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CICLO DE ILUSION Y DESENCANTO

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Pablo Gerchunoff – Lucas Llach (1998)
EL CICLO DE LA ILUSIÓN Y EL DESENCANTO. UN SIGLO DE POLÍTICAS
ECONÓMICAS ARGENTINAS
Prólogo
El fragmento de la realidad sobre el que trata este libro es amplio por el
espectro temporal que cubre (desde 1880 hasta el ocaso del siglo XX) pero
relativamente específico en el área que ocupa (la política económica de un país
mediano como la Argentina)
En cuanto a las fronteras temporales, el momento inicial coincide con la fecha
de hito de consolidación de un estado auténticamente nacional, lo que resulta una
elemental precondición si lo que se está analizando es la política económica de un
país. La fecha de finalización es acaso menos obvia. En las páginas siguientes no
hay respuestas ni preguntas acerca de como debió haber sido la política económica
sino explicaciones e hipótesis de porqué fue como fue, apareciendo como
causalidades las condiciones locales e internacionales de la economía, las
situaciones institucionales y de poder y el estado del pensamiento económico al
momento de formularse las políticas económicas que van modificándose a medida
que los factores que influyen en ella van variando de importancia.
CAPITULO I – LA GENERACION DEL PROGRESO (1880-1914)
Bases y puntos de partida para el progreso argentino
Si bien la Argentina se constituyó como estado políticamente independiente
en 1810, ratificándolo en 1816, una serie casi interminable de luchas civiles e
internacionales postergó cualquier intento de progreso económico sólido durante
varias décadas. Recién en 1853 se conseguiría una Constitución aceptada por las
provincias, aunque la incorporación de Buenos Aires sólo se consumó en la década
de 1860, prolongándose la organización nacional hasta 1880. La prioridad era
garantizar la existencia misma del estado argentino mientras se intentaban sentar
los cimientos de un país. De esa época datan los Códigos de Comercio, Civil y Penal
y el impulso a la educación que obsesionó a Sarmiento.
Es recién a partir de la presidencia de Roca (1880-1886) que puede hablarse
de un estado nacional cuyos gobernantes fueran administradores y no sólo
funcionarios. La fórmula “Paz y Administración”de Roca, estandarte de su
gobierno, fue toda una síntesis de las prioridades de un país.
El último censo nacional (1869) mostraba un territorio bastante desierto y con
bajo nivel de instrucción, la tasa de analfabetismo era otro síntoma de retraso, la
llanura pampeana lejos de ser el granero del mundo estaba dedicada a una
ganadería de poca calidad, con predominio del ganado ovino. La agricultura
prácticamente no existía, salvo en los alrededores de la ciudad y para consumo
local. Un obstáculo evidente para el desarrollo económico era la dificultad para
transportar los productos del interior a los puertos y solo con el ferrocarril estas
posibilidades comenzaron a abrirse en la década de 1870.
En cuestiones económicas también había desacuerdo y el los debates de
política comercial la discusión se centraba en la Ley de Aduanas , régimen de
propiedad de la tierra, el papel del estado,. A partir de estas y
otras divergencias se está dando de hablar de la “Generación del 80” con un
sello ideológico liberal , admiraban el pensamiento de Alberdi, aborrecían la
anarquía y el despotismo, creían en las virtudes de la educación, deseaban abrir el
país a los capitales, los hombres y las ideas del exterior. En el ámbito de la política
socioeconómica la noción de progreso más que cualquier otra dominaba el debate,
era necesario incorporar rápidamente la Argentina a la expansión mundial liderada
por Gran Bretaña y escoltada por Francia, Alemania y EE.UU. que se sumaron a la
Revolución Industrial. En ese contexto sus ideas eran optimistas y habrían sido
estériles en otro tiempo y lugar.
La economía mundial de la época
La economía mundial en la Argentina comenzó a insertarse después de su
pacificación interior, tenía como rasgos centrales la creciente integración de
mercados y el rápido crecimiento de la producción. Hasta la Primera Guerra
Mundial se prolongó esta tendencia de crecimiento sostenido de la economía que
sólo se retomaría alrededor de 1950. En ese contexto Inglaterra jugaba un rol
fundamental., su influencia sobre el resto del mundo no era sólo consecuencia de
su riqueza sino de su particular organización de su economía., con los principios de
libre comercio, y la especialización inspirados en Adam Smith y David Ricardo. Los
recursos productivos ingleses se concentraban en las manufacturas y por
consiguiente la necesidad de importar alimentos y materias primas. Argentina
cumplía entonces con las dos condiciones: producía materias primas requeridas
por Inglaterra y demandaba manufacturas por lo que el flujo de comercio era
atractivo.
Londres era por esos tiempos el centro financiero mundial y por lo tanto
regulador del patrón oro que regía en el mundo., también efectuaba grandes
inversiones en el exterior y sobre éstas se asentaría el desarrollo económico de
Argentina antes de la Primera Guerra Mundial. Las colonias ya no eran solamente
una fuente de materias primas y minerales preciosos sino un mercado para
exportar su producción y su capital y no tanto el dominio político.
Llenando el desierto; inmigración, capitales y tierra
A muy grandes rasgos la posición de Argentina en el mundo a partir del
último cuarto del siglo XIX puede describirse como la aceptación de un lugar bien
definido en el sistema de división internacional del trabajo cuyo centro era
Inglaterra: el del productor agropecuario e importador de productos
manufacturados. La impresionante expansión económica tiende entre la
consolidación de la organización nacional en 1880 y la Primera Guerra, estuvo
relacionada a un lugar geográfico (la pampa húmeda), a un par de actividades
productivas principales (la ganadería y la agricultura) y a la incorporación de
capitales y trabajo extranjeros, manifiesta en la instalación de ferrocarriles y en una
gran inmigración.
Era todo un desafío para los gobernantes de las décadas finales del siglo XIX
coordinar esa incorporación de recursos de modo de cristalizar los ideales de
progreso, las tierras ya estaban ahí con una gran fertilidad. Pero nada podía
lograrse si no se acortaban las distancias entre la vasta llanura y el puerto. El
ferrocarril sería el encargado de esa tarea, si falta alguno sólo de los factores tierra,
trabajo y capital no se habría hecho posible esa transformación. La estrategia fue
que las sucesivas administraciones fomentaran el importante papel que cumpliría
el gobierno (1880) ya que la acción privada todavía era muy débil.
La Argentina para los europeos, la inmigración
Una de las condiciones para crecer era por lo pronto poblar el desierto, según
el lema alberdiano “gobernar es poblar”, ya que el crecimiento surgido de las tasas
de natalidad y mortalidad siempre era insuficiente, era inevitable entonces recurrir
a la inmigración y para 1876 se crea el Departamento General de Inmigración, las
estadísticas indican que las ventajas económicas harían variar los flujos de
inmigración que crecía cuando se agrandaba las condiciones de empleo y de salario
entre el país de origen y la Argentina (aquí había más empleo y mejor pagado).
Las tareas rurales eran las que absorbían este aumento de población, los años
80 vieron todo el esplendor de la “pampa gringa”gracias a una mayor expansión
ferroviaria y al final de las incursiones de indios y de langostas. Las obras públicas
fueron otra fuente de empleo para el inmigrante, por otro lado la naciente industria
en los grandes conglomerados cercanos a Buenos Aires tuvo una gran participación
de extranjeros, siendo especialmente de Italia y España.; Inglaterra en cambio
contribuyó con pocos inmigrantes a pesar de los fuertes lazos entre ambas
economías.
El desembarco latino
Distribución de los inmigrantes por país de origen, 1871-1914
La emigración italiana se debió en parte a la crisis agrícola de fines del siglo
XIX, que sumado a una creciente presión demográfica hizo que dejaran la
península. En cuanto a la emigración española también hubo un empuje por la
misma causa, el emigrante español ya no elegía Cuba porque la había perdido de su
Imperio y se dirigía la próspera Argentina. Las provincias de nuestro litoral y la
zona pampeana fueron la más favorecidas especialmente Santa Fe, La Pampa y
Entre Ríos por su proximidad con el puerto, otros polos de atracción fueron
Mendoza (actividades vitivinícolas) y Tucumán (azucareras).
El caudal inmigratorio se detuvo con la Primera Guerra Mundial, pero la
influencia de la inmigración no fue puramente económica sino que se reflejó en las
artes, ciencias, política, ideologías, etc., el trabajo de los inmigrantes fue
imprescindible para el crecimiento y prosperidad económica que estas tierras
nunca habían visto entre 1880-1914.
El capital extranjero y los ferrocarriles
Los inmigrantes permitieron superar la falta de mano de obra rural y
favorecer el desarrollo agrícola, pero un papel no menos crucial fue el que
cumplieron los ferrocarriles ya que con ellos se disminuyó el costo del transporte
del producto exportable entre el campo y los puertos, acortando las distancias entre
el productor argentino y el consumidor europeo. También se perfeccionó con
tecnología el transporte por el Atlántico con técnicas de enfriamiento y
congelamiento de carnes.
EL ESQUEMA AGROEXPORTADOR
El primer tren (1857) fue el Ferrocarril Oeste (39 Km.) financiado en parte por
el gobierno que asumió su propiedad en 1863 a partir de esos años la gran
extensión ferroviaria fue solventada y administrada por los ingleses. En 1870 el
Ferrocarril Central Argentino unía Córdoba y Rosario, incorporándose así otras
zonas a la producción para exportación y también Tucumán y Cuyo al circuito
económico nacional. Las tierras cercanas al ferrocarril se fueron valorizando. La
diferencia con EEUU era que esta poseía río y lagos navegables tan eficientes como
el tren, en Argentina el ferrocarril fue un componen esencial para el crecimiento
durante la gran expansión.
La manufacturas inglesas que llegaban al puerto eran así fácilmente
transportables y a bajo costo hacia otros centros de consumo fuera de Buenos
Aires. La construcción del país requería mejorar los puertos, rutas, instalar tranvías
sistemas de comunicación redes de agua y electricidad; los recursos eran
insuficientes y se necesitaba capital de inversión extranjera o empréstitos externos.
También los capitales foráneos se ligaron a la industria de exportación
(frigoríficos), el comercio y los bancos. El capital de inversión más importante fue
el inglés, aunque también invirtieron Alemania y Francia. Recién finalizada la
Primera Guerra Mundial terminaría el ciclo inglés y en su reemplazo entraría EE
UU para proveer capital.
El capital extranjero en la Argentina
La presencia del capital externo se reflejó en el pago de los servicios de la
deuda externa y de dividendos al exterior llegando a representar un 40% de las
exportaciones, mientras crecieran las exportaciones y hubiera ingreso del capital
extranjero la balanza de pagos estaría a salvo. Sólo con la combinación de ambos se
podría lograr la expansión productiva que finalmente se consiguió, pero a un cierto
precio para el país pues los intereses y remesas de los inmigrantes a sus familiares
en su tierra de origen se acrecentaban y el dinero salía del país. Sólo en el largo
plazo la capacidad exportadora y el ahorro nacional aumentarían.
La tierra en las pampas: expansión y distribución
La siempre amenazadora presencia del indio y la ausencia del valor
económico de la tierra determinadon fronteras en Buenos Aires hasta el río Salado,
y parte de las provincias de Santa Fe y Córdoba; en cambio una gran parte de
Buenos Aires, La Pampa y la Patagonia eran todavía desierto. Después de medio
siglo se puede hablar de consolidar la frontera ya que la Campaña del Desierto
eliminó el peligro del indio (1879). Esta expansión de la geografía política y
económica está relacionada con las necesidades de una ganadería en expansión, en
la pampa había escasa población y por ello el desarrollo de la agricultura estaba
limitado por la escasez de mano de obra. Al caer mundialmente la demanda de
carne y cueros ovinos (vacas) se extiende el ganado ovino (ovejas) a zonas nuevas al
sur y al oeste, en cambio las tierras del litoral, norte de Buenos Aires y Santa Fe
eran más aptas y fértiles para la agricultura, base de muchas fortunas a medida que
la rentabilidad agropecuaria mejoraba.
Es necesario admitir que en el momento de repartirse la mayor parte de las
tierras que luego serían el “granero del mundo”éstas todavía no eran codiciadas ya
que la llanura pampeana en la época colonial era despreciada por carecer de
minerales y no se la apreciaba en su potencial agrícola-ganadero.
En el siglo XIX fueron muy frecuentes la cesión de tierras públicas a manos
privadas por la Ley de Enfiteusis (en tiempos de Rivadavia) y otras leyes bajo el
gobierno de Rosas. Cuando no se regalaban las tierras eran vendidas a precios
ínfimos con el simple propósito de financiar desequilibrios fiscales. Durante la
Campaña del Desierto muchos militares se beneficiaron con estas compras
masivas. No había en general una justicia distributiva.
La difusión del arrendamiento agrícola (alquiler de tierras) practicado por los
inmigrantes es otra evidencia de la distribución poco equitativa de la propiedad con
una eficiencia productiva aceptable. Concentrada en pocas manos la tierra daba
lugar a oligopolios impidiendo el mercado competitivo, solo se valorizaban las
tierras cerca del ferrocarril y la posibilidad de exportar carne enfriada de alta
calidad.
Este régimen de tenencia de la tierra ocasionó una distribución del ingreso
muy desigual en las zonas rurales, así este sector rural con el tiempo sería
identificado con la oligarquía terrateniente y cualquier medida que favoreciera el
campo sería considerada contraria a los intereses de la población más pobre.
El desarrollo agropecuario
Hasta la década de 1870 la ganadería extensiva especialmente ovina era la
actividad más importante de la zona pampeana. Mientras el descubrimiento del
potencial agrícola fue en realidad bastante tardío. Tanto la expansión de ferrocarril
como la inmigración fueron los dos acontecimientos para demostrar que este
potencial agrícola existía, con ello se superaba la escasez de mano de obra y se
integraba la región pampeana al comercio internacional, al facilitar el traslado de
hombres y productos, asumiendo la agricultura un carácter netamente comercial y
no sólo de consumo de los colonos como en otros países. El trigo fue el símbolo de
la revolución agrícola argentina y encontró en la llanura pampeana un suelo fértil y
un clima favorable, tierra blanda y pastos bajos para el arado sumándose a ello una
moneda depreciada lo que favorecía la exportación. El costo de traslado hasta
Europa era más bajo que el del trigo norteamericano porque a su vez eran más
bajos los fletes desde el campo al puerto y ello compensaba la mayor distancia
transatlántica. Un rasgo singular de la producción rural en la Argentina fue la
interacción entre la ganadería y la agricultura originándose una competencia
espacial, la ganadería tuvo que desplazarse al sur y al oeste y dando lugar al
establecimiento agropecuario con rotación entre ambas actividades. Hasta la
aparición de la cámara frigorífica las posibilidades de exportar se reducían sólo al
tasajo (carne salada) y al ganado en pie o a la exportación de lanas que se hizo muy
importante y en menor medida la de cueros.
El panorama cambió radicalmente hacia 1877 donde comenzó el transporte de
carne congelada a Europa, en pocos años frigoríficos ingleses, argentinos y
norteamericanos se instalaron cerca de los puertos y en las zonas de Avellaneda,
Zarate y Campana. Como EEUU no podía abastecer su demanda local de carne,
Argentina tomó su lugar en abastecer a Inglaterra en la carne enfriada.
La agricultura y la ganadería eran el sustento del modelo de crecimiento
económico basado en la explotación de recursos naturales y que parecía capaz de
prolongarse en el tiempo. El descubrimiento del petróleo en 1907 ofrecía
posibilidades nuevas y de esa expansión del sector rural daba sus primeros pasos la
industria argentina.
La industria durante la expansión: un exceso de librecambio?
Uno de los mayores cuestionamiento al modelo agroexportador ha sido la
concentración de la mayoría de los recursos productivos en las actividades
primarias impidiendo la instalación de industrias manufactureras con mayor
potencialidad de crecimiento a largo plazo, las que crecieron sólo fueron
consecuencia del desarrollo del sector agroexportador y ello se conoce como
eslabonamiento que puede ser “eslabonamiento hacia adelante” (se expande una
actividad gracias a la disponibilidad de un insumo = industria molinera, de cerveza,
frigoríficos, molinos azucareros) y “eslabonamientos hacia atrás” (progresa una
industria y genera una demanda de insumos = talleres de reparación de material
ferroviario). Al expandirse el mercado interno la industria y el sector rural fueron
complementarios.
Los primeros pasos de la industria argentina
El debate entre el proteccionismo y el librecambio fue discutido por los
economistas del siglo XIX y asumió en cada país características distintas. Es difícil
reconocer como estrategia de desarrollo la política comercial de la época. El manejo
de los aranceles no parece el; resultado de un planeamiento a largo plazo, ni
proindustrial ni antiindustrial; eran los partidos opositores al gobierno los que
levantaban la bandera de la libertad comercial y de la reducción de aranceles
especialmente los socialistas. La presencia de altos aranceles en algunas actividades
es explicable por la fuerte presión de grupos de interés u otras veces guiadas para
protección de la competencia exterior o por necesidades fiscales.
Esas deficiencias no eran producto de una deliberada acción contra la
industria así como la política aduanera, sino medidas parciales que respondían a
las presiones antes mencionadas.
La puerta hacia la especialización: el comercio exterior
El análisis del comercio exterior argentino evidencia que la economía seguía
un patrón de crecimiento basado en producir bienes primarios e intercambiarlos en
el exterior, representando las exportaciones agropecuarias el 95% del total de las
ventas externas. De un lejano sexto lugar como país exportador de granos en 1888
la Argentina pasó al tercer puesto en 1907 siendo sólo superada por EE UU y Rusia.
En cuanto a las importaciones cumplían con los consumidores de productos
no fabricados en el país, habiendo una etapa de importaciones fuertes de bienes de
capital (maquinarias, herramientas por ejemplo) que coincidieron con el auge del
tendido del ferrocarril.
El comercio exterior durante la expansión
El la década 1880 hubo precios de exportación en crecimiento y precios de
importación estables al tiempo que se producía una fuerte expansión de la
economía.
En la década de 1890 la situación se revirtió cayendo los precios de los
productos del campo y también los de importación, con una economía en recesión.
La debilidad de la economía fue explicada por el efecto de la reducción en la
entrada de capitales que siguió a la crisis.
Despegue, euforia, crisis: el manejo económico hasta 1890
La política económica sostuvo entre 1880-1914 ciertas líneas básicas, ningún
gobierno redujo el fomento a la inmigración y el capital extranjero ni revolucionó la
política comercial, lo más inestable fue la “cuestión monetaria “ya que la
inestabilidad de la moneda argentina no es cosa nueva, las dificultades por
establecer un patrón monetario confiable fueron por largo tiempo insalvables.
Hasta que Roca llegó a la presidencia no existía el dinero nacional en el sentido
estricto de la palabra. En el interior convivían monedas de oro y plata de otros
países y algunos billetes provinciales inconvertibles. La presión del sector
agroexportador por una moneda depreciable sería la puja constante.
La administración de Avellaneda se distinguió por una política monetaria y
fiscal de corte conservador, buscando la unificación de una moneda definitiva. El
“pesos oro” (1881) fue la primer unidad de dinero completamente nacional y serían
acuñados por la flamante Casa de la Moneda. La reforma monetaria no fue el único
ni más importante avance económico de la presidencia de Roca (1880-1886) ya que
las obras públicas, la vías férreas y el desarrollo veloz como el crecimiento de la
deuda crecían sin pausa, ocasionando déficit fiscal (la gente no pagada impuestos
por invertir en infraestructura (se ensanchaba el puerto del Riachuelo) o estar
endeudados con préstamos). Había un exceso de importaciones sobre las
exportaciones lo que alteraba la balanza de pagos, todo se hacía pensando que la
prosperidad futura brindaría los recursos necesarios para pagar las deudas.
El sistema monetario en el que se habían puesto las esperanzas falló en su
base y la paridad del peso oro con el peso papel moneda nacional sólo se mantuvo
17 meses, además nunca creció tanto la deuda externa como el los finales de la
década del 80.
A Roca le siguió Juzrez Celman (1886-1890) con una política imprudente y
ultraexpansiva del gasto público financiado con préstamos exteriores, también
apostando al futuro promisorio. A pesar de privatizar algunas líneas de ferrocarril y
obras de salubridad se tuvo que recurrir a la emisión de moneda y por
consecuencia se cae en la inflación., el gobierno pagaba las deudas en pesos papel y
perdían así los acreedores creciendo la desconfianza en el sistema. La
responsabilidad de manejar la crisis recaería en Carlos Pellegrini
Catarsis, austeridad y crecimiento: la política económica en 1890-1899
La sensación de inseguridad monetaria se extendió al sistema bancario y los
retiros de depósitos provocaron la caída de los bancos Provincia, Nacional e
Hipotecario. Los salarios reales cayeron y aumentó la desocupación. El Ministro de
economía Vicente Fidel López (conservador) redujo los sueldos de los empleados
estatales pero también bajaron las pensiones y jubilaciones y el presupuesto de los
ministerios. Más tarde se crearon impuestos y se dispuso el aumento de aranceles.
La caída de las importaciones hizo que la aduana recaudara menos, se crea el
Banco de la Nación Argentina para ganar la desconfianza al sistema financiero
nacional, poniendo límite estricto al crédito para obras del gobierno tratando el
gobierno de. Inclinarse al equilibrio fiscal. Y a la prudencia monetaria tratando de
volver a la paridad al menos en un largo plazo. Y Argentina se reintegraba al
sistema mundial del patrón oro. El oro estaba en baja lo que perjudicaba a los
exportadores.
Con el esplendor del Centenario
La nueva convertibilidad tuvo un comienzo difícil pues el país recién se estaba
recuperando de la recesión de origen interno, con el agravante de una cosecha
pobre y la posibilidad de un conflicto armado con Chile. El sistema monetario se
mantuvo inconmovible durante una década y media pero gracias a las coyunturas
históricas de la historia argentina y no por su solidez. El oro en manos de la Caja de
Conversión crecía sin pausa lo mismo que las exportaciones y la inmigración
volviendo la confianza en la Argentina.
La Argentina en crecimiento 1900- 1913
El entusiasmo por el joven país de cien años que habían soñado Alberdi y
Sarmiento era contagioso, ni siquiera un presidente prudente como Roque Saenz
Peña en 1913 podía sustraerse al optimismo de la época. Pero el sombrío panorama
internacional y una crisis de orden interno se combinaron para interrumpir el más
prolongado período de prosperidad que conoció este país.
Progreso para todos?
Los salarios altos explicaban las masivas migraciones desde Europa a estas
tierras, ello se debía a la alta productividad del trabajo agrícola donde la tierra de
calidad era abundante. Como país productor de materias primas los bienes rurales
eran baratos y los bienes industriales caros. La abundancia de alimentos hizo del
problema del hambre en la Argentina un problema menor y ello atraía a los
inmigrantes de las zonas pobres de Europa, que pronto lograron una mejor
posición económica, dominaron el comercio y la industria. La ganadería en tanto
seguía siendo una actividad reservada a los terratenientes. Mérito del gobierno fue
el progreso educativo así como la urbanización trajo mejoras en las viviendas, más
el problema habitacional recrudeció con el ininterrumpido arribo de inmigrantes
que vivían en conventillos por los que pagaban altos alquileres. Es probable que las
pobres condiciones de salubridad tuvieran bastante que ver con las enfermedades
contagiosas.
A pesar del cuadro general de progreso se acentuaron las condiciones de
desigualdad, especialmente diferencias entre el litoral y Buenos Aires y las
provincias del noroeste. El poder económico ya no estaba en las minas del Alto
Perú como en los tiempos coloniales, sino en las fértiles llanuras cercanas a los
puertos, allí se instalaban casi todas las industrias por estar más cerca de los
centros de consumo..
El ferrocarril fue para todos el símbolo del progreso y los productos
importados competían con los locales sobre todo las artesanías que en muchos
casos cesaron. Pronto aparecieron con las actividades industriales, los sindicatos
especialmente dominados por socialistas y extranjeros por lo que el gobierno con la
Ley de Residencia trató de echar a los extranjeros perturbadores del orden social.
No tuvieron una acogida favorable las mejoras laborales en horario y regulación de
los gremios perdiéndose una posibilidad de consolidación del consenso en torno al
modelo socioeconómico de la Generación del 80.
CAPITULO II – ÚLTIMAS IMAGENES DE UN MODELO (1914-1929)
El legado de una generación
Las cuatro o cinco décadas anteriores a 1914 fueron para el mundo tiempos de
progreso y relativa paz, está claro que en ese medio siglo anterior a la Primera
Guerra Mundial el mundo se hizo para bien o para mal, más “moderno”. La
Argentina que no fue de los primeros países en entrar a ese circuito comercial en
expansión, tardó bastante poco en encontrar su propio lugar una vez que tuvo la
posibilidad de hacerlo. Los mecanismos empleados para conseguir la integración
internacional de la Argentina fueron simples y eficaces, se ampliaron puertos, los
campos sembrados o de pastoreo se iban extendiendo al sur o hacia el oeste, miles
de inmigrantes llenaron el desierto, y según el censo nacional de 1914 fue increíble
el aumento del número de habitantes comparado con cualquier nación en cualquier
tiempo. Las cifras de aumento de la población eran por entonces una medida
significativa del desarrollo económico de un país, pero el reclamo principal de la
principal fuerza de oposición no era económico sino político, la fraudulenta
máquina electoral consolidada por el roquismo fue denunciada insistentemente por
los radicales, la prédica de Alem continuó con Irigoyen.
La llegada de Roque Saenz Peña a la presidencia en 1910 permitió que el viejo
ideal radical de competencia electoral limpia se realizara, en 1912 el voto fue por
primera vez secreto, universal y obligatorio.
La apertura democrática
Porqué se negaría el electorado argentino a dar su voto de confianza al Partido
Autonomista (oficialismo R.S.Peña) si fue la única fuerza política que podía
enorgullecerse de sus logros? El oficialismo no podía mirar con tranquilidad las
futuras elecciones. El triunfo de los radicales en 1916 ge bastante contundente, era
el principio de una hegemonía del radicalismo que se extendería hasta el final de
los años 20 y que solo pudo ser cancelada por las malas con el golpe militar de
1930.
El predominio radical
Ese predominio de los radicales se sostenía tanto en aciertos propios como en
errores ajenos. Además supo identificarse con la nueva argentinidad hija de la
inmigración. A Irigoyen le tocó asumir la presidencia en medio de la Primera
Guerra Mundial que estaba obligando a Argentina a definir su posición
internacional. Debido a la cantidad de extranjeros aquí radicada la decisión era
muy delicada, eso influyo para mantenerse neutral y este criterio persistió una vez
terminada la guerra.
La política también abundó en conflictos de los conservadores y el radicalismo
con influencia en la relaciones entre el gobierno nacional y los provinciales, siendo
frecuentes las intervenciones federales a las provincias donde los conservadores
predominaban. Otro ámbito donde se desmanteló la estructura anterior al
radicalismo ge la universidad a través de la Reforma Universitaria. Pero más grave
aún fueron las facciones internas dentro del oficialismo (radicalismo) siendo la
línea más importante el grupo azul que se diferenciaba más que nada por su
oposición a la figura omnipresente de Irigoyen, y ge definida también como
antipersonalistas. La elección plebiscitaria de Hipólito Irigoyen en 1928 daría al
personalismo (irigoyenistas) la victoria final de esa contienda.
Del segundo presidente radical – Alvear – se ha dicho que estuvo acompañado
por la buena suerte, entre 1922 y 1928 no hubo grandes cuestionamientos políticos
o grandes perturbaciones económicas.
El final de la buena fortuna
Los trastornos que la Primera Guerra Mundial generó en la Argentina
empezaron antes que la propia guerra., la suerte que antes le había sonreído a
Argentina permitiendo una rápida integración al comercio mundial ahora parecía
serle esquiva. Había serias dificultades para el financiamiento externo y un déficit
comercial provocado por las bajas exportaciones, generó una salida de metálico a
través de patrón oro (para pagar las deudas e importaciones) lo que se tradujo en
una caída bastante importante de la circulación monetaria, aumentaron las tasas de
interés para captar depósitos o inversiones y muchos negocios quebraron si no
podían hacer frente a sus deudas. Era la primera gran recesión desde 1890 y sería
la mayor de todo el siglo XX, hasta el final de la guerra la Argentina mantuvo su
cuadro depresivo.
Primera guerra, primera depresión
Durante los años de guerra la Argentina acumuló enormes excedentes
comerciales. En 1915 las exportaciones doblaron a las importaciones, algo que solo
se repetiría en la Segunda Guerra Mundial, pero la economía argentina se enfrentó
a una restricción de oferta derivada de las dificultades para conseguir
importaciones y tuvo que cerrar su economía, depender más de sí misma para
procurarse las manufacturas, la competencia extranjera ya no afectaría a la
naciente industrialización por sustitución de importaciones, más la recesión
interna y las dificultades para conseguir insumos afectarían al país. Diversas ramas
industriales se destacaron, pero la más importante ge la textil y las de alimentos
como provisión a las naciones en guerra, mientras la metalurgia, cerveza y
galletitas entraron en crisis porque dependían de los insumos externos que faltaban
(hierro, malta y lúpulo, hojalata para envases etc.).
Las limitaciones impuestas por la guerra se reflejaron en el cese de la
inversión extranjera, ya sea directa o indirectamente en formad e préstamos para
obras públicas, paralizándose por ej. Las obras del ferrocarril.
También los ingresos fiscales que descansaban sobre los impuestos al
comercio exterior fueron corroídos por la guerra desplomándose la recaudación de
derechos de importación. A pesar de la reducción del gasto público no se pudo
evitar el desequilibrio fiscal.
El déficit de guerra
La crisis de las finanzas públicas dio lugar a una serie de debates legislativos
en torno al presupuesto, los socialistas se oponían a los altos aranceles aduaneros
alegando que afectaban en el consumo de las familias más pobres y proponían en
cambio un impuesto sobre las exportaciones, con lo que se esperaba bajara el
precio interno de los alimentos (menos se exportaba si tenía que soportar un
impuesto extra y más quedaba en el país para consumir, por lo que los precios
bajarían). Todos los proyectos no prosperaron por demasiados intereses contrarios.
Esta sensación de crisis se reflejó en el sector obrero, con un salario deteriorado
por los aumentos de precios que reproducían la inflación mundial. Entre 1914 y
1918 ge mayor la cantidad de emigrantes que inmigrantes y la desocupación
aumentó hasta convertirse en un grave problema social.
Consecuencias económicas de la guerra
Entre 1917 y 1919 el clima de protesta obrera alcanzó su punto álgido y ganó
las calles, creciendo el enfrentamiento entre grupos contestatarios opuestos al
oficialismo. A partir del final de la guerra las condiciones generales del país
mejoraron, calmándose la agitación gremial, aún no estaba definido el papel del
estado en la relaciones trabajadores y patrones.
Un mundo en busca de la estabilidad perdida
Con el Tratado de Versalles quedó claro que la victoria en la guerra otorgaba
derechos. La recuperación de postguerra de Alemania fue muy lenta y en pocos
años cayó en la inflación. Tanto Austria, Hungría, Polonia y Rusia tuvieron que
recurrir al crédito interno para financiar los desequilibrios que había deja la guerra,
A través de la depreciación los países con moneda débil ganaban una ventaja en las
exportaciones y sus competidores les hacían represalias comerciales (bloqueos).
Pero muchos se resistían al cambio de circunstancias, Gran Bretaña se empeñó en
volver al orden de preguerra con una política de altas tasas de interés para atraer el
oro y valorizar la libra hasta tratar de llegar a una relación de igualdad. La
Conferencia de Génova (1922) aconsejó una variante “patrón cambio – oro”, las
reservas de los países estarían respaldadas por el oro y la libra en combinación
ambas monedas. Hacia 1928 este tipo de respaldo fracasó. Inglaterra de posguerra
ya no podía aspirar a ser el centro financiero mundial por el simple hecho que el
mayor poder económico estaba ahora en manos de EE UU que vivía un auge
económico de proporciones inéditas (en la agricultura estaba la prosperidad
americana) y era el principal acreedor mundial situación que ejerció sin muchas
contemplaciones hacia sus deudores europeos.
EE UU aplicaba un proteccionismo furioso y por ello prohibió la compra de
carne cuyas condiciones sanitarias fueran sospechosas. Con la Gran Depresión se
abandonaría definitivamente cualquier ilusión de volver al añorado equilibrio de
preguerra.
Los prósperos años de Alvear
Además del rotundo éxito norteamericano hubo otra importante economía de
América que mostró hacia la década del 20 tasas de crecimiento del ingreso”la
Argentina” que creció más que EE UU, Australia o Canadá. Un país tranquilo, sin
huelgas y con distensión social legisló para conceder derechos a los trabajadores,
reglamentó el trabajo de mujeres y niños y la jornada de 8 hs. y el pago de sueldos
en efectivo y no con vales de alimentos de las industrias empleadoras.
El motor de la expansión económica de los años 20 ge una liberal política de
gastos públicos. El impulso de la sustitución de importaciones terminó al finalizar
la guerra pero nuevas inversiones en la década siguiente se hicieron con capital
norteamericano especialmente manufacturas. La mayor parte de la riqueza
argentina aún se generaba en el campo en un modelo de país que no difería
demasiado del de los hombres del 80.
Producir, exportar, importar
A pesar de las fluctuaciones cíclicas que afectaron el intercambio comercial
entre Argentina y el mundo la tendencia básica es un aumento en el volumen del
comercio, pero tuvo que ver más con las compras que con las ventas porque las
importaciones eran la reanudación de los envíos suspendidos durante la guerra.
Comerciar, esa costumbre argentina
Las comparaciones con el resto del mundo confirman que la Argentina era,
para su tamaño una economía que participaba activamente en el comercio
internacional.Terminada la guerra los agricultores argentinos tuvieron que
enfrentar la misma caída de precios que sus colegas norteamericanos
prolongándose las dificultades hasta 1923. A partir de entonces se mejoró la
balanza comercial.
Negociando en mejores términos
Mientras que Inglaterra siguió siendo el mercado más importante para los
productos argentinos EE UU se convirtió en el principal proveedor. Con la Gran
Depresión ya no sería buen consejo exportar sin mirar a quien, a partir de entonces
se impondría la política de “comprar a quien nos compra”. En Argentina siguió
insinuándose de exportaciones de productos agrícolas reemplazando a los
ganaderos, no es que el comercio de carnes estuviera estancado sino que la carne
enfriada de mejor calidad, terminó de desplazar a la carne congelada, pero el
grueso de los envíos se centró en el trigo, maíz y lino, en ese orden de importancia.
Las pampas seguían siendo ma mejor marca nacional, el granero del mundo.
Ocaso en la pampa húmeda
Luego de la guerra había cesado la fiebre del ferrocarril, además las zonas más
fértiles del país ya casi habían completado su cruzamiento en vías férreas que las
conectaban con el comercio mundial., ya no se podía como en décadas anteriores
agregar más tierras al área de cultivo y alcanzarlas con el tren.
Mientras el área sembrada apenas aumentaba la producción seguía creciendo
No deja de sorprender que a pesar del estado estacionario de la superficie el
sector rural pampeano aumentara su producto en todos los rubros principales,
capitalizándose por las importaciones de máquinas para la agricultura y un
aumento de la tecnología antes de la Gran Depresión. .
En el caso de la agricultura la expansión fue en parte el resultado del aumento del
área sembrada.
Gracias a los altos rendimientos
Según el gobierno radical las actividades primarias merecían un trato
benévolo, en muchos proyectos se nota la preocupación por la situación del
arrendatario rural aunque las leyes del régimen de propiedad de la tierra no fueron
muy integradoras. Solo después de 1921 una nueva iniciativa de reforma previó una
compensación por las mejoras realizadas en el período del alquiler y la Junta Rural
o la creación del Banco Agrario y Banco Hipotecario para facilitar los créditos al
agro, ya que los anteriores proyectos no habían prosperado.
Más atención prestaba el gobierno a los debates en torno a l comercio de
carnes debido a las sospechosas actividades de los frigoríficos, disponiendo la
creación d eun frigorífico estatal en la Cap.Federal, que impuso un precio mínimo
para la venta de ganado por kilo vivo., las presiones obligaron a Alvear a suspender
su aplicación.
Lejos de Bs.As. Las legumbres, vid, frutas, algodón, caña de azúcar, tabaco,
yerba se beneficiaban con la ampliación del mercado interno sostenida por el
aumento de población siendo las necesidades internas las que daban impulso a la
industria manufacturera.
La industria en los 20: inversión externa y políticas públicas
En los años 20 la vida económica nacional aún giraba alrededor de la
producción primaria, pero la importancia del campo era cada vez menor respecto a
la de la industria.
El avance de la industria
Durante la guerra de 1914 algunos productos europeos no se pudieron
transportar y bajo la competencia con los locales tanto que se ha fechado esa
década del 20 como origen de la industrialización argentina que se dirigía al
mercado local pero parte era con inversiones foráneas.instal
Ándose empresas extranjeras (norteamericanas y alemanas) siendo las
actividades preferidas químicos, metales y artículos eléctricos y al petróleo (1913)
naciendo los primeros conflictos entre YPF (nacional) y el capital
petrolero.nortemericano que atrajo actividades automotrices y de caminos
Las políticas gubernamentales para proteger a la industria local eran
complejas ya que los bienes importados tenían un impuesto que no se calculada
sobre su valor real sino sobre un valor oficial estimado llamado “valor de aforo”. La
reforma de 1923 ge una acción oficial significativa. Quien más se perjudicaba con la
instalación de empresas de otros países en la Argentina era Inglaterra como
proveedora del mercado argentino. La maquinaria importada para esas empresas
extrajeras hacía que las divisas se derivaran a otro país perjudicando a Inglaterra.
Alvear no sólo veía favorable a las industrias que estimulaban la demanda por
la producción primaria local sino que veía con buenos ojos las manufacturas en
general, no había en Argentina demasiado interés por las novedadosas experiencias
de la Unión Soviética en materia de apropiación pública de excedente agrícola.
Un equilibrio delicado
Las inversiones británicas habían sido uno de los pilares en la expansión
argentina hasta la Primera Guerra Mundial siendo los ferrocarriles el rubro de
mayor importancia y la medida en que el progreso económico había dependido del
financiamiento exterior, la interrupción de este capital británico desde 1914 fue
probablemente la consecuencia más perjudicial de la guerra para la economía
nacional, la posibilidad de seguir financiando el crecimiento argentino con
préstamos e inversiones ingleses estaba descartada tanto que en 1818 Argentina le
concedió un crédito a Inglaterra para la compra de cereales. El candidato a
reemplazar a Gran Bretaña como proveedor de capital era obviamente EE UU que
no ge invertido en infraestructura sino en el sector industrial tratándose desde los
años 20 la instalación de Krysler, General Motor IBM Good Year. El impacto de
una reducción de inversión extranjera sobre las perpesctivas de crecimiento de un
país depende de la magnitud de ahorro nacional, los bajos niveles de ahorro e
inversión menores a otros países (Australia) han sido explicados como resultado de
una población con una mayor tasa de dependencia causado por la tendencia
cultural de inmigrantes latinos a tener muchos hijos a diferencia que los pueblos
anglosajones.
La despreocupada administración de la prosperidad
La propensión de Argentina a consumir mucho y ahorrar poco en épocas de
optimismo se notó también en el Estado gastando por demás de los ingresos
impositivos. Durante la Primera Guerra la dependencia de los ingresos públicos
respecto de los impuestos al comercio había reflejado un aumento del
endeudamiento público, siendo alta la deuda flotante originada en desequilibrios
imprevistos (colocaciones a corto plazo). El manejo fiscal durante Alvear fue
ordenado pero no austero siendo esta deuda flotante convertida en obligaciones de
más largo plazo, este deterioro en la situación presupuestaria se potencia con la
Gran Depresión hasta convertirse en carga para las administraciones de los años
30, para solucionarlo no bastaría con emparchar el sistema fiscal que dependía de
los impuestos al comercio exterior. La Depresión sería el empujón final al sistema
monetario que venía decayendo.
Avatares de la moneda
El abandono de la convertibilidad de 1914 no derivó en una desvalorización
del peso, al contrario al reducir importaciones durante la guerra se ahorraron
divisas traducidas en excedentes comerciales. A partir del 20 cambió comenzando a
deteriorarse la balanza de pagos (deuda externa, transferencia de dinero de
inmigrantes a familias en el exterior, etc.) Una vez más los eventos externos
liberaron al gobierno de la responsabilidad de alterar el tipo de cambio. Hacia 1924
hay una recuperación de precios en productos agropecuarios que inaugura otra
etapa favorable. Con el aumento del valor dólar las exportaciones podían venderse
al exterior en condiciones más favorables reflejándose en el mercado interno este
aumento así la caída del peso estaba asociada a precios más altos de alimentos, las
fluctuaciones del peso pueden verse como un síntoma de dependencia externa de la
Argentina de entonces.
Hacia el abandono definitivo de la convertibilidad
Cuando Alvear decide retomar la paridad $ 2,27 papel por pesos oro en 1927
Argentina se integra al sistema de patrón oro que regía en los países más
importantes y que permitía alentar una esperanza de estabilidad como había sido
antes de la Primera Guerra, pero el optimismo esta vez ge breve, ya que los
mercados de bienes y capitales de los que dependía el equilibrio externo
empeoraron rápidamente además la buena campaña agrícola de Europa perjudicó
la exportación argentina, mientras la demanda interna todavía impulsaba a las
importaciones, la balanza de pagos comenzó a tener signos e debilidad creciente.
Temiendo los efectos internos una contracción monetaria brusca Irigoyen suspende
la convertibilidad antes de finalizado 1929.
Un modelo agotado?
El estancamiento en el área sembrada se ha considerado como un indicio de
que ya no había posibilidad de desarrollarse dedicando la mayoría de sus recursos
al sector agropecuario, de hecho los años 20 muestran que la atracción para las
nuevas inversiones no venían tanto del sector rural como industrial, pero la
producción primaria siguió siendo la actividad clave gracias a precios de
exportación favorables además los terratenientes no se mostraron propensos a
involucrarse en actividades industriales. Esta idea de demora en la transformación
económica a una economía más industrial lleva implícita una crítica de porqué los
gobiernos siguieron depositando las esperanzas en un esplendor rural que
comenzaba a ser un recuerdo. El desarrollo de actividades manufactureras durante
la primera década de entreguerras ge bastante importante. Las ventajas
comparativas de la Argentina estaban cambiando a favor de la industria y el
gobierno debía actuar en consecuencia. Un primer desafío a la teoría de la demora
consiste en discutir que la política económica fue librecambista, por el contrario
afirmar que fueron antiindustrialistas es exagerado, pero lo más acertado es que la
industria recibió apoyo oficial en la época radical. Es que, además de los interese
privados afectados por la política económica estaban en juego las convicciones
acerca de que un mercado librado a su propio arbitrio es capaz de organizar la
producción de la mejor manera. Los proteccionismos del exterior perjudicaban a
un país dependiente de sus exportaciones mientras que las posibilidades de seguir
creciendo en base a agricultura eran mínimas ya que estaba estancada. Una política
económica que impulse la industrialización implicaba un realineamiento
internacional, al cerrarse la economía se dependería menos de la importaciones de
Inglaterra y de las exportaciones a ese país, por otro lado se estimularía con ello la
inversión directa de capitales extranjeros sobre todo de EE UU en el sector
industrial emergente y acercarse al más poderoso. La ausencia de políticas de
industrialización no es la única, el bajo nivel de ahorro nacional y dependencia del
mercado inglés y problemas fiscales fueron herencia que pesaron sobre los
gobiernos posteriores a 1930. Era inevitable el derrumbe del sistema que se había
montado hacia el 80? Y en ese caso. Había en la década del 20 signos perceptibles
que anunciaran ese derrumbe? Ningún gobierno ni economistas podrían prevenir
turbulencias futuras.
CAPITULO III
POLITICA ECONOMICA EN TIEMPOS DE CRISIS (1929-1940)
El retorno de la vieja política
Hipólito Irigoyen debió enfrentar algunos problemas y oposición en sus dos
primeras administraciones 1916-19220, 1928-1930. Tras la prosperidad y calma
política de Alvear Irigoyen volvió al poder con un masivo apoyo en la opinión
pública y su caída no ge un acontecimiento del todo impopular. La crisis de esta
tercer gobierno radical se debió a errores propios pero también a culpas ajenas, el
poder ejecutivo se contagió de inacción de su jefe e impotente a una oposición
creciente, el desgaste de su gobierno se acentuó con la prédica de los socialistas
independientes y en menor medida demócratas progresistas y comunistas. Fuera
del propio gobierno no había nadie con voluntad suficientemente fuerte como para
contrarrestar la conspiración contra el presidente que preparaba Uriburu a inicios
del 30, suma a esto la sensación de crisis económica generaba descontento hacia el
gobierno, así el 6 de setiembre de 1930 Uriburu toma el poder sin derramar sangre.
Este golpe fue el primero de una larga serie, más allá del derrocamiento de Irigoyen
los objetivos de distintas facciones militares eran conflictivos en cuanto al tipo de
gobierno que debía llevarse adelante, los partidarios de Justo buscaban legalidad
sin Irigoyen, Uriburu pretendía reemplazar el sistema de partidos por uo de
representación corporativa, este sueño duró poco ya que el radicalismo
antiirigoyenista tuvo una actitud de oposición al régimen y acercamiento a los
derrotados, imponiéndose Justo en las elecciones de 1932 . Su administración fue
una restauración de formas y proyectos de gobiernos anteriores al predominio
radical, no mostró mayor aprecio por las prácticas democráticas que Roca
fraguando resultados electorales como “fraude patriótico”. Federico Pinedo fue su
Ministro de Hacienda. Los 30 se cerraron con la débil presidencia de Ortiz cuya
oscura elección no impidió intentar un retorno a prácticas electorales saludables,
renunciando en 1940. La Segunda Guerra Mundial y ausencia de un liderazgo
abrieron camino al golpe de estado de 1943 que daría ascenso a Perón.
Un diluvio universal: la gran depresión
Durante la década del 20 el desempeño económico mundial no tuvo la solidez
previa a 1914, Argentina retomó la senda del crecimiento interrumpido durante la
guerra recuperándose algo el comercio internacional, Inglaterra perdió a manos de
EE UU el liderazgo económico mundial, nadie previó la tormenta que se avecinaba,
el derrumbe de la Bolsa de Valores en 1929 ge el primer signo de lo que se vendría,
muy pronto esta pesadilla sería la Gran Depresión, al principio se pensó que era
una nueva recesión pero la caída de precios de las acciones entre 1929 y 1933 fue
solo un síntoma del cataclismo que vivió el sector de la economía, la inversión se
desplomó.
La discusión de las causas de la depresión han sido polémicas, según Keynes,
el ánimo inversor de los empresarios tuvo una recaída en tiempos de crisis, este
descenso se transmitió a la producción y el empleo. Otra versión apunta a la
disminución del consumo como causante de la crisis productiva, la tesis
monetarista acusa al Reserva Federal por no haber prevenido y corregido los
quiebres bancarios que generaron contracción del crédito impidiendo el
financiamiento normal a inversores y consumidores. Si bien el origen de la crisis
estuvo en problemas internos de EE UU se trasmitió al resto del mundo, cada país
intentó evitar la competencia de importaciones extrajeras.
Repercusiones de la crisis en un país expuesto
Argentina había aunido el papel de exportador de alimentos e importador de
manufacturas en el sistema de división internacional de trabajo que giraba
alrededor de Gran Bretaña, las exportaciones eran importantes para mantener
altos niveles de empleo y además para importar aquellos bienes que Argentina no
producía , más importante aún que los bienes industriales de consumo era la
maquinaria y equipo necesario para las inversiones urbanas y rurales e insumos
usados por la industria cada vez mayor, la Depresión afectó las posibilidades de
importaciones del país cayendo los precios de los productos de exportación. La
mejora de métodos de producción agrícola ganadera, utilización de abonos, y
mecanización más eficiente de la producción generaron un aumento de oferta
mayor a la demanda que baja el precio de las materias primas.
La crisis del comercio no fue la única fuente de problemas para la balanza
comercial, antes del 30 el país tuvo interrupciones de los flujos de capital siendo el
golpe de gracia al sistema monetario; teniendo dificultades para obtener
financiamiento siendo perjudicial por endeudarse en la década de la crisis.
Primeras reacciones: el control de cambios y disciplinas presupuestarias
Los motivos que tenía el gobierno para la defensa del peso era el temor a que
la depreciación dificultara los pagos de la deuda ya que el gobierno recibía ingresos
en pesos y pagaba sus deudas en moneda fuerte, quienes retiraban sus depósitos en
pesos del sistema bancario generaron una delicada situación e iliquidez
restringiendo el crédito y el normal funcionamiento de la economía. Los bancos
comenzaron a tener problemas y el gobierno se vio obligado a emitir dinero sin
respaldo a través de la Caja de Conversión, la expansión de oferta de dinero sin
respaldo acentuó la depreciación del peso. El control de cambio ge un intento a
frenar esto sin achicar el crédito ni perder reservas siendo la Comisión de Control y
Cambios la encargada de centralizar y distribuir esas divisas asegurando a
gobiernos municipales, provinciales y nacionales la moneda extranjera necesario
para su pago de la deuda externo, luego se usaba para importaciones de materia
prima y bienes de consumo indispensables. En seguida surgió el problema de
fondos bloqueados teniendo que esperar los proveedores del exterior los pagos
remitidos por Argentina por las ventas efectuadas a ésta. Obligadamente se redujo
las importaciones derrumbándose la recaudación en la aduana, otras medidas
fueron crear un impuesto a las transacciones de empresas, impuesto al ingreso y
gravamen al combustible como fuentes de recaudación. En cuanto a los gastos los
salarios públicos se redujeron, economía en costos de administración
traduciéndose en una menor inversión pública.
Cerrado el financiamiento externo y con la negativa del Banco Central a
adelantar créditos al gobierno se decidió la emisión monetaria para cubrir
necesidades fiscales.
El impacto social
Los problemas de los balances de pago y cuestiones presupuestarias no
mostraron el grado más terrible de la depresión, al desmoronarse el comercio se
derrumbó la producción sin embargo la caída del ingreso no ge tan profunda en
comparación a otros países (EE UU, Chile), la consecuencia más dramática fue la
aparición de desempleo invirtiéndose las posibilidades de trabajo de la inmigración
del 80 a 1914 a una desocupación masiva, las compañías ferroviarias inglesas
arreglaron con los sindicatos sistemas de salarios solidarios que combinaban
reducción de horas con recortes de salarios para evitar despidos masivos tanto
urbanos como rurales.
Las nuevas ideas económicas
Se deja de lado la idea de que los ingresos del estado debían cubrir todos los
gastos porque esto no refleja la realidad. La nueva receta keynesiana de compensar
la caída del gasto privado con un aumento de compras gubernamentales o sea
aumentar el gasto público para crear empleo no tuvo aceptación. El
recrudecimiento del desempleo y dificultades de muchas industrias para seguir
exportando mostraron que el apego al patrón oro no fue la mejor política en el
marco de la tendencia recesiva de la economía británica, pasando los países
europeos a un sistema monetario más flexible y menos vulnerables a las
fluctuaciones externas. En el ámbito del comercio internacional fueron desafiados
la doctrina del libre comercio universalmente aceptada, se sostenía que con el
acceso de más países al progreso tecnológico se disminuían las diferencias
internacionales de productividad, las economías se diversificaban, ser reducían los
incentivos a comerciar. El intercambio comercial entre naciones pasó a ser fruto de
acuerdos bilaterales de preferencias aduaneras, EE UU e Inglaterra, los dos
principales socios comerciales de Argentina contribuyeron al florecimiento del
proteccionismo en sus países.
El comercio triangular y el pacto angloargentino
Esta dificultad de los productos argentinos por encontrar mercados de
exportación generada por la caída de demanda se vio agravada por la escalada
proteccionista de Europa y EE UU, Inglaterra era más importante como comprador
de productos que como vendedor en la Argentina de manufacturas siendo la
balanza comercial con Inglaterra con saldo positivo mientras que EE UU era
inversamente ya que tenía un sector rural importante y era más difícil la colocación
de productos primarios argentinos en ese país sobre todo después de que se
resistiera a la importación de carnes con la excusa del control sanitario. Los
británicos argumentaban que las importaciones argentinas debían recaer más
sobre los ingleses más que sobre los norteamericanos. El otorgamiento de
privilegios a las importaciones desde Inglaterra era una valiosa prenda de cambio
que convencía a los británicos a levantar sus barreras a las carnes y otros productos
argentinos en el caso de una eventual negociación; en cambio los industriales se
encontraban con que las restricciones a las importaciones puestas por la depresión
alejaban la competencia extranjera y permitían mayor expansión de sus
actividades.
El Pacto Roca-Runciman fijó un sistema de cuotas decreciente para las carnes
argentinas en el mercado ingles, los ganaderos argentinos querían revertir esa
situación, su presión a favor de un tratado comercial con Inglaterra se resumía a
“comprar a quien nos compra”. La concesión de preferencia a las importaciones
inglesas era la carta de negociación argentina. La razón de la presión inglesa por
rebajas arancelarias preferenciales era por la necesidad de atender algunas de sus
industrias de exportación, también demandaron una rápida solución al problema
de los fondos bloqueados, deudas en libras de productos británicos que el control
de cambio había impedido girar a Inglaterra y además promesas mutuas de trato
benévolo a los productos del otro país. El Pacto Roca-Runciman privilegió ante
todo el interés ganadero influyendo estos ganaderos en el gobierno para que éste
otorgara concesiones muy amplias a Inglaterra. Las autoridades argentinas fueron
débiles en las negociaciones y el cumplimiento no ge recíproco. Pero en otros
ámbitos hubo concesiones no estipuladas explícitamente por el Tratado como el
otorgamiento de cambio especial para las importaciones ferroviarias y la
discriminación en contra de terceros países en la distribución de divisas Fue
conveniente el acuerdo Roca-Runciman? No fue conveniente porque el gobierno
era débil y se recostó en su socio más antiguo e importante aunque las condiciones
no fueran del todo favorables a Argentina, dándose paso en el país designado como
granero del mundo a otro más moderno basado en las fábricas.
Un gobierno en acción
A mediados del 1933 Justo designa en el Ministerio de Hacienda a Pinedo este
gabinete aprovechó el acuerdo Roca-Runciman para tomar medidas más
consistentes en respuesta a la crisis, la acumulación de fondos bloqueados hacía
necesario rediseñar el sistema de control de cambios las principales modificaciones
fueron: a) establecimiento de un permiso previo para la importación en función de
las disponibilidades de divisas del país; b) se abandona el control absoluto y se
controla sólo lo que se puede controlar, lo demás se deja afuera en un mercado
libre ; c) el desplazamiento de los tipos de cambio abandonando el tipo bajo para
reemplazarlo por un nivel más acorde a las circunstancias. El mercado cambiario se
desdobló en oficial y libre. Las importaciones de Inglaterra tenían garantizado su
participación en el mercado oficial. En el mercado oficial pasaron a cotizarse dos
tipos de cambio distintos: vendedor y comprador. El gobierno con lo obtenido del
margen de cambio ayudó a los productores agrícolas y ganaderos que sufrían la
caída de precios mundiales de alimentos. Se crea la Junta Nacional de Granos que
compra los cereales a precio superior al mercado y los vende cuando se presenten
las condiciones favorables.
Las conversiones de deuda y el manejo fiscal
La deuda interna flotante era una carga más pesada que la deuda externa, se
dio a los tenedores de títulos nacionales la posibilidades de venderlos al gobierno o
canjearlos por un nuevo papel que pagada un menor interés anual pero durante un
período más largo, la conversión de la deuda interna generó un ahorro para el
Estado y aceptación de los acreedores, esto mejoró la situación fiscal, la austeridad
del gobierno se reflejó en políticas impositivas y reducción del gasto eliminando
organismos superfluos pero lo más importante en materia presupuestaria fue la
unificación de impuestos internos que reemplazó a gravámenes provinciales y
nacionales permitiendo reavivar la inversión pública principalmente la red vial.
La creación del Banco Central
Las entradas y salidas esporádicas del patrón oro habían impedido
institucionalizar un régimen monetario ordenado durante los períodos de
inconvertibilidad, se entregaban pesos contra oro en las ventanillas de las Cajas de
Conversión. El control de la solidez bancaria, del préstamo a los bancos y el manejo
de títulos del gobierno eran funciones realizadas por distintos organismos cuya
centralización en una sola institución Banco Central evitaría incoherencias políticas
creándose en 1935 el Banco Central. Su función era concentrar reservas para
moderar las consecuencias de las fluctuaciones de las exportaciones y de las
inversiones de capital extranjero sobre la moneda, crédito y actividades
comerciales, regular el crédito y los medios de pago, controlar a los bancos, actuar
como agente financiero y aconsejar al gobierno en la emisión de empréstitos y
operaciones de crédito.
Esta ley de bancos fue complementada con la creación del Instituto
Movilizador de Inversiones Bancarias para sanear el sistema bancario, para
absorber los activos de muchos bancos que estaban en problemas.
El Banco Central se convirtió en uno de los instrumentos fundamentales de la
política económica.
Nuevas turbulencias, los ciclos del 34 al 39
A partir del 34 los capitales extranjeros volvieron a entrar creciendo la
producción desde el 33 y en el 35 se había superado el nivel previo a la crisis,
también se revirtió la balanza de pagos. El Banco Central recomendó a otros bancos
una política de préstamos conservadora y un fortalecimiento de sus reservas Esta
recuperación se detuvo con una nueva recesión mundial a la crisis de EE UU se
sumó cosechas pobres y nueva baja de precios cayendo nuevamente las
exportaciones y el peso se depreció en el mercado libre, la actividad interna
también se resintió. Las autoridades ensayaron medidas compensatorias: en Banco
de la Nación inició una política liberal de préstamos incentivado por una ley de
crédito agrario, pero temían resultados contraproducentes ya que la expansión del
crédito aumentaba la demanda y demoraba la necesaria reducción de las
importaciones. La idea era que el poder de compra creado por el crédito se desviara
hacia la demanda de bienes nacionales. Debido a que Europa marchaba hacia la
guerra ya no se podría volver a la normalidad.
Argentina industrial
Pese a su falta de carbón y hierro Argentina se hubiese convertido en el país
más industrializado después de Brasil en Sudamérica. Este desarrollo industrial no
se limitaba como antes a frigoríficos, ingenios, bodegas (actividades primarias
tradicionales destinadas a la exportación,), florecieron industrias manufacturas
para satisfacer el consumo interno, textiles, vidrio, papel, caucho, aparatos
eléctricos, etc. dependiendo menos de lo importado. Se considera la era de los 30
con la del gran saldo de la industria argentina, otros son el período previo a 1914,
los años 20 y Segunda Guerra Mundial contribuyendo más que la agricultura el
crecimiento del producto todo gracias al derrumbe del comercio exterior. Las
políticas de gobierno especialmente el control de cambios garantizó que la crisis de
exportaciones se tradujera en una caída no menor de importaciones. Esa
restricción de la competencia externa en los productos manufacturados generó lo
que se llamaría una industrialización por sustitución de importaciones que ya no
entraba al país. El sistema discriminatorio de cambios y privilegios arancelarios
para productos británicos favorecieron a la producción de artículos y competían
con los norteamericanos ya que las importaciones de ese origen resultaron
castigadas instalándose así empresas estadounidenses directamente en Argentina
saltando barreras aduaneras y de cambios.
La reducción en las importaciones ge lo que hizo aumentar la producción
manufacturera: tejidos de algodón, neumáticos, extracción y refinamiento de
petróleo lideraron la expansión también la elaboración de algunos alimentos como
conservas de frutas tomates y aceites comestibles., del mismo modo se vendieron
productos manufacturados en el exterior pero esto se observó a partir de la
Segunda Guerra Mundial, sobre todo para reemplazar a proveedores habituales
ocupados en la producción bélica. Esta idea de restricción de importaciones para
mejorar la industria local y competir con el extranjero llevaría con el tiempo a un
proteccionismo demasiado forzado pero en el 30 aparecía razonable. El
crecimiento industrial fue causa y consecuencia de un acentuado proceso de
urbanización la crisis de el sector agropecuario expulsó a trabajadores rurales a las
ciudades donde el componente extranjero de fuerza laboral fue decreciendo
paulatinamente, el aumento del empleo urbano da mayor impulso a la actividad
gremial, el cerrado partidismo ge reemplazado con una actitud menos doctrinaria
que valora las concesiones a los trabajadores. El estancamiento de la inversión fue
provocado por las dificultades para importar bienes de capital.
Una década de innovadores?
Cuanto más altas las tarifas de comercio, más depreciado el peso y más
estricto el control de cambios menos efectiva era la importación y rentable su
sustitución por productos nacionales. El objetivo explícito del control de cambios
ge el racionamiento de las importaciones para detener el déficit de la balanza de
pagos. La mejor prueba de que el gobierno no buscó alterar la estructura agraria del
país ge la firma del Tratado Roca-Runciman, los privilegios concedidos a Inglaterra
concedidos en estas cláusulas son una muestra que tenía el gobierno para resucitar
el comercio exterior. Los gobiernos del 30 manejaron el ciclo económico
estimulando la actividad interna a través del gasto público esto se refleja en un
programa de rutas y caminos y aumento del aumento estatal con una política
prudente. El control de cambios, Banco Central, Juntas Reguladoras de Granos y el
impuesto al ingreso fueron creación de esos años representando la herencia de
diseñadores de la política económica de administraciones posteriores.
La guerra y el plan Pinedo 1940
El final de la década del 30 fue convulsionado en la Argentina, el temor de una
nueva Depresión se propagó pero se estaba mejor preparado y el Poder Ejecutivo
presentó al Congreso un plan de reactivación económica derrotado en el
Parlamento el principal problema era la crisis del comercio exterior con las
influencias sobre la actividad interna. Este plan recomendaba compra de cosechas
invendibles y mayor restricción de importaciones a esto se le suma las
construcciones populares para alentar la ocupación y mayores facultades al Banco
Central para regular el crédito, este apoyo a la construcción lograría mantener y
desarrollar la demanda de artículos industriales.
No se trataba de un intento de industrialización ligado a la sustitución de
importaciones y al desarrollo del mercado interno al contrario reforzaba el fomento
de las exportaciones industriales que se había iniciado con el control de cambios
del 33, ante un problema similar al 30 la política económica respondió de manera
distinta ya no se trataba de equilibrar el presupuesto y tomar medidas de
emergencia esperando una vuelta al paraíso sino que se reconociera una mayor
incumbencia del Estado en materia de asuntos económicos este reclamo de
intervencionismo se convertiría en política oficial hacia el 40.
CAPITULO IV – ASCENSO Y APOGEO PERONISTA (1940-1949)
MILITARES AL GOBIERNO
Los 30 vieron crecer una esperanza de mayor democratización de la política
argentina, después de 10 años sin comicios limpios. Ortiz se preocupó por la
limpieza electoral, su sucesor Castillo tenía una posición distinta en relación a la
Segunda Guerra Mundial, sin alterar la neutralidad argentina se mostró simpático
con las naciones aliadas. El sentimiento nacionalista predominada entre los
militares, si el golpe del 30 había sido un fracaso desde lo político no puede decirse
lo mismo en cuanto a sus proyecciones ideológicas. Cuando la Unión Soviética
entra en la guerra creció el recelo hacia los aliados ya que la posibilidad de pelear
de su lado era sencillamente inaceptable para la mayoría de las fuerzas armadas
cuyo anticomunismo era señalado como el aspecto más estable de su misión del
mundo. El retorno despreocupado a las prácticas fraudulentas terminó de
distanciar la debilitada oposición de los partidos políticos, pero tampoco el
oficialismo podía contar con el apoyo de los militares, en los círculos militares el
gobierno de Castillo era visto como una administración débil fundada en un
sistema corrupto dentro de esas fuerzas armadas politizadas tomó fuerza una logia
que sustentaba las premisas compartidas de muchos oficiales: mantener la
neutralidad, impedir la penetración comunista y asegurar el peso de los militares
como elemento estabilizador era el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) éste
estableció contactos con sectores opositores al gobierno para dar un golpe en
Setiembre de 1943.
La Revolución de 1943 resultó bastantes improvisada, como en el 30 su única
decisión era derrocar al presidente, el Gral. Ramírez ascendió a la presidencia pero
su gobierno ge dominado por miembros del GOU entre los que se destacan el Gral.
Farrell y el Coronel Perón.
La política entre los años 43 y 45 giró en torno al ascenso político de Perón y
la posición internacional de Argentina ante una guerra cuyo curso parecía ya
definido, desde la Secretaría de Trabajo entabló relaciones con gremios y se ganó el
apoyo de algunos políticos dando claros indicios de sus ambiciones. Recién en 1944
rompen relaciones con Alemania y Japón provocando la reacción de militares
antinorteamericanos cayendo Ramírez reemplazado por Farrell.
Economía argentina ante un nuevo impacto exterior
La influencia de la Segunda Guerra Mundial en la economía argentina hizo
sentir su cambio más profundo. Al iniciarse el conflicto en el 39 la recuperación
post-depresión era un hecho pero en la economía argentina en todo el 40 quedaron
huellas profundas de la crisis: las instituciones creadas como reacción al derrumbe
Banco Central, controles cambiarios, Juntas Reguladoras y una industria nacional
favorecida por esas mismas industrias. El impacto fundamental de la Segunda
Guerra estuvo ligado a las mayores dificultades para el comercio internacional. El
Plan de Pineda ge un intento de minimizar el perjuicio a la economía nacional,
Pinedo proponía la extensión al crédito industrial y vivienda, e intervención del
Estado para sostener los precios de productos exportables el plan fracasó por
razones políticas pero el tiempo demostraría que había un error en las previsiones.
La expansión de la producción argentina provino sobre todo de la industria que se
exportó en magnitudes importantes especialmente a otros países de América
Latina que encontraron las mismas dificultades que Argentina para importar desde
Europa y EE UU. El efecto neto de la Guerra sobre la industria parece haber sido
favorable ya que se contó con el apoyo técnico de EE UU que a través de su
Comisión para el Desarrollo Interamericano se aseguró productos provenientes de
América Latina creciendo así su mercado comparado con el descalabro económico
de los países europeos, la economía Argentina entre el 39 y 45 no puede dejar de
considerarse buena, pero el contraste es tramposo en realidad no era tan óptimo ya
que la agricultura se había estancado en años de guerra y la escasez de materias
primas y bienes de capital en la industria estaba impidiendo la satisfacción de
demanda por productos industriales, es más sensato hablar de un
desenvolvimiento mediocre más que razonable. En muchos sectores la industria
era vista como garantía de un desarrollo sostenido y autónomo, si hasta entonces la
habían beneficiado las condiciones de la guerra había que consolidarla a través de
políticas gubernamentales.
El eje militar industrial
La idea de hacer de la Argentina una nación industrial a través de políticas
estatales tenía antecedentes del siglo XIX, en el 30 la Unión Industrial Argentina
resaltaba los beneficios que acarreaba la sustitución de importaciones por
producción manufacturera local sin embargo lo calificaron a la Argentina antes del
30 como una país fuertemente proteccionista algo que es exagerado estas medidas
fueron en general bastante improvisadas y resultó de una combinación en distintas
proporciones de tres factores: necesidad de recaudación fiscal con impuesto a las
importaciones, deseo de restringir compras al exterior para evitar desequilibrios
comerciales y presiones de algún sector económico con suficiente poder. No hubo
una política coherente de fomento a la industria en general esto comienza a
cambiar antes del 40 es decir antes de peronismo. Entre el 40 y 43 la política de
redescuentos del Banco Central favoreció la industria más que la agricultura y
comercio, se dictaron leyes de promoción industrial, se creó la Flota Mercante del
Estado y se sancionó la ley de fabricaciones militares. No resultaba claro que
industrias debían contar con el apoyo oficial, si las naturales o artificiales. La Unión
Industrial Argentina había mantenido una posición que no reparaba en
distinciones interindustriales. Cuales eran los fundamentos de esta ola
industralista? Esas industrias son la base de liberación económica y autonomía
nacional, las Fuerzas Armadas, ahora gran actor político hicieron suyo ese discurso
y esta coincidencia industrial –nacionalista se limitaba a la fabricación local de
material bélico reflejado en la creación de la Dirección de Fabricaciones Militares
en 1941, esa simpatía se expendió a toda la producción de manufacturas civil
acercándose a la idea de la Unión Industrial Argentina. Hacia 1943 se planteaba la
necesidad de sustituir importaciones en general sin discriminar entre industrias
naturales y artificiales, se opta por una industrialización cerrada al darse prioridad
crediticia a productos destinados al mercado interno.
El Consejo Nacional de postguerra comandado por Perón refleja en sus
documentos que se proponía una industrialización razonable y la necesidad de
suprimir aquellas actividades que terminada la guerra carezcan de razón de existir.
Pero esta idea de Perón sobre industrialización cambiaría comenzando a ver con
mejores ojos la posibilidad de intensificar la industrialización para él era una pieza
fundamental de los problemas que debía enfrentar la economía argentina en
postguerra. En ese sentido una de las preocupaciones centrales era el nivel de
empleo, el estímulo provocado por el conflicto mundial había hecho crecer el
empleo industrial. Con el fin de la guerra había una caída del empleo industrial
para Perón no era solo un problema económico sino político su éxito dependía del
apoyo de los trabajadores, los inmigrantes que llegaban del campo a la ciudad
estaban disponibles para satisfacer su demanda.
Perón al poder
La relación de Perón con los sindicatos se inicia meses después de la
revolución del 4 de Junio para ese entonces la CGT estaba dividida en la CGT 1
agrupaba gremios menos politizados que la CGT 2 dominada por socialistas y
comunistas esta última fue disuelta en julio. El gobierno intentaba un mayor
control sobre los sindicatos sin embargo en la tan resistida intervención a la
Fraternidad y Unión Ferroviaria estaba el germen de lo que sería la más decisiva
participación sindical en la historia argentina. Cuando en el 43 Perón se hace cargo
del Departamento de Trabajo era evidente que la política de control y dominación
que el gobierno estaba ejerciendo sobre los sindicatos no servía ni siquiera a sus
propios fines. Estos argumentos sumados a una pretensión personal de poder
convencieron a Perón que era hora de pasar de una política de control a una de
concesiones, esto se facilita por la creación de la Secretaria de Trabajo y Previsión
encabezada por él siendo beneficiados primeramente los trabajadores ferroviarios a
quienes se les aumentó el salario, se otorgó subsidios para prestaciones sociales y
se falló a favor de disputas contra compañías de trenes así consiguió sus primeros
adherentes, todo esto tenía una intencionalidad política mantener excluidos a los
sectores socialistas obtuvo lo máximo de la estructura gremial potenciando las
organizaciones que apoyaron su política laboral debilitando las que mostraban
mayor independencia.
Se instalaba una vez más la cuestión de la participación política de los
sindicatos. Perón aprovechaba la ambición política de muchos dirigentes sindicales
partiendo así la propuesta de respaldar su candidatura a partir de la constitución
de un partido Laborista, la oposición democrática se organizaba para combatir sus
aspiraciones encabezada por radicales y socialistas. Desde la Universidad, prensa y
empresariado descontento por las medidas sociales partían presiones. Perón antes
de ser detenido y enviado a Martín García se despidió con un mensaje radial esto
hizo reaccionar a los gremios que organizaron una movilización popular organizada
por sindicatos pero también alimentada por los trabajadores que marcharon a
Plaza de Mayo volcando la crisis a favor de Perón forzando su restitución al
gobierno, desde ese 17 de Octubre de 1943 hasta febrero de 1946 se vivió un clima
de agitación electoral jamás visto. El apoyo de los sindicatos, iglesias y militares, en
ese orden decidió el triunfo peronista.
Ni capitalistas, ni comunistas, justicialistas
La alianza de estos tres sectores reemplazó al Parlamento como
representantes de la sociedad ante un estado tutor. La visión corporativista era uno
de los pocos rasgos que se mantendría inalterable a los largo de toda su carrera.
Una prueba de relacionar a la sociedad con el Estado fue su política previa a 1946
desde la Secretaría de Trabajo. Los trabajadores sindicalizados siempre recibieron
mayor atención que los no afiliados a gremios, esta concepción corporativa estaba
en la concepción del pensamiento peronista reemplazando la visión clasista hasta
entonces de buena parte del sindicalismo. Perón se esforzó por diferenciarse del
pensamiento de izquierda y opuso al concepto de lucha de clases la armonía de
clases. Su propaganda era una verdadera doctrina que pronto se llamó justicialista
ya que el empresariado temía la acechanza comunista. Fuera de un compromiso
con la equidad no había un enfoque económico de Perón sustantivo y coherente, la
ausencia de compromiso doctrinario en materia económico social era explícita, con
la recuperación económica de postguerra las tensiones remitieron.
Una nación políticamente soberana
La predilección del discurso peronista por el justo medio entre dos extremos,
presente también en otros países semidesarrollados, fue más explicita en la política
internacional que en cualquier otro ámbito, básicamente había una actitud de
independencia ante el conflicto entre los EE UU y La Unión Soviética. Perón
consideraba probable una Tercera Guerra Mundial debido a la sucesión de
conflictos entre las dos grandes potencias. Con los EE UU desgastándose en el
conflicto la Argentina ganaría poder en el hemisferio occidental, además de ver
nuevamente estimulada su industria por la segura retracción comercial.
Pero en los años de la inmediata postguerra la realidad fue exactamente
opuesta: EE UU era el gran proveedor mundial y mantenía voluminosos excedentes
comerciales con Japón y Europa. La memoria de la Depresión y de la creciente
guerra ya eran alertas importantes contra la participación activa de la Argentina en
el flujo internacional de mercaderías., había todavía más razones para
desentenderse del comercio mundial e impulsar al mercado interno como fuerte de
oferta y demanda. El cortocircuito entre Buenos Aires y Washington tenía por
supuesto una razón más profunda, Perón había formado parte del gobierno
revolucionario que había mantenido la neutralidad argentina en la Segunda
Guerra.
A principios de 1948 se anunció el Plan Marshall, un sistema de créditos para
que los países europeos desvastados por la guerra tuvieran acceso a importaciones
cruciales. A pesar de repetidas promesas la Argentina fue excluida como proveedor
de alimentos, lo que representó una oportunidad perdida para un sector rural ya
bastante castigado. Era la respuesta de EE UU a un país que más allá de
acercamientos circunstanciales no había aceptado el papel que se le había asignado
en la reconstrucción de postguerra. Esta exclusión argentina del Plan Marshall fue
el segundo problema en importancia con repercusiones económicas, el primer
problema fue la negociación con Gran Bretaña y su “especial relación comercial”
para arreglar las cuentas de guerra. La dedicación de la industria británica al
esfuerzo bélico, la decadencia de los ferrocarriles aquejados por la competencia
automotriz y la crisis del comercio sumada a las repatriaciones de la deuda pública
generaron un fuerte superávit global para la Argentina.
Hacia fines de la guerra el Reino Unido debía a la Argentina 112 millones de
libras esterlinas que estaban bloqueadas sólo podían usarse para compras en
aquellos países que usaba la moneda británica como divisa comercial. Finalmente,
los dos problemas bilaterales más importantes fueron resueltos conjuntamente (los
ferrocarriles y las libras bloqueadas) , se destinó la mayor parte del saldo argentino
en el Banco de Inglaterra a la compra de los ferrocarriles monto que fue
completado con un crédito británico a pagar con los futuros superávits comerciales.
A quien convenía la nacionalización de los ferrocarriles? Del lado argentino el
cuestionamiento tradicional a la operación la ha presentado como un derroche de
reservas que podían haberse usado para modernizar el aparato productivo del país.
Cuando el negocio de los ferrocarriles fue concluido se lo defendió alegando que
permitía una favorable reestructuración del pasivo del balance de pagos argentino,
al eliminar de la cuenta servicios financieros los pagos por utilidades de las
compañías ferroviarias.
Entreguismo o nacionalismo desaforado? Se ha argumentado que cuando se
consideran las tierras al costado de las vías que fueron adquiridas junto con los
trenes fue la Argentina quien hizo un buen negocio.
El avance del estado
La compra de los ferrocarriles británicos por parte del estado argentino debe
considerarse en su doble aspecto de nacionalización y estatización, junto con la
adquisición de otros servicios públicos era también un síntoma del crecimiento del
estado como productor de bienes y servicios. A la nacionalización de los
ferrocarriles siguió la de los teléfonos. Con la creación de Yacimiento Petrolíferos se
inició la explotación de las minas de Río Turbio (Santa Cruz) , la estatización del
servicio de gas se completó con la creación de Gas del Estado al tiempo que se
estatizada el transporte urbano . El texto constitucional de 1949 consagró esta
tendencia, declarando al estado mayor dueño de los servicios públicos. Previéndose
la compra o confiscación de aquellos que aún estuvieran en manos privadas y de las
fuentes de energía.
El partido opositor más importante la Unión Cívica Radical criticó la política
de nacionalizaciones y estatizaciones no por excesiva sino por insuficiente.
Mientras, en el resto del mundo se advertía una tendencia ampliatoria de las
facultades estatales. Desde la crisis del 30 la confianza en las capacidades del
estado venía en aumento y la inevitable participación en la economía de los
sectores públicos en diversos países durante la Segunda Guerra Mundial había
reforzado esa tendencia.
El aumento del gasto en inversión fue determinante para el incremento global
de las erogaciones estatales. Buena parte está explicada por las nacionalizaciones,
pero además hubo inversiones en comunicaciones, energía y material ferroviario, y
se dio impulso a la construcción de caminos. Creció también la importancia del
gasto en salud, educación y vivienda. El aumento del empleo público en general
aún sin considerar las empresas públicas estatizadas puede verse como otra
manera de asegurar las lealtades y extenderlas también a la clase media. En todo el
mundo la receta keynesiana de tonificar la demanda agregada con aumentos del
gasto público estaba en su momento de mayor apogeo. Pero la estatización de
algunas actividades económicas y los aumentos cíclicos del gasto para combatir las
recesiones no eran los únicos elementos del nuevo modelo del estado que se estaba
gestando en la postguerra. El triunfo del keynesianismo y la consideración de los
problemas distributivos seguramente influyeron en el diseño de las políticas
fiscales peronistas, más aún cuando al comenzar los años 50 la economía marchaba
hacia una recesión el gasto del estado se redujo. La otra gran inyección de demanda
no provino directamente del sector público sino que fue inducida al sector privado
a través de una política de ingresos basada en el aumento masivo de salarios. Por
esta vía el gobierno conseguía un doble objetivo: ayudaba a expandir la economía y
al mismo tiempo daba a su programa el contenido de equidad que estaba en el
corazón del discurso peronista.
Una nación socialmente justa
El primer plan quinquenal esta asociado a una fase de expansionismo salarial,
esto llevo a una distribución del ingreso nacional mas equitativa. Detrás de esta
política había una intención de Perón. La explosión salarial no era solo una forma
de mejorar el nivel de vida de los trabajadores sino un instrumento parapara
alimentar la demanda agregada y garantizar el pleno empleo. Entre el 46 y 48 los
trabajadores argentinos tuvieron el mayor bienestar, la mayor disponibilidad de
bienes fruto de la producción industrial y creciente valor de las exportaciones se
volcó a expandir el consumo. El control de los alquileres y congelamiento de
precios de bienes básicos fueron otros medios para mejorar el bienestar del
trabajador. Garantizar el pleno empleo y redistribuir el ingreso a los sectores
populares fue lo central de su política económica hasta 1949, además se fue
extendiendo el sistema de seguridad social y el provisional. Durante los primeros
años del sistema jubilatorio hubo un enorme superávit en este concepto ya que la
proporción de beneficiarios sobre contribuyentes fue ínfima.
Una nación económicamente libre: el impulso industrialista
La declaración de independencia económica y fuertes restricciones a las
inversiones extranjeras fueron signos de la marcha económica hacia una mayor
autarquía actuando el gobierno deliberadamente a favor de la industria sustitutiva
de importaciones, los medios para llevar a cabo este proyecto fueron: restricción a
las importaciones y generosa política crediticia. Se elevaban aranceles a
importaciones de productos que competían con esas industrias, se reforzaban
permisos previos para la obtención de cambio y se establecía un sistema de
preferencias para la importación de maquinarias y bienes de capital. Más relevante
fue el sistema de preferencias cambiarias para la importación de insumos y bienes
de capital así los industriales pudieron acceder a maquinarias importadas en
condiciones más favorables. La política de crédito industrial se canalizo a través de
dos bancos: Banco Central y Banco Industrial encontrándose la industria se
encontró con fondos abundantes a su disposición reducibles a plazos largos y con
tasas de interés favorables. También contribuyó algo a la industrialización la
política fiscal del peronismo además se invirtió en instrucción para la industria
apuntando a las escuelas técnicas aumentando fuertemente los graduados en
carreras que habilitaban para trabajar en el sector industrial.
Pueden encontrarse varios defectos en el desarrollo manufacturero de la
primera época del peronismo entre ellos están las limitaciones de escala impuestas
por el reducido mercado interno, las consecuencias del rechazo inicial al capital
extranjero, la ausencia de un énfasis en la productividad o la aún escasa sustitución
de importaciones en ramas básicas. Los altos precios mundiales de productos
rurales estaban siendo aprovechados por el gobierno para financiar su política
expansiva.
En el campo las espinas
Perón tuvo la suerte de asumir la presidencia con los términos de intercambio
más favorables del siglo, durante su gobierno la influencia sobre precios agrícolas
se intensificó, el IAPI monopolizó desde el 46 la comercialización de cereales y
oleaginosas, sus ganancias sirvieron para sostener el aumento en el gasto público
su intervención también desligó parcialmente la evolución de los precios internos
de los alimentos que se estaba verificando en el mercado internacional. A través de
la política del IAPI el gobierno cerraba un triángulo de redistribución sectorial de
ingresos coherente con la conformación de su apoyo político siendo los vértices el
sector rural, el sector urbano, y el propio Estado. El gobierno financiaba la
expansión del gasto y empleo público con el margen que obtenía del IAPI gracias a
una inmejorable condición internacional. El comercio de postguerra era bilateral
en todo el mundo, los aumentos salariales en la industria repercutieron en los
costos de los productores que debían aumentar los salarios de sus peones para
evitar la emigración a las ciudades. El sistema de arrendamiento utilizado hasta
entonces entró en crisis dándose a l arrendatario el derecho a renovar su contrato
en los mismos valores que en el período anterior perjudicando al dueño de la tierra
por la erosión inflacionaria. El tener que importar maquinarias agrícolas al tipo de
cambio no preferencial era adverso al sector rural, la drástica caída del área
sembrada con los cultivos más importantes fue una de las consecuencias de esa
política. Pero no hubo una crisis rural, como contrapartida creció la importancia de
semillas nuevas (girasol, cebada, maní). El campo tenía el importante rol de
proveer divisas necesarias para importar insumos y maquinarias que aún la
industria local no producía. Muchos dirigentes no estaban contentos con el
congelamiento de arrendamientos y proponían una reforma agraria para acabar
con la gran propiedad rural pero el gobierno no quiso arriesgarse a complicar la
situación de pagos internacionales que se estaba deteriorando.
Las complicadas cuentas externas
La cuestión no era tanto asegurar mercados en el exterior para exportaciones
argentinas como conseguir importaciones necesarias con las divisas provistas por
las ventas externas. Los primeros años de postguerra trajeron un crecimiento de las
exportaciones argentinas. En la mediocre evolución exportadora argentina las
políticas que no estimularon la producción rural pero sí su consumo fueron
determinantes, el desequilibrio exterior de 1949 coincidiría con la aparición de un
tema de debate económico en las décadas siguientes: la inflación de precios.
Crédito y descrédito: nace la inflación
Ya a partir de la Segunda Guerra la economía comenzó a mostrar signos
inflacionarios, iniciado el régimen peronista el sistema monetario y bancario
argentino fue modificado profundamente un ejemplo de esto es la nacionalización
de todo el sistema bancario, los bancos eran solo agentes receptores de depósitos
por cuenta Banco Central y desde luego no se les permitía prestarlos, de ese modo
el Estado tenía la idea de reservarse el monopolio de la emisión monetaria. Sin
embargo el aumento de créditos fue mayor que el crecimiento de depósitos
generando ni más ni menos que una expansión del dinero circulante proclive a
generar inflación pero la teoría de las autoridades económicas argentinas era que
las expansiones monetarias bien dirigidas generaban aumento en el nivel de
actividad económica más que en los precios. ¿Cómo reaccionó la sociedad a las
condiciones inflacionarias? Lo esperable era un creciente rechazo del público por el
dinero, síntomas de Inflación incipiente, signos de debilidad externa, eran los
síntomas de que el impulso expansivo y distribucionista había llegado a un extremo
peligroso.
CAPITULO V – DEL PARAISO PERONISTA A LA CRISIS DEL DESARROLLO
(1949-1958)
La hegemonía cuestionada
El año 1948 había sido probablemente el mejor del gobierno peronista, la
economía todavía crecía con solidez la plata sobraba y dominaba la sensación de
que lo económico había dejado de ser un problema para la Argentina. Perón se
ocupaba de tejer nuevas ambiciones, una de ellas ge la realización de una reforma
constitucional que le permita ser reelecto en 1952, aunque públicamente se
pronunció en contra de alterar la disposición constitucional de no reelección sabía
que la maquinaria política que había montado bastaba para modificar esa cláusula.
Aún cuando la modificación más polémica fue la del artículo 77 que finalmente
permitió la reelección, el artículo 40 fue más significativa desde el punto de vista
económico: consagrar la monopolización por parte del estado, declarar propiedad
del estado a los servicios públicos y las fuentes de energía.
La oposición estaba condenada a una asfixia más allá de la innegable
debilidad electoral, Perón no toleraba cuestionamientos y dio sus discursos en tono
más combativo, los ataques a locales de partidos opositores aparentemente
llevados a cabo por facciones peronistas de raíz nacionalista contribuían a
desalentar las actividades contra el gobierno de los opositores. Muchos diarios
fueron adquiridos por el gobierno, otros clausurados y expropiados, ejemplo La
Prensa, la radio pasó a difundir un tono oficial luego de estatizar casi todas las
emisoras. Los integrantes de partidos opositores no acordaban una posición común
ante un gobierno que en última instancia los ignoraba. Benjamín Menéndez
encabezó una desorganizada marcha desde Campo de Mayo cuyo fracaso no
requirió demasiado esfuerzo por parte del gobierno, los cabecillas fueron enviados
a Tierra del Fuego y Perón aprovechó para eliminar de las Fuerzas Armadas a los
militares que no le eran leales. En el 51 vuelve a triunfar el peronismo en elecciones
con su fórmula Perón –Quijano contra la de Balbín y Frondizi que contaba con las
desventajas de no poder acceder a los medios de comunicación pero la minoría
antiperonista no se acobardó ante la superioridad numérica y a partir del 52
continuó en una oposición cada vez más enconada buscando la ocasión propicia
para derribar a Perón esta actitud ge ganando adhesión con el correr de los años ya
que tras la muerte de su mujer Evita el presidente perdió iniciativa mientras que
alrededor del gobierno proliferaban escándalos y sospechas de corrupción.
Paradójicamente Perón comenzó a declinar cuando la economía comenzaba a
encaminarse a una senda de crecimiento.
Síntomas de crisis
Lo que quedó para la historia económica como etapa clásica del peronismo
abarcó un período de tres años entre 1946-48 entrando en crisis en el 49. La
particular situación mundial de posguerra caracterizada por una demanda
insatisfecha de alimentos había colocado a Argentina en lo más alto de los
intercambios, el Estado se apropio de esa bonanza gracias a la nacionalización del
comercio exterior y alimentando con gasto público la expansión económica. Los
límites a las importaciones y la expansión monetaria y crediticia habían estimulado
un veloz crecimiento de la industria en sus ramas livianas ya abastecía casi
completamente al consumo nacional.
En el 49 el esquema distributivo de los primeros años empezó a
resquebrajarse por lo más frágil: la balanza comercial y la inflación, a ello se
sumaron las consecuencias de una política exterior algo orgullosa que impidió la
participación Argentina en el Plan Marshall. De cualquier manera la causa
determinante de la crisis del sector externo ge de origen interno, la campaña
agropecuaria del 40-50 estuvo signada por fuertes sequías que ge un anuncio de lo
que sería el campo argentino entre el 51-52 pero el país estaba llegando a un punto
en que era imposible contraer las importaciones sin alterar la producción industrial
local que obtenía del exterior muchos de sus insumos. Los empresarios industriales
se quejaba por las dificultades de importar maquinaria y materias primas esto era
reconocido por el gobierno. Las importaciones para la industria caían al compás de
los términos del intercambio evidenciando la debilidad de los cimientos de la
industrialización peronista, ello era particularmente grave en tiempos en que la
expansión crediticia era ahora moderada. A principios del 49 asume el Ministro de
economía Alfredo Gómez Morales, las baterías económicas no podían evitar que la
insuficiencia de dólares se reflejara en su precio, el aumento de los precios era visto
como el único instrumento de redistribución del ingreso que no chocaba con las
normas constitucionales ni con la jurisprudencia. En 1950 el salario real aumenta
levemente y los precios agropecuarios recibieron un inesperado impulso debido al
conflicto de Corea. El gobierno peronista tuvo que actuar en contra de sus
principios tomando un préstamo del exterior del Exsin Bank por 125 millones de
dólares, también se incentivó a través de un mecanismo que involucraba a los
permisos de cambio el endeudamiento privado con el exterior. La reaparición de
dudas a partir del 50 contribuyó a difundir la sensación de que el progreso popular
estaba concluyendo. La restricción del crédito golpeaba a algunos sectores
industriales haciendo inevitable el conflicto entre trabajadores empresarios. Entre
el 50 y el 51 pararon los trabajadores de la industria azucarera, empleados gráficos
y bancarios pero el mayor conflicto ge el de ferrocarriles con una huelga de 9
meses. Por lo general ni el origen de estos conflictos ni sus resoluciones estaban
exentas de motivaciones políticas pero es indudable que el deterioro de la economía
estaba jugando un papel importante.
La hora de la austeridad: el plan económico del 52
Una serie de factores se conjugaron para que en 1952 el gobierno lanzara un
programa de austeridad económica que contrastaba con las políticas de los
primeros años, Perón había conseguido su reelección y tenía suficiente margen de
maniobra para tomar decisiones no del todo populares. La desastrosa cosecha de
1952 obligó a consumir pan negro de calidad inferior con mijo y a restringir
nuevamente las importaciones, con el consabido efecto sobre la producción
industrial, la escasez de energía eléctrica obligó a reglamentar su consumo que
también impacto sobre la industria. El Plan de Estabilización económica de 1952
tenía como objetivo básico detener la inflación y resolver el problema del déficit
comercial externo, la idea fuerte del plan era la austeridad, gastar menos, el plan no
se limitó desde luego a estos llamados voluntaristas a la austeridad popular, la
inversión pública se redujo bastante a partir del 52 y el déficit fiscal disminuyó
considerablemente. Los fondos de Seguridad Social siguieron solventando los
déficit fiscales ya que los ingresos por aportes previsionales continuaron superando
a los pagos por ese concepto más allá de la caída del peronismo. La retracción fiscal
se combinó con una política monetaria más restrictiva que hasta entonces, para
combatir la inflación hubo medidas como el retraso deliberado de las tarifas
públicas y aumento de subsidios a los bienes básicos, hubo un prudente manejo de
los salarios creándose la Comisión Nacional de Precios y Salarios y se instaló un
sistema de negociaciones salariales bianuales. Otras medidas apuntaron al
aumento de exportaciones con la matanza de un día en la semana, y una veda de
carne de un día (viernes). El impuesto a las exportaciones agropecuarias del IAPI se
reemplazó por una política de aliento al sector rural. La caída de la inflación
recuperó la confianza en el peso aumentando entre el 52 y 55 la riqueza atesorada
en moneda nacional, también el problema externo ge corregido temporalmente, la
balanza comercial dio superávit entre el 53 y 54 gracias a la cosecha del 52-53, para
volver a déficit en el 55. El sector rural pasó a contar nuevamente con el favor
oficial.
Una vuelta al campo
Se argumentó que la decadencia de ciertos cultivos en la Argentina a fines del
40 se debió a la política gubernamental de adquirir la cosecha a precios bajos al
productor local para venderlo caro al comprador internacional. Se dio entonces una
creciente diversificación agrícola con algunos cultivos que compensaron la de los
tradicionales, además continuó el proceso de sustitución por la cual la ganadería
ocupó tierras antes dedicadas a la explotación agrícola. Más allá de la discusión
acerca de la intervención del IAPI lo que está fuera de duda es el cambio del signo
de una política de compras de cosechas a partir de fines del 40, la política de
estímulo a las exportaciones agropecuarias descansó solamente en los subsidios del
IAPI y no en una devaluación además de retribuir a productores rurales con precios
superiores a los internacionales el gobierno toma en cuenta el sector agropecuario
asignando créditos. El nuevo trato de Perón con el sector rural no se agotó en
políticas de créditos y subsidios hubo intentos más o menos exitosos para
aumentar la productividad y bajar los costos de producción agropecuaria argentina,
se realizó un plan de inversiones del Estado para difundir innovaciones en el modo
de producción y mejorar la sanidad animal y vegetal. Se amplió una instalación
para el almacenamiento de cosechas y se incentivó la mecanización agraria. Este
replanteo para el agro es visto como un reconocimiento a los límites que tenía la
pretendida transformación de la economía de un país predominantemente agrario
a una nación industrial moderna, la industrialización todavía considerada un sueño
parecía mostrarse problemática.
Dilemas de una industrialización acelerada
El aumento de la producción industrial era objetivo de las políticas públicas a
partir del gobierno militar de la revolución de 1943, frente al peronismo el impulso
industrializador se intensificó a través de políticas para completar el proceso de
sustitución de importaciones por producción industrial mediante créditos y
mecanismos cambiarios comerciales, el Banco Industrial (1944) y el Banco Central
nacionalizado en el 46 fueron los encargados de llevar adelante un programa de
créditos expansivo, el grado de sustitución de importaciones industriales que
Argentina alcanzó hacia el 50 se contó entre los mayores del mundo
semindustrializado. También son importantes los costos del tipo de
industrialización que se generó y determinar si era viable en largo plazo. Los
analistas de política industrial lo han criticado por excesivamente indiscriminado,
las autoridades bancarias pocas veces indicaban los criterios con que decidían esa
asignación, algunos también han considerado que la protección a ciertos sectores
es suficiente porque empuja en desarrollo de otras ramas a través de
eslabonamientos que pueden ser hacia adelante o hacia atrás, si fallan los
eslabonamiento no solo no se difunde el crecimiento sino que se complica la
expansión de la propia industria favorecida ya que se enfrenta con dificultades en el
mercado para sus productos como en el de insumos. Es más apropiado asociar la
política peronista a la estrategia diversificada que a la versión concentrada de la
industrialización aunque fuera del todo involuntaria. La política industrial
diversificada era problemática en un país con población relativamente escasa
porque faltaba eficiencia, el defecto se habría atenuado con una industrialización
más selectiva, el resultado era una producción manufactura de alto costo (mucha
mano de obra) y poca posibilidad de exportación (baja calidad). Tradicionalmente
la expansión inicial de la industria puede contar con la gran disponibilidad de
trabajadores de salarios bajos hasta entonces dedicados a actividades rurales de
baja productividad, en la Argentina las cosas eran distintas, el alto nivel salarial
seguirá siendo una característica del mercado de trabajo argentino y el empleo
industrial avanzaría menos que en otros países.
Un defecto estructural?
En 1955 reaparece el déficit comercial luego de dos años de estabilización ya
que las importaciones comienzas a recuperarse en su nivel. La voluntad por
mejorar la voluntad agropecuaria y el restablecimiento de precios aceptables para
el agro no estaba logrando el objetivo de aumentar el valor de las ventas al exterior
ya que las políticas internas fueron perjudiciales a la producción primaria. Los
controles cambiarios a préstamos exteriores como el del Exim Bank en 1950 eran
solo una solución temporaria al problema externo argentino para superar este
defecto se debían combinar dos políticas incentivar las exportaciones e incentivar
la producción local de maquinarias e insumos industriales sobre todo combustible.
El IAPI intentaría una mecanización agraria.
Pero producir localmente acero y petróleo demandaría grandes inversiones
iniciales, importación de bienes de capital. La escasez de divisas para importar hizo
que muchos se lamentaran por el uso que se había hecho de las reservas
acumuladas durante la guerra., esto habría permitido la provisión local de bienes
de capital que de otro modo debían importarse en lugar de ello las reservas se
utilizaron para nacionalización de activos extranjeros básicamente a través de
cancelación de deudas y estatización de servicios públicos.
Un intento de corrección: el segundo Plan Quinquenal
El Segundo Plan Quinquenal abarcó el período 1952/1957 con nuevas
prioridades de inversión, su objetivo era el de solventar las necesidades básicas del
país en lo concerniente a la producción de materias primas, energía y transportes y
bienes de capital. El énfasis de la cuestión distributiva de los primeros años del
peronismo ahora dejaba paso a un esfuerzo por poner en orden las bases
productivas de la economía. La principal complicación del Segundo Plan
Quinquenal fue el problema fiscal que venía acarreando el peronismo , de hecho la
inversión pública fue uno de los rubros sobre los que recayó el ajuste fiscal , En
esos aspectos el Segundo Plan Quinquenal puede entenderse como una corrección
que fue de todos modos insuficiente, tanto la falta de energía como el déficit de la
inversión pública tuvieron consecuencias visibles y los esfuerzos del gobierno en
poder en marcha varias centrales hidroeléctricas no alcanzaron para satisfacer la
creciente demanda derivada de la expansión industrial. El paso de una industria
distribucionista a una etapa más preocupada en problemas de eficiencia y
producción requería del esfuerzo privado.
Una nueva bandera peronista: la productividad
A fines del 53 el gobierno podía estar contento por la marcha de la economía,
algunos gremios organizaron huelgas en reclamos salariales, las demandas fueron
exitosas, este avance de los trabajadores tenía su lado negativo ya que amenazada
con derrumbar el equilibrio alcanzado luego de dos años de austeridad, para
mantener un aumento progresivo del ingreso salarial había que incentivar la
producción e inversión garantizando ganancias a los empresarios. En 1954 se
convoca un Congreso de Productividad y Bienestar Social (CNP) que agrupaba a la
CGE y sindicatos nucleados de la CGT estas reuniones quisieron ser una muestra
de que la armonía de clases era una realidad, empresarios y trabajadores se
sentaron a discutir sus problemas comunes pero la realidad estaba lejos de esa
concordancia porque las propuestas empresarias chocaron con la oposición de los
sindicalistas, lo mayor que se acordó fue la libertad que consiguieron los
empleadores para reubicar personal y premiar la eficiencia.
Atrayendo el capital
La inversión de origen interno fuera pública o privada era insuficiente para
aumentar la productividad y reducir el peso de ciertas importaciones de su balanza
de pagos, lo que faltaba eran las divisas para comprar en el exterior los bienes de
capital necesarios. La única salida era la inversión externa. La consigna de
independencia económica fue desapareciendo del discurso oficial. El gobierno
entendía que para superar los problemas de la balanza de pagos había que invertir
en algunos sectores industriales, en el área petrolera y equipos que incrementan la
productividad agrícola.
Este Segundo Plan declaró la importancia de los capitales extranjeros
abriendo la posibilidad de que participaran en los servicios públicos. Fue con la Ley
del 53 relacionada a la inversión de capitales extranjeros que se plasmó el nuevo
espíritu del gobierno, su fundamento principal era superar la escasez de divisas,
esta inversión debía contribuir al desarrollo económico traducido en la obtención
directa o indirecta de divisas, las prioridades eran mecanización agrícola y
producción local de insumos que antes se importaban, la producción local de
tractores por empresas extranjeras fue el primer avance, el ejecutivo aprobó la
instalación de cuatro fábricas automotrices, en Córdoba se instalaría la automotriz
IKA, pero lo más innovador se dio en la política petrolera con un acuerdo entre YPF
y La California Argentina de petróleo para la explotación en el sur del país (Santa
Cruz) en este territorio la empresa podía construir caminos, embarcaderos y
aeropuertos durante la vigencia del contrato. Es sorprendente que el gobierno que
volcaba tantas energías en proclamar la independencia económica firme estas
cláusulas pero no tenía otras salidas y Perón respondió a los desafíos de cada
coyuntura con los instrumentos que consideraba más aptos. Pero este contrato
fracasó y el proyecto de Ley quedó estancado en el Congreso, en las filas peronistas
se creía que se traicionaba el principio justicialista de la independencia económica,
pero la falta de apoyo fue un indicio para que el gobierno comprenda que estaba
solo, el desgaste político se aceleraba y se rumoreaba un levantamiento militar.
Una vez más la hora de la espada
Frondizi habló por radio en 1955, medio al que no podía acceder la oposición,
los eventos cruciales en la lucha entre peronistas y oposición habían despertado el
interés popular por los hechos políticos, hechos escandalosos como el suicidio del
hermano de Evita, manejos fraudulentos del comercio de la carne o un quimérico
proyecto en área atómica puso de manifiesto los defectos de un gobierno vertical,
pero esto cambió sustancialmente por el conflicto de Perón con la Iglesia al cual
lanzó un ataque de acusaciones que fueron mutuas y pronto se salió de control,
Perón suprimió la enseñanza religiosa, permitió el divorcio y separó más la Iglesia
del Estado, la oposición vio su oportunidad de resucitar esto se intensificó cuando
300 civiles fueron víctimas de un bombardeo en Plaza de Mayo en Junio de 1955
que era parte de un plan para asesinar al presidente, la rebelión fue sofocada y los
grupos que apoyaron al gobierno quemaron varias iglesias de Buenos Aires, Perón
pensó que la única salida era un relajamiento en el control sobre la oposición
concediendo los opositores la posibilidad de usar la radio pero la conciliación no
duró mucho, la amenaza de Perón era una invitación a la revolución, Eduardo
Lonardi, católico nacionalista, consideró que cualquier levantamiento aislado sería
suficiente para debilitar la estructura peronista, el 16 de setiembre de 1955 se toma
la Escuela de Artillería en Córdoba. Toda la marina se suma al movimiento, Perón
decide renunciar y refugiarse en la embajada del Paraguay para evitar el baño de
sangre, la Revolución Libertadora tenía objetivos más claros que los golpes
anteriores de 1930 y 1943 : librar al país de la segunda tiranía, volviendo a la
constitucionalidad en “una democracia sin Perón”, mientras Lonardi ocupó la
presidencia dominó la tendencia más moderada, la idea del presidente provisional
era que “no debería haber vencedores ni vencidos”, la tolerancia lonardista se
manifestó en la negativa de no remover a militares peronistas ni intervenir la CGT
y asistir a Perón para que saliera del país. El 13 de noviembre de 1955 Aramburu
reemplaza a Lonardi, su presidencia duró dos años y medio, fue disuelto el partido
peronista, se condenó al régimen depuesto, se prohibió los símbolos peronistas y el
nombre de Perón salvo que fuera para repudiarlo y la CGT fue intervenida, las
lealtades del ex presidente tenían lugar en la clandestinidad. En el orden
constitucional la vuelta a la constitución del 53 tuvo cierta legalidad al convocarse a
elección popular, proscrito el peronismo la UCR era la fuerza más importante,
Perón ordenó desde el exilio votar en blanco y la UCR se dividió en la del pueblo
(Balbín) e Intransigente (Frondizi). Si bien Balbín supero a Frondizi los votos en
blanco fueron los mayoritarios siendo el símbolo del partido proscripto, nadie que
aspirara a la presidencia podía ignorar los votos peronistas esto fue motivación
fundamental del pacto Frondizi-Perón que derivó en un apoyo del candidato por
los fieles al ex presidente. Frondizi llega al poder en Mayo de 1958,
El sombrío informe Prebisch
La administración de Lonardi tuvo una nota saliente en materia económica,
Prebisch presidente la Comisión económica para América Latina fue contratado
para diagnosticar la salud económica nacional y así diseñar una política coherente,
la culpa era casi toda del gobierno anterior, se habían desalentado las
exportaciones, ignorado el desarrollo de industrias básicas y no había estímulo
suficiente a la producción petrolera, critican a la expansiva política monetaria y
salarial anteriores que condujeron a la inflación por vía de emisión monetaria del
Banco Central que cubrieron los déficit de empresas públicas de transportes,
también contaba con propuestas de política la idea era de que los precios internos
debían moverse de manera de aumentar el ingreso rural sólo así despertarían las
exportaciones de su letargo, además había que reducir ciertas importaciones no
esenciales como la de automóviles dando más relevancia a los bienes de capital,
estos debían procurarse en diversos campos a través de empréstitos o inversiones
directas. El pesimismo oficial tenía un móvil político: descalificar a la
administración anterior para dar margen a eventuales errores propios. El Segundo
Plan Quinquenal, cambio de política para el agro y apertura a capital extranjero
eran intentos válidos para superar esos obstáculos.
Moneda sana o inflación incontenible
La preocupación prioritaria era detener la inflación, los modos de
estabilización serían los ortodoxos, que no hubiera tanta moneda circulante,
disminución del empleo estatal, mayor racionalidad en el manejo de empresas
públicas o su privatización, pero aún con estas medidas Prebisch calculaba que el
gobierno debía recurrir a la emisión monetaria,, pero el gobierno chocó contra la
dura realidad de un país convulsionado políticamente en que difícilmente podría
llevarse a cabo un plan coherente a largo plazo. Consecuencia de la precaria política
económica se sucedieron varios Ministros de Economía que implementaron
diferentes medidas: Vasena intentó una mini estabilización que incluyó
congelación de sueldos y duró unos meses. En cuestiones económicas Aramburu no
quiso ser enemigo de los trabajadores, manteniendo conquistas gremiales
otorgadas por el anterior gobierno.
El recurrente problema externo
Desde el 55 al 58 las exportaciones fueron menores a las importaciones
debiéndose reimplantar restricciones a las importaciones, el déficit externo se
financió con préstamos iniciando una relación más voluble con el FMI, Otro avance
fue el Acuerdo Provisional de Paris reanudándose el comercio multilateral cuyos
pagos podrían realizarse en cualquiera de las monedas de los países integrantes. Se
creó el INTA para aumentar la producción rural cuya área sembrada estaba
estancada a través del incentivo del fomento de avance técnico y se derogó la ley
peronista que había congelado los precios de los arrendamientos rurales.
Respecto a las importaciones poco se hizo de lo aconsejado por Prebisch, en
materia petrolera se dio por terminado la negociación con La California, fue una
decisión más política que económica, sólo acciones menores fueron dirigidas a la
reconstrucción de caminos, obras viales, promoción a la industria automotriz, la
recomposición de incentivo al agro implicó un cambio de ánimo con respecto a la
industria. Según el nuevo paradigma se necesitaba profundizar la industrialización
para evitar problemas de balanza de pagos.
Un espectáculo visto de lejos
La economía argentina estaba ingresando en una era de inflación y crisis de
balanza de pagos, el fin de la Segunda Guerra marcó el principio de una era de
prosperidad, Argentina en comparación con otros países latinoamericanos creció
poco y no se insertó debidamente en el comercio internacional que renacía.
CAPITULO VI – EL IMPULSO DESARROLLISTA (1958-63)
Un gobierno acosado
La llegada de Frondizi a la presidencia nacional no ge resultado de un proceso
democrático normal, una sombra de ilegitimidad marcaría a fuego su gestión
posterior. El peronismo proscrito en las elecciones de 1958 era condición – sin
discusión -para que la revolución Libertadora aceptara un gobierno surgido de la
voluntad popular. Los votos en blanco superaron a cualquier otro partido
individual, Frondizi inició negociaciones con el ex-presidente que se conocieron en
1959 Perón había aconsejado a sus partidarios votar a Frondizi, el candidato
llevaba adelante su campaña sobre una base aceptable para los peronistas que
incluía exigencia de una amnistía total y una CGT unificada este acercamiento al
peronismo despertó suspicacia entre los militares que no querían al justicialismo
de vuelta. Durante su gobierno el presidente intentó aprovechar al máximo el
reducido margen de maniobra con que contó limitado por una red de presiones que
se había generado antes de su victoria electoral. La habilidad de Frondizi para
llegar a la presidencia no era suficiente para independizarse de la tutela militar y
recelosa mirada peronista. La política económica social no colmaba ni las más
mínimas aspiraciones del electorado justicialista, Frondizi se obstinó en permitir la
participación electoral de candidatos justicialistas en los comicios de 1962 y en
conversaciones con los militares que se conocieron años después había acordado
con éstos no permitir el ascenso del peronismo al poder.
La economía había sido desde los primeros días de administración el eje
principal del programa del gobierno, si lograba encaminar el país al progreso
habría logrado detener un estancamiento de casi tres décadas, aumentando su
capital político. Hacia fines del 50 la economía argentina estaba en un callejón sin
salida.
Los problemas de entonces
En 1959 la CEPAL había diagnosticado para la economía argentina una “crisis
estructural” el país carece de recursos exteriores para importar no solo los bienes
de capital más indispensables sino también las materias primas y productos que
requiere el desenvolvimiento de su industria, habiendo una insuficiente
acumulación de capital, la industria no creció por no realizarse las inversiones
necesarias y la producción agropecuaria declinó por carecer de incentivos y
recursos. El término estrangulamiento ilustraba que cada vez que la economía se
expandía las importaciones aumentaban y se agudizaba el problema de la balanza
comercial. El control de cambios y elevados aranceles aduaneros eran los
instrumentos para evitar el déficit comercial y depreciación cambiaria. Muchos
productos industriales que antes se importaban eran reemplazados por bienes
nacionales. Esta expansión de industria nacional a costa de importaciones conocida
como ISI era la política oficial e impulsada con énfasis durante el peronismo pero
tenía un doble filo, si bien descansada sobre ramas industriales livianas la
provisión de ciertos insumos , maquinarias y equipos de producción para mantener
esa actividad dependía del exterior además la dificultad para importar bienes de
capital importado detenía la inversión y atentaba contra el crecimiento sostenido,
al final el gobierno peronista agotado el ISI intentó estimular la instalación de
industrias básicas que atiendas localmente las necesidades de producción
manufacturera pero estas industrias requerían cantidad de bienes importados para
financiar ésta había que traer el capital internacional orientando su política en esa
era, la sanción de una ley de Inversiones ge el primer paso con algún matiz distinto
que el gobierno de facto insistió en la misma línea.
La propuesta desarrollista
Frondizi en su política económica contaba con un elaborado plan de acción
basado en el DESARROLLISMO su punto de partida era aplicable a todas las
regiones del mundo que todavía no habían alcanzado la industrialización. Un
primer postulado de éste era el pesimismo respecto a las exportaciones de
productos primarios, desarrollarse era desarrollar las manufacturas hasta
convertirse en una economía completamente industrializada , había que pasar
definitivamente de una economía agroexportadora a una industrial pero esa
estructura industrial dedicada a ramas livianas necesitaba un impulso. La clave era
acoplar actividades de producción de insumos y bienes de capital a las ramas más
expandidas para llegar a una economía industrial integrada reconocía una serie de
prioridades: 1) debía multiplicarse la producción de petróleo y gas lo que permitía a
corto plazo ahorrar divisas para dedicarlas a invertir en otros rubros. El petróleo
jugó un papel adicional, además de ahorrar divisas estimularía las industrias
químicas y petroquímicas que eran claves. 2) Otra prioridad era la siderurgia que
requería la explotación de carbón e hierro 3) se planteaba una solución permanente
a la provisión de energía eléctrica que sufría Buenos Aires desde hace años.
La ausencia de actividades agropecuarias en las prioridades del gobierno era
notoria no estaba en los planes llevar adelante una reforma agraria. Una meta en la
que se ponía especial énfasis era la construcción de una amplia red de rutas y
autopistas. La solución para los desarrollistas no era la vuelta de los trabajadores al
campo sino conformación de nuevos centros de producción y consumo en el
interior del país teniendo un lugar privilegiado la Patagonia por sus minerales.
¿Cómo conseguir el capital necesario para extraer petróleo, levantar puentes y
autopistas, construir rutas, multiplicar la producción de acero, establecer
industrias químicas y obtener hierro y carbón de una vez? Había que conseguir un
masivo aporte de extranjeros esta la piedra angular del programa. El Programa de
Chascomús de 1960 estipulaba que las empresas nacionales y extranjeras que
desarrollen las fuentes naturales efectivas no deben ser obstaculizadas por
impedimentos burocráticos, la inversión extranjera era la única vía para garantizar
la independencia económica, esta idea de llevar la industrialización al extremo de
producir todo o casi todo tuvo sus críticas. Porqué intentar producir adentro lo que
puede conseguirse afuera a un costo menor? La propuesta desarrollista implicaba
una negación total a la teoría de las ventajas comparativas que había influido los
primeros años de la industrialización.
El arribo de inversiones extranjeras dependía de las condiciones internas que
lograra desarrollar en gobierno, el desarrollismo preveía un futuro de relativa a
tono con los acontecimientos mundiales, este clima se favoreció por la Alianza para
el Progreso dado por EE UU para ayudar técnica y financieramente a los países de
Latinoamérica para combatir el subdesarrollo.
1958 - Clima para la inversión?
Los problemas más urgentes del nuevo gobierno era el bajo nivel de reservas
internacionales de Banco Central, ya que había accedido gracias a votos peronistas
estaba obligado a evitar transitoriamente políticas impopulares, el Ejecutivo
aumentó el 60% de los salarios básicos que estaban congelados desde el 56, el
crecimiento de salarios e inversión pública provocó un déficit y fue financiado a
través de la emisión monetaria. La economía reaccionó a esa políticas expansivas
reflejándose en el incremento en la demanda por bienes de compra al exterior y
una estampida inflacionaria que creció, al gobierno se le hizo evidente que esa
política expansiva estaba agotada además de crear un clima de inestabilidad que
difícilmente atraería el capital extranjero. Como fuera que a fines del 58 el gobierno
estaba preparado para dar el gran paso en el desarrollismo sobre todo en la política
petrolera.
La batalla del petróleo
Mientras el problema de corto plazo en la balanza de pagos era agudizado por
la política económica había que probar la validez de las ideas desarrollistas sobre
los pagos externos, una de las principales era la convicción de que había un margen
amplio para sustituir importaciones de petróleo por producción local de petróleo,
en 1958 anuncia que se firmaron contratos de explotación de petróleo con
empresas extranjeras, las críticas vinieron de todos los frentes incluido el partido
oficial, este episodio de los contratos hizo tambalear al gobierno, también los
militares presionaron para que revoque los acuerdos con las compañías, en cambio
EE UU y Europa aprobó estas medidas. En los círculos empresariales del exterior
esta conformidad se tradujo en firma de más contratos y atrajo el interés por
invertir en otros rubros. El autoabastecimiento se hizo realidad en muy poco
tiempo, se concretaba el fomento de la región patagónica, la audacia de Frondizi
para llevar a cabo su política petrolera ge una muestra de que estaba dispuesto a
cumplir con el programa neutralizando las resistencias, la puesta en marcha de un
Plan de Estabilización sería otra prueba.
El esfuerzo de estabilización
La administración de Frondizi encaró un esfuerzo serio de estabilización
después de probar suerte con otra políticas despreocupadas en primer lugar la
estabilización económica financiera sin un enérgico impulso de desarrollo hubiera
conducido a una economía de miseria y desempleo además debían existir
condiciones mínimas de seguridad y era imprescindible restablecer el crédito
argentino en el exterior para inspirar nuevamente confianza. El principal problema
era el exceso de gastos sobre la producción nacional conduciendo a un déficit
comercial como de inversión. Pero si la mala salud de la economía se debía a que el
país estaba gastando por encima de sus posibilidades, el restablecimiento requería
una dolorosa contención del consumo público y privado. El programa de
estabilización contó con un importante apoyo externo. Entre los prestamistas se
encontraban el FMI, el Tesoro de los EE UU y el Eximbank, además de
instituciones privadas. Por otra parte la restricción a las importaciones no debía
extenderse a aquellos rubros que eran cruciales para la instalación de las industrias
que completarían la sustitución de importaciones. Una de las condicione a los
préstamos del FMI era la desaparición del déficit fiscal y esto no era cosa que se
pudiera conseguir de la noche a la mañana, proyectándose entonces una reducción
del empleo público y suspensión de obras públicas limitando los aumentos de
sueldos al personal estatal, elevación de algunos impuestos y un mayor control
tributario, aumentando a su vez las tarifas públicas (luz, gas TE) . Esta orientación
del plan colmó la paciencia de los sindicatos y el tiempo de huelgas ge record en
1959 creándose un clima político que predecía un nuevo golpe.
Con el correr de los meses las críticas al programa económico se extendieron,
Alsogaray planteo dudas respecto a la capacidad del gobierno para cumplir sus
promesas incluso el FMI compartía esto, se sumó a esto nuevos recargos a la
importación enfrentándose la industria a costos mayores. El deterioro del salario
real debilitó el consumo como fuente demanda y las exportaciones apenas
aumentaban.
Mientras la caída en el nivel de actividad disminuía la recaudación impositiva
y la inflación la deterioraba, no era demasiado lo que se hacía para reducir el
empleo público, la demanda de las Fuerzas Armadas no acababan allí pedían
renuncia de funcionarios peronistas , una política gremial más represiva e
investigaciones sobre el pacto Frondizi-Perón , Alzogaray fue asignado al
Ministerio de Economía y Trabajo, contaba con la simpatía de los militares, pero él
no tenía nada de desarrollismo sino mas bien liberal.
El invierno paso
Las turbulencias económicas de mediados del 59 se fueron retrayendo
paulatinamente, a mediados del 6l la financiación inflacionaria del déficit se redujo
por dos causas: las empresas públicas y administración central tomaron préstamos
en los mercados de crédito externos e internos, en ocasiones se retrasó el pago a
empleados públicos además de un cambio en la forma de cubrir los desequilibrios y
una reducción del propio déficit , la caída de inflación estaba asociada a una
retención del dinero por parte de la gente , el auge consumidor en tiempos de
mayor estabilidad de precios resultaba también de la elevación del salario real que
era una consecuencia de las reducciones de la inflación esto se revertía cuando la
inflación aumentaba. Frondizi veía cumplir sus pronósticos de expansión
económica con bastante precisión pero así como en postguerra la recuperación
había sido el consumo con Frondizi la inversión fue el factor dinamizador
permitiéndole alejar por un tiempo el fantasma de la crisis de balance de pagos. El
fracaso de la ley de inversión de Perón era prueba de que se necesitaban medidas
más fuertes centrándose en torno a la preferencia por maquinarias y equipos, se
eliminaron algunos recargos a la importación de varias líneas de maquinarias,
hacia el 60 la recuperación de la actividad económica se transmitió a los salarios
industriales que en términos reales aumentaron.
Luces y sombras de la nueva industria
En el área energética lo más destacado ge el crecimiento de la producción
petrolera con la creación de SEGBA, para superar el déficit de la energía eléctrica,
al igual que El Chocón, también creció a siderurgia por la puesta en marcha de
SOMISA y comenzaron las gestiones para extraer hierro de los yacimiento de Sierra
Grande, la petroquímica también se destacó como actividades que recibió más
inversión extranjera. El programa de caminos y autopistas ge determinante para
que la capacidad instalada de la industria cementera se ampliara, pero ninguna
actividad tuvo tanto crecimiento como la automotriz que ilustra el ímpetu
progresista de la industria desarrollista.
Las fallas que aquejaban a la versión desarrrolista de la estrategia de la
sustitución de importaciones puede resumirse en dos: el problema de la escala
insuficiente y la falacia del ahorro de divisas (se seguía importando insumos),
además era incapaz de surtir al mercado interno con productos de buena relación
calidad-precio. La alternativa opuesta intentar concentrar la producción industrial
en ramas con más chances de competir internacionalmente habría brindado un
mercado mayor y posibilidades. La tibieza exportadora de la industria ponía en
riesgo todo el programa: no ayudaba a obtener divisas cuya escasez estaba llegando
a un punto crítico, cuando la economía empezada a expandirse crecía la
importación de insumos para la industria y con ella una amenaza en la crisis de
balanza de pago. Una estrategia eficaz de sustitución de importaciones sería una
demanda menor de insumos cosa que no pasó en los años de Frondizi, ramas como
la automotriz eran bastante intensiva en insumos importados, también estaban los
costos de instalación de las industrias que cuando se invertía debía esperarse un
flujo sostenido de utilidades hacia el exterior durante varios años, cuando se
trataba de empresas nacionales que tomaban préstamos en el exterior para
establecer sus plantas había que contar con los intereses y la amortización de las
deudas contraídas que pesarían sobre la balanza de pagos.
Un diagnóstico al sector rural
La actividad agropecuaria no era vista por el desarrollismo como candidata
para liderar el crecimiento sostenido que se preveía para la Argentina, dedicarse a
ella era condenarse al fracaso. Si bien la tecnificación fue una buena noticia para el
agro argentino quedó sujeta a la producción local de maquinarias ya que el acceso a
tecnología extranjera estaba limitado por barreras aduaneras, era una manera de
fomentar la producción local. La incapacidad para aumentar le producto rural
impidió que las ventas externas argentinas aumentaran siendo las importaciones
una incógnita para el futuro argentino.
Racionalizando el Estado
El desarrollismo no era partidario de un sector público tan involucrado en la
producción de bienes, la consolidación industrial, el fomento de un empresariado
local dinámico, la superación de los problemas de la balanza de pago y el equilibrio
regional eran los objetivos según el oficialismo que justificaban el aliento a esta o
aquella actividad económica. Se creó un Comité Ejecutivo para racionalizar el
empleo público mediante retiros voluntarios o despidos, también se intentó con
Frondizi el estado empresario pasando ciertas empresas a manos privadas, se
privatizó el sistema de transportes de Capital Federal y los ferrocarriles fueron
fuente permanente de problemas a lo largo de su administración.
Fin de un programa, fin de un gobierno
En Abril de 1961 Alsogaray es reemplazado por Alemann en el Ministerio de
Economía, los problemas que debía afrontar fueron subiendo y agravándose más
con los meses, recurrieron al banco Central para solventar el costoso problema de
los ferrocarriles, mucho más grave el hecho de que el capital externo privado que
había relajado el mercado, detuviera su influjo, se tomaron algunas medidas para
detener el déficit externo, la imposición de aranceles, eliminación de retenciones ,
restricciones a las importaciones del Estado, insistía con medidas de recorte de
empleo público para salvar su economía y su política. La derrota electoral fue el
golpe de gracia de Frondizi, coincidieron dos tradiciones argentinas: un nuevo
gobierno y una nueva devaluación.
El agitado interregno militar
El año que siguió a la caída de Frondizi ge poco claro en donde estaba el
poder, los golpistas de marzo optaron por una salida semiconstitucional,
designaron en la primer magistratura a José María Guido presidente del Senado, el
poder desde luego no estaba en la Casa Rosada sino en las Fuerzas Armadas.
Aunque ya se había llamado a elecciones en Julio de 1963, la UCR consagró a
Arturo Illia como presidente constitucional.
Una tarea imposible; la política económica en tiempos de Guido
Las prioridades de su política económica fueron contención del déficit
público, y de la emisión monetaria, sin embargo la inflación se mantuvo alta luego
del salto por la devaluación. Como las dos Guerras y la Depresión el desempleo
volvió a golpear a la población. Detrás de la recesión había una dura restricción al
crédito, el gobierno respondió como pudo: aumentó impuestos, suspendió pagos a
sus proveedores e incurrió en atrasos a empleados públicos.
Una tortuga entre muchos Aquiles
En la década del 60 el crecimiento argentino fue el peor entre países como
Australia, México, EE UU, Brasil, etc. Ni Chile ni Argentina pudieron superar el
trauma de la Gran Depresión. A partir del 30 el modelo de economía especializada
en bienes primarios había caído definitivamente en desgracia, 30 años después no
era claro cual era el modelo alternativo y si era viable, el desarrollismo intentó una
respuesta creativa al dilema a que se enfrentaba una economía semiindustrialzada
y orientada al mercado interno como la Argentina. El plan de Frondizi intentó
torcer el rumbo hacia un modelo de crecimiento que fuera compatible con el
equilibrio externo. Ni los errores del programa desarrollista ni los obstáculos que
tuvo que enfrentar impidieron contribuir a una primavera económica que ge la
década del 60.
CAPITULO VII
UNA PRIMAVERA ECONOMICA 1963- 1973
Otra democracia a medias
Illia también accedió a la presidencia en 1963 por medio de una vía
parcialmente democrática, los candidatos justicialistas fueron proscriptos de la
competencia por el poder por el ánimo antiperonista de los militares. Los votos en
blanco fueron la segunda minoría, este radicalismo era distinto al de Frondizi por
su moderación, su espíritu conciliador y su identificación con la tradición
irigoyenista, aquí estaban sus virtudes y defectos del nuevo presidente, Frondizi
acertaba y erraba en su propensión a transformación rápida, el enfrentamiento e
independencia respecto a cualquier dogma que no fuera el suyo pero la
interrupción de los gobiernos tuvo que ven con la insostenible situación en un país
y sin una fórmula adecuada para manejar el poder. El peronismo a través de los
sindicatos y el partido militar dejaron en claro que consideraban ilegítima y
condicional la autoridad del presidente, no había manera posible de gobernar
tratando de contentar a unos y otros, estos se reflejó en la lucha organizada de la
CGT que mostró el conflicto entre gobierno y sindicatos con tomas de fábricas y
paros como medio de presión. El frente militar no ge tan tenso como el sindical. El
margen de maniobra de Illia era mayor que el de Frondizi que estaba atrapado por
planteos castrenses. En otros episodios actuó con independencia con respecto a los
militares permitiendo la participación del partido identificado con el peronismo en
las elecciones parlamentarias de marzo de 1965, el triunfo de la Unión Popular
puso en alerta a los militares. Aparecieron los primeros indicios de presencia
guerrillera en el país, esto justifica l aplicación de la doctrina de seguridad nacional
propuesta por Onganía según la cual la Fuerzas Armadas se reservaban la, potestad
de tomar el poder cuando la Constitución estaba amenazada, por otra parte la
inteligencia argentina que consideraba al gobierno de Illia como la expresión de los
vicios que aquejaban a la democracia de partidos: la burocracia, la parsimonia para
tomar decisiones, falta de compromiso con una estrategia fiscal de desarrollo
económico, los jefes de las tres Fuerzas declararon el inicio de la Revolución
Argentina y entregaron el poder a Onganía.
La última recesión?
Illia tuvo que iniciar su período con una economía atascada hace un año y
medio este deterioro coincidió con cambios de color en el poder al cual miraba la
sociedad desorientada , la recesión del 62-63 golpeó los sectores populares,
también cayeron los salarios reales y se extendió el desempleo, se hablaba de
iliquidez que aquejaba la economía argentina, los problemas de financiamiento que
golpearon a las empresas eran una de las causas de la recesión no era fácil para los
empresarios obtener créditos en el extranjero, cuando lo conseguía era a tasa de
interés alta infladas por las expectativas de depreciación del peso. En realidad
factores como la caída de demanda provocada por la reducción del salario real
contribuyó al mal desempeño de los años de Guido. La UCRP tenía como prioridad
la reactivación económica pero la incógnita era librar a la economía del cepo que
venía llevando su crecimiento económico hace quince años, este cepo se llamó ciclo
de “marchas y contra marchas”o “stop and go”. Al comenzar los 60 la sustitución de
bienes importados por bienes nacionales orientadas al mercado interno se había
completado a la mayor parte de ramas industriales, se seguía dependiendo sin
embargo de algunos insumos sobre todo en máquinas y equipos para inversión. Las
posibilidades de producción quedaron condicionadas por la capacidad de importar,
pero las importaciones estaban limitadas por lo que el país pudiera exportar que
era poco ocasionando la baja de divisas que luego se aplicaría a la importación.
En esas condiciones las tendencias expansivas de la economía eran de corto
aliento ya que en algún momento las necesidades de divisas para importaciones
excedían las que podían conseguirse por exportación. Entonces se recurría a la
devaluación de la moneda que alentaba las exportaciones disminuyendo las
importaciones con una mecánica particular determinada por el carácter
semindustrializado de la economía argentina. La devaluación provocaba
disminución del consumo interno que aumenta los precios de bienes comerciales
internacionales entre los que se cuentan los alimentos y el salario real. Esa cadena
de causas y efectos podría quebrarse si el déficit de comercio se prolongaba por un
tiempo largo utilizando para ello financiamiento exterior mientras se alteraba la
estructura productiva de manera de revertir la tendencia al desequilibrio.
La escasez de divisas había hecho inevitable una restricción a las importaciones y
una caída de la actividad económica interna.
Go and go
Un estilo moderado y gradualista fue la nota característica del gobierno de
Illia enfrentando los problemas a medida que se le presentaban, el más urgente era
sacar la economía de la recesión, su política económica fue expansión fiscal a través
de aumentos en las compras del Estado, más estímulo al crédito y la emisión
monetaria. A la hora de decidir a que industrias conceder créditos se optaba por
aquellas propensas a crear puestos de trabajo, además se aprovechó la capacidad
estatal para orientar algunos precios de la economía en la dirección más
conveniente a los fines expansivos del gobierno. Las tarifas d empresas públicas
quedaron congeladas para no comprimir el ingreso real de las familias. Desde el
gobierno se benefició a los trabajadores con la ley de Salario Mínimo Vital y Móvil
anhelada por la CGT. Las autoridades sabían que este impulso podría poner en
peligro las cuentas externas de Argentina , el gobierno optó por actuar con
independencia del Fondo Monetario pactando directamente con los países
acreedores consiguiendo importantes refinanciamientos, había que restringir el
endeudamiento al nivel más indispensable y exportar más de lo que se importaba
para pagar las cuentas pendientes, entonces se suspendió el financiamiento a
algunas importaciones reinstaurándose los controles cambiarios para movimientos
financieros . Un arma más potente contra el déficit externo era la política
cambiaria, durante su gobierno el peso ge devaluado pero no con bruscos cambios
sino mediante depreciaciones suaves que ajustaban precios de las divisas a la
inflación interna, su ventaja era garantizar cierta estabilidad al poder de compra de
las divisas obtenidas por exportadores, esta política cambiaria coincidió con el
aumento de las exportaciones. Argentina exportó más bienes agropecuarios porque
produjo más, ayuda por las buenas condiciones climáticas que dieron una buena
cosecha en cereales y ganado.
Hubo una excepción en el manejo moderado de los asuntos económicos
durante su gobierno fue la anulación del polémico contrato petrolero con empresas
extranjeras que habían sido firmados por Frondizi esto interrumpió bruscamente el
crecimiento del sector petrolero, se perdía así la oportunidad de completar el
aumento de exportaciones con otra fuente de ahorro de divisas, hubo recesión en el
petróleo e importación del mismo. La apuesta global era una reactivación
estimulada por política monetaria y fiscal sumada a un manejo adecuado de
cuentas externas para librar a la economía del stop and go y llevarla al crecimiento,
el auge exportador permitió acumular saldos favorables y no hubo crisis de balanza
de pagos.
Fantasía y realidad de una revolución social
En Onganía se cifraron las esperanzas de muchos para salir de la sucesión de
crisis, este había liderado el sector legalista llevando adelante un proceso de
profesionalización y despolitización de las Fuerzas Armadas. El golpe del 66 no era
derrocar solo a un gobierno resistidos por los militares, la idea –fuerza era avanzar
en un desarrollo económica y a la larga volver a una normalidad institucional sobre
bases más sólidas. La revolución no tenía plazos sino objetivos. Onganía tenía una
tendencia al autoritarismo, intervino las universidades después del rechazo de la
opinión pública a “la noche de los bastones largos” un episodio de represión a los
estudiantes que se oponían a la intervención del gobierno en la universidad, los
partidos políticos fueron suspendidos y las Fuerzas Armadas cedieron el poder de
decisión al presidente, la prensa estaba sujeta al visto bueno del gobierno. El
sistema político descartaba toda presión de disidencia, la única posibilidad de
rechazo era a través de protesta popular o de la oposición armada, el Cordobazo
tuvo un poco de las dos, lo que empezó como un planteo sindical y universitario fue
tomada como una rebeldía hasta convertirse en una batalla entre ejército y
activistas. La revuelta fue vencida pero el gobierno estaba herido. El proyecto de la
Revolución Argentina ge en fase decadente sumado a una atmósfera enrarecida por
las organizaciones como el ERP, Montoneros y Fuerzas Armadas Revolucionarias.
El asesinato de Aramburu por los Montoneros ge el empujón final para el
malogrado caudillo, los militares decidieron reemplazarlo por el General
Levingston que durante su breve gobierno el país asistió a frecuentes atentados
terroristas. La ineficiencia de éste para enfrentar otros reclamos acabó con el apoyo
de las Fuerzas Armadas, había que preparar una salida elegante y Lanusse
encabezó esta tarea, rehabilitó la actividad de los partidos políticos se inició
conversaciones con los dirigentes más importantes y se entabló una comunicación
con Madrid, mediante el Gran Acuerdo Nacional. Perón y Lanusse entraron al
juego de presión y desafíos mutuos en donde el primero contaba con el apoyo de la
palabra y acción de su antiguo aparato sindical y aparecía como la única figura
capaz de restaurar la paz. En las elecciones de 1973 una cláusula de residencia
impide participar a Perón, fue elegido Cámpora y luego de diecisiete años retorna
Perón del exilio.
Mundo feliz
No es fácil entender como fue que Argentina tuvo un desempeño más que
aceptable en medio del inestable mapa político del decenio que siguió a 1973, una
explicación está en el influjo positivo de otros factores que también la afectaban
fuera de la política. No hubo un único factor detrás del registro de crecimiento del
50 al 73 en mayor o en menor medida influyeron el paso acelerado de la innovación
tecnológica, la expansión del comercio mundial y los movimientos de capital, el
avance tecnológico se dio en la introducción de bienes más complejos que no
existían al finalizar la Segunda Guerra, los recursos destinados a la investigación
crecieron continuamente tanto en el sector público como en el privado, ge una
época de avances en la cría de ganado y agroeconomía lo mismo que la revolución
verde (que es la difusión de cultivos del alto rendimiento). La división internacional
del trabajo llegó a un grado que un mismo bien se producía con componentes de
varios países, detrás estaban las grandes multinacionales extendidas a varios
países. Esta expansión de postguerra era lógico que se dé bajo el liderazgo de EE
UU que era la mayor potencia económica y que usaba en sus transacciones el dólar
estadounidense esto acostumbró a los países desarrollados a coordinar sus políticas
económicas.
Hasta fines del 60 nadie cuestionaba al estado como garante del bienestar que
le daría prioridad al alto empleo y alto crecimiento. A fin de la década comenzó a
brotar una inflación más que moderaba se abandona la convertibilidad a dólar oro
el golpe final sería la crisis del petróleo del 73 que llevaría a un período de
estancamiento relativo.
La Argentina en carrera
Era errónea la idea de estancamiento de la Argentina en la postguerra por dos
razones, el crecimiento de la Argentina no se desaceleró en 1945 sino en 1930 y
durante 1963-1974 la Argentina creció como nunca antes lo había hecho. Esa
percepción equivocada se alimentó también del clima intelectual de la época.
Ciertas tendencias de la economía más pesimistas que optimistas consideraban que
las causas del subdesarrollo era la dependencia de los países de la periferia respecto
a los centros mundiales de la producción. La influencia externa se manifestaba en
el aumento del endeudamiento externo y el peso creciente de las empresas
multinacionales. La teoría de la dependencia sostenía que la posición subalterna de
las economías dependientes debe funcionar de acuerdo a las necesidades de las
economías centrales que tenían suficiente poder para bloquear cualquier
perspectiva de desarrollo. Que fue lo que ocurrió para que la economía Argentina
recuperara su crecimiento? Hubo una prolongación de ciertas tendencias: los
avances en la productividad rural permitían relajar la restricción externa de la
Argentina, la inversión iniciada en tiempos de Frondizi consolidó el desarrollo
industrial.
La modernización del agro
Lo más notable del desempeño económico antes de 1973 fue el crecimiento del
sector agropecuario, también aquí hay discrepancias estadísticas, optimistas y
pesimistas. El renacimiento de las pampas ge un logro más de la agricultura que de
la ganadería, principalmente trigo, maíz, soja, sorgo y girasol. La clave de la
recuperación pampeana ge tecnológica con la revolución mecánica del agro por la
que los gobiernos del 50 había imperado y que por fin se concretó, la fuerza
automotriz de las nuevas máquinas era mayor que las antiguas, también llegaron
algunos beneficios de la revolución verde, se ge difundiendo el uso de semillas
mejoradas. La política hacia el agro atenúo el énfasis hacia los precios
remunerativos. No se quería volver a bruscas devaluaciones como en el tiempo de
Frondizi. Entre el 63-73 el tipo de cambio de los impuestos a las exportaciones
combinó en una forma que impidió oscilaciones bruscas en la rentabilidad de
bienes rurales sobre todo agricultura. Las sucesivas administraciones se cuidaron
de no castigar al sector agropecuario, estas devaluaciones moderadas tuvieron un
efecto estabilizador sobre las ganancias, otro tópico en el debate de políticas del
sector rural era el impuesto a la tierra libre de mejoras, el campo iba encontrando
su lugar en los mercados mundiales.
El alivio externo
La recuperación de la agricultura se reflejó en mayor volumen de exportación
modificando la estructura de déficit del comercio de la década anterior cerrando
este período con superávit comercial, la Argentina recordó a la combinación de
superávit de comercio y déficit en los servicios financieros característicos de la
década del 50. Del 60 datan el primer acercamiento a los países socialistas como
destinatarios de productos argentinos siendo objetivo deliberado del gobierno de
Perón de 1973. Un hecho más palpable ge la diversificación de productos vendidos,
las exportaciones básicamente industriales se instalaron definitivamente como
rubro significativo de divisas.
En busca de una industria moderna
A pesar de la mejora de la balanza de pagos durante 1960 persistía la
preocupación por la restricción externa de la Argentina, el proceso de sustitución
de importaciones en las ramas básicas no se había completado y se ge haciendo
evidente que el margen para reemplazar producción importada por nacional era
muy pequeño. Comenzaron a tener peso los argumentos que cuestionaban la
eficiencia del sector industrial argentino, se coincidía cada vez más en exportar
productos industriales, con ello dejaría de depender del sector agropecuario para
obtener divisas estimularía la competitividad industrial de Argentina. Reducir los
aranceles en las importaciones y por otro lado aumentar las retenciones a las
exportaciones tendría como efecto mejorar la competitividad industrial, pero esto
ge breve porque la inflación ge deteriorando poco a poco el beneficio inicial de la
devaluación, aún así la conciencia industrial exportadora estaba en ascenso. Las
voces hacia un esquema decididamente industrial-exportador comenzaron a oírse,
la evolución de la industria que siguió a la recesión del 62-63 ge alentadora, el
ritmo de crecimiento industrial se aceleró, la industria generó muchos empleos y se
combinó con un crecimiento de los salarios reales de modo que la participación de
los asalariados en el ingreso nacional se recuperó a lo largo de la década.
Vivir con inflación
A finales del 60 Argentina se perfilaba como candidato de una inflación
sostenida en el siglo XX, entre el 63-73 no apareció la inflación sino que creció, no
había un acuerdo para su tratamiento. Entre sus perjuicios estaba la incertidumbre
respecto a precios futuros que desalentaban los planes de largo plazo, el deterioro
de las cuentas públicas debido a que el gobierno no aumentaba tarifas ni impuestos
creció y hubo desaliento al crédito local. Los distintos gobiernos dieron prioridades
a las políticas de estabilización de precios. La explicación tradicional a la inflación
era la monetarista sostenía a través de la teoría cuantitativa del dinero (precios se
mueven proporcionalmente a la oferta monetaria) señalada la rápida expansión de
dinero como causa de la inflación. Hubo otros factores que entraron en juego:
incertidumbre política provocando una huída de dinero que aceleró los precios. En
la óptica estructuralista la inflación era síntoma inevitable de defectos arraigados
en la organización económica. El equilibrio externo se lograría con precios altos
que harían restringir la demanda interna, si el gobierno cedía a la presión sindical
no mejoras salariales los precios industriales aumentaban por la inflación de
costos.
El gobierno de Illia ge el único que no pudo llevar adelante un plan de
estabilización orgánico, la inflación cedió con el fin del gobierno de Illia, la
Revolución Argentina iba a atacar frontalmente la inflación
Un plan novedoso
Durante los primeros meses de la Revolución Argentina (Onganía) no estaba
clara la orientación que tendría la conducción económica, había una tensión entre
una tendencia nacionalista (desarrollista) y otra liberal (el estado tendría poca
intervención en la economía). El Ministro de Economía Krieger Vasena puso en
marcha un ambicioso proyecto antiinflacionario con su Plan de Estabilización y
Desarrollo finado una nueva paridad para el peso argentino igual a 350 por dólar y
asegura que por su magnitud no habrá más devaluaciones. Fue ésta una
devaluación compensada porque al mismo tiempo bajaban los aranceles de
importación y aumentaban los de las exportaciones tradicionales con lo que se
amortiguaba el impacto sobre los precios internos. Suspendidas las convenciones
colectivas de trabajo se concede un último aumento de sueldos (al menos por dos
años) y se llega a un acuerdo de precios con las grandes empresas. La actividad
económica se vio estimulada por un acceso más fácil al crédito y mayor confianza
para la inversión, se elevaron las tarifas para reducir el desequilibrio de las
empresas públicas, ge aumentado el impuesto a las ventas se crearon otros tributos
nuevos y comenzaron a cobrarse los impuestos a las exportaciones mejorándose la
recaudación, la entrada de fondos desde el exterior era importante para alejar los
fantasmas de crisis de la balanza de pagos. Pero a fin del 69 Krieger Vasena
renunció a causa del Cordobaza; lo habían derribado los obreros mejor
remunerados del país, los industriales del Córdoba. Durante el reemplazo de
Onganía por Levingston, José Pastore Dagnino, nuevo ministro, debió padecer la
fuga de capitales por desconfianza, encarar negociaciones salariales y sufrir la
inflación vacuna que llegó aumentar en sus precios hasta un 100% . Se intentó una
veda parcial de carne para moderar los precios que enfrentó a los hombres de
campo con el gobierno. La inflación en aumento parecía incombatible.
Sin rumbo
1970 es el paso a la tercera fase del ciclo de política económica; 1ra. fase: 196667; 2da.fase de estabilización: 67-70; 3ra. fase, declinación prolongada hasta el 73.
Como en tiempos de Illia la prioridad era el desarrollo económica y no tanto la
estabilidad de los precios, Aldo Ferrer designado ministro de economía en Oct/
1970 tomó una serie de medidas favorables a las empresas argentinas ya que el
sistema productivo y financiero tenía un alarmante grado de extranjerización. Con
la ley de “compre nacional” se obligó a todas las dependencias estatales a adquirir
bienes y servicios a firmas del país. También se orientó la política crediticia hacia
las empresas nacionales. El reemplazo del peso moneda nacional por el del Pesos
Ley 18188 ge el primero pero no el último cambio de signo monetario en el siglo.
Con Lanusse la economía siguió deteriorándose , el tiempo político de la
Revolución Argentina estaba tocando a su fin, el desfile de ministros prosiguió y el
vacío de poder en el manejo económico impidió casi cualquier medida que no fuera
administrar la situación en corto plazo, el déficit público y la inflación se
triplicaron. Desgastado su propio poder por la evidente derrota en la puja con
Perón, sobre el final del período Lanusse optó por refugiarse en las organizaciones
empresarias y la CGT. La posibilidad de crecer sin marchas y contramarchas no
sería la herencia más duradera del período que acaba en 1973, con una inflación en
ascenso la inestabilidad económica era la preocupación central.
CAPITULO VIII – VERTIGO ECONOMICO EN TIEMPOS VIOLENTOS (19731983)
Retorno y derrumbe del peronismo
La gestión del general Lanusse el último de los presidentes de la Revolución
Argentina (1966-1973) consistió en reconocer que un sistema basado en la
proscripción del peronismo era inviable. El llamado a elecciones de 1973 ge una
salida impuesta por las circunstancias ya que después de 20 años sin elecciones
completamente libres, se comprendía que sin la participación del peronismo no
podía alcanzarse una fórmula política medianamente estable. Luego del Cordobazo
(1969) la violencia se había extendido hasta hacerse habitual acabando con la
sensación del relativo orden mantenido durante la fase del gobierno de Onganía,
después de la derrota del plan económico de Krieger Vasena la inflación seguía
subiendo, jaqueado por males políticos y económicos Lanusse tuvo la desagradable
tarea de preparar la transición hacia la democracia que incluyera al peronismo. Y
cuál era la identidad de este partido? Era apenas un populismo sin demasiados
compromisos doctrinarios encolumnado detrás del liderazgo carismático de Perón?
O un partido favorable a la intervención pública pero que respetara la propiedad
privada? O un movimiento revolucionario que pretendía hacer de la Argentina una
nueva Cuba o repetir el experimento de Allende en Chile que estaba por naufragar?.
El Pacto Social demostró que Perón seguía confiando en la negociación entre
empresarios, trabajadores y gobierno, las ideas no habían cambiado demasiado
pero había una insistencia a la unidad nacional y un ánimo pacificador como rasgos
esenciales del veterano caudillo. Con un presidente débil (Cámpora) la puja por el
poder causante de conflictos amados y atentados se hacía insostenible. Cámpora
renuncia el 13/7/1973 habiendo gobernado solo 50 días y bajo la presidencia
provisional de Lastiri se convocó a nuevas elecciones para Set/73 la fórmula PerónPerón María Estela ganó por un 62% , sólo estuvo 8 meses en el poder y soportó el
peso de las expectativas que había creado con su regreso, murió el 2/7/1974 ,
mucho le costaría a su viuda gobernar este país dividido lo mismo que su partido,
además de su escasas condiciones para hacerlo creciendo el peso político de su
asesor José López Rega . Ni el orden económico ni el político pudieron nunca
restablecerse. La violencia creció y en los cuarteles empezó la conspiración, ni aún
el mandato de aniquilar a la guerrilla calmó a los mandos militares. El 24 de marzo
de 1976 se consumaba el golpe militar, concluyendo la experiencia del peronismo
en el poder que cayó casi exclusivamente por las luchas internas del partido oficial.
Revolución o reformismo?
A pesar del vuelco que significó la caída de Cámpora el programa económico
se mantuvo sin mayores alteraciones desde la salida de Lanusse hasta la muerte de
Perón., con la peculiaridad del mismo Ministro de Economía (Gelbard) bajo cuatro
presidentes distintos (Cámpora, Lastini, Perón, Isabel Martínez de Perón), detrás
de este Ministro estaba la mano visible de Perón, en 1973 las urgencias no eran las
mismas que en 1955 pero sí fue la misma la respuesta de Perón: sentar a
empresarios y sindicatos en la mesa de negociaciones para acordar políticas
firmando un Acta de Compromiso Nacional (Mayo 1973), entre la CGT, CGE y el
Ministerio de Economía. La discusión pública estuvo dominada por el programa de
corto plazo, las iniciativas de más largo aliento son interesantes en tanto definen el
proyecto económico con el cual Perón había regresado al país. Su orientación
general ha sido descripta como fuertemente intervencionista, moderadamente
nacionalista y distribucionista, con un programa reformista acorde a la alianza de
clases pero de ningún modo revolucionario.
La actitud que tomara con respecto al capital extranjero era una cuestión
sensible, el capital extranjero debe tomarse como un complemento y no como
factor determinante del desarrollo, en ciertas áreas era necesario la participación
de las multinacionales por sus contribuciones tecnológicas aunque eran poco
confiables como fuente de financiamiento de la balanza de pagos, mediante una
Ley de Inversiones el gobierno procuraba limitar el peso del capital externo, en los
hechos ge menos duro que en las palabras hacia el capital internacional. No hubo
nada parecido a las nacionalizaciones en masa del primer peronismo, no aplicando
muy estrictamente la Ley de Inversiones. Otra diferencia con la primera época ge el
énfasis puesto en las exportaciones industriales, con leyes que protegían el trabajo
y la producción nacional (proteccionismo) , cada actividad tendría incentivos
especiales de producción para el comercio exterior. Se anunció apoyo crediticio y
técnico a las pequeñas y medianas empresas confiando en su potencial exportador.
En sus gobiernos Perón fue cambiando las estrategias a saber: 1946-51 =
incrementar el consumo; 1952-1955 = estimular la inversión; y ahora era el turno
de fomentar las exportaciones . El año 1973 cerró con superávit comercial
coincidiendo en las tres épocas peronistas de Perón a Menem un dólar alto para los
precios de exportación, además el gobierno justicialista nacionalizó el comercio
exterior. Al igual que con el IAPI ahora las Justas de Granos y Carnes
monopolizaron la exportación de esos bienes. Lo que más se temía era una Ley
Agraria por el proyecto de expropiación de tierras improductivas por parte del
gobierno, esta ley no pasó de ser un proyecto pero sí se sancionó un impuesto a la
renta potencial de la tierra (Quiere decir poner un impuesto sobre la producción
posiblemente estimada de la tierra y no sobre las toneladas que realmente
producía, así se alentaba la productividad para que al crecer esta se equipararan los
valores). Se firmaron acuerdo con países socialistas de Europa Oriental pero
también de Medio Oriente. En cuanto a la moneda monopolizó el sistema bancario
para controlar la cantidad de dinero por medio del Banco Central, el peronismo de
los 70 incorporó los nuevos datos de la realidad económica argentina con el énfasis
en la exportación, acuerdos comerciales y medidas de promoción, contrastando con
la primera época, ahora quiso acabar con la inflación de un solo golpe.
Pacto social, armonías y discordias
El aumento de los precios no era causa del déficit fiscal sino de la incapacidad
de la economía para alcanzar un equilibrio entre los ingresos del trabajo y los del
capital., quebrar las presiones inflacionarias requería una limitación de las
demandas sectoriales y por ello el Pacto Social acordó una configuración de precios
y salarios, suspendiendo las Convenciones Colectivas de Trabajo por dos años., al
desaparecer esta capacidad negociadora los gremialistas pensador que era un
recorte a su poder , luego de irse Cámpora confiaron en una corrección al Pacto
Social por parte de Perón para beneficiar a los trabajadores, la cual no se produjo.
En 1973 la consigna inflación cero era casi un hecho y sirvió de propaganda
justicialista, no emitiendo dinero o haciéndolo en forma moderada se la frenó. La
gente confiaría y depositaría su dinero o lo guardaría en vez de lanzarlo al mercado
y al consumismo, se podría fomentar así más créditos. Más el nubarrón ge el
aumento de precios en los insumos que impactaba en los costos empresariales que
reclamaron poder trasladar éstos aumentos a los precios, la CGT reaccionó en su
función de controlar el cumplimiento del Pacto Social de no aumentar los precios
por lo que Perón tuvo que subsidiar estos nuevos costos.
El gobierno estudiaba un aumento de tarifas para contener el déficit fiscal y de
los combustibles para trasladar al mercado interno la suba en el precio
internacional del petróleo, comenzó a hacerse evidente el desabastecimiento en
ciertos productos, la explicación del gobierno era cada vez menos creíble y crecía el
mercado negro. La presión para una corrección de políticas provenía de los
gremios. A partir de 1974 la economía argentina pasó a una etapa de
recalentamiento empeoró la inflación y las cuentas externas (balanza comercial
deficitaria). La muerte de Perón significó la desaparición de un factor equilibrante
clave en el esquema acuerdista vigente. En 1974 la Comunidad Económica Europea
impuso una prohibición sobre la compra de carne que sumada a la recesión
internacional y aumentos de los precios de importación fue de gravedad.
Políticas económicas de un gobierno disgregado
El Ministro de Economía Gómez Morales trató de solucionar la delicada
situación de las cuentas externas. Hubo cambios de nombre y políticas, una
estrategia más drástica aplicó Celestino Rodrigo apoyado por López Rega, las
medidas incluían: devaluación del 100%, incrementos de tarifas públicas en una
proporción similar o mayor, liberalización de casi todos los precios, era el
Rodrigazo. Para los sindicatos este plan equivalía a una declaración de guerra, el
país se paralizó, la movilización gremial forzó las renuncias de López Rega y
Rodrigo y una nueva etapa de predominio sindical en el gobierno y renegociación
de salarios pactado. A mediados del 75 la economía ya estaba pasando de la
expansión a la recesión, la situación de pagos se tornó desesperante y el nuevo
equipo económico recurrió a un acuerdo con el FMI el primero de un gobierno
peronista. Un nuevo cambio en el Ministerio a cargo de Mondelli dijo que no tenía
un plan sino medidas y la presidenta estaba preocupada por mantener cierta
imagen de dignidad frente al final que se avecinaba. En Marzo de 1975 el
incremento alcanzó un ritmo hiperinflacionario (50% en un mes) el 24 de Marzo de
1976 tras un golpe volvieron al poder los militares.
Diez años después una nueva solución final
No fue extraño que el golpe del 76 fuera recibido con alivio por parte de la
sociedad argentina. El móvil inmediato del autodenominado Proceso de
Reorganización Nacional era la eliminación de los grupos armados (ERP y
Montoneros). Los integrantes de la Junta Militar hablaban de erradicar ciertos
males básicos que según entendían eran incompatibles con un funcionamiento
ordenado de la economía y sociedad, su proyecto de largo plazo vislumbraba una
sociedad despolitizada con un Estado menos poderoso, en su diagnóstico había que
evitar la tentación corporativa y estatista. Hacia el 78 se aniquiló era un hecho la
aniquilación de las guerrillas. La violación de derechos humanos era conocida y
repudiada por la diplomacia norteamericana y los más importantes países europeos
donde el testimonio de miles de exiliados originaba lo que para el gobierno de facto
era una campaña antiargentina. Durante la presidencia de Videla (1976-1981) hubo
un tema saliente en la política internacional: a punto de entrar en una guerra con
Chile por la cuestión limítrofe, este conflicto hacía visible el disenso entre los
hombres de armas la lucha por el poder tenía lugar entre los militares, se pudo
llegar al 81 con un esquema político intacto y una curiosa innovación institucional:
una sucesión presidencial entre militares respetando el cronograma del Acta
Fundacional del Proceso, pero antes de la asunción de Viola (Marzo del 81) ya
había un desgaste del régimen por debajo de la superficie y reverdecía la actividad
de los partidos. Hacia mediados del 81 se formó la Multipartidaria, así radicales,
peronistas, intransigentes y desarrollistas tenían un canal común para reclamar
una salida institucional, sumado a la mayor fuerza en la protesta por los
desaparecidos, cuyo asesinato fue reconocido por militares antes de las elecciones
del 83. El tercer presidente no quiso resignarse al papel de preparar una salida lo
más digna posible para un régimen en decadencia. Galtieri no era un hombre de
rendirse fácilmente por lo menos hasta entonces. La intervención Argentina en
Malvinas se concibió como una operación de salvataje al Proceso antes que una
empresa nacional , se especuló con apoyos internacionales que nunca llegaron, se
rechazaron propuestas de paz cuando parecía haber tiempo, y se retaceó
información a la sociedad junto a interpretaciones honrosas de la derrota en medio
de la frustración popular. Fue el tiro final para el Proceso hasta la elección de
Alfonsín la presidencia de Vignone fue un período más de disgregación de un
gobierno de facto. La posibilidad de consolidad el gobierno democrático aparecería
en 1983.
El ocaso de Lord Keynes
El área económica durante el Proceso estuvo a cargo del Ministro Alfredo
Martínez de Hoz, (liberal), sus medias estaban dirigidas a manejar la situación de
corto plazo sugería una sustantiva redirección de la política económica. Concebía
un diagnóstico según el cual la inflación (problema de entonces) obedecía a
falencias profundas en la organización económica. La reivindicación de la iniciativa
privada y la eliminación del déficit fiscal por vía de un ordenamiento del Estado
eran presentados no sólo como objetivos sino como condición necesaria para el
traánsito hacia la estabilidad de precios, revalorizado el comercio internacional y se
criticaban y derogaban las medidas de desaliento a la exportación especialmente
agropecuarias. El keynesiamismo empezó a perder batallas, dentro de la teoría
keynesiana la aceleración de precios no era otra cosa que el costo de reducir el
desempleo, menos desempleo exigía más inflación.
Más que eso cuestionaba el hecho hasta entonces indisputado de que al menos
en el corto plazo los instrumentos monetarios tenían algún poder para reducir la
desocupación a esto se le sumó el abandono del sistema monetario del Breton
Woods (1971) y la crisis del petróleo del 73. Los economistas keynesianos siempre
preocupados por la producción y el empleo se habían concentrado excesivamente
en las exportaciones e importaciones considerando los aspectos monetarios como
meros residuos de lo que pasaba en el sector real la idea central era que en una
economía abierta, los desfasajes entre oferta y demanda de dinero se corregían a
través del sector externo.
Política financiera, de la reforma a la crisis
Martínez de Hoz planteó una lista de prioridades acorde a la coyuntura de
marzo del 76 los tres principales objetivos de su política económica serían en orden
decreciente de importancia: la estabilidad de precios, el crecimiento económico y
una distribución del ingreso razonable; decía que la esencia de la nueva política
sería pasar de una economía de especulación a una de producción. Aplicó una
estrategia antiinflacionaria gradualista, en lugar de recurrir a una devaluación se
liberó los precios y se ge ajustando el tipo de cambio a la inflación, los salarios
fueron congelados por un tiempo para después evolucionar con el aumento de los
precios. Al contraerse el gasto a través de la caída de los salarios obtuvo un
superávit en la balanza comercial por la disminución del consumo de bienes
exportables y de las importaciones. Mientras se esperaba una corrección de las
cuentas externas un crédito del FMI ayudó a cumplir con las obligaciones más
urgentes. Mientras se buscaba la manera de doblegar la inflación el equipo
económico introdujo una de los cambios más drásticos del período la Reforma
Financiera implico un cambio sustancial en el mercado de capitales argentino, las
medidas principales eran: liberación de las tasas de interés y la desnacionalización
o descentralización de los depósitos bancarios de modo que la capacidad prestable
de los bancos quedaba atada a su habilidad para captar depósitos. No tenía sentido
prestar dinero a las tasas reales porque el corto plazo se perdía el capital. El
número de bancos aumentó y ge percibido como un indicador de mayor
competencia. La expansión financiera que siguió a la reforma se inició de modo
bastante improvisado y acabó como un verdadero caos. Por un lado los bancos
competían por la captación de fondos con tasas de interés creciente, por otro lado
debían financiar esas prácticas prestando también a altas tasas pero quienes
tomaban esos créditos caros eran las empresas en apuros que no conseguían
créditos más accesibles en otra parte, al pagar tasas altas por el financiamiento se
embarcaban en operaciones de alto riesgo. Durante es fase en Banco Central tuvo
que asumir el control de 60 instituciones, con la crisis financiera terminó la fase
terminal del programa de Martínez de Hoz.
Política de estabilización del monetarismo a la tablita
En la estabilización de precios la política de Martínez de Hoz más que
gradualista era errática con marchas y contramarchas, la inflación no cedía., los
precios aumentaron y se cortó el nivel de actividad económica. En realidad la
retracción productiva era una implicación lógica de la contracción monetaria, era
necesario moderar la creación de dinero, pero había una falla de fondo que tenía
que ver con las diferencias entre una economía cerrada al mercado internacional de
crédito y una economía abierta a esa influencia.
Hacia mayo de 1987 el Banco Central dejó de intervenir activamente en el
mercado de divisas permitiendo que el tipo de cambio alcanzara su “propio
equilibrio”. Otras pautas completaban la profundización y ajuste del plan de
Martínez de Hoz. Las tarifas públicas, los salarios mínimos y el crédito doméstico
tenían sus propias tablitas, había recortes especiales en las importaciones de
aquellos productos cuyos precios hubieran aumentado más que los internacionales.
Ya se había sufrido bastante con las altas tasas de interés propuestas por Martínez
de Hoz. El efecto inicial de la tablita tuvo una doble cara. Por un lado hubo en 1979
una expansión de la actividad económica pero falló en no poder reducir la inflación
con diversas explicaciones, hubo quienes negaban el atraso cambiario señalando
que la inflación se debía a la aceleración de los precios internacionales en especial
de los que comerciaban con la Argentina. Otros pensaban que fue causa del
desaliento a las exportaciones agropecuarias o la incorporación de Argentina al
circuito financiero internacional. Era obvio que la Argentina era un país caro en
comparación con el resto del mundo. El chiste era que los pobres se iban de
vacaciones a Uruguay, la clase media a Brasil y los ricos se quedaban en la
Argentina.
La confianza se fue deteriorando a lo largo de 1980, con la crisis bancaria el
banco Central tuvo que desprenderse de reservas acumuladas en años anteriores.,
nuevas medias se anunciaron en julio de 1980: reducir el déficit fiscal,
levantamiento de trabas para tomar crédito externo, con una respuesta efímera en
corto plazo de los capitales externos. En Febrero de 1980 una devaluación no
programada del 10% acabó con la tablita.
Política comercial: de la apertura exportadora a la avalancha importadora
A lo largo de la corta administración Videla-Martínez de Hoz la apertura de la
economía al mercado internacional ge tema de debates solo superado por la lucha
contra la inflación. El hecho más recordado de esa época es la avalancha
importadora, aunque también la producción de bienes exportables aumentó con
Martínez de Hoz, con los cultivos principales y el agregado de la soja. La
exportación de vio favorecida por un acontecimiento externo, en 1980 EEUU
impuso un embargo cerealero a la Unión Soviética por su intervención en
Afganistán, Argentina decidió abstenerse en este embargo y comenzó a vender
cereales a Rusia lo cual continúo consolidándose como un cliente potencial de la
Argentina al igual que en las políticas peronistas
En cuanto a las importaciones la reducción gradual de aranceles la favoreció y
evitó un mal mayor para los sectores que competían con las importaciones y se
fomentó la inversión para importar bienes de capital reduciendo las tarifas
arancelarias de esos bienes. Además se protegió con una ley de promoción
industrial a las actividades nuevas y un régimen especial para la industria
automotriz. La pregunta histórica es porque esta estrategia de apertura gradualista
desembocó en un aluvión de importaciones y en un creciente desequilibrio
comercial? La respuesta es que no pueden juzgarse las políticas específicamente
comerciales como algo aislado, pasando por alto las potentes influencias de la
macroeconomía. El más perjudicado fue el sector industrial por la competencia
extranjera al comprar productos con un dólar bajo.
Luego del recambio presidencial llegaría la oportunidad de una reversión global de
la economía.
Cuando el tipo de cambio importa
Sólo tres ramas industriales mantenían una protección efectiva: textil y
papelera y actividades agropecuarias. El atraso cambiario ge muy pronunciado y
produjo caídas en el crecimiento económico. El final del gobierno de Videla
coincidió con el desmoronamiento de las que habían sido sus principales políticas.
La tablita se abandonaba y el sistema bancario estaba frágil, era insostenible una
apertura comercial combinada con el retraso cambiario. Quedaba para los
sucesores de Martínez de Hoz una empresa ingrata: administrar una economía
inflacionaria, endeudada y recesiva.
Crisis sobre crisis
Desde el punto de vista económico el trienio 1981-11983 ge similar a los años
finales de Isabel Perón con una sucesión de ministros y planes volteados por la
crisis económica y política de turno, agregándose una fuga de capitales, deuda
externa pronunciada lo mismo que la deuda privada y recesión productiva.
Así dadas las cosas se puso en marcha un control de las tasas de interés para
amortiguar la recesión productiva. Al poco tiempo u golpe acabó con la presidencia
de Viola. Desde el punto de vista estrictamente económico Malvinas no ge el
impacto exterior más importante de 1982, sino la crisis de la deuda
latinoamericana, cuando México se negó a pagar su deuda y ello cortó todas las
posibilidades de tomar nuevos préstamos del exterior.
Las cuentas del Proceso
El endeudamiento no era solo un problema de los que debían sino una
amenaza para toda la economía. Particularmente las obligaciones con el exterior
eran de gran peso, encarecidas por la depreciación cambiaria y las altas tasas de
interés internacionales. Las deudas de las empresas locales con los bancos también
ponían en jaque al sistema financiero.
A mediados de 1982 El Ministro Dagnino Pastore y Domingo Cavallo
presidente del Banco Central y sucesores de Alemman iniciaron una redistribución
de riqueza favorable a los deudores cosa que mejoraba a su vez la situación de los
bancos a quienes el Banco Central otorgaba nuevos créditos con tasas de interés
negativas. El futuro gobierno democrático recibiría una herencia pesada: para
cumplir con sus compromisos debería conseguir suficientes recursos fiscales y
además obtener un superávit comercial, heredaba también una economía que se
había acostumbrado a vivir con inflación.. No era poca carga para una democracia
de la que se esperaba casi todo.
Nuestra larga década pérdida
En los 80 los países latinoamericanos vivirían su década perdida marcada por
la crisis de la deuda mientras que Europa y los EE UU iniciarían una nueva
expansión. Solo Argentina combinaría lo peor de cada época (1970 y 1980)
estancamiento en los 70 y recesión en los 80.
Cerrado el ciclo del Proceso era difícil encontrar un aspecto de la economía
que hubiera avanzado algo 1979 tuvo un efímero momento de gloria, con inflación
baja y el producto creciendo. Cuando en 1983 llega la democracia la Argentina
próspera de los años 60 no era más que un recuerdo que sucumbió en 1974
Se esperaba que la democracia resolviera no solo los problemas económicos
sino los de salud, educación, el tiempo iba a demostrar que ello era más difícil de lo
que se había pensado en los aires optimistas de la nueva democracia.
CAPITULO IX – LA DEMOCRACIA Y EL DIFICIL GOBIERNO DE LA ECONOMIA
1983 – 1989
En busca de la república pérdida
El proceso de transición institucional cuyo emblema fue Alfonsín iniciado en
1983 es el punto de inflexión de la ajetreada historia política argentina tendrá un
rasgos distintivo respecto al del medio siglo anterior, hay un consenso mayoritario
acerca de las reglas de juego elementales del sistema político acerca de cuanto un
gobierno es legítimo y cuando no, este consenso tuvo sostén por el fracaso de
fórmulas de democracia limitadas hasta 1966 y las fallidas experiencias del
gobierno de facto que siguió ensombrecido por la derrota de Malvinas que
deterioro la imagen de las Fuerzas Armadas, en ese año se dio el encuentro entre
un ánimo popular y el liderazgo que lo encarna Alfonsín tuvo la virtud de percibir el
clima de la época. Su apelación a los valores democráticos y la Constitución era lo
que reclamaba el público sin compromisos partidarios. La obsesión de Alfonsín
desde sus primeros años fue la modernización, ruralismo y paz en clave progresista
el gobierno abordó temas educativos, culturales cuyo hito fue la realización de un
Congreso Pedagógico, el impulso a la Universidad estatal y la sanción de una ley
permitiendo el divorcio, esto ganó antipatía de la iglesia. Había una tensión
evidente en la política de reparación de las violaciones a los Derechos Humanos
cometidas durante la dictadura militar. Había que incorporar a las Fuerzas
Armadas como miembro pleno pero no central de un país en democracia, su
estrategia fue diferenciar los autores de los crímenes de las Fuerzas Armadas como
institución, oficiales de menor graduación se beneficiaron con las leyes de Punto
Final y Obediencia debida, esta ley se sancionó luego de un primer levantamiento
militar contra Alfonsín en 1987, en política gremial recorrió un camino de virtual
enfrentamiento a la negociación más o menos forzada intentando una
democratización más profunda de los gremios pero falló porque el sindicalismo
echó mano de la mayoría peronista en el Senado.
Hacia 1987 los índices de inflación habían vuelto a los niveles habituales de la
economía argentina posterior a 1975, el partido justicialista estaba sumido en crisis
de identidad, se creía que había sucumbido el movimiento quedando la conducción
del partido en manos de un peronismo ortodoxo de raíz corporativa y nacionalista
pero fue tomando una forma de corriente opuesta encabezada por Caffiero
(renovadores) que criticaban la política socio-económica siendo el principal
adversario político y apoyando al gobierno en cambio en los conflictos de Beagle y
el levantamiento de Semana Santa, los justicialistas no querían aparecer como
socios de un poder decadente. Una estrategia más combativa que la de los
renovadores la llevó a cabo el gobernador de La Rioja Carlos Saúl Menem, que fue
elegido candidato a presidente, por ese entonces comenzó a funcionar un deterioro
económico y las probabilidades de un triunfo de un peronismo que tenía mucho de
populista ese ciclo llegaría con la asunción anticipada de Menem como presidente.
El drama de América Latina
En la política económica de Alfonsín no puede ignorarse el contexto
internacional en que formuló caracterizado en América Latina por la crisis de la
deuda y sus secuelas, la Argentina tardó en reconocerse como miembro pleno de
América Latina, esa suerte de latinoamericanización tuvo su argumento principal
en la equiparación de los niveles de ingreso por habitante porque el PBI per cápita
era más elevado que el de otros países latinoamericanos. Fue recién con la crisis de
la deuda de 1982 que los problemas argentinos adquirieron carácter
latinoamericano, es que la obligación de servir sus enormes deudas externas sin la
posibilidad de acceder a nuevos préstamos se transformó en el dato central que
condicionó las políticas económicas de todos los países de la región, en nudo del
problema era que las magnitudes que debían girarse al exterior en concepto de
intereses y amortización estaban por encima de la verdadera capacidad de pago de
la región sumado al aumento de tasas de interés internacional de los países
desarrollados. Hasta 1980 las tasas de interés por los préstamos obtenidos eran
más bajas, luego se produjo un viraje al aumentar las tasas de interés y cortarse el
flujo de capital, en el caso de América la exigencia de que pagara puntualmente las
deudas que había contraído voluntariamente era justificado pero no dejaba de
tener insalvables problemas prácticos, y necesitaba una acción combinada de
aumento de las exportaciones y reducción de las importaciones, en forma similar a
lo afrontado por Argentina hacia los años 50, se podía comprimir las compras al
exterior de bienes de consumo no esenciales o sustituibles por producción
doméstica , pero se llegaba a un punto crítico, si el recorte de importaciones
afectaba también la de insumos y bienes de capital se resentía el nivel de actividad.
Las importaciones disminuyeron entre el 81 y 83 en tanto el producto no creciera
tenía que reducirse o el consumo o la inversión. Las consecuencias interiores de las
cuentas externas se manifestaron en una tensión entre el sector público y privado.
La mayor parte del endeudamiento externo correspondía al Estado, mientras el
sector público debía generar un excedente para pagar a sus acreedores, era poco
menos que una quimera, los gobiernos tenían un abultado déficit (exceso de gastos)
Del lado de los gastos se podía: reducir el salario o el empleo público o contraer la
inversión del gobierno, optando por esta última alternativa , el problema de las
cuentas públicas era más complejo por el lado de los ingresos, la recesión
complicaba la recaudación porque los fondos públicos provenían de los impuestos
internos como en la Argentina y Brasil y no tanto del comercio exterior como en los
países más pequeños, por otro lado el valor que tenía el dólar como consecuencia
de la escasez de divisas perjudicaba al Estado, su mayor comprador, el gran recurso
de la década fue la emisión monetaria que generaba inflación, esta tiene un clima
favorable para la inversión y agrava las desigualdades de ingreso al igual que el
financiamiento que pretendía precariamente remendar, la gente prefería refugiarse
en el dólar a ahorrar en moneda nacional, el dólar alto producía aún más déficit en
los pagos de la deuda externa. Ajuste externo, retracción de la inversión, caídas del
producto por habitante, deterioro de la recaudación tributaria, déficit público,
inflación, fuga hacia el dólar y depreciación monetaria eran eslabones de una
cadena de causalidad siempre para mal. Durante mucho tiempo brilló por ausencia
un plan global para lidiar con el problema de endeudamiento de la región, el
financiamiento recibido de organismos como el FMI y el Banco Mundial fue
irregular y condicional a promesas de austeridad, el financiamiento se obtenía
forzadamente acumulando atrasos en el pago de intereses y amortización. El Plan
Brady iniciado en 1989 tuvo relativo éxito reduciendo déficit fiscales y mejorando
la situación del sector externo, en la región se introdujeron reformas económicas de
lo que se llamó el Consenso de Washington, eran una serie de recomendaciones
acordes al paradigma libera, la apertura comercial y de capital, y la desregulación
de mercado irían llegando a la Argentina.
De herencias y condicionamientos
La economía que Alfonsín recibía de los militares pasaba por un momento
decididamente problemático, el gobierno radical no dejaba de reconocer el peso de
la herencia. El impacto de la crisis de la deuda ge violento, creciendo los pagos al
exterior en concepto de intereses y utilidades, no era un problema de liquidez (que
hubiera dinero para pagar) sino uno de insolvencia estructural, una de las causas
de las dificultades para crecer – además de la transferencia de una masa
importante de ahorros al exterior – era el aislamiento de la economía respecto de
los flujos del comercio internacional y la estructura oligopolística de muchos
mercados nacionales.
Agotados los sistemas de seguridad social (Cajas de Jubilaciones cuyos fondos
se vaciaban) y las formas de financiamiento externas, se debía recurrir cada vez
más al endeudamiento interno y la emisión de moneda, por otra parte era débil la
recaudación impositiva (ya como una cultura argentina). Cinco factores entonces se
agudizaron e interactuaron en el último tramo del gobierno militar:
Endeudamiento externo, estancamiento, cierre de una economía con escaso grado
de competencia interna, desequilibrio fiscal e inflación.
Subestimar el problema estructural de la economía y darle solo una
interpretación institucional era alejarlo de una línea de austeridad que se
necesitaba urgentemente y que no pasaba solo por dar cabida a los postergados
reclamos de bienestar que habían soñado con la democracia.
Viejas formulas, nuevos problemas
La política económica, como en gobiernos anteriores siguió una
administración algo improvisada, sin un plan claro, con un intento de
estabilización que concluiría en una tercera etapa de deterioro.
Alejado del poder durante 17 años, el radicalismo no había elaborado ningún
plan, y se recostó en las mismas políticas de 20 años atrás, en tiempos de Illia, que
había tenido un período de crecimiento, luego se ge tomando conciencia de que se
requerían medidas más drásticas. La estrategia de Grispun era mantener un nivel
de empleo alto con estímulo a la demanda (créditos baratos y gastos públicos),
mientras se combatía la inflación. Después de un aumento de sueldos se
establecieron las pautas para dirigir los precios, tarifas públicas y control de
cambios. Pronto aparecieron los problemas porque las directivas sobre precios eran
ignoradas, esto obligó a nuevas indexaciones (aumentos) salariales, ya no era
posible detener la inflación. Entre tanto las negociaciones sobre la deuda externa
tomaron un cariz combativo, la ayuda externa dependía del programa de ajuste
centrado en reducir el déficit fiscal, bajar la inflación , alentar el crecimiento
interno y controlar la oferta monetaria.
La economía a pesar de algunos préstamos combinados entre EE UU, países
importantes latinoamericanos y el FMI, marchaba hacia una recesión y una
inflación del 626% anual.
A fines de 1984 se devaluó la moneda, se ajustaron con aumento las tarifas de
servicios, se recortó el gasto público y las jubilaciones, ello moderó algo el déficit
fiscal y el aumento de precios por restricción de la demanda.
Teoría y práctica de una estabilización heterodoxa
En Feb/85 Grinspun fue reemplazado por Sourrouille, de formación
estructuralista, puso en marcha un plan de estabilización y se delínea el Plan
Austral, según su diagnóstico las expectativas de inflación hacían que se repitiera
mes a mes el mismo porcentaje, y para bajar la inflación había que bajar las
expectativas sobre la misma, siendo necesario congelar todo lo que fuera posible,
desde el tipo de cambio, tarifas, salarios y hasta los precios privados.
No emitir más moneda y reducir el déficit fiscal fueron objetivos del plan. Se
dieron medidas previas: corregir algunos precios hacia arriba que estaban
retrasados, devaluar y elevar las tarifas para cubrir los costos de las empresas
estatales, y un aumento de precios de la carne, mientras se negociaba un paquete
de ayuda con el FMI. (Para qué querían congelar precios si previamente los
aumentaban cubriéndose las espaldas, es una ridiculez, jajaja? Las medidas de
corrección de preciso previas al Plan Austral aceleraron la inflación. El austral sería
la nueva unidad monetaria 80 centavos por dólar quedando congelados a partir del
14/6/85 todos los precios de la economía salvo en mercados de alimentos frescos
donde jugaba la oferta y demanda en su fijación. Impositivamente se aumentaron
algunos gravámenes, un esquema de “ahorro forzoso” (impuesto a las empresas) y
el desafío que era la aplicación de una tabla (tipo Martínez de Hoz) para evitar por
ejemplo que alquileres pactados por varios años bajo una expectativa de inflación
con un alto porcentaje de ajuste, se les aplicara esta tabla y quedaran reducidos a
un valor real. Resultado: El plan logró la estabilización pero no la inmovilización
general de precios, contuvo el déficit fiscal pero solo por efectos del aumento de
impuestos y se revirtió la huída de la moneda nacional.
La estabilidad relegada
La ilusión de una nueva etapa duró poco, los tres años que siguieron hasta el
recambio presidencial fueron una lucha constante contra la inflación desde que se
desintegró el Plan Austral hasta el estallido hiperinflacionario de 1989, prolongar el
congelamiento era una apuesta demasiado arriesgada. En Abril de 1986 se anuncia
una flexibilización (ajustar tarifas y precios paulatinamente) se iniciaba una vuelta
al gradualismo, no dió resultado por reabrir las tradicionales pujas distributivas
entre sectores, la renegociaciones de salarios resultaron en aumentos cada vez más
rápidos por encima de las pautas fijadas por el Ministerio de Economía.
Austral, estabilización y después
A partir del repunte inflacionarios se pierde la estrategia estructurada y
reaparece a fines de 1986 la necesidad d emitir dinero para financiar el déficit
público con lo que se quebranta una de las promesas fundantes del Plan Austral,
además los precios de los productos exportables cayeron con el impacto directo que
al bajar los precios de venta también bajaba la recaudación fiscal por los mismos y
un factor político influía: los exportadores pedían se bajaran las retenciones al
agro. Al comenzar 1987 el gobierno dispuso un nuevo congelamiento de precios: el
australito como medida defensiva ante el desborde inflacionario, no podía
derrotarse a la inflación sin un proceso previo de “reformas estructurales”la difícil
tarea era hacer compatibles las funciones del estado con sus limitadas posibilidades
de financiamiento.
Un estado sin financiamiento
El Estado argentino ge acumulando funciones que se pueden clasificar en tres:
1) estado gendarme: (liberal) proveía defensa exterior, seguridad interior, justicia,
administración general (quiere decir cuida todo el funcionamiento exterior e
interior de la nación) 2) Estado de Bienestar: garantía para toda la población de un
consumo mínimo de ciertos bienes y servicios (educación, salud, vivienda) 3) El
estado busca corregir ineficiencias del mercado libre, se hacía cargo de ciertas
actividades productivas estimulando la producción privada con distintos
mecanismos (exención impuestos, subsidios, préstamos con tasas bajas, regimenes
de promoción industrial, etc.), Este sendero tenía un obstáculo insalvables en el
agotamiento de la capacidad del gobierno para obtener recursos. Los ingresos por
tributación nunca tuvieron en Argentina la envergadura de otros países a pesar de
que se intentó gravar según la capacidad de pago de cada uno ( se cobran más caro
los impuestos a quien tiene más ingresos y más baratos a quienes tienen menos). El
estado contada con dos fuentes de fondos: impuestos a importaciones y
exportaciones, y , aumentos en los aportes a los sistemas de seguridad social, una a
una esas fuentes fueron agotándose, acentuándose el recurso a la emisión de dinero
y el endeudamiento, pero la crisis llegó a tal estado que ni a tasa altas nadie le
quería prestar del exterior y pasó a depender de la ayuda de organismo
internacionales como el FMI y el Banco Mundial.
Prolegómenos de una reforma estructural
El sector público debía ser reformado aplicando una política de desregulación
especialmente en las empresas petroleras, permitiendo una mayor participación de
capitales privados para alinear el precio interno con el internacional, también
habría que limitar las promociones industriales, y desregular algunas tarifas de
transporte, privatizando el 40% de empresas estatales como ENTEL, Aerolíneas
Argentinas y privatizar SOMISA. El peronismo desde el Congreso no prestaba
apoyo a reformas que eran ajenas a su tradición estatista y contrarias a sus
posibilidades de acceder al gobierno en 1989.
Hacia el colapso hiperinflacionario
Entre las políticas de estabilización de corto plazo y las de reformas
estructurales. Estas ganaban en importancia, pero en 1989 se iniciaba una inflación
librada a su propia suerte, la escasez de divisas se estaba haciendo desesperante, y
no podría predecirse ningún cronograma cambiario creíble, sin anunciarlo a viva
voz el país dejó en 1988 de pagar los servicios de la deuda externa ingresando de
hecho en una moratoria., el Banco Central debía emitir dinero, el peligro de la
hiperinflación era inminente. Se monta una nuevo plan: el Plan Primavera no
consistió ya en un congelamiento sino en un acuerdo desindexatorio con las
empresas líderes agrupadas en la Unión Industrial Argentina y con la Cámara de
Comercio quienes a cambio de su apoyo se beneficiaron con un descuento en el
IVA, el dólar se mantuvo en los márgenes programados, pero el plan Primavera
tenía dos amenazas: la escasez de reservas, cubierta sólo por capitales golondrina
que aprovechaban la oferta de una alta tasa de interés en dólares, y la
incertidumbre política y económica ante las inminentes elecciones de cambio
presidencial. La fuga hacia el dólar seguía y era el fin del Plan Primavera.
Explotaron los precios, su causa según la visión monetarista era que la gente se
desprendía del dinero tratando de comprar los productos que al día siguiente irían
a aumentar más su precio. Otra visión es la fuga de dinero hacia el dólar para
asegurarse ante la devaluación a tal punto que se produjo una depreciación del
193%, los trabajadores exigían pagos adelantados y aumentos para moderar la
caída del salario real, los exportadores retenían sus mercaderías en un proceso de
especulación y se postergaban los pagos de servicios públicos y previsionales
agravando aún más la situación impositiva. Un gobierno se estaba desintegrando y
quedaría en manos de la nueva administración encontrar una salida a la
hiperinflación.
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