cruzada por lo mejor del hombre

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QUINTAESENCIA
Cuadernos de Estudios Templarios
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QUINTAESENCIA ©: Cuadernos de Estudios Templarios.
Los textos de doctrina templaria y su traducción están amparados por el copyright © y no
pueden ser reproducidos ni difundidos sin la autorización expresa de un miembro de la
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En los textos, fotografías e imágenes que aparecen en estos Cuadernos citaremos, siempre
que lo conozcamos, al autor y el medio de publicación. QUINTAESENCIA © es un Cuaderno
de difusión limitada exclusivamente para los miembros de la Estricta Observancia
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IBEROAMERICANOS DEL COLLÈGE TEMPLIER DE FRANCIA (COLEGIO SACERDOTAL DEL TEMPLE),
ENCARNACIÓN PARA EL SIGLO XXI DE LA ORDEN SOBERANA DEL TEMPLO SOLAR.
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MANIFIESTO TEMPLARIO
CRUZADA POR LO MEJOR DEL HOMBRE ©
EL COMPLOT CONTRA EL HOMBRE © (y III)
LA SEXUALIDAD
Vamos a hablar sucintamente de los desequilibrios actuales suscitados por una
sexualidad desaforada y sus nefastas consecuencias.
Aparecida en los humanos antes de que Adán dejase de estar solo, esto es,
antes de la caída, la sexualidad forma parte muy normal de nuestra naturaleza
humana. En tanto no franquee los límites que le son asignados, no existe
ninguna razón para que sea condenada y ningún representante de la Autoridad
Espiritual tiene derecho a anatematizar en contra de una vida sexual sana y
normal imponiendo ridículos y nada saludables tabúes.
Considerándola sobre el plano del cuerpo (acto sexual propiamente dicho), del
alma (a nivel de los instintos) o del espíritu (el de la mentalización), la expresión
de la sexualidad pone en movimiento la liberación de energías considerables y
si esta energía no se domina correctamente, el ser humano acabará siendo un
juguete de cartón.
SEXO Y RELIGIÓN
Desgraciadamente, debemos decir que la culpa de muchas desviaciones
sexuales tienen su causa en el falso planteamiento que han expuesto durante
los últimos siglos muchos representantes de la religión, bastantes de los cuales
no están exentos de tales cadenas. Invirtiendo los valores y dando la primicia a
los instintos, el psicoanálisis ha hecho el resto.
Ciertamente, vejar sistemáticamente la sexualidad, como es el caso del
Occidente cristiano y como está haciendo China en la actualidad, suscita, tarde
o temprano, reacciones generadoras de desequilibrios crecientes, máxime
entre la juventud.
Pero afirmar así la búsqueda legítima a toda costa de una completa
satisfacción de todos los instintos es empujar la rueda de la legalidad hacia la
degeneración peligrosa de la perversión.
Para arreglarlo todo, el Becerro de Oro se ha metido con sus narices en el
asunto, porque la sexualidad es el lazo directo con nuestra naturaleza animal,
de todos los humanos sin excepción; porque reacciona sobre los instintos,
tiende a ser reforzada por su propio ejercicio; en una palabra: la sexualidad
tiene una gran influencia en el mercado, se vende bien y reporta múltiples
beneficios.
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“Haz el amor y no la guerra”... Despreciable y sutil mensaje, viscoso y lleno de
doble intención...
La invasión de los espíritus por el hecho sexual constituye así un medio de
cambio para subyugar a las masas, colocarlas en estado de menor resistencia
y volverlos receptivos a todas las sugestiones, a todas las propagandas, y muy
especialmente a todas las incitaciones de la publicidad.
Es tan grande el uso-abuso del sexo que se extiende no solamente a las salas
cinematográficas, sino también a la mismísima televisión, a la iconografía
mural, a la prensa escrita y a Internet. Incluso acudiendo a la literatura, las
personas deben hacer frente a una continua agresión contra la que es muy
difícil luchar y resistir.
Un número cada vez más grande de adolescentes se encuentra así atrapado en
una coalición de influencias perniciosas cuyas consecuencias destructoras
saltan a la vista.
En el plano puramente corporal, es temible la escalada de enfermedades
venéreas que el progreso de la moderna terapéutica no logra atajar, sin
mencionar el SIDA, que merecería comentarios aparte.
Y en el plano anímico, se va descomponiendo lentamente la estructura afectiva
y psicológica, tanto individual como colectiva –la una refuerza a la otra- hasta
que llegue la esterilidad del corazón.
SEXO Y EROTISMO
Enfrentado permanentemente a una superabundancia de imágenes eróticas
generadoras de fantasmas, el individuo se encuentra impulsado a buscar
frenéticamente la exaltación momentánea y la impresión de poder que
comporta el gozo, aunque para ello se le haga traspasar los límites que le
impone normalmente la saciedad fisiológica... Más, más y más hasta la
depravación.
Todos los medios para obtener orgasmo son buenos: alcohol, droga,
excitantes-estimulantes, etc., en detrimento no solamente de la salud física,
sino también de la voluntad, del juicio, en fin, del respeto a sí mismo.
Dejando de ser de este modo un ser humano digno de consideración, el
compañero o compañera se vuelve un objeto, una herramienta, un instrumento
de placer banalizado, utilizado hoy por uno, mañana por otro.
SEXO Y VIOLENCIA
De ahí viene conseguir por la violencia lo que no se puede conseguir por el
consentimiento. Así se explican las violaciones cada vez más frecuentes,
crapulosas y colectivas, cuyas víctimas terminan a menudo traumatizadas para
el resto de sus vidas, cuando no con la vida misma. ¡Y qué hablar de la
prostitución, cada día a edad más temprana y que alcanza ya no solo a las
mujeres sino también está “de moda” la prostitución masculina! Este es el reino
de la explotación, de la esclavitud y el triunfo de los proxenetas
Así, el complot universal del liberalismo prepara a las generaciones para la
esclavitud del totalitarismo.
Desarraigados, propiamente hablando, de la corriente ascendente y
descendiente de la vida, los adolescentes y los jóvenes adultos se van a
encontrar mañana, se encuentran ya hoy, prisioneros de su vanidad y de su
soledad. Entonces, desfilarán con pancartas que denuncian la injusticia social,
la sociedad establecida y todos los frutos de un capitalismo inseparable de
muchos llamados a sí mismos cristianos.
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AMANECER
EL HECHO TEMPLARIO © (I)
Tan cierto como que hoy en día es indiscutible el “hecho cristiano”, sean cuales
sean los distintos rostros con los que se manifieste la religión del Cristo, de igual
manera es real y concreto el “hecho templario”, y que algunos se empeñan en
ignorar y otros en desvirtuar lamentablemente.
En este sentido, es a la Iglesia Católica Romana a quien nos dirigimos en especial,
pues como Autoridad espiritual fundamental es la única portadora de la
responsabilidad del martirio de la Orden del Temple medieval a raíz de la innoble
traición del Concilio de Vienne de 1312.
MANIFESTACIÓN MEDIEVAL DE LA ORDEN DEL TEMPLE
Nuestra Orden nació libre en 1118 bajo el impulso magistral de un hombre libre
en Cristo que alcanzó las cimas de una altura espiritual raramente igualadas: San
Bernardo de Claraval. Siempre bajo la brillante dirección de este personaje
infatigable e inspirado, en 1128 la Orden se coloca libremente bajo la tutela de la
Iglesia Oficial y de su maestro El Cristo, y más concretamente al amparo de Su
Vicario, el Papa de entonces, y… por supuesto, de sus sucesores en el Soberano
Pontificado.
EL COMPLOT
Las funestas consecuencias del odioso complot urdido contra nuestra Orden se
perpetúan hoy en la medida en que la Iglesia Católica Romana persiste
pérfidamente en querer ignorar el “hecho templario”, es decir, en disimular cobarde
y torpemente el error fratricida del Clemente V, esto es, por ende, de la Iglesia
entera.
Por otra parte, esta ignorancia culpable y mal calculada no contribuye a otra cosa
que a retrasar un vencimiento ineluctable cuyas consecuencias dolorosas, pero
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justas, serán para la Iglesia de Roma de una gravedad proporcional al periodo
transcurrido entre el 13 de octubre de 1307 y el día en que proceda a la legítima
rehabilitación de la Orden del Temple medieval, lo que conlleva el reconocimiento
del Resurgimiento Templario manifestado hoy en día por el Colegio Sacerdotal del
temple, con sus estructuras y Sacerdocio específicos.
EL RESURGIMIENTO
Del mismo modo que en 1118 surge libremente, sin la bendición oficial de Roma,
la Orden del Temple resurge, no menos libremente en nuestra época. La Orden no
puede ser alcanzada ni condicionada por ningún tipo de prohibición o entredicho –
lo que, además, sería ilegítimo- y menos por la Iglesia Romana ni por ninguno de
los celosos miembros de su jerarquía.
En lo que concierne a estos últimos, nosotros tenemos conocimiento total de las
motivaciones de algunos de ellos y no titubearíamos, si fuera preciso, y en el
momento oportuno, en proceder a su denuncia.
¡Sea como sea, el “punto de no-retorno” está franqueado! Desde el 12 de junio de
1952, el navío crístico del Colegio Sacerdotal de la Orden del Temple ha roto sus
amarras para no regresar a su puerto
de atraque más que como vencedor…
También, con esperanza, queremos volvernos hacia todos nuestros hermanos en
Cristo, sean quienes sean y los que sean por el vasto mundo. Pero, naturalmente,
de forma más directa y sin complejos es hacia Roma a donde enviamos nuestras
filiales y fraternales miradas.
Hacia Roma..., más exactamente hacia el Vaticano, donde queremos creer que el
Vicario de Cristo no será menos sensible que su divino Maestro; y que, entonces,
desafiará a ciertos enemigos de la Orden del temple, y así Su Santidad podrá
escuchar la voz profunda y eterna del Hombre Justo, del Hombre Cristo, del
Hombre del Temple, la voz de su propia conciencia llamando a la Justicia Divina.
LAS “ALERGIAS” TEMPLARIAS DEL VATICANO
Dado que es hacia el Vaticano donde fijamos primeramente nuestra acción,
queremos reproducir el artículo siguiente aparecido en el Osservatore Romano, nº
30/1075 del 24-7-70:
PUESTA EN GUARDIA
En los últimos tiempos y con renovada insistencia, ha
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sido solicitada en la Sede Apostólica, tanto en su centro
(es decir, en la Secretaría de Estado) como en su periferia
(esto es, cerca de algunas representaciones pontificales)
el reconocimiento de cierta “Orden Caballeresca” que se
atribuye los títulos de “Soberna y Militar del Templo de
Jerusalén”. Frente a esta actitud incalificable, estamos
autorizados a poner en guardia a todos aquellos que
pertenecen a la Jerarquía, en Italia y en los demás países,
recordando que la Santa Sede solo reconoce a la
Soberana Orden Militar de Jerusalén, llamada de Malta y
a la Orden del Santo Sepulcro.
En el caso específico que ahora nos ocupa, nosotros no
conocemos demasiado bien las vicisitudes históricas de
la antigua Orden del Temple (los Templarios), que fue
suprimida por el Papa Clemente V (1305-1314) y que no
ha sido restaurada por ninguno de sus sucesores.
En
consecuencia,
su
restauración
contemporánea,
agravada por la pretendida denominación de “Soberana”
no es más que un abuso y una acción ilegítima”.
Que nuestros hermanos en Cristo del Vaticano se agiten por la manifestación de
cierta “Orden Soberana y Militar del Templo de Jerusalén”..., potenciando
sibilinamente la exclusividad de la ”Soberana Orden Militar de Jerusalén”, llamada
“de Malta”, a la cual la Iglesia no ha cesado de conceder durante mucho tiempo un
apoyo espiritual, moral, ... y temporal (muy en particular con la entrega de los
bienes de la Orden del Temple medieval, propiciando su despojo como cuervos y
chacales sobre un cadáver en descomposición), sí, esta emoción tan eclesial la
comprendemos, máxime si tenemos en cuenta la petulancia sacrílega del organismo
neo-templario que ha tenido la osadía de utilizar en parte la misma denominación
de su protegida “Soberana Orden Militar de Jerusalén”, llamada de Malta....
Volveremos más adelante sobre la cuestión de las pretendidas “filiaciones
templarias”.
Pero por el momento, nosotros experimentamos una muy legítima indignación al
comprobar cómo los que deberían ser los guardianes de la conciencia cristiana,
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tienen la desfachatez de publicar que ellos “no conocen demasiado bien las
vicisitudes históricas de la antigua Orden del Temple”.
Si no las conocen, ya, las conocerán, ya....
¿Quién, entre ellos, puede cerrar los ojos ante la ignominia del complot en el que
Roma tomó parte activísima, y cuyas víctimas inocentes fueron los valerosos
defensores del Cristo, los monjes-Soldados conocidos como “los Templarios”? Para
los miembros de la Jerarquía no es ningún secreto que la condena de nuestros
Hermanos fue un gravísimo error. Solo la Iglesia romana puede borrar este
vergonzoso estigma con un valiente y noble “mea culpa”.
Recordad a Juana de Arco y tantos otros...
También, cristianamente hablando, cuando se está, en principio, investido de la
maravillosa misión de mantener siempre santa y presente, la “religión de Amor” y
de difundirla por el mundo, ¿no se debería, por encima de cualquier otra
consideración, barrer delante de la propia puerta y consagrarse con ardor a la
manifestación de la Justicia sea cual sea el precio, sobre todo si la moneda utilizada
lleva el nombre a la vez discreto y mágico de “humildad”?
Nosotros aquí, ahora, rotundamente, afirmamos que el martirio de los Templarios,
desde 1307 hasta su trágico paroxismo el 18 de marzo de 1314 en la hoguera de la
Isla de los Judíos de París, fue libremente aceptado por nuestros admirables
hermanos mayores. Estos, a imitación de Jesús en el Huerto de los Olivos, no
ignoraban absolutamente nada de lo que se tramaba contra ellos. Este martirio de
los Templarios, Milicia Apostólica del Cristo, debe ser, pues, considerado, al menos
por la cristiandad, como el segundo Gólgota.
Para evocar esta “pasión” de los Templarios, el Vaticano utiliza intencionadamente
la irrisoria expresión de “vicisitudes históricas que no se conocen demasiado bien”.
¿Para nuestros hermanos cristianos del Vaticano, el drama del Cristo en el Calvario
habrá que clasificarlo también en el archivo polvoriento de estas mismas
“vicisitudes históricas”...? Constatando ciertos hechos, es legítimo plantear la
cuestión.
En lo tocante a la Orden del Temple medieval, Clemente V jugó el mismo papel
que Judas tuvo que interpretar en el arresto de Jesús de Getsemaní. Pero Judas se
arrepintió de su acción restituyendo a la Iglesia oficial de entonces las treinta
monedas que constituían el pago a su traición. Clemente V, por el contrario, recibió
a título de pago por adelantado por su fechoría hacia sus hijos Templarios, la tiara
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papal y, por lo que parece, jamás se arrepintió; caerá de su trono al cumplirse el
efecto fulminante de la visión profética del Gran Maestre Santiago de Molay.
Es un hecho –y esto es lamentable para la conciencia y el honor de la Iglesia
romana- que jamás
Papa alguno después de Clemente V ha tenido ni el
remordimiento ni el valor necesario para proceder a la rehabilitación de la Orden
del Temple. Son de tal envergadura los intereses temporales y mezquinos los que
están en juego que mucho nos tememos que será Otro quien un día hará Justicia.
Recordar por escrito, en el artículo ya citado, que se continua, a pesar de los siglos
transcurridos, sin reconocer a la Orden del Temple, constituye a la vez una
confesión
escandalosa
de
complicidad
con
los
culpables
y
una
torpeza
suplementaria.
Por otra parte, la “restauración” contemporánea de la Orden no puede en ningún
caso estar subordinada al aval de la Iglesia romana, pues la creación de la Orden en
1118 fue incontestablemente suscitada por “laicos”, aunque fuesen discípulos de
San Bernardo.
Así, nosotros refutamos categóricamente y de manera absoluta, bajo la mirada de
Dios Mismo, los términos “abuso” e “ilegítimo” que, en el espíritu del Cesarismo
romano, creen así estigmatizar un resurgimiento soberano de la Orden del Temple.
Sólo el Colegio Sacerdotal Templario, exteriorización por otra parte muy discreta
del Resurgimiento del 12 de junio de 1952, sea o no universalmente admitido, tiene
cualidad para juzgar sobre la legitimidad del “hecho templario” en su existencia
presente. Porque Nuestra Orden, cuando llegue el momento, podrá justificar
plenamente su autenticidad intrínseca. Los elementos concretos de esta justificación
serán expuestos al sucesor de Pedro en su calidad de Vicario de Cristo, para que, a
la vista de nuestras “pruebas” pueda “conocer” y después “reconocer” a la
Caballería Templaria; ¿cómo ocurrirá esto?, pues el día que tenga fijado para ello la
Divina Providencia... pero esta, para expresarse positivamente, está sometida por la
ley de Dios a la voluntad de los hombres, por consiguiente, a su libre albedrío...
SUFRIMIENTOS, CALUMNIAS, MURMURACIONES
¡Ah, pero es de prever –ya lo hemos constatado- que los orgullosos muros de la
fortaleza romana no caerán como por encanto! Deberemos sufrir, como en el caso
de nuestro Maestro el Cristo-Jesús, la contraofensiva de los murmuradores, el asalto
de las calumnias, la pérfida agresión de las ironías: todo esto de parte de nuestros
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fraternales detractores. De todo esto somos conscientes, pero es precisamente con
conocimiento de causa como nosotros nos empeñamos en marchar por el sendero
del combate por la justicia.
Jesús ha dicho: “Dichosos los perseguidos por la justicia, porque de ellos es el
Reino de los Cielos”. Y aún más: “El Servidor no es más grande que su maestro. Si
ellos me han perseguido, a vosotros también os perseguirán” (Juan, 15-20).
Fortalecidos con estas enseñanzas evangélicas, perseveramos en el Sendero del
Temple, en la vía crística del sufrimiento, y no ciertamente por masoquismo de
circunstancia ni por deleitación morbosa, sino porque solo el sufrimiento es la “vía
real” que conduce al Padre pasando por el Hijo: EL CRISTO.
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MI BÚSQUEDA DEL GRIAL
DANTE O EL DESCENSO A LOS INFIERNOS ©
DANTE, oh, Caballero Solar
DANTE, oh, Hermano incomparable
DANTE de la Comedia
DANTE de los Infiernos
DANTE del Purgatorio
DANTE del Paraíso
DANTE del Apocalipsis
DANTE del ayer
DANTE del hoy
DANTE del mañana
DANTE de Siempre
DANTE DEL TEMPLE ETERNO
vientre negro
pecho blanco
cabeza roja
DANTE inmortal
Enviadas por el Padre
tres mujeres estaban allí
felices
en tu nacimiento
tres reinas mágicas te llevaron sus presentes
una
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Eva
te ofrece el cuerpo
la otra
María
te da el alma
la última
Nuestra Señora
el espíritu
Esto
extrañamente
oh, maestro Alighieri
me trae al recuerdo una noche siciliana
en la que comías tres manzanas que te diera Virgilio
la primera
era la amargura de la tierra de muerte
la segunda
el dulce frescor de la luna de purificación
la tercera
el ardiente sabor del Sol de resurrección
el árbol que las contenía era la edad del mundo
y
sin decirte una palabra
simplemente por sus frutos
él te ha enseñado mucho más que tus múltiples vidas
es por eso
que en este instante
desde el fondo del abismo
ciego a la luz
sordo a la prudencia
mudo a la plegaria
yo te grito
socorro
Dante
no tardes
ven a tomarme en tus brazos de gigante
para hacerme franquear
uno a uno
los peldaños de Jacob
nueve veces demasiado peligrosos para mis miembros de enano
mis dos pies están sangrando
mis dedos ya no tienen uñas
mi frente llora su pena en lágrimas de sudor
mis cabellos han encanecido
y se deslizan sobre mi cara como serpientes enfermas
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estos seres desencarnados
fantasmales
de los campos infernales de la muerte
se aferran a mis ropas
son las cadenas que me atan al fondo
como el ancla que retiene al velero en el puerto
estas formas son las almas impregnadas de materia en descomposición
tienen miedo de la tierra
y se arrepienten
allá
entre las calamidades más horrorosas
veo el más terrorífico
el monstruo de siete caras
que me descubre sus diferentes aspectos
su aliento mortal desprende ácidos vapores
que me queman los ojos
calcinando los párpados
revivo las angustias del elemental
del mineral
del vegetal
del animal
del humano
de la desencarnación
de los ángeles cósmicos
de las jerarquías evolucionando hasta el Trono del Impronunciable
cuando el monstruo
al fin
me revela su nombre
veo destruirse sus átomos en cadena
si tengo enemigos encarnizados
irreductibles
no les deseo por un instante los terrores
que prueba el alma perdida en esta nada infinita
mejor les deseo
sufrir las torturas sabias de los verdugos refinados en sus obras sádicas
desde las marismas pútridas del abismo
evocando
y esperando al maestro que me salvará
denuncio
aullando
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y vomitando mis tripas
a todos los maestros cantores
estos aprendices de brujo
de todas las confesiones
y de todos los partidos
que
un día
han cometido el crimen
indeleble
de violentar la paz
embarazándola
cobardemente
después de haberla mancillado
con el esperma
de la bomba.
PRÓXIMO NÚMERO 4
MANIFIESTO TEMPLARIO
SÚPLICA (I)
AMANECER
EL HECHO TEMPLARIO (II)
MI BÚSQUEDA DEL GRIAL
EL HAMBRE NOS CRUCIFICA
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16
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