QUINTAESENCIA Cuadernos de Estudios Templarios 3 1 ESTRICTA OBSERVANCIA TEMPLARIA ©: Número 91.158 del Registro de Asociaciones (Ministerio del Interior – Gobierno de España) Presidente – Rector: Román-Roberto Rey Freijomil Vicepresidente – Ecónomo: José-María Cuairán Agulló Relaciones Humanas – Madre Capitular: Ana María Delgado Márquez Secretario General y Maestro de Ceremonias: Rafael Pérez y Pérez Secretario y Guardatemplo: Miguel Ángel Barroso Lanza Relaciones Externas:Miguel-Ángel Maillard Martín Aprovisionamientos y Socorro Templario: Noelia Alda Álvarez Asesor de Asuntos Masónicos y Tradicionales: Juan Manuel Sanz Casuso Asesora de Asuntos Sociales: Rosa María da Costa Hernández Diaconisa Adjunta al Capellán: Luz Marina Rodríguez Alberto QUINTAESENCIA ©: Cuadernos de Estudios Templarios. Los textos de doctrina templaria y su traducción están amparados por el copyright © y no pueden ser reproducidos ni difundidos sin la autorización expresa de un miembro de la Junta Rectora de la Asociación. En los textos, fotografías e imágenes que aparecen en estos Cuadernos citaremos, siempre que lo conozcamos, al autor y el medio de publicación. QUINTAESENCIA © es un Cuaderno de difusión limitada exclusivamente para los miembros de la Estricta Observancia Templaria y Agrupaciones afiliadas y no pretendemos, bajo ningún concepto, hacer uso indebido de la Propiedad intelectual ajena. Realización y Traducciones ©: Taller Merlín 3R Las cuotas legalmente establecidas y las donaciones voluntarias tienen como única finalidad el mantenimiento y mejoramiento de las estructuras de nuestra Asociación. CONTACTO PARA ESPAÑA E IBEROAMÉRICA: [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] Información general: www.estrictaobservanciatemplaria.com Blog: http://templarismovenezuela.blospot.com Grupo Social de Encuentro: Orkut –[email protected] ENCOMIENDA MADRE “NOTRE DAME”: TEMPLE INTERNACIONAL: [email protected] [email protected] LA ESTRICTA OBSERVANCIA TEMPLARIA © ES LA MANIFESTACION LEGAL PARA ESPAÑA Y PAISES IBEROAMERICANOS DEL COLLÈGE TEMPLIER DE FRANCIA (COLEGIO SACERDOTAL DEL TEMPLE), ENCARNACIÓN PARA EL SIGLO XXI DE LA ORDEN SOBERANA DEL TEMPLO SOLAR. 2 MANIFIESTO TEMPLARIO CRUZADA POR LO MEJOR DEL HOMBRE © EL COMPLOT CONTRA EL HOMBRE © (y III) LA SEXUALIDAD Vamos a hablar sucintamente de los desequilibrios actuales suscitados por una sexualidad desaforada y sus nefastas consecuencias. Aparecida en los humanos antes de que Adán dejase de estar solo, esto es, antes de la caída, la sexualidad forma parte muy normal de nuestra naturaleza humana. En tanto no franquee los límites que le son asignados, no existe ninguna razón para que sea condenada y ningún representante de la Autoridad Espiritual tiene derecho a anatematizar en contra de una vida sexual sana y normal imponiendo ridículos y nada saludables tabúes. Considerándola sobre el plano del cuerpo (acto sexual propiamente dicho), del alma (a nivel de los instintos) o del espíritu (el de la mentalización), la expresión de la sexualidad pone en movimiento la liberación de energías considerables y si esta energía no se domina correctamente, el ser humano acabará siendo un juguete de cartón. SEXO Y RELIGIÓN Desgraciadamente, debemos decir que la culpa de muchas desviaciones sexuales tienen su causa en el falso planteamiento que han expuesto durante los últimos siglos muchos representantes de la religión, bastantes de los cuales no están exentos de tales cadenas. Invirtiendo los valores y dando la primicia a los instintos, el psicoanálisis ha hecho el resto. Ciertamente, vejar sistemáticamente la sexualidad, como es el caso del Occidente cristiano y como está haciendo China en la actualidad, suscita, tarde o temprano, reacciones generadoras de desequilibrios crecientes, máxime entre la juventud. Pero afirmar así la búsqueda legítima a toda costa de una completa satisfacción de todos los instintos es empujar la rueda de la legalidad hacia la degeneración peligrosa de la perversión. Para arreglarlo todo, el Becerro de Oro se ha metido con sus narices en el asunto, porque la sexualidad es el lazo directo con nuestra naturaleza animal, de todos los humanos sin excepción; porque reacciona sobre los instintos, tiende a ser reforzada por su propio ejercicio; en una palabra: la sexualidad tiene una gran influencia en el mercado, se vende bien y reporta múltiples beneficios. 3 “Haz el amor y no la guerra”... Despreciable y sutil mensaje, viscoso y lleno de doble intención... La invasión de los espíritus por el hecho sexual constituye así un medio de cambio para subyugar a las masas, colocarlas en estado de menor resistencia y volverlos receptivos a todas las sugestiones, a todas las propagandas, y muy especialmente a todas las incitaciones de la publicidad. Es tan grande el uso-abuso del sexo que se extiende no solamente a las salas cinematográficas, sino también a la mismísima televisión, a la iconografía mural, a la prensa escrita y a Internet. Incluso acudiendo a la literatura, las personas deben hacer frente a una continua agresión contra la que es muy difícil luchar y resistir. Un número cada vez más grande de adolescentes se encuentra así atrapado en una coalición de influencias perniciosas cuyas consecuencias destructoras saltan a la vista. En el plano puramente corporal, es temible la escalada de enfermedades venéreas que el progreso de la moderna terapéutica no logra atajar, sin mencionar el SIDA, que merecería comentarios aparte. Y en el plano anímico, se va descomponiendo lentamente la estructura afectiva y psicológica, tanto individual como colectiva –la una refuerza a la otra- hasta que llegue la esterilidad del corazón. SEXO Y EROTISMO Enfrentado permanentemente a una superabundancia de imágenes eróticas generadoras de fantasmas, el individuo se encuentra impulsado a buscar frenéticamente la exaltación momentánea y la impresión de poder que comporta el gozo, aunque para ello se le haga traspasar los límites que le impone normalmente la saciedad fisiológica... Más, más y más hasta la depravación. Todos los medios para obtener orgasmo son buenos: alcohol, droga, excitantes-estimulantes, etc., en detrimento no solamente de la salud física, sino también de la voluntad, del juicio, en fin, del respeto a sí mismo. Dejando de ser de este modo un ser humano digno de consideración, el compañero o compañera se vuelve un objeto, una herramienta, un instrumento de placer banalizado, utilizado hoy por uno, mañana por otro. SEXO Y VIOLENCIA De ahí viene conseguir por la violencia lo que no se puede conseguir por el consentimiento. Así se explican las violaciones cada vez más frecuentes, crapulosas y colectivas, cuyas víctimas terminan a menudo traumatizadas para el resto de sus vidas, cuando no con la vida misma. ¡Y qué hablar de la prostitución, cada día a edad más temprana y que alcanza ya no solo a las mujeres sino también está “de moda” la prostitución masculina! Este es el reino de la explotación, de la esclavitud y el triunfo de los proxenetas Así, el complot universal del liberalismo prepara a las generaciones para la esclavitud del totalitarismo. Desarraigados, propiamente hablando, de la corriente ascendente y descendiente de la vida, los adolescentes y los jóvenes adultos se van a encontrar mañana, se encuentran ya hoy, prisioneros de su vanidad y de su soledad. Entonces, desfilarán con pancartas que denuncian la injusticia social, la sociedad establecida y todos los frutos de un capitalismo inseparable de muchos llamados a sí mismos cristianos. 4 AMANECER EL HECHO TEMPLARIO © (I) Tan cierto como que hoy en día es indiscutible el “hecho cristiano”, sean cuales sean los distintos rostros con los que se manifieste la religión del Cristo, de igual manera es real y concreto el “hecho templario”, y que algunos se empeñan en ignorar y otros en desvirtuar lamentablemente. En este sentido, es a la Iglesia Católica Romana a quien nos dirigimos en especial, pues como Autoridad espiritual fundamental es la única portadora de la responsabilidad del martirio de la Orden del Temple medieval a raíz de la innoble traición del Concilio de Vienne de 1312. MANIFESTACIÓN MEDIEVAL DE LA ORDEN DEL TEMPLE Nuestra Orden nació libre en 1118 bajo el impulso magistral de un hombre libre en Cristo que alcanzó las cimas de una altura espiritual raramente igualadas: San Bernardo de Claraval. Siempre bajo la brillante dirección de este personaje infatigable e inspirado, en 1128 la Orden se coloca libremente bajo la tutela de la Iglesia Oficial y de su maestro El Cristo, y más concretamente al amparo de Su Vicario, el Papa de entonces, y… por supuesto, de sus sucesores en el Soberano Pontificado. EL COMPLOT Las funestas consecuencias del odioso complot urdido contra nuestra Orden se perpetúan hoy en la medida en que la Iglesia Católica Romana persiste pérfidamente en querer ignorar el “hecho templario”, es decir, en disimular cobarde y torpemente el error fratricida del Clemente V, esto es, por ende, de la Iglesia entera. Por otra parte, esta ignorancia culpable y mal calculada no contribuye a otra cosa que a retrasar un vencimiento ineluctable cuyas consecuencias dolorosas, pero 5 justas, serán para la Iglesia de Roma de una gravedad proporcional al periodo transcurrido entre el 13 de octubre de 1307 y el día en que proceda a la legítima rehabilitación de la Orden del Temple medieval, lo que conlleva el reconocimiento del Resurgimiento Templario manifestado hoy en día por el Colegio Sacerdotal del temple, con sus estructuras y Sacerdocio específicos. EL RESURGIMIENTO Del mismo modo que en 1118 surge libremente, sin la bendición oficial de Roma, la Orden del Temple resurge, no menos libremente en nuestra época. La Orden no puede ser alcanzada ni condicionada por ningún tipo de prohibición o entredicho – lo que, además, sería ilegítimo- y menos por la Iglesia Romana ni por ninguno de los celosos miembros de su jerarquía. En lo que concierne a estos últimos, nosotros tenemos conocimiento total de las motivaciones de algunos de ellos y no titubearíamos, si fuera preciso, y en el momento oportuno, en proceder a su denuncia. ¡Sea como sea, el “punto de no-retorno” está franqueado! Desde el 12 de junio de 1952, el navío crístico del Colegio Sacerdotal de la Orden del Temple ha roto sus amarras para no regresar a su puerto de atraque más que como vencedor… También, con esperanza, queremos volvernos hacia todos nuestros hermanos en Cristo, sean quienes sean y los que sean por el vasto mundo. Pero, naturalmente, de forma más directa y sin complejos es hacia Roma a donde enviamos nuestras filiales y fraternales miradas. Hacia Roma..., más exactamente hacia el Vaticano, donde queremos creer que el Vicario de Cristo no será menos sensible que su divino Maestro; y que, entonces, desafiará a ciertos enemigos de la Orden del temple, y así Su Santidad podrá escuchar la voz profunda y eterna del Hombre Justo, del Hombre Cristo, del Hombre del Temple, la voz de su propia conciencia llamando a la Justicia Divina. LAS “ALERGIAS” TEMPLARIAS DEL VATICANO Dado que es hacia el Vaticano donde fijamos primeramente nuestra acción, queremos reproducir el artículo siguiente aparecido en el Osservatore Romano, nº 30/1075 del 24-7-70: PUESTA EN GUARDIA En los últimos tiempos y con renovada insistencia, ha 6 sido solicitada en la Sede Apostólica, tanto en su centro (es decir, en la Secretaría de Estado) como en su periferia (esto es, cerca de algunas representaciones pontificales) el reconocimiento de cierta “Orden Caballeresca” que se atribuye los títulos de “Soberna y Militar del Templo de Jerusalén”. Frente a esta actitud incalificable, estamos autorizados a poner en guardia a todos aquellos que pertenecen a la Jerarquía, en Italia y en los demás países, recordando que la Santa Sede solo reconoce a la Soberana Orden Militar de Jerusalén, llamada de Malta y a la Orden del Santo Sepulcro. En el caso específico que ahora nos ocupa, nosotros no conocemos demasiado bien las vicisitudes históricas de la antigua Orden del Temple (los Templarios), que fue suprimida por el Papa Clemente V (1305-1314) y que no ha sido restaurada por ninguno de sus sucesores. En consecuencia, su restauración contemporánea, agravada por la pretendida denominación de “Soberana” no es más que un abuso y una acción ilegítima”. Que nuestros hermanos en Cristo del Vaticano se agiten por la manifestación de cierta “Orden Soberana y Militar del Templo de Jerusalén”..., potenciando sibilinamente la exclusividad de la ”Soberana Orden Militar de Jerusalén”, llamada “de Malta”, a la cual la Iglesia no ha cesado de conceder durante mucho tiempo un apoyo espiritual, moral, ... y temporal (muy en particular con la entrega de los bienes de la Orden del Temple medieval, propiciando su despojo como cuervos y chacales sobre un cadáver en descomposición), sí, esta emoción tan eclesial la comprendemos, máxime si tenemos en cuenta la petulancia sacrílega del organismo neo-templario que ha tenido la osadía de utilizar en parte la misma denominación de su protegida “Soberana Orden Militar de Jerusalén”, llamada de Malta.... Volveremos más adelante sobre la cuestión de las pretendidas “filiaciones templarias”. Pero por el momento, nosotros experimentamos una muy legítima indignación al comprobar cómo los que deberían ser los guardianes de la conciencia cristiana, 7 tienen la desfachatez de publicar que ellos “no conocen demasiado bien las vicisitudes históricas de la antigua Orden del Temple”. Si no las conocen, ya, las conocerán, ya.... ¿Quién, entre ellos, puede cerrar los ojos ante la ignominia del complot en el que Roma tomó parte activísima, y cuyas víctimas inocentes fueron los valerosos defensores del Cristo, los monjes-Soldados conocidos como “los Templarios”? Para los miembros de la Jerarquía no es ningún secreto que la condena de nuestros Hermanos fue un gravísimo error. Solo la Iglesia romana puede borrar este vergonzoso estigma con un valiente y noble “mea culpa”. Recordad a Juana de Arco y tantos otros... También, cristianamente hablando, cuando se está, en principio, investido de la maravillosa misión de mantener siempre santa y presente, la “religión de Amor” y de difundirla por el mundo, ¿no se debería, por encima de cualquier otra consideración, barrer delante de la propia puerta y consagrarse con ardor a la manifestación de la Justicia sea cual sea el precio, sobre todo si la moneda utilizada lleva el nombre a la vez discreto y mágico de “humildad”? Nosotros aquí, ahora, rotundamente, afirmamos que el martirio de los Templarios, desde 1307 hasta su trágico paroxismo el 18 de marzo de 1314 en la hoguera de la Isla de los Judíos de París, fue libremente aceptado por nuestros admirables hermanos mayores. Estos, a imitación de Jesús en el Huerto de los Olivos, no ignoraban absolutamente nada de lo que se tramaba contra ellos. Este martirio de los Templarios, Milicia Apostólica del Cristo, debe ser, pues, considerado, al menos por la cristiandad, como el segundo Gólgota. Para evocar esta “pasión” de los Templarios, el Vaticano utiliza intencionadamente la irrisoria expresión de “vicisitudes históricas que no se conocen demasiado bien”. ¿Para nuestros hermanos cristianos del Vaticano, el drama del Cristo en el Calvario habrá que clasificarlo también en el archivo polvoriento de estas mismas “vicisitudes históricas”...? Constatando ciertos hechos, es legítimo plantear la cuestión. En lo tocante a la Orden del Temple medieval, Clemente V jugó el mismo papel que Judas tuvo que interpretar en el arresto de Jesús de Getsemaní. Pero Judas se arrepintió de su acción restituyendo a la Iglesia oficial de entonces las treinta monedas que constituían el pago a su traición. Clemente V, por el contrario, recibió a título de pago por adelantado por su fechoría hacia sus hijos Templarios, la tiara 8 papal y, por lo que parece, jamás se arrepintió; caerá de su trono al cumplirse el efecto fulminante de la visión profética del Gran Maestre Santiago de Molay. Es un hecho –y esto es lamentable para la conciencia y el honor de la Iglesia romana- que jamás Papa alguno después de Clemente V ha tenido ni el remordimiento ni el valor necesario para proceder a la rehabilitación de la Orden del Temple. Son de tal envergadura los intereses temporales y mezquinos los que están en juego que mucho nos tememos que será Otro quien un día hará Justicia. Recordar por escrito, en el artículo ya citado, que se continua, a pesar de los siglos transcurridos, sin reconocer a la Orden del Temple, constituye a la vez una confesión escandalosa de complicidad con los culpables y una torpeza suplementaria. Por otra parte, la “restauración” contemporánea de la Orden no puede en ningún caso estar subordinada al aval de la Iglesia romana, pues la creación de la Orden en 1118 fue incontestablemente suscitada por “laicos”, aunque fuesen discípulos de San Bernardo. Así, nosotros refutamos categóricamente y de manera absoluta, bajo la mirada de Dios Mismo, los términos “abuso” e “ilegítimo” que, en el espíritu del Cesarismo romano, creen así estigmatizar un resurgimiento soberano de la Orden del Temple. Sólo el Colegio Sacerdotal Templario, exteriorización por otra parte muy discreta del Resurgimiento del 12 de junio de 1952, sea o no universalmente admitido, tiene cualidad para juzgar sobre la legitimidad del “hecho templario” en su existencia presente. Porque Nuestra Orden, cuando llegue el momento, podrá justificar plenamente su autenticidad intrínseca. Los elementos concretos de esta justificación serán expuestos al sucesor de Pedro en su calidad de Vicario de Cristo, para que, a la vista de nuestras “pruebas” pueda “conocer” y después “reconocer” a la Caballería Templaria; ¿cómo ocurrirá esto?, pues el día que tenga fijado para ello la Divina Providencia... pero esta, para expresarse positivamente, está sometida por la ley de Dios a la voluntad de los hombres, por consiguiente, a su libre albedrío... SUFRIMIENTOS, CALUMNIAS, MURMURACIONES ¡Ah, pero es de prever –ya lo hemos constatado- que los orgullosos muros de la fortaleza romana no caerán como por encanto! Deberemos sufrir, como en el caso de nuestro Maestro el Cristo-Jesús, la contraofensiva de los murmuradores, el asalto de las calumnias, la pérfida agresión de las ironías: todo esto de parte de nuestros 9 fraternales detractores. De todo esto somos conscientes, pero es precisamente con conocimiento de causa como nosotros nos empeñamos en marchar por el sendero del combate por la justicia. Jesús ha dicho: “Dichosos los perseguidos por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Y aún más: “El Servidor no es más grande que su maestro. Si ellos me han perseguido, a vosotros también os perseguirán” (Juan, 15-20). Fortalecidos con estas enseñanzas evangélicas, perseveramos en el Sendero del Temple, en la vía crística del sufrimiento, y no ciertamente por masoquismo de circunstancia ni por deleitación morbosa, sino porque solo el sufrimiento es la “vía real” que conduce al Padre pasando por el Hijo: EL CRISTO. 10 MI BÚSQUEDA DEL GRIAL DANTE O EL DESCENSO A LOS INFIERNOS © DANTE, oh, Caballero Solar DANTE, oh, Hermano incomparable DANTE de la Comedia DANTE de los Infiernos DANTE del Purgatorio DANTE del Paraíso DANTE del Apocalipsis DANTE del ayer DANTE del hoy DANTE del mañana DANTE de Siempre DANTE DEL TEMPLE ETERNO vientre negro pecho blanco cabeza roja DANTE inmortal Enviadas por el Padre tres mujeres estaban allí felices en tu nacimiento tres reinas mágicas te llevaron sus presentes una 11 Eva te ofrece el cuerpo la otra María te da el alma la última Nuestra Señora el espíritu Esto extrañamente oh, maestro Alighieri me trae al recuerdo una noche siciliana en la que comías tres manzanas que te diera Virgilio la primera era la amargura de la tierra de muerte la segunda el dulce frescor de la luna de purificación la tercera el ardiente sabor del Sol de resurrección el árbol que las contenía era la edad del mundo y sin decirte una palabra simplemente por sus frutos él te ha enseñado mucho más que tus múltiples vidas es por eso que en este instante desde el fondo del abismo ciego a la luz sordo a la prudencia mudo a la plegaria yo te grito socorro Dante no tardes ven a tomarme en tus brazos de gigante para hacerme franquear uno a uno los peldaños de Jacob nueve veces demasiado peligrosos para mis miembros de enano mis dos pies están sangrando mis dedos ya no tienen uñas mi frente llora su pena en lágrimas de sudor mis cabellos han encanecido y se deslizan sobre mi cara como serpientes enfermas 12 estos seres desencarnados fantasmales de los campos infernales de la muerte se aferran a mis ropas son las cadenas que me atan al fondo como el ancla que retiene al velero en el puerto estas formas son las almas impregnadas de materia en descomposición tienen miedo de la tierra y se arrepienten allá entre las calamidades más horrorosas veo el más terrorífico el monstruo de siete caras que me descubre sus diferentes aspectos su aliento mortal desprende ácidos vapores que me queman los ojos calcinando los párpados revivo las angustias del elemental del mineral del vegetal del animal del humano de la desencarnación de los ángeles cósmicos de las jerarquías evolucionando hasta el Trono del Impronunciable cuando el monstruo al fin me revela su nombre veo destruirse sus átomos en cadena si tengo enemigos encarnizados irreductibles no les deseo por un instante los terrores que prueba el alma perdida en esta nada infinita mejor les deseo sufrir las torturas sabias de los verdugos refinados en sus obras sádicas desde las marismas pútridas del abismo evocando y esperando al maestro que me salvará denuncio aullando 13 y vomitando mis tripas a todos los maestros cantores estos aprendices de brujo de todas las confesiones y de todos los partidos que un día han cometido el crimen indeleble de violentar la paz embarazándola cobardemente después de haberla mancillado con el esperma de la bomba. PRÓXIMO NÚMERO 4 MANIFIESTO TEMPLARIO SÚPLICA (I) AMANECER EL HECHO TEMPLARIO (II) MI BÚSQUEDA DEL GRIAL EL HAMBRE NOS CRUCIFICA 14 15 16