Newark
Louisiana
Nuevo México
Iowa
Des Moines
Kansas
Dodge, Kansas City, Liberal,
Wichita
Baton Rouge, Lafayette, New
Orleans, Shreveport
Utah
Missouri
Nebraska
Fort Wayne, Gary, Indianapolis
Alpine, Amarillo, Austin,
Beaumont, Big Springs,
Brownsville, Corpus Christi,
Dallas, Del Rio, Eagle Pass,
Edinburg, El Paso, Fabens,
Fort Hancock, Fort Stockton,
Fort Worth, Hidalgo, Houston,
Laredo, Lubbock, McAllen,
Midland, Midway, Mission,
Odessa, Pecos, Presidio,
Rio Grande City, Roma, San
Antonio, Tyler, Waco
Oklahoma
Eugene, Klamath Falls,
Medford, Portland,
Roseburg, Salem
Indiana
Knoxville, Memphis, Nashville
Omaha
Las Vegas, Reno
Greenville
Albuquerque, Columbus,
Deming, Las Cruces
Philadelphia, Pittsburgh
Providence
Charleston, Columbia,
Florence, Greenville, Myrtle
Beach
Dakota del Sur
Sioux Falls
Hartford
Fuente: Informes de las fuerzas del orden público federales, estatales y locales del 1.º de enero de 2006 hasta el 8 de abril de 2008.
Ogden, Provo, Salt Lake City
Arlington, Galax, Richmond
Auburn, Bellingham,
Centralia, Ephrata, Everett,
Federal Way, Ferndale,
Goldendale, Milton, Monroe,
Olympia, Port Angeles,
Renton, Richland, Seattle,
Selah, Shelton, Spokane,
Sultan, Sunnyside, Tacoma,
Toppenish, Vancouver,
Yakima
Wisconsin
Milwaukee, Sheboygan
Wyoming
Casper, Cheyenne, Rock
Springs
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
del mundo.145 Los políticos estadounidenses no
muestran los niveles de corrupción históricamente
encontrados en México y en otros países de
América Latina. Además, si bien los mismos
miembros del cártel que cometen asesinatos en
México también operan en los Estados Unidos,
hasta ahora el poder de vigilancia más eficaz de
las diversas organizaciones de orden público en
los Estados Unidos –la policía local y estatal, la
DEA, el FBI y otros– ha impedido, en general, la
intimidación y criminalidad a gran escala que se
observa en México y en otros países del mundo.
Sin embargo, en los Estados Unidos las pandillas
de narcotraficantes intentan continuamente
corromper al personal local de las fuerzas del
orden público, y en algunas ocasiones tienen
éxito. Un funcionario ha advertido que “las
organizaciones criminales transnacionales están
realizando un esfuerzo coordinado para infiltrarse
en la patrulla del Servicio de Aduanas y Protección
Fronteriza de los Estados Unidos, mediante
iniciativas de contratación y acuerdos con agentes y
oficiales estadounidenses.”146
A pesar de que muy pocos líderes de cárteles viajan
a los Estados Unidos por miedo a ser detenidos,
cada año, el personal de las fuerzas del orden
público de los Estados Unidos arresta a cientos de
miembros de cárteles de menor rango en el país.
Por ejemplo, después de una investigación que duró
dos años (Operación X-Cellerator) y abarcó tres
países –Los Estados Unidos, México y Colombia–
la DEA arrestó a 755 personas en California,
Miami y Maryland, confiscó más de 59 millones de
dólares en efectivo, toneladas de diversas drogas,
149 vehículos, tres aviones, tres buques marítimos
y más de 150 armas; además, la operación afectó
las operaciones de un cártel de Canadá.147 La
Operación X-Cellerator es apenas una de una gran
cantidad de operaciones que realizan anualmente
la DEA y las fuerzas del orden público. La
detención de tantos agentes es un indicador de la
presencia cada vez mayor de miembros de cárteles
48  |
en los Estados Unidos, y demuestra que éstos están
aumentando sus vínculos con las pandillas locales
y transnacionales.
El crecimiento de pandillas transnacionales en
los Estados Unidos, los brazos “minoristas” de los
cárteles, es un fenómeno relativamente nuevo y
peligroso del crimen en este país. Las pandillas,
en especial determinadas pandillas de latinos,
fomentan su cultura violenta e inmoral, lo que
amplía el alcance de los cárteles hasta lo más
profundo de la sociedad cívica estadounidense.
Incluso algunos cárteles son cautos y tienden a
no afiliarse directamente con algunas pandillas,
debido a su carácter violento e impredecible. Un ex
jefe de operaciones de la DEA indicó:
Existe gran cantidad de pruebas que
señalan claramente la renuencia de los
cárteles a desarrollar alianzas con pandillas
transnacionales como la MS-13; creen que no se
puede confiar en estas pandillas y las consideran
una importante amenaza. Los cárteles nunca
pierden la oportunidad de abastecer a las
pandillas transnacionales y locales, a través
de sus agentes subordinados en el área de los
Estados Unidos y toda América Latina, pero se
han negado a formar alianzas.148
Mientras que los Estados Unidos cuentan con
gran cantidad de pandillas que operan en la
mayor parte del territorio local, algunas de
origen extranjero —particularmente pandillas
de latinoamericanos– se han desarrollado a nivel
local pero continúan actuando en un marco
transnacional. La mayoría de las pandillas, ya
sean locales o transnacionales, venden en forma
minorista drogas que ingresan al país a través de
las redes del cártel y contribuyen a los entornos que
fomentan la violencia, la inestabilidad y el desorden
en las ciudades y pueblos estadounidenses. A pesar
de que la inestabilidad generalizada no está presente
en los Estados Unidos con las mismas proporciones
del cártel mexicano, algunas áreas específicas de
las ciudades estadounidenses luchan por mantener
la ley y el orden. Para el estadounidense promedio,
las manifestaciones “tácticas,” que implican una
amenaza más cercana de las redes de los cárteles,
son las pandillas sobre las cuales leen en los
periódicos locales o que pintan grafitis en las
tiendas de autoservicio locales.
PANDILLAS TRANSNACIONALES
Las grandes pandillas transnacionales que ahora
se encuentran en escena son diferentes de las
pandillas locales en cuanto a su organización e
inclinación por la violencia.149 Estas pueden incluir
grupos nacionalistas más tradicionales como la
mafia rusa, pero las pandillas particulares del
hemisferio occidental, en las cuales se centra este
estudio, son principalmente pandillas latinas
como la MS-13 (Mara Salvatrucha), 18th Street
Gang y otros grupos como la mafia mexicana
o Mexikanemi. La MS-13 posee entre 6 000 y
10 000 miembros en los Estados Unidos y Calle
18 suma aproximadamente 30 000 miembros
estadounidenses. Hay miles de otros miembros en
América Central (principalmente en El Salvador,
Honduras y Guatemala), en donde desafían a
las autoridades locales encargadas de controlar
las calles y ciudades.150 Las pandillas latinas que
más preocupan se diferencian por un carácter
cerrado, disciplina estricta y frecuente uso de
la violencia extrema como recurso. Poseen un
alcance internacional, de sur a norte, que abarca
desde América del Sur y América Central hasta
los Estados Unidos y Canadá. En algunos casos,
los reclutas poseen entrenamiento militar previo o
experiencia previa en combate en América Central,
y sus empresas criminales se encargan de todo tipo
de actividades, desde drogas ilegales y extorsión
hasta asesinatos por encargo y robo, entre otras.
Las golpizas, violaciones, asesinatos y mutilaciones
se utilizan con frecuencia para reclutar miembros
para la pandilla e imponer disciplina. La MS-13
es una representación del tipo de desafío para la
sociedad que implican las pandillas.
MS-13
Desde sus comienzos en el área de Rampart
en Los Ángeles en la década de 1980, la Mara
Salvatrucha (también conocida como MS-13)
ha evolucionado hasta convertirse en una
red criminal internacional de crecimiento
descontrolado y gran sofisticación. Las agencias
estadounidenses del orden público estiman
que actualmente operan alrededor de 10 000
miembros de la red MS-13 en los Estados Unidos,
con aproximadamente 50 000 miembros en
todo el mundo.151 La MS-13 ahora opera en 30
estados de los Estados Unidos, Canadá, México
y América Central, lo que incluye a pandillas de
proporciones considerables en la costa oeste, el
área de Washington, D.C. y todo el resto de los
Estados Unidos.152 Las operaciones de las pandillas
y sus miembros se encuentran cada vez más en
áreas suburbanas y rurales.
Según los oficiales de las fuerzas del orden
público, la Mara Salvatrucha está sumamente
involucrada en la distribución de drogas
mexicanas, así como en casos de homicidio,
prostitución, ataques, robo de automóviles,
extorsión e intimidación, asaltos y hurtos.153
La MS-13 es una organización “de redes,”
sumamente eficaz y bien organizada, con líderes
en América Central que transmiten órdenes a
líderes regionales, quienes, a su vez, están al
mando de los miembros de las clicas o células.
Generalmente, una célula de la MS-13 está
compuesta por aproximadamente 30 miembros.154
La disciplina se impone estrictamente e incluye
el asesinato de informantes. Los oficiales del
Departamento de Policía de Los Ángeles informan
que hasta un 90 por ciento de los miembros de
la MS-13 en el área de Los Ángeles ingresó al
país ilegalmente.
PANDILAS LOCALES
Las pandillas locales contribuyen con el fenómeno
de las pandillas transnacionales de diversas
maneras: distribuyen drogas, identifican y validan
reclutas y contribuyen con el ambiente general de
desorden en las áreas en donde las pandillas alteran
las comunidades y ponen a prueba a las fuerzas del
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
orden público. Conforman una parte importante
de la red nacional de los cárteles criminales.
Las pandillas locales
contribuyen con el
fenómeno de las pandillas
transnacionales de
diversas maneras:
distribuyen drogas,
identifican y validan
reclutas y contribuyen con
el ambiente general de
desorden en las áreas en
donde las pandillas alteran
las comunidades y ponen
a prueba a las fuerzas del
orden público. Conforman
una parte importante
de la red nacional de los
cárteles criminales.
Las pandillas “locales” pueden estar formadas por
un grupo local de jóvenes (tanto hombres como
mujeres) que se unen para pasar el rato y cometer
delitos menores, hasta “filiales” locales de grupos
nacionales como Crips, Bloods, Gangster Disciples,
Hells’ Angels y otras. Poseen colores, tatuajes y
señas que los caracterizan, que pueden difundirse
a través de los medios de comunicación, de boca
50  |
en boca o a través de los sitios de redes sociales
en Internet. La cantidad de miembros podría
ascender a decenas de miles. Por ejemplo, los Black
Gangster Disciples, que ahora están abocados a la
distribución de drogas a nivel minorista, suman
más de 30 000 miembros. Durante años, su líder
los dirigió desde la celda en una cárcel estatal,
desde donde solía ordenar los asesinatos y tomar
las decisiones corporativas de la pandilla. Algunos
miembros de los Gangster Disciples han ingresado
a la política y han sido elegidos para ocupar cargos
políticos.155 Algunos expertos creen que Crips y
Bloods, que son ejemplos de pandillas locales, son
mucho más sofisticadas desde el punto de vista
de la organización y el funcionamiento, que sus
rivales internacionales como la MS-13 y otros.156
Como regla, los miembros de las pandillas locales
compiten por territorios, respeto o participación
en los mercados de droga locales. Según las
condiciones de su ciudad, las pandillas podrían
incluir tanto a niños como a niñas, hombres y
mujeres, y todas las razas y clases económicas,
a pesar de que predominan los hombres, latinos
y afroamericanos. Si bien algunas pandillas
“locales” pueden no ser tan organizadas o violentas
como las pandillas internacionales, éstas son lo
suficientemente viciosas como para atemorizar a
sus vecindarios y escuelas, llevar a cabo guerras
brutales por territorios y matarse entre ellos –y,
a veces, a personas inocentes que entran en la
línea de fuego–. Las pandillas locales tienden a
tener bases geográficas y reclutar jóvenes locales
de escuelas primarias o secundarias. La policía
de una localidad ha observado que si un joven
comienza a participar en una pandilla ya entrado
en la adolescencia –por ejemplo, a los 16 años– si
sobrevive, tiende a abandonar la pandilla a los 20
años. En cambio, si comienza a participar en una
pandilla antes –a los 10 años, aproximadamente– el
miembro tiene a permanecer activo en la pandilla
durante más tiempo.157
Las agencias estadounidenses antinarcóticos y sus responsabilidades
La administración de Obama
ha solicitado un financiamiento
de 15 500 millones de dólares
para el control del narcotráfico
durante el año fiscal 2011, a fin de
distribuirlo entre las ocho agencias
estadounidenses, entre las que se
encuentran los Departamentos
de Estado, Defensa, Justicia,
Seguridad Nacional y del Tesoro,
la Agencia para el Desarrollo
Internacional de los Estados Unidos
y la Agencia Central de Inteligencia.
Juntos, estos departamentos del
gabinete incluyen la DEA, el FBI, el
Servicio de Aduanas y Protección
Fronteriza (CBP), la Guardia
Costera de los Estados Unidos y el
Servicio de Inmigración y Control
de Aduanas (ICE), así como las
organizaciones menos conocidas
pero fundamentales como la Oficina
de Activos Extranjeros y la Red de
Aplicación Legal contra Delitos
Financieros (FinCEN).158
Fuera de los Estados Unidos,
el Departamento de Estado
tiene la responsabilidad general
de coordinar los programas
antinarcóticos implementados
por el gobierno de los Estados
Unidos, lo que incluye asistencia
a los programas antinarcóticos
de otros países. El Departamento
de Defensa posee la función
principal de detectar y controlar el
contrabando aéreo y marítimo de
drogas hacia los Estados Unidos,
y recoger, analizar y compartir
inteligencia sobre drogas ilegales
con las agencias del orden público
estadounidenses e internacionales.
Asimismo, el Departamento de
Defensa proporciona asistencia
antinarcótica a otros países, a fin
de entrenar, equipar y mejorar
las agencias correspondientes
de los gobiernos de otros países.
Para llevar a cabo la misión del
Departamento de Defensa, tres
comandos regionales se centran,
hasta cierto punto, en los narcóticos
y el terrorismo en el hemisferio
occidental; cada uno posee su
propio personal de inteligencia y
su propio enlace con otras agencias
del gobierno. El Comando Sur de
los Estados Unidos (SOUTHCOM),
con base en Miami, tiene la
responsabilidad de las iniciativas
militares estadounidenses en
América Latina, el sur de México y el
Caribe; el Plan Colombia comenzó
como una iniciativa entre militares,
hasta que el liderazgo político
colombiano amplió su alcance.
El Comando Norte de los Estados
Unidos (Northcom) aborda la
asistencia militar que los Estados
Unidos ofrecen a México y
proporciona cuarteles centrales en
los Estados Unidos para abordar
los problemas militares dentro del
país; sin embargo, no lleva a cabo
operaciones militares dentro de
los Estados Unidos. Por último,
El Comando de Operaciones
Especiales de los Estados Unidos
(SOCOM) apoya, mediante fuerzas
de operaciones especiales,
las iniciativas de los otros dos
comandos y mantiene una función
de recopilación de información de
inteligencia propia. Por más de una
década, los entrenadores de las
Fuerzas Especiales de los Estados
Unidos tuvieron un papel decisivo
al asistir en la reprofesionalización
de la milicia colombiana, durante
el período en que las FARC
aparentemente adquirían poder.
El Departamento de Justicia
(DOJ) es la agencia federal clave
en relación con las fuerzas del
orden público y, específicamente,
los cárteles de drogas y las
pandillas. Dentro del DOJ, la DEA,
el FBI, el Centro de Inteligencia
Nacional de Drogas (NDIC), las
Fuerzas Especiales contra el
Crimen Organizado y los Delitos
asociados al Narcotráfico (OCDETF)
y el Centro de Inteligencia de El
Paso (EPIC) cumplen funciones
importantes en los esfuerzos
antinarcóticos nacionales.
En las últimas décadas, la DEA ha
surgido como la agencia líder en
la guerra contra los cárteles. Con
5 500 agentes especiales y 900
analistas de inteligencia extendidos
en 227 oficinas dentro del país y 87
extranjeras, la DEA posee autoridad
legal para perseguir miembros de
cárteles tanto dentro como fuera
de los Estados Unidos; junto con el
FBI, es una de las pocas agencias
federales en ser naturalmente
“transnacionales” por sí mismas.
En las embajadas estadounidenses
en el extranjero, la DEA es la
única agencia de coordinación
para combatir las drogas ilegales.
Al asistir a la policía, preparar
casos y supervisar la extradición
de los cerebros detrás de las
drogas, la DEA se ha convertido
en la “antired” transnacional
estadounidense contra los cárteles,
al aportar conectividad regional
e internacional entre sus oficinas
en embajadas estadounidenses y
centros de inteligencia, y los fiscales
de todo el mundo.159 En Colombia,
por ejemplo, la DEA asiste a la
policía colombiana en la ubicación
y el inicio de acciones judiciales
contra los cerebros colombianos
detrás de las drogas de todo el
mundo –que también podrían
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ser buscados por las autoridades
militares. En los Estados Unidos, la
DEA opera un sofisticado programa
de análisis de inteligencia que no
sólo sirve para iniciar acciones
legales dentro del país, sino que
asiste a agentes especiales de
la DEA en el exterior. La DEA ha
capacitado a más de 3 000 oficiales
de las fuerzas del orden público
extranjeros, que fueron sometidos a
rigurosas investigaciones y trabajan
para la agencia en diversos países
del exterior. Estos oficiales se
someten a detectores de mentiras
de la DEA e investigaciones de
antecedentes de rutina y reciben
una amplia capacitación en la
Academia de la DEA en Quantico,
Virginia. Lo más importante es que
trabajan en la región con agentes
especiales y analistas de la DEA
diariamente. Después de colaborar
estrechamente con los supervisores
de la DEA durante un período de
tiempo, los oficiales transmiten su
experiencia a sus agencias locales.
El programa de la DEA para someter
a investigación a los oficiales, que
se realiza desde hace tres décadas,
es un modelo que sirve como
panorama para futuros programas
de asistencia de seguridad en
la región.
Dentro de los Estados Unidos, la
DEA está a cargo del Centro de
Fusión de las Fuerzas Especiales
contra el Crimen Organizado y los
Delitos asociados al Narcotráfico,
que consta de seis de las siete
agencias federales encargadas de
rastrear el crimen organizado, a
través de la recopilación de datos
de inteligencia y la realización de
análisis. Del mismo modo, la DEA
administra la Oficina de Inteligencia
Especial (OSI) para producir
52  |
Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
información de inteligencia
sumamente clasificada sobre las
vulnerabilidades contra las drogas
y los cárteles. Los datos del centro
de fusión y la OSI se ponen a
disposición de los organismos del
orden público a nivel local y estatal,
a través del programa de las fuerzas
especiales para el orden público
local y estatal de la agencia.
Por debajo del nivel federal, las
redes de los departamentos de
policía estatales y locales de todo
el país son las que lideran la lucha
diaria contra las pandillas que se
encargan del lado “minorista” del
negocio de las drogas ilegales
dentro de los Estados Unidos.
La policía local se enfrenta a los
miembros de las pandillas frente
a frente; la mayoría, si no todas,
de las ciudades y las poblaciones
de mediano y gran tamaño han
formado unidades especiales para
hacer frente a la diseminación de
las pandillas en sus territorios. Las
estrategias de los departamentos
de policía son diversas, sin
embargo, todos comparten la
necesidad de recopilar información
de inteligencia sobre la actividad de
las pandillas y compartirla con otros
departamentos, para contrarrestar
la movilidad de las operaciones
de las pandillas y los cárteles. Sin
embargo, el componente más
importante de la lucha contra las
drogas a nivel local, por consenso
general, es el policía de ronda,
que conoce su vecindario, la gente
y, con frecuencia, es el primero
en detectar la actividad de las
pandillas, particularmente en los
vecindarios en donde la población
local siente temor de informar
dicha actividad. En una reciente
conferencia de profesionales
experimentados en el orden público
se llegó a la conclusión de que el
único componente fundamental en
las estrategias policiales contra las
pandillas es el “policía de pandillas”
de ronda, que interactúa tanto con
los miembros de los organismos
del orden público como con los
miembros de las pandillas; varios
miembros destacaron que el
trabajo de la pandilla “implica un
determinado tipo de oficial... todos
los policías hacen contactos por sus
medios; la iniciativa individual es
más importante en estos casos.”160
Tanto en la contrainsurgencia
como en la actuación policial
diaria, la competencia y capacidad
del policía en la calle es la clave
para mantener el orden público
y, en última instancia, vencer
tanto a los insurgentes como a los
ladronzuelos. Las agencias federales
del orden público, en particular
la DEA, el FBI y sus agentes en
todo el país, conforman el eje
de los esfuerzos federales de los
Estados Unidos contra los cárteles
y las pandillas. Sin embargo, el
sistema jurisdiccional en múltiples
niveles estadounidense, coloca
a los departamentos de policía
locales al frente de las unidades
operativas de los cárteles y las
pandillas transnacionales y locales,
en lo que rápidamente se está
convirtiendo en una insurgencia
local de menor nivel dentro de
los Estados Unidos.161 Cualquiera
sea la estrategia nacional que
se desarrolle para contrarrestar
la insurgencia de los cárteles, el
objetivo final debe ser apoyar a los
departamentos de policía locales
y a los policías de ronda, que
enfrentan a las pandillas a diario.
Las pandillas, en particular las transnacionales,
se han extendido por los Estados Unidos debido a
mudanzas familiares, nuevos mercados criminales,
para buscar áreas en donde las fuerzas del orden
público sean limitadas y para evitar arrestos o
represalias de pandillas rivales. Las cárceles se han
convertido en importantes centros de actividad
de las pandillas, en donde se reúnen los miembros
de pandillas más curtidos, se reclutan y hasta
dirigen se actividades de las pandillas, incluso
desde el interior de celdas de máxima seguridad.
Gran parte de la actividad de las pandillas en
el sudoeste estadounidense, incluso en el sur de
California, es coordinada desde prisiones federales
por los miembros más antiguos de las pandillas de
la mafia mexicana, que dirigen las actividades de
las pandillas y arbitran disputas entre ellas. Una
consecuencia no prevista de intentar desarticular
a los miembros de las pandillas al transferir
internos a distintas ubicaciones dentro del país
fue la diseminación de las familias de pandillas,
que se mudaban para permanecer cerca de su
familiar preso.162
Muchas pandillas en los Estados Unidos, ya sean
locales o transnacionales, no sólo están creciendo,
sino que maduran de manera que las hace
convertirse en potencialmente más aterradoras.
John Sullivan, un oficial del Departamento del
Sheriff de Los Ángeles y principal investigador
sobre el desarrollo de las pandillas, ha formulado
la teoría de que las pandillas se desarrollan en
tres etapas: de pandillas locales de “territorios”
verticalmente organizadas en la primera etapa,
a pandillas internacionales más amplias y con
mayor cobertura horizontal en la segunda etapa,
hasta alcanzar la tercera etapa en la que las
pandillas desafían al gobierno para controlar
territorios u obtener soberanía, tal como ocurre
en América Central. Mientras que las pandillas
que se encuentran en los Estados Unidos oscilan
entre las dos primeras etapas, el movimiento de los
cárteles y, en especial, de las pandillas binacionales,
como Barrio Azteca, en la frontera entre México
y los Estados Unidos, podría presagiar un
movimiento hacia la tercera etapa en algunas
áreas.163 Un analista ha descrito la “tercera etapa”
como una forma de insurgencia criminal que se
mencionó anteriormente:
Las pandillas de la tercera generación se
encuentran sobre la línea que separa el crimen
y la insurgencia. Estas organizaciones llegan
a tales extremos para proteger sus actividades
económicas sumamente lucrativas que terminan
debilitando la autoridad y la legitimidad del
estado. Asesinan a oficiales de policía, soldados
y otras autoridades que intentar interferir en
sus negocios; se infiltran, corrompen o, de
alguna otra manera, debilitan las instituciones
de gobierno; ejercen una violencia intensa y
calculada para hacerse de zonas geográficas en
las que puedan dominar a la población y operar
completamente libres de control por parte
del Estado. La mayoría de las pandillas de la
tercera generación hace todo esto para obtener
ganancias, y no por seguir una ideología; sin
embargo, sus acciones son sumamente dañinas
para la soberanía del Estado, las actividades
económicas lícitas y la seguridad pública.
En otras palabras, si bien las pandillas de la
tercera generación con frecuencia no poseen
una agenda política explícita generalmente
asociada a las insurgencias, sus actividades sí
tienen muchos de los mismos efectos políticos de
las insurgencias.164
Mientras que los cárteles mexicanos claramente se
están desplazando hacia el modelo de la “tercera
generación” y la mayoría de las actividades de las
pandillas de los Estados Unidos generalmente se
ubican en la clase de la segunda generación, los
oficiales de las fuerzas del orden público señalan
con agudeza que las pandillas no siguen una
evolución o doctrina lógica. Una pandilla en
una localidad específica podría pasar por las tres
etapas a la vez, según las condiciones locales. En
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
la actualidad, algunas pandillas de los Estados
Unidos son capaces de desplazarse a alguna parte
del modelo de la “tercera generación.”165
Hay pasos que el gobierno
de los Estados Unidos puede
seguir –como parte de una
estrategia de gobierno– para
contener la amenaza de
los cárteles extranjeros y
prevenir la “maduración”
de las pandillas locales
de menor nivel.
Todas estas tendencias implican una gran
preocupación. Sin embargo, a pesar de que
muchas pandillas de los Estados Unidos se están
volviendo más sofisticadas e intimidatorias,
esta característica no debe convertirse en una
evaluación determinista. Hay pasos que el gobierno
de los Estados Unidos puede seguir –como parte
de una estrategia de gobierno– para contener la
amenaza de los cárteles extranjeros y prevenir
la “maduración” de las pandillas locales de
menor nivel.
54  |
Capítulo IV:
UNA ESTRATEGIA ESTADOUNIDENSE
PARA CONTRARRESTAR LOS CÁRTELES
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
I V. U N A E S T R AT E G I A
E S TA D O U N I D E N S E PA R A
CO N T R A R R E S TA R LO S C Á R T E L E S
Para contrarrestar la amenaza impuesta por los
cárteles y otros criminales transnacionales en el
hemisferio occidental, los Estados Unidos deberían
vencerlos dentro de las fronteras estadounidenses,
además de ayudar a los países amigos de la región a
vencer los cárteles dentro de sus territorios. Por lo
tanto, la estrategia precisa del apoyo mutuo de las
campañas nacionales y extranjeras.
Actualmente, los Estados Unidos, sus naciones
amigas y aliados hacen frente a una insurgencia
organizada en redes, de alcance internacional y
motivación criminal, que ha cobrado impulso
en las últimas décadas. Esta situación es más
evidente en México, pero generalmente sucede
en todas partes del hemisferio –incluso en los
Estados Unidos– excepto en Colombia, donde
los cárteles y las pandillas están a la defensiva.
Mientras que algunos vecinos estadounidenses en
el sur lidian con amenazas fundamentalmente a
sus sociedades cívicas, los Estados Unidos están
bastante bien protegidos, debido a que sus fuerzas
policiales y otros profesionales del orden público
y el poder judicial, en todos los niveles, los tienen
bien resguardados.
Los insurgentes, en este caso los cárteles
criminales, pueden ser vencidos; la experiencia
colombiana demuestra que los gobiernos pueden,
literalmente, estar casi al borde de la anarquía y
restablecer el estado de derecho. En este momento,
México se enfrenta a dicha prueba y todo hace
parecer que éste es apenas el comienzo de sus
esfuerzos. Todavía no se sabe a ciencia cierta si
los Estados Unidos pueden reconocer el desafío y
reaccionar eficazmente. En este caso, el enemigo
tiene muchas formas, desde el gobierno de
Venezuela que apoya a los cárteles de drogas y el
aventurismo iraní, hasta los delincuentes locales
en las calles estadounidenses; sin embargo, todo
esto forma parte de una red criminal que abarca
todo el hemisferio y desafía la seguridad de las
comunidades estadounidenses e, incluso, sus
procesos políticos. Como los expertos que aquí
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
se mencionan destacaron, a la larga, los cárteles
intentan corromper a los gobiernos anfitriones.
Diversos elementos de esta estrategia requerirán
que el gobierno estadounidense destine más
recursos a sus programas. En palabras del ex
director de la Política Nacional para el Control
de Drogas, Gral. Barry McCaffery, los Estados
Unidos deben reconocer la enorme resonancia
social, médica, legal, económica, diplomática
y de seguridad que barre las fronteras y abarca
poblaciones completas.166 Las inversiones actuales
evitarán que se necesiten inversiones mayores en el
futuro, tanto a nivel nacional como internacional.
Fortalecer a los estados será menos costoso que
enfrentar su fracaso. Desbaratar a las pandillas
también será menos costoso que intentar revertir
más violencia en territorio estadounidense.167
Política y estrategias extranjeras
El aumento de la insurgencia alimentada por las
drogas en América Latina, apoyada por redes de
estados, grupos guerrilleros y cárteles, implica
una amenaza estratégica en parte geopolítica y en
parte criminal. Los Estados Unidos deben cambiar
sus políticas de una “guerra contra las drogas”
a una estrategia más amplia que abarque todo
el hemisferio y tenga dos objetivos. El objetivo a
corto plazo para la política estadounidense debe
ser mantener relaciones positivas con los estados
latinoamericanos, contener las posibles amenazas
de la presencia iraní en aumento en la región
andina y asistir a otros países para que venzan las
amenazas impuestas por los cárteles y sus pandillas
asociadas. El Plan Colombia proporcionará un
modelo para esta fase. El objetivo a largo plazo
de la política estadounidense en la región debería
ser asistir en el surgimiento de aliados fuertes,
económicamente prósperos y democráticos,
que puedan contener y vencer el crimen y la
insurgencia bajo el estado de derecho.
En general, las operaciones estadounidenses
contra los cárteles en el exterior requieren el
58  |
trabajo conjunto y un compromiso a largo plazo.
El compromiso sostenido en la región es la clave.
Si se tiene en cuenta el modelo de Colombia,
el compromiso estadounidense no debe ser
extravagante, sino estable, competente y aplicable
a las circunstancias locales. Janice Elmore, una
funcionaria jubilada del Departamento de Estado
con una larga y continua experiencia en América
Central y del Sur, señala: “A pesar de la publicidad
en torno a los acontecimientos en México, del
deterioro continuo de la seguridad en América
Central y del aumento de la influencia de otros
países en América del Sur, las prioridades de
financiamiento estadounidenses aún se centran en
Oriente Medio y Asia del Sur. […] El hemisferio
occidental no es una prioridad de financiamiento.
Ni siquiera está en los planes…”168
Los Estados Unidos deberían adoptar una
estrategia hemisférica en contra de los cárteles, con
cinco elementos clave:
1. Integrar la actividad militar y policial en un
enfoque político más amplio que resalte el estado
de derecho como alternativa al imperio de la
fuerza. Debido a que los cárteles y las pandillas
operan en una escala tan amplia, tanto en sus
países anfitriones como internacionalmente, las
estrategias contra los cárteles deben ser primero
estrategias políticas. Esto se aplica tanto a los
Estados Unidos como a otros países. Dado que la
supervivencia de los cárteles depende del control
de las regiones en donde el control del gobierno
no existe y las poblaciones probablemente estén
empobrecidas y alienadas, las estrategias contra los
cárteles exitosas son fundamentalmente estrategias
contra la insurgencia desarrolladas por los estados
afectados y apoyadas por los Estados Unidos.
2. Ayudar a los países amigos del hemisferio a
desarrollar instituciones estatales más funcionales,
en particular los tribunales, y estimular el
crecimiento económico. Los Estados Unidos
deben ampliar su asistencia a la región mediante
La razón de una política sostenida
Independientemente de las
políticas específicas que los
Estados Unidos incorporen a su
estrategia contra los cárteles, es
fundamental que se mantengan
el tiempo suficiente como para
permitir que funcionen. El ex jefe
de operaciones de la DEA, Michael
Braun, comentó:
La estrategia antidrogas
[de los Estados Unidos] se
modifica drásticamente
con cada administración
y, con frecuencia, cambia
en modos que perturban
significativamente la capacidad
de los oficiales de las fuerzas
del orden público de llevar a
cabo la misión antidrogas de
manera segura y eficaz. Esto
siempre ha producido la pérdida
de terreno y oportunidades,
y se han derrochado recursos
y esfuerzos. A largo plazo,
carece de coherencia y erosiona
constantemente la base del
cumplimiento de las leyes
antidrogas a nivel federal…
Como ejemplos, la DEA pasó
más de ocho años desarrollando
una capacidad paramilitar
híbrida para el cumplimiento de
la ley, desde 1986 hasta 1994,
en apoyo a las operaciones
Snowcap y Cadence… El
programa se convirtió en
un éxito total, después de
algunos contratiempos
durante los primeros tres años,
pero fue disuelto durante la
administración Clinton. En
consecuencia, no queda una
capacidad de finalización sólida
en toda América Central y el
Caribe, gran parte de México,
y la mayor parte de la región
andina hasta la fecha.1
Las operaciones Snowcap
(1988) y Cadence (1991) fueron
conducidas por un cuadro
conformado exclusivamente por
agentes voluntarios de la DEA
en la región andina y América
Central, respectivamente. Diversos
expertos han acordado que estas
operaciones tuvieron resultados
“rentables” impresionantes para
el gobierno estadounidense. A
pesar de ser un grupo pequeño
que trabajaba con un presupuesto
sumamente limitado, el equipo de
agentes en servicio interino pudo
embargar y destruir enormes
cantidades de drogas. Ambos
grupos continúan ofreciendo
asesoramiento de apoyo militar
al SOUTHCOM,2 pero gran parte
de sus lecciones se perdieron. Las
preferencias políticas han hecho
que otros programas finalicen:
En 1994, la DEA estableció
24 equipos de agentes
especiales que contaban con
entrenamiento y equipos
especiales para trabajar con
agencias estadounidenses
del orden público, pequeñas
a medianas, tanto a nivel
local como estatal, a fin de
hacer frente a sus pandillas
relacionadas con las drogas y
los niveles perceptiblemente
mayores de violencia por
parte de estas pandillas. El
programa de Equipos Móviles
de Coacción (MET) fue un éxito
rotundo y fue bien recibido
por los jefes de policía locales
y los sheriffs de todos los
Estados Unidos. En 2005, 2006
y 2007, la administración Bush
fue reduciendo lentamente el
programa, al insistir en que las
pandillas y su violencia deberían
ser manejadas por las agencias
del orden público locales,
estatales y otras agencias
federales. El problema persiste:
La mayoría de las agencias
del orden público pequeñas
a medianas no poseen la
experiencia y los recursos
necesarios para contrarrestar
la amenaza que representan
las pandillas de drogas, y el
FBI, la ATF y la ICE únicamente
participan en las iniciativas
contra las pandillas que se
llevan a cabo en las principales
áreas metropolitanas.³
1. Michael Braun, Successfully Attacking Drug
Kingpins; Challenges and Solutions, (julio de
2010): 8.
2. David G. Bradford and William W. Mendel,
Interagency cooperation – a regional model for
overseas cooperation, Universidad Nacional de
Defensa (1995): 12.
3. Michael Braun, Successfully Attacking Drug
Kingpins; Challenges and Solutions, (julio de
2010): 8.
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
la inclusión de funciones policiales y judiciales.
Por ejemplo, como parte del Plan Colombia (una
estrategia contra los cárteles desarrollada por
Colombia), los Estados Unidos proporcionaron a
la Policía Nacional de Colombia (PNC) equipos
para interceptar telecomunicaciones y, junto con
el DOJ, ayudó a que la PNC desarrolle un proceso
judicial para investigaciones de interceptaciones
telefónicas. El resultado fue una potente
herramienta que sirvió de ayuda en las acusaciones
contra los líderes del cártel y las extradiciones a los
Estados Unidos para el juicio. De la misma manera,
asistir a las naciones anfitrionas en el desarrollo
de sistemas judiciales fuertes y sin corrupción es
fundamental para ayudar o restablecer gobiernos
estables en áreas amenazadas por un cártel u otro
tipo de violencia insurgente; es improbable que se
restablezca el orden civil si los policías honestos
son obligados a entregar a los criminales en
tribunales y juzgados corruptos.
Otras agencias y contratistas estadounidenses
pueden proporcionar asistencia material,
capacitación, asociación y, con autorización, ayuda
directa en determinadas áreas específicas, como la
recopilación de determinados tipos de información
estratégica de inteligencia. Actualmente, las
responsabilidades de ayuda clave se dividen entre
el Departamento de Estado, el DOD y el DOJ.
La asistencia de seguridad estadounidense –con
competencia del Estado– puede suministrar
helicópteros, botes rápidos y material móvil
fundamental para que la policía local cuente con
movilidad similar y mejor que la de las pandillas.
Es sumamente importante destacar que la relación
entre el DOD y el DOJ debe ser replanteada y las
fuerzas miliares estadounidenses deben apoyar
a los agentes de la DEA y el FBI y a las naciones
anfitrionas, cuando sea necesario.169
Los esfuerzos estadounidenses deberían dejar
una “huella mínima” apropiada según las
consideraciones políticas en el área, de modo que
60  |
no parezcan tan invasivos. El esfuerzo de asistencia
de los Estados Unidos en Filipinas y los asesores
de las Fuerzas Especiales que llevan un tiempo
en Colombia pueden servir como modelos, a
diferencia de las operaciones en Irak y Afganistán.
Los planificadores militares estadounidenses deben
considerar otros tipos de integración mesurada
de asesoramiento y capacidades militares en los
sistemas de seguridad del país anfitrión, y –debido
a los probables desafíos mundiales futuros–
actualizar las doctrinas presentes contra la
insurgencia para incluir la selección y capacitación
de asesores militares.
Sin embargo, fuera del ámbito de la seguridad,
la solución a largo plazo para los cárteles de
drogas neutrales es estimular el crecimiento y el
desarrollo económicos y estrechar la brecha entre
ricos y pobres. En ese aspecto, se puede demostrar
que, históricamente, la ayuda estadounidense
no ha sido eficaz. Asistir a los estados aliados
en la generación de empleo y el incremento de
oportunidades es clave para cortar finalmente
el flujo de reclutas en los cárteles criminales. Sin
embargo, los programas que sólo benefician a
las elites sin distribución del ingreso provocarán
más daño que ayuda; la economía “por goteo” ha
sido un fracaso histórico en América Latina, y
los Estados Unidos deben replantearse el modo
en que proporciona ayuda económica.170 Una
manera en que los Estados Unidos pueden ayudar
al desarrollo macro¬económico es poniendo a
disposición asesores profesionales, como se hizo
con Taiwán, Corea del Sur, Vietnam del Sur y Chile
en las últimas década.171
3. Aumentar los ataques directos a los cárteles.
Los Estados Unidos y sus aliados deben
incrementar su capacidad de operaciones de
campo entre múltiples agencias, así como la
profesionalización de las fuerzas militares del país
anfitrión. El profesionalismo militar es crucial
para las operaciones que requieren mantener la
posición mientras que otras agencias nacionales
se encargan de comenzar a restablecer el estado
de derecho. Durante las últimas décadas, los
profesionales de las fuerzas del orden público
estadounidenses han desarrollado exitosas
técnicas operativas que intimidan a los líderes
de los cárteles: asociaciones con la policía
local eficaz (a menudo con capacitación de los
Estados Unidos), experiencia en interceptaciones
telefónicas y vigilancia electrónica judicialmente
aprobadas, programas de recompensa que hacen
que los jefes criminales sean vulnerables a la
traición y, sobre todo, en los casos en que la ley
local lo per¬mite, extradición a los tribunales y
las cárceles estadounidenses. La DEA ya opera
en la región y ha forjado relaciones sólidas con
sus agencias homólogas. Asimismo, la agencia
ha trabajado estrechamente con los comandos
de combate estadounidenses, en particular
el SOUTHCOM, cuya potente autoridad con
jurisdicción extraterritorial complementó los
propios programas militares para ayudar a los
aliados de los Estados Unidos en la región. La DEA
debe continuar asesorando y asistiendo a la policía
del país anfitrión y las fuerzas antinarcóticos;
sin embargo, es necesario aumentar el tamaño
de la agencia. Con 5 500 agentes en todo el
mundo –incluso en los Estados Unidos– la
agencia, que cumple una función clave en la
guerra continua contra los cárteles, abarca más de
lo que puede.
4. Atacar las redes financieras y las capacidades
de lavado de dinero de los cárteles. Ésta es una
estrategia clave que requiere más recursos del
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos,
en donde el aumento relativamente mínimo
del personal de análisis e inteligencia podría
traducirse en amplias ganancias estratégicas.
Los líderes de los cárteles sienten temor de las
acusaciones estadounidenses y las extradiciones
a los tribunales de este país; la extradición,
la exposición y el embargo de dinero “sucio”
proveniente de operaciones criminales son todas
estrategias eficaces que identifican a los cerebros
de las operaciones y los amenazan con someterlos
a juicio en los tribunales y hacerlos cumplir largas
condenas en las cárceles estadounidenses.172 Los
Estados Unidos han aprendido a utilizar el análisis
financiero y las acusaciones como armas en contra
de los cárteles, incluso si estos se encuentran más
allá del alcance inmediato de la ley estadounidense.
Michael Braun comentó:
Los subalternos de los cárteles latinoamericanos
pasan por una investigación de rutina y se
ponen a disposición de la justicia de los Estados
Unidos, pero el liderazgo corporativo de los
cárteles aprendió hace años a permanecer en su
propia tierra, desde donde pueden comandar
y controlar sus operaciones globales sin temer
la… intervención de las organizaciones del
orden público y los procesos judiciales en su
propio país. A lo que más le temen los cárteles
es a las fuerzas del orden público federales
y a los juicios estadounidenses tanto en sus
propios países como [en los Estados Unidos].
La mayoría de los líderes de los cárteles, así
como los poderosos jefes de estado como Hugo
Chávez y Evo Morales en Venezuela y Bolivia,
respectivamente, no pueden quitarse de la cabeza
la imagen que apareció en los periódicos de
todo el mundo en la que aparecen tres Agentes
Especiales de la DEA… escoltando al dictador
panameño Manuel Noriega hacia la parte
posterior de un avión C-130 para su extradición
a los Estados Unidos. Ellos comprenden
claramente que la potente conspiración y las
jurisdicciones extraterritoriales que el Congreso
[estadounidense] creó para la agencia (DEA) es
la autoridad jurisdiccional de “largo alcance”
que, en última instancia, puede conducir
a su extradición y juicio ante un juzgado
estadounidense. Más del 85 por ciento de todas
las extradiciones de líderes de cárteles, así como
de las FARC, son el resultado de complejas
investigaciones de conspiración de la DEA, que
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Esfuerzos internacionales para contrarrestar las redes criminales
LAS NACIONES UNIDAS
Las Naciones Unidas estableció
una cantidad de iniciativas para
combatir el crimen organizado.
62  |
para la no proliferación de armas de
destrucción masiva, UNSCR 1540,
para “abordar los déficit en las
capacidades […] y fortalecer las
competencias de las instituciones
de gobierno” contra asuntos
como el lavado de dinero y el
contrabando de personas y armas.3
Esto podría ser particularmente
útil para ayudar a las regiones que
requieran niveles elevados de
apoyo en múltiples facetas, como
América Central.
La Convención de Palermo, que se
firmó en noviembre del año 2000
y entró en vigencia en septiembre
de 2003, ha sido, tradicionalmente,
el principal instrumento de
combate contra el tráfico de
armas transnacional, el tráfico de
personas y el contrabando.1 La
Convención de las Naciones Unidas
contra la Corrupción (UNCAC), que
entró en vigencia en diciembre
de 2005, requiere que los países
firmantes criminalicen una gran
variedad de actos de corrupción
–no sólo el soborno y el desfalco,
sino también el cohecho indirecto
y el “ocultamiento y lavado del
dinero producto de actos de
corrupción.”2 Las partes de la
UNCAC aceptaron cooperar en
la prevención, investigación y
acusación de individuos corruptos.
La recuperación de activos, un
principio fundamental de la
convención, permite que los
gobiernos puedan repatriar las
ganancias por corrupción ocultas
en jurisdicciones extranjeras y es
particularmente importante para
desarrollar países cuyas arcas
nacionales hayan sido agotadas por
la práctica.
INTERPOL
Interpol no es una agencia de
policía supranacional, sino una
red cooperativa que vincula
a las agencias de policía de
diversos países para fomentar la
colaboración. Con sede principal
en Lyon, Francia, y oficinas
especializadas en cada país (oficinas
centrales nacionales o NCB), en
la actualidad, la organización
cuenta con 181 agencias miembro.4
Interpol también ha firmado
diversos acuerdos de cooperación
con otras organizaciones,
como Europol o, lo que es más
pertinente, con el Departamento
del Tesoro de los Estados Unidos,
con el cual se comprometió
a crear una base de datos de
individuos y organizaciones que
proporcionan asistencia financiera a
grupos terroristas.5
Otros mecanismos de las Naciones
Unidas pueden servir para apoyar
las iniciativas contra el crimen,
aun cuando ésta no es la misión
principal. Un informe reciente de
Stanley Foundation recomienda que
los gobiernos regionales empleen
la asistencia de “doble uso” de la
resolución de las Naciones Unidas
Las organizaciones como Interpol
permiten que los países establezcan
sistemas de información en común.
Por ejemplo, en 2002 Interpol
anunció el lanzamiento del Sistema
Global de Comunicaciones basado
en Internet, una plataforma
que facilita el intercambio de
información seguro y rápido entre
las fuerzas policiales de los países
miembro. También permite que
los países cooperen a pesar de
sus diferencias políticas, como
sucedió cuando los Estados Unidos
y Francia trabajaron de manera
conjunta para tomar medidas
antiterroristas a mediados de la
década del 2000, a pesar de sus
fuertes desacuerdos en torno a
la guerra en Irak.6 Sin embargo,
la diver¬sidad entre las agencias
miembro a menudo dificulta su
eficacia debido a que predomina la
desconfianza. Los Estados Unidos,
en particular, a menudo operan
unilateralmente, confiando en sus
propias habilidades más que en las
de Interpol.
Si bien tiene representación
mediante un subdirectorio para
las Américas, Interpol “persigue
criminales internacionales
específicos y no se centra en el
objetivo más amplio de amenazas
comunes para el hemisferio.”7
Asimismo, si bien Interpol y
la Organización de Estados
Americanos (OEA) han acordado
intercambiar información, esto
realmente sucede muy raras veces
y lentamente, debido a que poseen
sistemas de tecnología de la
información incompatibles.8
CANALES PARA COMPARTIR
INFORMACIÓN NO OFICIAL
Cuando las organizaciones
multilaterales oficiales no logran
producir resultados visibles, las
personas ingeniosamente buscan
otras maneras de establecer
asociaciones confiables. En lugar
de pasar por Interpol, por ejemplo,
los oficiales de las fuerzas del orden
público en los Estados Unidos y
México, entre otros, han formado
la Asociación Internacional para la
Investigación de Pandillas Latinas
(INLGIA), que ha servido para
consolidar la confianza entre los
funcionarios, en particular cuando
se trata de países en donde la
corrupción es generalizada.9
1. Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el
Delito, United Nations Convention against Transnational
Organized Crime and its Protocols (acceso en agosto
de 2010), http://www.unodc.org/unodc/en/treaties/
CTOC/index.html.
2. Ver David Asher, Countering the Business of Irregular
Warfare, presentación al autor (agosto de 2010).
3. Brian Finlay, WMD, Drugs, and Criminal Gangs in
Central America: Leveraging Nonproliferation Assistance
to Address Security/Development Needs with UN Security
Council Resolution 1540, The Stanley Foundation (agosto
de 2010): 4.
4. Mathieu Deflem, “Global Rule of Law or Global Rule
of Law Enforcement? International Police Cooperation
and Counterterrorism,” Annals of the American Academy
of Political and Social Science 603 (enero de 2006):
240-251.
5. Ibíd.: 245.
6. Ibíd.: 248.
7. Sarah García, “Multilateral Cooperation: A New
Look at Information Sharing,” Monografía del Colegio
Interamericano de Defensa, mayo de 2005.
8. Ibíd.
9. Comentarios en el taller del CNAS (10 de diciembre
de 2009).
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
han conducido a acusaciones judiciales penales
en [los Estados Unidos]. De hecho, los principales
50 miembros de la Secretaría Ejecutiva de las
FARC están acusados… en un tribunal del
distrito sur de la ciudad de Nueva York.”173
Los funcionarios estadounidenses pueden exponer
los argumentos en contra de las transacciones
de los cárteles mediante el Programa de Rastreo
de Financiamiento Terrorista desarrollado
por el Departamento del Tesoro después del
atentado del 11 de septiembre, para identificar,
rastrear y perseguir a terroristas extranjeros. Esta
herramienta se interconecta con la Sociedad para
las Comunicaciones Financieras Interbancarias
Internacionales (SWIFT), una cooperativa de
propiedad de sus miembros con más de 9 000
organizaciones financieras en 209 países, que
intercambian millones de mensajes de pago
estandarizados a diario. Además, el Grupo de
Acción Financiera (FATF), una organización
multilateral, apoya un programa contra el lavado
de dinero no vinculante, al que se suscriben la
mayoría de los países del mundo. Después de
varios años de negarle el acceso a los investigadores
estadounidenses, recientemente, la Unión Europea
les volvió a otorgar acceso a la SWIFT Europea.174 De
igual importancia es obtener acceso a bases de datos
fundamentales de los bancos del Caribe y cerrar
otras escapatorias, incluso aquellas en los Estados
Unidos, un lugar seguro y estable para que los
delincuentes coloquen su dinero. En un estudio, los
Estados Unidos se ubicaron en segundo lugar entre
cinco ubicaciones deseables para el lavado de dinero,
después de Luxemburgo y antes que Suiza.175
64  |
5. Adaptar las misiones estadounidenses en
el exterior para responder de mejor manera
al crimen transnacional y a otras amenazas
transnacionales. A fin de asociarse eficazmente
con los aliados regionales y vencer a los cárteles,
los Estados Unidos deben comenzar a desarrollar
o reforzar sus propias “redes” hemisféricas, a
fin de aumentar la flexibilidad y la capacidad de
respuesta de la implementación de la política
estadounidense en la región. Dado que el apoyo
estadounidense a los gobiernos y las instituciones
locales se debe adaptar para que cumpla
eficazmente con las condiciones locales, un paso
sería descentralizar lo más posible la planificación
e implementación de una gama apropiada de apoyo
regional diplomático, militar, económico y del
orden público para los planificadores regionales
y la misión estadounidense. Los embajadores de
los Estados Unidos en la región deberían recibir
más capacidades para integrar dicho apoyo
de la agencia estadounidense. Como principal
representante estadounidense en el área, un
embajador debería coordinar y supervisar las
actividades de todas las agencias del gobierno
estadounidense representadas en la misión local
de los Estados Unidos y recibir el apoyo de un
personal integrado que le rinda cuentas.
Políticas y Estrategias internas
estadounidenses
La respuesta interna de los Estados Unidos al desafío
de los cárteles y las pandillas se clasifica en tres
categorías. La primera es el desafío al orden público
que representan los cárteles y sus pandillas asociadas;
deben ser confrontados y acusados, y se debe evitar
que consoliden sus “negocios” criminales como
lo hacen en el sur. En segundo lugar, los Estados
Unidos deben acelerar sus campañas simultáneas
para reducir el consumo de drogas y encargarse de
los adictos. En tercer lugar, los Estados Unidos deben
apoyar los programas nacionales para reducir la
influencia de las pandillas locales en las comunidades
y, en especial, para prevenir el reclutamiento de
las pandillas en las escuelas. Para lograr estos tres
amplios objetivos de las políticas internas, se necesita
implementar varias iniciativas legislativas y políticas
de manera simultánea.
1. Aumentar el apoyo federal para las fuerzas
del orden público locales. Los departamentos de
policía locales, respaldados por asistencia estatal
y federal, conforman la primera línea contra los
cárteles y las pandillas. En la comunidad, los
departamentos de policía compiten por recibir
dinero de impuestos con otras agencias locales:
departamentos de bomberos, escuelas, librerías
y otros servicios esenciales. Sin embargo, lo
mismo que hace que la policía sea vulnerable a las
presiones –su cercanía y sensibilidad frente a los
problemas de la comunidad– también las convierte
en las agencias del orden público más eficaces en la
lucha contra los cárteles y las pandillas. Conocen
las calles, las personas, los vecindarios en donde la
actividad de las pandillas es más frecuente; son el
brazo del gobierno con contacto directo a diario
con el público y, particularmente, con las personas
con mayores probabilidades de resultar afectadas
por los cárteles y las pandillas vio¬lentas. Una red
de fuerzas del orden público nacional, que cuente
con capacidades importantes a nivel federal y
estatal pero que esté organizada y refocalizada
en apoyar a los departamentos de policía locales,
conformaría una potente “antired” contra los
cárteles y las pandillas.176
interactúan con la policía local, como también lo
hace la ICE. Sin embargo, esta organización aún no
está totalmente organizada en una red.
2. Desarrollar y difundir una mejor inteligencia.
Para contrarrestar de mejor manera los cárteles y
las pandillas, los oficiales estadounidenses de las
fuerzas del orden público necesitan información
de inteligencia más eficaz, oportuna y mejor
distribuida. En la primera línea, los departamentos
de policía locales se esfuerzan por intercambiar y
analizar datos regionales y nacionales, compitiendo
con los cárteles criminales y las pandillas que no
tienen límites reales de financiamiento, movilidad
o acceso a equipos electrónicos modernos.
Para que la policía local reciba información de
inteligencia nacional de mayor nivel, la DEA
cuenta con 225 oficinas locales en todos los Estados
Unidos y ha implementado un programa de fuerzas
especiales a nivel local y estatal durante más de
40 años, con oficiales de las fuerzas del orden
público locales y estatales asignados para trabajar
en conjunto con los Agentes Especiales de la DEA.
Del mismo modo, los oficiales de campo del FBI
los cárteles y las pandillas.
Sin embargo, lo mismo
que hace que la policía
sea vulnerable a las
presiones –su cercanía
y sensibilidad frente
a los problemas de la
comunidad– también las
convierte en las agencias
del orden público más
eficaces en la lucha contra
Después del 11 de septiembre, la legislación
federal aprobada exigió el desarrollo de un nuevo
“entorno de intercambio de información” para
las fuerzas del orden público y un Consejo de
Intercambio de Información (ISC), que, a su
vez, hizo que se estableciera el Departamento de
Seguridad Nacional (DHS), con una red nacional
de 58 “centros de fusión” que combinan y envían
información e inteligencia relacionadas con
las fuerzas del orden público a las agencias de
participación voluntaria. Los centros de fusión
se han proliferado rápidamente, pero continúan
enfrentando deficiencias.
Típicamente, los centros de fusión consolidan
recursos de diversas de las agencias que participan
en un único centro principal, que ocasionalmente
posee ubicaciones satélite adicionales. El propósito
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D E
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
de dicha asociación es permitir el intercambio
de información y el análisis rápido al posibilitar
el acceso a fuentes de múltiples agencias casi
en tiempo real. Sin embargo, incluso ahora
el intercambio de información suele estar
impedido por computadoras o terminales de
datos autónomos de agencias individuales, que
no permiten el análisis de datos automático y
rápido y hacen que los usuarios deban dirigirse
de un terminal a otro para integrar los datos.
Estos desafíos podrían superarse fácilmente
mediante el empleo de arquitecturas de tecnología
de la información modernas, seguras y abiertas.
Que las políticas burocráticas y las políticas
administrativas anticuadas puedan modificarse
lo suficientemente rápido es otra cuestión. En
cambio, México está desarrollando un sistema
de intercambio de datos policiales llamado
“Plataforma México”: un sistema de información
criminal integrado para todo el país, que rastrea
estadísticas criminales y desplaza registros e
información de inteligencia entre las fuerzas
policiales y de seguridad. Si bien el sistema federal
mexicano es muy diferente en muchos aspectos
al estadounidense, los profesionales de la policía
de ambos lados de la frontera reconocen el valor
de la transferencia de información rápida y el
intercambio de inteligencia para estar un paso
adelante de los cárteles.177
66  |
policía de ronda reciba datos completos desde los
niveles federales; la ayuda de la DEA y el FBI son
invaluables, pero todavía hay mucho por hacer.
De acuerdo con los oficiales de las fuerzas del
orden público en el área, los centros de fusión se
enfrentan a otros problemas. Siguen sin recibir
financiamiento adecuado y no poseen personal
suficiente, y el hecho de que la participación en los
programas sea voluntaria entre jurisdicciones suma
dificultades para compartir la información.
El Centro de Inteligencia de El Paso dependiente
del DOJ tiene el potencial de convertirse en un
“súper centro de fusión” a nivel nacional. El
EPIC fue creado en 1974 y está diseñado para
recoger, procesar y difundir información sobre
el tráfico de drogas, los movimientos de fondos,
el contrabando de personas, el tráfico de armas
y otras actividades ilegales. El EPIC incluye
representantes de prácticamente todas las agencias
federales relacionadas con el tráfico ilegal de
drogas y las operaciones contra los cárteles.
Recientemente, puso en marcha una Célula de
Coordinación para el Control Fronterizo (BECC)
y un Equipo Nacional de Apoyo de Inteligencia
(HIST) destinados a compartir información
entre las agencias locales, estatales y federales.
Sin embargo, las capacidades de análisis del EPIC
siguen siendo limitadas: por ejemplo, no procesa
toda la información sobre el embargo de drogas,
no analiza documentos fraudulentos y trabaja
con información que no siempre es actual.178 Por
lo tanto, se debería ampliar esta capacidad de
análisis y unirla a una red de centros de fusión
más amplia e inclusiva, a nivel nacional. El EPIC
debería ampliar su acceso a la Red de Datos
de Seguridad Nacional (HSDN) y continuar
avanzando para estandarizar los lenguajes y
programas de procesamiento de datos con ayuda
de los recursos federales. Como ya reconoció el
DOJ, el EPIC también debería convertirse en el
centro de las 32 fuerzas especiales autónomas del
programa del Área de Tráfico de Drogas de Alta
Intensidad (HIDTA).179
Además del intercambio de información, los
departamentos de policía locales necesitan
tener acceso a un mejor análisis de los datos,
combinaciones producidas por sus propios
analistas en sus propios departamentos y que el
Generalmente, los oficiales de las fuerzas del
orden público necesitan: (1) integración, local y
nacional, de los sistemas de inteligencia, video y
bases de datos; (2) maneras de abordar cuestiones
de seguridad, privacidad y OPSEC (seguridad
de las operaciones) a nivel local y nacional;
(3) herramientas analíticas y capacidades de
análisis de redes distribuidas; y (4) motores
de búsqueda más potentes en redes abiertas y
protegidas. El objetivo es hacer que los sistemas
estandarizados y accesibles a nivel nacional lleguen
hasta los niveles más bajos de la organización
policial –a nivel de la comisaría o inferior, en
algunos casos.180
3. Apoyar el intercambio comunitario de
conocimiento sobre estrategias contra las
pandillas. Mientras que la policía y otras agencias
de las fuerzas del orden público son las encargadas
de enfrentar los efectos directos del crimen, se
necesitan esfuerzos generalizados de la comunidad
para prevenir o moderar la cultura relacionada
con las pandillas en los vecindarios locales. La
asistencia federal a las comunidades, en forma
de intercambio de conocimiento, análisis de las
pandillas y desarrollo comunitario, también
debería estar disponible según se necesite o en
forma de lecciones aprendidas. Un programa
federal para ayudar a que las comunidades y
ciudades aprendan de quienes ya han vencido
satisfactoriamente a las pandillas sería un aporte
valioso para establecer redes de poblaciones y
ciudades, y hasta condados rurales hostiles al
establecimiento de la plaga de las pandillas. Por
ejemplo, la ciudad de San José, California, posee un
programa activo y a largo plazo para la prevención
de pandillas, basado en la prevención, integración
y reinserción de los miembros de las pandillas en
la sociedad.181 Hasta que todas las comunidades
se hayan “inmunizado contra las pandillas”
eficazmente, los miembros de los cárteles y las
pandillas violentas sencillamente irán de un lugar
a otro. Un oficial de las fuerzas del orden público
observó que “cuando echábamos a las pandillas de
Nueva York, aumentaba el índice de asesinatos en
Nueva Jersey.”182
4. Reducir el nivel de consumo de drogas ilegales
en los Estados Unidos y, por lo tanto, el mercado
de las drogas ilegales que enriquece a los cárteles.
El consumo de drogas se puede reducir con el paso
del tiempo mediante la combinación adecuada de
prevención, tratamiento, castigo e interdicción.
Esto no sólo aborda un importante problema de
salud en los Estados Unidos, sino que también
ataca directamente la fuente de financiamiento
principal de los cárteles para sus operaciones
ilegales y aumenta su vulnerabilidad frente a
las iniciativas de las fuerzas del orden público,
al obligarlos a diversificarse y tomar riesgos. Se
ha logrado tener éxito en algunos aspectos. Si
bien un estudio realizado en el año 2008 por la
Organización Mundial de la Salud indicó que los
Estados Unidos lideraban el porcentaje mundial de
población que consumió cocaína (más del 16 por
ciento) o marihuana (más del 42 por ciento),183
en 2009, la ONDCP informó una reducción en el
consumo de drogas entre los adolescentes y adultos
en edad activa de los Estados Unidos, lo cual refleja
una tendencia que ha continuado desde 1997.184
Reducir el mercado de drogas en los Estados
Unidos y el flujo de dinero a los cárteles
conformaría el eje principal de la política nacional
estadounidense, pero con una importante
salvedad. Reducir el consumo de drogas ilegales
en los Estados Unidos es importante por diversos
motivos –la salud pública y la disminución del
crimen son dos– pero atacar la distribución de
drogas o recortar sus ganancias únicamente no
terminarán con la amenaza de los cárteles y las
pandillas. Muchos cárteles y pandillas no sólo son
sumamente adaptables y están interconectados,
sino que también son organizaciones permanentes
con iniciativa, no son solamente pandilleros o
traficantes casuales. Cuando las ganancias de
las drogas disminuyan, los registros indican que
se adaptarán para buscar otros “mercados” que
reemplacen los ingresos perdidos.
Mantener la presión en la interdicción. A medida
que mejoran los programas de interdicción en
la región, se han detenido y embargado cientos
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
68  |
En los primeros dos meses de 1973, el número
de muertes relacionadas por el consumo de
estupefacientes en Nueva York, Cook County
(Chicago), Washington y San Francisco
disminuyó un 48 por ciento, en comparación
con el mismo período en 1972. Además, según
la Red de Advertencia sobre el Consumo de
Drogas (DAWN), se redujo el número de
visitas relacionadas con las drogas a las salas de
emergencia de los hospitales en un 4 por ciento.
Mientras tanto, en Nueva York, el número de casos
de hepatitis relacionadas con el consumo de drogas
cayó de 386 en el primer trimestre de 1971 a 318 en
el mismo período de 1972 y, apenas, 89 en 1973.185
16
14
12
10
8
6
4
2
Heroína
Heroin
Inhalantes
Inhalants
0
Alucinógenos
Hallucinogens
Además de la interdicción enérgica, los Estados
Unidos deberían proporcionar tratamiento para los
adictos a las drogas. Una de las ironías de la lucha
de la nación contra las drogas ilegales es que ya se
conoce cómo disminuir el consumo de drogas. De
hecho, durante una presidencia estadounidense,
fue posible reducir verdaderamente el consumo
de drogas; en 1972, Richard Nixon estableció
un programa nacional que combinó centros de
control y tratamiento eficaces que disminuyeron el
consumo de drogas en todo el país.
FIGURA 7: CONSUMO DE DROGAS ILEGALES EN LOS
ESTADOS UNIDOS DURANTE EL MES PASADO, 2008
Cocaína
Cocaine
de toneladas de cocaína y otras drogas que,
de otro modo, hubieran terminado en venas
estadounidenses, antes de llegar a la frontera.
La interdicción marítima ha tenido tal éxito
que, como se explicó anteriormente, los cárteles
debieron optar por tomar rutas por tierra o
dedicarse a construir submarinos. Los programas
de interdicción tienen efectos beneficiosos para
los Estados Unidos y también apoyan a los estados
aliados en sus operaciones contra las redes
criminales autóctonas. Los cárteles colombianos
más peligrosos han sido desbaratados y Colombia
está en las últimas etapas de recuperación de su
soberanía nacional. Cientos de subalternos de los
cárteles y pandillas y algunos cerebros están en
cárceles estadounidenses; otros se encuentran en
cárceles de la nación anfitriona o muertos.
*Psicofármacos
Psychotherapeutics
2 0 1 0
Marihuana
Marijuana
D E
Millones de personas
S E P T I E M B R E
Fuente: Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos
*
* Incluye analgésicos, tranquilizantes,
estimulantes y sedantes.
Sin embargo, con el paso del tiempo el panorama
del consumo de drogas como un problema de salud
pública, versus un acto criminal, se debilitó con las
guerras políticas que surgieron tras la renuncia de
Nixon. A medida que las drogas se generalizaron,
el público que emitía sus votos y sus representantes
reaccionaron violentamente en contra de los
tratamientos y esta reacción se mantuvo. La
Estrategia Nacional para el Control de las Drogas
recientemente publicada por la administración
Obama buscar restablecer el equilibrio general
entre el tratamiento y el castigo. Se debería iniciar
un programa nacional para el tratamiento del
consumo de drogas, abierto a todos los adictos de
todos los niveles y edades, como parte necesaria de
la guerra contra los cárteles.
Asimismo, el gobierno debería financiar
federalmente los tribunales locales especializados
en drogas. Actualmente, muchos estados poseen
“tribunales especializados en drogas” exclusivos
y sumamente eficaces, que reúnen equipos con
personal que interviene en el tratamiento, la
educación, el cumplimiento de la ley y la libertad
condicional determinada por el tribunal, a fin de
abordar con mayor firmeza a los infractores sin
antecedentes. Bajo la dirección y la supervisión
rigurosa de un juez especializado en drogas, una
persona que es encarcelada acusada por posesión
de drogas se somete a un estricto programa
de intervención dirigido por el tribunal, que
generalmente dura varios meses. Si la persona
completa satisfactoriamente el programa de
intervención, se le retiran los cargos y se elimina
el registro del arresto. Cuando se los utiliza,
estos tribunales presentan bajos índices de
reincidencia.186 Estos programas locales están
sujetos a las presiones de los presupuestos locales
y compiten con escuelas, departamentos de policía
y otros servicios municipales. Con sus detallados
programas de intervención, los tribunales
especializados en drogas son relativamente
costosos, pero eficaces.
Ningún otro tema es más controversial que la
cuestión de la legalización de las drogas en los
Estados Unidos. Los datos de este informe refutan
la creencia que frecuentemente se repite, de que
sólo la legalización podría vencer a los cárteles.
Como se señaló anteriormente, los cárteles de
drogas han alcanzado una etapa en su desarrollo
que podría garantizar su continuidad durante
cualquier transición a la legalización de las drogas
por parte de los Estados Unidos y de cualquier
otro país. Es sumamente improbable que la
legalización de las drogas en los Estados Unidos
–ya sea de tan solo algunos tipos o de todos–
termine con la amenaza de estas organizaciones.
Los cárteles se han convertido en empresas
criminales multifacéticas, dedicadas a obtener
ganancias de cualquier actividad que genere
mucho dinero; si bien la mayor parte de sus
ingresos proviene de las drogas ilegales, también
participan en otros crímenes violentos y delitos de
“cuello blanco.” La gran cantidad de cárteles que
figuran en este informe –los cárteles mexicanos,
las FARC colombianas y otros grupos dedicados
al tráfico ilícito de drogas– son un nuevo tipo
de organización criminal transnacional, que
aprovecha la economía informal mundial para
obtener ganancias no sólo de las drogas, sino del
tráfico de personas, la prostitución, el robo de
identidades, la venta de armas, las transacciones
financieras ilegales, etcétera. También participan
en secuestros, extorsión, asaltos, intimidación y
otros tipos de crímenes. Poseen patrocinadores
poderosos en el estado y forman parte de una
red mundial de comercio ilegal. Para los Estados
Unidos, optar por la legalización como principal
estrategia contra los cárteles sería un salto al vacío,
en particular cuando otras estrategias destinadas a
disminuir el consumo de drogas, según se analizó
en esta sección, han demostrado ser eficaces.
5. Iniciar una campaña nacional coherente y a
largo plazo destinada a reducir lo atractivo de
la cultura de las pandillas, incluso el consumo
de drogas ilegales, entre los adolescentes
estadounidenses. En una de las conferencias que
respaldan este estudio, un policía experimentado
que se especializa en pandillas señaló: “Tenemos
campañas nacionales para abandonar el cigarrillo
y para fomentar el uso del cinturón de seguridad.
¿Por qué no podemos tener una campaña nacional
para que nuestros hijos dejen de pensar que las
pandillas son geniales?”187 Tiene sentido. En
una cantidad de tiempo relativamente corta, la
opinión pública estadounidense ha desalentado el
consumo de una droga legal (el tabaco), el hecho
de conducir bajo los efectos del alcohol (MADD),
generó presión entre el público para que usen
cinturones de seguridad y asientos para niños en
los automóviles e influyó en otra gran cantidad de
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
políticas en un esfuerzo continuo mucho mayor
que aquellos destinados a desalentar el consumo
de drogas ilegales o el reclutamiento de las
pandillas entre los miembros más vulnerables de la
población estadounidense.
6. Combatir las pandillas en las escuelas. En los
Estados Unidos, la expansión de las pandillas
juveniles que facilitan el consumo destructivo de
drogas ilegales y de violencia no sólo debilita el
futuro de muchos jóvenes y de la seguridad de las
calles y los vecindarios locales, sino que implica
una amenaza directa a la seguridad a largo plazo
de los Estados Unidos, al proporcionar entornos
que conducen a actividades violentas. En un
mundo sumamente interconectado, los desafíos
no se detienen en las fronteras, los límites de las
ciudades ni en las escuelas estadounidenses. Las
pandillas de todo tipo reclutan activamente a
estudiantes de las escuelas públicas y privadas de
todos los niveles: secundaria, media y primaria.
Utilizan diversas técnicas, que incluyen incentivos
positivos, intimidación y medios sociales. A pesar
de las leyes estatales en contra del reclutamiento de
pandillas, éstas continúan atrayendo a estudiantes
de edades cada vez más jóvenes.188 El reclutamiento
de las pandillas de la próxima generación de niños
estadounidenses se debería abordar como un desafío
nacional. Existen técnicas útiles y que se sabe que
funcionan para contrarrestar las influencias de
las pandillas; algunas de estas técnicas son el uso
de Funcionarios de Recursos Escolares (SRO)
destinados a identificar la actividad de las pandillas
en las escuelas y combatir el reclutamiento, la mayor
participación de los padres en las etapas tempranas
del desarrollo de sus hijos, el uso de uniformes
escolares para impedir que se lleven los “colores”
y se siga la moda de las pandillas, y otra gran
cantidad de medidas en beneficio del orden público
y la prevención social.189 El problema, con mayor
frecuencia, es local. Los obstáculos incluyen la
renuencia de las comunidades a admitir la presencia
de pandillas, la presión de los impuestos locales
70  |
para mantener la financiación de los SRO, la falta de
financiación o de tiempo para lograr la participación
de los padres –un gasto clave que muchas veces
no se tiene en cuenta– y la incredulidad de que la
actividad de las pandillas pueda llevarse adelante
tan cerca del hogar (o la incapacidad por parte de
los padres de aceptar la participación de sus hijos en
pandillas).
7. Reformar las políticas de inmigración.
Históricamente, los inmigrantes han sido
considerados como activos para los Estados
Unidos; las nuevas poblaciones representan
nuevas energías y juventud para el mercado
estadounidense. Sin embargo, una gran cantidad
de población ilegal sirve, sin darse cuenta, para
cubrir elementos criminales, que hurgan en los
vecindarios y se aprovechan de los inmigrantes,
que son renuentes a buscar protección de las
agencias encargadas del orden público. Debido
a la crisis económica, el DHS informa que más
de 1 millón de inmigrantes indocumentados
abandonaron el país y dejaron una población
indocumentada de aproximadamente 10 millones
de personas.190 Los inmigrantes ilegales que
permanecen no pueden regresar de forma segura
a sus países de origen ni buscar la protección de
la ley cuando son víctimas de las pandillas o los
cárteles. Si dejamos de lado los argumentos en
relación con la contribución de los inmigrantes
ilegales para la sociedad y para la economía
nacional, debemos reconocer que no se debe
permitir que los cárteles y las pandillas se alojen
y alimenten de comunidades de inmigrantes
que no pueden comunicarse eficazmente con las
organizaciones encargadas del orden público.
La posibilidad de tener comunidades latinas
permanentemente alienadas dentro de los Estados
Unidos representa una vulnerabilidad estratégica
importante que se debe tratar mediante una
reforma del sistema y su asimilación lo más
rápido posible.
8. Reformar las cárceles. Las cárceles poseen
una importante función en el reclutamiento y
direccionamiento de las pandillas. En cierto
sentido, las cárceles se han convertido en
las “escuelas de graduados” de la vida de las
pandillas, quienes desempeñan un rol activo en
el reclutamiento de miembros y el control de sus
territorios desde la cárcel. Los líderes de los cárteles
y las pandillas a menudo continúan sus actividades
desde la misma cárcel. Los reclutas más jóvenes y
sin antecedentes muchas veces son reclutados en
las pandillas para trabajar junto a delincuentes
más curtidos; con frecuencia, las cárceles no
cuentan con educación ni capacitación laboral;
y los internos son liberados sin posibilidades
o con escasas perspectivas de reintegrarse a la
sociedad.191 Estas prácticas son contraproducentes.
No tiene sentido devolver a las calles a criminales
que estén más curtidos de lo que estaban cuando
se los encarceló inicialmente, ni tampoco resulta
rentable pagar más por los prisioneros que por la
educación universitaria.
haya una menor cantidad de reincidencias parece
depender de los programas de capacitación y
educación en los centros de detención, así como de
la reintegración eficaz de los criminales liberados a
la sociedad, lo que incluye garantizar un trabajo o
capacitación laboral, educación, etcétera.193
Debería restringirse la capacidad de los líderes
de cárteles y pandillas para continuar operando
desde las cárceles, por sus espacios geográficos o
por medio de cualquier otro método que impida
que se comuniquen con sus organizaciones.
Los regímenes carcelarios deben centrarse más
en la rehabilitación, la capacitación laboral y la
educación (en ningún otro lugar, los pandilleros
de menor rango están tan concentrados y bajo
el control de las fuerzas del orden público como
para poder llegar a rehabilitarse y convertirse en
mejores ciudadanos). Esto no significa que todos
puedan ser rehabilitados; la experiencia indica
que los criminales curtidos deben permanecer
recluidos y se debería restringir su capacidad de
supervisar a las pandillas “de afuera.” Sin embargo,
la rehabilitación debería ser un modelo aplicable a
la gran mayoría de los 1.5 millones de prisioneros
en los Estados Unidos, el número más elevado en
relación con la población en todo el mundo.192 Que
|  71
Capítulo V:
CONCLUSIÓN
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
V. CO N C LU S I Ó N
Al inicio de este estudio, citamos a Moisés Naím,
autor de Illicit, que dijo que en última instancia, la
estructura de la sociedad está en juego en la lucha
contra la corrupción mundial. Sin la intención de
sonar alarmistas, creemos que está en lo cierto –y,
ciertamente, los residentes de Guatemala,
Tegucigalpa, Managua o Barranquilla estarán de
acuerdo. Los cárteles mexicanos y colombianos,
y los funcionarios gubernamentales corruptos
que exportan los productos de las FARC bajo la
otrora orgullosa bandera venezolana, son apenas
la primera ola de criminales que se aprovecha
de las oportunidades sociales y tecnológicas del
siglo XXI.
Habrá otras y, de hecho, actualmente hay otras
oportunidades en todo el mundo. Las mafias
ucranianas y rusas, Hezbollah y los talibanes son
síntomas de redes criminales transnacionales que
deambulan por estados y gobiernos, habilitados
por la última tecnología y sumamente aliados con
otros grupos insurgentes extremistas o políticos.
Como destacó uno de nuestros colaboradores,
las mismas fuerzas que combaten los cárteles de
drogas internacionales son fuerzas que luchan
contra el terrorismo y la insurgencia de base
ideológica. Las diferencias entre estos grupos se
están volviendo cada vez menos significativas.
Las redes criminales han crecido en número
y sofisticación, hasta el punto en que algunas
amenazan la seguridad nacional. Desafían a
las autoridades estatales de diferentes niveles, a
través de la corrupción de la venta de drogas al
por mayor, la intimidación en los vecindarios,
el asesinato de funcionarios gubernamentales
y candidatos a cargos públicos y el secuestro
de ciudadanos.
Para superar este desafío, los Estados Unidos
no sólo deben adoptar nuevos enfoques, sino
ampliar aquellos que ya se practican. La DEA
y otras agencias federales han creado eficaces
fuerzas paramilitares antidrogas a nivel mundial.
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
Para superar este
desafío, los Estados
Unidos no sólo deben
adoptar nuevos enfoques,
sino ampliar aquellos
que ya se practican.
El gobierno estadounidense ha demostrado
su capacidad de ayudar a sus aliados cuando
lo solicitan, como es el caso de Colombia.
Los Estados Unidos poseen el conocimiento
necesario para extraer de raíz a los subalternos
de los cárteles, hacer que sus ciudades y escuelas
resulten poco atractivas para las pandillas y
disminuir el consumo de drogas en el país; ya lo
ha hecho antes. El gobierno sabe cómo asimilar
nuevos inmigrantes y convertirlos en ciudadanos
legales, porque también lo ha hecho. La cuestión
es si el gobierno de los Estados Unidos puede
obtener la voluntad política para enfrentar este
desafío, tanto a nivel nacional como de forma
conjunta con otros países del hemisferio.
76  |
Appendices
Apéndice
PRINCIPALES TENDENCIAS CRIMINALES TRANSNACIONALES
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
A P É N D I C E : P R I N C I PA L E S
TENDENCIAS CRIMINALES
TRANSNACIONALES
La economía informal mundial es sumamente
fluida y difícil de medir con precisión;
prácticamente todas las organizaciones criminales
cambian de un mercado ilegal a otro, cada vez que
es necesario para maximizar las ganancias y evitar
a las fuerzas del orden público. La Figura 8 calcula
la magnitud de algunos de los flujos de tráfico más
significativos de 2008.
Tráfico de drogas
El comercio ilegal de drogas es el mayor
contribuyente a la economía informal mundial,
con ganancias estimadas que varían de 100 000
millones a 500 000 millones de dólares
anualmente.194 En comparación, las siguientes
industrias ilegales con mayores ganancias arrojan
cifras de menor magnitud. Por ejemplo, el
rendimiento del tráfico de personas y de armas se
estima en 32 000 millones y 10 000 millones de
dólares al año respectivamente.195 El tráfico de flora
y fauna oscila entre los 5 000 y 20 000 millones
de dólares.196 El comercio de drogas es el principal
generador de vínculos entre grupos criminales, con
frecuencia a escala global. Casi todos los países
del mundo actual son productores, consumidores
o países de tránsito de las principales drogas:
marihuana, cocaína, heroína, metanfetaminas y
MDMA (éxtasis). No sólo el comercio de drogas es
extremadamente lucrativo, sino que su producción
y distribución sostiene infraestructuras económica
s enteras en la que las personas pueden participar
de muchas maneras: en la producción (cultivos
intensivos en mano de obra, en el caso de la
marihuana y el opio), distribución, aplicación de
impuestos, seguridad, transporte, etc.
78  |
La dinámica del comercio de drogas ha
transformado el suministro y la demanda en las
regiones de todo el mundo. Los países que en un
momento eran sólo avenidas “de paso” se han
convertido en centros de producción y consumo.
Por ejemplo, en la actualidad Brasil es el segundo
mayor consumidor de cocaína del mundo, después
de los Estados Unidos.197 Europa está sustituyendo
a los Estados Unidos como mercado más lucrativo
para la cocaína sudamericana, y la región del Sahel
en África occidental es ahora un cruce principal
para el tráfico de drogas, debido a que las fuerzas
del orden público están prácticamente ausentes
allí. La demanda europea en rápido aumento
de cocaína ha transformado el norte y oeste de
África en importantes áreas de trasbordo, que
las organizaciones terroristas como al Qaeda en
el Maghreb islámico, Hezbollah y Hamas ahora
explotan junto con las agrupaciones locales del
crimen organizado.
Desde un punto de vista regional, las drogas que
más preocupan siguen siendo la marihuana, la
cocaína y la heroína de México y la región andina,
destinadas al mercado estadounidense. A pesar
de las décadas de esfuerzos de erradicación e
interdicción como parte de la “guerra contra las
drogas” de los Estados Unidos y las campañas
colombianas hasta ahora exitosas contra las
pandillas y guerrillas narcoterroristas de drogas,
y a pesar de que el precio nacional de la cocaína
ha disminuido en los últimos años, el suministro
a los mercados estadounidenses ha permanecido
prácticamente intacto debido a la entrada
extranjera y la producción en aumento.198
Contrabando y tráfico de personas
Las redes de tráfico y contrabando de personas
varían de grupos familiares a mundiales. Las
organizaciones de contrabando de personas
están principalmente dirigidas a trabajadores
extranjeros y refugiados, que viajan por motivos
económicos, para escaparse de una acción judicial
o reunirse con familiares. Por otra parte, las
organizaciones de tráfico de personas generan
ganancias de la explotación de las víctimas,
principalmente a través de trabajos forzosos
o prostitución.199 Según funcionarios de los
FIGURA 8: VALOR ESTIMADO DEL COMERCIO ILEGAL EN 2008
Firearms
Armas de
fuego from
de EE.U.S.
UU.Toa Mexico
México
Marfil
deAfrica
Áfricatoa Asia
Ivory
from
Información mundial
sobre identity
identidades
robadas
Global stolen
information
Tráfico dewomen
mujerestoa Europe
Europa
Trafficked
Madera
sudeste
de Asia
a Asia
Europa
Timber
from del
South
East Asia
to Asia
andy Europe
Contrabando de trabajadores extranjeros
Smuggled migrants
from
Mexico
to the
desde
México
hacia
EE. U.S.
UU.
Heroína
desdefrom
el oeste
Asia
Rusia
Heroin
Westde
Asia
toaRussia
HeroínaHeroin
desdefrom
el oeste
deAsia
Asiatoa Europe
Europa
West
Cocaína
desdefrom
América
Sur hacia
Europa
Cocaine
Southdel
America
to Europe
Cocaína desde América del Sur
Cocaine from South America
to Northdel
America
hacia América
Norte
$0
0
$5 000 $10 000 $15 000 $20 000 $25 000 $30 000 $35 000 $40 000
5000 10000 15000 20000 25000 30000 35000 40000
Valor monetario (miles de dólares)
Fuente: Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen, The Globalization of Crime (2010).
Estados Unidos, la mayoría de las personas que
ingresan al país ilegalmente reciben asistencia de
organizaciones de contrabando de personas.200
En el hemisferio occidental, los grupos dedicados
al contrabando de personas están comúnmente
asociados a los cárteles o, incluso, unidos a ellos.
De hecho, uno de los efectos no intencionados de
un mayor cumplimiento de la ley en la frontera
estadounidense durante la última década ha sido
el desplazamiento de los coyotes (contrabandistas
de personas) en favor de organizaciones más
consolidadas con redes y capacidades más
sofisticadas. Desde hace tiempo, los oficiales
estadounidenses temen que las “rutas de las
ratas” para el contrabando puedan ser usadas
por terroristas para desplazar terroristas o armas
de destrucción masiva de al Qaeda por las
fronteras estadounidenses; los informes continúan
afirmando que los inmigrantes ilegales de Oriente
Medio han ingresado a los Estados Unidos por
rutas de contrabando de drogas facilitadas por
los cárteles.201
Tráfico de armas
Actualmente, en todo el mundo está disponible
una gran cantidad de armas, tanto legales como
ilegales. El tráfico de armas es particularmente
importante debido a que habilita otros tipos de
crímenes: los grandes suministros de armas
modernas permiten que los grupos criminales se
conviertan de pandillas pequeñas a organizaciones
paramilitares de facto, capaces de desafiar a
la policía estatal y a las fuerzas armadas. La
disponibilidad de armas ilegales no es un problema
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
nuevo, pero sí lo es la cantidad disponible. Si
bien se infiltraron grandes cantidades de armas
ilegales en los mercados informales durante la
Guerra Fría,202 el mercado mundial de las armas
experimentó un gran impulso en el suministro
cuando se retiró la bandera soviética del Kremlin
en 1991. El colapso de la Unión Soviética
posibilitó la formación de enormes almacenes de
armas –grandes y pequeñas– y liberó las energías
sin reglamentar de una población emprendedora
que había madurado en un sistema corrupto con
una ideología de “pague quien pueda.” Estas
armas se comercializaron a cambio de diversas
monedas: dinero, alimentos, petróleo, drogas,
tráfico de personas o joyas preciosas, como
diamantes.203 Una gran cantidad de estas armas
se utilizó en guerras e insurgencias en todo el
mundo; asimismo, la disponibilidad permanente
de armas ilegales continúa siendo una fuente de
inestabilidad mundial.204
Originalmente, las armas pequeñas comenzaron
a circular por América Latina durante la Guerra
Fría, en particular, como respuesta a las guerras
civiles en América Central en la década de 1980.
En la actualidad, el comercio de armas prospera
en el hemisferio occidental, al suministrar armas
a los cárteles mexicanos, las FARC colombianas,
las pandillas centroamericanas y otros grupos
paramilitares. El comercio está directamente
vinculado con otros mercados ilegales –según se
resume en un informe realizado en el año 2008
por el Congreso Estadounidense sobre América
Latina, “las pequeñas armas se han convertido en
la moneda y el producto del comercio de drogas,”
que pasa por todas las etapas, desde el cultivo de
la cosecha hasta su distribución.205 El Centro para
la Información sobre Defensa estima que debido a
la proliferación descontrolada de varias décadas,
ahora existen de 45 millones a 80 millones
de armas pequeñas y ligeras que circulan por
la región.206
80  |
Los cárteles y otros grupos ilegales del hemisferio
occidental obtienen sus armas de diversas fuentes:
• Otras organizaciones criminales internacionales:
Las redes criminales colaboran habitualmente
para obtener armas ilegales de otros grupos.
Por ejemplo, se ha sabido que Hezbollah realiza
acuerdos de intercambio de armas por drogas
con los traficantes latinoamericanos.
• Canales estatales oficiales: Por ejemplo, en cierto
punto todos los países andinos han abastecido
de armas pequeñas a los grupos ilegales
en Colombia.207
• Funcionarios del sector público corruptos: En
México, los funcionarios corruptos del orden
público han transferido alijos de armas del
gobierno a grupos criminales y han desviado
armas embargadas que nunca se asentaron
en los registros oficiales. Los robos y desvíos
son igualmente frecuentes en los arsenales
venezolanos, que proporcionan armas a las
guerrillas colombianas.208
• Individuos: Los traficantes de armas mundiales,
como el ruso Victor Bout y el sirio Monzar
al Kassar, han suministrado armas durante
décadas a prácticamente todos los grupos
terroristas y cárteles que pudieran pagarles.
(Actualmente, Kassar cumple una sentencia de
30 años como resultado de una investigación
de la DEA y Bout está preso en Tailandia y
espera su extradición y juicio en los Estados
Unidos). A lo largo de la frontera entre los
Estados Unidos y México, los traficantes pueden
reclutar ciudadanos estadounidenses –muchos
de ellos sin antecedentes– para que realicen
compras en armerías o mercados de armas de
los Estados Unidos (a veces compran tan solo un
par de armas) y luego las pasen de contrabando
por la frontera, para que sean entregadas a los
cárteles.209 Si bien la afirmación que muchas
veces se hace de que el 90 por ciento de las
armas de los cárteles mexicanos proviene de
los Estados Unidos es una exageración total,
el número es significativo y se estima que es
de aproximadamente el 20 por ciento.210 Más
al sur en el hemisferio, se ha documentado
una producción local de armas que abastece
directamente al comercio ilegal en Chile, Brasil,
Colombia y Honduras.211
Para liderar con el flujo de armas ilegales en
el hemisferio, la Organización de los Estados
Americanos (OEA), los gobiernos nacionales y
las organizaciones no gubernamentales (ONG)
de la región se comprometieron a renovar sus
esfuerzos para el control de las armas pequeñas
tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Comercio Ilegal de Armas Pequeñas y Ligeras
en todos sus Aspectos, realizada en julio de 2001.
Un estudio realizado en el año 2003 determinó
que América Central y el MERCOSUR (Mercado
Común del Sur, formado por Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay) han desarrollado los dos
mecanismos subregionales más eficaces para
combatir el contrabando. Sin embargo, iniciativas
similares en el Caribe y la región andina son
escasas o inexistentes.212
Los enfoques nacionales dispares en torno al
control de las armas deberían preocupar a los
Estados Unidos, dadas las tendencias de años
recientes en varios gobiernos latinoamericanos de
adquirir armas con tasas elevadas. Por ejemplo,
recientemente Venezuela acordó adquirir rifles de
asalto AK-47 por 4 millones de dólares a Rusia y
este año se alistó para producir rifles alternativos
AK-103 en su país.213 No sólo las armas pequeñas
como los AK-47 terminan en manos de grupos
armados ilegales. Las armas más pesadas también
circulan entre quienes abastecen a los mercados
informales. Éstas incluyen la adquisición por parte
de las FARC de misiles tierra-aire de las corruptas
fuerzas de seguridad peruanas, utilizados para
combatir contra los helicópteros suministrados por
los Estados Unidos.214
Lavado de dinero y transacciones
financieras ilegales
Las redes bancarias internacionales son esenciales
para los terroristas, los cárteles de drogas y los
gobiernos. En el confuso mundo de la economía
informal, los bancos poseen una función central en
la evasión de sanciones internacionales, el lavado
de fondos de transacciones ilegales y el paso de
fondos hacia y entre redes criminales y terroristas.
Según el Centro de Inteligencia Nacional de
Drogas, los cárteles mexicanos y colombianos
lavan entre 18 000 millones y 39 000 millones
de dólares por año.215 En la actualidad, el lavado
de dinero ha evolucionado de ser una actividad
sencilla en las décadas de 1970 y 1980, hasta
convertirse en un sistema mucho más complejo y
descontrolado.216 Mientras que antes los bancos
aceptaban el manejo de grandes depósitos, las
nuevas reglamentaciones, en especial los requisitos
de registro e informe, han hecho que dichas
prácticas se tornen peligrosas para los traficantes.
Como resultado, los cárteles comúnmente recurren
a prácticas como el “smurfing,” es decir, el
fraccionamiento de depósitos, que implica evadir
los requisitos de registro e informe del IRS al
realizar múltiples depósitos en diferentes bancos,
por montos menores de 10 000 dólares cada uno.
Gran parte de este dinero termina aumentando el
Cambio de Pesos en el Mercado Negro (BMPE),
conformado por agentes que venden dólares
estadounidenses por pesos a tasas más bajas que
el cambio de moneda legal, lo que fomenta el
contrabando desde los Estados Unidos para evitar
aranceles elevados. También es habitual que los
miembros de los cárteles transporten físicamente
grandes cantidades de dinero por la frontera entre
los Estados Unidos y México, complicando aún
más su detección por parte de las autoridades.217
|  81
S E P T I E M B R E
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
N OTA S A L P I E
1. Las definiciones han sido un problema durante todo este estudio,
debido a la variedad de organizaciones criminales en red. En la
economía, el término “cártel” hace referencia específicamente a
una conspiración para fijar precios, limitar la producción, o ambas
opciones. Los primeros cárteles de drogas colombianos eran cárteles
propiamente dichos; las organizaciones criminales actuales de las
drogas ya no caben en esta definición. Si bien las fuerzas del orden
público prefieren llamarlas organizaciones de tráfico de drogas
(Drug Trafficking Organizations, DTO), en el lenguaje popular se ha
continuado usando el término “cárteles” para referirse a ellas y así
también lo hacemos en este documento, a pesar de que en algunas
ocasiones aparecerá la forma “DTO.”
6. “The Failed State Index,” Foreign Policy Magazine (julio-agosto de
2007): 54-63.
13. En este sentido, los estados criminales pueden coincidir con
los “estados patrocinadores del terrorismo” designados por el
Departamento de Estado de los Estados Unidos; “aquellos países
que han apoyado en varias oportunidades los actos de terrorismo
internacional.” La política y la ley estadounidense requieren la
imposición de restricciones y prohibiciones a las regulaciones sobre las
transacciones de estos países. Actualmente, Cuba, Irán, Sudán y Siria
se encuentran en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Durante décadas, el Departamento de Estado ha catalogado a la
República Islámica de Irán como “el estado patrocinador de terrorismo
más activo,” debido a que suministra habitualmente refugios seguros,
recursos y asesoramiento a grupos terroristas aliados con los objetivos
de política internacional de Irán. Sin embargo, la designación está
sujeta a cálculos políticos internos del gobierno estadounidense.
Por ejemplo, a pesar de contar con pruebas claras de apoyo a las
actividades terroristas, Corea del Norte fue eliminada de la lista en
el año 2008 como un incentivo para las negociaciones. Venezuela,
a pesar de sus claros vínculos con las FARC, Hezbollah y la Guardia
Revolucionaria y la Fuerza Quds de la República Iraní, no está en la lista.
7. Vanda Felbab-Brown, comentario para el autor (4 de agosto de 2010).
14. Notas del autor; el nombre del agente no se da a conocer.
8. Agradezco al Dr. Moisés Naím por éstas y otras explicaciones, que
también aparecen en su libro Illicit: How Smugglers, Traffickers and
Copycats are Hijacking the Global Economy (Nueva York: Random House,
2005): 33.
15. Sin embargo, no se debe subestimar la dificultad de adaptar las
estructuras burocráticas para combatir las redes. En una revisión
de este borrador, el experto en desarrollo Lani Elliott escribió:
“… ¿Ustedes afirman que las redes de cárteles, que tienen movilidad
y son sumamente capaces de adaptarse a los obstáculos en “tiempo
neto,” pueden ser derrotadas por organizaciones burocráticas, que
están atascadas y se adaptan al tiempo del siglo XIX, y que están
fundamentalmente organizadas para prevenir el flujo de información
completamente precisa… ¿Qué implicará este entorno sumamente
móvil para la supervivencia de las naciones-estados westfálicos,
especialmente aquellos cuyos elementos de gobierno locales son
desafiados por redes hábiles y bien cimentadas?… ¿En qué punto, los
costos de seguir siendo miembro del sistema de gobierno superarán
los beneficios?... Entonces, ¿qué?” (Elliott al autor, 1 de junio de
2010). Nosotros nos atenemos a nuestra afirmación y ofrecemos
contribuciones políticas más allá, pero la preocupación de Elliott
ciertamente es justificada.
2. Notas del autor; entrevista a un agente de campo.
3. Ver Walter Wriston, The Twilight of Sovereignty (Nueva York: Scribner,
1992) para leer un debate agudo sobre este tema.
4. Douglas Farah, “The Criminal-Terrorist Nexus and Its Pipelines,” NEFA
Foundation (14 de enero de 2008): 3.
5. Ver, por ejemplo, Wriston.
9. Ver, por ejemplo, The U.S. Army-Marine Corps Counterinsurgency Field
Manual (Chicago: University of Chicago Press, 2007): 2, que define la
insurgencia como “una lucha político-militar organizada y prolongada,
diseñada para debilitar el control y la legitimidad de un gobierno
establecido y ocupar el poder u otro poder político, incrementando el
control insurgente.”
10. El teórico Colin Gray señala que la “guerra” es, esencialmente, una
relación entre partes beligerantes que luchan entre sí. En Another
Bloody Century: Future Warfare (Londres: Phoenix Press, 2005), dice:
“La guerra se trata de política y la política se trata del poder relativo.
Esa declaración… es tan básica y conocida que raya en lo banal…
la guerra y el combate sólo se tratan de política… El combate es un
comportamiento político, como enseñó Clausewitz, que además es
social y cultural, y es ciertamente una expresión del nivel de desarrollo
económico y, especialmente, tecnológico. Sin embargo, la guerra y
el combate sólo se tratan de política. La guerra no tiene que ver con
la cultura, o la organización social, o la tecnología, ni con nada de lo
demás.” (37).
11. Entrevista al Gral. Freddy Padilla, comandante en jefe de las Fuerzas
Armadas de Colombia (27 de julio de 2010).
82  |
12. John Arquilla y David Ronfeldt, Networks and Netwars; the Future of
Terror, Crime and Militancy (Santa Monica, California: RAND, 2001): 78.
A pesar de ser antiguo, este libro es fundamental para comprender las
teorías de las redes criminales.
16. América Latina provee el 30 por ciento del petróleo
estadounidense, más que Oriente Medio o cualquier otra región. Ver
“U.S.-Latin America Relations: A New Direction for a New Reality,”
Consejo de Relaciones Exteriores (mayo de 2008), http://www.cfr.org/
publication/16279/.
17. El total de personas que cruza la frontera, tanto documentados
como indocumentados, es de 2 millones de personas. Cifra el Instituto
Mexicano de Migración, http://www.inm.gob.mx.
18. Tim Gaynor y Tiemoko Diallo, “Al Qaeda linked to rogue aviation
network,” Reuters (13 de enero de 2010) http://www.reuters.com/
article/idUSTRE60C3E820100113.
19. Comentarios de policías expertos en el taller del CNAS (28 de
octubre de 2009). En junio de 2010, agentes de la DEA y de las
fuerzas del orden público ecuatorianas detuvieron un submarino
completamente sumergible antes de partir.
20. “Statistical Portrait of Hispanics in the United States, 2008.”
Pew Hispanic Center (21 de enero de 2010), http://pewhispanic.org/
factsheets/factsheet.php?FactsheetID=58.
21. Según el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco
Interamericano de Desarrollo, en 2006, los países latinoamericanos
y del Caribe recibieron 62.300 millones de dólares en remesas de
trabajadores en el extranjero, principalmente en Norteamérica, Europa
y Asia. Se espera que este número aumente a 100 000 millones de
dólares en el año 2010.
22. Chile se convirtió en el segundo estado latinoamericano, después
de México, en unirse a la OECD.
23. Mica Rosenberg, “Drug war abuses by Mexican army rise sharply,”
Reuters (8 de diciembre de 2009), http://www.reuters.com/article/
idUSTRE5B804H20091209.
24. David Agren, “Mexico: Death Toll From Drug-Related Violence is
Thousands Higher Than Was Reported Earlier,” New York Times (3 de
agosto de 2010).
25. Douglas Farah al autor (junio de 2010).
26. David Luhnow, “Saving Mexico,” The Wall Street Journal (26 de
diciembre de 2009).
33. Un ejemplo de esto sucedió cuando al asesinar a Rodolfo Carrillo,
líder el cártel de Juárez y uno de los famosos hermanos Carrillo, el
cártel quedó en manos de Ricardo García Urquiza, un empresario
con título universitario y sin antecedentes. Cuando finalmente se
arrestó a Garcia Urquiza en noviembre de 2005, el público mexicano (y
algunas agencias de gobierno) se sorprendieron de que un individuo
desconocido fuera responsable de operaciones de tráfico desde
Colombia hacia los Estados Unidos. Ver Fernández y Ronquillo: 287-290.
34. Fernández y Ronquillo: 223.
35. “Reconocen relación de las FARC con narcos mexicanos,”
El Universal (1 de octubre de 2007), http://www.el-universal.com.mx/
notas/452299.html.
36. Hacer frente a estos grupos se ha convertido en una prioridad de la
agenda de seguridad en los países de la región. Ver Lucia Dammert y
John Bailey, “Reforma policial y participación militar en el combate a la
delincuencia. Análisis y desafíos para América Latina,” Revista Fuerzas
Armadas y Sociedad (2005): 3.
37. “Narcotraficantes usan a maras como sicarios,” El Siglo de Torreón
(14 de diciembre de 2004).
38. “El cártel del Golfo ya opera en Europa, afirma procurador italiano,”
Proceso (4 de diciembre de 2008).
39. Fernández y Ronquillo: 191.
40. Douglas Farah. “Transnational Drug Enterprises: Threats to Global
Stability and U.S. National Security from Southwest Asia, Latin America
and West Africa,” testimonio ante el Subcomité de Seguridad Nacional
y Asuntos Exteriores del Comité de la Reforma y Supervisión del
Gobierno (1 de octubre de 2009).
27. Ibíd.
41. Francisco Cuevas, “Zetas, en el tráfico de armas,” Noticieros Televisa
(16 de abril de 2009).
28. Departamento de Estado de los Estados Unidos. 2009 International
Narcotics Control Strategy Report (febrero de 2009), http://www.state.
gov/p/inl/rls/nrcrpt/2009/index.htm.
42. “Hallan 500 granadas de ‘Zetas’ en Guatemala,” Associated Press
(27 de marzo de 2009), http://www2.esmas.com/noticierostelevisa/
internacional/america/051886/hallan-500-granadas-zetas-guatemala.
29. Jorge Fernández Menéndez y Victor Ronquillo, De los Maras a los
Zetas: Los secretos del narcotráfico, de Colombia a Chicago (Ciudad de
México: Editorial Grijalbo, 2006): 66.
43. Samuel Logan y John Sullivan, “Costa Rica, Panama in the Crossfire,”
ISN Security Watch (7 de octubre de 2009).
30. John Sullivan, “Counter Supply and Counter-Violence Approaches
to Narcotics Trafficking,” Small Wars and Insurgencies (12 de marzo de
2010): 190.
31. Ver, por ejemplo, John Bailey y Roy Godson, Organized Crime &
Democratic Governability: Mexico and the U.S.-Mexican Borderlands
(Pittsburgh: University of Pittsburgh Press, 2000): 300.
32. ”Narco echa raíces en tierras ociosas,” Excelsior (24 de septiembre
de 2008).
44. Robin Emmott, “Cartel Inc: In the company of Narcos,” Reuters
(14 de enero de 2010).
45. John Burnett, Marisa Peñaloza y Robert Benincasa, “Mexico Seems
to Favor Sinaloa Cartel in Drug War,” NPR (19 de mayo de 2010).
46. “La nueva fe de los narcos: La Familia, ‘salvajes de corazón’,” Milenio
Semanal (6 de junio de 2009), http://www.milenio.com/node/224241#.
47. Fernández y Ronquillo: 206.
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Guerras del Crimen
Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
48. Una encuesta realizada por el Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Occidente (ITESO) encontró que el 75 por ciento de los
mexicanos cree que su gobierno está perdiendo la guerra contra los
traficantes de drogas. Ver Natalia Barragán, “La ‘guerra’ la va ganando
el narco: encuesta,” Milenio (19 de mayo de 2010).
61. LA DIA y CIA estadounidenses señalaron en informes desclasificados
de 1991 y 1992 que las guerrillas colombianas estaban estrechamente
vinculadas al comercio de drogas y destacaron la necesidad de un
“componente COIN (contra la insurgencia) en la política de los Estados
Unidos.” Ver John Dolby: 20.
49. “Thinking the unthinkable,” The Economist (12 de agosto de 2010).
62. Dolby.
50. “Debe destacarse que esto nunca ha funcionado y que los PEPES
(pandilla vigilante vinculada al comercio de drogas) en Colombia
demostraron los enormes riesgos y costos de esta estrategia
implementada por el Presidente Gaviria en relación con el uso del cártel
de Cali contra el de Medellín.” Douglas Farah, nota al autor (1 de junio
de 2010).
63. Nota de Michael Braun al autor (2 de julio de 2010). Pocos fuera
de las comunidades judiciales y de las fuerzas del orden público
reconocen la importancia que ha adquirido una herramienta de
extradición en las operaciones contra los cárteles. Las extradiciones
nunca son un tema popular en los países anfitriones; por ejemplo, en
Colombia conforma un debate legislativo que continuamente vuelve
a surgir como afrenta a la soberanía nacional. Sin embargo, como
herramienta de las fuerzas del orden público es invaluable tanto para
el país anfitrión como para los Estados Unidos, por cuatro motivos.
En primer lugar, la distancia geográfica dificulta la capacidad de los
líderes de los cárteles encarcelados para continuar dirigiendo empresas
ilegales desde la cárcel –un fenómeno común en América Latina (así
como en los Estados Unidos, en el caso de las pandillas con base en ese
país). En segundo lugar, debido a que los líderes encarcelados pierden
fuerza cuando son extraditados, las guerras de sucesión comienzan
casi inmediatamente en las organizaciones abandonadas, lo que hace
que los aspirantes sean más visibles y, por lo tanto, más vulnerables a
la inteligencia y al encarcelamiento –si sobreviven. Según un agente
que conoce el escenario, generalmente la violencia es casi inmediata.
“Los cuerpos se empiezan a amontonar,” comentó. En tercer lugar,
la amenaza de extradición se convierte en un valioso elemento de
negociación cuando las naciones anfitrionas comienzan a negociar
acuerdos de conciliación, como hicieron los colombianos con las
milicias de derecha a principios de la década del 2000. Finalmente, la
extradición a las cárceles de los EE. UU. coloca a los líderes criminales
en una posición donde quedan eliminadas todas las posibilidades de
obtener su libertad por medio de tribunales o asambleas legislativas
corruptas.
51. Robert J. Bunker y John Sullivan, “Cartel Evolution Revisited, Third
Phase Cartel Potentials and Alternative Futures for Mexico,” Small Wars
and Insurgencies (marzo de 2010): 30-54.
52. De hecho, la planta de coca no es nativa de Colombia, sino que
fue “exportada” cuando los cárteles colombianos y las FARC tomaron
tierras y ampliaron sus operaciones en las décadas de 1980 y 1990.
53. Ver el primer informe de la Comisión Nacional Colombiana sobre
Repatriaciones y Conciliación, Disidentes, rearmados y emergentes:
¿Bandas criminales o tercera generación paramilitar? (agosto de 2007).
54. Patricia Bibes, “Transnational Organized Crime and Terrorism –
Colombia, a Case Study,” Journal of Contemporary Criminal Justice
(agosto de 2001): 250.
55. Ver, por ejemplo, International Crisis Group, “Ending Colombia’s
FARC Conflict; Dealing the Right Card,” Informe Latinoamericano N.º 30
(26 de marzo de 2009).
56. Ver cables del libro electrónico de información N.º 69 del Archivo
de Seguridad Nacional, como el cable P251314Z de la Embajada de los
Estados Unidos en Bogotá enviado al Secretario de Estado, que autoriza
el uso de ayuda militar estadounidense en todo el país, disponible en
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB69/part3.html#doc66.
57. Oficina de Auditoría General, Plan Colombia: Los objetivos de
reducción de las drogas no se cumplieron por completo, sin embargo, la
seguridad ha mejorado; las agencias estadounidenses necesitan planes
más detallados para reducir la asistencia (6 de octubre de 2008),
http://www.gao.gov/products/GAO-09-71.
58. Ibíd.
59. John E. Dolby, “Mexico at the Precipice: Are Lessons from
Plan Colombia Operationally Relevant to United States Northern
Command?” Informe de la Escuela de Guerra de la Marina (4 de abril de
2009): 18.
84  |
60. Oficina de Auditoría General, Plan Colombia: Los objetivos de reducción
de las drogas no se cumplieron por completo, sin embargo, la seguridad ha
mejorado; las agencias estadounidenses necesitan planes más detallados
para reducir la asistencia de seguridad (octubre de 2008): 5.
64 . Comentarios de Adam Isacson en la mesa redonda del CNAS (25 de
febrero de 2010).
65 . Ver Adam Isacson, “20,915 people,” Plan Colombia and Beyond,
Centro de política internacional (21 de abril de 2010), http://www.
cipcol.org/?p=1471.
66 . Los funcionarios estadounidenses y colombianos aprendieron
varias lecciones valiosas, incluso los vínculos entre la insurgencia y la
producción de estupefacientes, que dio lugar al programa de erradicación
en tres fases del gobierno, que ahora está en vigencia. Para un debate
ampliado, ver Vanda Felbab-Brown, Shooting Up – Counterinsurgency and
the War on Drugs (Washington: Brookings Press, 2010). Los programas
de erradicación aéreos sin apoyo tienden a ser ineficaces, según un
funcionario estrechamente vinculado al programa de erradicación actual
del gobierno. Es más eficaz si los hacendados locales erradican ellos
mismos los cultivos de coca, a cambio de apoyo del gobierno y programas
de desarrollo. Los funcionarios colombianos, desde la jefatura de los
servicios armados para abajo, destacaron que la erradicación debe ser
parte de una estrategia política más amplia, destinada a reintegrar a las
poblaciones a la cultura cívica (notas del autor).
67. Desde entonces, las estrategias de erradicación fueron reducidas en
Colombia.
68. Oficina de Auditoría General, Plan Colombia: 5.
69. La cocaína colombiana, en lugar de la peruana o boliviana, abastece
casi exclusivamente a los mercados estadounidenses. Oficina de las
Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, Informe Mundial sobre
Drogas (2010): 74.
70. Informe Mundial sobre Drogas de las Naciones Unidas.
71. Las AUC son un productor de cocaína más grande que las FARC,
desde aproximadamente 1999 hasta 2003. Ver Douglas Farah, Money
Laundering and Bulk Cash Smuggling; Challenges for the Mérida Initiative,
Woodrow Wilson International Center for Scholars (mayo de 2010).
72. Comunicado de prensa de la Agencia Antidrogas,“Leader of
Colombian Narco-Terrorist Group Extradited to United States on
Cocaine Importation Charges” (17 de julio de 2009), http://www.
justice.gov/dea/pubs/states/newsrel/2009/nyc071709.html.
73. Una vez más, las estimaciones sobre los ingresos de las FARC son
sumamente variados. Comentario de Vanda Felbab-Brown (agosto de
2010). Ver también Stephanie Hanson, FARC, ELN: Colombia’s Left-Wing
Guerrillas, Council on Foreign Relations (19 de agosto de 2009),
http://www.cfr.org/publication/9272/.
74. “Ending Colombia’s FARC Conflict: Dealing the Right Card,”
International Crisis Group (26 de marzo de 2009).
75. Douglas Farah, “The Death of Edgar Tovar and the FARC Cocaine
Pipeline,” Counterterrorism Blog, 26 de febrero de 2010, http://
counterterrorismblog.org/2010/02/the_death_of_edgar_tovar_
and_t.php.
76. “Kidnappers slit Colombian pol Luis Francisco Cuéllar’s throat; FARC
eyed in assassination,” The Associated Press (23 de diciembre 2009).
77. Phil Williams, “Violent Non-State Actors and National and
International Security.” International Relations and Security Network,
Swiss Federal Institute of Technology, Zúrich (25 de noviembre 2008).
78. Chris Kraul y Sebastian Rotella. “Colombia drug ring may link to
Hezbollah,” Seattle Times (25 de octubre de 2008), http://seattletimes.
nwsource.com/html/nationworld/2008309259_drugring25.html.
79. Ray Walser, “What to Do about Hugo Chávez: Venezuela’s Challenge
to Security in the Americas,” The Heritage Foundation (19 de febrero de
2009), http://www.heritage.org/research/latinamerica/bg2243.cfm.
80. Kraul y Rotella.
81. Tim Gaynor y Tiemoko Diallo, “Al Qaeda linked to rogue air network:
U.S. official, ”Reuters (14 de enero de 2010).
82. En 2004, una acusación emitida por los Estados Unidos en contra
del cártel indicó que el grupo fue responsable de exportar más de 500
toneladas métricas de cocaína, con un valor de 10 000 millones de
dólares desde Colombia hasta los Estados Unidos, a través de México.
El cártel también utilizó los servicios de paramilitares colombianos de
derecha para proteger sus rutas, instalaciones y miembros. Después
del arresto del líder Diego Montoya en 2007, el gobierno colombiano
ha intentado atacar de manera preventiva y arrestar a sus potenciales
sucesores, antes de que se reestructure el cártel.
83. International Crisis Group, Colombia’s New Armed Groups (10 de
mayo de 2007), http://www.crisisgroup.org/library/documents/
latin_america/20_colombia_s_new_armed_groups.pdf.
84. Ibíd.
85. Chávez ganó el referéndum con una victoria del 54 por ciento a
46 por ciento.
86. “Profile: Hugo Chávez,” BBC News (5 de diciembre de 2002), http://
news.bbc.co.uk/2/hi/1925236.stm.
87. Benedict Mander, “Chávez and Gaddafi urge redefining of
‘terrorism’,” The Financial Times (29 de septiembre de 2009), http://
www.ft.com/cms/s/0/5a429ac8-ad0e-11de-9caf-00144feabdc0.
html?nclick_check=1.
88. Justin Blum, “Chávez Pushes Petro-Diplomacy,” The Washington
Post (22 de noviembre de 2005), http://www.washingtonpost.com/
wp-dyn/content/article/2005/11/21/AR2005112101800.html.
89. Ray Walser, “Terrorism, Insurgency and Drugs Still Threaten
America’s Southern Flank,” The Heritage Foundation Executive Summary
Backgrounder (30 de junio de 2008): 4.
90. Rory Carroll, “Venezuelan energy crisis threatens the Chávez
revolution,” The Guardian (11 de marzo de 2010), http://www.guardian.
co.uk/world/2010/mar/11/venezuela-energy-crisis-Chávez.
91. Consejo Asesor de Seguridad en el Exterior, Informe sobre Crimen y
Seguridad en Venezuela 2009 (6 de agosto 2009), http://www.osac.gov/
Reports/report.cfm?contentID=101856.
92. El gasto venezolano en defensa ahora se encuentra en el tercer
lugar en la región, después de Brasil y Colombia. La Agencia de
Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos estima que Venezuela
gastó aproximadamente 4.300 millones de dólares en armas entre
2005 y 2007. La venta de armas rusas en América del Sur aumentó
aproximadamente un 900 por ciento desde 1999 hasta 2008,
principalmente debido al aumento de transferencias a Venezuela. Estas
transferencias incluyeron 100 000 rifles de asalto, 15 helicópteros y
una licencia para producir rifles Kalashnikov (AK-103s, muy similares
al modelo AK-47) en Venezuela. Además, Venezuela también adquirió
unidades de patrulla naval españolas. Ver: Mark Bromley, Paul Holtom,
Sam Perlo-Freeman y Pieter Wezeman, “Recent Trends in the Arms
Trade,” Informe de SIPRI (abril de 2009): 3.
|  85
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93. Harold Trinkunas, Venezuelan Strategic Culture, Florida International
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(GAO 09-806, julio de 2009): 13.
95. Chris Kraul, “Venezuela tolerates FARC rebels in border region,
residents say,” Los Angeles Times (21 de enero de 2009), http://articles.
latimes.com/2009/jan/21/world/fg-venezuela-farc21.
96. “Colombia proves again that Venezuela is harboring FARC
terrorists,” The Washington Post (30 de julio de 2010),
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2010/07/29/
AR2010072905211.html.
97. Comunicado de prensa del Departamento del Tesoro de los Estados
Unidos (12 de septiembre de 2008).
98. Ibíd.
99. Juan Forero, “Capture of Rebel divides Latin American Neighbors,”
New York Times (23 de enero de 2005).
100. “Swedes quiz Venezuela on weapons” BBC News (27 de julio de
2009), http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/8171580.stm.
101. Acusación del Juez Eloy Velazco de la Suprema Corte de España
(marzo de 2010).
102. Sistema Nacional de Embargo (NSS), Centro de Inteligencia de El
Paso.
103. Babak Dehghanpisheh, “Why Sanctions Won’t Hurt the
Revolutionary Guards,” Newsweek (10 de julio de 2010).
104. Ibíd.
105. Se pueden encontrar más detalles sobre los vínculos entre IRGC,
Hezbollah y otras organizaciones terroristas en Anthony H. Cordesman,
Iran’s Revolutionary Guards, the al Quds Force, and other Intelligence and
Paramilitary Forces (borrador), Centro de Estudios Internacionales y
Estratégicos (16 de agosto de 2007).
106. Departamento de Estado de los Estados Unidos, “Country Reports
on Terrorism” (30 de abril de 2009), http://www.state.gov/s/ct/rls/
crt/2008/122436.htm Venezuela no ha sido mencionada como estado
patrocinador del terrorismo.
107. Sistema Nacional de Embargo (NSS), Centro de Inteligencia de El
Paso.
108. “Venezuela called the critical link in Iran plan to duck sanctions,”
World Tribune (22 de septiembre de 2009).
109. Ann Scott Tyson, “Gates Predicts ‘Slog’ in Afghanistan,”
Washington Post (28 de enero de 2009), http://www.washingtonpost.
com/wp-dyn/content/article/2009/01/27/AR2009012700472.html.
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110. “Chávez Decorated in Iran; Initials Cooperation Pacts,” El Universal
(31 de julio de 2006). http://english.eluniversal.com/2006/07/31/
en_pol_ art_31A756133.shtml.
111. “National Security Implications of the Activities of the Islamic
Republic of Iran in Latin America, and Particularly Venezuela,”
comentario de Norman Bailey al autor (22 de junio de 2010).
112. Ibíd.: 50.
113. Cynthia Arnson, Haleh EsfandIari, Adam Stubits, ed., Iran in Latin
America; Threat or Axis of Annoyance? (Washington: The Woodrow
Wilson Center, 2009): 2.
114. “The Teheran- Venezuelan Nuclear Axis,” Wall Street Journal (15 de
diciembre de 2009), http://online.wsj.com/article/SB100014240527487
04869304574595652815802722.html.
115. Ibíd.
116. Mohsen Milani, testimonio ante el Comité Nacional de Asuntos
Exteriores, Subcomité del Hemisferio Occidental (27 de octubre de
2009).
117. En la década de 1990, Hezbollah perpetró dos ataques en suelo
argentino: el atentado a la embajada de Israel en 1992 y el atentado a
un centro de la comunidad judía en 1994.
118. “Iran-Venezuela ties serve strategic aims,” UPI (14 de agosto de
2009), http://www.upi.com/Top_News/Special/2009/08/14/IranVenezuela-ties-serve-strategic-aims/UPI-91201250266165/.
119. Walser: 61.
120. Departamento de Defensa de los Estados Unidos, Unclassified
Report on Military Power of Iran (abril de 2010), http://www.scribd.com/
doc/30277432/DoD-Unclassified-Report-on-Military-Power-of-Iran.
121. Ver, por ejemplo, “Iran: Quds Force in Venezuela,” Stratfor (22 de
abril de 2010).
122. El coche bomba detonado en Ciudad Juárez en julio de 2010
sorprendió a los expertos de las fuerzas del orden público debido a
su sofisticación y algunos especialistas en seguridad que no forman
parte del gobierno conjeturaron que en su construcción pudieron haber
estado involucrados elementos de las organizaciones de tráfico de
drogas o las guerrillas colombianas. Ver William Booth, “Ciudad Juárez
car bomb shows new sophistication in Mexican drug cartels’ tactics,”
Washington Post (21 de julio de 2010), http://www.washingtonpost.
com/wp-dyn/content/article/2010/07/21/AR2010072106200.html.
123. Morgenthau, Robert, “The Link between Iran and Venezuela:
A Crisis in the Making?” Informe en el Brookings Institute (8 de
septiembre de 2009): 3.
124. Milani: 7.
125. Norman Bailey, testimonio ante el Comité Nacional de Relaciones
Exteriores, Subcomité de Oriente Medio y Asia del Sur (27 de octubre
de 2009).
126. El ultimo año en que Pew Global Attitudes realizó una encuesta
en Venezuela fue 2007, cuando el 56 por ciento de los encuestados
respondió que tenía una opinión favorable de los Estados Unidos.
En 2002, la cifra fue del 82 por ciento. “Key Indicators Database,”
Pew Global Attitudes Project (acceso el 27 de agosto de 2010), http://
pewglobal.org/database/?indicator=1&country=238.
127. Douglas Farah, nota al autor (junio de 2010).
128. Chris Kraul, “DEA presence ends in Bolivia,” Los Angeles Times, (30
de enero de 2009), http://articles.latimes.com/2009/jan/30/world/
fg-bolivia-dea30.
129. Douglas Farah y Glenn Simpson, Ecuador at Risk: Drugs, Thugs,
Guerillas and the Citizens’ Revolution, Centro de Evaluación y Estrategias
Internacionales, (enero de 2010). Además, según Farah los principales
frentes de las FARC que operan en el área son el 29 y el 48; el último es
responsable de trasladar aproximadamente 200 toneladas de cocaína por
año en el país y posee importantes vínculos con los cárteles mexicanos.
130. Stephan Kuffner, “Ecuador Officials Linked to Colombia Rebels,”
Time Magazine, (15 de diciembre de 2009).
131. Silvia Longmire, The Irony of Mexico’s Problems along its Southern
Border (7 de septiembre de 2009), http://mexidata.info/id2481.html.
132. Michael Braun, nota al autor (2 de julio de 2010).
133. Ver http://www.fbi.gov/hq/cid/ngic/violent_gangs.htm. Las
pandillas organizadas atraen una importante atención de los oficiales
de las fuerzas del orden público, en particular del FBI, que opera las
Fuerzas Especiales MS-13, entre otras acciones.
134. Oficina Federal de Investigaciones, National Gang Threat
Assessment (2009), http://www.fbi.gov/publications/ngta2009.pdf.
135. Linda Diebel, “How Mexico’s drug war washed up on Canada’s
west coast,” The Star (30 de mayo de 2009), http://www.thestar.com/
article/642966.
136. David Luhnow y José de Cordoba, “The Perilous State of Mexico,”
Wall Street Journal (21 de febrero de 2009), http://online.wsj.com/
article/SB123518102536038463.html.
137. Correspondencia entre un ranchero de la frontera y el autor (2 de
mayo de 2010).
138. Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos, Crime
in the United States – Preliminary Annual Uniform Crime Report
(acceso en agosto de 2010), disponible en http://www.fbi.gov/ucr/
prelimsem2009/table_4al-ca.html.
139. National Drug Threat Assessment, “U.S. Southwest Border
Smuggling and Violence” (febrero de 2010), http://www.justice.gov/
ndic/pubs38/38661/swb.htm#Top.
140. Un estudio del CBP informó que el 3 por ciento de los agentes
de la patrulla fronteriza fue atacado en 2009, en comparación con el
11 por ciento de los oficiales de policía y ayudantes del sheriff. Martha
Mendoza, “U.S.-Mexico border isn’t so dangerous,” Associated Press (3
de junio de 2010).
141. Randal C. Archibold, “On Border Violence, Truth pales Compared to
Ideas,” New York Times (20 de junio de 2010).
142. Sam Quiñones, “Mexico Under Siege,” Los Angeles Times (12 de
febrero de 2009), http://articles.latimes.com/2009/feb/12/nation/
na-drug-kidnappings12.
143. Emilio San Pedro, “Atlanta Vice: A new U.S. drugs hub?” BBC News (2
de mayo de 2009), http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/8014833.stm.
144. “Atlanta Reeling under Mexican Drug Cartel Violence,” Newsmax
(10 de marzo de 2009), http://www.newsmax.com/Newsfront/atlantamexico-drug-gangs/2009/03/10/id/328722.
145. A pesar de que sucede en algunas jurisdicciones, en particular el
sur de California, la actuación policial antipandillas se ha convertido en
contrainsurgente. Ver, por ejemplo, Paul Harris, “Gang mayhem grips
LA,” The Guardian (18 de marzo de 2007), http://www.guardian.co.uk/
world/2007/mar/18/usa.paulharris.
146. “New Border War: Corruption of U.S. Officials by Drug Cartels,”
audiencia del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos de Gobierno del
Senado, el Comité Ad Hoc de Preparación e Integración Estatal, Local y
del Sector Privado (11 de marzo de 2010).
147. Comunicado de pensa de la Agencia Antidrogas, Hundreds of
Alleged Sinaloa Cartel Members and Associates Arrested in Nationwide
Takedown of Mexican Drug Traffickers (25 de febrero de 2009), http://
www.justice.gov/dea/pubs/states/newsrel/2009/la022509.html.
148. Michael Braun, nota al autor (2 de julio de 2010).
149. Este debate excluye a las pandillas de motociclistas como los
Hells Angels, una violenta pandilla de nivel transnacional, pero lo
suficientemente excepcional en sus actividades de reclutamiento y
criminales que ameritan su estudio por separado.
150. Celinda Franco, The MS-13 and 18th Street Gangs – Emerging
Transnational Threats? Servicio de Investigación del Congreso RL34233,
(30 de enero de 2008).
151. “The MS-13 Threat: A National Assessment” Oficina Federal de
Investigaciones (14 de enero de 2008), http://www.fbi.gov/page2/
jan08/ms13_011408.html.
152. Ibíd.
153. Ibíd.
154. Ibíd.
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Pandillas, Cárteles y la Seguridad Nacional Estadounidense
155. Centro Nacional de Investigación de Crímenes de Pandillas, “The
Gangster Disciples: A Gang Profile” (2008), http://www.ngcrc.com/
ngcrc/page13.htm.
166. Barry McCaffery, The Drug Scourge as a Hemispheric Problem,
Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de
los Estados Unidos (agosto de 2001).
156. Braun, nota al autor (2 de julio de 2010).
167. Por supuesto, algunas políticas serán más “rentables” para el
gobierno que otras. Por ejemplo, la prevención del consumo de drogas
es más rentable que el tratamiento y, por lo general, las políticas sobre
drogas dirigidas al adicto son más rentables que la interdicción.
157. Agradezco al departamento de policía de Newport News (Virginia)
por esta explicación y su orientación minuciosa en torno a la cultura de
las pandillas.
158. “National Drug Control Strategy – FY 2011 Budget Summary,”
Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas, http://www.
whitehousedrugpolicy.gov/publications/policy/11budget/index.html.
159. El programa “para someter a investigación a los oficiales” de la
DEA comenzó en Colombia; la policía nacional colombiana está en
proceso de difundir el modelo en otros países de América Latina.
Después de una década, dichos programas pueden producir fuerzas
policiales sumamente profesionales y no contaminadas por la
corrupción.
160. Comentarios de oficiales de las fuerzas del orden público en el
taller del CNAS (10 de diciembre de 2010).
161. Especialmente en diversas ciudades de la frontera sudoeste y
en el sur de California, los encuentros entre la policía y las pandillas
de latinos ocasionalmente han alcanzado carácter de guerra, con
escaramuzas, emboscadas e interminables balaceras que a menudo
no se informan. En la conferencia que se menciona anteriormente, los
miembros fueron unánimes en que las autoridades locales a menudo
minimizan la presencia de las pandillas debido a la repercusión sobre
las economías locales. Las conferencias acordaron que el “estigma
produce falta de incentivos para que las autoridades estatales y locales
informen las cifras exactas de los crímenes e, incluso, admitan que
tienen un problema con las pandillas, lo que dificulta la promulgación
de medidas contra éstas.” Varios conferencistas destacaron que a
menudo no se puede confiar en las estadísticas criminales, debido a que
posiblemente reflejen presiones políticas para demostrar un progreso o
minimizar determinadas categorías de crímenes. (Énfasis del autor).
162. Entrevista del autor a un oficial de la policía del Departamento de
Policía de Los Ángeles (LAPD) (28 de octubre de 2009).
169. Nota del autor. Una faceta clave contra la insurgencia es la
interacción entre las fuerzas militares y policiales; no existe una línea
de delimitación definida y el objetivo es llevar a los insurgentes al
nivel de criminales comunes. Sin embargo, hace tiempo la política
estadounidense ha distinguido las actividades de “combate” de las
policiales. Estas delimitaciones son antiguas. En la América Central
de principios de 1990, los helicópteros militares no tenían permitido
acercarse a las zona de armas pequeñas de supuestas bases de tráfico
de estupefacientes y los agentes estadounidenses de las fuerzas del
orden público debían recorrer a pie los miles de metros en las bases que
los sospechosos ya habían abandonado hacía tiempo. Esas reglas de
enfrentamiento (ROE) anticuadas aún prevalecen. El DOD debería tener
más participación.
170. Un funcionario colombiano involucrado en la reconstrucción
civil señaló que los programas de ayuda y reconstrucción deben
implementarse rápidamente para que produzcan un impacto, pero
los programas de ayuda de los Estados Unidos poseen tantas cadenas
burocráticas que su utilidad es cuestionable en estos casos (notas del
autor).
171. De “A Role for Foreign Assistance in Combating America’s Third
War against Gangs, Drugs and the Cartel Insurgency,” comentario de
Constance y Lani Elliott al autor (junio de 2010).
172. La extradición de los cerebros detrás de los cárteles también tiene
el resultado beneficioso de que desencadena luchas por la sucesión de
las organizaciones criminales, lo que hace que la policía pueda detectar
los conflictos y los utilice para continuar sus operaciones contra los
cárteles.
163. Barrio Azteca y Artistas Asesinos son pandillas bilingües que
pertenecen tanto a la cultura mexicana como estadounidense. Se dice
que están reclutando hombres para su servicio en el área de Fort Bliss/
El Paso, o que se unen al Servicio para obtener capacitación y luego
se retiran para poder regresar a las pandillas. Correspondencia entre
Douglas Farah y el autor (junio de 2010).
173. Michael Braun, nota al autor (1 de julio de 2010).
164. Hal Brands, “Third Generation Gangs and Criminal Insurgency in
Latin America,” Small Wars Journal (4 de Julio de 2009). Ver también
John P. Sullivan, “Third Generation Street Gangs: Turf, Cartels, and
Netwarriors,” Crime and Justice International (1997): 95-108.
175. Ver John Walker y Brigette Unger, “Measuring Global Money
Laundering; The Walker Gravity Model,” Review of Law and Economics
(2009): 821-853.
165. Comentarios de profesionales de las fuerzas del orden público en
el taller del CNAS (10 de diciembre de 2009).
88  |
168. Ex funcionaria del DOS, Janice Elmore, nota al autor (21 de junio
de 2010).
174. “EU-US SWIFT Bank Data Transfer Agreement Gets Nod from Civil
Liberties Committee,” Eurasia Review (5 de julio de 2010), http://www.
eurasiareview.com/201007054411/eu-us-swift-bank-data-transferagreement-gets-nod-from-civil-liberties-committee.html.
176. Muchos departamentos de policía ya han adaptado el desafío
de las pandillas de maneras ingeniosas y eficaces. La mayoría de
los departamentos urbanos ahora tienen detectives y policías
especializados en pandillas o familiarizados con ellas; la mayoría cuenta
con alguna forma de personal de inteligencia centrado en las pandillas,
a pesar de que dicho personal podría ir y venir según los ingresos
en impuestos locales y los subsidios federales. Los organismos de
coordinación entre jurisdicciones y los acuerdos locales de intercambio
de información son comunes entre los departamentos de policía.
Finalmente, la mayoría de los departamentos de policía ciertamente
son inflexibles en relación con sus jurisdicciones y sus éxitos al proteger
sus comunidades contra las amenazas. Se necesita un aumento de
la asistencia federal para tecnología y recursos humanos, pero dicha
asistencia no debe invadir la flexibilidad de los departamentos locales
ni la experiencia obtenida con esfuerzo que hace que los policías de
ronda sean tan invaluables.
Agradezco inmensamente a todos los policías que han explicado esta
sección, en particular al jefe del departamento de policía de Newport
News (Virginia), James Fox, a Bobby Kipper del departamento de
policía de Fairfax County (Virginia), a Tony Moreno del departamento
de policía de Los Ángeles y a todas las personas mencionadas en
los reconocimientos. Estos hombres y mujeres son profesionales y
proporcionarles refuerzos –tal y como el DOD brinda apoyo a los
soldados de la primera línea– debería ser el objetivo de un aumento en
la asistencia federal.
177. Gregory Gardner y Robert Killebrew, “Gangs, Drugs, Terrorism –
and Information-Sharing,” Joint Forces Quarterly, número 54, 3.er
trimestre (2009): 71.
178. “Review of the Drug Enforcement Administration’s El Paso
Intelligence Center,” Departamento de Justicia de los Estados Unidos,
Oficina del Inspector General (junio de 2010): iii. http://www.justice.
gov/oig/reports/DEA/a1005.pdf.
179. Ibíd.: ii.
180. Conferencia Oracle sobre pandillas y terrorismo (28 de mayo de
2008). Informe posterior a la conferencia.
181. Hay una gran cantidad de sitios web con el programa de San José y
otros programas de otras ciudades; un buen comienzo es “Implementar
una estrategia de reducción de la violencia de las pandillas en toda
la ciudad,” un archivo en formato pdf del Artículo sobre la estrategia
en red para la prevención de pandillas en las ciudades de California,
publicado en línea.
182. Notas del autor en la Conferencia Oracle Conference, op. cit.
183. “United States has Highest Level of Illegal Cocaine and Cannabis
Use,” Science Daily (1 de julio de 2008), http://www.sciencedaily.com/
releases/2008/06/080630201007.htm.
184. Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas, The
President’s National Drug Control Strategy (enero de 2009): 1.
185. Michael Massing, The Fix (Nueva York: Simon and Schuster, 1998):
129.
186. Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas, Tribunales
especializados en drogas, http://www.whitehousedrugpolicy.gov/
enforce/drugcourt.html. La actual depresión económica ha hecho que
muchos tribunales sean descartados de los presupuestos locales y
estatales como medidas económicas.
187. Comentario de un oficial de las fuerzas del orden público en el
taller del CNAS (diciembre de 2009).
188. George W. Knox, Findings from the K-12 Survey Project, Centro
Nacional de Investigación de Crímenes de Pandillas (2009), http://
www.ngcrc.com/k12report.htm.
189. Ver http://www.dc.state.fl.us/pub/gangs/awareness2.html como
un ejemplo de estrategias antipandillas en escuelas secundarias y
medias. Debido a que el problema de las pandillas ha aumentado, lo
mismo sucedió con el número de sitios web de la comunidad dedicados
a compartir las lecciones aprendidas.
190. Steven A. Camarota y Karen Jensenius, A Shifting Tide: Recent
Trends in the Illegal Immigrant Population, Centro de Estudios de
Inmigración (julio de 2009), http://www.cis.org/illegalimmigrationshiftingtide.
191. Se ofrece una buena perspectiva en http://www.thenation.com/
doc/20040105/tuhusdubrow.
192. Oficina de Estadísticas sobre Justicia, Prisoners at yearend 2009 –
Advance Courts (23 de junio de 2010), http://bjs.ojp.usdoj.gov/index.
cfm?ty=pbdetail&iid=2272.
193. Mason Brooks y Drew Miller, “Inside the Detention Camps: A New
Campaign in Iraq,” Joint Forces Quarterly, número 52, 1.er trimestre,
(2009): 132.
194. Consejo Nacional de Inteligencia (http://www.dni.gov/nic/
NIC_globaltrend2015.html#link11b). Una estimación con una variación
tan amplia indica que nadie está realmente seguro.
195. Afirmación del ex jefe de operaciones de la DEA, Michael Braun, en
ANSER, Virginia (15 de enero de 2010).
196. Servicio de Investigación del Congreso, International Illegal Trade
in Wildlife: Threats and U.S. Policy, RL34395 (22 de agosto de 2008): 2.
197. CIA World Factbook, “Field Listing – Illicit Drugs,”
https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/
fields/2086.html.
198. Centro de Inteligencia Nacional de Drogas, 2010 National Drug
Threat Assessment (febrero de 2010).
199. Para obtener un debate minucioso sobre el tráfico y el
contrabando de personas y los riesgos asociados, ver Susan Ginsburg,
Securing Human Mobility in the Age of Risk (Washington D.C.: Instituto
de Políticas de Migración, 2010).
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200. Doris Meissner, “5 Myths about immigration,” Washington Post
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ndic/pubs31/31379/finance.htm.
201. Pauline Arrillaga y Olga R. Rodríguez, “Smugglers carry people
with links to terror into U.S.,” San Diego Union-Tribune (3 de julio
de 2005), http://legacy.signonsandiego.com/uniontrib/20050703/
news_1n3tjborder.html.
216. James McKinley y Marc Lacey, “Along U.S.-Mexico Border, a Torrent
of Illicit Cash,” New York Times (25 de diciembre de 2009).
202. Phillip Killicoat, Weaponomics: The Global Market for Assault Rifles,
Artículo de investigación sobre políticas N.º 10 del Banco Mundial
(abril de 2007), http://www-wds.worldbank.org/external/default/
WDSContentServer/IW3P/IB/2007/04/13/000016406_20070413145045
/Rendered/PDF/wps4202.pdf.
203. Kelly y cols. 75.
204. “Armas pequeñas” hace referencia a “rifles, ametralladoras,
granadas de mano y otras armas diseñadas para uso militar por parte
de un combatiente individual,” según la definición que utiliza la Cruz
Roja. Comité Internacional de la Cruz Roja: “Arms availability: questions
and answers” (12 de enero de 2006), http://www.icrc.org/web/eng/
siteeng0.nsf/html/arms-availability-0505.
205. Rachel Stohl y Doug Tuttle, “The Small Arms Trade in Latin
America,” NACLA Report on the Americas, Centro de Información sobre
Defensa, Washington, (marzo/abril de 2008).
206. Ibíd.
207. William Godnick y Helena Vázquez, “Monitoring the
Implementation of Small Arms Controls (MISAC) – Small Arms Control
in Latin America,” (marzo de 2003), http://www.international-alert.
org/pdf/SP_english.pdf.
208. Ibíd.
209. James McKinley Jr., “U.S. Is Arms Bazaar for Mexican Cartels,” New
York Times (25 de febrero de 2009).
210. La ATF señaló que hasta un 90 por ciento de las armas rastreadas
han vuelto a vincularse a los Estados Unidos. Esta estimación no
considera las armas que no fueron rastreadas por la ATF (la mayoría)
sino aquellas originadas en lugares como Rusia, China, etc. También es
interesante para las autoridades mexicanas informar selectivamente
aquellas armas que sí se originaron en los Estados Unidos, a fin de
obtener influencias en las negociaciones bilaterales.
211. Stohl y Tuttle.
212. Godnick y Vázquez.
213. Ibíd.
214. Juan Tamayo, “FARC rebels’ missile purchase raises concerns,”
Miami Herald (16 de febrero de 2010), http://www.miamiherald.
com/2010/02/15/v-fullstory/1481993/farc-rebels-missile-purchaseraises.html.
90  |
217. Ibíd.
Acerca del Centro para una
Nueva Seguridad en los Estados
Unidos (Center for a New
American Security, CNAS)
La misión del Centro para una Nueva Seguridad en
los Estados Unidos (CNAS, pos sus siglas en inglés)
es diseñar políticas de defensa y seguridad nacional
que sean sólidas, pragmáticas y fundamentadas
en principios. A partir de los conocimientos y
la experiencia de su personal y sus asesores, el
CNAS se propone motivar la participación de
legisladores, expertos y público en general mediante
investigaciones, ideas y análisis innovadores y
basados en hechos, a fin de dar forma y elevar el
debate sobre la seguridad nacional. Una parte
fundamental de nuestra misión es ayudar a informar
y preparar a los líderes de la seguridad nacional
presentes y futuros.
El CNAS se encuentra en Washington, D.C. y fue
fundado en febrero 2007 de manera conjunta por
Kurt M. Campbell y Michèle A. Flournoy. El CNAS
es una organización sin fines de lucro exenta del
pago de impuestos en virtud de la sección 501c3.
Sus investigaciones no son partidistas; el CNAS no
adopta ninguna posición en relación con políticas
específicas. Por consiguiente, todas las opiniones, los
puntos de vista y las conclusiones que se expresan
en esta publicación deben atribuirse única y
exclusivamente a sus autores.
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Notas sobre la Producción
El reciclado de papel consiste en el procesamiento de fibras de
papel usado para convertirlas en un producto de papel utilizable.
La tinta de soya es un componente útil para el reciclado de
papel, ya que puede eliminarse con mayor facilidad que las
tintas normales y puede extraerse del papel durante el proceso
de destintado del papel reciclado. Esto hace posible que las
fibras del papel reciclado sufran menos y, por ende, que el papel
reciclado tenga un acabado más brillante. Los restos de tinta de
soya que deja el proceso de destintado no son peligrosos y los
desechos pueden eliminarse con facilidad con el desarrollo de
procesos modernos.
POLÍTICAS DE DEFENSA Y SEGURIDAD
NACIONAL SÓLIDAS, PRAGMÁTICAS Y
FUNDAMENTADAS EN PRINCIPIOS
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